La verdadera situación del empleo en México

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5 Al menos en los últimos cuatro sexenios y lo que va el actual, el ritmo de crecimiento de la econo- mía se ha mantenido a la baja, de tal manera que en ese lapso, el promedio anual de avance del PIB es de sólo 2.6%, porcentaje insuficiente para satisfacer las crecientes necesidades de bienestar de los hogares, toda vez que en este entorno no ha sido posible crear los empleos que requiere la población, además de que el proceso de precarización del mercado de traba- jo se ha venido agudizando. La verdadera situación del empleo en México Luis Foncerrada / Sergio Hernández 20 18 16 14 12 10 8 6 4 2 0 39 69 55 85 47 77 63 93 43 73 59 89 51 81 65 97 41 71 57 87 49 79 39 95 45 75 61 91 53 83 67 99 01 03 05 07 09 11 13 15 Inversión total (% del PIB) 3.7% Elaborado por el CEESP con datos del INEGI. Buena parte de este pobre desempeño se ha debido a la falta de políticas públicas que estimu- len la inversión, que es el principal motor del cre- cimiento. Mayores niveles de inversión sin duda se reflejan en la posibilidad de crear más puestos de trabajo mejor remunerados. El CEESP ha mencionado que para que la economía crezca de manera sostenida a tasas anuales de entre 4 y 5%, se requiere que la inversión represente en- tre 25% y 30% del PIB, lo cual, a excepción de 1981, cuando la inversión representó 26.5%, no ha sucedido a lo largo de la historia del país. Privada Pública

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Al menos en los últimos cuatro sexenios y lo que va el actual, el ritmo de crecimiento de la econo-mía se ha mantenido a la baja, de tal manera que en ese lapso, el promedio anual de avance del PIB es de sólo 2.6%, porcentaje insuficiente para satisfacer las crecientes necesidades de bienestar de los hogares, toda vez que en este entorno no ha sido posible crear los empleos que requiere la población, además de que el proceso de precarización del mercado de traba-jo se ha venido agudizando.

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Inversión total(% del PIB)

3.7%

Elaborado por el CEESP con datos del INEGI.

Buena parte de este pobre desempeño se ha debido a la falta de políticas públicas que estimu-len la inversión, que es el principal motor del cre-cimiento. Mayores niveles de inversión sin duda se reflejan en la posibilidad de crear más puestos de trabajo mejor remunerados. El CEESP ha mencionado que para que la economía crezca de manera sostenida a tasas anuales de entre 4 y 5%, se requiere que la inversión represente en-tre 25% y 30% del PIB, lo cual, a excepción de 1981, cuando la inversión representó 26.5%, no ha sucedido a lo largo de la historia del país.

Privada Pública

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Lo preocupante es que la inversión pública, que juega un importante papel como detonador de la inversión privada, ha ido disminuyendo constantemente, al grado de que durante el pri-mer trimestre del 2015 representó sólo 3.7% del PIB, lo que fue su nivel más bajo desde 1946.

La importancia de la inversión radica en el hecho de que esta hace que crezca el acervo de capital, de tal manera que las empresas tiene la facilidad de crear más puestos de trabajo bien remunerados. De lo contrario, es decir, un ma-yor aumento de la fuerza de trabajo versus el capital, simplemente conducirá a un deterioro más agudo del bienestar de los hogares, toda vez que la dificultad que implica generar más empleos sin inversión, aumentará el número de personas que no puede colocarse fácilmente, generando una presión a la baja en el nivel de salarios.

Según las cifras del INEGI, si bien la evolu-ción del acervo de capital del país mantiene una tendencia ascendente, la necesidad de puestos de trabajo muestra un mayor dinamismo, lo cual es consistente con la problemática que tienen las empresas para hacer más contrataciones.

En principio es fundamental identificar cuál es la verdadera necesidad de puestos de traba-jo que requiere el país, con el objetivo de diseñar las políticas públicas más idóneas para solucio-nar el problema.

A primera vista, se podría decir que los nue-vos empleos que se requieren corresponden simplemente a la tasa de desocupación, que se-gún las cifras del INEGI, en el primer trimestre representó 4.23% de la población económica-mente activa (PEA), es decir 2 millones 201 mil 778 personas. Para muchos este nivel de des-empleo no es preocupante, sobre todo cuando se afirma que el empleo en el país (medido a través del número de trabajadores afiliados ase-gurados al IMSS) crece prácticamente al doble del ritmo de avance de la economía. Sin embar-go, es importante tener en cuenta que el au-mento en el número de afiliados al IMSS no pre-cisamente significa nuevos empleos: una buena

Acervo de capital / Brecha laboral(Índice real 2000=100)

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Fuente: CEESP con datos del INEGI.

