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EPOS. XIV (1998), págs. 89-149 LA SINALEFA EN LA RÍTMICA MANUEL A. ESGUEVA MARTÍNEZ UNED A Rafael de Balbín Lucas RESUMEN El presente trabajo se basa en el anáÜsis de 11.610 versos de 131 autores; la lectura de los poemas la han reaUzado tres informantes universitarios, dos mujeres y un hombre. Los resultados estadísticos obtenidos nos dan la proporción de los fo- nemas vocáücos y consonanticos, la constitución más frecuente de las secuencias y su locaUzación en el grupo melódico, la utilización de la sinalefa para mantener e incrementar el ritmo, las reaUzaciones asimétricas de las secuencias, el acento y la agrupación silábica, etc. Los resultados estadísticos obtenidos son fiables debido a la exactitud del cómputo y a la amplitud de la muestra —11.610 versos con 105.105 secuen- cias y 33.131 fonemas. Los análisis numéricos a veces se distancian de apre- ciaciones estilísticas y poéticas en su ejecución y, a pesar de la flexibilidad de la dicción, está más limitada y cerrada que en la lengua hablada. No obstante, se da en ambas formas de expresión con la misma libertad el enlace de vocales en contacto entre palabras, sinalefa, pero con diferente ftencuencia. Las unida- des cuantitativas poseen el mismo valor, la misma medida aunque no comci- dan las sflabas fonológicas con las métricas en el cómputo silábico. Las se-

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EPOS. XIV (1998), págs. 89-149

LA SINALEFA EN LA RÍTMICA

MANUEL A. ESGUEVA MARTÍNEZ

UNED

A Rafael de Balbín Lucas

RESUMEN

El presente trabajo se basa en el anáÜsis de 11.610 versos de 131 autores; la lectura de los poemas la han reaUzado tres informantes universitarios, dos mujeres y un hombre. Los resultados estadísticos obtenidos nos dan la proporción de los fo­nemas vocáücos y consonanticos, la constitución más frecuente de las secuencias y su locaUzación en el grupo melódico, la utilización de la sinalefa para mantener e incrementar el ritmo, las reaUzaciones asimétricas de las secuencias, el acento y la agrupación silábica, etc.

Los resultados estadísticos obtenidos son fiables debido a la exactitud del cómputo y a la amplitud de la muestra —11.610 versos con 105.105 secuen­cias y 33.131 fonemas. Los análisis numéricos a veces se distancian de apre­ciaciones estilísticas y poéticas en su ejecución y, a pesar de la flexibilidad de la dicción, está más limitada y cerrada que en la lengua hablada. No obstante, se da en ambas formas de expresión con la misma libertad el enlace de vocales en contacto entre palabras, sinalefa, pero con diferente ftencuencia. Las unida­des cuantitativas poseen el mismo valor, la misma medida aunque no comci-dan las sflabas fonológicas con las métricas en el cómputo silábico. Las se-

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cuencias tienen un núcleo vocálico y pueden tener otros fonemas vocálicos o consonanticos secundarios, o no tenerlos.

Dentro del sistema su realización es regular y necesaria en castellano, y no es una artificiosidad; se hace con total fluidez, y los elementos que integran las secuencias poseen bien cohesionadas una perfecta unidad, que hace que sean indisolubles. Pretender disociar en la métrica sflabas fonológicas y sila­bas sinaléficas es imposible. Hay una gran variedad de secuencias con reite­rativa precisión que contribuyen a que el ritmo crezca o disminuya debido a la posición de los diferentes fonemas, como veremos en los análisis; no ten­dría sentido que las reiteraciones de secuencias, la combinación en el tiempo de los diferentes metros, de forma sistemática y nunca de forma anárquica, se realizasen por simple casualidad. Hay miles de secuencias que en su realiza­ción lo avalan.

El estudio corresponde a autores que van desde el siglo XV al XX. El aná­lisis se hace sobre versos de cuatro a doce sflabas. Hemos elegido preferente­mente poemas con versificación regular, pero también poemas de verso libre. Las formas fijas y los convencionalismos son una traba para la expresión, no obstante, pretendemos obtener una visión precisa de su estructura fónica en la rítmica. Tenemos en cuenta las secuencias sinaléficas tónicas y átonas, la j)o-sición del acento y rango de las vocales, la situación en el verso y el número de fonemas que la forman.

Ya los clásicos trataron este tema y nosotros nos ceñimos a las opiniones dadas por gramáticos y preceptistas desde el s. XV. En latín más que de sina­lefa se podría hablar de elisión, perdía generalmente la primera vocal y en es­pañol se mantiene la entidad vocálica.

Nebrija (1492), en su Gramática asimila nuestros versos a los latinos, y equipara la sinalefa con la elisión o supresión de vocales. Dice así: «Acontece muchas vezes que cuando alguna palabra acaba en vocal i si se sigue otra que comienga esso messmo en vocal, echamos fuera la primera de ellas (...). A es­ta figura los griegos llamaban synalepha, los latinos compression, nos otros po­démosla llamar ahogamiento de vocales». (Cap. VII, pág. 47).

En general, la sinalefa es considerada como licencia y es optativo el em­pleo que los poetas hacen de ellas. La misma Academia en el siglo XVIII dice que «Es una figura, por la que se come, suprime, o se calla la última vocal de una oración, quando empieza con otra la siguiente». Sigue con la idea de la su­presión, pero las vocales se emiten sin interrupción de sonoridad aunque se re­duzcan las vocales a grupos monosilábicos.

Masdeu (1801) en su Arte poética fácil, hablando de la medida de las sí­labas, nos indica que las dos vocales, final e inicial, forman una sílaba y no se eliden, «cuando una palabra acaba con letra vocal, y la palabra siguiente

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empieza también por vocal, entonces la sflaba última de la primera palabra, y la primera sflaba de la palabra segunda, forman las dos juntas una sflaba» (pág. 59).

Para Gómez de Hermas illa (1826), en el Arte de hablar en prosa y en ver­so, escribe que: «la sinalefa consiste en que cuando una palabra acaba con vo­cal y la siguiente empieza también con vocal, se pronuncia la primera tan rá­pidamente que casi se confunde con la segunda, y por eso no se cuenta en el número de las sflabas que debe tener el verso como si no estuviese escrita». La sinalefa se utiliza en la dicción rápida y la considera «común, frecuente y necesaria» (pág. 122) cuando todas las vocales mantienen su individualidad acústica.

Salva (1830), en su Prosodia y Métrica, nos dice que «los poetas cuentan siempre por una sflaba la vocal en que acaba una dicción y la que da principio a la inmediata. Llámase esto sinalefa». Y al tratar sobre las licencias poéticas considera que la sinalefa «no debe reputarse por licencia poética porque aun en el habla común pronunciamos en semejantes casos las dos vocales como si for­maran diptongo» (pág. 416).

Mariano José Sicilia (1832), comenta en sus Lecciones elementales de Ortología y Prosodia, que: «Incorporando dos, y aún tres vocales en la for­mación de una sflaba, cuando concurriendo aquellas consecutivamente de dicción en dicción, se hace resbalar de una en otra el aliento sonoro bajo una sola emisión de voz, como si se convirtiese en diptongo o un triptongo; lo cual se llama también por los gramáticos sinalefa, y nosotros la llamaremos sinalefa suave para distinguirla de la anterior (fuerte, igual a crasis o eli­sión). Diferenciase de ella en que no hace desaparecer el sonido de ninguna de las vocales concurrentes, ni se forma una sola dicción con las voces que la llevan, ni es más que una mera contracción prosódica». Y en nota conti­núa: «Esta figura se comete de una misma manera en la prosa y en el verso» (pág. 217).

José Coll y Vehí(\%5A), en Elementos de arte métrica latina y castellana, hace el siguiente comentario: «Hay ciertas sflabas que por razón de omitirse o de confundirse con otras en la pronunciación, no se cuentan para nada al me­dir el verso, y se dice que se eliden, o que se comete la figura elisión. Si algu­na palabra de un verso termina en vocal y la siguiente empieza con vocal o h, no se computa en la medida la última sflaba de la primera palabra, y la elisión toma el nombre de sinalefa» (pág. 4).

José M. Marroquín (1875), en sus Lecciones de Métrica, da una defini­ción interesante que reproducimos a continuación: «Cuando concurren dos, tres, cuatro o más vocales que pertenecen a distintas palabras, todas ellas se confunden y forman una sola sflaba. En «La antigua Europa» se verifica es-

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to dos veces. Esta confusión de vocales pertenecientes a diversas dicciones en una sola sflaba, se llama sinalefa». «La sinalefa tiene cabida aun en aque­llas combinaciones de vocales que no podrían formar una sola sflaba, si se hallaran dentro de una palabra. Las vocales que por la sinalefa se pronuncian en el mismo tiempo que una se deben y se pueden pronunciar directamente», (pág. 21).

Federico Hanssen (1879), en Miscelánea de versificación castellana des­pués de indicamos que en la antigua poesía castellana no admitían la sinalefa y sí el hiato sin ninguna restricción, hace el siguiente comentario: «La con­tracción (...) se distingue esencialmente de la sinalefa. En la sinalefa la prime­ra de las dos vocales no se suprime quedando perfectamente perceptible, aun­que pierde su valor silábico; en la contracción, una de las vocales desaparece por completo» (pág. 8).

E. Barra (1887), en Elementos de Métrica Castellana, tras criticar a Hans­sen por aplicar la ley de Mussafia e indicar que la contracción de vocales ha re­cibido el nombre de sinalefa, define ésta como «La unión de la vocal final de una palabra, con la inicial de la siguiente» (pág. 31).

Andrés Bello (1890), en sus Opúsculos gramaticales, hace diversos co­mentarios. «Esta confusión de dos o más sflabas que pertenecen a distintos vo­cablos en una sola, es lo que se llama sinalefa». Y sigue comentando: «En la sinalefa castellana hay que advertir dos cosas: la primera, que en la concurren­cia de dos o más sflabas que pasan a formar una sola, suenan claros, distintos y sin alteración alguna los elementos de que consta; y la segunda, que por me­dio de la sinalefa pueden formar una sola sflaba, o pronunciarse en la unidad de tiempo, vocales que, si pertenecieran a una sola dicción, se pronunciarían en dos o más unidades de tiempo. Y esto se verifica no sólo en poesía, sino en el lenguaje ordinario, de cuya pronunciación no es lícito al poeta alejarse» (pág. 228 y 229).

E. Benot (1892), en Prosodia castellana y versificación, define con cierta erudición la sinalefa y dice: «Es la emisión, también en el tiempo de una sfla­ba, de sonidos vocales pertenecientes a palabras inmeditamente sucesivas: es­to es, la fusión en el tiempo de una sflaba, del término vocal de una voz con el inicio también vocal de otra voz u otras voces inmediatas; fusión dependiente como en los diptongos y triptongos, de la posibilidad de ejecutar en el tiempo de una sflaba las posiciones necesarias para reforzar los correspondientes hi-pertonos» (pág. 3). Y luego añade: «La sinalefa es un hecho de habla normal y por tanto, no es una licencia» (pág. 204).

Robles Dégano (1905), en su Ortología clásica de la lengua castellarm, distingue la sinalefa morfológica y la sinalefa rítmica u ortológica que es «la fusión de dos o más vocales inmediatas, pertenecientes a distintos vocablos, en

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una sola sflaba. En la sinalefa ortológica no se suprime ninguna vocal en la pro­nunciación, pues todas deben sonar clara y distintamente; en la sinalefa mor­fológica (...) se suprime la primera vocal» (pág. 85). Es decir, a la contracción o elisión la llama sinalefa morfológica.

Méndez Bejarano (1907), en su Licencia del verso, no define la sinalefa ni tiene apenas interés. Dice que «si se prescinde de su auxilio, la medida re­sultaría imposible en los idiomas neolatinos» (pág. 56).

Aguado (1923), en su obra Diversas clases de versos castellanos, diferen­cia sflabas rítmicas de sflabas gramaticales y, tras caracterizar a la sinalefa co­mo «la aglutinación de la vocal o vocales de la sflaba final de palabra abierta con la vocal o vocales de la sflaba inicial de la palabra siguiente, abierta tam­bién», indica que «no es una concesión particular del verso, puesto que en la misma prosa se comete naturalmente» (pág. 426).

Aurelio M. Espinosa (1925), en su artículo «La sinalefa entre versos en la versificación española» no la define y únicamente reitera que «era un fenóme­no muy bien conocido y de uso frecuente en la versificación castellana desde sus primeros monumentos poéticos» (pág. 104).

Julio Vicuña Cifuentes (1929), en Estudios de Métrica española, sigue la opinión general: «Consiste en pronunciar en una sola emisión de voz, la vocal o vocales finales de una palabra, conjuntamente con la vocal o vocales inicia­les de la siguiente» (pág. 126). Más adelante hace una observación sobre el uso de la sinalefa, afirmando que «Dos o más vocales inacentuadas forman siem­pre sinalefa», pero como el hiato, no pueden reglamentarse, pues están sujetas a múltiples influencias prosódicas y rítmicas.

