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    SIETE LEYES DE LA ENSEANZA

    LAS SIETE LEYES

    DE LA ENSEANZA

    IBBNEInstituto Bblico Bautista del NoresteCENTRO DE CAPACITACIN TEOLGICA Y

    MISIONERA

    Instituto Bblico Bautista del NorEste-1-

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    INTRODUCCIN

    I. LAS LEYES DE LA ENSEANZA

    A. La enseanza tiene sus leyes naturales, tan fijas comolas leyes de las plantas o de los otros organismos queson susceptibles al crecimiento. Es un proceso en elcual se emplean poderes definidos que producenresultados tambin definidos; y esos resultados seproducen tan regular y ciertamente como el da sigue alaparecimiento del sol. Lo que el maestro hace lo hacepor medio de agencias naturales que producen naturalesresultados. El principio de causa y efecto es tancierto sino siempre tan obvio y fcilmente comprendido

    en la evolucin de la mente como en la de la materia;y las leyes de la mente son tan fijas como las de lamateria.

    B. El descubrimiento de las leyes de cualquier proceso,sea ya de la mente o de la materia, hace posible queese proceso est bajo el dominio del que conoce lasleyes y gobierna las condiciones. El conocimiento delas leyes de la corriente elctrica ha posibilitado elmandar mensajes a travs de los ocanos; y el que seposesiona de las leyes de la enseanza, puede llevar alas mentes de otras personas las experiencias de laraza humana. El que desea obtener buena cosecha tieneque obedecer las leyes de la naturaleza en lo que serefiere al crecimiento de la semilla, y el que quieraensear con xito a la niez, semejantemente ha deobedecer las leyes de la enseanza. En ninguna parte,ni en el mundo de la mente, ni en el de la materia,puede el hombre obtener buenos resultados, a menos queemplee los medios de que dependen estos resultados.

    C. La enseanza, en su sentido ms sencillo, es lacomunicacin de la experiencia. Esta experiencia puedeconsistir en hechos, verdades, doctrinas, ideas o

    ideales, o puede consistir en los procesos de periciaen un arte. Puede ser enseada por el uso de palabras,por signos, con objetos, por acciones, o por ejemplos;pero cualquiera que sea la sustancia, el mtodo, o elpropsito de la enseanza, el acto en s, consideradosubstancialmente es siempre el mismo: una comunicacinde la experiencia. Es pintar en la mente de otro lafigura que uno tiene en su propia mente. Es preparar lamente y el pensamiento para la comprensin de algunaverdad que el maestro conoce y desea comunicar. Msadelante veremos que la palabra comunicacin no se

    usa aqu en el sentido de hacer pasar algo que est en

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    la mente de una persona a la mente de otra persona,sino en el sentido de ayudar a otro a reproducir lamisma experiencia, hacindola as comn a los dos.

    II. LOS SIETE FACTORES

    A. Para descubrir la ley de un fenmeno cualquiera,debemos someter ese fenmeno a un anlisis cientfico yestudiar sus distintas partes. Si cualquiera actocompleto de la enseanza se sometiera a semejanteanlisis, se vera que contiene siete distintoselementos o factores:

    1. Dos factores personales:

    a. Un maestro.

    b. Discpulo.

    2. Dos factores mentales:

    a. Un idioma comn o medio de comunicacin, y

    b. Una leccin, verdad o arte que ser comunicado.

    3. Tres actos o procesos funcionales:

    a. El del maestro,

    b. El del discpulo

    c. Y un proceso final para probar la enseanza yafirmar el resultado.

    B. Estos son elementos esenciales en todo acto completo deenseanza. Consista la leccin ya de un hecho sencilloque puede explicarse en tres minutos, ya de un discursoque dure muchas horas, los siete factores, aparecernen ella, si la obra es efectiva. Ninguno de ellos puede

    ser omitido, y no es necesario aumentar su nmero. Shay una verdadera ciencia de enseanza, sta ha deencontrarse en las leyes y relaciones de estosfactores.

    C. Para descubrir sus leyes, fijmonos nuevamente en lossiete factores de manera cuidadosa:

    1. Un maestro;

    2. Un discpulo.

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    3. Un idioma comn o medio de comunicacin.

    4. Una leccin o verdad.

    5. La obra del maestro.

    6. La obra del discpulo.

    7. El trabajo de repaso, que organiza, perfecciona,aplica y retiene la labor que ha sido realizada.

    Cada uno de estos siete factores se distingue de losotros por alguna caracterstica esencial; cada uno esuna entidad distinta, o hecho de la naturaleza. Desdeel momento en que cada hecho de la naturaleza es elproducto y prueba de alguna ley natural, cada elementoaqu descrito tiene su gran ley de funcin, y stas,

    tomadas en conjunto, constituyen Las Siete Leyes de laEnseanza.

    D. Puede parecer trivial el insistir de tal manera sobretodo esto. Alguien pudiera decir: Por supuesto, nopuede haber enseanza sin un maestro y un discpulo,sin un idioma y una leccin, y a menos que el maestroensee y el discpulo aprenda; o finalmente, sin unaadecuada revista, si se quiere tener la seguridad deque la labor ha sido efectuada con xito. Todo esto esdemasiado obvio para que sea necesario hacer hincapi

    en ello. Tambin es obvio que cuando las semillas, elterreno, el calor, la luz y jugosidad se renenproporcionalmente, nacen las plantas y crecen hasta darfruto; pero lo obvio de estos hechos no les priva deencerrar en s las ms profundas y misteriosas leyesnaturales. De la misma manera, el acto ms sencillo deenseanza puede encerrar las leyes ms potentes ysignificativas de la vida mental.

    III. LAS LEYES PRESENTADAS

    Estas leyes no son obscuras y difciles de comprender; sontan sencillas y naturales que nacen casi espontneamente enel observador cuidadoso. Ellas se encuentran encerradas enlas descripciones ms simples que puedan darse de los sieteelementos ya mencionados, como sucede en las siguientes:

    A. El maestro es el que CONOCE la leccin, o verdad, oarte que ha de ensear.

    B. El discpulo es el que ATIENDE con inters a laleccin.

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    C. El idioma usado como MEDIO de comunicacin entre elmaestro y el discpulo debe ser COMN a entrambos.

    D. La leccin que ha de ensearse debe ser explicada entrminos ya conocidos del discpulo lo DESCONOCIDO debeser explicado por lo CONOCIDO.

    E. La enseanza es el DESPERTAMIENTO y USO de la mente delalumno para que pueda posesionarse del pensamiento quese desea que adquiera, o del arte que se quiere queaprenda.

    F. Aprender es atesorar en la mente por medio del propioPENSAMIENTO, una nueva idea o verdad, o llevar alHABITO un nuevo arte o profesin.

    G. La prueba de la enseanza que se ha dado el proceso

    final que la asegura debe ser la REVISTA, elRECONOCIMIENTO, la REPRODUCCIN, la APLICACIN delmaterial que se ha enseado, los conocimientos oideales y artes que se han comunicado.

    IV. LAS LEYES PRESENTADAS COMO REGLAS

    Estas definiciones y exposiciones pueden ser tan sencillasy obvias que no necesiten argumentacin o prueba; pero supoder como leyes fundamentales puede ser comprendido msfcilmente si son presentadas como reglas para la

    enseanza. Dirigindolas a los maestros, pueden expresarseen la siguiente forma:

    A. Conoce completa y familiarmente la leccin que has deensear, ensea de una mente llena y una completacomprensin del asunto.

    B. Gana y retn la atencin y el Inters de los alumnossobre la leccin. No trates de ensear sin antesobtener la atencin.

    C. Usa palabras que sean comprendidas por los alumnos enel mismo sentido en que las usas, lenguaje que seaclaro y vvido para ambos.

    D. Comienza con lo que ya es bien conocido a los alumnossobre el asunto que se trata y sobre lo que ya haexperimentado, y ensea la nueva materia en pasosgraduales, sencillos, fciles, naturales, haciendoporque lo conocido ensee lo desconocido.

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    E. Estimula la mente del nio a la accin. Haz porque suspensamientos vayan siempre delante de su expresin,colocndole en la actitud de un descubridor.

    F. Trata de que el alumno reproduzca inmente la leccinque est aprendiendo; que piense en sus varias fases y

    aplicaciones, hasta que pueda expresarla en su propiolenguaje.

    G. Revista, Revista, REVISTA, reproduciendo lo antiguo,haciendo ms profunda la impresin con nuevas ideas,eslabonndolo con los nuevos significados, encontrandonuevas aplicaciones, corrigiendo las falsasconcepciones y completando las verdaderas.

    V. INDISPENSABLES A LA BUENA ENSEANZA

    A. Estas reglas y las leyes sobre las que estn basadas,sostienen y gobiernan toda buena enseanza. SI sonconsideradas en su sentido ms amplio, no es necesarioagregarles o quitarles nada. Nadie que las conozca yuse ha de temer el fracaso, si tambin posee lascualidades que le habilitan para mantener propiamenteel buen orden que es necesario para darles un cursolibre y no interrumpido. El desorden, el ruido y laconfusin pueden Impedir la obtencin de los resultadosapetecidos, de la misma manera que la confusin deelementos qumicos Impiden la formacin de los

    compuestos que, de otra manera y de acuerdo con lasleyes de la qumica, se formaran. Pero la buenaenseanza, en s, a menudo produce el buen orden.

    B. Como todas las leyes naturales, estas leyes de laenseanza parecen claras y obvias; pero, como otrasverdades fundamentales, su sencillez es ms aparenteque real. Cada ley vara en su aplicacin a lasdistintas mentes y personas, aunque permanece la mismaen s; y cada una est en relacin con otras leyes,hasta que llegue a los ms extensos lmites en el arte

    de la enseanza. En los siguientes captulos haremos uncuidadoso estudio de estas siete leyes, adquiriendo ennuestra discusin muchos y valiosos principios conrespecto a la educacin y muchas y prcticas reglas quepueden ser usadas con eficacia en la obra del maestro.

    C. Estas reglas y leyes son aplicables a la enseanza decualquier asunto, en cualquier grado, desde el momentoen que son las condiciones fundamentales por medio delas cuales una Idea puede pasar de una mente a otra.Son tan vlidas y tiles para el catedrtico de una

    universidad como para el maestro de una escuela

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    elemental, y para la enseanza de una ley en lgicacomo para la Instruccin de aritmtica.

