Las Moradas. Residencia en La Tierra

7/30/2019 Las Moradas. Residencia en La Tierra

1/14

Las Moradas: Residencia en la tierraSentido secular del texto mstico

CIRIACOMORN ARROYOPara 0./fortensio y /): B ~ r 1 w r d o Vt:/otlo

1. Ht:mumutica deltt:,\'10 mfst fr.oLa liternlura mfsr ica admite un estudio sec ular al menos desde r e . . ~ lados: el ling .s1ico, el psicolgico y el his1rico. El texto mstico emplea la lengua comn y puedeestudiarse como cualquier 01ra expresin lilc.raria: presencia de autor. referc.ncias y re-flejos de su cultura y sociedad, estructuras de todo tipO y l t a n c e . l ~ experiencias ms-ticas. fcnrncnos de conc icoc;: iay subconciencia, puedenser objeto de investigacin pa-ra el ps iclogo. En his toria la mstica se ha estudiadocomo man ifestacin peculiar de loreligioso en dis tintas culluras. La asociacin de mstic;a y cultura ha dad() tategorias aveces demasiado generales ( mi.stkismo oriental y occidett tal)+), y caracterizaciones tnicas o r ; p e r o que definjt iva_mente supentdas- corno la Cas tilla ms tica y u e r r e enlas cuales sa.Je.n muy benefici;-tdos los mu ivos de Avi la, t ierra de can tos y s a n r o s ~ . En

estas fom1as deestudio, sin embargo. elcarcter mrstico del textose reduce a una magnitud indiferc.n te. Ahora bien, si para explicar un texto ms tico no partimos de su n o t ~ - tdiferencial, desucarcter de rnsr ico, o b s e r v ~ e m o s aspectos p3rciales. pero no explicamos el texto. E.s corriente or que el Cnticoespiritu(l/ de San Juan de la Cruz se puedeleer como un poema erticosecular. Para eso tendramos quedesconocerqu ines su auto r, desconocer el ttulo del poemn. el contexto cultural en que fue escrito, las resona.n .cias del Cantardt Jos c t m t a f ' y signos concrems que hace.n ind ud:'lble su intencin ysentido rcHgioso. Quien afim1a. que el poema de San Jurul de laCrul se puede lee re.n vnplano puramen1e e.rt ico propone como lector ideal una personac.arente desensibilidadrel igiosa, ignorante del contexto histrico, ante un poema sin titulo , annimo >sin fecha. Ese IC:X IO annimo y sin lulo ya no scrfa el Crrrico ttsplrltual de Sn .luan di! laCr11! y e.se lec tor no puede ser e.l postulado como recepwr de l pOema. Yo qu isiera mostrar que LosMoradas de Santa Teresa pose.cn un oontenido y valor humanos con val idez ac-tual pOrsucondicin de csc.rilura. mistica. Las posturas ltimas ame elmisterio dela. vida , el querer Saber adndevamos y dednde. venimOS*, como deca Rubn Dario .se red ucen u cuatro: afirmacin de Dios, negacin, duda y dcs prcocu >acin por el 1c.ma.San1a Teresa dialoga en ese plano radc:aJ con qu ienes ven la existencia como una pompa de jabn flotando sobre la nada o con quienes sufren, como Unamuno, emre la vo.!untad que afinna y la in tel igencia que niega. Con los disttafdos no dialoga, nos invitotsuavemente a llamar a la puena del castillo.Mi propsito es esrudiaf slo el texto de Las Morad::.s, pero como un todo. El tcx

o e - unsigno complejoqueCOML:'l de muchos signos p:trcirtles : se ordena, por tanto, entomo a unos tnninos bsicos y OU'OS menos significativos:. La herm enut ica ideal desJ)l iega los sig.nos e.n su respecliva importancia y orden y los inserca c:n' refe.rcncias per11


2/14

sonales y culltmJ.tes que dan altcxlo una necesidad lgica o histtica. A los sig nos bsicos los llamo axiomas'.TodotextO contiene un mc-n.saje que puedee;uenderse desde una modestapregun .ta a una ideologa fan tica. U1.s Mo rtJtlas se si1an en algn punto de ese ide:al c g m e nto. Po r supucs1o. son un libro ideolgico; su lengua no slo explica sino que incimu, esunacto de lenguaje qu e nos llama y nos aconseja una conversin. La mfslica no admi teuna lectura evasiva o de simple curiosidad: e.c; una accinque suscita una re-accin.

