Las Dos Naturalezas en El Hijo de Dios Por e.w. Bullinger

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    LAS DOS NATURALEZASEN EL HIJO DE DIOS

    Por E. W. Bullinger

    Traduccin castellana:Juan Luis MolinaCon la colaboracin de

    Claudia Jurez Garbalena

    [email protected]

    [email protected]

    Noviembre de 2012

    http://mirasoloadios.blogspot.mx/

    mailto:[email protected]://mirasoloadios.blogspot.mx/http://mirasoloadios.blogspot.mx/mailto:[email protected]
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    PREFACIO

    La experiencia del hijo de Dios se describe en Glatas 5:17, con las siguientes

    palabras: Porque el deseo de la carne es contra el espritu y el del Espritu es contra lacarne.

    En todo menos en esto, el mero profesor puede imitar al verdadero hijo de Dios, yesto es lo que distingue a la persona meramente religiosa del verdadero cristiano. Todoverdadero hijo de Dios siempre mantiene y habita en una experiencia de conflicto interior,como se describe en Glatas 5:17. Pero no todo hijo de Dios comprende la doctrina que leconcierne. Tener o pasar por la experiencia sin conocer la doctrina es el frtil origen deconfusin, falta de sosiego, y desmotivacin. Conocer la doctrina y no pasar por laexperiencia es fatal, y significa desastre eterno. El nico remedio para eso es aprender,

    directamente de la Palabra de Dios, y ah se ensea concerniente a la naturaleza heredada atravs de generacin Adn, y la naturaleza heredada a travs de regeneracin por Dios.Solamente esto es lo que da al creyente el verdadero conocimiento concerniente a lacolaboracin con Dios; y la llave para sus experiencias que de otra forma seran para linexplicable. Cuando se comprende claramente la doctrina de las dos naturalezas, entonces,todo aquello que antes serva como causa de dudas no solamente desaparece, sino que pasaa ser el seguro fundamento o garanta; y es, de hecho, la mayor certeza que alguien puedatener jams de que es un colaborador de Dios, y de que Aquel que comenz la Buena obraen l, la perfeccionar hasta el da de Jesucristo (Filipenses 1:6).

    El objetivo de las siguientes pginas es dar el conocimiento de esta doctrina, paraque la experiencia, que produce duda y temor, pueda llegar a ser el origen o fuente de paz ygozo.

    E. W. BULLINGER

    Mayo, 1906.

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    CONTENIDO

    Prefacio.. 3

    Introduccin 5

    Capitulo 1. Los Nombres y las Caractersticas de la Vieja Naturaleza.. 6

    Capitulo 2. El Carcter y Fin de la Vieja Naturaleza. 10

    Capitulo 3. Los nombres y las caractersticas de la NuevaNaturaleza... 11

    Capitulo 4. El carcter y fin de la Nueva Naturaleza. 16

    Capitulo 5. El conflicto entre las dos naturalezas 21

    Captulo 6. Nuestras responsabilidades respecto a la vieja naturaleza.28

    Captulo 7. Nuestras responsabilidades respecto a la Nueva Naturaleza. 33

    Capitulo 8. Conclusiones practicas...43

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    INTRODUCCION

    Lo que es nacido de la carne, carne es; Y lo que es nacido del Espritu, espritu es

    (Juan 3:6).

    Hoy en da escuchamos mucho hablar acerca de lo que se denomina la enseanzade Jess; y se hace un intento de establecerla por encima y en contra de la enseanza dePablo, sin tener en cuenta el hecho de que tanto los Evangelios como las Epstolas, ambosson dados por Inspiracin del mismo Espritu Santo. El hombre habla as, no porque deseesaber u obedecer la enseanza de Seor Jess, sino porque desearan rebajar la autoridad dela enseanza de Dios a travs de Pablo, y verse libres de lo que ellos llaman la TeologaPaulina. Confrontados cara a cara con la enseanza actual del Seor Jess, estos intrpretesno tienen en s nada de su enseanza. Se vuelven atrs, y ya no andan ms con l (Lucas4:28, 29). En Juan 3:6, tenemos la enseanza del Seor Jess sobre una doctrina

    fundamental. Establece una verdad eterna. Pero es la nica verdad que el hombre natural noposeer jams. Esta verdad declara que, por naturaleza, somos todos a una descendientesdel cado, Adn; somos engendrados en su imagen (Gnesis 5:3); y participes de sunaturaleza cada. Nacidos de la carne, poseemos la naturaleza del progenitor, y somoscarne. Esta carne, la enseanza de Jess declaraque la carne para nada aprovecha (Juan6:63); y en ella no mora el bien (Romanos 7:18). Pero, como ya hemos referido, esta es laenseanza que el hombre nunca recibir. Plpitos, plataformas, y medios pblicosinformativos, a una voz proclaman lo contrario; y declaran que hay algunas cosas buenas enel hombre, y que todo lo que hay que hacer es descubrirlas y evidenciarlas.

    Es contra esta mentira del diablo, el hacha de la verdad Divina se levanta, cuando el

    Seor Jess declara que lo que es nacido de la carne, carne es que la carne para nadaaprovecha; y que en ella no mora el bien. Si algo de bueno puede ser hallado en elhombre, debe antes haber sido puesto por Dios en su interior. Debe ser renacido delEspritu; y cuando esa cosa buena es as nacida y hallada en un hombre, entonces sehace partcipe de la naturaleza del Progenitor. Es espritu. Es Divino. Ahora bien, estas dosnaturalezas son tan opuestas en su origen, natura, y carcter, que en cada una de susdiferencias posee diversos nombres en la Palabra; y cada nombre revela algunos rasgosnuevos y alguna verdad adicional. Veamos primeramente los nombres por los cuales elhombre, por naturaleza, es nombrado.

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    CAPTULO 1LOS NOMBRES Y CARACTERSTICAS DE LA VIEJA NATURALEZA.

    1. LA CARNE. Tal como se expone en Juan 3:6 Lo que es nacido de la carne,carne es. Proviene por nacimiento generado a travs de un progenitor cado. Concernientea esta Carne, se nos dice que: no puede agradar a Dios. (Romanos 8:8); que para nadaaprovecha (Juan 6:63); y que en ella no mora el bien (Romanos 7:18).

    Ahora bien, esta es una verdad vital y fundamental. La cuestin es: La creemos?Creemos a Dios o al hombre? Si creemos a Dios, veremos que la gran mayora de lo quese conoce por el nombre de adoracin pblica no es otra cosa sino solo vanidad. Laverdadera adoracin debe ser enteramente la del espritu, o la nueva naturaleza. Debemosllegar a decir con Mara: Mi alma magnifica siempre al Seor, mi espritu se regocija enDios mi Salvador.

    Es solamente siendo salvos que somos capaces verdaderamente de adorar. Si lacarne de smisma para nada aprovecha, entonces est muy claro que no podemos adorara Dios con ninguno de nuestros sentidos (que pertenecen todos a la carne). No podemosadorar con nuestros ojos por observar los sacramentos. No podemos adorar con nuestroolfato por oler el incienso. No podemos adorar con nuestros odos por escuchar msica; no,ni podemos adorar con nuestras gargantas por cantar. Todo lo que proviene de la carnepara nada aprovecha. Dios no tiene ningn respeto hacia ella, y en vano delante de Susojos sern todos sus esfuerzos. Los cristianos Protestantes concuerdan con nosotrosrespecto al observar los sacramentos, o el oler incienso; pero qu sucede con los demssentidos de la carne? Qu sucede con los odos y gargantas? En todas las iglesias aparecen

    cancioneros; y con 1000 canciones, y bandas de msica, solos, y coros, ycontrabajos, y el nuevo Evangelio Musical, han pasado esas iglesias a vivir en unamoda, donde la carne parece haber abrazado universalmente el nombre de adoracin.Pero a pesar de todo, para nada aprovecha. Esta corriente sigue su curso lado a lado conotra, cuyo clamor es Sed llenos con el Espritu. Pero la Palabra de la verdad se divideincorrectamente. Pues un punto final est puesto despus de la palabra Espritu; y as sealaque, si somos llenos por el Espritu, ser evidenciado efectivamente: por ejemplo hablandoentre vosotros con Salmos, e himnos, y cnticos espirituales, cantando y alabando al Seoren vuestros corazones (no meramente de garganta para fuera ni dirigido a ningunacongragacin).No se trata de un odo musical, sino que lo que se pretende, es un coraznpara la msica. De este ttulo de la vieja naturaleza aprendemos que la carne para nada

    aprovecha. Esta solemne verdad, es fundamental para la cristiandad: mientras que locontrario es fundamental para la religin. La religin tiene que ver con la carne: Lacristiandad tiene que ver con Cristo y la nueva naturaleza (la cual es pneuma-Cristou oespritu de Cristo). Pero tenemos ms cosas que decir en esta materia y las diremos msadelante.

    Esta vieja naturaleza se denomina tambin:

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    2. EL HOMBRE NATURAL. Y se nos dice que el hombre natural no percibe lascosas del Espritu de Dios: porque para l son locura; y no las puede entender porque se hande discernir espiritualmente (1 Corintios 2:14).

    En la estructura de esta porcin de 1 Corintios, versculo 14 mantiene una

    correspondencia con el versculo 8; que nos dice que ninguno de los p rncipes de estemundo conoci la sabidura de Dios, es decir, el gran Secreto el Misterioporque estabaescondido en Dios (Efesios 3:9), y ningn ojo lo vio, ni odo oy. E incluso ahora que yase ha revelado (1 Corintios 2:10), el hombre natural no puede conocerlo, porque solo sepuede discernir por el espritu, o la nueva naturaleza en nosotros, creada e iluminada por elEspritu Santo. Esto es conclusivo en cuanto al carcter, poder, inclinacin y condicin delhombre natural; que significa el hombre por naturaleza, en cuanto a ser nacido en elmundo. Despus posteriormente, se le llama:

    3. EL VIEJO HOMBRE. Y qu nos dice sobre l? De l, se nos dice que estaviciado conforme a los deseos engaosos (Efesios 4:22). El viejo hombre est lleno de

    deseos o vicios. Estos deseos que tiene son engaosos y mentirosos. En todas las cosas sonopuestos a Dios, contrarios a Su Espritu, y Su Palabra, y a la nueva naturaleza, que es elespritu, cuando se implanta dentro nuestro. En este respecto, se le denomina:

    4. EL HOMBRE EXTERIOR. Es aquello que en l se ve, y que perece, suenvejecimiento o desgaste (2 Cor.4:16), y esto es da a da. Esto nos dice que entre tantoque estamos en la carne, debemos soportar esta carga: y que ninguna ordenanzaconectada con aquello que perece, puede tener provecho alguno en aquel mbito dondetodo es, y debe ser espiritual; es decir, del Espritu.

    5. EL CORAZN, esto es, el corazn natural, que es engaoso ms que todas las

    cosas, y perverso (Jeremas 17:9), tan mentiroso que est constantemente engaando ytraicionndonos: tan mentiroso que nadie sino solo Dios puede conocerlo. El Seor Jesstiene varias enseanzas acerca del corazn del hombre natural en Mateo 15:19. Delcorazn proceden los malos pensamientos, los homicidios, adulterios, fornicaciones, hurtos,falsos testimonios, blasfemias.