    D. Habr quizs maestros eficientes que jams han odohablar de estas leyes y que no las obedecenconscientemente; as como hay personas que caminan

    seguramente sin conocimiento de las leyes degravitacin, o que hablan inteligentemente sin co-nocimientos de gramtica. Como el msico que toca deodos, estos maestros naturales han aprendido con laprctica las leyes de la enseanza y las obedecen porhbito. Pero por esto no deja de ser verdad que suxito lo obtienen por su obediencia a la ley y no enmenosprecio de ella.

    VI. Habilidad y Entusiasmo

    A. Nadie debe temer que el estudio de las leyes de laenseanza tienda a hacer que una labor fra, mecnica,venga a sustituir la calurosa y entusiasta enseanza,que tanto es de desear y que tan admirada y encomiadaes. La habilidad verdadera enciende y aviva elentusiasmo, dndole el xito donde, de otra manera,obtendra la derrota. El verdadero amor que el obrerosiente por su obra crece con su habilidad en hacerlabien. El entusiasmo producir infinitamente mejoresresultados cuando es guiado por la habilidad.

    B. Algunos superintendentes y escuelas, a menudoprefieren, irreflexivamente, los maestros entusiastas alos que simplemente estn bien educados y tienenexperiencia, creyendo, no sin razn, que el entusiasmodar ms resultado, aunque est desposedo deconocimiento y habilidad, que el mejor preparado yerudito maestro que carezca de celo. Pero, por quhemos de elegir al maestro entusiasta, aunqueIgnorante, o al perezoso educado? El entusiasmo no seencuentra confinado a los inhbiles e ignorantes, nison holgazanes todos los hombres calmosos. Hay

    entusiasmos nacidos de la habilidad placer de hacer loque uno sabe hacer que es ms efectivo, donde se tratade un arte, que el entusiasmo que nace del sentimiento.El lento pero continuo avance de los veteranos es mspoderoso que el mpetu alocado de los reclutas. Lamejor obra del mundo, tanto en las escuelas como en lostalleres, es realizada por el calmoso, continuo,persistente esfuerzo de obreros hbiles que sabenconservar en condiciones sus herramientas y seesfuerzan por llegar al blanco que se han propuesto.

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    C. La ms seria objecin a la enseanza sistemtica,basada en las leyes de la enseanza, ha venido algunasveces de los pastores y maestros de las EscuelasDominicales, los que han alegado que el objetoprincipal de la Escuela Dominical es hacer impresinms bien que Instruir; y que la hbil enseanza, de ser

    deseable, es mucho menos importante que los calurososllamamientos en el momento oportuno. Pero, culesexhortaciones tienen en s poder permanente, sino lasque van precedidas de claras verdades? Si ha deelegirse entre el maestro entusiasta que haceextremosos llamamientos y el fro y falto de celo queahoga el sentimiento con su indiferencia, el primeroquizs debe ser preferido. Mas, por qu hemos deelegir entre estas dos clases? No existe un saludabletrmino medio entre el vapor y el hielo para el agua dela vida? El maestro cuya mente resplandece con la

    verdad y que hbilmente gua a sus discpulos al claroentendimiento de esta misma verdad, no carecerseguramente de poder inspirador.

    D. Estos asuntos pueden dejarse a que de por si den susinevitables respuestas. Habrn llenado su propsito sirepelen la disposicin que hay a desacreditar lanecesidad de verdadera enseanza en las EscuelasDominicales, tanto como en las escuelas pblicas; y siconvencen a los directores en las Escuelas Dominicalesde que las leyes de la enseanza son las leyes de la

    mente, las que han de ser obedecidas tan fielmente alestudiar la Palabra de Dios como al estudiar sus obras.

    VII. UNA PALABRA A LOS MAESTROS

    A. Dejando para otros captulos la completa discusin dela significacin y filosofa de estas siete leyes,incitamos a los maestros, especialmente a los maestrosde la Escuela Dominical a que les den su ms seriaatencin. Al enfrentaros con vuestros discpulos,cuntas veces habis deseado tener el poder de leer en

    sus mentes y plantar en ellas, con mano segura, algunaverdad cientfica Q alguna doctrina del evangelio?Ninguna llave os abrir jams las puertas de esasmansiones en que habita el alma de vuestros discpulos;ninguna lente os facilitar el poder penetrar en sumisteriosa oscuridad. Pero en las grandes leyes devuestra propia naturaleza existen las lneas decomunicacin por las que podis enviar el pensamientode vuestra mente a otra mente, avivndola a la vez paraque lo reciba y guarde.

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    B. Al discutir estas siete leyes, necesariamente ocurrirnaparentes repeticiones. Estas leyes son semejantes asiete cumbres de diferentes alturas, que se hallanesparcidas en un mismo territorio; a medida que subimosa cada una, en sucesin, muchos puntos de la campia,vistos desde la altura, aparecern con diferentes

    paisajes, siempre con nueva luz, con horizonte nuevo.Cada nueva agrupacin de estas leyes presenta nuevasrelaciones y trae a luz, para el estudiante cuidadoso,nuevos aspectos y usos. Las mismas repeticiones nosern intiles, porque servirn para hacer mayorhincapi en los aspectos ms Importantes del arte de laenseanza, y grabarn ms profundamente en la mente delmaestro estos principios que requieren una atencinfrecuente.

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    CAPTULO ILA LEY DEL MAESTRO

    INTRODUCCIN:

    El reino universal de la ley es la verdad central de la cienciamoderna. Toda fuerza existente en el hombre o en la naturaleza,obra bajo el dominio de alguna ley; todo efecto de la mente o lamateria es producido en conformidad con alguna ley. La mssencilla nocin de la ley natural es, que la naturaleza essiempre uniforme en sus fuerzas y operaciones. Las causasproducen efectos, y los efectos obedecen sus causas, por leyesirresistibles. Las cosas son lo que son por causa de las leyesde su ser, y el aprender la ley de cualquier hecho es aprenderla verdad ms fundamental con respecto a l. Esta uniformidad dela naturaleza es la base de toda ciencia y de todo arte

    prctico. Tanto en la mente como en la materia, el reino deleyes invariables es la condicin primordial para toda cienciaverdadera. La mente tiene libertad dentro de sus leyes, pero nola tiene para producir efectos contrarios a esas leyes. Elmaestro, por lo tanto, est sujeto a leyes tanto como la bri-llante estrella o el barco que navega. Son muchas lascondiciones que se reconocen como importantes para el trabajo demaestro; y s todos los requisitos que se desean fueranposedos, el maestro seria un modelo, una perfecta reunin deexcelencias imposibles de reunir. Un buen carcter y excelentescualidades morales son muy deseables en el instructor de la

    niez, si no tanto para su obra, por lo menos para evitar elperjuicio que pueden ocasionar con su ejemplo. Pero si una poruna vamos quitando de nuestro catlogo de condiciones deseablespara la labor de la enseanza las que no son absolutamenteindispensables, nos veremos obligados a retener al fin, comonecesaria a la mera nocin de la enseanza, el conocimiento dela materia que ha de ensearse. La Ley del Maestro la que lodescribe y le pone lmites es pues: El maestro debe conocer loque ha de ensear.

    I. Filosofa de la Ley

    A. Que no podemos ensear sin conocimiento de lo queenseamos, parece demasiado sencillo para que hayanecesidad de probarlo. Cmo puede la nada. produciralgo, o la oscuridad dar luz? La afirmacin de esta leyparece tal vez una perogrullada; pero un estudio msprofundo demostrar que es una verdad fundamental: laley del maestro. Ninguna otra condicin es tanfundamental y esencial. Si se invierten los trminos deesta ley se revela otra verdad importante: Lo que elmaestro conoce, eso debe ensear.

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    B. La palabra CONOCER ocupa un lugar central en la ley delmaestro. El conocimiento es el material con que trabajael maestro, y la primera razn en pro de la ley delmaestro debe buscarse en el conocimiento. Lo que loshombres llaman conocimiento tiene muchos grados, desdeel primer vislumbre de la verdad hasta su ms completa

    comprensin. En diferentes estados de la vida laexperiencia de la raza, segn la adquirimos, estcaracterizada por:

    1. Un pobre conocimiento.

    2. La habilidad de recordar voluntariamente para smismos, o de descubrir a otros, en forma general,lo que hemos aprendido.

    3. El poder explicar, probar, ilustrar y aplicar

    nuestros conocimientos.

    4. Un conocimiento tal y una apreciacin de la verdad,en su significado ms profundo y ms ampliasrelaciones, que por el mismo poder de suimportancia, ceimos nuestros actos a ella, nuestraconducta es modificada por esa verdad. La historialo es solamente para el que la lee y conoce de estamanera. Esta ltima clase de conocimiento, oexperiencia, es la que ha de entrar en la ley delmaestro verdadero.

    C. No afirmamos que el que no posea este conocimiento nopuede ensear; ni tampoco resulta cierto que el queconozca la materia, necesariamente ha de ensear conxito. Pero el imperfecto conocimiento ha de reflejarseen una enseanza imperfecta. Un hombre no puede ensearcon eficiencia lo que no conoce. Pero la ley delmaestro es slo una de las leyes de la enseanza, y elfracaso puede ser el resultado de la violacin de otrasleyes tanto como del descuido de sta. De la mismamanera, puede obtenerse el xito por la obediencia a

    otras leyes. Sin embargo, la enseanza ha de serincierta y dbil cuando est caracterizada por unconocimiento Inadecuado de la materia que se ha deensear.

    D. Una verdad es conocida por sus semejanzas, pudiendo serconocida, de manera ms perfecta, a la luz de otrasverdades. En vez de ensear al discpulo un hechoaisladamente, debe ensersele en relacin con todo elcuerpo de verdad. En los hechos ms familiares, cuandoson considerados vvidamente, y en los conceptos

    claramente comprendidos, se descubren grandes

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    principios. El poder de ilustracin una de lasherramientas ms tiles en el arte del maestro seobtiene nicamente del conocimiento claro y familiar deun asunto. El maestro que no conoce lo que ha deensear es semejante al ciego que gula a otro ciego,con una lmpara vaca en la mano, para alumbrar el

    camino.

    E. Consideremos las lecciones sencillas que se ensean enla geografa de las escuelas la redondez de la tierra,la extensin de los ocanos y continentes, las montaasy los ros, las ciudades y estados poblados de sereshumanos qu insustancial y poco importante resultanpara el maestro medianamente ilustrado y susdiscpulos! Pero, cun inspiradoras resultan para losHerschels, los Danas y los Guyots! En esas sencillaslecciones ellos ven las causas que, a travs de las

    edades, han venido a dar forma al globo; para ellos lageografa es un capitulo de la ciencia e historia delmundo. Lo mismo sucede con las verdades bblicas:tienen muy poca significacin para el lectorindiferente y el maestro poco estudioso, pero sonverdades brillantes, ricas en significados para los quehacen su estudio poseyendo la luz que da elconocimiento de la historia, y de la ciencia, enrealidad, todas las formas de la experiencia.