El texto posee un con tenido objetiv-o sobreel sentido de la vida hum ana y no secomprende e.n ltima instancia si e.llquh'amos lns pregun1:1s n'\e.taffsicas. Lexe mas, me-l:lfora.s e imgenes son piedras preciosas. peroslo pueden eruenderse como 1>iedras delcastillo.Ensu est ructura ex teriorel libro consta desiete secciol)es con-espondieotes a sen das moradas. que se subd ividen apanado.s de distinta ex1e.ns in seg n las ex periencias descrilas pOr la san1aen cada una. Las primeras moradas csl:o eo la cnlradadel castillo. La pe rson a se ha dec idido a en1rar dejando la vida de dispersin)' pecado. En esemomento tiran de ella dos fuenas: el hbilOdel pecndo y Dios que silba desde el1r0. La pefliona debe reco nocer la propia deb ilidad y la g r a n d ~ a de quien la llama. Enlas segundas moradas hay mayorsensibilidadc.on1rn elpecado, pero no se ev itan las c asiones . Bl alma sufre ms y puede sentir desalientO. De nuevo, Ja mirada al cemro delcastillo debe an imarla a proseguir. Los que ya se abstienen conscicnlcmenle incluso depecados veniales y tienenregulannenle oracin, han llegado a las morad as ten-eras. Sonlas personas piadosas. Es1as pueden sucumbir ados peligros: el orgullo espiritual, osea,creerse mej ores que los dems , y la incomprensin para las faltas de los otros. Hacen pe-nitencias,pero un poco a lo Sancho Pan1.;a, sin abrirse lasc:ames. De ellos dice Santa Teresa : .No hayis miedo que se m e pOrqu e su razn es t muy en s. no est aun elamot para sacarde razml (Monulas. 3. 2, 7, 36 1 ).En las cuartus ya com ienzan experienc ias propiamen te msticas. La sanut distingueentre unos comen tos naiUralesy gustos de naluruleza sobrenaturalque Diosda alalma aJgu nas veces. En este puoto el alma se concenl l'a col facilidad y Dios se acercams en lo que llama la santa or.tc in de recogimiento. Las qu intas moradas describencon nuevas imgenes. ms hondas que las de la.s estancias antetiores, la oracin de ~tud. La soccioo ms larga del libro son las moradas sextas. en lasque habla de distintostipos de x tas is. )' en las moradas sptirnas pinta un estado do perfecto equ ilibrio queafinna el deseode viv ir cv este mundo para el se rvicio de Dios yde sus criaturas. Estecamino de siete jornadas lo ha rea lizado un almn y Jo propone a otras como una va po sible paraellas. La preguntaes qu alcance y ex tensin 1iene esa propue;&ta.2. Exper;encia,;esonancios. all!gorla

Adems ~ los c,arocteres apuntados, todo texto exhibe dos rasgos fonnales anejos a la palabra escrita: volun tad de orden e inevitable dispersin. Escribir e.. un esfuerzo de comunicacin organizada y un conjunto de sa ltos muy libres entte una propos icin y la siguiente. Ninguna proposicin viene exigid3 o est determinada por otraanterior. Dentro del tema general (seraexces ivodesorden incluir aqu pn)posicione.o;; SObtc la idea de partido pollico. por ejemplo). desde lo que estoy diciendo puedo seguircon igual lgica por cien caminos diferentes. Los escri tos de Santa Teresa revelan esacondicincon mayorclaridad que los otros t u t o r e s msticos . Ella nos iflmnadesu ma41. Expliq:u e concepto semitico en el prlogo umi libro.Caftltr&l.Ptnsnmenm yuarr(). Sancu..

