La transmisión de la fe en la familia

Crónica y reflexiones con motivo del V Encuentro mundial de las familias, realizado en Valencia (España), del 4- 9 de Julio de 2006.

Fecha: Jueves 13 de Julio de 2006Pais: ChileCiudad: Puerto MonttAutor: Mons. Cristián Caro Cordero

1. Crónica

Tuve la gracia de Dios de participar en el reciente V Encuentro mundial de las familias, organizado por el Pontificio Consejo para la familia que preside el Cardenal Alfonso López Trujillo- y el Arzobispado de Valencia (España), cuyo Pastor es Mons.Agustín García-Gasco. En el contexto de este Encuentro se realizó el Congreso Teológico-pastoral, que, entre los días 4-7 de Julio, precedió a las dos grandes celebraciones multitudinarias con el Santo Padre Benedicto XVI, a saber, la Vigilia festiva y testimonial, y la Eucaristía dominical.

El tema del Congreso fue "La transmisión de la fe en la familia", y contó con la participación de alrededor de 9.000 personas, de todas partes del mundo, entre cardenales, obispos, sacerdotes, diáconos, religiosas y, sobre todo, familias; había representantes de las comisiones nacionales o diocesanas de pastoral familiar, de parroquias y movimientos apostólicos; o simplemente matrimonios que con sus hijos se inscribieron para participar en el Congreso y el fin de semana en las celebraciones con el Papa.

El Congreso se realizó en las amplias instalaciones de la Feria de Valencia, en las afueras de la ciudad, una verdadera ciudadela de edificios destinados a eventos, ferias, paseos, etc. Además del Congreso principal se llevaron a efecto- en el mismo recinto- el Congreso de los hijos y el Congreso de los abuelos. En este último tuvo una ponencia Mons. Juan Luis Ysern, Obispo emérito de Ancud y actual Presidente de Cáritas Chile. Además, él tiene la gracia de haber sido un misionero valenciano, por casi cuarenta años en nuestra Patria.

El programa del Congreso teológico-pastoral comprendía conferencias generales sobre diversos temas relacionados con la familia, paneles con variados charlistas sobre aspectos específicos, intercambio de experiencias pastorales, y cada día la celebración de la Eucaristía con todos los congresistas. Entre los charlistas y panelistas hubo cardenales, obispos, profesores universitarios, fundadores y representantes de movimientos de Iglesia, matrimonios, etc. Nuestro Cardenal, que es Presidente del CELAM, participó en el panel sobre experiencias pastorales de la familia y la vida, en América Latina y El Caribe.

Hay que decir también que, con motivo del trágico accidente en el metro de Valencia al comienzo de esa semana y que costó la vida a 41 personas, se suspendieron las actividades culturales y festivas previstas para esos días, y se oró por las víctimas y sus familiares.

En las conferencias y paneles se abordaron temas teológicos y pastorales sobre la transmisión de la fe en la familia, y diversos aspectos relacionados con la familia como los aspectos jurídicos, las cuestiones sociales, la demografía, la bioética, la economía, el ecumenismo. Es decir, se miró a la familia desde todos los ángulos.Pero, no solo se habló sobre la familia sino que esos días se vivió el espíritu de familia según el querer de Dios: las familias dieron un testimonio impresionante de entusiasmo, espíritu de sacrificio, amor a los hijos y entre los esposos, sentido de fe y de Iglesia.

El ejercicio básico de esos días fue escuchar: el horario fue muy recargado, y recibimos un acopio impresionante de

informaciones, testimonios, experiencias, no fáciles de asimilar inmediatamente. No hubo trabajo en grupo, imposible de organizar dado el número tan grande de participantes. Pero, en las conversaciones de pasillos o a la hora de almuerzo se intercambiaba, había oportunidad de conocer otras personas y encontrarse con los delegados del propio país.

De Chile estaba presente, como ya se dijo, el Cardenal Errázuriz y, además, los obispos Duarte, Lizama, Ysern y quien les habla. Sacerdotes: el Vicario de la Pastoral Familiar de Santiago, P. Marcos Bursawa, MSF, y cuatro más, de diversas diócesis o movimientos. También, dos diáconos casados y unos siete u ocho matrimonios.

