La Vida y La Muerte Marx y El Marxismo
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8/18/2019 La Vida y La Muerte Marx y El Marxismo
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La vida y la muerte: Marx y el marxismo
Michel Henry (Montpellier)
En ocasión del primer centenario de la muerte de Marx, ¿no ha llegado el momento de emitir sobreauel a uien no se sabe cómo designar !"ilóso"o, economista, historiador, sociólogo, hombre pol$tico,
teórico del movimiento obrero, re"ormador revolucionario o pro"eta% un &uicio por "in ecu'nime, el ue
precisamente permite el paso del tiempo* + este &uicio, considerando las cosas y poniendo "inalmente
cada una en su lugar ¿no podr$a tomar la "orma de una respuesta a la clebre pregunta: u es lo ue ha
muerto y u es lo ue est' vivo hoy todav$a de esta obra tan monumental como diversa, puesto ue
toca todas las 'reas del conocimiento y la acción*
-ólo ue, a di"erencia de Hegel, de uien .roce uiso, en e"ecto, reevaluar ba&o la prueba de la
historia la ense/an0a especulativa, lo ue aportó Marx a la humanidad, es !y ello con"orme a su
intención m's expl$cita: Los "ilóso"os se han limitado a interpretar al mundo de di"erentes maneras, de
lo ue se trata es de trans"ormarlo%, adem's de un cuerpo teórico igualmente inmenso, algo totalmentedistinto: una trastocación no solamente del pensamiento sino de las sociedades mismas, es decir de la
vida de cientos de millones de individuos1 Mientras ue toda "orma superior y elaborada de la
comprehensión ue el hombre tiene de su relación con el mundo, toda religión, toda mitolog$a, toda
moral, toda concepción del mundo, sólo in"luye poco a poco, por mediación de las conciencias,
sobre el modo de vida, uno se encuentra au$ en presencia de un "enómeno absolutamente excepcional:
la acción directa, decisiva y brutal de una "iloso"$a sobre la realidad en su sentido m's trivial y m's
pro"undo: sobre la realidad cotidiana1 ¿2o es hacia los reg$menes y los pueblos ue han pretendido
organi0arse y construir su destino a la lu0 de las concepciones "ormuladas por Marx ue convendr$a
mirar* 3esultados concretos, una situación histórica tangible, anali0able ob&etivamente seg4n los
m4ltiples mtodos de los cuales disponen las ciencias humanas, desarrollos e"ectivos en las 'reas ue
caracteri0an esencialmente una sociedad !económica, social, cultural%, todo ello ¿no constituye, para&u0gar hoy el pensamiento y la obra de Marx, una gu$a mucho m's segura e indiscutible ue los simples
escritos teóricos*
5e ninguna manera1 -e debe recordar au$ ese hecho determinante, pero siempre, y de nuevo
ahora, ocultado: ue el pensamiento de Marx no tiene ninguna relación con el marxismo y ue es ste y
sólo ste el ue ha servido de modelo y de principio conductor para la construcción de las sociedades
nuevas ue han deseado y cre$do reivindicar el socialismo concebido por Marx1 La historia del
pensamiento de Marx despus de su muerte, convertida en la del marxismo, representa en e"ecto el
"enómeno cultural m's excepcional y el m's sorprendente ue se pueda percibir en los tiempos
modernos1 6oda gran doctrina, es cierto, a causa del &uego inevitable de las in"luencias y de las
inter"erencias, ha su"rido modi"icaciones o alteraciones m's o menos pro"undas !a t$tulo de e&emplo: lainversión del cristianismo por el pensamiento griego1 Es tarea de los historiadores y "ilóso"os el
desenredar el hilo enmara/ado de esas secuencias ideales, espirituales o morales1 En el caso ue nos
ocupa, se trata de otra cosa: la totalidad de los escritos "undamentales de Marx ! la .r$tica del Estado
hegeliano , los Manuscritos del 77 , y sobre todo La ideolog$a alemana% permaneció desconocida para auellos ue
construyeron la ideolog$a marxista y el mundo a la lu0 de esta ideolog$a 1
¿5e u base teórica, propiamente "ilosó"ica, dispusieron ellos entonces !ellos: 6rots9y, -talin,
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Mao y algunos otros, algunos intelectuales del tipo de le&anov* .omo los mencionados escritos hab$an
permanecido inditos, por inconclusos o a causa de la negativa expl$cita de los editores (por e&emplo
para La ideolog$a alemana ), Engels emprendió, despus de la muerte de Marx, la tarea de hacer el resumen
ue deb$a servir de "undamento a todo el edi"icio teórico del marxismo: ste "ue el: L1 ;euerbach y el "in de
la "iloso"$a cl'sica alemana 1
6exto de una extrema debilidad intelectual ue nos sit4a en lo esencial ante la alternativa
siguiente: o bien el esp$ritu crea la materia, como lo creyeron Hegel y todos los idealistas, o por el
contrario la materia crea el esp$ritu, su propio re"le&o en la conciencia o en el cerebro de los hombres,
como lo di&o Marx, lo ue inaugura la nueva "iloso"$a (?7@%>?7C, invirtió las in"luencias decisivas de ;euerbach y -tirner, ubicando la segunda ante la
primera, mientras ue es la lectura de Lo 4nico y su propiedad lo ue condu&o a Marx, tomando
plenamente conciencia de su pensamiento pro"undo, ya "ormulado en la .r$tica del Estado hegeliano, a
