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Rev Fac Med UNAM Vol. 52 No. 1 Enero-Febrero, 2009

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Introducción

Este ensayo es titulado Las calamidades de la vejez, yaque la descripción que sigue obedece fundamentalmente alo que me ocurre a mis 82 años de edad. Además, describirátambién lo que le ocurre a otros ancianos, colegas, condiscí-pulos y conocidos.

La vejez es esa calidad de vida que se adquiere por causasde edad, y que muchos dicen que comienza al alcanzar los60 años. De acuerdo con las cifras del Instituto Nacional deGeografía y Estadística de México, INEGI, hasta 2008, elpromedio de vida de la población mexicana es de 75.1 años,77.5 para las mujeres y 72.7 en los varones. Esos datos asien-tan también que el estado de Quintana Roo es la entidad enque se hallan los más longevos 78.2 años, le siguen Oaxaca74.2, Chiapas 74.1, Veracruz 73.9, y Guerrero 73.5 años.Según los datos del INEGI en el Segundo Conteo de Pobla-ción y Vivienda 2006 la población de la tercera edad crecióen términos absolutos y relativos, ya que en el último quin-quenio el total de la población mayor de 60 años, pasó del7.1% en el año 2000 al 8.1 por ciento, esto es se incrementóen 1.4 millones.

Investigadores de la Universidad de Ginebra asientan queen los próximos 40 años la población mayor de 80 añosaumentará 2.1 veces más que la existente en 2005. Así mis-mo confirmaron que en los países desarrollados el promediode edad es mayor a 40 años, mientras que en varios paísesafricanos no sobrepasa los 15 años. Esto se debe a la reduc-ción de la tasa de fecundidad en países desarrollados condisminución significativa de la población infantil, al con-trario de lo que ocurre en los países en vías de desarrollo,como los africanos antes mencionados y también en los paí-ses latinoamericanos.

La vejez afecta al individuo en todos los aspectos de lavida, inclusive en su constitución física y psíquica, con re-percusión todo ello en su vida familiar, ambiental y social.Las afecciones físicas, abarcan todas las funciones corpora-les con deterioro, en mayor o menor grado, variable paracada individuo, de los órganos y sistemas que lo constitu-yen. Ese deterioro se manifiesta con una rica sintomatologíaque se describe a continuación y que en sí constituye lo quehe titulado, las calamidades de la vejez.

Tema de reflexión

Las calamidades de la vejezAlfonso Escobar1

1Dpto. de Biología Celular y Fisiología, Instituto de Investigaciones Biomédicas, UNAM.

Los calambres del viejo. Definición de calambre: Con-tracción muscular dolorosa, transitoria, asociada al movi-miento, que afecta principalmente los grupos musculares delos miembros inferiores (en decúbito dorsal).

La aparición de calambres en los ancianos es una quejacomún. Lo más frecuente es que se presenten en las extremida-des inferiores, aunque también ocurren en las superiores, sobretodo en los dedos de las manos, esto último al ejecutar movi-mientos repetitivos como el cepillarse los dientes; el espasmoafecta los músculos extensores del pulgar y del índice.

Las articulaciones dolorosas. Se le llaman artralgias, aese dolor articular, punzante, variado, saltante, a veces que-mante, sobre todo en las piernas, rodillas, tobillos, muslos,cadera, dolores que secundariamente afectan la regularidadde la marcha y limita las distancias a recorrer, so pena deagudización del dolor.

Alteraciones de la sensibilidad. Conocidas técnicamen-te como parestesias, son sensaciones anormales espontá-neas que no se deben a un estímulo cutáneo, ocurren prin-cipalmente en la porción distal de los brazos y piernas, sonde carácter episódico transitorio, de corta duración y tenueintensidad, que van del «hormigueo», o prurito, y se de-ben, en parte a la piel reseca, una de las calamidades queafectan al anciano.

La marcha del anciano. Posiblemente la mayor limita-ción de la independencia en la senectud. El individuo ma-yor de 65 años, nota que ya no camina como antes, ahora lecuesta trabajo desplazarse por sus propios pies. Es impor-tante señalar que en el inicio de la marcha el individuo tienela sensación de que sus piernas están «congeladas», la mar-cha tiende a ser dolorosa y en la medida que el sujeto cami-na la marcha se facilita y, usualmente, el dolor tiende a dis-minuir, aunque no desaparece del todo. Quiero mencionaruna calamidad menor pero que también afecta las activida-des cotidianas; a muchos ancianos, incluido yo mismo, leses difícil mantenerse en pie, requieren sentarse ya que laposición de pie les causa dolor en las piernas.

