LAS REDES SOCIALES DE INTERNET, por Adrián García Marín.

“Encadenado eternamente sólo a un pequeño fragmento de la totalidad,

el hombre se ve a sí mismo sólo como un fragmento; escuchando siempre sólo

el monótono girar de la rueda que mueve, nunca desarrolla la armonía de su

ser, y, en lugar de darle forma a la humanidad que yace en su naturaleza, llega

a ser una mera estampa de su ocupación, de su ciencia. Puesto que fue la

civilización misma la que le “infirió al hombre moderno esta herida”, sólo una

nueva forma de civilización puede curarla.” Marcuse, Eros y civilización.

Durante esta primera década del siglo XXI estamos presenciando

diversos cambios en la conducta humana, gran parte de ellos relacionados con

las nuevas tecnologías. Internet cambió el mundo por completo cuando

descubrimos su capacidad para transmitir información, ahora este sistema

entra en el complejo mundo de las relaciones entre humanos. La aceptación de

esta nueva tendencia ha sido asombrosa, las nuevas redes sociales cuentan

sus miembros por cientos de millones extendidos por todo el mundo. Ejemplos

de ello son la internacional Facebook y la española Tuenti. Los usuarios de

estas nuevas tecnologías son principalmente estudiantes con edades

comprendidas entre los 15 y los 23 años. Para analizar la situación partimos del

fácil acceso que los jóvenes tienen a Internet y del uso que éstos hacen de la

red pudiendo llegar a ser abusivo e incluso incorrecto. Conscientes de los

detalles positivos de las redes sociales: como la fácil transmisión de

información, el contacto rápido con los amigos y el entretenimiento que ello

pueda entrañar; nos centraremos en otros aspectos más negativos y

complicados de apreciar.

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Estos programas informáticos son creados desde la finalidad de

comunicar con facilidad a un determinado grupo de personas, pero ante la

inminente popularidad de éstos, sus creadores buscan fines económicos

introduciendo publicidad en ellos. Cada usuario pasa entre 45 minutos y 2

horas al día dentro de la red social y teniendo en cuenta que estos usuarios

pertenecen a uno de los sectores sociales más vulnerable ideológicamente,

estos programas se convierten en un arma que puede ser utilizada con fines

unilaterales, de ahí que muchas asociaciones políticas intenten entrar en las

redes. Tuenti no permite la creación de perfiles por parte de asociaciones

políticas, sin embargo Facebook permite a sus usuarios seleccionar su

ideología política y publicarla dentro de su perfil, a la vez que poder entrar

dentro de grupos políticos virtuales. Las finalidades de las redes son muy

variadas y siempre hay quien no duda en sacar partido a sus intereses

personales, ya lo advertía el pensador Lewis Mumford: "Nada de lo producido

por la técnica es más definitivo que las necesidades y los intereses mismos que

ha creado la técnica". Los medios de comunicación una vez más al servicio del

poder; en los usuarios está el deber de hacer un uso responsable y evitar caer

en el engaño propagandístico, pero no debemos olvidar que dichos usuarios

son demasiado jóvenes como para tener el sentido de la responsabilidad

plenamente desarrollado. Los avances tecnológicos nos plantean de nuevo el

dilema entre usar todas sus potencialidades para hacer un buen o mal uso.

Desde mi punto de vista, estas redes y la información que por ellas circula

debería estar controlada en cierto modo, no sería correcto que se creara un

mundo virtual sin leyes que protejan a los usuarios. Información manipulada,

publicidad subliminal e información sobre delitos pueden campear por las redes

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sociales de Internet, un ejemplo de ello son los contactos de la joven Marta del

Castillo en la red social Tuenti.