    Bien pueden las Iglesias hablar acerca de un cambio de corazn; sin embargo,jams se modifica. Se nos debe dar un nuevo corazn. Bien pueden hablar acerca delmejoramiento del corazn del hombre: sin embargo el viejo corazn no podr nunca sermejorado; y el corazn nuevo no precisa de mejora alguna. Los espiritistas y teo sofistasbien pueden hablar acerca de la parte divina del hombre; y ensear cmo esta antigua

    idea Oriental, la cuna de todas las filosofas, se est introduciendo en las religiones delOccidente. Este es un hecho real: pero es una mentira de Satn, que se levanta contra laverdad de Dios. Hasta el propio hombre se ve compungido a confesar y admitirlo algunasveces; y reconoce que todos sus esfuerzos en mejorar el corazn del hombre acabanfracasando y son en vano.

    Otro de los nombres que se le da a la vieja naturaleza en la Palabra de Dios es:

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    6. LA MENTE CARNAL. Este aspecto de la vieja naturaleza es aun ms serioque los dems. Los dems relatan ms bien a los actos, y condiciones, y carcter; pero esteaspecto relata o respecta a los pensamientos; a las actividades mentales, y razonamientos eimaginaciones del hombre natural (Romanos 8:7). La evidencia de que son opuestos a lospensamientos de Dios es manifiesta hace ya mucho tiempo. Todo designio de su corazn

    era de continuo solo el mal (Gn. 6:5). Y Dios ha declarado, hablando de esta mismamente de la carne, que Mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestroscaminos son Mis caminos (Isaas 4:8). La mente carnal significa, como se muestra enRomanos 8:7, los designios carnales (phronema sarkos), como se denomina en elArtculo noveno de la Iglesia de Inglaterra, el cual declara que El pecado Original no seimputa solo a Adn (como los Pelagianos dicen vanamente); sino que es la falla ycorrupcin de la naturaleza de cada hombre engendrado naturalmente de la fuente de Adn;por lo cual el hombre est muy lejos de la justicia original, y es, de por s, en su natura,inclinado para el mal, as que siempre lucha y se opone al espritu; por eso cada personanacida en este mundo es merecedora de la ira y maldicin de Dios. Y esa infeccin de lanaturaleza permanece activa, si, en aquellos que son regenerados; de donde se deduce quelos deseos de la carne denominados en griegophronema sarkos que se manifiestan en todasu sabidura, sensualidad, afeccin y deseos ardientes, no se sujetan a la Ley de Dios ElArtculo noveno concuerda por tanto con la declaracin categrica de la Palabra de Dios, lacual declara (Rom.8:7, 8) que esta mente carnal es Enemiga de Dios. No se sujeta a laley de Dios, ni tampoco puede. Y adems, no puede agradar a Dios.

    La mente es la fuente de los pensamientos: y los pensamientos son la fuente de losactos. La mente carnal, por tanto, es aquella parte de la carne que piensa y suspensamientos son siempre contrarios a Dios, como las resumidas palabras del Artculo(enunciado arriba), la naturaleza de pecado.

    Esto nos lleva al ltimo de los nombres dados a la vieja naturaleza en la Escritura. 7. PECADO. Debemos hacer la distincin entre pecado, y pecados. Pecado

    es la raz, pecados son los frutos. En Romanos, desde 1:16 hasta el cap. 5:11, esconsiderado pecados como lo que sale o proviene de la vieja naturaleza, con lo que trata;y se nos muestra cmo se ponen de lado, y cmo Dios puede ser justo, y al mismo tiemposer Justificador del pecador que es salvo en el principio de la fe en vez del principio de laley. Desde Romanos 5:12 hasta 8:39, es Pecado con lo que trata: la vieja naturaleza.Porque, aunque el pecador sea justificado en Cristo, an se halla bajo las acciones de lavieja naturaleza, y experimenta el conflicto entre esta y la nueva naturaleza. El objetivo deesta seccin es ensearnos que aunque todava veamos los frutos, tenemos que aun as

    considerar el viejo rbol como estando muerto, y reconocer que morimos en Cristo. Ningncambio ha tenido lugar, no ha cambiado nada. La raz todava permanece. Lo que cambia esnuestra posicin delante de Dios. Ahora nos mantenemos en un plano diferente: andamospor fe; y por fe reconocemos que, aunque la carne est vigente en nosotros, nosotros noestamos ya en la carne; y, a pesar de los frutos que veamos de vez en cuando, nosotroscreemos aun as a Dios cuando l nos dice que el rbol, se halla a Sus ojos, condenado. Unnuevo injerto le ha sido puesto, que solamente puede producir frutos para Dios; mientrasque todo lo que produca el viejo tronco (antes de ser injertado) no tiene provecho alguno, y

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    est cortado por las manos del gran Jardinero. Nosotros somos Sus administradores. linjert en nosotros la nueva naturaleza; y nosotros le creemos a l cuando nos cuenta todaslas maravillas de la obra que l ha producido.

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    CAPTULO 2

    EL CARCTER Y FIN DE LA VIEJA NATURALEZA

    Habiendo considerado los varios nombres dados a la vieja naturaleza en la Escritura,ahora vamos a ver lo que dice acerca de la naturaleza en s misma, y su fin.

    La primera cosa que aprendemos es: 1. No puede ser modificada. Lo que es nacido(o engendrado) de la carne, carne es, y permanece siendo carne. Ningn poder conocidopuede alterarla o modificarla en espritu. Los hombres hablan acerca de un cambio denaturaleza; pero son solamente habladuras. No alteran el hecho. Los hombres no se cansanen sus esfuerzos para mejorarse; pero no recogen sino amargos fracasos y malas sorpresas:son incluso un ejemplo, exhibiendo el hecho de que ni la educacin ni la religin puedenalterar la vieja naturaleza, ni es capaz de infundirle u originar una nueva. La carne puede

    ser altamente cultivada. Existen los deseos refinados de la mente, as como tambin losbajos deseos de la carne (Efesios 2:3): Ambos son igualmente vergonzosos (Efesios5:13) para Dios; e igualmente estn bajo Su ira (Efesios 5:3). La carne puede llegar a sermuy religiosa. De hecho, las dos cosas se compaginan muy bien y van juntas: porque lareligin consiste de ordenanzas, ritos, y ceremonias. Se fundamenta en comida y en bebida.Se estriba en votos, y plegarias y jerarquas. Todo eso es externo, y proviene de carne. Todoeso es lo que reside en los poderes de la carne. Puede que observe los das, y las fiestas ylos ayunos (Colosenses 2:16, 20, 21; Romanos 14:5, 6), que se revele tambin en Reglasdiarias para practicar; que se deleite en ordenanzas. Pero todo eso a lo nico queministra o sirve es a la carne; y, la carne religiosa tiende a esas cosas, tal como lairreligiosa tiende a los vicios. Este es el peligro de cualquiera de los denominadosservicios religiosos en los cuales no hay nada ms que ministraciones para la carne, o dondelo que proveen es hecho a travs de la carne: Msica encantadora, historias conmovedorasy chistes, promesas fervientestodo eso pueden hacer los llamados convertidos: pero losfieles no pueden guardar lo prometido. Eso es por lo que hay un profundo empeomanifiesto acerca de cuantos de los tales convertidos podrn permanecer as. Puedenellos permanecer as durante semanas, o meses, o aos; pero nunca podrn permanecereternamente.

    Todas estas cosas externas perecen con el uso (Colosenses 2:22). Son nacidas dela carne. Solamente lo que es nacido (o engendrado) del Espritu es espritu (Juan 3:6).Todo lo que Dios hace ser perpetuo (Eclesiasts 3:14); y: Toda planta que mi Padrecelestial no plant, ser desarraigada (Mateo 15:13). Esas palabras las dirigi el Seorhablndoles a los que su religin era de la carne, y consistente en lavamientos de vasos yhacer largas oraciones; para aquellos que honraban a Dios con sus labios, y suponan que elhombre se contaminaba por lo que entra en la boca (15:11). Fueron dichas concernientesa los Escribas y Fariseos, que estaban en Jerusaln, el lugar de las observancias religiosas(15:1): y son dichas hoy en da para todos los que ensean como doctrinas losmandamientos de hombres (15:9); que hacen a los hombres ser religiosos operando dentrode ellos en los sentimientos de la carne: y procurando hacerlos santos por ordenanzas talescomo No manejes, ni gustes, ni aun toques (Colosenses 2:21): y que tienen ms en cuenta

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    lo que entra por la boca (Mateo 15:11), que lo que sale de sus corazones; engandoseas y pensando que lo que entra tendr un super poder espiritual, con el cual podrninfluenciar lo que sale del corazn. Pero no! La naturaleza del viejo hombre no puede sermodificada. No se sujeta a la ley de Dios, ni tampoco puede. Esto asienta todo el asuntode una vez por todas, para los que se sujetan a la Palabra de Dios en Romanos 8:7.

    Una vez que nos damos cuenta de este hecho, se hace imposible que oremosdiciendo Haz limpio nuestro corazn; porque la cuestin que se levanta es esta, Culcorazn? El viejo, o el nuevo? Si es el viejo, no puede ser limpio. Si es el nuevo, noprecisa de limpieza alguna. Bien pudo David decir Crea en m un corazn limpio, OhDios: pero eso es algo muy distinto. Un nuevo corazn creado es lo contrario de hacerlimpio el viejo corazn. Este simple hecho y la verdad de la Palabra de Dios es un hachapuesta a la raz de todas las modernas enseanzas del limpio corazn de aquellos quienes,pensando ser justificados por la gracia, estn procurando santificarse por las obras. Todosestos vienen a ponerse bajo la reprensin de Glatas 3:3, Tan necios sois? Habiendocomenzado por el espritu (o la nueva naturaleza), ahora vais a acabar (o perfeccionaros avosotros mismos) por la carne? Es la gran doctrina de las dos naturalezas en el hijo deDios la que corrige todas estas enseanzas de hoy en da, que llevan a muchos a losconflictos del alma. En vez de ver, en el conflicto que se lamentan, el suelo firme del todoasegurado, lo que procuran es tener las riendas de todo por va de intentar cumplir aquelloque es absolutamente imposible, por limpiar y mejorar la vieja naturaleza. Sobre todas estasenseanzas, y todos estos esfuerzos, repican las campanas de la solemne sentencia: NITAMPOCO PUEDEN.

    La segunda cosa que aprendemos es que la vieja naturaleza tiene solamente un fin:

    2. Su fin es la muerte! La carne, y todo lo que le pertenezca, es religin e idolatra.Su virtud y su vicio, todo acaba en muerte. Todo es temporal, y no por eternidad. Todomuere en Adn (1 Corintios 15:22). La mente de la carne es muerte (Romanos 8:6).Estando en conexin con el cuerpo, se le denomina este cuerpo de (o reservado para)muerte (Romanos 7:24). Nada sino la muerte puede ser el fin de todo lo que sea de lacarne. Es nacido de la carne. El primer Adn fue hecho del polvo de la tierra, y al polvoretornarn todos sus descendientes (Gnesis 3:19).

