La Psicología de Carl R. Rogers

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La Psicología de Carl R. Rogers icard n 11 Psicólogo PRESENTACiÓN La Psicología Humanista surge como «tercera fuerza» por la consi- derac ión de que las otras dos gran - des contribuciones a la cienc ia psi- cológica : el Psicoanálisis y el Con- ductismo , ofrecen imágenes limita- das del hombre , tan sólo partes de una realidad mayor. La Psicología Humanista ofrece, también, una posición filosófica más positiva y en cierta forma mantiene una serie de compromisos en cuan- to a la naturaleza del hombre y a la consecución de esa cienc ia que es necesario para lograr una compr en- sión más profund a y total del hom- bre . El hombre y su experiencia son el centro de la Psicología Humanista de tal forma que sus teorías con refle- jos de los procesos que revelan al hombre de forma más completa , sin distorsionarlo, dado que no hay que conserv ar a ultranza elementos teó - ricos . Una de las principales contribucio- nes a la Psicología y, en concreto ,a la Psicología Humanista ha sid o la persona de Carl R. Rogers (1902-1987) . Él es el fundador de la Psicoterapia Centrada en la Perso- na. Rogers es un pensamiento dinámi- co que se basa en la con c epción po- sitiva del hombre como eminente- mente constructivo y que tiende ha- cia su propio perfeccionamiento . Estas líneas son la presentación de una ser ie de artículos que van a ir apareciendo sobre la obra de C. Rogers y que se ha cons iderado van a ser de interés para los profesiona- les de la Psicología. Se pretende presentar algunos aspectos y comentarios de la obra de uno de los más eminentes psic ó- 16 logos de la historia, que llegó a tras- mitir aquella integración entre su vida y la doctrin a que defendió : un modo de ser. La teor ía de la Personalidad de C. Rcgers se inserta plenamente den - tro de la llamada Tercera Vía de la Psicología. Esta denominación de Maslow o la más reciente Psicología Humanista representa, fundamental- mente, una posición filosófica res- pecto de la naturaleza del hombre, su carácter positivo, y, a su vez, un amplio aspecto de teoría, investiga- ción y estudios aplicados. Por ello , creo, no ha aparecido ningún siste- ma teórico que englobe todos los planteamientos en el interior de la Psicología Humanista, ofreciendo un marco definitivo para una teoría úni- ca de la personalidad. En este panorama destaca la apor- tación estructurada de C. Rogers. C. Rogers no presenta una teoría de la persona o de la personalidad, sus estudios fundamentalmente experi- mentales y dinámicos, le obligan a plantearse una definición o estructu- ración metodológica (hipótesis se- gún el autor) de la person a que cambia. Desde una perspectiva existenci al Rogers ve al hombre , lejos de un de- terminismo o pesimismo gen ético- psicológico y/o social , como el ente con capacidad de comprenderse y de reaccionar libre y responsable- mente en el desarrollo positivo de su existenci a si se encuentra en ciertas condiciones ambient ales creadas por una relación interpersonal. Desde una perspectiva fenomeno- lógica, al margen de la dicotomía lo subjetivo lo objetivo, considera al hombre como el conjunto de la inte- racción yo-experiencia de la reali- dad, llevando a la persona hasta aquella zona de la experiencia don- de pueda establecerse un cont acto (congruencia). Para C. Rogers, la persona es un todo -organismo- organizado, di- námico y abierto, en la que existe un deseo de estabilidad, de coherenci a organísmica, de conc iencia. y de de- seo de unidad y orden. Este organis- mo está constantemente en mov i- miento hacia niveles superiores de conciencia y de realización. Para ello dispone de un potencial organísmico como una tendencia a la plenitud, la realización y el autoperfecciona - miento . Una tendencia direccional construct iva (e . Rogers, 1978) . Este enfoque de la teor ía de la personalidad está centrado en el concepto del self (el sí mismo) que se podría definir provisionalmente como las ideas y sentimientos que el individuo valora e interpreta como propios Así, en la medida en que el individuo alcance un grado suficien- te de congruencia: una buena ade- cuación entre la experiencia y su percepción , la simbolización y la asi- milación de esas experiencias en la estructura organísmica del sí mismo, entonces se darán las condiciones adecuadas para el crecimiento per - sonal óptimo . Todo este proceso direccion al de - termina un sistema fluido cambiante, en el que la relación de ayuda va a permitir que el organismo encuentre un clima adecuado para que la per- sona sea capaz de percibir su expe- riencia, ser más ella misma , posibili- t ándose. de esta forma, aquel pro- ceso que C. Rogers ha ido encon- trando experimentalmente en sus clientes en la relación psicoterapéu- tica: «... se hallan en un continuo cambio y parecen sentirse satisfe - chos con ello». (C. Rogers, 1972 , p. 56 .)

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La Psicologíade Carl R. Rogers

icard n 11Psicólogo

PRESENTACiÓN

La Psicología Humanista surgecomo «tercera fuerza» por la consi­deración de que las otras dos gran ­des contribuciones a la ciencia psi­cológica: el Psicoanálisis y el Con ­ductismo, ofrecen imágenes limita­das del hombre, tan sólo partes deuna realidad mayor.

La Psicología Humanista ofrece,también , una posición filosófica máspositiva y en cierta forma mantieneuna serie de compromisos en cuan­to a la naturaleza del hombre y a laconsecución de esa cienc ia que esnecesario para lograr una compren­sión más profunda y total del hom­bre .

El hombre y su experiencia son elcentro de la Psicología Humanista detal forma que sus teorías con refle­jos de los procesos que revelan alhombre de forma más completa, sindistorsionarlo, dado que no hay queconservar a ultranza elementos teó­ricos .

