La senda de las espigas - Antología poética de Boris Rozas

14

Transcript of La senda de las espigas - Antología poética de Boris Rozas

La editorial.

Desde nuestro joven proyecto al margen editorial queremos darte las

gracias por confiar en nuestras publicaciones.

Para inagurar nuesta sección de poesía hemos apostado por una

antología del consagrado poeta Boris Rozas, con una doble edición en

papel y digital, que lleva por título La senda de las espigas.

Los setenta poemas que siembran este fértil campo reflejan la pasión

por la vida que este laureado autor a demostrado a lo largo de estos

últimos años.

Nuestra pasión por la literatura nos obliga a volcarnos con todas y cada

una de las obras que pasan por nuestro taller, para que cuando llegue a

tus manos, ya sea en formato digital o en papel, disfrutes con la mayor

intensidad posible de un contenido, siempre elaborado por escritores

que se han dejado la piel en sus creaciones.

Nuestro objetivo, como editorial, es dar a conocer a escritores con una

productiva carrera literaria, ya sea por la calidad de las publicaciones

que acumulan en sus estanterías o por los premios que han reconocido

su valía, y a los que es necesario potenciar, difundir y situar entre los

referentes nacionales en sus respectivas especialidades.

Por supuesto, no nos olvidamos de las jóvenes plumas que también

merecen un espacio en el que mostrar sus talentosos trabajos.

Trataremos de dejar siempre nuestra mejor impronta pero si alguna vez

nos equivocamos, querido lector, no dudes en avisarnos y darnos tu

siempre bienvenida opinión.

El equipo de al margen editorial te desea una muy agradable lectura.

¡GRACIAS POR APOYAR LA LITERATURA DE CALIDAD!

Boris roza, Poeta.

Boris Rozas nace en Buenos Aires (Argentina). Es Licenciado en

Filosofía y Letras por la Universidad de Valladolid, ciudad en la que ha

transcurrido la mayor parte de su vida. Suele desenvolverse en la esfera

del verso, pero sin dejar de lado la narrativa o el ensayo, con el sano afán

de conservar la esencia de las dos orillas literarias que atesora.

Su faceta poética abarca hasta la fecha siete libros publicados, más

un octavo en preparación: Bagajes del alma (2004), Lleno del mar

(2005), Hemisferio Sur (2007), Huyendo de este jardín, me encontré con

el viento (2009), Ragtime (2012), Invertebrados (2014), La senda de las

espigas (Antología poética del autor, 2016), Primeras impresiones de un

hombre en la sala de autopsias (2016, en preparación). Pese a su

juventud, su obra aparece ya en numerosas antologías literarias, entre

las que podemos destacar: Poesía Española. Una Propuesta. De la

Generación del 68 a la del 2000 (2008), La Hora Sagrada. XIII Encuentro

de Poetas Iberoamericanos (2010), Corazón de Cinco Esquinas. Junta de

Castilla y León (2010) y Esta ternura y estas manos libres de Poesía

Hispanoamericana, homenaje al Centenario del natalicio de Julio

Cortázar (2014), etc.

Ha obtenido más de setenta galardones literarios hasta la fecha, de

entre los que podemos destacar: Primer Premio Internacional de Poesía

Pilar Fernández Labrador, Premio Sarmiento de Poesía 2007, Primer

Premio del XXXIII Certamen de Poesía Manuel Garrido Chamorro,

Accésit del Premio de Poesía Ángel Miguel Pozanco por la obra

“Hemisferio Sur”, dos veces finalista del Premio de Poesía Jaime Gil de

Biedma (2012 y 2015), Primer Premio de las XLII Justas Poéticas de

Laguna de Duero, Primer Premio de Poesía del XVI Certamen Poético

“Villa de Ermua”, Accésit del XXIII Premio Nacional de Poesía de

Peñaranda de Bracamonte, en dos ocasiones Accésit del Premio

Nacional Hernán Esquío de Poesía, “Botijo de Plata” en las XLVI Justas

Poéticas de Dueñas, “Bautismo de Recuerdo” auspiciado por el Excmo.

Ayuntamiento de Valladolid y la Casa de José Zorrilla, etc, etc.

Web personal del autor: www.borisrozas.com

Del autor.

Tiempo de detenerse por un instante a contemplar el camino

recorrido, con la mirada del que aún piensa que tiene casi todo por

recorrer: Valladolid, Salamanca, Segovia, Martos, Laguna de

Duero, Dueñas, Ferrol, Zaragoza, Barcelona, Ermua, Miami, Cali,

Peñaranda de Bracamonte, Avellaneda, Buenos Aires, Astorga, Segovia,

Islas Malvinas, Bilbao, Sevilla, Uruguay, Nueva York, Cuenca de Campos,

Méjico DF, León, Valladolid…

Por esta abierta e infinita senda de las espigas, discurren de la

mano el fuego del verso y la mirada poética del hombre que intenta

manejarse sutilmente a dos niveles: primero como padre y ser

humano, después como fiel hacedor de castillos en el aire o en papel

en blanco, seguro a estas alturas de que sólo existe la

incertidumbre.