    El tercer hecho se desprende del segundo es que:

    3. Aquel que siembra para su carne, de la carne segar corrupcin (Glatas 6:8).Todo esfuerzo por mejorar la carne, toda las provisiones que se quieran hacer para la carne,todas las ordenanzas ligadas con la carne, todo eso acabar en corrupcin y muerte: Todasesas cosas perecen con el uso (Colosenses 2:22).Pero nuestro objetivo tiene un lado msfeliz y bendito. Existe algo llamado la nueva naturaleza, como veremos en nuestro prximocaptulo.

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    CAPTULO 3

    LOS NOMBRES Y LAS CARACTERSTICAS DE LA NUEVA NATURALEZA

    Es un gran y bendito hecho que en los hijos de Dios haya algo Divino al mismo

    tiempo que humano; algo engendrado por Dios as como por el hombre. Tenemos espritucomo tambin carne. Lo que es nacido del Espritu, espritu es (Juan 3:6). Esta nuevanaturaleza posee, igual que la vieja, variados nombres.

    Los nombres de ambas naturaleza, se mantienen en contraste y oposicin los unos alos otros.

    1. Se le denomina ESPRITU. Este espritu se mantiene en contraste, y oposicina, la carne, el ttulo de la vieja naturaleza, y se le denomina as porque es nacido oengendrado del Espritu Santo (3:6). Como carne que somos, participamos de lanaturaleza de Adn, siendo descendientes de l: de igual manera somos tambin

    participantes de la naturaleza del Espritu Santo en el espritu, al haber sido nacidos de ektou pneumatos.

    2. Por eso esta nueva naturaleza, siendo Divina en su origen, se le denomina theiaphusis, NATURALEZA DIVINA (2 Pedro 1:4). Eso es por lo que se dice de ella serperfecta, e incapaz de cometer pecado 1 Juan 3:9, Todo aquel que es engendrado deDios, no produce o comete pecado (en sus frutos), porque su simiente (la nueva naturaleza)permanece en l: y l (el nuevo hombre) no puede pecar, porque es nacido de Dios. 1Juan 5:18, 19. Nosotros sabemos que todo aquel que es nacido de Dios no comete pecado;porque ese (es decir, el nuevo hombre) ha sido generado por Dios, por l es guardado, y elmal no puede tocarlo. Nosotros sabemos (como un hecho adquirido) que somos de Dios; y,que todo el mundo permanece en (el poder del) maligno. La nueva naturaleza sepersonifica y declara en el gnero masculino. No se puede referir al creyente en sutotalidad, porque, si decimos que no tenemos pecado, hacemos de Dios un mentiroso, y SuPalabra no mora en nosotros (1 Juan 1:10): y nuestros pecados se tratan en 1 Juan 2:1, 2.Sin embargo la nueva naturaleza es nacida de Dios y no comete pecado, y no permanece en(el poder del) maligno. La nueva naturaleza, por tanto, siendo espritu, y habiendo sidoengendrada o producida en el creyente por el poder del Espritu Santo, es Divina. Por eso sele denomina:

    3. EL NUEVO HOMBRE (Efesios 4:24; Colosenses 3:10). Este se halla encontraste con el viejo hombre, el cual, como ya hemos visto, es uno de los ttulos de lavieja naturaleza. Este ahora, siendo totalmente nuevo, se le denomina una nueva creacin(2 Corintios 5:17; Glatas 6:15). Y se dice ser de acuerdo a la imagen de Aquel que locre (Colosenses 3:10). Nada excepto esto sirve o aprovecha ante el punto de vista Dios.Independientemente de lo que puedan los hombres hacer para pulir la carne, para nadaprovecha (Juan 6:63); porque en Cristo Jess ni la circuncisin vale algo, ni laincircuncisin, sino una nueva creacin (Glatas 6:15; Colosenses 3:10, 11). En estaconexin la nueva naturaleza se denomina:

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    4. EL HOMBRE INTERIOR (Romanos 7:22; 2 Corintios 4:16, Efesios 3:16).Este ttulo est en contraste con el hombre exterior que envejece y se desgasta da trasda, mientras que el hombre interior se renueva de da en da. En vez de envejecer ydesgastarse, est constantemente a ser nutrido y renovado da tras da con la gracia y elfortalecimiento suplido por el Espritu Santo; as es el Cristo que mora en nuestros

    corazones por la fe sola (Efesios 3:16); y tenemos que llegar a conocer algunas cosas de Suamor que sobrepasa al conocimiento, porque son cosas que estn repletas con toda laplenitud de Dios (5:19). Esto es lo que explica y expone Efesios 1:23; y muestra cmo laiglesia, que es el Cuerpo de Cristo, es la plenitud de Aquel que todo (en todos losmiembros de Su Cuerpo), lo llena en todo (toda necesidad espiritual de gracia y fortaleza).El hombre interior se deleita en la ley de Dios (Romanos 7:22). El otro no se sujeta a la leyde Dios (ni puede) Romanos 8:7. Por tanto, el conflicto, debe permanecer hasta que lamuerte acabe con la contienda. Esta fue la causa de que el Apstol Pablo (y todos los quetienen una fe igualmente preciosa) clamase lamentndose Miserable de m! Quin melibrar de este cuerpo de muerte? Aqu el cuerpo de muerte es el cuerpo reservado parala muerte (Romanos 5:12; Hebreos 9:27): y el clamor es este, Quin me librar de l? yla triunfante respuesta esta, Gracias le doy a Dios (que me libr) a travs de Jesucristonuestro Seor (Romanos 7:24). Este prximo versculo nos ofrece otro de los ttulos:

    5: LA MENTE (Romanos 7:23, 25).La palabra que se usa aqu para la mente esnous (11) y denota la nueva naturaleza, al igual que en el cap. 7:23, 25. Se utiliza encontraste con la carne (siendo como es espritu), porque denota lo que se halla en elinterior e invisible. Esta mente sirve a la ley de Dios (cap.7:25) y en ella se deleita da ynoche (5:22). Es por eso que la ley de la mente se inclina para la ley de Dios en el vers.23.

    6. Otro de los ttulos es pneuma-Christou, espritu de Cristo, o Cristo-espritu(Romanos 8:9). En el griego no tiene el artculo. Este no es otro de los nombres para elEspritu Santo. Ni tampoco es un espritu separado, distinto del Espritu Santo, porque elespritu de Cristo, como hombre, fue psicolgico; y fue, como tal, encomendado al Padreen la hora de su muerte (Lucas 23:46). No existe otro espritu de Cristo. (12) Sino que estepneuma Christoues la nueva criatura que nos hace ser hijos de Dios al igual que l es elHijo de Dios. En Glatas tenemos ms instrucciones concernientes a la enseanza deRomanos; y en Glatas 4:6 tenemos la explicacin de Romanos 8:15 porque vosotros soishijos, Dios ha puesto elpneuma de Su Hijo en vuestros corazones, cuyo clamor es Abba, esdecir, Padre mo. As pues,pneuma Christou se emplea como otro de los nombres para elespritu de filiacin que tenemos en Romanos 8:15: no el espritu de adopcin comodicen muchas versiones, sino un espritu de filiacin, pneuma othesias. As, pues, lanueva creacin en nosotros se denomina pneuma Christou, debido a que el Espritu SantoMismo le da testimonio a nuestro espritu (o nueva naturaleza) de que somos hijos de Dios;y, si hijos, entonces tambin herederos, herederos de Dios y coherederos con Cristo(Romanos 8:16, 17). Por eso podemos verdaderamente decir: Si alguno no tiene elpneumaChristou (o la nueva naturaleza) no es de l (Romanos 8:9). Porque Cristo es el hijo deDios, y todos los hijos de Dios poseen el mismo don precioso del espritu de filiacin.Eso es por lo que se denominapneuma Christou, o Cristo-espritu. Al ser hijos de Dios, conCristo, tambin somos herederos; no solamente herederos de Dios, sino coherederos conCristo; si es que soportamos juntamente con l, para que juntamente con l seamos

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    glorificados (Romanos 8:17). Esta es la verdad preciosa que contiene este nombre dado ala nueva naturaleza. Se denominapneuma-Cristou, porque es el signo y distintivo de que esel espritu de Cristo, y por tanto un espritu de filiacin; porque A los que conoci tambinlos predestin (para ser) conforme a la imagen de Su Hijo, para que l pueda ser elPrimognito entre muchos hermanos (Romanos 8:29). Oh Dios mo! Qu bendita porcin

    es la nuestra como hijos de Dios que somos. Nos hemos dado cuenta de que pneuma-Christou (o la nueva naturaleza) marca o seala nuestro derecho a este ttulo tan alto, queno somos meros siervos sino hijos; No simplemente pueblo de Dios, sino los hijos deDios? S! Copartcipes de Su filiacin (Juan 1:12; 1 Juan 3:1-3). De su perfecta justicia(Filipenses 3:9). De su santificacin (1 Corintios 1:30). De su paz (Filipenses 4:7). De supropsito secreto del Padre (Efesios 1:9). Del amor de Su Padre (1 Juan 3:1). De suglorioso cuerpo resucitado (Filipenses 3:21). De su gloriosa venida (Romanos 8:17;Colosenses 3:4; 1 Juan 3:2). De l mismo (1 Tesalonicenses 4:17).

    As que amado, muy amado de Dios,

    Ms queridos no podemos ya ser;

    Pues en la persona de Su Hijo

    Somos tan queridos como l es.

    Y todo esto gracias a que Dios ha creado dentro de nosotros una nueva naturaleza, ala cual l denominapneuma-Christou. Pero, al mismo tiempo, aqu en la tierra, es nuestroprivilegio compartir su repudio, El mundo no nos conoce porque tampoco lo conoci a l(1 Juan 3:1). No desesperemos o nos desanimemos con esto. Sino ms bien regocijmonosde que seamos contados por dignos de tan alta y digna posicin. Es precisamente enconexin con este mismo hecho (ser repudiados) que viene el reconocimiento de la fe yesperanza y amor. Pues tengo por cierto (reconozco) que las aflicciones del tiempopresente - no son comparables - con la gloria venidera que ha - de - manifestarse ennosotros. (Romanos 8:18). Este orden de las palabras griegas nos muestra dnde debe serpuesto el nfasis, aunque las versiones comunes las traduzcan ms suavemente. El hecho deque seamos repudiados por un mundo religioso, y por una iglesia mundana, debe sernuestra insignia bendita de que somos hijos de Dios, y por tanto participantes del espritude Cristo, o la nueva naturaleza, la cual es don de Dios.

    Es en este mismo versculo (Romanos 8:9), y en conexin con este nombre para lanueva naturaleza, que se le da otro nombre. Se le denomina:

    (7) Pneuma-theou, o espritu Divino (Romanos 8:9,14). En griego es literalmenteespritu de Dios. No el Espritu (porque no lleva artculo), sino espritu de Dios; o,como lo hemos traducido, Divino espritu. Las dos ocurrencias de esta expresin en estecaptulo nos dicen todo lo que podemos saber acerca de este aspecto de la nueva naturaleza.Se denomina as porque, la idea que se asocia de ella es que, es proveniencia de Dios. Dioses el Creador y Donador de la nueva naturaleza.

