Las Siete Vidas de Alvaro Cunqueiro

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    Ana-Sofa Prez-Bustamante Mourier

    LAS SIETE VIDAS

    DE

    ALVARO CUNQUEIRO

    (COSMOVISIN, CODIFICACINY SIGNIFICADO EN LA NOVELA)

    SERVICIO DE PUBLICACIONES

    UNIVERSIDAD DE CADIZ

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    SUMARIO

    Introduccin:CORPUS, OBJETIVOS Y METODOLOGA DE NUESTRO ESTUDIO

    Captulo 1:RACES HISTRICO-CULTURALES DE LA OBRA DE LVAROCUNQUEIRO

    Captulo 2:DE LA COSMOVISIN A LA CODIFICACIN DE LOS TEXTOS: ELIDEOLOGEMA EN LA NARRATIVA DE LVARO CUNQUEIRO

    2.1. Alfa y omega: Galicia2.2. La religiosidad y el temperamento de Cunqueiro2.3. La imaginacin, intellectus sanctus

    2.3.1. La proyeccin imaginativa del autor2.3.2. La Edad dorada imposible, corazn del mito del viaje heroico del hombrepor el tiempo2.3.3. Un modelo de hroe: el chamn, humano puente con la Edad dorada2.3.4. El yo autorial como agente narrativo de primer nivel2.3.5. Las estructuras fabulsticas y actanciales y la codificacin de la historia:la fabulacin como rito de abolicin del tiempo histrico y apertura al tiempomtico2.3.6. Esteticismo, histrionismo, espectacularidad y magia2.3.7. En torno a la moralidad, bondad, verdad y lmites de la palabra

    2.3.8. Los adversarios y peligros del chamn2.3.9. La actitud chamnica ante el mito: ruptura y reconstruccin, humor, ana-cronismo y cotidianizacin

    Captulo 3:LAS SIETE VIDAS DE LVARO CUNQUEIRO

    3.1.Merln y familia3.2.Las crnicas del sochantre3.3.Las mocedades de Ulises3.4. Cuando el viejo Sinbad vuelva a las islas

    3.5. Un hombre que se pareca a Orestes3.6. Vidas y fugas de Fanto Fantini3.7.El ao del cometa

    Captulo 4:EL GNERO LITERARIO: NOVELA LRICA, NOVELA MITOPOTICA

    Captulo 5:CLASIFICACIN DEL CORPUS NOVELESCO

    5.1. El mundo maravilloso:Merln y Sochantre5.2. El mundo no maravilloso: el mundo heroico

    5.2.1. El mundo heroico ritual: Ulises, Sinbady Orestes5.2.2. El mundo heroico fantstico:Fanto y Cometa

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    Captulo 6:CONSIDERACIONES FINALES

    BibliografaBibliografa de lvaro Cunqueiro

    I.

    PoesaII. TeatroIII. Prosa narrativa y periodstico-literaria

    III.1 NovelasIII.2 Publicaciones de fragmentos de novelasIII.3 Narraciones breves, cuentos y semblanzasIII.4 Semblanzas de tipos especficamente gallegosIII.5 Libros de tema culinarioIII.6 Libros de viajes por las tierras gallegasIII.7 Compilacin en libro de artculos periodsticos.III.8 MiscelneasIII.9 Artculos de ndole especialmente ensaystica

    III.10 Discursos con motivo de honores y homenajesIII.11 Artculos sueltos

    IV. Obras completasBibliografa sobre lvaro Cunqueiro

    Entrevistas efectuadas a lvaro CunqueiroHomenajes colectivos de autores variosReseasArtculos monogrficosRememoraciones biogrficas

    Homenajes ms o menos informativos o subjetivosMonografasTesis monogrficas

    Bibliografa general

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    CAPITULO 1:

    RACES HISTRICO-CULTURALES DE LAOBRA DE LVARO CUNQUEIRO

    Los orgenes de lvaro Cunqueiro los encontramos en una etapa histricaespecialmente compleja y fascinante, puesto que su andadura intelectual y literariacomienza en el caldo de cultivo de la Galicia de los aos veinte y treinta.

    A Cunqueiro se le ha incluido en la denominada Generacin del Seminario deEstudios Gallegos, a la que otros crticos prefieren considerar rama galaica de la

    Generacin del 36, promocin a la que pertenecen tambin los narradores EduardoBlanco Amor, Anxel Fole, Silvio Santiago, Marcial Surez y Ricardo Carballo Calero,entre los ms destacados.

    El Seminario de Estudios Gallegos fue fundado en 1923 por un grupo de jvenesentusiastas dentro del espritu autoctonista de defensa y cultivo de los valoresgalaicos. Su objeto era el estudio de todas las manifestaciones culturales de Galicia, laformacin de investigadores y la divulgacin de sus trabajos. Supuso, en el perodo enque funcion (de 1923 a 1936), la continuacin de la empresa del renacimiento gallego,empresa surgida al calor del Romanticismo y continuada en el siglo XX por sucesivas

    personas e instituciones culturales, entre las cuales destaca el grupo Ns, y dentro deste, la figura de Vicente Risco (1884- 1963). Al joven grupo fundador (en el queestaban, entre otros, Fermn Bouza Brey y Xos Filgueira Valverde), se sumaronenseguida varios profesores universitarios, estudiantes de las diversas Facultades e inte-lectuales de toda Galicia, entre ellos los miembros de Ns. Sus presidentes fueron,

    por este orden, Armando Cotarelo Valledor, Salvador Cabeza Len, Luis Iglesias yRamn Otero Pedrayo.

    lvaro Cunqueiro entra en contacto con este ambiente cuando empieza la carrerade Historia en la Facultad de Filosofa y Letras de Santiago de Compostela, que curs

    por libre desde 1927 y no lleg a terminar. En estos aos se despierta su vocacinpotica y periodstica en un clima de entusiasta autodidactismo, de vidas lecturas, devivos intercambios amistosos en tertulias a las que asisten amigos, intelectuales yartistas del momento: Domingo Garca Sabell, Francisco Fernndez del Riego, GonzaloTorrente Ballester, los pintores Carlos Maside y Luis Seoane, Anxel Casal, EmilioMontero Daz, Anxel Fole, Jos Mara de Castroviejo, el escultor Eiroa, etc.

    Son aos de fervor por las vanguardias nacionales y extranjeras, singularmentelas francesas (entre los ms admirados, F. Garca Lorca, R. Alberti, J. Cocteau, P.

    Valry, P. Eluard, M. Jacob, J. Ortega y Gasset, R. M. Rilke, A. Breton, J. Guilln, P.Salinas, Manuel Antonio...). Aos tambin de fervor por los ms viejos, los de la

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    generacin fin de siglo (M. de Unamuno, R. del Valle-lncln, A. Machado, J. R.Jimnez...), los simbolistas franceses (P. Verlaine, Ch. Baudelaire...) y los romnticos(F. Hlderlin, H. Heine, Novalis, Shelley...). Convergen los entusiasmos de la nuevageneracin, la del 36, con los de la generacin anterior. As, sirven de testimonio lasadmiraciones sealadas por V. Risco y Anxel Fole.

    Vicente Risco dedic un artculo, de ttulo revelador, a Ns, os inadaptados(Ns,25 de julio de 1933, conmemoracin del Da de Galicia), que comenta Jos CarlosMainer (1981, 118). Aqu reivindica Risco la corrente mstica do romanticismo(Schleiermacher, Schelling, Schlegel, Novalis) e da misma fin de sculo (Wagner,Verlaine, Maeterlinck) y seala varias lecturas significativas: Ruskin, Carlyle,Swinburne, Rosseti, Baudelaire, Verlaine, Mallarm, Laforgue, Huysmanns, Pladan,Jean Lo- rrain, Rachilde, Rmy de Gourmont, Maeterlinck, Ibsen, DAnnunzio,

    Nietzsche, Ruysbroeck, Novalis, Emerson, Ernesto Hello, Ganivet, E. de Queiroz,

    Lopes Vieira, Eugenio de Castro, Maragall, el primer Eugenio Ors y Rubn Daro entrelos principales. En definitiva, son las lecturas del fin de siglo.

    Anxel Fole recuerda, por su parte, lo siguiente:

    Los libros ms ledos en nuestro grupo por aquella temporada fueronLa rebelinde las masas, Pueblo, Cuando yo est tranquilo... y entre los extranjeros, Rocinantevuelve al camino,de John Dos Pas- sos; Tres maestros,de Stefan Zweig; Mi vida,deIsadora Duncan. Todos coincidamos en valorar la generacin del 98, como un segundorenacimiento de nuestras Letras. La poesa de Unamuno obtena de nuestra parte una

    admiracin sin reservas, quince aos antes de que un ilustre crtico descubriesea estemagnfico renovador del pensamiento espaol como gran lrico. Cosa pareja suceda conValle-lncln, pues no slo lo valorbamos como preclaro estilista, sino tambin como elms interesante dramaturgo actual. Po Baraja, nemine discrepante, era el novelistaespaol ms considerable despus de Cervantes. Sin embargo, quiz fuese Ortega elescritor que ms honda influencia ejerca sobre nosotros. En cuanto a la lrica los

    pareceres discrepaban. Para unos los lricos preferidos eran Lorca y Alberti; para otros,Machado, Juan Ramn y Guilln (FOLE: 1951).

    Lecturas del fin de siglo y del primer tercio del XX, desde el novecentismo hasta

    el grupo del 27.

    A Cunqueiro, en particular, le influyeron especialmente Valle-lncln yUnamuno, los autores irlandeses del Abbey Theatre (lady Augusta Gre- gory, J. M.Synge y sobre todo lord Dunsany y W. B. Yeats), P. Eluard y R. Alberti, aparte de otraslecturas (los libros de caballeras, F. Villon, W. Shakespeare, M. de Cervantes, Ch.Dickens, etc.)1.

    1

    Cf. MORAN FRAGA: 1982: 381-382 (influencia de los del Abbey Theatre). Cf. CONDE: 1980, 8(influencia de Valle-lncln, el Quijote, los libros espaoles de caballeras, las novelas artricas, frayAntonio de Guevara, Shakespeare). Cf. QUIROGA: 1984, 19 (primeras lecturas, infantiles). Cf.

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    V. Risco estimul en la revista Nsuna apasionada bsqueda de los orgenestnicos, de o sentimiento da Raza e da Terradentro de una mstica entre telrica yteosfica muy particular (MAINER: 1981, 119-120), pues destac en una lnea de

    pensamiento esotrico2 que con los aos se decant en un catolicismo de lo msortodoxo (cf. RISCO. Antonio: 1987) y siempre se vincul a un nacionalismo de signotradicionalista y conservador. A este ambiente estimulado por Vicente Risco hay queaadir la reivindicacin del celtismo internacional, todo ello dentro de "la lnea de

    pensamiento populista con que Ns respondi colectivamente a la construccin delnacionalismo gallego (MAINER: 1981, 120). En el celtismo hay que situar a losmiembros del teatro Abbeyy los entusiasmos primeros de Cunqueiro.

    Por estos aos Alvaro se afilia, animado por su amigo Raimundo Aguiar, alrecin formado Partido Galeguista (PG), se manifiesta como un apasionado nacionalistay defensor del Estatuto de Autonoma, y se destaca en actividades de tipo cultural3.

