LA POLITICA EN LA MODERNIDAD tercer periodo
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LA POLITICA
EN LA
MODERNIDAD
PRESENTADO A: Francisco Chaparro
PRESENTADO POR: Leidy Katherine Beltrán Viasus
CURSO: 11-02
EL RENACIMIENTO
La Política, en su significación clásica vinculada a la ética, como servicio público a
la Ciudad, nada tiene que ver con las denominaciones impuestas por la
Modernidad como Izquierda y Derecha, o Progresismo y Conservadurismo.
Cualquier término que implique ese dualismo maniqueo de corte ideológico implica
la reducción de la ciudadanía a mera agrupación de súbditos sometidos a un falaz
espectro político que opera bajo sibilinas simplificaciones, manidos tópicos y
burdas manipulaciones.
Es evidente que a la élite cleptocrática y plutocrática que ejerce el poder por vía de
hecho no le interese acrecentar el sentido político sobre una educación integral en
valores humanos y culturales tradicionales. De lo contrario no aplicaría una
agresiva ingeniería social focalizada en atomizar al cuerpo social, promoviendo un
individualismo que mina la capacidad racional y crítica del sujeto personal. Por eso
mismo, con objeto de asegurar el control social dentro de un marco estabilizado,
las estructuras de poder propugnan la disensión social por medio del juego político
de espurias ideologías. Donde ha triunfado la Modernidad, es decir, la Revolución,
este modelo político occidental se ha consolidado. Principalmente por medio de la
emergencia de dos bloques de pensamiento ideológico unidireccionales,
monolíticos pero complementarios, y que consiguieron materializarse en el
bipartidismo, ya en sus orígenes con los jacobinos y los girondinos (Francia),
pasando por los whigs y tories (Gran Bretaña), hasta los demócratas y republicanos
(EEUU). Y a grandes rasgos, en todo nuestro entorno político, con los denominados
progresistas y conservadores.
Este bipartidismo derivado ya en partitocracia de Estado refleja el pulso, no entre
diferentes modalidades de entender la acción política, sino entre variantes de una
misma modalidad, la moderna o revolucionaria, que se desenvuelve a distintas
velocidades. Así pues, los progresistas serían los
aceleradores de la Revolución y los
conservadores actuarían como sus
amortiguadores y al mismo tiempo
como cómplices preservadores de sus
logros revolucionarios. Este pulso
social se ve reflejado en la historia de
las ideas políticas, en el que el
marxismo trae causa de las políticas
liberales que desembocaron en la
Revolución Industrial, sin cuyos
excesos de explotación no hubiera
nacido el movimiento obrero y la
lucha de clases. En la actualidad,
luego de haberse transmutado ambas
ideologías en sistemas totalitarios,
capitalismo y comunismo, el primero
parece más bien que toma como
referente la Libertad, inclinándose
hacia la codicia bajo su tótem
quimérico del “Mercado” y el
segundo, contrarresta la agresión
económica con un también violento
igualitarismo que se inclina hacia la
gestión de la envidia bajo la bota
coactiva del dios “Estado”. Tesis y
antítesis de las fragilidades interiores
de lo humano, que producen como
resultado una perfecta síntesis
revolucionaria para la guerra
económica y la ruina moral, que en su
último estadio, desaparecido el
comunismo y triunfante el capitalismo
globalista, se reconoce en la
dialéctica izquierda (socialismo-
progresismo) y derecha
(neoliberalismo-conservadurismo).
Este conflicto sintético se construye
sobre el principio de divergencia de
intereses, que habilita para la lucha
por la supervivencia desde el Estado y
desde los Mercados, de acuerdo con
el darwinismo social imperante. Por
esta razón, la política se convierte en
una herramienta al servicio de los
intereses particulares y grupales,
cuyas premisas son la disolución de la
naturaleza humana a través de la
psicología de masas y la
programación mental que bascula
según qué ámbitos entre el
individualismo y el colectivismo. En el
individualismo posmoderno, el sujeto
asume como propias las promesas
ilusorias de las prerrogativas de
libertinaje emanadas de las
normativas progresistas de la
Autoridad Pública, pero cuando no
accede a todo cuanto desea, se ve
abocado a juntarse en el colectivo,
donde la voluntad reivindicatoria de
una mayoría le permite hacer de
legislador de normas imperativas
afines a sus intereses, conservando
las prerrogativas conquistadas y sin
tener que asumir la responsabilidad
de sus actos políticos, función que se
delega a los líderes en calidad de
representantes del grupo. Por tanto,
la democracia liberal de masas hoy
dominante, consagra la
irresponsabilidad política de la
ciudadanía, que se revela sin más,
como la representación más patente
del principio de divergencia de
intereses, en tanto que mecanismo de
colocación de agentes políticos, de
izquierda o derecha, en las
estructuras administrativas del
Estado. En atención a lo cual, estos
cargos asumen todas las
responsabilidades, y por consiguiente,
asumen todos los medios. Ante sus
fracasos, invocan más medios y
nuevas regulaciones, porque el
dirigismo estatal necesita ser
absoluto para poder justificar sus
actuaciones.
