La Siembra y La Cosecha

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Page 1: La Siembra y La Cosecha

La siembra y la cosecha.

Cada acto, cada palabra, cada sonrisa,

cada mirada es una semilla.

Todos los seres humanos de este mundo estamos rodeados de un ambiente donde la siembra y la cosecha es un elemento que marca nuestra vida y la de los demás. Nuestras vidas esta llenas de continuas cosechas según la semilla y la actitud con que la que hemos sembrado.

Nuestras manos son dos herramientas fundamentales para esa siembra. Por medio de nuestras manos hemos aprendido a comunicarnos, dar y recibir saludos, para acariciar y amar. El lenguaje ha ido acumulando expresiones que ponen de relieve la importancia que atribuimos a las manos. La deferencia y la confianza pueden expresarse «dando la mano», el compañerismo, «echando una mano» y la solidaridad, «trabajando mano a mano». Las manos curan y cuidan al enfermo, acogen al recién nacido y cierran los ojos del moribundo.

Todas ellas son maneras de crear amor, de expresar amor. Creamos un universo con el pensamiento y la palabra, con las manos lo recreamos y lo mimamos cada día. Las manos crean belleza en un cuadro o moldean con perfección la arcilla del alfarero, siembran la semilla y recogen sus frutos. En nuestro trabajo cotidiano con los niños tenemos un gran reto, enseñarles el lenguaje de las manos, enseñarles a sembrar, esperar que crezca y luego tomar la cosecha.

En Niños del Camino tenemos que seguir sembrando y no tenemos que quedarnos esperando, porque la semilla no crece enseguida; cuando nos acordamos la semilla ya creció, entonces tomamos la cosecha, volvemos a sembrar, y mientras cosechamos y sembramos ya creció las otras siembras, seguimos cosechando y sembrando, entonces entraremos en el ciclo permanente de siembra-cosecha, siembra-cosecha. Y así estaremos atentos y atentas si cuando sembramos, hay una cosecha para nosotros. No busquemos la cosecha sin sembrar. Apasionémonos, ilusionémonos con esas semillas que tenemos en nuestras manos.

Jaime Solares