Lady Takao

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Lady Takao 1 En el muro quedaron los tatuajes del juego, el tiempo me conmina pero no me doblego Midorima bajo las escaleras con parsimonia. Su papá le había mandado a hablar y eso no pronosticaba nada bueno. Toco la puerta del despacho y espero que se le concediera permiso para pasar. Su padre le miro unos momentos antes de hablar. Sus ojos verdes se toparon con los propios indicándole con la mirada que tomara asiento. —Hijo, ya tienes 17 años. — Dijo su padre, poniéndolo tenso al instante. — En natural que a estas alturas exista una jovencita que te guste, y tengas una novia. — Shintarou levanta la ceja no es la primera vez que tienen esta platica, pero le resulta igual de incomoda que las veces anteriores. Este tipo de situaciones lo estresan.— A pesar de eso no has traído a nadie a la casa, ni hemos tenido que ir a la casa de los padres de alguna para pedirles permiso para que pretendas a su hija. Midorima suspira con pesadez, siempre son las mismas palabras, él siempre dará la misma respuesta. —Papá, eso ya no se usa — Le recuerda, aunque está dispuesto a ir a pedir el permiso de los padres de Takao para pretender a su hijo, aun cuando no está dispuesto a admitirlo en voz alta. Primera porque no sabe cómo su padre tomara el hecho de que él este enamorado de un hombre y segunda porque ni siquiera ha reunido el valor suficiente para confesársele a Kazunari. —Ya lo sé hijo, pero puede darse el caso, en fin, no es eso lo que quería decirte. — Shintarou se tensa de nuevo, no es así como debe avanzar la conversación; su padre debería darle un sermón sobre los deberes que tiene un verdadero caballero en nuestra sociedad actual y dejarlo ir sin más. Pero las cosas son diferentes, y cáncer está en el último puesto de ranking eso no pronostica buenos resultados. — Mañana tu madre y yo daremos una fiesta, ira por supuesto la familia y las familias de algunos de mis socios. Estoy seguro de que encontraras alguna jovencita que… —No quiero — Interrumpe Shintarou a su padre, nunca en su vida se ha atrevido a contradecirlo, pero ahora ha sacado valor de lo más profundo de su

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Libro. Fanfiction.

Transcript of Lady Takao

Page 1: Lady Takao

Lady Takao

1

En el muro quedaron los tatuajes del juego,

el tiempo me conmina pero no me doblego

Midorima bajo las escaleras con parsimonia. Su papá le había mandado a

hablar y eso no pronosticaba nada bueno. Toco la puerta del despacho y

espero que se le concediera permiso para pasar. Su padre le miro unos

momentos antes de hablar. Sus ojos verdes se toparon con los propios

indicándole con la mirada que tomara asiento.

—Hijo, ya tienes 17 años. — Dijo su padre, poniéndolo tenso al instante. — En

natural que a estas alturas exista una jovencita que te guste, y tengas una

novia. — Shintarou levanta la ceja no es la primera vez que tienen esta platica,

pero le resulta igual de incomoda que las veces anteriores. Este tipo de

situaciones lo estresan.— A pesar de eso no has traído a nadie a la casa, ni

hemos tenido que ir a la casa de los padres de alguna para pedirles permiso

para que pretendas a su hija.

Midorima suspira con pesadez, siempre son las mismas palabras, él siempre

dará la misma respuesta.

—Papá, eso ya no se usa — Le recuerda, aunque está dispuesto a ir a pedir el

permiso de los padres de Takao para pretender a su hijo, aun cuando no está

dispuesto a admitirlo en voz alta. Primera porque no sabe cómo su padre

tomara el hecho de que él este enamorado de un hombre y segunda porque

ni siquiera ha reunido el valor suficiente para confesársele a Kazunari.

—Ya lo sé hijo, pero puede darse el caso, en fin, no es eso lo que quería

decirte. — Shintarou se tensa de nuevo, no es así como debe avanzar la

conversación; su padre debería darle un sermón sobre los deberes que tiene un

verdadero caballero en nuestra sociedad actual y dejarlo ir sin más. Pero las

cosas son diferentes, y cáncer está en el último puesto de ranking eso no

pronostica buenos resultados. — Mañana tu madre y yo daremos una fiesta, ira

por supuesto la familia y las familias de algunos de mis socios. Estoy seguro de

que encontraras alguna jovencita que…

—No quiero — Interrumpe Shintarou a su padre, nunca en su vida se ha

atrevido a contradecirlo, pero ahora ha sacado valor de lo más profundo de su

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ser, no puede acabar prometido en esa fiesta, no cuando él ya tiene alguien

en el corazón. Presentarle a una chica en esa fiesta no puede tener otro

propósito.

— ¿Por qué no?, ¿Acaso estas saliendo con alguien ya? — Pregunta su padre,

poniendo aún más nervioso a Shintarou que no está seguro de que decir a

continuación.

—Sí, hace poco comencé a salir con alguien. — Un sonrojo asalta su rostro

cuando a su mente llega la sonrisa de Takao; Shintarou desvía la mirada, no

mira la sonrisa complacida en el rostro se su padre, pero escucha el sonido

alegre de su voz cuando le responde.

—Invítala entonces — Dice aparentemente serio. Shintarou abre los ojos por la

sorpresa. Eso es algo que no esperaba. — Es una fiesta de gala, asegúrate de

decírselo, si tiene algún problema con sus padres por la repentina invitación

házmelo saber para poder hablar con ellos y hacerle una invitación formal. —

Dice su padre, levantando de su asiento en señal de que la plática ha

terminado, palmea el hombro de su hijo orgulloso y sonriente. — ¡Felicidades

hijo! — Dice, ahora ya, sin disimuilar la emoción. — ¿Cómo se llama la

jovencita? —Pregunta.

—Takao — Responde Midorima, sin meditar antes, está a punto de sufrir un

infarto cerebral, la cara de su padre se contrae en una mueca y sólo entonces

se da cuenta de lo que ha dicho.

—¿El chico que está contigo en el club de basket? — Interroga, nervioso, sin

estar seguro de si quiere o no saber la respuesta.

—Es su hermana — Miente Shintarou, sintiendo nauseas.

—¿La que tiene seis años?

>>Mierda<< Piensa Midorima, su madre seguramente le ha comentado ese

detalle a su padre, después de todo, su propia hermana tiene la misma edad.

Justo ahora se percata de lo mucho que habla de Takao aunque él nunca

haya entrado a su casa.

—No, es su hermana melliza… Sí, eso es. — Nunca ha dicho una mentira y eso lo

hace salir ileso de la situación.

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— Ya veo. — Su padre no está seguro de haber escuchado de dicha hermana

y eso que su esposa le repite todo lo que ella y su hijo hablan, a pesar de ello

decide no hacer más preguntas. Igualmente mañana conocerá a la chica. —

Le diré a tu madre que todo está listo, entonces, eso es todo lo que tenía que

decirte. Buenas noches. — Shintarou asiente en respuesta y sale del despacho

a paso apresurado está en un problema y muy grave.

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siento a pesar de todo brutal desasosiego

y el código de agobios lo dejo para luego.

45…

46…

47…

Ante la mirada incrédula de entrenador y todos los del equipo, Midorima ha

fallado un tiro tras otro, en su mirada se refleja una angustia que

verdaderamente no siente, nunca se ha considera un buen actor, pero si

quiere que todo salga de acuerdo a como lo planeo debe seguir el protocolo.

Las gotas de sudor cubren su rostro enrojecido por el esfuerzo. Es más fácil para

él completar un tiro que fallarlo.

—No me siento bien— Anuncia sin aliento. El entrenador se encamina a él

preocupado, pero Takao es más rápido.

—Shin chan, ¿Qué tienes? — Takao se aferra a sus brazos como si tuviera miedo

de que Midorima fuera a colapsar.

—Me duele la cabeza. — Responde, no miente, eso no es parte de show pero

es verdad, la cabeza le está matando, demasiado estrés acumulado en su

cuerpo y el doble de concentración mental para fallar sus tiros.

—Midorima, deberías parar por hoy. — Es el entrador, hablándole en un tono

casi maternal, Midorima levanta la mirada que hasta el momento tenía en el

suelo y sus ojos verdes se topan con la mirada azul de Takao. En su cristalina

mirada puede ver la genuina preocupación.

—Sí, será mejor que me vaya a mi casa. — Responde, dejando a todos de

piedra. Habían visto a Midorima ir a entrenar con fiebre, casi cuarenta grados,

sin quejarse. Si accedía a irse así entonces seguro estaba muriendo.

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Midorima se suelta del agarre de Takao, con delicadeza y le dedica una sutil

sonrisa que hace a Kazunari enrojecer hasta las orejas, es la primera vez que

Shintarou le sonríe de esa manera, ahora sí está verdaderamente preocupado.

Unos instantes después de que Midorima se pierda tras la puerta que lleva a los

vestidores Takao mira interrogante al entrenador. Quiere ir con Midorima,

acompañarlo a su casa, asegurarse que este bien, noto que estaba mal desde

que fue por él esa mañana. El entrenador asiente resignado, está preocupado

por Midorima y sabe de ante mano que Takao no jugara más sin él.

Apenas entra a los vestidores, Midorima hecha a correr el teatrito que tenía

planeado. Necesita la ayuda de Takao, podría sólo pedírsela sí, pero es mejor si

es él quien la ofrece. Se sienta junto a los casilleros con las piernas estiradas,

recargando la cabeza, no se molesta en secarse las gotas de sudor de la frente,

su respiración esta agitada por correr con la boca abierta hasta los vestidores,

seguro luce muy desmejorado, eso es justo lo que quiere.

Escucha los pasos apresurados en el pasillo, debe ser Takao, Midorima

mantiene la pose inicial aunque por dentro sonríe. Kazunari abre la puerta de

los vestidores y encuentra a Midorima recargado en los casilleros. Su respiración

agitada, el rostro rojo y el sudor que perla su frente le hacen agua la boca.