Las caídas del anciano. Constituyen un problema ma-yor para los ancianos, los que más se caen son las mujeres. Elsólo pensar en sufrir una caída produce temor, ya que lacaída conlleva a fracturas, sobre todo de lo que comúnmen-te se llama fractura de la cadera, con la invalidez consiguiente

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y prolongada estancia en cama, y la necesidad de interven-ción de cirugía ortopédica.

Es obvio que los trastornos de la marcha son un factorque contribuye en las «caídas del anciano», las caídas sonfrecuentes, y se pueden deber, a que esté afectado el sistemadel equilibrio corporal, la relación alterada entre la posiciónde la cabeza y la posición del cuerpo, dado que en muchosancianos el encorvamiento de la columna vertebral afectaesa relación.

Vértigo y mareo. El sistema vestibular forma parte delos órganos sensoriales en el interior del oído, se afecta en el10 al 13% de los ancianos y proporciona información de laposición de la cabeza en relación a la posición del cuerpo ydel movimiento de los ojos. Y puede asociarse al vértigo omareo paroxístico postural benigno y la llamada enferme-dad de Meniére, en la que además se afecta la audición. Porsu importancia, se debe mencionar la neuritis vestibular,que afecta del 7 al 50% de los individuos mayores de 85años, posiblemente causada por infección viral. La neuritisvestibular se manifiesta desde el principio por mareo, náuseay vómito, que progresa con ataxia y nistagmus. Osteoartritis,discos intervertebrales herniados, así como trastornos cardio-vasculares (arritmia cardiaca, infarto por aterosclerosis de lascoronarias, presión arterial inestable con tendencia a la hipo-tensión), así como trastornos metabólicos e infecciones bac-terianas. No olvidar que los ancianos son susceptibles a efec-tos colaterales de los medicamentos que necesitan para ali-viar o curar las enfermedades que pueden afectarles, y eso esotro factor que aumenta el riesgo de sufrir caídas. Las medidaspreventivas para evitar caídas, deben enfocarse a mantener enperfectas condiciones, como la iluminación y el piso, así comoalivio a los problemas de visión, audición, marcha, balancecorporal, y evitar los estados de confusión y cognoscitivosasociados al efecto colateral de los medicamentos. El riesgode las caídas se reduce significativamente con la prevencióny mejoría de los factores implicados

Alteraciones de la piel en la vejez. Es notorio que lapiel del anciano se aprecia reseca y manchada, así comoengrosamiento alrededor de las uñas, posiblemente rela-cionada con micosis, infección por hongos. Otros proble-mas cutáneos que también molestan a los ancianos, es laaparición de verrugas, sobre todo en las áreas del cuello,en las manos y en cualquier otra área cutánea. El más utili-zado es la rehidratación por medio de cremas comerciales,cuya calidad y precio son variables, pero que todas anun-cian ser la panacea para rejuvenecer la piel y evitar el inde-seable aspecto de «piel del viejo». Conviene añadir tam-bién al «olor a viejo», un peculiar olor se debe seguramen-te a que los ancianos se abrigan exageradamente para evitarcualquier enfriamiento. El abrigo preventivo genera sudo-ración intensa, lo que aunado al poco cambio de ropa, ge-nera el mal olor del anciano.

Trastorno de la audición. Prácticamente el 100% de losindividuos mayores de 65 años sufren de disminución pro-gresiva de la agudeza auditiva, técnicamente llamadas hi-poacusia o presbiacusia, que en algunos llega a la sorderatotal, unilateral o bilateral. Afortunadamente, ya desde me-diados del siglo XX los tecnólogos han desarrollado apara-tos que incrementan la audición y permiten al hipoacúsicopoder oír mejor en el oído afectado.

