Las Brigadas Rojas y el poder de las ideologías asesinas

Alessandro Orsini es director del Centro per lo Studio del Terrorismo de la Universidad Tor Vergata(Roma) y profesor de Sociologa Poltica en la Universidad LUISS Guido Carli (Roma).

Traduccin de Jos Ruiz Vicioso

OCTUBRE / DICIEMBRE 2014 69

LAS BRIGADAS ROJAS Y EL PODER DE LAS IDEOLOGAS ASESINAS

Las Brigadas Rojas han sido la formacin terrorista de extrema iz-quierda ms violenta y sanguinaria de la historia de Europa occi-dental. Su objetivo era la instauracin de la dictadura del proletariadopara la construccin de una sociedad comunista basada en los principiosde la doctrina marxista-leninista.

Alemania tambin fue golpeada por el terrorismo de extrema izquierda,pero en menor medida que Italia. La Rote Armee Fraktion, nacida el 14 demayo de 1970, cometi 34 homicidios. Las Brigadas Rojas, nacidas en sep-tiembre de 1970, han reivindicado 89.

Fundadas por Renato Curcio, Alberto Franceschini y Margherita Cagol,las Brigadas Rojas llevaron a cabo su primer asesinato en Padua el 17 dejunio de 1974, cuando dispararon contra Giuseppe Mazzola y GrazianoGiralucci, dos militantes del Movimiento Social Italiano. El ltimo homi-cidio data del 16 de abril de 1988, cuando mataron a Roberto Ruffilli, unprofesor de Ciencias Polticas que colaboraba con el partido de la Demo-cracia Cristiana para una reforma de la Constitucin italiana.

ALESSANDRO ORSINI

70 OCTUBRE / DICIEMBRE 2014

CUADERNOS de pensamiento poltico

La accin ms impactante de las Brigadas Rojas fue la masacre de cincoagentes de la escolta de Aldo Moro, ocurrida en Roma el 16 de marzo de1978. Moro, que era el presidente de la Democracia Cristiana, estuvo se-cuestrado durante cincuenta y cinco das hasta que fue asesinado el 9 demayo. Gracias a aquel secuestro y a su gestin meditica, los brigadistasrojos adquirieron una visibilidad mundial.

LOS BRIGADISTAS ROJOS: TERRORISTAS O GUERRILLEROS?

En Italia hay algunos intelectuales que simpatizan con los terroristas deextrema izquierda. Se trata, principalmente, de escritores, profesores uni-versitarios y periodistas que, en los aos setenta y ochenta, profesaban laideologa comunista. Estos hombres, queriendo trasladar una imagen po-sitiva de los brigadistas rojos, afirman que estos eran guerrilleros y no te-rroristas porque segn dicen abran fuego contra escoltas armados,mientras los terroristas disparan contra personas que no pueden defen-derse. Para dar fuerza a sus palabras, citan siempre la emboscada contra laescolta de Aldo Moro.

En realidad, la masacre de la escolta de Moro conocida tambincomo la masacre de via Fani por el nombre de la calle donde tuvolugar fue un caso nico. Habiendo efectuado un anlisis de los homici-dios de las Brigadas Rojas, puedo afirmar que la vctima tpica es una per-sona desarmada e indefensa. La mayor parte de las vctimas fueronemprendedores, mdicos, directivos de empresas, profesores, jueces, pe-riodistas, abogados, conductores, burcratas de partido, sindicalistas. Losbrigadistas rojos mataron tambin a un obrero de la FIAT, Guido Rossa,que se haba enfrentado a las Brigadas Rojas, a las que consideraba ungrupo de feroces asesinos. A Rossa, que era miembro del Partido Comu-nista Italiano (PCI), lo mataron en Gnova el 24 de enero de 1979,cuando suba al coche para ir al trabajo. Tambin l estaba desarmado eindefenso.

