LA REALIDAD Y CADENAS · nes condenables. Villoro parece confir mar esta conjetura cuando señala :...

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nes condenables. Villoro parece confir- mar esta conjetura cuando señala : "Todo hombre cree por razones . Cuando éstas son suficientes. bastan para explicar la creencia. Sólo quien juzga insuficientes tiene que acudir a ot ras causas para explicarla". (p. 123 ). Este suele ser. sin duda. el caso desde el punt o de vista de un agente. A quien actúa. la introducción de razones que cons idera válidas le basta como expl i- cación de una acción o un conocimien- to. Sólo cuando se sospecha que " algo marcha mal" con estas razones. se co- rnienza. en la práctica. a buscar explica- ciones psicológicas y sociales . Pero desde el punto de vista de un obse rvador el planteo es otro. Un histo- riador o un sociólogo pueden aceptar ci ertas razones sin que ello dism inuya el interés en descubrir a partir de qué cond iciones sociales y psicológicas se las ha adoptado, Por ejemplo. podemos aceptar la mecánica de Newton como una teoría verdadera (o al menos. par- cialmente verdadera) y al mismo tiem- po. estar interesados en su contexto de producción. Por eso. explicar los ante- cede ntes sociales o los motivos psico- lóg ico s de adopci ón de una creenc ia o de la realización de una acción. no constituye teóricamente (contra lo que suele pensarse) una forma del discurso de la sospecha. En este sentido. muy adecuadamente Villoro corrige esta po- sible confu sión: " .. .Las explicaciones por anteceden- tes y motivos y las explicaciones por razones no pueden excluirse porque responden a dos intereses teóricos dife rentes. Las primeras responden al interés en las creencias como hechos psíquicos ysoc iales; la última. al inte- rés por su verdad." (p. 124) 5. Diferentes tipos de conocimiento. Aunque mucho de lo que Villoro dice acerca de las relaciones entre la ciencia y la sabiduría es admirable. tengo la sospecha. sin embargo. de que algunos pasajes podrían malentenderse: " A l hombre sabio no lo nan instruido tratados científicos sino la observa- ción personal. el trato frecuente con otros hombres. el sufrim iento y la lu- cha . el contacto con la naturaleza. la vivencia intensa de la cultura ". (p. 226) y más adelante Villoro señala : " .. .el sabio no ha sido instruido por escuelas. ni ha seguido una doctrina compartida . La iluminación no es formulación de una teoría explicati- va." (p. 228) Hay. sin duda. diferentes maneras de ser sab io. Pero es un error pensar que la sabiduría no se puede aprender. Ve inte años de aprendizaje en la Academia convierten a Aristóteles en uno de los mayores sabios de la tradición . Tal vez. entre todas las formas de lucha y de aventura. ninguna más difícil. insólita. peligrosa que la aventura de la razón. Y esto Villoro lo sabe. Me inquieta. sin embargo. que el lector pueda caer en la tentación positivista por cierta perversa "división de trabajo" muy común: de un .lado. se ubica la argumentación racio- nal cuyo paradigma son las ciencias na- turales y cuya reflexión filosófica es la teoría de la ciencia. Acerca de la "vida ". ambas no dicen nada. Del otro lado. se arrumban los gustos personales. los placeres arbitrarios. la irracionalidad. Por eso. en nuestra época. junto a la ciencia más desarrollada. como su complemento y cómplice. no es raro to- parse con terapias regresivas. ideoló- gías burdas. sectas autoritarias. esto es. con la esqu izofrenia inst itucionalizada : de nueve a seis representamos. en el trabajo. a personas racionales. y el res- to del tiempo. la "vida " nos transforma en patanes incapaces de entender cual- quier experiencia que no sea un lugar común . La " lección mater ial" de un in- dividuo no tiene ya conexiones con su "lección formal ". Positivismo en la teo- ría. irracionalidad en la práctica: así nos va. La sabiduría no está desligada de la argumentación de una época: el culto de la ignorancia nunca ha sido un cami- no para llegar a ella. Más todavía . sos- pecho que cada época admite sólo al- gunas formas de sabiduría en relación con el resto de sus teorías y prácticas. Por eso. en nuestra época . la sabiduría se encuentra -:si se quieren citar algu- nos nombres conocidos- en Einstein y en Proust. en Schoenberg y en Freud, en Wittgenstein y en Sorges. no en los gurus. ni en los masajes mágicos. Re- 43 cordar estas verdades es una tarea de la Filosofía- cuando ésta no busca sui- cidarse en la mera acrobacia intelec- tual. Carlos Pereda LA REALIDAD Y CADENAS El lenguaje es un dios y los dioses un lenguaje: no hay salida Para Rafael Cadenas es lamentable el uso del lenguaje vaciado. el auge cultu- ral y social del lenguaje y sobre todo su vac iado en lo que más le interesa: la poesía. El vaciado del lenguaje es más dramático que su vaciedad. más barro- co. Esta realidad del lenguaje. su pérdi- da de valor comunicativo. su incapaci- dad referencial cada vez más patente en una época de serias analogías con el Siglo de Oro donde el lenguaje era de plata (ahí están las llagas de Góngora según García larca) coincide con su auge en la preocupación de los teóricos de la literatura. La literatura es lengua- je. se dice. La poesía es lenguaje califi- cado estéticamente. también se dice . La poesía tiene que cargar con una rea- lidad que pone los pelos de punta: unir. de una buena vez por todas. la palabra y la cosa. Porque la filosofía ya sabe que ambos elementos se alejan como al apagar un televisor : la disminución fu- gaz de una estrella. Para no perder la' larga tradición analógica de unidad en- tre palabra y cosa es necesaria la poe- sía. Si cumple con este cometido corn- pletamente filosófico pero también ab- solutamente social. ya está bien. Nietszche acusó al hombre por su con- fianza en el lenguaje. Actualmente se sabe que tenía razón . Porque por más fascinación que se pueda sentir por la denuncia o por la forma de denuncia que adquiere la escritura actual (denun- cia de una situación social: la separa- ción de la palabra y las cosas eso no su- pone olvidarse que pese a la belleza de las palabras. al fin y al cabo las que que- dan son las cosas. O Tao: "las palabras hermosas no son verdaderas". Esdecir. al caer la máscara todo queda desnudo, ... Rafael Cadenas: Ralllidlld y lita;lIturll. Equinoccio. Caracas. 1980.

