La revolución Rosa en Georgia

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LA REVOLUCIN ROSA EN GEORGIA marta gómez córcoles seminario de ‘conflictos intra e interestatales’ programa de doctorado ‘Golpes de Estado y cambio político’ departamento cc. políticas y administración II universidad complutense. curso 2008 – 2009

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Análisis de los acontecimientos que provocaron una de las revoluciones de terciopelo que han tenido lugar en Europa en el siglo XX.

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LA REVOLUCI�N ROSAEN GEORGIA

marta gómez córcolesseminario de ‘conflictos intra e interestatales’

programa de doctorado ‘Golpes de Estado y cambio político’departamento cc. políticas y administración IIuniversidad complutense. curso 2008 – 2009

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INTRODUCCIÓN

El territorio de Georgia ha pasado por diferentes etapas, en la queha formado parte de diferentes reinos e imperios. Esa situación haprovocado la fusión de etnias e identidades que a día de hoy provocan lamayor parte de conflictos en la zona. Además, por supuesto, de lasituación geoestratégica que ocupa en la actualidad, y en la queintervienen otros muchos actores internacionales, que no facilitan laresolución de los conflictos, sino que la empeoran. Por ese motivo, meremontaré a la historia moderna de Georgia, para contextualizar y resaltarlos momentos históricos que han marcado los sucesos más recientes.

En la segunda mitad del siglo XVIII Georgia fue entrando en la esferade influencia de Rusia, mientras formaba parte del imperio Tártaro. Graciasal tratado de Gueorguievsk, en 1783, Rusia estableció su protectoradosobre Georgia oriental, y en 1801 fue anexada al imperio ruso. El resto de lazona, correspondiente al territorio de Tiflis, (actual Tbilisi), en Georgiaoccidental, se incorporó en la segunda mitad del siglo XIX. Las provinciasgeorgianas fueron incorporadas a Transcaucasia, donde el gobierno eraejercido por un virrey designado por el zar.

La anexión forzada a Rusia trajo una serie de consecuenciasnegativas en la vida de los georgianos. La lengua autóctona fue eliminadade los documentos administrativos, prohibida de la literatura y en lasescuelas, para ser sustituidas por el ruso. La iglesia católica fue sustituidapor la ortodoxa. Paralelamente, el zarismo promovió el asentamiento decolonos rusos en todas las ciudades georgianas, con lo que se reforzaronlos movimientos revolucionario en Georgia, con tendencia nacionalista,populista y socialdemócrata marxista1.

Al estallar la Primera Guerra Mundial, los combates entre Rusia yTurquía se desarrollaron en el Cáucaso. Los georgianos formaron unalegión para combatir al lado de los turcos. En febrero de 1917, en la nuevaola de rebeldía desatada por la política de guerra y el hambre, los pueblosdel Cáucaso derribaron el régimen zarista. Y en abril de 1918, en Tiflis, elgobierno unificado de Transcaucásia anunció su separación de la RusiaSoviética. El 26 de Mayo de 1918, Georgia proclamó independencia,aunque Moscú no lo reconoció hasta dos años más tarde.

Entre 1918 y 1920 las tropas alemanas, turcas e inglesas, quebuscaban derribar el régimen socialista entraron en Georgia, hasta que enfebrero de 1921, el ejercito rojo ocupó el territorio y estableció el podersoviético en Georgia de nuevo. El 25 de febrero de 1921 fue proclamada laRepública Socialista Soviética (RSS) de Georgia, integrada a su vez por larepública autónoma de Abjasia, lo que generará una serie de problemasque a día de hoy todavía no se han resuelto.

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Durante los años siguientes, Georgia sufrió una serie de bruscoscambios que marcaron fuertemente las políticas, tanto nacionales, comointernacionales respecto a Rusia.

En marzo de 1921 se rompió el tratado de paz entre la FederaciónRusa y Turquía, y como consecuencia, ésta tuvo que ceder Batumi y laparte norte de Adzharia, que también fue integrada como repúblicaautónoma a Georgia. Al año siguiente, Georgia, Azerbaiyán y Armeniafueron reagrupadas en la federación Transcaucásica, y un mes después seformó la región autónoma de Osetia del Sur, como parte de Georgia.

Mientras tanto, en Rusia, Stalin ocupó la secretaría general delpartido comunista de la unión soviética (PCUS) en 1922 y, tras de la muertede Lenin, se convirtió en el máximo dirigente del partido y jefe de la URSSdesde 1928 en adelante. La actuación de Stalin en Georgia fue bastantedura y rutinaria, al igual que en los diferentes territorios de la unión.

Varias décadas más tarde, en 1953, tras la muerte de Stalin, Moscúdesigno jefe de la policía en Tiflis a Eduard Shevardnadze, un georgianohasta entonces dirigente de la Juventud comunista (KOMSOMOL), que seconvertiría en primer secretario del partido comunista en 1972. Este sucesoproducirá un resurgimiento del nacionalismo, expresado principalmentepor defensa de la lengua georgiana y en actos de sabotaje.

Shevardnadze permaneció al frente del partido comunista y delgobierno de Georgia hasta 1985, cuando fue llamado como ministro derelaciones exteriores de la URSS. Después del cambio introducido en laescena política soviética por el presidente Gorbachov, en Georgiasurgieron muchos movimientos y partidos reivindicativos de laindependencia del país, que consideraban hasta entonces perdida desde1921, con la instauración del poder soviético.

Tras la caída del muro de Berlín, la idea de unión soviética empezó adifuminarse entre las fuerzas nacionalistas y separatistas de aquel bastoterritorio, y aunque el ejército intentase negarlo, las revueltas eranconstantes.