La violencia de las Brigadas Rojas entra en la categora sociolgica dela violencia cobarde que ha sido analizada por el socilogo Randall Co-


LAS BRIGADAS ROJAS Y EL PODER DE LAS IDEOLOGAS ASESINAS / ALESSANDRO ORSINI

llins en su libro Violence. A Micro-Sociological Theory 1. La violencia cobardees un tipo de violencia ejercida contra personas que no tienen posibilidadde defenderse.

LA DERROTA CULTURAL

Las causas que han llevado a la derrota de la Brigadas Rojas han sido nu-merosas: polticas, econmicas, sociales, militares. No pudiendo analizartodas en este artculo, me detengo en una de las ms importantes: la trans-formacin cultural de la izquierda italiana en los aos ochenta.

En los aos setenta, los brigadistas rojos haban gozado de la aproba-cin de amplios estratos de la izquierda, lo que haba favorecido su as-censo. El terrorista plurihomicida Mario Moretti, que dirigi las BrigadasRojas en esos aos, ha escrito que los brigadistas rojos no fueron nuncamuy numerosos y que, bajo el perfil militar, carecan de toda preparacin.Sin embargo, reciban ayuda y apoyo por parte del abigarrado mundo dela izquierda2.

La transformacin cultural que experiment la Italia de los aos ochentarepresent una catstrofe para el terrorismo de extrema izquierda que fueprivado, homicidio tras homicidio, del agua en que nadaba. La agona delcomunismo y los xitos del capitalismo, que haba distribuido un nivel deriqueza y de bienestar sin precedentes en la historia de Italia, favorecieronla difusin, lenta pero constante, de los valores polticos de las democra-cias liberales en todos los estratos del electorado de izquierdas.

Como escribi el arrepentido Patrizio Peci que, hasta su arresto,haba sido dirigente de las Brigadas Rojas, los brigadistas rojos eran in-capaces de ver que los xitos del capitalismo haban alejado a los traba-

1 Cfr. Randall Collins, Violence. A Micro-Sociological Theory, Princeton and Oxford: Princeton Uni-versity Press, 2008.

2 Cfr. Mario Moretti, Brigate rosse. Una storia italiana, Milan: Mondadori, pp. 56 e 122.



jadores italianos de los dogmas del comunismo revolucionario. En estaspginas autobiogrficas, publicadas por primera vez en 1983, Peci expli-caba que los brigadistas rojos estaban destinados a la derrota porque, es-tando privados de todo sentido de la realidad, vivan fuera del mundo3.Durante los ltimos meses en que militaba en las Brigadas Rojas, Pecihaba comprendido que la profeca catastrfica de Marx no se haba cum-plido. El capitalismo no haba llevado al hambre y a la desesperacin amillones de trabajadores italianos. Al contrario, el capitalismo italiano, apesar de sus lmites y de sus sombras, haba difundido, en todos los es-tratos de la poblacin, un nivel de riqueza y de libertad sin precedentes.Peci fue testigo de una de las ms grandes paradojas de la historia: en lospases comunistas campaban la explotacin de los trabajadores, la po-breza y el terror de Estado. En Italia, los trabajadores se enriquecan y suslibertades aumentaban. En los aos ochenta se derrumbaba el comu-nismo, no el capitalismo.

Los brigadistas rojos se encontraron cada vez ms aislados entre lasnuevas generaciones, las cuales empezaron a ver en ellos un grupo de fa-nticos asesinos, devotos de una ideologa delirante que se reflejaba tam-bin en el lenguaje de sus documento escritos las llamadas resolucionesde la direccin estratgica, que resultaban incomprensibles por su altogrado de abstraccin. Alberto Franceschini, que, como hemos visto, fueuno de los tres fundadores de las Brigadas Rojas, en un libro autobiogr-fico publicado por primera vez en 1988, se critic a s mismo y a suscompaeros a los que defini como drogados de ideologa. Estas pa-labras debieron de ser atentamente meditadas, dado que fueron pro-nunciadas por un brigadista que jams se ha arrepentido. EscribeFranceschini: Nosotros [brigadistas rojos] solo hemos sido unos toxi-cmanos, drogados de un tipo particular, de ideologa. Una droga mor-tal, peor que la herona. Bastan unos pocos centmetros cbicos y estsperdido de por vida4.