Las nuevas tecnologías están dentro de la vida cotidiana de todo el

mundo hoy día, ello genera una especie de dualismo que podríamos definirlo

como realidad-Internet, muy similar al propuesto por la película “Matrix”. Tal y

como ocurría en el largometraje, algunos de los usuarios podrían ser capaces

de sustituir casi en la totalidad sus relaciones reales por las tecnológicas, la

comodidad y la facilidad de Internet son suficientes para evitar que el usuario

llame a sus amigos para quedar en persona, la red es capaz de sustituir las

relaciones presenciales. Recordemos que para algunos filósofos como

Heidegger, la técnica es una de las formas de estar en el mundo que nos

puede llevar a una existencia inauténtica. Todo esto también puede crear una

doble personalidad o doble vida en los usuarios. Internet pone a su alcance la

posibilidad de crear la vida que siempre han querido, aparentar lo que no son y

eliminar así sus frustraciones materiales. En resumen, perder su propia

identidad personal a favor de la ficticia creada en la red. Otras redes como

Second life intentan copiar la realidad al completo y permiten a los personajes

tener cualidades sobrehumanas, es en estos casos, cuando el usuario prefiere

la vida virtual a la suya, donde se pierde la identidad personal a causa de las

envidias generadas hacia la vida digital. Los jóvenes son un sector social que

no tiene una firme aceptación de su propio cuerpo, de forma que son

ciertamente propensos a preferir sus personajes virtuales donde pueden suplir

todas las carencias impuestas por la vida real. Podríamos concluir que el

dualismo realidad-Internet es capaz de generar dos problemas, uno cuando se

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prefiere vivir en la realidad informática y otro cuando se prefiere la identidad

personal ficticia creada en la red.

La solución para el dualismo digital se encuentra en la educación,

ayudando a los usuarios a hacer un uso responsable de la red se consigue que

no cometan errores como los anteriormente citados. Un individuo con una

moral formada y coherente no tiende a sustituir su vida real por símiles virtuales

con el objetivo de satisfacer placeres puramente materialistas, como aparentar

ser rico o mentir con respecto al aspecto físico. Cada individuo debe

comprender su cuerpo y las cualidades que éste tiene, siendo consciente de

que cada persona es única y que el materialismo debe dejarse a un lado

cuando se juzgan las cualidades humanas. Claramente la solución pasa por

una fuerte dosis de humanismo dentro de la confusa actualidad plagada de

reflejos, sombras, espejismos y fantasmas que crean los medios de

comunicación. La educación es la única capaz de parar este problema, de igual

manera que puede hacer con todos los problemas de identidad, no sólo con los

relacionados con el ámbito cibernético. Actualmente el abandono escolar roza

el 30% y gran parte de estos alumnos son varones y usuarios de redes sociales

que malgastan su tiempo en dichos sitios Web. Ya los griegos presentaron su

idea de Paideia, la educación centrada en los elementos de la formación que

harían del individuo una persona apta para ejercer sus deberes cívicos; era,

pues, le educación concebida como una formación humanista, cívica e integral.

Tras esta definición y observando como nuestras actuales universidades

tienden claramente a la enseñanza puramente técnica y al abandono del

humanismo intelectual, entendemos que el concepto de Paideia dista años luz

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de nuestra educación y que la información tecnológica está restando terreno al

saber humanístico.

Esta nueva generación de estudiantes, que ha nacido con un ordenador

debajo del brazo, posee una forma de captar la información claramente influida

por el uso de Internet. A pesar de la gran cantidad de datos que nos puede

proporcionar la red, ésta no nos permite realizar una investigación al detalle.

Todo ello hace que los buscadores terminen “navegando” por encima de la

información, sin “profundizar” en ella; decía Husserl que hay que ir al fondo de

las cosas, “a las cosas mismas”, y no quedarse en la superficie.

La discriminación es una de las causas que puede llevar a las personas

a adentrarse en las nuevas realidades que Internet les ofrece. Estamos

hablando del perfil de un individuo joven que se siente incomprendido dentro de

su grupo de amigos y busca en la red a personas con sus mismos problemas,

con las que sentirse identificado y poder entablar una amistad. A pesar de lo

positivo que suena este planteamiento, dichas nuevas amistades suelen ser

con otras personas que viven en largas distancias, por lo que la red se

convierte en la única vía de comunicación y las horas frente a la pantalla

aumentan considerablemente, llegando incluso a despertar cierta repulsión por

su vida cotidiana y una gran simpatía hacia su ficticio grupo de nuevos amigos;

al fin y al cabo solamente son letras en una pantalla de ordenador. Como

estamos viendo, Internet es la puerta por la que huir de los problemas de

algunos usuarios, la negación de la realidad y la creación de una nueva es la

solución que plantean, siendo esto algo cobarde y marginal que lo único que

puede conseguir es acrecentar la discriminación social. En otras ocasiones,

Internet se convierte en la fuente de los acosos, el anonimato que proporciona

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la red y la aparente carencia de leyes que regulen estas injusticias, son el