El 9 de abril de 1989, en Tiflis, el ejercito rojo disolvió un mitin en laplaza central, que exigía la secesión de Georgia en base al artículo 72 dela constitución de la URSS. El 28 de octubre del año siguiente, durante laselecciones para el parlamento (soviet) de la República Socialista Soviéticade Georgia obtuvo la victoria el bloque de partidos Mesa Redonda-Georgia Libre, liderada por Aviad Gamsajurdia, un opositor al régimensoviético, de línea claramente separatista. El periodo de gobierno deGamsajurdia agudizó gravemente los problemas interétnicos. Lo primeroque hizo en su mandato fue cambiar su nombre por el de República deGeorgia, y mientras tanto, la región autónoma de Osetia del sur seproclamó república independiente. Ante los hechos, el soviet de Georgiaanuló la decisión, decretó estado de emergencia y organizó el bloqueo dela región. La continuidad de enfrentamientos entre guerrilleros de Osetia y

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tropas del interior de Georgia provocó que en abril de 1991 el sovietaprobara el acta de independencia. Pero a la vez, se inició una luchaentre los partidarios del presidente Gamsajurdia y la oposición dirigida porIoseliani y Kitovani, comandante de la Guardia Nacional. Después desucesivos ataques y manifestaciones, el 6 de enero de 1992 se produjo ungolpe de estado por parte de los soldados Kitovani, que terminó con elexilio de Gamsajurdia a la República Autónoma de Chechenia, cuyopresidente, Dudaev, compartía con él el objetivo de separarse de laFederación Rusa.

La guerra civil se desarrolló hasta el año 1992, cuando el ex cancillersoviético, Shevardnadze regresó al país para hacerse cargo de lapresidencia del Consejo de Estado, máximo organismo del gobiernogeorgiano, por delegación del Consejo Militar, hasta la celebración deelecciones.

Como un primer paso, Shevardnadze declaró que su paísnormalizaría las relaciones con la comunidad internacional y daríapreferencia a las Ex Repúblicas de las Ex URSS, aunque no se incorporaríade inmediato a la comunidad de Estados Independientes (CEI). Por otraparte, los enfrentamientos con las regiones separatistas no encontrabansolución, porque eran supervisados por los contingentes rusos, pero a suvez, Gamsajurdía organizaba la resistencia desde Chechenia. Tras variasofensivas de la resistencia abjasa, los georgianos empezaron a perderfuerza, pero consiguieron salir vencedores gracias a la ayuda de las tropasrusas. Como agradecimiento, Georgia ingresó en la CEI, pese a los variosacercamientos de Tiflis con la OTAN. Todos estos acontecimientosprodujeron una grave crisis económica, que desencadenó una fuertebajada de la producción industrial y reducciones en la venta de gas. Afinales de noviembre, Tiflis no contaba con calefacción, electricidad niagua corriente2. A pesar de todo esto, los georgianos veían aShevardnadze como la única alternativa frente a la anarquía reinante; y alno estar retado por ningún otro aspirante, fue elegido con un amplio 95%de votos en las elecciones.

LLEGAN LOS CAMBIOS

En aquel momento, Shevardnadze necesitaba ayuda para levantarsu Estado. Además, él era conciente de la situación privilegiada que teníaGeorgia. Por ese motivo, intentó salir adelante mediante diferentesnegociaciones paralelas entre las dos potencias mundiales del momento,Rusia y EE.UU.

Por una parte, Shevardnadze deseaba obtener cuanto antes elreconocimiento de Estado independiente por parte de la comunidadinternacional, y para ello debía desvincularse lo máximo posible de Rusia, yacercarse progresivamente a Europa. En 1992, Georgia ingresó en la

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Conferencia de Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE), y entró aformar parte de la ONU. Shevardnadze otorgó también prioridad a lapreservación de la unidad y seguridad nacionales, en un intento desufragar por completo todos los movimientos separatistas.

Otra de las medidas que llevó a cabo el veterano político fuereclutar a georgianos intelectuales con experiencia en el extranjero paraprestar un servicio patriótico en un momento tan difícil para Georgia. Y allíestaba Mijeil Nikolozsidze Saakashvilli, un joven abogado originario deGeorgia, que acababa de doctorarse en la Universidad de Columbia, enNueva York y ejercía la profesión en los mejores bufetes neoyorquinos.

En el año 1995, con apenas treinta años de edad, Saakashvilli fueuno de los 106 candidatos de la SMK, (Unión de Ciudadanos de Georgia),un nuevo partido creado por Shevardnadze para impulsar medidas decorte liberal, con el fin de mejorar la situación económica.

Y efectivamente, la situación económica mejoró en 1995. En losprimeros once meses del año, la producción industrial aumentó un 20%. Enagosto, el parlamento aprobó una nueva constitución, que definió aGeorgia como una república presidencial. En noviembre, Shevardnadzetriunfó en los comicios presidenciales, mientras que su partido, La Unión deCiudadanos de Georgia, consiguió 124 de los 235 escaños del parlamento.Desde un principio, Saakashvilli ganó notoriedad como jefe del Comitéparlamentario sobre asuntos legales y Constitucionales. Entre sus objetivos,el joven fue encargado de reformar el código electoral, establecer unsistema judicial independiente, abolir la pena de muerte y crear unasfuerzas del Estado despolitizadas.

En su afán por denunciar la corrupción, llegó a dirigir acusaciones deeste tipo hacia algunas de las principales autoridades de Tbilisi, y miembrosdel Gobierno. Pero Shevardnadze continuaba protegiéndolo con un celocasi paternal, sin advertir siquiera que Saakashvilli pronto se revelaría comosu máximo rival político.

