La provincia de Río Negro entre 1983 y 2003: predominio radical bajo diferentes modelos - Francisco...

8/10/2019 La provincia de Ro Negro entre 1983 y 2003: predominio radical bajo diferentes modelos - Francisco Camino Vela

1/35

713

POSTData19, N 2,

LA PROVINCIA DE RO NEGRO ENTRE 1983 Y 2003:PREDOMINIO RADICAL BAJO DIFERENTES MODELOS

por Francisco Camino Vela*

I. Introduccin

La provincia de Ro Negro desde el retorno de la democracia en 1983observ una doble excepcionalidad en el concierto nacional: ser el nicodistrito en el que la Unin Cvica Radical (UCR) ha gobernado en formaininterrumpida durante veintiocho aos, y la provincia donde el peronismono fue gobierno hasta 2011. En estudios anteriores hemos expuesto unaserie de factores que contribuyen a explicar este predominio: la desintegra-

cin estructural de la provincia, la provincializacin de la UCR, el peso dela poltica de alianzas y las terceras fuerzas, los liderazgos de negociacin,los efectos de la metamorfosis y la crisis de la representacin, el derrotero dela identidad radical provincial, y los errores del justicialismo1.

El anlisis especfico de la dinmica poltica de esta provincia seenmarca en una recuperacin politolgica e histrica de los espaciossubnacionales como objeto de estudio en la ltima dcada2. Pero este proce-

* Doctor en Historia, docente e investigador del Grupo de Estudio de Historia Social(Gehiso), Facultad de Humanidades, Universidad Nacional del Comahue. Profesoradjunto Sede Alto Valle y Valle Medio de la Universidad Nacional de Ro Negro,

Argentina. E-mail: [email protected] Para analizar este predominio puede consultarse Camino Vela (2011a, 2013, 2014),

Camino Vela y Rafart (2003, 2009), Rafart (2005) y Rafart, Quintar y Camino Vela(2004). Con ampliacin a la Patagonia, Camino Vela y Rafart (2012) y Camino Vela(2012). Otros estudios a consultar son los de Escolar y Villarino (2004) y Favaro eIuorno (2005), entre otros que sern citados posteriormente.

2 Aqu se enmarca el Proyecto de Investigacin 40-A-238, Construccin de poder

poltico en la Provincia de Ro Negro desde los aos 90 a la actualidad: los pactoscorporativos de gobernabilidad y la vinculacin estratgica de las elites polticas en

POSTData19, N2, Octubre/2014-Marzo/2015,ISSN 1515-209X,(pgs. 713-747)


2/35

714

so tambin se est llevando a cabo para otras reas y problemas de la cienciapoltica y la historia. De hecho, uno de los temas centrales para comprenderel desempeo de nuestras democracias en Amrica Latina es el populismo.

En esta lnea, Mara Esperanza Casullo (2013a) afirma que las numerosasinvestigaciones sobre populismo parecen no tomar en consideracin precisa-mente los espacios subnacionales, y propone analizar lo que denominapopulismo subnacional, aplicando el concepto de populismo, y sobre todode mito populista, en la construccin identitaria de espacios provincialescomo los de Neuqun y Ro Negro3. No es nuestro objetivo dar respuesta aesta ausencia y menos an ingresar a los intensos debates sobre el conceptode populismo, su versin latinoamericana, las novedades que ha presentado,

su evolucin nacional, o el neopopulismo de derechas y/o izquierdas, entreotros grandes temas4.Nuestro objetivo aqu es lograr un primer acercamiento al tema, apor-

tando a esta rea de investigacin un recorrido sobre las gestiones radicalesfundantes del predominio rionegrino de la UCR desde el retorno de la de-mocracia a la primera dcada del siglo XXI, evaluando adems si es intere-sante y contribuye a las investigaciones de fenmenos subnacionales el con-cepto de populismo, es decir, si resulta til el concepto de populismo

subnacional. Ms all de la produccin discursiva, que suele ser una de lasdimensiones principales de anlisis, aqu vamos a realizar un recorrido porlas diferentes gestiones de los gobernadores y sus modelos estatales, contra-poniendo bsicamente las claves de dicho predominio entre el modelo lideradopor el primer gobernador y el sustentado por el tercero5.

Podemos afirmar que el estado rionegrino transit un largo caminodesde los ideales socialdemcratas del primer gobernador, Osvaldo lvarezGuerrero (1983-1987), continuado en parte por el segundo, Horacio

escenarios multinivel, Universidad Nacional de Ro Negro; y el Proyecto de Investiga-cin H147, La transicin democrtica en la Patagonia,Grupo de Estudios de Histo-ria Social, Facultad de Humanidades, Universidad Nacional del Comahue.

3 Hay un inters renovado por estos estudios y una lnea de investigacin recientementeabierta al respecto para la provincia de Ro Negro (Sartino 2013a, b).

4 Para ello y sin ser exhaustivos, pueden consultarse las obras de Laclau (2005) y Panizza(2009), el clsico de Ianni (1975), algunas referencias de Rouqui (2011) y los artcu-los de Casullo (2011, 2012a, 2012b), entre otros autores.

5

Parte de este recorrido ha sido expuesto en Camino Vela (2011b) y Camino Vela yGadano (2013).

Francisco Camino Vela


3/35

715

POSTData19, N 2,

Massaccesi (1987-1995), al siguiente ajuste neoliberal tardo llevado a caboprincipalmente por Pablo Verani (1995-2003), y al pragmatismo del lti-mo gobernador radical, Miguel Saiz (2003-2011). Las gestiones de lvarez

Guerrero y de Pablo Verani, pertenecientes a etapas muy diferentes y concaractersticas dismiles, ocuparn principalmente nuestra atencin. La ges-tin intermedia de Massaccesi, que demanda un estudio ms extenso, serbrevemente mencionada, en tanto la ltima de Saiz ser materia de otroestudio.

Para este anlisis debemos tener en cuenta que el populismosubnacional, segn Esperanza Casullo (2013a), pone en tensin la compe-tencia poltica en tres planos, el provincial, el local y el nacional. Para su

construccin la opcin estratgica ms natural de los actores polticos es laformacin y el fortalecimiento de identidad en un plano, generalmente elprovincial, frente a alguno de los otros dos, sobre todo el nacional. En estesentido, debemos identificar en los gobernadores su posicin en relacin aestas opciones de construccin poltica entre niveles, sea concentrarse en elplano provincial, unir los tres niveles desde un mismo clivaje, o conformaruna identidad poltica desde un espacio antagonizando con alguno de losotros o con ambos. De la misma manera, tendremos que constatar si se

produjo la construccin de un sujeto poltico, el pueblo, desde una interaccindiscursiva con un lder carismtico que practica algn tipo de movilizacincontenciosa y antagnica y que es el que puede marcar los lmites de lainclusin y de la exclusin.

A lo largo de la historia nacional se han producido diferentes desarro-llos populistas. La UCR tuvo encarnaciones populistas, caso del TercerMovimiento Histrico alfonsinista (Casullo 2012b). Tambin existenpopulismos de derechas o neopopulismos que tras la desestructuracin de la

matriz Estado-cntrica asumieron caractersticas liberales combinadas conotras populistas. No obstante, por razones de espacio y por ser ampliamenteconocidas, hemos obviado el anlisis de la poltica, la economa y la sociedaddel perodo a nivel nacional, dedicndonos con mayor profundidad al anli-sis provincial.

En este marco, el artculo se divide en dos apartados. El primero estdedicado al gobierno provincial iniciado tras la recuperacin de la democra-cia, sealando los aspectos ms salientes de una gestin clave para sentar las

bases del predominio radical. En el segundo abordaremos la crisis de losaos noventa y la respuesta desde el ajuste pero sin prdida del predominio

La provincia de Ro Negro entre 1983 y 2003...


4/35

716

radical rionegrino. Algunas consideraciones finales cerrarn este artculo. Parala realizacin del mismo y ms all de la bibliografa citada, se ha utilizadoprensa y documentos de la poca, entre otras fuentes.

II. Predominio radical y construccin estatal en los aos 80

En las elecciones inaugurales de la democracia se enfrentaban el radi-cal de Bariloche Osvaldo lvarez Guerrero6y el peronista Mario Franco,nico ex gobernador provincial de este signo en los setenta. El efecto arrastrede las presidenciales inclin la balanza en favor del candidato radical, que

con el 52 por ciento de los votos y la mayora en la legislatura, veintinlegisladores liderados por el radical Horacio Massaccesi frente a quince deljusticialismo, emprenda su gestin. En los festejos afirmaba que

a nuestro juicio ha triunfado una forma de concebir la idea decambio y de renovacin en los modos de convivencia social y polticade los argentinos () un estilo de concebir la justicia social y la liber-tad7.

El objetivo principal del nuevo gobernador era revertir el desequili-brio estructural, la desintegracin al interior de la provincia, y potenciar eldesarrollo econmico y social, pero parta de una situacin econmica yadministrativa muy desfavorable. Reciba una provincia en crisis, sin capaci-dad de recaudacin, con un alto nivel de evasin impositiva y dependientede los aportes nacionales, algo que haca imposible el pretendido federalismo.Le entregaban una administracin estatal con un presupuesto que estimaba

6 Abogado de profesin e intelectual de centro izquierda. Fue uno de los fundadores delMovimiento Nacional de Renovacin y Cambio en la UCR. Fue elegido Diputadonacional por el radicalismo en las elecciones de 1973. Durante el Proceso de Reorgani-zacin Nacional defendi a detenidos polticos y escriba notas periodsticas contrariasal rgimen. Fue gobernador entre 1983 y 1987 y diputado nacional entre 1987 y1991. Opositor al Pacto de Olivos y a la reforma de la Constitucin Nacional de 1994,colabor con otras fuerzas polticas desde un espacio poltico que agrupaba a dirigentesradicales contrarios a dicho pacto. Falleci en julio de 2008 (diario Perfil, 28/07/2008

y diario La Nacin, 29/07/2008).7 DiarioRo Negro, 31/10/1983.



5/35

717

POSTData19, N 2,

una inflacin del 160 por ciento frente a la real del 400 por ciento, conaumentos salariales no absorbidos por la nacin y por tanto transferidos enforma de deudas del gobierno federal al provincial, y con 37 municipalida-

des en situacin de estrangulamiento financiero. Como afirmaba en su pri-mer discurso:

El desquicio financiero del Estado provincial no registra antece-dentes () los ndices inflacionarios y una administracin dispendiosay muchas veces irresponsable ha contribuido al desorden () Debe-mos presentar esto, con toda claridad, y el pueblo rionegrino debeestar enterado de ello: recibiremos de la Tesorera de la Provincia, en

da de maana, con saldo negativo8.