der. Soci.ednd M c ~ n d Pct:.yo. 1981.12


3/14

nem dispersa de escribir sin re leer lo escri1o :lJlh:-.riomleme ydejaJ1do correr la plumas inesquemas prev ios: E . ~ menester tengn pac iencia qu ien lo leyere. pues yo In tengo pilraescribir lo que no s. que cieno algu nas veces tomo ei J>apel como una cosa bova. queno s qu decir ni cmo comenzar.'. Declaraciones como sta refuenan el tpico tradicional de que la santa doctora no es Sis-tc.rnlica. Bien mirado. ese tpico expresa lainquielud o desencanto de los lecwrcs. pero una frasesin contenido objetivo. No serescritor sistemtic-o quiere decirque la lgjca de.l proceso creador no Na de lo un i,ersa la lo panicular o viceversa. o no se organiza segn el criterio de causa yefecto,sino quesigue otro criterio de organi7.acitl, por ejemplo. el aulobiognfico. Si hay una escritorasistemtka es SantaTeresa. El ncleo de sus experiencias de cuatro gnHios de oracin:medi tacin con Obra delcntendimienw, simplicidad, recogimientoyquietud, se rep ite en todas sus obras desde que lo fonnula por primera vez en el c.apftulo 11 de la Vda.lasmoradas sextasy s)timas de.scribe.ne.xperie.nci:lS nuevas


4/14

No havis de entender estas mor.1das una en pos de o1ra como cosaen hilada. sino poned los ojos en el ce.nrro, que e.s la pieza u palacio adonde eM el rey. y considerad como un pahnilo, que para llegar a loque esde corner 6ene muchas coberturas que todo lo sabroso cercan,..(Moradas, 1, 2, 8, p. 350).

Y a l final del libro::Aun que no se traHl de ms desiete moradas,en c:ada una de sras haymuchas. en lo bajo y al to y a los lados. con lindos jard ines y fuen tes ylaberintios, cosas tan deleitosas, que descaris deshaceros en alabanzas del gran Dios


5/14

consiguiente grado de iluminacin. Cuando los escolsticos ootan que la santa contra.dice esos esquemas,larnenlan su falla de preparacin 1eolgica. Por esacarencia no esc.ribi lo que segn ellos tendra que haberescrito. Para ella los man.-os rgidos slo pueden angustiar a las personas. Las conve.rs iones de la Magdalena y de San Agustrn leenseftan que la l)antidad no es-t.t ligada a prooesos ni progresos psicolS:icos. Las ex.periencias msticas no son momentos necesarios de ningn proceso, sino gracias nicasconferidas a ella por Dios. Las llama sobrenawrales, empleando el tmlinoen un sentidoqueseoponealdc los telogos. pero iluminadorpam nosotros. porq.ue indicaqucsongracias no necesarias para la santidad.

.Sobrenaturale-. son en la escolstica Dios, las acc iones divinas que no siguenlas leyes dadas a la naturalezat y la gracia, que es participacin fonnah de Dios. To .das las c.osas naturales, incluidos los ngeles, son pat1icipacin ejemplarde Dios(Sto.Toms,Sumnw theologi