    F. Pero la ley del maestro va ms all todava. La verdad

    ha de ser claramente comprendida antes de que pueda servvidamente sentida. Slo los estudiantes verdaderos decualquier ciencia sienten entusiasmo en su estudio. Lalimpidez de su visin es la que inspira al poeta y alorador y los hace maestros de su raza. Fue el ojo deHug Muller, el gelogo, el que descifr, y su pluma laque escribi, El Testimonio de las Rocas. Kepler, elgran astrnomo, creci en entusiasmo, hasta casivolverse loco, a medida que iba descubriendo elmisterio de las estrellas; y Agassiz no poda distraersu tiempo y pronunciar conferencias, por las que le

    pagaban grandes cantidades, mientras estaba absorto enel estudio de los peces de un mundo antiguo. El maestroque slo conoce a medias la materia que ha de ensear,ser un maestro fro y falto de vida; pero el que estinflamado por el entusiasmo, Inconscientementeinspirar a sus alumnos con su inters.

    G. Este sincero sentir de las verdades claramenteconcebidas es el secreto del entusiasmo que tanto seadmira y alaba en el maestro y el predicador. Lasverdades ms comunes se transforman para esta clase de

    maestros: la historia se convierte para ellos en un

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    vivo panorama; la geografa se dilata hasta convertirseen grandes extensiones continentales de nacionespobladas; la astronoma se transforma en la marchacontinua de mundos y sistemas de mundos. Cmo puedendejar de ser hbiles e inspiradores los modales de unmaestro, cuando el asunto que ensea es tan rico en

    radiante realidad?

    H. El conocimiento adquirido de esa manera profunda yfamiliar, a la vez que lleva los poderes del maestro ala accin ms elevada, le da tambin el dominio de esospoderes. En lugar de sentirse obligado a usar su librode texto, el maestro que conoce bien la leccin que hade ensear, no tiene dificultad alguna en su enseanzay puede observar fcilmente los esfuerzos que hace suclase para aprender, y podr dirigir sus pensamientos.Con el conocimiento de lo que ensea, est en

    condiciones de reconocer e interpretar los primerosvislumbres que de la verdad recibe la clase; podrremover los obstculos del camino de sus discpulos,as como ayudarlos y alentarlos.

    I. El conocimiento evidente del maestro sirve para dar laconfianza necesaria al discpulo. Seguimos con alegray expectacin al gula que tiene profundo conocimientode los lugares que hemos de visitar; pero le seguimossin Inters y de mala gana si es ignorante eincompetente. Los nios no gustan de ser enseados por

    personas en quienes no tienen confianza. Y no es estotodo. Los grandes sabios los Newtons, los Humboldts,los Huxleys inflaman el inters pblico con respecto alas ciencias en que ellos trabajan; y de la mismamanera el maestro bien preparado despierta en susdiscpulos el deseo de estudiar ms. En algunos casosInfortunados el gran conocimiento no va acompaado dela habilidad necesaria para Inspirar a los alumnos enel amor al estudio, y esto resulta fatal para la buenaenseanza, especialmente cuando se trata de alumnospequeos. Es preferible un maestro con poco

    conocimiento pero con el poder para estimular a susalumnos, que un Agassiz sin ese poder.

    J. Tal es la filosofa de esta primera gran ley de laenseanza. As comprendida, representa claramente elesplndido ideal que nadie ha realizado jams exceptoel Gran Maestro, al cual debe acercarse todo maestroverdadero. Ella define correctamente los poderes conque el buen maestro ha de Ir a su trabajo. Desde lamadre que ensea a su pequeuelo, hasta el maestro dela ciencia ms abstracta, el orador que se dirige al

    senado o el predicador que ensea a grandes

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    congregaciones, esta ley no admite excepciones niviolaciones. En todas partes afirma: El maestro debeconocer lo que ha de ensear.

    II. Reglas para los Maestros

    De todas las reglas que pueden sacarse de la ley delmaestro, las siguientes son las ms importantes:

    A. Cada leccin debe prepararse por medio de nuevoestudio. El conocimiento adquirido un ao atrs tienenecesariamente que haber perdido algo. Solamente lasnuevas concepciones nos llevan a realizar nuestrosmejores esfuerzos.

    B. Deben buscarse en cada leccin las analogas que tienecon hechos y principios ms familiares. En estos hechos

    y principios se encuentran las ilustraciones por mediode las que ha de ensearse la nueva leccin.

    C. Estdiese la leccin hasta que tome forma en ellenguaje familiar. El producto final del claro pen-samiento es el lenguaje claro.

    D. Bsquese el orden natural en las distintas partes de laleccin. En toda ciencia existe el paso natural de lasnociones ms sencillas a los hechos ms profundos, y lomismo sucede con toda leccin.

    E. Bsquese la relacin que hay entre la leccin que seestudia y la vida de los discpulos. El valor prcticode la leccin se encuentra en estas relaciones.

    F. Deben usarse libremente todas las ayudas que seanlegtimas, y no descansar hasta que se obtenga unaclara y real comprensin de la leccin.

    G. Tngase presente que el dominar completamente unaspocas cosas es mejor que el conocimiento superficial de

    muchas.

    H. Eljase un momento definido para el estudio de cadaleccin. Todo ayuda al deber que se cumple en elmomento oportuno. El que contina aprendiendo laleccin que ha estudiado anteriormente, obtiene nuevointers y nuevas ilustraciones.

    I. Obsrvese un plan de estudio, y no se tenga temor deestudiar, cuando sea necesario, ms all de ese plan.El mejor plan memotcnico es hacer y responder estas

    preguntas acerca de la leccin: Qu? Cmo? Por qu?

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    J. Obtngase la ayuda de buenos libros sobre el asunto dela leccin. De cualquier manera, sea comprando loslibros o pidindolos prestados, debe obtenerse la ayudade los mejores pensadores, la ayuda necesaria por lomenos para estimular el propio pensamiento; pero no lea

    sin pensar en lo que lee. Si es posible, disctase laleccin con algn amigo inteligente: de la discusinnace la luz algunas veces. Si no se puede obtener estasclases de ayudas, escriba su manera de pensar sobre laleccin; el expresar los pensamientos por escrito puedecontribuir a quitar de ellos las obscuridades.

    III. Violaciones y Equivocaciones

    Esta discusin seria incompleta si no hiciramos mencinde las frecuentes violaciones que se hacen de esta ley. El

    mejor maestro puede echar a perder su ms cuidadoso ysincero trabajo por medio de equivocaciones impensadas. Elverdadero maestro cometer los menos errores posibles, ylos que corneta le ayudarn a ser ms cuidadoso en lo su-cesivo.

    A. La misma ignorancia de sus discpulos puede tentar al-maestro a descuidar el estudio y la debida preparacin.Puede llegar a pensar que en cualquier momento l sabrms acerca de la leccin que sus discpulos, y que encualquier momento encontrar algo que decir sobre la

    leccin, sin que sea notada su Ignorancia. Esta es unatriste equivocacin que a menudo cuesta muy caro. Escasi seguro que el engao ser descubierto al fin ydesde el momento en que esto suceda, el maestro habrperdido toda su Influencia sobre la clase.

    B. Algunos maestros creen que son los discpulos, y noellos, los que tienen que estudiar la leccin; y quecon la ayuda del libro que tienen en la mano podrnfcilmente saber si los alumnos han estudiado o no. Espreferible que el alumno que conozca la leccin no

    examine a los otros. para no desalentar a losdiscpulos de su estudio, por la Indiferencia y faltade preparacin del maestro. La enseanza no consistemeramente en or las lecciones.

    C. Otros maestros examinan rpidamente el contenido de laleccin y dan por sentado que, aunque no la hanaprendido completamente y quizs ni una parte de ella,saben bastante para llenar el tiempo, pudiendo, si esnecesario, suplementar lo poco que saben con cuentos yconversaciones desatinadas. O tambin, no teniendo el

    tiempo o el deseo de prepararse, abandonan toda idea de

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    la enseanza, ocupan el tiempo con los ejercicios quese les ocurra y esperan que, como la escuela es unabuena cosa de por s, los discpulos recibirn algnbeneficio con la mera asistencia.

    D. Una falta ms grave es la que cometen aquellos que, no

    encontrando estimulo en la leccin, hacen de ella elfundamento en que basar sus propias ideas y opiniones.

    E. Hay otro mal tambin grave que cometen aquellosmaestros que desean esconder su crasa ignorancia trasuna pomposa pretensin de sabidura, escudando as sufalta de conocimiento con frases retumbantes que nopueden ser comprendidas por sus discpulos; diciendosolemnes vulgaridades en tono de sabio, o queriendodemostrar que han hecho un buen estudio y que estnprofundamente informados, pero que carecen del tiempo

    necesario para presentarles este conocimiento. Quinno ha visto que se practican estos engaos con losdiscpulos?

    De esta manera, muchos maestros van a realizar su labor, o bienparcialmente preparados, o sin preparacin alguna; estosmaestros son como mensajeros sin mensaje. Carecen en absolutodel entusiasmo y el poder necesarios para producir los frutosque tenemos derecho a esperar de sus trabajos. Nuestras escuelascrecern en nmero y utilidad cuando esta primera ley de laenseanza sea completamente obedecida.

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    CAPTULO IILA LEY DEL DISCPULO

    INTRODUCCIN:

    En esta relacin estudiaremos las caractersticas quediferencian al alumno de otras personas, los elementosesenciales que le hacen un discpulo. Pongmonos ante un buenestudiante y notemos sus acciones y cualidades. Su mirar atentoy sus mismas acciones son signos de su inters y atencin. Elinters y la atencin caracterizan el estado mental delverdadero estudiante, y constituyen la base esencial en que hade descansar el proceso de la enseanza. La ley del discpulo,por lo tanto, puede ser enunciada de la siguiente manera: Eldiscpulo debe atender con inters a la materia que ha de

    aprender.La ley as presentada puede parecer una perogrullada, mas ellaes tan realmente profunda como parece sencilla. La mayor pruebade su verdad es la prontitud con que todos la aceptan. Susignificacin real puede verse por medio de un estudiocuidadoso.