Saakashvilli fue elegido jefe del grupo del partido en el Parlamentonacional en agosto de 1998 y el 4 de octubre de 2000 Shevardnadze lonombró ministro de Justicia, pese a sus continuas acusaciones decorrupción al resto de autoridades de la esfera política georgiana.

Shevardnadze, convencido de que "o destruimos a la corrupción, o lacorrupción nos destruye a nosotros", le convirtió en el centro de su nuevacampaña para depurar a los funcionarios deshonestos, la cual se cobró susprimeras destituciones en el sector energético, plaza fuerte del soborno y eltráfico de favores3. Sin embargo, Saakashvili no presentaba el perfil de uningenuo que desconociera los usos y costumbres de la cultura políticalocal, ya que había constancia de que estaba levantando una urdimbreprivada de influencias y mecenazgos, indispensable para sostener lasambiciones políticas en un sistema como el que les precedía en Georgia.Incluso en ocasiones, fue él el propio acusado de corrupción por algunos

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periodistas. Pero al margen de las polémicas, Saakashvili reflejó un talantenacionalista y antirruso en sus duros reproches a la política georgiana delGobierno de Moscú, que se resistía a retirarse de las bases militaresconcedidas por Shevardnadze en el Tratado bilateral de Amistad yCooperación de febrero de 1994 (firmado después de la decisivaintervención militar rusa que derrotó a la rebelión armada deGamsajurdia), daba alas al autogobierno, soberano de hecho, de lasrepúblicas autónomas de Abjazia y Adzharia, y de la abolida regiónautónoma de Osetia del Sur y exigía a Tbilisi con tono de ultimátumprebélico que expulsara de su lado de la frontera a grupos decombatientes chechenos calificados de terroristas.

Paralelamente, Saakashvili aprovechó sus competencias ministerialespara dejar una excelente huella en la administración republicana deEstados Unidos. De esta forma, consiguió sobrellevar un diálogo bilateralen cuestiones de seguridad con su homólogo en el Gobierno deWashington, el fiscal general John Ashcroft, y con el director de la CIA,George Tenet.

A mediados de 2001 las encuestas de opinión indicaban queSaakashvili era el miembro del Gobierno más popular, por delante deShevardnadze. En torno a él, giraba una profusión de especulaciones sobreuna aspiración del responsable de Justicia a la nominación por la SMK desu candidato a las elecciones presidenciales de 2005, a las que el exministro soviético de Exteriores no podía presentarse porque la Constituciónde 1995 le impedía el tercer mandato consecutivo.

GESTANDO LA REVOLUCIÓN

En agosto de 2001 Saakashvili provocó el enésimo revuelo político conel borrador de un proyecto de ley anticorrupción que facultaba al Estadopara confiscar bienes raíces o de capital a servidores públicos que nofuesen capaces de justificar el origen de su patrimonio. Saakashviliacompañó la presentación de la propuesta con fotografías de lujosasmansiones propiedad de miembros del Gobierno, cuyos salarios nocuadraban con los costes de las obras. Con esta propuesta, Saakashvilidebió extralimitarse a los ojos de Shevardnadze, quien desestimó elborrador de ley porque, a su entender, violaba el principio de presunciónde inocencia y favorecería un desbarajuste de denuncias por presuntopatrimonio indebido contra miembros del Ejecutivo y con probablesmotivaciones políticas detrás. Este conflicto precipitó la ruptura deSaakashvili con el régimen. Así, el 19 de septiembre de 2001 presentó ladimisión como ministro de Justicia con la explicación de que le parecía"inmoral" seguir formando parte de un Gobierno que era "incapaz decumplir las promesas electorales de erradicar la corrupción", advirtiendo

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que, de continuar el presente estado de cosas, Georgia se convertiría en"un enclave criminal en uno o dos años".

En esos dos años, Saakashvili organizó su propia fuerza política con unideario de tipo nacionalista (prooccidental y más exactamente proestadounidense) y derechista. Tras varios cambios en la nomenclatura, ycon vistas a las elecciones municipales previstas para el mes de junio, el 7de mayo de 2002, Saakashvili constituyó el bloque Movimiento Nacional-Frente Democrático (EMDP), en el que se dieron cita el AEM, el PartidoRepublicano de Davit Berdzenishvili, la Alianza de Poderes Nacionales yalgunos tránsfugas recientes del bando de Shevardnadze. El EMDP,volatilizó las expectativas alumbradas por el entorno presidencial de queentablara una oposición constructiva o moderada. Como eslogan para lacampaña, el EMDP acuñó nada menos que ‘Georgia sin Shevardnadze’,toda una declaración de intenciones de confrontación ante su mentor yahora nuevo opositor.

Aquellos comicios constituyeron un anticipo a menor escala de lo queiba a suceder en las legislativas nacionales del año siguiente: caosorganizativo, denuncias de fraude e impugnación de los resultados por lospartidos descontentos. Al EMDP la Comisión Electoral Central (CEC) leconcedió el 24% de los votos y el segundo puesto tras el Partido LaboristaGeorgiano (Shromis) de Shalva Natelashvili, que le superó en un puntoporcentual. La dispersión del voto de los partidos opositores y lasreclamaciones de nuevos escrutinios impidieron la formación de laAsamblea de la capital hasta que hábilmente, Saakashvili llegó a unacuerdo con algunos mandatarios laboristas electos que le permitió serinvestido presidente asambleario, para convertirse después alcalde dehecho de Tbilisi el 4 de noviembre.