A esta situacin contribua el delicado estado del Banco de la Provin-cia de Ro Negro, puesto en jaque por la dictadura y su proyecto de privati-zar total o parcialmente las bancas oficiales de las provincias. Este proyectohaba obligado a esta entidad a competir con la banca privada, resignandolos iniciales objetivos de apoyar a la economa provincial. La apuesta delnuevo gobierno, desde una poltica de reasignacin de recursos, era

reconvertirlo en el instrumento de fomento y desarrollo armnico eintegrador de toda la provincia9.Para Miguel ngel Franco (2004: 319-320), la dcada del 80 estaba

signada por la demanda de mayor eficiencia, consolidacin y desarrollo de lademocratizacin, y por una toma de conciencia del rol clave de la adminis-tracin pblica en este proceso. La profundizacin de la democracia vendrade la mano del aumento de la participacin ciudadana y de la reforma delEstado. En este sentido, el nuevo gobernador entenda que dicha reforma

era inevitable, contemplando como ejes la descentralizacin, la planificacinregional y la participacin. Urga atacar el dficit mejorando los ingresos connuevas propuestas impositivas y de ingresos dirigidos a los ciudadanos de laprovincia y a la relacin con nacin, y tambin una racionalizacin adminis-trativa, conteniendo el gasto y ajustando las erogaciones, salvo en educaciny salud. La coordinacin intermunicipal, el auxilio financiero a los munici-pios, el fortalecimiento del Poder Judicial, as como dotar de mayor transpa-

8

Mensaje del 11 de diciembre de 1983.9 Ibdem.



6/35

718

rencia y participacin de la sociedad en la poltica, se sumaban a las tareaspendientes. Todo ello en plena consonancia con la impronta de regeneracinsocial, cambio cultural, progreso y modernizacin del discurso alfonsinista.

Una de las caractersticas de esta primera gestin fue su coincidencia yconexin poltica con el Presidente de la Nacin. Para Pose (2009: 5) RoNegro era una provincia paradigmtica en el proyecto alfonsinista, conside-rada por los intelectuales del mismo, en su mayora jvenes progresistas y desectores medios urbanos y universitarios, como una provincia nueva queofreca un desarrollo asociado a una sociedad ms equilibrada, con una es-tructura productiva ms moderna que las viejas provincias y una estructurasocial dinmica, con mayor movilidad social y presencia de amplios sectores

medios. Las provincias tradicionales estaban signadas por intereses arraiga-dos en una estructura poltica con un fuerte influjo tradicionalista, lideradaspor caudillos, y de corte patrimonialista y clientelista. Todo esto impeda lamodernizacin y obstaculizaba el debate poltico abierto, el pluralismo y laparticipacin, seas de identidad del gobierno radical que s podran desa-rrollarse en una provincia relativamente nueva como Ro Negro. Es por estoque varios dirigentes radicales rionegrinos ocuparon lugares importantes enla administracin nacional, a la vez que el gobernador elegido en la provincia

tena un perfil de intelectual democrtico muy alejado de los gobernadoresde tendencia caudillista de otros espacios provinciales.De hecho, Favaro e Iuorno (2007: 8) sealan esta fuerte vinculacin y

caracterizan a la gestin del mandatario provincial con los beneficios recibi-dos por los viedmenses y el gobierno provincial a partir del proyecto de

Alfonsn de trasladar la capital nacional. Esta era la iniciativa ms osada delpresidente, ya que rompiendo con la tradicin portea propuso una revolu-cin en la constitucin histrica del pas y la provincia, el traslado de la

capital de la Repblica al eje urbano Viedma-Carmen de Patagones, aban-donando Buenos Aires. En abril de 1986 el propio presidente de la Nacinen Viedma convocaba a los argentinos a ir hacia el mar, al sur y el fro(Mases y Rafart 2008: 32). Sin embargo, en septiembre de 1987 el radica-lismo sera derrotado en las elecciones a diputados nacionales y en las degobernadores. En la Patagonia slo Ro Negro, no causalmente, conservaraese signo poltico. La disminucin de poder que esto supuso y que se acre-centara paulatinamente por la crisis econmica y social, termin con el

proyecto de traslado. Para Favaro e Iurono (2007: 9), la conclusin del mis-mo es tomada como la primera seal de la tendencia de ajuste fiscal que se



7/35

719

POSTData19, N 2,

instalara en la provincia, a la vez que un punto de inflexin en la relacinentre la nacin y la provincia. No obstante, dicha tendencia sera resistida enla provincia y se implementara con cierto retraso en relacin al pas.

En 1987 lvarez Guerrero se converta en el primer gobernador consti-tucional elegido por el pueblo que lograba concluir su mandato. Su gestinquedara marcada por su pensamiento progresista y por las polticas llevadas acabo en esta lnea. En su ltimo discurso frente a la Legislatura, recorra loslogros de su gobierno10. Declaraba haber invertido en educacin el 40 porciento de las rentas generales, traducido en cuarenta mil metros cubiertos deaulas y escuelas; en el Plan de Alfabetizacin, con trescientos centros en toda laprovincia; en la cobertura del 80 por ciento de la poblacin de 5 aos en el

ciclo inicial; en los cursos del servicio de Aprendizaje Laboral Orientado; y enla reforma pedaggica en el nivel medio con el Ciclo Bsico Unificado, entreotras medidas11. Salud se llevaba el 20 por ciento del presupuesto de rentasgenerales, reflejado en siete mil metros cuadrados de hospitales construidos; elaumento de los centros de atencin primaria en los barrios perifricos; el des-censo de la mortalidad infantil; y el incremento del nmero de consultas,entre otras acciones12. Tambin inici la reforma en el campo de la salud men-tal poniendo en marcha desde 1984 una serie de acciones destinadas a cam-

biar la atencin en este campo. Esta primera gestin provincial tambin avan-z en infraestructura de energa y combustible, en obras viales, en creacin deviviendas13, en comunicaciones y en polticas de accin social14.

10 Mensaje del 1 de mayo de 1987.11 Bohoslavsky (2008: 28) seala que los gastos de la provincia de Ro Negro en educa-

cin aumentaron el 84% entre 1984 y 1990.12 El gobierno tuvo que hacer frente al colapso edilicio del hospital de Roca y aumentar

salas en el de Bariloche, Regina, Viedma y Cipolletti, entre otros (diario Ro Negro, 26/07/1986).13 En la prensa nacional se informaba sobre las actividades del Instituto de Planificacin y

Promocin de la Vivienda de Ro Negro (IPPV), ente autrquico ejecutor de las accio-nes del Fondo Nacional de la Vivienda (Fonavi), que entre 1984 y 1986 habainiciado un total de 5.051 unidades habitacionales, 1.502 en 1984, 1.089 en 1985y 2.460 en 1986, ao este ltimo en el que el gobierno nacional aument el porcentajeque le corresponda a la provincia en dicho fondo por el proyecto de traslado de lacapital federal. Hasta julio de 1987 habra entregado 3.823, estando en construccinen su fase final otras 5.500 (diario Clarn, 28/07/1987).

14

Para las acciones en las reas de trabajo, previsin y accin social puede consultarse eldocumento estatal Polticas y acciones del gobierno democrtico en las reas de: accin



8/35

720

Respecto al desarrollo productivo, el gobernador daba cuenta de lostrabajos para la radicacin de nuevas industrias y el apoyo crediticio a indus-trias existentes, afirmando que la provincia no tena cifras de desocupacin

propias del subdesarrollo, bien por el contrario exhiba que

los indicadores econmico-sociales sealan un incremento del cre-cimiento bruto interno superior al 15 por ciento, en el perodo 1985-1987; el ndice de desocupacin inferiores a la media del pas en suconjunto () los ndices de inversin nacional y provincial en la obrapblica, en la infraestructura social, y en el plan de integracin pro-vincial, son de una magnitud nunca superada antes15.

No obstante estos avances y su publicidad oficial, la provincia noestuvo exenta de conflictos en este perodo, sobre todo cuando la crisis eco-nmica nacional fue en aumento. De hecho y por la importancia en la eco-noma provincial, los empleados de la actividad frutcola y del propio Esta-do, fueron ejes de controversias e indicadores de la situacin socioeconmicaen Ro Negro.

Podemos comprender el recrudecimiento de los enfrentamientos en

la segunda mitad de la dcada, de la mano de la descomposicin de la econo-ma nacional, traducido esto en el aumento de la conflictividad y el des-acuerdo con la administracin radical para acordar los salarios16. En 1987 yfrente a una buena cosecha, el conflicto salarial recrudeci, manifestando losgremios que si no hay solucin este ser el ao del gran conflicto17, y losempresarios que es la primera vez en el valle que incluso no se formaronlos precios en la compra de productores y hay anuncios de no iniciar lacosecha en funcin de esta incertidumbre que han logrado expresiones alti-

sonantes del gremio de la fruta18

. En este caso, el gobierno provincial llegincluso a modificar las bandas salariales decretadas por la administracinnacional para poder destrabar un conflicto que ya anticipaba lo que seran

social, previsin, minoridad, ancianidad, familia y mujer, y trabajo, del Ministerio deTrabajo y Accin Social de Ro Negro (1987).

15 Mensaje del 1 de mayo de 1987.16 Sobre los conflictos y las condiciones salariales y de proteccin social pueden consultarse

diferentes notas en el diario Ro Negro(10/08/86, 30/07/86, 23/10/86, 30/11/1986).17

Diario Ro Negro, 6/01/1987.18 Diario Ro Negro, 10/01/1987.



9/35

721

POSTData19, N 2,

otros enfrentamientos en una actividad que pese a sus buenas cosechas dabacuenta ya de problemas estructurales.

Durante 1987, ao electoral con renovacin provincial del Ejecutivo,

se produjeron numerosos conflictos, sobre todo en el mbito de la adminis-tracin pblica, que tena un fuerte peso en la estructura de poblacin eco-nmicamente activa. La Unin de Trabajadores de la Educacin de Ro Ne-gro (Unter) sostuvo un prolongado enfrentamiento, despertando sospechasen el radicalismo que sealaba la dureza del gremio educativo en relacin aotras provincias, no teniendo en cuenta la alta dedicacin presupuestaria alsector y los aumentos voluntariamente otorgados, atribuyndole unaintencionalidad poltica y sealando incluso un acuerdo con el peronismo

renovador y su candidato a la Gobernacin de la provincia para las eleccionesde septiembre de ese ao19. Ms all de estas posibles motivaciones, la reali-dad marc un conflicto iniciado en abril de ese ao por el desacuerdo salarialcon el Estado rionegrino que dej no menos de 23 jornadas de clases perdi-das en paros docentes semanales sucesivos de 72 horas o ms y, entre otrasmedidas, cortes del trnsito20. Pero no sera ste el ltimo ni el ms grave delos conflictos que el Estado rionegrino tendra que afrontar en los aos si-guientes.