La neurosis obsesiva de esta dialéctica izquierda-
derecha convierte la discusión política, el debate
público, en estúpidas disputas sobre aspectos
absurdos y superficiales, pues el pilar fundamental
de su mecanismo no puede ser objeto de
cuestionamiento.
Este sistema político bipolar refleja la hemiplejía
política de aquellos que por desidia intelectual han
abdicado de su propia inteligencia cívica, vendiendo
su dignidad como animales políticos a otros más
especializados en vender mentiras, y que son al fin
de cuentas los que forman parte del bestiario del
Leviatán estatal y mercantil.
Poner punto y final a la estratagema izquierda-
derecha, es el primer avance para la solución social
y la desaparición de un sistema bipolar de falsos
consensos que sirve
como coartada para la
expoliación fiscal y
manipulación
mediática y educativa.
Lo que a su vez
requiere la
desactivación del
monopolio del
pensamiento oficial y
de la programación
dualista de las élites
del Estado y del
Mercado, combinación
de artimañas de
control masivo por las
cuales se
autolegitiman los
mismos amos
ejecutores de la Revolución, prevaliéndose del
instinto de manada, cainita y gregario de los
súbditos más lobotomizados.
Por tanto, la solución social pasa por escapar de las
dinámicas de la psicología individualista y de masas,
tratando de recomponer lo humano desde una
concepción holística que concilie, o mejor dicho
reconcilie, lo que nunca se debió separar: la Razón y
el Corazón, la Ciencia y la Fe, el Cuerpo y el Espíritu.
Desde esta unión que da razón de lo humano es
posible construir una Ciudad digna y habitable donde
el conflicto no sea la norma social como motor de la
supervivencia, reflejo de mezquinos sentimientos
individualistas o tribales, sino la nueva Ciudad como
renovación de las relaciones sociales solidarias para
la convivencia y no por la mera coexistencia de los
partícipes de la comunidad, cuyo fin último y
superior es el desarrollo perfectivo de la Civilización
Humana.
El renacimiento de la
Política verdadera
requiere recuperar el
sentido ético de lo
público, y por
extensión, la noción de
justicia social. Para lo
cual es imprescindible
liquidar el modelo
basado en el principio
de divergencia de
intereses en el que
estamos inmersos, que
no es sino el nacido de
la Revolución, y
proceder a su
sustitución por uno
fundado en el principio
de convergencia de
intereses y
capacidades
orientados al Bien
Común
LA REFORMA
A lo largo de la historia política de Colombia ha sido propuesta, en varios gobiernos, la necesidad de realizar una reforma política.
Pero, ¿qué es una reforma política y qué pretende?
Colombia es unEstado-Nación tal como lo dice laConstitución del año 1991y, como tal,
Colombia es regida por las normas que están estipuladas en el texto constitucional.
Cuando se habla de reforma se hace referencia al deseo de cambiar o modificar
alguna norma que se encuentre vigente en la Constitución actual de alguna nación. Con esto se pretende que las normas obsoletas que de algún modo impidan el desarrollo de ciertos sectores específicos o que sean perjudiciales para el bienestar de la sociedad puedan ser modificadas o abolidas con el único propósito del bien colectivo.
Para llegar a lograr el éxito de una reforma política, se deben seguir varios pasos que van desde su ponencia hasta su aprobación.
Los proyectos para reformar la Constitución pueden ser presentados por el Gobierno, por mínimo diez miembros del Congreso, por el veinte por ciento de los Diputados o Concejales, o por un número de ciudadanos que sea equivalente al cinco por ciento del censo electoral que se encuentre vigente.