En el arranque de 2003, año de elecciones legislativas, Saakashviliredobló sus ataques a Shevardnadze y calentó el ambiente con su oratoriaradical, muchas veces manchada de populismo. Entre sus argumentos,Saakashvili expresó su apoyo a los veteranos de la guerra de Abjazia,exigiendo la retirada de las fuerzas de interposición rusas, desplegadas allídesde el acuerdo de alto el fuego de 1994, y adjudicó a su antiguo mentorun supuesto plan de reconquista militar de la rebelde república autónomacomo pretexto para suspender los comicios. Según explicaba, siShevardnadze y sus incondicionales recurrían a la dictadura o a la guerracivil con tal de no dejar el poder, las fuerzas democráticas no iban a tener"otra alternativa que la violencia" en su envite para remover al régimen.Mientras calentaba el terreno electoral, en una serie de viajes aEstrasburgo y Estados Unidos, el dirigente movimientista se encargó deprevenir al resto de actores internacionales ante un fraude masivo en lacita electoral de otoño.

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EMPIEZA LA REVOLUCIÓN

El 3 de junio de 2003 Saakashvili compareció en Tbilisi junto a otrosdirigentes de partidos georgianos como Zhvania, de ‘Los DemócratasUnidos’, Ivane Mamuka Giorgadze, del Partido Popular, y Akaki Asatiani, dela Unión de Tradicionalistas Georgianos, en un demostración pública frenteal edificio del Parlamento para anunciar la creación del Frente deResistencia Unida y exigir la renuncia de Shevardnadze como la mejorgarantía de unos comicios sin fraude.

Aunque en un primer momento la decisión fue consensuada, mástarde quedaron de manifiesto las diferencias de talante entre algunoslíderes opositores más moderados, incluido Zhvania, que apostaban poruna protesta pacífica de corte cívico, y Saakashvili, quien, emocional ybronco, arengó a los asistentes a irrumpir en el Parlamento. En agosto,militantes del ENM se enfrentaron a golpes con miembros de la Unión delRenacimiento Democrático (DAK), la formación generada por el dirigentede Adzharia, Aslán Abashidze, político ambiguo que no estaba ni conShevardnadze ni con la oposición georgiana, entre imputaciones aSaakashvili de echar mano a fondos municipales para financiar su partido.

Esa campaña electoral del 2 de noviembre de 2003 estuvo plagadade tensiones, encontronazos violentos entre militantes de formacionesrivales, acusaciones cruzadas entre Gobierno y oposición de recurrir a lasprovocaciones, y los constantes avisos por Saakashvili de que el oficialismoestaba organizando un fraude electoral, cosa que no estaba del todoalejada de la realidad.

A pesar de las advertencias, la jornada electoral transcurrió plagadade incidentes y denuncias de una organización caótica, con importantesviolaciones del procedimiento, como la ausencia del nombre deSaakashvili el padrón de su colegio electoral en Tbilisi. Partidos opositores ymonitores electorales notificaron intimidaciones por desconocidos, rupturasde urnas y robos de papeletas en diversos puntos del país. Los primerosresultados del recuento pusieron en cabeza al bloque pro presidencial Poruna Nueva Georgia (AS, formado entre los restos de la SMK y el PartidoSocialista, la Unión Cristiano Demócrata y otras agrupaciones), a pesar deque encuestas preelectorales conducidas por medios no oficiales habíanotorgado una clara victoria al ENM.

Shevardnadze, por su parte, consideró que había sido una de laselecciones más limpias y transparentes de la historia de Georgia, y sedeclaró listo para cooperar con todas las fuerzas políticas que obtuviesenrepresentación parlamentaria. Los monitores de la OSCE y el Consejo deEuropa, con su mesura habitual a la hora de valorar los procesoselectorales georgianos, hicieron constar en sus pronunciamientospreliminares varias deficiencias al amparo de los estándaresinternacionales.

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Saakashvili entonces no dudó en anunciar que le habían robado laselecciones. La lucha frontal contra Shevardnadze había llegado a su puntomáximo y el 4 de noviembre, ante unos cuantos miles de partidariosconcentrados en la capital, el líder nacionalista emplazó a Shevardnadzea dimitir en un plazo 24 horas, o de lo contrario afrontar una revolución.

El 9 de noviembre la CEC publicó resultados con el 90% del votoescrutado y correspondientes al sistema proporcional: el AS obtenía unaexigua mayoría simple con el 21,1%, seguido por la DAK con el 19,6% y elENM con el 18,2%. A mayor distancia se situaban el Partido Laborista, losDemócratas, el Partido de los Nuevos Derechos y Unidad, este último bajoel umbral 7%, más tarde convertido en extraparlamentario.

El mismo día 9 Saakashvili, junto a los dos principales líderesgeorgianos, Zhvania y Burdzhanadze, se reunieron con Shevardnadze,quien les había instado al diálogo. Pero las conversaciones no sirvieronpara nada, y a su término Saakashvili, frustrado, volvió a arengar a sushuestes y llamó a la desobediencia civil. El 12 de noviembre fracasó otraronda de conversaciones, y a partir de este momento, las manifestacionesorquestadas por Saakashvili fueron diarias y sus asistentes empezaron acontarse por decenas de miles.