La dcada del 80, catalogada por la Comisin Econmica para Am-rica Latina de Naciones Unidas (Cepal) como la dcada perdida en relacina la evolucin econmica general en Amrica Latina, tuvo su reflejo en Ar-gentina y dentro de ella en Ro Negro. La estanflacin qued configuradapor la exportacin neta de capitales, el crecimiento del dficit pblico nacio-nal y provincial, convertido en deuda externa e interna, la inestabilidad deprecios y el dficit estructural de la balanza de pagos, agravado por la infla-cin. Esto afect la inversin pblica y privada, y el consumo, trasladndose

a la recaudacin tributaria y de ah a la cobertura de servicio de la poblacin.De esta manera, durante los aos 80 la tasa de crecimiento anual del pro-ducto en Ro Negro fue del 1,6 por ciento frente a un aumento poblacionaldel 2,6 por ciento, lo que implicaba un retroceso en el producto per cpita,y en el nivel de vida de la poblacin, sobre todo de las zonas ms rezagadas ycon insercin laboral ms precaria (Landriscini 2004: 240).

19 Ver documento Anlisis del conflicto docente (Gmez y Carranza 1987).20

Los diarios nacionales que daban cuenta de la gravedad del mismo (Clarn, 8/06/1987).



10/35

722

No obstante, el papel del Estado en Ro Negro fue determinante,sosteniendo y aumentando el gasto y la inversin pblica. Por el propiocrecimiento econmico y poblacional y retroalimentando a ste, desde los

60 la administracin pblica fue creciendo, diversificando sus funciones yexpandindose territorialmente a travs de oficinas, escuelas, hospitales ycaminos. Desde el desarrollismo en adelante, el papel del Estado y suvinculacin con el fomento de las actividades pblicas y privadas fue relevan-te en la creacin de un modelo que encontr su freno a mitad de la dcada delos 80 con la perniciosa combinacin de inflacin y recesin que influy enel crecimiento regional, paralizando obras de infraestructura necesarias parala integracin y el desarrollo, as como retrasando los cambios tecnolgicos

en la fruticultura.Una muestra clara de esta orientacin poltica, amparada en una con-cepcin de Estado del Bienestar sostenida por Osvaldo lvarez Guerrero ypor su sucesor, Horacio Massaccesi, durante los primeros aos de su gobier-no, fue la evolucin de las Necesidades Bsicas Insatisfechas (NBI). Se pro-dujo en la provincia un descenso relevante en la dcada del 80 en la cantidadde hogares con NBI. Del 29 por ciento de los hogares que para 1980 regis-traban estas necesidades se paso a un 18,9 por ciento en 199121.

Sin embargo, Landriscini (2004: 241-242) seala que el incrementodel gasto pblico no tuvo correlato con el crecimiento real de la actividadeconmica y la recaudacin, forzando al endeudamiento pblico que asu-mi progresivamente la forma de crisis fiscal. Frente a las crisis y las prdidaso estancamientos de empleos en el sector privado, el Estado recurri al em-pleo pblico y asumi la refinanciacin de los pasivos empresarios a travs desu estructura bancaria, ensanchando todava ms sus compromisos de gas-tos. La suma de desajustes fiscales y dficit en el sector privado, se tradujo en

recortes de servicios, prdida de calidad de las prestaciones e ineficiencia enla redistribucin. El esquema sostenido encontr por tanto su lmite en el

21 En el clculo del NBI hay, adems de los cuatro elementos sealados por Bante yFerreyra (2002: 341), un quinto elemento que refiere a hogares que tienen cuatro oms personas por miembro ocupado y en los cuales el jefe tiene bajo nivel de educacin,asistiendo solo dos aos o menos al nivel primario. Raffo y Bonifacio (2002: 656) sobrelos datos de los censos de poblacin de 1980 y 1991, afirman que la cantidad depoblacin con NBI pas del 39% al 21%, respectivamente, siendo los departamentos

con poblacin rural los ms afectados, bsicamente la Lnea Sur, pero encontrandobolsones de pobreza en los barrios perifricos de las ciudades ms pobladas.



11/35

723

POSTData19, N 2,

estancamiento econmico y en el recurso al endeudamiento, como le ocurrial Estado nacional. Las consecuencias sociales de la espiral creciente entreinflacin y endeudamiento, sumado a las reformas estructurales de los 90,

daran lugar posteriormente a profundos conflictos.Pese a esta proyeccin futura, en 1987 y a la hora de la renovacin en

el gobierno de la provincia, el radicalismo ofreca como principal atractivo lapropuesta de continuidad y profundizacin del modelo estatal de lvarezGuerrero en el marco de la Convergencia Programtica y Democrtica lideradapor el presidente de la Nacin. Ese Estado inversor, realizador de obras p-blicas, proveedor de educacin y salud, tendente a reducir los desequilibriosy lograr la integracin y el desarrollo de la provincia, en un marco democr-

tico de participacin ciudadana, era defendido como propuesta para el si-guiente perodo gubernamental. De hecho, la plataforma electoral del parti-do daba cuenta en primer lugar de todos los logros alcanzados entre 1983 y1987, antes de pasar revista en extenso a las planificadas medidas futuras degobierno22.

La continuidad con lvarez Guerrero, con Alfonsn y su proyecto detraslado de la capital, todava vigente, y con una poltica de refuerzo delEstado era puesta de manifiesto por el candidato a la gobernacin Horacio

Massaccesi23

, en las declaraciones de campaa cuando resaltaba que

por primera vez en Ro Negro vamos a renovar un gobierno consti-tucional por otro gobierno constitucional, mrito que le corresponde

22 Plataforma electoral perodo 1987-1991. Unin Cvica Radical, Provincia de RoNegro, documento base aprobado por la Convencin Provincial de la UCR el 4 de

julio de 1987 en General Roca.Es un texto de 276 pginas en el que analizan y ofrecen

propuestas sobre el Estado y la planificacin, economa, recursos naturales, obras yservicios, comunicacin social, ciencia y tcnica, educacin, cultura, salud, trabajo,promocin y asistencial social, mujer, juventud, deporte e integracin regional.

23 Natural de Villa Regina, donde naci en 1948, y abogado de profesin. A nivelpartidario, haba sido presidente de la Juventud Radical de Ro Negro en 1975, secre-tario del Comit Provincia de la UCR rionegrina en 1983 y su presidente desde 1985a 1987, y sera el vicepresidente del Comit Nacional del radicalismo en 1994. Respec-to a su trayectoria pblica, haba sido elegido diputado provincial en 1983, se habadesempeado como ministro de Gobierno de Ro Negro entre 1984 y 1985 y habasido electo diputado nacional en 1985. Sera gobernador durante dos perodos conse-

cutivos, entre 1987 y 1991, y 1991 y 1995. En este ltimo ao sera candidato apresidente de la repblica por el radicalismo y designado senador nacional.



12/35

724

a este maravilloso pueblo que tenemos (afirmando que) estamos paraconstruir el estado ms moderno de la Argentina, con trabajo, verdady coraje () porque somos la caja segura del proyecto transformador

de Ral Alfonsn () siguiendo el ejemplo de nuestros mayores va-mos a continuar la defensa del federalismo, de la integracin provin-cial, de nuestra produccin, de nuestra industria, de nuestra energa() Ro Negro es el eje del futuro de nuestro pas y por eso tenemosla obligacin de reformular nuestra provincia sobre la base de la des-centralizacin, el pluralismo y la democracia () aqu estamos dan-do forma a la Convergencia Democrtica para los rionegrinos de bue-na voluntad que quieran compartir este proyecto transformador24.

El primer gobernador rionegrino de la democracia recuperada habainiciado la modernizacin de las estructuras provinciales, consensuando in-cluso la reforma constitucional con los partidos polticos, incluidos su rivalhistrico (Pose 2009: 6). Con el impulso del discurso refundacional llegabaentonces el partido gobernante a unas elecciones signadas a nivel nacionalpor la crisis econmica. En un plano ms poltico, el justicialismo provincialse presentaba con ms posibilidades una vez emprendido su proceso renova-

dor y teniendo un candidato provincial de mejor imagen pblica, RemoCostanzo, que lidiaba con las fracciones renovadoras y ortodoxas.La crisis econmica nacional, la prdida de popularidad del presiden-

te, y la situacin econmica y las protestas sociales en la provincia, complica-ban las posibilidades de un triunfo radical que, aunque de menos enverga-dura, finalmente se dio. Para ello fue central la gestin previa del primermandatario provincial que habra creado un clima de conformidad en lapoblacin. Estos avances de la gestin y el peso que le dio a una administra-

cin pblica ampliada en una provincia con alto crecimiento poblacional, leotorg un piso electoral suficiente al candidato radical frente a un peronismoen vas de renovacin pero que careca del control estatal y al que la crisisnacional an no lo beneficiaba lo suficiente.

De ah en ms y una vez producido el cambio de gobierno en lanacin, Horario Massaccesi se dedic a amortiguar el impacto de las trans-formaciones neoliberales de Menem, sosteniendo un modelo alternativo ycontinuando con un providencialismo que le otorgaba un fuerte rol e inter-

24 Diario Ro Negro, 20/07/1987.



13/35

725

POSTData19, N 2,

vencin al Estado. De alguna manera, este modelo conllevaba un proyectocomn que lo dotaba de legitimidad sustantiva, concepto que le tomamosprestado a Jos Nun (2000: 97-100), y que contribua a fomentar la identi-

dad radical de la provincia. El modelo rionegrino promulgado por Massaccesiestaba asentado en la contraposicin de la proteccin del bienestar desde elEstado frente a la desproteccin neoliberal del gobierno nacional. A esto lesumaba la defensa del federalismo frente al centralismo, materializando laexpresin mxima de estos principios en el asalto al Tesoro25. La inversin eneducacin, salud y asistencia social, en el marco de un modelo providencialistaque tena tambin una base importante en el empleo pblico y que reducalos ndices de NBI, permitiran la reeleccin del gobernador en 1991.