Deterioro de la visión. Esta inevitable afección del órga-no de los sentidos, afecta también prácticamente al 100% delos individuos mayores de 65 años. Hay excepciones desdeluego, pero uno no se escapa de tener que procurarse un parde anteojos con graduación apropiada que compense satis-factoriamente el déficit de la elasticidad del cristalino, lallamada presbicia, lo mismo que el desarrollo de «catara-tas», que eventualmente afectan la visión de manera signifi-cativa. Aquí también, afortunadamente los oftalmólogos soncapaces de proporcionar el alivio necesario. Otros, todavíamenos afortunados, desarrollan el fenómeno degenerativoen la mácula lútea, anteriormente llamada «degeneraciónsenil de la mácula lútea» y ahora «degeneración de la mácu-la lútea asociada a la vejez». La mácula lútea es la zona de laretina que da la visión precisa. No hay hasta el momentoactual posibilidad de evitar este fenómeno degenerativo.

Aparato genitourinario. Bueno, como es bien sabido,tanto en hombres como en mujeres ocurren cambios en laanatomía y en la fisiología urinaria, cambios denominadosneurourológicos, ya que el sistema nervioso se ve involu-crado, todos esos cambios debidos a la vejez. En las mujeresse afectan la presión de cierre uretral, reducción en la longi-tud de la uretra, y debilidad de la musculatura estriada delpiso de la pelvis. En los hombres el cambio más común y demayor importancia es la hipertrofia benigna de la próstata.Algunos problemas urinarios de la vejez en ambos sexosincluyen: disminución de la capacidad de almacenamientode la vejiga, de la velocidad del flujo urinario y de la capa-cidad para posponer o suprimir la micción. También aumen-to de la orina residual postmicción, y no es raro que ocurrancontracciones espontáneas de la vejiga con las indeseablesconsecuencias. Un cambio que debe señalarse es el aumentonocturno de la filtración renal, que conlleva a despertarsevarias veces a lo largo de la noche para vaciar la vejiga, conla consecuente interrupción del sueño, cambio que si yapersiste por largo tiempo no se debe considerar anormal enun individuo libre de trastorno cardiaco, renal o venoso pe-riférico. Ninguno de esos cambios «normales» en la vejez escausante de incontinencia urinaria.

Incontinencia urinaria en el viejo. Hay dos posibilida-des, que la incontinencia sea aguda y transitoria, o bien quesea crónica. La incontinencia transitoria se desencadena enun individuo normalmente continente casi siempre por elefecto tóxico de medicamentos, por infecciones de las vías

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urinarias que causan inflamación de la pared de la vejiga opor infecciones de las regiones vecinas como la vagina, elrecto, o los músculos del periné. El tratamiento oportuno yexitoso de las causas de incontinencia urinaria transitoriaconlleva a la remisión total del problema.

En el caso de la incontinencia crónica se debe tomar encuenta, además del efecto tóxico de los medicamentos y lasinfecciones, posibles causas neurológicas tales como lesio-nes focales o difusas en el sistema nervioso central. Las le-siones neurológicas, sobre todo las desmielinizantes, comola esclerosis múltiple, y muchas otras lesiones del cerebroreducen importantemente el control de los esfínteres vesica-les. En ocasiones las infecciones de las vías urinarias y otraslesiones no inflamatorias (tumores, cálculos, hipertrofia pros-tática, prolapso uterino) son causa de sobreestimulación dela pared de la vejiga urinaria y, por ende, el envío continuode señales sensoriales para orinar, que llevan a la inconti-nencia crónica. No olvidar que el hábito de vaciar la vejigapreventivamente, aunque ésta contenga poca cantidad deorina, produce inestabilidad del esfínter vesical ya que sepierde el control establecido en años previos, tanto en elesfínter como en la pared muscular de la vejiga; lo mismoocurre por el uso prolongado de catéteres. Causas similarespueden generar incontinencia por rebosamiento, cuando laorina almacenada sobrepasa el límite de la capacidad vesi-cal. Finalmente se debe hacer mención de la incontinenciaen pequeñas cantidades de orina, que ocurre con la risa, altoser, estornudar o hacer esfuerzos físicos, sobre todo enmujeres postmenopáusicas o multíparas.

