La Pulsión de Freud a Lacan.

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La pulsión: de Freud a Lacan Nombre: Zaseth Cristina Arias Veloza Código: 455224 La pulsión no es un mero estimulo; no proviene del exterior sino del interior, lo que hace que el sujeto no pueda huir de este; no opera de un solo golpe, es una fuerza constante que nunca se agota, sería pues un estímulo para lo psíquico un límite entre lo anímico y lo somático, es parcial en tanto su satisfacción nunca es total. Para Freud (1979) las pulsiones están ligadas al principio del placer en su entramadura con el sistema nervioso que asegura la homeóstasis y algunos de cuyos elementos son investidos pulsionalmente. Lacan advierte que aun siendo constante, esa energía pulsional potencial alcanza su fin. Incluso en el displacer de un enfermo Lacan encuentra cierto grado de satisfacción. Tal paradoja pasa entre dos murallas de lo posible y lo real, que aleja a la pulsión del principio del placer al admitir cierta desexualización (1989). En Freud el paso de una pulsión a otra se daría gracias a la maduración-desarrollo, dado el crecimiento del ser viviente y el desarrollo de las estructuras biológicas de este, el paso por los hitos del desarrollo hace que la zona de la pulsión vaya cambiando. Lacan no concibe etapas de desarrollo de las pulsiones y no habría ninguna relación de engendramiento entre una pulsión parcial y la siguiente, no es un proceso de maduración, es el producto de la intervención de la demanda del Otro, lo que mantiene el circuito no es la sucesión de una pulsión a otra, sino el objeto que es contorneado. Freud (1979) identifica cuatro elementos de la pulsión: el Drang (esfuerzo): factor motor, un empuje; el Ziel (meta): es el fin de la pulsión, la satisfacción proporcionada por la cancelación de la excitación en la fuente; un Objekt (objeto): es por medio del cual se llega a la meta, este es variable, no viene predeterminado con cierta pulsión, está perdido; una Quelle (fuente): origen somático de la pulsión, constituido por la zona erógena.

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Escrito que da cuenta de la evolución del concepto de pulsión en el psicoanálisis

