LA TORTUGITA ENAMORADACuento para niños.

Hace muchos años vivía una tortuguita miope que se enamoró de un casco militar. Las tortugas viven muchísimos años. Esta tortuga en particular había vivido tanto que ya no recordaba su edad; tampoco de su nombre, pero le gustaba que le dijeran “Trudy”, sobre todo porque sonaba mejor que Gertrudis.

Les contare como fue que nuestra tortuguita Trudy al encontrarse con un casco militar, pensando que era una tortuga se enamoro de él. La historia inicia así:

Un día Trudy hizo un recorrido por el mar con sus amigas y llego a una isla. A Trudy se le estaban olvidando las palmeras, los cocos, el color de las conchas, el olor de la hierba en fin, se sintió feliz.

Después de tomar un largo descanso en la playa, las compañeras resolvieron marcharse, pero Trudy estaba tan contenta que decidió quedarse otra temporada. Quería aprovechar la abundancia de comida que había en ese lugar: Los caracoles, cangrejos pequeños y cocos reventados contra el suelo, la sombra de las palmeras y las hojas grandes a su alcance. Además, el clima era muy agradable.

Por las tardes ella se acostaba en la playa y miraba como el sol se ocultaba, los colores en el cielo, como el sol caía en el mar, como se hundía y desaparecía, y luego la luna tomaba su lugar.

A veces, recordaba aventuras, Como cuando escapo de un tiburón escondiéndose en las rocas, o la vez que casi fue comida por un cocodrilo pero logro escapar y cuando fue a salir a flote y se golpeo contra el estomago de una ballena. En otra ocasión estaba atrapada en una cueva y vio como se iluminaba con los rayos de la luna, Una vez se encontraba atrapada en una red, pero la rompió con la boca y logro liberarse, volvió al mar y sus amigas se alegraron al verla.

También le gustaba observar la naturaleza: los árboles, las piedras, los animales… en especial, le gustaba esconderse en un agujero durante los fuertes aguaceros y desde allí ver el vapor que subía cuando salía el sol y como el agua de las hojas caía de gota en gota y bailaba al caer a la tierra.

Le tenía mucho cariño al mar y sabía que este le tenía a ella el mismo aprecio. Las tortugas nadan muy bien pero sobre la arena caminan muy mal. Por eso el mar se retira para que ellas encuentren la playa con facilidad; unas horas más tarde, el mar vuelve y sigue tierra adentro en busca de las tortugas que se han alejado, para que no se queden y mueran de hambre y sed y para que vuelvan con él.

A pesar de todas estas cosas maravillosas, la tortuguita Trudy empezó a sentirse triste y sola. Quiso buscar a sus amigas pero había olvidado preguntarles la dirección y no sabía a dónde Vivian ahora.

Ella se estaba empezando a sentir un poco vieja para dar un viaje largo, ya no andaba tan lejos como antes y se cansaba muy fácil, aunque las extrañaba no sabía cómo llegar a ellas.

Para distraerse de sus sentimientos, empezó a hacer caminatas después de la comida y claro, cuando no tenia sueño, ósea no era muy seguido.

Como al principio les mencione, Trudy era miope esto significa que era casi ciega lo que no le permitía ver mucho, nunca se supo el porqué de su situación pero aun así ella no dejaba que esto le afectara; Unos decían que ella era así porque no se lavaba lo dientes después de comer, otros porque leía con poca luz y acercaba mucho los ojos a los libros, otros porque cuando era pequeña nació con arena en los ojos y otros porque el sol la dejo así, como verán suponían mucho de su situación, con algunas respuestas un poco fuera de lo común, pero yo creo que era porque ya estaba un poco vieja y eso le afecto la vista.

Un día Trudy fue a dar su caminata cuando de pronto…¡Qué maravilla!, Se encontró con otra tortuga… Bueno, eso creyó ella pero resulta que no era así, no era una tortuga, era un casco militar. Es decir, uno de esos gorros de metal que usan los soldados. Estaba abandonado en la arena y como Trudy estaba medio ciega no noto la diferencia, quizá porque se parecía mucho a una tortuga descansando, creyó que esta tortuga venia a hacerle compañía. Se puso muy contenta y empezó a hablarle pero esta no le contesto porque no podía hablar, era de esperar ya que era un casco, pero Trudy no lo sabía.

Trudy pensó que era un novio muy lindo, pero muy tímido, aun así no se disgusto. Trató de ser comprensiva y se acerco bastante. Le pareció que la caparazón de él, -esa cosa dura que las tortugas llevan encima y que en pocas palabras es su casa-, era muy linda, porque también había sufrido mucho, y la arena, las piedras y la lluvia lo habían golpeado tanto que lo había suavizado…Hasta sintió más cariño.. Se acerco a besarlo y le pareció muy frío. Creyó que estaba enfermo. Tal vez llevaba días sin comer ni beber y trato de arrastrarlo hasta su casa.

Tanto insistió Trudy que sucedió algo especialísimo. Un día debajo del casco aparecieron una paticas y una cabeza vivaracha. Nació así la única tortuga con caparazón de hierro.

Trudy, desde ese día vivió con él y fue aun más feliz. Adaptación: “La Tortuga” de Luis Fernando Patiño