No puede evitar sentirse como un desgraciado, Midorima se siente mal y

mientras tanto él está ahí, calentándose las ideas con su persona. Takao

sacude la cabeza, buscando esparcir las sucias imágenes que se forman en su

mente, molesto consigo mismo se acerca a Midorima despacio, hasta que se

reduce el espacio entre ellos, se hinca entre sus piernas aunque no lo hace con

un propósito sexual Midorima tiene que hacer un esfuerzo descomunal para

que su cuerpo no lo delate.

Siente las manos de Takao por su rostro. Esta tratando de limpiar las gota de

sudor, pero a él le suena más a una caricia llena de amor.

—Shin chan…— Lo llama en un susurro como si no quisiera perturbarlo. —¿Qué

paso? — Pregunta, no porque no sepa que su cabeza le duele, siente las

pulsaciones en las yemas de sus dedos cuando los pasa por su frente, pregunta

porque sabe que es algo más emocional que físico.

Es ahora o nunca.

Midorima abraza a Takao en un rápido movimiento, el sonrojo de Takao crece

a niveles desproporcionados cuando siente los brazos de Midorima aferrarse a

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su cintura con pasión. Midorima hunde la cabeza en su pecho; aspira su aroma

haciendo a Takao temblar. Midorima siente lo duro que se ha puesto Takao

con un simple roce, eso lo hace sentirse halagado, aun arrodillado entre sus

piernas seguramente Kazunari ha notado su propia erección, pero ahora que

sabe que sus sentimiento son bien correspondidos eso es lo de menos.

—Takao, estoy en problemas…— Susurra, él prefería tomar a Takao ahí mismo,

pero hay un asunto más importante que requiere atención urgente. Para

intimar habrá tiempo después y muy seguramente un lugar más apropiado que

los vestidores.

Takao se estremece por lo que escucha, no es común escuchar a Midorima

hablar de sus preocupaciones, aunque sabe que tiene muchas.

—¿Qué sucede Shin chan?, —Pregunta Takao en un susurro. Midorima no se la

ha confesado ni nada por el estilo, pero se siente con el derecho de abrazarlo,

de hundir sus dedos entre los cabellos verdes que reposan en su pecho, es más

suave de lo que siempre ha soñado. — Puedes contarme cualquier cosa,

yo…yo hare cualquier cosa a mi alcance para ayudarte, y yo…

—Mis padres quieren comprometerme —Interrumpe Midorima el discurso de

Takao usando el tono más angustiado que puede y siente como Takao aun en

sus brazos se estremece. — Les he dicho a mis padres que salgo con alguien

pero ese alguien no existe.

—Shin chan…. — Un nudo se ha formado en la garganta de Takao, quiere decir

algo pero no sabe que, sólo quiere mantener a Midorima ahí, en sus brazos y

protegerlo de todas las cosas que lo angustian.

—No puedo, no puedo acabar comprometido con alguien que no amo, no

cuando ya hay alguien en mi corazón. — Midorima ha levantado el rostro para

mirar a Kazunari mientras habla, no ha soltado el agarre que mantiene en su

cintura, de pronto cae de nuevo enamorado del rostro sonrojado y los ojos

llorosos de Takao.

Kazunari se aferra a los hombros de Midorima, su corazón late tan fuerte que

con toda certeza sabe que Shintarou lo escucha, él no ha aparatado sus ojos

verdes de su mirada azul, quisiera que no fuera tan tsundare y que hablara de

sus sentimientos sin miedo.

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—Takao…—Midorima llama a Takao en un susurro. Kazunari cae rendido en sus

brazos, aferra sus manos en su camiseta y hunde su rostro en su cuello, con la

cara roja de la vergüenza.

—Yo voy a cubrirte — Dice lleno de seguridad. Una idea lo ha asaltado de

pronto. No es la mejor de sus ideas pero por Midorima está dispuesto a

cualquier cosa. — No sé si pueda parecer una chica de verdad, pero puedo

intentarlo, puedes, ya sabes… presentarme como tu pareja y yo…y yo…. —

Takao habla rápido está nervioso, no puede evitarlo ni siquiera está seguro de

lo que dirá Midorima, ni siquiera tiene el valor de verlo a la cara y termina

hundiendo más el rostro en su cuello aún más. Midorima sonríe, aprovechando

que Takao no puede verlo, todo ha salido tal y como lo esperaba. Abraza a

Takao con cariño y suelta un suspiro de alivio.

— ¿Harías eso por mi Takao? — Pregunta Midorima aunque ya sabe la

respuesta, está disfrutando del momento lo más que puede.

—Yo haría cualquier cosa por Shin chan… — Responde más para sí mismo que

para Midorima, quien a pesar todo ha escuchado. Shintarou hunde sus dedos

en el cabello de Takao, el gesto parece relajarlo lo suficiente para hacerlo

levantar el rostro. Midorima le sonríe haciendo que su cabeza quede en blanco.

—Gracias…me has salvado….— Dice Midorima, aprovechando que Takao se

ha quedado callado. Acerca con su mano derecha su mochila que ha dejado

cerca para este momento. Takao gira la cabeza cuando escucha el ruido del

cierre. Midorima hurga en el interior, hasta que da con lo que busca.

Saca la cartera, deshace el abrazo que ha mantenido con Takao pero no lo

aparta. Kazunari observa con curiosidad, como siempre Midorima lleva encima

más dinero del que necesita, pero no es el efectivo lo que busca. Lo observa

deslizar una tarjeta por la ranura, y al instante siguiente la extiende en sus

manos.

—La fiesta es hoy por la noche, compra un vestido, de gala, elegante, no

importa el precio. Compra zapatos, una bolsa, lo que necesites y cárgalo a la

tarjeta. — Midorima habla rápido, dejando a Takao en estado de shock, no

nota como ha agachado la mirada para sacar de la cartera algo más, le

tiende entonces a Takao una fichas, todas blancas en ellas se reconoce la fina

y elegante caligrafía de Midorima — Hice tarjetas de cosas que seguramente

nos preguntaran, y de las respuestas que daremos asegúrate de leerlas.

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Takao toma todo lo que Midorima le ha dado entre sus dedos ahora

temblorosos, le cuesta mucho procesar lo que está sucediendo y la manera en

que el ánimo de Midorima cambio de forma tan repentina, casi siente que

todo estaba premeditado.

—Avisa a tus padres que te quedaras en mi casa a dormir, pasare por si a las

8:30. — Agrega Midorima ignorando el hecho de que Takao sigue pasmado.

Shintarou se levanta con cuidado de no lastimar a Takao a quien ayuda a

ponerse de pie sin esfuerzo alguno, le acaricia la sonrojada mejilla y deposita

en sus labios un fugaz beso antes de salir a toda prisa de los vestidores sin darle

oportunidad de decir nada.

Midorima corre por el pasillo a la salida, tiene muchas cosas que arreglara

también, mensajea a Kise y sin darle ningún detalle le informa que Takao

necesita su ayuda y le pide que se ponga en contacto con él lo antes posible.

El entrenador lo mira, definitivamente tiene una cara muy distinta a la que tenía

cuando se fue. Midorima toma un balón que se ha escapado en la práctica y

sin ningún esfuerzo anota una canasta desde el otro lado de la cancha. Sale a

toda velocidad para no darle a nadie oportunidad de comentar su

sorprendente mejora.

En los vestidores, Takao aún está de pie, sonrojado al límite humanamente

posible y con el corazón latiendo ridículamente rápido, está aferrando con su

mano derecha las tarjetas que Midorima le ha dado, mientras que con la

izquierda acaricia sus labios. El calor de Midorima ha golpeado sus sentidos y le

ha dejado un severo problema entre las piernas. Aún no sabe en qué lio se ha

metido.

3

Antes de que el crepúsculo en noche se convierta,

y se duerma la calle y se entorne la puerta

Ha tenido que meterse a la ducha y darse un baño con agua fría, su parte baja

se ha calmado pero sus labios aun arden, Takao no tiene el valor de regresar al

gimnasio aunque sabe que todos se preguntan a donde diablos se ha ido.

Opta entonces por salir por la ventana, no es muy espaciosa pero su cuerpo es

flexible.

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Takao corre a toda prisa a la salida del colegio y toma su teléfono para

cerciorarse de la hora y al mirar la pantalla observa que hay más de treinta

llamadas perdidas, todas con diferencia de un minuto. Todas hechas mientras

él se bañaba, es Kise, quien ha estado intentando comunicarse con él desde

que recibió el mensaje de Midorima.

El teléfono suena de nuevo, Takao contesta y escucha la voz de Kise alterada.

—¡¡Takaocchi!! — Grita sin con sideración alguna — ¡¡Midorimacchi me dijo que

necesitabas mi ayuda, por suerte estaba en un trabajo por aquí, estoy a fuera

de la escuela!!.

Takao sin responder levanta la mirada en la calle opuesta estacionado está el

volvo plateado que Kise conduce. Suspira, lleno de felicidad, al fin, alguien que

puede ayudarlo a salir del lio en que se ha metido.

Takao mira a ambos lados de la calle y cruza en cuanto sabe que es seguro.

Kise lo mira aproximarse y de inmediato extiende un saludo sacando la mitad

de su cuerpo por la ventana. Takao lo abraza y Kise sonríe a pesar de la

incómoda de que resulta su posición.

—Sube Takaocchi. — Dice Kise y Takao obedece sin chistar, entra al auto, en el

asiento del copiloto y de inmediato abrocha su cinturón de seguridad.

Takao le ha pedido a Kise que lo lleve a su casa, y los primeros minutos del viaje

son silenciosos, pero la curiosidad carcome a Kise, requiere saber que pasa, es

una necesidad primaria en aquel momento, necesita saber porque su sonrojo

no desaparece, porque su mirada brilla, porque su sonrisa no se borra y que ha

hecho para obligar a Midorima a llamarle para pedir ayuda en su nombre.