romper con ;euerbach y su "iloso"$a de la Dattungsesen , uno de los subproductos del universal
hegeliano1
6exto "ilosó"icamente "also porue coloca especulativamente en el "ondo de todas las cosas
una materia ue es la de la "$sica y de la cual Marx no habla &am's1 Marx utili0a el ad&etivo material,
por ue designa en e"ecto la realidadF no la realidad ob&etiva ue temati0a la ciencia, y de la cual ella
persigue la elaboración inde"inida, de tal manera ue esta realidad se presenta todav$a hoy como una G
cuya conciencia adecuada es enviada al trmino ideal del progreso cient$"ico1 or material Marx
entiende esta realidad ue nosotros somos y de la cual hacemos en nosotros mismos la prueba
inmediata, la vida "enomenológica individual , esa necesidad innegable cuya presión su"rimos y ue se cambia
espont'neamente en la actividad ue despliega para satis"acerse1
hora bien, por una parte, es esta vida "enomenológica tal como se experimenta a ella misma
!en consecuencia, una especie de absoluto%, la ue constituye el "undamento de la historia y de la
econom$a en el sentido de ue produce los "enómenos espec$"icos ue ser'n estudiados por esas
ciencias ue nosotros llamamos historia y econom$a pol$tica1 La vida no es el ob&eto de esas cienciasF
ella produce, digamos, los "enómenos ue ser'n sometidos eventualmente (ya ue ellos existieron
cuando esas ciencias no exist$an) a su investigación, ella se el naturante de las "ormaciones ue ser'n
convertidas en ob&etivas por la visión cient$"ica, pero ue en ellas mismas, es decir en la vida ue las
produce y no cesa de producirlas, no son nada de eso1 El materialismo histórico, si se uiere
conservar ese trmino ue no es de Marx ! La ideolog$a alemana habla del "undamento material de la
historia% no es una concepción particular de la historia entre otras posibles, sino una "iloso"$a de la
historia ue asigna a los "enómenos históricos un origen situado "uera de ellos, precisamente en la
vida, ue aparece as$ como el "undamento meta"$sico, o en todo caso metahistórico, de la historia
misma1 Es, en la vida, la reiteración inde"inida de la necesidad y el traba&o, son los individuos su"riendo
y actuando, los individuos vivos dice Marx, los ue son la primera presuposición de toda historia de
los hombres y los ue as$ determinan, a priori , esta historia y toda sociedad posible como una historia y
una sociedad ue son y deben necesariamente ser primero una historia y una sociedad de la necesidad y
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del traba&o, de la producción y del consumo1
or otra parte, esta vida ue aparece como el principio de la historia de la sociedad no es en
Marx el ob&eto de una designación exterior, ella no se propone como una realidad emp$rica, tema
tambin de una ciencia emp$rica1 + es au$ donde se debe intentar reconocer la originalidad y la
extraordinaria penetración del Marx "ilóso"o1 +a ue es en el plano "ilosó"ico, en un debate
propiamente "ilosó"ico con los m's grandes "ilóso"os y con el ue los encarnaba a todos !retomando y
asumiendo sus pensamientos en el u"hebung de su sistema%, con Hegel, como se de"inió el propio
aporte de Marx a la "iloso"$a occidental, a saber, la interpretación del ser original, de lo ue constituye el
"undamento de toda cosa y particularmente de la historia y de la sociedad, como la vida1 Lo ue ya de
vivo en Marx: lo primero es ue es un pensador de la vida1
osición singular, en e"ecto, y ue debió conuistarse contra la "iloso"$a cl'sica, ue era una
"iloso"$a del pensamiento, ue interpretaba al hombre como ser pensante, como animal ra0onable o
racional1 hora bien, lo ue importaba es una perspectiva de ese tipo, no era primero ue el hombre
identi"icado con el pensamiento se pusiera al mismo tiempo como el -u&eto para el cual todo el resto no
era m's ue ob&eto, ue su ob&eto !de manera ue ese cambio de primac$a del -u&eto en bene"icio del
Ib&eto era por el contrario concebible (como a su manera lo hi0o Engels)%F es, de manera mucho m's
esencial, ue la relación del hombre con el ser "uera una relación de exterioridad, la relación -u&eto%
Ib&eto, cualuiera ue "uera, al "in de cuentas, el sentido con el cual se escogiera leerla, el trmino ue
se persiguiera en ella1
ero, si se consideran con m's precisión la posiciones "ilosó"icas sobre las cuales Marx
re"lexionó en el curso de su prodigioso traba&o teórico de los a/os 7@%7J, a saber, el pensamiento de Hegel
y la intuición de ;euerbach, se ve u es esta relación con el ser como relación de exterioridad ue
de"in$a a uno y otra, y ue es &ustamente esta relación lo ue Marx va a recha0ar brutalmente1 +a ue la
dialctica de Hegel no hace m's ue describir ese proceso de ob&etivación del ue el 4ltimo cap$tulo del
tercer Manuscrito del 77 presenta una cr$tica admirable al mismo tiempo ue impide ue en adelante se
busue en l la realidad1 Mientras ue la intuición (el materialismo) de ;euerbach, ue invierte la