Juan Cano (1931) en ¿a importancia relativa del acento y de la sílaba en la versificación española (Ro. Rev. XXII, págs. 223-233), hablando sobre el acento en la versificación dice «La sinalefa es lo natural en el lenguaje, al con­trario del hiato que es lo artificial» (pág. 232).

Navarro Tomás (1950), en el Manual de pronunciación española, dice así: «Al grupo de vocales formado por el enlace de las palabras y pronunciado en una sola sflaba se le da el nombre de sinalefa» (pág. 69).

Rafael de Balbín (1962), explica en su Sistema de rítmica castellana, que la sinalefa «Es un núcleo espiratorio distinto de la sflaba, y denominado sina­lefa, cuya mayor amplitud en el espacio acústico — por extenderse a unidades léxicas separadas y diversas— permite la coexistencia sin pérdida de percepti­bilidad de dos articulaciones vocálicas plenas, que nunca coexisten como tales en la sflaba castellana» (pág. 67); y un poco más adelante «es un fenómeno to­talmente general, en la constitución de la cadena rítmica castellana, y que sólo deja de producirse por la presencia del acento rítmico en alguna de las vocales contiguas» (pág. 84).

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Rudolf Baehr (1970), en el Manual de versificación española, dice: «La sinalefa reúne en una sílaba rítmica dos o más vocales pertenecientes a pala­bras distintas» (pág. 47).

La Real Academia Española (1973), en el Esbozo de una nueva gramáti­ca de la lengua española, al hablar del encuentro de vocales lo define así: «El grupo silábico, denominado sinalefa, que resulta del encuentro, puede ser ina­centuado o acentuado, según la naturaleza acentual originaria de las vocales que entran en su composición» (pág. 89).

Tras estas breves citas de los autores más significativos que han hablado del tema, comenzamos el estudio concreto de la sinalefa en los diversos tipos de versos.

TETRASÍLABO

Es un verso de cuatro sílabas, utilizado como metro regular en la Gaya Ciencia y con amplia representación y de forma independiente a partir del Neo­clasicismo. Alterna en poemas octosílabos como verso de pie quebrado. Lleva acento obligatorio en la tercera sílaba.

Los poemas analizados son los siguientes: «A la muerte del Maestre de Santiago», Jorge Manrique, s. XV; «Imitación de diversos». Fray Luis de Le­ón, s. XVI; «Canción del pirata», Espronceda, s. XIX; «Lo que hace el tiem­po», Campoamor, s. XIX; «El viento» y «Hai Kais», Manuel Machado, s. XX. En total se han analizado 299 versos, en los cueiles se dan 49 secuencias sina-léficas, es decir, el 4,09 % de las secuencias; el 1,67 % corresponde a los poe­mas del s. XV con 20 sinalefas; el 0,16 % corresponde al s. XVI con 2 sinale­fas; el 1,75 % pertenece a los poemas del s. XIX con 21 sinalefas; y el 0,50% a los poemas del s. XX con 6 sinalefas.

El cuadro 1, refleja las veinte sinalefas tónicas por orden de frecuencia y las veintinueve sinalefas átonas. Las secuencias tónicas más numerosas son /e+ó/, /é+a/, /e+a+ó/, /e+ú/ y /ó+ai/; y las átonas son /e+a/, /o+a/, /i+e/ y /e+e/. Se dan dos secuencias de timbre vocálico idéntico y doce de timbre distinto, de las cuales cinco están en sucesión creciente y tres en decreciente; cuatro tienen el mismo grado de abertura.

Hay seis secuencias de tres vocales, una en sucesión creciente, tres en su­cesión decreciente y dos forman una secuencia creciente decreciente.

En átonas, hay cuatro secuencias de timbre vocálico idéntico y veinticin­co de timbre distinto, de las cuales diecinueve están en sucesión creciente y cuatro en decreciente; dos tienen el mismo grado de abertura.

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El acento recae en secuencias tónicas en el segundo elemento doce veces, es decir, el 60 % de los casos; en el primer elemento tres veces, el 15 % de los casos; en el tercer elemento dos veces, el 10 %; y en los dos primeros elemen­tos tres veces, es decir, el 15 % de los casos. En cinco secuencias el acento re­cae sobre la vocal más cerrada, de las cuales, dos están en sucesión creciente y tres en decreciente.

En las secuencias de tres vocales el acento sufre un desplazamiento tres veces.

CUADRO 1

Tónicas

3: en-ó 2:é + a 2: e + a + ó 2 :e + ú 2:ó-i-ái l : i + é l : i + á l:i-Hái 1: i + ú l : é + é l : e + é l : e + á 1: o + ú 1: wé -(- a

20 sinalefas

Átonas

6: e + a 6: 0 + a 3: i + e 3: e + e 2: e + i 2: e + i 2: o + e 1: i -(- a 1:1 + 0 1: a + i 1: a + e 1: a + a 1: u + a 1: u + o

29 sinalefas

El cuadro 2 refleja por orden de frecuencia y rango las vocales que forman las secuencias sinaléficas. De los seis poemas analizados, las sinalefas tónicas y átonas están formadas preferentemente por dos elementos vocálicos. El ran­go es el mismo en ambas secuencias y los porcentajes semejantes excepto en las vocales /a/ y /u/. La vocal /i/ no aparece como tónica.

En el cuadro 3, observamos que el mayor número de sinalefas se sitúa en el verso en la primera y segunda sflaba. En la tercera es muy poco frecuente, pues tan sólo aparecen tres sinalefas en contacto con la penúltima sflaba que forma el axis rítmico.

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Rango

1 2 3 4 5

Sin. Tónicas

e (7 + 9) 16 a (5 + 5) 10 o (7+1) 8 i (0 + 7) 7 u (4 + 1) 5

Silabas

Poemas 1 2 3 4 5 6

Total

CUADRO 2

% Sin. Átonas

34'78 21'73 17'39 15'21 10'86

CUADRO 3

1 2

11 6 1 1 3 3 4 11 2 — 3 1

24 22

e - 2 0 a- 18 0 - 10 i - 8 u - 2

3 4

3

3

%

34'48 31'03 17'24 13'79 3'44

El mayor número de las secuencias está formado por tres fonemas, 26, y por cuatro, 19. De estos, el 63'03 % son vocales, 104, y el 36'96 % son con­sonantes, 61. Únicamente hay tres sinalefas formadas por dos vocales.

CUADRO 4

Fonemas 6 7 8

Poemas 1 2 3 4 5 6

— 2 13 1 1 8 1 2

5 1 5 6

— 2

Total 26 19

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PENTASÍLABO

Es un verso de cinco sflabas, utilizado en poemas polirrítmicos de pie que­brado o combinado con otros versos. Como independiente se utiliza a partir del siglo XV, sobre todo en romancillos y fábulas. Lleva acento obligatorio en la cuarta sflaba.

Los poemas analizados son los siguientes: «Romance del rey moro que perdió Alhama» (anónimo); «Letrilla Satírica», Quevedo, s. XVII; «Oda sáfi-ca», Esteban Villegas, s. XVII; «En la Primavera» y «Ante el Claustro», A. Fernández Grilo, s. XIX; «La timidez», J. M. Maury, s. XIX; «Es la mañana» y «Mutis», Manuel Machado, s. XX; «Canción de Provincias», J. R. Wilcock, s. XX; «Sol y pájaros», Evaristo Rivera Chevremont, s. XX.

En total se han analizado 273 versos, en los cuales se dan 89 secuencias sinaléficas, es decir, el 6'52 % de las secuencias. El 0'80 % corresponde al ro­mance anónimo, con once sinalefas; el 0'07 % a los poemas del s. XVII con una sinalefa; el 2'63 % a los poemas del s. XIX con treinta y seis sinalefas y el 3 % a los poemas del s. XX con cuarenta y una sinalefas.

El cuadro 1 refleja las 20 sinalefas tónicas por orden de frecuencia y las 69 secuencias átonas. Las secuencias tónicas más numerosas son /ú-t-é/, h+éj, le+él y /e+ó/; las secuencias átonas son /i-i-a/, /a-i-e/, /e-ha/, /e-i-e/ y /i-)-e/. Se dan cuatro secuencias de timbre vocálico idéntico y dieciséis de timbre distinto, de las cuales nueve están en sucesión creciente y siete en de­creciente; cuatro tienen el mismo grado de abertura. No hay secuencias de tres vocales.

En átonas hay once secuencias de timbre vocálico idéntico y cincuen­ta y siete de timbre distinto, de las cuales treinta y cuatro están en sucesión creciente, dieciocho en decreciente, cinco tienen el mismo grado de aber­tura. Hay una sola secuencia de tres vocales y empieza en diptongo cre­ciente.

El acento recae en las secuencias tónicas en el segundo elemento doce ve­ces, es decir, el 60 % de los casos; en el primer elemento tres veces, es decir, el 15 % de los casos, y en el primero y segundo elemento, cinco veces, es de­cir, el 25 % de los casos. En una secuencia el acento recae sobre la vocal más cerrada y está en sucesión decreciente.

El cuadro 2 refleja por orden de frecuencia y rango, las vocales que for­man las secuencias sinaléficas. De los 10 poemas analizados, las secuencias tó­nicas y átonas están formadas por dos elementos vocálicos salvo un caso: /io + a /. El rango es distinto en ambas secuencias. La vocal /i/ no aparece como tó­nica, ni la /a/ como átona en secuencias tónicas. Los porcentajes de todas las vocales son muy diferentes.

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Rango

1 2 3 4 5

CUADRO 1

Tónicas

5:ú + é 3:e + á 3:e + é 3:e + ó 2: á + e l : i + ú l : e + ú 1:6 + 0 l :u + ó

20 total

Sin. Tónicas

e (8 - 12) 20 u (7 - 1) 8 o (5 - 1) 6 a (5 - ) 5 i (- 1) 1

Átonas

13 10 9 6 6 5 5 4 3 2 1 1 1 1 1 1

i + a a + e e + a e + e i + e a + a o + a a + i o + i o + e i + 0 i + u io + u e + o o + u u + i

69 total

CUADRO 2

%

50 20 15 12,5 2,5

Sin. Átonas

a - 5 2 e - 4 0 i - 3 0 o - 14 u - 3

%

37'41 28'77 21'58 10'07 2'15

Como vemos en el cuadro 3, el mayor número de sinalefas se sitúa en la tercera sflaba. El número de sinalefas en la primera y segunda es muy seme­jante. En la cuarta sflaba es muy poco frecuente; sólo aparecen dos sinalefas en contacto en la penúltima sflaba.

En el cuadro 4 el mayor número de las secuencias está formado por tres fo­nemas, 56 y por cuatro, 26. De estos el 60'06 % son vocales, 179, y el 37'93 % son consonantes, 113. Únicamente hay tres sinalefas formadas por dos vocales.

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CUADRO 3

Sflabas

Poemas 1 2 3 4 5 6 7 8 9

10

Total

1

3 4 2 3 3 1 9

25

2

1 7 3 3 2 2 2 4

24

3

11

3 7 4 5 5 2 1

38

4

— — — — 1 1

2

5

— — — — — —

CUADRO 4

Fonemas

1 2 3 4 5 6 7 8 9

10

1 2

11

— 1

4 5 7 7 4 9

5 7 3 1 2 2 6

Total 56 26

HEXASÍLABO

En un verso de seis sflabas frecuentemente utilizado en la poesía popular. Es el metro más empleado en serranillas, villancicos y poesías satíricas en el siglo XV y en épocas posteriores. Existen diversos tipos de hexasflabos poli-

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rrítmicos con variantes dactilicas y trocaicas. Lleva acento obligatorio en la quinta sflaba.

Los poemas analizados son los siguientes: «Serranilla», Marqués de San-tillana, s. XV; «La más bella niña», Góngora, s. XVI-XVII; «Rosana en los fuegos», Meléndez Valdés, s. XVIII; «La timidez», Maury s. XIX; Rimas «Del salón en el ángulo oscuro» y «Cerraron sus ojos», Bécquer, s. XIX; «De pre­sagios», Pedro Salinas, s. XX; «Canción de Provincias» y «El poeta», J. R. Wilcock, s. XX; «El Caballo», J. M. Eguren, s. XX; «Somos dos», Evaristo Ri­vera, s. XX.

En total se han analizado 370 versos, en los cuales se dan 150 sinalefas; es decir, el 6'75 % de las secuencias. El 0'27 % corresponde a los poemas del s. XV con seis sinalefas; el 0'67 % corresponde a los siglos XVI y XVII con quince sinalefas; el O'36 % pertenece al s. XVIII con ocho sinalefas; el 3'60 % a los poemas del siglo XIX con ochenta sinalefas, y el 1'84 % a los poemas del s. XX con cuarenta y una sindefas.