Una de las pr inc ipales contribucio­nes a la Psicología y , en concreto , ala Psicología Humanista ha sid o lapersona de Carl R . Rogers(1902-1987) . Él es el fundador de laPsicoterapia Centrada en la Perso­na.

Rogers es un pensamiento dinámi­co que se basa en la con cepción po­sitiva del hombre como eminente­mente constructivo y que tiende ha­cia su propio perfeccionamiento .

Estas líneas son la presentaciónde una serie de artículos que van air apareciendo sobre la ob ra de C.Rogers y que se ha considerado vana ser de interés para los profesiona­les de la Psicología.

Se pretende presentar algunosaspectos y comentarios de la obrade uno de los más eminentes psic ó-

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logos de la historia, que lleg ó a tras­mitir aquella integración entre suvida y la doctrina que defendió : unmodo de ser .

La teoría de la Personalidad de C.Rcgers se inserta plenamente den­tro de la llamada Tercera Vía de laPsicología. Esta denominación deMaslow o la más reciente PsicologíaHumanista representa, fundamental ­mente, una posición filosófica res­pecto de la naturaleza del hombre,su carácter positivo , y, a su vez , unamplio aspecto de teoría, investiga­ción y estudios aplicados . Por ello ,creo, no ha aparecido ningún siste­ma teórico que englobe todos losplanteamientos en el interior de laPsicología Humanista, ofreciendo unmarco definitivo para una teoría úni­ca de la personalidad .

En este panorama destaca la apor­tación estructurada de C. Rogers. C.Rogers no presenta una teoría de lapersona o de la personalidad, susestudios fundamentalmente experi­mentales y dinámicos, le obl igan aplantearse una definición o estructu­ración metodológica (hipótesis se ­gún el autor) de la persona quecambia.

Desde una perspectiva existencialRogers ve al hombre, lejos de un de­terminismo o pesimismo genético ­psicológico y/o social , como el entecon capacidad de comprenderse yde reaccionar libre y responsable­mente en el desarrollo positivo de suexistencia si se encuentra en ciertascondiciones ambientales creadaspor una relación interpersonal .

Desde una perspectiva fenomeno­lógica, al margen de la dicotomía losubjetivo lo objetivo , considera alhombre como el conjunto de la inte­racción yo-experiencia de la reali­dad, llevando a la persona hasta

aquella zona de la experiencia don­de pueda est ablecerse un contacto(congruencia) .

Para C. Rogers , la persona es untodo -organismo- organizado , di­námico y abierto, en la que existe undeseo de estabilidad , de coherenciaorganísmica , de conciencia. y de de­seo de unidad y orden. Este organis­mo está constantemente en mov i­miento hacia niveles superiores deconciencia y de realización . Para ellodispone de un potencial organísmicocomo una tendencia a la plenitud , larealización y el autoperfecciona­miento. Una tendencia direccionalconstruct iva (e . Rogers , 1978) .

Este enfoque de la teoría de lapersonalidad está centrado en elconcepto del self (el sí mismo) quese podría definir provisionalmentecomo las ideas y sentimientos que elindividuo valora e interpreta comopropios Así, en la medida en que elindividuo alcance un grado suficien­te de congruencia : una buena ade­cuación entre la experiencia y supercepción , la simbolización y la asi­milación de esas experiencias en laestructura organísmica del sí mismo,entonces se darán las condicionesadecuadas para el crecimiento per­sonal óptimo .

Todo este proceso direccional de ­termina un sistema fluido cambiante ,en el que la relación de ayuda va apermitir que el organismo encuentreun clima adecuado para que la per­sona sea capaz de percibir su expe­riencia , ser más ella misma , posibili­t ándose . de esta forma, aquel pro­ceso que C. Rogers ha ido encon­trando experimentalmente en susclientes en la relación psicoterapéu­tica: «... se hallan en un continuocambio y parecen sentirse satisfe­chos con ello ». (C. Rogers, 1972, p.56.)

1. CONCEPTOSFUNDAMENT ALES

Es habitual en la obra de e. Ro­gers presentar una definición deaquellos constructos y términos uti­lizados en la explicac ión de la teoríade la personalidad y que han co bra­do ya algún grado de especializa­ción . Por mi parte reduzco este apar­tado a aque llos términos o concep­tos que considero como el fund a­mento de la teoría de la personalidady de la persona que evoluciona y, porsupuesto , de la terapia centrada enla persona.

A) La tendencia actualizante

La idea fundamental y básica detoda la concepción terapéuti ca roge­riana es la capacidad que todo serhumano tiene de comprenderse a símismo y de solucionar sus proble­mas de un modo suficiente.

Esta capacidad es algo inherentea la persona, y la tendencia a ejer­cerse es el funcionamiento caracte­rístico del hombre y consiste en ungrado de comprensión , no absoluta­mente correcto , pero sí sufi cientepara el proceso de adaptación e in­tegración que es la existencia huma­na; así como tampoco se trata deuna tendencia que !leve a solucionesdefinitivas, sino a soluciones inme­diatas que permiten la continuacióndel proceso hacia la madurez.

Ahora bien , esta potencialidad noes auto mática; su puesta en funcio­namiento «requiere un contexto derelaciones humanas positivas, favo­rables a la conservación y valoracióndel yo ; es decir , requiere relacionescarentes de amenaza o de desaf ío ala concepción que el sujeto se hacede sí mismo» (Rogers, e., Kinget , M. ,1971 ,1 , p. 29) .

Así pues, siempre que las contin­gencias del medio no supongan vio­laciones manif iestas de las condicio ­nes de la vida humana, esta capaci ­dad y su tendencia se or ienta haciael funcionamiento adecuado.

