Latín historia de la lengua latina 01

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Historia de la lengua latina

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1. Historia de la lengua latina 2. El latn y sus fases En la evolucin histrica del latn antiguo distinguimos: 1. Un perodo de formacin, el LATN ARCAICO, que abarcara desde los primeros testimonios escritos en el siglo V a.C. hasta el siglo I a.C. 2. Un perodo de auge o plenitud, el LATN CLSICO, que abarcara desde el siglo I a.C. hasta finales del siglo II d.C. 3. Un perodo de declive o disolucin de la norma clsica, el LATN TARDO, que abarcara desde el siglo III d.C. hasta fines de la Antigedad, en el siglo VI d.C. 3. Ms fases del latn Despus de la Antigedad, el latn sigue siendo cultivado de forma culta y literaria, de manera que podemos distinguir: 1. Un LATN MEDIEVAL (siglos VI al XV) 2. Un LATN RENACENTISTA (siglos XV y XVI) 3. Un NEOLATN (desde el siglo XVII hasta nuestros das) 4. Eje cronolgico V IV III II I I II III IV V VI VII VIII IX X XI XII XIII XIV XV XVI XVII XVIII XIX XX XI LATN ARCAICO LATN CLSICO LATN TARDO LATN MEDIEVAL LATN RENAC. NEOLATN 5. EL LATN ARCAICO El latn arcaico coincide con el perodo histrico en el que Roma, como potencia guerrera, se expande por toda Italia, primero, y por el Mediterrneo, despus. Haba pasado ya por una fase de gobierno monrquico, que dur hasta fines del siglo VI a. C., y de la proclamacin de la Repblica. 6. EL LATN ARCAICO El latn es una lengua poco homognea, con gran diversidad de dialectos. En cada ciudad del Lacio se hablaba una variedad de latn: as el latn prenestino, de la ciudad de Preneste, o el falisco, de la ciudad de Falerios. Pero a todos se impone el latn de Roma, capital de aquella poblacin latina e imperio que estaba surgiendo. 7. EL LATN ARCAICO Este es el periodo en el que se forma y fija la lengua latina. Es una lengua que evoluciona rpidamente. Por ejemplo: el antiguo diptongo -ai evoluciona a -ae, que es el que ya encontramos en poca clsica; la -d a final de palabra se pierde; la -s en interior de palabra evoluciona a -r, etc. Todos estos cambios se producen en este perodo. 8. inscripcin funeraria dedicada a una mujer llamada Claudia (siglo ll a. C], donde se muestran algunas de las particularidades del latn arcaico. Hospes, quod deico paullum est: asta ac pellege. Heic est sepulcrum hau pulcrum pulcrai feminae Nomen parentes nominarunt Claudiam. Suom mareitum corde deilexit souo. Gnatos duos creauit. Horunc alterum In terra linquit, alium sub terra locat. Sermone lepido, tum autem incessu commodo. Domum seruauit, lanam fecit. Dixi. Abei. Cuid de su casa, trabaj la lana. He dicho. Mrchate. Forastero, lo que tengo que decir es poca cosa. Detente y lelo. Aqu est el sepulcro no hermoso de una hermosa mujer. De nombre sus padres la llamaron Claudia. Am a su marido con todo su corazn. Dos hijos engendr. A uno de ellos Sobre la tierra lo deja, al otro bajo la tierra lo tiene. Era de amable conversacin, y se mova con elegancia. 9. EL LATN ARCAICO Hay en este latn una abundante asimilacin de elementos lingsticos de los pueblos sometidos. As, del etrusco toma palabras como histrio, actor (lo que da en castellano histrin) o adapta a travs del etrusco palabras griegas, como persona, que originariamente era la mscara de los actores. 10. Los prstamos son especialmente abundantes del griego, pues la cultura griega result modlica para Roma desde el principio. Palabras como oleum, aceite, malum, manzana, amphora, vasija, machina, mquina, y muchas otras, son ejemplos de esta apropiacin de vocabulario griego. 11. Testimonios del latn arcaico Comenzamos a tener testimonios escritos del latn a partir del siglo V a. C. Se trata, en primer lugar, de inscripciones, no de latn literario. La primera es la que se lee en la llamada piedra negra del foro romano, donde aparecen algunas palabras conocidas (los sustantivos rex, rey, y iumentum, animal de carga, y los adjetivos sacer, sagrado y iustus, justo) pero en forma todava muy antigua. http://www.imperioromano.com/99/lapis-niger.html http://archeoroma.beniculturali.it/carcer-tullianum/ 12. Tenemos tambin testimonios de cantos litrgicos relacionados con el ritual religioso: el Canto de los salios, sacerdotes de Marte, que cantaban danzando y el Canto de los hermanos arvales, cofrada sacerdotal cuyos ritos buscaban la fecundidad de los campos (en latn aruum). Muchos de sus cantos antiguos estaban compuestos en un verso propiamente latino, el saturnio, en el que tena mucha importancia la aliteracin. Texto conservado del himno de los sacerdotes Salios, recogido por Varrn y Terencio Escauro. El texto est en latn arcaico y no puede ser traducido en su totalidad. Texto conservado del himno de los Fratres Arvales, recogido en las actas del ao 218 d. C. El texto est en latn arcaico y no puede ser traducido en su totalidad. 