    I. La Atencin Descrita

    A. Atender a una cosa es dirigir la mente a ella. Esa cosa

    u objeto puede ser externa, como cuando miramos elfuncionamiento de una mquina u omos intensamente unapieza musical; o puede ser interno, mental, como cuandorecordamos alguna experiencia del pasado, oreflexionamos en el significado de alguna idea. Lospsiclogos definen esta operacin de la mente como elacto de traer un objeto al foco de la conciencia.As, se cree que la conciencia tiene un foco y unmargen. El foco es ocupado con el conocimiento delobjeto a que se atiende, el margen por lassensaciones y sentimientos que permanecen todava en el

    radio de la conciencia, pero que son vagos, Indistintosy no claramente definidos.

    La atencin, pues, no es una condicin constante e invariable.Cuando hablamos de atencin concentrada o absorta, queremossignificar que el objeto a que atendemos est ocupando todanuestra conciencia. Pero se puede atender con varios grados deconcentracin. Una persona puede dejar que su mente vuele de unobjeto a otro, obedeciendo a cada nuevo estmulo, por unmomento, hasta que otra cosa obtiene y retiene nuestra atencin;o puede sta 1 ij arse resueltamente en un obj eto especifico ydarse cuenta de que hay otros objetos que llaman nuestra

    atencin en otras direcciones; o puede estar tan completamente

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    absorta en un objeto que todas las otras cosas prcticamente noexistan para l en cuanto a la conciencia se refiere.Hay, por lo tanto, tres clases de atenciones, cada una de lascuales tiene su importancia desde el punto de vista de laenseanza:(1) La atencin generalmente llamada pasiva porque no encierra

    el esfuerzo de la voluntad. En ella slo se obedece el mandatodel estmulo mayor; estamos en estado de atencin pasivaporque dejamos que las fuerzas que nos rodean dominen la vidamental. Esta clase de atencin es la primitiva, instintiva,bsica, la atencin que todos tienen en ciertos momentos duranteel da, especialmente cuando sentimos cansancio o estamos endisposicin juguetona, pero especialmente es la atencin de losnios.(2) Pero la caracterstica esencial de la mente humana es queella puede dominar ms bien que ser dominada, por las fuerzasque la rodean. Puede elevarse sobre su medio inmediato y mirar

    ms all del presente, al futuro. Puede aun atender a objetosdistantes que naturalmente atraen su atencin, y fijarsepersistente y resueltamente en deberes y ocupaciones que no soninmediatamente atractivos, pero que ella reconoce comoimportantes y necesarios. Puede retener la fantasa momentnea ytrabajar con persistencia y resolucin para obtener un propsitoremoto. Esta clase de atencin distintamente humana se llamaactiva, porque su primera condicin es un esfuerzo de lavoluntad, la determinacin a hacer lo que debe hacerse, a pesarde los alicientes que se tengan para hacer otra cosa que nos esms agradable y atrayente.

    (3) Pero esta atencin activa no es siempre la ms econmica deenergas ni la ms efectiva para aprender. Hablandogeneralmente, aprendemos ms fcil y econmicamente cuandoestamos absortos en nuestros estudios, cuando los objetos oideas que estamos arreglando en nuestra mente a fin de recor-darlos permanentemente, nos atraen con su propia luz, por asdecirlo: cuando nuestro aprendizaje es tan fascinador que nosarrastra tras si. Esta clase de atencin generalmente nace delesfuerzo persistente, de lo que acabamos de llamar atencinactiva. Se parece a la pasiva en que su objeto es siempreatractivo en s y requiere poco de la conciencia; pero tambin

    nace de la atencin activa, del esfuerzo y la persistencia.Esta tercera clase de atencin se llama, consecuentemente,secundaria pasiva.Es obvio que la atencin de la clase secundaria pasiva es,desde el punto de vista del alumno, la que ms debe cultivarse.Ella significa economa en el aprendizaje, aprendizaje agradabley efectivo. Pero el veredicto de la experiencia humana es queestas muy deseables condiciones no se cumplen fcilmente, silofueran, en realidad habra muy poca necesidad de maestros oescuelas. Parece ser cierto, generalmente, que estos interesessostenidos y permanentes se obtienen solamente por un precio,

    por el esfuerzo tenaz. No podemos presentar esto como regla

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    Invariable, porque sin duda hay intereses valiosos que nosatraen con poco esfuerzo por nuestra parte. Ello es posible,pero tambin lo es que el barco abandonado a merced de todoviento llegue a puerto seguro. La experiencia humana, durantelas edades pasadas ha enseado que el esfuerzo, el sacrificio yla persistencia son los principales componentes del xito, xito

    tanto en el aprendizaje como en el comercio, en el arte como enel invento y la industria. El hombre que sencillamente obtieneel xito en cualquier ramo de la actividad humana, sin esfuerzoalguno por su parte, es tan raro como que un barco, sindireccin ni gobierno, se introduzca en puerto seguro; enrealidad, los que saben, y saben bien, han adquirido este saberal precio del trabajo mental, del esfuerzo mental, y estetrabajo y esfuerzo mentales son, sencillamente, dos palabraspara expresar la atencin activa.

    Seria una tontera, sin embargo, que el maestro interpretara

    esta necesidad de esfuerzo por parte del alumno, comosignificativa de que el arte de la enseanza consiste meramenteen asignar trabajos a los discpulos y obligarlos a realizarestos trabajos; porque tambin est probado que la clase de es-fuerzos que proviene del incentivo del temor es casi seguro queno desarrollar estos intereses permanentemente. Millares, si nomillones, de alumnos que han sido sometidos a este tratamiento,nunca han rebasado el estado de atencin activa; es ms, hansentido una completa aversin por aquello que se les ha queridohacer aprender. El deber del maestro, esencialmente, no es el desealar tareas, sino ms bien servir de consejero y gula. Su

    propsito debe ser desarrollar la atencin secundaria pasiva.La mejor manera de conseguir esto es haciendo que los estados deprogreso sean graduales, en forma tal que a la vez que eldiscpulo tiene que hacer esfuerzos para alcanzar un nuevo pasoen la leccin o serie de lecciones, el alcanzar este progreso ledemuestre que vale la pena hacer el esfuerzo.

    Las teoras modernas hacen hincapi en la importancia de losproblemas, en cuanto a asegurar esta serie de esfuerzos, y quehay mucho que recomendar en este plan. La teora es que, si sepuede interesar al discpulo en resolver un problema, har los

    esfuerzos necesarios para adquirir el conocimiento que senecesita para la solucin de l. De esta manera, si elconocimiento que se desea ensear puede ser organizado en formatal, con referencia a estos problemas, este conocimiento, segnse dice se introducir por si mismo.

    Como ejemplo de este mtodo de enseanza por medio deproblemas, segn se emplea en la obra de la Escuela Dominical,se puede tomar el asunto general de la geografa de laPalestina. El mtodo tradicional de enseanza considerara esteasunto como un todo informativo. La Palestina sera localizada

    con referencia a su lugar en el globo y con respecto a los

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    pases adyacentes; se describiran sus rasgos naturales, susmontaas, planicies, mares y ros; se hara referencia a suclima, explicndolo por sus varios factores de latitud, altitud,vientos predominantes, variedad de masas de aguas, desiertos,etc.; y en conclusin, se consideraran sus productos yhabitantes. Pero el mtodo de los problemas procedera de otra

    manera. Pudiera tratar se de interesar a los alumnos en un viale imaginario por la Palestina. Cmo llegaran all, cmoviviran y viajaran durante su estancia en ese pas, cmoviven, trabajan y se visten los naturales, todos estos problemasy otros muchos que les son subordinados, crearan lo quepudiramos llamar la demanda natural de la informacin que,por el mtodo antiguo, sera presentada sistemticamente y enforma algo abstracta.

    El mtodo de los problemas tiene un lugar importante en laenseanza, pero es claro que no puede reemplazar completamente

    el estudio sistemtico y progresivo. Su valor estprincipalmente en que crea una impulsin inicial hacia elestudio. El mtodo debe ser usado tambin como una variacinestimulante, para quebrar la monotona de un procedimientodemasiado lgico y abstracto. La mayora de los nios, cuandohayan comenzado a estudiar, estarn en condiciones y tendrndeseos de trabajar sistemticamente. Todo depende de lahabilidad con que el maestro vaya de un paso a otro, eslabonandoel nuevo con el antiguo y edificando gradualmente un todocompuesto de partes bien preparadas.

    II. LA FILOSOFA DE LA LEY

    A. No obstante todo lo que los maestros puedan descuidaresta ley en la prctica, ellos admiten francamente quesin prestar atencin los discpulos no pueden aprender.Es lo mismo hablar a los sordos o a los muertos quetratar de ensear a un nio que no presta atencin.Todo esto puede parecer demasiado obvio para necesitardiscusin, pero un buen estudio de los hechos en que sefundamenta esta ley demostrar su poder y autoridad.

    B. El conocimiento no puede trasladarse, como si fuerasustancia material, de una mente a otra, porque lospensamientos no son objetos tangibles. Las ideas slopueden comunicarse introduciendo en la mente receptoraprocesos correspondientes a aquellos por medio de losque las ideas fueron concebidas primeramente. Las ideasdeben ser pensadas de nuevo, las experienciasnuevamente experimentadas. Es obvio, por tanto, queresulta necesario algo ms que una mera presentacindel asunto: el discpulo ha de pensar. Ha de trabajar

    con un propsito definido, en otras palabras, con

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    atencin. No es suficiente mirar y or. Si la menteest slo medio despierta, las concepciones que hagasern dbiles y fragmentarias, tan inadecuadas eintiles como inestables. El maestro y el texto puedendar una gran informacin, pero el alumno solamenteobtendr el conocimiento que su poder de atencin le

    permita modelar en su mente.

    C. La nocin de que la mente es nicamente un receptculodonde se almacenan las ideas de otras personas, escompletamente errnea. La naturaleza de la mente, hastadonde la comprendemos, es la de un poder o fuerzamovida por grandes mviles. El sonido del reloj puederepercutir a la vista, pero la mente inatenta ni oye nive. Cuntas veces leemos pginas enteras sin recogeruna sola de las ideas contenidas en ellas! Esto hasucedido porque, aun cuando los sentidos han

    desempeado sus funciones, la mente estaba ocupada enotros pensamientos.

    D. Este vigor de accin mental, como el de la accinmuscular, es proporcional al estimulo que lo inspira.La mente del discpulo puede no responder alllamamiento del maestro, ni a un fro sentimiento deldeber. Solamente cuando efectuamos nuestro trabajo convoluntad es decir, con inters trabajamos con lamayor efectividad. Los poderes inseparables de reservase presentan cuando la atraccin que sentimos es

    suficientemente fuerte. A medida que crece nuestrointers, crece nuestra atencin y en proporcinobtenemos frutos.

