En portada

Joaquín Pérez Budar, patriarca de la la Iglesia Católica Apostólica Mexicana, en compañía de uno de sus

secretarios.

Bandera de oficial de México en la época de Carranza.

Derechos de autor registrados

2017 Antonio García Megía y María Dolores Mira y Gómez de Mercado (Edición).

Congregación de Esclavas de la Inmaculada Niña

La Religión y el Mundo Actual – 27 – Movimiento antirreligioso en México. Federico Salvador Ramón.

Angarmegia: Ciencia, Cultura y Educación. Portal de Investigación y Docencia

Edición preparada con ocasión del proceso de beatificación del Padre Fundador de las Esclavas de La

Inmaculada Niña.

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La religión

y el

mundo actual - 27 -

Movimiento antirreligioso en México

Federico Salvador Ramón

Publicado en la revista mariana Esclava y Reina Congregación de Esclavas de la Inmaculada Niña

Marzo/Abril Guadix (Granada) – España

1928 zzz

Edición actualizada por

María Dolores Mira Gómez de Mercado

Antonio García Megía

Esta serie de documentos recopila los artículos que Federico Salvado Ramón, bajo

el seudónimo de «Mirasol», publica en la sección “Apuntes Sociales”, con subtítulo

genérico La Religión y el Mundo Actual, de forma casi ininterrumpida en la revista

Esclava y Reina de la Congregación de Esclavas de la Inmaculada Niña, desde su segundo

número aparecido en febrero de 1917.

Con la intención pedagógica que caracteriza toda su producción escrita, el padre

Federico observa, analiza y comenta desde un punto de vista católico, apostólico, romano

y de esclavo militante, los matices y perspectivas que se suceden en los ámbitos filosófico,

social, cultural, histórico, político, y por supuesto, religioso, durante la turbulenta

transición que supone el cambio de centuria, cuyo impacto se extiende hasta el segundo

cuarto del siglo XX.

Se trata de una época de mentalidades en conflicto que concluyen con el trágico

estallido de la Primera Guerra Mundial y sus consecuencias posteriores.

Los ejes nucleares del cambio de mentalidad afectan a campos tan diversos como

la relatividad y la operatividad de los conocimientos, el problema de los valores, las

relaciones entre ciencia, filosofía —desde el entendimiento de que la opción que cada

intelectual escoge —ya sea desde el pensamiento conceptualista, ya desde el

irracionalismo y desde la reivindicación de la «experiencia y la intuición de la

inmediatez», que siempre implica elecciones éticas y políticas a veces abiertamente

contrapuestas.

El mundo en los albores del siglo XX se enfrenta a la remoción de los fundamentos

del saber en las ciencias y en la cultura filosófica. En las décadas finales del siglo XIX y

en los inicios del siglo XX, entra en crisis el modelo positivista de cientificidad y la

prevalencia de la razón y la ciencia que habían constituido la base de los grandes sistemas

del siglo XIX. El racionalismo tradicional se ve amenazado por la irrupción imparable de

los sistemas irracionalistas de Nietzsche, Bergson o Freud.

Desde las últimas décadas del mil ochocientos y hasta la Primera Guerra Mundial,

sobre todo en Francia y en Alemania, la certeza positivista comienza a sufrir un intenso

proceso de erosión por las expansión de las posiciones irracionalista ya citadas y por la

transformación interna del propio positivismo, en el sentido de una mayor conciencia

crítica sobre las posibilidades, los límites y los métodos del saber científico, tal como se

manifiesta en la postulación sobre la fenomenología de Edmund Husserl.

Este decurso acelera el proceso de modernización emprendida por la burguesía

liberal hacia el capitalismo financiero que se aleja del capitalismo industrial alumbrado

en el siglo XVIII.

A ello se suman las transformaciones culturales sobrevenidas por las políticas de

expansión imperialista y colonial de las grandes potencias, exclusivamente europeas hasta

los inicios del siglo XX, a las que habrán de sumarse desde inicios de la centuria, los

Estados Unidos norteamericanos y el Imperio de Japón que sale fortalecido tras derrotar

al coloso Ruso en la guerra por el dominio de los territorios de Manchuria.

Este es el contexto en que se desarrolla la vida del padre Federico Salvador

Ramón, y, como queda dicho, esta su postura al respecto.

María Dolores Mira y Gómez de Mercado Antonio García Megía

LA RELIGIÓN Y EL MUNDO ACTUAL – MOVIMIENTO ANTIRRELIGIOSO EN MÉXICO

FEDERICO SALVADOR RAMÓN

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La religión y el mundo actual

- 27 -

Apuntes Sociales Movimiento antirreligioso en México

Es tan extenso el movimiento antirreligioso que se agita hoy en el mundo que no

es posible reducirlo al corto número de unas cuartillas de una sola ojeada.

Detengámonos por unos momentos en México que por más de un aspecto es como

la manifestación central de la impiedad en nuestros días.