6/14

diar la reaccin de la santa al 1'ertu abtcedario ~ J p i r i t u ( 1527) de Fray Francisco deOsuna. los s l l ~ d o s o s que, desde Morel Patio, han c.;n:alogado las lecturasde San ta Teresa mencionan ese libro como una de sus fuentes de inspirad n. No parece fallarle.."func.tamen!Q, pues ella misma cuenra que se p r o p seguir el rn.mdo de orci6n aconsejado y descri to pOrel mtsaico fr.anciscano. La leyenda de Osuna corno inspiradordeSan ta e r e o ; . a recibi sucxprc$ in m{as incisiva enel libro del P. FidClc de Ross, Utr moi-rre de Sainte h l . r ~ : r e . f"ry Francisco de Osuna (Paris, Beauchesne. 1937 }.Para com prender el tex to de In santa yel alcance de su rebelin contra el lenguaje mfs tico tradicional,creo ne


7/14

interiores; en es la zona las operacionesdel alma incluyen todavaa la materia, fuente dedispersin. Poreso los pens;.unientos son siemp.-e varios y desvariados (recurdese la expres in en Cervantes y en el teauo) y deben ser ordenados por el juicio, que es un ac-odel entendimiento. Despus de macerar los pensamientos y la imaginac.in, e$ decir,losc:omenidos sensibles. hay que macerar al entendimiento. Lns ideas son ya e.c;p i.rituales.no dependet1 directamente de lll materia. peroSOJt todavfa muchas, y el nm eroes un re .siduo de mareriaJ id.ld. Aniquilada la plura.l idadde ide.as en elentendimiento. actuaria lavo luntad en puro amor. Aese momento se refiere la santa cuando dice: aunque por c,s.ta vta de no poder obrarelentendimiento llegan ms presw a la contemplacin. si pcr.scveran.es muy travajoso y penoso- (ibhl.) . Bllrabajo de maceracinoqntl'il el etllendimientoes obra delentendimiento. Porcsocltexlo de Sanhl Teresa apareceaquf ambiguo.Porque inmed iatamente sigue:A personas que tienen estadispusicin tes conviene mspurezade cortciencia quea lns queconel entendimiento pueden obrar .. quienno se pue.de aprovecharde es to i ~ n c l e mayor (peligro) y convineh:: ocuparse mucho en licin(Vida, 4, 9, 24). Lavoluntadque, segn s u n n d e s c a n s a en el puro de amor de Dios. hasuperado tcxlo el trabajo y conquistadoel recogimiento verdadero.En el proceso de uscensin al monte (los mst icos se acordaron de todos los montes bblicos: Morio, Sino, Cannelo. Lbano, Sin, Oreb. Nebo y Gelbo).la humanidadde Cristo represe1Ha un e.s1adio inferior a la contemplacin de la pura divinidad que no1ene figura materia.!. Por eso Fray Francisco de Osuna dice que el alma se debe levan .tal' de la humanidad de Cristo a la divinidad.

S i. como dice San Je-rnimo. una cosa es imitar a Cristo en cuamohombre y otm imitarlo en cuan to Dios. tam bin una cosa sc.r seguirJo en cuanto hombre y otta segui rlo en cuanto Dios. Y asf comoaarlo en cuanto Dios e.s ms que imitarlo ep cuanto hombre, :lS g ulo en cuanto Dios es ms que seguirlo en cuanto hombre. Lo uno escomoquien corre y lo segundo corno quien vuela. Trabajo es el correry no es tantoel voJat y gana ms tierra".

El proceso de elevacin va unido a esfuerzos fisiolg i


8/14

La regla de Santa Tcres.a prescribe tambin muchas horlS de oracin aldn, recogimien to c o n s ~ a n t c . penitencias riguros-as y negat.in IOt'al de la propia vohmw.d; peroadvierte siempre coniTa el es fucrro corporal en los ejercicios e,spiritua les. La santa, hesos.re.nido en otro lugai, est ms cerca de los clejados que del recog imientode Osuna.E.l catlogo de sus exprcsionc..o; sobre la accin de Dios en ella creo no deja luga( a duda. Sama Teresa se distancia de Osuna en el fundamento mismo deJ ptogreso espiri tual:para el fraile es es hcrw; para lasanta es grac ia. Ella dice que no entiende a qu llamanv: iluminativa y que por ese camino ser incapaz de dec larar nada:En algunos libros queesrn escritos de oracin tratan (lue aunque elaJma no puede por s llegar a este csrado -porque es todoobra sobrenatu ral que el Seor obra en ella- que podr ayudarse levantando elespritude todo lo criado y subindole con hum ildad despus de muchos rulos que haya ido por la via (sic} purgava y aprovechando porla iluminaliva. No s yo bien porqu dicen iluminativa: em iendo quede los que van aprovechando, (Vida, 22. 1 .

