Leccion #7 "Cómo Tratar Con Las Peleas"

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Lección 7 para el 14 de febrero de 2015

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Lección 7 para el 14 de febrero de 2015

Consejos de Salomón sobre la resolución de los conflictos interpersonales:

1. Cubre las faltas (Proverbios 17:9; 19:11)2. Sé justo (Proverbios 17:10; 19:25)3. Habla con sabiduría (Proverbios 18)4. Escucha (Proverbios 18:2, 17)5. Sé veraz (Proverbios 19)

«El que cubre la falta busca amistad; mas el que la divulga, aparta al amigo» (Proverbios 17:9)

«La cordura del hombre detiene su furor, y su honra es pasar por alto la ofensa» (Proverbios 19:11)

¿Qué es lo que induce a una persona a pasar por alto la ofensa de un amigo?

¿Qué diferencia hay entre cubrir una falta y justificar

el pecado?

«Cubrir» lleva implícita la idea de perdonar, ocultar y olvidar (Salmo 85:2).

El pecado debe ser perdonado, aunque reprendido; debe ser ocultado, en ningún caso promulgado (chismeado), ni justificado; debe ser olvidado para que la amistad perdure.

«En todo tiempo ama el amigo, y es como un hermano en tiempo de angustia»(Proverbios 17:17)

«La reprensión aprovecha al entendido, más que cien

azotes al necio» (Proverbios 17:10)

«Hiere al escarnecedor, y el simple se hará avisado; y corrigiendo al entendido,

entenderá ciencia» (Proverbios 19:25)

El pecado debe ser reprendido. Para poder rectificar su conducta, la persona que cometió la falta debe ser consciente de su error.

El perdón que Jesús ofrecía a los pecadores iba acompañado también de una admonición:«no peques más»(Juan 5:14; 8:11)

El amor que nos lleva a cubrir las ofensas no debe ser ciego ni incondicional.

«Los seres humanos, ellos mismos entregados al mal,

tienden a tratar duramente a los tentados y a los que

yerran. No pueden leer el corazón; no conocen sus

conflictos y sus penas. Tienen necesidad de aprender a

dar ,

y »

E.G.W. (Los hechos de los apóstoles, pg. 411)

Las palabras tienen un gran

poder, tanto para el bien como para

el mal (v. 21).

Las palabras sabias son aguas profundas, que

rebosan sabiduría (v. 4).

Las palabras necias provocan contiendas y merecen castigo (v. 6); meten en dificultades al que las pronuncia

(v. 7).

Los chismes son como golosinas,

penetran profundamente para mal (v. 8).

Responder antes de terminar de escuchar,

o sin meditar la respuesta, causa

grandes dificultades (v. 13).

La lengua puede difamar la reputación y llevar a una persona a la pobreza o la muerte. Si se la usa de acuerdo a la voluntad de Dios, para bendecir y alegrar a otros o para proclamar el Evangelio del reino, puede realizar mucho bien.

«Al necio no le complace el discernimiento; tan sólo hace alarde de su propia opinión» (Proverbios 18:2 NVI)

«¿Para qué hace falta discutir este asunto? ¡Yo tengo la razón!»

Podemos llegar a estar tan seguros de nuestra propia sabiduría que no creamos necesario escuchar a la otra parte.

«Justo parece el primero que aboga por su causa; pero viene su adversario, y le descubre» (Proverbios 18:17)

Si escuchamos a la otra parte del conflicto, corremos el riesgo de que se descubra que estábamos equivocados.

La persona que se deja guiar por la sabiduría divina nunca emitirá juicio sobre una contienda sin escuchar a todas las partes involucradas en el conflicto.

Únicamente Dios no necesita una segunda opinión.

«Mejor es el pobre que camina en integridad, que el de perversos labios y fatuo» (Proverbios 19:1)

Una mentira puede proporcionarnos beneficios momentáneos (un ascenso, un amigo, librarnos de un castigo, …). Pero a corto o largo plazo, la mentira será descubierta y sus consecuencias serán mucho más graves que los exiguos beneficios obtenidos.

Lo que es peor, aquello que hayamos conseguido por nuestras mentiras (pecados, al fin y al cabo), se pudrirá en nuestras manos y amargará nuestras relaciones.

«El testigo falso no quedará sin castigo, y el que habla mentiras

no escapará» (Proverbios 19:5)

«Aferrémonos a la veracidad con mano firme, y

sea ella parte de nuestra vida. Practicar el

disimulo y jugar al tira y afloja con la verdad,

para acomodar los planes egoístas de uno,

significa provocar el naufragio de la fe. “Estad

pues firmes, ceñidos vuestros lomos de

verdad.” Efesios 6:14. El que declara falsedades,

vende su alma a bajo precio. Sus mentiras

pueden parecerle útiles en casos de apuro; de

esta manera le parecerá que adelanta en sus

negocios como no podría hacerlo mediante un

proceder correcto, pero llega finalmente al

punto en que no puede confiar en nadie»

E.G.W. (Los hechos de los apóstoles, pg. 62)