Las Parábolas En La Mesa (III) -...

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Las Parábolas En La Mesa (III) Apóstol Sergio G. Enríquez O. Séptimo Servicio de Santa Cena Guatemala, 5 de febrero del Año De La Revelación www.ebenezer.org.gt 1 La revelación de Dios puede venir por diferentes fuentes, una de ellas pueden ser potestades angélicas o la aparición de espíritus de justos hechos perfectos, un ejemplo de ello lo vemos en el monte de la transfiguración en el cual se le presentó Moisés y Elías al Señor Jesucristo. Sin embrago esto no nos da el permiso para realizar prácticas de espiritismo como erróneamente lo hizo Saúl, quien para hablar con Samuel estando éste muerto, consulto a una pitonisa. Este tipo de manifestaciones no nos debe causar temor pues la palabra declara: Vosotros, en cambio, os habéis acercado al monte Sion y a la ciudad del Dios vivo, la Jerusalén celestial, y a miríadas de ángeles, a la asamblea general e iglesia de los primogénitos que están inscritos en los cielos, y a Dios, el Juez de todos, y a los espíritus de los justos hechos ya perfectos (Heb 12:22- 23) Cuando la palabra habla de justos hechos perfectos se refiere a que puede ser que el espíritu de un familiar nuestro que partió con el Señor y que el Señor haya perfeccionado, se nos aparezca para darnos un mensaje específico de parte de Dios. Sin embargo debemos ser cuidadosos y probar a todo espíritu, esto solo lo podemos hacer por medio del Espíritu Santo que mora en nosotros y por la palabra de Dios. Por otra parte debemos estar atentos pues puede ser que ya se nos haya presentado un ángel y no nos hayamos dado cuenta, como está escrito en Hebreos 13:3 algunos sin saberlo hospedaron ángeles. También debemos tener una revelación de nuestro destino, a la manera de Asaf en el Salmo 73 quien inicialmente tuvo envidia al ver la prosperidad de los impíos, pero después de entrar en el templo le llegó la revelación del fin que éstos tendrían, y fue librado de caer. Necesitamos pedir la revelación para que venga como el pan de cada día. Sabemos que la fuente primaria de revelación es el Padre, esto lo podemos confirmar en los libros de Hechos en el capítulo 16 y en Apocalipsis 2 y 3. Pero otra fuente de revelación poderosa la encontramos en mesa del Señor, es decir en la ministración de la Santa Cena como lo hemos enfatizado en los temas anteriores. Lucas 7:49 (LBA) Los que estaban sentados a la mesa con El comenzaron a decir entre sí: ¿Quién es éste que hasta perdona pecados? Muchas veces preguntaron sobre Jesús diciendo ¿quién es este? (Mateo 8:27, Marcos 4:41, Lucas 5:21) Pero en esta ocasión específica se preguntaron ¿Quién es este que hasta perdona pecados? Esto nos muestra que en la Santa Cena nuestro pecado se hace evidente, como sucedió en el caso de Judas, que sentado a la mesa supo que él era el traidor. En la mesa Jesús le reveló lo que habría de hacer, pero es interesante notar que Jesús no expuso su condición ante los demás. Estamos sentados a la mesa de Jesús y Él no nos acusa, puede darnos la revelación de nuestro pecado aún de los que nos son ocultos, para que nos arrepintamos. Esto es algo solo entre Dios y nosotros.

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Page 1: Las Parábolas En La Mesa (III) - retirodeverano.comretirodeverano.com/assets/las-parabolas-en-la-mesa-(iii).pdfhizo Saúl, quien para hablar con Samuel estando éste muerto, consulto