    Tambin pertenece a la Asociacin de Escritores de Galicia, muy vinculada, aunque nooficialmente, al PG. Este partido era la resultante poltica de las Irmandades de fala yde la revistaNs(fundada en 1920), y estuvo desde el principio dividido en dos grandesalas: la izquierdista liderada por A. Rodrguez Castelao y la derechista liderada por V.Risco. El objetivo principal del PG era la aprobacin del Estatuto de Autonoma,objetivo que termin dividiendo al partido porque ste se aun en coalicin electoral alFrente Popular con la condicin de que los partidos firmantes apoyasen el Estatuto, yesta coalicin hizo que se desgajase del PG su ala derechista. Cunqueiro era afn a estesector tradicionalista y conservador, un sector que con la crispada coyuntura preblicase decant hacia un conservadurismo totalitarista enemigo del marxismo comocontrario a las esencias tradicionales gallegas (cf. ARMESTO: 1987, 102). Eltotalitarismo de Cunqueiro fue moderado y nicamente coyuntural (l era hombre

    pacfico, tolerante, independiente), si bien su antimarxismo fue una constante sostenida:

    Yo no tengo compromiso [poltico] ni lo tuve nunca con nadie. Soy antimarxistavisceral. Me sale de dentro. Es algo que va contra mis apetencias religiosas y miconcepcin de la Historia. (...) Yo soy un liberal reformista. No creo en lasrevoluciones ni en las contrarrevoluciones. Creo en las reformas lentas. Creoque todo lo que se hizo en la Historia al servicio de los pueblos fueron pequeasreformas que, a veces, fueron decisivas. Esto se puede hacer dialogando, con

    espritu liberal y humanista. No me gustan las grandes exaltaciones, ni en lavida cotidiana ni en la poltica (OUTERIO: 1979, 12).

    CASARES: 1981, 208 (lecturas de adolescencia: el Quijote,Baudelaire, Byron, Tolstoi, mitos clsicos,J.Joyce...).2En este esoterismo y mstica telrica se reconoce claramente la huella de Valle-lncln. Cf. La lmparamaravillosa (1916). Cf. E. S. Speratti-Piero: El ocultismo en Valle- Incln (London, Thamesis BooksLtd., 1974).3Cf. las declaraciones de Cunqueiro: "Eu non era nin fun nunca un poltico -comenta cando lie talamos

    da sa antiga militancia no Partido Galeguista- e pra min o mais importante era o idioma, aquel terbellono que hai que estar fura que fura; iso era o mais importante pra min, o idioma. Todo o demis erasecundario. Eu nunca tiven ningunha actividade das tipificadas como polticas (NAVAZA: 1977, 24).

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    En los aos de la II Repblica surge el Cunqueiro poeta:Mar ao norde (1932) essu primer libro de factura vanguardista, con una esttica afn al cubismo francs. Lesigue Poemas do s e non (1933), fundamentalmente surrealista dentro de unsurrealismo ingenuista. Algunos crticos, como Xos Luis Mndez Ferrn (1984, 157-160) y Claudio Rodrguez Fer (1981, 171-182), destacan, en cambio, que esta poesacunqueiriana, abstracta y hermtica, no se identifica con ningn ismoen concreto.

    El tercer libro de poemas, del mismo ao que el anterior, Cantiga nova que sechama riveira (1933), se mueve dentro de una esttica autctona, el neotrovadorismoiniciado por F. Bouza Brey con Nao senlleira (1933). A las estructuras y temticascancioneriles resucitadas por el neotrovadorismo Cunqueiro aade una nueva y personalgracia juglaresca, popular, mucho ms fresca y espontnea (lo popular ser unaconstante en la narrativa ulterior de Cunqueiro), adems de incluir en estos moldes ae-

    jos la experiencia surrealista, traducida en el poder deslumbrante de la imagen indita y

    la asociacin inslita de imgenes4

    . Lo mismo que Lorca y Alberti, Cunqueiro siente ladoble atraccin de la experiencia innovadora y de la tradicin culta y popular, y elhechizo potico de su tierra. La segunda edicin de Cantiga nova que se chama riveira(1957), contiene nuevos poemas de lnea neopopularista inspirados en Gil Vicente y elvillancico castellano. Vanguardismo y neotrovadorismo se dan juntos tambin en Donado corpo delgado(1950), libro que aporta otra novedad: una serie de composiciones deandadura clsica y carcter personalista, reflexivo y nostlgico (...) en un tonoconfesional y dolorido" (PALLARES: 1984, 37). Este tono confesional, en unas formaslibres y amplias, ser lo ms destacado de su ltimo libro de poesa,Herba aqu e acola(1980. con poemas de distintas pocas anteriores).

    Surrealismo y neotrovadorismo de corte neopopularista son las facetas delprimer Cunqueiro, poeta en gallego. La guerra civil supone un corte en la vida y la obradel autor, que emerger aos despus como narrador fundamentalmente en castellano.

    El levantamiento de los militares cambi la vida de Cunqueiro, que el 18 de juliode 1936 estaba en su Mondoedo natal, en zona nacional. El miedo a ser asesinado vil yabsurdamente como algunos amigos galle- guistas lo fueron, el miedo por habersesignificado como apasionado nacionalista, su tradicionalismo y su visceralantimarxismo, junto con las presiones de una familia conservadora y catlica de

    siempre, le deciden a aliarse a los militares insurrectos. Fue una alianza coyuntural parasobrevivir, un fruto del miedo. La guerra la pasa entre Galicia y, despus, SanSebastin, en la retaguardia. Un da antes de que F. Franco firmase el ltimo parte de

    4Cf. las declaraciones de Cunqueiro sobre su neotrovadorismo: Yo hice un libro tambin a esa manera,pero, naturalmente, con lo que podemos llamar sensibilidad moderna, con imgenes procedentes delsurrealismo, si quieres, o de la poesa que se llevaba entonces, por el ao 31 32 (QUIROGA: 1984,46); Lo mo era una fiesta, yo [sic] con los cancioneiros me pas algo semejante a que el hombre, derepente, descubriera que puede cantar, silbar, bailar" (CONDE: 1980, 8). Hay que observar que lafrescura popular del neotrovadorismo cunqueiriano se muestra sumamente afn al lirismo gallego primiti-

    vo, que ya se caracterizaba por la estilizacin de elementos autctonos populares, rasgo que viene a seradems una constante de la mejor lrica gallega.

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    guerra, el 29 de marzo de 1939, se traslada a Madrid, destinado al ABC. En Madridpermanece hasta 1947, ao que inaugura un largo parntesis de retiro en Mondoedo(1947-1957).

    Los aos de la guerra le ponen en contacto con lo ms granado de la

    intelectualidad falangista. En Falange Espaola milita de 1937 a 1943, etapa quecorresponde al periodismo de consignas y a la poesa panegirista (muy escasa). En SanSebastin entra en contacto con los falangistas que haban fundado en Burgos, en 1937,el semanario Destino (1937-1980, 1985), grupo que en 1939 traslad su sede aBarcelona y en 1942 constituy la editorial del mismo nombre. La evolucin ideolgicadel grupo, que del falangismo se decant luego al liberalismo catalanista, ofrece muchos

    paralelos con la de Cunqueiro, que sin haber sido nunca un falangista convencido5s fueconstante en sus amistades personales.

    El Madrid de la posguerra asisti al auge y cada de Alvaro, descrito por suamigo Manuel Halcn como "bohemio, desordenado e informal". Cunqueiro era unfantaseador y en ciertos aspectos un mitmano. Su forma de ser (adems de lasdificultades pecuniarias y la rigidez de los tiempos) est detrs de un turbio asuntoeconmico con el editor Juan Caralt y de otro con el entonces embajador francs, que le

    pag por adelantado una serie de artculos que versaran sobre el Camino de Santiago.apareceran en Misin y hubieran servido, indirectamente, para hablar de Francia entrminos cordiales en un momento en que la opinin publica era muy adversa a Franciae interesaba una distensin. Cunqueiro tema el defecto de hablar de sus proyectos yfantasas como si fueran ya realidades, y la verdad es que no hubo artculos del Camino

    francs, y si un embajador francs indignado que recurri a instancias superiores paraque se sancionara a Cunqueiro. De resultas, Juan Aparicio, por razones diplomticas (no

    personales), le retir en 1944 el carnet de periodista sancin que como era la costumbre,apareci en todos los diarios de la poca.

    Pero retrocedamos. Es precisamente en 1939 y no antes cuando surge elCunqueiro narrador con la Historia del caballero Rafael6, una historia atemporal quetrata de un caballero troyano ' proscrito ' (p. 335), cristiano pero en el fondo de cuyocorazn seguramente (...) vivan los dioses, que andaran por sus entraas como por

    bosque frondoso" (pp. 351-352). Es la historia de un caballero que fue en busca de la

    Ciudad Muerta (aqu hay que recordar que Galicia, el fins terrae", se considerabatierra de los muertos, y su ro Limia el Leteo). Rafael era de la Ciudad Muerta, llamadaantes Troya, de donde haba huido y a donde volva para derrotar a las huestes delTirano y as lograr la libertad para la ciudad de su amada Leonor, la vasalla Alejandra.Estaba escrito que uno de los hijos de Troya arrasase la ciudad, pero otra profeca decaque Rafael morira en el desierto. Leonor le espera en su casa del faro de Alejandra,

    5 Sobre la independencia de Cunqueiro con respecto a Falange Espaola y al rgimen de Franco, cf.

    CUNQUEIRO, Csar: 1984, 8.6LaHistoria del caballero Rafaelapareci en el suplementoLa novela de Vrticeen noviembre de 1939.Cunqueiro lleg a ser subdirector de Vrtice,revista a la que accedi a travs de M. Halcn.

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    ahora simple faro y antes del tirano un santuario, y va pasando el tiempo hasta que lellegan noticias de que Rafael muri de fiebre del desierto.

    En esta fragmentada historia, llena de ecos modernistas y surrealistas, tenemosya configurada la mdula de la narrativa cunqueiriana: el tema de la muerte, del sueo,

    de la identidad, de la soledad y la ausencia, del viaje real y la meta imposible, y delamor. Tenemos, adems, escrita en la guerra civil, una historia de guerra pero singuerra7, la historia de una patria perdida, arrasada, desnaturalizada; de una tiranadesacraliza- dora; de complejas traiciones, de destinos profticos encontrados (matar omorir), de amores contradictorios (el puro de la Leonor lejana y sola, el lbrico de laPamela moderna, escritora de novela burguesa, espa y degradadora en versosindecentes de la imagen de Rafael, convertido en un galn pegajoso y torpe", p.349). Todos estos datos de la fbula y los personajes nos parecen contener, quin sabehasta qu punto de una manera consciente, una ambigua transposicin simblica de la

    situacin de Cunqueiro (o de sus coordenadas esenciales) sobre el teln de fondo de laguerra civil: el ideal, la traicin, la nostalgia, la tristeza, la misin imposible.

    Una frase que pertenece a un monlogo del caballero Rafael se nos antojatremendamente significativa y, ms an, premonitoria:

    -Leonor -deca Rafael-, adoro en tilos vientos salobres y los otros, la primaveray el invierno, las hijas de los jinetes y las hermanas de los soldados, lo que medas y lo que me niegas, mis maanas de infancia y mis soledades de marinero...(p. 346).

    ElRafael,sin embargo, queda muy aislado del resto de la narrativa cunqueirianadefinitiva", la que se abre con el Merlin (1955) y es producto de otras experiencias

    posteriores decisivas.