Esta capac idad sería la manifesta­ción psicológica de la llamada «ten­dencia actualizante del organis­mo.., entendida como la tendenciaconstante a desarrollar las potencia­lidades del individuo para asegurarsu conservación y su enri quecim ien­to . Este término debe entenderse ensentido fenomenológ ico, subjetivo.En este sentido dice Kinget, «lo quela tendencia actualizante tiende a al­canzar es lo que el sujeto percibecomo revalorizador o enriquecedor,

u

aunque no necesariamente lo que esobjet iva o intr ínsecamente enr ique­ced or» (Ibíd., 1971, 1, p. 31).

El concepto de tendencia actuali­zante se completa con el sign ificadoque Rogers atribuye al término «or­ganismo ». Basándose en la interpre­tación de los aspe ctos físicos y psí­quicos del organismo (bioquím ica yexperiencia), el térm ino organismoaquí significa el conjunto de las fun­c io nes const itut ivas del hombre ,aunque centrado en la estructura dela experiencia y la manifestación deésta en el comportamiento .

Rogers usará , pues , la tend enciaactualizante refiriéndola siempre alpolo psíquico del organismo. Y asícomo se observa que , siempr e queno existan perturbadores graves,todo organismo se desarrolla morfo­lógi ca y fisiológicamente hacia elejemplar adulto y sano, la teoría ro­geriana intenta explicar el desarrollode la personalidad -polo psíquico-

por el efecto de una tend encia pare­cida a las leyes que rigen el desarro­llo del polo f ísico, a la que últ ima­mente Rogers llamará «tendenciaformativa»(Rogers, e., 1978 ; 1978)

Ésta es la hipótesis básica de late oría roger iana y su postulado fun­damental , según el cual el procesode la organi zación de la experienciaes comp arable , en su orientación, alproceso de desarrollo físico, de for ­ma que si la experiencia puede orga­nizarse en ausencia de perturbado­res graves, esta organización -in­cluida su expresión en el comporta­mient o- se llevará a cabo en el sen­tido de la madurez y del func iona­miento adecuado, es decir, en elsentido de una conducta racional ,social, subjetivamente fuente de sa­tisfacción y obje t ivament e eficaz .

La actu alización de esta tendenciaestá condicionada a la existencia deun clima relacional adecuado, des­prov isto de amenazas para el yo del

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individuo. En este momento surge lacomplejidad de la teoría rogeriana .pues aquel clima es de orden feno­menológico. por lo que lo importan­te no es el carácter intrínsecamentepositivo de las cond iciones. sino lapercepción como no amenazantesde estas condiciones por el sujet o.

Para Rogers, el individuo. su ten­dencia actualizante y su noción delyo forman parte de un mundo feno­menológico. por lo que el condicio­namiento de la tendencia actualizan­te es de carácter perce ptua l, asícarpo el yo .

Ultimamente e. Rogers ha traba­jado sobre este concepto insistien­do en que toda su teoría y aplicacio­nes prácticas descansan en estaconfianza básica en el organismoaportando datos de la invest igacióncientífica, de todos los campos. enun esfuerzo por conseguir una fun­damentación científica a lo que la ex-

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perienc ia y la evidencia terapéuticale había of rec ido como fundamentode su teo ría de la personalidad y te ­rapia. (Rogers . e.. 1977; 1978;1978.)

Para Rogers . la tendencia actualí­zante es la motivación básica y sepuede confiar en que las conductasde un organismo están dadas en ladire cción de mantenerse. mejorarsey reproducirse; aquella tendenciaes, según sus palabras, la naturale­za del proceso que llamamos vida(íd. 1977) . Como elemento políticode su teoría está su afirmación: «Elorganismo se controla a sí mismo y,en su estado normal, se mueve ha­cia su propio mejoramiento y haciauna independen cia de control exter­no» (1977. p. 239).

En los dos artícu los c itados(1978; 1978) mantiene fundamental­mente la expos ición anterior, aña­diendo un relato de experiencias de

varios campos de la ciencia que fun­damentan la existencia en toda vidaorgánica de una tend encia o mot.va­ción intr ínseca, un movimiento en to­dos los organismos hacia la realiza­ción de sus posibilidad es inherentes(tendencia direccional).

En su esfuerzo de fundamenta­ción experi mental y en contra de lacrítica que ha calif icado de optimis­ta la tendencia actualizante, ensayael situar dicha tendencia en un con­texto más amplio ; intenta demostrarla existencia de esta tendencia posi­tiva-constructiva en la totalidad de lanaturaleza. De esta forma estableceuna nueva hipótesis de trabajo : «Pa­rece existi r una tendencia formativaen la evolución del Universo quepued e ser observada en cualqu ier ni­vel» (1978 ; 1978).

En la exposición de los diversosexperimentos y aportaciones cientí­ficas, Rogers demuest ra que junto alconcepto de «entropía» en el Univer ­so exist e la «s int ropla» (Szent ­Gyoergy i, A.) o la «tendencia mórf i­ca» (Whyte, R. W.l. la siempre act i­va tendencia hacia un orden mayor yuna mayor complejidad entrelazadaentre los niveles orgánico e inorgá­nico . Una tendencia más amplia enel seno de la cual se comprende latendencia actualizante de los orga­nismos y del ser humano.

Deja todavía un camino a la com­probación experimental en un análi­sis sobre la funció n de la concienciaen estas tendencias constructivas ,encontrando que la tendencia forma­tiva es más amplia. creativa y forma­t iva que la conci encia del sistemacósmico en el que las personas seencuentran insertas. (19 78; 1978).