Cuando llegan a la casa Takao suelta la esperada información a un Kise que

casi despega de su asiento por la angustia.

—Tienes que ayudarme a parecer una chica, debo ir con los padres de Shin

chan a las 8:30 de la noche. — Dice, dejando a Kise con la boca abierta.

—¡¿¡¿He?!?! — Exclama sin terminar de comprender lo que dice.

— ¡Shin chan les dijo a sus padres que tenía una novia para que no lo

comprometan en matrimonio y por eso yo debo vestirme y parecer una chica

hoy! — Grita histérico y entonces Kise comprende todo, comprende más de lo

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que Takao se imagina, comprende incluso los sentimientos de Midorima y lo

que lo ha impulsa a hacerle a Takao esa petición.

No puede evitar sonreír, mientras observa como el rostro de Takao está a punto

de explotar por lo rojo que esta.

—Te ayudare — Dice Kise, más serio que nunca en la vida. Ganándose una

mirada llena de agradecimiento por parte de Kazunari. Kise le da un fugaz

abrazo lleno de cariño y Kazunari lo responde por el mismo sentimiento. — Pero

debes hablar con Kohanacchi

Takao asiente con la cabeza, sabe que Kise tiene razón, debe hablar con su

madre pero no sabe si lo tomara bien. Kise le sonríe. Es una mueca extraña, no

demuestra apoyo alguna más bien demuestra una extraña picardía.

—¿Hubo confesión oficial?— Pregunta sinvergüenza. Takao enrojece hasta las

orejas y baja del auto a toda prisa, dedicándole a Kise una mirada de

reproche por la forma estruendosa en la que se ríe de su desgracia.

Cuando Takao entra por la puerta, Kise lanza un suspiro, sin duda, los

sentimientos tanto de Takao como de Midorima quedaron expuestos en

aquella extraña situación, pero sin la confesión oficial y la respuesta oficial Kise

no está satisfecho, no solo tiene como misión transformar a su mejor amigo en

una damisela para las 8:30 de la noche, además debe logar que Midorima le

haga a Takao una confesión apropiada. No puede evitar imaginarse a

Midorima diciendo: Me gustas, por favor hazte responsable de mis sentimientos

y sal conmigo.

Necesitará más ayuda de lo que espera.

Takao baja la cabeza esperando resignado lo que viene.

—¡¡¡Kazunari Takao!!!— Grita su madre furiosa, entiende a la perfección los

sentimientos de su hijo, pero esto ha ido demasiado lejos.

—Mamá es que…Shin…..

—¡¡Nada de Shin chan!! ¿Si tanto te quiere porque demonios no te presenta

como eres? — Una vena asesina salta en la frente de su madre y Takao traga

en seco antes de poder responder.

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—Las cosas se le fueron de las manos…no pensó que le pedirían llevar a su

novia…..— Eso supone, pues Shin chan no le dio más detalles de lo ocurrido.

—¡¡¡Ah!!! ¡¡¡Y tu muy acomedido serás esa novia no!!!— Kazunari aprieta los ojos,

con fuerza, no quería recurrir a eso pero es su única alternativa. El tiempo corre,

y él debe estar listo a las 8:30. Levanta la mirada y la señora Takao se queda de

piedra. Kazunari le ha puesto una cara que vale un millón de dólares, cae sin

remedio ante los ojos brillantes, los labios torcidos y las mejillas rojas y

ligeramente infladas.

—Mamita…. — Dice con el tono más tierno de su repertorio. Él quiere a Shin

chan, no como capricho, está dispuesto a todo para hacerlo feliz, para aliviar

sus preocupaciones y para su suerte su madre lo entiende.

—Kazunari…— Dice, rodando los ojos, ha caído en el chantaje emocional de su

pequeño. No tiene más remedio que apoyarlo, ha decidido que si quiere a

Midorima ella le ayudara a conseguirlo por más difícil que el niño de ojos

bonitos sea. Después de todo a ella también le gusta Shin chan, sabe que es

para Kazunari un buen chico.

— ¿Al menos hubo confesión oficial? — Pregunta, es mejor saber que tanto

terreno ha avanzado su pequeño por su cuenta.

—¡¡¡Mamá!!! — Grita Kazunari visiblemente alterado, no entiende esa extraña

obsesión que tienen todos con la confesión oficial. Su madre se acerca sin

importarle su incomodidad y lo escudriña con la mirada.

—¿¿¿Ya te tomo??? — Pregunta sin disimular su emoción.

—¡¡¡Mamá!!! — Un nuevo reclamo por parte de Kazunari la divierte aún más. —

Él sólo….sólo fue un beso…— Dice en un susurro mientras se toca los labios que

aun arden.

—¿¿¿Y???? — Su madre no está satisfecha con sólo eso, quiere más detalles, y

pronto.

—¡¡¡Mamá!!! — Grita Takao de nuevo, sabe lo que su madre quiere pero no

está dispuesto a darle el gusto.

—¡¡¡Eres bien pinche odiosito!!! ¡¡¡Bien que quieres que te rompa la cadera a

empujones!!! ¡¡No creas que no me he dado cuenta de que eres un pasivo!!! —

Grita su madre, visiblemente frustrada por la negativa de su hijo, ella quiere

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saber, pero Kazunari no dirá más y no le queda más remedio que resignarse. —

Pero no te culpo con ese macho alfa hasta yo me doy la vuelta.

—¡¡¡Mamá!!!

—Ya, ya… es tuyo…es tuyo…—Dice restándole importancia a la molestia de

Takao. — Te prestare dinero para que compres el vestido, la peluca y todas las

cosas que necesites y además…— Takao interrumpe su discurso extendiéndole

la tarjeta de crédito que aun aferra a su mano.

—Me dijo que lo cargara todo ahí. — Su madre mira el trozo de plástico

impresionada.

—¿Te dio su tarjeta para ir de compras?, esto va enserio…. — Vamos… hay que

irnos Kazu. — Dice su madre mientras sale a paso apresurado de la sala donde

han estado conversando. Takao suspira aliviado, las cosas han salido mejor de

lo que esperaba.

En el auto la señora Takao y Kise hablan como si fueran amigas de toda la vida,

Kazunari los observa divertido al menos los primeros minutos, en cuento la

conversación cambia a su persona se gira a la ventana y clava la vista en las

calles que pasan a toda velocidad. Su madre y Kise ríen divertidos por el lio en

el que está metido, Takao quiere reclamarles pero no tiene valor de hacerlo, no

cuando ellos hacen todo lo posible por ayudarle.

Kise conduce hasta el centro de la cuidad, hasta una zona de tiendas de lujo,

Takao abre los ojos cuando ve el lugar donde se estaciona… >>A Shin chan sé

que caerán los ojos de la cara cuando mire el recibo de la tarjeta<<.

En las puertas de cristal está colgado un letrero que indica que el lugar está

cerrado, pero a Kise no parece importarle ese detalle. El chico rubio camina a

la entrada con la madre de Takao siguiéndolo de cerca, Takao sale de su

ensoñación para seguirlos, pero antes de que pueda preguntar que pasa

alguien ha salido de la tienda.

—¡¡¡Ryo chan!!! — Un enorme sujeto de cabello negro corre a abrazar a Kise,

dejando a Takao pasmado cuando descubre de quien se trata. Es Reo Mibuchi,

la persona con la que jugaron básquetbol hace un par de meses. Takao se

pone a la defensiva al instante.

—¡¡Cariño!! — Grita Reo cuando repara en su presencia. —No me mires así que

me rompes el corazón — Dice Mibuchi con un puchero, dando un fugaz pero

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efusivo abrazo. — Nuestras diferencias en la cancha ya pasaron, podemos ser

amigos ahora ¿Si? — Reo le tiende la mano usando su mejor sonrisa. Takao

toma su mano con un poco de duda. Reo sonríe de medio lado antes de jalar

a Takao y llevarlo con toda prisa al interior de la tienda.

—¡Ryo chan me llamo explicándome la situación! — Dice mientas continua

jalando a Takao, que se ha quedado pasmado al mirar el interior de la tienda,

tiene la menos 6 pisos y un montón de artículos elegantes de disponen en todos

los anaqueles de cristal. — ¡Que romántico! ¡Te llevas un magnifico ejemplar!—

Dice mordiendo ligeramente su labio interior, Takao olvida la tienda y lo mira

con una pizca de celos. Mira a Kise buscando un poco de apoyo, Reo ha

ignorado monumentalmente su molestia. Kise sonríe ampliamente mientras se

dispone a explicar.

—Estamos en buenas manos Takaocchi, este lugar es propiedad de Reocchi,

nos conocimos porque él y la agencia de modelos donde trabajo están

vinculados. Ya llame a mi estilistas y estarán aquí en poco tiempo. — Kise sonríe

al ver la cara de sorpresa de Takao, se felicita a si mismo por la buena idea de

llamar a Reo mientras esperaba que Takao saliera de su cara.

Han subido un par de pisos, un amplio salón se predispone ante sus ojos, las

paredes de espejos rodean la habitación, hay un montón de luces que brillan

en distintos ángulos llenando de glamur la habitación. Al fondo esta una

diminuta pasarela de no más de 5 metros, frente a ella unos sillones de piel

negra. Y cubriendo el diminuto escenario un par de cortinas rojas de brillante

satín. De pie junto a los sillones hay un par de señoritas vestidas elegantemente.

Sostienen una percha dorada de la que cuelgan no menos de 100 vestidos.

Takao traga en seco horrorizado.

Reo corre a los vestidos y los revisa minuciosamente mientras Kise empuja a

Takao por la espalda para obligarlo a acercarse.