Gracias a los que me animan a creer y seguir creyendo cada día.

La poesía es mi luz.

Boris Rozas.

La perenne ignorancia del ciprés

Primer Premio XV Concurso de Poesía del Barrio de Torrero, Zaragoza, año

2012.

Había olvidado las líneas rotas de una mano

quebrada por el agua

que derrama por la negra grieta de un hombre enterrado

en su nido de paja y trigo, hacia el amanecer del fin de semana

víspera de otro lunes de vergüenza envuelto en aire.

Emerge la duda a flote borrando la sonrisa, queda la llaga

que sujeta el alma por la negra grieta

de un hombre enterrado en el sudario de la existencia

eternamente en víspera de sí mismo.

Pudiendo amanecer a tu lado todos los días de mi vida

elegí la perenne ignorancia del ciprés,

hacerme de madera y ornamento

hombre rinconera, contracción de caracol

pudiendo amanecer

a tu lado y bañarme todos los días en tu orilla

hasta caer el sol desmantelado

a nuestros pies de barro y hojarasca.

Como una Sra. Dallaway cualquiera dijo que compraría las flores

ella misma,

descalza entre afilados cantos de tiempo

en recurrencia. Repintada en la mañana de ese martes

que tan poco le servía, rebusca en el fondo

de un armario hueco

como el amor

de un junio en decadencia.

Se enciende el mediodía a través de diminutos rayos que asoman

por entre las tiernas rosaledas del amor

en eclosión, una vez podados los recuerdos

de final de temporada. El pétalo gris de la noche

ha embalsamado nuestros cuerpos en aceite,

la rosa de té difumina tu esencia

hasta perderse

por las juntas de trapo de mi ausencia.

Como de ceniza en miércoles camino descalzo por la casa

de paja y trigo, rumiando este desamor

que sazona el día sin permiso. No encuentro el mando

a distancia de mi barco a la deriva

en busca de sirenas que apartar

de la ruta, no entiendo el canto de este mundo

varado en tu susurro

mientras me dimensiona la soledad.

No entiendo la métrica de este verso

hecho de afecto sucedáneo, de la tibia llama

de un amanecer equivocado,

pastoreo por entre las vueltas de tu pelo

para salvar los muebles de mi vida.

Confieso en esta iglesia de pasajes inéditos

que he pecado de exceso de confianza

al querer tomar las riendas de tu cara,

no hay misterio para este aspirante

sin Alejandrías que echarse a la boca,

tan sólo pan de oro

al tenerte entre las yemas,

caricias al agua en este ático sin gárgola.

A modo de última cena

este jueves vamos a reencontrarnos debajo

de la alfombra, a tirar juntos de la manta febril

del otoño,

vuelta y vuelta en un organismo sitiado

por la tarde que arrima el hombro

jadeante, ebrio de tanta rebaja

en una sangre ya picada.

Como una Sra. Dallaway cualquiera dijo que compraría las flores

ella misma,

alborotada por tanta nieve en la trastienda de los años

echada a suertes la forma del abismo,

tocando a muerte la campana

del invierno, no hay arena suficiente

para meterse en los bolsillos,

no hay arroyo tan profundo.

Pudiendo amanecer a tu lado todos los días de mi vida

elegí la perenne ignorancia del ciprés,

cimbré a viernes de madera amarillenta, rolando

a sotavento hasta encallar en tu mejilla,

pudiendo haber servido como almohada

para el vuelo

hinqué la rodilla en tu nuevo continente

descubrí tu cielo de rímel y acuarela.

Había olvidado las líneas rotas de una mano

quebrada por el agua

que cala la piel seca, hacia el amanecer del velo antropomórfico

que atraviesa los objetos sólidos

en vísperas de otro retorno del amante.

Me asalta la duda de quererte muy por encima

de un hombre enterrado en el sudario

de la existencia

eternamente en víspera de sí mismo.

Plaza Almagro

Botijo de Plata XLVI Justas Poéticas de Dueñas, Palencia, año 2012.

Dame la mano mientras duermes esta noche, la yema rota

de tu corazón dactilar acunará mis ansias de sobrevolar este día

hasta posarme en Plaza Almagro, la única plaza pública

de mi barrio,

sentarme en mi arenero a comulgar con las hormigas

mientras se entretiene el mediodía con mi boca seca,

harto de esperar

por la calesita que se llevaron en el traslado de Lima Oeste.