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    Es nueva en contraste con la vieja. Es espritu porque se encuentra enoposicin a la carne. Es mente en contraste con el cuerpo. Es pneuma-Christou oespritu de filiacin, en oposicin al espritu de esclavitud. Y es pneuma-Theou o esprituDivino, debido a su proveniencia de lo alto, de Dios; y es generada no de sangre ni devoluntad de carne alguna, ni de voluntad de hombre alguno, sino de Dios (Juan 1:13).

    Aquellos, que son engendrados as, son, y tienen el derecho a ser llamados hijos deDios. Los dos versculos en Romanos 8, en los que se emplea este ttulo de la nuevanaturaleza, nos dicen todo lo que podemos saber acerca de este aspecto suyo: Versculo 9,Vosotros no vivs segn la carne, sino segn el espritu, si de hecho el pneuma-Theouhabita en vosotros. (Tal y como en Juan 1:12, 13). Este completa los ttulos de la nuevanaturaleza; y de ellos aprendemos las preciosas enseanzas reveladas que contienen. Cadauno de los ttulos de la nueva naturaleza tiene su particular aspecto, y refleja algunaparticular enseanza asociada consigo. As como primeramente dimos los ttulos ycaractersticas del viejo hombre, y con ellos su carcter y fin; as ahora hemos dado losttulos y caractersticas de la nueva naturaleza, y reservamos nuestros comentarios sobre sucarcter y final para nuestro prximo captulo.

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    CAPTULO 4

    EL CARCTER Y EL FIN DE LA NUEVA NATURALEZA

    Ahora estamos en una posicin que nos permite considerar lo que se nos ensea en

    cuanto a la nueva naturaleza en s misma. Hemos visto sus varios ttulos y caractersticas; yahora deseamos aprender lo que dice acerca de su carcter y fin.

    1. NO PUEDE SER MODIFICADA.

    En este respecto es igual que la vieja naturaleza: Lo que es nacido del Espritu,espritu es, y permanece siendo espritu (Juan 3:6). Ningn poder conocido podr jamscambiarla o modificar en carne; o alterar sus caractersticas. Es divino en su origen, yperfecto en su naturaleza (1 Juan 3:9; 5:18). Su origen es el Espritu de Dios (6:63). Suinstrumento es la Palabra de Dios (1 Pedro 1:22, 23; Juan 6:63). No se altera o afecta porningn tipo de fragilidad, enfermedad, o pecado de la carne. A travs suyo somos hechos

    hijos de Dios; y es el emblema nuestro de que Dios es nuestro Padre. El don de la nuevanaturaleza, o espritu, es denominado nuestro sello, que se hace nuestro por conviccin ocreencia (13) (Efesios 1:13). Una vez que verdaderamente aprendemos y creemos estehecho bendito pasa a ser muy difcil, si no imposible, que oremos as: no quites denosotros Tu Santo Espritu. (14) No! Dios no puede quitarnos a Sus hijos ese nuevoespritu que ha puesto dentro de nosotros: porque tanto los dones como el llamamiento deDios son irrevocables (Romanos 11:29). Si Israel, aunque cortado (no echado fuera)durante un cierto tiempo, son amados por causa de los padres (Romanos 11:28), los hijosde Dios son amados por causa de S Mismo. Porque, como est escrito en Romanos 8:30:A los que Dios predestin (para ser conforme a la imagen de Su Hijo, 5:29) a estostambin llam: y a los que llam Dios, tambin los justific: y a los que justific, tambinDios los glorific. La Gracia nos asegura la gloria: porque el Seor da gracia y paz(Salmos 84:11). Si el Seor da la gracia estamos ciertos que tambin nos dar la gloria.Debe ser as. Dios no nos ha hecho perfectos en Cristo Jess (Colosenses 1:28) paradespus juzgarnos imperfectos. No hizo que Cristo fuese nuestra justificacin ysantificacin (1 Corintios 1:30) y despus se volvi atrs y deshizo Su propia obra.

    Si es que estamos completos en Cristo (Colosenses 2:10), no podemos llegar aestar incompletos. Dios no reniega o se olvida de la obra de Sus propias manos (Salmos138:8). Este misterio, o secreto fue ordenado por Dios delante del mundo: y de l sedeclara haber sido predestinado antes de lossiglos para nuestra gloria (1 Corintios 2:7).Podemos estar plenamente seguros por tanto que Su propsito no puede y no pretendeacabar en fracaso; y que acabar en nuestra gloria. La nueva naturaleza, dada por la puragracia de Dios, acabar necesariamente en la gloria eterna de Dios. Proviene de Dios, ydebe volver a Dios. Esta nueva naturaleza no puede perderse No!, ni aun por el pecado:porque incluso esta contingencia est prevista en 1 Juan 2:1, 2. Si alguno hubiere pecado,abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo, y l es (y permanece siendo) lapropiciacin por nuestros pecados. Es en esta conexin, con el pecado, que se nosrecuerda que Dios aun sigue siendo nuestro Padre; y que aun seguimos siendo Sus hijos:que nuestra comunin no se quiebra por eso. Y si alguien peca? Qu es lo que ocurre? Enese caso no se nos dice lo que somos, sino lo que Cristo es. No se nos recuerda lo que

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    hayamos hecho, sino lo que l hizo. No se nos dirige hacia nosotros mismos y nuestraconfesin, sino que se nos dirige a Cristo y su posicin. Nuestros pensamientos no seocupan con nuestra humillacin, sino con la propiciacin de Cristo: y as sucede siempredelante del Padre; porque all es donde est Cristo, y all estamos tambin nosotros enCristo. Nuestra confesin la realizamos de una vez por todas cuando, por gracia, tomamos

    el lugar del pecador perdido (1 Juan 1:9); y cuando nos depositamos en las manos deCristo por la fe, como siendo la ofrenda del pecado, l se apropi de nosotros los pecadoresperdidos. Y entonces fuimos sellados (en esta creencia); y nuestra condicin y posicindelante de Dios fue asegurada y confirmada por el don de la nueva naturaleza. Tanasegurada se halla nuestra posicin en Cristo que dos Abogados, o Consoladores, se noshan adjudicado. La palabra es Parakletos y significa, uno llamado a estar de nuestro ladopara socorro, confort, abogaca, o para cualquier cosa que vengamos a precisar. Aparecesolamente en los escritos de Juan, y se traduce Consolador en su Evangelio, y Abogadoen su Epstola.

    Pero el hecho es que Cristo nos dice en el Evangelio que tenemos un Abogado (elEspritu Santo) con nosotros, para que no pequis: y el Espritu Santo nos dice en laEpstola que tenemos otro Abogado (Jesucristo el justo) con el Padre, si hemos pecado. Asque todo est claro de antemano, previsto y cubierto o provisto; y nada puede echar fueraeste maravilloso don de Dios. Dios nunca reclamar de vuelta Su don, ni quitar eseespritu, o nueva naturaleza, que ha implantado en nosotros, Sus hijos, cuando fuimossellados como Sus hijos.

    2. La nueva naturaleza es VIDA Y PAZ (Romanos 8:6). El cuerpo muere (esdecir, reconocido como muerto) por causa del pecado, pero el espritu (o nueva naturaleza)vive a causa de la justicia. El don de la nueva naturaleza para los que han muerto en Cristo,son por tanto justificados en Su justicia, es vida eterna. Esta es precisamente la razn depor qu Jesucristo dijo, Y no perecern jams, ni nadie los arrebatar de mi mano (Juan10:28). Esto se dice debido a que haban recibido el don de vida eterna. As como el fin dela vieja naturaleza es muerte, de igual forma el fin de la nueva naturaleza es vida, --vida eterna que no tiene fin. Por eso est escrito que, aquel que siembra para su carne (lavieja naturaleza) de la carne segar corrupcin: pero aquel que siembra para el espritu (onueva naturaleza) delpneumasegar vida eterna (Glatas 6:8). Esto envuelve una terceraverdad, y hecho, en cuanto al fin de la nueva naturaleza, que ser la ms grande y el msbendito resultado de poseer este precioso don, esto es:

    3. El resultado y final de la nueva naturaleza ser en RAPTO o RESURRECCIN(Romanos 8:11). Porque, Si el pneuma (es decir, el don del espritu, o nueva naturaleza)de aquel que levant de los muertos a Jess mora en vosotros, el que levant de los muertosa Cristo Jess vivificar tambin vuestros cuerpos mortales por el pneuma (o espritu: estoes, la nueva naturaleza) que habita en vosotros.

    Observe que, dos veces en este mismo versculo, se menciona la resurreccin delSeor: primeramente, el hecho de su propia resurreccin, como Jess (el humilde, elhumillado en la muerte); despus, la doctrina de que fue levantado o ascendido en, o comoCristo el glorificado, la Cabeza del Cuerpo (1 Corintios 12:12); As tambin es necesarioque se d la resurreccin de todos los miembros de este Cuerpo. Se debe precisamente a

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    que estos miembros posean espritu Divino opneuma-Christou (Romanos 8:9): que sonreconocidos como habiendo sido ascendidos, cuando l, la Cabeza del cuerpo, ascendi.Eso es lo que significa conocer el poder de su resurreccin (Filipenses 3:10). Y eso esalgo muy diferente de lo que se ensea por tradicin en el da de hoy. La posesin de estanueva naturaleza, si tan solamente entendemos su contenido, es la certeza y segura garanta

    de que seremos realmente hechos de nuevo; y que este cuerpo mortal de nuestrahumillacin ser transformado igual que el glorioso cuerpo del Cristo ascendido (Filipenses3:21). No es de extraar que aquellos quienes no entiendan la doctrina de las dosnaturalezas, tampoco comprendan nada de la doctrina de la resurreccin. No es deadmirarse que sean engaados por falsas esperanzas, tanto de esta vida como de lavenidera. En esta vida estn posedos por la falsa esperanza de mejorar aquello que no sepuede mejorar, y en cuanto a la otra vida, posen la falsa esperanza de una gloria a parte dela resurreccin, lo cual no podr jams realizarse. La una es una obra en vano; y la otra esuna esperanza sin fundamento. Las dos juntas, hacen vana las seguras y ciertas palabras dela Escritura: porque, ser cuando estemos revestidos de aquella nuestra habitacin (ocuerpo espiritual) celestial, que la mortalidad ser absorbida por la vida (2 Corintios 5:2 -4). Y, siendo en resurreccin, no ser hasta entonces, y por tanto, tampoco a la hora de lamuerte, que este (cuerpo) corruptible se vista de incorrupcin, y este (cuerpo) mortal sevista de inmortalidad (1 Corintios 15:54).

    Los tradicionalistas subvierten esta preciosa verdad; y nos aseguran que todo estotiene lugar a la hora de la muerte. As le privan a la doctrina concerniente a la nuevanaturaleza de su gloriosa corona, que es la bendita esperanza de que Aquel Mismo quelevant a Cristo de los muertos, tambin levantar nuestros cuerpos mortales por el mismoespritu que habita en nosotros (Romanos 8:11). Es as que la bendita esperanza tanto delrapto como de la resurreccin se hace nula por decir prcticamente que la resurreccin yase efectu en los que durmieron (2 Timoteo 2:18). En vez del lenguaje Escritural sersuficiente para los propsitos de los modernos maestros, estos lo que hacen es recurrir allenguaje de los paganos y espiritistas. Adoptan su terminologa en vez de las seguras yciertas palabras de Dios.