—¡Conocer a los suegros! ¿Eh? ¡Y en la primera cita! ¡Shintarou kun va

totalmente enserio! — Dice Reo emocionado. —Lo colores claros no son

apropiados para el evento. — Dice mientras saca de las perchas los vestidos

que no le convencen y los arroja sin cuidado sobre sus asistentes. — Negro

tampoco, no vas a un funeral — sigue mientras arroja sin cuidado más vestidos.

Las asistentes recogen todo a su paso sin hacer preguntas hasta que Reo

termina su tarea.

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Reo mira a Takao entornando los ojos, se acerca poco a poco y Takao tiene

ganas de huir, pero Kise lo detiene cuando intenta retorcer un paso y entonces

Reo le da alcance.

—No está mal…— dice más para sí mismo que para el resto de las personas en

el salón — No está nada mal. — dice comenzando a rodearlo cual depredador,

le mira la espalda, las caderas y las piernas, su complexión es fuerte pero

esbelta y delgada lo que va a facilitarles mucho el trabajo de hacerlo parecer

una chica. Reo no se resiste y le aprieta las nalgas en un movimiento rápido

que hace a Takao saltar para apartarse, cayendo en plena huida sobre los

vestidos rechazados que no se han terminado de recoger.

—Perdón — Se disculpa Reo con una amplia sonrisa sin sentirlo realmente.

—¡¡Eso es de Shin chan!! — Grita rojo hasta las orejas, tapándose la cara con las

manos al ser consciente de lo que ha dicho. Kise, Reo y su madre ríen con

ganas mientras el intenta levantarse con dificultad.

—Bueno, bueno, ya no tocaremos lo que es de Shintarou kun— Dice cubriendo

sus labios con la mano para disimular su sonrisa burlona— anda mejor entra ya

al vestidor y sácate la ropa para que te pruebes los vestidos.

Takao niega con la cabeza, después de lo sucedió su confianza por Reo ha

llegado al cero. Kise quien aún ríe por lo sucedió lo obliga a subir la diminuta

pasarela y recorrer el trayecto hasta el probador tras las cortinas de satín. Reo

los alcanza a los pocos instantes, cuando Takao apenas se ha descalzado,

mientras tanto la señora Takao se sienta a en uno de los sillones a beber el té

que le han ofrecido las asistentes de Reo, dispuesta a disfrutar el espectáculo.

Kise y Reo se mueven más rápido de lo que Takao puede evitarlo ya le han

sacado la sudadera, la camisa y sacado sus pantalones deportivos.

— ¡Yo puedo hacerlo sólo! — Grita Takao alterado como nunca, sin percatarse

de que Reo ha tenido sus avances y lo mira igual de horrorizado que Kise.

— ¡¿¡¿Que es esa cosa poco atractiva que llevas?!?! — Grita Reo

escandalizado, señalando la ropa interior de Takao, un bóxer holgado y

cómodo, que combina con su uniforme deportivo.

—¡¡Oye!!

Page 14: Lady Takao

—¡¡¡Señora Takao!!! — Grita Reo, ignorando colosalmente el reclamo de

Kazunari. La señora Takao se acerca al vestidor cuando Reo la llama y en la

mirada brillosa de aquel chico contempla el problema.

—Ya comprendo. Yo me ocupo. — Dice guiñándole un ojo a Reo quien

aplaude emocionado al saberse comprendido.

—Es un cielo Señora Takao, lo que necesita está en el piso de arriba, una de mis

asistentes la llevara, gracias guapa. — Dice lanzándole un beso a la madre de

Kazunari que ha abandonado el probador tan rápido como entro.

—¿Qué demonios sucede? — Pregunta Takao, todos parecen entender que

hay de malo con su ropa interior menos él.

—La señora Takao te buscara algo más sensual, esa ropa holgada no se lleva

bien con la sensualidad de la noche de hoy…— Dice mientras lo enfunda en un

vestido en un rápido movimiento.— Eso me recuerda ¿Ya hubo confesión

oficial? — Takao se sonroja por las palabras de Reo, Kise contiene la risa y

contesta por él.

—¡Aún no! ¡Pero lo ha besado! ¡Kohanacchi me lo ha dicho! — Reo mueve las

manos mientras lanza un grito de emoción, Takao permanece pasmado,

mientras Kise le saca el vestido y lo arroja sin cuidado fuera del vestidor, porque

evidentemente no le ha gustado.

—¡¡¡Ahora entiendo porque no te has entregado!!!¡¡Que tierno!! — Dice Reo

mientras le coloca otro vestido. — ¡¡Esta noche se confiesa o dejo de llamarme

Reo Mibuchi!! — Dice arrojado el vestido que acaba de ponerle luego de

mirárselo puesto un instante. — ¡¡¡Queridas!!! — Dice enojado. — No voy a

tolerar incompetencia de su parte! ¡¡Están dándome los vestidos más ordinarios!!

¿Qué es esto? ¿Una barata de dos por uno? ¡Hoy vamos por el pez gordo! —

Les informa porque tal parece que sus asistentes no lo saben. Todo mientras

truena sus dedos cerca de su propia cara. — Todo tengo que hacerlo yo —

Dice echándose aire con la mano cuando sale del vestidor mientras Kise sigue

en la faena de probarle un vestido tras otro. El principal problema para ellos es

el corte del vestido, necesitan algo que le favorezca a Takao y que lo haga

lucir muy elegante, como una dama y no como un travesti.

Takao mira la hora de reojo en el elegante rolex que Kise lleva en la muñeca

son las 5:00 en punto, se ha probado miles de vestidos pero aún no tiene el

correcto. Está comenzando a perder las esperanzas al igual que Kise quien

Page 15: Lady Takao

resopla frustrado, la falta de pechos de Takao hace que todos los vestidos que

le han llevado le queden mal, antes de que arroje el ultimo vestido y se ponga

a llorar, Reo regresa con un vestido en la mano y radiante de felicidad, solo le

ha bastado unos minutos para que su ojo experto encontrara el vestido

correcto.

—¡¡Este te quedara perfecto!! — Grita, sacando a Takao de su ensoñación.—

Takao mira la prenda que Reo levanta orgulloso delante de él, es en verdad es

un vestido muy elegante, pero hay un problema y Mibuchi puede leerlo en su

mirada.

—¿Sucede algo? — Pregunta con un leve puchero. Takao no sabe si debe o no

responder, no quiere dar molestias no cuando sus amigos se han esforzado

tanto en ayudarlo —Puedes decirme lo que sea. ¿No te gusta?.

—Es rojo — dice Takao, bajando la cabeza, apenado. Reo hace un puchero, el

rojo es su color favorito y de hecho el vestido ha sido elegido a su gusto y no al

de Takao, una idea brillante llega a su cabeza y sonríe con maldad mientras

observa a Takao con sus ojos brillantes.—Ya comprendo. ¿De qué color te

gustaría que fuera? — Pregunta cubriéndose los labios con la mano para evitar

reí. Ver a Takao en bóxer y muerto de vergüenza por la respuesta que sabe

dará, lo llena de ternura.

—Verde. — Responde en un tono aún más bajo, Kise ríe a carcajadas mientras

Reo le guiñe el ojo y sale a toda velocidad del probador. Regresa a los poco

minutos y ahora el vestido que sostiene es una pieza de seda y satín de un color

verde oscuro.

—Pruébatelo — Dice sin disimular su emoción antes de salir por tercera vez. Kise

lo ayuda a deslizarse la prenda. Es un vestido strapless de corte sirena de una

sola pieza, ajustado desde el pecho hasta cintura donde un cruce de telas se

extiende desde su cadera hasta la mitad de sus piernas creando el único

adorno que lleva el vestido y en aquel punto la suave tele verde cae con

elegancia y delicadeza más allá de sus pies. Kise abrocha el vestido el cierre

comienza a la altura de su cadera y sube casi invisible hasta ubicarse por

debajo de su omoplatos.

Kise mira a Takao impresionado, tal como ha dicho Reo el vestido le queda

perfecto. Largo, pero nada que unas zapatillas no puedan resolver, siente pena

Page 16: Lady Takao

por Takao en este punto. No va a ser nada fácil para él usar unos zapatos de

tacón.

Takao está ahora en el fabulo mundo de su reflejo en el espejo. Todo ha

resultado increíblemente bien, la forma del vestido oculta todos los detalles de

su masculina anatomía ahora el que no tenga pechos no resulta un detalle

importante.

Cuando Reo entra al vestidor no puede evitar echársele encima y abrazar a

Takao efusivamente.

—¡¡Te queda precioso!! ¡¡Tengo los zapatos ideales para ti!! — Grita Reo en su

oído sin consideración alguna, Takao suspira en respuesta. Kise sale entonces

del vestidor junto con Reo, Takao los sigue de cerca, hasta que escucha algo

que lo deja clavado en su lugar.

—¿Usaremos cera o rastrillo? — Pregunta Reo, Kise sonríe en respuesta.

—La cera será muy dura para él….

—Que sea cera. — Interrumpe a Kise la señora Takao que ha regresado al salón

abrazando contra su pecho una bolsa diminuta. — La belleza duele.

—¡¡Esa es la actitud señora Takao!! —Grita Reo emocionado, mientras baja de

la pasarela con un salto elegante. —Ponte esto — Dice a Takao que se ha

quedado parado en la salida del vestidor. Takao toma lo que una de las

asistentes de Reo le acerca. Un par de zapatillas de tacón que hacen juego

con el vestido.

—¡¡Yo no sé usar eso!! — Grita visiblemente ofendido. En aquel rato ha perdido

diez años de su vida a causa del estrés.

—Tranquilo — Le consuela Reo, que ahora está sentado en uno de los sillones,

junto a su madre que quiere contener una carcajada. >>Vaya amiguitos que

tiene Kazunari << piensa al ver que a Reo Mibuchi le quedan los tacones mejor

que a ella. — Yo te enseñare a caminar. — Dice poniéndose entonces de pie.