13. A partir del siglo III a. C. tenemos testimonios literarios, primero fragmentarios, y luego obras completas. El primer poeta es Livio Andronico, que tradujo del griego al latn la Odisea en versos saturnios, escribi tragedias de tema griego y un himno a la diosa Juno. El poeta Nevio cultiv igualmente el teatro y la epopeya, escribiendo en este ltimo gnero y en versos saturnios su Guerra Pnica, que trataba sobre la guerra contra Cartago. Fue Ennio (ya del siglo II a. C.) el introductor del hexmetro griego en latn; escribi una epopeya sobre la historia de Roma hasta su tiempo, los Anales; tambin compuso comedias y tragedias de inspiracin griega. De los comedigrafos Plauto y Terencio (siglo II a. C.) conservamos comedias completas, imitadas de los griegos: de Plauto podemos citar la Aulularia o Comedia de la olla, donde el personaje del avaro cobra una gran relevancia, y el Miles gloriosus o Soldado fanfarrn; de Terencio son famosas sus comedias Hecyra o La suegra. 14. EL LATN CLSICO: PERODO MODLICO El Latn llamado clsico es la etapa que se considera como modlica y cannica en la historia de esa lengua: cuando el latn ha llegado a su plenitud expresiva y a su definitiva depuracin y consolidacin. Algunos historiadores distinguen: un perodo propiamente clsico (desde mediados del siglo I a. C., fines de la poca republicana, hasta el ao 14 d. C, fecha de la muerte de Augusto) o "Edad de oro otro postclsico (desde el 14 d. C. hasta finales del siglo II) o "Edad de plata". 15. EL LATN CLSICO: Caractersticas Se trata de una lengua con gran capacidad de sntesis y concisin. Los nombres dotados de las categoras de gnero, nmero y caso se flexionan segn las cinco declinaciones. Los verbos, con una gran riqueza de modos y tiempos, se conjugan segn las cinco conjugaciones, una de ellas mixta. La voz pasiva tiene un gran rendimiento. Ya con Cicern se desarrolla una compleja sintaxis de la subordinacin, que puede organizarse en varios niveles de dependencia. Las caractersticas del latn de este perodo son las que aparecen transmitidas en las obras de escritores de ese tiempo, tales como Cicern y Virgilio, cumbres respectivamente de la prosa y la poesa. 16. EL LATN CLSICO: La aportacin de la lengua griega fue de gran ayuda para la elaboracin de un lxico til a la expresin del pensamiento abstracto y filosfico. Esta lengua clsica tiende a identificarse con la de la literatura, marginndose mucho de la lengua hablada por el pueblo. La retrica, la bsqueda de la eficacia expresiva promueve cada vez ms, tanto en poesa como en prosa, los artificios y virtuosismos formales. En la prosa, el modelo ciceroniano de frases largas y perodos equilibrados da paso en el s. I d. C. a una prosa concisa y recortada, que tiene en Sneca y Tcito sus mejores ejemplos. 17. La literatura, fuente del latn clsico Sobresalen prosistas como Cicern, que cultiv la oratoria, la retrica y la filosofa; y los historiadores Csar, Salustio y Nepote. De esta poca son tambin los poetas Lucrecio y Catulo, el primero de los cuales destaca por su poema didctico-filosfico De la naturaleza de las cosas, y el segundo, por su lrica personal y amatoria, sus epigramas satricos y sus poemas mitolgicos. A fines del periodo republicano 18. Cicern Condescendamos un poco con la edad; tengan los jvenes una mayor libertad; no cerremos todas las puertas al placer. No lleve siempre las de ganar la severa y rgida razn. Triunfen alguna vez la pasin y el placer sobre la razn; con tal de que en esto se guarde aquella justa medida: velen los jvenes por su propia honestidad, no priven de ella a los dems, no derrochen su patrimonio, no se dejen arruinar por la usura, no atenten contra la casa y la fama de otro, no deshonren a os virtuoso, no mancillen a los honrados, no difamen a las gentes honorables, a