LAS LLUVIAS EN LA SABIDURÍA POPULAR DE LOS PUEBLOS PALLASQUINOS
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LAS LLUVIAS, EN LA SABIDURÍA POPULAR DE LOS PUEBLOS
PALLASQUINOS.
Por: Enrique Vásquez Sifuentes. (Fotos: Pablo Vivar-desde Cabana 5-2-2015: 2:30 pm)
Quienes hemos vivido en la tierra añorada somos testigos
que durante los meses de enero, febrero y marzo, en toda la
sierra pallasquina, generalmente, se desatan abundantes
lluvias; pero en otras oportunidades estas son muy raras.
El poblador andino, en consecuencia, se encuentra al tanto
del fenómeno y en los hogares, al calor de los fogones o en
las chacras, al abrigo de las tullpas suele comentar con
verdadera sabiduría popular algunos dichos u expresiones
singulares.
Algunos de ellos, los hemos escuchados de los habitantes
del distrito de Santa Rosa, cuando levantando la cabeza
hacia el cielo, preocupados, exclaman: “Arco de sol moja
el sombrero del pastor ”. En ambos casos el poblador ha
sabido interpretar que cuando el sol está rodeado de un arco,
los días posteriores lloverán copiosamente. Por lo contrario,
en Llapo, Tauca, Cabana y Santa Rosa, al escuchar a los
cutulos, macshos, sopla cocas o chupa barros: “Arco en la
luna se seca la laguna”, sus moradores muy acongojados
interpretan que en los siguientes días no habrá lluvias. Por
este motivo, entonces, los rogantes acuden al cura del
pueblo a pedirle “una rogativa”, es decir, la salida en
procesión de un santo para que pronto caiga la acariciada
lluvia.
En otras ocasiones, el campesino, enojado exclama: “A muchos truenos pocos aguaceros”.
Esto porque es más el ruido estruendoso que se escucha en
todos los confines y las lluvias son escasas.
Sin embargo, al momento en que la familia está reunida
saboreando la humeante y aromática panisara, los
relámpagos iluminan todos los ambientes con sus
chispeantes luces, instantes que aprovecha la abuelita para
encomendarse temerosa: “Santa Bárbara doncella,
libradme de la centella”.
También, son conocidas en los distritos pallasquinos, especialmente en Santa Rosa y Llapo,
las expresiones: “cuando marzo mallea, mayo marsea ”, que en buen romance, mis paisanos
saben interpretar que cuando en marzo, es la época de lluvias no llueve, de seguro que en
mayo lloverá a cántaros llenos.
O si no esta otra sentencia, escuchada a aun “cutulo” y “chupa
barro”, llapino y cajamalino respectivamente: “Febrero
yerbedero, hierbe el sol o el aguacero”, que en la lengua
conchucanas lo sabemos interpretar que en el mes de febrero o
llueve bastante o hace un sol resplandeciente hasta que nos dé
el tabardillo o insolación.
Si comienza a chirapear o lloviznar con un sol esplendoroso, de inmediato nuestra mirada
recorre el horizonte para contemplar un multicolor y hermoso
arco iris que surge resplandeciente de los puquios y represas
pallasquinas.
Si al arriero o al campesino les escuchamos comentar: “Este es
un aguacero loco”, de seguro que más ha sido el susto y poca
la lluvia que caerá, por lo que continuará su camino o su faena.
Por otra parte, todos los agricultores pallasquinos, antes que
caigan las lluvias deben cuidar las lagunas, posas o shocshas
de Tambamba en Pallasca; Huauque o Cuyubamba de Cabana;
Tuctubamba, en Tauca y Llapo o Pelagatos en Pampas.
Y como si temiese a la lluvia, el músico vernacular ha
expresado sus emociones en estos versos: “Aguacerito de
Tuctubamba/cada que paso me haces llorar”. O estos otros
más sentidos que remata un huayno tauquino: “mañana
cuando me muera/ he de llevar mi sombrero/ pueda ser que en
la otra vida/ ¡ay! Me coja un fuerte aguacero”.