Fuente: CEESP con datos del INEGI.

I Trimestre 2015Fuerza Laboral Potencial:

58,038,940

PEA:52,007,842

PNEAD:6,031,098

Brecha Laboral21.1%

de la Fuerza Laboral Potencial

No ocupados disponibles:

6 03109810.4%

Desocupación:2 201 778

3.8%

Subocupación:4 013 469

6.9%

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parte de los nuevos registros corresponde sólo a la formalización de trabajadores que ya tenían un empleo, por lo que no toda la afiliación tiene que ver con la creación de nuevas plazas de tra-bajo. Por eso hay que tener presente que el em-pleo o la generación de nuevos empleos no es pertenecer al IMSS, ni es correcto utilizar esta cifra como generación de empleo, es sólo la ge-neración de empleo formal, que nos dice cuán-tos trabajadores son parte o entraron o salieron –en mayo del 2015 salieron 7,000–, del Instituto Mexicano del Seguro Social.

Es fundamental no confundir el verdadero em-pleo, que conocemos por las encuestas de ocu-pación y empleo realizadas por el INEGI, con la afiliación al IMSS. La pertenencia o afiliación al IMSS es un dato parcial y a veces totalmente desvinculado de la realidad del empleo en el país.

En una entrevista en los primeros días del año, Alfonso Navarrete Prida, titular de la STPS, señaló que de los 714 mil registros en que au-mentó el universo de trabajadores afiliados al IMSS durante 2014, entre 300 y 350 mil tuvieron su origen en la formalización del empleo, lo que significa que sólo cerca de la mitad de los nue-vos registros correspondieron a crecimiento económico.

Evidentemente, ni la tasa de desempleo refle-ja la necesidad real de puestos de trabajo que requiere la población, ni el número de afiliados al IMSS refleja la situación real del empleo en la formalidad.

Sin embargo, no sólo es ésta la necesidad de empleos en México. A esta cifra se debe incluir la subocupación, que son todas aquellas “per-sonas de 15 y más años de edad que tienen la necesidad y disponibilidad de ofertar más horas de trabajo de lo que su ocupación actual les permite”, segmento que en el primer trimestre del 2015 sumó 4 millones 013 mil 469 personas. Esto, además de reflejar en buena medida la precariedad del empleo, es la segunda aproxi-mación de los puestos de trabajo que requieren la población.

Al sumar estos dos conceptos, tenemos en

principio que en el país se requiere empleo de calidad para un total de 6 millones 215 mil 247 personas, lo que representa 12% de la pobla-ción económicamente activa.

Si bien esta cifra ya es elevada, el bajo creci-miento de la economía de las últimas dos déca-das ha dificultado notoriamente la posibilidad de conseguir un empleo, independientemente si es formal o no. Este entorno ha llevado a un núme-ro considerable de personas a desistir de la bús-queda de un empleo por considerar que no te-nían oportunidad para ello, pero tienen interés en trabajar. Las cifras del INEGI indican que en este estatus se encuentra un total de 6 millones 031 mil 098 personas, universo que si bien se clasifica dentro de la población no económica-mente activa, es población disponible para tra-bajar: son los conocidos como “no ocupados disponibles”.

Al sumar todas estas cifras se obtiene lo que se define como brecha laboral, indicador desa-rrollado por David Blanchflower y Andrew Levin en un artículo publicado por el Buro Nacional de Investigación Económica (NBER) de los Estados Unidos, y que da una idea mucho más exacta del total de puestos de trabajo que requiere la población. Bajo este concepto, se tiene que al primer trimestre del presente año la economía mexicana necesitaba un total de 12 millones 246 mil 345 empleos para satisfacer las necesi-dades de los hogares.

Pero la difícil situación del mercado laboral no termina aquí. La dificultad para conseguir un empleo ha incidido negativamente en la evolu-ción de los salarios, toda vez que la necesidad de ocuparse lo más pronto posible en un entor-no de reducida oferta de empleos, propicia que los trabajadores estén dispuestos a recibir sala-rios más bajos de los que tenían o inferiores a sus capacidades, tan sólo por conseguir una fuente de ingresos. La precarización del merca-do de trabajo por esta razón se ha convertido en un importante factor que inhibe una rápida recu-peración del mercado interno, dada la reducida capacidad adquisitiva que tienen las familias.