Hasta la Convertibilidad y pese a las crticas por la poltica crediticiay los gastos estatales, el modelo rionegrino se desarroll y pudo financiarse,pero prontamente el descenso en los recursos, el endeudamiento en aumen-to y el manejo de los recursos pblicos, entre ellos el cuestionado Banco dela Provincia de Ro Negro, llev al Estado provincial a un desequilibrio enlas cuentas pblicas y a la crisis recurrente, en una economa que no creca encorrelacin, desatando la feroz crisis de 1995. Previamente, las consecuen-cias del giro nacional se haban manifestado claramente en Sierra Grande y

en la poltica de privatizaciones que obligaba al Estado provincial a ocuparlos espacios abandonados por el Estado nacional. En 1993 el gobernadorsegua exhibiendo su modelo supuestamente basado en la produccin y enla racionalizacin del Estado sin despidos ni reducciones de empleados ycon aumentos salariales. Las polticas provinciales y los triunfos electoralesconsolidaban las aspiraciones presidenciales de Horacio Massaccesi, que unavez concretadas complicaran en extremo la situacin de la provincia.

25

Enfrentado al ejecutivo nacional, el viernes 5 de julio de 1991, a un mes de laselecciones en las que Massaccesi volva a ser candidato, ingres con la polica provincial,acompaado de su vicegobernador Pablo Verani y sus ministros, a la bveda de lasucursal Roca del Banco de la Provincia de Ro Negro (BPRN), donde estaba deposita-do el Tesoro Regional del Banco Central, incautndose 16,6 millones de pesos quedestinara al pago de sueldos. Con el sustento legal de un decreto de necesidad yurgencia, N 2, ratificado posteriormente por la Legislatura provincial, y bajo el argu-mento de que la Nacin haba incumplido con parte de la compensacin de deudasacordadas con la provincia, materializ esta popular accin que tendra despus unalarga estela judicial y poltica y con la que se ganara a nivel nacional el apodo de Robin

Hood rionegrino. Los detalles de este episodio pueden consultarse en AA. VV. (1997:197 y 206).



14/35

726

La derrota en las elecciones a la presidencia de la nacin de 1995,supusieron no slo el fin de la carrera nacional del gobernador, sino tambindel modelo rionegrino o de lo que quedaba de l, corrodo en sus bases por

una larvada crisis econmica que pretendidamente oculta ya no tena solu-cin, no al menos en el contexto de la poca. El empleo pblico que habaseguido la senda del aumento en la primera mitad de la dcada, sufri lasconsecuencias, expuestas claramente en el funcionamiento de la obra socialprovincial, siendo la actividad de los gremios de empleados pblicos el ter-mmetro natural de la conflictividad en la provincia. El ajuste neoliberal quehaba sido resistido en los primeros aos, tomara finalmente forma desde lacrisis de 1995.

III. Predominio radical con ajuste provincial: los difciles aos 90

Entre mayo y diciembre de 1995, desde las elecciones provinciales ala asuncin del nuevo gobernador Pablo Verani26, se dio un perodo atravesa-do por duros conflictos, no slo de la sociedad contra el gobierno, sino tam-bin en el interior del partido, entre el gobernador saliente que se resista a

racionalizar el gasto e implementar medidas de ajuste y el nuevo mandatarioque tendra que asumir la provincia ocho meses despus y reclamaba accio-nes, viendo en peligro la gobernabilidad. Favaro, Iuorno y Cao (2006: 118-119) sostienen que este ao de protesta social, en el marco de la crisis, con-centr a los sectores medios de la sociedad frente al descenso de sus ingresosy sus derechos como trabajadores, y al deterioro de la educacin, la salud y la

justicia. El problema no era tanto la desocupacin, sino el miedo a perder elempleo, y las acciones colectivas, generalizadas en todas las localidades don-

de antes hubo puebladas ms inorgnicas, eran ahora lideradas por las orga-nizaciones sindicales tras los atrasos salariales.Con la continuidad de las dificultades financieras y la debilidad poltica

del gobernador y candidato no electo a la presidencia de la nacin, HoracioMassaccesi, el conflicto se agrav y la crisis asumi magnitudes desconocidas y

26 Nacido en Italia en 1938. Abogado de profesin, tuvo una larga trayectoria poltica.Fue intendente de General Roca entre 1983 y 1987, vicegobernador provincial ylegislador provincial, gobernador de Ro Negro durante dos perodos, 1995-1999 y

1999-2003, y senador nacional desde 2007, entre otros cargos. Tambin fue presi-dente del Club Social y Deportivo General Roca. Falleci en 2013.



15/35

727

POSTData19, N 2,

violentas desde que en junio un grupo de docentes fueran desalojadoscompulsivamente de las instalaciones del Consejo Provincial de Educacinque mantenan ocupadas. Como afirma Villca (2004: 96), en agosto la provin-

cia estaba a punto de estallar con la justicia paralizada por la retencin deservicios, los hospitales a punto de cerrar, la educacin colapsada y la adminis-tracin central sin funcionar, con un atraso salarial arrastrado desde junio. Eneste marco, la candidatura de Massaccesi como senador nacional, que debadefinirse an en la Legislatura provincial y no a travs del sufragio, dividi lasaguas y empeor la situacin, provocando en septiembre el punto ms lgidoy violento, con el incendio de edificios pblicos, de residencias particulares defuncionarios, y la ocupacin de instituciones oficiales. Con la polica en difi-

cultades tambin para cobrar sus salarios, la provincia solicit ayuda al Estadonacional que estuvo a punto de intervenir la misma y envi fuerzas de seguri-dad Gendarmera y Polica Federal para contener una muy delicada si-tuacin. La ciudad de General Roca volvi al centro de la escena en cuanto a latensin, violencia y gravedad en el conflicto, cuando un grupo de manifestan-tes lleg a incendiar el portn de la casa particular de Pablo Verani en esaciudad antes de que el electo gobernador asumiera su cargo.

Respecto a la intensa crisis de mitad de la dcada, Verani se haba

separado de la posicin oficial del gobierno provincial frente al conflicto ycomenz a reunirse con referentes del gobierno nacional y del Frente EstatalRionegrino (FER) para construir un consenso mnimo que permitiera soste-ner la gobernabilidad una vez que asumiera su cargo en diciembre de 1995(Villca 2004: 97). Este consenso con parte de los sindicatos girara en tornodel desmantelamiento de las estructuras providencialistas del Estado pro-vincial, en consonancia con el modelo nacional y en aras de ajustar los gastosy sanear las cuentas fiscales, reduciendo los ingresos de los trabajadores pero

evitando despidos masivos. Como afirma Bohoslavsky (2008: 74-75) el des-ahogo financiero lleg desde nacin pero a cambio de la implementacin deun programa acelerado de reformas del Estado provincial que inclua laprivatizacin de la Empresa de Energa Provincial rechazada por la ciudada-na pocos meses antes.

El nuevo gobernador asuma con una abultada deuda y un dficitestructural que superaba los once millones de pesos por mes, ms los intere-ses y la amortizacin de la deuda financiera, y con un 70 por ciento de la

coparticipacin afectada (Navarro 2002: 302). El ajuste econmico pas alos sueldos que comenzaron a abonarse en bonos de Certificados de Deuda



16/35

728

de la Provincia de Ro Negro (Cedern), se redujeron los salarios a los agentesactivos y pasivos del Estado, suspendindose el pago a los proveedores esta-tales, contratistas y prestadores de las obras sociales. Verani aprovech la

autonoma estatal que la crisis generaba para emprender reformas radicales eimplementar mecanismos reguladores, comenzando un profundo procesode racionalizacin administrativa27. Para ello constituy la Comisin para laReconversin del Estado Rionegrino, confirmada por representantes del PoderEjecutivo, el gremio mayoritario de los empleados estatales (UPCN) y otrosrepresentantes de la comunidad. Adems de los bonos y del ajuste interno,una de las primeras acciones fue el acuerdo con los prestadores de salud conel objetivo de normalizar el Ipross. Las privatizaciones de empresas y entes

pblicos pasaron a ser un objetivo prioritario en los primeros meses de go-bierno para equilibrar las cuentas pblicas. Adems de la empresa de ener-ga, se privatizaron los casinos, se vendieron otros bienes del Estado provin-cial y se transfiri la Caja de Previsin. No obstante, y a pesar de los envos defondos de nacin, los atrasos salariales seguan y las medidas tambin. Amediados de 1996 se subieron los impuestos provinciales y se redujeron lossueldos de los trabajadores estatales. El nmero de ministerios del gobiernoprovincial se redujo slo a dos Ministerio de Gobierno, Trabajo y Asuntos

Sociales y el Ministerio de Economa, constituyndose la Secretara Gene-ral de Gobierno con rango ministerial. La consecuencia fue la reduccindrstica del nmero de funcionarios.

A fines de dicho ao se anunci la privatizacin de Canal 10, deServicios Areos Patagnicos Sociedad del Estado (Sapse), y del Banco Pro-vincia de Ro Negro (BPRN), constituyndose el Banco de Ro Negro consus principales activos y pasivos. No obstante, en este proceso privatizador secre en paralelo el Banco Residual de Ro Negro, que conserv en el mbito

de la provincia los pasivos de los productores, que no pasaron a la carteracrediticia del Banco de Ro Negro. Esta maniobra de Verani, que dej aresguardo de la provincia las deudas de los productores frutcolas, beneficiampliamente a stos, que lo haban apoyado en forma contundente en elreciente proceso electoral.

El Poder Legislativo propuso tambin un plan de reduccin de gas-tos, en tanto en el Ejecutivo se pona en marcha un plan de retiro voluntario,

27

Este proceso ha sido estudiado especficamente por Hugo Villca (2004:98-102), delque hemos tomado la sntesis que sigue.



17/35

729

POSTData19, N 2,

y a fines de 1996 se aplicaba un impuesto inmobiliario de emergencia tam-bin encaminado a la prioridad central, el equilibrio entre gastos e ingresos,la reduccin del dficit. Si bien ste haba descendido en agosto de dicho

ao de 16 a 10 millones de pesos mensuales, lo que permiti refinanciardeuda pblica, sta era precisamente el lastre principal y la herencia msdifcil de sobrellevar. El proceso general de ajuste logr frenar la situacin dedeterioro abrupto y conflictividad, pero no resolvi los problemas estructu-rales y dejara consecuencias importantes.