B) El concepto del yo (self)

El «yo» rogeri ano es una estructu­ra perceptual que engloba, del con­junto de experienc ias del sujeto encada momento, todos los hechos yacontecimientos de este campo ex­per imental que hacen referencia alsujeto . Es dec ir, utili zando un textode M. Kinget (1971) «un conjunto or­ganizado y cambiante de percepcio­nes que se refieren al sujeto» (p.34 ).

El yo está. pues, formando partede aquel conju nto psicofísico llama­do «organismo» y como tal , sujeto ala acción de la tendenc ia actualizan­te ; solamente que el yo será el fac ­tor regulador, la dirección de la ten ­dencia actualizante y , en cuanto quela percepción que el sujeto tenga dela realidad sea adecuada. determina-

rá la ef icacia de la tendencia actua­lizante en orden a lograr el funciona­miento adecuado del organismo.

Esta ef icacia sólo será posible encuanto que el sistema perceptivo delsujeto funcione adecuadamente; ydado que el sujeto percibe la situa­ción en función de la noción que tie ­ne de su yo, podemos conclui r quela eficacia de la tendencia actuali ­zante depende , en última instancia,del carácter realista de la noción delyo .

El yo es como un catalizador queva seleccionando qué experienciasdebe n pasar a la conciencia -serpercib idas- según el concepto quetenga de sí mismo o las posibilida­des de amenaza que descubra en lasnuevas experiencias. En la medidaen que el yo esté fundado en la ex­periencia autént ica, el yo será realis­ta y por lo tanto congruente en supercepción.

En definit iva, la teoría rogerianaestá basada en la correspondencia ocongruencia entre la perce pción (yla consig uiente simboliz ación en laconciencia de lo percibido o su de­forma ción o recha zo) y la experien­cia, ente ndida como todo lo que essusceptible de ser aprehendido por

la conciencia . Sólo de esta for ma elcomportamiento estará adecuada ­mente guiado.

En esta operación del «yo», o sea,el conjunto cambiante de percepcio­nes que se refieren al sujeto, seráquien determinará el proceso de va­loración de la experiencia y su sim­bol ización en la conciencia .

La teoría de C. Rogers está den­tro de las que busc an en el concep­to del yo (self) un punto nuclear dela integración de la persona humana.El mismo Rogers resum e esta idea:

«Esta teoría es básicamente feno­menológica, y se basa ampliamenteen el concepto del sí-mismo (self)como construcción explicativa. Des­cribe el punto final del desarrollo dela personalidad como una cong ruen­cia básica entre el campo feno méni­co de la experiencia y la estruct uraconceptual del sí-mismo, situaciónque, si se lograra , signif icaría liberar­se de tensión y ansiedad internas , yliberarse de tensiones potenciales ;representará el grado máximo de unaadaptación orientada realístic amen­te » (1972, p. 450) .

El concepto del yo puede quedarmás plenamente explicitado con lassiguientes frases : «Es el yo tal como

lo experimenta uno mismo», «la sumatotal de lo que el hombre llamasuyo», «lasuma del yo material-pose­siones mater iales, del yo espiritual ­posesiones esp irituales como las fa­cultades y disposiciones, y el yo so­cial . como somos visto s y valoradospor los demás».

Por último, insisto en que la direc­ción hacia la madurez no es conse ­cuencia de una necesidad interna .como el desarrollo físico, ni de la sa­tisfacción inmediata , ni de la direc­ción externa , es fru to de la acepta­ción plena, en la conc iencia , de todala experiencia del sujeto produ ct o dela libertad experimental. En este sen­tido, creo conven iente reforzar lo di ­cho on un texto de M. Kinget :

«Si el individuo toma concienciade los datos de su experiencia, po­drá someterlos a un proceso - implí­cito o explícito- de valoración, com­probación y, si es necesario . decorrección Entonces, teniendo encuenta la \. ariedad de sus necesida­des , tratará de satisfacerlas todas ,armonizando lo mejor posible su ex­periencia con su comportamiento ;de ello resultará un cierto equili brio»(1971, 1, P 49s).

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C) La libertad de experiencia

En cuanto que el individuo puedareconocer y elaborar sus experien­cias y sus sentimientos personalescomo él cree que debe hacer lo. sepuede decir que existe libertad deexperiencia . Esto es . según las mis­mas palabras de M. Kinget «que elsujeto no se sienta obligado a negaro deformar sus opinion es o actitudesínt imas. para mantener el afec~o o elaprecio de las personas que el con­sidera importantes o la estima de símismo» (1971. l. p. 38) .

La libertad de experiencia es unacondición necesaria para que se rea­lice una percepción correcta. y su­pone para el sujeto la posibilidad real-libertad- de percibir y expresartoda su experiencia. pensamientos.deseos... -los fenómenos exter­nos- tal como los siente el mismosujeto e independ ientemente de suconformidad con las normas que ri­gen en su ambiente.

Si esta libertad es impedida. el su­jeto puede llegar a deformar .0 impe­dir la percepción de la expenencia ode algunos elementos que la formanpara defender la imagen de sí mis­mo.

Aquellos acontecimientos-percep­ciones que puedan desvalorizar laimagen del yo serán sistemáticame n­te eliminados o deformados, mien­tras que permanezcan las causasque impidan la libertad de experien­cia. creándose un desnivel entre laexper iencia y su rep resentaciónconsciente que producirá desarre­glos en el sistema de comunicacióninterno. organísmico. que es la basedel buen funcionamiento Y. por tan­to oaparecerá una nueva act itud. unfactor nuevo de la personalidad y dela conducta . Es decir, para evitar lasamenazas a la imagen del yo, crea­das por la falta de liberta d de expe­riencia. se producen deformacionesen el sist ema perceptivo. Pero comouna parte de su experiencia real es­capa a su cono cimiento , en esa mis­ma medida se le escapa el controlde su conduc ta. En este moment ocomienza la confusión y el estadoneurótico.