Vuelve a subirse a la pasarela esta vez usando las escaleras. Takao y Kise miran

impresionados los enormes zapatos que lleva Reo y la facilidad con la que

camina como si lo usara a diario, Takao decide que es mejor no preguntar.

—Bueno lindo ¿Qué esperas?— Kazunari lo mira con sorpresa con esos zapatos

es todavía más alto. Kazunari se agacha con intensión de ponerse los zapatos

Page 17: Lady Takao

pero termina sentado en el suelo, no quiere estropear el vestido así que se pone

los tacones tan rápido como puede. Sorprendentemente son de tu talla, y eso

que ni siquiera le dio a Reo el dato. Ponerse de pie es más difícil de lo que

piensa y cae de lado sobre la montaña de vestido que se ha probado. —

¡¡Lindo!! — Grita Reo mientras Kise y la madre de Takao ríen a carcajadas.

Takao se traga su vergüenza y toma la mano que Reo le ofrece para levantarse

y subir de nuevo.

—Tranquilo, aprenderás rápido con mis consejos. Sígueme. — Dice Reo

colocándose una mano en la cintura. — 5, 6, 7, 8 — Cuenta y comienza a

andar por la pasarela, al llegar al final da una vuelta elegante y regresa. Kise,

Takao y su madre lo miran sin poder creerlo. Reo parece muy complacido por

la reacción de todos y sonríe. — Tranquilo, solo recuerda, talón punta, despacio

pero seguro, espalda recta, pecho por fuera. Eres una princesa no una

mujerzuela.

Takao asiente a sus palabras tratado de recordar todo lo que Reo le ha dicho.

Esto será más difícil de lo que pensó.

Con el vestido, los zapatos y la peluca apropiada, Kise, Reo, Kazunari y Kohana,

la madre de Kazunari, llegan a la residencia Takao. Son las 6:30. Y tienen el

tiempo encima. Todos suben a toda prisa al cuarto de Kazunari, excepto su

madre quien tiene la difícil misión de explicarle a su esposo que rayos está

sucediendo.

Reo saca a toda prisa las cosas que ha comprado. Dos latas de cera fría y

papel removedor, Takao no sabe para qué es eso, pero no le gusta nada

como luce, Kise lo obliga a tumbarse sobre su cama. Y Reo y él lo dejan en

ropa interior en un segundo. Kazunari se siente más ultrajado que nunca. Un

grito furioso se escucha en la planta baja y la señora Takao aparece a los

pocos minutos a tiempo para el espectáculo, roja de tanto reír.

—Tu padre lo tomo bien. — Informa, pero Takao tiene la certeza de que será

asesinado. La señora Takao toma una de las latas de cera y comienza a

colocar un poco en la pierna derecha de su hijo. Reo se ocupa de la otra

pierna mientras Kise llama a su peinadora, quien debía haber llegado cuando

aún estaban en la tienda. — Esto va a dolerte mucho, piensa en Shin chan,

Kazu. — Dice su madre mientras coloca el papel sobre la cera. Se asegura de

que este bien pegado y sin consideración alguna lo arranca en u movimiento

rápido.

Page 18: Lady Takao

Takao suelta un grito de descomunal dolor, los pasos en las escaleras se

escuchan veloces.

— ¡¿¡¿Qué le estás haciendo a mi hijo, mujer!?! Grita el señor Takao mientras

golpea la puerta, histérico. La señora Takao ríe mientras Kazunari se limpia las

lágrimas que lo han traicionado Reo le acaricia el brazo para consolarlo antes

de repetir la acción de la señora Takao.

—¡¡Nada!! ¡¡Cosas de chicas!! — Responde la señora Takao a su esposo, quien

ha vuelto a preguntar qué sucede después del escuchar a Kazunari gritar otra

vez.

A las 7:20. Takao está en la ducha, con la piel de las piernas, los brazos y las

axilas adolorida. La maquillista y peinadora ha llegado y lo esperan

impacientes, se ha tomado 5 minutos para leer las tarjetas que Midorima le ha

dado. No tiene mucho que aprender. Son cosas que él ya sabe, pero le

sorprende que Midorima las recuerde, le gusta la delicadeza que tiene al elegir

como fecha que se hicieron novio el día que Takao le dijo que quería que lo

reconociera. Ahora se siente un poco más enamorado.

Sale de la ducha, usando su bata de baño, lanza un suspiro cuando todos

comienzan a jalonearlo a pedirle que se siente, La peinadora, Reo y su madre

trabajan en su cabello. Kise y la maquillista en su cara. A las 8:25 las chicas se

han ido y Takao está listo.

Se mira al espejo sin poder reconocer lo ve en el reflejo, sus fracciones

delicadas por naturaleza se ven resaltadas por un maquillaje sencillo y natural,

la peluca que se ha complementado a su cabello, cae por sus hombros en una

caireles elegantes, le han dejado conservar su estilo cotidiano y los mechones

de su propio cabello cae a los lados enmarcando su rostro. Lleva el cabello

suelto, adornado solo con una peineta de cristales, que le da un toque

elegante. Reo y su madre se abrazan, Kise y Kazunari los imitan, todo ha salido

mucho mejor de lo que esperaban. Juntan los puños los cuatro en señal de

triunfo, aún falta vestirse pero eso ya es sólo el ultimo escalón.

Kise se asoma por la ventana y se queda con la boca abierta cuando mira el

increíble deportivo negro estacionarse frente a la casa de Takao. Mira a

Midorima bajar de él, está más guapo que nunca, lleva un elegante traje negro

ébano, una corbata verde que hace juego con el vestido de Takao. Kise se

pregunta si ellos comparten algún tipo de conexión mística, se responde que si

Page 19: Lady Takao

cuando mira a su amigo suspirar, evidentemente nervioso antes de recuperar la

compostura, erguirse por completo, ajustarse los lentes y adelantarse a la

puerta con paso firme.

—Midorimacchi está aquí — Anuncia Kise, y la pequeña fiesta que tenían se

termina, Kazunari se pone pálido y después se sonroja, mira el reloj sobre su

mesita son las 8:30 en punto. Y el timbre suena.

—No te preocupes, sin prisa, que espere. — Dice Reo, encaminándose a la

cama para pasarle a la señora Takao la bolsa que ha estado guardando

recelosa.

La señora Takao saca de la bolsa un bóxer negro, apretado y diminuto que no

dejara nada a la imaginación cuando se lo ponga. Takao se sonroja y su color

cambia aún más cuando su madre le tiende lo que a él le pare un extraño

cinturón de encaje.

—Se llama liguero, sirve para sostener las medias, que tal si te tropiezas y te ven

sin medias, una buena dama debe vestir con propiedad. — Takao se horroriza

por lo que escucha, se supone que su madre debe apoyarlo, desear que no se

caiga y no darle esas cosas de niña. — Además a Shin chan le va a

encantar. — Agrega al ver en los ojos de Takao la indecisión, ha llegado

demasiado lejos no puede echarse para atrás. — Porque…eso quieres ¿No?. —

Takao se sonroja con las palabras de su madre.

—Sedúcelo. — Dice Reo con una amplia sonrisa. — Pero eso sí, no te entregues

hasta que haya confesión oficial.

—Si te pones nervioso y quieres llorar, no te contengas, recuerda la premisa, uke

que llora y se sonroja provoca. — Agrega Kise.

—Seguramente también es su primera vez, así que asegúrate de pedirle que

sea gentil.

—Sólo sigue tus instintos Kazu— Dice su madre antes de envolver Takao en sus

brazos. El pobre chico está asustado, nervioso y sonrojado, los consejos que le

han dado sólo lo han puesto más ansioso, quiere huir y saltar por la ventana

pero ha recordado que Shintarou cuenta con él, así que toma todo el valor

que le queda antes de comenzar a vestirse.

En la planta baja Midorima tiene sus propios problemas cuando descubre que

es el padre de Takao quien abre la puerta, la madre de Kazunari lo ha puesto

Page 20: Lady Takao

al tanto de la situación. De mala gana comprende, aunque eso no implica que

esté de acuerdo.

Mira a Midorima, no es la primera vez que está en su casa, el chico en verdad

no le desagrada, viene de buena familia, es educado e inteligente y su hijo lo

ama tanto que el sentimiento se le desborda por la mirada cada que lo

observa. Él no puede hacer nada, como padre es su obligación luchar por el

derecho de su hijo a amar a quien le plazca, pero tiene curiosidad por saber si

Midorima es digno de esos sentimientos.

—Pasa, Shintarou kun, Kazu, bajara pronto, seguro ya sabe que llegaste. —

Midorima agradece con un reverencia — Ven un momento conmigo — Pide el

señor Takao. Midorima asiente con la cabeza, se descalza antes de seguirlo a

la sala donde se le invita a tomar asiento. —¿En tu casa hay problemas por el

hecho de que Kazunari sea hombre?, — Pregunta el señor Takao, no tiene

mucho tiempo y quiere se directo. Midorima escucha atento, los sonidos a su

alrededor le indican que Takao aún está arriba. Es ahora o nunca.

—No señor, lo que pasa es que Kazunari y yo aún no hemos comenzado a salir

formalmente, para empezar aun no pido su permiso y el de su esposa para

cortejarlo apropiadamente no quería forzar las cosas con él, por eso invente lo

de la novia, aunque no pensé que las cosas se me fueran de las manos. — Dice

Midorima, más serio que nunca en su vida. Una gota de sudor frio resbala por

nuca. Debería existir un libro que hable sobre qué hacer cuando un chico

conoce a su suegro.

El señor Takao lo escudriña con la mirada, esta impresionado por la forma de

hablar del chico, se nota a la vista que ha tenido una educación ejemplar,

pero le impresiona más su respuesta. Es claro que las intenciones que tiene son

serías y que comparte y corresponde los sentimientos de Kazunari.