Trastornos de los esfínteres. El goteo vesical se debe acontracciones involuntarias de la vejiga urinaria, que cons-tituyen parte del envejecimiento humano (Vide supra). Elesfínter rectal, que también parece haber perdido el tonojuvenil que permitía hacer esperar al recto el turno apropia-do, según las actividades cotidianas, ahora debe atendersela distensión rectal cuanto antes, si no se desea que ocurra elacto indeseable que conlleva al cambio total de ropa y atomar una ducha extra. Se debe mencionar también la posi-ble relajación del esfínter gastroesofágico, que conlleva aldenominado «reflujo» del contenido gástrico, evento muymolesto que produce sensación de quemadura dolorosa, in-tensamente ácida, de larga duración, a lo largo del esófago yde la faringe. Aunque el reflujo gastroesofágico sucede tam-bién en personas jóvenes, es más frecuente en los indivi-duos mayores de 60 años

Sistema nervioso y vejez. Este aspecto es obviamentede extrema importancia, ya que en la medida que el indivi-duo envejece se hace más susceptible a sufrir las conse-cuencias de deterioro cerebral en cualquiera de sus compo-nentes, ya sean vasculares, o estructurales. En el aspectovascular, muy frecuente en los ancianos, los problemasabarcan desde la ruptura de vasos con la hemorragia conse-

cuente casi siempre letal, o bien la obstrucción de la luzvascular con la reducción parcial o total del flujo sanguí-neo y la destrucción focal o extensa del tejido nervioso, loque técnicamente se llama infarto cerebral, menos letal quela hemorragia cerebral. Es mi intención, sin embargo, nodisertar de toda la patología cerebral, y sí hacer énfasis enlos problemas asociados al envejecimiento cerebral pro-piamente dicho, que incluyen las enfermedades que se de-nominan neurodegenerativas.

Dos son los problemas cerebrales degenerativos más ate-morizantes para la calidad de vida del anciano, la enferme-dad de Parkinson (EP) y la demencia, en su forma más cono-cida, la enfermedad de Alzheimer (EA). En ambos casos,cuyas condiciones patológicas de por sí graves en sus con-secuencias, la vida del anciano se ve complicada. En el casode sufrir la EP se afectan sus movimientos voluntarios, conpresencia de temblor constante sobre todo en los brazos yrigidez muscular generalizada, que obviamente le afectan lamarcha, la alimentación y todas las actividades cotidianas, detal modo que se convierte en un mueble, totalmente inútil eincapaz de valerse por sí mismo. En el caso de desarrollardemencia, como el caso de la EA, el resultado es el mismo,sólo que en la EA se terminan todas la funciones cerebralesincluidas las ejecutivas, funciones que determinan lo intelec-tual, la memoria, el aprendizaje y la planeación de todas lasactividades que el individuo normal debe ejecutar en su vidadiaria; todo ello eventualmente se pierde, ya que el deterioroes progresivo, a veces muy rápidamente progresivo.

Sueño y vigilia en la vejez. El sueño es una de las face-tas de la vida diaria, que forma parte del llamado ciclosueño-vigilia; y sabemos que todo ser humano duerme latercera parte de la vida. El sueño de un individuo normalconsta de varias fases, que han sido identificadas por elregistro de la actividad eléctrica del cerebro (EEG). Cuan-do el individuo está somnoliento, aparecen ondas alfa, lue-go al estar dormido aparecen ondas delta seguidas por lafase de ondas theta, ambas son fases de ondas lentas, yaque en vigilia el EEG es rápido. Esa fase del sueño tambiénse llama de movimientos oculares rápidos (MOR).

La edad tiene un profundo impacto en la organizacióndel sueño. En la senectud la fase de ondas lentas y sus com-ponentes parece ser la más afectada. El sueño en los viejosse caracteriza por la reducción de la fase del sueño de ondaslentas, reducción asociada a disminución de la amplitud delas ondas delta en el EEG y disminución del umbral paradespertar por un estímulo auditivo. Aproximadamente des-de los 30 años se inicia la reducción de la fase de ondaslentas, fase prominente e intensa en la infancia. Además, losancianos muestran frecuentes despertares espontáneos, ini-cian más temprano el dormir e inician temprano el despertar.Gracias a las investigaciones científicas se sabe que el in-somnio de los ancianos puede deberse a la reducción de la

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Es también importante hacer énfasis en varios aspectosque pueden mejorar la vida diaria del anciano, en su am-biente familiar, social, económico, físico y mental. Se sabeque el deterioro que causa el envejecimiento en algunasfunciones cerebrales, puede ser modificado, retardado, y deser posible hasta evitado. Para ello, ya desde finales del si-glo XIX, se estableció el «ejercicio neuronal», que para usarterminología moderna yo lo llamo el «jogging neuronal»,permite no solamente retardar sino también mejorar signifi-cativamente los mecanismos cerebrales de memoria, apren-dizaje y atención. Para ello el individuo que se inicia en lasenectud debe mantener y aumentar la actividad cerebraldiaria por medio de retos intelectuales, resolver problemasmatemáticos, crucigramas, el moderno sudoko, y muchasotras actividades que le permitan mantener los mecanismoplásticos cerebrales, cuyo resultado será siempre mejor me-moria, aprendizaje y atención, y con ello en mejores relacio-nes sociales familiares y ambientales.