El cuadro 1 refleja las 39 sinalefas tónicas por orden de fi-ecuencia y las 111 secuencias átonas. Las secuencias tónicas más numerosas son /e+áj, /é+ú/ y /a+á/; y las átonas son /e+e/, /e+a/, /a+e/ y /o-t-e/. Se dan siete secuencias de timbre vocálico idéntico y veinticinco de timbre distinto, de las cuales diez es­tán en sucesión creciente, diez en decreciente y cinco tienen el mismo grado de abertura.

Hay siete secuencias de tres vocales, dos comienzan en diptongo crecien­te, una forma una secuencia creciente decreciente, tres terminan en diptongo decreciente; una está formada por vocales idénticas.

En átonas hay veintiocho secuencias de timbre vocálico idéntico y seten­ta y ocho distinto, de las cuales treinta y nueve están en sucesión creciente y veinticinco en decreciente; catorce tienen el mismo grado de abertura. Hay cinco secuencias de tres vocales; dos comienzan en diptongo creciente, dos forman una secuencia creciente decreciente y una termina en diptongo decre­ciente.

El acento recae en las secuencias tónicas en el segundo elemento veinti­siete veces, es decir, el 69'23 % de los casos; en el primer elemento cuatro ve­ces, el 10'25 % de los casos; en el tercer elemento una vez, el 2'56 % de los casos; y en el primero y segundo elemento siete veces, es decir, el 17'94 % de los casos.

En seis secuencias el acento recae sobre la vocal más cerrada, de las cua­les, una está en sucesión creciente y cinco en decreciente. Seis secuencias lle­van acento en los dos elementos. En las secuencias de tres vocales el acento su­fre un desplazamiento dos veces.

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La sinalefa en la rítmica 101

CUADRO 1

Tónicas

4: e + á 3:é + ú 3:a + á 2:i + é 2:e + é 2: e + ú 2: o + é 2: o + ú l : í + e 1: ió + a l : ió + á l : i + ú 1: e + é + e l : é + á 1: e + ái 1: e + ói 1: á + e 1: a + ú 1: o + ó 1: ó + e 1: 0 + á 1: o + a + ú 1: o + ái l : ó + ú 1: ú + ú l :u + í 1: u + á

39 total

Átonas

22: e + e 20: e + a 14: a + e 13: o + e 8: i + a 5: i + e 5: a + a 5: o + i 4: e + i 3: o + a 3: u + a 2: a + i 1: e + au 1: ia + i 1: io + i 1: e + a + i 1: e + a + e 1: e + o 1: 0 + 0

111 total

El cuadro 2 refleja, por orden de frecuencia y rango, las vocales que for­man las secuencias sinaléfícas. De los once poemas analizados, las secuencias están formadas preferentemente por dos elementos vocálicos. El rango es igual en tónicas y átonas en /e, a, o/ y muy distinto en /i, u/; los porcentajes son va­riables en todas las vocales.

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102 MANUEL A. ESGUEVA MARTÍNEZ

Rango

1 2 3 4 5

(

Sin. Tónicas

e (11-15) 26 a (14- 6)20 u(13- 2) 15 o ( 6- 8) 14 i ( 2- 8) 10

CUADRO 2

%

30'58 23'52 17'64 16'47 11'76

Sin. Átonas

e 105 a 64 i 29 o 25 u 4

%

46'25 28'19 12'77 ll 'Ol

1'76

Como vemos en el cuadro 3, el mayor número de sinalefas se sitúa en la tercera y cuarta silaba. En la quinta sflaba no aparecen sinalefas, permanecien­do «independiente» la penúltima sflaba acentuada.

CUADRO 3

Sflabas

Poemas 1 2 3 4 5 6 7 8 9

10 11

Total

1

2 3 2 6

— 12 — 1 2 1 5

34

2

3 1 1 1

— 8 2 2

— — 3

21

3

— 5 1 5 1

20 5 3 3

— 5

48

4 5 6 7

1 6 4 2 1

24 4

— — 2 3

47

El cuadro 4, refleja que el mayor número de secuencias están formadas por cuatro fonemas, 91 y por tres, 43. De estos el 56'11 % son vocales, 312 y el 43'88 % son consonantes, 244. Únicamente hay nueve sinalefas formadas por dos vocales.

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La sinalefa en la rítmica

Fonemas 1

CUADRO 4

2 3 4 5 6 7 8

103

Poemas 1 _ _ 3 3 — 2 — 1 6 8 — 3 _ _ 6 2 — 4 — 2 2 10 — 5 _ — 1 1 -6 _ 4 18 39 3 7 _ 1 — 10 — 8 _ _ 1 5 -9 _ _ 4 1 —

10 _ _ - 2 1 11 — 1 2 10 3

Total 9 43 91 7

HEPTASÍLABO

Es un verso de siete silabas empleado ya en el siglo XII de forma regular y como independiente en el Renacimiento. Figura entre los metros más culti­vados de la lírica clásica, y aparece combinado con endecasílabos. La coloca­ción del acento origina diferentes tipos de heptasüabos. Lleva acento obligato­rio en la sexta sflaba.

Los poemas analizados son los siguientes: «Égloga 1» y «A la flor de Gnido», Garcilaso de la Vega, s. XVI; «Madrigal», Gutierre de Cetina, s. XVI; «Vida retirada», «A Francisco Salinas», «A Felipe Ruiz», «Noche Sere­na», «Morada del cielo» y «En la Ascensión», Fray Luis de León, s. XVI; «Cántico espiritual», San Juan de la Cruz, s. XVI; «La cierva», Francisco de la Torre, s. XVI; «Por la victoria de Lepanto», y «Por la pérdida del Rey don Sebastián», Femando Herrera, s. XVI; «A la rosa», Francisco de Rioja, s. XVII; «A las ruinas de Itálica», Rodrigo Caro, s. XVII; «A la esperanza», L. L. Argensola, s. XVII; «Canción» y «Pobre barquilla mía», Lope de Vega, s. XVII; «El sueño», Francisco de Quevedo, s. XVI y XVII; «Canción», Mira de Mescua, s. XVII; «La diosa del bosque», M. M. Arjona, s. XVIII y XIX; «Al sueño», A. Lista, s. XVIII y XIX; «A España después de la revolución de Mar­zo», J. M. Quintana, s. XVIII y s. XIX; «Elegía a la muerte de la Duquesa de Frías», J. N. Gallego, s. XVIII; «La agricultura de la zona tórrida», A. Bello,

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104 MANUEL A. ESGUEV A MARTÍNEZ

s. XIX; «Niágara», J. M. Heredia, s. XIX; «El faro de Malta», Duque de Ri-vas, s. XIX; «A la luna», Pastor Díaz, s. XIX; «Sé más feliz que yo», P. J. Aro-las, s. XIX; «Himno al Mesías», Tassara, s. XIX; «Amor y orgullo». Avella­neda, s. XIX; «¡Quién supiera escribir», Campoamor, s. XIX; «Tristezas», Núñez de Arce, s. XIX; «Carta al Sr. Don Pedro», y «En Noche Buena», V. Querol, s. XIX; «Manos de madre», Olga Bruzzone, s. XX; «Mañana», Fede­rico García Lorca, s. XX.

En total se han analizado 1737 versos en los cuales se dan 909 secuencias sinaléficas, es decir, el 7'47 % de las secuencias. El 2'17 % correponde a los poemas del siglo XVI con 264 sinalefas; el 1*71 % al siglo XVII, con 208 si­nalefas; el 0'71 % pertenece a los poemas del siglo XVIIl con 87 sinalefas; el 2'57 % al siglo XIX con 313 sinalefas; y el O'30 % a los poemas del siglo XX con 37 sinalefas.

El cuadro 1 refleja las 165 sinalefas tónicas por orden de frecuencia y las 744 secuencias átonas. Las secuencias tónicas más numerosas son /e+é/, /ó+e/, /e-i-á/, /e+ú/ y /é+a/ y las átonas son /e+e/, /e+a/, /o+e/, /o+a/ y /a+e/. Se dan treinta y nueve secuencias de timbre vocálico idéntico y ciento dieci­seis de timbre distinto, de las cuales, cincuenta y dos están en sucesión cre­ciente, treinta y ocho en decreciente y veintiséis tienen el mismo grado de abertura.

Hay doce secuencias de tres vocales, cinco comienzan por diptongo cre­ciente, dos forman una secuencia creciente decreciente y cinco terminan en diptongo decreciente.

En átonas hay ciento setenta y cinco secuencias de timbre vocálico idén­tico y quinientas treinta y cuatro distinto, de las cuales doscientas ochenta y cinco están en sucesión creciente, ciento cincuenta y siete en decreciente; no­venta y dos tienen el mismo grado de abertura. Hay treinta y cinco secuencias de tres vocales; diecisiete comienzan por diptongo creciente, cuatro forman una secuencia creciente decreciente, y catorce terminan en diptongo decre­ciente.

El acento recae en las secuencias tónicas en el segundo elemento 85 veces, es decir, el 51 '51 % de los casos; en el primer elemento 64 veces, es decir, el 38'78 % de los casos; en el tercer elemento una vez, es decir, el 0'60 % de los casos y en los dos primeros elementos 15 veces, es decir, el 9'09 % de los casos. En cincuenta y cinco secuencias el acento recae sobre la vocal más cerrada, de las cuales veintisiete están en sucesión creciente y veintiocho en decreciente. Trece secuencias llevan acento en los dos ele­mentos. En las secuencias de tres vocales el acento sufre un desplazamien­to ocho veces.

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La sinalefa en la rítmica 105

CUADRO 1

Tónicas

16 10 9 9 9 7 6 6 5 5 5 5 4 4 4 4 4 4 4 3 3 3 3 3 3 3 3 2 2 2 1: 1 1: 1 1: 1: 1:

: e + é : ó + e : e + á : e + ú é + a

: a + é í + e á + e á + a a + á a + ú o + ú í + a é + e ó + é ó + á o + é ó + a i + ó i + á í + ú é + i e + ó ó + o o + ó ó + ái ú + e ió + a a + ó o + á i + é i + 6 i + ú i + a + ó ia + é é + é e + ói

Átonas

122: e + e 93: e + a 74: o + e 70: o + a 70: a + e 58: i + e 45: i + a 42: a + a 27: o + i 24: a + i 17:e + i 13:e + o 11: o + o 9: a + o 9: u + a 7: u + e 6: ia + e 5: a + u 5: a + au 4: u + i 3: i + o 3: io + a 3: o + u 2: i + a + 0 2: ia + i 2: io + i 2:e + u 2: e + ai 2: 0 + ai 1: i + u 1: i + au 1: i + a + e 1: ia + a 1: ia + o 1: ia + u 1: io + e 1: e + a + 0

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106 MANUEL A. ESGUEVA MARTÍNEZ

CUADRO 1 (Continuación)

Tónicas

1: a + a + é l : ó + i 1: ó + ai l : ú + i l : u + á 1: ú + o 1: ué + a 1: uá + e

165 total

Átonas

1: e + eu 1: e + au 1: a + ui 1: a + au

744 total

El cuadro 2 refleja por orden de frecuencia y rango las vocales que forman las secuencias sinaléfícas. De los 37 poemas analizados, las sinalefas tónicas y átonas están formadas preferentemente por dos elementos vocálicos. El rango es el mismo en ambas secuencias. Aparecen todas las vocales como átonas y tónicas. Los porcentajes son muy semejantes.

CUADRO 2

Rango

1 2 3 4 5

Sec. Tónicas

e (54-67) 121 a (38-50) 88 o (47-18) 65 i (13-24) 37 u (28-3) 31

%

35'38 25'73 19 10'81 9'06

Sec. Átonas

e592 a 447 o 233 1209 u42

%

38'87 29'34 15'29 13'72 2'75

Como vemos en el cuadro 3, el mayor número de sinalefas se sitúa en la quinta, tercera y primera sflaba. En las restantes, cuarta y segunda se sitúan con parecida frecuencia. En contacto con el axis rítmico, en sexta sflaba, aparece siete veces.

Como vemos en el cuadro 4 el mayor número de las secuencias está for­mado por cuatro fonemas, 453, y por tres, 378. De éstas el 57'88% son voca­les, 1865, y el 42'11 % son consonantes, 1357. Únicamente hay 38 sinalefas formadas por dos vocales.