3 Cfr. Patrizio Peci, Io, lInfame, Edited by Giordano Bruno Guerri, Milan: Mondadori, 1983. 4 Alberto Franceschini, Mara, Renato e io. Storia dei fondatori delle Br. Milan: Mondadori, 1988,p. 204.



LA IDEOLOGA DE LAS BRIGADAS ROJAS

El testimonio de Alberto Franceschini es importante porque dirige nues-tra atencin hacia el poder de la ideologa brigadista, la cual tiene la capa-cidad de transformar a las personas comunes profesores, periodistas,mdicos, estudiantes en horribles monstruos merecedores de ser asesina-dos. Nuestra pregunta es cmo ven el mundo los brigadistas rojos?

En mis estudios ms recientes apoyndome en los estudios de Clif-ford Geertz y de Raymond Boudon he concebido el brigadismo rojocomo una red conceptual o modo de ver el mundo basado en cinco pi-lares cognitivos5. Quiero aclarar que el universo mental de los brigadistasrojos es ms amplio y complejo que el que voy a describir. Sin embargo,los brigadistas rojos todos los brigadistas rojos se expresan y razonandentro de un mismo esquema mental:

Catastrofismo radical. Obsesin por la pureza. Principio de segregacin. Identificacin del maligno. Obsesin por la purificacin.

El catastrofismo radical es la conviccin de que el mundo se ha pre-cipitado en un infierno de dolor y de ignorancia a causa del capitalismoy de la existencia de la propiedad privada. Todo aspecto de la sociedaden que vivimos es considerado una fuente de corrupcin moral y de per-versin espiritual. En sus documentos escritos, los brigadistas rojos afir-man que la mayora de las personas vive en la ignorancia a causa de unpoder oculto que est en condiciones de manipular la mente de las per-sonas. Como se lee en el libro Gotas de sol en la ciudad de los espectros, es-crito por Renato Curcio y Alberto Franceschini mientras se encontrabanen prisin, los brigadistas rojos sienten el deber de organizarse para lle-

5 Cfr. Alessandro Orsini, Poverty, Ideology and Terrorism: The STAM Bond, in Studies in Conflictand Terrorism, 10/2012, pp. 665-692.



var la luz a quien no ve6. Su misin es salvar a la humanidad. Solo los bri-gadistas rojos son conscientes de la existencia de la terrible catstrofemoral en que se encuentra inmersa la humanidad. Solo ellos conocen lareceta para liberar del sufrimiento al gnero humano.

Del catastrofismo radical emana la segunda caracterstica del universomental de los brigadistas rojos: la obsesin por la pureza. Los brigadistasrojos se consideran los nicos puros en un mundo dominado por la co-rrupcin universal. Ellos pertenecen a una raza elegida. Si todos los hom-bres fuesen como los brigadistas rojos, los males del mundo desapareceran.

De la obsesin por la pureza deriva la tercera caracterstica de los bri-gadistas rojos, que es el principio de segregacin. La corrupcin moral queha contaminado al mundo representa un peligro constante tambin paralos militantes de las Brigadas Rojas, los cuales deben evitar todo contactocon los burgueses, que podran contagiarlos moralmente. Para lograrlo, losbrigadistas rojos deben levantar un muro infranqueable entre su mundo (elmundo de la luz) y el mundo burgus (el mundo de las tinieblas). El con-tacto fsico y mental con el mundo burgus est prohibido.

La identificacin del maligno es un mecanismo cognitivo que consisteen la individuacin de una categora de personas los burgueses y la cul-tura liberal que representa la fuente de todos los males. El brigadista rojoes aquel que afirma: el mal eres t!.