Después de presentarse el proyecto, éste es tramitado para que pueda hacerse efectivo. Este trámite se lleva a cabo durante dos periodos ordinarios de sesión del Congreso, teniendo en cuenta que tales periodos han de
ser consecutivos. Para que el proyecto sea aprobado, tanto el Senado como la Cámara de Representantes deben votar mayoritariamente en favor del mismo.
Una vez se llegue a ese punto, el Congreso convoca al pueblo para que, en unavotación popular, decida si está de acuerdo en que se convoque una nuevaasamblea constituyente.
Para que pueda ser aprobada, la reforma sevotaráde forma directa, debiendo ser aprobada por más de la tercera parte de los integrantes del censo electoral vigente.
En tal caso, los futuros miembros de la asamblea constituyente tendrán un plazo de tiempo determinado para redactar la nueva Constitución, la cual adoptará al mismo tiempo que se deroga aquella que en ese momento rija en el país.
Ejemplos de una reforma política:
Reforma del Gobierno Pastrana (1998-2002)
Aspectos generales
- Medidas para negociar con la guerrilla.
- Sanciones a funcionarios que cometan actos
irregulares en el ejercicio de sus funciones.
- Facultades para que el Presidente pueda adelantar el proceso de paz.
- En cuanto alsistema electoral: lista única, cifra repartidora, voto preferencial, organización interna de los partidos y personería jurídica de los mismos.
- En cuanto al Congreso: los proyectos presentados deben tener soporte técnico, jurídico, económico y político para que sean viables.
- Perdida de investidura por ausentismo, ampliación del régimen de inhabilidades e incompatibilidades a fin de disminuir la corrupción.Esta reforma, presentada por el ex Presidente Andrés Pastrana y su gobierno, no prosperó, pues el Congreso no la aprobó.
Reforma del Gobierno Uribe (2002-2006)
Aspectos generales
- Servicio social: reemplazarlo por el servicio militar obligatorio.
- Reducción del Congreso y circunscripciones especiales de paz.
- Congelación de pensiones y salarios a ex presidentes, ex congresistas, ex magistrados y servidores públicos, de tal manera que
no superen los veinte salarios mínimos.
- Eliminar las contralorías departamentales y municipales.
- Ajuste de honorarios de diputados y concejales.
- Nuevos recursos para educación.
- Muerte política.
- Voto nominal y público.
- No permitir las suplencias en el Congreso.
- Restricción de recursos.
- Administración del Congreso: persona natural o jurídica que se haga cargo de los servicios administrativos y técnicos.
- Perdida estricta de investidura.
- Eliminación de auxilios parlamentarios.
La reforma propuesta por el Gobierno Uribe fue presentada por elejecutivo
el día de la posesión del nuevo presidente
.En la Biblioteca virtual puede obtener más información sobre este tema en:
El proyecto de reforma constitucional conservadora de 1953 en ColombiaArtículo de James Henderson sobre la reforma de 1953. En: Anuario colombiano de historia social y de la cultura, núm. 13-14, 1985-1986.
Desarrollo constitucional. Cinco grandes reformas y una nueva ConstituciónTexto de Álvaro Tirado Mejía sobre las reformas constitucionales del siglo XX en Colombia.
Los derechos fundamentales a través de las Constituciones colombianas y sus reformasConstitución Política de la República de La Nueva Granada (1853).