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La sinalefa en la rítmica ^^'

Sflabas

Poemas 1 2

3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37

Total

1

15 10

3 3 3 4 2

14 2 1 1 — 1 4 8 14 2 7 3 7 2 15 7

1 2

21 6 3 6 14 4 8 2

195

Cvi

2

5 3

3 2 8 1 3

5 — 2 1 2 4 7 5 6 1 5 5 3 2 7 7 2 2 4 — 10 1 2 8 11 2 2 —

131

\DRO 3

3

19 6

10 6 3 6 4 1 7 1 2 — 2 6 4 15 8 1 11 1 4 2 7 9 1 1 5 — 19 3 4 7 10 2 6 1

197

4

9 5

5 1 6 6 1 1 11 2 2 — 1 1 8 11 5 3 7 2 1 2 10 12 1 1 5 — 10 5 6 4 7 4 7 3

162

5

13 4

7 2 7 5 3 4 4 3 1 4 2 1 4 17 24 — 9 1 2 3 7 15 3 3 2 — 22 4 3 13 12 5 7 1 217

6

1 —

— — — — — — 1 — — — — — — 1 — — 1 — — — 1 — — — — — — 1 — — 1

7

7

— —

— — — — — — — — — — — — — — — — — — — — — — — —

— —

— —

— ~~

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108

Fonemas 1

CUADRO 4

2 3 4

MANUEL A. ESGUEVA MARTÍNEZ

5 6 7

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37

— — — — — —

— — — — — — — — — — — — — — — — — — — — — — — — — — — —

6 1 — —

1 1 1

1 3 — — 4 — —

1 1 — —

3 — — — 4 1 — — 1 —

1 3 —

1 1 1 2 —

31 14 —

10 5 14 7 5 1 24 —

3 1 3 7 9 19 27 4 12 5 7 2 17 21 3 3 10 —

40 10 4 20 19 7 7 3

22 13 —

15 8 11 11 8 4 15 4 5 —

4 5 16 35 27 3 24 5 10 7 25 28 4 4 6 —

37 6 12 15 32 8 21 3

3 — — 3 — 1 3

4 —

1 —

1 1 2 3 —

1 2 —

2 1 — —

1 1 —

4 1 2 2 3 1 —

1

— — — — — —

— — — — — — — — — — — — — — — — — — — — — — — — — — — —

— — — — — —

— — — — — — — — — — — — — — — — — — — — — — — — — — — —

Total — 38 378 453 40

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La sinalefa en la rítmica 109

OCTOSÍLABO

El verso de ocho sflabas es el más antiguo e importante de la poesía espa­ñola. Ya desde los cantares de gesta y primeros poemas líricos prevalece como metro preeminente de las corrientes populares. A su gran expansión contribu­yó la adaptación del grupo de ocho sflabas al grupo básico de entonación en es­pañol. Lleva acento obligatorio en la séptima sflaba; la diferente situación de los otros acentos configura distintos tipos rítmicos de octosflabos.

Los poemas analizados son los siguientes: «A la muerte del Maestre de Santiago», Jorge Manrique, s. XV; «Romance de Abenámar», «Romance del rey moro que perdió Alhama», «Romance de Rosa fresca», «Romance de Fon-tefrida», «Romance de Blanca-Niña», «Romance del Conde Amaldos», «Ro­mance de la hija del rey de Francia», y «Romance de doña Alda», s. XV; «Imi­tación de diversos». Fray Luis de León, s. XVI; «Canción», Gil Polo, s. XVI; «Una cena», B. Alcázar, s. XVI; «A mis soledades voy», Lope de Vega, s. XVII; «Angélica y Medoro», «Servía en Oran al Rey», «Entre los sueltos ca­bellos» y «Ande yo caliente», Luis de Góngora, s. XVII; «Letrilla satírica», Francisco de Quevedo, s. XVII; «Fiesta de toros en Madrid», Nicolás de Mo-ratín, s. XVIII; «Rosana en los fuegos», Meléndez Valdés, s. XVIII; «La timi­dez», Maury, s. XIX; «Un castellano leal». Duque de Rivas, s. XIX; «Canción del pirata», Espronceda, s. XIX; «A buen juez, mejor testigo», José Zorrilla, s. XIX; «Canción de la Primavera», Piferrer, s. XIX; «Lo que hace el tiempo», Campoamor, s. XIX; «Balada del amor imposible». Octavio Campero Echazu, s. XX; «Laura Liliana», Julio Ameller Ramallo, s. XX.

En total se han analizado 3257 versos en los cuales se dan 2172 sinalefas, es decir, el 8'33 % de las secuencias. El 1 '05 % corresponde a los poemas del siglo XV con 275 sinalefas; el 0'88 % al siglo XVI con 230 sinalefas; el 2'51 % al siglo XVII con 656 sinalefas; 3'77 % a los poemas del siglo XIX con 983 sinalefas; y el O' 10 % a los dos poemas del siglo XX con 28 sinalefas.

El cuadro 1 refleja las 565 sinalefas tónicas por orden de frecuencia y las 1607 secuencias átonas. Las secuencias tónicas más numerosas son /e+ú/, /e+é/, /i+é/ y /e+á/; y las átonas son /e-Ha/, /e+e/, /o+e/ y /a-t-e/. Se dan noventa y una secuencias de timbre vocálico idéntico y cuatrocientas treinta y una de distinto, de las cuales ciento treinta y seis están en sucesión creciente, dos­cientas en decreciente, y noventa y cinco tienen el mismo grado de abertura.

Hay cuarenta y tres secuencias de tres vocales, veinte comienzan por dip­tongo creciente, una en sucesión creciente y una por diptongo decreciente; diez terminan en diptongo decreciente y una en creciente; nueve forman secuencias crecientes decrecientes y una está en sucesión creciente con igual timbre /6+a+a/.

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lio MANUEL A. ESGUEVA M A R T I N E Z

En átonas hay trescientas setenta y seis secuencias con timbre vocálico idéntico y mil ciento sesenta y uno distinto, de las cuales quinientas setenta y ocho están en sucesión creciente, trescientas cincuenta y cinco en decreciente y doscientas veintiocho tienen el mismo grado de abertura.

Hay sesenta y nueve secuencias de tres vocales, treinta y dos comienzan por diptongo creciente, veintiséis terminan en diptongo decreciente; una se­cuencia está formada por vocales con idéntico timbre /a+a+a/, cuatro comien­zan en sucesión creciente e igual timbre /e+a+a/, /i-i-a-i-a/, tres están en sucesión creciente decreciente /e+a-i-i/, /o+a+i/ y dos terminan en sucesión decreciente /a+a+e/, /a+a+i/. Aparece una secuencia de cuatro vocales, con diptongo cre­ciente decreciente /ia+a+u/.

El acento recae en las secuencias tónicas en el segundo elemento 377 ve­ces, es decir, el 66,72 % de los casos; en el primer elemento 142 veces,el 25' 13 % de los casos; en el tercer elemento 3 veces, el 0'53 % de los casos; y en los dos primeros elementos 43 veces, el 7'61 % de los casos. En ciento sesenta y tres secuencias el acento recae sobre la vocal más cerrada, de las cuales vein­tisiete están en sucesión creciente, y ciento treinta y seis en decreciente. En las secuencias de dos vocales llevan acento en los dos elementos treinta y seis se-cuenciados y las de tres vocales siete.

CUADRO 1

Tónicas Átonas

55:e + ú 221: e + a 54:e + é 217: e + e 41:i + é 182: o + e 34: e + á 154: a + e 28: a + ú 143: a + a 27: á + i 126: o + a 27: ó + e 109: i + a 21:o + é 95:i + e 20: i + ú 63: o + i 20: á + e 53: a + i 19:a + é 53: e + i 19: o + ú 41: e + o 15:a + á 22: a + o 15: ó + a 15: o + o 12:¡ + ó 13:u + e 12: e + ó 9: u + a

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La sinalefa en la rítmica 111

CUADRO 1 (Continuación)

Tónicas

l l : ó + é 10 :ó + ú 9: e + í 8: o + á 7 : i + á 7 : á + a 6: í + e 6: a + ó 5: í + a 5: ió + a 5: ió + e 5: ó + ái 4: é + e 4 : ó + á 4 : ó + i 3 : é + é 3: 0 + ái 3 :ó + o 2: i + a + ú 2: ió + ú 2: ia + é 2: í + ú 2: e + á + e 2 : á + é 2: 0 + a + ú 2 : o + ó 1: ié + e 1: i + ué

l : i + í l : í + á 1: i + ái 1: ió + u l : í + i 1: e + á + o

l : é + a l : é + o 1: éa + e

Átonas

8: i + au 8: e + u 7: ia + e 6: io + a 6: io + e 6: 0 + au 4: i + u 3: ia + a 3: e + au 3: e + a + a 3: a + au 3 :u + o 2: ia + i 2: i + o 2: a + u 2: o + a + i 2: u + au 1: ie + o 1: io + u 1: ia + u 1: ie + a 1: ia + a +u 1: ie + i 1: io + 0 1: i + a +a 1: e + eu 1: e + a + i 1: a + ai 1: a + a+ a 1: a + a+ u 1: a + a + e 1: a + a + i 1: o + ai 1: 0 + eu 1: u + i 1: u + u 1: ua + i

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112 MANUEL A. ESGUEVA MARTÍNEZ

CUADRO 1 (Continuación)

Tónicas

e + ói e + a + ú á + ú ó + ó ó + a+a ói + a ó + a + i ué + a ú + é u + á ué + i ua + ó u + í ué + e

Átonas

1: ua + e

Total 565 Total 1607

El cuadro 2 refleja, por orden de frecuencia y rango, las vocales que for­man las secuencias sinaléficas.

De los 28 poemas analizados, las secuencias sinaléficas están formadas preferentemente por dos elementos vocálicos. El rango es el mismo en se­cuencias tónicas y átonas; en estas aparecen todas las vocales; los porcentajes son muy semejantes, excepto con la vocal /u/; el 12'87 % frente al 2'25 % de átonas.

Como vemos en el cuadro 3, el mayor número de sinalefas se sitúa en la primera y quinta silaba. En la séptima es muy poco frecuente, pues solamen­te aparecen 23 secuencias en contacto en el axis y 8 sinalefas formando se­cuencias en el verso de pie quebrado para que el cómputo teóricamente sea el mismo.

En el cuadro 4 vemos que el mayor número de las secuencias está forma­do por cuatro fonemas 1010 y por tres, 947. De estos el 58'53 % son vocales 4.458 y el 41*46 % son consonantes 3.158. Únicamente hay dos sinalefas for­madas por seis fonemas.

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113

R

Sflabas

Poemas 1 2 3 4 5 6 7 fi

9

10 11 1 I

12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26

ango

1 2 3 4 5

Sec. Tónic

e(169-236)

CUADRO 2

:as %

405 a (139-115) 254 0(131-60) 191 i (26-146) 172 u ( l

1

18 3 7 5 2 8 1 5 5 6 28 14 10 15 7 14 2 9 49 10 15 39 20 93 2 26

34'52 21'65 16'28 14'66

43-8)151 12'87

CUADRO 3

2 3 4

23 1 2 2 2 1 1 1 5 5 17 8 3 12 4 8 6 5

41 11 3 39 9 69 2 18

10 4 3 — 1 3 1 2 4 2 15 11 5 13 4 10 2 5 54 9 11 24 5

100 5 13

21 2 6 5 4 1 7 3 5 8 22 10 7 17 4 7 1 10 42 8 8 29 9 90 6 24

Sec.

e a o i 1

5

20 3 7 2 2 3 3 4 5 13 16 10 11 12 5 6 6 11 55 16 5 34 4

104 2 18

Átonas

1229

1057 495 430 u74

6

17 3 5 3 1 2 5 3 3 7 22 14 12 16 5 5 5 7 54 14 11 31 9 87 1 15

%

34'41

32'17 1 C ' f \ ¿ 15 06 13'08

Z 25

7 8 9 10

~"~~ ~~~~ ~'~~

2 —

/> 2 — 1

1 — z — 1 — 2 — 1 —

4 — 1 — 1 — 2 —

4 —

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114

Silabas

27 28

Total

1

3 2

418

MANUEL A. ESGUEVA MARTÍNEZ

CUADRO 3 (Continuación)

2

4

302

3

1

317

4

1 1

354

5

9 4

390

6

3

360

7

23

8 9 10

8*

* Versos de pie quebrado.

CUADRO 4

Fonemas

Poemas 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26

6 1 1 2

— 2

— — 2 4 2 3

— 1 4 5 1 3 16 5 5 5 2

41 — 3

55 7 14 9 8 8 7 8 16 22 59 32 16 28 16 22 10 23 135 25 25 79 24

222 10 53

51 7 12 5 4 7 10 9 10 14 58 33 31 56 10 23 11 19

130 37 22 100 25

259 7

47

5 -1 -3 -1 -

— — 1 -1 — 1 -1 -1 -1 -1 -2 -2 -

— — 2 -1 -2 -18 -2 -2 -10 -4 1 24 1 1 -

11 -

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La sinalefa en la rítmica

Fonemas 1

27 — 28 —

Total

CUADRO 4 (Continuación)

2

114

3

9 5

947

4

11 2

1010

5

1

99

6

2

7

115

8

ENEASÍLABO

Es un verso de nueve sflabas empleado sobre todo en canciones populares en el Siglo de Oro. Independiente desde el Neoclasicismo se utiliza en compo-sicones líricas y romances. La situación de los acentos origina tipos rítmicos diferentes. Lleva acento obligatorio en la octava silaba.