    III. Manantiales del Inters

    A. Los manantiales del inters que nos llevan a laatencin, son muchos. Cada rgano de sentido es unapuerta a la mente del nio. Los infantes son atradospor un pedazo de cinta brillante, y cesarn de llorarpara mirar a un objeto extrao que se mece ante sus

    ojos. El movimiento de la mano del orador, su sonrisa ogesto apasionado, as como las diversas entonaciones desu voz, hacen a menudo ms para atraer la atencin desu auditorio, que el significado y profundidad de sudiscurso. La mente atiende a lo que hace un poderosollamamiento a los sentidos.

    B. El maestro quiz no tenga las oportunidades del oradorpara la gesticulacin y el uso llamativo de la voz;pero, aunque dentro de lmites ms estrechos, tienetambin oportunidades para hacer un buen uso de la voz,del rostro y de la mano. Una parada repentina en la

    explicacin de la leccin, teniendo en alto la mano,

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    har que los alumnos escuchen y presten atencin. Eluso de una lmina, o cualquier otro material ilustrado,atraer la atencin del descuidado y despertar la delms aptico. El bajar o subir la voz despertar tambinla atencin. Y todos estos medios son de valor. Perotngase presente que los mencionados son simplemente

    algunos de los medios que deben emplearse cuandoresulte necesario. El esfuerzo del maestro debe tenderen todo tiempo a que la presentacin del asunto resultetan interesante que reclame por s solo la atencin delos discpulos. Ensese a los alumnos a concentrarse;entonces pasarn del estado de atencin activa alestado efectivo de atencin secundaria pasiva. Debeapelarse a los estmulos artificiales slo como ltimorecurso para obtener la atencin.

    C. Puede encontrarse una fuente de genuino inters en la

    relacin de la leccin con algo de la vida pasada delalumno, y un manantial todava ms rico en la relacinde la leccin con su vida futura. A estas fuentes deinters podemos agregar el que inspira en el maestro lograto del tema, y la emulacin de los condiscpulos delalumno en el mismo sentido. Todas estas cosas tocan aldiscpulo personalmente, porque con ellas se hace unllamamiento a su propio inters.

    IV. EL INTERS VARIA CON LA EDAD

    A. Las fuentes del inters varan con la edad del alumno,con los diversos estados de crecimiento e inteligencia.El nio de seis aos, en general, no siente inters nipresta atencin a muchos de los temas que atraen aladolescente de diez y seis. Los nios y los adultos amenudo se interesan por las mismas escenas y objetos,pero no por las mismas fases. En ellas encuentra elnio algn hecho que llama a sus sentidos, algunasatisfaccin personal que resulta un estimulo adecuadoa la atencin; el adulto atiende a sus ms profundasrelaciones, a las causas que han producido esos

    efectos. A medida que los nios se aproximan a lamadurez, sus Intereses tienden a cambiar de lo concretoa lo abstracto. Desde el momento en que la atencin esfruto del Inters, es tontera tratar de ganar laatencin sin antes estimular el inters. Es cierto queel deber de los nios es prestar atencin a la leccin;pero este sentimiento del deber ha de serlo para elmaestro tanto como para el alumno. En el niito estesentimiento del deber puede ser representado en partepor el afecto y la simpata, y por este afecto y estasimpata puede llegar a sentir las exigencias de las

    obligaciones que an no puede comprender. El pequeo

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    discpulo puede as ser llevado a sentir inters poraquellas cosas que el maestro ame y alabe, mucho antesde que pueda comprender completamente su importancia.

    B. El poder de la atencin crece con el desarrollo mentaly es proporcional a los aos del alumno. Las lecciones

    muy largas agotarn la atencin del nio: poco y amenudo, debe ser la regla para la enseanza de estospequeuelos. La atencin prolongada corresponde amentes ms maduras.

    V. IMPEDIMENTOS A LA ATENCIN

    13.- Los dos principales impedimentos a la atencin son laapata y la distraccin. La primera puede ser causada porque noagrade el tema que se considera, por cansancio u otra condicin

    fsica. La distraccin es la divisin de la atencin entrevarios objetos, y es el gran enemigo de toda enseanza. Si laapata y la distraccin provienen de la fatiga o de enfermedad,el buen maestro no tratar de hacer mucho hincapi en laleccin.

    Reglas para los Maestros

    De la Ley del Discpulo emergen algunas de las reglas ms

    importantes de la enseanza.

    (1) No se debe comenzar los ejercicios de una clase hasta tantose haya obtenido la atencin. Estdiense por un momento losrostros de los alumnos para ver si todos estn mentalmentepresentes, como lo estn fsicamente.(2) Hgase una pausa cuando se interrumpa o pierda la atencin yesprese hasta que se obtenga nuevamente.(3) No gaste completamente la atencin de los discpulos.Detngase tan pronto como aparezcan en ellos signos de fatiga.(4) Adptese la duracin del ejercicio de la clase a la edad de

    los alumnos: mientras ms pequeos sean los alumnos ms cortadebe ser la clase.(5) Cuando sea necesario, despirtese la atencin con lavariedad en la presentacin de la leccin, pero tngase cuidadoen evitar las distracciones. La leccin, para serloverdaderamente, debe estar siempre ante la clase.(6) Avvese y mantngase el mayor inters posible en la leccin.El Inters y la atencin van unidos siempre.(7) Presntense aquellos aspectos de la leccin, y sense lasilustraciones, que correspondan a la edad y condiciones mentalesde los alumnos.

    (8) Aplese, siempre que sea posible, al inters de los alumnos.

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    (9) Los cuentos, cantos y asuntos favoritos de los discpulosson a menudo llaves a su inters y atencin. Avergense culesson estos favoritos y hgase uso de ellos.(10) Vase cules son las causas de la distraccin (como ruidosdentro y fuera del aula) y redzcanse a su mnimum.(11) Preprense de antemano preguntas que hagan pensar a los

    alumnos; pero tngase cuidado de que estas preguntas notrasciendan a la edad y facultades mentales de los discpulos.(12) Hgase la presentacin de la leccin de manera tan atractivacomo sea posible, haciendo uso de las ilustraciones y otrosmedios legtimos. No debe permitirse, sin embargo, que estosmedios sean tan prominentes que ocasionen distraccin.(13) El maestro debe demostrar la ms perfecta atencin por suparte, as como el ms genuino inters en la leccin. Elverdadero entusiasmo es contagioso.(14) Estdiese el mejor uso que pueda hacerse del ojo y de lamano. Los discpulos respondern al mirar sincero y a la mano

    levantada del maestro.

    Violaciones y Equivocaciones

    Las violaciones que se cometen a la Ley del Discpulo sonnumerosas y constituyen las principales equivocaciones quecometen los maestros.(1) Se comienza la leccin antes de haber ganado la atencin delos alumnos, y se contina despus de haber cesado estaatencin. Esto es lo mismo que comenzar la leccin antes de que

    los alumnos entren en el aula y continuarla despus de que hayansalido.(2) Se exige a los alumnos que atiendan despus de haberseagotado el poder de atencin y cuando se ha dado entrada a lafatiga.(3) Se hace muy poco o ningn esfuerzo para descubrir los gustoso las experiencias de los discpulos, o para crear un verdaderointers hacia los asuntos que se tratan. El maestro, nosintiendo gran inters por su labor, trata de compeler laatencin que no est en condiciones de atraer, y despierta eldisgusto ms bien que el placer.

    (4) No son pocos los maestros que matan el poder de la atencinen sus alumnos, al fracasar en su intento de utilizar las nuevasadquisiciones o las nuevas e interesantes relaciones queestimulen el inters hacia el asunto que se estudia. Van dandotraspis a travs de la leccin, considerando ellos mismos sutrabajo como una rutina, Y naturalmente, sus alumnos prontoasumen la misma actitud.No es de extraar que por causa de stas y otras violaciones deesta ley de la enseanza, nuestras aulas resulten inatractivas yque el xito en la obra sea muy limitado, Y si la obediencia aestas leyes es muy importante en las escuelas pblicas, adonde

    los nios estn obligados a asistir y donde el instructor

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    oficial ensea con toda la autoridad de la ley, es mucho msnecesaria en las Escuelas Dominicales, donde la asistencia y laenseanza son voluntarias. El maestro de la Escuela Dominicalque desee obtener los mejores y ms ricos frutos de suenseanza, debe dar a esta Ley del Discpulo la mayor atencin yprestarle la ms perfecta obediencia. Debe poseer el arte de

    obtener y retener la atencin y de excitar el genuino inters;as podr regocijarse por los grandes rendimientos de sutrabajo.

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    LA LEY DEL IDIOMA

    1.- Tenemos ahora, uno frente al otro, al maestro con su ley deconocimiento y al discpulo con su condicin de interesadaatencin. Consideraremos seguidamente el medio de comunicacinentre ambos y aprenderemos la ley del Idioma.2.- Dos personas con cuerpos materiales que son sus prisioneslimitadas, han de ser tradas a un intercambio intelectualelmagnifico comercio del pensamiento y el sentimiento; pero no hayconexiones espirituales conocidas entre los individuos en estemundo. Los rganos del sentido son partes del cuerpo material yslo pueden ser tocados e impresionados por la materia y

    fenmenos materiales. Las personas deben obtener de estosfenmenos los smbolos y signos por medio de los cuales puedandar a entender, uno a otro, los pensamientos que desean co-municar. El sistema de estos smbolos o signos se llama idioma olenguaje. Puede consistir del dibujo de figuras que usaban lastribus salvajes, de los sistemas alfabticos de los puebloscivilizados, de los signos manuales de los sordomudos, deldiscurso oral; pero cualquiera que sea su forma, es un lenguajeun medio de comunicacin entre distintas mentes, un instrumentonecesario para la enseanza y que tiene, como todos los otrosfactores del arte de la enseanza, su ley propia.

    3.- Esta ley, como las que ya hemos discutido, es tan sencillacomo un hecho de la vida diaria. Puede enunciarse de lasiguiente manera:El idioma o lenguaje usado en la enseanza debe ser comn almaestro y al discpulo. En otras palabras, debe ser comprendidopor cada uno en la misma forma, con idntico significado paraambos.