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nes condenables. Villoro parece confir­mar esta conjetura cuando señala :

" Todo hombre cree por razones .Cuando éstas son sufic ientes. bastanpara explicar la creencia. Sólo quienjuzga insuficientes tiene que acudir aotras causas para explicarla" . (p.123).

Este suele ser. sin duda. el caso desdeel punto de vista de un agente. A quienactúa. la introducción de razones quecons idera válidas le basta como expl i­cación de una acción o un conocimien­to . Só lo cuando se sospecha que " algomarcha mal " con estas razones . se co­rnienza. en la práctica. a buscar expl ica­ciones psicológicas y sociales .

Pero desde el punto de vista de unobse rvador el planteo es ot ro . Un histo­riador o un sociól ogo pueden aceptarciertas razones sin que ello dism inuyael interés en descubrir a partir de quécond iciones sociales y psico lógicas selas ha adoptado, Por ejemplo. podemosaceptar la mecáni ca de Newton comouna teoría verdadera (o al menos. par­cia lmente verdadera) y al mismo tiem ­po. estar interesados en su contexto deproducción. Por eso. explicar los ante­cede ntes sociales o los motivos psico­lóg icos de adopci ón de una creenc ia ode la realización de una acción . noconsti tuye teóri camente (contra lo quesuele pensarse) una forma del discursode la sospecha. En este sentido. muyadec uadamente Villoro corrige esta po­sib le confu sión:

" . . .Las explicaciones por anteceden­tes y motivos y las explicaciones porrazones no pueden exclu irse porqueresp onden a dos intereses teóricosdife rentes. Las primeras responden alinterés en las creencias como hechospsíqu icos ysoc iales ; la última. al inte­rés por su verdad." (p. 124)

5. Diferentes tipos de conocimiento.Aunque mucho de lo que Villoro diceacerca de las relaciones entre la cienciay la sabiduría es admirable. tengo lasospecha. sin embargo. de que algunospasajes podr ían malentenderse :