Los poemas analizados son los siguientes: «Romance de Doña Alda», s. XV; «Rondel III», y «El Vitral», J. R. Wilcock, s. XX; «La canción de los ho­rizontes», Evaristo Rivera Chevremont, s. XX; «Canción a la juventud» y «1917», Rafael Alberti, s. XX; «Anochecer en las calles del sábado», Jorge Guillen, s. XX; «El mar lejano», J. Ramón Jiménez, s. XX; «Este tu inútil ca­minar» y «Tus ambiciones quedarán», J. Eduardo Guerra, s. XX; «Flores de in­quietud» y «Aria di Sortita», Juan Capriles, s. XX.

En total se han analizado 219 versos, en los cuales se dan 155 sinalefas, es decir, el 7*86 % de las secuencias; el 0'05 corresponde a los poemas del si­glo s. XV con una sinalefa; el 7'81 % corresponde al s. XX con 154 sinalefas.

El cuadro 1 refleja las 47 sinalefas tónicas por orden de frecuencia y las 108 secuencias átonas. Las secuencias tónicas más numerosas son /e-t-ú/, /o+ú/ y /e+é/; y las átonas son /e+e/, /e+a/, /o+e/. Hay ocho secuencias de timbre vo­cálico idéntico y treinta y cuatro distinto, de las cuales siete están en sucesión creciente y veintidós en decreciente; cinco tienen el mismo grado de abertura. Hay cinco secuencias de tres vocales, dos comienzan en diptongo creciente, dos terminan en diptongo decreciente y una forma una secuencia creciente de­creciente.

En átonas hay treinta y cuatro secuencias con timbre vocálico idéntico y setenta distinto, de las cuales treinta y tres están en sucesión creciente, veinte en decreciente y diecisiete tienen el mismo grado de abertura. Hay cuatro se­cuencias de tres vocales; tres comienzan por diptongo creciente, y una termina en diptongo decreciente.

El acento recae en las secuencias tónicas en el segundo elemento 34 ve­ces, es decir, el 72'34 % de los casos; en el primer elemento 8 veces, el 17'02

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116 MANUEL A. ESGUEVA MARTÍNEZ

% de los casos; en el tercer elemento una vez, 2' 12 % de los casos y en el pri­mero y segundo elemento 4 veces, es decir, el 8'51 % de los casos.

En diecinueve secuencias el acento recae sobre la vocal más cerrada y es­tá en sucesión decreciente; todos sufren un desplazamiento acentual. Cuatro se­cuencias llevan acento en los dos elementos.

CUADRO 1

Tónicas

10: e + ú 5: 0 + ú 4: e + é 3:é + e 3:e + á 2: e + í 2: e + ó 2:ó + á l : i + á l : i + ú 1: ió+ a l : é + i 1: e + ái 1: e + ói 1: á + a l : á + é 1: a + é 1: a + ú 1: iá-i- o 1: ó + e 1: o-(-é 1: ó + ú 1: o + a + ú 1: u + á

Total 47

Átonas

27 15: 11: 8: 7: 5: 5: 5: 5: 5: 4: 3: 2: 1: 1: 1: 1: 1: 1:

e + e e + a o + e i + e a + a i + a e + i e + o a + e o + a o + i a + i a + o io-i- i io-i- e ia+ o a + u a + au u + i

Total 108

El cuadro 2 refleja por orden de frecuencia y rango las vocales que forman las secuencias sinaléficas. De los doce poemas analizados, las secuencias sina-léficas tónicas y átonas están formadas preferentemente por dos elementos vo-

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La sinalefa en la rítmica 117

cálices. El rango es diferente en tónicas y átonas. Los porcentajes son también muy dispares; en tónica la /ú/ ocupa el segundo lugar y la líl el quinto.

CUADRO 2

Rango

1 2 3 4 5

Sin. Tónicas

e(11-27) 38 u(19- 1)20 a ( l l - 5 ) 16 o ( 8- 8) 16 i ( 2- 7) 9

%

38'38 20'20 16'16 16'16 9'09

Sin. Átonas

e 104 a 53 i 30 o 30 u 3

%

47'27 24'09 13'63 13'63

1*36

En el cuadro 3 se observa que el mayor número de sinalefas se sitúan en segundo, quinto y tercer lugar. En la cuarta y octaba sflaba se dan tres sinalefas.

CUADRO 3

Sflabas

Poemas 1 2 3 4 5 6 7 8 9

10 11 12

Total

1

7 2 8

— 2

— — 1 2

22

2

4

8 2 4

— 1 1 3 3 6

32

3

2 2 1 1 8 2 5 2

— 2 2

27

4

1

1 — — —

— — — 1

3

5

3

7 1 5

3 2 3 4

28

6

3

4 — 4 1

3 1 1 1

18

7

2

7 2 1 2

2 2 3 1

22

8 9 10

1

1 1

— — —

— — — —

3

En el cuadro 4 observamos que el mayor número de secuencias está for­mado por cuatro fonemas, 74, y por tres 65. De estos el 56'16 % son vocales.

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1 1 8 MANUEL A. ESGUEVA MARTÍNEZ

319 y el 43'83 % son consonantes, 249. Solamente hay una sinalefa formada por dos vocales.

CUADRO 4

Fonemas 1 2 3 4 5 6 7 8

Poemas 1 — — 2 — — 3 _ _ 4 — 1 5 _ _ 6 _ _

8 _ — 9 _ _

10 — — 11 — — 12 — —

Total 1 65 74 15

DECASÍLABO

Es el verso de diez sflabas utilizado en la época imperial combinado con otros, a veces compuesto de dos pentasflabos y con individualidad propia des­de el siglo XVII. Usado en el período romántico en composiciones de todo gé­nero, especialmente el decasflabo polirrítmico, lleva acento obligatorio en no­vena sflaba.

Los poemas analizados son los siguientes: «Himno de la Inmortalidad», Espronceda, s. XIX; «Canción de la Primavera», Pablo Piferrer, s. XIX; Rimas. «Del salón en el ángulo oscuro», Bécquer, s. XIX;»En la Primavera» y «Ante el claustro», A. Fernández Grilo, s. XIX; «La tira», Luis Llorens Torrens, s. XX; «Mi reloj», José de Diego Padro, s. XX; «Oliveretto de Fermo», Manuel Machado, s. XX.

En total se han analizado 143 versos en los cuales se dan 131 sinalefas, es decir, el 9'16 % de las secuencias. El 7'27 % corresponde a los poemas del si­glo XIX con 104 sinalefas; el 1 '88 % corresponde al s. XX con 27 sinalefas.

1 8

— 14 5 11 5 2 6 2 4 7

— 7 2 15 3 17 — 4 3 5 8 10

1 6

2

2 2 1 1

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La sinalefa en la rítmica 119

El cuadro 1 refleja las 22 secuencias tónicas por orden de frecuencia y las 109 secuencias átonas. Las secuencias tónicas más numerosas son /i+ú/, /ú+é/ y /ú+e/; y las átonas son /a+e/, /e+e/ y /e+a/. No hay secuencias de tim­bre vocálico idéntico; y sí veinte de timbre distinto, de las cuales nueve es­tán en sucesión creciente, cinco en decreciente y seis tienen el mismo grado de abertura.

Hay dos secuencias de tres vocales que comienzan en diptongo creciente. En átonas hay veinticinco secuencias con timbre vocálico idéntico y se­

tenta y siete distinto, de las cuales treinta y seis están en sucesión creciente, treinta y dos en decreciente y nueve tienen el mismo grado de abertura. Hay siete secuencias de tres vocales, cinco comienzan por diptongo creciente y dos terminan en diptongo decreciente.

El acento recae en las tónicas en el segundo elemento 10 veces, es decir, el 45'45 % de los casos; en el primer elemento 9 veces, es decir, el 40'9 % de los casos; en el primero y segundo elemento 3 veces, es decir, el 13'63 % de los casos. Por orden de frecuencia y rango, las vocales que forman sinalefa son las siguientes: en ocho secuencias el acento recae sobre la vocal más cerrada, de las cuales cinco están en sucesión creciente y tres en decreciente. Soportan un desplazamiento acentual siete secuencias y una de tres vocales.

Tónicas

4: i + ú 2: ú + é 2: ú + e l : í + e l : i + á l : i + ó 1: e + ó 1: e + ú 1: á + e 1: a + é 1: ó + e 1: ó + a 1: ó + ú 1: o + ú 1: ú + a 1: ué + e

CUADRO 1

Átonas

19: 14: 13: 9: 7: 7: 5: 4: 4: 4: 3: 3: 3: 2: 2: 2:

a + e e + e e + a a + a i + e o + e 0 + a e + i a + o u + a i + a a + i u + e 0 + o o + i u + i

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120 MANUEL A. ESGUEVA MARTÍNEZ

CUADRO 1 (Continuación)

Tónicas

1: ué + a

22 total

Átonas

1 1 1 1 1 1 1 1

i + o i + oi ia+ e io+ i io+ e a + au ua+ e ua+ a

109 total

El cuadro 2 refleja por orden de frecuencia y rango las vocales que forman las secuencias sinaléficas. De los ocho poemas analizados, las secuencias están formadas preferentemente por dos elementos vocálicos. El rango es muy dife­rente en secuencias tónicas y átonas. Los porcentajes son diferentes también; en vocales tónicas la /u/ ocupa el primer lugar; en cambio, en átonas ocupa el último lugar.

CUADRO 2

Rango

1 2 3 4 5

Sin. Tónicas

u(12-2)14 e(5-8) 13 i ( 1-6) 7 a ( 4-2) 6 o (5-1) 6

%

30'43 28'26 15'21 13'04 13'04

Sin. Átonas

e - 8 4 a - 7 5 i - 2 8 0 - 2 6 u - 12

%

37'33 33'33 12'44 i r 5 5 5'33

Como vemos en el cuadro 3, el mayor número de sinalefas en los decasí­labos se sitúan en séptima y primera sflaba. En la tercera y sexta sílaba se dan pocas sinalefas. La sinalefa axial es rara; aparece un solo caso.

Vemos en el cuadro 4 que el mayor número de secuencias está formado por cuatro fonemas, 56, y por tres, 54. De éstos, el 58'02% son vocales, 271, y el 41'97% son consonantes, 196. Hay ocho sinalefas formadas por dos vo­cales.

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La sinalefa en la rítmica 121

Sflabas

Poemas 1 2 3 4 5 6 7 8

Total

1

13 3 1

1 1 3 1

23

Fonemas

1 2 3 4 5 6 7 8

Tota 1

ENDECASÍLABO

2

10 — 1

1 — 1

13

1

— — — —

— —

3

— 3

— —

— 2 1

6

2

4 — 1 1 1

— 1

8

CUADRO 3

4

13 — 2 1

— — — 2

18

Ct

3

31 1 3 3 3 3 5 5

54

5

10 — — 2 2 3

— 2

19

ÍADRO 4

4

25 14 5 1 4 3 1 3

56

6

— — — — 1 1 1 1

4

5

6 1

2

4

13

7

12 10 2 1 2 2 1 2

32

6

— —

8

8 — 2 1 2

— — 2

15

7

— —

9

— — 1

— — — — —

1

8

— —

10

— — — — — — — —

9

— —

Es un verso de once silabas utilizado en provenzal, francés e italiano, des­pués en gallego y catalán y, posteriormente en castellano. Las múltiples vane-dades rítmicas dan lugar a distintos tipos de endecasílabo. Alcanzó la pnmacía de uso en nuestra métrica dejando amplio margen a la libertad del poeta y a su utilización en todos los géneros. Lleva acento obligatorio en la décima sflaba.