La obsesin por la purificacin, que no debe ser confundida con la ob-sesin por la pureza, es la ltima de las categoras mentales de los briga-distas rojos. Como hemos visto, la obsesin por la pureza consiste en laconviccin de pertenecer a una raza moralmente superior. La obsesin porla purificacin, en cambio, es la obsesin por el exterminio de todas aque-llas categoras sociales que son identificadas con el mal absoluto. Sobreeste punto, los brigadistas rojos nunca tuvieron dudas: una vez conquis-

6 Cfr. Renato Curcio e Alberto Franceschini, Gocce di sole nella citt degli spettri, Rome: Co-rrispondenza Internazionale, 1982.

tado el poder, la burguesa y los capitalistas seran eliminados de la faz dela tierra a travs de la violencia. De este modo, la corrupcin moral pro-vocada por el liberalismo del mundo burgus sera sustituida por la purezaespiritual del marxismo-leninismo de las Brigadas Rojas.

Del conjunto de los elementos cognitivos que caracterizan el universomental de los brigadistas rojos, obtenemos un discurso que nunca varaen su esquema fundamental. Todos los documentos ms importantes delas Brigadas Rojas del primero al ltimo presentan el mismo relatoideolgico.

Esta es la droga asesina de la que habla Alberto Franceschini. El mundoest sumido en un abismo de infelicidad y de corrupcin moral (catastro-fismo radical) que amenaza con contaminar la pureza de los elegidos (obse-sin por la pureza), los cuales deben aislarse del mundo circundante(identificacin del maligno) para despus proceder a su exterminio (obse-sin por la purificacin).

En este esquema mental, la catstrofe es representada por el capitalismoy la economa de mercado. Los puros, que tienen el deber moral de salvara la humanidad llevando la luz a quienes no ven, son los brigadistas rojos.El corrupto mundo exterior es el mundo de los burgueses, que son tambinlos responsables de todos los males. El exterminio, en fin, coincide con lainstauracin de la dictadura del proletariado que deber liberar a la socie-dad de todos aquellos que no quieran someterse al poder absoluto del Par-tido comunista de las Brigadas Rojas. El castigo para los opositores de lasBrigadas Rojas ser la muerte.

EL RETORNO

Tras la cada del Muro de Berln, las Brigadas Rojas parecan desterradas al pa-sado. Y sin embargo, se reconstituyeron en torno a este mismo discursocon el que haban nacido treinta aos antes: catastrofismo radical, obsesinpor la pureza, principio de segregacin, identificacin del maligno, obsesinpor la purificacin.





El 20 de mayo de 1999 asesinaron a Massimo DAntona, un profesor dela Universidad de Roma La Sapienza que colaboraba con el Gobiernode Massimo DAlema. El 19 de marzo de 2002, en Bolonia, mataron aMarco Biagi, profesor de la Universidad de Mdena que colaboraba con elGobierno de Silvio Berlusconi. Fueron asesinados porque trabajaban en unproyecto de reforma del mercado laboral que los brigadistas considerabandaino para los trabajadores. Tanto DAntona como Biagi estaban desar-mados y carecan de escolta.

El 2 de marzo de 2003, en fin, mataron al agente de polica EmanuelePetri durante un tiroteo ocurrido en un tren de la lnea Roma-Florencia enel que tambin encontr la muerte el brigadista rojo Mario Galesi.

En su libro Inside Terrorism, Bruce Hoffman uno de los ms prestigio-sos estudiosos del terrorismo ha escrito que los terroristas son altruis-tas7. Comparto esta afirmacin, pero querra precisar en qu sentido.

LOS TERRORISTAS DE VOCACIN

Como socilogo que soy, mantengo un inters por la generalizacin, porlo que hago la siguiente pregunta: los brigadistas rojos representan un casonico e irrepetible en la historia del terrorismo o es posible situarlos den-tro de una categora ms amplia de terroristas? Mi respuesta es que los bri-gadistas rojos pertenecen a una particular categora antropolgica que hedenominado terroristas de vocacin.

El terrorista de vocacin es aquel que, aun teniendo la posibilidad de lle-var una vida relativamente cmoda, elige el matar y el ir a hacia la muerte ola crcel para apagar una necesidad espiritual. Los terroristas de vocacinson aquellos que alcanzan un nivel de fanatismo ideolgico tal que eligenlibre y conscientemente el sacrificio total de s mismos. Muchos creen quelos terroristas de vocacin son solo los de Al Qaeda, pero no es as. Como ha

7 Bruce Hofmann, Inside Terrorism, New York: Columbia University Press, 2006, p. 37.



explicado el socilogo Luciano Pellicani y como la historia ha documentadoampliamente tambin el marxismo-leninismo, en su versin ms violenta eintolerante, es una religin poltica que puede llevar a los individuos a unaforma de militancia en la que la vida se dedica a la bsqueda de la muerte8.