nadie aterren con su violencia, no participen en las intrigas, abstnganse del crimen; mas cuando, al fin, hayan cedido a los placeres, dando algn tiempo a las diversiones propias de la edad y a esas frvolas pasiones de la adolescencia, vulvanse algn da al cuidado de los negocios domsticos, de los forenses y de los pblicos de modo que parezca que esas diversiones que antes no haban llegado a comprender bien, las han dejado ya por pura saciedad y las han despreciado a fuerza de vivirlas. En defensa de M. Celio, 41-42. La risa no debe sembrar calamidad, porque sera inhumano! La risa no puede ser criminal, porque se trocar en odio! M. T. Cicero. De orat. I. http://literaturapalmeral.blogspot.com.es/2009/05/pro-caelio.html 19. "El presupuesto debe equilibrarse, el Tesoro debe ser reaprovisionado, la deuda pblica debe ser disminuida, la arrogancia de los funcionarios pblicos debe ser moderada y controlada, y la ayuda a otros pases debe eliminarse para que Roma no vaya a la bancarrota. La gente debe aprender nuevamente a trabajar, en lugar de vivir a costa del Estado". 20. Csar I. La Galia est dividida en tres partes: una que habitan los belgas, otra los aquitanos, la tercera los que en su lengua se llaman celtas y en la nuestra galos. Todos estos se diferencian entre s en lenguaje, costumbres y leyes. A los galos separa de los aquitanos el ro Garona, de los belgas el Marne y Sena. Los ms valientes de todos son los belgas, porque viven muy remotos del fausto y delicadeza de nuestra provincia; y rarsima vez llegan all los mercaderes con cosas a propsito para enflaquecer los bros; y por estar vecinos a los germanos, que moran a la otra parte del Rin, con quienes traen continua guerra. 21. I. Las costumbres de los germanos son muy diferentes. Pues ni tienen druidas que hagan oficio de sacerdotes, ni se curan de sacrificios. Sus dioses son solos aquellos -que ven con los ojos y cuya beneficencia experimentan sensiblemente, como el sol, el fuego y la luna; de los dems ni aun noticia tienen. Toda la vida gastan en caza y en ejercicios de la milicia. Desde nios se acostumbran al trabajo y al sufrimiento. Los que por ms tiempo permanecen castos se llevan la palma entre los suyos. Creen que as se medra en estatura, fuerzas y bros. El conocer mujer antes de los veinte aos es para ellos de grandsima infamia, y es cosa que no se puede ocultar, porque se baan sin distincin de sexo en los ros y se visten de pellicos y zamarras, dejando desnuda gran parte del cuerpo. XXII. No se dedican a la agricultura, y la mayor parte de su vianda se reduce a leche, queso y carne. Ninguno tiene posesin ni heredad fija; sino que los jefes cada ao sealan a cada familia y parentela que hacen un cuerpo tantas yugadas en tal trmino, segn les parece, y el ao siguiente los obligan a mudarse a otro sitio. Para esto alegan muchas razones: no sea que encariados al territorio, dejen la milicia por la labranza; que traten de ampliar sus linderos, y los ms poderosos echen a los ms dbiles de su pertenencia; que fabriquen casas demasiado cmodas para repararse contra los fros y calores; que se introduzca el apego al dinero, semillero de rencillas y discordias; en fin, para que la gente humilde est contenta con su suerte, vindose igualada en bienes con la ms rica. 22. Lucrecio Nada es, pues, la muerte y en nada nos afecta, ya que entendemos ser mortal la substancia del alma. [] Cuando ya no existamos, consumado el divorcio del cuerpo y del alma, cuya trabazn forma nuestra individualidad, nada podr sin duda acaecernos, ya que no existiremos, ni mover nuestros sentidos, nada, aunque la tierra se confunda con el mar y el mar con el cielo. Y aunque algo sientan espritu y alma una vez arrancados de nuestro cuerpo, nada nos importa; pues nosotros, como individuos, existimos por el enlace y unin de cuerpo y e alma. No es por accin divina o por las flechas de Venus por lo que a veces es amada una mujeruca de escasa belleza. Pues a menudo lo consigue la propia mujer por su conducta, su buen carcter, el aseo y cuidado de su persona, e induce as fcilmente a compartir su existencia. Adems, el hbito engendra el amor, pues lo que es golpeado sin tregua, aunque los choques sean leves, cede a la larga y se derrumba. No ves cmo hasta las gotas que caen en la roca acaban con el tiempo perforndola? (La naturaleza de las