El señor Takao se levanta de su lugar y le tiene la mano a Midorima, que se

levanta al instante, estrecha su mano y ambos sonríen con sutileza.

—Trae a Kazunari mañana por la tarde, supongo que podrá caminar para

entonces — Midorima se sonroja por las palabras del señor Takao, pero no

responde nada. El padre de Kazunari sonríe ampliamente antes de continuar

hablando: — Cuida de mi hijo.

—Descuide, está en buenas manos — Responde Midorima aun con un evidente

sonrojo.

Page 21: Lady Takao

A las 8:35 Takao ha bajado las escaleras y se ha puesto los tacones, cuando

está listo se asoma por el marco de la estancia. Midorima y su padre están

estrechando las manos. Takao se sonroja cuando lo ve. La boca se le hace

agua y su parte baja responde en un cosquilleo. Gracias a Dios la ropa que

lleva está muy ajustada.

Midorima vuelve la mirada. Abre los ojos al límite permitido, quiere decir algo

pero no sabe qué.

—No está mal— Dice su padre rompiendo el silencio.

—Está perfecto. — Dice Midorima que de pronto a recuperado el habla. Toma

con delicadeza entre sus manos las manos de Takao y deposita un beso en el

dorso, haciéndolo sonrojar aún más. —¿Nos vamos? — Pregunta Midorima, es

ahora Takao quien ha perdido la voz y se limita a asentir con la cabeza. Se

aferra del brazo que Midorima le ofrece.

—¡¡No hasta que sea oficial!! —Gritan al unísono Reo, Kise y su madre, desde el

piso de arriba. Takao se sonroja y Midorima levanta la ceja sin comprender.

—¡¡Vamos, es tarde!! — Dice Takao empujando a Midorima a la salida.

Midorima le abre la puerta y Takao sale tomando su mano.

Cuando cierra la puerta Kazunari toma su rostro y une sus labios con los de

Midorima, al fin le ha encontrado utilidad a las zapatillas cuando nota como

han acortado la distancia entre sus labios y los de Shintarou. Ha esperado eso

todo el día, su calor es tan abrazador como recuerda. Midorima no lo rechaza.

Y lo abraza por la cintura para prolongar el contacto.

Cuando el beso que de pronto les parece que ha sido fugaz se rompe ambos

comparten una sonrisa. Caminan hasta el auto en el que Midorima ha llegado,

Shintarou le abre la puerta del coche y Takao entra con delicadeza. Se siente

en una nube. Aunque lo más difícil está por comenzar.

Midorima y él comparten un nuevo beso. Cálido y suave. Una sonrisa, fugaz y

nerviosa, una caricia tímida y entregada. Su amor es el lucky ítem de la esa

noche.

A solas con mi pobre madurez inexperta,

quiero que mi demanda se encuentre con tu oferta.

Page 22: Lady Takao

4

No es bueno que la astucia me busque a la deriva

como si el amor fuera sólo una tentativa

Midorima estaciona el auto, frente a las puertas de un salón de aspecto muy

elegante. Takao lanza un suspiro, el camino ha sido silencioso, pero con los

nervios a flor de piel, ninguno de los dos sabe cómo iniciar una conversación.

—Yo….— Es Midorima quien toma la palabra pero el sonido del teléfono de

Takao le interrumpe. Takao nervioso ni siquiera recuerda haber tomado su

teléfono, ni recuerda haber tomado el pequeño clutch, que para Takao es una

simple cartera alargada.

La abre con dificultad, el broche dorado esta condenadamente duro.

Midorima lo mira sin disimular su curiosidad. Takao abre los ojos como platos al

ver que en el bolso además de su teléfono hay un botecito de lubricante y un

paquete de condones. Saca el teléfono tan aprisa como puede y arroja el

bolso debajo de su asiento. El mensaje es de un número desconocido.

>> Deje en tu bolso un poco de ayuda, cariños y amor. Reo. <<

Takao lanza su teléfono, por el mismo lugar por donde se ha ido el bolso, su

sonrojo descomunal no ayuda en nada. Midorima quiere preguntar, pero la risa

nerviosa de Takao lo descoloca.

—¿Desde cuándo conduces? — La pregunta sale de improvisto, es lo primero

que se le ha ocurrido a Takao para que Midorima no pregunte, quien le ha

llamado y porque ha arrojado el bolso.

—Mi papá me presto el coche porque iría por ti — Responde, ajustándose los

lentes. Avergonzado. Aún tiene algo para Takao y no sabe cómo dárselo. Su

mirada viaja hasta su cuello desnudo. De pronto no le dan ganas de entrar a la

fiesta. Se acerca a Takao, que se ha quedado paralizado, abre la guantera

mientras se acerca a los labios de Takao, buscando distraerlo. Kazunari

responde al contacto íntimo de Shintarou, disfruta de la manera en la que sus

labios se acarician, es dulce y cálido, en algún momento antes de que Takao

sea consciente de ello, los labios de Midorima se han colado a su cuello.

Takao disfruta de ese contacto, no puede evitarlo, hecha la cabeza para atrás

permitiendo que Midorima se sirva a placer, Kazunari se permite llevar sus

Page 23: Lady Takao

manos tras la nuca de Shintarou y hunde los dedos en su cabello. Un par de

gemidos se le han escapado pero no ha podido contenerse.

>>No hasta la confesión oficial<<

Las palabras de Reo golpean su cabeza, y abre los ojos tanto como puede,

pone las manos en los hombros de Midorima; él entiende el mensaje y se

aparta con cuidado. Cuando Takao lo observa le dan ganas de no haberlo

detenido su mirada oscurecida y su rostro sonrojado lo dejan temblando.

Midorima le acaricia la mejilla con cuidado y entonces desvía la mirada a lo

que ha estado sosteniendo con su mano libre. Es una caja de joyería de negro

terciopelo, Takao quiere decir algo pero Midorima lo deja callado cuando abre

el contenido. Dentro hay una gargantilla de esmeraldas. Midorima se la pone

sin darle tiempo de protestar.

—Es la única oportunidad que tengo de que la uses. — Se limita a explicar,

antes de ajustarse los lentes y salir del auto con la esperanza de que el frío de la

noche apacigüe su calor. Recorre el auto para abrir la puerta de Takao.

—¿De dónde has sacado esto? ¿Está loco? ¿Yo no puedo usar esto? ¿Qué tal si

se me cae? — Las preocupaciones de Takao le resultan divertidas, pero no dice

nada, prefiere no discutir, se limita a tomar su mano y a ayudarlo a salir del

auto. — ¡Me estas escuchando, tu, idiota! — Dice Takao visiblemente alterado.

Pero Midorima no le da respuesta. Sujeta el brazo de Takao con su propio brazo

y toma su mano. Takao le dedica una mirada asesina pero su cara cambia al

darse cuenta que ya están dentro del imponente salón donde se celebra la

fiesta. En un acto reflejo se aferra al brazo de Midorima acaba de recordar lo

que está a punto de hacer y esta aterrado.

Todos en la fiesta los miran entrar, el ojo de halcón de Takao observa a todos

muchos tienen el particular cabello verde de Midorima y otros tienen sus ojos

color esmeralda, él es el único que tiene ambas características. La mayoría

lleva con ellos objetos extraños.

Takao quiere echarse a reír.

—¿Todos en tu familia creen en Oha Asa? — Dice tapándose la boca para no

reír. Midorima lo ve con mala cara. Takao va a decir algo pero algo le

interrumpe.

Page 24: Lady Takao

—Hijo ya llegaste, bienvenido. — Takao queda callado al instante. Se ha

quedado embobado mirando a la elegante y bella mujer que toma el hombro

de Midorima.

—Si, permíteme presentarte a la señorita Takao. — Dice Midorima a su madre.

Takao tiembla, de pronto a olvidado como presentarse. Su cara se sonroja al

sentir la mirada de la señora Midorima.

La señora Midorima sonríe ampliamente cuando mira a Kazunari, está

realmente sorprendida. Kazunari en verdad parece una mujer. Pero ella sabe la

verdad, no hay nada en su aspecto que lo haya delatado. Es la forma en la

que mira a su hijo la que le hace saber que es el chico que va todas las

mañanas a recogerlo para llevarlo a la escuela en esa extraña carreta.

—Buenas noches, señora Midorima, es un placer conocerla— Dice Takao,

haciendo una reverencia, la madre de Shintarou, responde al gesto.

—Bienvenida linda, el placer es mío — Dice. — Espero que la pases bien. Cuida

bien de mi pequeño ¿De acuerdo?

—¡Si! — Responde Takao, nervioso.

—¡¡Que encantadora hijo!!— El señor Midorima hace su aparición.

—¿Verdad? — Confirma su esposa con una sonrisa. Midorima está muy

satisfecho con el resultado.

— Es un placer conocerla al fin, señorita Takao. — Dice el padre de Midorima,

haciendo una reverencia. Takao hace su propia presentación, temblando

nervioso.

—La cena está a punto de servirse, tú y bella novia pasen al salón principal.—

Dice su padre antes de ofrecerle el brazo a su esposa y caminar al salón

principal.

Midorima repite la acción de su padre. Los ojos de Takao captan la manera

obscena en la que un grupo de chicas miran a Midorima, el conoce esa

sensación. Está celoso, la sangre le hierve, quiere ordenarles que dejen mirar lo

que es suyo de esa manera. Shin chan esta denso como siempre ni siquiera

nota las miradas en su persona. El solo espera a que Takao tome su brazo para

poder ir al comedor, porque realmente tiene hambre.

Page 25: Lady Takao

Además de tomarlo con fuerza excesiva Takao estira su cuello para darle a

Midorima un fugaz beso en la mejilla que lo hace enrojecer.

—¿Por qué fue eso? — Pregunta incrédulo, a Takao le parece divertido como

casi lo devora en el auto y ahora se sonroja por un simple beso.