Para aclarar cul es el modo de pensar de un terrorista de vocacin, re-produzco las palabras de un terrorista de extrema izquierda que entrevist enel mes de abril de 2014, condenado a cadena perpetua por haber matado almenos a siete personas. Se trata de un hombre culto e inteligente, con doslicenciaturas universitarias. La entrevista, que requiri tres encuentros, duren conjunto seis horas. Transcribo un parte de nuestra conversacin:

Por qu decidiste entrar en guerra con el Estado italiano?Yo empec la lucha armada por las mismas razones que han llevado atantos compaeros mos a entrar en guerra y sacrificar la propia vida. Noestaba solo, ramos muchos. ramos centenares, miles. Aquello que yoquera, aquello que nosotros queramos, era una aceleracin del desarro-llo histrico. Nosotros queramos el retorno de Cristo a la Tierra, crea-mos crear la sociedad perfecta, queramos establecer el Paraso en laTierra y veamos en el comunismo la realizacin de este sueo. No que-ramos esperar. Pensbamos que podamos tenerlo todo e inmediata-mente. Pensbamos que la cada de la sociedad burguesa era inminentey queramos darle el golpe definitivo al capitalismo y a la burguesa a tra-vs del uso de la violencia. Queramos mucho ms que un simple derro-camiento del Gobierno de la Democracia Cristiana.

Entonces vuestro objetivo ltimo no era la conquista del Estado. He enten-dido bien?Cierto que no! Quien piense esto no ha entendido nada de aquelloque tenamos en mente. Nuestro objetivo no era conquistar el Estado.Nosotros queramos crear un tipo de sociedad que nunca haba exis-tido antes. Algo de total novedad y de total belleza. Tenamos enmente un sueo y veamos en la sociedad burguesa el ms grande obs-

8 Cfr. Luciano Pellicani, I rivoluzionari di professione, Florence: Vallecchi, 1974.

tculo para nuestros sueos. Nosotros estbamos en guerra contra elmundo burgus de pensar, de vestir, de hablar, de razonar. Estbamosen guerra contra un mundo cultural, el mundo de la burguesa, hechode smbolos, de valores, de significados. No era solo una cuestin depoder poltico. Queramos crear un hombre nuevo y un mundo nuevo.La cosa puede parecerte increble, lo s, pero mientras mataba, sabaque al final sera derrotado. Saba muy bien que, al final, terminaraen la crcel o muriendo a manos de la polica.

Por qu no abandonaste la lucha armada, si tenas esta conviccin? Sabasque perderas y sin embargo continuaste. Por qu?Continu combatiendo porque mi fe en el ideal era ms grande quemi inters personal. Yo no razonaba en base a aquello que era ms con-veniente para m, sino en base a aquello que consideraba justo segn misideales y, obviamente, tambin por amor a mis compaeros. He vistomorir a muchos compaeros. Hasta a mi novia la mataron los carabi-nieri. Ella formaba parte de mi misma organizacin poltica. Pero yosegu adelante, a pesar de su muerte. Tuve la oportunidad de huir al ex-tranjero, pero no lo hice. Cuando fui arrestado no me arrepent.

Durante el tercer encuentro, trat de reconstruir el tipo de vida que estehombre llevaba cuando era terrorista. Tambin en este caso, por motivosde sntesis, me limito a transcribir solo una parte de la entrevista:

Si he entendido bien, has sacrificado tu vida por un ideal.Cierto, es exactamente as.

Me puedes describir tu cotidianeidad? Podras describirme, con una pala-bra, tu vida mientras vivas en la clandestinidad?La palabra es mierda.