Que Rusia haya roto todos los diques espirituales y se haya lanzado al abismo del

bolcheviquismo, no es tanto de admirar como la tiránica labor antirreligiosa, anticatólica,

desarrollada en México del modo más opuesto a los dictados, no decimos de la fe, sí que

de la razón más obtusa.

Rusia era un pueblo cismático, arreligioso, influenciado por el judaísmo, que allá

clava sus garras de vampiro donde la miseria ha extendido sus asquerosos harapos, y era

muy natural que, al caer la Rusia de los zares, se levantase vengadora la Rusia de los

campesinos y de los opresores inmediatos de estos ofreciéndoles, los nuevos tiranos,

cuanto los ojos de los menesterosos alcanzaran a ver. Y sí vimos, y vemos, unidos en

maridaje extraño a judíos y pueblo inferior, dueños de las fuerzas de la grande nación que

unía en sí los destinos de Asia y de Europa.

Pero México era un pueblo rico. México era un pueblo católico en sí mismo. Las

excepciones las formaban los arribistas y los advenedizos.

LA RELIGIÓN Y EL MUNDO ACTUAL – MOVIMIENTO ANTIRRELIGIOSO EN MÉXICO

FEDERICO SALVADOR RAMÓN

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En México los judíos hacían el mismo papel que todas las demás colonias de

extranjeros cuando mucho se les quiera conceder.

La masonería extendía sus redes con más facilidad, porque se muestra

hipócritamente benéfica para mal hacer después cuanto le sea dado en todos los órdenes

sociales, conduciendo a las naciones al libertinaje propio del naturalismo materialista.

Y con la sociedad formada por el desenfreno de las humanas pasiones, ¿adónde

pueden ir a parar los reinos y señoríos? A donde los estamos viendo llegar, al deshonesto

desnudo de las madres y de las hijas y al más descarado y abundante concubinato.

Todas las naciones son hoy presa de la degradación que engendran las

carnalidades, y México no supo, ni pudo, escaparse de esa ley subyugadora y debilitante.

Multiplicó sus centros de corrupción, desde las peluquerías servidas por señoras hasta los

bares de opio, de cocaína, de heroína y de los enervantes narcóticos estimuladores del

vicio y de la embriaguez.

En la capital mexicana se reproducían todos los excesos de los bulevares de París,

de los lagos de Ginebra y de las ciudades circasianas, y a este desbordamiento nadie podía

oponerse sin apelar a medios extraordinarios que no es dado usar, si no es en casos

también extraordinarios, y los vicios eran tan comunes que recriminarlos era herir a todos

y no curar a uno solo de los prevaricadores.

Dura situación en la cual la honestidad se ve obligada a huir abochornada ante la

impureza y la verdad vela en fulgurante rostro para no ser manchado con las inmundicias

que brotan de los labios del error, y la virtud, ¡oh la virtud!, se recluye en los escondidos

rincones de los claustros cuando no huye despavorida a los desiertos para respirar en la

soledad el ambiente de la paz y del bien que se remonta al cielo.

Y, en este estado, la capital mexicana comunicó el virus ponzoñoso a todas las

ciudades y pueblos de la república, y acabó por ser todo una república en la que todos y

cada uno aspiraban al reinado de los vicios, de los ladrones, de los más osados criminales,

y parece que llegaron a conseguirlo.

La historia será la encargada de hacer justicia, y desde Zapata hasta Villa, desde

Madero hasta Huertas, desde Carranza hasta Obregón, y desde este hasta Calles, tendrá

tanto que decir, y tan malo, que sus páginas, si han de ser veraces, más que la vergüenza

de los hombres, serán la ejecutoria del desastre de la verdad y de la justicia, de la

civilización y de la caridad, en dos pueblos, principalmente, y en este siglo XX que arribó

a las movedizas playas del tiempo cargado de jactancias, de progresos tan mentidos como

falsos eran los arrogantes epifonemas que el insensato siglo XIX le había enseñado a

cantar al son de la marsellesa.

De las personas nada diremos, pero de esos dos pueblos naciones, que una de ellas

tiene en sus manos el cetro de la hegemonía material del mundo, qué no se podrá decir y

se dirá en el transcurso de los siglos.

LA RELIGIÓN Y EL MUNDO ACTUAL – MOVIMIENTO ANTIRRELIGIOSO EN MÉXICO

FEDERICO SALVADOR RAMÓN

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Los E.E.U.U. americanos pudieron, y pueden, y podrán en cuanto les venga en

ganas, acabar con las locuras de un pueblo engañado por un momento por toda clase de

propagandas y de intereses.

México es un pueblo heterogéneo en extremo, los advenedizos son la mayor parte

de los que forman en los ejércitos de la CROM1, sostenedores de Calles2, los indígenas

forman el otro ejército de carne de cañón, que ahora dice, ¡Viva la Virgen de Guadalupe!,

y a renglón seguido, ¡Muera Don Clero3!

Dos ejércitos bien distintos. El primero seguro de que en su fuerza de escándalo y

de aparente revolución se basa su poder, y el otro, inconsciente, que va a donde lo llevan,

a morir y a matar, que para él es lo mismo una vez perdido el freno de la moral católica.