EL ABSOLUTISMO
Absolutismo es la denominación de un régimen político ,un periodo histórico una ideología y una forma
de gobierno o de estado (El Estado absoluto), propios del antiguo régimen caracterizados por la
pretensión teórica (con distintos grados de realización en la realidad) de que el poder político del
gobernante no estuviera sujeto a ninguna limitación institucional , fuera de la ley divina un poder único
desde el punto de vista formal, indivisible, inalienable, intranscriptible y libre. Los actos positivos del
ejercicio del poder (legislación, administración y jurisdicción) se apoyaron en la última instancia de
decisión: la suprema monarquía , emanando de ella, no estando por encima sino por debajo lo que
implica la identificación de la persona del rey absoluto con el estado
El oscuro origen etimológico del término "absolutismo" incluye (además de su relación con el verbo
absolver) la expresión latina princeps legibus solutus est ("el príncipe no está sujeto por la ley"), original
de alpino que aparece en el Digesto , y que fue utilizado por los juristas al servicio de Felipe IV de
Francia "el Hermoso" para fortalecer el poder real en el contexto de la recepción del derecho romano
durante la baja edad media . Algo más tarde, el jurisconsulto Balde( discípulo de Bartolo), usa la
expresión poder supremo y absoluto del príncipe en contraposición al poder ordinario de los nobles. La
utilización del término se generalizó en todas las monarquías, independientemente de su poder efectivo,
como ocurría en la débil monarquía castellana de enrique VI "el Impotente", cuya cancillería emitía
documentos redactados de forma tan pretenciosos como ésta: E yo de mi propio motu é ciencia cierta é
poderío real absoluto
Según Bobbio en términos kantianos , el poder absoluto consiste en que "el soberano del estado esta
con respecto a sus súbditos con derecho no deber (coactivo); el soberano no puede ser sometido a
juicio por la violación de
una ley que él mismo haya
elaborado, ya que está
desligado del respeto a la
ley popular (populum
legis)". Esta definición sería
común a todos
los jusnaturalsitas
como Rousseau o Hobbes
A pesar de que
la autoridad del rey está
sujeta a la razon, y
justificada en último
extremo por el bien comun,
explícitamente se niega la
existencia de ningún límite
externo ni ningún tipo de
cuestión a sus decisiones;
de modo similar a como la
patria de potestad se
ejerce por el pater familias
(el rey como "padre" de sus
"subditos" -paternalisimo -).
Tales justificaciones
imponen de hecho el
carácter ilimitado del
ejercicio del poder por el
rey: cualquier abuso puede
entenderse como una
necesidad impuesta
por razón de estado
El absolutismo se
caracteriza por la
concentración de poderes;
no hay ninguna división de
poderes como la que definirá la monarquía limitada propia de
las revoluciones liberales. Elpoder legislativo, el poder judicial y
el poder ejecutivo son ejercidos por la misma autoridad: el rey
como supremo magistrado en todos los ámbitos. Rex, lex (o,
en francés le Roi, c'est la loi, a veces expresado como "la
palabra del rey es la ley"); sus decisiones son sentencias
inapelables, y al rey la hacienda y la vida se ha de dar.8
El poder tiene un carácter divino, tanto en su origen como en
su ejercicio por el propio rey, que queda sacralizado. La teoría
del derecho divino del poder real (monarquía de derecho divino
o absolutismo teológico) nació en el último cuarto del siglo XVI,
en el ambiente de lasguerras de religión de Francia. Aunque en
Europa la divinización del monarca nunca llegó tan lejos como
en el despotismo oriental (que identificaba al rey con el mismo
Dios), el rey siempre tuvo cierto poder sobre las iglesias
nacionales; no sólo en las surgidas de laReforma protestante,
sino en las monarquías católicas, que supeditan en gran
medida a la propia Iglesia católica a través delregalismo,
aunque las relaciones ente Iglesia y Estado son altamente
complejas.
Temporalmente, la época del absolutismo es la del Antiguo
Régimen, aunque no puedan identificarse totalmente
como monarquías absolutas las de finales de la Edad Media y
comienzos de la Edad Moderna, para las que la historiografía
utiliza el concepto demonarquía autoritaria. El modelo más
acabado de absolutismo regio fue el definido en torno a Luis
XIV, rey de Francia a finales del siglo XVII y comienzos del
siglo XVIII. La Ilustración del siglo XVIII convivió con un
absolutismo que fue definido como despotismo ilustrado. El
absolutismo sobrevivió a las revoluciones
burguesas o revoluciones liberales de finales del siglo XVIII y
comienzos del siglo XIX, hasta que la revolución de
1848 acabó con la Santa Alianza que desde el Congreso de
Viena (1814) había impuesto la continuidad de los reyes
"legítimos" restaurándolos en sus tronos incluso contra la
voluntad de sus propios
pueblos ("Restauración"
del absolutismo). El Imperio ruso mantuvo la autocracia zarista
hasta la Revolución de febrero de 1917.
EL LIBERALISMO
La base del liberalismo es la conquista de la libertad del individuo. Y esa libertad fue
definida a partir de la ausencia de coacción. En este despertar de la humanidad de su
largo sometimiento a un pensamiento y a una moral única e impuesta coactivamente,
los filósofos liberales vieron, ante todo, la libertad en su aspecto «defensivo» frente al
poder del Estado o la i9 pero pronto advirtieron que esa libertad no puede ser pasiva,
sino que daba lugar a una actuación, surge así la segunda forma de la libertad como
posibilidad de participación en la vida política, en la investigación científica, en la
actividad económica.