    La Filosofa de la Ley

    4.- La ley del idioma alcanza a los hechos ms profundos de lamente, y tiene las ms amplias conexiones de pensamiento con lavida y el mundo en que vivimos. El poder del pensamientodescansa grandemente en el edificio del idioma hablado.5.- El lenguaje, en su forma ms simple, es un sistema de signosartificiales. Sus palabras o signos no tienen semejanza algunacon las cosas que representan, y no tienen ms significacin quela que nosotros les damos arbitrariamente. Una palabra es signode una idea solamente para el que conoce la idea y ha aprendidola palabra o signo o smbolo. Sin tener en la mente la imagen dela idea, la palabra suena en el odo meramente como un sonidosin significado alguno, como un signo que nada dice. Nadie

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    conoce ms lenguaje que aquel o aquellos que ha aprendido. Elvocabulario del maestro puede ser muchas veces mayor que el delalumno, pero las ideas del nio aparecen representadas por suvocabulario, y debe el maestro limitarse al lenguaje del nio.Fuera de estos limites, el lenguaje del maestro estardesposedo de significado (o quiz tenga un significado

    pervertido) en proporcin a las palabras desconocidas queemplee.6.- Muchas palabras en nuestro idioma tienen ms de unsignificado; y la variedad de significados puede enriquecer laspalabras que use el orador o el poeta, pero presentadificultades al pequeo discpulo. Habiendo llegado a conoceruna palabra como signo de una idea, recibe perjuicio al ver queesa misma palabra es usada con un significado nuevo y desco-nocido. El maestro, conociendo todos los significados de laspalabras que emplea, y guiado por el contexto al elegir la querequiere su pensamiento, lee o habla, pensando quizs que su

    lenguaje es muy brillante con sus significados; pero susdiscpulos, que probablemente no conocen ms que un significadode cada palabra, no comprenden los trminos que usa el maestro yque para ellos son sonidos sin significacin, que ms bien lesconfunden. En ocasiones nos divertiramos mucho sicomprendiramos las ideas que nuestras palabras forman en lasmentes de los niitos. El nio que deseaba ver la perversapulga que ningn hombre persigue, y el que dijo, no me mirescon ojos de grillo, tienen muchos compaeros en las escuelas.7.- De la misma manera, las palabras agradan o no por las ideasque sugieren. As la palabra religin es sublime para muchas

    personas, encerrando los significados ms divinos y profundos.Esa palabra pinta, en el fondo oscuro de la historia humana,lleno de pecado y sufrimiento, todo lo que es glorioso en elcarcter y gobierno de Dios, todo lo que es ms elevado en la fey en el sentimiento, y todo lo que aparece lleno de esperanza ybrillante en el futuro del hombre. Para el individuo msmundano, la religin es muchas veces el nombre que se da alconjunto de ceremonias ms o menos desagradables o de deberesingratos. Para el ateo significa solamente supersticin ycredos. Hasta cierto extremo, semejantes variaciones en elsignificado se encuentran en centenares de las palabras ms

    comunes de nuestro idioma. El maestro que elige sabiamente laspalabras que emplea, es el que realiza mejor obra, porque forjalas Imgenes ms claras en las mentes de sus alumnos.8.- Pero hay ms todava. En toda enseanza efectiva elpensamiento tiene una doble direccin: del discpulo al maestro;del maestro al discpulo. Es tan necesario que el maestrocomprenda perfectamente al nio, como que el nio comprenda almaestro. Muy a menudo los alumnos darn a las palabras signifi-cados extraos y falsos y estos errores de interpretacin puedendurar muchos aos si el maestro no los corrige. Los nios se venobligados muchas veces, y por causa de la misma pobreza de su

    lenguaje, a dar a las palabras otro significado que el que

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    realmente les corresponde. De aqu que el maestro deba conocerlas necesidades intelectuales de sus alumnos por sus mismaspalabras.

    El Instrumento del Pensamiento

    9.- Pero el lenguaje es tanto el instrumento como el vehculodel pensamiento. Las palabras son las herramientas al toqueplstico de las cuales la mente reduce la masa confusa deimpresiones a concepciones claras y vlidas. Las ideas seencarnan en las palabras; toman forma en el lenguaje, y seprestan a ser estudiadas y conocidas, a ser llevadas al meca-nismo del pensamiento inteligible. Hasta tanto se les da asexpresin, son como sombras vagas, indistintas, intangibles. Unade las funciones ms importantes de la enseanza es ayudar a losnios a llegar a obtener una clara y completa expresin de lo

    que ya conocen incompletamente. No es completa la enseanza queno da a la leccin una expresin clara e inteligente; estosignifica que la expresin debe hacerse en el lenguaje del nio,y no una mera repeticin de las definiciones ya hechas por otraspersonas, las que, en muchos casos, aparecen envueltas enpalabras completamente extraas para los nios.10.- Podemos ir ms all y decir que hablar es pensar, porquelas ideas deben preceder a las palabras siempre, a menos que sehable a lo papagayo. Los ms tiles, y muchas veces los msdifciles procesos del pensar, son aquellos en que elegimospalabras apropiadas para expresar bien las ideas. La clara y

    completa enunciacin de un problema es a menudo la mejor ayudapara su solucin. Al principio las ideas se nos presentan a lamanera en que se nos presenta la masa confusa de objetos en unacampia; el expresar esas ideas en palabras y oraciones claras ycorrectas es como familiarizarnos con los objetos de la campia.Los pensamientos se desembrollan al pasar por los labios.

    11.- Nos hacemos de la verdad expresndola, y nos sentimosalegres cuando hemos expresado claramente nuestros pensamientos.Pero a fin de que el hablar llegue en realidad a ser pensar,debe haber esfuerzo independiente y original, y no una simplerepeticin de las palabras de otras personas. El alumno debedesempear la mayor parte en lo que se habla. Qu maestro no hacontemplado el esfuerzo que hace un grupo de niitos, al tratarde un asunto difcil, cuando cada uno se empea en presentar laverdad en lenguaje apropiado? y qu orgulloso se siente elvictorioso cuando ha podido presentar la verdad en palabras quetodos reconocen como la verdadera expresin de esa verdad! Krsicuenta que a uno de sus discpulos se le dijo que escribiera unacarta a sus padres, y que l aleg: Me es muy difcil escribiruna carta. Por qu? Ahora tienes un ao ms de edad ydeberas estar en mejores condiciones para hacerlo. SI, dijoel nio, pero hace un ao poda decir todo lo que sabia, mas

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    ahora s mucho ms de lo que puedo decir. Krsi agrega: Estarespuesta me asombr. Y lo mismo asombrar a todos los que nohan pensado en la gran dificultad que ofrece el obtenersuficiente dominio sobre el lenguaje para poder expresarnuestros pensamientos.12.- El lenguaje tiene todava otro uso: es el almacn de

    nuestros conocimientos. Todo lo que sabemos sobre un asuntopuede encontrarse encerrado en las palabras que usamos conrespecto a ese asunto. As las palabras son no solamente signosde nuestras ideas, sino que son tambin guas por medio de lascuales recobramos y reconocemos esas ideas a medida de nuestravoluntad, y en las mltiples formas y combinaciones de estaspalabras, almacenamos las modificaciones y relaciones de lanocin cuyo smbolo es la mera palabra. Un grupo de palabras,como acto, actuado, actuando, actor, actriz, accin, accionado,activo, activamente, actual, actualmente, actuar, etc., sugiereun grandsimo nmero de hechos concernientes a las personas,

    movimientos, relaciones, cualidades, etc.13.- El lenguaje del nio puede, pues, ser considerado no slocomo la medida de sus conocimientos, sino tambin como envolturade los elementos de esos conocimientos. Cuando en nuestraenseanza empleamos el lenguaje de nuestros discpulos, traemosa nuestra ayuda la experiencia que han adquirido. Las nuevaspalabras deben ser aprendidas cuando es necesario nombrar nuevosobjetos o simbolizar nuevas ideas; mas si se tiene cuidado deque la idea vaya antes que la palabra, y de que la palabra seaconsiderada como smbolo antes de que sea usada en nuestrolenguaje, ello guiar, e iluminar, ms bien que oscurecer, la

    percepcin del nio.

    El Lenguaje de los Objetos

    14.- La palabra no es el nico medio por el cual podemos hablar.Hay muchas maneras de expresar el pensamiento. El ojo, lacabeza, la mano, el pie, el hombro, son a menudo usados alhablar, en forma la ms inteligible. Entre las tribus salvajes,cuyo lenguaje es demasiado pobre para llenar sus necesidades,las acciones simblicas a menudo toman el lugar de las palabras.Los gestos de algunos oradores frecuentemente dicen ms que las

    sentencias habladas de otras personas. Existe tambin el idiomade las figuras o lminas. Desde el tosco dibujo en el pizarrnhasta las obras de arte en la pintura, la enseanza por medio derepresentaciones pictricas es activa e Impresiva.15.- Finalmente, la naturaleza ayuda al lenguaje. Ella habla unlenguaje vario. Sus innumerables formas estn siempre listascomo ilustraciones efectivas, y sus analogas arrojan gran luzsobre muchos problemas profundos. Ninguna enseanza fue jamstan instructiva como las parbolas de Jess, parbolas que sacde la naturaleza que le circundaba.16.- El ordinario lenguaje artificial probablemente ha de ser el

    principal medio de comunicacin entre el maestro y el discpulo;

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    pero ningn maestro hbil usar en demasa estas diversasmaneras de entrar en las mentes de los alumnos. El lenguaje porsi, aun cuando es mejor usado, resulta un medio imperfecto decomunicacin del pensamiento, y nadie sabe esto mejor que elmaestro experimentado, el que algunas veces lo ha encontradoinefectivo, vindose obligado a apelar a otros medios de

    ilustracin para hacerse comprender.17.- Esta discusin del lenguaje no debe ser interpretada comoun estimulo al maestro a ser un discursante ante su clase. Eldiscurso y la conferencia son tiles en su lugar, pero no tienencabida en una escuela de nios. En otros lugares de este librose demostrar que el maestro que habla mucho raramente es unbuen maestro. Un conocimiento apropiado del lenguaje es, noobstante, muy ventajoso; porque los que hablan poco deberanhablar bien, y los que se proponen a ensear por medio dellenguaje deben conocer el que han de usar.