Corolario. Doy por terminado este ensayo en el querelato en forma sucinta los problemas de salud, los másrelevantes, que restringen y agobian al anciano, Entien-do que hay otros problemas de la salud en el viejo que nose han tocado, por ejemplo, lo que se refiere a los aparatosrespiratorio, cardiovascular, glandular, y el sexual; esosproblemas no se refieren dado que la patología que losafecta es muy extensa y sale de los límites y propósitos deeste ensayo. Hace ya muchos años, uno de mis colegas yyo conversábamos sobre el envejecimiento y concluimosen forma simplista que hay que saber envejecer graciosa-mente. Con esas dos palabras quisimos expresar que elenvejecer debe ser entendido en su significación total ytratar por los medios posibles, qué determina la creativi-dad de cada individuo, cómo lidiar con esa situación queafecta tantas y tan variadas condiciones de la vida para elque es viejo. Es decir, aceptar tácitamente que hemos en-vejecido y que ya no podemos actuar como si fuésemosjóvenes o adultos en plena actividad; que tenemos res-tricciones obligadas que no deben ser causa de ansiedad,estrés, o desequilibrio emocional. Pero sí, un incentivopara contribuir con trabajo efectivo en el que los conoci-mientos y la experiencia del anciano sea aprovechada enla formación académica y profesional de los individuosmás jóvenes.

hormona que se secreta en la glándula pineal: la melatoni-na, sustancia que se produce solamente durante la noche enplena oscuridad, que es esencial para regular e inducir elsueño. Dado que la producción de melatonina aminora conel envejecimiento, es recomendable que los ancianos tomenmelatonina para inducir el sueño y recuperar el equilibriodel ciclo sueño-vigilia.

Ambiente social y vejez. Este aspecto es de suma impor-tancia, ya que nadie escapa de la convivencia social en lavida cotidiana, en la infancia, en la juventud, en la adultez,y desde luego en la vejez. Es bien conocido el hecho quedesde tiempos remotos en la historia de la humanidad hasido constante, en todos los grupos sociales, el manifiestorechazo a convivir con los ancianos. De hecho, en muchasculturas se describen conductas cuya finalidad es eliminardel ambiente social y familiar a los viejos. Ejemplos: Losindios pieles rojas de Norteamérica acostumbraban llevar asus ancianos «a la montaña» y dejarlos allí para que murie-sen de hambre y de frío. En forma similar los esquimaleshacían lo mismo, una vez que los ancianos ya no podíanllevar a cabo sus labores cotidianas y ser un factor útil a lafamilia, los viejos por decisión propia abandonaban el iglúpara que se congelasen en el ambiente exterior helado. En larepública de Corea igualmente se les llevaba en una carretaal bosque y les dejaban solos para que eventualmente murie-sen. Las costumbres han cambiado y, en la actualidad, unbuen número de los ancianos son llevados a un asilo, o a lasllamadas casas de descanso. En algunos países, como en Méxi-co y seguramente en otros países de habla hispana, sin embar-go, todavía se acostumbra que el anciano conviva en el am-biente familiar y sus hijos y nietos les otorgan el cuidadonecesario, y dado el caso de no poder hacerlo, entonces pormedio del pago a otras personas que acepten dicha tarea. Debehacerse hincapié en el hecho inobjetable, ya mencionado enla introducción, que dado el aumento progresivo de la pobla-ción envejecida, será necesario atender un mayor número deviejos enfermizos, desnutridos, deprimidos, con problemaspsiquiátricos, abandonados por sus familiares, desprotegidos,pobres, maltratados, discapacitados física y/o mentalmente,que van a depender de las instituciones de ayuda social o delas de asistencia pública: Habrá algunos ancianos afortuna-dos que serán atendidos por los miembros de la familia yhasta por amigos que les otorguen protección.