El 20 de noviembre la CEC publicó los resultados finales, que diferíanen muy poco de los datos facilitados el día 9 en cuanto a los porcentajesde voto, sólo que ahora se conoció el reparto de los escaños. Al bloque ASse le otorgaron 57 diputados, que añadidos a los 39 de la DAK, los 16electos con la etiqueta de independientes y los 11 de Abjazia (cuyosmandatos habían sido prorrogados automáticamente desde 1992),conformaban un teórico bloque pro presidencial de 139 legisladores, conlo que Shevardnadze obtenía una vez mas la mayoría absoluta. Por otraparte, la CEC adjudicaba al partido ENM el 18,8%, el mismo porcentajeque la DAK, pero tres escaños menos, quedándose con un total de 36.Saakashvili rechazó estas cifras y afirmó que no iba a participar en unParlamento ilegítimo.

El 21 de noviembre, en la víspera de la sesión constituyente delLegislativo electo, Saakashvili dio un ultimátum a Shevardnadze para quedimitiera literalmente "sin derramamiento de sangre" y exhortó a los policíasy soldados que protegían los edificios institucionales de la capital a unirse alas revueltas. El rumor que circulaba en aquellos momentos era queShevardnadze se disponía a nombrar a Abashidze presidente delParlamento como primer paso de un proceso que culminaría con lasucesión en la jefatura del Estado por el intrigante líder adzhario.

Pero los acontecimientos se precipitaron el sábado 22 de noviembre.Minutos después de iniciarse la ceremonia de constitución de la Cámaracon la participación de Shevardnadze y los diputados electosprogubernamentales, centenares de seguidores de Saakashvili rompieronlos cordones policiales y asaltaron el edificio. Un grupo de enfurecidos

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ciudadanos consiguió irrumpir en el hemiciclo profiriendo consignasnacionalistas y se adueñó de la tribuna sin que nadie se atreviera ahacerles frente.

Shevardnadze fue sacado a toda prisa de la Cámara, y una vez quefue trasladado a un lugar seguro, declaró el estado de emergencia entodo el país por 30 días y calificó el episodio vivido de golpe de Estadoarmado. Como primer paso, Burdzhanadze hizo uso de su condición depresidenta del Parlamento saliente para declararse jefa del Estadoprovisional como consecuencia de la imposibilidad de confirmar lacapacidad de Shevardnadze de cumplir sus funciones.

Saakashvili entró en el Parlamento con pose triunfalista, mientras en lacalle se enzarzaban a golpes sus partidarios y los de Shevardnadze,anunciando que una revolución pacífica había terminado con undictador. Mientras, la cancillería del Estado, sede de la Presidencia, cayótambién en manos de los insurrectos.

Ante todos estos acontecimientos, Shevardnadze se mostró dispuestoa resistir, pero a menos que las fuerzas del orden impusieran por la fuerza sudecreto del estado de emergencia, lo que garantizaría una violencia deincalculables consecuencias, su poder podía darse por perdido. Además,esta peligrosa situación empezó a atraer la atención de la comunidadinternacional, especialmente de Rusia, los países vecinos, Estados Unidos yla Unión Europea (UE).

A primera hora de la tarde del domingo 23 Saakashvili amenazó conlanzar a sus tropas revolucionarias contra el complejo residencial deKrtsanisi, donde se encontraba el presidente custodiado por tropas yblindados. Pero en lugar de esa peligrosa maniobra, Saakashvili optó poracudir él mismo, para entrevistarse con el atrincherado junto con Zhvania eIvanov. Tras una hora de reunión, Shevardnadze reapareció para anunciarsu dimisión, puesto que no quería ser partícipe de ningún derramamientode sangre.

Así transcurrió la llamada revolución de terciopelo georgiana, tambiénllamada la revolución rosa por las flores que llevaban los manifestantes enlas manos. El derrocamiento de un presidente, y además, de todo unrégimen sin provocar un solo muerto, supuso un hecho insólito en laComunidad de Estados Independientes (CEI), y más todavía en laturbulenta Georgia. Un mérito que debió asignarse a los dos bandosenfrentados, pero sobretodo meritorio porque elevó al liderazgo nacionalal clamoroso triunfador de las jornadas, Mijeil Saakashvili4.

A partir de aquí, las cosas fueron algo más fáciles. Hasta lacelebración de elecciones presidenciales anticipadas, para el 4 de enerode 2004, Saakashvili permaneció como candidato conjunto a laPresidencia de la República, dejando el poder en manos de un gobiernoprovisional formado por Burdzhanadze, como presidenta en funciones yZhvania, como secretario de Estado. En cuanto a las elecciones

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legislativas, el 25 de noviembre la Corte Suprema anuló los resultadoscorrespondientes a los 150 escaños elegidos por el sistema proporcionalsobre listas de partidos.

Hasta la nueva cita con las urnas el clima de optimismo, gracias a lasprevisiones y encuestas, se vio perturbado en algunos momentos porciertos sectores, como el universitario, que se echaron una vez más a lascalles protestar contra la próxima dictadura que veían venir, denunciandoen primer lugar la caza de brujas que se estaba llevando a cabo contra lasautoridades académicas de la Universidad Estatal de Tbilisi. Loscongregados señalaron en particular a la organización ultra nacionalistajuvenil Kmara! (¡Basta!, en georgiano), a la que acusaron de haberseconvertido en la guardia revolucionaria del ENM, y de haber intimidadohasta forzarlos a dimitir al rector de la Universidad y al decano de laFacultad de Periodismo. Como contundente respuesta, Saakashvili seacercó hasta la Universidad, se encaró con los estudiantes y les amenazócon movilizar a 100.000 personas cuyos gritos serían capaces de acallarlos.Por otra parte, los partidos de la antigua AS, la izquierda en pleno(laboristas, socialistas y comunistas), parte del centroderecha(tradicionalistas y nacional demócratas) y la DAK de Abashidze rehusaronpresentar candidato y, con diferentes matices, se negaron a participar enun proceso que iba a otorgar un formidable manto de legitimidad populara quien les parecía un inquietante demagogo o incluso un cripto fascista.

