El 15 de Junio de 2014 en Colombia se definía la continuidad del presidente Juan Manuel Santos en la presidencia, la continuidad de mucho más que un presidente o un plan de gobierno, se definía un segundo aire para unos diálogos de paz, que hasta ese momento no revelaban los puntos acordados durante los 26 ciclos que se habían llevado a cabo. Por otro lado, es mismo día un gran numero de votantes salía a las urnas a desaprobar tales diálogos, daban su apoyo al candidato Oscar Iván Zuluaga, representante del partido Centro democrático, una oposición recién formada con claras posturas referentes a las negociaciones. Los debates para la presidencia tuvieron como epicentro, la continuidad de la paz.

El discurso de la paz, siempre fue la bandera de la campaña santista, una propuesta de “pacificaciones” en todos los niveles, y la presión en mecanismos para lograr esta paz. Esta voluntad de cambio no se vio reflejada en los votantes de la primera vuelta, en cambio la voluntad de condicionar y “revisar” lo avanzado hasta ahora, sí estuvo presente y se impuso en la primera vuelta presidencial.

El candidato del centro democrático, también tenía un discurso de pacificación, pero no incluía los métodos que estaban siendo ya aplicados por el candidato de la unidad Nacional

La descripción de esta derrota en primera ronda la podemos encontrar dando una mirada unos años más atrás, específicamente en las campañas presidenciales de 2002, 2006. En estas justas, se daba la postulación de una coalición política grande, representada por el partido de la U, que incluía en sus filas al entonces presidente candidato de la época Álvaro Uribe Vélez. La mano dura contra la guerra fue una efectiva premisa para seducir a los votantes y alcanzo en las elecciones de 2006, el 62.35% de los votos. Efectivamente siendo este un segundo periodo presidencial permitió una mayor intensificación de la lucha frontal contra las Farc. Los resultados en bajas, reducción de la presencia guerrillera en el territorio y altos mandos sometidos, demostraron que el equipo promotor de la “seguridad democrática” eran exitosos gestores militares. Participante activo de estos éxitos, el entonces Ex ministro de defensa Juan Manuel Santos, quien no teniendo una carrera política de mucho reconocimiento, logro hacerse a un gran caudal de seguidores, un cargo político de alto nivel y a grandes triunfos militares de la mano del doctor Uribe. Esto le permitió ir a elecciones en 2010 y hacerse presidente con sus votos.

Ya en el principal Cargo Nacional, Juan Manuel Santos, comenzó a ejercer su plan de gobierno y lentamente a tomar distancia de las ideas del anterior presidente. Contrariar algunas decisiones de su antecesor, y ataques en medios, dividieron

Resultados 18 de Mayo 20141: Oscar Iván Zuluaga 29.50%Juan Manuel Santos 28,50%Voto en Blanco 12,80%Marta Lucia Ramírez 10,10%Enrique Peñalosa 9,70%Clara López 9,40%

finalmente esta relación y llevaron de nuevo al país a marcados frentes políticos. Así se desarrollo el primer periodo presidencial santista entre 2010-2014.

No lo tuvo nada fácil, Un mandatario entrante, un país en crisis y una oposición naciente denunciante, hicieron que los ataques de las Farc se intensificarán. El llamado a la “seguridad democrática”, que fue necesario para su elección y estaba presente en su propuesta de campaña, era cada vez menos usado, los discursos el presidente, y la postura guerrerista de su antecesor era cada vez más lejana. Estos hechos hicieron que el ex presidente Uribe no dudara en reprochar “el actual presidente fue beneficiario de nuestra política de seguridad y sin embargo, ahora juega con el honor de las Fuerzas Armadas” (Revista semana, 2010). Nos encontrábamos con una enemistad que apenas sería afianzada tras un anuncio del presidente en agosto de 2012.

En octubre de 2012 el presidente revela en medios, que ha comenzado diálogos de paz con la guerrilla de las Farc que se ha iniciado una fase exploratoria y que los comités de ambas partes ya estaban conformados. Santos decidía buscar la salida al conflicto por la vía de la negociación, hacer a un lado la intensa ofensiva militar que se llevo a cabo en contra de este grupo en la última década, y programar una salida a la guerra en 5 puntos de una agenda. Así comenzó y tardarían hasta el día de hoy 3 años para seguir sin ser resueltos ni con esperanza de ser consensuados con el pueblo colombiano.

La decisión de buscar una salida al conflicto a través de acuerdos, fue una decisión en 2 líneas. Primero, en especial para quienes votaron por el presidente y ahora en menos de 2 años, son sus opositores, los diálogos en la habana son un retroceso a ciertos avances en la guerra que se habían logrado por la vía armada, representa también la idea de participación política en un escenario de posconflicto que incluiría a subversivos reinsertados a la posibilidad de participar en elecciones populares y por consiguientes ser elegidos. Estos aspectos en el sentido de las reformas a la justicia, son para la oposición un ataque a la verdad y a la buena fe de la sociedad.

Por otro lado, los electores opositores al centro democrático también se han pronunciado y eligieron para un segundo mandato al candidato de la unidad nacional, le dieron un segundo aire al proceso de paz y aprobaron el abordaje que se le ha dado al conflicto en los últimos 2 años. Los beneficios de la paz son de publico conocimiento, el proceso de paz en Colombia aún no se ha firmado, pero se han dado grandes pasos. Quedan pendientes los puntos más álgidos para los negociadores. Es claro que la intención de voto sigue estando en manos de la esperanza de paz. Los partidos políticos, a pesar de su falta de tradición, tienen en sus manos el fin de la guerra, hecho que los hace protagonistas de la historia actual de Colombia.