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La pulsin: de Freud a LacanNombre: Zaseth Cristina Arias Veloza Cdigo: 455224La pulsin no es un mero estimulo; no proviene del exterior sino del interior, lo que hace que el sujeto no pueda huir de este; no opera de un solo golpe, es una fuerza constante que nunca se agota, sera pues un estmulo para lo psquico un lmite entre lo anmico y lo somtico, es parcial en tanto su satisfaccin nunca es total. Para Freud (1979) las pulsiones estn ligadas al principio del placer en su entramadura con el sistema nervioso que asegura la homestasis y algunos de cuyos elementos son investidos pulsionalmente. Lacan advierte que aun siendo constante, esa energa pulsional potencial alcanza su fin. Incluso en el displacer de un enfermo Lacan encuentra cierto grado de satisfaccin. Tal paradoja pasa entre dos murallas de lo posible y lo real, que aleja a la pulsin del principio del placer al admitir cierta desexualizacin (1989). En Freud el paso de una pulsin a otra se dara gracias a la maduracin-desarrollo, dado el crecimiento del ser viviente y el desarrollo de las estructuras biolgicas de este, el paso por los hitos del desarrollo hace que la zona de la pulsin vaya cambiando. Lacan no concibe etapas de desarrollo de las pulsiones y no habra ninguna relacin de engendramiento entre una pulsin parcial y la siguiente, no es un proceso de maduracin, es el producto de la intervencin de la demanda del Otro, lo que mantiene el circuito no es la sucesin de una pulsin a otra, sino el objeto que es contorneado.Freud (1979) identifica cuatro elementos de la pulsin: el Drang (esfuerzo): factor motor, un empuje; el Ziel (meta): es el fin de la pulsin, la satisfaccin proporcionada por la cancelacin de la excitacin en la fuente; un Objekt (objeto): es por medio del cual se llega a la meta, este es variable, no viene predeterminado con cierta pulsin, est perdido; una Quelle (fuente): origen somtico de la pulsin, constituido por la zona ergena.En un principio, la pulsin nace apuntalada en una funcin biolgica, para luego de obtener un plus de placer y desprenderse de esta funcin para volverse algo independiente. Freud (1979) distingue primeramente entre pulsiones de auto conservacin, que estn ligadas a funciones corporales para la conservacin de la vida, de la cual deriva una satisfaccin secundaria que da origen a las pulsiones sexuales que son numerosas e independientes entre s, para luego en la pubertad organizarse en, lo que Freud llamo, la etapa genital donde su meta sera el placer de rgano. Freud (1979) adems identifica cuatro destinos de pulsiones sexuales, basados en tres grandes polaridades: actividad-pasividad, yo-no yo, placer-displacer: en el trastorno hacia lo contrario, una meta activa se transforma en pasiva, o se muda el amor en odio, si bien para Freud amor-odio estn reservados a la relacin yo-objeto. Otro destino consiste en la vuelta hacia la persona propia, donde lo que cambia es la va de objeto (yo propio).Para Lacan (1989) existen tambin los componentes de la pulsin, denomina aim al lazo que bordea al objeto a (objeto perdido), el trayecto de la pulsin, sera un empuje. El Bord sera el borde del orificio marcado por la prdida del objeto, la fuente de la pulsin, la zona ergena (borde erogeneizado por la accin del Otro) de donde saldra el lazo que bordea al objeto a y el goal que sera el haber llegado a la meta, para despus volver a comenzar el circuito borde (el Goal no es la funcin reproductiva). Los objetos de la pulsin son cuatro: el pecho (relacionado a lo oral), las heces (relacionado a lo anal), la mirada (relacionado a lo escpico) y la voz (relacionado a lo invocante), estas dos ltimas son invenciones de Lacan. Cada sujeto tiene una relacin con sus objetos respectivos, con unas modalidades de goce pulsional propias, hay algo de la sexualidad que se constituye subjetivamente en las redes del significante: es atravesada por la dialctica del deseo.Es una pulsin parcial en tanto el objeto est perdido (dado el acceso al lenguaje, la interpretacin-demanda del Otro y la prdida del goce) y est condenada a regresar en el circuito antes descrito, la pulsin nunca se va a satisfacer totalmente, simplemente rodea al objeto (a diferencia de Freud en donde el objeto es el medio para llegar a la satisfaccin). La pulsin sera el montaje a travs del cual la sexualidad participa en la vida.Existe la premisa de que la sociedad actual quiere borrar la falta, todo tiene que simbolizarse y ser reconocido, por esto somos consumidores, todo tiene que tener su representante, si no lo tiene se crea una necesidad y un objeto correspondiente que lo satisfaga. Creemos firmemente que podemos tenerlo todo, que hay algo que nos va a satisfacer completamente, esto nos enferma ya que nunca vamos a llenar la falta, caeremos en excesos que nos perjudican, nos obsesionamos con lo que demos tener y con lo que tenemos que ser. Pero ambos, sociedad y sujeto, estn en falta, hay algo que no se llena y estamos condenados a dar vueltas infinitas por ese objeto que, en principio y constitucionalmente, est perdido. Somos libres, existe el libre albedrio?, creeramos que nuestras elecciones son decisiones propias, que elegimos comprar tal producto sin ninguna intencin ms all de necesitarlo o de que hacemos tal cual cosa sin pararnos a pensar en sus motivaciones ms all de la necesidad inmediata, pero existe algo del orden del determinismo en nuestras vidas, todo lo que hacemos est respondiendo a ciertas demandas, externas o internas, por lo tanto no podemos decir que somos completamente libres, estamos determinados por nuestra historia de vida y por la sociedad en la que se vive. Externas, en tanto los estndares de la sociedad nos dicen que hacer e internas, en tanto reflejan algo del orden de nuestro deseo. Es as como nuestros sntomas estn determinados por la conjuncin de nuestro deseo y lo que la sociedad nos exige.REFERENCIAS FREUD SIGMUND, Las pulsiones y sus destinos, en Obras completas, volumen XIV, Buenos Aires, Amorrortu, 1979.LACAN JACQUES, Desmontaje de la pulsin, en El seminario, Libro XI, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanlisis, Buenos Aires, Paids, 1989.LACAN JACQUES, La pulsin parcial y su circuito, en El seminario, Libro XI, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanlisis, Buenos Aires, Paids, 1989.