El 4 de enero los sondeos se quedaron cortos y Saakashvili arrasó conel 96,3% de los sufragios a sus cinco rivales: Teimuraz Shashiashvili, exgobernador regional; Roin Liparteliani, líder del partido Sociedad de Davitel Constructor; Zaza Sijarulidze, dirigente de la Unión de los Hijos de Dios;Kartlos Gharibashvili, presidente de la Asociación Nacional de Juristas yveterano de la presidencia entre 1995 y 2000; y, Zurab Kelejsashvili, de laorganización política Mdzleveli.

Saakashvili se encontró con tres méritos añadidos que redondearon suextraordinaria victoria, que si no hubiera ocurrido en la plural Georgiaparecería propia de un sistema dictatorial de candidatura plebiscitaria. Elprimero de ellos fue el elevado índice de participación, que llegó al 88%,con más de un millón y medio de georgianos en las urnas. El segundo, lacertificación local e internacional de los comicios, con mucho los mástransparentes y limpios de los celebrados en la última década. Y por últimoel anuncio hecho por Shevardnadze a la salida de su colegio electoral deque había votado por el hombre que le defenestró, ya que, si bien carecíade experiencia, le parecía una persona inteligente, con iniciativa, y talentopara contactar con la gente, por lo que estaba listo para ofrecerle todoslos sabios consejos y la cooperación que precisara5.

En los días previos a la toma de posesión de su mandato quinquenal,Saakashvili sabía que recibiría un país semi desmembrado, dependiente delos suministros energéticos de Rusia, fuertemente endeudado y socialmente

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maltrecho por el elevado paro y la pobreza que golpeaba a más de dosterceras partes de la población, enfatizó los ejes principales de su agendade gobierno. Entre sus promesas, prometió luchar sin cuartel contra elcrimen organizado y la corrupción, adoptando a corto plazo una serie demedidas especiales para erradicar a las bandas de delincuentes y a losclanes criminales especializados en el secuestro y la extorsión. En elsegundo frente, esbozó una nueva legislación anticorrupción de la que nodio detalles, tan sólo que tal propuesta podría confiscar y poner a la ventatodas las "dachas", o lujosas mansiones que se habían construido losmiembros del Ejecutivo, incluida la residencia presidencial de Krtsanisi.Tampoco faltó el compromiso de elevar los lamentables estándares devida de los georgianos con la mejora de los servicios de electricidad yagua, la red de carreteras y el sistema de salud. En general, Saakashvilibuscó convencer a la población de que con él al mando, el país tendríauna gestión gubernamental más enérgica, solvente y eficaz, y de que elEstado sabría aprovechar mejor la baza estratégica de que disponíaGeorgia: su condición de país de tránsito entre Occidente y Oriente, comopasillo de mercancías en la vasta plataforma euroasiática y ramal deexportación del petróleo de Azerbaiyán y del gas de Asia central, a travésde la ruta terrestre hacia Turquía (el Oleoducto Bakú-Tbilisi-Ceyhan, en fasede construcción y con posible entrada en servicio a comienzos de 2005) ylas rutas marítimas con término en los puertos de Ucrania y Rusia.

En cuanto a las políticas territorial e internacional, Saakashvili insistió enla importancia de que abjazios, sudosetios y adzharios pusieran fin a sussecesiones de facto y se sometieran al Gobierno nacional, aunque noofreció a las inquietas autoridades de Sujumi, Tshjinvali y Batumi ningunafórmula de integración o de autogobierno con base normativa, ya quepara ello tenía que pasar por una reforma de una Constitución queasestaría un duro golpe al tipo de Estado centralizado6.

Saakashvili tenía claro que la solución del problema separatista y elretorno a sus hogares abandonados en el 93 por los miles de refugiados deAbjazia de etnia georgiana pasaba por Moscú, así que se mostró abierto ainaugurar una nueva era en las relaciones bilaterales en la que los dospaíses deberían tratarse en un plano de equilibrio, sin avasallamientos ycon actitud cooperativa. Georgia aceptaba el principio de lacolaboración antiterrorista, incluso la vigilancia conjunta de sus fronterasexteriores para impedir la infiltración de guerrilleros chechenos,mercenarios o islamistas subversivos de otros países, pero deseaba acambio la retirada de las dos últimas bases militares que Rusia manteníadesde 1994, las de Batumi y Ajalkalaki.

Las relaciones de buena vecindad con el poderoso vecino eslavofuncionaban de acuerdo a un trato de privilegio con Estados Unidos yEuropa occidental, sin renunciar, por supuesto, al ingreso algún día no muylejano en la OTAN y la UE.

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Durante la ceremonia de la inauguración de Saakashvili comopresidente, se podían apreciar muchos símbolos cargados denacionalismo, alocuciones grandilocuentes y la fuerza mediática de unlíder que se movía ante las cámaras de televisión como pez en el agua.Detractores locales y observadores foráneos detectaron los signos de unosincipientes culto a la personalidad o megalomanía del político. Al díasiguiente, el 25 de enero, Mijeil Saakashvili tomó posesión de la Presidenciaen el Parlamento de Tbilisi con la jura ante la Constitución. En el acto seizaron la nueva enseña nacional, consistente en una cruz de San Jorgecubierta por cuatro cruces igualmente rojas7, y la bandera de la UE.