En qu sentido?En el sentido de que mi vida, como la vida de todos aquellos que vi-van y viven en la clandestinidad, era una mierda. Si pienso en un colorpara describir aquellos aos, pienso en el gris. La vida clandestina esuna vida de mierda. Vives fuera del mundo. Es como ser un extrate-



rrestre. Debes renunciar a todo. Vives con el miedo constante a que tematen. Ves este callo que tengo en la mano? Es el callo del asesino.Tengo este callo porque apretaba continuamente una pistola. Viva cadainstante con el miedo de que me descubrieran y me mataran. Cuandopor la noche me acostaba, dorma apretando la pistola porque temaque los policas irrumpieran de noche en mi casa, mientras dorma.

Un terrorista de vocacin es una persona que elige una vida basada enel sacrificio de s mismo. Estos hombres existen en Al Qaeda, pero tambinen las formaciones terroristas de extrema izquierda.

LOS TERRORISTAS NO SON LOCOS

En mi experiencia como entrevistador de terroristas, no he tenido nuncala impresin de estar delante de perturbados mentales. Al contrario. Me heencontrado siempre con personas cultas, lcidas, inteligentes. Los terro-ristas de vocacin no son locos. Son hombres y mujeres que han adquiridouna particular ideologa y ven el mal donde otros ven a un normal profe-sor universitario.

Para convertirse en brigadista rojo es necesario, en primer lugar, adqui-rir una ideologa. Segn mis estudios, la ideologa es un modo de describirla realidad basado en el poder de los smbolos, cuyo fin ltimo es la divi-sin del mundo en solo dos categoras: el Bien y el Mal.

Para aclarar mi enfoque, distingo el concepto de cultura poltica del deideologa poltica. En general, la cultura poltica desempea una funcincognitiva y no tiene como fin provocar la accin. Es lo que nos permite co-nocer cmo funciona el sistema poltico, quines son los lderes polticosms importantes y cules son los problemas polticos ms urgentes. La ide-ologa poltica, en cambio, tiene como fin responder a esta pregunta:Quin es el culpable?.

La cultura poltica y la ideologa poltica pueden desarrollarse separa-damente. En mi vida de socilogo, he entrevistado a personas que tienen



una vasta cultura poltica y una dbil ideologa y personas de escasa cul-tura poltica pero con una fuerte ideologa. Algunos conocen el funciona-miento del sistema poltico en profundidad pero no tienen enemigos quederrotar y no estn interesados en cambiar el mundo. Otros, en cambio, tie-nen un conocimiento superficial de la poltica, de la historia y de la gne-sis de los conflictos sociales. En algunos casos, estas personas no sedocumentan a travs de la lectura de libros y peridicos. No saben quines el presidente de la ONU o del Banco Mundial y no saben nada del con-flicto entre israeles y palestinos, pero alimentan un odio tenaz hacia unacategora de personas.

Para hacer ms clara la distincin entre el concepto de cultura poltica yel de ideologa poltica, me alejo de mis estudios sobre el terrorismo de ex-trema izquierda para referirme a mis investigaciones ms recientes sobre losmovimientos neonazis. Reproduzco las palabras de un militante neonazi queentrevist en el mes de mayo de 2014. Se trata de un chico de diecinueveaos sin ningn conocimiento del conflicto palestino-israel. En este jovenneonazi la ideologa poltica es fuerte mientras la cultura poltica es dbil.

Prstese atencin a este intercambio de palabras ocurrido durante unainvestigacin etnogrfica en la que he participado sobre la vida de un gruponeonazi durante algunos meses. La conversacin se produjo al trmino deuna manifestacin contra los inmigrantes mientras nos dirigamos a un barpara encontrarnos con otros militantes neonazis.

De eso que dices, me parece entender que los judos ejercen un poder oculto quees la causa de la crisis econmica que estamos viviendo en Italia. He enten-dido bien?En Italia? No solo en Italia. En todo el mundo! [con un tono enf-tico]

Entonces, los judos son los responsables de la crisis econmica en todo elmundo?Cierto, pero no de ahora. De siempre. Los judos siempre han creadoproblemas. En todos los pases, tambin en Italia. Hay siempre un grupode judos que controla el poder.