" A l hombre sabio no lo nan inst ruidotratados científicos sino la observa­ción personal. el trato frecuente conotros hombres. el sufrim iento y la lu­cha . el contacto con la naturaleza. la

vivencia intensa de la cultura ". (p.226)

y más adelante Villoro señala :

" .. .el sabio no ha sido instruido porescuelas. ni ha seguido una doctrinacompartida. La iluminación no esformulación de una teoría explicati­va." (p. 228)

Hay. sin duda. diferentes maneras deser sabio. Pero es un error pensar que lasabiduría no se puede aprender. Ve inteaños de aprendizaje en la Academiaconvierten a Aristóteles en uno de losmayores sabios de la tradición. Tal vez.entre todas las formas de lucha y deaventura. ninguna más difícil. insól ita .peligrosa que la aventura de la razón . Yesto Villoro lo sabe. Me inquieta. sinembargo. que el lector pueda caer en latentación positivista por cierta perversa"d ivisión de trabajo" muy común: de un

.lado. se ub ica la argumentación racio­nal cuyo paradigma son las ciencias na­turales y cuya reflexión filosófica es lateoría de la ciencia. Acerca de la "vida".ambas no dicen nada . Del otro lado. searrumban los gustos personales. losplaceres arbitrarios. la irracionalidad.Por eso. en nuestra época . junto a laciencia más desarrollada. como sucomplemento y cómplice. no es raro to ­parse con terapias regresivas. ideoló­gías burdas. sectas autoritarias. esto es.con la esqu izofrenia institucionalizada :de nueve a seis representamos. en eltrabajo. a personas racionales. y el res-to del tiempo. la "vida" nos transformaen patanes incapaces de entender cual­quier experiencia que no sea un lugarcomún . La " lección material" de un in­dividuo no tiene ya conexiones con su" lección formal" . Positivismo en la teo­ría. irracionalidad en la práctica : así nosva.

La sabiduría no está desligada de laargumentación de una época : el cultode la ignorancia nunca ha sido un cami­no para llegar a ella. Más todavía . sos­pecho que cada época admite sólo al­gunas formas de sabiduría en relacióncon el resto de sus teorías y prácticas.Por eso. en nuestra época . la sabiduríase encuentra -:si se quieren citar algu­nos nombres conocidos- en Einstein yen Proust . en Schoenberg y en Freud,en Wittgenstein y en Sorges. no en losgurus. ni en los masajes mágicos. Re-

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cordar estas verdades es una tarea dela Filosofía- cuando ésta no busca sui ­cidarse en la mera acrobacia intelec­tual.

Carlos Pereda

LA REALIDAD YCADENAS

El lenguaje es un dios y los dioses unlenguaje: no hay salida

Para Rafael Cadenas es lamentable eluso del lenguaje vaciado. el auge cultu­ral y social del lenguaje y sobre todo suvac iado en lo que más le interesa: lapoesía. El vaciado del lenguaje es másdramático que su vaciedad. más barro­co. Esta realidad del lenguaje. su pérdi­da de valor comunicativo. su incapaci­dad referencial cada vez más patenteen una época de serias analogías con elSiglo de Oro donde el lenguaje era deplata (ahí están las llagas de Góngorasegún García larca) coincide con suauge en la preocupación de los teóricosde la literatura. La literatura es lengua­je. se dice. La poesía es lenguaje califi­cado estéticamente. también se dice .La poesía tiene que cargar con una rea­lidad que pone los pelos de punta : unir.de una buena vez por todas. la palabra yla cosa . Porque la filosofía ya sabe queambos elementos se alejan como alapagar un televisor: la disminución fu ­gaz de una estrella. Para no perder la'larga tradición analógica de unidad en­tre palabra y cosa es necesaria la poe­sía. Si cumple con este cometido corn ­pletamente filosófico pero también ab­solutamente social. ya está bien.Nietszche acusó al hombre por su con­fianza en el lenguaje. Actualmente sesabe que tenía razón . Porque por másfascinación que se pueda sentir por ladenuncia o por la forma de denunciaque adquiere la escritura actual (denun-cia de una situación social: la separa­ción de la palabra y las cosas eso no su­pone olvidarse que pese a la belleza delas palabras. al fin y al cabo las que que-dan son las cosas . O Tao : " las palabrashermosas no son verdaderas". Es decir.al caer la máscara todo queda desnudo,

... Rafael Cadenas : Ralllidlld y lita;lIturll.Equinoccio . Caracas. 1980.