En su discurso inaugural, Saakashvili planteó la necesidad de formar unEjército nacional fuerte, trazando el objetivo de hacer de esa nación unademocracia modélica para todo el Cáucaso. Además, agradeció aEstados Unidos su ayuda, la cual afirmó, que el país no olvidaría. Y porúltimo tendió la mano a Rusia, porque según sus palabras, Georgianecesitaba de su amistad. En la tribuna de autoridades invitadas al eventose encontraban el ministro ruso Ivanov y el secretario de Estado ColinPowell. Por su parte, este último anunció que Estados Unidos iba aconceder ese mismo año 166 millones de dólares en asistencia, comoprimera medida de la manifiesta inclinación de la administración deGeorge W. Bush hacia el flamante nuevo gobierno de Saakashvili.

GEORGIA Y EL PETRÓLEO EN LA ACTUALIDAD

Pero la verdadera razón del colapso del régimen fue la"independencia" de Georgia sobre bases capitalistas que sólo hasignificado guerra, miseria y desempleo, oficialmente la tasa de paro es del17 por ciento pero la cifra real es mucho más elevada. La nueva Georgiacapitalista e independiente combina las características del antiguorégimen burocrático. Desde la caída de la URSS el Cáucaso se ha convertido en el centrode interés entre Rusia, EEUU y Turquía por el control de sus recursos y riquezapetrolera. Georgia ocupa la posición clave, ya que se encuentraestratégicamente en el Mar Negro, al sur de Rusia y al norte de Turquía. Laanterior república soviética es el lugar por donde pasa un importanteoleoducto desde el mar Caspio hasta Turquía.

La victoria de Saakashvili, que tardó más de una semana enconfirmarse, ha sido tan clara que nadie se ha atrevido a cuestionarla. Taly como anticipaban las encuestas previas, ningún otro candidato se haacercado a Saakashvili.

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¿PORQUÉ TRIUNFÓ LA REVOLUCIÓN ROSA?

De acuerdo a las teorías sobre golpes suaves, ningún gobierno, pormuy dictatorial que sea, se puede resistir ante una población desafiante ymovilizada de manera continua alrededor de una serie de objetivossuperiores y que los defienden de forma pacífica. Algunas de estasrevoluciones recientes, como la de Serbia, con el derrocamiento deSlobodan Milósevic en año 20008, o el caso de Georgia y el fin delmandato de Eduard Shervarnadze han creado a su alrededor un mito degolpes suaves que abanderan la justicia y la salvación de los pueblos. Peroen realidad, estos golpes de estado ‘tranquilos’ no están tan lejos de lospoderosos jefes de Estado convencionales.

En estos países la receta del golpe suave fue aplicada combinandoacusaciones de autoritarismo, corrupción y fraude en las elecciones, quedifundían masivamente los medios de comunicación privados y ONGs,con movilizaciones de calle no violentas de organizaciones estudiantilesque se presentan como independientes y nacionalistas, pero con undiscurso liberal. En el caso de la revolución de Georgia, los gruposestudiantiles, los medios y las ONG fueron fuertemente influenciados,asesorados y en algunos casos financiados por agentes externosestadounidenses, como la Fundación Soros, la USAID, Freedomhouse o elNational Endowment for Democracy. Estas fundaciones apoyan a la mayorparte de organizaciones del mundo, siempre y cuando EE.UU. puedaobtener algún tipo de resultado beneficioso a raíz de ese apoyo.

En el caso de Georgia, lograr el derrocamiento de un presidenteabiertamente pro ruso como Shervarnadze, facilitaría mucho el desarrollode la política exterior estadounidense9. Y más sentido todavía cuando elpaís se encuentra ubicado en un punto estratégico. Si analizamos aquellosacontecimientos junto los datos actuales, para poder valorar lasactuaciones y los resultados de los diferentes polos del conflicto, podemosobservar que Georgia se encuentra inmersa en un proceso de ingreso en laOTAN, que está gestionando la creación de la GUAM10 para poder ingresaren la UE, y el conflicto de Osetia del Sur se encuentra en uno de losmomentos más complicados desde hace varios años. Además, estosúltimos años han estado marcados por la degradación de las relacionescon Rusia.

Por su parte, EE.UU. intensificó en gran medida su diálogo conGeorgia para facilitar su adhesión en la OTAN. En octubre de 2006 aprobóun plan de acción Georgia – Unión Europea en el marco de una políticade unidad. Además, en las elecciones presidenciales de Osetia del Sur unmes más tarde, Tblisi consiguió imponer a su candidato Dmitri Sanakoiev,que reunió la mayoría de los votos en las ciudades de poblaciónmayoritariamente georgiana, debilitando así la legitimidad de Eduardo

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Koikoiti, presidente electo en 2001, y apoyado por la población osetia yMoscú.

Volviendo a la revolución rosa, ahora podemos cerciorarnos de quelos diferentes cambios políticos no fueron hechos aislados, sino productode la injerencia de terceros países que, para proteger sus interesesnecesitan a Georgia, para mejorar su capacidad de maniobra en la zonadel Cáucaso.

Mijeil Saakashvili, desarrolló su formación como abogado en laUniversidad de Columbia (Nueva York), trabajó en los mejores bufetes deabogados, y durante su lucha por el poder fue asesorado por el Centropara la Resistencia no violenta de Belgrado, una organización serbia,subvencionada por el Open Society Institute, fundado por George Soros.