—Una recompensa — Dice Takao, Midorima lo mira con mala cara. Pero aun así

se encaminan al comedor. Takao observa a las chicas que ha dejado atrás y

sonríe triunfante. Un problema menos en su repertorio.

En la cena tal y como lo esperan Takao y Midorima son bombardeados de

preguntas, su familia cercana está sentada a su alrededor. Takao recuerda las

respuestas en las tarjetas, su coordinación con Midorima es admirable como

siempre.

Toda la cena la abuela materna de Midorima ha observado a Takao. También

se ha percatado de que él es un hombre. Pero no tiene intención alguna de

delatarlo no cuando lo mira usando el collar que ella le dio a su nieto para que

su prometida pudiera usarlo en día de su boda. Es claro que esa boda no será

como lo espera, pero que aquel niño tan bonito fingiera ser una mujer le ha

dado la oportunidad de ponerse su collar al menos una vez.

La familia de Midorima parece satisfecha, incluyendo al mismo Shintarou, el

encanto natural de Takao tiene un efecto positivo en todos. Shintarou siente

celos de los que lo han escuchado reír, porque esa sonrisa debería ser solo suya.

Al final de la cena Shintarou cambia de humor, sus primos no le han quitado la

vista de encima a Takao por más mal que él los haya visto. Más de uno ha

soltado halagos al azar y eso lo tiene totalmente mosqueado, Takao para su

suerte no se ha percatado de ninguna de las insinuaciones y es por eso que

Midorima no ha explotado, pero el final de la cena solo indica una cosa: es

hora del baile.

Su primo materno Hikaru, es el primero en levantarse. Ha rodeado la mesa.

Takao deja de reír cuando ve lo que pasa. Midorima con un aura oscura y una

mirada asesina. Quiere preguntar qué pasa, pero su respuesta está parada

frente a él, con la mano extendida.

—Ya es hora del baile, imagino que Shintarou kun no tendrá inconveniente de

que baile una pieza con su princesa. — Los ojos verdes se clavan en su mirada

azul, no brillan tanto como los de Midorima, ni puede ver en ellos nada bueno y

Page 26: Lady Takao

eso le desagrada. Le molesta la manera en que lo mira, pero no tiene idea de

cómo rechazarlo.

Midorima no sabe si tragarse su orgullo o dejar que los avances de su primo

continúen. Se decide por lo primero y aparta sin cuidado la mano que

pretende sujetar la de Takao.

—Con mi princesa sólo bailo yo. — Le informa, y las mejillas de Takao se tiñen de

carmín.

Es ahora Midorima quien toma en las manos de Takao para ayudarlo a ponerse

de pie. Ha empujado a su primo con más fuerza de lo que requiere para que se

aparte mientras pasan.

Sólo necesita bailar una pieza y entonces podrán largarse de la fiesta sin los

reclamos posteriores de sus padres.

—¡Shin chan, espera! — Midorima detiene su paso, para mirar a Takao.

—Vamos sólo será una pieza, lo prometo. — Dice tomando de nuevo su mano

mientras su familia los observa con la boca abierta.

—Lo ha llamado Shin chan…— Dice su abuelo paterno en voz alta

—Y a él no le molesta…— Responde su esposa.

—¡Esto va enserio! — Dicen al unísono los padres de Midorima.

—Yo no sé bailar, Shin chan, lo arruinaras y todo ha salido muy bien y

además… — Midorima lo ha arrastrado hasta el centro de la pista. Sin escuchar

sus reclamos.

—No pasa nada, déjamelo a mí—Interrumpe Midorima ha aferrado su brazo a

su cintura y antes de que se den cuenta la música ha comenzado.

Es natural la forma en la que se mueve, la forma en la que sus cuerpo se

adaptan y complementan, Takao ignora por completo el hecho de que los

zapatos que lleva lo están matando, ignora al resto de las personas que se ha

unido al baile, ignora también como es que ha aprendido a bailar. Los ojos

verdes de Midorima tienen toda su atención. Esta más enamorado que nunca.

5

Page 27: Lady Takao

Y ya que ahora asombras a mi alma votiva,

confío en que asombrado tu cuerpo me reciba.

Se han disculpado con un pretexto absurdo que ahora no recuerdan, el

camino a la casa de Midorima ha durado apenas un instantes o al menos su

nerviosismo les hace sentir eso. Midorima se lo ha comido a besos apenas

cerraron la puerta tras ellos.

—Es…espera, Shin chan, —Dice en un suspiro, mientras toma los hombros de

Midorima buscando que deje su cuello de una vez por todas.

Midorima parece recuperar la compostura, al menos un momento, deja su

nuevo vicio de besar su cuello y en su lugar toma a Takao de la cintura.

—Vamos arriba Kazunari. — Dice sobre su oído, haciendo a Takao temblar.

—Si…— dice sobre los labios que ahora están posado en los propios. — Midorima

lo atrae hacia a él, se descalza e un movimiento rápido, Takao trastabilla —

Perdón — Se disculpa, aferrado los brazos de Midorima que han impedido que

se caiga. — Son estos zapatos, los tobillo me duelen.

Midorima abre los ojos justo ahora cae en cuenta de lo desconsiderado que ha

sido. Takao ha montado todo ese espectáculo por él, lo menos que podría

hacer es mostrarle su agradecimiento tragándose su orgullo para demostrarle

lo cariñoso que puede ser.

En un acto sorprendente Midorima coloca una rodilla en el suelo. Takao baja la

mirada, puede ver sus mejillas sonrojadas, pero no se retracta, al contrario,

desliza con delicadeza las manos por su tobillo derecho. Takao sabe lo que

pretende y se sonroja, aun así dobla la rodilla ligeramente y levanta su pierna.

Midorima retira la zapatilla y repite la acción con la pierna izquierda.

Eso ha sido muy vergonzoso para ambos, tanto que ningún puede decir nada

al respecto. Midorima se pone de pie y antes de darle oportunidad a Takao de

decir nada lo toma en sus brazos. Lo lleva cargando al piso de arriba.

—Te duelen los tobillos, es por eso. — Se justifica, desviando la mirada. Takao

sonríe, le gusta su manera adorable de ser, se recuesta en su pecho por más

vergüenza que le dé, para demostrarle que valora esos detalles que sabe le

cuestan tanto.

Page 28: Lady Takao

En habitación de Midorima todo está en una parcial penumbra. La luz se cuela

por las cortinas que están abiertas. Shintarou baja con cuidado a Takao y le

acaricia la mejilla con cariño.

—Tu dormirás aquí, yo estaré en la habitación de huéspedes—Dice,

verdaderamente no quiere dormir, pero imagina que Takao está cansado y él

no quiere forzarlo. — Te traeré algo para el dolor de tus tobillo, en el armario hay

ropa, toma lo que necesites para que duermas cómodo. Regresare en un

momento. — Midorima deposita en los labios de Takao un beso antes de salir.

>>Sedúcelo<<

Las palabras de Reo llegan a su mente de nuevo. ¿Cómo se atreve Midorima a

pensar que él quiere dormir? Una sonrisa pícara se tuerce en sus labios. Se quita

el broche de su cabello. Reo le ha explicado cómo sacarse la peluca y lo hace

sin problemas, esta cae en el suelo inerte. Con cuidado se saca la gargantilla

que Midorima le puso antes de la fiesta. La deja sobre el escritorio con la

delicadeza que la pieza merece. Shintarou entra a la habitación, Takao está

dando de la espalda junto a su escritorio no mira como sonríe, ampliamente

antes de mirarlo sobre su hombro.

—Te importaría ayudarme con el cierre…Shin chan….— Canturrea, lo último le ha

salido casi como un gemido. Midorima deja el vaso de agua y las pastillas sobre

su librero, y camina a Takao como si su presencia ejerciera un efecto

magnético.

—Ah..— Takao gime, bajito. La mano derecha de Midorima se aferra a su

cintura. Y su mano izquierda busca el cierre en su espalda, lo toma entre sus

dedos y lo desliza lentamente, la espera es casi dolorosa; Takao se retuerce del

placer al sentir los dedos vendados de sus dedos rosar apenas la piel de su

espalda. — ahh….— Suelta un nuevo gemido, su cadera se mueve sin su permiso

y roza el miembro de Midorima sobre la ropa.

Midorima contiene el aliento al sentir aquel roce, el cierre termina donde

empieza su cadera, Shintarou traga en seco cuando mira la espalda desnuda

de Takao, le parece de porcelana, tiene un aspecto suave y delicioso. Su idea

de dormir pasa a segundo plano.

Los labios de Midorima se hunden en el cuello de Takao, recorren toda la

extensión en besos cortos y su lengua recorre el trayecto de regreso. Takao se

estremece con el contacto atrevido y húmedo de su lengua. La mano derecha

Page 29: Lady Takao

de Midorima sostiene su hombro y se desliza hacia abajo para acaricia su brazo,

mientras su labios recorren los omoplatos. Su mano izquierda se cuela por el

vestido a la altura de la cintura, Takao baja los brazos con los que ha

mantenido un brazo sobre sí mismo y el vestido cae en un ruido sordo.

Midorima quiere apartar el rostro para míralo desnudo, pero Takao no se lo

permite. Se gira despacio. Para mirarlo de frente, sus brazos se cuelgan de su

cuello, y se besan los labios con una pasión que se desborda por su piel.

Takao ahoga los gemidos en la boca de Midorima. Desliza los brazos con la

intensión de sacarle el saco, después de todo no quiere ser el único desnudo

ahí. Midorima lo complace y se separa un instante del cuerpo de Takao para

sacarse el saco. Kazunari aprovecha para desanudar la corbata y para

desabotonar su camisa con sus manos temblorosas.