    Despus de 1939 vino, con el fin de la guerra, el vrtigo de la villa y corte, lainmersin en los acontecimientos (el periodismo y las consignas), la prdida de crdito,el disfavor, el fracaso matrimonial agravado por las responsabilidades familiares y laconvivencia desavenida, y el retiro en Mondoedo: el sentimiento de fracaso ydesarraigo, la depresin, la ms honda tristeza, la soledad. Primero fue la soledaddolorosa:

    La soledad me aade cansancio y debilidad. Escribo, escribo, escribo. (...) Meafirmo que he perdido un ao largo por falta de experiencia vital,considerndome, por otra parte, uno de los de mi generacin a quienes fueregalada vista ms clara y noble. (...) Me encuentro confuso, torpe,desarraigado, y cierto nimo de huida que tengo siempre, llega a imponrseme.Cada cual tiene su demonio, su demonio de la guarda, su agatha demon, y yotengo el mo (apud QUIROGA: 1984, 66).

    Luego fue otro tipo de vivencia de la soledad:

    7 Fue tpica de la retaguardia del bando nacional la escasez de novelas de guerra (cf. MAINER: 1981,335-336).

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    Es una paz [la del retiro en Mondoedo] que ni la nieve turba, y al arrimo felizde mi casa te escribo. Esta Galicia envuelta en invierno tiene el rostro plido,como los dioses cuyo nombre se ignora. Son palabras de Herodoto, el queescribi los tres lmites de la Historia; por no haber aprendido leccin tanelemental y delicada, rueda el mundo su desasosiego. Pocas cosas llegan desde

    el mundo a esta soledad. (...) Ahora tengo en los ojos toda la melancola, y en elodo todo el silencio de Mondoedo. Sobre todo el silencio, gozoso y casi tctil,en el que mansamente descansan las horas. Impone una pausa a la vida. Aqu sepuede quedar uno a ver crecer el silencio. Ser connaiseur de silenciosparceme uno de los ms altos grados de la sabidura humana: el silencio es unproducto de la cultura como la soledad (apud QUIROGA: 1984, 50-51; carta aM. Halcn un 16 de enero).

    Cunqueiro est en la situacin idnea, que dira Gastn Bachelard, para laensoacin potica: la ms honda tristeza vital, la soledad, la nostalgia, la melancola, el

    ensueo, el tedio de la ciudad de provincias, la vida pausada sin grandesacontecimientos, la distensin del tiempo que lleva al ahondamiento de la ensoacin,la soledad de la mitad de la vida (Cunqueiro anda ya en los cuarenta) que lleva a lainfancia y con ella "a los sentimientos delicados, a esa pena sonrientede las grandesatmsferas baudelairianas en la que se realiza la extraa sntesis de la pena y delconsuelo(BACHELARD: (1960) 1986: 176).

    Intuimos ahora en todo su profundo simbolismo la afirmacin delRafael:adoroen ti mis maanas de infancia y mis soledades de marinero. Y nos acordamos de otroRafael profundamente admirado por Cunqueiro (no in totum, evidentemente) que

    aoraba su infancia de marinero, el Alberti de Marinero en tierra. Y, sobre todo,comprendemos cmo, a travs de las experiencias que van desde los aos de la IIRepblica hasta la dcada de los 50, etapa decisiva, se fragua en Cunqueiro la msautntica y vital rebelin metafsica que le va a llevar a la narrativa en una conjuncinde defensa de su propio ser y del ser de Galicia, en una conjuncin del pensamientoarcaico y del pensamiento simbolista y surrealista en lo que ste comparte con lafilosofa romntica alemana.

    Y, si es verdad que las soledades de la segunda mitad de la vida, de la vejez o desus aledaos existenciales, nos llevan a las soledades infantiles, no nos puede extraar el

    Merln:las memorias de un viejo barquero (oficio funerario) que recuerda su infancia,de la que no sabe si fueron aos de la vida o de la imaginacin pero s aos quefueron llenando con sus hilos el huso de mi espritu(Merln,p. 9). Y de la nieve quele contaba Cunqueiro a M. Halcn en su carta pasamos a la nieve del Merln, unahistoria cuyo centro est en Miranda, una Miranda que realmente existe y existi, dondeel nio Alvaro pas temporadas en el pazo de sus abuelos en una poca que parecamedieval. De Miranda a Miranda, y de nieve a nieve, la memoria y la imaginacin deuna infancia como un huevo de Pascua, smbolo csmico de la creacin y laresurreccin (y no hay resurreccin sin previa muerte):

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    Miranda para m (...) ms que una memoria pasada, es un huevo de Pascua ouna bola de nieve con resorte (...). Los das pasados, las nubes que los cubren,los varios pensamientos que me traen y me llevan, y la vida que encuentroposada en m, bien pudiera compararla con la nieve que mansamente cae, yponindose por alfombra de este mundo cubre labrados y caminos, prados y

    eras, y del rostro de la tierra nuestra hace una enorme llanura igual. Pero, porveces, brinca el solcillo radiante de un recuerdo de juventud, y en algn lugarderrite la nieve, y es como si en la soledad del mundo un pasajero desconocidoencendiese una pequea hoguera, y vas t y por una hora te calientas al amor deella. Memorias, memorias, memorias! (Merln,pp. 112-113).

    Entindase bien .que la recuperacin de la infancia, del tiempo perdido, no esuna recuperacin del tiempo histrico, tampoco de un mundo histrico8. Por elensueo de la infancia se recupera la libertad como estado que produca la ensoacininfantil, no simplemente la libertad de la huida, sino la de la expansin; en la

    ensoacin la infancia revela su belleza psicolgica y un resplandor de eternidaddesciende sobre la belleza del mundo (BACHELARD: (1960) 1986, 151-154). Lainfancia, en la ensoacin, funciona como un centro psquico, un arquetipo de la felici-dad simple, de la pacfica comunin con el cosmos, de la plenitud del ser. Es, en fin, laEdad de Oro. La biografa de Cunqueiro avala perfectamente todos los extremos de lateora bachelardiana, desde la infancia real del nio solitario, contemplativo eimaginador hasta la soledad de la segunda mitad de la vida, la soledad inmensa de un

    poeta pasada por una gran experiencia de muerte y de fracaso. De este cmulo defactores es de donde surge el Cunqueiro narrador. No huy Cunqueiro por la poesa,

    aunque no dejara nunca de escribirla, sino fundamentalmente a travs del relato, y noempez a relatar ms que a partir de 1939. Recordamos entonces que M. Eliade exponeque es sobre todo a travs de la narrativa, con su creacin de universos imaginarios,como el hombre contemporneo se rebela contra la dimensin histrica y accede altiempo mtico9. El tiempo mtico de Cunqueiro se dinamiza precisamente tras haberexperimentado hasta el fondo la dinmica destructiva del tiempo histrico. Garca-Sabell vea en lvaro un hombre indefenso a merced de los acontecimientos queescriba para preservarse a s mismo, lo que tambin significa preservar sucosmovisin y su mundo.

    Preservar un mundo propio y rescatar un mundo primitivo: Et in Arcadia ego.Aqu hemos de traer a colacin el magnfico estudio de Lily Litvak (Transformacinindustrial y literatura en Espaa (1895-1905), 1980), donde analiza cmo entre 1895 y1905 hubo en toda Europa una reaccin contra la civilizacin industrialdeshumanizadora que se tradujo en una tendencia antiindustrialista de inters y retornohacia la vida rural y primitiva con su ingenua religiosidad. Esta reaccin enlaza con elRomanticismo a travs de figuras como Ruskin y William Morris y de la hermandad

    8Guardamos en nosotros una infancia potencial. Cuando vamos tras ella en nuestras ensoaciones, larevivimos en sus posibilidades, ms que en la realidad. Soamos con todo lo que podra haber llegado a

    ser, soamos en el lmite de la historia y la leyenda. Para alcanzar los recuerdos de nuestras soledades,idealizamos los mundos en los que fuimos nios solitarios (BACHELARD: (1960) 1986, 153). 9Cf. ELIADE: (1963) 1985, 199-200. Cf. tambin DURAND: (1963) 1981, 386.

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    prerrafaelita, heredera a su vez de la hermandad de nazarenos alemanes. A esta corrientefinisecular, que Litvak prefiere denominar con el trmino de Art Nouveau, se adscribenuestro modermsmo- noventayochismo, y muy destacadamente, para nuestros intereses,dos personalidades que calaron hondamente en Cunqueiro: Unamuno y Valle- Incln.Este mismo espritu es el del teatro Abbey, y el del Rexurdimento gallego en la lneaque encarna tan bien Vicente Risco y que se continua en lo esencial en los narradores dela generacin del Seminario de Estudios Gallegos, en cuanto que, como seala F.Fernndez del Riego ((1971) 1984, 173), aun no teniendo en comn un estilo, unatemtica o un modo de relatar, les une el deseo de revitalizar la lengua gallega lenguaconcebida como morada del ser de Galicia.

    La lnea de investigacin inaugurada por L. Litvak es continuada por RamnBuckley en su monografa sobre las Races tradicionales de la novela contemporneaespaola (1982), donde observa que la reaccin antiindustrialista, antiburguesa, se

    produjo no slo en la poca de la Restauracin sino tambin en la poca franquista deldesarrollismo industrial, entre 1950 y 1970. En ambos perodos surge un tipo de escritorregiona- lista comprometido con su pueblo, con una sociedad arcaica en trance deextincin. La forma narrativa que adopta esta funcin ideolgica se traduce en elrecurso a gneros narrativos castizos , genuinamente espaoles y ms concretamentevinculados a la tierra cuya especificidad se reivindica. As, en Castilla se retorna alidealismo platnico pastoril del Renacimiento y al realismo picaresco, mientras que enGalicia y Catalua se recupera la tradicin de los Libros de Caballeras que desarrollanla materia de Bretaa: aqu se sita A. Cunqueiro a la par de su amigo y discpulonarrativo Joan Perucho. Y resume Buckley su tesis:

    Frente a esta novela burguesa que surge en Espaa a mediados del siglo XIX yllega hasta nuestros das, existe otro tipo de narrativa desvinculada de las clasesburguesas y ajena a sus ideas de progreso y desarrollo. Una novela ntimamentevinculada a los valores tradicionales del pueblo espaol y a la ideosincrasia delos diferentes pueblos de Espaa. Una novela que no es estrictamente novela,que no es novedad", que no transmite nuevas... Una novela vieja, valga laparadoja, que recrea viejas historias, que repite ciclos vitales de hroes yalegendarios... La verdadera alternativa a la novela burguesa no es la novelamarxista sino la narrativa popular, porque es la nica que se sale de los valores

    convencionales del mundo de hoy y nos remonta a un tiempo diferente, devalores distintos. La narrativa tradicional es la anti-novela en el sentido de quesaca al hombre de la historia y del tiempo y lo remonta a un tiempo anterior a lahistoria. Y en este tiempo anterior a la historia -anterior al progreso, anterior aldesarrollo- el hombre se encuentra a s mismo. Se aleja de su ser circunstancialy encuentra su ser esencial. Slo al olvidarse de lo que es, puede el hombrecomprender lo que fue, lo que ser (BUCKLEY: 1982, 20-21).

    Claro que aqu conviene matizar que no slo se trata de un retorno a la narrativatradicional, sino que hay que tener en cuenta, aparte del sustrato autctono regional, el sustratomucho ms reciente que enlaza el Romanticismo alemn con el Simbolismo finisecular y,

    dentro de las vanguardias contemporneas, el surrealismo de tipo metafsico o espiritualista ylas corrientes autoctonistas. Esta cadena explica que en los aos 60 Cunqueiro venga a

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    converger con el Realismo mgico hispanoamericano, que no en vano procede de fuentesanlogas. La conexin en los orgenes no ha sido en general percibida por dos razones: porqueCunqueiro iba en solitario, sin grupo de referencia y de presin, sin escuela, y porque elaislamiento cultural que puso de manifiesto la generacin del 50 se hizo extensivo implcita,mecnicamente al parecer, a narradores que no eran de esta generacin, sino anteriores, que se

    formaron en el primer tercio de siglo y que heredaron mucho de l. No todo se fue al exilio y notodo lo que qued y que despus se hizo fue realismo testimonial.