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Pero la escritura actual es el cuento denunca acabar de la fascinac ión por lamáscara. Si bien en Situations 11 Sartreadvierte acerca del valor de cosa queadquiere la palabra en literatura, quedapor ver cómo actúa la literatura frenteal lector , siempre confundido. comobuen poeta según Borges , de que la pa­labra es la cosa. Escurioso que el lectormantenga tanto a Adán en la memoria.porque su gesto es el mismo : el lectorvive todavía en el día de la creación. Ellargo trabajo hecho por los poetas llevóel problema a su crisis : ahí está la poe­sía actual. Si enamorarse es querer .serembaucado, según Lacan, no hay nadamás enamorado que un lector de litera ­tura. Pero repitamos: el largo trabajohecho por los poetas planteó esta crisis.De aquí saldremos con una elección : ola palabra o la cosa.

Cadenas querría encadenarlas

Rafael Cadenas. venezolano, se dio aconocer más allá de su país fundamen­ta lmente con un libro : Memorial(1975). Era un libro de poesía absoluta­mente contenida . cuya condensaciónbuscaba la transparencia del lenguaje :esto es, la visión de la cosa. La idea detransparencia no es nueva en poesía: lapalabra abunda, desde Juan Ramón Ji­ménez hasta Ocavio Paz. Ahora bien : latransparencia para Cadenas no es lomismo que para Paz. Este último essiempre consciente en su escritura dela realidad del lenguaje como opacidadfrente al objeto . La opacidad en Paz esla conciencia de la separac ión de pala­bra y cosa, de ahí que su poesía hayaabierto las puertas a una poét ica de ca­rácter metalinguístico. de crítica per­manente del lenguaje objeto de la poe­sía. Para Cadenas, en cambio. transpa­rencia es casi sinónimo de no ­verbalidad y su poesía calla hasta elmomento mismo del mutismo. dondeelige una sola palabra. Es difíc il encon­trar en Latinoamérica una poesía deigual condensación -en el sentido enque usamos aquí el término. Este callarfrente al objeto , sin ningún 't ipo de ro­deo, es una prueba de contención y dela importancia que se le otorga al obje­to por sobre la palabra. La poesía deCadenas hace pensar en que frente alobjeto sólo caben dos actitudes: terror

. o devoción. Esto sobre la poesía de Ca­denas. Ahora bien, en el ensayo quenos ocupa, la realidad es dist inta .

En Realidad y literatura Cadenas lle­va lo que es su infraestructura poét ica.su materialidad. al terreno de la teoría,que en su caso permanentemente zum­ba sobre el Zen. Aunque el Zen no esdesarrollado como teoría o como so­porte conceptual de su trabajo, para ellector es claro que funciona como ideaopuesta a la ideología occidental yopuesta a los discursos ideológicos queel hombre occidental ha levantado paraexplicarse a sí mismo y a partir de ahíexplicar lo quelo rodea. Y como es ob­vio que la palabra " explicar" es la clavedel pensam iento occidental. un perma ­nente pensamiento de "entender" y depreguntarse, en este sentido Cadenasacierta . También es obvio el desprecioque el occidental siente por las cosas,relegadas al t iempo que queda despuésque se las ha entendido. Y entende raquí no es sinónimo de " un entende r noentendiendo", como decía San Juan . Essinónimo de ceguera , de un hiperdesa­rrollo del pensamiento por sobre susobjetos. El pensamiento occidenta l esresponsable por la muerte de una bue­na parte de las cosas, sobre todo de lamuerte de esa zona oculta de las cosasque las propone para ser aceptadas sinpreguntar. Los aciertos en Cadenasconstituyen verdaderos bastiones en elnivel teórico de la poesía de un cont i­nente que. salvo en algunos casoscomo el de Paz y de los poetas concre­tos brasileños, carece de fundamenta ­ción. Aparte de los mencionados, cabenombrar a Borges y a Nicanor Parra,quienes si bien no han teroizado abier­tamente, mantienen en sus obras unaclaridad conceptual al alcance de quienla busque.