EL LIBERALISMO POLÍTICO: El liberalismo es una filosofía política orientada hacia la
salvaguardia de la libertad del individuo, justificación última de la sociedad política.
Esta libertad individual no puede depender de la decisión exclusiva del rey, que tendría
la facultad de revocarla; el titular último
del poder es el pueblo. El poder popular, o la soberanía nacional, que es la expresión
utilizada, implica la limitación de las facultades de los reyes, mediante constituciones,
en las cuales se consignan las garantías de los ciudadanos y la división de los poderes,
que nunca deben estar concentrados.
En 1830 Thiers, en un articulo famoso, formula el principio de que el rey reina, pero no
gobierna. El derecho a legislar corresponde únicamente a los parlamentos y los
ciudadanos no están obligados a cumplir más que lo que las leyes disponen, conforme
a la interpretación que de ellas hacen jueces independientes.
Como doctrina, el liberalismo nació en Inglaterra, en la revolución de 1688, y no dejó
de evolucionar y enriquecerse en contenido teórico hasta el Acta de Reforma de 1867,
que amplió decisivamente la base electoral. La ilustración es todo un símbolo, porque
no se deciden ya las grandes cuestiones políticas en los salones de los palacios o en las
cámaras reales sino que se debaten en los parlamentos. Y quienes se sientan en ellos
deben su poder a una decisión libre de los votantes. Por otra parte los debates
parlamentarios exigen a los oradores que previamente estudien las cuestiones, reúnan
datos estadísticos, lean la correspondencia que les remiten los ciudadanos. Con toda
justicia puede afirmarse que en el Parlamento de Londres nació la democracia
contemporánea.
Los ciudadanos no constituyen un conjunto homogéneo sino que se agrupan en
partidos, cuyos líderes pueden acceder, tras el resultado de las elecciones, a los
parlamentos.
Los pueblos
continentales poseían
escasa experiencia del
funcionamiento de los
partidos, para los que
en principio sólo
encontraban un
antecedente en el
funcionamiento de los
clubs de la Revolución
Francesa, pero pronto
se forjaron estos grupos
de orientaciones
divergentes —
reaccionarios,
moderados,
independientes,
revolucionarios— que
convierten la vida
política en un juego de
tensiones, propaganda
y sucesión de
programas y gestiones
de gobierno. Con el
mismo propósito de
impedir concentraciones
de poder postula el
liberalismo las
autonomías provinciales
y municipales, en
merma de la jurisdicción
de los poderes centrales
Finalmente la libertad
del individuo está
garantizada, frente a
cualquier abuso, por
una serie de derechos
que regulan todos los
códigos; integridad
personal y familiar,
libertad religiosa y de
industria, protección de
la propiedad. Y un
derecho imprescindible
de tipo social, libertad
de prensa, proclama de
todas las revoluciones,
porque sólo mediante la
concurrencia de una
prensa libre se pueden
expresar los partidos y
decidir en elecciones los
ciudadanos entre las
varias opciones que se
les ofrece.
Un texto de Benjamín
Constant, de su obra De
la libertad de los
antiguos comparada a
la de los modernos,
ofrece uno de los
resúmenes más claros
de lo que es el
liberalismo político: “La
libertad es el derecho
que cada uno tiene a
estar sometido sólo a
las leyes, de no ser
detenido, encarcelado
ni condenado a muerte
o molestado, en
cualquier forma que
sea, por el capricho de
uno o más individuos.
Es el derecho que todos
tienen a expresar su
opinión, a seguir sus
inclinaciones, a
trasladarse de un lugar
a otro, a asociarse. Es,
finalmente, el derecho a
influir sobre la marcha
del Estado, bien sea
nombrando todos o
parte de los
funcionarios, bien
aconsejando o
preguntando, o
mediante las peticiones
que la autoridad esté
más o menos en la
obligación de tomar en
consideración”.
Otra manera de
restringir el poder
estriba en limitar su
actuación al campo
estricto de la política,
postulando su no
intervención en las
actividades económicas
y sociales; es la doctrina
del laissez faire, laissez
passer. Nos
encontramos aquí con
una de las insuficiencias
del liberalismo, cuya
concepción del Estado-
gendarme, que sólo
interviene en los casos
de flagrante delito,
centra sus funciones en
el mantenimiento de la
libertad individual y
descuida el ámbito de la
justicia social.
