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UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRUJILLO FACULTAD DE CIENCIAS AGROPECUARIAS ESCUELA ACADÉMICA PROFESIONAL DE INGENIERÍA AGRÍCOLA “LA LABRANZA CURSO: AGROTÉCNIA DOCENTE: LUJAN SALVATIERRA, Pedro ALUMNO: ODAR GUTIÉRREZ, Ricardo CICLO: IV – CICLO

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRUJILLO

FACULTAD DE CIENCIAS AGROPECUARIAS

ESCUELA ACADÉMICA PROFESIONAL DE INGENIERÍA AGRÍCOLA

“LA LABRANZA”

CURSO:

AGROTÉCNIA

DOCENTE:

LUJAN SALVATIERRA, Pedro

ALUMNO:

ODAR GUTIÉRREZ, Ricardo

CICLO:

IV – CICLO

TRUJILLO – PERÚ

LABRANZAS

I. DEFINICIÓN:

Las labranzas son operaciones para dejar el suelo en condiciones óptimas de mullimiento que permitan la siembra y desarrollo de los cultivos.

Al efectuar la movilización o laboreo del terreno, se aseguran características físicas que influyen en las condiciones químicas y biológicas del suelo, además de permitir el éxito de los riegos y abonamientos.

Por lo general, la labranza es definida según el tipo de actividad que se lleva a cabo:

Inversión: este tipo de labranza da vuelta el suelo en la parte en que es trabajado. Las capas superficiales son completamente enterradas y las capas más profundas son llevadas a la superficie. El argumento de que la labranza controla las malezas no es válido cuando se hace todos los años ya que la misma cantidad de semillas es llevada a la superficie.

Mezcla: esta operación mezcla todos los materiales en forma homogénea hasta una cierta profundidad, por lo general cerca de 10 cm.

Rotura: este tipo de labranza abre el suelo de modo de aflojarlo sin mover los terrones, por ejemplo en operaciones de compactación del suelo (subsolado).

Pulverización: esta operación consiste en romper finamente los terrones de suelo de modo de formar un horizonte muy fino, por ejemplo, la cama de semillas. Se ejecuta en unos pocos centímetros debajo de la superficie.

(Friedrich, 2000):

II. OBJETIVOS DE LA LABRANZA:

A. Propiciar la fertilidad.- Al mullir el suelo se estimula la aireación influyendo así en las condiciones AEROBICAS que propician un óptimo hábitat para microrganismos favorecedores de la fertilidad como las bacterias Nitrosomonas que oxidan las moléculas de NH4 a nitritos y las Nitrobacterias que oxidan los nitrito a nitratos.

B. Lograr una excelente cama para semillas.- Que en el caso de cereales se denomina SEMENTERA.

C. Favorecer la absorción y circulación del agua.- Lo cual es evidente si se supone que al remover el terreno, se incrementa la porosidad del mismo.

D. Propiciar el óptimo crecimiento radicular.- Por la suavidad y soltura que se presenta al mullir el sustrato o suelo.

E. Enterrar abonos e incorporara materia orgánica.- Generalmente después de la cosecha queda la superficie una buena cantidad de rastrojos, hojarasca, o materia seca, que al ser incorporado mediante araduras profundas, proporcionaran una fuente segura de materia orgánica, que es tan escasa en los suelos de la costa peruana.

F. Destruir malezas.- En terrenos con infestación de malezas las labranzas no solo mullen el suelo, sino que entierran el manto de malas hierbas existentes o por lo menos los colocan en condiciones propias para su fácil descomposición.

G. Prevenir ciertas plagas y enfermedades.- En muchos casos se labra el suelo como medida de prevención contra plagas y enfermedades y por ello se prefiere efectuar labranzas profundas que logran enterrar a los órganos de conservación y de reproducción de insectos y patógenos a una profundidad que dificulta el normal desarrollo de estos organismos que podrían dañar el próximo cultivo.

H. Favorecer las labores culturales posteriores a la labranza.- Este objeto se logra al tener éxito con los aporques, deshierbo mecánico, riegos, etc.

III. VENTAJAS:

La labranza tradicional se caracteriza por su excesivo número de pasadas sobre el terreno, acción que no es beneficiosa para el suelo puesto que se dañan sus características físicas y con altos costos por uso repetido de maquinaria. La labranza mínima resulta así, como un método que pretende reducir el número de viajes sin menoscabar la calidad de la preparación de la cama de semilla con las siguientes ventajas

Menor compactación del suelo. En condiciones normales cuando se hace labranza tradicional, más sembrar, aplicar pesticidas y cosechar, estudios estiman que se cubre el 90% del terreno con las huellas de las máquinas que intervienen en el proceso, como consecuencia de ello se compacta el suelo en una densidad mayor que la que tenía antes de la aradura. La compactación de las ruedas delanteras del tractor puede ser muy severa después de la aradura en suelos húmedos y lo más grave es que ésta puede extenderse más allá del ancho del neumático.