relación su&eto%ob&eto en bene"icio de este 4ltimo !porue, a di"erencia del pensamiento hegeliano, la
intuición sensible ya no es creadora de su ob&eto sino receptiva en relación a l%, conserva al menos,
de"iniendo al ser como a eso a lo ue se accede por intermedio de los sentidos, esta determinación
ontológica decisiva de la realidad como realidad exterior1
ero la relación de la vida con ella misma no es una relación de exterioridad1 El ue desea, el
ue tiene hambre, el ue lleva un "ardo, el ue talla la piedra, el ue despliega su cuerpo seg4n uno de
sus poderes, se no instaura entre l y su deseo o su es"uer0o ninguna distancia en "avor de la cual le
ser$a posible escapar a lo ue l hace o esF pero, sumergido r'pidamente en s$ mismo y
"undamentalmente pasivo ante su propio ser, coincide inevitablemente con l para ser lo ue es1 La vida
es una dimensión de inmanencia radical en virtud de la cual ella se prueba a s$ misma sin separarse de s$
y es en verdad como tal, prob'ndose a s$ misma y no cesando de hacerlo, como ella es la vida1 esta
dimensión original del ser como excluyente de todo distanciamiento y de toda di"erencia en tanto ue
vida, Marx la llama praxis1
-i las 6esis sobre ;euerbach , de donde surge el concepto de praxis, son di"$ciles de leer, es porue,
para decir lo ue no ha sido &am's dicho y como todo investigador ubicado en esa situación crucial
donde se har' un descubrimiento decisivo, Marx se encuentra, naturalmente, desprovisto de los medios
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conceptuales apropiados1 ara recha0ar la dialctica de Hegel, l sólo dispone del materialismo de
;euerbach, igual ue para re"utar el materialismo de ;euerbach, dispone sólo de la dialctica de Hegel1
Materialismo y dialctica representan, y ello sobre el "ondo de su esencia com4n, lo ue deber ser
radical y con&untamente ale&ado para ue se abra el camino hacia lo esencial, ue es la vida, el concepto
"undamental del marxismo ue unió los dos trminos precisos puestos "uera de &uego por Marx, el
materialismo dialctico, constituye la uintaesencia del absurdo1
-i se uiere tomar la medida de la distancia, o me&or, del abismo ue existe entre el
pensamiento de Marx y el marxismo, se debe agregar ue la praxis es en esencia individual, y ello
porue es ante todo una praxis corporal, el despliegue de una sub&etividad org'nica como lo dir'n los
Drundrisse , la cual es siempre la de un individuo y no puede ser pensada si no en relación a l1 Esta
praxis concreta, esta sub&etividad org'nica, se trans"ormar' en El capital en traba&o vivo y he all$ por
u, para decirlo desde ahora, todo el an'lisis económico tomar' como criterio y como re"erencia
exclusivos el traba&o de un traba&ador !lo ue es v'lido para el traba&o de un obrero aislado es v'lido,
seg4n El capital , para el traba&o de la clase obrera en su con&unto% y se construir' a partir de ese traba&o
singular ue aparecer' como punto de partida y punto de llegada de todo el sistema económico y como
su 4nico naturante1
ero es ante todo el an'lisis sociológico el ue sólo es inteligible a partir del individuo vivo1 La
idea marxista, re"or0ada por las tesis de la escuela de 5ur9heim y retomada recientemente por el
estructuralismo, de la primac$a en apariencia evidente de la sociedad sobre el individuo, la interpretación
de la relación ue los une como homognea a auella por la cual un todo determina sus partes
(pensamiento ya caro a Hegel)% todo ello hab$a sido tomado a broma pro Marx en su polmica contra
roudhon1 uesto ue era, avant la lettre , una tesis claramente dur9heimiana ue ste hab$a sostenido
a"irmando la especi"icidad de las leyes y de los "enómenos sociales irreductibles a las propiedades
individuales, o m's bien precedindolas, y as$ determin'ndolas a manera de causa1 La vida de esta
sociedad, ironi0a Marx, sigue leyes opuestas a las leyes ue hacen actuar al hombre como individuo1
Esas son, pues, las leyes de la vida en el individuo, las leyes ue lo hacen actuar, ue determinan porel contrario la estructura de una sociedad y, as$, toda la actividad social ue nos parece ver concluida
"uera de nosotros seg4n regulaciones en apariencia ob&etivas, encuentra en realidad en nosotros y en
nuestra sub&etividad viviente su pre"iguración y sus leyes1 -iempre los hombres siguen caminos ya
tra0ados1 2o son los caminos ue encontramos "uera de nosotros o ue otros hombres han tra0ado
antes ue nosotros1 Los caminos ue seguimos est'n tra0ados en nosotros, son las l$neas y las pulsiones
de nuestro cuerpo y esos caminos no nos pierden1 5escriben el c$rculo de nuestras posibilidades y
asignan, al mismo tiempo ue a toda la sociedad su "orma, a nuestra vida su destino1
La cr$tica del concepto de sociedad reconduce a Marx a las clases sociales pero, contrariamente
a lo ue suceder' en el marxismo, ellas constituyen no los principios 4ltimos de explicación sino