El liberalismo aparecerá
así como un movimiento
inoperante para
enfrentarse a las
contradicciones y
problemas de la
Revolución Industrial —
otras ideologías más
revolucionarias surgen
como banderas ante los
problemas sociales— y
por otra parte, por su
negación de la
soberanía real y su
exigencia de consignar
en textos escritos los
derechos ciudadanos,
es considerado como
ideología subversiva por
los monarcas de la
Restauración.
El liberalismo comporta
la destrucción del
antiguo orden político,
en este sentido es
revolucionario;
despreocupado de las
estructuras sociales se convierte en ideología de una
clase, la burguesía, en este sentido es conservador.
René Remond ha reflejado esta ambivalencia:
“Una vez y otra, revolucionario y conservador,
subversivo y conformista. Los mismos hombres pasarán
de la oposición al poder, los mismos partidos del
combate contra el régimen a la defensa de las
instituciones."
El temor a la revolución social inclina a los liberales a
interpretar en sentido restrictivo la soberanía nacional,
con la negación del sufragio universal; sólo poseen
derecho de voto los grupos con un determinado nivel
de riqueza o de cultura, la burguesía del dinero y del
talento. Constitución escrita, monarquía limitada,
elecciones y partidos políticos, sufragio censatario,
descentralización, igualdad jurídica y desigualdad social
son rasgos que perfilan las sociedades políticas del
liberalismo europeo.
Ideas del
Liberalismo:
Interpreta la naturaleza
humana y supone que
con mayores cuotas de
libertades se alcanzan
mayores niveles de
prosperidad.
El hombre obtiene mas
beneficio haciendo lo
que se le plaza, que sometiéndolo para que haga lo que
a otros les place.
El ejercicio de la libertad individual es el camino ideal
para el bienestar del individuo.
Las relaciones entre los individuos deben ser
controladas y regidas por una norma nacional, la
Constitución, que garantizara los derechos toda la
sociedad.
Cada individuo es responsable de sus actos deberá
respetar los derechos de sus semejantes.
Todos los hombres nacen libres e iguales ante la ley.
La tolerancia y la razón son los pilares fundamentales de la ideología liberal.
El individuo buscando su progreso individual, (usando su libertad, talento y
conocimiento) ira formando una sociedad mejor.
La religión es una convicción personal y nada tiene que ver con el estado, se puede
creer o no en Dios, pero igualmente se es un buen ciudadano.
Se deben liberar todas las fuerza creativas de la sociedad, la cual se ira construyendo
de manera positiva, mejorando día a día.
En lo político defienden la separación de los poderes, la soberanía nacional y el
sufragio universal.
LA ILUSTRACION
La Ilustración fue una época histórica y un movimiento cultural e intelectual europeo –
especialmente en Francia e Inglaterra que se desarrolló desde fines del siglo XVIII hasta el inicio
de la Revolución francesa, aunque en algunos países se prolongó durante los primeros años
del siglo XIX. Fue denominado así por su declarada finalidad de disipar las tinieblas de la
humanidad mediante las luces de la razón. El siglo XVIII es conocido, por este motivo, como
el Siglo de las Luces.
Los pensadores de la Ilustración sostenían que la razón humana podía combatir la ignorancia, la
superstición y la tiranía, y construir un mundo mejor. La Ilustración tuvo una gran influencia en
aspectos económicos, políticos y sociales de la época. La expresión estética de este movimiento
intelectual se denominará Neoclasicismo.
NACIONALISMO Y SOCIALISMO
El nacionalismo es una ideología y movimiento sociopolítico
que surgió junto con el concepto de nación propio de la Edad
Contemporánea en las circunstancias históricas de la Era de
las Revoluciones (Revolución industrial, Revolución
burguesa, Revolución liberla) desde finales del siglo
XVIII.1 También puede designar al sentimiento nacionalista y a
la época del nacionalismo.
Como ideología, el
nacionalismo pone a una
determinada nación como
el único referente
identitario, dentro de una
comunidad política; y parte
de dos principios básicos con respecto a la relación entre la
nación y el Estado:
El principio de la soberanía nacional: que mantendría que
la nación es la única base legítima para el Estado.
El principio de nacionalidad: que mantendría que cada
nación debe formar su propio Estado, y que las fronteras
del Estado deberían coincidir con las de la nación.