Se obtiene una más rápida germinación de las semillas. Al depositar las semillas en un suelo inmediatamente arado con óptima humedad estas inician su proceso de germinación casi de inmediato.

Menor erosión del suelo. Al efectuar todas las labores necesarias en forma simultánea el suelo no queda descubierto por mucho tiempo.

El suelo resulta con mejores condiciones físicas. Al trabajar menos el suelo este resulta con mejores condiciones respecto a su densidad aparente y la porosidad, otorgando una mejor estabilidad de los agregados.

Mejor control de malezas. La labranza mínima resulta más eficaz en el control de las malezas que la labranza tradicional.

Rendimientos comparativos mayores. Se obtienen rendimientos iguales o mayores que con los métodos tradicionales.

Menores costos. Se reduce el consumo de combustibles por menos uso de horas máquina. Investigaciones han demostrado que se consumen 50 litros de combustible por hectárea en una siembra de maíz con labranza tradicional, 38 con labranza mínima y 15 con siembra directa.

Mayor disponibilidad de equipos. Al reducir el tiempo de empleo de los equipos, estos quedan disponibles para realizar otros trabajos en la temporada.

IV. CLASIFICACIÓN:

A. POR LA PROFUNDIDAD DE LA LABRANZA: Las capas de terreno que no pueden ser movilizadas varían desde la capa superficial hasta otras de zonas mas bajas y pueden ser clasificadas en superficiales, medianas, profundas y de subsuelo.

a) Labranza superficial: Es cuando se mulle el terreno hasta una profundidad de 10 a 12 cm se utiliza generalmente labor previa y complementaria de las araduras profundas y medianas, al permitir un mejor acabado a la preparación del suelo, mullendo mejor la superficie.

b) Labranzas medianas: Estas labores se profundizan de 12 a 25 cm, y guardan relación directa con la clase de suelo y tipo de planta a cultivar. Es el tipo de labranza común y usado tanto para cereales, tubérculos y pastos.

c) Labranzas profundas: Son aquellas que mullen el suelo a una profundidad mayor de 25 cm. Llegando hasta 35 y 40 cm. Se realizan para plantas de raíces profundas como vid, algodonero, alfalfa y en casos de cultivos que van a permanecer en el campo por varios años, como el cultivo de la caña de azúcar. Igualmente este sistema es recomendable para todos los campos, por lo menos una vez cada 4 a 5 años.

d) Labranzas de subsuelo: Estas labranzas alcanzas a rotura el subsuelo. La profundidad de laboreo es mayor de 40 cm. Las ventajas de esta labor son múltiples; permite la explotación por las raíces de capas nuevas del suelo, encontrando así muchas veces, nuevas reservas de elementos; aumenta la capacidad de almacenamiento para el agua evitando el humedecimiento excesivo del suelo. La subsolación rompe las capaz duras e impenetrables.

B. POR LA INCLINACIÓN DE LA CINTA: Al ejecutar la labranza el arado suelta el suelo simultáneamente en sentido vertical y horizontal, creando una cinta continua de tierra que sufre un movimiento giratorio por el empuje de la vertedera o disco. Según el angulo que gire el prisma, la labranza será: inclinada u horizontal y para ello se usan implementos de gradas o de rejas.

a) Labranzas inclinadas: En estas, el prisma de tierra a – b – c – d es levantado primero del lado c – d, girando de 90° y por la acción del implemento continúa girando unos 45° mas hasta apoyarlo con el prisma anterior.

b) Labranzas horizontales: En el caso de horizontal, el prisma de tierra sufre una rotación de 180°; es decir la cinta es completamente volteada y no se apoya con la adyacente; debido a la gran anchura de las cintas cortadas por el arado. En esta forma, la superficie del terreno, después de la labranza, queda sin ondulaciones.