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La revelación de Dios puede venir por diferentes fuentes, una de ellas pueden ser potestades angélicas o la aparición de espíritus de justos hechos perfectos, un ejemplo de ello lo vemos en el monte de la transfiguración en el cual se le presentó Moisés y Elías al Señor Jesucristo. Sin embrago esto no nos da el permiso para realizar prácticas de espiritismo como erróneamente lo hizo Saúl, quien para hablar con Samuel estando éste muerto, consulto a una pitonisa. Este tipo de manifestaciones no nos debe causar temor pues la palabra declara: Vosotros, en cambio, os habéis acercado al monte Sion y a la ciudad del Dios vivo, la Jerusalén celestial, y a miríadas de ángeles, a la asamblea general e iglesia de los primogénitos que están inscritos en los cielos, y a Dios, el Juez de todos, y a los espíritus de los justos hechos ya perfectos (Heb 12:22-23) Cuando la palabra habla de justos hechos perfectos se refiere a que puede ser que el espíritu de un familiar nuestro que partió con el Señor y que el Señor haya perfeccionado, se nos aparezca para darnos un mensaje específico de parte de Dios. Sin embargo debemos ser cuidadosos y probar a todo espíritu, esto solo lo podemos hacer por medio del Espíritu Santo que mora en nosotros y por la palabra de Dios. Por otra parte debemos estar atentos pues puede ser que ya se nos haya presentado un ángel y no nos hayamos dado cuenta, como está escrito en Hebreos 13:3 algunos sin saberlo hospedaron ángeles. También debemos tener una revelación de nuestro destino, a la manera de Asaf en el Salmo 73 quien inicialmente tuvo envidia al ver la prosperidad de los impíos, pero después de entrar en el templo le llegó la revelación del fin que éstos tendrían, y fue librado de caer. Necesitamos pedir la revelación para que venga como el pan de cada día. Sabemos que la fuente primaria de revelación es el Padre, esto lo podemos confirmar en los libros de Hechos en el capítulo 16 y en Apocalipsis 2 y 3. Pero otra fuente de revelación poderosa la encontramos en mesa del Señor, es decir en la ministración de la Santa Cena como lo hemos enfatizado en los temas anteriores. Lucas 7:49 (LBA) Los que estaban sentados a la mesa con El comenzaron a decir entre sí: ¿Quién es éste que hasta perdona pecados? Muchas veces preguntaron sobre Jesús diciendo ¿quién es este? (Mateo 8:27, Marcos 4:41, Lucas 5:21) Pero en esta ocasión específica se preguntaron ¿Quién es este que hasta perdona pecados? Esto nos muestra que en la Santa Cena nuestro pecado se hace evidente, como sucedió en el caso de Judas, que sentado a la mesa supo que él era el traidor. En la mesa Jesús le reveló lo que habría de hacer, pero es interesante notar que Jesús no expuso su condición ante los demás. Estamos sentados a la mesa de Jesús y Él no nos acusa, puede darnos la revelación de nuestro pecado aún de los que nos son ocultos, para que nos arrepintamos. Esto es algo solo entre Dios y nosotros.

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Si dejamos pasar esta oportunidad se puede evidenciar en público, como ha sucedido con ministros connotados, esto no quiere decir que porque no se haya evidenciado el pecado no lo tengamos, esto debe servirnos como una advertencia. Dios es tan misericordioso que no solo va a darnos la revelación de nuestro pecado, sino que nos dará juntamente la oportunidad de arrepentirnos, por eso la palabra dice: cada uno júzguese a sí mismo. No desaprovechemos esta oportunidad pues Él será fiel en perdonarnos, sin embargo nos da su perdón pero también nos advierte diciendo; vete y no peques más, esto con el fin de ser librados de algo peor. (Juan 5:14) Continuaremos con otra mesa y la revelación que encontramos en ella. Levítico 26:10 (LBA) "Y comeréis de las provisiones viejas y sacares lo añejo para guardar lo nuevo. Esto nos habla de administración, ¿cómo administramos lo que Dios nos ha dado? 1 Corintios 4:1 (LBA) Que todo hombre nos considere de esta manera: como servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios. Como servidores de Cristo debemos aprender a administrar lo añejo, es decir los rhemas que hemos recibido anteriormente, debemos apreciarlos y no dejar caer a tierra ninguna de las palabras de Dios dada por sus ministros. De la misma forma en la que en lo físico podemos sacar cosas viejas de un lugar para poder guardar las nuevas, vamos a recibir tanta revelación nueva que necesariamente vamos a tener que sacar lo añejo sin menospreciarlo. A Dios no le gusta que desperdiciemos, por esa razón en el milagro de la multiplicación pidió que guardaran el pan que sobró, no porque no pudiera volver a multiplicarlo, sino porque no le gusta que desperdiciemos. Pidamos la revelación a Dios de cómo administrar todo que va a darnos y así usarlo bien, esta revelación solo podremos recibirla en Su intimidad, allí nos mostrará qué es lo que no le agrada de nosotros y cómo podemos sacarlo.