El término nacionalismo se aplica tanto a las doctrinas políticas
como a los movimientos nacionalistas: las acciones colectivas
de movimientos sociales y políticos tendentes a lograr las
reclamaciones nacionalistas.
En ocasiones también se llama nacionalismo al sentimiento de
pertenencia a la nación propia, algo en principio identificable
con el patriotismo, pero distinto si va más allá del mero
sentimiento e incorpora contenido doctrinal o acción política en
un sentido concreto.
La historiografía también usa el término nacionalismo para
referirse la época del nacionalismo: el periodo histórico de
formación de las naciones y el surgimiento de la ideología y
movimientos nacionalistas, lo que ocurrió en torno al siglo XIX,
coincidiendo con las revoluciones liberales o revoluciones
burguesas. En el siglo XX se produce una renovación del
nacionalismo, en el periodo de entreguerras vinculado
al fascismo, y tras
la Segunda Guerra
Mundial vinculado al
proceso
de descolonización y
al tercermundismo, cuando
surgen numerosos grupos
denominados Movimiento
de Liberación Nacional.
Se habla también
del nacionalismo musical,
expresión artística de la
segunda mitad del siglo
XIX que coincide con el
nacionalismo político en la
valoración de la etnicidad y
que deriva del
anterior romanticismo,
movimiento intelectual y
artístico también muy
vinculado con
el nacionalismo romántico,
aunque sea de más amplia
extensión temporal y
conceptual que éste.
El socialismo es el control
por parte de la sociedad,
organizada como un
entero, sobre todos sus
integrantes, tanto los
medios de producción
como las diferentes fuerzas
de trabajo aplicadas en las
mismas El socialismo
implica, por tanto,
una planificación y una
organización colectiva y
consciente de la vida social
y económica. Subsisten sin
embargo criterios
encontrados respecto a la
necesidad de la
centralización de la
administración económica
mediante el Estado como
única instancia colectiva en
el marco de una sociedad
compleja,frente a la
posibilidad de formas
diferentes de gestión
descentralizada de la
colectividad socialista,
tanto por
vías autogestionarias como
de mercado. Existen
también discrepancias
sobre la forma de
organización política bajo el
socialismo para lograr o
asegurar el
acceso democrático a la
sociedad socialista a clases
sociales o poblaciones,
frente a la posibilidad de
una
situación autocrática por
parte de las burocracias
administrativas.
Las formas históricas de
organización social de tipo
socialista pueden dividirse
entre determinadas
evoluciones espontáneas
de ciertas civilizaciones de
carácter religioso y las
construcciones políticas
establecidas por proyectos
ideológicos deliberados. De
éstas se destacan,
respectivamente, el Imperio
Inca y la Unión Soviética.
EL IMPERIALISMO
Imperialismo es la doctrina política que
justifica la dominación de un
pueblo o Estado sobre otros; habitualmente
mediante distintos tipos de colonización (de
poblamiento, de explotación económica, de
presencia militar estratégica) o por la
subordinación cultural Los términos
"imperialismo" y colonialismo, muy
relacionados, no son sinónimos.
Los Imperios han existido a lo largo de toda
la historia, desde su mismo comienzo en
la Edad Antigua, pero el uso del término
"imperialismo" suele limitarse a la calificación
de la expansión europea que se inicia con
la era de los descubrimientos (siglo XV) y se
prolonga durante toda la Edad
Moderna y Edad Contemporánea hasta el
proceso de descolonización tras la Segunda
Guerra Mundial.
Más específicamente, la expresión Era del
Imperialismo, utilizada por la historiografía,
denomina al periodo que va de 1871 a 1919,
en que se produjo una verdadera carrera
para construir imperio coloniales,
principalmente con el llamado reparto de
África. A ese periodo se refieren dos de los
textos más importantes que fijaron el
concepto: Imperialism, a study, de Hobson,
y El imperialismo, fase superior del
capitalismo, de Lenin.
La perspectiva marxista entiende el
imperialismo no esencialmente como una
forma de dominación política, sino como un
mecanismo de división internacional del
capital y el trabajo, por el que la propiedad
del capital, la gestión, el trabajo de mayor
cualificación y la mayor parte del consumo se
concentran en los países "centrales";
mientras que en los países "periféricos", que
aportan el trabajo de menor cualificación y
los recursos naturales, sufren un intercambio
desigual que conduce a la explotación y el
empobrecimiento. En politología también se
emplea la nomenclatura "norte-sur" para esta
forma de relación.