cosas, libro 4, versos 1278-1287) 23. Catulo Lesbia continuamente me maldice, pero no deja de hablar de mi jams, que me muera si Lesbia no me quiere. Como lo se? Porque yo hago exactamente lo mismo y que me muera si no la quiero. Vivamos, Lesbia ma, y amemos: los rumores severos de los viejos que no valgan ni un duro todos juntos. Se pone y sale el sol, mas a nosotros, apenas se nos pone la luz breve, sola noche sin fin dormir nos toca. Pero dame mil besos, luego ciento, despus mil otra vez, de nuevo ciento, luego otros mil an, y luego ciento Despus, cuando sumemos muchos miles, confundamos la cuenta hasta perderla, que hechizarnos no pueda el envidioso al saber el total de nuestros besos. Odio y amo Quiz te preguntes cmo puedo hacer eso. No lo se. Pero es lo que siento, y me torturo. 24. La literatura, fuente del latn clsico Destaca como prosista el historiador Tito Livio, autor de una largusima Historia de Roma. Virgilio es el mximo poeta romano, autor de una obra pastoril, las Buclicas, de un poema didctico de tema rstico, las Gergicas, y de una epopeya sobre la historia legendaria de Roma, la Eneida. Horacio es poeta lrico, en sus Odas, autor de Stiras y de una preceptiva potica, la Epstola a los Pisones. Tibulo y Propercio compusieron cancioneros elegiacos dedicados a sus amadas respectivas. Y Ovidio, aparte de su obra elegiaca sobre el amor y sobre el destierro, es autor de una epopeya de tema mitolgico, las Metamorfosis. En poca augstea (31 a. C.-14 d. C.) 25. Tito Livio Existe una ventaja excepcionalmente benfica y fructfera derivada del estudio del pasado: el poner a la clara luz de la verdad histrica ejemplos de cada posible forma de ser. A partir de estos, se podr seleccionar lo que se debe imitar y tambin lo que [...] se debe evitar. A menos que me engae [...], no ha existido ningn Estado con mayor potencia, con una moral ms pura, o ms frtil en buenos ejemplos; o cualquier otro en el que la avaricia y el lujo hayan tardado ms en triunfar, o en el que la pobreza y la frugalidad hayan sido tan profunda y continuamente honradas, mostrando as claramente que cuanta menor riqueza poseen los hombres, menos codician. En estos ltimos aos la riqueza ha llevado a la avaricia, y el deseo ilimitado de placer ha creado en los hombres una pasin por arruinarse a s mismos y a todo lo dems, a travs de la autoindulgencia y del libertinaje. Pero las crticas, que sern mal acogidas aun cuando tal vez fuesen necesarias, no deben aparecer al principio de todos los sucesos de esta extensa obra. Preferiremos empezar con presagios favorables, y si pudisemos adoptar la costumbre de los poetas, sera mucho ms grato comenzar con los ruegos y las splicas a los dioses y diosas que garantizarn un resultado favorable y xito a la gran tarea que tenemos ante nosotros. Tito Livio, Ab urbe condita, Prefacio. 26. El descontento, que creca da tras da, se acrecentaba an ms por los signos de infortunio de un slo individuo. Un anciano, mostrando pruebas visibles de todos los males que haba sufrido, apareci de repente en el Foro. Su ropa estaba cubierta de suciedad, su apariencia personal era an ms repugnante por su hedor corporal y su palidez, la barba y pelo descuidados le hacan parecer un salvaje. A pesar de este desfiguramiento fue reconocido por los conmovidos testigos; dijeron que haba sido centurin y mencionaron varias de sus condecoraciones militares. Se descubri el pecho y mostr las cicatrices que atestiguaban las muchas luchas en que combati honorablemente. La multitud haba crecido hasta casi convertirse en una Asamblea del pueblo. Le preguntaron: "De dnde vienen esos vestidos y esa degradacin?" Dijo que mientras serva en la Guerra Sabina, no slo perdi el producto de sus tierras por las depredaciones del enemigo, sino que su granja haba sido incendiada, toda su propiedad confiscada, sus ganados expoliados y los impuestos de guerra se llevaron cuanto fue capaz de pagar, quedando al fin como deudor. Esta deuda haba aumentado considerablemente por la usura y le haban despojado, en primer lugar, de la granja de su padre y abuelo y despus de sus otras propiedades, para por fin le atacara la peste. No slo haba sido esclavizado por su acreedor, sino puesto en un trabajo bajo tierra: una muerte en vida. Luego mostr su espalda escariada con las marcas recientes de los azotes. Al ver y or esto, se levant un gran clamor; la emocin no se limitaba al Foro y se extendi por toda la ciudad. 