La cuestión es que la propuesta ge­neral del trabajo de Cadenas, a riesgode parecér clara, termina siendo abs­tracta y confusa. Porque, ¿qué hay queentender cuando se lee que la poesíadebe tener (como el hombre en su vidacotidiana) "un acercamiento sin barre­ras a las cosas"? Desde el punto de vis­ta del poema . esa es la tarea de todoslos verdaderos poetas. Pero desde unángulo ensayístico. y dentro de la civili­zación occidental éso constitúve. sim­plemente, la historia de la filosofía . Elplanteamiento de Cadenas podría re­sultar interesante si el autor del imitaramás su discurso, lo que le quitaría eseaire mesiánico por generalizador. Siem­pre es molesto. desde la vida cótidiana

hasta la escritura . el tono sostenido deejércit o de salvación. En efecto. paraCadenas no sólo los poetas (aunqueconsideremos aquí su trabajo desde susignificación estricta mente estética)sino los hombres estamos perdidos, acausa de esa separación entre el len­guaje y las cosas. Su toma de posiciónfrente al problema se reduce a la homo­logación de base que dice: la realidades una. Ahora bien: si lo real (preferi­mos llamar así a lo que Cadenas llamarealidad. por temor de que la famosarealidad de Cadenas sea una varianteideológica más de lo real. realidad que,para colmo. Cadenas identi fica con vi­da. naturaleza. universo. etc.) constitu­ye una un idad. las diferen tes versionesde lo real lo conv ierten en varios reales.y esto no es un probl ema estrictamenteteórico: y el día adía diceque lo real t ienemil caras.

Kids love Keats

Partiendo de la famosa carta de JohnKeats a Richard Woo dhouse. donde elprimero ensaya la defi nición de poetacomo un ser sin identidad y que se vuel­ve tran sparente para poseer todas lasidentidades. Cadenas esboza su plan­teo: averiguar por qué el ser humano havivido tan desgraciado aquí en la tierrasublimando sus penurias al extremo delarte. Aqu í com ienza a aparecer la nociónde Cadenas sobre la realidad ideal. unarealidad poblada de objetos tambiénideales que sentiríamos si fuésemos ca­paces de prestar atención. cosa que.aparentemente. los occidentales no ha­cemos. y la crítica ' de Cadenas a lasconciencias que pretenden, a través delarte. " matar" a la realidad es fulminan­te y desarticuladora : para él. con estaactitud los poetas se convierten en ni­ños llorones que no pueden soportar lapérdida y se dedican a sublimarla en elpoema. cosa que se parece mucho a lanoción freud iana del arte. Aquí com ien­za también a aparecer el nudo del pro­blema que Cadenas quiere develar des­de el punto de vista del significado -yque es simplemente un problema designificante. En efecto , lo que quedaentre Cadenas y lo que Cadenas criticaes un problema de lenguaje. Si para unaidea oriental la palabra y la cosa son lomismo, en Occidente , desde Platónhasta Wittgenstein, ese es el problemade la diferencia entre ambas. O sea: lo

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Rafael Cadenas

que para Oriente es uno. para Occiden­te es. por lo menos. dos. Nuestro lemafilosófico - lingluístico sigue siendo unproblema político de corte latino: div ideet impera. Sin duda. dudar es separar.

Pero el error de Cadenas no term inaahí. sino que está soportado por algoque podría mos definir así: el arte es unaforma de Oriente. Y esto es una verdad.en la med ida en que siempre los occi­dentales consideramos a Oriente comolo otro. como nuestro otro . de la mismamanera en que la burguesía consideraal arte . por más " degenerado" que sea.como su loc o. es decir. como su verdad.y como el arte y la poesía son una for ­ma de Oriente. Cadenas confunde alarte con la filosofía occidental. Pero lafrase es amb igua y tiene fuerza: el artees una forma de Oriente es decir. paralos orienta les el arte es una cosa más.Para los occidentales no: el arte siem­pre es opos ición. siempre es lo otrodentro de lo mismo.