Si no se producen atentados con­tra la libertad experiencial, o se con­sigue eliminarlos terapeúticame.n~e,

no suelen producirse estas condicio­nes nocivas, o son reducidas o eli­minadas

Rogers es, sin duda, una conclusiónde todo lo dic ho hasta ahora (ver «Lapsicología de Carl R. Hoqera» en n. o

35). porq ue Rogers, más que unateoría de la perso nalidad, ha plantea­do una teor ía del desarrollo de la per­sonali dad tal como aparece en elproceso terapéutico.Hay que insistir en que esta teo ríano es algo acabado y def init ivo. sinoun ensayo suscept ible de elabora­ción posterior y, además, no tiene uncaráct er especulativo, sino que es elresul tado de una transacción conti­nua entre la experiencia práctica, laconceptualización teó rica y la com­probación por medio de la inves­tigación.La explicació n más completa de lateoría de la personalidad la exponeC. Rogers en su libro «Psicoterapiacentr ada en el cl iente" : en est e tra­bajo sólo se realizará una exposiciónresumida centrándose en lo funda­mental .La hipótesis central de la teo ría so­bre el desarrollo humano se resume:cuand o la tendencia actualizantepuede ejercerse en condiciones fa­vorables. es decir , sin dificultadespsicológicas graves, el individuo sedesarrollará en el sentido de la ma­durez.Dadas unas condi cione s adecuadas,una libertad de experi encia, el indivi­duo puede «vivir su experiencia», es­pecialmente las que se ref ieren alyo : puede realizar una percepción-toma de concienc ia- de sí mismoy de su ambiente, así como tomaruna actit ud - comporta miento- , sinrecurrir a maniobras defensivas. En­tonces habrá corr espondencia entresu experienc ia real vivida y sus per­cepcion es , con lo que éstas irán mo­dificándose constantemente en elsenti do de una difer enciación y deuna autonomía en aumento, típicasdel progreso hacia la edad adulta.Aquella correspondencia, pues, pro­vocará un comportamiento adecua­do , dado que, como ya se ha visto,es la percepción, sobre todo la per ­cepción del yo, la que determina ladirección del comportamiento .Es conveniente explicitar el conteni­do de la palabra «comportamientoadecuado" para no caer en el error,ajeno a la teoría rogeriana, sobre laperfecció n del comportamiento hu­mano tan desmentido por la expe­riencia. El conocimiento de las nece­sidades internas es cada vez más

2. TEORíA DE LA PERSONALIDAD perfecto. así como el del mundo ex-terior, de forma que la estructura ~x­

La teoría de la personalidad de C. per iencial se modif ica en el sentido

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de una aprehensión más realista, lacual prestará un mayor servicio a laconducta a la vez que aumenta la au­to-valoración de los datos de la ex­periencia, comprobación y, si es ne­cesario, corrección. El individ uo, te­niendo en cuenta la variedad de susnecesidades, tratará de satisfacer­las tod as, armonizando lo mejor po­sible su experiencia con su compor­tamiento -adaptación- .En última instancia, esta capacidadde tomar conciencia de la experien­ci a para valorar la, comprobar la,corre girla. que llamamos adaptación,es la que'expresa su tend encia inhe­rente al crecimiento, hacia la madu­rez; es decir, hacia la autonomía yresponsabilización.En resumen, la teo ría de Rogers so­bre la personalidad no se ref iere aalgo evidente, directamente obser­vado, t iene una base de carácter fe­nomenológico, como una permanen­te hipótes is que debe ser comproba­da en cada momento. Aquel desarro­llo favorable -y los procesos de au­tovaloración y autodirección- de­penden, ante todo , de que la expe­riencia esté dispon ible a la concien­cia.Siguiendo a Bertrán (1970) quieroseñalar que con este planteam ientonos estamos refiriendo al «yo estáti­co-personal», por afirmar la persona­lidad en la verdad conoc ida y acep­tada acerca de sí mismo. Pero paraque aquel desarro llo sea posible sonnecesarias unas condiciones favora­bles a la act ualización de las capaci ­dades ; nos estamos refiriendo al «yod inámico-soc ial" , la persona encuanto proyectada a una vida de co­municación social con los demás.

3. TEORíA DELFUNCIONAMIENTO ÓPTIMO DELA PERSONALIDAD

La teoría del funcionamiento ópti­mo suele ser descr ita después de lapresentación de la «teoría de la tera­pia». como manifestación del óptimoen el desarrollo humano tal como hasido descubierto en la investigaciónclínica.

Dado que esta teoría no t iene ca­rác ter final. sino que es un procesoy que puede aclarar el concepto «yodinámico-social» de la personalidad ,se incluye en este lugar , intentado,a su vez, ofrecer un conjunto homo­géneo con lo expuesto anteriormen­te.

En el «organismo» existen unas hi­póte sis, demostradas en la práctica

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terapéut ica, que son los supuestosde la teoría de la personalidad . Es­tos supuestos son :

1) Que el individuo es capaz detomar conciencia de los factores desu mal funcionamiento psíquico.

2) Que tiene la capacidad parareorganizar su noción del yo demodo que se haga más compatiblecon la totalidad de su experiencia .(Si esta cap acidad estuviera en es­tado latente se podría desarrollar enla relación con una persona que es­tuviera en un estado de acuerdo in­te rno, que tuviera hacia el interesa­do una actitud de consideración po­sitiva incondicional y una compren­sión empática .)

