Las políticas de turismo social en el contexto latinoamericano

ERICA SCHENKEL

[email protected]

C o n s e j o N a c i o n a l d e I n v e s t i g a c i o n e s C i e n t í f i c a s y T é c n i c a s

U n i v e r s i d a d N a c i o n a l d e l S u r

A r g e n t i n a

Las políticas de turismo social en el contexto

latinoamericano

San Pablo, 8 de octubre de 2014


Turismo Social

Política Pública

Primer Nivel

Derecho al ocio

Segundo Nivel

Beneficios Sociales

Tercer Nivel

Beneficios Económicos

Orígenes y Consolidación Reconversión


Brasil y México son los primeros países a nivel mundial en

ratificar el Convenio 52. En 1948 la región impulsa el

primer acuerdo internacional que refiere al derecho al ocio

activo, Declaración Americana de los Derechos y

Deberes del Hombre. En 1988 se promulga el Protocolo

Adicional a la Convención, que reafirma el derecho al

aprovechamiento del tiempo libre y las vacaciones pagas para

todos los americanos.

PIONERA EN LA PROCLAMACIÓN

DEL DERECHO A LAS VACACIONES

Fuente: Revista Valor Latino

ACCESO MINORITARIO A LAS PRÁCTICAS TURÍSTICAS

A diferencia del continente europeo, referir al derecho al turismo en la región es hacerlo a un “derecho relativo”.

EUROPA

• Promedio: 73%.

• Máximos: Noruega (91%), Finlandia (90%), Suecia (86%), Dinamarca,

Luxemburgo y los Países Bajos (85%).

AMÉRICA LATINA

• Máximos: Brasil y México (48%) y Argentina (44%).

• Otros: Perú (35%), Paraguay (18%), Colombia (15,2%).

N I V E L E S D E P A R T I C I P A C I Ó N

Fuente: Eurobarómetro (Comisión Europea, 2011) Encuesta de Viajes y Turismo en Hogares (MINTUR-INDEC, 2012), Argentina; Encuesta de Turismo Doméstico (FIPE-MTUR, 2012), Brasil; Encuesta de Gasto Interno en Turismo (DANE-MICIT, 2013), Colombia; Encuesta Permanente de Hogares (STP-DGEEC, 2009), Paraguay; Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (INEGI, 2010), México.


RESOLUCIÓN PARCIAL DE LA PROBLEMÁTICA

Las políticas de turismo social, sin significar una resolución

estructural al problema de la inequidad en el acceso al ocio,

debido a que es imposible abarcar al universo necesitado de la

asistencia y de que existen necesidades más elementales que

satisfacer, como la vivienda, la salud y la educación, deben

tender a una resolución parcial de la problemática, que

contribuya a una ampliación social del turismo en sectores

marginados y así a un acceso social más equitativo.


A excepción de la política argentina, la inserción del turismo social en

las agendas gubernamentales es tardía en comparación con los países

europeos, inicia en la década de 1970.

Desde entonces, presenta periodos de activación y bloqueo,

vinculados al dinamismo que presentan las políticas públicas en la

región, así como las periódicas crisis económicas.

En cuanto a la gestión de este tipo de iniciativas, continua

predominando la gestión estatal, con escasa participación de actores

privados. En este punto es dable diferenciar el caso de Brasil, en donde

presenta un importante accionar del tercer sector, a partir del Serviço

Social do Comércio (SESC).


Turismo social

Venezuela, “Plan de Turismo Social”

Uruguay, “Sistema

Nacional de Turismo Social”

México, “Un

Turismo para Todos”

Ecuador, “Viaja Fácil”

Chile, “Vacaciones de Tercera

Edad” y “Gira de Estudio”

Brasil, “Viaja Mais

Melhor Idade”

Argentina, “Programas de Turismo

social”

Salvo los casos de Brasil y Ecuador, prima la concepción especifica del

turismo social.

Constituyen propuestas verticales orientadas a determinados colectivos.

El principal destinatario es la tercera edad, siendo incluso el único en Brasil y

Ecuador.

A excepción de Brasil, el sistema de asistencia financiera, subvenciones de

precios y ayudas financieras directas a las personas, no se complementa con

programas de infraestructura que permitan su adecuación al colectivo de

discapacitados.

En el único caso que se considera determinante la condición de “escasos

recursos económicos” para el acceso a los programas es Uruguay.

Diferenciando a Argentina, las propuestas se centralizan en las estructuras

comerciales tradicionales. Las mismas se ofrecen mayormente en

temporada baja, salvo los Programas de Venezuela y Ecuador.



• Constituyen importantes alternativas de sostenimiento

económico, con escasos impactos distributivos, tan necesarios en

el contexto regional.

• El valioso efecto distributivo del turismo social se diluye a causa

de la importación de modelos exitosos en otras latitudes, que

no responden a la problemática regional.

•La selección a partir de cuestiones etarias o de salud, útiles

para los países desarrollados, dejan un vasto universo social

necesitado excluido y promueven la asistencia financiera a sectores

que no cuentan con obstáculos económicos para vacacionar, sino

con barreras físicas, que suelen no atenderse.

Discutir ampliamente un sistema de turismo social atento

a la singularidad regional, que contribuya a una mayor

distribución del consumo turístico y tienda así a la

universalización del turismo en América Latina.

A diferencia de lo que acontece en los países europeos, los

niveles de participación turística en la región aún

dispone de amplios márgenes de crecimiento.


ERICA SCHENKEL [email protected]


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