Otro de los focos que hizo posible la culminación de la revolución fuela organización ciudadana. Las teorías11 sobre golpes de estado suavesindican que el énfasis en el carácter no violento de las manifestacionesgeneralmente tiene por objetivo obtener legitimidad moral. Por ese motivo,bajo el nombre de Kmara (¡Basta!), un movimiento de jóvenes opositores aShervarnadze protagonizó masivas sublevaciones populares. Pero elverdadero motivo por el que estos jóvenes se movilizaban era el deseo dehacer de Georgia un país integrado en Europa, que creciera y sedesarrollase dentro del modelo capitalista.

Por último, el golpe suave fue acompañado de una intensa campañamediática contra Shervarnadze que consistió en acusarlo de represión,corrupción, ineficacia en el plano económico y fraude en las eleccioneslegislativas de noviembre de 2003, basándose en la diferencia de votoscontados por el organismo electoral y los sondeos12.

CONCLUSIÓN

En vista de los acontecimientos que estamos viviendo en laactualidad como reflejo de la trayectoria política que está llevando acabo Saakashvili desde que llegó al poder, no parece, como decía antesestar muy alejado de la actitud de poderoso Jefe de estado, como pudollegar a serlo un día Eduard Shervarnadze. Tras los bombardeos masivos envarias ciudades de Georgia, y la destrucción provocada en Osetia del Sur,es difícil pensar que aquella revolución rosa se produjese teniendo encuenta en algún momento a los georgianos.

Las luchas diplomáticas que han surgido durante estos años no hantenido nada que ver con la deceleración económica del país, ni con elgrave problema de las regiones separatistas. La entrada o no en la UniónEuropea, o el establecimiento de bases de la OTAN en territorio georgianohan sido algunos de los puntos más importantes que ha sufrido lapoblación georgiana desde hace varios años.

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En mi opinión, Georgia se encuentra en una situación difícil por variosmotivos. Uno de ellos sería por ser uno de los primeros países que se haindependizado legítimamente de Rusia, y el poder que eso le ha generadocomo país fuerte dentro de la zona del Cáucaso, le hace ningún favor. Yaque cuando este país, escaso en recursos y autonomía real, se enfrenta aun conflicto político no puede resolverlo por sí mismo como si fuese un granpaís, dotado de sistemas políticos democráticos consolidados, perotampoco puede recurrir a la comunidad internacional porque hacetiempo que dejó de ser una república federada.

Además, su situación geoestratégica, en la que tanto Shervarnadzecomo Saakashvili depositaron sus esperanzas, ha resultado ser el factor quemás está recrudeciendo la situación. Actualmente todas las potenciasdesean tener bajo su influencia un punto que se encuentra en el límiteentre occidente y oriente.

Como conclusión, entiendo la revolución rosa como un momentohistórico que marcará la historia moderna de Georgia, un país quesucesivamente ha sido invadida y confundida por un gran número decivilizaciones, religiones, ideologías e imperios. Y como solución, me resultainverosímil esperar a que los organismos supranacionales colaboren paraencontrar la fórmula que resuelva la actual situación del Cáucaso.

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1 En este escenario iniciaron su carrera política ideólogos como Iosif Dzhugashvili, másconocido como Stalin.2 Organización Argentina de Jóvenes para las Naciones Unidas.3 Extracto de la biografía de Mijeil Saakashvilli, de la Fundación Cidob.4 Op. Cit. KARUMIDZE, Zurab y Wertsch, James V.5 Esas alentadoras palabras sonaron demasiado a literatura, ya que se situaban en lasantípodas de las dichas dos meses antes, cuando el mandatario calificaba a Saakashvili depersona peligrosa, cuya gente destruiría y devastaría lo que fuera con tal de llegar al poder.6 En estas regiones fue donde desde el principio se vio con peor ojos al nuevo presidente, ydonde también brotaron reacciones de cierto nerviosismo debido a la clara retóricanacionalista del nuevo hombre fuerte de Tbilisi. Abashidze, incluso llegó a decretar elestado de emergencia en su república autónoma porque intuyó ciertos indicios deinestabilidad basados en suposiciones.7 Esta fue la bandera política que utilizó el ENM desde su fundación y que se convirtió enun emblema enarbolado por las masas durante la revolución de noviembre.8 Saakashvili imitó muchas de las pautas que se llevaron a cabo en Serbia. De formaconsciente o no, y es más probable que fuese consciente, el georgiano preparó unarevolución prácticamente igual a la ocurrida unos años antes, y según esos parámetros,obtuvo un resultado igual de satisfactorio.9 Se puede poner como ejemplo la respuesta política que ha dejado manifiesta durante estosdías el gobierno estadounidense frente a los acontecimientos que ha tenido lugar en Osetiadel Sur en la actualidad, (agosto 2008), poniéndose al lado de Georgia desde un primermomento abanderando su legitimidad y apoyando sus decisiones respecto a la regiónseparatista.10 Acrónimo la unión creada entre Georgia, Ucrania, Azerbaiyán y Moldavia. En la Cumbrede Kiev del pasado 2006, estos países expresaron su intención de abandonar colectivamentela CEI para integrarse en la UE y en la OTAN.11 La organización Albert Einstein, fundada por Gene Sharp, se dedica desde 1983 aestudiar la aplicación estratégica de acciones de desobediencia civil no violenta.12 Aunque es un dato refutable, los observadores, analistas y demás organizacionesindependientes eran en su mayoría estadounidenses o europeas, con lo que la imparcialidaddeja de ser totalmente fiable, ya que son actores internacionales implicados también dentrode la revolución. Las organizaciones directamente relacionadas con el Gobierno americanocomo la USAID y la NED fueron algunos de estos organismos.

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BIBILIOGRAFÍA

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recursos web

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