    Hasta aqu hemos visto cules son las fuentes histrico-culturales de Cunqueiro y cmosurge en l el narrador. A partir de 1955 se inaugura su novela con el Merln,una novela quecontinuar hasta 1974. Del 74 a 1981, ao de su muerte, Cunqueiro inicia un lento proceso dedecadencia fsica, psicolgica y creativa.

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    CAPITULO 2:

    DE LA COSMOVISIN A LA CODIFICACION DE LOS TEXTOS: ELIDEOLOGEMA EN LA NARRATIVA DE LVARO CUNQUEIRO

    La cosmovisin de lvaro Cunqueiro se deriva de tres factores indisoluble ycoherentemente interrelacionados: Galicia, la ndole de "homo religiosusdel autor, y laconcepcin trascendente de la imaginacin. Este es el orden (convencional) queadoptar nuestra exposicin.

    2.1. ALFA Y OMEGA: GALICIA

    Decir Cunqueiro es pensar en Galicia. No slo naci, creci, vivi casi siemprey muri all Cunqueiro. Es, adems de esto, que Cunqueiro se senta, se explicaba y se

    manifestaba como producto y proyecto de Galicia, de la Galicia de siempre, a casi todoslos niveles.

    La Galicia de siempre constituye una sociedad rural preindustrial con unamentalidad mgica arcaica. Esto era as en la infancia de Cunqueiro, sigui sindolohasta los aos 60, en que se inicia el desarrollismo industrial, y, en puridad, para laszonas ms aisladas del interior, singularmente de Lugo y Orense, sigue perviviendo lamisma situacin, aunque quiz en un receso ya definitivo.

    La cosmovisin de esta Galicia tradicional es de apertura a lo sobrenatural, a una

    sobrerrealidad imaginaria dentro de un cristianismo csmico caracterstico de muchaszonas similares europeas que fueron cristianizadas sin perder su fuerte sustrato

    precristiano, "pagano": un elemento animista. un componente de pantesmo monista quepasa a su cristianismo de modo muy singular.

    Pas de periferia. Galicia, el "finis terrae" se consideraba ya en la Antigedad latierra de los muertos, y su ro Limia fue identificado con el Leteo. La presencia de lamuerte, los cultos y creencias relacionados con la muerte, lo infernal, lo subterrneo,imprimen un sello caracterstico a esta cultura singularmente imaginativa, llena de mitosfunerarios. Basta pensar en la Santa Compaa, en "el aire de difunto", en el sepulcro deSantiago, en los mouros que viven en la sotierra y custodian fabulosos tesorosencantados, en las peregrinaciones de difuntos en forma de animales a San Andrs deTeixido. en las brujas y trasgos, en los lobishomes asesinos, en los ritos y tradicionesdel mes de las nimas, en las ciudades impas sumergidas en lagos en castigo a suidolatra y a su falta de caridad...1.

    1Para la ideosincrasia tradicional gallega, sus productos mticos y la etnografa cultural de Galicia puedenconsultarse los estudios de C. Lisn Tolosana, V. Risco, X.

    Taboada Chivite, X. Ramn Mario Ferro, R. Otero Pedrayo, X. Filgueira Valverde, U. Losada Martnez,F. L. Cuevillas, B. Barreiro y J. Rodrguez Lpez, y las compilaciones de leyendas gallegas de L. CarrAlvarellos, X. M. Gonzlez Reboredo y P. de Frutos Garca (cf. nuestra bibliografa final).

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    El ritmo vital de una sociedad como la gallega tradicional es un ritmo"intrahistrico". el ritmo "hombre-cosecha", el ritmo de la tierra, de las laboresagropecuarias, de las estaciones marcadas por el santoral, un tempo lentonatural en elque la Historia de las grandes fechas y los importantes sucesos y movimientosdesemboca como leyenda en torno a los castros celtas, a los mouros", a los tesoros, alas hadas, al Camino de Santiago, a la Sagrada Familia, a los Inocentes de Beln, a lossantos que como Brandn navegaron al azar y dieron con el Paraso o que, comoBreogn, salvaron milagrosamente a su pueblo de los normandos, a los caballeros deArturo y de Carlomagno, al Santo Grial, a la nobleza levantisca como el mariscal PedroPardo de Cela, a los amantes trovadores como Macas, a la desafortunada Doa Ins deCastro...2.

    Tierra y leyenda, mundo real y mundo imaginario, tiempo intrahistrico lento ytiempo mtico lleno de acontecimientos y presencias, vida natural y vida sobrenatural

    ejercieron, cmo no, una honda influencia en un nio imaginativo como Alvaro, cuyainfancia mindoniense fue tan feliz3, tan rica, tan plena en la doble dimensin temporalintrahistrica y natural, y mtica, imaginaria4. De Galicia emana un Cunqueiroempapado en la mentalidad arcaica, mgica, un Cunqueiro primitivo'. Pero no se

    puede reducir a Cunqueiro al primitivismo porque sera simplificar: el retorno a loprimitivo tiene sus fechas y motivaciones histricas, y se inserta, como hemos visto, enuna cadena cultural moderna y contempornea.

    Esta Galicia tan real como utpica es la que subyace en la obra de Cunqueiro.Preguntado sobre la finalidad de su obra en relacin con la polmica sobre la literatura

    de evasin y de compromiso, le deca Alvaro a Nstor Lujn:

    Yo estoy para guardar otras riquezas, si es que no puedo aumentarlas: la lengua,el tesoro de imaginacin y milagro de la memoria de la gente galaica, y contar,tabular, y decir una cancin (LUJAN: 1969, 43)5.

    Lo cual no quiere decir que yo practique una literatura de evasin, o que meconforme con el mal y la injusticia, y que no ame la libertad y no busque que lamiseria desaparezca. Sirvo en un determinado lugar del campo de batalla de lacultura y sera absurdo pedirme que contribuyese al desarrollo de la repoblacinforestal -de la que por otra parte tengo opiniones a favor de la carballeira y

    contra el pino-, porque una de las cosas que ensea la cultura occidental es a notener prisa y a operar a largos plazos (El descanso del camellero, 1970).

    La presencia de Galicia en la obra de Cunqueiro es mltiple y esencial.

    2Ver nota 10.3Sobre la infancia feliz de Cunqueiro, su contacto con la naturaleza a travs de su padre, sus estudios enla escuela de la Sociedad de Obreros Catlicos, su amistad con los artesanos desde aquella poca y suntimo conocimiento de Mondoedo, cf. CASARES: 1981, 203-204.4

    Sobre las tradiciones legendarias y tesuricas de la comarca de Mondoedo, zona de gran densidad dedescubrimientos arqueolgicos de oro, cf. CASARES: 1981. 208- 209, y CONDE: 1980, 8.5 La actitud de Cunqueiro puede compararse con la de M. Eliade (cf. ELIADE: (1979) 1980, 79-80).

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    Galicia est en la lengua, pura o hibridada. Cunqueiro escribi en gallegosiempre que pudo. La lengua era para l la piedra angular de la cultura gallega, del serhistrico de Galicia (cf. HERAS: 1969), como dijo muchas veces6:

    se a mia obra ten un sentido, teo no meu desexo profundo, na mia aspiracin

    mais fonda, en algo polo que eu dara a vida, que que a nosa lingua contine,que Galicia siga (discurso del 25 de mayo de 1980 con motivo de la recepcindel Pedrn de oro", enEncrucillada,n. 22, 1981, p. 129).

    Como bien sintetiza Cristina de la Torre, dentro de una lnea de pensamientotpicamente humboldtiana y en definitiva romntica, la lengua de un pueblo es suelemento ms intrahistrico (TORRE: 1988, 63).

    Escribir en gallego era para Cunqueiro hacer patria, ms an en un momento decentralizacin cultural, como le reconoce, entre otros, M. Felpeto Lagoa (1971)7. Pero

    no slo eso: el gallego, sin norma lingstica oficial, es una lengua con todas laspotencialidades y libertades de lo que est en gestacin, lo que supone un tremendoaliciente participativo y creativo para el autor:

    Al escribir en castellano no siento ninguna responsabilidad en cuanto al idioma-sobre su destino, sus problemas literarios, etc.-. Pero cuando escribo en gallegoveo que tengo encima de mis hombros una gran parte de la responsabilidadsobre el presente y el futuro de la lengua de Galicia. El gallego es todava unalengua coloquial, sin ninguna norma oficial, ni casi oficiosa, contrariamente a loque ocurre con el castellano y el cataln y tiene una libertad de manipulacinsuperior a stos: puedes violentar la sintaxis, crear la palabra, etc. (PORCEL:1969, 25).

    En realidad, la presencia de la lengua gallega se extiende a todos los luxtoscunqueirianos, pues el castellano que utiliza est, como el de Vallo Incln,

    profundamente preado de galleguismos (lxicos, morfosintcticos y tambinimaginsticos). El bilingismo es un rasgo definitorio de su ostilo, como han advertidomuchos crticos (R. Carballo Calero, D. Martnez Torrn, E. Quiroga, etc.) y comoreconoca el autor8.

    6 Sobre su aprendizaje espontneo del gallego, lengua rural, la conciencia de su dignidad y de suinfravaloracin, y la ntima asociacin entre gallego y poesa, cf. A. Cunqueiro: Discurso de investiduracomo Doctor Honoris Causa" por la Universidad de Santiago de Compostela", Servicio de Publicacionesde la Universidad, 1980 (sin paginacin).7 Cunqueiro, cuando fue director de Faro de Vigo (1965-1970), intent galleguizar" el peridicorecurriendo a la lengua gallega y a temas campesinos (cf. OUTERIO: 1979, 13). Antes de esto,Cunqueiro se inscribe en la empresa ms o menos subrepticiamente galleguista de la editorial Galaxia,fundada en 1950.8Cf. las declaraciones del propio Cunqueiro: "yo soy un escritor bilinge, en el sentido ms extremadodel trmino. Es decir, un bilinge equilibrado, pero al mismo tiempo con muchas posibilidades deinterferencia entre ambos idiomas (...) Ambos idiomas me son maternos, vernculos, y debo ejercer una

    cierta voluntariedad para mantener en slo uno de ellos el libro o el poema que estoy escribiendo(QUIROGA: 1984, 22, tomado de un guin para una conferencia).

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    Y Galicia est, en otra forma de presencia, en los espacios de la narrativacunqueiriana:

    De una manera o de otra, en todos mis libros est un poco de Mondoedo.Todas las ciudades pequeas de las que hablo son un poco mi ciudad por muy

    diferentes que sean... Para m la huella de aquellos aos de infancia, pues, haimprimido carcter, es decir, yo soy de all de una manera irrefutable (FRANCOGRANDE: 1973, 407).