Vuelven a unirse en un beso, aún más apasionado que los anteriores, las manos

de Midorima recorren la espalda desnuda de Takao, hasta su cadera. Ha visto

la sensual ropa interior que Takao lleva en los breves instantes que se separaron

para desnudar su propio dorso. Él quiere tocar, y sus dedos han ido más allá del

encaje y cuando los dedos de Midorima llegan a sus nalgas bien formadas,

Takao se estremece.

>>No está la confesión oficial<<

Takao le acaricia la espalda, disfruta de sus músculos fuertes y bien

desarrollados, Midorima aparta una de sus manos de la piel de Takao, solo unos

instantes, el tiempo suficiente para apartar las cosas que se encuentran en su

escritorio y que se interponen en su propósito. Las cosas caen en un ruido

estridente. Antes de poder decir nada, Midorima sujetado a Takao de las

piernas para sentarlo en el escritorio, se acomoda entre sus piernas y sigue en

su labor de comer su cuello a besos.

—Shin chan….— Gime Takao, cuando siente como Midorima ha clavado sus

dientes en la piel de su cuello. — ¿Sólo quieres bajarte la calentura conmigo

Shin chan? ¿Tanto te gusto como me veía cómo chica? — Midorima se aparta,

Takao baja la cabeza apenado, siente que ha arruinado el momento pero

desea con todos sus fuerzas que su Shin chan le hable de sus sentimientos, le

haga sentir seguro de que si se entrega es porque su amor es correspondido, es

ahora cuando entiende todo el escándalo de la confesión oficial. Midorima se

Page 30: Lady Takao

enternece al verlo abrazarse a sí mismo, con el rostro sonrojado y los ojos

llorosos.

Le sostiene el rostro con la puta de los dedos. Nunca ha sido tierno con nadie,

tiene miedo de cometer un error, pero está dispuesto a hablarle a Takao con el

corazón.

—Perdóname — Dice en un susurro, que hace a Takao levantar el rostro, para

mirarlo confundido. —Yo te amo tal como eres, no tienes idea de cuánto lo

hago, nunca quise meterte en esta situación, y si me aceptas, me gustaría

mucho llevarte a la próxima fiesta siendo tú mismo. Quédate conmigo, deja

que yo te proteja, de ame y te cuide como el tesoro que eres. — Los ojos de

Kazunari se llenan de agua, y Midorima traga en seco. Takao se abraza a su

cuello, temblando, todo lo que Midorima ha sido demasiado abrumador para

él.

—Yo también te amo, Shin chan — Dicebesando sus labios. — Te amo, te amo,

te amo. — Repite entre cada pequeño beso que reparte en sus labios. Ambos

se sonríen, con amor. Se acarician el rostro con dulzura. Con los sentimientos

dichos en palabras sus cuerpos ahora quieren reconocerlos.

Takao se muerde los labios y abre las piernas ampliamente, Midorima lo mira y

se relame los labios.

—Desde que lo vi he querido preguntarte, ¿Qué es esta pieza tan sensual que

llevas?...— Midorima se hinca y hunde la cara entre las piernas de Takao, sus

labios besan sus muslos, blancos, suaves y tersos, y sus manos acarician sus

piernas con delicadeza.

—¡Oye! — Reclama avergonzado. —Eso no se pregunta dice, desviando la

mirada. Midorima levanta la vista para mirarlo y Takao le responde al fin. — Se

llama liguero. Mi madre dijo que te gustaría.

—Déjame agradecerle personalmente después — Dice abriendo los broches

que sujetan su media, desliza las manos para quitar la prenda poco a poco. Sus

labios recorren la piel que ha quedado desnuda y Takao tiembla. Repite el

contacto con la otra pierna. Cuando Midorima se levanta para mirarlo, Takao

está jadeando con fuerza, pero sus miradas se cruzan excitadas y enamoradas.

Nos consta que el presente es breve y es impuro,

pero cuando los torsos celebren su conjuro

Page 31: Lady Takao

Y llamen nuestros ojos cual brasas en lo oscuro,

sólo entonces sabremos cómo será el futuro.

—Déjame poseerte Kazunari— Dice Midorima en su oído acorralando su cuerpo

entre sus brazos.

—Si…Shin chan….— Responde Takao. — Mmm…Mi amor…—Gime cuando siente

las manos de Midorima colarse en su diminuto bóxer negro y sacarlo

deslizándolo por sus piernas.

Midorima vuelve a hincarse jala las piernas de Takao para atraerlo al borde del

escritorio. Sin previo aviso toma el mimbro de Takao que espera

completamente despierto y lo mete en su boca. Chupa, succión, lame, y Takao

gime, fuerte, claro, su nombre y otros sonidos inentendibles. Tiene los dedos

enredados en su cabello verde y mantiene en su cadera un movimiento

constante para profundizar el contacto.

Midorima no se detiene, no hasta que logra que Takao se corra en su boca,

Takao está temblando con la sensación del orgasmo golpeando sus sentidos.

Midorima lo toma en brazos, y lo deja en su cama, con cuidado. Se dedica a

repartir besos en toda la piel desnuda, quiere que se mantenga relajado para

lo que viene, porque lo que menos desea es hacerle daño.

Midorima atiende sus suaves botones rosas, con su lengua con sus dedos, los

gemidos de Takao le hacen saber que disfruta. Midorima entonces acaricia sus

labios con las puntas de sus dedos, sin mayores explicaciones Takao les saca el

vendaje y se los lleva a la boca; los lame con dedicación ahora mismo,

descubre que no debió dejar el bolsito en el auto, el lubricante le hubiera

venido bien ahora.

Los dedos de Midorima juegan en su interior, la sensación es incomoda, pero no

dolorosa, mueve los dedos con cuidado, rozando con descaro la próstata.

Takao gime por lo alto y suplica con la mirada que Midorima llene su interior.

Pero su miembro no es igual que sus dedos, es aún más gran y más grueso de lo

que su virgen cavidad está dispuesta a soportar en esa posición.

—Date la vuelta Kazunari. — Pide Midorima en un murmullo, Takao lo obedece

sin reclamar, hunde la cara en la almohada y levanta la cadera para Midorima

quien está entre sus piernas. Shintarou recompensa el detalle lamiendo con

suavidad la entrada, Takao gime y se retuerce por la acción inesperada. Los

lentes de Shintarou se le empañan del calor.

Page 32: Lady Takao

La entrada desde ese ángulo es mucho más sencilla, aun así, Midorima es gentil,

Takao se aferra a las sábanas mantiene su respiración acompasada con la de

Shintarou, se muerde lo labios y contiene la respiración, cuando está

completamente dentro se permite soltar el aire en un suspiro. Midorima espera

a que se acostumbre, es Takao quien mueve la cadera cuando está listo.

Shintarou llena de besos su espalda los dedos de su mano derecha acarician

los pezones rosados y su mano izquierda sostiene firme su cadera para marcar

el compás de las embestidas.

Salir, despacio.

Entrar con fuerza.

Aspiro a que tu suerte de nuevo me rescate

del frío y de la sombra… del tedio y el combate,

La gloria nos espera sola en su escaparate

mientras tú y yo probamos la sal y el disparate.

El sudor perla su piel, Takao se ha quedado ronco de tanto gemir. Midorima le

ha complacido en todos sus caprichos, ha ido más lento cundo se lo ha pedido,

más rápido, con más fuerza. Todo a su total deleite y eso le gusta.

Midorima se ha corrido, tres veces hasta ahora, en su interior. La sensación de

sentirse lleno es algo que no puede describir con palabras pero es delicioso.

Le gusta mirar la cara de Takao cuando el orgasmo los violeta, le gusta el brillo

que tiene su mirada antes de que sus ojos se oculten tras sus parpados.

Midorima está locamente enamorado, pero ellos apenas se han adentrado en

el arte del amor.

Terminan por cuarta vez. Midorima en su interior, Takao entre sus vientres.

—Te amo. — Dice Midorima sobre los labios de Takao, antes de acomodarse en

su pecho. Takao lo recibe con una sonrisa, le caricia los cabellos verdes con

amor.

—Yo también te amo, Shin chan.

Sola en su desafío nos espera la gloria

y con su habilidad veterana y suasoria

Page 33: Lady Takao

entre nosotros borra la línea divisoria

y nuestros pies se buscan para empezar la historia.

A Las tres de la mañana los Midorima han regresado a casa, su hogar está en

silencio. Los zapatos de su hijo y las zapatillas de Takao están en genkan. La

señora y el señor Midorima suben las escaleras, en el cuarto de huéspedes no

hay nadie. El señor Midorima de pronto se siente preocupado pero su esposa

sonríe ampliamente. La puerta del cuarto de su hijo está emparejada.

Empujan con cuidado la puerta, sus ojos siguen la trayectoria el vestido, la

peluca, el traje de su hijo. Y sobre la cama, su hijo durmiendo con sobre su

espalda y sobre él el cuerpo de aspecto frágil de Takao. Los brazos de su hijo lo

envuelven posesivamente, sus dedos de la mano derecha hundidos en su

cabello y su mano izquierda sin vendajes sobre el suave y redondito trasero de

Kazunari.

—Deja al niño en paz. — Ordena la señora Midorima que mira la cara roja de su

marido, sin entender bien sus sentimientos

—Pero…

—Deja al niño en paz. — Repite. Entrando a la habitación. Recogiendo la ropa

tirada para colocarla en el escritorio. Del armario saca una manta con la que

cubre los cuerpos sobre la cama, ambos se acurrucan mejor y la Señora

Midorima les dedica una sonrisa. — Si, siempre fue un niño. — Informa a su

esposo que se mantiene en estado de shock — y si lo aceptaste con vestido lo

aceptaras sin él — después de todo es la persona que tu hijo ama.

El señor Midorima quiere protestar, pero su esposa tiene razón. Es el quien cierra

la puerta de la habitación

—Deja al niño en paz — Se repite a si mismo mientras se encamina a la

habitación que su esposa y él comparten.