realidades para ser explicadas1 + lo ue las explica, es &ustamente el modo de vida concreto de losindividuos, sus h'bitos, los ue "orman y determinan a los de su clase1 En la clase burguesa, como en
toda otra clase, las condiciones personales son simplemente trans"ormadas en condiciones comunes y
generales1 E inclusive: Las relaciones personales se vuelven necesaria e inevitablemente relaciones de
clase y se "i&an como tales1 Es pues un paralogismo ue consiste en meter todo patas arriba
pretender deducir, al contrario, la realidad de un individuo de la clase a la cual l pertenece, paralogismo
cometido por -tirner antes de serlo por el marxismo y violentamente denunciado por Marx: La
a"irmación ue se encuentra "recuentemente en san Max de ue todo lo ue es cada uno lo es por el
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Estado, es en el "ondo la misma ue la ue hace del burgus un e&emplar de la burgues$a, a"irmación
ue presupone ue la clase de los burgueses exist$a ya antes de los individuos ue la componen1
Kue sea el modo de vida concreto de los individuos lo ue da cuenta de las propiedades de una
clase determinada y no a la inversa, es lo ue Marx estableció de manera decisiva a propósito de una de
ellas: la ideolog$a1 uesto ue toda clase tiene su ideolog$a, u m's evidente y natural ue explicar au$
lo ue piensa cada ve0 un individuo dado a partir de las ideas de su propia clase o incluso de su
poca1 hora bien, es cierto, y es una de las tesis "undamentales de Marx, ue para l el mundo de las
ideas en el sentido m's amplio no es autónomo y encuentra su "undamento en la vida misma, y ello
porue es la representación de la vida misma1 Este con&unto de ideas, de pensamientos, de im'genes, de
representaciones de todo tipo, esta estructura mental, es lo ue Marx llama la conciencia1 .onciencia no
designa, pues, en Marx, la prueba inmediata ue cada uno hace de su propia vida, su su"rimiento, su
necesidad, su es"uer0o, sino la manera en la ue se la representa y la interpreta espont'neamente1 + la
intuición decisiva de Marx es, &ustamente, ue la manera en la ue los hombres comprenden e
interpretan su propia vida, no es libre sino ue depende de ella y se arraiga en ella1 s$ se explica el
"amoso texto: 2o es la conciencia de los hombres la ue determina su vida, es la vida la ue determina
su conciencia1 Es su vida, su vida propia, personal, individual, el modo concreto de su actividadcotidiana !de ninguna manera la ideolog$a preexistente de una clase ob&etiva1 +a ue ninguna realidad
ob&etiva, clase social o materia de Engels, tiene el poder de producir una idea, sino solamente la vida1 Lo
ue Marx a"irma es &ustamente la determinación por las modalidades m's pro"undas de la vida en
nosotros, ue son la a"ectividad y la praxis corporal de sus modalidades representativas, intelectuales,
espirituales, de su conciencia, y la continuidad ue re4ne, en la sub&etividad de un individuo, las
primeras con las segundas, haciendo de stas, de la ideolog$a, seg4n su "órmula admirable, la lengua de
la vida real1
Es lo ue estableció de manera innegable el an'lisis de la clase campesina "rancesa a mediados
del siglo GG, ue &uega desde este punto de vista el papel de un an'lisis crucial1 Lo ue caracteri0a la
situación de esos campesinos es la dispersión de las "amilias sobre un gran n4mero de parcelas aisladas,la inexistencia entre ellas de toda relación ue no sea puramente local, la ausencia de toda comunidad
pol$tica, cultural o espiritual, de toda ideolog$a en el sentido de una realidad ideal ob&etiva e
intersub&etiva, de un con&unto de representaciones o ideas, consignadas en los libros, transmitidas por
una ense/an0a, di"undidas por los periódicos, y ue tiene, ba&o cualuier "orma de ue se trate, una
existencia e"ectiva y susceptible como tal de de"inir ese hori0onte a partir del cual se explicar$a el
pensamiento de todos auellos ue le est'n sometidos1 ¿.ómo un hori0onte ideológico podr$a
determinar el pensamiento de los campesinos "ranceses a mediados del siglo GG, si ese hori0onte no
exist$a*
+ sin embargo todos esos campesinos piensan m's o menos la misma cosa, traducindose la
identidad de sus puntos de vista, por e&emplo en el plano pol$tico, en el apoyo ue dieron a Luisonaparte, haciendo as$ posible su golpe de Estado1 Esta similitud de pensamientos y de re"le&os
ideológicos, en ausencia de todo determinante ob&etivo, no puede explicarse m's ue por su
genealog$a sub&etiva concreta: es la actividad de cada individuo la ue motiva inmediatamente su
manera de comprender el mundo y de pensarse a s$ mismo, sta surgió de su vida misma sin la
mediación de ninguna estructura ideológica trascendente1 Es por ello ue m4ltiples individuos hacen la
misma cosa y viven de la misma manera, ue piensan tambin de manera seme&ante y ue todos esos
pensamientos seme&antes "orman despus lo ue podemos llamar la ideolog$a de una clase1
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Esta cuestión del estatuto del concepto de clase de Marx reviste la mayor importancia desde el