marco perfecto para todo tipo de acosadores que no dudan en divertirse

publicando material privado de otras personas, contando historias indebidas o

llegando incluso a amenazar con agredir físicamente. El brazo de la ley muchas

veces se ve incapacitado para entrar dentro de todos los entresijos de la red y

dar con el culpable. Internet puede ser visto como la ciudad sin ley, un mundo

totalmente anárquico, capaz de copiar, incluso mejorar, nuestra vida cotidiana,

donde podemos ser lo que siempre hemos deseado ser y donde podemos

hacer lo que nunca nos han permitido hacer. Ahora nos plantemos la siguiente

incógnita: la red estaba completamente inmaculada desde su creación, poco a

poco la información ha ido entrando en ella y las personas han ido haciendo su

uso particular, pero la ausencia de autoridad hace que Internet exceda los

límites de lo correcto, así pues, ¿necesitamos las personas un orden exterior

que encauce nuestras vidas dentro de los límites considerados como

correctos?, todo aquello que se deja abandonado y sin ley, ¿tiende al caos, al

desorden y a la injusticia?, ¿es la idea anarquista plenamente utópica?.

Creando un símil entre la sociedad cibernética y una real, podríamos decir que

necesitamos de un orden que mantenga la libertad y garantice los derechos de

las ciudadanos (o usuarios) y que el ser humano, sin una educación correcta,

tiende al caos y a la ilegalidad dentro del sistema.

Después de plantear la caótica situación de una red con usuarios

plenamente irresponsables, vamos a analizar ahora la situación cuando éstos

gozan de la responsabilidad dentro de sus características personales. Los

miembros pueden realizar todas sus actividades de forma individual, pero para

lograr objetivos mayores se aúnan en grupos dentro de la red. Estas

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asociaciones tienen diversas finalidades, algunas de ellas tienden a alcanzar

bienes comunes para los usuarios, como la defensa de sus derechos de

intimidad. No se puede determinar si los usuarios son sociables por naturaleza

o no, pero un gran número de ellos forma parte de grupos con fines sociales,

de donde se deduce la existencia de un sentimiento de cooperación y

consciencia de que la unión hace la fuerza. En numerosas ocasiones grupos

con millones de miembros han sido mencionados en los informativos televisivos

por la originalidad de su fin, al igual que se han logrado ciertos derechos de

privacidad para los usuarios gracias a estas reivindicaciones. Unos usuarios no

se complican la vida con los temas de carácter común, mientras otros movilizan

masas de miembros por el bien común. El símil con la realidad es total y los

resultados prácticamente idénticos, estamos ante una sociedad que puede ser

medida matemáticamente puesto que se encuentra dentro de Internet, si han

intentado comparar el funcionamiento de nuestro cerebro con el de un

ordenador, ahora estamos en el momento de comparar el funcionamiento de

nuestra sociedad con el de las sociedades cibernéticas a fin de encontrar los

errores y alcanzar las soluciones.

La metafísica nos lleva a preguntarnos por la existencia de Dios, está

claro que en las redes sociales de Internet Dios no existe, pero en su lugar hay

un creador. La similitud de Dios con éste es prácticamente total, el creador

puede controlar toda su creación. El verdadero problema surge cuando los

usuarios utilizan las redes para subir información privada constantemente: fotos

de ámbito privado, datos personales y todo tipo de información que no debería

ser publicada. Las redes sociales tienen la estructura determinada para que el

usuario vierta en ellas toda su privacidad, preguntas como: “¿Qué piensas en

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este momento?”, son contestadas día tras día y, ¿por qué se hace eso? Los

jóvenes usuarios tienen una alta afinidad a mostrar lo que hacen en su

intimidad, piensan que cuando nadie sabe lo que hacen es como si no hubieran

hecho nada, de ahí que no duden un momento en plagar la red con su vida.