La gran escritora mfstica ignora el significado de una palabra que pcncnecia alABC decualquier nov icio principiante. Pero la ignoranciaen e ~ t e tasoes el recurso pa-ra crear un texto desde la propia in tuic in y. como hedcho antes,la mejor estralegia para evitar conflictos con los letrados.Ella nodice como tes is abstracta que el mejor camino sea dejarse en Dios sin haceresfuerzo alguno (dejados); pero dice que so mejoraccin enconcreto (hecho , no toora) ha s-ido reconocer su impotencia y abandonarse a la bondad de Dios. La idea segnla cual el


9/14

En los . . o ; < . ~ r i teresianos se da fl1cil u c i dilemas (JUe hab[msusciwdo largas pol111ic::L; y crgica. ; angustias conel Santo Oficio. De ah que la presencia de In autora en esos textos se d en forma de irona y libertad. l.a liberlad de un a pe rsona contempkniva se desp liega en el inrerior del alm;t: por consigu iente, no parece tener unrene osocilll. Y. sin embargo, lo tiene. Desde Dios como ccmro ve con cbridad e.l valor de todas las cosas en furlcin de e,.,;;ecenll'o. Todo cuanto nos ncen::a a l es val ioso.cuanto rlos cnajerla, n--chazab le. Desdesucen tru cri tica a los reyes de la tierra {Vida.2 1) y se re de la lntlu isic jn en el 36 de C(1mino de pe,feccitm. cuando di1."'e: 4


10/14

5. LurLas sextas moradas dcscribrn experiencias de elevacin: raplos. suspensiones,arrebatamientos. Son nicas experiencias de sub ida. tirones que hace Dios del ahnayQue. una vez ~ . s . no 1enen que vercon la psicologa de los recogJdos . En lasmoradas sptimas se conquisca el centro. Llegarnos: a nosotros 1ni smos. El proceso rn slico se conviene en la OOil(Juis l:.l dr; la pcrson:tlidJd. expresada e n la fnnula p:tga.na delP(ndaro: hazteel queeres.

.:As tomo Dios tiene su mor.ula en el cielo. deve teneren el 11lma unuestancia adonde slo su M a d mora, y digamos, otro cielo; porqueoos impona mucho, hemlanas.que no entendamos es el alma algunllcost o.o:;curu y queest dcn rro de nues1ra alma algunn o s c u i d a dEs1as pahtbrns respondan en tiempO de la santa a dos pOSib les errores: 1.!1 prote.'i

tantismo y la c.onfus in del lenguaj e ertico de la mstica con el del amor humano. Para LUiero el alma, conompida en su esencia por e l pecado original, em una cosa oscuraque Dios bamizab::. c.xteriomlente de lu z.. si l:apredeslinab,c'\ p.uu la salvacin. La tesiscatlic-a, en cambio, vc;a en la cscncio del lllma In im agen de Dios slo cubicna. pero nobotrada potel pecado. Desde esa luz primera podia el hombre realizar acros intrfnsecarnente me.ritorios para su salvacin. Pata el prorestruue. todo acto 1eciba el mrito extrnsecamente de Cristo. La discusin entre tatlicos y protes-tantes sobre el mrito deJalma en supropia salvacin se centr.:1ba w lOmo a los 1trminos int:nsccoextrinseco- .Respecto a las ex pres it)llCS de amor. la santa. que ha evirado las frmulas plat6nictL.,, emplea IM palabnLo;; . - d e . ~ o r i o y ormatrim1 lnio espiritual, tambin o n ~ S

de l::t mstica. El desposorio es como las vis tas de dos amantes fl'itu; ye1 matrimonio e:Spiritualmuy menos. porque pasa esta secreta uninen e l centro muy interior del alrn;J, que deve ser adonde est el mesmo Dios (M7. 2, 3. 422).