    En otra entrevista declara Cunqueiro, al explicar el porqu de la galleguizacinde todos sus espacios, el por qu de repente Bretaa, taca, Basora, Micenas, la ciudadsecreta de Lucerna se parecen a cualquier pueblo de Galicia, que eu relato a paisaxeque teo na man(MORAN FRAGA: 1982, 377). Todas las ciudades de Cunqueiro sono devienen Galicia,

    E todos os camios que eu inventei aos pases polos que andaban os meussoadores, eran o vello e santo camio de Santiago, este camio que ven dendemis al de Xermania como probe de pedir polas portas, un ro cheo de p e degroria (discurso de investidura Doctor Honoris Causa, 1980, sin paginacin).

    En realidad, a nivel personal, todo viaje era para Cunqueiro, amante de caminos,una peregrinacin (cf. ARMESTO: 1987, 283). El viaje es mucho ms que undesplazamiento fsico: es un camino trascendente.

    El paisaje, el espacio, no slo es un entorno, sino el hombre de la tierra, su vida,el ritmo temporal de ese lugar, y la lengua. La tierra lo es todo, es humana porque es tal

    y como el hombre la contempla:

    En uno de mis maestros, Charles Pguy, he aprendido a contemplar la tierra, latierra paterna, como algo que ha de ser medido por el hombre: la cantidad detierra temporal, que es la misma que la tierra espiritual y que la tierraintelectual. (...) Si yo me pregunto por el influjo del paisaje en la concepcinpotica del hombre gallego, habr de referirme especialmente a la rueda de lostrabajos agrcolas, (...) los matices numerosos, las expresivas variantes de lasestaciones. (...) El paisaje es el contorno, el campo donde el humano destinoacontece. Este contorno se llena de significacin en la medida que lo rozan y lo

    hieren la peripecia y el reconocimiento, y puesto que el contorno es un lmitetanto como una riqueza, el hombre puede insertar tan profundamente en l sufbula y sus signos, que vengamos a conocer -y a conceder- un paisaje como unestado de nimo, como una pereza o como una pasin, como una melancola ocomo una rpida llama. Pero quien conoce y concede es el hombre. El hombregallego (...) Tanto conoce y concede que le parece ver Galicia no como una razao una patria, una comunidad o un hogar, sino como una persona. (...) La lenguaque lo exprese ha de vivir en l, insistir en l, reflejarlo todava ms profunda yverazmente que la pintura. Yo creo que nuestra buena, clara y antigua lenguagallega, puede decir y dice el paisaje gallego, lo ilumina y lo trasciende, y lospoetas gallegos tenemos en ella el instrumento natural y confeso (El paisaje en

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    la concepcin potica, en AAVV: Paisaxe e cultura. Ensaios,1955, pp. 144,146, 148).

    Galicia es la lengua, es el paisaje, la vida de la tierra y en la tierra, y, a travs delas tierras, los caminos. Y la Galicia de la infancia y la juventud de Cunqueiro es la que

    se trasluce en las coordenadas sociotemporales de sus relatos. Temporalmente, losuniversos cunqueirianos son a la vez pretritos y actuales. Lejos de la Gran Historia delas fechas polticas, el mundo cunqueiriano se mide con la escala tradicional del tiempo.Es el ritmo cclico que est en la base del mito. El tiempo pasa con las edades de loshombres (cf. MARTINEZ TORRON: 1980, 90: las tres edades: niez, mocedad yvirilidad plena, vejez); los aos marchan al ritmo de las estaciones, del calendario de lasfaenas de la tierra y de la mar; las fechas y los meses los marca el santoral: la PascuaFlorida, los Santos Cosme y Damin, San Martn, San Juan, el mes de las nimas, losSantos Inocentes, Navidad, la Candelaria, San Lucas...

    Socialmente, el mundo cunqueiriano es bsicamente, si no el medieval, s el delAntiguo Rgimen; un mundo tradicional que se imbrica, cmo no, en sus vivenciasgallegas. El mismo le contaba a C. C. Moran Fraga:

    Ben, na mia obra hai moito material autobiogrfico Eu vivin en Mondoedo,pero tamn na aldea. En Riotorto escoitei moitos contos.. Na cocina vivn andaunha vida moi arcaica. Vivir en Mondoedo, por exemplo o ano vinte, eravivir..., pois en fin, na Edade Media ou pouco menos... Escoitei romancescarolinxios e outros (MORAN FRAGA: 1982, 372).

    Csar Cunqueiro, su primognito, incide en lo mismo e incluso constata el mismoestado de cosas no ya para la dcada de los 20 sino para la de los 40 y 50:

    Certamente na sua obra non aparece a conflitividade das clases sociais nen,moito menos, o proletariado. Pero, deixando aparte que el sempre dixo que nonera nen socilogo nen economista ou enxe- eiro, compre ter en conta que, enMondoedo e. en xeral. na trra de Miranda non haba obreiros nentraballadores industriis. Isto era certo na xuventude do meu pai e tamn namia, nos ltimos cuarenta e primeiros cincuenta. E -o case anda hoxe. Adivisin da xente que eu coecn de neno e de rapaz, deixando a un lado oscregos e os militares, era a seguinte: os seores, os comerciantes, os artesns e

    os camponeses (...) a palabra chave era a de artesns (CUNQUEIRO, C.: 1984,9).

    Socialmente, es la pirmide estamental medieval, del Antiguo Rgimen, la quese refleja en las obras de Cunqueiro: el clero y sus servidores, la nobleza y sus huestes,la plebe de los pequeos burgos y del campo, la plebe marginal de los mendigos,faranduleros, feriantes, etc. Pirmide, eso s, idealizada, sin tensin interna, sinconflictividad social alguna. Se trata del mundo que Cunqueiro conoci y de la visin yvaloracin ideales de ese mundo en el que transcurri su infancia como en un Paraso.

    Y en Galicia, tiempo y espacio, est la larga herencia humana a travs de lossiglos, el espritu de las gentes de la tierra, la tradicin, la ideosin- crasia del pueblo. No

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    es Cunqueiro galleguizador de tpicos fciles; decididamente, no quiso serlo, y lemolestaba que le achacasen el folklorismo tpico de las queimadas y de lasmeigas" (entrevista efectuada en 1969 por Pedro Rodrguez, apud TORRE: 1984, 65).

    No aparece la palabra meigaen su obra, evidentemente, pero s la figura enmascarada,hibridada (por ejemplo, en la bellsima y hechicera Penlope del Ulises, la menor desiete hermanas), del mismo modo que aparecen, igualmente mixtificados en suscontextos, muchos otros elementos de la cultura mtica popular gallega: el trasiegomundano de demonios en comisin de servicios infernales; la mitologa de los tesorosescondidos y sus buscadores, con el grimorio Ciprianillo incluido; la poblacinsubterrnea de enanos prodigiosos (como los mouros); la viga de oro que sostiene elmundo y que resulta muy peligroso tocar; las ciudades como Lucerna, asolagadasporsus pecados; los objetos, seres y hechos maravillosos (mirabilia); las hierofanas yritos del mes y da de San Juan y del noviembre de las nimas; la hueste de difuntos; ellobishome; las sirenas, ninfas y hadas de musicales cabelleras, con peines de oro y

    moradoras de fuentes y encrucijadas; el lobishome y las damas-ciervas; los tres grandescaminos de la Cristiandad; los milagros de bromas y de veras; el poder de las aguas y elro Limia, el ro del olvido; los ritos propiciatorios, el mal de ojo; Carlomagno y sussiete Pares; el mago Merln, Arturo y los de su Tabla; el divino Grial; Gerineldos,Tristn, Isolda; la fuerza mgica de los nombres, las divinas palabras"... Una Galicia enfin, idealizada, mucho ms idealizada, si cabe, que la de Valle-lncln.

    Estos gestos culturales son tpicamente gallegos, pero la ideosincrasia que losproduce es universal: responden a la mentalidad mgica arcaica que viene del Neoltico(o incluso del Paleoltico) y que an sobrevive en las zonas europeas rurales ensociedades tradicionales de corte primitivo. No es extrao, pues, sino sumamentecoherente en el fondo, que lo gallego cunqueiriano colonice todos los espacios y todoslos tiempos y se mezcle armoniosamente con los mitos, ritos, leyendas, fbulas ymagias de los ms diversos lugares y pocas, porque en este caso est clarsimo quetodo es una y la misma mentalidad9.

    La importancia de estos elementos mticos, folklricos, va mucho ms all de lamera ancdota pintoresca y del mero colorismo local. A Cunqueiro, ms que losdetalles, le interesa la ideosincrasia que los produce:

    En lo que toca a costumbres y tradiciones, lo que est vivo est vivo y lo quemuri no hay por qu resucitarlo. Creo que Galicia necesita grandes reformassociales y econmicas cuya realizacin enterrara mucho folklore, y no seperder nada. Sobrevivirn algunos RITOS, los que corresponden a la formagallega de la condicin humana, y bastar con eso (HERAS: 1969).

    Y es que en realidad es la ideosincrasia la que se constituye en el verdadero tesorofabuloso:

    9Cf. ELIADE: (1979) 1980, 61: Quien profundice de verdad hasta las fuentes, hasta las races que se

    hunden en el Neoltico, ser muy rumano, muy francs y al mismo tiempo un hombre universal". Cf.CARBALLO CALERO (1974) 1982, 298: Cunqueiro est firmemente arraigado na tradicin literariauniversal, non menos que na tradicin popular galega".

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    Na aspereza da vida cotin, soar necesario, e perder o tesouro dos ensoos perder o meirande dos tesouros do mundo. Cando eu escoito nalgunha aldeanosa falar de tesouros, coido que na nosa probeza anda somos ricos ( Tesourosnovos e vellos(1963), 1980. p. 88).

    Por lo que hace a la forma gallega de la condicin humana, es la que describeCunqueiro a propsito de los mencieiros (curanderos gallegos) y de los tipos

    populares de su tierra en su triloga (Escola de mencieiros,1960; Xente de aqu e deacota,1971; Os outros feirantes,1979), y, en puridad, es la forma de ser de todos los

    personajes importantes de su narrativa, e incluso la forma de ser del propio Cunqueiro:

    xente galega que eu coecn... e que eu invento, que exactamente igual que sea houbera coecido: decir, galegos creedores, gale- gos mxicos, galegos quenon se sorprenden do misterio, que viven no misterio con vivacidade. (...)[Xente con] un humor galego (...) moi propio (...), a sua reaccin intelectual,

    supersticiosa, escptica, mxi- ca..., de todo acontecemento (...), a sua presenciaante o absurdo, que o galego acepta cunha certa... tranquilidade de espritu, sindbi- da ningunha (MORAN FRAGA: 1982, 373, 374-375).10

    Ms all de diferencias ideolgicas, seala Alvaro

    una condicin comn que parece indispensable al gallego: una cierta ironafrente a la vida y una cierta indiferencia ante sus cambios. Y esto igualmente enlos autores ms comprometidos. (...) El gallego es ms espiritual que racional,pese a su capacidad irnica. Es el mo un pueblo supersticioso, aunque biendotado para el raciocinio. Escptico y fatalista, lo que seguramente acta como

    paralizante para la accin, porque un gallego nunca se convencer de que unacosa slo tiene un aspecto, sino que tiene mil... (PORCEL: 1969, 25).

    No slo se trata de una mentalidad primitiva sino, en general, de una ideosincrasiaesencialmente imaginativa" que trasciende la demarcacin histrica (el primitivismo") y esuna constante humana, una funcin especfica del homo sapiens.

    Por otra parte, se trata de una mentalidad muy humanamente realista' que acusa, cmono, el golpe de la realidad. En otras palabras, tenemos el fenmeno de interpotenciacin:

    muerteimaginacin,

    angustia temporal

    eufemizacin imaginativa,interiorizacin afectivo-subjetiva de la contingencia proyeccintrascendente.

