Las Quejas(Reflexión)

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1 LAS QUEJAS Fábula de la eterna insatisfacción: quejumbroso por principios Germán es un técnico informático en una de las delegaciones de una gran multinacional. Se pasa la vida quejándose de su suerte, de que no está suficientemente reconocido en su puesto de trabajo, de que con lo que le pagan no llega a fin de mes y de que su coche es el más antiguo de la plantilla. Finalmente, abrumado por las deudas que le acosaban, decide enviar una carta al presidente de la compañía exponiendo su dramática situación. La carta fue redirigida a recursos humanos, pues el presidente estaba de vacaciones navideñas. Abrieron la carta y leyeron. “Señor presidente, dicen que soy una persona que se pasa la vida quejándose, pero mi situación de penuria es real y necesito que me gratifiquen con un pago extra de Navidad por la cantidad de $20,000.00, porque estoy acosado por deudas que no puedo sufragar, y así, prefiero no seguir viviendo” El equipo, apenado por la desesperante y descabellada solicitud y poseídos por el espíritu navideño, decidieron abanderar esta causa humanitaria. Uniendo los esfuerzos se rascaron los bolsillos y uno a uno fueron depositando en un sobre la cantidad que pudieron. Al final, recaudaron $18,000.00. Lo dieron por suficiente, mandaron el sobre de vuelta a su destinatario y fueron a sus casas a disfrutar con sus familiares de la placentera sensación de haber participado en tan noble causa. Una semana después, por día de Reyes, llegó otra carta del mismo empleado dirigida al presidente. Emocionados, los de recursos humanos se reunieron ansiosos para saber lo que decía: “Señor presidente, aunque ha tardado unos días para contestarme, reconozco que me ha salvado la vida. Lo único que la próxima vez le pido es que me lo entregue en la mano, porque los maleducados de recursos humanos se han quedado con $2,000.00.” LA CULTURA DE LA QUEJA Los dichos populares tienen la función de transmitir de generación en generación, supuestos conocimientos útiles que dejan de serlo cuando hacemos mal uso de ellos. “El que no llora, no mama” es un claro ejemplo que nos inculca el mensaje subliminal que nos dice que para conseguir las cosas hay que quejarse. Y esto puede ser verdad, pero también es verdad que asociar llorar con mamar corresponde a un mecanismo infantil. El equivalente a esto en un comportamiento más adulto, es reivindicar: reclamar con criterio algo a lo que se cree tener derecho. Otra forma de perpetuar la queja heredada es a través del uso de expresiones automatizadas como la de “voy llevándola”. Podemos ilustrar lo que hay detrás de esta expresión con el diálogo imaginario entre dos burros que se encuentran en un cruce de caminos y uno pregunta “¿Qué tal estas?” “Voy tirando”, contesta el otro. Esta respuesta tiene la connotación de que la vida es una carga. A medida que repetimos que “vamos llevándola” en la vida, nos vamos

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LAS QUEJASFábula de la eterna insatisfacción: quejumbroso por principios

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    LAS QUEJAS

    Fbula de la eterna insatisfaccin: quejumbroso por principios

    Germn es un tcnico informtico en una de las delegaciones de una gran multinacional. Se

    pasa la vida quejndose de su suerte, de que no est suficientemente reconocido en su puesto

    de trabajo, de que con lo que le pagan no llega a fin de mes y de que su coche es el ms

    antiguo de la plantilla. Finalmente, abrumado por las deudas que le acosaban, decide enviar

    una carta al presidente de la compaa exponiendo su dramtica situacin. La carta fue

    redirigida a recursos humanos, pues el presidente estaba de vacaciones navideas.

    Abrieron la carta y leyeron.