Perdona, no entiendo mucho de judos. Me explicas una cosa?Dime.

Los judos dnde estn? En Palestina?Dnde estn? No s dnde estn. Estn por todas partes.

Por qu hay guerra en Palestina? Oigo siempre noticias que hablan de unaguerra en Palestina. Los israeles combaten para liberar Israel del control delos soldados palestinos. No he entendido nunca si son los palestinos los que haninvadido a los israeles o al contrario. Mira, yo tampoco lo s, pero s que los judos estn por todas partesy que tocan los cojones. El problema no es saber dnde estn los judos.El problema es que los judos existen y tocan los cojones.

En un estudio sobre los procesos de radicalizacin que conducen al te-rrorismo islmico, Mitchell D. Silber y Arvin Bhatt afirman que el primerpaso hacia el terrorismo islmico consiste en la adquisicin de una ideo-loga o de un cierto modo de ver el mundo9. Se trate de un brigadista rojo,de un neonazi o de un terrorista islmico, el poder de las ideologas pol-ticas radicales es evidente. Antes de matar a un hombre, o de justificar sumuerte, los individuos tienen necesidad de saber qu categora de perso-nas representa el mal. Como expliqu en mi libro Anatomia delle Brigaterosse 10, una ideologa no basta, de por s, para crear un terrorista. He en-trevistado a muchas personas que han abrazado una ideologa violentapero que nunca han ejercitado la violencia.

No obstante, las ideologas polticas radicales son fundamentales porquepermiten afirmar: El mal eres t. Este es el primer paso hacia el terrorismode vocacin.

9 Cfr. Mitchell D. Silber and. Arvin Bhatt, Radicaization in the West: the Homegrown Threat, NewYork: New York City Police Department, 2007, p. 16.

10 Cfr. Alessandro Orsini, Anatomy of the Red Brigades. The Religious Mind-Set of Modern Terror-ists, Ithaca and London; Cornell University Press, 2011.





RESUMENEl presente artculo analiza el caso de lasBrigadas Rojas italianas como ejemplo de te-rrorismo de extrema izquierda de inspiracinmarxista-leninista. El anlisis pone el acentoen el papel de la ideologa como esquemamental que explica la accin de los terroris-tas y presenta a los mismos dentro de la ca-tegora terroristas de vocacin. Lase,aquellos que teniendo la posibilidad de llevaruna vida cmoda eligen la accin terroristapara apagar una necesidad espiritual.

ABSTRACTThis article analyses the case of theItalian Red Brigades as an example ofextreme left terrorism of Marxist-Leninistinspiration. The analysis emphasizes therole of ideology as a mental frameworkthat explains the action of terrorists andpresents them as "terrorists byvocation." In other words, those, whohaving the possibility of leading acomfortable life, choose terrorist actionto placate a "spiritual" need.

PALABRAS CLAVEItaliaTerrorismoBrigadas RojasIdeologa

FUENTESEste artculo est basado en las siguientesfuentes:

Entrevistas directas con terroristas plu-rihomicidas de extrema izquierda.

Entrevistas directas con las vctimas su-pervivientes de los atentados de las Bri-gadas Rojas y de Primera Lnea.

Testimonios y declaraciones en los pro-cesos judiciales por parte de brigadis-tas rojos plurihomicidas.

Vdeo-entrevistas con militantes de lasBrigadas Rojas y de Primera Lnea con-servadas en los archivos de la RAI (te-levisin italiana del Estado).

Reivindicaciones escritas de agresio-nes, secuestros, hurtos, asaltos, lesio-nes y homicidios.

Resoluciones estratgicas de las Briga-das Rojas.

Documentos conmemorativos de briga-distas rojos muertos a manos de lasfuerzas del orden.

Cartas privadas de brigadistas rojos asus familiares.

Autobiografas de militantes de las Bri-gadas Rojas.

Autobiografas de vctimas de las Briga-das Rojas.

Las Brigadas Rojas y el poder de las ideologías asesinas

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