    La respuesta del gallego ante la comprobacin de la dolorosa barrera que separalos dos mundos, el real y natural del imaginario y sobrenatural, es doble: lirismo yhumor. En trminos coincidentes expresan esto R. Pieiro (que se refiere a la

    10Si el gallego muestra esta familiaridad con lo extraordinario, como seala A. Cunqueiro, lo mismo es

    puesto de relieve por Gabriel Garca Mrquez con respecto al latinoamericano (Cf. G. Garca Mrquez &M. Vargas Llosa: La novela en Amrica Latina: Dilogo, Lima, Universidad Nacional de Ingeniera,1967, pp. 20-21).

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    ideosincrasia gallega en general) y X. L. Franco Grande (que lo aplica en concreto aCunqueiro):

    El humorismo es otra de las cualidades distintivas del espritu gallego. Entrenosotros tiene una honda relacin con el lirismo, pues nace, lo mismo que ste,

    de una experiencia radical del hombre: el sentir los lmites de lo individual.Cuando el sentimiento de esa limitacin lo experimentamos frente a lanaturaleza surge la soledad y de ella el lirismo. Cuando el sentimiento denuestra limitacin individual lo experimentamos frente a los dems hombressurge la conciencia de nuestra debilidad y para encubrirla nace el humorismo.Vencemos la soledad cantndola y vencemos la debilidad individual burlndo-nos de ella. Ante la naturaleza somos lricos; ante los dems hombreshumoristas. Lirismo y humorismo son dos caras, dos actitudes de una mismaexperiencia -la limitacin individual del hombre- y ambas afirman una mismarealidad: la independencia, la libertad de ese ser individual. El lirismo, al

    expresar, al exteriorizar la propia intimidad, lo que realmente hace es afirmarlafrente al poder aniquilante de la soledad... El humorismo a su vez, al burlarse dela propia debilidad lo que hace es destruirla, disolverla con una sonrisa (PIEI-RO: 1959).

    X. L. Franco Grande, en la misma lnea, desarrolla el aspecto de la irona comoresultado de una vivencia doble: del mundo real y del mundo imaginario:

    Os galegos temos unha especial facilidade pra vivir en dous mundos: o mundoreal, que se nos impon; e o mundo imaxinativo, o mundo da fantasa que noscreamos. Iste vivir un doble mundo" (...) a verdadeira clave da nosa tan

    sonada complexidade psicolgica. A chave de ouro pra pasar dun mundo aoutro , de certo, a imaxinacin. Por esta capacidade de trnsito (...) somoscapaces de contemplar irnicamente a realidade; podemos estar de voltadascousas, de onde nos ven esa especial sabidura que se chama humor", e que afroi mais enxebre, mais autntica de liberdade espri- toal do home; unha formade enerxa lene e fugaz como a surrisa pro mais forte que a realidade mesma(FRANCO GRANDE: 1973, 413).

    Tambin D. Garca-Sabell, ntimo amigo de Cunqueiro lo mismo que R. Pieiro,pone de relieve cmo la ideosincrasia gallega se constituye entre los lmites del medio

    circundante y del medio figurado (GARCIA-SABELL: 1981, 131).La solidaridad de Cunqueiro con esta forma de ser y verse los gallegos salta a la

    vista en los comentarios que hace sobre la obra de Wenceslao Fernndez Flrez, queson perfectamente aplicables a su propia obra:

    Una de las formas muy gallegas de la filosofa de Wenceslao Fernndez Flrez(...) es la aceptacin que sus personajes hacen claramente de la desilusin que sipor un lado ha sido muy grande, porque son los ms transentes soadores, porotro lado se transforma en una realidad en la que el espritu se serena ytranquiliza. Esas grandes diferencias entre lo real y lo soado, y es por esto

    ltimo que realmente se sufre, son las que ponen en nuestros labios unasonrisa... La verdad es que se fracasa por los sueos (...) La filosofa de

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    Wenceslao consiste en la aceptacin de lo soado como la vida ms vivida yel tropezn del soador en la realidad es el ncleo del argumento. Y sientonces sonremos es para continuar teniendo esperanza. El lector de libros dehumor es siempre alguien que no quiere convertirse en escptico desencantado(en Wenceslao Fernndez Flrez, gallego universal, 1964, p. 4).

    Todo esto constituye, punto por punto, la mdula de la narrativa cunqueiriana, suargumento. La resultante del choque de contrarios es la integracin, que deca R.Carballo Calero, la reconciliacin de trminos que ms que contrarios soncontradictorios, y en esta integracin hay una seleccin muy sabia del placer que puedeemanar de cada plano de realidad. No slo es fuente de goce el mundo imaginario, sinoque tambin lo es el mundo real. Volvemos as al enorme apego -afectivo, sensorial,sensual, intelectual- a la Galicia fsica, a la tierra patria. Y tenemos aqu el germen delmito, que es reconciliacin del hombre y su destino sobre el doble plano temporal de larealidad histrica y la sobrerrealidad ahistrica. En Cunqueiro se da una compenetracintan profunda con el mundo natural que lo convierte en lugar ideal para la utopa,superior a las utopas tradicionales:

    Por muy feliz que fuese el verano en Tirnanoge, el verano perpetuo, yo no locambiara por la rueda de las cuatro estaciones del pas en que vivimos (...).Mejor que ir a ver el eterno verano en Tirnanoge es tener entre nosotros, entiempos de verano, en el alegre tiempo, a Tirnanoge, la Florida. Latir debe elhombre con el corazn del mundo, acompasarse a l. Y asombrarse de losdas (articulo El verano en Tirnanoge, de 1956, en Viajes imaginarios y

    reales,1986, pp. 237-238).

    Por ltimo, Galicia est en otro aspecto fundamental en la obra de Cunqueiro: enel modo de contar, en las tcnicas narrativas esenciales. Cunqueiro naci al mundo de laficcin en su primera infancia por boca de su madre, doa Pepita Mora, una mujer degran paciencia y fantasa y gran lectora de la que lvaro recuerda que

    saba todas as zarzuelas. Inventaba contos para que estivramos calados equietos. Esto parece que foi como unha especie de medi- cia na nosa casa. Eumesmo participaba nesta creacin de contos (CASARES: 1981, 204; entrevistaque data de 1977).

    Luego estaba el to abuelo Sergio, otro gran fabulador. Y los cuentos escuchados en lacocina del pazo de sus abuelos en Riotorto, los romances artricos y carolingios, losromances de ciego, las tertulias que se montaban en la rebotica de su padre con cuentosde cazadores, el desfile de curanderos por la farmacia, las tradiciones de aquella zona enque estn las famossimas cuevas del Rey Cintoulo y la ciudad asolagada en alguna, encasi todas las lagunas gallegas... Misterios, cuentos y manera de contarlos que imprimenun carcter decisivo en su propia narrativa, un carcter explcitamente asumido por elautor:

    Mi pretensin como narrador es la de contar vivo y seguido, como oficiante deuna tradicin oral -en mi caso la gallega-, buscando la atencin del oyente,

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    sorprendindole, llevndole cuando es preciso a la situacin trgica, para luegohacerle descansar con una nota de humor (MARTINEZ TORRON: 1980, 5; setrata del prlogo que escribi el propio Cunqueiro).

    Eu tome plantexado, claro, como calquera escritor, cmo vou narrar. Entn a

    min ocrreseme que o mellor contar claro e seguido como conta o pobo... Demodo que a narrativa oral galega, os contos que eu escoitel de rapaz, a maneirade decilos, a maneira de intercalar pequeas desviacins de... tal, prrafos, etc.,que en definitiva tenden tamn a aclarar, por un lado, e a complicar, por outro, moi do meu gusto, e creo que mol do gusto da xente que ten gusto de que lieconten contos (MORAN FRAGA: 1982, 374).

    Galicia es alfa y omega de su universo narrativo: es su lengua, pura o trasladada;su tiempo y su espacio; su sustancia social y cultural; la mentalidad del autor y de los

    personajes, y esa mentalidad hecha argumento; es la tradicin en sus motivos, en suenerga creadora y en sus maneras de contar, en sus tcnicas narrativas orales y

    populares. Con Galicia y la perpetuacin de su especificidad cultural y humana tuvoCunqueiro su compromiso ms slido, como bien refleja un epitafio que se escribi parasu tumba:

    AQUI XAZ ALGUEN QUE COA SUA OBRA FIXO QUE GALICIADURASE MIL PRIMAVEIRAS MAIS (del discurso del Homenaje en Vigo en1980, enEncrucillada,n. 22, 1981, p. 127).

    Como tan bien pone M. Eliade de manifiesto, todo pas natal constituye unageografa sagrada (...) Todos los hombres arcaicos y primitivos creen que su aldea es elcentro del mundo"(ELIADE: (1979) 1980, 3,128). Galicia es la geografa sagrada deCunqueiro, no slo como espacio sino como experiencia total. De ah que Galicia esten el fondo de toda su obra, teniendo en cuenta que se trata de la Galicia de AlvaroCunqueiro.

    Y si la narrativa de Cunqueiro est escrita desde y para Galicia, gran parte delpblico lector y crtico gallego lo capt inmediatamente, como bien refleja uncomentario de R. Carballo Calero, quien escribe que la narrativa cunqueiriana

    para os galegos unha oferenda de amor, unha invitacin ao soo, ao xogo, danza, ao voo que, ao nos elevar, en asas da ilusin, sobre a realidade, fai quevexamos esa realidade con olios de reconciliacin, porque a arte de Cunqueironon propriamente unha arte de evasin, como se ten dito, senn unha arte dereconciliacin. As historias de Cunqueiro, ao elevarnos sobre a vida,reconcliannos coa vida, porque (...) nos dotan da perspectiva necesaria para verda vida o que realmente o formoso da vida, o que realmente hai de formoso enns (CARBALLO CALERO: (1980) 1982, 304).

    2.2. LA RELIGIOSIDAD Y EL TEMPERAMENTO DE CUNQUEIRO

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    No fue Galicia el nico compromiso ni la nica matriz nutricia de Cunqueiro.Para comprenderle es imprescindible partir del hecho de que era profundamentecristiano. No es la suya, evidentemente, una novela catlica al estilo de la francesa o dela espaola defendida por M. Garca Vi, pero Cunqueiro consideraba que su obrareflejaba que l era un gran creedor, aspecto asimismo sealado por D. Garca-Sabell(en el prlogo aEscolade mencieiros,p. 37):

    Dios quiz no aparezca en mi obra de un modo ntido. No me he planteadonunca el problema de escribir una novela, un cuento, etc. con un fondoreligioso, pero creo que en ella est patente que soy un gran creedor (BREY:1980, 27).

    No resulta fcil para m [enjuiciar mi obra]. Creo haber servido con ella unaporcin de ideas esenciales. Algunas las pongo bajo el signo C: Cristiano,Celta, Carnvoro, Cazador, Cunqueiro (de una entrevista realizada por Pedro

    Daz Jcome, apud ARMESTO: 1987, 321).

    Partimos de la base de que Cunqueiro fue pudoroso e reservado (...) coamanifestacin das suas ideas relixiosas" (CUNQUEIRO, Csar: 1984, 10). AndrsTorres Queiruga (1981, 157-170) seala en su obra tres estratos que, siendo sucesivos,en puridad se yuxtaponen y conviven, estratos que revelan tres actitudes distintas ante lavida.