    As la palabra del hombre pasar (como pasar a una vida superior), se pone y sesustituye, por la palabra de la Escritura duermen. No muerte se pone en vez de lapalabra de Dios muerte. Y una presente transicin se pone en vez de una futuratraslacin.

    No hay muerte,

    lo que si hay es transicin.

    Estas falsas expresiones son provenientes del espiritismo, y las citaciones tambinlas hacen los poetas unitarios platnicos; y ambas estn en clara contradiccin al lenguajede la Palabra de Dios. Es lo que se denomina en la Escritura adulterarla Palabra de Dios(2 Corintios 4:2). El texto que se usa es l fue traspuesto, porque lo traspuso Dios(Hebreos 11:5); y esto (en Gnesis 5:24) se expone en otras palabras y desapareci,porque le llev Dios. Pero estas palabras se emplean en la Escritura hablando de Enoc.Enoc fue tomado y trasladado (temporalmente) eso es en realidad lo que dice Hebreos

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    11:5, porque hablando tambin de Enoc junto con la nube de testigos en Hebreos 11: 13dice conforme a la fe murieron todos estos; y esta forma de decirlo en Gnesis 5:24 loconfirma. Sin embargo estas palabras se usan hoy en da hablando de alguien que hamuerto. Qu es esto sino negar del todo la resurreccin; y decir prcticamente que (paralos fallecidos al fin y al cabo) la resurreccin ya se ha producido? (2 Timoteo 2:18). Qu

    es esto sino las enseanzas de aquellos cuyas palabras carcomen como gangrenaque serecrean pervirtiendo la verdad en errory pervierten la fe, no de algunos, sino demuchos?

    Un eminente fisilogo americano hizo una vez una declaracin acerca del artculode la muerte una breve crtica suya en un semanario religioso acaba as:

    Un alma despierta para s misma debe encontrar en la muerte o bien el momento dereencuentro con un juez, o el momento de correr hacia un Salvador. Eso puede que sea unavieja fbula, pero es una doctrina verdadera. Si, es cierto, es viejo: tan viejo comoGnesis 3:4; pero no es verdadero. Puede que sea una doctrina, y tal vez seateolgica, pero no es Escritural. La Escritura nos asegura (de una de estas dos clasescualquiera que sea) que nosotros los que estemos vivos y permanezcamos (en el momentode la venida del Seor)", no precederemos a los que durmieron (1 Tesalonicenses 4:15).Sin embargo, de acuerdo a la doctrina vieja anterior, nosotros precederemos a los quedurmieron; porque as, sin resurreccin, y sin rapto, saldremos corriendo hacia el Seor.Pero de acuerdo a esta enseanza ser por muerte, y no por estar vivo y permanecer hasta lavenida del Seor. De acuerdo a la doctrina anterior, 1 Tesalonicenses 4:15 deberahaberse escrito:

    "Nosotros que estamos vivos y permanecemosseguiremos a los que ya nos hanprecedido.

    Sin embargo, as no est escrito. Y para aquellos quienes se contenten con laspalabras de Dios continuarn aferrndose a la bendita esperanzay a esperar de los cielosa Su Hijo (1 Tesalonicenses 1:10). Nosotros no cambiaremos esta bendita esperanza que Dios nos ha dado en Su Palabra, por esta esperanza falsa y sin fundamento; que fueconcebida por el gran enemigo de la verdad; nacida en Babilonia; nutrida por la tradicin; ysustentada por los religiosos de todas clases. Una falsa esperanza que es comn a losidlatras paganos, a los espiritistas y a todo gran falso sistema de religin: pero que esdesconocida para la cierta y segura Palabra de Dios. Bien dijo el Seor hablando de estamisma doctrina de Resurreccin: Erris, ignorando las Escrituras, y el poder de Dios(Mateo 22:29).

    Esta es la conclusin, en 2 Corintios 5:1-9 (que comienza con la palabra porque),de la declaracin que se inicia en 2 Corintios 4:14 con las palabras sabiendo que Aquelque levant al Seor Jess, a nosotros tambin nos resucitar con Jess, y nos presentarjuntamente con vosotros.

    Este es el glorioso fin de la nueva naturaleza. As como la vieja naturaleza acaba enmuerte y corrupcin, de igual forma la nueva naturaleza acabar en rapto o resurreccin.Porque la paga del pegado es muerte, pero el don de Dios es vida eterna, por Jesucristo

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    nuestro Seor (Romanos 6:23). El primero es el juicio de Dios; el otro es la gracia deDios. El uno es el pago; el otro el don de la gracia. Este don lo poseen, y lo disfrutarn,solamente aquellos a quienes les sea ofrecido. El Seor Jess en Su ltima oracindeclar que el Padre le haba dado poder para darles vida eterna a todos los que me diste(Juan 17:2, 6, 9, 11, 24): porque est escrito: Y este es el testimonio: que Dios nos dio

    vida eterna; y esta vida est en Su Hijo. El que tiene al Hijo tiene la vida; el que no tiene alHijo de Dios no tiene la vida (1 Juan 5:11, 12). Estas palabras establecen una verdadDivina universal; y son verdad no solamente para la Iglesia, sino para todos aquellos aquienes este don les ha sido dado. Especialmente verdad, por tanto, para aquellos queestn en Cristo, hijos de Dios, herederos de Dios y coherederos con Cristo.

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    CAPTULO 5

    EL CONFLICTO ENTRE LAS DOS NATURALEZAS

    Habiendo aprendido tantas cosas ya, separadamente, acerca de las caractersticas de

    las dos naturalezas, de Romanos 6:8 hemos de aprender ahora la experiencia y la doctrinasobre ellas, una vez que las dos existen juntas en la personalidad de cada uno. Esta doctrinase ensea claramente en Romanos 7. Todos y cada uno de los hijos de Dios tiene laexperiencia, pero no todos Sus hijos conoce la doctrina. Esto no significa otra cosa sinoperturbacin, confusin, duda y ansiedad. Ningn descanso puede conocerse, ninguna pazse puede disfrutar a menos que aprendamos por nosotros mismos de la Palabra de Dios,cul es Su propia explicacin concerniente al conflicto entre las dos naturalezas. Laexperiencia de ese conflicto es confusin y desasosiego; y nada sino el conocimiento de laverdadera doctrina que le concierne puede removerlo; y, no solo lo remueve, sino que almismo tiempo nos brinda la ms grande garanta que podamos tener sobre la tierra de quesomos hijos de Dios. La experiencia de este conflicto es la nica cosa en la cual elverdadero hijo de Dios se diferencia del mero profesor religioso. Este ltimo no sabe nadade ella; o del permanente sentido de corrupcin interior que esta experiencia siempre crea.El hecho mismo, por tanto, de esta experiencia del conflicto, es la mejor, y de hecho, lanica real garanta que tenemos de que somos nacidos de Dios (1 Juan 3:9); de quesomos Sus colaboradores (Efesios 2:10); y de que Quien comenz en nosotros la buenaobra que l lleva a cabo, la completar, y perfeccionar en nosotros (Filipenses 1:6). Elcorrecto entendimiento de la doctrina concerniente a esta experiencia solo puede traernospaz y consuelo; y sin esa comprensin todo se vuelve un obstculo, desasosiego, yconfusin.

    Es en esto que se forma el tema de Romanos 7; Veamos cmo se establece en laestructura genera de la Epstola. Forma parte de un largo miembro que comienza en el cap.5:12, y se extiende hasta el final del captulo 8 (8:39). El tema principal es el pecado (o, lavieja naturaleza pecadora).

    LA ESTRUCTURA DE ROMANOS 5:128:39.

    A | 5:12-21. Condenacin a muerte de muchos, a travs de

    | la desobediencia de uno: pero justicia y vida

    | a travs de la obediencia de uno: Jesucristo.

    B | 6: l-7:6. Y no estamos en pecado, habiendo muerto en Cristo.

    B | 7:7-25. El pecado en nosotros, aun habiendo sido levantados con Cristo

    A | 8:1--39. Condenacin del pecado en la carne:

    | pero ya no hay condenacin en aquellos que tienen vida y

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    | justicia en Cristo Jess.

    Por la estructura de este pasaje vemos que el conflicto surge a travs del pecado(esto es, la vieja naturaleza pecadora) que est en nosotros, aunque estemos levantados conCristo. Este es el tema del captulo 7, desde el sptimo versculo: (no de todo el captulo).

    Los primeros seis versculos del captulo 7, pertenecen al captulo 6; y el objetivo en elmiembro B (cap.6:17:6), es mostrarnos que ya no estamos en, o ya no nos reconocemoscomo estando debajo de, la condenacin del pecado, una vez que morimos en Cristo.

    El objetivo del cap. 7:16 es mostrarnos cmo el seoro de la ley solo puede serejercido durante la vida (5:1). La muerte nos libra de ese reclamo contra nosotros (5:2).Eso se ilustra con el caso de una mujer casada que legalmente puede volver a casarse si elmarido muere (5:3). La conclusin es que nosotros que hemos muerto con Cristo (5:4),estamos por tanto libres de la ley y podemos unirnos a Cristo en una nueva esfera, o plano,del todo diferenteen la vida de resurreccin (5:4); y, habiendo muerto con Cristo, somostotalmente hechos libres de la autoridad, y poder, y reclamos de la ley.

    Este ltimo pargrafo tal vez pueda exponerse en la siguiente estructura:

    ROMANOS 7:1-6

    C | 7:1. El Seoro de la Ley durante la vida.

    D a | 2. La muerte liberta a la esposa de sus clamores.

    b | 3. ResultadoSe une con otro marido.

    D a | 4. Nuestra muerte en Cristo nos liberta de sus reclamos.b | 4. Resultado - Unin con Cristo.

    C | 5,6. Liberacin del Seoro de la ley por muerte.

    El camino est ahora claro para aprender que, aunque ya no estamos ms ennuestros pecados, el pecado sin embargo est en nosotros; y, que desde el momento que lanueva naturaleza se implanta dentro de nosotros, se revela la presencia de la viejanaturaleza; y comienza el conflicto entre ambas. Estas dos naturalezas son opuestas entres, para que no hagamos lo que queramos (Glatas 5:17). Las dos naturalezas por tantoviven as lado a lado en una misma personalidad. Como el injerto de un nuevo tipo de rosaen un ramo, o de una manzana en un manzano, es solamente un rbol; pero todo lo queaparece y proviene del injerto es un nuevo tipo de fruto, mientras que todo lo que provienedel viejo ramo, que no es del injerto, es de la vieja naturaleza del viejo rbol, y debe sercuidadosa y continuamente cortado con las tijeras de podar. Solamente la Palabra deDios puede hacer eso, nada ms lo consigue. Es poderosa para partir (o dividir, separar)el alma (es decir, lo que proviene del alma natural, la vieja naturaleza), y el espritu (esto

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    es, la nueva naturaleza); y discierne (o juzga, y condena) los pensamientos y lasintenciones del corazn (esto es, de la vieja naturaleza) (Hebreos 4:12).

    Es del corazn (o vieja naturaleza) que provienen los malos pensamientos (Mateo15:18-20). La Palabra de Dios es capaz de juzgar esos pensamientos e intenciones y

    nos capacita tambin a nosotros para juzgarlos y condenarlos; si! y nos capacita paradiscernir lo que provenga de la vieja, y lo que proviene y pertenece a la nueva naturaleza.