México, pueblo mediatizado y servilmente sujeto de grado o por fuerza al

Capitolio norteamericano, va a la zaga de los colonialistas yanquis, protestantes y

masones, y, como en el campo católico están los hombres que no saben hacer traición a

la Patria por dar gusto a los tenedores de oro y a los distribuidores de la influencia por eso

los católicos, Don Clero es el blanco de tirios y de troyanos porque huyen de todo manejo

antipatriótico, y cuando los quieren obligar a que sean cómplices, siquiera sea callando,

ellos dicen la verdad, y por eso estorban, y por la misma razón se empieza por encumbrar

a un desgraciado sacerdote hasta la dignidad de Patriarca de la Iglesia Mexicana4, que le

confiere un gobierno insensato y acaba, al ver sólo al tal Patriarca Pérez, por declarar

guerra a muerte a todos los sacerdotes, primero extranjeros, y después a los propios,

1 N.E. Se refiere a la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM), creada, a instancias del presidente

Carranza, en Saltillo, Coahuila, en mayo de 1918. Preside Luís Negrette Morones la asamblea constituyente

integrada por delegados de una veintena de entidades federativas que representan a trabajadores

metalúrgicos, electricistas, textiles, ferrocarrileros, tranviarios, mineros, artesanos y jornaleros agrícolas.

Su lema: «Salud y Revolución Social». En su declaración de principios reconoce la existencia de dos clases

sociales, explotados y explotadores, reconociendo el derecho de aquellos a luchar contra estos para alcanzar

avances económicos y morales. Su actuación se basa en la táctica de la acción múltiple, a diferencia de los

anarquistas que se centran en la acción directa. 2 N.E. Plutarco Elías Calles, es considerado uno de los abanderados de la Revolución. Es presidente de

México entre 1924 y 1928. 3 N.E. La expresión procede de una anécdota popular. Durante la revolución carrancista, un general

revolucionario que se mueve al grito de «¡Muera el Clero!», llegado a un pueblo se persona ante el cura, le

besa respetuosamente la mano y le ruega le indique dónde está Don Clero para aprehenderlo y fusilarlo

inmediatamente. 4 N.E. El 21 de febrero de 1925, un grupo armado se apodera de parroquia de La Soledad en la ciudad de

México. Poco después llega el padre Joaquín Pérez Budar acompañado de otros clérigos y representantes

de la Federación de Sindicatos Obreros del Distrito Federal, filial de la CROM, quienes proclaman

constituida la Iglesia Católica Apostólica Mexicana. La nueva iglesia no contempla el celibato, suprime la

confesión, usa el español en los actos litúrgicos y sus sacerdotes serán remunerados para que no dependan

económicamente de la feligresía. El Padre Pérez se auto-encumbra como su Patriarca. (Ramírez Rancaño,

Mario, El patriarca Pérez. La Iglesia católica apostólica mexicana, Instituto de Investigaciones Sociales.

Universidad Autónoma de México, México, 2006)

LA RELIGIÓN Y EL MUNDO ACTUAL – MOVIMIENTO ANTIRRELIGIOSO EN MÉXICO

FEDERICO SALVADOR RAMÓN

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fingiendo ridículos y calumniosos pretextos para desterrar al Episcopado y para fusilar a

Pro Juárez5 por complicado en un atentado contra Obregón.

Ni tenemos para qué hablar de tantas expoliaciones, persecuciones y vejámenes

causados a toda institución católica por benéfica que fuera, ni de las villanías realizadas

con niños inocentes, ni de las cobardías soeces llevadas a cabo con mujeres, siempre

dignas de respeto por ser indefensas… México ha sido un pueblo bárbaro para vergüenza

de la civilización actual, un pueblo tirano para ignominia de la tan decantada libertad de

nuestros tiempos, para poner en la picota del ridículo a la igualdad tan predicada a los

pueblos y para mofarse cruelmente de la fraternidad humana.

México ha sido el tablado donde han sido decapitadas esas tres soberanas del siglo

XIX, pero los E.E.U.U. americanos son el principal responsable de tantos crímenes

porque ellos pudieron impedirlos con un solo gesto desagradable de su inmenso poder.

¡Valen más las extraordinarias concesiones sobre los bienes temporales que los

más sagrados fueros de la justicia!

Los E.E.U.U. americanos y los mexicanos labraron, en su nefasta labor de omisión

de los primeros y de comisión de los segundos, los hierros con que serán señalados los

esclavos de la tierra. Los mártires mexicanos, con su propia sangre, escribieron en páginas

inmortales la gloria inmarcesible de la nobilísima y generosa nación católica mexicana.

5 N.E. El jesuita Miguel Agustín Pro Juárez, acusado de participar en actos terrorismo, es fusilado, sin

juicio, en una comandancia de la policía mexicana.

Derechos de autor registrados

2017 Antonio García Megía y María Dolores Mira y Gómez de Mercado (Edición).

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