    En primer lugar, se da una fase de utopismo optimista, paradisaco, visible en laprimera poesa y prosa (la recogida enFlores del ao mil y picode ave)y que pasando

    por el Merlny el Sochantre,donde triunfa, llega hasta el Ulisesy el Sinbad.Pero enestas dos ltimas ya se percibe una creciente tensin entre el tirn optimista y utpicodel sueo y la constatacin de la dureza de la realidad y de la imposibilidad de la utopa.Fruto de este primer estrato es el ensayo Imaxinacin e creacin (1963), muy

    beligerante en la lnea optimista.

    El segundo estrato presenta un desequilibrio entre las dos actitudes mencionadas,desequilibrio que parece inclinarse hacia la desolacin y la angustia. La desolacinalcanza su punto ms intenso en elHamlet (1958) y se impone en buena parte de la obramadura de Cunqueiro, especialmente en el Sinbady en parte del libro de poemasHerba

    aqu e acol.Pero, con la excepcin delHamlet,en los dems casos el sueo nunca esvencido del todo, aunque a veces parezca a punto de sucumbir.

    Tras la evolucin del entusiasmo utpico a la desesperanza, el tercer estadio yestrato ideolgico supone la sntesis y superacin de las dos posturas anteriores:Cunqueiro llega a un estado de esperanza que se cifra en la idea de la resurreccin. Seatempera el optimismo inicial, pero sigue presente en la serenidad del compromiso; lacrisis pierde su aguijn, pero sigue presente en la aceptacin de los lmites de la realidady de la condicin humana. Queda, en fin, una esperanza cristi, da que el, bo lector dePguy, sabe que frxil como unha nena -petite filie esp- rance-; pero tan

    invencible, que asombra ao mesmo Deus, e tan forte, que fai andar o mundoenteiro(TORRES QUEIRUGA: 1981, 170).

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    Por nuestra parte, vamos a centrarnos en las constantes de la actitud religiosa deCunqueiro, cuyo cristianismo hay que analizar en conjuncin con otros dos factoresesenciales: el espacial: Galicia; y el personal: la compleja personalidad del autor, suconsustancial escepticismo, su mezcla de optimismo, melancola, tristeza, nostalgia yesperanza, que siendo actitudes de un modo de ser individual, singular, nico, no porello dejan de remitirse a la ideosincrasia gallega genrica.

    Comenzando por el factor espacial, hay que tener en cuenta que el Cristianismo,colonizador espiritual y cultural de Occidente, se asienta en Galicia sobre un riqusimosustrato religioso precristiano del que afloran lo que los ortodoxos llamansupersticiones" paganas11. En palabras del autor:

    El gallego es supersticioso y cree, como el griego, que un RITO cumplidoexactamente, es obligatoriamente eficaz. De ah que crea en el milagro, y visitea los santos taumaturgos en romeras, algunas estremecedoras. Pero al mismo

    tiempo es escptico e irnico, y la mezcla da un tipo intelectual muycaracterstico, perezoso soador. Nunca dej el gallego sus supersticiones yRITOS arcaicos -viven en Galicia las supersticiones que en el siglo VI SanMartn Panonio quera desterrar de los ritos galaicos con su De correctionerusticorum - a los que aadi los misterios cristianos (GIRONELLA: 1969,178).

    Ms all de las supersticiones y ritos arcaicos concretos, el elemento esencialque subyace en el cristianismo gallego se corresponde, como bien han visto D. Garca-Sabell y C. de la Torre, y antes que ellos V. Risco, con el que diferencia el sincretismo

    religioso de las zonas rurales (paganas) europeas, y que Mircea Eliade define comoestructura csmica que procede de la prehistoria (ELIADE: 1965, 138). La dimensincsmica a la que se refiere Eliade sale a relucir en muchos escritos de Cunqueiro, porejemplo en un ensayo sobre Shakespeare:

    Como Xess, morremos na carne pra renacer no esprito. Creacin, cada,resurreccin, son, pois, os tres actos dun drama universal que toda cousa repite,dende o ciclo das estacis deica a ascensin dos reises. (...) Todo o que sabemos que a envoltura mortal retomar s elementos dos que naceu, e que isterepouso no seo do universo libra ser a inocencia i a eternidade. E lentamente a

    natureza a ennoblecer coas sas maravillas ("As mil caras de Shakespeare enGrial,I, 2, 1964, pp. 428-429, 435-436).

    El concepto de la sacralidad de la tierra es, asimismo, una constante en elpensamiento cunqueiriano, y, como bien dice Elena Quiroga, sobre todo, el animismo,consustancial con el gallego(QUIROGA: 1984, 66), una especie de monismo pantestacristianizado.

    11La penetracin del Cristianismo en Galicia, en comparacin con otras tierras peninsulares, fue tarda(finales del s. III e inicios del s. IV), como tarda y sobre todo lenta fue su romanizacin, en pugna con la

    cultura de los castros. Cf., a este respecto, en nuestra bibliografa, los estudios de J. M. BlzquezMartnez, J. Bermejo Barreda y, en lo que tiene de recopilacin erudita, F. Snchez Drag.

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    Cunqueiro confes siempre ser un hombre de fe. un "creedor. La enorme fuerzaque le concede a la fe parte, l mismo lo dice, del hombre: es, en penltima instancia, lafuerza del hombre creedor:

    Cuando rezo, llego a tener la conviccin de que el mundo entero, desde las

    estrellas a las cosechas, puede ser recreado o destruido por el hombre que ora.El hombre que reza ser siempre un hombre libre (GIRONELLA: 1969, 178).

    A la dimensin csmica del Cristianismo se une el rechazo de algunas rigidecesinstitucionales de la Iglesia y del centralismo y exclusivismo romanos, lo que esfcilmente relacionable con su apego, religioso en este caso, a lo autctono (cf.GIRONELLA: 199, 176). El rechazo se hace extensivo a la teologa intrincada, aldogmatismo cerebral, a la soberbia religioso-intelectual que deviene poltica y violenciaolvidando lo esencial12.

    Rechazo, tambin, de la contemporizacin religiosa. Ante el Concilio Vaticano II suactitud resulta reticente en lo que concierne a la interpretacin ms difundida que de lse ha hecho como "adaptacin de la Iglesia al mundo moderno'. Para Cunqueiro laesencia del Cristianismo es mistrica: no hay religin sin misterios; la nuestra, lacatlica, es una religin de misterios" (GIRONELLA: 1969. 178). No se puede, no sedebe, por tanto, contemporizar con lo mistrico, "modernizarlo" (cf.BREY: 1980. 28).

    La defensa de lo simblico y mistrico, con sus armnicas rituales, responde alms puro y genuino comportamiento ontolgico del homo religiosusno travestido, nocontemporizador. Para acceder al misterio, a la dimensin sagrada, el hombre cuenta

    con los ritos tradicionalmente establecidos y consagrados, ritos cuya vejez conviene al"illud tempusmtico, a la dimensin atemporal de la creencia, a la desvinculacin entreel comportamiento y el instaurador. El rito tradicional remonta a la institucin divina,no humana. Cunqueiro no puede aceptar una reforma religiosa que prescinda del rito,que tiene en s mismo un carcter hierofnico para el que lo ejecuta, una intencin y unafuncin de transformacin de la realidad, y sus palabras y gestos son "divinos',necesarios y motivados (como en esencia es el smbolo) para la comunidad cuyatradicin lo ha institucionalizado. El aspecto ritual es una clave para entender aCunqueiro unido a la filiacin gallega. Rito, magia ritual e ideosincrasia gallega

    convergen en un texto muy revelador:Un mundo mgico es el haz del mundo que nosotros, los pobres mortales,estamos contemplando por el envs. Mago es quien sabe leer el anverso por elreverso. En este sentido los gallegos intentamos todos ser un poco magos. Y lasms de lo que se llaman entre nosotros supersticiones, son ritos de apropiacindel mundo y de su revelacin a una luz ms pura (citado por CONTE: 1969.40).

    12Cf. a este respecto el artculo de Cunqueiro titulado "Los telogos y la sensatez", en Destino,13 deenero de 1973, p. 39.

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    Para el cristiano, como para el creyente de cualquier confesin religiosa, elmundo tiene sentido a la luz de la revelacin, y el rito es la manera de acceder alCENTRO significativo de la realidad, al centro espiritual que purifica el mundo y alhombre y revela el sentido de la vida, del mundo, de la realidad. No se trata, enabsoluto, de que Cunqueiro fuera un conformista, en el sentido de que diferenciaba muy

    bien entre el ideal evanglico y la sociedad cristiana (cf. GIRONELLA: 1969, 176,donde ironiza al respecto), lo mismo que dej muy claro su punto de vista respecto a launiversalidad (al catolicismo) de una doctrina de salvacin para todos. Ahora bien, louniversal no se identifica con la negacin o destruccin de lo particular de cada pueblo.

    Al factor geogrfico decamos que haba que sumar el factor personal paracomprender a fondo la mentalidad religiosa del autor. Csar Cunqueiro escribe sobre lasactitudes contradictorias de su padre, sobre su talante asentado en la duplicidad, losiguiente:

    En realidade era home de grandes entusiasmos, mais baseados nun chan deescepticismo. Sempre optimista pero cunha certa desilusin no seu interior.Consciente da cativez da escala humana. (...) Escepticismo e desilusin que nonlie impedan o compromiso co que el consideraba esencial, esencial para elcomo home e como galego. Pero tia agachada unha certa desilusin e tamnunha certa tristeza. E moitas veces talando de cousas e de xentes consideraba-as"sub specie aeternitatis. Qu quedar de todo isto?E unha per- gunta que lieescoitei moitas veces (CUNQUEIRO, C.: 1984, 8).

    Volvemos a la angustia del tiempo. Tristeza por la fugacidad del mundo amado,

    por la transitoriedad del hombre, tristeza concentrada en dos leit-motivs solidarios, endos topoirecurrentes: el Ubi sunt?" y el Tanto amor, tan breve, para una muerte tansbita:

    De pronto, un da, me cae en las manos algo que me va a producir verdaderoestupor: Franois de Villon, especialmente la Balada de las damas del tiempopasado. Esto, de todos los temas que he podido tocar en la literatura, en misobras, en mis libros, el ubi sunt, dnde van las damas de antao, dnde vanlas damas... a m me ha quedado de tal manera... que, apenas sin darme cuenta,todos mis libros, sin que inicialmente hubiera pensado otro final, van a terminar

    con una nota, por otra parte muy humana, un melanclico final, como unfracaso (QUIROGA: 1984, 41-42; tomado de una cinta de su propiedad, unagrabacin de 1975).

    El amor y la muerte? S, me siento influenciado por esos dos sentimientos. Enel pensamiento general platnico y en el pensamiento mismo de gallego y de lospueblos celtas, atlnticos, esos sentimientos van siempre unidos. La alegra essiempre moza y fugitiva, y al final, permanece la muerte. Vivimos el mito dedoa Ins de Castro:

    Tanto amor, tan breve, para una muerte tan sbita(BREY: 1980, 27).

    Tristeza ante la propia condicin humana:

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    Yo he odo el aullido del lobo en algn atardecer de otoo, en lo alto del monteCarracedo. Su aullido no me daba miedo, sino que me produca una enormesensacin de soledad. Sensacin que despus, siempre, he pasado al hombre y ala condicin humana, que para m significa incomunicacin, lamento, unasoledad interminable (BREY: 1980, 27-28).