27. Virgilio Orfeo, buscando el consuelo de su amor desgraciado en la cncava lira, te cantaba a ti, dulce esposa, a solas en la playa solitaria, a ti te cantaba, cuando llegaba el da, a ti, cuando el da se marchaba. 28. Entonces otro espectculo ms imponente y mucho ms terrible se ofrece a los mseros troyanos y turba sus corazones desprevenidos. Laocoonte, designado por sorteo sacerdote de Neptuno, se encontraba sacrificando ante los altares en los que se celebran solemnes sacrificios un toro de gran tamao. He aqu que desde Tnedos, a travs de la tranquila superficie del mar, (me horrorizo al narrarlo) dos serpientes se tienden con inmensos anillos sobre el pilago y a un tiempo se dirigen a la orilla. Sus pechos erguidos en medio del oleaje y sus crestas sanguneas sobresalen por encima de las olas, el resto de su cuerpo por detrs recorre el mar y enroscndose arquea sus inmensos lomos. En las aguas espumeantes se produce un chapoteo. Y ya haban alcanzado la ribera y con sus ojos ardientes inyectados de sangre y fuego laman con sus lenguas vibrantes sus silbantes bocas. Ante aquella visin huimos exanges. Ellas, siguiendo una trayectoria fija, se dirigen a Laocoonte; y primero ambas serpientes rodeando los pequeos cuerpos de sus dos hijos se enroscan y devoran con su mordisco sus mseros miembros; a continuacin se apoderan del propio Laocoonte, que acude precipitadamente en ayuda de aqullos con las flechas en la mano, y le sujetan describiendo enormes roscas; despus de rodear dos veces su cuerpo por la mitad y de enroscar por dos veces en torno a su cuello sus espaldas cubiertas de escamas, sus cabezas y sus enhiestas cervices sobresalen por encima. El intenta desgarrar con las manos sus nudos; sus cintas sagradas estn impregnadas de baba y negro veneno; al mismo tiempo alza hasta los cielos unos gritos horribles semejantes a los mugidos que lanza un toro cuando herido huye del altar y sacude con su cuello el hacha que no ha sido certera. Las dos serpientes deslizndose huyen hacia el templo situado en lo alto, tratan de llegar a la ciudadela de la cruel Tritonia y se refugian bajo los pies de la diosa y bajo el orbe de su escudo. 29. Horacio Termin un monumento ms perenne que el bronce y ms alto que las regias Pirmides al que ni la voraz lluvia ni el impotente Aquiln podrn destruir, ni la innumerable sucesin de los aos, ni la huida de los tiempos. No morir del todo: una gran parte de m se salvar de Libitina. Crecer en los que vengan tras de m con gloria siempre nueva, mientras suba el pontfice al Capitolio junto a la virgen silenciosa. 30. No pretendas saber, pues no est permitido, el fin que a m y a ti, Leucnoe, nos tienen asignados los dioses, ni consultes los nmeros Babilnicos. Mejor ser aceptar lo que venga, ya sean muchos los inviernos que Jpiter te conceda, o sea ste el ltimo, el que ahora hace que el mar Tirreno rompa contra los opuestos cantiles. No seas loca, filtra tus vinos y adapta al breve espacio de tu vida una esperanza larga. Mientras hablamos, huye el tiempo envidioso. Vive el da de hoy. Captralo. No fes del incierto maana. Feliz aquel que, ajeno a los negocios, como los primitivos, labra tierra paterna con sus bueyes libre de toda usura; que no oye el agrio son de la corneta, ni teme el mar airado, y evita el Foro y las soberbias puertas de los ms poderosos; 31. Tibulo y Propercio Cintia fue la primera que me cautiv con sus ojos, pobre de m, no tocado antes por pasin alguna. Entonces Amor humill la continua arrogancia de mi mirada y someti mi cabeza bajo sus plantas, hasta que, cruel, me indujo a odiar a las castas doncellas y a llevar una vida sin ningn sentido. Y ya hace un ao entero que no me deja esta loca pasin, mientras se me obliga a tener a los dioses contra m. Mientras el destino lo permita101, saciemos los ojos de amor: se te acerca una larga noche y el da que no volver. Y ojal quisieras que estuviramos ntimamente encadenados, hasta el punto de que ningn da nos separe jams! Aade vino y alivia las recientes desgracias con la bebida, de modo que el sueo ocupe los ojos vencidos del cansado y nadie despierte al que inunda sus ojos con mucho Baco en tanto descansa su desdichado amor. Le ha sido colocada a nuestra muchacha una cruel custodia y la firme puerta se cierra con dura aldaba. Puerta de un amo inaccesible, que la lluvia te azote, que te alcancen los rayos enviados por mandato de Jpiter! Puerta, ojal te abras ya para m solo, vencida por mis lamentos, y no resuenes al abrirte girando furtivamente el quicio. Y si mi locura lanz contra ti insultos, perdnalos: pido que caigan sobre mi cabeza. Debes acordarte de todo lo que he perseguido con voz suplicante, cuando dejaba floridas guirnaldas a tu puerta. 