Revisando las polticas educativas en los 90, Aliani, Alonso yWelschinger (2000: 161-167) dividen las gestiones radicales en tres etapasque coinciden con los tres gobernadores. Entre 1984 y 1987, en la etapa

que denominan de consolidacin democrtica, reconocen en lvarez Gue-rrero un nfasis en los aspectos filosficos y polticos de la recuperada demo-cracia que le otorg un lugar central a la educacin. Frente a la desintegra-cin fomentada por el gobierno militar desde un neocorporativismo frag-mentado regionalmente y sostenido en los empresarios de la fruticultura y laobra pblica a los que se transferan recursos pblicos, la nuevainstitucionalidad democrtica se traduca en importantes y participativasreformas educativas que tuvieron al nivel medio como protagonista. Pero

esta gestin ira dejando su lugar a prcticas de acumulacin de poder yocupacin del Estado por el partido y actores empresariales y corporativos,que dara como resultado la utilizacin del empleo pblico como instru-mento de clientelismo, lo que quedara patente a partir del siguiente pero-do. Entre 1987 y 1995, con Massaccesi, se habra dado un desarrollismopopulista y un antagonismo centro-periferia, identificando as un proyectodesarrollista poco sistemtico, el aumento creciente de la identificacin en-tre Estado, gobierno y partido, y un refuerzo del pacto corporativo con la

fruticultura, la industria de la construccin y el turismo. A esto se le sumarala lucha contra el centralismo porteo. La extensin de la reforma en el nivelmedio que se dio en esta etapa, es evaluada como apresurada y efectista,generando problemas su repentina ampliacin. As llegamos a la tercera eta-pa, comprendida entre 1995 y 1999, y que denominan de gobernabilidady neocorporativismo fragmentado, enmarcada en la crisis fiscal que habaroto el pacto burocrtico bsico, el pago de salarios. Liderada por Verani, seasentara en un nuevo pacto y derivara en la racionalizacin administrativa.

En educacin el proceso de ajuste se tradujo en un manejo econmi-co del rea tendiente a reducir su impacto en las cuentas del Estado (Aliani,



18/35

730

Alonso y Welschinger 2000: 169-175). De hecho y como sealan estosautores, el gasto educativo descendi del 30,2 por ciento del presupuestoprovincial en 1995 al 21,7 por ciento en 1998. Parte de las medidas adop-

tadas formaron parte de las condiciones de financiamiento a la reforma delEstado puestas por el Banco Mundial en el acuerdo celebrado con la provin-cia a fines de 1997. Sobre los mismos datos, Silvia Barco (2004: 311-313)destaca que la consecuencia estructural de estas polticas se ven reflejadas enlos datos negativos de analfabetismo, desercin, repeticin, desgranamientoy fracaso escolar en los primeros aos del siglo XXI28. Se haban perdido lasreformas participativas y el resto de los componentes del sistema educativoprovincial ideado con el advenimiento de la democracia.

Para la fruticultura, tan relevante para la economa provincial, la dca-da del 90 signific la consolidacin del proceso de concentracin vertical yde trasnacionalizacin que perjudicaba a los pequeos y medianos produc-tores independientes, dejando el control de la actividad en manos de lasestrategias de las grandes firmas. Como exponen Landriscini y Avella (2010:147-150), el Estado termin contribuyendo con sus intervenciones a estepredominio y fue convocado a actuar en cada momento crtico de lamacroeconoma frente a las demandas de los diversos integrantes de la activi-

dad, resolviendo en la coyuntura con acciones ms polticas que econmicas.Como analizan estas autoras, progresivamente el tipo de cambio, conuna moneda local sobrevaluada y poco favorable a la exportacin, derivaraen una crisis de competitividad del ciclo iniciado en 1993, lo que se verifica-ra en la economa rionegrina en su conjunto. Es as que la tasa promedioanual de crecimiento del Producto Bruto Geogrfico de Ro Negro se redu-

jo, pasando del 3,1 por ciento anual entre 1960 y 1979, al 1,6 por cientoanual entre 1991 y 1998. La propia exportacin de manzanas se contrajo,

de las 320 mil toneladas, el 40 por ciento de la produccin, a fines de los 70,a las 196 mil toneladas, el 25 por ciento de la produccin, en 1993. Enrealidad, el aumento de la produccin y el deterioro de la calidad de la frutaproducida, elevaron los volmenes destinados a la industria, en torno a un50 por ciento desde los 80 en adelante, como alternativa para los pequeosproductores, al margen de los verdaderos beneficiarios de la actividad, elsector del empaque y el fro integrado a la comercializacin.

28

Para la educacin rionegrina pueden consultarse los trabajos de Pascual Bereau y Franco(2003) y Franco (2005).



19/35

731

POSTData19, N 2,

En esta lnea y pasando la mitad de la dcada, la Encuesta Permanen-te de Hogares del Instituto Nacional de Estadstica y Censos, registraba enel Alto Valle un descenso de la tasa de actividad para el perodo 1992-1996,

que de un 43,1 por ciento pas a un 38,3 por ciento, y tambin de la tasa deempleo, de un 41 por ciento a un 33,5 por ciento, aumentando abruptamentela tasa de desocupacin que de un 4,4 por ciento llegaba al 12,5 por cientoen 1996 (Bante y Ferreyra 2002: 334)29. Esta situacin, adems de con elritmo de la actividad econmica, se relaciona con otro aspecto de lafruticultura, con el proceso de tecnificacin que trajo aparejada mayor pro-ductividad y como contrapartida una fuerte cada en la generacin de em-pleo en una actividad progresivamente sometida a agentes econmicos

globales sin intereses en los efectos sociales locales (Bohoslavsky 2008: 45)30.Desaparecieron puestos de trabajo, lo que tuvo su traduccin en la afiliacinal sindicato de la fruta que pas de 25.000 afiliados en 1978, a 20.000 en1982, 18.000 en 1990, y 9.000 en 1996.

No obstante y volviendo al sugerente trabajo de Villca (2004: 102-104), Verani aprovech la crisis con la que asumi su gobierno para instaurarun nuevo pacto institucional que le permitiera el trnsito del modeloprovidencialista al neoliberal, construyendo una nueva legitimidad31. En

dicho pacto, uno de los ms firmes aliados fueron precisamente los produc-tores agrarios del Alto Valle con los que el gobernador haba soldado unaestrecha relacin desde su gobierno en el municipio de Roca. De hecho, lacreacin del Banco Residual de Ro Negro fue, como vimos, un instrumentode consolidacin de este acuerdo al licuarle las deudas e impedir una heca-tombe en el sector. Otro de los componentes del pacto fue la reconstruccinde una nueva relacin con el gobierno nacional, tanto en su ala tcnica comopoltica, que le inyectara los fondos necesarios para calmar la situacin y le

permitiera implementar como contrapartida las reformas en el Estado pro-vincial. Por ltimo, el otro actor central para reducir la conflictividad y ase-gurar la paz social, eran los gremios estatales. A ellos convoc el gobernador,

29 Un estudio especfico sobre las polticas de empleo durante el neoliberalismo es el deSpigariol y Gomiz Gomiz (2004).

30 Una excelente demostracin de este proceso para la vecina Provincia de Neuqunpuede encontrarse en Roca (2008).

31 Este pacto para la gobernabilidad es mencionado previamente por Aliani, Alonso y

Welschinger (2000: 166-167). Tambin puede consultarse el trabajo sobre la crisisestatal de Villca, Fernndez y Gomiz Gomiz (2002).



20/35

732

encontrando respuesta en una parte del FER, el actor protagnico de lalucha contra Massaccesi, lo que llevara finalmente al quiebre del mismo. Losgremios estatales que conciliaron con el gobierno, en particular UPCN, par-

ticiparon en el proceso que deriv en la creacin del Consejo Provincial de laFuncin Pblica, la Ley de la Funcin Pblica y la de Administracin Fi-nanciera de la provincia. Obviamente, otros sectores de la sociedad rionegrinaquedaron fuera de este pacto, caso de los gremios contestatarios, el sector delcomercio, el turismo y el sector ovino de la Lnea Sur. A dicho pacto, Aliani,

Alonso y Welschinger (2000: 181) le suman como factor de sustento de lagobernabilidad, la relacin clientelar con amplios sectores de la poblacinque se encontraba en situacin de pobreza.

En 1999 los ciudadanos rionegrinos acudiran a las urnas en dosturnos, primero en junio para elegir gobernador y vice, as como diputa-dos provinciales, y posteriormente en octubre para darle el triunfo nacio-nal a la Alianza radical frepasista. En el plano provincial, Verani habainstalado pblicamente que el ajuste era inevitable por la necesidad dealcanzar el equilibrio fiscal, salir de la crisis e incluso resguardar a la pro-vincia de daos mayores. Para Aliani, Alonso y Welschinger (2000: 182-183) en el sector educativo el xito de este mensaje y de la aceptacin delas polticas correspondientes, se relacionaba con el pacto corporativo ex-puesto, que se asent en la debilidad de los restantes actores as como de lapropia sociedad civil. sta no pudo, frente a un Estado protagnico, desa-rrollar organizaciones sociales con suficiente autonoma y reflexividad comopara superar estrategias individuales de corto plazo y destinadas a resolverintereses inmediatos. Evidentemente, la pertenencia del justicialismo pro-vincial al partido que a nivel nacional aplicaba y diriga el ajuste, impedala formacin de una oposicin slida a estas polticas, dejando ese lugar aun partido con menores posibilidades y que adems se debata con la pa-radoja de que su estructura nacional se haba aliado con el radicalismo, nosreferimos al Frepaso.

En esta lnea, el gobernador era considerado por los sectores que lorespaldan dentro del radicalismo como la persona que haba podido manejarla provincia es sus peores momentos. Con este respaldo Verani defendapblicamente su poltica de disciplina fiscal, que prometa continuar, dandocuenta de su xito al pasar de un dficit de veinticinco millones de dlares aun supervit primario de tres millones, claro que esto se daba en el marco de



21/35

733

POSTData19, N 2,

un aumento de la deuda pblica provincial de 750 millones a unos 900, loque era considerado como un xito por el mandatario32.

Recostado sobre la necesidad de que en la nacin ganara la Alianza

para poder cambiar las polticas gubernamentales y mejorar la situacin dela Provincia de Ro Negro, sostena el esquema de su pacto de gobernabilidadapostando a la creacin de un fondo frutcola y a su poltica asistencial frentea la crisis. Afirmaba que

la reconversin del pequeo y mediano productor en el Alto Vallepuede costar unos 120 millones, as que se puede planificar en seisaos () El embudo en la fruta no lo tenemos slo en la produccin,

sino en especial en la comercializacin. No hay otra forma de creceren el sector agropecuario () Yo le entregu 16 millones de dlares ala fruticultura. Cuando hubo que levantar la cosecha de lpulo, le dila plata yo. Cuando hubo que arreglar la economa turstica en elBolsn y Bariloche, tambin tuvo que ir la provincia, as como tam-bin lo hicimos con los laneros de la Lnea Sur33.

Sosteniendo tambin las frreas oposiciones que lo acompaaron, caso

de la Unter, se presentaba con este discurso y el peso de la estructura partida-ria y estatal a las elecciones. Entre sus principales promesas se encontraba laobra pblica y la estabilidad laboral en el Estado provincial, asegurando queno habra ni un slo despedido tras su posible victoria.