    Tristeza porque la Edad de Oro, uno de los ncleos generadores, el ms importante, dela produccin cunqueiriana, es un sueo imposible:

    Por los elementos que yo manejo, inicialmente para todo, y para los hroes queyo manejo, inicialmente para casi todos ellos, hay horas felices, las horas desoar. (...) Hay siempre unos momentos felices, pero luego se ve que esta edadde oro no es posible, ya fue en todo caso; quiz nunca vuelva a ser (QUIROGA:1984, 88).

    Y tristeza porque ni siquiera el sueo de inmortalidad del hombre en su mundo es

    factible, porque la conciencia de la muerte es no slo material sino espiritual, no sloconciencia de la propia finitud, sino de la finitud del mundo amado en el tiempo:

    Lo he dicho muchas veces: pertenezco a ese grupo de gente que si le fueraconcedida la inmortalidad dira que no. Ulises no la quiso, Salomn tampoco. Ycasi por las mismas razones que la paloma le dio a Salomn: no bebas esa aguaporque sers inmortal, y cuando seas inmortal vers morir a tus mujeres, versmorir a tus hijos, a tus nietos, y sobre todo lo que es ms importante, un daestars en un enorme desierto y no tendrs a nadie con quien puedas compartirun recuerdo de infancia y de juventud. No, no, de ninguna manera. El hombre es

    un ser mortal, y debe morir (QUIROGA: 1984, 115- 116; de una cinta grabadaen 1975).

    Claro que tampoco era todo tristeza, y que haba en l un enorme gusto por lavida: A m me gusta la vida, me gusta vivir la vida, me gusta la alegra de vivir(QUIROGA: 1984, 117). Amor a la vida y a lo vivo, a lo propio, a la tierra, amor

    proyectado en la fe:

    Creo que el alma es inmortal. Creo en el Juicio Ultimo, y en la resurreccin dela carne. Quisiera que fuese verdad lo soado por algunos msticos joachinitasde que resucitaremos por familias y ciudades, y de que con los hombres

    corporales resucitar el dulce Reino de la Tierraen buen orden, con sus msperfectos frutos, vias y aves cantoras, puentes sobre ros y, pues habr noche,gallos matinales (GIRONELLA: 1969, 176).

    Como vemos, con la fe se mezcla la dulce nostalgia, la difcil esperanza de la EdadDorada, ms que esperanza ensueo y melancola. Todos los que le conocieron hablande su arraigado escepticismo, un ltimo y apenas disimulado escepticismo universal(GARCIA-SABELL: 1981, 27), una postura demasiado humana, un gesto intelectualracionalista y doloroso, y demasiado lcido para el optimismo integral:

    En relacin con isto de inocente pareceume meu pai sempre a per- soa menosinocente que coecin, mesmo as sas paixns, no sentido de saber o carcter

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    relativo de todas as cousas do home e do pouco que queda sen cobrir polo pdos sculos (CUNQUEIRO, Csar: 1984, 8).

    En sus propias palabras,

    El hombre lo es todo. No hay ms sueos que los del hombre. No hay msvendimias ni ms palabras. Las cosas existen porque est el hombre y sumemoria (SERRANO: 1969, 40).

    Viajamos con nuestras imaginaciones y recuerdos, y lo que vamos creando osoando son memorias y nostalgias. Quiz sea verdad que el fin ltimo de todacultura es la invencin y la melancola (artculo Ir y venir, de 1954, en Viajesimaginarios y reales,1986, p. 73).

    Incluso llega a admitir Cunqueiro que el propio Dios sea una creacin del hombre:

    Creo en el poder de la oracin. Es un poder inmenso. Parece que estdemostrado que San Roque y San Jorge nunca existieron, pero la gente les hapedido ayuda y ellos se la han dado... Y por la misma razn Dios existe en todosu poder y libertad, aunque lo hayan creado los hombres (SERRANO: 1969,41).

    En este breve prrafo nos parece que se condensa lo ms esencial de lamentalidad de Cunqueiro. Aqu est lo racional y lo irracional. No se eluden una seriede hechos pero el razonamiento posterior pertenece a la mentalidad mgica: es elclebre post hoc ergo propter hoc; la consecuencia del razonamiento es que Diosexiste, conclusin de tipo ilgico que se matiza con el escepticismo (Dios existe aunquelo hayan creado los hombres), con lo que al final se obtiene una certeza de tiposubjetivo, propia de una subjetividad poderosa, voluntarista, creadora de realidades,

    pero a la vez, por su misma autoconsciencia, vulnerable, muy expuesta. D. Garca-Sabell, psiquiatra de profesin, seala precisamente

    una peculiar impresin que Cunqueiro despertaba: la de un hombre indefenso.La de un hombre a merced de los acontecimientos (...) En ltimo extremo, la deun hombre desvalido. Slo una cosa le acorazaba: su literatura. Su especficaliteratura. Cunqueiro escriba, ante todo, para preservarse a s mismo. Parapreservar su propio ser (GARCIA-SABELL: 1981, 27).

    Claro que tambin, en este Dios existe, aunque lo hayan creado los hombres,reconocemos el poder activo y reactivo del pensamiento simblico: Dios es el nombre yla imagen de un smbolo; ms all del simbolizante, ms all de los mitos, de lasconstrucciones ideolgicas religiosas en sus formas espaciotemporales, subsiste elsimbolizado con la fuerza del deseo. La actitud de Cunqueiro nos recuerda, como bienha visto D. Martnez Torrn, a la de Unamuno, no casualmente tan admirado por l:

    El sueo es el que es vida, realidad, creacin. La fe misma no es, segn SanPablo, sino la sustancia de las cosas que se esperan, y lo que se espera es el

    sueo. Y la fe es fuente de realidad, porque es la vida. Creer es crear (M. de

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    El ideologema en la narrativa de lvaro Cunqueiro 31

    Unamuno: Tres novelas ejemplares y un prlogo, 1920, apud MARTINEZTORRON: 1980, 48).

    Esta misma idea aparece, sin embargo, antes de Unamuno, en Rosala de Castro:

    Esperad y creed, crea el que creey ama con doble ardor aqulque espera! (En las orillas del Sar).

    Pero no hay energumenismo en Cunqueiro, esa trgica y gesticulante agonaunamuniana, sino ms bien una serena conciencia de contradicto- riedad, una delicadamelancola, una nostalgia a veces alegre y a veces triste, nostalgia honda y pacfica. AUnamuno lo situaramos, siguiendo a G Durand, en la agona entre lo diairtico y lomstico. A Cunqueiro, en cambio, lo situaramos sin duda alguna en el rgimennocturno de la imagen, en el umbral de choque no entre la diairesis y la mstica, sino

    entre el smbolo del denario, la rueda, el eterno retorno inmanente, y el smbolo delbastn, del rbol, de la cruz: el movimiento circular pero dirigido, divinamente dirigido,la consumacin trascendente de la vida

    La ideosincrasia de Cunqueiro apunta claramente a lo que G. Durand llama elrgimen nocturno de la imagen. As se explican perfectamente toda una serie de factoresque configuran una red cohesionada e interdependiente de relaciones visibles en la viday en la obra de lvaro: ese sentimiento de armona con la naturaleza, naturalezanutricia, materna, profundamente femenina; ese sentimiento de cercana con los seres,con las cosas (propendo a tener amistad incluso con unas tijeras ): esa aptitud intuitiva

    portentosa, esa penetracin en las cosas que las anima, esa especie de animismopantesta sustancial: cobran vida en sus textos los mapas, los retratos, los libros, lasestampas, los sueos, los nombres de antao; hablan y ren los hiares y los vientos; esviento, y tierra, y animal divino el hombre. En la nocturnidad imaginativa se subsumetambin ese realismo sensorial, esa estremecida vivacidad de las imgenes, imgenes decosas vivas gracias a la fruicin del sentimiento y al imperio de los sentidos ysensaciones ms primarias y naturales: las comidas, los vinos, la leche, las formashechas color (el verde, el rojo, los blancos, dorados y rosas de la piel) y tacto, los oloresfamiliares, tal el aroma del membrillo (tan de Valle-lncln, adems) que invade elarmario domstico, los perfumes de violeta, el clido olor del pan recin salido delhorno. La importancia decisiva del objeto, especie de bisagra hierofnica entre larealidad y los sueos. Y la msica: la msica verbal, la msica como religin (cf.Orestes), la msica que niega la lgica del tiempo y del lugar (y recordamos a

    Nietzsche, a Wagner, a Baudelaire, a Verlaine...). Gliscomorfa es la predileccin deCunqueiro por las estructuras narrativas de enmarque, de encajamientos sucesivos, su

    predileccin por las composiciones hechas de pequeas piezas, miniaturasretabulsticas, pequeos detalles, pequeas escenas de las que surgen historias fabulosascomo de un sombrero maravilloso, escenas que, sumadas y multiplicadas entre s, danuna novela, dan una vida, dan un hombre, el corazn de un hombre soador.

    Gliscomorfa es la esencial intimidad de sus novelas, todas hechas de sueos.Gliscomorfa la profunda interpenetracin que traspasa sus mundos hechos de

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    correspondencias, de analogas, de ligaduras sustanciales entre los deseos, las palabras,los sueos, las cosas y los hombres. Gliscomorfa su tolerancia, su no agresividad, landole soadora y perezosa de sus hroes, y tambin gliscomorfa su hipersociabilidad:la de los personajes en busca del rito gregario, la de Cunqueiro, hombre de amigos,hombre absolutamente ligado a la amistad. Gliscomorfa su honda melancola,melancola otoal; el otoo era su estacin favorita, la del declive y los matices, ydespus la primavera: estaciones de trnsito, de mezcla, dentro de su profundo amor porlos matices y el crculo estacional. Gliscomorfo su gusto por las inversiones, por las

    paradojas, por la perseveracin de estructuras y situaciones, por la multiplicidad absolu-ta y absolutamente ambigua. Gliscomorfa la atraccin en sus novelas por todo tipo detransgresiones ertico-sexuales. Gliscomorfa su religiosidad, su inclinacin por lasmsticas de todo tipo y por los esoterismos ms variados. Este rgimen nocturno secorresponde con la dominante imaginativa gallega tal como la describen etnlogos,antroplogos y, tambin, poetas y ensayistas soadores.

    La conflictividad de Cunqueiro se producira, dentro de un rgimen imaginativonocturno-sinttico, en trminos de ciclotimia (o alternancia, no necesariamente

    patolgica, entre desrdenes del humor de tipo manaco y de tipo melanclico, con o sinun intervalo libre entre estos dos estados extremos), ciclotimia que se ha sealado, juntocon la saudade, como caracterstica tnico-psicolgica del pueblo gallego (cf. MAI-

    NER: 1981, 120, que recoge ideas de V. Risco). Esta propensin ciclotmica se reflejaen una reflexin del propio Cunqueiro sobre la ideosincra- sia gallega:

    Veo bien que es uno del pas, con su indecisin, con su sensibilidad, con su

    morbo raciocinante, con su aoranza por la derrota, el que est escribiendoaquello, (...) el que pone una caricia junto a aquella hora amarga para poderburlarse, al mismo tiempo, un poco ("Wenceslao Fernndez Flrez, gallegouniversal, 1964, 4).

    La reconciliacin, puntal de la actitud de Cunqueiro, procede de la fe en unasobrerrealidad que es un misterio, en un misterio que es una esperanza. La fe serelaciona con la imaginacin, y la imaginacin con la creacin:

    Soy un hombre esencialmente religioso. (...) Que si me ha ayudado la

    imaginacin? Yo pienso que s, que me ha ayudado mucho. No creo racionalmente. Laimaginacin me ha sido til en el sentido de que ayuda a aceptar los milagros, a estardentro de