Algo muy destacado fue ver a familias completas, con hijos pequeños, en las reuniones y en los comedores y salas de juego. Había una "feria lúdica", o sea, una sección dedicada a los niños, quienes eran atendidos por los jóvenes voluntarios. Estos, varones y mujeres, en gran número (alrededor de 10.000), fueron pieza clave en la organización del encuentro, en sus variadísimos aspectos.

También se habilitó un recinto como "feria de las familias", en que distintas organizaciones que trabajan por la vida y la familia pudieron exponer sus trabajos, publicaciones, programa de actividades y venta de objetos.

Terminó el Congreso con la lectura de las Conclusiones que preparó una comisión especial, en las que se trató de sintetizar todo lo escuchado y reflexionado los días del Congreso. Fueron aprobadas por aclamación por la asamblea y serán publicadas próximamente. Más adelante, se editará un volumen con todas las intervenciones habidas en el Congreso.

La S. Misa final fue presidida por el Cardenal Re, Prefecto de la Congregación para los Obispo y Presidente de la Comisión Pontificia para América Latina, de la Santa Sede. Las Eucaristías fueron en el mismo local donde se desarrolló el Congreso y destacaron los variados coros que cada día ayudaban al esplendor de la liturgia.

En la noche del Viernes, último día del Congreso, se realizó un Rosario con las familias en la playa Malvarrosa de Valencia, con la participación de muchas familias y la especial actuación de los niños, en cada uno de los misterios del Rosario.

2. La temática del Congreso .

A mi parecer, lo que mejor sintetiza las Conclusiones del Congreso es lo que el Papa había dicho en la Carta convocatoria del V Encuentro mundial de las familias (17 de mayo, 2005),a saber: "todos los pueblos, para dar un rostro verdaderamente humano a la sociedad, no pueden ignorar el bien precioso de la familia, fundada sobre el matrimonio".

Otro aspecto central del Congreso también lo había previsto el Santo Padre cuando, en esa misma Carta, decía:

"La alianza matrimonial, por la que el varón y la mujer constituyen entre sí un consorcio para toda la vida, ordenado por su misma índole natural al bien de los cónyuges y a la generación y educación de la prole" (can. 1055), es el fundamento de la familia, patrimonio y bien de la humanidad. Así pues, la Iglesia no puede dejar de anunciar que, de acuerdo con los planes de Dios (cf. Mt 19, 3-9), el matrimonio y la familia son insustituibles y no admiten otras alternativas".

Es cierto que existen familias incompletas ( p.e. mamás solteras que viven con sus hijos y algún otro familiar, hijos que viven solos con sus abuelos, etc.) y también familias irregulares (p.e. separados o divorciados vueltos a casar que viven con los hijos de él, de ella o de ambos; están también los que conviven a veces por mucho tiempo, tienen hijos y no se han casado; etc). En todos estos casos, la Iglesia tiene una preocupación pastoral por estas personas y familias, ofreciendo la solución posible a cada situación. De todos estos casos casi no se habló en el Congreso porque son situaciones que ya la Iglesia ha clarificado doctrinalmente y ha tratado de acoger y enfrentar en su práctica pastoral.

Distintas son las nuevas formas de "matrimonio" y de familia que bajo una falsa concepción de la laicidad del Estado- se

han llegado a proponer, incluso a nivel legislativo, como p.e. en el Parlamento europeo, equiparando el matrimonio a la unión de dos personas del mismo sexo. O peor todavía, en España, eliminando la palabra "matrimonio" en la Constitución y la palabra "padre" y "madre" en el certificado civil, reemplazándola por "progenitores" A y B. Son falsas concepciones porque no respetan ni la naturaleza misma del ser humano ni el proyecto originario de Dios, respecto al matrimonio y la familia. Son, además, totalmente extrañas a la cultura de nuestros pueblos.