C. SEGÚN EL PERFIL DEL TERRENO: Según el perfil del terreno, las labranzas pueden ser: llanas, alomadas (ó calzando) y hendidas (ó descalzando).

a) Labranzas llanas: Es cuando la tierra es volteada hacia el mismo lado, de tal manera que todas las cintas sean paralelas y la superficie del terreno no tenga zanjas ni accidentes; es decir, que la superficie sea llana o uniforme.

b) Labranzas alomadas: Se denomina así porque después del laboreo queda en el centro del campo un lomo longitudinal pues los prismas de tierra movidos por el arado han sido volteados hacia la izquierda formando una especie de lomo en el centro.Esta es una forma muy común de labranza con arado de vertedera fija.

c) Labranza hendida: A la inversa de la anterior, después de la labranza queda un surco longitudinal, a causa de que los prismas de tierra han sido volteados hacia afuera.La labranza hendida se realiza con arado de vertedera fija; se comienza por un lado del campo, para terminar en el centro donde queda el surco que se forma con las dos ultimas pasadas del arado.Esta técnica de labranza es muy conveniente para los terrenos húmedos o para aquellos que van a ser dejados sin cultivar durante la época que se pueda humedecer por las lluvias.

D. SEGÚN SU DIRECCIÓN: La dirección de alboreo se ejecuta con la mayor dimensión del terreno, economizando tiempo, pues así se da menor numero de vueltas. Generalmente cuando el terreno es de gran extensión, se divide en secciones milgas o tablas, sean largas o angostas, con el objeto de repartir el trabajo diario.Cuando el terreno tiene gradiente pronunciada, se procura seguir una dirección oblicua, intermedia entre la horizontal y la máxima gradiente, si es que se trabaja con arado de vertedera fija; pues si se sigue la dirección de la pendiente mayor, la labranza será muy difícil a la subida del tractor.

E. SEGÚN LA HUMEDAD DEL TERRENO: Las labranzas del terreno pueden realizarse en condiciones de terreno seco o en capacidad de campo “a punto”.

a) Labranzas en seco: Son factibles en casos de terrenos sueltos, arenosos o francos. Tienen como inconveniente, el mayor desgaste de implementos, mayor esfuerzo de tracción del tractor y un menor mullimiento del terreno.

b) Labranzas en húmedo: Es cuando el laboreo se ejecuta en terreno húmedo. Esta humedad es proporcionada por un riego previo que recibe la denominación de “machaco” o “remojo”

V. METODOS:

El método de labranza que se elija para trabajar un suelo a fin de establecer un cultivo, dependerá de varios factores que es necesario considerar para obtener buenos rendimientos.

Cada suelo tiene su peculiar tendencia a la formación de su estructura y, por lo tanto su propia reacción a una determinada acción de las herramientas las que producen un efecto particular sobre el suelo en que actúan, y cada cultivo tiene requerimientos de preparación del suelo en lo referente a profundidad de la labor y al mullimiento para su crecimiento y desarrollo en condiciones óptimas. Investigaciones de los últimos años han demostrado que es conveniente trabajar lo menos posible el suelo realizando mínima o ninguna labor antes de la siembra.

Se podría pensar que es necesario trabajar el suelo una y otra vez en acciones sucesivas de herramientas para crear estas condiciones. Sin embargo los métodos de preparar el suelo para la siembra han evolucionado, desde realizar una otra labor profunda y su superficie quedara totalmente mullida, hasta pensar hoy que trabajar un suelo en esas magnitudes es a veces no necesario e incluso perjudicial para sus propiedades físicas y porque se aumentas los costos. La labranza de los suelos se puede clasificar y denominar bajo los siguientes términos.

Labranza tradicional

Labranza primaria

Antes de la siembra

Labranza secundariaDespués de la siembraLabranza de

conservaciónLabranza vertical

Labranza del subsuelo

Labranza mínima

Siembra directa

Labranza en curvas de nivel

Labranza en terrazas

La labranza del suelo se ha definido como el arte de cultivar la tierra para el buen desarrollo de las plantas. Por lo tanto, comprende cada una de las operaciones y prácticas necesarias con el objetivo de crear las condiciones para la buena germinación de las semillas y el buen desarrollo de las raíces. Supone todas las operaciones antes y después de la siembra, Desde el punto de vista de las características físicas de suelo, la labranza tiene por objetivo disminuir la densidad de éste, aumentando la separación entre las partículas. En un suelo con estas condiciones la cama de semillas debe tener de un 50 a 75% de espacios huecos, las partículas y agregados se tocan ligeramente entre sí, y las raíces pueden extenderse fácilmente en cualquier sentido, por cuanto el aire y la humedad se encuentran uniformemente distribuidos y en equilibrio. Por el contrario, cuando el suelo está duro, las raíces se obligan a restringir su desarrollo o se desvían para encontrar un camino para desarrollarse. Resulta evidente que los distintos cultivos tienen requerimientos diferentes en sus exigencias de calidad en la preparación del suelo en lo que a profundidad y mullimiento se refiere. En maíz y trigo, para nombrar sólo dos ejemplos, se desarrollan bien en regulares condiciones de preparación del suelo, pero cultivos que se desarrollan bajo éste como la papa y la remolacha son exigentes tanto en la profundidad de la labor, como en el mullimiento sobre todo en el caso de ésta última.

