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LAS VACACIONES EN FAMILIA Cómo sobrevivir a Para algunos las idílicas escenas familiares de los anuncios solo se ven en televisión. Llegan las vacaciones y toca enfrentarse a las disputas entre hermanos, discusiones con los cuñados y reproches de la pareja. Te damos el kit de supervivencia comunicativa para que la convivencia no sea un suplicio. Teresa Baró, experta en comunicación personal D urante el año, la rutina, los horarios y las obligaciones nos permiten tener la sen- sación de que todo está bajo control, a pesar del ritmo intenso al que estamos sometidos. Pero llegan las tan ansiadas vacaciones y todo cambia. Nos disponemos a disfrutar de un tiempo de descanso, ocio, tiempo libre, cultura… y, sobre todo, familia. Y muchas veces toca enfrentarse a las disputas y esperar a que la vorágine pase rápido para volver a la rutina. ¿Qué ha pasado? Pues que no se han cumplido las altas expectativas que nos hacemos de la convivencia. Y es que olvidamos que la comunicación no es fluida por naturaleza sino que hay que trabajar en ella y desplegar unas buenas habilidades para cada situación. La comunicación consciente y respon- sable nunca puede irse de vacaciones y mucho menos en un momento donde hay más fricciones y más riesgo de conflicto. Ahí va nuestro kit de supervi- vencia comunicativa en familia. 1. FORTALECE A TU EQUIPO El cambio de ritmo nos afecta a todos y es un buen momento para repensar la participación de toda la familia en las tareas domésticas, para que los adultos también puedan descansar. Si eres tú la que siempre se ocupa de la comida ahora es el momento de darte un respi- ro. Si es tu pareja quien hace la compra, ahora pueden encargarse tus hijos. ¿Fantástico verdad? Pero no esperes que esto surja de la nada, sino que se tiene que preparar. ¿Cuándo? En el mo- mento en que preparáis las vacaciones podéis tratar también la distribución de tareas según la edad o las habilidades o preferencias de cada uno. Es mejor que se pacte antes de salir de casa. Así todos sabrán qué pueden aportar, qué se espera de ellos y por lo que tendrán que responder. Si ha sido acordado con el beneplácito de todos, será más fácil que después se cumpla y así evitaremos un montón de discu- siones entre hermanos, reproches a la pareja o el mal humor del que todo lo traga y se carga con el trabajo. 2. NEGOCIA CON TUS HIJOS Tendrás que sentar las bases de una buena organización y negociar con ellos horarios, permisos, salidas, etc. Es una de las fuentes principales de riñas entre padres e hijos que con frecuencia acaba afectando a la pareja. Es importante que haya claridad en los mensajes: qué es negociable y qué no lo es. Y no olvides que lo acordado hay que cumplirlo… ¡Por las dos partes! 3. PAZ ENTRE GENERACIONES... Es muy frecuente que en verano nos encontremos con familiares a los que CONDICIONES PARA QUE EL EQUIPO FUNCIONE • Distribuir las tareas en función de las capacidades de cada uno. • Para que alguien pueda asumir la responsabilidad de una tarea hay que enseñarle a hacerla. • Muchas tareas necesitan un mentor. Buen momento para enseñar a los más pequeños, compartir y ver cómo van ganando autonomía. El que enseña también aprende. Repartir equitativamente las tareas más pesadas y desagradables. C oaching 86 - objetivobienestar.com - 87

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las vacaciones en familia

Cómo sobrevivir a

Para algunos las idílicas escenas familiares de los anuncios solo se ven en televisión. Llegan las vacaciones y toca enfrentarse a las disputas entre

hermanos, discusiones con los cuñados y reproches de la pareja. Te damos el kit de supervivencia comunicativa para que la convivencia no sea un suplicio.

Teresa Baró, experta en comunicación personal

Durante el año, la rutina, los horarios y las obligaciones nos permiten tener la sen-sación de que todo está bajo

control, a pesar del ritmo intenso al que estamos sometidos. Pero llegan las tan ansiadas vacaciones y todo cambia. Nos disponemos a disfrutar de un tiempo de descanso, ocio, tiempo libre, cultura… y, sobre todo, familia. Y muchas veces toca enfrentarse a las disputas y esperar a que la vorágine pase rápido para volver a la rutina. ¿Qué ha pasado? Pues que no se han cumplido las altas expectativas que nos hacemos de la convivencia. Y es que olvidamos que la comunicación no es fluida por naturaleza sino que hay que trabajar en ella y desplegar unas buenas habilidades para cada situación. La comunicación consciente y respon-sable nunca puede irse de vacaciones y mucho menos en un momento donde hay más fricciones y más riesgo de conflicto. Ahí va nuestro kit de supervi-vencia comunicativa en familia.