3) Que posee una tendencia inhe ­rente a actualizar las potencialidadesdel «organismo».

4) Que tiene una necesidad deconsideración positiva.

Así pues , en cuanto que se denlas condiciones adecuadas , el fun ­c ionamiento óptimo queda enuncia-

do de esta forma :a) To do individuo posee una ten­

dencia inherente a actualizar las po­tencialidades de su organismo.

b) El individuo tiene la capacidadde representarse su experiencia deun modo correcto y tiende a ejerceres ta capacidad .

1. Corolario : Tiene la capa cid adde mantener y la tendencia a mante­ner un estado de acuerdo entre lanoción del yo y la experiencia.

e) El individoo siente una necesi­dad de consideración positiva.

d) Siente una necesidad de con­sideración positiva de sí mismo.

e) La manifestación de las ten­dencias enunciadas en a y b es fun ­c ión de las satisfacciones señaladasen e y d. Más bien , las tendenciasde a y b se expresan en la medidaque:

1. El sujeto siente la considera­ción positiva incondicional de laspersonas criterio .

2 . Esta consideración posit iva in-

condicional se revelaen el sujeto enel seno de una relación en la que sesienta comprendido de un modo em­pático.

f) Cuando se dan al máximo lascondiciones estipuladas en e, el in­dividuo funciona plenamente. Un in­dividuo así presenta las característi­cas siguientes:

1 . Está «abiert o» a su «experien­cia ».

a) Corolario: No manifiesta con­ductas defensivas .

2 . Como c onsecuenc ia , todassus experiencias son accesibles a laconciencia.

3 . Sus percepciones son tancorrectas como lo permiten los da­tos de su experiencia.

4 . La estructura del yo concuer­da con la experiencia.

5 . La estructura de l yo es una«Gestalt » o configuración fluida quese modifica con flexibilidad duranteel proceso de asimilación de nuevasexperiencias .

6 . El sujeto se percibe como elcentro de valoración de su expe­riencia.

a) El proceso de su valor ación escont inuo y organísmico .

7. El proceso de «valoración» noestá sometido a condic iones exter­nas .

a) Corolar io : El sujeto experimen­ta un sentimiento de considerac iónpositiva incondicional haci a sí mis­mo.

8 . En toda ocasión se comportade un modo adaptado y manifiestauna actitud creadora hacia toda si­tuación nueva.

9 . Descubre que su capacidad devaloración autónoma, «orqanísmica»,representa una fuente de direccióndigna de conf ianza y cap az de guiar­le hacia formas de conducta produc­toras de satisfacción.

Esto a causa de que :a) Todos los datos de la expe­

riencia son accesibles a la concien­cia y son utilizados.

b) Ningún dato de experiencia esnegado o deformado.

c) Las consecuencias de la con­ducta son accesibles a la concien ­cia .

d) Los errores cometidos al per­seguir el máximo de satisfacción-errores debidos a la insuficienciade datos experienciales- seráncorregidos por la prueba de la rea­lidad .

10 . Teniendo en cuenta el carác­ter posit ivo , desde el punto de vistaafectivo de la consideración poslti-

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eva recíproca, este individuo vive conlos demás en la mejor armonía posi­ble . (Rogers , C. y Kinget , M., 1971,1, p . 259 ss)

Podemos concluir que la teoría deldesarrollo óptimo de la personalidades sinónima de las nociones deadaptación psicológica perfecta, demadurez óptima, de acuerdo internocompleto , de apertura total a la ex­periencia y de discriminación per­ceptual perfecta.

4. TEORíA DE LA TERAPIA

Para Rogers el desarrollo humanode la personalidad debe efectuarsedentro de la relación con los demás:"-yo dinámico-social- , y es precis a­mente en el estudio de estas rela­ciones humanas donde basa sus es­tudios y su terapia .

La «Psicoterapia centrada en lapersona" trata de reorganizar la ex­periencia mediante la creación de unambiente adecuado de libertad en elque el mismo sujeto será el agentey el paciente de su nueva experien­cia . Es decir, creará una relación hu­mana en donde lo import ante seránlas actitudes y sentimientos

En esta relación, el terapeuta ro­geriano debe abstenerse de toda ac­tivid ad intervencionista, pues si la fi­nalidad de la terap ia es la restructu-

ración del sistema perceptivo y alconseguir una autonomía y respon­sabilidad del cliente como persona,ni la enseñanza ni el condicionamien­to pueden lograr que el cliente secompro meta directamente en lapráctica de aquell as finalidades.

Partiendo de estos supuestos, in­tento describir seguidamente losfundamentos de la teoría de la te­rapia.

Cuando un sujeto vive una situa­ción de amenaza y siente que su yoes atacado, inhibe aquellas experien­cias que le ocasionan amenaza y an­gustia haciendo suyas aquellas nor­mas que le trasmiten las personascriterio y la función primitiva se vuel­ve parte esencial de su estructurapsíquica.

Esto produce una inadecuaciónentre la experiencia y la percepciónque el sujeto tiene de ella , la imagendel yo se vuelve incongruente y seproduce una desvalorización de laimagen del yo . La persona se en­cuentra entonces en un estado dedesacuerdo interno más o menospronunciado debido a esta falta decongruencia, pues parte de la expe­riencia inmediata o anterior es sus­traída a su conciencia; y , por su si­tuación de defensividad y dependen­cia, la tendencia actualizante quedaparcialmente desviad a.