    Reglas para los Maestros

    De la Ley del Idioma, as explicada, se obtienen algunas de lasreglas ms tiles para la enseanza.(1) Estdiese constante y cuidadosamente el lenguaje de losalumnos, a fin de conocer las palabras que usan y el significadoque dan a estas palabras.(2) Obtngase de ellos una exposicin tan completa como seaposible del conocimiento que tienen del asunto que se trata, afin de conocer sus ideas y su manera de expresarlas, y para

    corregir su conocimiento.(3) El maestro debe expresarse, hasta donde le sea posible, enel lenguaje de sus alumnos, y corregir cuidadosamente loserrores de significacin que cometan al interpretar suspalabras.sense las menos palabras posibles y las ms sencillas, alexpresar lo que se propone. El uso de palabras innecesariasaumenta el trabajo mental de los nios, y tambin lasposibilidades para la mala comprensin.(5) sense oraciones cortas, de la construccin ms sencilla. Esdifcil atender a oraciones largas, las que frecuentementeconfunden a los nios.(6) Si el alumno no comprende al maestro, ste debe repetir supensamiento en otras palabras, si es dable, en palabras mssencillas.(7) Aclrese el significado de las palabras, usando al efectoilustraciones; al tratar con niitos son preferibles los objetosnaturales y las lminas. Cuando sea dable, obtnganse estasilustraciones de las mismas experiencias de los nios.(8) Cuando sea necesario ensear una nueva palabra, exprsese laidea que encierra antes que la palabra. Esto puede hacerse muybien por medio de Ilustraciones sencillas que estnestrechamente relacionadas con las experiencias de los alumnos.

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    (9) Trtese de aumentar el numero de palabras del lenguaje deldiscpulo, y al mismo tiempo hgase ms claro su significado. Elaumento verdadero del vocabulario del nio significa crecimientode su conocimiento y poder.(10) Como la adquisicin del lenguaje es uno de los fines msimportantes en los procesos de la enseanza, el maestro no debe

    conformarse con que sus discpulos le escuchen en silencio muchotiempo, haciendo caso omiso de si estn atentos o no. Anmese alos alumnos a hablar libremente.(11) En esto como en todo lo que se refiere a la enseanza de lospequeos, el maestro debe ir poco a poco progresivamente. Cadapalabra debe ser aprendida profundamente antes de que se leagreguen otras.(12) Prubese frecuentemente la interpretacin que los alumnosdan a las palabras que usan, para evitar que esasinterpretaciones sean incorrectas y para que el nio puedacomprender la verdadera interpretacin con la mayor claridad

    posible.

    Violaciones y Errores

    La tercera ley de la enseanza es violada ms frecuentemente delo que presumen los mejores maestros.(1) El aparente Inters de sus discpulos a menudo engaa almaestro, hacindole creer que su lenguaje es entendidocompletamente, y mucho ms porque el alumno ha sido defraudado ydice que comprende, cuando en realidad slo ha obtenido un mero

    vislumbre del significado de esa enseanza.(2) Los nios a menudo son entretenidos con los modales delmaestro y parecen atentos a sus palabras, cuando realmente estnfijndose en sus ojos, labios y acciones. Es ms: muchas vecesdirn que comprenden simplemente para agradar a sus instructoresy ganar su aplauso.(3) El abuso del lenguaje es una de las faltas comnmentecometidas en la enseanza. Sin hacer mencin de los maestros quetratan de cubrir su ignorancia e indolencia con una palabreraque saben que sus alumnos no comprendern, y omitiendo tambinla referencia a los que se encuentran ms ansiosos de exhibir su

    sabidura que de ensear a otros, hay todava muchos maestrossinceros que tratan de que la leccin resulte clara, creyendoque con esto ha terminado su deber que si los nios no entiendense debe a su voluntaria falta de atencin o falta deinteligencia. Estos maestros no sospechan que ellos pueden haberusado palabras desposedas de significado para su clase, o quetienen una significacin errnea para los nios.(4) Puede ser un trmino poco usual o mal comprendido el querompa la conexin y no se le ocurra al maestro averiguar en questriba el error y tratar de enmendarlo. Los nios no siemprepiden que se les expliquen las cosas, ya sea por temor al

    maestro, o porque se avergenzan de su propia ignorancia, o

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    porque no deseen que se les atribuya falta de inteligencia o deatencin, cuando la atencin no les ayuda lo ms mnimo acomprender un lenguaje que no les es familiar.(5) Aun los maestros que naturalmente usan un lenguaje sencilloal ensear su clase, algunas veces fracasan al hacer un usoelevado de este instrumento de la enseanza. Esos maestros no se

    toman el trabajo de hacer que el nio presente una exposicinclara de lo que se le ha enseado, y carecen, por tanto, de unaprueba del xito que han obtenido. Los nios no hablan de por sy carecen de un vocabulario grande.Muchos maestros no tienen una apreciacin adecuada del carctermaravilloso y complejidad del lenguaje; no comprenden que lasociedad moderna apenas podra vivir sin idioma. Muchas personastienen un vocabulario muy limitado. Se ha demostrado que uno delos mayores obstculos para la instruccin de las personas y delos pueblos, se encuentra en su falta del conocimiento por mediodel cual han de ser enseados. En una ocasin el Parlamento

    Britnico envi una comisin de su seno para que investigara ellenguaje de los mineros de carbn y otros obreros de Inglaterra,a fin de ver la posibilidad de difundir entre ellosconocimientos tiles, por medio de libros y folletos; y se vioque su conocimiento del lenguaje en un gran nmero de los casosexaminados, era demasiado pobre para poder usar con ellos unmtodo semejante de instruccin. Y cunto mayor debe ser estadeficiencia en los nios, cuya experiencia es tan limitada! Siqueremos ensear a los nios con xito, es necesario hacer msancho y profundo este canal de comunicacin entre ellos y elmaestro.

    Muchos de los asuntos que se estudian en las escuelas nopertenecen a la vida diaria y al lenguaje de los nios; y cadaciencia tiene su idioma propio que debe ser conocido por elestudiante que quiere progresar en su estudio. El maestro de laEscuela Dominical debera reconocer que en esto se encierra unode sus problemas; que muchas veces las verdades y hechos dereligin son falseados por causa de los trminos no comprendidosen que aparecen expresados. Al maestro de las escuelas en que seda instruccin bblica debe advertrsele continuamente que sus

    palabras han de ser claras.

    5

    LA LEY DE LA LECCIN

    1.- Nuestra cuarta regla nos lleva directamente al corazn de la

    enseanza. Las tres primeras reglas tienen referencia al

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    maestro, al discpulo, y al lenguaje que es el medio decomunicacin entre ambos. Ahora llegamos a la leccin, alproceso que ha de ser dominado, al problema que tiene que serresuelto. En la leccin, y por medio de ella, es donde elmaestro ha de pasar al alumno las experiencias de la raza; y elmtodo de transmisin de esta experiencia cristalizada de la

    raza, debe ser tal que Inspire a los alumnos con los principiosque sean fuerzas activas en sus vidas, y al mismo tiempo que losprovea de un instrumento de exploracin y futuro estudio, estoes, el corazn de la obra del maestro, la condicin y elinstrumento, tanto como la culminacin y el fruto de todo lodems.2.- Es la ley de la leccin lo que ahora hemos de aprender.Pasando por alto (por no caber bien en los lmites de nuestradiscusin) los pasos por medio de los cuales la mente del nioobtiene sus primeras nociones del mundo que le rodea, podemos irdirectamente al hecho obvio de que nuestros discpulos aprenden

    lo nuevo, lo que no conocen, por medio de lo que les es conocidoy familiar. Lo nuevo o incognocido puede ser explicado solamentepor lo conocido y familiar. Esta, pues, es la ley de la leccin:La verdad que ha de ensearse ha de ser aprendida por medio dela verdad que ya es conocida.3.- Esta ley no es ni tan sencilla ni tan obvia como las que lahan precedido; pero no es menos verdadera que ellas, mientrasque su alcance es mayor y sus relaciones quizs ms importantes.

    Filosofa de la Ley

    4.- La ley de la leccin tiene su razn de ser por la,naturaleza de la mente y del conocimiento humano.5.- Toda enseanza ha de comenzar en algn punto del asunto oleccin. Si el asunto es completamente nuevo, entonces debebuscarse algo familiar que ponga de manifiesto la semejanza quehay entre lo nuevo y lo ya conocido. Aun entre las personas ma-yores, el hbil narrador trata de encontrar la comparacin entrelo que relata y las experiencias familiares, buscando as lasemejanza existente entre lo desconocido y lo conocido, antes deir adelante en su narracin. Hasta tanto encuentre este punto departida, sabe que es intil seguir adelante en su narracin,

    porque hacer semejante cosa es como decir a alguna persona quenos siga por un sendero tortuoso en la oscuridad, sin guiarle oensearle el camino. Naturalmente, si los adultos necesitan estaayuda, no es de esperarse que los nios puedan pasarse sin ella.A menudo los alumnos de una escuela explican su inhabilidad paracomprender la leccin, con la sencilla declaracin siguiente:Yo no saba de qu estaba hablando el maestro. Es seguro quela falta estaba en el maestro y no en el alumno.6.- Toda enseanza ha de avanzar en alguna direccin; y esteavance naturalmente ha de ser hacia la adquisicin de nuevasexperiencias. El ensear una y otra vez lo que ya se conoce, es

    reprimir el deseo de los discpulos de adquirir mayores conoci-

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    mientos y amortiguar su poder de atencin al obligarlos acaminar por caminos conocidos, en vez de guiarlos adelanto a lainspiracin de nuevas escenas y a la conquista de nuevos campos.Es un serio error el demorar demasiado tiempo los estudios delos alumnos, por la supuesta necesidad de completar esos es-tudios. Las minas antiguas pueden ser trabajadas nuevamente si

    se puede encontrar mineral a mayor profundidad, y las leccionesantiguas pueden ser estudiadas nuevamente si de ellas se puedenobtener mayores resultados. En esta conexin debe tenersepresente que esto no contradice la ley de la Revista, la queestudiaremos ms adelante.7.- El aprendizaje debe efectuarse por pasos graduados. Estospasos deben ser tales que sirvan de eslabn entre un concepto yotro, de la misma manera en que cosas sencillas y concretasllevan naturalmente a cosas generales y abstractas, y lacomprensin de fenmenos naturales nos llevan al descubrimientode leyes. Cada idea nuevamente adquirida se convierte en parte

    del conocimiento del nio, en parte de su experiencia de laraza, y le sirve como punto de partida para un mayor progreso.Esa Idea agrega su luz al conocimiento que le ha precedido y damayor iluminacin para el nuevo descubrimiento. Pero cada uno deestos pasos debe ser dominado completamente antes de pasar alsiguiente, o los discpulos se encontrarn de pronto en terrenodesconocido sin la debida preparacin. De esto nace la necesidadde un conocimiento profundo; todos los particulares de laleccin, dentro de los limites de la comprensin del discpulo,deben ser completamente entendidos. Esta es la condicinesencial de la verdadera enseanza. Una comprensin imperfecta

    en cualquier punto, ensombrece todo el proceso del aprendizaje.El discpulo que ha aprendido bien una leccin, conoce a mediasla siguiente leccin; de aqu que la clase bien preparada estsiempre ansiosa de dar el siguiente paso. Pestalozziacostumbraba a decir: Es fcil agregar a lo que ya ha sidoadquirido.8.- Pero la filosofa de esta ley llega a mayor profundidadtodava. Debe recordarse que el conocimiento no consistesimplemente en una masa de hechos sencillos e independientes;que est formado de la experiencia de la raza, cristalizada yorganizada en forma de hechos unidos a sus leyes y relaciones.