Demasiada información para los visitantes de la red y sobretodo para el

creador. Los visitantes pueden conocer ciertos detalles privados que en manos

de delincuentes en potencia serían muy peligrosos. El adjetivo perfecto que

describe a todos estos jóvenes usuarios es: “imprudentes”; el estado de euforia

de la juventud les impide pensar en las consecuencias de sus actos e incluso

les induce a contactar con completos desconocidos. El anonimato que Internet

beneficia y la globalidad de éste lo convierten en una extensa red de mentiras

que puede envolver fácilmente al más imprudente de los usuarios y hacerle

pagar las consecuencias, no en la red, sino en la vida real. Fama, popularidad y

modas; estos tres factores provocan que millones de jóvenes exhiban su vida

privada día tras día en Internet, ajenos a las consecuencias. Volviendo al

creador de la red, si algunos usuarios son capaces de obtener gran información

de otros usuarios, el creador es el que más información puede obtener de

todos. Para comprenderlo hay que colocarse en su piel por unos instantes, un

individuo que tiene un sistema informático donde voluntariamente todo el

mundo descarga en él sus pensamientos, sentimientos, intimidades, etc. La

utilidad que podría darle a esa información es infinita, de nuevo nos

encontramos ante el dilema de darle un uso correcto o incorrecto a toda esta

cantidad de datos, aunque en estos casos suelen elegir la opción: hacer dinero.

Haciendo un estudio de toda la información de las redes se puede lograr una

concepción aproximada de lo que piensan y quieren los jóvenes, y utilizar esto

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después con fines lucrativos; por otro lado esa información puede emplearse

para descubrir cuales son los puntos débiles de estos sectores sociales e

intentar repararlos. El estudio de las sociedades puede ayudarse de las redes

sociales y su información para comprender la complejidad del ser humano.

La importancia que la tecnología ha cobrado en nuestras vidas es

prácticamente incalculable, tras el geocentrismo y el antropocentrismo, ahora

vivimos una especie de “tecno-centrismo”, donde todas las ciencias giran en

torno a los avances de la nueva religión. Decía David F. Noble: "La emergencia

de la tecnología occidental como fuerza histórica y la emergencia de la religión

de la tecnología son dos aspectos del mismo fenómeno", estamos ante una

importantísima fuente de saber.

Volviendo a los usuarios, es llamativa la utilización que hacen del

tiempo. Como hemos apuntado más arriba, entre 45 minutos y 2 horas pasan al

día dentro de las redes sociales, cuando prácticamente en 15 minutos un

usuario es capaz de visualizar la información de utilidad que diariamente le

proporciona la red. Ese tiempo extra es utilizado para alimentar un sentimiento

muy complejo, lo que todo individuo siente cuando está rodeado de sus

amigos. El estar dentro de la red significa para el usuario estar con los

compañeros a la espera de que una nueva actualización venga desde sus

perfiles. Todos deseamos estar con los amigos durante el mayor tiempo

posible, de ahí que el usuario permanezca durante un largo período conectado

a la red. Lógicamente estas acciones sirven para malgastar el tiempo, es

mucho más sencillo y beneficioso quedar en persona con los amigos que

utilizar las redes sociales para comunicarte con ellos, siempre y cuando las

distancias físicas no lo impidan.

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El éxito de estas redes se debe a que a las personas en general y a sus

usuarios en particular les gusta mantener el contacto continuo con los amigos

y, a la vez, que otros sean conscientes de los amigos que uno tiene. En la

sociedad de la información no basta con tener amigos, el mundo debe saber

que los tienes.

Como conclusión y aprovechando la similitud de las redes sociales con

la película “Matrix”, y la similitud de ésta con el “Mito de la caverna” de Platón,

podemos observar que el ser humano se está auto-encadenando dentro de la

caverna cibernética y muestra cierta predilección a vivir viendo las sombras

proyectadas por las redes sociales, liberarse de esta adicción no le será nada

fácil, hallar la salida por sí solo es muy complicado y sólo algunos son capaces

de ello, afortunadamente cuenta con la ayuda de la educación, que aunque sea

repudiada por los usuarios, es una de las vías más directas para lograr la

emancipación cibernética y la libertad. Como dijo Bakunin: "Deseando ser libre,

no puedo serlo, porque todos los hombres que me rodean no quieren todavía

ser libres, y no deseándolo, ellos se convierten en instrumentos de mi opresión.

La verdadera libertad humana de una persona implica la emancipación de

todos; porque... yo no puedo ser, sentirme y saberme completamente libre, si

no estoy rodeado de hombres tan libres como yo, y porque la esclavitud de

cada uno es mi esclavitud."

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