El individuo se sentirá protegido ,pero no es autént ico, y, en conse­cuencia, es «vulnerable». En talescondiciones su personalidad funcio­na a la defensiva y sus percepcionesadquieren mayor rigidez con el fin deinterceptar aquellos sent imientos oexperiencias , en la medida en queéstos se han hecho incompatiblescon la imagen inadecuada que seforma de sí mismo.

Este peligro de dependencia ame­naza a toda la personalidad . ¿Existealguna posibilidad de ayuda?

Efectivamente con una relaciónhumana que permita una mayor se­gur idad en el individuo, que eliminela amenaza que le impide simbolizarla experiencia . Esta es la ayuda psi­coterapéutica rogeriana: «La crea­ción de condiciones excepcionalesque permiten liberarse a la experien­cia bloqueada y ponerse al serviciode la conducta» (Rogers, C. y Kin­get , N., 1971 ,1, p. 64). Es decir, queposi bilite la reorganización de la ex­periencia .

al Condiciones generales:

Creo que quedó ya demostradoque el profesional terapéutico roge­riano le importa sobre todo el factorhumano, por ello plantea su trabajoen términos de actitudes.

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Por esta razón , cuando un clientese pone en contacto con el te rapeu ­ta porque - con ot ras formulacionesmenos te óricas pero más existencia­les- siente amenazado su yo , elimi­nado del campo de sus percepcio­nes las exper iencias frustr antes. elterapeuta debe inverti r las condicio ­nes dando una experiencia de segu­ridad exc epc ional.

Rogers se ref iere a una seguridadinterna, un estado psíquic o que per­mita afrontar la propia angustia, «unadisminución del nivel de angust ia»(Ibídem, p. 94), que impida la depen­dencia, que est imule la autodetermi­nac ión , que haga posible la actuali­zación de la ten dencia actualizante .

Al mismo tiempo debe existir en laterapia una «cierta calidad afect iva»,algo que M. Kinget llama «calor», unacualidad hecha de bondad. de res­ponsabilidad , de interés desintere ­sado que vendrá a reforzar la segu ­ridad por su caráct er no evaluativo.Este enfoque se basa «no sólo en elderecho del individuo a la autodeter­minaci ón, sino tamb ién en su nece­sidad de ser amado en tanto que serúnico , libre y creador» (Ibidem, p.110) .

¿Cómo establece r estas condicio­nes ? Es dif ícil de f inir con palabrasalgo que deb e se r el elemento basede cualquier relac ión humana y que ,por otra part e, ha provocado esce p­tici smo u oposición entr e los esp e­cialist as . Podemos decir que es elresultado de que el terapeuta pongaen prá ct ica cie rtas act itudes, unc ierto espíritu .

b) El te rapeuta:

El cambio en una persona - comoya quedó dicho- sólo puede surgirde la experiencia surgida en una re­lación, por tanto - aquí Roge rs for ­mula una hipótesis general- «si pue­do crear un ciert o t ipo de relación,la otra persona desc ubrirá en sí mis­ma su capacidad de utili zarla para supropia madurac ión y de esta manerase producirá el cambio y el desarro­llo individual» (1974 , p. 40).

Para crear este tipo de relación esnec esario que el terapeuta haya ad­quirido ciertas «act itudes».

1. Un estado de ac uerdo internoentre el yo y la experiencia:

El terapeuta debe de encontrarseen un es tado de acuerdo intern o en­tre el yo y la experiencia. o, comotambién lo llama Rogers , tener una

act itud auténtica o congruente .Este estado existe cuando las expe­riencias relativas al yo están correc ­tamente simbolizadas e integradasen la estruc tura del mismo yo , cuan­do «existe acuerdo entre el yo y laexperiencia. o sea, que su represen­tación es autén tica » (Roge rs y Kin­qet , 1971 ,1, p . 207) . A nivel de la re­lac ión terapéut ica, la congruenciasigni fica «tener presente mis propiossent imien tos y no ofrecer una facha­da externa... volunt ad de ser y ex­presar, a través de mis act itudes, lossentimientos y acti tudes que existenen mi» (Rogers, C 1974. P 41 )

Precisando más y siguiendo estalinea personal y humanamente com ­prometida del libro de Rogers , Elproceso de convertirse en perso­na, la autenticidad del terapeuta esalgo más que una técnica terapéuti ­ca, «significa que si debo facilitar eldesarrollo person al de los que se re­lac ionan conmigo, yo también debodesarrollarme, y si bien esto es a

menudo doloroso, también es enri­quecedor» (1974, p. 56 ).

No se tr ata. pues, de una act itudintelec tualis ta , sino de una relac ióndinámica. trans form adora, y. si es«autént ica». enri quecedora hacia laplena realización humana, incluso loserá para el tera peuta. que no essino «el ot ro» de la relación . sujeto asu misma dinámica.

2 . Consideración positivaincondicional:

Una segunda actitud del terapeu ­ta es tener una consideración posi­tiva incondicional hacia el cl ienteque se podría definir como el respe­to o aprecio al cliente como perso­na, de valor propio e incondicional,como indiv iduo valioso independien­temente de su conducta, condicióno sentimientos.

Con palabras de Rogers , «si lasexperiencias de otra persona relat i-

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vas a ella misma me afectan todascomo igualmente dignas de conside­ración positiva» (1971 , 1, p. 211).

El desarrollo de tales sentimientosno es perjudicial para el terapeuta ydebe estar en contra de las act itu­des «profesionales». objet ivadoras,evaluadoras. Ello supone, por unaparte. que el terapeuta debe haberllegado a ser una persona indepen­dien te, no influenciable. de modoque pueda acep tar al otr o con másprofundidad, y , por otra parte , quedejará desarrollar la personalidad delotro con plena independencia, comoes .