32. OvidioMucho amor germina en la casualidad; tened siempre dispuesto el anzuelo, y en el sitio que menos lo esperis encontraris pesca. Ofrecer amistad al que pide amor es como dar pan al que muere de sed. As corrompe el ocio al cuerpo humano, como se corrompen las aguas si estn quedas. No os entreguis por demasiado a la ira; una ira prolongada engendra odio. Si alguien en la ciudad de Roma ignora el arte de amar, lea mis pginas, y ame instruido por sus versos. El arte impulsa con las velas y el remo las ligeras naves, el arte gua los veloces carros, y el amor se debe regir por el arte. 33. Cerca del pas de los Cimerios hay una caverna muy profunda, un monte hueco, la morada y santuario del perezoso Sueo; all jams puede Febo, ni al amanecer, ni al medio da, ni en su ocaso, penetrar con sus rayos; la tierra exhala neblinas y tinieblas, y hay siempre una dbil luz crepuscular. All el ave madrugadora, coronada de cresta, no llama a la aurora con su quiquiriqu, ni con sus ladridos rompen el silencio los perros guardianes ni el ganso, ms sagaz que los perros; ni fieras ni reses ni ramas movidas por la brisa ni el gritero de lenguas humanas producen ruido. Reina una muda quietud. Sin embargo, de las entraas de una roca brota un arroyo del ro del Olvido; sus aguas se deslizan rumorosas por un lecho de fragorosos guijarros, invitando al sueo. A la entrada de la caverna florecen fecundas adormideras y numerosas plantas; de sus jugos liba la Noche el narctico que luego esparce con el roco por las tenebrosas tierras. Tampoco rechina la puerta al girar el quicio; ninguna hay en toda la mansin, ningn guardin en el umbral; s se alza en el centro de la gruta un lecho de bano y plumas, monocolor y cubierto de negras colchas. All descansa el dios en persona, entregado a la holganza. Esparcidos a su alrededor e imitando diferentes figuras estn tendidos tantos vanos sueos como espigas tiene una mies, hojas un bosque, y granos de arena una playa 34. La literatura, fuente del latn clsico Hay que citar como autores destacados de la prosa a Sneca, filsofo autor de tratados y cartas; al historiador Tcito, de prosa concisa, que expone en sus Anales e Historias una amarga visin del Imperio; al africano Apuleyo, autor de El asno de oro, y entre los poetas, al hispano Marcial, autor de epigramas, y al satrico Juvenal, crtico de la sociedad de su tiempo. De fines del siglo l y principios del ll d. C. 35. SnecaCon satisfaccin me he enterado por aquellos que vienen de donde ests t que vives familiarmente con tus esclavos. Tal comportamiento est en consonancia con tu prudencia, con tus conocimientos. Son esclavos. Pero tambin son hombres. Son esclavos. Pero tambin comparten tu casa As pues me ro de esos personajes que consideran una bajeza cenar en compaa de su esclavo. Y cul es el motivo sino la muy insolente costumbre que obliga a que permanezca de pie, en torno al seor, mientras cena, un tropel de esclavos? Anmate a pensar que ste a quien llamas tu esclavo ha nacido de la misma semilla que t, goza del mismo cielo, respira de la misma forma, vive y muere como t. Es un esclavo, pero quiz con un alma libre. Es un esclavo. Esto le va a perjudicar? Mustrame uno que no lo sea: uno es esclavo de la lujuria, otro de la avaricia, otro de los honores; todos esclavos de la esperanza, todos del temor. Puedo citarte un excnsul esclavo de una viejecita, un rico esclavo de una joven sirvienta; te mostrar jvenes muy nobles esclavizados por bailarines de pantomima. No existe esclavitud ms deshonrosa que la voluntaria. Sneca, Epstolas morales a Lucilio 47. 