La d v e r t ~ n c parece supe rflua. Quin pOda confundir losdosplanos? Al p a r ecer muchos en su tiempo y en el nuestro. En el suyo. los religiosos enfcnni-z.os qu e po-10. Osuoa: ..Pana quC' e n c t ~ d a s cmo lo ms ai ro de Ja cootemplacin hau aJ nima w b d a m e 1 1virge", as de notat que. t'lingu\:l trialur3 p 1 1 ~ d e rU c d e s p:-nmr .:n cosa ' f i ~ .sin que c t ~ g a sym:gioadn


11/14

dan tomar PQr experiencias de oracin gu stos puramente fisiolg icos o de-.scaccimicnIO.'i que eran sntomas dee.nfennedad, no de-aprovecha.micniO espirl lu{ll.En nuestro tit:m1>0 es corriente aplicar a laMma catcgorias de Freud con ms omenos precisin. El la misma sedeclaraenfemta crnic-a y describe golpes psfquicos como los raptos del e.spfriru que la dej1ban muer1a en apariencia o le elevaban el cuerpo.Estos fenmenos sugieren ltt sosrx:cha de :mollllalidtd; de hecho. sus vivencias so1anormales por ser nicas. Tambin es legftimo preguflt:.u-se si esas vivencias no proceden de crisis relacionadascon la rerwnc ia se:malen una mujer que pareca abiena,linada al amor. En este caso. la luz y la transparencia que dimanan de su rexro se fu.ndarian en los cauces ocultos y oscuros de un subconsciente reprimido. Como si hubieraprevisto nucslta posible in lerpretacin, la vaca con la simple f l " d el alma no es unacosn oscura. Dios, centro de luz, est en el centro del yo humano que irndia lu7.. Elmanismo de la santaes un;.\ r e . \ p u e . ~ t a amicipada a Freud. Para l elarma una cosa o.s,.curaque se rodeade luz reprimic.ndo los in stirnos origjnar ios. A estos instimos los i d e n1ifica subrepticiamentc'z con la verdad hum ana; de ah que la luz. la cultura. sea u n ~imposicinque produce ((dcsconlento)l, . ~ c i s n de una utpic-a n o c c ~ J)rimili'la. Para la san a, lo orig inal es la lu7.: el alma es un CllSiillo lodo he


12/14

Pero incluso en 011 humanismo puramente secular, 1an1o a fre.ud como a (iirord pod:tamos preguntarles si el instinto constructivo que lleva lacreaci6ll dec ultura no es porlo menos tan origina l como el destructivo. Todava parece que el instinto constructivoha dominado c.n la historio. sobre el de.:;tructh1o; ero.l M'>bre rlrmwtos. Indm:;o e l gobcrnante hipcrita que paga escuadrones de asesinos, lo disimula o lo juslific-,.a empleandoel lenguaje de la moral. lengua moral que oculla nuestms acciones oscuras mantienela c ivi li(';acill. Si hablramos COJ\'10 acruamos la hum anidad serfa lodav(a mucho msbrbara. En este sentido secular quit tenga tambin pleno valor la frnsc de S:mtaTen:saa sus monji tas de AviJa en el siglo XV I: el :lima noes un!!. cosn oscum .6. Morada