Finalmente, la alianza radical ganaba las elecciones relegando al Fren-te para el Cambio una vez ms al segundo lugar. Verani lograba una cmodareeleccin superando su registro anterior con el 46,9 por ciento obtenido, loque puede explicarse por varios factores. El lder rionegrino haba consolida-

do su imagen de gestor de un perodo de fuerte crisis, alcanzando una rela-tiva estabilidad frente al desorden del crtico 1995. Adems, instal la crisiscomo responsabilidad de un contexto nacional y mundial, que tena a Menemy su partido como principales responsables, algo que el justicialismo rionegrinosinti fuertemente. En este sentido, su apoyo incondicional a la Alianzanacional lo hacan subirse a las ansas generalizadas de cambio que haban

32 Estos datos, muy cuestionables en cuanto a su veracidad, fueron expuestos por elgobernador en una entrevista de campaa a dos das de las elecciones (diario Ro Negro,

25/06/1999)33 Ibdem.



22/35

734

provocado los psimos resultados sociales, y ya a esta altura econmicos, delmenemismo, fortaleciendo de paso la matriz antiperonista de amplias reasde la provincia, en particular aquellas en las que el gobernador haba asenta-

do su pacto de gobierno, las dedicadas a la produccin frutcola. Sin llevar acabo en un solo turno las elecciones provinciales y las nacionales, lograbaigualmente beneficiarse de cierto consenso nacional positivo, como quedarapatente pocos meses despus. Los otros actores del slido pacto de Veranicontribuiran tambin al contundente triunfo provincial.

No obstante, es muy importante resaltar que para fines de los noven-ta, el peso de la estructura partidaria de la UCR era central, convertido ya elpartido en una fuerte maquinaria electoral, adaptada por completo a la me-

tamorfosis de la representacin34, y que acumulaba adems las ventajas de lafortaleza partidaria clsica y de los instrumentos de los partidos profesionaleselectorales. En este marco, la hbil poltica de alianzas y la capacidad deabsorcin de los liderazgos individuales emergentes en la provincia, se en-contraban ya entre los recursos de poder que el partido predominante apli-caba muy estratgicamente. Ms all de la produccin de sentidos colectivosfavorables, otro elemento a tener en cuenta, vinculado con el peso del Estadoy con la progresiva unin entre ste el gobierno y el partido, nos remite al

clientelismo.Si bien Favaro e Iuorno (2006: 177-182, 185 y 187) sealan la pre-sencia de componentes generales de identidad que contribuyen en el predo-minio del radicalismo en la provincia, le otorgan un fuerte poder explicativoprecisamente al clientelismo. Es decir, reconocen que el radicalismo ha gene-rado fuertes lealtades y que ha logrado instalar en todos los sectores socialesla idea de ser el nico capaz de realizar, de hacer, pero en simbiosis con elclientelismo, con la presencia de redes de dominacin, de lazos de control y

dependencia basados en la desigualdad y la diferencia de poder. Esta rela-cin de intercambio selectivo y desigual de recursos llevados a cabo desde elcontrol del Estado, requiere de la existencia de poblacin con carencias econ-micas, educativas y de otros servicios bsicos, que necesiten para su subsis-tencia de ese espurio mecanismo. Estas autoras, pretenden explicar lo quedenominan el veranismo, la lnea dentro del radicalismo liderada por el

34 Para los procesos de metamorfosis y crisis de la representacin poltica y su impacto en

los partidos polticos y en la democracia en Argentina, consultar Pousadela (2004,2006), Pousadela y Cheresky (2004) y Abal Medina (2004, 2007, 2010).



23/35

735

POSTData19, N 2,

gobernador Pablo Verani, por la presencia de su liderazgo fuerte, frontal,verticalista y carismtico, generador de lealtades y productor de sentidos enbuena parte de la poblacin partiendo del Alto Valle, zona mayor poblada y

la base de la fruticultura. En la fusin de estas caractersticas y una profusared clientelar encontrara las bases de su poder.

A lo expuesto por estas autoras hay que aadirle que los incentivosselectivos, tanto materiales como de estatus, naturalmente aplicados por lospartidos polticos en su prctica cotidiana, son muy eficaces y alcanzan ma-yor extensin en una provincia desintegrada, con localidades dispersas, conpoca poblacin y con bajo nivel de desarrollo, donde la presencia del Estadoes vital para la subsistencia colectiva. Esto nos lleva a ampliar la visin y no

restringirnos exclusivamente al intercambio absolutamente desigual entresectores marginados y los punteros, que generalmente denominamosclientelismo, sino a analizar los efectos de la presencia de una buena canti-dad de funcionarios polticos o empleados estatales que no son mediadoresdirectos pero cuyos ingresos dependen de la continuidad de determinadopartido al frente del Estado35. Tambin hay que tener en cuenta los negocioso empresas que en forma directa o indirecta tienen depositados sus interesesy su reproduccin en dicha continuidad, o al menos piensan que un cambio

podra perjudicarlos. Este clientelismo de clase media es muy potente a lahora de retrasmitir y amplificar los necesarios incentivos colectivos que cual-quier partido con pretensiones de permanencia en el poder genera36.

Pese a estos xitos electorales, la situacin de la provincia, que habasufrido fuertemente la crisis de los noventa y el recurrente estado negativo de

35 No obstante, en otro trabajo Favaro, Iuorno y Cao (2006: 111) exageran y distorsionanel peso del clientelismo cuando afirman, tomando datos del diario Ro Negro, que para

el ao 2004 El gasto pblico estatal, del 20,84%, se encuentra justo en el trminomedio en el concierto de las provincias argentinas. De este modo, se puede observar quecon 30 053 empleados pblicos provinciales y 5.200 empleados pblicos municipalessumados al Plan Jefes, Ro Negro tiene 56 492 votos cautivos. No resulta correctoconsiderar que todo empleado pblico es un voto cautivo para el partido que gobierna.

36 De alguna manera Favaro, Iuorno y Cao (2006: 119) reconocen esto cuando afirmanque adems de los mecanismos de dominacin puestos en marcha a travs de los planesde vivienda, los programas asistenciales, el empleo pblico y la poltica crediticia yprebendaria, un nmero significativo de ciudadanos de esta sociedad heterogneacon escurridizos elementos materiales y simblicos de unicidad identitaria es inter-

pelado por un partido que en las ltimas administraciones disfraza, enmascara decambio, lo que no quiere que cambie.



24/35

736

las cuentas pblicas, no era positiva. Sin ser exhaustivo, conviene sealar queentre las veintitrs provincias argentinas y la capital federal, Ro Negro ocu-paba en el ao 2000 el treceavo lugar en cuanto al ndice de Desarrollo

Humano Ampliado (IDHA)37, encabezando la franja de distritos en situa-ciones desfavorables38. En el mismo informe del PNUD y en relacin aldesempleo, nueve provincias figuraban por encima de la media nacional,estando Ro Negro en este grupo como el sptimo distrito con el ndice dedesempleo ms alto de Argentina. Si bien las mediciones de calidad educati-va y tasa de mortalidad infantil reducible daban resultados ms auspiciososen este informe, la provincia observaba en 2001, segn otros estudios, un18,7 por ciento de sus hogares con NBI, superando al promedio nacional

que era del 14,5 por ciento (Loaiza, Nori y Zrate 2003: 7). Segn estosmismos autores, la mortalidad infantil por mil estaba para esa fecha en elpas en el 13,6 por ciento en tanto Ro Negro mostraba un ndice del 22,7por ciento.

En un estudio especfico sobre la educacin en la provincia, Cardinale,Polo y Tagliani (2004: 100) sostienen que para esta poca pueden constatarsela continuidad de los esfuerzos para aumentar la poblacin escolarizada y supermanencia dentro del sistema, pero los indicadores daban cuenta de un

incremento en la duracin media de la trayectoria de los alumnos en elmismo, revelando una prdida de eficacia del sistema educativo. Adems, lasaltas tasas de analfabetismo funcional indicaban que pese a que prctica-mente toda la poblacin asisti al sistema, una parte de la sociedad no logrcompletar el primario y no asisti el perodo necesario para adquirir destre-zas que le garantizaran una buena insercin en la comunidad. El sistema desalud pblica tambin haba sufrido los rigores de la dcada.

Esta situacin se traslada y observa en las cifras de crecimiento

poblacional. En la dcada del 80, Ro Negro creci menos que la vecinaprovincia de Neuqun, cuya economa tena una fuerte dependencia de laextraccin de hidrocarburos, pero claramente por encima del promedio na-cional, mostrando todava su vitalidad econmica. Bien por el contrario, lacontraccin de los 90, y el aumento del desempleo y la falta de oportunida-des, la convirti en poco atractiva y desaceler fuertemente su crecimiento,

37 El IDHA suma variables, caso de la longevidad, los conocimientos y el estndar de vida,

a los componentes normales del IDH.38 Ver Aportes para el desarrollo humano de la Argentina/2002 del PNUD (2002: 59).



25/35

737

POSTData19, N 2,

que si bien era positivo, se colocaba por debajo del promedio de Argentina.En este marco, la actividad turstica en la cordillera haba hecho crecer a laciudad de Bariloche que para el ao 2001 era la ciudad ms poblada de la

provincia, con 93.192 habitantes, seguida de Roca, con 78.252, Cipolletti,con 74.866 y Viedma, con 47.015.

IV. Consideraciones finales

El populismo subnacional, como ya dijimos siguiendo a Casullo(2013a), pone en tensin la competencia poltica en tres planos, el provin-

cial, el local y el nacional. Si tomamos en cuenta las opciones de construc-cin poltica entre niveles, sea concentrarse en el plano provincial, unir lostres niveles desde un mismo clivaje, o conformar una identidad poltica des-de un espacio antagonizando con alguno de los otros o con ambos, podemosafirmar que lvarez Guerrero pretendi y pudo, teniendo en cuenta el mo-mento fundacional y el predominio nacional de la UCR, realizar un clarointento de alineamiento de los tres niveles, incluso proyectando la capitalidadde la nacin en territorio rionegrino y bonaerense.

La provincia desde un principio estuvo marcada por la fragmentacinterritorial y por su conformacin como una confederacin de ciudades, loque llev a la construccin primero de una necesaria idea fuerte de integra-cin que ha atravesado a todo el perodo pero que se hizo muy relevante enesta primera gestin provincial.