Según sea el método empleado para efectuar la labranza, la acción de las diferentes herramientas resulta, por una parte, la más clásica y generalizada para modificar el perfil. Por la otra parte, cada suelo tiene sus propias características y por lo tanto, reacciona de manera distinta ante cada método o herramienta usada. De la elección adecuada del método, de la herramienta y de la oportunidad de su uso dependerán los resultados.

VI. MAQUINARIA O IMPLEMENTOS AGRICOLAS:

La labranza cero o práctica de no labranza son aquellas actividades en las cuales las semillas se siembran con el menor disturbo del suelo. Esto significa sembrar sobre los residuos de los cultivos precedentes y de las malezas. Los agricultores, los extensionistas y los investigadores han desarrollado no solo instrumentos para sembrar sobre los residuos sino también herramientas e implementos para manejar los residuos de los cultivos y la vegetación del barbecho.

Estas herramientas e implementos han sido desarrollados a tres niveles:• Para labranza manual• Para tracción animal• Para equipos mecanizados

A. PARA LABRANZA MANUAL:

Azadas y palas de diferentes pesos y formas son las herramientas usadas para las operaciones de labranza manual, excepto cuando se contrata la arada con animales o tractores. La profundidad e intensidad de la labranza con las herramientas de mano es muy limitada pero, de cualquier manera, deja el suelo expuesto de tal manera que se degrada y erosiona. Incluso causa la compactación del suelo (piso de azada). Sin embargo, las herramientas de labranza podrían ser aún necesarias para algunas operaciones especializadas, incluso bajo los sistemas de agricultura de conservación, tales como la formación de parcelas o el mantenimiento de diques para riego. Sin embargo, bajo la agricultura de conservación no existe más la labranza general y los agricultores usan la siembra directa para instalar los cultivos. De esta forma, es eliminado el importante problema de la disponibilidad de mano de obra.

B. PARA TRACCION ANIMAL:

El arado en sus diferentes formas, ya sea como arado de madera o como arado de rejas es probablemente la herramienta más conocida para la preparación de la tierra, usado tanto en países desarrollados como en los países en desarrollo. No existe otra herramienta que simbolice el desarrollo agrícola como el arado. Sin embargo, bajo la Agricultura de Conservación pueden ser necesarias algunas herramientas especiales que serán discutidas brevemente en este manual de capacitación. Es necesario remarcar que estas herramientas en la Agricultura de Conservación pueden desaparecer como implementos comúnmente usados.

Labranza primaria para abrir el suelo dando lugar a la

pérdida de humedad y una mayor infestación de malezas

(T. Friedrich)

El arado es usado principalmente para la labranza primaria: abrir el suelo con el objetivo de aflojarlo para facilitar la penetración de las raíces y cortar y enterrar las malezas. El arado puede ser tirado por uno o más pares de burros o bueyes.

Las desventajas del arado incluyen:

• Al inicio de la estación lluviosa son necesarios animales fuertes para tirar del arado mientras que en ese momento los animales están débiles• La repetición de la arada a la misma profundidad puede crear el piso de arado o capa compactada• Dar vuelta el suelo completamente da lugar a la pérdida de humedad por evaporación• La arada lleva semillas de malezas desde las capas más profundas a la superficie del suelo y al mismo tiempo se entierran semillas frescas dando lugar que a largo plazo haya una mayor infestación de malezas.

El diseño del arado de reja, o sea su tamaño y forma, determinan la cantidad de residuos de cultivos que quedan sobre la superficie y la parte que es mezclada con el suelo. Cuanto más grande y más curvada es la reja mayor será la cantidad de residuos que es enterrada en el suelo y, por lo tanto, los residuos que quedan en la superficie. Como una primera etapa para el pasaje de la arada convencional a la Agricultura de Conservación los agricultores deben optar por implementos de dientes tales como el cincel o el cultivador.

Los cinceles o arrancadores tienen puntas agudas, dientes de metal que pueden ser fácilmente colocados en el timón del arado (Moeller, 1997). Por lo general, los agricultores que desean evitar la arada en actividades mínimas o reducidas de preparación de tierras usan los cinceles.