Todo esto produce confusión respecto al "modelo" de familia que Dios nos ha dado al crear al varón y la mujer, a su imagen y semejanza, bendiciéndolos y llamándolos a multiplicarse (cf. Gen 1, 27-28). Cristo, Redentor del hombre, elevó a la categoría de sacramento esta unión matrimonial. Hoy, en muchos lugares, social y legalmente, se pone en entredicho la institución natural del matrimonio y de la familia, fundada sobre él, con el recurso a un lenguaje ambiguo, que no respeta la verdad de lo que las cosas son. Esto plantea un gran desafío educativo con relación a las generaciones jóvenes.

También en el ámbito de la vida humana se están aprobando legislaciones que niegan el derecho humano primero y fundamental a la vida, al facilitarse la eliminación del embrión o su uso arbitrario en aras del progreso de la ciencia y del pretendido beneficio a otros seres humanos. Una investigación o tecnología que no reconoce sus propios límites y no acepta los principios morales que permiten salvaguardar la dignidad de la persona humana, se convierten en una amenaza para el ser humano mismo, que queda reducido a un objeto o mero instrumento, manipulable por los poderes económicos, científicos o ideológicos. Es una nueva edición del totalitarismo y de lo que pretendía Hitler, con su idea de pureza racial.

Ciertamente, existe hoy una fuerte presión que se ejerce a través de los medios de comunicación social, en foros, entrevistas, etc. difundiendo una concepción antropológica, es decir, una visión del ser humano, que relativiza la dignidad de la persona, la sacralidad de la vida, la raíz natural del matrimonio y de la familia, de acuerdo a conveniencias o intereses ideológicos, científicos, políticos, etc.

Por otra parte, la vida familiar, en no pocos casos, está amenazada por la falta de amor, unión y fidelidad, debilitada por el consumismo y el hedonismo que busca solo la satisfacción sin el sacrificio; en otros casos, la familia está golpeada por la violencia intrafamiliar, el abuso de los niños, y empobrecida por el desempleo. La salida de la mamá para trabajar fuera de la casa, legítima y necesaria en muchos casos, trae sin embargo como consecuencia que los hijos pasan gran parte del día solos y lejos de sus padres, dedicados a la TV o el internet o buscando afuera el cariño y orientación que deberían recibir de sus padres.

Algo preocupante en Europa y también en Chile es la caída de la fecundidad por debajo de la tasa de reposición de la población, lo que ocasiona el aumento del número y proporción de personas ancianas, con todas las consecuencias sociales, familiares y económicas que eso tiene.

El Estado debería apoyar a las familias numerosas, subsidiar el trabajo de la mujer en su casa y elaborar políticas de vivienda, salud, educación, etc. de apoyo a la niñez y a los padres generosos, en vez de gastar recursos en programas anticonceptivos.

Sin embargo, no solo hay sombras sino también muchas luces en el campo de la familia. Los miles y miles de matrimonios y familias que participaron en el V Encuentro mundial de las familias o se unieron espiritualmente a él, y los innumerables matrimonios que luchan y oran cada día por sacar adelante sus familias son esa "luz sobre el candelero" y esa "sal de la tierra"(cf. Mt 5,13-16) a que se refería Jesús en el Sermón del monte.

Con respecto a la transmisión de la fe en la familia, quisiera citar las palabras del Cardenal Camilo Ruini, Vicario del Papa para Roma, que sintetizan bien lo dicho en el Congreso sobre este tema. Decía:

"Los padres tienen una misión ineludible: ser los primeros catequistas; no pueden delegar en otros su responsabilidad en la transmisión de la fe y los valores, porque la familia es el ambiente más propicio para transmitirla. A veces, la dejación puede deberse a un egoísmo afectivo por inagotables jornadas laborales o por seguir modas dominantes, entre

otras causas. Lo importante es enseñar a rezar a los hijos, enseñar la fuerza más grande. Unos padres pueden dejar de herencia pocas cosas, pero si les transmiten la fe a los hijos les están dando el bien más precioso que existe. Lo que se siembra en el corazón de un niño dará frutos en el futuro; hay muchos padres que profundizan en la fe gracias a sus hijos, en los que ven los valores del Evangelio".