Si para la etapa de construccin provincial de la dcada del 50, y adiferencia de lo ocurrido en Neuqun, en Ro Negro dicha autora encuentrala ausencia de un lder carismtico capaz de construir un mito populista, un

nosotros polticamente inclusivo que derivara en una fuerte construccinde identidad, con el retorno de la democracia la preocupacin del primermandatario fue precisamente la construccin de una unidad provincial. Algoque ya haba identificado tempranamente:

Nuestra provincia tiene una defeccin, dira yo, gentica: ofre-ce una particularidad, una caracterstica propia, que la diferencia detodas las dems provincias argentinas. Es una provincia desintegrada,

constituida por varios particularismos, por varias realidades regiona-les dismiles, aisladas, independientes. La cuestin se origina obvia-



26/35

738

mente, en sus lmites geogrficos () Nuestra sociedad est incomu-nicada entre s, no tiene elasticidad, ni tiene vida en comn entre sustrozos. Bariloche y la zona andina, la lnea sur, la costa y el valle

inferior, Ro Colorado con el Valle Medio y Alto Valle son como de-partamentos estancos, cada una con sus propios intereses, objetivos ydramas, perspectivas, hbitos e idiosincrasias, esperanzas y desespe-ranzas39.

Por ello la integracin poltica, social, cultural y econmica se conver-tan en el sello de su plan de gobierno.

La UCR, no populista en la actualidad, tuvo encarnaciones populis-

tas, caso del Tercer Movimiento Histrico alfonsinista (Casullo 2012b:52), y el primer gobernador rionegrino form parte de este proceso. Noobstante, la inicial y fuerte vinculacin entre la nacin y la provincia, noalcanza a caracterizar por s mismo la gestin del gobernador lvarez Guerre-ro, como sostuvieron Favaro e Iuorno (2007: 8), ya que ste llev a cabo unagestin ms integral e incluso ms progresista que lo realizado por el gobier-no nacional. Evidentemente, la complejidad en escala y la ausencia de pro-blemas tan graves con las principales corporaciones del pas, en particular

con la militar, ampliaban el margen de maniobra en una provincia pequeay beneficiada por grandes inversiones y proyectos estatales.El Estado rionegrino conserv un rol importante en relacin a los

servicios esenciales y a la reduccin de las NBI. Tambin se convirti en unamaquinaria central en la ocupacin de poblacin activa de la provincia yacompa a las principales actividades econmicas. Los aciertos en su ges-tin, la recepcin de importantes obras y su control sobre una administra-cin pblica construida por el mismo partido, le permitieron sortear los

efectos negativos de la crisis nacional y alzarse con un preciado triunfo en1987. Sin embargo, el estancamiento econmico, el endeudamiento y lainflacin, llevaran primero al Estado nacional y, pese a sus resistencias, tam-bin al provincial a la ejecucin de reformas estructurales generadoras defuertes conflictos sociales.

De la simbiosis original entre la provincia y la nacin, se ira paulati-namente hacia un pragmatismo que le permitira al radicalismo retener elpoder provincial y establecer lazos con administraciones nacionales posterio-

39 Mensaje del 11 de diciembre de 1983.



27/35

739

POSTData19, N 2,

res de diferente signo poltico. Horario Massaccesi hara buen uso y muestrade esta capacidad de adaptacin a las nuevas condiciones. Por la fuerza de lanecesidad, el radicalismo rionegrino aprendera progresivamente a perder su

fidelidad inicial y a separarse de los derroteros nacionales del partido, resul-tando ser ste un elemento explicativo de la continuidad de su predominio.

Como afirma Casullo (2012b), existen populismos de derechas oneopopulismos que tras la desestructuracin de la matriz Estado-cntricaasumieron caractersticas liberales combinadas con otras populistas. Si bienfueron privatistas, individualistas, achicaron el Estado y concentraron losbeneficios econmicos en los sectores altos, estos regmenes, a diferencia delos clsicos regmenes liberales de derecha, fueron discursivamente ms

inclusivos, prometan prosperidad material y sostenan una relacin de ad-miracin hacia un lder personalista. En los 90 las elites econmicas confir-maron que el peronismo populista que desde 1945 a 1974 haba sido unfactor de limitacin de ganancias, ahora supona lo contrario. As y con elmenemismo, la derecha argentina abrazaba al populismo, su anterior ene-migo.

Si bien no lo hemos desarrollado suficientemente en este trabajo, lagestin de Massaccesi, continuadora en parte del modelo previo y enfrenta-

da a los primeros aos del neoliberalismo, busc construir un antagonismocon el gobierno nacional y una construccin rionegrina que encuentra suprincipal eje en esta tensin, e incluso la formacin de su figura como unlder provincial heroico en el asalto al tesoro. De esta manera, el segundogobernador cumpla con algunos de los elementos centrales del populismosealados en forma general por Casullo (2013a). Nos referimos a la cons-truccin de un sujeto poltico, el pueblo, desde una interaccin discursivacon un lder carismtico que practica algn tipo de movilizacin contenciosa

y antagnica y que es el que puede marcar los lmites de la inclusin y de laexclusin.Por otra parte y a mitad de los 90, la victoria electoral de Pablo Verani

prefiguraba los componentes centrales para sostener, en forma muy ajustadacomo en esta eleccin y ms holgada en otras, el predomino radical. Es elcaso de la estructura partidaria, el manejo de los recursos del Estado, losincentivos colectivos largamente construidos, la matriz radical de importan-tes reas de la provincia, las reglas de competencia en el legislativo que favo-

recan el bipartidismo, la poltica de alianzas y la presencia de terceras fuer-zas. A ello hay que sumarle la construccin clientelar.



28/35

740

El nuevo gobernador y su modelo de Estado llevaran orden a la pro-vincia pero daran curso a la consabida racionalizacin administrativa, alajuste, estableciendo un pacto fundamental con dos actores: con parte de los

gremios y con la fruticultura. De hecho, Verani alcanzaba el punto culmi-nante de la unin de la fruticultura con el radicalismo y de la expresin dellocalismo siendo el primer gobernador que mandaba la ciudad de GeneralRoca, la ms importante histricamente del Alto Valle, al frente del ejecuti-vo desde el retorno de la democracia. En un sistema poltico pragmtico yfrente a las crisis recurrentes, el empleo pblico se haba convertido en unafuente de recursos para el sistema poltico, sobre todo para la UCR. Esto enprincipio no eliminaba los conflictos gremiales, pero el acuerdo y la coopta-

cin de su principal representante, UPCN, as como el peso que el empleotena en numerosas localidades de una provincia dispersa y con baja densi-dad poblacional, logr disciplinar gran parte de este conjunto de trabajado-res y permitir el ajuste.

Por su parte, la fruticultura estaba viviendo en esta etapa la transfor-macin definitiva y el proceso de concentracin vertical controlado desde elfro y la comercializacin, sintiendo con claridad los perjuicios de las negati-vas condiciones econmicas. En este marco, el acuerdo con el radicalismo se

tornaba central para paliar su dficit. La alianza de los actores de la fruticulturacon el gobierno provincial, en busca de auxilio para su actividad, fue estrat-gica para el mantenimiento del poder del radicalismo. De hecho formaronparte del pacto de gobernabilidad que permiti el ajuste en la administra-cin pblica a la vez que se licuaban las deudas acumuladas del sector tras laprivatizacin del BPRN. En varias oportunidades el Estado provincial finan-ciara con subsidios parte del dficit o las crisis de la fruticultura y en otrasocasiones se pondra a la cabeza de los reclamos frente al gobierno nacional.

La conversin de Roca en bastin del radicalismo, ms all de la expresindel localismo, grafica este pacto y permite comprender la salvaguarda delpredominio en coyunturas realmente ajustadas y difciles, caso de 1995 y enparte de 1999.

Verani, a pesar de haber virado el modelo rionegrino hacia elneoliberalismo, pudo construir una nueva legitimidad a travs de los acuer-dos establecidos y de instalarse como el actor capaz de realizar un ajusteequilibrado que distanciara la provincia de la crisis que el menemismo haba

gestado, mientras paradjicamente una de las claves de su construccin depoder haba consistido en el establecimiento de una nueva relacin con el ala



29/35

741

POSTData19, N 2,

tcnica y poltica del gobierno nacional. Esto ltimo le permiti recibir losfondos que necesitaba a cambio de llevar a cabo las reformas de poca en elEstado provincial. De esta manera, territorializacin y pragmatismo se ha-

ban convertido en una frmula eficaz para enfrentar los 90 y sostener unaadministracin provincial siempre al borde de la bancarrota.

De hecho, la reeleccin del gobernador daba cuenta de la capacidaddel radicalismo incluso de subsistir al ajuste estructural que l mismo haballevado a cabo. Alcanz este segundo mandato sobre las mismas bases yacuerdos con los que haba llegado al primero, sumndole el impulso de lacrisis del segundo gobierno de Menem y las expectativas de cambio quegeneraba nuevamente el radicalismo nacional y su alianza con el Frepaso,

que a nivel provincial no se haba logrado. No obstante, la crisis econmicaque sign los gobiernos de Verani se tradujeron en un aumento de la deudapblica provincial y del desempleo, en el descenso de la actividad econmi-ca, la desindustrializacin y la desaceleracin del crecimiento poblacional.Tambin baj el IDH, entre otros indicadores que daban cuenta de los efec-tos de la crisis sostenida.

La provincia de Ro Negro se vio inmersa en los procesos estructuralesde los 90, afincados en las polticas restrictivas, liberalizadoras y concentradoras

propias del neoliberalismo imperante. De igual manera no escap a los pro-cesos de metamorfosis y crisis de la representacin que transit el pas. Lasalvedad poltica es que si en el mbito nacional el partido que habausufructuado las ventajas del primero de estos procesos de la representaciny haba resistido mejor los embates del segundo, fue el justicialismo, en RoNegro, por el contrario, el radicalismo ocup ese lugar manteniendo su pre-dominio.

En suma y tras este breve recorrido por dos dcadas del predominio

radical en la provincia de Ro Negro y la contraposicin de dos modelosdiferentes de construccin poltica y gestin estatal, podemos afirmar que elconcepto de populismo subnacional aporta elementos para la discusin y eldebate sobre este perodo histrico. Desde esta perspectiva, estudios poste-riores podrn aportar ms conocimiento sobre la historia poltica rionegrinay sobre el propio marco terico del populismo aplicado a fenmenossubnacionales.