Los poemas analizados son los siguientes: «Égloga 1» y «A la flor de Gni-do», Garcilaso de la Vega, s. XVI; «Madrigal», Gutierre de Cetma, s.XVI; «Vi­da retirada», «A Francisco Salinas», «A Felipe Ruiz», «Noche serena», «Mo-

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122 MANUEL A. ESGUEV A MARTÍNEZ

rada del cielo», «En la Ascensión», «Agora con la aurora se levanta». Fray Luis de León, s. XVI; «Cántico espiritual», San Juan de la Cruz, s. XVI; «No me mueve, mi Dios, para quererte». Anónimo, s. XVI; «La cierva», Francisco de la Torre, s. XVI; «Por la victoria de Lepanto», y «Por la pérdida del Rey Don Sebastián», Femando de Herrera, s. XVI; «Al Guadalquivir, en una avenida», «La tempestad y la calma», «La avaricia», «En segura pobreza vive», J. Ar-guijo, s. XVII; «A la rosa», Francisco Rioja, s. XVII; «A las ruinas de Itálica», Rodrigo Caro, s. XVII; «Epístola moral», Fernández de Andrada, s. XVII; «A la esperanza», «Imagen espantosa de la muerte», «Levanta tras sí los pámpa­nos ocmbre», Lupercio Argensola, s. XVII; «Díme, Padre común, pues eres justo», Bartolomé Argensola, s. XVII; «Canción», «Judit», «Suelta mi manso mayoral extraño», «Qué tengo yo que mi amistad procuras?», «Pastor, que con ms silbos amorosos», «Temores en el favor», Lope de Vega, s. XVII; «El sue­ño», «Epístola satírica y censoria», «Memoria inmortal...», «Ya formidable y espantoso suena», «Miré los muros de la patria mía», Francisco de Quevedo, s. XVII; «Odas sáficas», E. M. Villegas, s. XVII; «Estos que fueron pompa y ale­gría». Calderón de la Barca, s. XVII; «Canción», Mira de Mescua, s. XVII; «Epístola de Fabio a Anfriso», Jovellanos, s. XVIII; «Elegía a las musas», Le­andro Moratín, s. XVIII; «La diosa del bosque», M. M. Arjona, s. XVIII; «Al sueño», Alberto Lista, s. XVIII; «A España después de la revolución de mar­zo», M. J. Quintana, s. XVIII; «Elegía a la muerte de la duquesa de Frías», J. N. Gallego, s. XVIII; «El estío», J. J. Mora, s. XIX; «La agricultura de la zona tórrida», A. Bello, s. XIX; «Niágara», J. M. Heredia, s. XIX; «El faro de Mal­ta», Duque de Rivas, s. XIX; «Canto a Teresa», J. Espronceda, s. XIX; «Intro­ducción a los «Cantos de trovador», J. Zorrilla, s. XIX; «A la luna». Pastor Dí­az, s. XIX; «La violeta», Enrique Gil, s. XIX; «Sé más feliz que yo». Arólas, s. XIX; «Amor y orgullo», Avellaneda, s. XIX; «Epístola a Pedro», Eulogio Sanz, s. XIX; «Epístola a Emilio Arrieta», López de Ayala, s. XIX; «¡Quién supiera escribir!», Campoamor, s. XIX; «El estío», J. Selgas, s. XIX; «Epísto­la», Ruiz Aguilera, s. XIX; «Estrofas», «Tristezas», Núñez de Arce, s. XIX; «Carta al Sr. D. Pedro A. de Alarcón», «En Noche-Buena», Querol, s. XIX; «Amor oculto», M. Palacio, s. XIX; «Felipe V», Manuel Machado, s. XX; «En busca de la mañana», Rafael de Balbín, s. XX; «Deja que empolve tu cabeza blonda», Ricardo Jaimes Freyre, s. XX.

En total se han analizado 5036 versos y hemos obtenido 5389 sinalefas, es decir, el 9'72 % de las secuencias. El 1*57 % corresponde a los poemas del s.XVI, con 870 sinalefas; el l 'óó % corresponde al s. XVII, con 925 sinalefas; el l 'ó l % pertenece al s. XVIII con 896 secuencias; el 4'81 % pertenece a los poemas del s. XIX con 2670 sinalefas; y el 0'05 a los poemas del s. XX con 28 sinalefas.

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La sinalefa en la rítmica 123

El cuadro 1 refleja las 907 sinalefas tónicas por orden de frecuencia y las 4482 átonas. Las secuencias tónicas más numerosas son /e+é/, /e+ú/, /ó+e/ y /ó+a/; y las átonas son /e+a/, /e+e/, /a-t-e/ y /o+e/. Hay ciento ochenta y cuatro secuencias de timbre vocálico idéntico y seiscientas treinta y dos de timbre dis­tinto, de las cuales doscientas catorce están en sucesión creciente y doscientas cuarenta y cuatro en decreciente; ciento setenta y cuatro tienen el mismo gra­do de abertura.

Hay noventa secuencias de tres vocales; treinta y ocho comienzan en dip­tongo creciente, treinta y ocho terminan en diptongo decreciente, trece forman secuencias crecientes decrecientes y tres poseen dos vocales de igual timbre y terminan en vocal más cerrada /a+a+e/; una secuencia de cuatro vocales em­pieza en diptongo creciente y termina en diptongo decreciente /io-i-ái/.

En átonas hay ochocientas setenta y tres secuencias con timbre vocálico idéntico y tres mil trescientas cincuenta y tres distinto, de las cuales, mil qui­nientas veintinueve están en sucesión creciente, mil doscientas setenta y nue­ve en decreciente y quinientas cuarenta y cinco tienen el mismo grado de abertura.

Hay doscientas cuarenta y ocho secuencias de tres vocales, ciento sesenta y cinco comienzan por diptongo creciente, setenta y tres terminan en diptongo decreciente, diez están formadas por tres vocales, dos con idéntido timbre /a+a+a/ y el resto formando secuencias crecientes decrecientes /o+a-i-e/, /i-i-a+o/, /e+a+u/, /e+o+e/, /e+a+a/ y /e+a+o/; siete tienen cuatro vocales: /ia+au/, /ia-i-oi/, /ia+a+o/, /o+a+eu/.

El acento recae en las secuencias tónicas en el segundo elemento 519 ve­ces, es decir, el 57'22 % de los casos; en el primer elemento 322 veces, el 35'50 % de los casos; en el tercer elemento once veces, el 1 '21 %; y en los dos primeros elementos 55 veces, es decir, el 5,74% de los casos.

En doscientas sesenta y seis secuencias el acento recae sobre la vocal más cerrada, de las cuales, ciento cuatro están en sucesión creciente y ciento sesen­ta y dos en decreciente. En las secuencias de tres o más vocales se da un des­plazamiento acentual en veinticinco secuencias.

CUADRO 1

Tónicas Atonas

105: e + é 548: e + a 73: e + ú 528: e + e 70: ó + e 484: a + e 55: ó + a 445: o + e

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124 MANUEL A. ESGUEVA MARTÍNEZ

CUADRO 1 (Continuación)

Tónicas

41 41 33 27 25 24 23 23 22 21 19 19 17 17 14 14 13 13 13 10 9 9 8 8 7 7 6 6 6 5 5 5 5 4 3 3 3

: e + á . á + e : e + ó : a + ú

a + á o + é a + é o + ú ó + é í + e i + ú é + e ó + i i + ó i + á í + a ió + e i + é á + a o + á ió + a e + ói é + i a + ó ó + ái ú + e é + é ó + o u + á i + ói e + í ó + á o + ó é + a io + é i + í e + ái

Átonas

345: o + a 285: a + a 278: i + e 252: a + i 236: 0 + i 232: i + a 176: e + i 79: e + o 70: a + o 46: o + o 40: u + a 39: u + e 34: ia + i 33: ia + e 30: i + o 30: a + u 25: ia + a 22: io + a 19: a + au 18: e + au 18:u + i 17: e + u 17: io + i 17: u + o 14: o + u 13: io + e 13: i + i 12: i + au 7: o + au 5: e + ai 4: ia + o 4: o + ai 4: ua + i 3: io + o 3: ia + au 3: i + u 3: o + a + e

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La sinalefa en la rítmica 125

CUADRO 1 (Continuación)

Tónicas

3 3 3 3 3 3 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2

:á + i :ó + ú o + ái

. ó + u u + í ué + e i + ái ia + á í + au ió + i i + áu e + áu á + ú a + a + á + é a + í á + u

é

0 + a + é o + ói o + a + ú + é ú + a ú + i ia + ú ié + e i + a + io + ú í + é í + ú í + i í + o i6 + ú io + ái ia + é

ó

é

e + a + ú e + a + e + a +

ó é

Átonas

2 2 2 2 2 2 2

ie + e e + eu a + ai a + a + a ua + a u + au uo + a i + ai ia + oi i + a + 0 io + u ia + a + o ia + u e + a + u e + a + a e + 0 + e e + a + 0 o + a + eu u + ai uo + i ua + e u + u uo + e ue + i

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126 MANUEL A. ESGUEVA MARTÍNEZ

CUADRO 1 (Continuación)

Tónicas

é + á á + o á + a + e a + ói ó + á + 0 o + a + ú 0 + í u + ú ué + ú ú + a + o

Total 907

Átonas

Total 4482

El cuadro 2 refleja, por orden de frecuencia y rango, las vocales que for­man las secuencias sinaléficas. De los 69 poemas analizados las sinalefas tóni­cas y átonas están formadas preferentemente por dos elementos vocálicos. El rango es el mismo en /e, a, u/ en tónicas y átonas, pero difieren considerable­mente en los porcentajes en todas las vocales.

CUADRO 2

Rango

1 2 3 4 5

Sin. Tónicas

e (251-450) 701 a (190-204) 394 o (297- 88) 385 i ( 55-177) 232 u (169- 25) 194

%

36'77 20'67 20'19 12'17 10'17

Sin. Átonas

e(3211) a (2842) i (1496) o(1415) u (262)

%

34'80 30'80 16'21 15'33 2'83

Como vemos en el cuadro 3 el mayor número de sinalefas se sitúa en el verso en la quinta, séptima y novena sflaba. En la décima es muy poco fre­cuente pues tan sólo aparecen diecinueve sinalefas en contacto con la penúlti­ma que forma el axis rítmico.

En el cuadro 4 vemos que el mayor número de secuencias está formado por cuatro fonemas, 2664, y por tres 2255. De éstos el 57'87 % son vocales.

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La sinalefa en la rítmica 127

11.132, y el 42'21 % son consonantes, 8.131. Hay 12 sinalefas fomnadas por seis fonemas y una por siete.

Sinalefa

Poemas 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32

1

20 4

1 1 1 5 1 — — 10 2 3 15 17 2 2 3

3 7 31 4 2 1 1 6 1 2 2 1 2

2

16 2 2 1 2 2 1 — 1 — 1 — 1 22 12 — 1 4

1 14 21

— 1 5 4 — 3 1 2 2

3

35 4

10 7 6 6 2

4 5 4 4 22 5 3 3 2

1 6 23 1 2 3 1 6 3 2 2 — —

CUADRO 3

4

21 1

2 2 2 2 1 — 3 6 1 1 15 8 1 2 — 1 1 4 13 1 1 — — 2 1 — 1 2 —

5

46 9

6 — 4 1 5 — 3 — 3 11 15 11 1 6 4 — 1 16 33 3 3 2 3 6 1 2 3 1 3

6

10 —

2 1 1 — — — — 2 — 4 9 6 — 1 1 2 — 5 2 — — — — 4 — 2 1 — 1

7

59 12 1 4 7 4 8 4 2 5 15 2 13 32 16 2 3 2 2 4 12 43 3 4 1 — 1 2 2 1 1 1

8

28 3

5 2 5 5 1 2 2 9 2 2 19 4 1 3 2 — 3 8 20 4 1 2 2 2 1 — — — —

9

40 1 2 5 5 — 9 3 2 6 4 2 7 21 14 2 2 3 3 4 11 20 2 4 1 — 11 5 4 1 2 4

10

3 —

— — — 2 — — — — — — — — 1 — — — — — — — — — — — — 1 — — —

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128

Sinalefa 1 2 3

CUADRO 3

4 5 6

MANUEL A. ESGUEVA MARTÍNEZ

7 8 9 10

33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63 64 65 66 67 68 69

9 32 — 2 2 — — 12 22 6 9 16 19 38 1 45 13 7 61 18 14 11 3 8 35 22 5 28 30 42 13 22 18 3 1 2 —

10 18 2 1 2 1 2 8 22 4 6 12 13 27 3 22 18 6 23 7 12 13 5 9 19 14 2 18 10 21 10 28 17 — — 3 1

5 27 2 4 2 1 3 10 37 8 8 10 22 27 1 40 14 10 47 22 23 27 3 12 13 21 3 24 15 25 11 21 13 5 2 — 1

6 23 1 2 — — 1 4 9 6 3 7 16 18 — 17 13 7 26 7 7 11 6 3 26 13 4 9 20 24 12 5 8 1 — — 2

7 15 2 1 2 1 3 11 39 16 7 14 29 48 4 49 19 14 58 15 21 27 4 12 18 19 9 35 31 28 20 24 15 1 1 2 1

1 6 — 1 — 2 1 — 7 2 4 2 11 14 2 11 7 2 25 — 11 2 — 4 2 3 2 9 9 6 4 11 5 — 1 — —

13 28 2 — 4 — — 11 37 11 — 11 33 31 1 59 12 11 45 9 11 5 5 7 22 25 6 14 26 25 10 16 21 1 — 2 1

2 20 4 1 — — 2 5 18 8 9 10 10 19 — 30 17 2 34 4 9 9 2 4 21 13 5 14 14 16 9 13 9 — — 1 1

13 15 2 — 1 — 3 16 32 16 8 12 27 39 1 54 18 9 41 10 8 7 4 16 24 14 5 31 28 31 26 21 16 3 2 1 2