1. Fortalece a tu equipoEl cambio de ritmo nos afecta a todos y es un buen momento para repensar la

participación de toda la familia en las tareas domésticas, para que los adultos también puedan descansar. Si eres tú la que siempre se ocupa de la comida ahora es el momento de darte un respi-ro. Si es tu pareja quien hace la compra, ahora pueden encargarse tus hijos. ¿Fantástico verdad? Pero no esperes que esto surja de la nada, sino que se tiene que preparar. ¿Cuándo? En el mo-mento en que preparáis las vacaciones

podéis tratar también la distribución de tareas según la edad o las habilidades o preferencias de cada uno.Es mejor que se pacte antes de salir de casa. Así todos sabrán qué pueden aportar, qué se espera de ellos y por lo que tendrán que responder. Si ha sido acordado con el beneplácito de todos, será más fácil que después se cumpla y así evitaremos un montón de discu-siones entre hermanos, reproches a la pareja o el mal humor del que todo lo traga y se carga con el trabajo.

2. Negocia coN tus hijos Tendrás que sentar las bases de una buena organización y negociar con ellos horarios, permisos, salidas, etc. Es una de las fuentes principales de riñas entre padres e hijos que con frecuencia acaba afectando a la pareja. Es importante que haya claridad en los mensajes: qué es negociable y qué no lo es. Y no olvides que lo acordado hay que cumplirlo… ¡Por las dos partes!

3. paz eNtre geNeracioNes...Es muy frecuente que en verano nos encontremos con familiares a los que

CondiCiones para que el equipo funCione • Distribuir las tareas en función de las capacidades de cada uno.

• Para que alguien pueda asumir la responsabilidad de una tarea hay que enseñarle a hacerla.

• Muchas tareas necesitan un mentor. Buen momento para enseñar a los más pequeños, compartir y ver cómo van ganando autonomía. El que enseña también aprende.

• Repartir equitativamente las tareas más pesadas y desagradables.

Coaching

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vemos poco y que tengan que convivir bajo un mismo techo tres generaciones y varias ramas familiares. Si añadimos además los amigos, las relaciones se convierten en un entramado complejo que necesita habilidades comunicativas extraordinarias. ¿Qué podemos hacer?Tenemos que pedir a adolescentes y mayores que se ejerciten en el arte de la conversación y el debate tolerante. Alrededor de la mesa, es el momento de escuchar a los abuelos y a los más jóvenes: todos tienen algo que aportar. Pero es frecuente que la divergencia de puntos de vista sea fuente de agrias discusiones y algún desplante que amenaza la convivencia. Algunos abuelos, por dificultades auditivas o por desconocimiento de los temas que interesan a los demás miembros de la familia, acaban por desconectar o, lo que es peor, quedan marginados de la conversación a su pesar. Es importante que se sientan parte del grupo.

4. y técNicas de autocoNtrol No dejes que las opiniones e ingerencias de tus padres alteren tu ánimo. Practica técnicas de autocontrol y abstente de contestar de forma cortante o agresi-

va, de utilizar la ironía y el sarcasmo. Agradece sus opiniones y consejos, aun-que no te parezcan acertados. Acepta las críticas sin tomarlas como algo personal, entiende que cada uno puede tener su punto de vista y que a tu madre le cuesta horrores morderse la lengua y callarse un buen consejo.

5. Familia política y diplomaciaSi tu familia política es encantadora y lo pasáis muy bien juntos, tienes mucho trabajo hecho. Pero si eres de las que perciben a suegros y cuñados como una amenaza, activa tus habilidades de au-tocontrol y de relación, pues no ganarás

nada con un enfrentamiento. No les veas los defectos sino sus virtudes –que seguro que las tienen– y tu comunica-ción será más positiva. Evita ponerte a la defensiva si su sola presencia ya te altera y te recuerda experiencias anteriores. Hay temas incendiarios –política, fútbol o religión– que es mejor descartar.

6. educar coN el ejemploEn vacaciones podemos dedicarles más tiempo y cualquier actividad es buena para ayudarles a madurar intelectual-mente y socialmente. Probablemente se encontrarán en situaciones nuevas y tendremos que ser pacientes para enseñarles cómo comportarse. Estas son las pautas de actuación: •Antes: Explicarles precisamente qué tendrán que hacer, con quién se encontrarán y qué esperamos de su comportamiento. Por ejemplo: “Tendremos invitados y tendrás que saludar” o bien, “iremos a un museo y no se puede ni gritar ni correr”.•Durante: Cuando hacen algo que no es correcto o no se portan bien lo mejor es explicarles cómo tienen que com-portarse. Evitamos los gritos, insultos y amenazas. Por ejemplo: “Hay que esperar a que todos estén sentados para empezar a comer” en lugar de “si te pillo cogiendo otra croqueta te vas a enterar”.•Después: Elogiemos el esfuerzo que han hecho y resaltemos sus logros. Por ejemplo: “Me ha gustado mucho que ofrecieras tus juguetes a tu primo” o “he visto que has pedido por favor el agua al camarero: muy bien hecho”.