Conside rar. entonces. una poéticaoccidental. una manera de formal izar elarte. desde el ángulo de otra forma deformalizar absolutamente diferente. notiene mucho sentido. Es decir . lo másque se podrá hacer es sustitu ir una poé­tica por otra. pero nunca se podrá inci­dir. favorablemente. para camb iarla.Como nuestro lenguaje está en crisis lomejor para Cadenas es situarse en otro

RESEÑAS

lenguaje y observar desde allá cómo sesoluciona esa crisis. Dice Cadenas:" las palabras flotan sin poder ni efica­cia. son cadavéres sitiadores de la vida.sonidos que ya no respetan los hechos.Pero no sólo pululan sin justeza y por lotanto desasidas sino que están al servi­cio de la trivialidad. de una trivialidadque señorea todas las manifestacioneshumanas. incluyendo las que están bajola égida de un prestigio que las vuelveinmunes a la denuncia. Pensamos en laciencia. la literatura y el arte. que tien-

. den a secundar fielmente el extravío "(pág. 86). Cierto : el lenguaje ha perdidopoder referencial . pero asimilar el len­guaje en general y su pérdida referen­cial al lenguaje poético es algo quetampoco tiene sentido. porque el len­guaje poético. simplemente. no es refe­rencial. O es expresivo o es poético ytambién. y sobre todo en la poesía másradical. metalinguístico. Es fácil señalarla pérdida de sentido del lenguaje engeneral desde una perspect iva según lacual la palabra nombra directamente alobjeto. Pero es suicida señalar la no re­ferencial idad en lo que respecta a lapoesía: la poesía se tiene a sí mismacomo referencia desde un punto de vis­ta de su lenguaje. es decir. la poesíatiende a convertir a su lenguaje en supropio objeto.

Por otra parte. la crisis del lenguaje

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no es una novedad del siglo; de lo con­trario . ¿quién explica el lenguaje deQuevedo y Gónqora. quién el de Mallar­rné, quién el de la vanguardia de princi­pios de siglo? Seguramente no Cade­nas. amparado en su concepción Zen.Mucho antes del " extravío" que denun­cia Cadenas ya estaba el lenguaje ex­traviado. Más coherente sería criticardesde adentro que desde la periferia. Elregodeo de la poesía actual en el len­guaje sirve. entre otras cosas. para po­ner de manifiesto una crisis. una pérdi­da total del sentido (que los barrocos vi­vían como juego). crisis de la que es re­sultante el mismo Cadenas. También.visto desde otra perspectiva. la fiestalinguística de la última poesía y su " fa­tal" banquete de palabras sirve para darnuevas versiones de lo real. para trans­formarlo. si es que tiene que servir paraalgo. Y justamente. juego es una pala­bra que no aparece ni una sola vez enlas 120 páginas del libro de Cadenas.Paraéste todo es gravedad. todo es caí­da. nada es atracción. ni siquiera laatracción significante que es palpableen la poesía. Sin duda alguna. si conuna perspectiva sincrónica situamos aGóngora como un poeta de actualidad.su pasión por el lenguaje (que muchasveces lo hizo negarlo desde un punto devista del significado). a los ojos de Ca­denas resultaría satánica. Pero no sepuede. a cambio de una poética preten­didamente transparente. renunciar aGónqora,

Eduardo Milán

DESCRIBIRLO INDESCRIPTIBLE

A part ir de 1963. año en que Juan Gar­cía Ponce publica sus primeros cuen­tos. y durante la década de los sesen­ta. la narrativa mexicana. en una nue­va búsqueda y en un nuevo intento porredefinir la novela y el cuento naciona­les. experimenta. con respecto a la na­rrativa de los años anteriores. unatransformación radical y adquiere unariqueza y una diversidad insólitas tantoen autores como en obras. A pesar deesa diversidad. la literatura en prosa de

Á Juan García Ponce: Figurac iones. México.Fondo de Cultura Económica. 1982 . 167 pp.