punto de vista pol$tico1 -e sabe el papel ue le corresponde al proletariado en la lucha por la liberación
del hombre respecto de todas las "ormas de alienación ue pesan sobre l, y el proletariado es una clase1
Hay, en consecuencia, dos "ormas de considerarlo: como un a priori , como una totalidad ue existe por
s$ misma y para s$ misma, una entidad autónoma dotada de una vida propia y ue act4a como tal,
luchando a la manera de un poder global contra otro poder de la misma naturale0a, &ustamente otraclase: la burgues$a1 La historia toma entonces la "orma de un en"rentamiento gigantesco entre "uer0as
antagónicas, es la historia de la lucha de clases1 Este en"rentamiento reviste a su ve0 un alcance
mesi'nico porue tal es, en los textos anteriores al 7N, la signi"icación del proletariado mismo1 En tanto
ue realidad autónoma !realidad sin embargo alienada en el sistema de explotación del traba&o, pero
ue debe llevar esta alienación hasta su trmino y su"rirla hasta el "in para ue, de este exceso de miseria
y de su"rimiento, salga la salvación, en tanto ue clase ue sea, en una palabra, la prdida completa del
hombre y en consecuencia no pueda reconuistarse a ella misma m's ue por la renovación completa
del hombre, el proletariado inaugura un drama ue es sólo la trans"ormación pro"ana de una historia
sagrada de la cual toma prestado todo su prestigio: el de .risto mismo1
-olamente si el proletariado es, como toda clase, sólo la resultante y el e"ecto de la praxisconcreta de los m4ltiples individuos ue la componen, su naturale0a, su posible papel en la historia, su
destino, no tienen ue ser de"inidos en otro lado, en el plano de la meta"$sica y de la teolog$a alemanas
ue temati0an otros problemasF son "unción ellos tambin de esta praxis, es en ella donde encuentran el
principio de su desarrollo1 -upongamos por e&emplo ue esta praxis, es decir la actividad y el es"uer0o
de los individuos vivos para conservar su vida y acrecentarla, llega, por la inclusión en ella de medios
materiales tecnológicos cada ve0 m's poderosos, a la situación siguiente descrita por Marx ba&o el t$tulo
de evolución de las "uer0as productivas: en ese proceso de producción la parte de los elementos
ob&etivos, es decir de los medios de producción (materias primas e instrumentos de traba&o) no cesa de
aumentar, en tanto ue la del traba&o vivo no cesa de disminuir !entonces, el proletariado, ue designa a
esos m4ltiples individuos en el traba&o, ue es la suma de ese traba&o vivo, en lugar de crecer como en
tiempos de Marx y de incluir en l, sin cesar, a nuevas capas de la población, tender', por el contrario, adisminuir tambin y, en el l$mite, a desaparecer1 La idea de de"inir por l el motor y el sentido de la
historia de los hombres estar$a, desde entonces, vac$a de sentido1
ero de la hipóstasis de las clases y, sobre todo, del proletariado, se deriva otra consecuencia
ue interesa distinguir claramente1 En tanto ue clase considerada como una totalidad trascendente a
los individuos ue la componen, como una estructura ob&etiva, el proletariado, como toda realidad de
ese tipo, no tiene ni pensamiento ni voluntad alguna !ni tampoco capacidad de actuar, si entendemos
por ello la e"ectuación de una acción concreta1 2o se ha visto &am's a la sociedad o a una entidad social
cualuiera cavando un agu&ero o edi"icando un muro: ara hacer todo eso, dice Marx, se necesitan
hombres1 En consecuencia, si el proletariado en tanto ue clase ob&etiva debe cumplir en lahistoria la
grandiosa acción para la cual est' llamado, no puede ser l en realidad, ue es inconsciente y uetampoco tiene cuerpo, ya ue ste siempre pertenece a un individuo, el ue la e&ecutar', sino un grupo
de hombres ue har'n todo eso en su lugar y en su nombre1 On partido !m's precisamente auellos
ue estn a su cabe0a% es el sustituto inevitable del proletariado mundial1 ero su acción sobre una
masa tan grande de individuos ser' posible sólo a condición de mantener la ideolog$a prede"inida, a
saber, esta concepción de una historia del mundo en la cual el proletariado es el agente y al cual cada
uno debe unirse, sobrepas'ndose olvid'ndose de s$ mismo, para "undirse en el grandioso proceso ue,
por la lucha dialctica de los contrarios (proletariado%burgues$a), asegura la salvación de la humanidad1
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5e tal manera ue cada uno no encuentra m's la &usti"icación y el sentido de su vida en s$
mismo, en esta vida ue es la suya !seg4n la reivindicación ue era, sin embargo, incansablemente la de
Marx a travs de todos sus escritos "ilosó"icos% sino en la con"ormidad de su acción con ese
movimiento de la historia ue es el 4nico ue importa !con"ormidad ue le ser' indicada por el
comisario del partido m's próximo1 5e tal manera, tambin, ue aul ue recha0ara con"ormarse con
esa l$nea ue se tiene la solicitud de tra0arle, o ue no pueda hacerlo a causa de su pertenencia a laburgues$a, ue hace de l un e&emplo del burgus, deber' ser eliminado1