3. Comprensión empática:

La comprensión empática consi s­te en la «percepc ión correc ta delmarco de referencia de los demáscon las cosas subjet ivas y los valo­res personales que van unidos» (Ro­gers y Kinget . 1971 , 1, p. 216). O di-

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cho de otra forma, la capacidad deponerse verdaderamente en el lugarde otro , de ver el mundo como él love.

Esta capacidad es indispensablepara el rogeriano que debe captar yreflejar la signif icación personal delas palabras del cliente , mucho másque responder a su contenido inte­lec tual , porque sólo «cuando secom prendan los sentimientos delcliente y se acepte al individuo conellos, ést e se ve libre para explorar­se a nivel consciente o inconscien­te » (Rogers, 1974, p. 42).

Se podr ían añadir más condicio­nes a las expuestas. pero sólo pien­so señalar que el terapeuta debeomitir cualqu ier t ipo de juicio o eva­luación para permit ir la autovalora­cíó n y responsabilización del cl iente,y, además , que deje a la persona enun proceso de transformación y nocomo una realidad estát ica.

e) El proceso:

Cuando las condiciones que aca­bamos de enunciar están presentesy se mantienen, se pone en marchacierto proceso. Rogers habla de unaecuación en el te rreno de las rela­ciones personales o de una relaciónfuncional: si se dan unas condicio­nes, entonces se producen unosefectos.

Rogers define este proceso entérminos operacionales de la si­guiente forma:

«Cuanto más pueda el cliente per­cibir en el terapeuta una actitud deautenticidad, comprensión ernp át icay respeto incondicional por él, tantomás se alejará de un funcionamientoest ático, rígido, insensible e imper­sonal, para orientarse hacia un com­portamiento carac terizado por unmodo fluido, cambiante y permisivode vivenciar los senti mientos perso­nales diferenciados. La consecuen­cia de este movimiento es una modi­ficación de la personalidad y la con­ducta en el sentido de la salud y ma­durez psíquica y el logro de relacio­nes más realistas consigo mismo,con los demás y con el medio»(1974, p . 68 ).

La explicación de este procesoestá en aquella capacidad - «ten­dencia actualizante»- que todo serhumano tiene de comprenderse a símismo y avanzar en la dirección desu prop ia madurez. En un ambientepsicológicamente adecuado, estatendencia puede expresarse libre­mente y deja de ser pot encial paraconvert irse en algo real.

Los cambios que experimenta elcliente a lo largo de la terapia hansido objeto de profundas investiga­ciones y se encuentran expuestospor C. Rogers ampliament e. Un re­sumen podría ser el siguiente :

1. Comienza un proceso de llegara ser:

- Comienza por abandonar lasmáscaras o roles tratando de descu­brir algo más profundo , más propiode sí mismo ; descubrir su auténticosí mismo .

- Se realiza la vivencia del sen­timiento , esto es, el descubrimientode los elementos desconocidos delsí mismo. Experimenta las actitudespropias que surgen organísmicamen­te , de form a que la persona, en aquelmomento , llegue a ser su temor , suternura... llegue a ser lo Que es.

- Descubrimiento del sí mismoen la experiencia. Llegar a ser él mis-

E...t

mo no una fachada conformista , niuna negación de todo sentimiento ,sino un proceso vivo que respira ,siente , fluctúa, etc .

2 . La persona que emerge:

- Está abierta a la experiencia ;es el extremo opuesto de una acti­tud de defensa. La actitud rígida odefensiva (en defensa de una ima­gen de sí mismo estereotipada) tien­de a ser reemplazada por una mayoraceptación de la propia experiencia ,se aceptan los hechos tal como sony no se distorsionan para adaptarlosa ningún modelo . Una apertura a laexperiencia, a la percepción de loque existe en este momento en unomismo y en la realidad .

- Confianza en el prop io orga ­nismo. El organismo se considera elinstrumento adecuado para hallar laconducta más satisfactoria en cadasituación inmediata. La persona pue ­de captar toda su experiencia y con

su pensam iento considera, evalúa...cada est ímulo o necesidad, y es ca­paz de descubrir la elección más sa­tisfactoria a sus necesidades, sin­tiendo menos temor hacia sus pro­pias reacciones emocionales.

- El organismo es un foco inter­no de evaluación. El sujeto llega adescubrirse como el centro de susrelaciones , decisiones y juicios devalor . Se acude menos a los demásen busca de pautas de comporta­miento.

- El individuo desea ser un pro­ceso antes que un producto . La con ­fianza en el propio organismo y eldescubrimiento de sí mismo le hacenaceptar que todo no es el resolverun problema, sino que este objetivo ,junto con otros , es un algo constan­te a resolver en un vivir existencial ,en un proceso constante, en una di­rección que el organismo humanoelige en el interior de una tendenciadireccional hacia la propia perfec-

ció n y desarrollo del Universo todo .- Comienza a aceptar a los de­

más. Junto con la capacidad deaceptar su propia experiencia, con­fianza en sí mismo y encontrarsecomo su propio esquema referencialde comportamiento , comienza aaceptar a los demás y las percepcio­nes realizadas por los demás valo­rándoles en lo que son.

- Tendencia a un funcionamien­to pleno . Debido a los elementosdescritos anteriormente, el individuose convierte en un organismo quefunciona de modo más integral y gra­cias a la conciencia de sí mismo , quenace de su experiencia , se transfor­ma en una persona de funcionamien­to pleno, con las siguientes implica­ciones : mayor libertad, menor deter­minismo ; llega a ser una personamás creativa ; una persona que con­fía en la naturaleza humana; una vidamás rica.

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