    Los hechos estn eslabonados en sistemas, asociados porsemejanzas de una u otra clase. Cada hecho conduce a otroshechos y los explica. Lo antiguo revela lo nuevo; lo nuevoconfirma y corrige lo antiguo.

    9.- Todo esto tiene referencia por igual al conocimiento yexperiencia de la niez, como al ms profundo y maduroconocimiento de los adultos. Los nuevos elementos delconocimiento han de ser trados a relaciones con otros hechos yverdades, ya conocidos, antes de que sean revelados y tomenforma en el creciente crculo de la experiencia del alumno. As,

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    la misma naturaleza del conocimiento nos impele a procurar queel nuevo conocimiento sea ayudado por el antiguo.10.- El acto de conocer es en parte un acto de comparacin yjuicio: de encontrar algo en las experiencias pasadas queexpliquen y hagan significativas las nuevas experiencias. Si unamigo nos relata una experiencia o aventura, interpretamos su

    relacin por medio de una comparacin con algo muy parecido ennuestra propia experiencia; y si dice algo que no tienesemejanza alguna con algo que ya conocemos, le pedimos que nosd explicaciones e ilustraciones que traigan los hechos extraosa relacin con nuestro punto de vista. Si a los nios se dicealgo nuevo e infamiliar, probablemente tratarn en vano decomprender y pedirn mayor luz e informacin, si no es queabandonan por completo el esfuerzo para conectar la nueva ideacon su experiencia. Las figuras de retrica, tales como smiles,metforas y alegoras, han nacido de la necesidad de relacionarlas nuevas verdades con escenas y objetos y experiencias

    familiares. Son otras tantas cosas inventadas para adquirir lodesconocido por medio de lo conocido, para tratar de hacer quelo antiguo arroje luz sobre lo nuevo.11.- La explicacin o explanacin, pues, significa usualmente elcitar y usar hechos y principios ya conocidos para aclarar lanaturaleza de asuntos nuevos. Por lo tanto, lo desconocido nopuede explicar lo desconocido. El conocimiento existente en lamente del nio debe proporcionar la explicacin de nuevos hechosy leyes, o estos hechos y leyes permanecern inexplicados. Ladificultad que muchas veces encontramos para responder a laspreguntas de los nios, depende, no tanto de lo difcil de las

    preguntas en si, como en la falta del conocimiento, por partedel nio, que se requiere para comprender la explicacin. Paracontestar completamente las preguntas del nio acerca de lasestrellas, seria necesario ensearle antes algo de astronoma.El muchacho que ha visto una ciudad grande puede comprenderbastante bien la descripcin de Londres o Nueva York, pero aquelcuya experiencia se haya confinado a su hogar en el campo, nopuede comprender propiamente lo que son las calles, los grandesedificios que limitan su anchura, y el brillante panorama de lavida de la ciudad.12.- El lenguaje mismo con que hemos de expresar nuestros

    conocimientos, toma su significado de lo que ya es conocido yfamiliar. El nio que no tiene conocimiento, tambin ha de estardesposedo de palabras, porque las palabras son signos de cosasconocidas. Un americano que viaje por Europa, pudiera quizscreer que la gente le entenderla si habla en voz clara y alta ycon una enunciacin cuidadosa, pero su xito sera proporcionala la cantidad de conocimiento que esa gente tuviera del idiomade los americanos; si fueran extranjeros familiarizados slo consu propio idioma, sus palabras no tendran significacin paraellos.Un error semejante a ste es el que cometen los maestros que

    esperan que, por el mero atractivo de sus modales y sus bien

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    escogidas palabras, familiares a ellos solamente, sus ideassern comprendidas por sus discpulos, sin fijarse en si esosdiscpulos tienen conocimiento previo del asunto que se lesensea.13.- Hay personas que de preferencia usan solamente las cosasms claras y familiares en su interpretacin de nuevos hechos y

    principios. Todo hombre se siente inclinado a sacar susilustraciones de su carrera: el soldado, del campamento y lastrincheras; el marino, de los barcos y la mar; el comerciante,de las condiciones del mercado; y los artesanos y mecnicos, desus oficios. De la misma manera en el estudio, cada discpulo sesiente atrado hacia las cosas que se relacionan con su propiaexperiencia. Para el qumico, la sal comn es cloruro de sodioun compuesto binario; para el cocinero es algo que se usa parasazonar los alimentos y para preservar las carnes. Cada uno laconsidera en el aspecto que le es ms familiar, y en esteaspecto la usa para ilustrar alguna otra cosa que tiene

    referencia a la sal. Al encontrar una nueva planta, el botnicola considera a la luz de otras plantas conocidas, para descubrirsu clasificacin; el campesino estar interesado en su uso, yel artista en su belleza. Esta tendencia a la preferencia, a lavez que es uno de los elementos de prejuicio que har quecerremos los ojos a algunas verdades y los abramos a otras, estambin uno de los elementos de poder en el trabajo intelectual.14.- Los hechos o principios vagamente comprendidos se usan muyrara vez aun entonces de la manera ms errnea en lainterpretacin de nuevas experiencias; y si se usan, llevarn lavaguedad e imperfeccin a los nuevos conceptos o juicios. La

    nube que permanece sobre la leccin de ayer, arroja su sombrasobre la leccin de hoy. Por el contrario, la leccin que hasido bien aprendida arroja gran luz sobre las que continen. Deaqu el valor de la prctica de algunos maestros hbiles quehacen las porciones elementales de un asunto, tan familiarescomo las palabras ms comunes, un territorio conquistado desdeel cual el discpulo puede ir a nuevas conquistas, como de unabase establecida, con confianza y poder.15.- Pero debe notarse que un dominio tan completo, como todaplenitud en el estudio, es realmente relativo. Ningnconocimiento o poder humano es perfecto, y las capacidades de la

    niez necesariamente estn ms lejos de la perfeccin que la delos adultos. Y existen grandes diferencias individuales quedeben ser reconocidas en la escuela. Lo que para algunos nioses tan claro como la luz solar, para otros es vagamentesugestivo. Si el maestro hace que los alumnos hablen sobre laleccin, segn hemos sugerido en la discusin de la ley dellenguaje, se revelarn algunas de estas diferencias, y se podrndescubrir los medios apropiados de salvar estas diferencias o deajustar la instruccin a cada una de estas condicionesespeciales.16.- Nuestra discusin de la leccin seria incompleta si no

    hiciramos alguna mencin del proceso del poder de pensar, segn

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    se aplica a la solucin de problemas. La palabra problema esfamiliar al maestro; los problemas y deberes de la vida diariaen el aula le embargan. Pero pensemos ahora en la palabraproblema en un sentido diferente. Hemos estado hablando de laleccin y su ley. Pensemos en el proceso de aprenderlecciones como anlogo a la solucin de problemas, como un

    proceso en el cual el alumno enfrenta una situacin real, el do-minio de la que envolver la aplicacin de sus poderes depensamiento. Cmo ha de pensar l?17.- La antigua nocin de que porque los alumnos son pequeos einmaturos son incapaces de pensar, es una falacia. Demasiado amenudo los maestros creen que sus discpulos piensan de unamanera simblica, que alcanzan situaciones artificiales en quesu deber es hacer lo que el maestro desea, ms bien que pensarindependientemente. Esto no es verdad necesariamente, y si lofuera en algunos casos, entonces la falta es del maestro, contoda probabilidad. La verdad es que el poder de pensar es carne

    y hueso del original equipo mental del nio, y se desarrollagradualmente, de la misma manera que otras capacidades. Lassituaciones que despiertan este poder en el nio son sencillas,pero no por esto menos reales. La diferencia entre el pensar delnio y el del adulto es solamente una diferencia en grados.18.- Si hemos de dar al nio la tarea del verdadero pensar en lasolucin de problemas reales, debemos definir este proceso delpensamiento. Hay tres estados en el proceso. Primero, debeexistir un estado de duda o incertidumbre; algunas cosas sesaben y hay que hacer algo con respecto a ellas. Por ejemplo, laprdida de un juguete apreciado presenta esta situacin al nio:

    ve lo que ha sucedido y piensa qu podr hacer en este sentido,cmo podr reponerlo, si es posible. Segundo, hay un estado deorganizacin en el que el Individuo estudia los medios que tienea su disposicin para obtener los fines que se propone. Tercero,hay una actitud de crtica que envuelve la seleccin y abandonode los planes que se han sugerido. Esta situacin problemticase presenta muy frecuentemente en la vida diaria, tanto con losnios como con los adultos. Al designar las tareas de laescuela, debe siempre tenerse presente el proceso delpensamiento; los maestros de las escuelas pblicas y de lasdominicales deben recordar que, si la enseanza que dan ha de

    producir frutos, deben presentar situaciones reales quedespierten esta actitud reflexiva; deben tambin renunciar a esaclase de tareas que son susceptibles a error, al guiarseciegamente por otros, o al hacer lo que otro ha hecho ya en unasituacin semejante, meramente porque se ve que una situacin essemejante a la otra.19. Lo que llamamos conocimiento es, en un sentido muyimportante, el archivo de problemas resueltos. Los hechos y lasleyes se han ido coleccionando, han sido probados y organizadosen sistemas, pero en su base representan los resultados deenfrentar situaciones y de encontrar cosas a la primera

    intencin. Al pasar nuestros conocimientos a otros, mientras ms

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    nos podamos aproximar a situaciones reales, vitales, mejor sernuestra enseanza. Algunas personas llegan hasta el extremo dedecir que no debe tratarse de impartir conocimiento al nio, amenos que ste sienta la necesidad de l claramente, a menos quese vea que es esencial resolver algn problema que es real yvital en la vida. Esta es indudablemente una opinin ex