Volveremos a pie hasta nuestra primavera recién eclosionada

junto a la torre de Santa María de La Antigua,

tu tierno amor románico atraviesa todavía mi escudo

hasta desembocar en este mar de iglesias sin crucero

mientras se entretiene la medianoche con mi torpe discurso

de hombre continental, corazón al baño María

a punto de introducirse en otro más grande para juntos

llevarse al fuego hasta la orilla de este lecho

sin flores de otro mundo.

Dame la mano mientras sueñas con Os Pinos de tu Galicia

de atardeceres plomizos y playas sin rostro,

erosionada te vieron partir los robledales sinuosos

de hoja blanda, porque creciste en suelos más hermosos

te hiciste bosque atlántico en forma de “s”

mientras al final de la Castilla llana, harto de esperar

se ha detenido en tu mirada

un pájaro de envergadura y canto pelágico,

nidificado ante la cercanía del hombre

llegado del Pasaje de Drake

hasta posarse en Plaza Almagro, la única plaza pública

de mi barrio.

Tandoori

Botijo de Plata XLVI Justas Poéticas de Dueñas, Palencia, año 2012.

Cuando empiece a caer la tarde sobre la esquina alborotada

de la Tiergartenstrasse

nos buscaremos entre el arrulle de los tilos

en el corazón del mausoleo soviético al lado mismo

de las piedras-continente.

El perfecto chambelán teñido de rojo nos aguardará seguro

a las puertas

y no vamos a perder ni un minuto

en virar a proa este domingo de susurros.

Se avecina tormenta en el ocre de la tarde,

retuerce su cabeza el visitante

estremecido hacia el fragor que se abre paso

en la cúpula del Reichstag. Circula ya la tibia lluvia por las venas

de la Unter den Linden mientras el sol en el Mitte

esculpe ráfagas de vida a borbotones.

Se avecina tormenta en el quicio del verano

revienta la noche entre tus gárgolas de historia.

Plegando los brazos espero con impaciencia en el Arkaden,

mirando ropa cara de tejidos incomibles

sacando tiempo de la cartera, intuyo

tu tierna sombra rolando entre wifis

por el cielo de la Alexanderplatz, dibujando historias

con el contorno de la mano que ha escondido

el mañana bajo las sábanas de seda,

entre la dulce propina del ama de llaves

y los pétalos de centaureas azules.

Juntando palabras espero con impaciencia

frente al escritorio del Ritz, a que cese la tormenta,

quiero llevarte a la Potsdamer a cenar algo tandoori

mientras nos sobrepasan estrellas adolescentes

de ficción

en su efímero paseo por alfombras que nunca

languidecen, pose de foto fija, maquillajes,

no van a perder ni un minuto

en virar a proa nuestro domingo de susurros.

Creo que mañana lunes será el día,

cogeré la U2, dirección mi juventud, sólo para llegar

a la misma estación de siempre.

Invertebrados

I Premio Internacional de Poesía “Pilar Fernández Labrador”

Salamanca, año 2013.

En blanco y negro la mosca pegada a la pared

ve pasar con ojos compuestos

los días rebobinados en seda sensorial,

atrapa siluetas al agua

bajo el signo del libre albedrío de los invertebrados.

Un Kafka metropolitano me ha advertido

esta mañana, tú no eres Yerba amarga,

a pesar del hastío de tus versos,

en blanco y negro

la mosca pegada a la pared

dibuja instantes con halterios inventados

habilidad para escapar,

especie de insecto con lentes de aumento

que recorre la vida

a gritos

bajo el habito cansino de los invertebrados.

El extranjero

I Premio Internacional de Poesía “Pilar Fernández Labrador”

Salamanca, año 2013.

No soy el príncipe Mishkin

envuelto en sus medias verdades

ante el grueso patíbulo del eterno padecimiento

pero siempre quisiera sentirme protegido

ante lo efímero, no obstante

prendo fuego a mi vida cada verano

arropado por el sol determinista

que finge arder los campos, y campo

a mis anchas por el filo del olvido

me siento vigía entre campanarios,

campanarios de melancolía.

No soy el extranjero de Camus

pintando días de menos

frente al verso reconcomido por el aire

pero si por poder pudiera

pasar inadvertido, pasaría

de puntillas

bajo el cielo de esta tierra

corazón en la llanura

del molino, me siento

vigía entre invernaderos,

cementerios de melancolía.

Radio Tristeza

Finalista del XXII Premio de Poesía Jaime Gil de Biedma, año 2012.

XXXIII Certamen de Poesía Manuel Garrido Chamorro, Martos, año 2012.

Dicen que escucha por las noches el blues frío

de la Radio Tristeza,

mientras sacude las viejas gárgolas

del Top of the Rock. Más otoño

que se le viene encima.

El corazón

salió hace tiempo

de reconocimiento, en limo en blanco

marfil,

dejando para siempre el alma

por el viejo Nueva York.

Was my idea,

me suele decir siempre. Más otoño

que se le viene encima.