    Seor presidente, dicen que soy una persona que se pasa la vida quejndose, pero mi

    situacin de penuria es real y necesito que me gratifiquen con un pago extra de Navidad por

    la cantidad de $20,000.00, porque estoy acosado por deudas que no puedo sufragar, y as,

    prefiero no seguir viviendo

    El equipo, apenado por la desesperante y descabellada solicitud y posedos por el espritu

    navideo, decidieron abanderar esta causa humanitaria. Uniendo los esfuerzos se rascaron los

    bolsillos y uno a uno fueron depositando en un sobre la cantidad que pudieron. Al final,

    recaudaron $18,000.00. Lo dieron por suficiente, mandaron el sobre de vuelta a su

    destinatario y fueron a sus casas a disfrutar con sus familiares de la placentera sensacin de

    haber participado en tan noble causa.

    Una semana despus, por da de Reyes, lleg otra carta del mismo empleado dirigida al

    presidente. Emocionados, los de recursos humanos se reunieron ansiosos para saber lo que

    deca: Seor presidente, aunque ha tardado unos das para contestarme, reconozco que me

    ha salvado la vida. Lo nico que la prxima vez le pido es que me lo entregue en la mano,

    porque los maleducados de recursos humanos se han quedado con $2,000.00.

    LA CULTURA DE LA QUEJA

    Los dichos populares tienen la funcin de transmitir de generacin en generacin, supuestos

    conocimientos tiles que dejan de serlo cuando hacemos mal uso de ellos. El que no llora,

    no mama es un claro ejemplo que nos inculca el mensaje subliminal que nos dice que para

    conseguir las cosas hay que quejarse. Y esto puede ser verdad, pero tambin es verdad que

    asociar llorar con mamar corresponde a un mecanismo infantil. El equivalente a esto en un

    comportamiento ms adulto, es reivindicar: reclamar con criterio algo a lo que se cree tener

    derecho.

    Otra forma de perpetuar la queja heredada es a travs del uso de expresiones automatizadas

    como la de voy llevndola. Podemos ilustrar lo que hay detrs de esta expresin con el

    dilogo imaginario entre dos burros que se encuentran en un cruce de caminos y uno pregunta

    Qu tal estas? Voy tirando, contesta el otro. Esta respuesta tiene la connotacin de que

    la vida es una carga. A medida que repetimos que vamos llevndola en la vida, nos vamos

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    convenciendo de que somos animales de carga, y entonces ms carga nos ir llegando y ms

    nos estaremos quejando.

    La cultura que hemos heredado de las generaciones anteriores que vivieron situaciones

    difciles como la guerra, nos lega el pudor de expresarnos sin ostentar o presumir de nuestros

    logros y satisfaccin, pues en ocasiones nos invade la sensacin de que generamos

    incomodidad en el otro cuando decimos que estamos muy bien e incluso podemos llegar a

    temer ser foco de su envidia. Esto hace que muchas veces ocultemos nuestro brillo, yendo por

    la vida a media luz.

    Otro factor a tener en cuenta es que el actual sistema socio-econmico en el que vivimos est

    orientado a aspirar a aquello que no tenemos, y esto suele generar mucha insatisfaccin,

    haciendo que la valoracin que tenemos de nosotros mismos y de los dems sea medida con

    relacin a los bienes y privilegios que tenemos, cayendo as en la trampa del tanto tienes,

    tanto vales. En las empresas es vlido aspirar a un mejor puesto con mejor sueldo, o

    protestar por las injusticias provocadas por favoritismo o nepotismo. Sin embargo, a veces

    nos obcecamos en conseguir reconocimiento a travs de trivialidades como una silla con

    respaldo o un cajn de estacionamiento junto al del jefe.

    En todo sistema organizacional complejo, como es la empresa, podr haber injusticias que

    desde nosotros no podremos cambiar fcilmente. En estos casos, ayuda el sobreponerse a la

    incmoda sensacin que esto nos genera, evitando que influya en la calidad de lo que

    hacemos, lo cual afianza nuestra credibilidad profesional para reivindicar aquello que es

    realmente importante para nosotros.

    Escaneado Por Pedro Lizrraga Njera