7. marcaNdo territorioLa privacidad no solo es muy impor-tante para las parejas, lo es para todos, y especialmente para los adolescentes, que necesitan también sentirse seguros en su espacio particular, por reducido que sea. Cuando la casa se llena de visi-tas ten en cuenta que tu hijo necesitará sus momentos de soledad. Tan impor-tante como el deber de compartir es el derecho al silencio. Pacta espacios y tiempos para la calma, para que puedan hacer sus actividades preferidas o pue-dan retirarse del barullo familiar.

8. jugar a cualquier edadEn cualquier momento, los juegos de todo tipo son un gran campo de entrenamiento de habilidades de comunicación. De mesa, al aire libre, en ruta o deportivos… Hay un sinfín de posibilidades y pueden ser divertidos para todos. Aprovechar estos días en que estamos juntos sin obligaciones horarias para compartir actividades donde haya una interacción cara a cara y cuerpo a cuerpo: jugar al parchís, al futbol, a adivinar películas… Si crees que tus hijos pasan demasiado tiempo con juegos electrónicos, ofréceles alter-nativas. No sirve de nada decir “niño, deja de jugar a la consola”, sin más.

9. seNtido del humor La capacidad para tomárselo todo con buen humor, reírse de una misma es fundamental para sobrellevar estos días. Y además, hacer broma y contar chistes. “Nos hemos perdido”, “se

ha roto un vaso”, “se ha quemado el arroz”… No pasa nada, siempre habrá un lado divertido. Tomar fotos –selfies también– y vídeos puede ser un gran en-tretenimiento que nos ayuda. Podemos además montar actividades de mímica, títeres, teatro o contar chistes. En gene-ral, los juegos, provocan risas

10. tiempo para el cariño Se puede expresar a través del tono de voz, de la sonrisa, de la mirada, de las palabras… y especialmente del tacto. Con los juegos “cuerpo a cuerpo” tenemos la oportunidad de aprovechar todos los beneficios del contacto físico entre todos los miembros de la familia. Practicar deporte, divertirse en el agua, jugar en la cama de los padres... Todo ello favorece el contacto. Besos, abrazos, cosquillas, palmadas, masajes son el ali-mento del cuerpo y del alma. Un abrazo después de una riña borra el mal humor. Tenemos que ser generosos en mimos, en especial con los más pequeños.

Coaching

• Hablad, hablad y hablad. • Tratad los problemas que vayan surgiendo y no los vayáis guardando hasta explotar.• Cuida mucho el tono de voz, la expresión del rostro y tus palabras: tienen que ser tranquilos, empáticos, respetuosos y cariñosos.• Si algo que te ha dicho te ha sentado mal o te ha disgustado expresa tus emociones pero no te encierres en ti misma, o no se lo hagas pagar a tu pareja mostrando tu peor humor. • Procura que cada día haya un momento de intimidad. Si es difícil porque estáis rodeados, pensad en una escapada o en pedir a alguien que se quede con los niños. • Aunque estéis de viaje, en un camping o en el campo, arréglate y anima a tu pareja a que también lo haga.• Es un buen momento para el romanticismo: paseos, siestas, cenas, cine, conciertos, visitas que os emocionen y os hagan sentir unidos.• No olvides los abrazos, besos, masajes y caricias a lo largo del día. Coquetear y retozar son prácticas necesarias para mantener el deseo.

MiMa a tu pareja Con frecuencia aparecen estadísticas que nos alertan del aumento de divorcios después de vacaciones. Será porque pasamos más horas juntos, porque aparecen las diferencias o porque estamos más estresados que durante el año conviviendo con los hijos propios o de anteriores matrimonios y con la familia. Esto es lo que debería hacerse para evitar los roces:

• Pedir las cosas por favor.• Dar las gracias.• Solicitar permiso para hacer algo que no solemos hacer o que pueda molestar a los demás.• Pedir perdón cuando nos hemos equivocado o molestado a alguien. • Elogiar las tareas bien hechas, las buenas ideas, las actitudes generosas, la creatividad, el comportamiento educado, la participación en actividades y todos los logros. • Practicar la crítica constructiva en lugar de recurrir a los reproches.• Utilizar un tono de voz asertivo en lugar de los gritos y malas caras.• Mantener un lenguaje corporal positivo y evitar expresiones que dañan las relaciones, como el desprecio, el sarcasmo o la burla.

Hábitos que no pueden ‘irse de vaCaCiones’

Derecho al silencio “Todos necesitamos nuestros espacios: pacta cuándo han de estar y cuándo

no, porque los niños también deben disfrutar lejos del barullo familiar”Técnicas

“Tenemos que pedir a adolescentes y mayores

que se ejerciten en el arte de la conversación

y el debate tolerante: todos tienen algo que

aportar”

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