    As como las dos naturalezas se hallan en una misma persona, as tambin aquelYO en Romanos 7, se relaciona unas veces con una y otras con la otra. Por eso leemos(7:18) Y yo s (con toda seguridad por la Palabra de Dios) que en m, estos es, en micarne (mi vieja naturaleza) no mora el bien. Porque el querer (hacer) el bien est en m,pero no (en la voluntad) el hacerlo. (19) Porque no hago el bien que quiero, sino el mal queno quiero, eso hago. (20) Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado quemora en m. (21) As que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal est en m.(22) Porque segn el hombre interior (la nueva naturaleza) me deleito en la ley de Dios.(23) Pero veo otra ley en mis miembros que se rebela contra la ley de mi mente (o nuevanaturaleza), y que me lleva cautivo a la ley del pecado que est en mis miembros. Aqutenemos la misma explicita declaracin: que la nueva naturaleza (denominada el hombreinterior y la mente) se deleita en la ley de Dios; y mientras tenemos, al mismo tiempo,la vieja naturaleza (denominada la carne) que se deleita en obedecer su propia ley, ylleva a cabo una constante batalla contra la nueva naturaleza. El resultado de su incesantelucha es el estado miserable que lleva al propio ego a clamar desesperado en el versculo aseguir: Miserable de m! que literalmente se traduce as Oh que miserable hombresoy! Quin me librar de este cuerpo de (o reservado para) muerte? (25) Gracias doy aDios (que me libr) por Jesucristo Seor nuestro. S! l es Quien liberta a todo aquel quetenga este conflicto, en la nica manera posible: o bien por Muerte, Rapto, o Resurreccin.Solamente en el Rapto o Resurreccin va a ser la muerte sorbida en victoria. Entonces yano lamentaremos diciendo, Miserable de m!. Sino que irnicamente diremos OHmuerte, dnde est ahora tu aguijn?! Oh sepulcro, dnde est ahora tu victoria! Eseser el final de esta batalla. Bien podemos clamar diciendo Gracias le doy a Di os, que melibr a travs de Jesucristo. Este es ahora nuestro paciente grito de victoria y de fe. Pero eltiempo se acerca y ya est a la mano cuando lo que gritemos sea, Gracias sean dadas aDios, que nos otorg la victoria a travs de nuestro Seor Jesucristo (1 Corintios 15:54-57).

    En vista de esta bendita esperanza, bien puede esta revelacin terminar con laexhortacin: As que, hermanos mos, estad firmes y constantes, creciendo en la obra delSeor siempre. No os dejis mover por los varios episodios y experiencias del conflicto.Regocijaros en la presente garanta de la gracia en cuanto a nuestra perfeccin en CristoJess; Regocijaros en la promesa de la futura victoria, cuando seamos transformados yhechos iguales a su glorioso cuerpo en gloria. As seremos libres para conectarnos a la obradel Seor, s! abundando en ella. No intentando ms con esfuerzos exterminar laenemistad, ni obtener alguna temporal victoria con la cual nos sobrepongamos a ella; sinomirando hacia delante a la gran victoria final que l ha prometido otorgarnos.

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    Una cierta clase de enseanza de una santidad moderna en esta esfera de verdad leroba toda su belleza y poder. Esta enseanza se da cuenta y asume el hecho del conflictoen nuestro interior, pero nos embarca en la vana esperanza de mejorar o erradicar la viejanaturaleza. Siendo as, en el mejor de los casos, lo nico que hace es que nos ocupemos ennosotros mismos, y mantenernos siendo ignorantes de lo que la Palabra de Dios nos

    asegura enfticamente de que la vieja naturaleza, o la carne, nunca podr ser cambiada enespritu; y suponindose que pudiera, Dnde va o termina? Qu es lo que pasa a ser? Essolo carne; y nada puede acabar con la carga o el peso de la carne sino la muerte yresurreccin, o rapto. No importa la cantidad de entrega o esfuerzo, o creencia quepongamos, porque nada puede tomar las riendas de la carne. Es nacida de la carne, y escarne. Es demasiado pesada. Cmo podra ser erradicada? Y erradicada de qu? Son estetipo de confusiones en las que nos metemos, en el momento que comenzamos a usartrminos que no son de la Escritura, sino extraos a la Escritura; sin embargo, en se caso,el trmino erradicacin no sera solamente extrao a la Escritura, sino contrario a laEscritura. La palabra de la Escritura es liberacin y victoria, y eso, no victoria sobrelos pecados como tal, sino sobre el pecado en s mismo, sobre su cuerpo reservadopara muerte. Esta liberacin solamente ser experimentada en el rapto o resurreccin.Somos liberados de nuestros pecados aqu, y ahora. Nuestra salvacin a travs de, y en,Cristo nos garantiza eso mismo. Es por eso que l se entreg (Romanos 4:25). As lo haremitido Dios (Romanos 3:25). Eso es todo lo que ha sido perdonado y cubierto (Romanos4:7; Colosenses. 2:13). Ya no estamos en nuestros traspasos y pecados. Es cierto que en untiempo estuvimos as, como est escrito en Efesios 2:1--3 Y l os dio vida a vosotros,cuando estabais muertos en delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo,siguiendo la corriente de este mundo, conforme al prncipe de la potestad del aire, elespritu que opera en los hijos de desobediencia (o incredulidad); entre los cuales tambintodos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntadde la carne y de los pensamientos, y ramos hijos de ira, lo mismo que los dems : porquepor estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia (o incredulidad)(Efesios 5:6). Pero ahora en Cristo Jess, vosotros que en otro tiempo estabais lejos,habis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo (Efesios 2:13). Ahora ya no es unacuestin de pecados, sino de pecado.

    NO ESTAMOS EN NUESTROS PECADOS; PERO EL PECADO EST ENNOSOTROS.

    Este es el gran tema de Romanos 7; nosotros sentimos sus inclinaciones ytendencias y como nos conduce o arrastra al pecado; s! La vieja naturaleza se muestray se manifiesta en toda su maldad debido a la presencia de la nueva. La nueva naturalezaparece perturbar la vieja, y hacerle oposicin de forma muy amarga. Es como si el antiguoseoro se resintiese de la llegada del nuevo seoro. Hasta que el nuevo seoro derramesu bendita luz en el interior, no nos damos cuenta o vemos lo profundo que es el poder delviejo. Hay muchos que se quedan atnitos descubriendo en ellos mismos tendencias ydeseos que nunca antes haban experimentado ni sabido que tuvieran. Simplementecargaban consigo estos deseos en otro tiempo, estando muertos a todos lossentimientos de su verdadera naturaleza, y terrible carcter. Pero ahora, hay una nuevavoluntad dirigiendo los miembros. Los miembros se hallaban bajo el entero dominio de lavieja voluntad: pero han sido absueltos de su sumisin y de obedecerla. La vieja voluntad

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    ya no tiene dominio sobre ellos (Romanos 6:14). La vieja voluntad se halla en nosotros, ytodo lo que puede hacer es influenciar nuestros miembros; sin embargo, ya no es ella la quetiene el control.

    El conflicto entre las dos naturalezas se puede comparar a un barco, en el cual ha

    sido puesto a bordo por su dueo un nuevo Capitn. El viejo capitn llevaba al mando delbarco mucho tiempo, y el odio hacia su patrn lleg a ser tan grande, que trataba al barcocomo si fuese suyo; y mantena a toda la tripulacin en total esclavitud. La tripulacinsiempre le haba estado sometida, sin haber conocido alguna autoridad diferente; nientenda nunca lo que sera servir en verdadera libertad. Algo acerca de esa libertad habanescuchado de tiempos a tiempos. Haban visto otros barcos pasando a su lado y observadoque la manera de servir de los miembros era muy diferente de la suya. Sin embargo, ahoraque el nuevo Capitn se halla al mando, han comenzado a notar la diferencia. El nuevoCapitn, de ah para adelante, posee el control del timn, el destino del barco y su carga.El barco es el mismo, la tripulacin es la misma. Aun el viejo capitn se halla tambin abordo todava. El libro de instrucciones que trajo consigo el nuevo capitn dice que el viejoha sido juzgado y condenado: pero la sentencia solo se llevar a cabo por las autoridadescompetentes, cuando el barco atraque en el puerto. No pueden ajusticiarlo en el barco niecharle por la borda. Sin embargo, ya no es l quin gobierna el timn ni conduce elbarco. De tiempo en tiempo intenta imponer su vieja influencia y retomar sus funciones,pero es en vano. S! Es cierto que algunas veces se sale con la suya, y por veces consigueatraer para si algunos miembros de la tribulacin, porque los conoce muy bien y sabe por eltiempo que los tuvo bajo su mando cules son sus debilidades, y les lleva a cometer actosde insubordinacin, de los cuales estos miembros despus se avergenzan y lamentanprofundamente. As les engaa de tiempo en tiempo. Sin embargo el viejo capitn nopuede acceder a los escritos planos de bordo. Ahora estn muy bien resguardados de l ya salvo, donde no alcanzan a tocarlos sus manos. No puede alterar el curso del barco; nicambiar el puerto al que ahora se dirige. No puede leer el libro de instrucciones, y si lo abreno puede entenderlo (1 Corint.2:14). En otro tiempo toda la tripulacin del barco le servade brazo ejecutor para sus rdenes, y haban llevado a cabo solamente su voluntad: peroahora no hay ms obligacin de obedecer sus rdenes, ni de reconocer ms su autoridad.Han sido de su tirana librados; y de ah para delante se hallan bajo las rdenes del nuevoComandante. Tienen que reconocer que el viejo capitn ya ha sido juzgado y condenado,y que la sentencia solo aguarda para ser llevada a cabo cuando lleguen al puerto. En cuantoal poder que ejerca sobre ellos, se reconocen a s mismos tan intiles como muertos entodo lo que a l concierna o respecta, y con todo lo que intentando disuadirlos les ordene.

    Este es el argumento de Romanos 6:17-19. Pero gracias a Dios, que aunque eraisesclavos del pecado, habis obedecido de corazn a aquella forma de doctrina a la cualfuisteis entregados. Y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia. Hablocomo humano, por vuestra humana debilidad (de vuestra carne): que as (en otro tiempo)como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir (y operar) a la inmundiciay a la iniquidad, as ahora para santificacin presentad vuestros miembros para servir a lajusticia (para operar santidad).

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    Nosotros por tanto no hemos solamente sido liberados de nuestros pecados, sino quetambin hemos sido hechos libres en esta lnea, o tipo de doctrina, si hemos aprendido aCristo (Efesios 4:20).

    Pero la cuestin es esta, hemos aprendido as a Cristo? y hemos alcanzado a

    conocer la maravillosa liberacin que hemos obtenido en y a travs de l? Esta es laaplicacin que el Apstol hace de esta lnea de doctrina dada en Romanos 6. Despu s dehablar de cmo andan los dems gentiles, que no conocen esta liberacin, se dirige aestos santos de feso y les dice (Efesios 4:20): Mas vosotros no habis aprendido as aCristo, si en verdad le habis odo, y habis sido por l enseados, conforme a la verdadque est en Jess. En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, queest viciado conforme a los deseos engaosos, y renovaos en el espritu de vuestra mente(o nueva naturaleza), y vestos del nuevo hombre, creado segn Dios en la justicia ysantidad de la verdad. Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con suprjimo; porque somos miembros los unos de los otros (Efesios 4:20-25).