En su admirable obra .ontra toda esperan0a , 2ade&da Mandelstam, describió lo ue ella llama las
ideas de >PQ@ en 3usia y ue son, en realidad, las del leninismo, el cual hab$a sustituido ba&o el nombre
de marxismo y, como lo hemos explicado, ignorando las concepciones "ilosó"icas "undamentales de
Marx, a las de ste1 La historia pattica de 2ade&da y de Issip Mandelstam !el m's grande poeta ruso
de este siglo% no es m's ue una de las mani"estaciones entre millones de otras de esa devastación de la
tierra a la cual llegaron tales ideas, y ello ba&o la doble "orma de la dictadura pol$tica y del "racaso
económico1 .ómo un "racaso seme&ante, le&os de ser la simple consecuencia del pensamiento propio de
Marx, es resultado por el contrario de su desconocimiento y de su incomprensión es lo ue un breve
vista0o a la obra llamada económica nos permitir' precisar1
partemos primero una duda: las teor$as de Marx sobre la econom$a datan precisamente de
hace m's de un siglo: ¿son ellas capaces todav$a hoy de guiar la inteligencia de un mundo in"initamente
comple&o como es el nuestro* Itras teor$as, m's "inas, m's elaboradas, nacidas del contacto con
realidades nuevas, ¿no las han recha0ado en esta especie de muerte conceptual ue alcan0a a toda "orma
de temati0ación cient$"ica, ya ue la ciencia es una superación perpetua de s$ misma*
Lo ue est' vivo en el pensamiento de Marx economista es, &ustamente, el hecho de ue Marx
no es un economista en el sentido en ue nosotros lo entendemos habitualmente, y ue el corpus
teórico ue edi"icó no constituye ante todo una doctrina económica entre las otras, destinada como
ellas a ser superada1 Marx es un "ilóso"o de la econom$a1 El tema inicial de su investigación no es el
an'lisis de "enómenos económicos tomados ingenuamente como tales, como un dominio o"recido
previamente y, de alguna manera, por s$ mismo, a la investigación del sabio1 La cuestión "undamental
ue l plantea !cuestión propiamente "ilosó"ica, cuestión trascendental% es m's bien sta: ¿.ómo los
"enómenos económicos en general son posibles* ¿Ku es lo ue hace ue, en la experiencia de los
hombres y en su historia, pueda surgir en un momento dado alguna cosa como una realidad
económica* .uestión previa a toda ciencia de la econom$a, a la econom$a pol$tica, puesto ue no se
puede pretender anali0ar "enómenos económicos para reconocer sus leyes m's ue si tales "enómenos
existen con anterioridad1 .uestión primera, en consecuencia, y como tal decisiva, pero cuyo correlato
no debe tampoco mantenerse escondido: ya ue la emergencia en el seno de la realidad de "enómenos
económicos espec$"icos no puede proponerse como un enigma, y lo ue debe ante todo ser elucidado
solo si la realidad original no es en s$ y por ella misma nada económico !y tal es &ustamente la intuiciónde Marx% recha0ando de entrada las concepciones bien conocidas del marxismo%leninismo ue ubica a
la econom$a en el "ondo de la sociedad y de la historia como la in"raestructura sobre la cual se construye
todo el resto1
Kue la realidad original no sea en s$ misma nada económico, es lo ue resulta de la de"inición
"ilosó"ica de Marx como praxis de los individuos vivos, es decir, como una realidad ue es la de la vida
misma1 .aminar, correr, respirar, imaginar, pensar, amar, no comportan en s$ ning4n $ndice económico1
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2o se puede anali0ar el erotismo, pero, si se pudiera, no se encontrar$a en l la prostitución1 l igual
ue la vida, su correlato inorg'nico, la naturale0a, a la ue aulla traba&a para volvrsela homognea en
tanto valor de uso !alimentos, vestidos, habitación, etc1% no es tampoco nada económico1 El valor de
uso, dice Marx en una proposición esencial, no es un concepto económico del valor1 -e puede
anali0ar un terrón de a04car y, si se lo anali0a, tampoco se encuentra en l su precio1 La realidad, en
consecuencia, est' puesta de mani"iesto, los individuos vivos han vivido y ninguna realidad económicasurgió en el hori0onte de su mundo1 Kui0' vivir'n sin ue ninguna realidad económica exista m's1 La
de"inición de la realidad como realidad económica, es lo ue Marx llama el "etichismo o incluso el
materialismo económico: es esta creencia ingenua de los economistas de ue los "enómenos
económicos existen en s$ y ue no hay m's ue tomarlos como tales para estudiarlos1 Mientras ue en
Marx se trata de comprender cómo una realidad no económica en s$, extra económica, ha podido
convertirse1 -olamente si los progresos son naturalmente posibles en el an'lisis de los "enómenos
económicos y de su comple&idad creciente, y si, como toda teor$a cient$"ica, las doctrinas económicas se
ordenan inevitablemente seg4n la ley de un enriuecimiento constante, la gnesis trascendental de la
realidad económica a partir de una realidad ue en s$ no es económica es el descubrimiento genial de
Marx, indi"erente tanto al tiempo como a las aduisiciones ulteriores de la econom$a pol$tica: lo ue hay