De este modo, no solo los padres evangelizan a los hijos sino también éstos a sus padres, como se ve en la catequesis familiar, en los movimientos apostólicos de niños, en los monaguillos, etc

Yo sintetizaría esto subrayando la importancia de participar en familia en la Misa dominical y prolongar en la semana la oración en familia con ocasión de los pequeños o grandes sucesos de la semana, no solo de la propia familia sino también de afuera.

Con relación a la Pastoral familiar, el Cardenal Errázuriz subrayó que no es sólo una pastoral específica entre otras sino que debe estar presente transversalmente en toda la acción pastoral de la Iglesia, constituyendo su centro, como lo dijo el recordado Papa Juan Pablo II, citado frecuentemente en el Congreso.De este modo enriquece a toda la pastoral y se enriquece a sí misma.

Insistió también en el trabajo educativo con los jóvenes, preparándolos para la vida en familia y en sociedad. Las políticas educacionales deben tener en cuenta este objetivo transversal.

Las familias están llamadas a ser discípulas y misioneras de Jesucristo, buscando la santidad, con la ayuda de María, Madre de la Iglesia. Solo así podrán ayudar a que nuestros pueblos en El tengan vida, como reza el lema de la V Conferencia General del Episcopado de América Latina y El Caribe, a celebrarse, Dios mediante, en Aparecida (Brasil), en Mayo de 2007.

3. El mensaje del Santo Padre

El Papa nos entregó dos importantes mensajes: en la Vigilia testimonial del Sábado 8 en la noche y la homilía en la S. Misa del domingo 9.

Ambas alocuciones merecen ser leídas y meditadas con calma, porque son muy ricas en contenido. Con la premura del tiempo señalo solamente algunas cosas que me llamaron la atención, a saber:

- la familia, según el plan de Dios- Amor, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo, tiene su fundamento en el matrimonio indisoluble entre un hombre y una mujer. Esta familia la forma no solo los padres y los hijos sino también los abuelos y antepasados, de quienes recibimos el patrimonio de fe, valores, tradiciones, experiencias que nos permiten situarnos ante la vida. Nadie se ha hecho a sí mismo. Somos deudores de nuestros mayores. "La familia es el ámbito privilegiado donde cada persona aprende a dar y recibir amor". Refiriéndose a los abuelos dijo que ellos son garantes del afecto y ternura que todo ser humano necesita dar y recibir. "Ellos dan a los pequeños la perspectiva del tiempo, son memoria y riqueza de las familias" y no deben ser excluidos del círculo familiar.- La vida es un don recibido de Dios, a través de nuestros padres. Somos hijos de ellos pero también de Dios, que nos ha llamado a la filiación divina desde el bautismo. Los hijos tienen el derecho a nacer, a nacer en un hogar, a ser acogidos con amor y a ser educados en la fe y el amor de Dios. En particular los hijos deben ser formados en la libertad y la responsabilidad.- La transmisión de la fe en la familia encuentra en la Palabra de Dios numerosos testimonios, como p.e. el de la reina Ester (14,1.3-5.12-14), que se leyó como primera lectura o el de S. Pablo a Timoteo ( 2Tim.1,18), que fue la segunda lectura de la Misa. En la Vigilia se leyó el famoso texto del Shema Israel (Dt.6,4-8), que vale la pena meditar.Presenta a un Dios que es Amor, a quien hay que amar por encima de todo. Esto es lo que los padres deben enseñar a sus hijos con su palabra y ejemplo, rezando también con ellos. - Los gobiernos y legisladores deben apoyar a la familia, pues ésta cumple una gran función social, es "centro neurálgico de la sociedad"; es "una salvaguarda y una purificación" de la dignidad humana, al educar a los hijos, enseñándoles las grandes virtudes humanas, sociales y cristianas. "Es escuela de humanización del hombre".