    Este pasaje habla de lo que haban hecho en consecuencia de haber recibido lanueva naturaleza. No les est diciendo lo que tenan que hacer. No les estaba diciendo quedejasen de lado al viejo hombre. Eso ya se haba hecho. Les est recordando lo que habanaprendido de, o concerniente a Cristo, y de la bendita posicin del creyente en relacin alconflicto entre las dos naturalezas. Esta es la verdad que los miembros del cuerpo nicotenan que compartir hablando los unos con los otros (vers.25). Tenemos que recordarnoslos unos a los otros que el viejo hombre ha sido depuesto de sus dominios, y que hemossido puestos bajo el dominio del nuevo hombre. Los modos y tiempos verbales en estepasaje deben ser cuidadosamente observados. Pues si no conocemos la doctrina de las dosnaturalezas, vamos a ignorar el alcance completo o cuadro del pasaje. Y si no discernimossu alcance, no podremos comprender los modos y tiempos verbales. Todos se hallan en elpasado o pretrito infinitivo, y no el presente imperativo. No son mandamientos para quenosotros hagamos lo que ya ha sido hecho. A estos santos efesios no se les dijo aqu queechasen fuera o que pusiesen alguna cosa; sino que todo haba ya sido hecho tanto paraellos como para nosotros por Dios, el nico mandamiento es que hablemos que hablemosacerca de esta preciosa verdad con los dems miembros del cuerpo nico. Y si hemosaprendido as a Cristo (es decir, al Cristo espiritual o mstico) y le hemos odo, yhemos sido por l enseados, eso es exactamente lo que haremos. No es eso lo queharemos si omos a los hombres, y somos por ellos enseados. El hombre nos ensear ynos dir como debemos pasar nuestras vidas intentando poner de lado al viejo hombre, ycmo debemos esforzarnos en implantar el nuevo hombre. Nos querr poner debajo deesta vana labor y as traernos a una nueva clase esclavitud: mucho ms maligna y peligrosaporque luce como si fuera una buena obra. Pero no deja de ser una esclavitud. No es laverdad que aprendimos en Cristo. No es la lnea de doctrina sobre la cual hemos sidoliberados. No hemos sido liberados de una esclavitud para llegar a estar debajo de otra; pormuy plausible que pueda parecer.

    Las doctrinas de los hombres o bien ignoran la doctrina de las dos naturalezascompletamente, y se devotan a cumplir las reglas y reglamentos para controlar la viejanaturaleza (la nica que l conoce): o entonces, cuando la doctrina se conoce, est viciadapor no saber todo lo que es enseado por l concerniente a nuestra presente liberacin

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    del dominio del viejo hombre ahora, a travs del reconocimiento de fe (Romanos 6:11); yla futura y perfecta liberacin de l en resurreccin (Romanos 7:24, 1 Corintios. 15:57);Por eso, las enseanzas de los hombres pervierten la bendita doctrina prometindonos que,si nosotros seguimos sus mtodos y frmulas podremos tener control de la vieja naturalezapor nuestros propios actos de sometimiento: y as prepara el camino para ignorarlo por

    completo, y prescindir de la nica liberacin que Dios ha prometido por medio del rapto oresurreccin a travs de nuestro Seor Jesucristo; por sustituir la muerte como nuestraesperanza. Eso es por lo que esta bendita esperanza de la venida del Seor ha sido desdehace tiempo olvidada o perdida para la mayor parte de los creyentes. Eso es por lo que laesperanza de la Resurreccin ha sido suprimida por la tradicional doctrina de muertebabilnica, y por lo que un estado intermedio ha sido tan universalmente sustituido porlaPalabra de Dios.

    Hay responsabilidades, bajo las cuales la doctrina concerniente a las dos naturalezasnos coloca, y hay preceptos prcticos conectados con ambas naturalezas: pero estos sehallan en perfecta armona con las grandes lecciones que aprendemos en la escuela de la

    gracia, donde la propia gracia es al mismo tiempo nuestro Salvador y nuestro Maestro (Tito2:11-13).

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    CAPTULO 6

    NUESTRAS RESPONSABILIDADES RESPECTO A LA VIEJA NATURALEZA

    Hemos visto que, aunque las dos naturalezas residen lado a lado en la misma

    personalidad, est claro que tenemos ciertas responsabilidades con respecto a cada una deellas, lejos y aparte de preceptos, reglas, reglamentos y mandamientos de hombres.

    1. Nuestra primera responsabilidad es ACEPTAR LA ESTIMACIN QUEDIOS LE DA.

    La Palabra de Dios no nos revela la doctrina sin darnos, adems, la necesariainstruccin. La Santa Escritura es provechosa para ambas cosas (2 Timoteo 3:16), deesta forma, con la instruccin podemos saber cmo hacer uso de la doctrina, y cmoconocer nuestras responsabilidades, y llevarlas a cabo para nuestro provecho y nuestra paz.Si reconocemos esto como nuestra primera responsabilidad, entonces reconoceremos que

    nuestra vieja naturaleza muri con Cristo (Romanos 6:11) . No hay duda alguna encuanto a lo que significa. El versculo comienza diciendo: As tambin vosotros: Ascmo? Los versculos anteriores nos dicen:

    Porque el que ha muerto ha sido (y es) justificado del pecado. Y si morimos conCristo, creemos que tambin viviremos (de nuevo) con l: sabiendo que Cristo, habiendoresucitado de los muertos, ya no muere, la muerte no se enseorea ms de l. Porque encuanto muri, al pecado muri de una vez por todas, ms en cuanto vive, para Dios vive.As tambin vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jess(Romanos 6:8-11).

    Observe bien, no dice que tenemos que sentirnos como muertos; o que tengamosque realizarlo; sino que lo consideremos como siendo as bajo el punto de vista de Dios,como si fuese un hecho consumado. Estos cuatro versculos (Romanos 6:8-11) se aadencomo una explicacin e ilustracin de la declaracin del hecho en el versculo previo (6:6).Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con l (Cristo).Tenemos el mismo hecho relatado en Romanos 7:6: Pero ahora estamos libres de la ley,por haber muerto para aquella en que estbamos sujetos. Tenemos el mismo testimonio enGlatas 2:20, donde el Apstol resalta o enfatiza una importante, independiente ydogmtica declaracin utilizando la figura, epanadiplosis, que comienza y acaba la frase odeclaracin (en el griego) con la misma palabra Cristo; realzando as y sealando ladeclaracin; distinguindola y llamando nuestra atencin hacia ella, remarcndola. (Con)Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas en m vive Cristo. As es comoel Apstol reconoca que haba muerto para la ley, porque si muri con Cristo entoncesha sido libertado de la ley. Su bsqueda, por lo tanto, despus de eso, incluso para lajustificacin en o a travs Cristo sera una negacin prctica de ese gran hecho reveladoque ya ha sido logrado. Aun as, es nuestro primer deber ser delimitado a tener en cuentaque estamos (en cuanto a la ley y todos sus derechos sobre nosotros) como muertos.

    Esto no es una cuestin de sentimientos, sino de FE. Si nos guiamos por nuestrossentimientos nunca lo disfrutaremos. Nos corresponde "creer en Dios". "La fe es por el or,

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    y el or, por la palabra de Dios" (Rom. 10:17). Dios ha declarado este gran hecho en suPalabra (o nunca lo hubiramos conocido), escuchamos la Palabra, la fe la cree, y seregocija en lo que oye y cree en Dios, ms all de la cuestin de cualquier sentimiento. Asque nuestra primera responsabilidad en cuanto a la vieja naturaleza es aceptar la estimacinde Dios de la misma, y considerarla (como l lo hace) como que ha muerto con Cristo

    cuando l fue crucificado.2. Nuestra siguiente responsabilidad es que hemos de CONSIDERARLA COMO

    ESTANDO MUERTA TANTO PARA LO QUE ES BUENO, AS COMO PARA LOQU ES MALO.

    Cuando decimos "bueno", nos referimos, por supuesto, bueno para Dios, bueno a losojos de Dios, bueno para la eternidad, bueno en la estimativa de Dios, bueno en relacin alo que l busca y puede aceptar. A sus ojos, en la vieja naturaleza (como ya hemos visto)"no hay nada bueno". As que cuando decimos que no hemos de cultivar el bien en l, nonos referimos a lo que el hombre llamara "bueno", sino a lo que Dios considera como"bueno". Hemos de considerar la vieja naturaleza muerta en todas sus cosas buenas, ascomo en toda su maldad y de acabar con todas las expectativas de producir cualquier cosapara Dios proveniente de ella, ya que hablamos de, o estamos tratando con alguien que estrealmente muerto y enterrado. Cuando Dios dice que est muerto, l espera que nosotroscreemos que est muerto, porque as dice l que se encuentra. Dios espera que la demospor sepultada. En el hombre natural pueden encontrarse caractersticas naturales religiosasy caractersticas amables, y bien puede adems cultivarlas. Pero el hijo de Dios no tienenecesidad de hacerlo, y no est o fue hecho, para cultivarlas. Porque, caminando deacuerdo con la nueva naturaleza, y guiado por ella, qu necesidad habra de cultivar lacarne? Guiados por ella, tenemos a Cristo en el lugar de la "religin"; nosotros tenemos "lamente de Cristo". Esta nueva vida es infinitamente superior a cualquier cosa que algunavez pudiera producir cualquier intento de cultivar la vieja naturaleza. Esto nos conduce a...

    3. Una tercera responsabilidad, que es la de "no proveis para la carne" (Rom.13:14),

    Pero siempre debemos recordar que "la carne para nada aprovecha" (Juan 6:63).Esto es lo que el hombre llama "la enseanza de Jess", nuestro adorable Seor y Maestro.Pero aunque el hombre la llame as, l no lo quiere recibirla ni la poseer. En cualquiercaso, escoger y elegir la "enseanza" que a l ms le guste. Sin embargo, esto es lo quenuestro Seor ense: "la carne (o vieja naturaleza) para nada aprovecha". Si creemos en elpunto de vista de Dios, nunca vamos a tratar de hacer, o forzarnos a hacer algo para Dios,ni tan siquiera en la forma de adoracin o servicio, nunca vamos a intentar hacer algo parasatisfacer la demanda de Dios por justicia. Debemos recordar que toda justicia del hombrees como "trapos de inmundicia" (Isaas 64:6). La carne puede ser muy religiosa. De hecho,es justamente esto lo que distingue a la "religin" del cristianismo. La religin tiene quever nicamente con la carne. Todos sus ordenanzas son sobre, o relacionados con la carne.Son todas las cosas que la carne puede realizar. En Isaas 1, tenemos una imagen de lo quela "religin" consiste. Cuando nuestro Seor apareci en la tierra, esta exposicin de lareligin estaba en su pleno apogeo. Nunca hubo un cumplimiento mayor o ms puntillosode todas sus ordenanzas y ceremonias. Sin embargo, esas cosas no pueden dar paso a una

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    nueva naturaleza, o cambiar la vieja, lo demuestra el hecho de que fue la parte religiosa dela nacin la que crucificase al Seor Jess. Eso es en lo que una religin, incluso cuandofue administrada por Dios, culmina, cuando es pervertida y mal utilizada por la viejanaturaleza. Es a esto a lo que pasajes como estos se refieren: Se complace Jehov tantoen los holocaustos y vctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehov?

    Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atencin que la grosura delos carneros. (1 Samuel 15:22). La religin pura y sin mcula delante de Dios el Padre esesta: Visitar a los hurfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha delmundo. (Santiago 1:27). Entonces, si se trata de una cuestin de religin, es decir, actosexternos y observancias, pues, las obras de misericordia y bondad son ms puras y muchomejor que todos los actos externos religiosos de servicios y ceremonias; tales comoinclinarse y arrodillarse, hacer travesas y rosarios, acercndose a Dios de labios, yobservar de los das y guardando las fiestas.

    Esta es la esencia del argumento en la Epstola a los Colosenses, que lo resume conesta pregunta: "Si habis muerto con Cristo a los ordenanzas religiosas del mundo, porqu, como si vivieseis en el mundo, os sometis a ordenanzas, ( tales como no tocar, osaborear, ni manejar, si todas estas cosas se destruyen con el uso); siguiendo a losmandamientos y doctrinas de hombres?" (Colosenses 2:20-23). La carne puede entender yestar al servicio de estas ordenanzas, porque todas pertenecen a las "cosas terrenales",mientras que, "Si, pues, habis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde estCristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de latierra. Porque habis muerto, y vuestra vida est escondida con Cristo en Dios" (Co1. 3:1-3). As se nos ensea, como poseedores de la nueva naturaleza, a no proveer nada para lavieja naturaleza, a no nutrirla con el alimento que ardientemente desea, a no tratar deagradarla o complacerla, ni siquiera en lo que a la vista del hombre pueda parecer como"bueno".

    La vieja naturaleza est llena de orgullo. Esto es por lo que esas reuniones ycongregaciones estn abarrotas donde la enseanza es lo que se denomina "prctica", y alos oyentes se les dice que deben "hacer" esto o aquello (no es que necesariamente ellospiensen llevarla a cabo despus que la oyen), pero aun as, esto es lo que gratifica a la viejanaturaleza del hombre religioso, y, a la vieja naturaleza en s, incluso al hijo de Dios, leencanta escuchar "mandamiento tras mandamiento, precepto tras precepto". Pero, debemospermitir que Dios sea honrado y Cristo glorificado, Su Palabra magnificada y el hombrehumillado, eso es lo que la vieja naturaleza nunca har suyo. Estarn las iglesias y capillasdesiertas donde sta doctrina sea predicada, y donde la adoracin sea realmente espiritual.Todo esto es odioso para la vieja naturaleza; y simplemente te dir que le disgustacompletamente. Pero, dnde haya provisin para l, donde haya un montn de msica en elcoro, y el "precepto tras precepto" en el plpito, y ordenanzas mundanas en la sala de laparroquia, all se encontrar l, con la multitud.

    Hay ms peligro para los hijos de Dios en las cosas que pertenecen a la religin, yen los deseos refinados de la mente carnal, de aquel que se haya en los bajos y vulgaresdeseos de la carne. El hijo de Dios no estar tan dispuesto, o tan fcilmente tomara talesprovisiones para la carne. Su verdadera trampa se tiende cuando la provisin es hecha por

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    otros que no estn abiertamente asociados con vicios e irreligiosidad, modas mundanas oinmoralidad.

    4. El quinto versculo de Colosenses 3 aade otra responsabilidad: HACEDMORIR, PUES, LO TERRENAL EN VOSOTROS (Mortificad, pues, vuestros miembros

    que estn en la tierra. (Traduccin en la Versin inglesa) (Colosenses 3:5).Esto nos suena extrao al principio, despus de que se nos dijera repetidamente que

    estamos muertos con Cristo. Suena tambin a practica. Sin embargo, para que una cosasea prctica, debe ser practicable. Debe haber alguna cosa que podamos y estemoscapacitados de hacer. La palabra Haced morir o Mortificad (en la versin en ingles) esnekroo, hacer morir; de ah, tratar los miembros como muertos. El significado en laEscritura de la palabra, aqu, se debe obtener por su uso. Sus otras dos ocurrencias nosmuestran, sin lugar a dudas, cul es este uso:

    En Romanos 4:19 est escrito sobre Abraham: No se debilit en la fe, al considerarsu cuerpo que estaba ya como muerto (siendo de casi cien aos), o la esterilidad de lamatriz de Sara.

    Hebreos 11:12, Por lo cual tambin, de uno, y ese ya casi muerto. No es unacuestin de lo que la palabra signifique en el lxico; o cmo era empleada por los griegos:sino que es una cuestin de cmo la emplea el Espritu Santo. Y vemos por estos dospasajes aqu citados que la utiliza hablando de alguien que todava est vivo; sin embargo,estando casi muerto, es decir, impotente por s mismo de producir vida, y para cualquierpropsito prctico. Adems, la palabra se utiliza en Colosenses 3:5, no de la viejanaturaleza misma, sino de sus miembros (como los miembros de Abraham y Sara): y laexhortacin es consecuente con la doctrina en los versculos anteriores. Comienza con Porlo cual, y el argumento es: Si, pues, habis resucitado con Cristo, buscad las cosas dearribaponed la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra; poned vuestra mente enCristo y en el hecho bendito de que estis completos en l, y cuando l aparezca en gloriavosotros tambin seris manifestados en gloria. No seis debilitados en la fe: ni considerisvuestros miembros que estn en la tierra; sino considerarlos como muertos, habindoosdespojado del viejo hombre con sus hechos, y revestidos del nuevo, el cual conforme a laimagen del que lo cre se va renovando hasta el conocimiento pleno (Colosenses 3:1-10).

    Se debe al hecho de que hayamos muerto con Cristo, y por tanto, que hayamospuesto de lado al Viejo hombre, y a que nos hemos vestido del nuevo, que ahora podamostener en cuenta y considerar los miembros de nuestro cuerpo como muertos, yreconocerlos como siendo impotentes, e incapaces para producir algo vivo, o buenasobras.

    Todas las denominadas buenas obras hechas por la vieja naturaleza son obrasmuertas. Son producidas por nuestros miembros que estn, en la apreciacin de Dios,como muertos. Solamente son buenas obras aquellas que el propio Dios ha preparadode antemano para que andemos en ellas (Efesios 2:10); y que son hechas en el poderespiritual de la nueva naturaleza.

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    Ojal que la estimativa de Dios pueda ser la nuestra!: que, igual que Abraham, noseamos dbiles en la fe en este importante asunto; sino fuertes, para creer a Dios; y as,ser libres para centrar nuestra atencin en las cosas que provienen de lo alto, donde Cristoest sentado a la diestra de Dios, y esperar por nuestra manifestacin con l en gloria.

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    CAPITULO 7

    NUESTRAS RESPONSABILIDADES RESPECTO A LA NUEVA NATURALEZA

    Nuestras responsabilidades en cuanto a la nueva naturaleza son exactamente lasopuestas a las de la vieja naturaleza. Nuestra primera responsabilidad en cuanto a la viejanaturaleza fue reconocerla como habiendo muerto con Cristo. As que nuestra primera granresponsabilidad en cuanto a la nueva naturaleza es:

    1. CONSIDERARNOS O RECONOCERNOS VIVOS en una nueva especie devida (Rom. 6:11).

    Esta nueva naturaleza es vida: Nueva Vida, vida espiritual, vida divina, vida eterna(Romanos 6:4-23). Y tenemos que reconocer que ahora estamos "vivos", y viviendo en estanueva vida: es decir, viviendo en un nuevo plano de vida, de, y para Dios, y que esta vidase halla "en Cristo Jess". No se encuentra en "Jesucristo", como dice la Versin A.V.

    Cmo haya sido posible que esta versin dijese Jesucristo es incomprensible, porque nose pone en cuestin en ninguna de las dems lecturas en el griego. Es clara eindiscutiblemente "en Cristo Jess", porque del creyente nunca se dice estar "en Jess". Noes en el Jess muerto, sino en el Cristo ascendido y viviente que ahora estamos. Ydebemos considerar ahora, por la fe (no por sentimientos), que realmente permanecemosdelante de Dios en esta nueva especie de vida. Entre tanto que fijemos nuestros ojos ennosotros mismos, nunca seremos capaces de reconocer esa vida, porque no vamos a verninguna razn por la cual nos haya Dios tenido que ofrecer este maravilloso don. Novamos a ver ningn motivo para eso en nada de lo que hayamos hecho.

    Si vamos a llevar a cabo este reconocimiento tendremos que creer a Dios. EnEfesios 2:4-6, Dios nos ha exhortado ampliamente a hacerlo as; porque all nos recuerdaque fue cuando aun ramos hijos de ira e incapaces de tener buenos pensamientos, o quepudisemos hacer buenas obras, entonces fue que Dios, siendo rico en misericordia, por elgran amor con que nos am, aun cuando estbamos muertos en delitos y pecados, nos diovida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con l nos resucit, yasimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jess, para mostrar en lossiglos venideros las abundantes riquezas de su [Su] gracia en su bondad para con nosotrosen Cristo Jess. Porque por gracia sois salvos [hemos sido hechos salvos] por medio de lafe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se glore(Efesios 2:4-9). Si no es por obras, entonces ciertamente no es por sentimientos. Es slo atravs de la fe que podemos entrar en, y disfrutar, esta preciosa declaracin de unasalvacin consumada. Pero esto nos lleva a otra de las responsabilidades, que se da en elsiguiente versculo (Ef. 2:10). Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jess parabuenas obras, las cuales Dios prepar de antemano para que anduvisemos en ellas. Por lotanto:

  • 7/29/2019 Las Dos Naturalezas en El Hijo de Dios Por e.w. Bullinger

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    2. DEBEMOS ANDAR EN ESTA VIDA NUEVA (Rom 6:4).El griego aqu para la palabra "nueva", es kainotes, novedad. Proviene de kainos,

    nueva (no habla de ser joven, o fresco, o hecho recientemente; que sera neos; sino, comosiendo una nueva hechura, y diferente de lo que haba sido hecho anteriormente; nuevo, en

    el sentido de reemplazar u ocupar el lugar de aquel que haba sido primeramente hecho.Kainotes se usa slo en Romanos 6:4, y 7:6, pero en cada caso se utiliza la palabra en unaasociacin o conexin diferente.

    En Romanos 6:4 se refiere a nuestro andar (y en 7:6 a nuestro servicio).

    1. En cuanto a nuestro caminar, este consiste en andar en "novedad de vida": esdecir, viviendo en un plano nuevo y diferente de vida. Ya no solamente tenemos la vidafsica, sino ahora tambin, la vida espiritual. Ya no es la vida derivada del primer Adn,sino la vida que se deriva del postrer Adn, Cristo. Una esfera de vida totalmente nueva. Laprimera era de la tierra, terrenal: la postrera es divina en su origen, su trayectoria y su final.Nuestra sede de gobierno ahora est en el cielo, y nuestro caminar debe ser regido por esegobierno celestial, y no por cualquier autoridad que tenga su origen en la tierra. Mientrasc