36. LA FELICIDAD La vida feliz es, por tanto, la que est conforme con su naturaleza; lo cual no puede suceder ms que si, primero, el alma est sana y en constante posesin de su salud; en segundo lugar, si es enrgica y ardiente, magnnima y paciente, adaptable a las circunstancias, cuidadosa sin angustia de su cuerpo y de lo que le pertenece, atenta a las dems cosas que sirven para la vida, sin admirarse de ninguna; si usa de los dones de la fortuna, sin ser esclava de ellos. Comprendes, aunque no lo aadiera, que de ello nace una constante tranquilidad y libertad, una vez alejadas las cosas que nos irritan o nos aterran; pues en lugar de los placeres y de esos goces mezquinos y frgiles, daosos aun en el mismo desorden, nos viene una gran alegra inquebrantable y constante, y al mismo tiempo la paz y la armona del alma, y la magnanimidad con la dulzura; pues toda ferocidad procede de debilidad. Sobre la felicidad, 3, 3-4 37. Tcito Pero ahora Britania queda completamente al descubierto: ni un pueblo ms all, nada salvo olas sobre los acantilados y una amenaza peor, los Romanos, de cuya prepotencia no vamos a librarnos con una rendicin digna. Depredadores que son de la tierra, cuando ya lo han devastado todo y les falta tierra, miran al mar: avaros, si el enemigo es rico, y rastreros, si pobre, no se han saciado con Oriente ni Occidente: slo ellos ansan con igual tesn riquezas y miseria. Al expolio, la matanza y el saqueo los llaman por mal nombre hegemona, y all donde crean un desierto, dicen que hay paz. nunc terminus Britanniae patet; sed nulla iam ultra gens, nihil nisi fluctus ac saxa, et infestiores Romani, quorum superbiam frustra per obsequium ac modestiam effugias. Raptores orbis, postquam cuncta uastantibus defuere terrae, mare scrutantur: si locuples hostis est, auari, si pauper, ambitiosi, quos non Oriens, non Occidens satiauerit: soli omnium opes atque inopiam pari adfectu concupiscunt. Auferre, trucidare, rapere falsis nominibus imperium, atque ubi solitudinem faciunt, pacem appellant. Tac. Agr. 29-32. Discurso de Calgaco http://historiasdelahistoria.com/2012/ 01/20/calgaco-el-primer-braveheart 38. Marcial Novio interesado Gemelo pide en matrimonio a Maronila, y la desea y la acosa y le suplica y le ofrece regalos. Tan guapa es? Ca, no hay cosa ms fea. Qu busca, pues, y le agrada en ella? Tose. Los invitados de Cota T, Cota, no invitas sino a quien se baa contigo y nicamente los baos te proporcionan convidados. Me extraaba por qu no me habas invitado nunca, Cota. Ahora veo que yo no te he gustado desnudo. Caprichos de nuevo rico Exoneras el vientre, y no te da vergenza, en un desgraciado bacn de oro, Baso, y bebes en copa de vidrio: cagas, por tanto, ms caro. Lo de atrs para quin? Si te depilas el pecho, las piernas y los brazos, y si tu minga rapada est rodeada de unos cortos pelos, esto lo haces, Labieno, quin no lo sabe? en atencin a tu amiga. Si te depilas el culo, Labieno, para quin lo haces? 39. Juvenal El pueblo, del que en otro tiempo dependan el gobierno, la justicia, las fuerzas armadas, todo, ahora se desentiende y slo desea con ansia dos cosas: pan y circo. Nam qui dabat olim imperium, fasces, legiones, omnia, nunc se continet atque duas tantum res anxius optat, panem et circenses. orandum est ut sit mens sana in corpore sano. fortem posce animum mortis terrore carentem, qui spatium vitae extremum inter munera ponat naturae, qui ferre queat quoscumque labores, nesciat irasci, cupiat nihil et potiores Herculis aerumnas credat saevosque labores et venere et cenis et pluma Sardanapalli. monstro quod ipse tibi possis dare; semita certe tranquillae per virtutem patet unica vitae. Se debe orar que se nos conceda una mente sana en un cuerpo sano. Pedid un alma fuerte que carezca de miedo a la muerte, que considere el espacio de vida restante entre los regalos de la naturaleza, que pueda soportar cualquier clase de esfuerzos, que no sepa de ira, y est libre de deseos y crea que las adversidades y los terribles trabajos de Hrcules son mejores que las satisfacciones, la fastuosa cena y la placentera cama de plumas de Sardanpalo. Te muestro lo que t mismo puedes darte, con certeza que la virtud es la nica senda para una vida tranquila. 