- "La familia es una institución intermedia entre el individuo y la sociedad, y nada la puede suplir totalmente". Es un bien necesario para los pueblos, fundamento de la sociedad, tesoro para los esposos y bien insustituible para los hijos.- Los padres son los primeros educadores de sus hijos y tiene el derecho de elegir con libertad el tipo de enseñanza que desean para ellos.- La parroquia, las asociaciones de Iglesia y la escuela católica pueden ser una gran ayuda en la tarea formadora de los hijos. Junto con la transmisión de la fe, la familia debe formar personas libres y responsables.- Los desafíos de la sociedad actual, en especial la dispersión en las grandes ciudades, hacen urgente garantizar que las familias no estén solas. De allí la importancia del acompañamiento espiritual que las parroquias y movimientos de Iglesia pueden dar a las familias en su crecimiento humano y cristiano.

- La Sagrada Familia de Nazaret es un modelo de vida familiar auténtica. Junto a José, custodio del Redentor, y compañero virginal suyo, "María es la imagen ejemplar de todas las madres, de su gran misión como guardianas de la vida, de misión de enseñar el arte de vivir, el arte de amar." - Jesucristo, formado en la casa de Nazaret, culminó su misión en la cruz: allí amó, hasta el extremo, a la Iglesia y se desposó con Ella. Nos llama a "permanecer en el amor", amando como El , es decir, dándonos a Dios y al prójimo, y alimentando nuestro amor en la Palabra de Dios, los sacramentos, especialmente la Eucaristía y la Penitencia, y la vida en familia y comunidad eclesial.

Conclusión

Al terminar saco algunas conclusiones. La pastoral con las familias- unida a toda la pastoral- debe anunciar siempre la Buena Nueva del matrimonio y de la familia según el Plan de Dios. Privilegiará la labor educativa y catequética con los jóvenes, mostrándoles con el ejemplo la grandeza de la vocación al matrimonio y al sacramento con que Cristo lo enriquece. También debe mostrar la vocación al sacerdocio y a la vida consagrada. Ambas vocaciones se complementan y tiene en Cristo su fundamento, y camino de santidad.

Otra dimensión importante es el acompañamiento espiritual y pastoral con los que se van a casar, con los recién casados y con las familias de más años, en sus diversas situaciones y etapas.

Habrá que desarrollar más el acompañamiento a los separados vueltos a casar, mostrándoles con amor y verdad la doctrina de la Iglesia e invitándolos a llevar la mejor vida cristiana posible, sin dejar la Misa dominical aunque solo puedan hacer una comunión espiritual.

Animar a los matrimonios, especialmente jóvenes, a ser generosos en tener hijos, que son bendición para las familias, para la Iglesia y fortalecen la trama social. De allí vendrán también las vocaciones.

Finalmente, motivar a las familias para que se unan, en los colegios, parroquias, asociaciones y ejerzan serenamente su rol social y político, en el mejor sentido de la palabra, como el mismo Papa Juan Pablo lo pedía.

Terminemos rezando la misma oración que S.S. Benedicto XVI rezó en el reciente Encuentro mundial de las familias, y que ayudó a preparar el Encuentro.

Oh , Dios, que en la Sagrada Familianos dejaste un modelo perfecto de vida familiarvivida en la fe y la obediencia a tu voluntad..Ayúdanos a ser ejemplo de fe y amor a tus mandamientos.Socórrenos en nuestra misión de transmitir la fe a nuestros hijos.Abre su corazón para que crezca en ellos la semilla de la fe que recibieron en el bautismo.Fortalece la fe de nuestros jóvenes, Para que crezcan en el conocimiento de Jesús.Aumenta el amor y la fidelidad en todos los matrimonios,

especialmente aquellos que pasan por momentos de sufrimiento o dificultad.(...)Unidos a José y María,Te lo pedimos por Jesucristo tu Hijo, nuestro Señor. Amén.

Cristián Caro CorderoArzobispo de Puerto MonttPresidente de la Comisión Nacional de Pastoral Familiar

Santiago, 11 de Julio de 2006Memoria de San Benito, abad.