3 1

1 1 1

1

1

1

1

Total 719 511 671 412 824 221 783 473 756 19

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La sinalefa en la rítmica

Fonemas 1

CUADRO 4

2 3 4 5 6 7

129

Poemas 1 — 2 — 3 — 4 _ 1 12 18 3 1 — 5 — 6 — 7 —

9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36

13 2 1 1 2 — 2 1 1 2 2 — 1 7 2 1 1 1

— 1 3 6 1

— —

2 —

3 8

118 17 1

12 12 11 19 6 2 12 24 7

23 72 54 5 11 7 2 8 33 88 10 7 5 7 13 3 7 8 3 7

27 91 7 8

140 17 3 18 12 14 15 10 4 9

23 8

20 73 33 5 10 12 5 9

41 99 7 10 5 5

25 8 9 4 6 6 35 77 4 4

7 — — 3 1

— 3

— — — 3 1 2 18 4 2 1 1 1

— 6 13 — — 1

— 2 3 2

— — — 1 8 2

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130 MANUEL A. ESGUEVA MARTÍNEZ

Fonemas

37

38

39

40

41

42

43

44

45

46

47

48

49

50

51

52

53

54

55

56

57

58

59

60

61

62

63

64

65

66

67

68

69

Total

CUADRO 4 (Continuación)

1

2

1

1

3

7

4

1

1

5

2

1

11

7

1

12

4

4

5

1

1

7

4

4

6

5

4

3

1

2

1

174

3

6

2

5

35

98

34

20

46

67

118

5

123

48

29

151

43

47

44

15

23

72

66

14

72

72

90

47

55

54

4

3

4

6

2255

4

6

2

8

28

113

33

26

44

93

133

7

176

69

36

178

42

61

42

15

45

92

69

27

101

94

112

55

91

60

8

4

7

2

2664

5

1

1

10

8

6

7

4

14

17

17

6

2

19

3

3

1

1

6

9

6

6

11

10

9

13

7

1

283

6

1

1

2

2

1

1

1

12

7

1

1

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La sinalefa en la rítmica 131

DODECASÍLABO

Es un verso de doce sflabas compuesto de partes simétricas (6+6) o asi­métricas, (7+5) y (5+7). Hay varios tipos cultivados extensamente donde se combinan con libertad hemistiquios dactilicos y trocaicos. La modalidad poli-rrítmica fue de las más cultivadas.

Los poemas analizados son los siguientes: «Restitución», Federico Balart, s. XIX;»Dolora de Pascua», Femando M. Guerrero, s. XIX y XX; «Inexorable Venus», J. R. Wilcock, s. XX; «Pájaro Bobo», Samuel Lugo, s. XX; «Baude-laire», Manuel M. Pinto, s. XX; «Crepúsculo», «Canción de la Primavera», «Los Elfos», Ricardo Jaimes Freyre, s. XX.

En total se han analizado 276 versos en los cuales se dan 279 sinalefas; es decir, el 8'42 % de las secuencias. El 4'74 % cortesponde a los poemas del s. XIX con 157 sinalefas; el 3'68 a los poemas del s. XX con 122 sinalefas.

El cuadro 1 refleja las 50 sinalefas tónicas por orden de frecuencia y las 229 secuencias átonas. Las secuencias tónicas más numeroas son /e+á/, /i+é/, /i+ái/ y /o+ú/ y las átonas son /e+a/, /e+e/, /a+e/ y /i+e/. Hay cuatro secuencias de timbre vocálico idéntico y treinta y siete de distinto, de las cuales veintiuno están en sucesión creciente y trece en decreciente; tres tienen el mismo grado de abertura.

Hay tres secuencias de tres vocales, una comienza en diptongo creciente y dos terminan en diptongo decreciente.

En átonas hay cuarenta y tres secuencias con timbre vocálico idéntico y ciento setenta y nueve distinto, de las cuales ochenta y seis están en sucesión creciente, setenta en decreciente y veintitrés tienen el mismo grado de abertu­ra. Hay siete secuencias de tres vocales, tres comienzan por diptongo crecien­te y cuatro terminan en diptongo decreciente.

El acento recae en las secuencias tónicas en el segundo elemento 36 ve­ces, es decir, 72 % de los casos; en el primer elemento 9 veces, es decir, el 18 % de los casos, y en el primero y segundo elemento 5 veces, es decir, el 10 % de los casos. En doce secuencias el acento recae sobre la vocal más cerrada, su­friendo un desplazamiento acentual, de las cuales tres están en sucesión cre­ciente y nueve en decreciente.

CUADRO 1

Tónicas Átonas

9: e + á 37: e + a 4: i + é 35: e + e

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132 MANUEL A. ESGUEVA MARTÍNEZ

CUADRO 1

Tónicas

4: i + ái 4: o + ú 3: i + ó 3: e + ú 3:á + e 3:i + á 2:é + é 2: o + é l : í + é 1: ie + á 1: é + e 1: e + áu 1: é + a 1: e + ó 1: e + ái l : á + é 1: a + ó 1: a + ú 1: ó + o l : ó + á 1: ó + a 1: ú + e

Total 50

(Continuación)

Átonas

30: a + e 23:i + e 16: o + a 15:e + i 15: 0 + e 11: a + i 8:i + a 7: e + o 7: a + a 5: a + o 4: 0 + i 2: i + au 2: e + au 2: a + u 2: o + u 1: i + o 1: ia + e 1: io + e 1: e + u 1: o + 0 1: u + i 1: u + e 1: ua + e

Total 229

El cuadro 2 refleja, por orden de frecuencia y rango, las vocales que forman las secuencias sinaléficas. De los ocho poemas analizados, las sina­lefas tónicas y átonas están formadas preferentemente por dos elementos vo­cálicos.

El rango es el mismo en ambas secuencias. Los porcentajes de las vocales /e/ y /u/ son considerablemente diferentes en tónicas y átonas.

Como vemos en el cuadro tres, el mayor número de sinalefas se sitúa en la décima, primera y cuarta sflaba. En la sexta es muy poco frecuente; sólo aparecen siete sinalefas. En contacto con el axis rítimo no aparece ninguna si­nalefa.

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La sinalefa en la rítmica 133

Sflabas

Poemas 1 2 3 4 5 6 7 8

Total

Rango

1 2 3 4 5

1

13 9 1 1 1 1 5 6

37

2

12 2 8

2 — 1 2

27

CUADRO 2

Sin. tónicas

e (14-20) 34 a (23- 4) 27 i(1-19) 20 o ( 8- 7) 15 u ( 9 - 1) 10

%

32'07 25'47 18'86 14'15 9'43

CUADRO 3

3 4

4 18 3 7 4 — 2 4

— —

1 1 5 4 5 1

24 35

5

16 1 1 2 1

— — 7

28

Sin.

e a •

i o u

6

— 1 6

— — — — —

7

Átonas

-204 - 129 -67 -53 -12

7

— 5 4 1 5

— — —

15

%

43'87 27'74 14'40 11'39 2'58

8

18 3 4 2

— 1

— 3

31

1

1

9

11 4 2 3 1 2 3 4

30

10

28 2 4 3 1

— — 7

45

En el cuadro 4 observamos que el mayor número de las secuencias está formado por tres fonemas, 123 y por cuatro, 122. De éstos el 58'14% son vo­cales, 571 y el 41*85% son consonantes, 411.

Hay quince sinalefas formadas por dos vocales.

Fonemas 1

Poemas 1 — 2 — 3 — 4 —

2

4 2 1

3

49 18 14 11

CUADRO 4

4 5 6

13 4 — 14 5 —

7

8

9

10

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134

Fonemas 1 2

MANUEL A. ESGUEVA MARTÍNEZ

CUADRO 4 (Continuación)

3 4 5 6 7 8 9 10

5 _ _ 6 4 1 6 — — 2 3 1 7 — 4 8 4 2 8 _ 4 15 16 —

Total — 15 123 122 19

SINOPSIS

En el cuadro 1, de las 105.105 secuencias, 9323 son sinalefas, es decir el 8'87 %; la cantidad es suficientemente amplia para valorar con precisión la es­tructura y variedad, siempre finita, de estas secuencias dentro de las múltiples influencias de los demás elementos rítmicos. Por supuesto, la sinalefa cons­truida por vocales o por vocales y consonantes está subordinada a unidades ma­yores y no es un elemento rítmico aislado.

Salvo en los metros más cortos, tetrasflabos y pentasílabos, se da una constante regularidad en los componentes vocálicos, 19.211 fonemas, el 57'98% y en los elementos consonanticos o periféricos, 13.920 fonemas, el 42'01 %. Esta proporcionalidad se da en todos los metros y siempre es mayor el número de fonemas vocálicos frente a una proporcionalidad semejante en fo­nemas consonanticos, salvo en los grupos melódicos más cortos.

En los versos de arte menor y en los versos de arte mayor, a medida que la longitud del grupo melódico aumenta para hacer que la fluidez se prolongue a todo el verso al incrementar el ritmo y dar mayor celeridad expresiva, crece la frecuencia de las secuencias.

Versos de Arte Menor: 4'09 - 6'52 - 6'75 - 7'44 - 8'33. Versos de Arte Mayor: 7'86 - 9'16 - 9'72.

El dodecasílabo es un verso compuesto (8'42 %).

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La sinalefa en la rítmica 135

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136 MANUEL A. ESGUEVA MARTÍNEZ

En el cuadro 2, de las sinalefas analizadas, 1.835 secuencias son tónicas, es decir, el 19'68 %. De éstas, 1.662, el 17'82 %, están formadas por dos vo­cales y son las más numerosas; 339, el 20'39 %, tienen el timbre vocálico idén­tico, y 1.323, el 79'60 % distinto: de éstas, 463 el 34'99 %, están en sucesión creciente, 538, el 40'66 %, en sucesión decreciente, y 322 secuencias el 24'33 %, tienen la misma abertura.

Los fonemas se van agrupando en tomo al núcleo sinaléfico formando 173 secuencias de tres vocales, el 10'40 %, una es de cuatro vocales /io + ái/ que representa el 0'05%; hay 73 secuencias, el 42'19%, que están en sucesión cre­ciente, 68 secuencias, el 39'30 % están en sucesión decreciente y 30 secuen­cias, el 17'34 %, en sucesión creciente decreciente; tan sólo una secuencia tie­ne el mismo timbre y su uso es poco frecuente en todos los metros, y estos se realizan con total espontaneidad y sin interrupción.

Si los buenos versificadores como decía Benot, evitaban la sinalefa cuan­do la segunda vocal era acentuada y otras veces hacían hiato con las mismas palabras usando la doble prosodia cayendo en la artificiosidad o, como afirma­ba Hanssen la «conexión gramatical i el acento que recae en la segunda vocal favorecen la elisión i dificultan la sinalefa' no coincide con los análisis, ya que en los versos de arte menor el 61 '49 % de los casos, y en los versos de arte ma­yor, el 58'33 % de las secuencias recae en el segundo elemento y se da con na­turalidad y como sucede en el habla con total libertad y fluidez.

El acento recae en las secuencias de tres vocales en sucesión creciente de­creciente en la mayoría de las veces en la tercera vocal.

En las secuencias formadas por un diptongo y vocal y viceversa en vein­ticinco secuencias lleva acento el diptongo y no la vocal, en seis, la vocal y no el diptongo; en una secuencia la vocal que precede al diptongo, en cuatro se­cuencias el diptongo que sigue a la vocal y en diecinueve secuencias en las dos.

Hay solamente siete secuencias de cuatro vocales y están en sucesión cre­ciente decreciente; seis secuencias empiezan por diptongo creciente, cinco ter­minan en diptongo decreciente y dos terminan en vocal.

El acento no es un elemento más que se adapta a la sinalefa, ni dificulta la agrupación silábica, necesaria para mantener el ritmo, pero sí soporta el des­plazamiento necesario para conservar la cohesión fónica cuantitativa y el ritmo que requiere el verso.

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La sinalefa en la rítmica 137

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138 MANUEL A. ESGUEVA MARTÍNEZ

En el cuadro 3 de las sinalefas analizadas, 7.488 son secuencias átonas, es decir, el 80'03 % y son las más numerosas y las que se realizan sistemática­mente, favoreciendo la unidad silábica y la agilización de la expresividad rít­mica. De éstas, 7.103, el 76'18 %, son de dos vocales; 1.569, el 16'82 %, se realizan con idéntico timbre y 5.534, el 59'35 %, con distinto timbre; de estas secuencias, 2.639, el 47'68 %, están en sucesión creciente, 1.960, el 35'41 %, en sucesión decreciente y 935, el 16'89 %, tienen igual grado de abertura.

En las secuencias de tres vocales, 378, el 5'04 %, representan el número de secuencias átonas, de éstas, 230 comienzan por diptongo creciente que es el 60'84 %, 121 terminan en diptongo decreciente, el 32'01 % y 27 están en su­cesión creciente decreciente.