Qui1.. tod a.s las teoras de la cultura se n:.du1.can a dos: pam unas en el principioera la luz; para otras la oscuridad. Sinnimos correlativos son el cntico y e.l clamot, laconstruccin y la revelac in del vacio originario. De nuevo, para el human ismo crisliano Loda la real idad Lent: fundtunento: Dios. Parad humanismo agnstico. la falta deDios deja todo el un iverso del sen tido, la c-ultura, tlo1ando sobre la nada (lfeidcgger) osobre el sin-sen tido . Destubrir c.l !tbismo v:aco sobre el que ondea todo texto es lo quese llnma de{;Qnstnu;c:in. Con toda lgica De rrid:.. dice en su en sayo L a escritura y ladiferencia>, que slo caben dos h imas bases: Dios o lanada. La afinnacin el alma noes una cosa oscura.) hace a Dios la fuente de luzen lacual todas las moradasencue.ntransu cimiento. iJ(Quicn a Dios tiene/nada le iaha.: s61o Dios basta)lo . En ese centro se encuentro el equilibrio que supera toda alienacin y miedo: nada te turbe/ . nada 1eespante. En una discusin filosfica, es decir, que se esfuerza por dialogar COl\ la razns i.n13 prcmi.s..a de crecnci3s religiosas. puede di.scutirsc c.l h u m ~ ' n m o ceres in.no.que s.e fuoda en una vivenc ia excepc ional de la prese-ncia de Dios. Sin embargo. tambindesde lapura razn es posible abraz.ar ilusionadamenle la vida. Cm ico de Jorge Gui lln me parece el ejcmpJo ms sign iticati\'O de la cclcbraci6nde la vida como consc.ruccin. dehumanismo de la luz.. Desdeeste pu nto devista, qu iz.;l slo


13/14

en favor de una espiritualidad que se exr ic.nde en eldilogo de la :1ccin y de la escritura. Despus de pasarel rmbajo de e.o;cribir se alegra por Jo mucho que ha :!prend ido escribicndo . Pelsar es para ello., corno c . ~ ; p para Ccr\':tnlcs. d i u l o g ; . ~ El sentimientomstico de la vida no se renlizncomo retiro ni como prole.'Ha contra fa ltida misma (caso de Un:ununo erl l:l huellr. de Snancour). sino en el nimo que nos mueve a andar c.nverdad.

He afinn:ado al principio que el castillo es una imagen. no unu : : ~ l e g o r a En LasMorada:; tiene- tres funciones: prime ra. recurso de inspi racin J)a!'. concebir Jo estro ccura del libro .Segunda. es un caslillo lodo de un diamanre y muy claro crisral (Mara-das. 1. 1 . Con una mc ttor. scndlla. sugerida poralguna joya de 0.11 Luisa de l:t Cerdao la duquesa de Alba, d e s h ~ 1 c e San O Teresa la obsesin de sus contenlporneos por ellinaje. A travs de cuerposde cristianos viejos o de conversos, cauce.s transitorios. elulma es hija de Dios. Desde que se vulgariz l1 gcnc:Logaconversa de la santa se haceltoda suertededba lns sobre la relacinentre su ascendencia y su obra. Es fuCJ"'/.OS m c r itorios. pero es triles en resulcados. Todo esr::i t l::tro en su hcrcnci11: es hija de Dios, undiamantey muy clamcris1al.

Tercero, el.castillo es un paisaje del alma: las monjas vivenen converuos peque.os y desnudos. El casrillo tiene ahos corredores y jardines, recuerdo pos ible del Ctmtor de Jos C'tnutues; en ellos podtrin las hemurnas reere::nse:

COrlsidera11do el mucho encerramiento y pocas cosas de entrc.tcni-mien to qu e tenis. mis hermanas. y no c:..sas tan bas t:.nte."i como conviene en :tlgunos monasreriosde los vuestros, me parece os se.r t-Onsuelo delei1aros e.n este castillo imerior. pues sin licencia de lassuperioras podis c.mrams y pasearos por .J a cualqu)cr hor:t))(Epnogo).