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Población ocupada por nivel de ingreso(Millones de personas)

Población desocupada y migración neta internacional(Índice 2000=100)

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Hasta tres sm

Saldo neto migratorio

Población desocupada

Más de tres sm

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Fuente: CEESP con datos del INEGI.

Fuente: CEESP con datos del INEGI.

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En este contexto, la estructura salarial se ha mo-dificado notoriamente. Según los datos disponi-bles del INEGI, la población ocupada que se concentra en los segmentos que tienen ingre-sos de hasta tres salarios mínimos, aumentó en 5 millones 390 mil 305 personas, a costa de la dinámica descendente en la población ocupada que percibe más de tres salarios mínimos, don-de se observó una pérdida de 3 millones 190 mil 910 ocupados entre el cuarto trimestre del 2007 y el mismo periodo del 2014. Tan sólo en el año del 2014 se perdieron más de un millón de em-pleos que ganaban más de tres salarios míni-mos y el empleo total cayó en más de 120,000 plazas. Esto es, en el 2014 no sólo no se crea-ron empleos en la economía sino que se perdie-ron empleos. De ahí la importancia de no con-fundir empleo con afiliación al IMSS, a riesgo de negar la realidad del empleo en nuestro país.

PIB y consumo privado(Crecimiento promedio anual)

6.0

5.0

4.0

3.0

2.0

1.0

0.0

89-94 95-00 01-06 07-12

PIB

Consumo prvado

13-14

Aunado al efecto negativo que ha tenido el magro ritmo de crecimiento y los bajos niveles de inversión, se suma otro factor que presiona el mercado laboral complicando más la posibi-lidad de conseguir un empleo bien remunera-do. En este caso nos referimos a lo que se con-sideró una válvula de escape durante mucho tiempo que fue los niveles de migración que tenía el país. Sin embargo, eventos como los atentados del 11 de septiembre, la crisis eco-nómica de los Estados Unidos y los altos nive-les de ilegalidad y tráfico de armas y drogas, llevaron a generar drásticas medidas para evi-tar la entrada ilegal de migrantes hacia los Es-tados Unidos.

Esto ha significado que el número de mexica-nos que pueden cruzar la frontera para conse-guir un empleo es mucho menor, lo cual se traduce en mayores presiones para el mercado

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laboral de nuestro país, y ayuda a presionar los salarios a la baja.

El ambiente laboral de nuestro país es com-plicado y va más allá de sólo señalar, de manera superficial, que el empleo sigue creciendo como respuesta al efecto de las reformas estructurales y de las expectativas de mayor crecimiento. Es cierto que las reformas pueden tener un efecto positivo, pero este será en el mediano y largo plazo, en tanto que la necesidad de mejorar el bienestar de los hogares es inmediata, por lo que es fundamental que se instrumenten medi-das que lleven a una rápida creación de empleos formales bien remunerados. Sólo de esa mane-ra se podrán revertir los niveles de pobreza que recientemente dio a conocer el CONEVAL. Las cifras resultantes de la Encuesta de Ingreso y gasto de los hogares mencionada, con la preca-rización del empleo y con la pérdida de empleos mejor pagados, el ingreso promedio familiar cayó 3.5% en los dos últimos años. La desigual-dad se incrementó como nos lo permite ver el

incremento del coeficiente de Gini que publicó CONEVAL, que pasó de 0.498 a 0.503. Induda-blemente, el número de pobres –en la medida multidimensional– se incrementó también en dos millones de habitantes.

Este entorno no deja dudas; la precarización del mercado laboral, que además de la enorme necesidad de nuevos puestos de trabajo bien remunerados y el considerable aumento de la ocupación con niveles salariales más bajos, re-duce la capacidad adquisitiva de los hogares, limitando el consumo y por consiguiente inhi-biendo un fortalecimiento del mercado interno.

Dadas las condiciones, sería más apropiado sentar las bases para estimular el gasto de capi-tal privado, tanto con una política fiscal e indus-trial adecuaca, como a través de una inversión del sector público eficiente. Infraestructura para el beneficio de los hogares y relacionada con proyectos productivos es la mejor manera de hacer crecer al país, y con ello mejorar la situa-ción laboral de los hogares.

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