40. En esta poca el latn se ha extendido a todas las regiones del Imperio. Es un perodo de crisis internas en el gobierno de Roma, al tiempo que se agravan tambin las amenazas exteriores procedentes de pueblos fronterizos como los germanos y los persas. EL LATN TARDO 41. Durante este perodo la lengua de la literatura se caracteriza por alejarse cada vez ms de la norma clsica y mostrar una mayor cercana al latn del pueblo. La literatura de este perodo est escrita por autores paganos y cristianos. Entre los paganos que escriben en prosa podemos destacar a Simaco (s. IV), autor de una coleccin de cartas, Amiano Marcelino (s. IV), que escribe una historia de Roma en la que se analiza, siguiendo el modelo de Tcito, el ltimo perodo imperial, y Macrobio (s. V), erudito comentarista de Cicern y Virgilio, y autor de unas Saturnales, obra en la que se discute de literatura. Entre los poetas paganos de esta poca destacan, Ausonio (s. IV), poeta lrico procedente de la Galia, y el africano Claudiano (s. IV], poeta pico, mitolgico y cortesano. EL LATN TARDO Y EL LATN CRISTIANO 42. Florece adems en estos siglos una lengua especial, de grupo, que es el latn cristiano, cuyas caractersticas son las siguientes: Una lengua muy prxima al latn del pueblo, puesto que el mensaje cristiano iba dirigido a todos. Un lxico particular, con notables influencias del griego y del hebreo bblico. Una simplificacin en general de la lengua y el estilo, puesto que la preocupacin mayor radicaba en el mensaje transmitido, y no en la forma de transmitirlo. Como usos concretos, citamos los siguientes: preferencia por el adjetivo en lugar del genitivo complemento del nombre; uso de frases nominales por influencia bblica; empleo del giro preposicional con ad en vez del simple dativo. EL LATN CRISTIANO 43. LITERATURA LATINA CRISTIANA La literatura cristiana aparece a fines del siglo II con el propsito de defender al cristianismo de los ataques de los paganos. Entre los apologistas destacan en primer lugar Tertuliano (que vivi a fines del s. ll y principios del lll), Arnobio y Lactancio (que vivieron a fines del lll y principios del IV). San Cipriano (s. lll), obispo de Cartago, es autor de tratados doctrinales y cartas. Los primeros poetas fueron Juvenco (del s. IV), autor de un poema pico sobre los Evangelios, y Prudencio (tambin del s. IV), que compuso no slo himnos lricos en honor de los mrtires, sino tambin una epopeya alegrica en la que luchan las virtudes contra los vicios (la Psicomachia, o 'lucha del alma'). 44. LITERATURA LATINA CRISTIANA Los grandes padres de la Iglesia perfilaron en sus escritos la doctrina cristiana. San Hilario de Poitiers (s. IV) escribi tratados doctrinales e himnos litrgicos. San Ambrosio (s. IV) compuso tambin himnos litrgicos, discursos y obras teolgicas y exegticas de la Biblia. San Jernimo (s. IV) hizo la traduccin de la Biblia al latn (la Vulgata), aparte de escribir cartas y obras historiogrficas. En el siglo V destaca la figura de San Agustn, autor de obras tan importantes como Las Confesiones, que es una autobiografa espiritual, y La ciudad de Dios, una obra histrica a su manera. De este mismo siglo es el historiador Orosio, autor de una Historia contra los paganos de inspiracin cristiana. Boecio (s. VI), filsofo conocido por su obra La consolacin por la filosofa, y San Isidoro (s. VI), autor de las Etimologas, son los ltimos autores latinos cristianos de la Antigedad. 45. PATER NOSTER Pater Noster, qui es in caelis, sanctifictur nomen Tuum, adveniat Regnum Tuum, fiat volntas tua, sicut in caelo et in terra. Panem nostrum cotidinum da nobis hdie, et dimitte nobis dbita nostra, sicut et nos dimittmus debitribus nostris; et ne nos indcas in tentationem, sed libera nos a malo. 46. San Agustn Pero qu es lo que yo amo cuando os amo? No es hermosura corprea ni bondad transitoria, ni luz material agradable a estos ojos; no suaves melodas de cualesquiera canciones; no la gustosa fragancia de los flores, ungentos o aromas; no la dulzura del man, o la miel, ni finalmente, deleite alguno, que pertenezca al tacto o a otros sentidos del cuerpo. Nada de eso es lo que amo, cuando amo a mi Dios; y no obstante eso, amo una fragancia, un cierto manjar y un cierto deleite cuando amo a mi Dios, que es la luz, meloda, fragancia, alimento y deleite de mi alma. Resplandece entonces en mi alma una luz que no ocupa lugar; se percibe un sonido que no lo arrebata el tiempo; se siente una fragancia que no la esparce el aire; se recibe gusto de un manjar que no se consume Comindose; se posee estrechamente un bien tan delicioso, que por ms que se goce y se sacie el deseo, nunca puede dejarse por fastidio. Pues todo esto es lo que amo, cuando amo a mi Dios.