30/35

742

Bibliografa

AA.VV. (1997)La regin,el pas el mundo. Diario de 85 aos. Crnica viva del siglo XX,

General Roca, Editorial Ro Negro S.A.Abal Medina, Juan (h) (2004)Los partidos polticos un mal necesario?, Buenos Aires,

Capital intelectual.Abal Medina, Juan (h) (2010)Los partidos polticos, en Abal Medina, Juan,Manual de

Ciencia Poltica, Buenos Aires, Eudeba.Abal Medina, Juan (h) (comp.) (2007)Evaluando el desempeo democrtico de las institucio-

nes polticas argentinas, Buenos Aires, Prometeo.Aliani, Mario, Osvaldo Alonso y Daniel Welschinger (2000)Polticas pblicas entre la

crisis y el ajuste fiscal: El caso de la educacin en la Provincia de Ro Negro (1991-1999), en RevistaPilquen, N 3.

Bante, Silvana y Patricia Ferreyra (2002)Geografa humana, en Navarro Floria, Pedro yMara A. Nicoletti (dir.) Provincia de Ro Negro, Buenos Aires, Barcel Baires.

Barco, Silvia (2004)Democracia y educacin en las jurisdicciones provinciales: promesasdemocrticas y polticas regresivas, en Rafart, Gabriel, Juan Quintar y FranciscoCamino Vela (comps.)20 aos de democracia en Ro Negro y Neuqun, Neuqun,Educo.

Bohoslavsky, Ernesto (2008)La Patagonia: de la guerra de Malvinas al final de la familiaypefiana, Buenos Aires, Universidad Nacional de General Sarmiento y BibliotecaNacional.

Calvo, Ernesto y Marcelo Escolar (2005)La nueva poltica de partidos en la Argentina:Crisis poltica,realineamientos partidarios y reforma electoral,Buenos Aires, Prometeo.

Camino Vela, Francisco (2011a)La dinmica poltica en la Provincia de Ro Negro (Argen-tina) desde mediados del siglo XX: el predominio de la Unin Cvica Radical, Sevilla,Universidad de Sevilla.

Camino Vela, Francisco (2011b)Ro Negro en los ochenta: la ilusin democrtica y lasbases del predominio, ponencia presentada en las IV Jornadas de Historia Social dela Patagonia, Universidad Nacional de La Pampa, Santa Rosa, 19 y 20 de mayo.

Camino Vela, Francisco (2013)El Frente Grande en la Provincia de Ro Negro: nacimien-to, crisis y subsistencia de una fuerza poltica de liderazgos territoriales, enRevistade Historia Pasado Por-venir, Ao 7, N 7, primer semestre.

Camino Vela, Francisco (2014)Predominio radical, formacin de coaliciones y tercerasfuerzas en la Provincia de Ro Negro (1983/2009), en Escolar, Marcelo (ed.)

Modus vivendi. Estado federal y poltica multinivel en Argentina, Buenos Aires,Prometeo.



31/35

743

POSTData19, N 2,

Camino Vela, Francisco (comp.) (2012)El mundo de la poltica en la Patagonia norte,Neuqun, Educo.

Camino Vela, Francisco y Luca Gadano (2013)Pactos de gobernabilidad y gobierno

radical en la Provincia de Ro Negro durante la segunda mitad de la dcada delnoventa, ponencia presentada en las XIV Jornadas Interescuelas/Departamentosde Historia, Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza,2 al 5 de octubre.

Camino Vela, Francisco y Gabriel Rafart (2009)La Patagonia norte como excepcin, sinalternancia y lejos del peronismo. Ro Negro y Neuqun, 1983-2007, en RevistaEstudios digital, N II, agosto.

Camino Vela, Francisco y Gabriel Rafart (2012)La poltica democrtica en la Patagonia:predominios partidarios en las provincias de Neuqun y Ro Negro, General Roca,

Publifadecs.Camino Vela, Francisco y Gabriel Rafart (2003)Hacia dnde va la Norpatagonia: Neuqun

y Ro Negro, una nueva regin o una nueva provincia, proyecto de partido o unanecesidad real, en Realidad Econmica, N 195, abril-mayo.

Cardinale, Lidia, Susana Polo y Pablo Tagliani (2004)Evolucin de algunos indicadoreseducativos de la Provincia de Ro Negro, en RevistaPilqun, Ao VI, N 6, junio-diciembre.

Casullo, Mara E. (2011)Expanding the Borders of Democracy: Deliberative Democracy and

Populism, Michigan, Universidad de Michigan.Casullo, Mara E. (2012a)Liberal, radical, o populista y clientelar: Tres visiones sobre la

relacin entre sociedad civil y Estado en Latinoamrica, en Perspectivas para laGestin,el Estado y las Polticas Pblicas, N1.

Casullo, Mara E. (2012b)Mauricio Macri, liberal o populista? en AA.VV., Racismo,violencia y poltica. Pensar el Indoamericano,dos aos despus, General Sarmiento,Editorial de la UNGS.

Casullo, Mara E. (2013a)Historia de dos provincias. Populismo subnacional y procesos

de formacin identitaria en Neuqun y Ro Negro, ponencia presentada en el XICongreso Nacional de Ciencia Poltica, SAAP, Paran, 17 al 20 de julio.Casullo, Mara E. (2013b) Programa vs. persona? Liderazgo e ideologa en la construc-

cin del adversario econmico en el discurso de los nuevos populismos de izquier-da. Bolivia, Venezuela y Argentina, ponencia presentada en el XI Congreso Nacio-nal de Ciencia Poltica, SAAP, Paran, 17 al 20 de julio.

Escolar, Marcelo y Julio Villarino (2004)Partidos, provincias y regin. Geografa de lascoaliciones polticas en Neuqun-Ro Negro (1983-2003), en Rafart, Gabriel,

Juan Quintar y Francisco Camino Vela (comps.)20 aos de democracia en RoNegro y Neuqun, Neuqun, Educo.



32/35

744

Favaro, Orietta y Graciela Iuorno (2005)Poder poltico y estrategias de reproduccin enlos territorios de Neuqun y Ro Negro, Argentina. 1983-2003, en Favaro, Orietta(coord.) Sujetos sociales y poltica. Historia reciente de la Norpatagonia argentina,

Buenos Aires, La Colmena.Favaro, Orietta y Graciela Iuorno (2006)Poltica y estrategias de reproduccin en las

provincias. Neuqun y Ro Negro, 1983-2003, en Revista Estudios Sociales, AoXVI, N 31, segundo semestre.

Favaro, Orietta y Graciela Iuorno (2007)Neuquinos y rionegrinos, Cautivos o cautiva-dos por los sistemas polticos locales?, enPeriferias. Revista de Ciencias Sociales, Ao11, N 15, segundo semestre.

Favaro, Orietta, Graciela Iuorno y Horacio Cao (2006)Poltica y protesta social en las

provincias argentinas, en Caetano, Gerardo (comp.)Sujetos sociales y nuevas formasde protesta en la historia reciente de Amrica Latina, Buenos Aires, Clacso.

Franco, Miguel A. (2004)El Estado provincial y los procesos de reforma democrtica:avances y retrocesos en las ltimas dos dcadas en Ro Negro, en Rafart, Gabriel,

Juan Quintar y Francisco Camino Vela (comps.)20 aos de democracia en RoNegro y Neuqun, Neuqun, Educo.

Franco, Miguel ngel (2005)El sistema educativo en la Provincia de Ro Negro: uncampo educativo-burocrtico como hiptesis de investigacin, en Gutirrez, Ali-

cia (comp.) La perspectiva de Pierre Bourdieu. Estudio de casos en la Patagonia,Neuqun, Educo.

Ianni, Octavio (1975)La formacin del Estado populista en Amrica Latina, Mxico D.F.,Era.

Laclau, Ernesto (2005)La razn populista, Buenos Aires, Fondo de Cultura Econmica.Laclau, Ernesto (2009)Populismo: qu nos dice el nombre?, en Panizza, Francisco

(comp.) El populismo como espejo de la democracia, Buenos Aires, Fondo de CulturaEconmica.

Landriscini, Graciela (2004)Vaivenes de la economa y el Estado rionegrino en las dca-das democrticas de fin del siglo XX. Crisis financiera y conflictos sociales, enRafart, Gabriel, Juan Quintar y Francisco Camino Vela (comps.)20 aos de demo-cracia en Ro Negro y Neuqun, Neuqun, Educo.

Landriscini, Graciela y Betiana Avella (2010)Allen, su economa a lo largo de 100 aos,en Camino Vela, Francisco y Susana Yappert (ed.)Allen. 100 aos de historia,General Roca, Editorial Diario Ro Negro.

Loaiza, Alejandro, Gustavo Nori y Mario Zrate (comp.) (2003)Fascculos de Geografa e

Historia de las provincias de Ro Negro y Neuqun, Buenos Aires, MAYMA Produc-ciones Educativas.



33/35

745

POSTData19, N 2,

Mases, Enrique y Gabriel Rafart (2008)Indios e inmigrantes. Viejos contrastes en lapuerta de la Patagonia, en AA.VV. (eds.) Clarn. Atlas total de la Repblica Argen-tina: Ro Negro, Buenos Aires, Arte Grfico Editorial Argentino.

Navarro Floria, Pedro (2002)Historia, en Navarro Floria, Pedro y Mara A. Nicoletti(dirs.) Provincia de Ro Negro, Buenos Aires, Barcel Baires.

Nun, Jos (2000)Democracia. Gobierno del pueblo o gobierno de los polticos?, Buenos Aires,Fondo de Cultura Econmica.

Panizza, Francisco (comp.) (2009)El populismo como espejo de la democracia, Buenos Aires,Fondo de Cultura Econmica.

Pascual Bereau, Pablo y Miguel A. Franco (2003)Poltica educativa con eje en la partici-pacin. El caso de Ro Negro en la dcada del noventa, en RevistaPilquen, N 5.

Pose, Hernn (2009)El derrotero radical en 25 aos de gobierno provincial: laterritorializacin del partido en Ro Negro (1983-2008), en RevistaPilquen, Ao

XI, N 11, junio-diciembre.Pousadela, Ins (2004)Los partidos polticos han muerto. Larga vida a los partidos!, en

Cheresky, Isidoro y Jean-Michel Blanquer (comps.)Qu cambi en la polticaArgentina?, Rosario, Homo Sapiens.

Pousadela, Ins (2006)Que se vayan todos. Enigmas de la representacin poltica, BuenosAires, Capital intelectual.

Pousadela, Ins e Isidoro Cheresky (2004)La incertidumbre organizada. Elecciones ycompetencia poltica en Argentina (1983-2003), en Cheresky, Isidoro e InsPousadela (eds.) El voto liberado, Buenos Aires, Biblos.

Rafart, Gabriel (2005)Veinte aos despus: las elecciones

La provincia de Río Negro entre 1983 y 2003: predominio radical bajo diferentes modelos - Francisco...

Documents

Transcript of La provincia de Río Negro entre 1983 y 2003: predominio radical bajo diferentes modelos - Francisco...