de eternamente vivo en su pensamiento1
La gnesis de la econom$a toma como punto de partida en El capital el an'lisis de la mercanc$a1
ero la mercanc$a es &ustamente un enigma, a la ve0 realidad ligada a la vida en tanto ue valor de uso, y
determinación económica en tanto ue valor de cambio1 Es esto lo ue debe ser explicado !ya ue el
valor no lleva inscrito sobre su "rente lo ue es% o m's bien, su procedencia a partir de una realidad
ue le es por principio heterognea1 Es en el intercambio donde los valores de uso se trans"orman en
valores de cambio, pero el intercambio !el primer intercambio histórico ue ha provocado una realidad
económica en el mundo de los hombres% tambin constituye un misterio: puesto ue: ¿cómo
intercambiar productos cualitativa y cuantitativamente di"erentes* -e conoce la respuesta de la escuela
inglesa: productos di"erentes son susceptibles de ser intercambiados en la medida en ue son el
resultado de un mismo traba&o1 El traba&o, l mismo medido por el tiempo ob&etivo de su duración y por su naturale0a (traba&o cali"icado o no) es la unidad, la medida, lo universal ue, subsumiendo ba&o s$
productos cualitativamente di"erentes, permite superar su heterogeneidad, establecer entre ellos una
euivalencia y as$ hacer posible su intercambio1
-olamente en una "iloso"$a de la praxis sub&etiva el traba&o no existe, no es absoluto ob&etivo ni
universal, ninguna medida, aunue sea di"erente de l, y l mismo no es susceptible de ser medido por
nada1 Es el despliegue irreductiblemente singular del poder de un cuerpo en esencia individual, y en esta
reali0ación muda de las potencialidades de la sub&etividad org'nica librada a lo ine"able de su noche, l
solo sabe lo ue l es de s$ mismo, de su es"uer0o y de su su"rimiento1 Es porue la temporalidad de
este es"uer0o radicalmente sub&etivo no tiene nada ue ver con el tiempo ob&etivo del universo, ni
puede ser tampoco medido por aul1 6ambin, cuando en presencia de la variedad de los productosllevados al mercado ser remite para determinar su valor y poder intercambiarlos, al traba&o del cual
resultan, lo ue se encuentra no es una unidad susceptible de dominar esta diversidad y reducirla, sino
una diversidad m's radical, la diversidad irreductible de los traba&os reales, es decir de las mónadas
corporales aisladas1
He au$ poru: porue no se puede encontrar en la actividad sub&etiva del traba&o y en su
temporalidad sub&etiva, la medida de los productos ue resultan de l, medida ue har$a posible su
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intercambioF se debe construir esa medida y para ello, dando a ese traba&o sub&etivo, como lo dice Marx,
una "orma di"erente de s$ mismo, proponer un euivalente ob&etivo1 La construcción de este
euivalente ob&etivo del traba&o sub&etivo real es la gnesis trascendental de la econom$a, es la
construcción de lo ue Marx llama el traba&o abstracto1 + eso, seg4n su propia a"irmación, es su gran
descubrimiento: a saber, ese desdoblamiento del traba&o como traba&o vivo, por una parte, y como
traba&o económico, por otra1 5esdoblamiento ue es a su ve0 el de la vida y de la econom$a, y ue hacede sta la simple representación ob&etiva de la actividad concreta de los hombres1 3epresentación
abstracta en el sentido de ue abandona todos los caracteres reales de esta actividad !la pena, el
su"rimiento, el es"uer0o% para sustituirles ese euivalente ideal ue constituyen la idea de un traba&o
cali"icado o no y la medida cuantitativa ella misma ideal, de su duración ob&etiva1 La econom$a no es
pues la vida, no retiene ninguna de sus propiedades vividasF es solo el con&unto de los sustitutos
cuanti"icables por los cuales se la reempla0a para someterla al c'lculo1 s$, la cr$tica de la econom$a en
Marx es radical: cambiando las determinaciones vividas de la praxis contra un sistema relacional de
entidades ideales, lo ue consigue es nada menos ue la sustitución de la muerte por la vida1
hora bien, existe all$ algo totalmente di"erente de una especie de &uicio tico vertido desde
arriba sobre la econom$a: el principio de su explicación teórica1 orue si todos los "enómenoseconómicos !el valor de cambio y su "orma pura: el dineroF su aumento: la plusval$a y el capitalF su
repartición: la renta, la ganancia, el inters% no son sino las representaciones ideales del proceso real del
traba&o y de la producción, entonces es evidente ue ellos no se explican en absoluto por s$ mismos son
por ese proceso real del cual ellos son el doble1 5oble "ant'stico desde ue se le concede una
autonom$a e"ectiva: es entonces cuando el valor parece aumentarse a s$ mismo, y este autocrecimiento
del valor de cambio es el capital ba&o sus di"erentes "ormas1 La cr$tica del capital consiste en la denuncia
de su pretendida autonom$a y en la puesta al descubierto de su car'cter ilusorio1 orue la producción
del valor y a "ortiori su crecimiento remiten en realidad al traba&o vivo ue produce este valor, puesto ue