Las momdas pam e.J hombre son u t h a . ~ . pero tjenen su roca enla morada de Dios:Dios no se muda,e.s el >adre. la morad& donde e l hombre riene su residencia. La aJltigoa >alabra griega para res idenci:t. como recuerda Heidegge.r, es e1Jws. Las m o r a ddeSanut Teresa desarrollan un ideal de humanismo que pataelcreyente en Dios rcsulta lgico desde la creencia en Dios; pa ra el no creyente, las'llloradas son la inv itacin ae llCOnlr::..r un lug:ar de rcs idcncin. un 'filos o pumo de apoyo que nos perm ita saber qusomos. a dnde vamos y de dnde venimos. Santa Terc'lia dio su respues1a en un librocuyos sign os fundamemales son: graci!l.liberrad 1 n imo, luz. obras. centro.APENDICE

L.oJntcogidos (Fray Pedro Gon:dilcz de Mcndo1.a) Habiendo passadopor ellos esros P;1dres de la Observancia.y viendo queel Sane-lOPom ifice Leon decmo redujodcu:tjo de su gou icrno Jos Amadeystas, Los Conectaneos. los Clarenos, los del Capuc-ho. y lo.'! llamados e . s c a l ~ o s : que deuajo desla sombrade mayor perfeccin se au inn 3J)JI1ado a di ferentes fonnas de vidas, quisieron dar unasatisfaccin publica de su gou iert\l') a todos ojos. y !'t todos c:srados ... Yasi ...mandaron,

que fuera de guardar la Reglade nucsrro Padre San Francisco, se hennoscase con elesmalle de algunas circuns tancias de mayor rigor y perpcluo recogimiclltO. Que Jos qu esalicsse.n a pedir fuessen do nados , y Jos Relig.iosos estubiessen continu3me nre rccogi23


14/14

dos. y en el choro, donde ande ser siempre Jos M:1y1incs en 1ono. que doran los ordina rios has1a las dos. desde las doze de la noche.; a los quales se sigue leccinespiritual deun quarto de hn.sobre que andees1ar una hora de l'()(lill!lS con1crnphmdo has la lns 1rcsde lamal1a.lla. Luego dizen e.l o f i ~ i o de Nues1raSeiior::t, todode rodi llas ;alcauo dc.lqualtienendisciplina y despuc.s de ella se van a recoger ha'H3 las cinco que llaman a prima;y acabada media hor.de o d i i i enorat.in mental, desde donde se \l llf l udczirmisa. y tan IOdos los uesws de rodi llas en la socrisliamientnLSvienen los sazerdo1cs a dez.irlns. y u c H I 3 d a s acuden B lns horas y misa mayor. Oespuesde comer van a nona (en su tiempo) y es-1an o1ra horn en oracinmen1al hasta las \'speras en la misma flmna que la de los majrines: acauada prosiguen vsperas, ydichas juntamente con las de Nuestra Scilora (que se di z.en siempn: con tod:1s b .sdem-as hornsyas, de rodilla>} se relimn a sus celdas Jos sacerdotes, y los que no Jo son, a ordenaci11,que adere.;ar todo lo necesario: luego van a conpleta.o;, y 1icnenotra e ~ ion esp iritualcon o ~ hora de m ~ 6 n En los clau.s1ros no se puede de.tencr ninguno. ni h:tblnr conotro. ni entrar los unos en l:lsceldas de los otros: las cnmas en que duem,en son un pocode paja y una pobremanta. 1'ienen tres disciplinas cada semana todo el ao. Ayunanel adviento, la quaesma y Benditos, que son a . . ~ de lamitad deel ao con los V i e n 1 e s ~y siempre los tres dias SOI11men1e- comen yerbas y los ms a pan y agua. De manera quela vida e.s una inc;:csablc pccnitencia y un continuo rigor. Y para

Las Moradas. Residencia en La Tierra

Documents

Transcript of Las Moradas. Residencia en La Tierra