De las 27 secuencias en sucesión creciente decreciente, hay catorce sina­lefas con timbre diferente: 3 secuencias con 3 vocales de igual timbre; 3 se­cuencias con 3 vocales la 1 y 2 de igual timbre; 5 secuencias con 3 vocales la 2 y 3 de igual timbre; 2 secuencias con 3 vocales la 1 y 3 de igual timbre; 14 secuencias con 3 vocales de distinto timbre.

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La sinalefa en la rítmica 139

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140 MA a;EL A. ESGUEV A MARTINEZ

En el cuadro 4 el acento debe caer sobre la vocal más abierta de la se­cuencia y para ello el desplazamiento acentual se dará de la más cerrada a la más abierta, es decir, a la vocal dominante que forma el núcleo sinaléfico.

Dicho desplazamiento se realiza en 728 secuencias, el 39'67 % de las 1.835 sinalefas tónicas; dicha conformación es necesaria para no distorsionar el ritmo del grupo melódico.

En las 535 secuencias de dos vocales, el 29'15 % se da el desplazamien­to al ser vocales cerradas; 192 de las cuales, el 10'46 % están en posición cre­ciente y 343 secuencias, el 18'69 % en posición decreciente. En 115 secuen­cias de dos vocales, el 6'26 % llevan acento en los dos elementos fundiéndose en una sflaba y siempre sobre la vocal más abierta. En 78 secuencias de tres vo­cales, el 4'25 % se da un desplazamiento en 23 secuencias, 1 '25 % se da la tras­lación en secuencias crecientes decrecientes y en 55 secuencias, el 2'99 % es­tán formadas por diptongos y vocales.

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La sinalefa en la rítmica 141

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142 MANUEL A. ESGUEVA MARTÍNEZ

En el cuadro 5 la situación de la sinalefa en el verso es totalmente libre, tanto en versos de Arte Menor:

1 = 20'30 % = 1 sil. 2 = 17'70 % = 5 sil. 3 = 17'59 % = 3 sil. 4 = 16'54% = 2sil. 5 = 16'48 % = 4 sil. 6 = 10'64 % = 6 sil. 7 = 0'67 % = 7 sil. 8 (versos de pie quebrado)

o de Arte Mayor: 1 = 15'34 % = 5 sil 2 = 14'74 % = 7 sil 3 = 13'46 % = 1 sil 4 = 13'33%= 9 sil 5 = 12'40 % = 3 sil 6 = 9 '79%= 2 sil

8'65 % = 8 sil 7 ' 62%= 4 sil 4 ' 2 8 % = 6 sil

7 = 8 = 9 =

10 = 0'33 % = 10 sil

Y en todos los metros:

1 2 3 4 5 6 7 8 9

10

1.506 = 1.497 = 1.331 = 1.083 = 1.033 =

875 = 787 = 617 = 530 =

64 =

16'15% = 16'05 % = 14'27 % = 11'61 % = 11'08% = 9'38 % = 8'44 % = 6'61 % = 5'68 % = 0'68 % =

5 sil 1 sil 3 sil 2 sil 4 sil 7 sil 9 sil 6 sil 8 sil

10 sil

Salvo en hexasflabos, se dan secuencias sinaléficas en contacto con el axis. En los octosflabos se dan sinalefas al ser versos de pie quebrado. En el resto se dan 35 secuencias, el 0,37 % en contacto con el axis rítmico. No guar­da ninguna simetría la sinalefa y, se da esporádicamente entre versos de pie quebrado; las pocas veces que aparece, ocho, se debe a que el verso es oxítono y al tiempo cadencial es el de la sílaba siguiente o bien que el verso octosílabo sin cadencia se une al vocablo siguiente, palabra totalmente vacía, pero que es necesaria para que se de el factor silábico; es una forma de compensar la falta de autonomía y matizar el ritmo. La situación no guarda ninguna simetría y es usada en proporciones diferentes en función de épocas y autores.

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La sinalefa en la rítmica 143

CUADRO 5. SITUACIÓN DE LA SINALEFA EN EL VERSO

Longitud grupo S fiabas

melódico 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

4 24 23 3 _ _ _ _ _ _ _ 5 25 24 38 2 _ _ _ _ _ _ 6 34 21 48 47 — — — — — — 7 195 131 197 162 217 7 _ _ _ _ 8 418 362 317 354 390 360 23* — — — 9 22 32 27 3 28 18 22 3 — —

10 23 13 6 18 19 4 32 15 1 — 11 719 511 671 412 824 221 783 473 756 19 12 37 27 24 35 28 7 15 31 30 45

Total 1497 1083 1331 1033 1506 617 875 530 787 64

* 8 en verso de pie quebrado

En el cuadro 6 vemos la agrupación de fonemas para formar las secuen­cias y el número de estos; los fonemas consonanticos se agrupan necesaria­mente también de forma proporcional en tomo a las vocales para crear el ritmo lógico del verso; hay sinalefas de dos a seis fonemas, aparece uno de siete es­porádicamente y son también elementos sensibles para organizar el tiempo.

Esta regularidad y asociación fónica se da en todos los metros y siglos. Dentro de estas secuencias formadas al menos por dos palabras siempre dis­tintas, tienen un núcleo vocálico, el fonema más abierto, como la sflaba fono­lógica normal y es el que predomina. La frecuencia y constitución de estas se­cuencias es de CVVC, CVV, VVC, VV, CVVV, CCVVC, CWVWC, CCVV, VVVC, CVVVVC, CCVVV...

El número de fonemas por sinalefa es el siguiente: 4.515 sinalefas, el 48'42 % tiene 4 fonemas; 3.947 sinalefas, el 42'29 %

tiene 3 fonemas; 481 sinalefas, el 5'15 % tiene 5 fonemas; 365 sinalefas, el 3'91 % tiene 2 fonemas; 14 sinalefas, el O'15 % tiene 6 fonemas; 1 sinalefa, el O'Ol % tiene 7 fonemas.

En la constitución de estas secuencias hay desigualdades fonéticas con di­ferentes duraciones, pero son equivalentes rítmicamente en la medida del ver­so; su valor cuantitativo es flexible y su variedad fónica está en función de to­da la unidad melódica. No por tener dos, cuatro o seis fonemas se rompe la estructura de la sinalefa y del verso.

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3 3 9 38 114 1 8 174 15

26 56 43 378 947 65 54 2255 123

19 26 91 453 1010 74 56 2264 122

1 4 7 40 99 15 13 283 19

144 MANUEL A. ESGUEVA MARTÍNEZ

Salvo las 365 sinalefas de dos fonemas vocálicos, el 3'91 %, necesitan pa­ra su emisión de los fonemas periféricos: 8.958 secuencias, el 96'68 %.

CUADRO 6. NÚMERO DE FONEMAS POR nNALEFA

Longitud grupo

melódico 1 2 3 4 5 6 7 8

4 5 6 7

2 — 9

10 11 — 1 7 4 2255 2264 283 12 12

Total — 365 3947 4515 481 14 1 —

En el cuadro 7 el rango de las vocales tónicas coincide con los metros de 4, 7, 8 y 11 sflabas y el rango de vocales átonas con los metros de 4, 7 y 8. El rendimiento de las secuencias formadas por vocales cerradas o altas es muy pe­queño /u+i/, /i+u/, /i+i/ y /u+u/.

Tónicas hay 74 secuencias: Átonas hay 51:

i + ú = 56 u + i = 27 í + í = 5 i + i = 1 3 i + í = 4 i + u = 9 ú + i = 3 u + u = 2 í + i = 2 u + í = 2 ú + ú = 1 u + ú = 1

Del total de los fonemas vocálicos /e, a, o/, 15.227 logran el 80'82 % y /e, o/ 9.970, alcanzan el 51*89 %. Las vocales anteriores /e, i/ 9.785 logran el

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La sinalefa en la rítmica 145

50'89 % y las posteriores /o, u/ 3.869 el 20'22 % lo que indica la tendencia a utilizar las articulaciones anteriores.

Las secuencias en sucesión decreciente formadas por vocales medias y al­tas dan el siguiente resultado: las tónicas /e+ú/, /é+u/ y lo+U, /ó+i/, ciento se­senta y dos secuencias representan el 30'11 %. Las átonas /e+u/ y /o-i-i/ tres­cientas setenta y una secuencias en sucesión decreciente, alcanzan el 18'92 %, lo cual indica que las vocales medias anterior y posterior forman con sus opuestas las vocales altas posterior y anterior sinalefas con total fluidez y li­bertad.

CUADRO 7. FONEMAS VOCÁLICOS

Grupos Melódicos

4 5 6 7 8 9 10 11 12

Total

a

28 57 84 535 1311 69 81

3236 156

5557

e

36 60 131 713 1634 142 97

3912 238

6963

i

15 31 39 246 602 39 35 1728 87

2822

o

18 20 39 298 686 46 32 1800 68

3007

Rango vocales

e a o i u

6963 5557 3007 2822 862

Rango voc. u

7 11 19 73 225 23 26 456 22

862

%

36'24 28'92 15'65 14'68 4'48

Tónicas

e a o i u e u o a i e a u o i e a o i u e a o i u e u ao i u e i a o e ao i u e a i o u

19211 vocales

Rango voc. Atonas

e a o i u a e i o u e a i o u e a o i u e a o i u e a i o u e a i o u e a i o u e a i o u

e a o i u Rango""

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146 MANUEL A. ESGUEVA MARTÍNEZ

CONCLUSIONES

1. Los fonemas se mantienen en todos los metros en proporciones equi­valentes con predominio de las vocales, 19.211, que alcanzan el 57'98 %, fren­te a 13.920 fonemas consonanticos que representan el 42'01 %; lo contrario de lo que sucede en el habla donde el 52'44 % corresponde a consonantes y el 47'56 % a vocales.

2. La constitución más frecuente de las secuencias está formada por cua­tro fonemas, el 48'42 %, y por tres, el 42'29 %.

3. La localización de la sinalefa en el grupo melódico no guarda simetría y es usada en proporciones diferentes en función de épocas y autores; en 5- sí­laba se localizan 1.506 sinalefas que alcanzan el 16'15 %; en 1* sílaba 1.497 que alcanza el 16'05 %; en 3 ' sílaba 1.331 que alcanzan el 14'27 %; en 2* sí­laba 1.083 que alcanza el 11'61 % y en 4» sílaba 1.033 que alcanza el 11'08% del total de las secuencias.

4. En los versos de Arte Menor y en los de Arte Mayor, a medida que la longitud del grupo melódico aumenta, para mantener e incrementar el ritmo, aumenta la frecuencia de las secuencias sinaléficas:

Arte Menor: 4'09 - 6'52 - 6'75 - 7'44 - 8'33 Arte Mayor: 7'86 - 9'16 - 9'72.

5. Las vocales ocupan el mismo rango en la rítmica que en el habla /e a o iu/.

6. Los fonemas /e a o/ alcanzan el 80'82 % de todas las vocales. 7. Las secuencias sinaléficas más numerosas de dos vocales de timbre

distinto, 6.857, alcanzan el 78'23 %, y las secuencias de dos vocales de timbre idéntico, 1.908, alcanzan el 21'76 %.

8. Las vocales anteriores /e, i/, 9.875, logran el 50'93 %, y las posteriores /o, u/ alcanzan el 20'22 % lo que indica la tendencia a utilizar las articulacio­nes anteriores.

9. Las realizaciones asimétricas de las secuencias en sucesión decrecien­te formadas por vocales medias anterior y posterior con vocales altas posterior y anterior, /e -i- u/ representan el 30' 11 % y /o +i/ el 18'92 %, lo cual indica que las sinalefas se hacen con total fluidez, sin dificultad para los órganos articula­torios y con cierta proporcionalidad.

10. En las secuencias tónicas el acento recae en el segundo elemento en los versos de Arte Menor, el 61 '49 % de los casos; en los versos de Arte Ma­yor alcanzan el 58'33 % lo cual contradice las teorías anteriores.

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La sinalefa en la rítmica 147

11. E>e las 1.835 sinalefas tónicas se da un desplazamiento acentual hacia la vocal más abierta, en 728 secuencias, lo que supone un 39'67 %, para no dis­torsionar el ritmo del grupo melódico.

12. El acento no dificulta la agrupación silábica y sí admite el desplaza­miento necesario para conservar la cohesión fónica cuantitativa que requiere la unidad melódica del verso.

13. Las sinalefas átonas, las más numerosas y cuya realización se hace sistemáticamente, alcanzan el 80'03 %, y las secuencias tónicas el 19'68 % de las realizaciones.

14. Del total de las secuencias, 8.958, el 96'08 % para su realización ne­cesita de fonemas consonanticos; solamente 365 secuencias, el 3'91 %, se rea­lizan exclusivamente con dos fonemas vocálicos.

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