Arrancador «Magoya» con sembrador adjunto:Una herramienta popular en África del Sur y del Este

C. PARA EQUIPOS MECANIZADOS:

El arado en sus diferentes formas, ya sea como arado de discos o como arado de rejas es probablemente la herramienta más conocida para la preparación de la tierra, usado tanto en países desarrollados como en países en desarrollo. No existe otra herramienta que simbolice el desarrollo agrícola como el arado. Sin embargo, bajo la Agricultura de Conservación pueden ser necesarias algunas herramientas especiales. Pero es necesario remarcar que estas herramientas en la Agricultura de Conservación pueden desaparecer como implementos comúnmente usados.

Labranza primaria para abrir el suelo que resulta en pérdida de humedad mayor infestación de malezas

El arado es usado principalmente para la labranza primaria o sea, para abrir el suelo con el objetivo de aflojarlo para facilitar una buena penetración de las raíces y cortar y enterrar las malezas. Las desventajas del arado incluyen:

• La arada repetida a la misma profundidad puede crear un piso de arado o capa compactada• Dar vuelta totalmente el suelo puede resultar en pérdida de humedad por evaporación• Trae las semillas de maleza de las capas profundas del suelo a la superficie dando lugar a una mayor infestación de malezas en el campo

El diseño del arado de reja, o sea su tamaño y forma, determinan la cantidad de residuos de cultivos que quedan sobre la superficie y la parte que es mezclada con el suelo. Cuanto más grande y más curvada es la reja mayor será la cantidad de residuos que es enterrada en el suelo y, por lo tanto, los residuos que quedan en la superficie.

Los arados de discos a menudo son considerados como herramientas para la labranza reducida o mínima. Sin embargo, al igual que los arados de rejas parcialmente invierten, mezclan y pulverizan el suelo y con el paso del tiempo contribuyen substancialmente a compactar el suelo. Su acción más bien fuerte sobre el suelo los hace inadecuados para la labranza de conservación. Los agricultores durante el período de transición a la agricultura de conservación y si fuera necesaria para alguna operación de labranza antes de adoptar un régimen permanente de labranza cero, deberían optar por implementos con dientes verticales como los arados de cincel o los cultivadores, dejando un máximo de residuos sobre el suelo.

Cultivador pesado para trabajar en profundidad con discos de corte par el manejo de los residuos

Los cultivadores con cinceles pueden ser usados en la fase de transición para romper suelos severamente degradados y sin estructura antes de que la estructura comience a recuperarse. Para el uso bajo la Agricultura de Conservación los cultivadores arrancadores o de cinceles deberían ser capaces de manejar los residuos superficiales ya sea usando discos de corte colocados adelante de los cinceles o proporcionando

suficiente espacio vertical entre los vástagos y el timón para permitir un flujo libre de los residuos a través del equipo.

También se debe evitar que los cinceles levanten terrones lo cual sería una razón para una segunda operación de labranza al preparar la cama de semillas. Esto se obtiene eligiendo el momento con la humedad ideal del suelo, cuando este está migajoso y prefiriendo elementos con los vástagos inclinados hacia los lados. Si fuera necesario, por ejemplo en suelos altamente degradados o en suelos húmedos y fríos, el arrancado está a menudo limitado a los surcos de siembra en la siembra en fajas.

Los subsoladores y los cultivadores profundos son usados para romper capas duras o compactadas de suelo con el objetivo de mejorar la infiltración del agua y la penetración de las raíces. La punta del subsolador se coloca inmediatamente por debajo de la capa compactada, por lo general a profundidades entre 25 y 60 cm.

Sus desventajas incluyen:• Alto requerimiento de energía• El suelo debe estar en el punto preciso de volverse en migajas hasta la profundidad de intervención• Las puntas se rompen fácilmente cuando se usan incorrectamente y las puntas gastadas reducen el efecto• Cuando no se usan correctamente la tasa de infiltración de agua no mejora significativamente

El subsolado para romper la compactación no debería ser considerado como una actividad periódica sino como una excepción. Después del subsolado se toman medidas para estabilizar la estructura que se ha naflojado poniendo atención para no recompactar el suelo. El pasó con maquinaria pesada sobre un suelo apenas descompactado o hacer una labranza intensiva con rastras de discos podría destruir el efecto del subsolado y producir compactaciones aún más serias que las anteriores. Debido al alto requerimiento de energía de la operación de subsolado, la rotura del suelo mediante la penetración de las raíces de especies que desarrollan raíces fuertes y profundas puede ser una solución más económica.

Subsolado con un «paraplough» deja los residuos vegetales en el lugar y no disturba la superficie del suelo