el valor de cambio es la representación en el producto del traba&o abstracto necesario para su
producción y ue el traba&o abstracto no es a su ve0 m's ue la representación del traba&o real ue
reali0ó esta producción1 6oda la problem'tica económica de Marx, la cr$tica de la econom$a pol$tica,se presenta as$ como un an'lisis ue atraviesa la realidad económica para volver a su "uente, a su
sustancia verdadera, a sus determinantes reales1 + aparece cada ve0 ue esos determinantes reales no
son de orden económico, sino, ba&o el con&unto de estos "enómenos y de sus leyes ue los economistas
toman por una realidad espec$"ica e independiente, la praxis de los individuos vivos ue los producen y
no cesan de producirlos1
.onviene retornar a la vida para comprender los "enómenos aparentes de la econom$a y sus
variaciones: la plusval$a, incomprensible en el plano económico, se explica sólo por esta propiedad de la
vida en cada individuo de producir m's valores de uso ue los ue son necesarios durante esta
producción y as$ m's valores de cambio de lo ue esa producción cuesta1 ero es ante todo la
conservación del valor de cambio, esencial a todo sistema económico, lo ue remite a lo ue se debellamar claramente una meta"$sica, o me&or, una ontolog$a radical de la vida1 orue el valor de cambio
no se conserva m's ue si se conserva el valor de uso ue le sirve de soporte1 ero el valor de uso de un
ob&eto, "ragmento de la naturale0a, se conserva a su ve0 sólo si su "orma, la "orma de este ob&eto ue
"undamente su uso, es ella misma salvaguardada1 Esta salvaguardia de la "orma del ob&eto, esta
in"ormación de la naturale0a ue la vuelve acorde al deseo de la vida, es la obra de la vida misma al
mismo tiempo ue su condición1 Marx describió en trminos l$ricos esta unión original de la vida y del
mundo y cómo la potencia "r'gil de la primera, "uego ardiente ue tuerce la materia y la pliega ba&o su
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acción, no cesa de imprimirle su "orma y, as$, de sometrsela1 M's a4n: es esta vida "r'gil ue, teniendo
a la naturale0a entera al alcance de su praxis, la mantiene propiamente en el ser y la arranca de la nada1
orue "uera de este alcance, desde ue cesa un instante, la "orma del ob&eto se pierde, su utilidad
desaparecer, el instrumento se oxida, las subsistencias decaen, los puertos se enarenan, las civili0aciones
mueren1
Kue se imagine entonces tiempos donde, por e"ecto de condiciones misteriosas ue sin
embargo nos es dado entrever, porue se habr$an pre"erido en todos lados grandes entidades abstractas
(la Historia, la -ociedad, el roletariado, la 3evolución, el lan o aun la urocracia ue sustituye sus
propias "inalidades a las de los individuos %a esos mismos individuos ue son, solamente ellos, los
portadores de la praxis y de la vida), o incluso porue, seg4n la terrible pro"ec$a de 2iet0sche, esta vida
se volver$a contra ella misma, haciendo nacer el asco hacia el traba&o, la denigración del talento,
desechando toda di"erencia, toda "orma de superioridad y de invención: entonces el hundimiento y la
desviación de sociedades enteras, especialmente las ue se reclaman marxistas, se volver$a inteligible a la
lu0 del mismo pensamiento de Marx1
este pensamiento se asigna, a todo lo ue es, su principio y su "undamento en la vida,
pertenece tambin el tema del progreso, ue no es solamente, seg4n la idea cara al siglo GG, el de la
ciencia, sino &ustamente el de la vida1 or el e"ecto del progreso cient$"ico y tcnico, es cierto, pero a
causa primero del dinamismo propio de la vida de la cual el pensamiento cient$"ico no es m's ue una
"orma, el proceso de producción es el teatro de una modi"icación decisiva a la cual nosotros ya debimos
hacer alusión: la disminución progresiva en l de la parte de traba&o vivo, su liberación, pues, en vista de
otras tareas1 Esas tareas eran a los o&os de Marx las de la cultura1 El tiempo libre no era en
consecuencia sinónimo de ocio sino ue, siendo la vida esencialmente dinamismo, movimiento,
es"uer0o, tensión y superación de s$, no pod$a liberarse del proceso material de producción m's ue
para invertir sus energ$as en las actividades m's elevadas del esp$ritu: teóricas y estticas, dice la .r$tica
del programa de Dotha 1 ero ue la disminución del es"uer0o de los hombres en la producción de su vida
se acompa/e por el contrario de la pasividad creciente de su existencia librada a los media y a laimitación, entonces vendr'n esos tiempos de miseria ue el optimismo de Marx no hab$a previsto pero
ue la lucide0 de su mirada, de esa mirada de 'guila del pensamiento de la cual habla la carta a su
padre, vuelve por desgracia transparentes para nosotros1
Lo ue est' vivo de la "iloso"$a de Marx: esta "iloso"$a misma por poco ue se la disocie de las
ideolog$as y los reg$menes donde ella se ha perdido1 Lo ue est' muerto, lo ue es de la muerte: esas
ideolog$as y esos reg$menes, lo ue por todas partes del mundo se llama el marxismo1
6raducción de .intia 3usso y le&andro Rat0