Lateralidad y práctica deportiva En este Monográfico destinado al estudio en profundidad de Lateralidad y Práctica deportiva, se integran cuatro artículos que describen los recientes avances en fútbol que se han investigado sobre el Binomio de reciente éxito y cada vez más trabajado: Lateralidad y Rendimiento de Alto nivel. Se empieza describiendo los conceptos necesarios para entender como se trabaja la Lateralidad en el Deporte, para avanzar al segundo con la definición y clasificación de este concepto, aportando ejemplos con futbolistas en activo. En el tercer articulo se explican los Test y Pruebas que se utilizan para evaluar la lateralidad en el fútbol, y deporte en general, y por último, se apuntarán los nuevos campos de actuación en los que se encuentra inmerso este trabajo. Todos ellos ayudarán a extraer conclusiones de cómo trabajando este campo en la mejora de las destrezas técnicas del futbolista actual, no importará la edad que tenga para conseguir avances significativos en la mejora de su técnica y en su desarrollo como profesional. Para situarnos en el tema, es preciso centrar el concepto en el ámbito del fútbol como disciplina deportiva. Se puede decir que un equipo de fútbol, es una cadena de eslabones – con 2 apoyos cada uno – que necesitan ser fuertes de forma individual para que al engranarlos, el resultado sea una unidad sólida y enérgica que consiga “avanzar en la batalla con pase firme y decidido”. La fortaleza del equipo se endurece con cada una de las piezas preparadas en el tablero, y emulando el césped a un campo de ajedrez, los vértices de cada lado del campo se perciben desde un hemisferio cerebral distinto, atendiendo a la lateralidad con la que funciona el futbolista a nivel neuromotriz. Antes de describir el concepto – Lateralidad – es importante señalar su utilidad incorporada al entrenamiento global del futbolista. En el deporte de alto rendimiento, los deportistas que compiten domingo a domingo, disponen de información privilegiada para que el entrenador establezca criterios de mejora en los entrenamientos a posteriori. Estas áreas de mejora, presentan diversas debilidades, y es complejo definir criterios objetivos para su detección, debido a la infinidad de indicadores que afectan al rendimiento del futbolista directa o indirectamente, ya que estos pueden ser: internos o externos (Preocupación excesiva por hacerlo bien; Presión social de la afición y medios, etc.); o bien de actuaciones concretas en situaciones de juego (Libre directo, indirecto, penalti, saque de esquina, etc.). De todos estos indicadores, algunos son controlables y otros impredecibles por completo. Pues bien, el análisis de estas situaciones de juego han servido para extraer

indicadores que muestran que la lateralidad del futbolista está relacionada con la mejora de la técnica individual del jugador y de su preparación en colectivo, a la hora de tomar decisiones en el campo, teniendo en cuenta el número elevado de ellas que tiene que elegir un futbolista en breves y cortos periodos de tiempo. Ahondando aún más, aumentan las canteras de fútbol europeo que incluyen en el perfil psicodeportivo del futbolista que demandan, una Lateralidad especifica para un puesto concreto, ya que con este conocimiento se pueden realizar entrenamientos específicos en los que, el futbolista puede aprender y reaprender gestos técnicos de forma eficaz. Conocer cuál es la lateralidad idónea para un puesto especifico, optimiza el modelo mental de la ubicación técnico – táctica de cada futbolista en las 3 líneas de juego que defiende el portero. Pero ¿qué significa exactamente funcionar con una lateralidad preferente? Es preciso recalcar que, en el mundo occidental, existe una tendencia natural a utilizar un lado del cuerpo con más frecuencia que el otro para realizar diferentes tareas de la vida cotidiana. Algunas personas se inclinan por utilizar el lado derecho para realizar dichas tareas, y otras en cambio, lo hacen por el lado izquierdo. Además, están las que tienen la habilidad de poder hacerlas con ambos lados indistintamente. Esto es lo que se conoce como ambidextra. Las estadísticas, en numerosos estudios realizados hasta el momento en este campo, en la población general, indican que las distinciones a la hora de utilizar un lado preferentemente al otro son:

— Predominio: mano derecha: 88.2% — Predominio: pie derecho: 81.0% — Predominio: ojo derecho: 71.1% — Predominio: oído derecho: 59.1% — Mano y pie del mismo lado: el 84% — Ojo y oído del mismo lado: 61.8%

Hasta aquí puede generar curiosidad por los datos del predominio derecho del cuerpo en la actividad humana, pero para explicar la base científica del concepto de Lateralidad en el ámbito deportivo, hay que saber de forma sintética que, si consideramos la lateralidad como la expresión final de lo innato y lo espontáneo, los factores que condicionan una u otra preferencia, pueden agruparse en: neurofisiológicos, genéticos y ambientales:

— Los factores neurofisiológicos resaltan la existencia de diferentes funciones que predominan en cada hemisferio cerebral, es decir, el funcionar con Lateralidad Diestra del cuerpo, indica que se utiliza principalmente el hemisferio izquierdo del cerebro, el encargado de la lógica, la razón y el pensamiento científico, mientras que el uso de Lateralidad Izquierda, funciona preferentemente bajo las ordenes del

hemisferio derecho, el de la creatividad, las emociones y el pensamiento global.

— Es evidente que la genética juega un papel importante la hora de definir lateralidad, dotando al futbolista de una serie de características que entrenadas de forma continua y sistemática, facilitan poder ser un deportista de élite. No obstante, se conocen historias de superación de futbolistas que con esfuerzo y persistencia, y con la ilusión de creer en un sueño (el Barcelona le ofreció pagar a Messi los gastos de su enfermedad hormonal ) han conseguido grandes éxitos deportivos, sin tener que recurrir a la genética para conseguir grandes metas.

— Conjuntamente, el contexto socio – cultural en el que se programen las creencias de los futuros futbolistas (ser zurdo ya se sabe que “no está bien visto”), también explicarán porqué se usa de forma preferente una parte del cuerpo al otro.

Y así, llegamos a la conclusión de que en conjunto (el cerebro, la genética y el contexto social) serán los que al combinarse junto al esfuerzo del futbolista, den resultados de rendimiento excepcionales. Estos datos indican que la mayor parte de la población es diestra, pocas personas de lateralidad zurda, y escaso número de ellas utilizan ambas partes del cuerpo para realizar las tareas cotidianas. Lo interesante es preguntarse, si estamos capacitados para utilizar ambos lados del cuerpo con la misma eficacia que la mayoría, y que tipo de relevancia indica esto para el trabajo con futbolistas. La próxima semana, continuamos con los tipos de lateralidad deportiva y su aplicación al campo del fútbol. Amalia Revuelta Candón Coach y Psicóloga Deportiva