La poesía latinoamericana II
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La poesía latinoamericana
El renacimiento
La poesía renacentista culta, tanto en su faceta lírica como épica,
mantiene características heredadas del movimiento europeo,
fundamentalmente una rigurosidad formal, sentido unitario y armonía, y la
preeminencia de lo clásico.
En la vertiente lírica, destacan Francisco de Terrazas y la dominicana
Leonor Ovando.
Sobresale en la épica Alonso de Ercilla y Zúñiga (1533- 1594), autor del
poema épico inaugural de la literatura latinoamericana: “La Araucana”. Otros
dos poetas destacados fueron el andaluz Juan de castellanos, que escribe
“Elegías de varones ilustres de indias” y el chileno Pedro de Oña, autor del
“Arauco domado”.
Con respecto a la poesía popular, el romancero ocupa un lugar
importante entre las manifestaciones de la poesía latinoamericana por su
calidad poética y por su difusión espacial temporal. El romance ese hace
presente en América a principios del siglo XVI, con la llegada de los
conquistadores y colonizadores españoles. Posteriormente, con ciertas
variantes, adquirirá en América características autóctonas.
El barroco
En un periodo de aproximadamente ciento cincuenta años (1600-1750)
predomino en la literatura latinoamericana el estilo barroco. Góngora
Quevedo y Calderón de la barca son los autores de mayor influencia en la
literatura de esta época.
Como una etapa intermedia entre el renacimiento y el barroco se
puede distinguir el llamado estilo manierista que entre fines del siglo XVI y
principios del XVII, creó en arte y una literatura que aspiraban a una mayor
expresividad, complaciéndose en lo insólito y a veces artificioso. Así, frente al
clasicismo renacentista, empezó a prevalecer el anticlasicismo, y la
subjetividad en el tratamiento de los temas, junta a una excesiva
ornamentación y dinamismo.
En esta periodo de acomodación a las nuevas inquietudes artísticas se
puede situar la poesía épica de dos españoles que residieron en América
desde muy pronto: Bernardo de Balbuena, autor de la “Grandeza Mexicana”
y “El Bernardo”, y Fray Diego de Hojeda, que publico una epopeya religiosa,
la “Cristiada”.
Por lo que respecta a la poesía lirica, con el único antecedente de
Mateo Rosas de Oquendo, su manifestación es netamente barroca, mas aun
si tenemos en cuenta que dentro de ella resalta la figura mas sobresaliente
representativa del barroco latinoamericano y quizá de toda la larga etapa
colonial: Sor Juana Inés de la cruz.
Además destacan otros poetas como fray miguel de Guevara en
México, el colombiano Hernando Domínguez Camargo o el argentino Luis de
Tejeda y Guzmán. Asimismo sobre sale en Perú Juan del valle Caviedes,
caracterizada por una poesía de tono festivo y satírico, y en Colombia, sor
Francisca Josefa del Castillo Guevara, autora de poemas.
Neoclasicismo, romanticismo y realismo el
Latinoamérica
La crisis del sistema colonial se acentúa en el siglo XVIII. La segunda
mitad de la centuria en Latinoamérica se caracteriza por el surgimiento de
movimientos anticoloniales que fueron el desencadénate del proceso
independista. En efecto hacia 1830 la casi totalidad de los países de
Latinoamérica habían logrado su independencia
El neoclasicismo se desarrolla en América en la primera mitad del siglo
XIX. Cerca de cuarenta y cinco años aproximadamente entre 1845 y 1890,
duro la vigencia del romanticismo en la literatura latinoamericana. Una vez
que la mayoría de los países latinoamericanos lograron su independencia,
vino un periodo de consolidación de los diferentes nacionalismos. Esto
implico una preocupación por establecer estructuras políticas, económicas
sociales y culturales acorde con la nueva etapa que se estaba viviendo. En
este contexto el movimiento romántico trascendió lo meramente literario y se
constituyo en el signo distintivo de la nueva realidad latinoamericana. El
costumbrismo es la nota predominante de estos años de vigencia romántica,
pues sirvió de pretexto a poetas, novelistas, dramaturgos y ensayistas para
criticar y satirizar a una sociedad que atravesaba una etapa de grandes
cambios y que se acercaba peligrosamente a modas extranjeras.
Producto de esta situación la mayoría de los países latinoamericanos
viven una efervescencia literaria que se traduce principalmente en la creación
de literaturas nacionales y, por consiguiente, en la presencia de autores
representativos de esta modalidad.
La vigencia del realismo en Latinoamérica se puede situar
aproximadamente entre 1890 y 1935, pero no se cultiva mucho la poesía.
Dos son los poetas que sobresalen como representativos de una poesía
neoclásica: el ecuatoriano José Joaquín de Olmedo (1780-1847) y el
venezolano Andrés bello (1781-1865). En ellos existe una evidente
preocupación métrica y un interés por resaltar aspectos políticos y sociales,
además de hacer patente la presencia de lo americano.
Por su parte, la poesía romántica encontró favorable eco en un
abundante número de escritores. Entre ellos se destacan los argentinos que
conforman el grupo de los proscritos, opositores a Juan Manuel rosas (1835-
1852). Entre ellos se encontraba la figura de José esteban Echeverría (1805-
1851). De sus poesías Elvira o La Novia de Plata (1832), Consuelos (1834) y
Rimas (1837), Resalta la Cautiva (del último libro), un largo poema que trata
de las desventuras de una mujer blanca, retenida por los indios.
En Cuba son significativamente las obras de Gertrudis Gómez de
Avellaneda (1814-1873). Paralelamente, durante el siglo XIX se desarrolla en
torno al rio de la plata la poesía gauchesca. Centrada en la figura del
campesino nómada de la pampa, recurre, en general, a un lenguaje que
recoge los usos dialectales de este colectivo.
El interés por el mundo del gaucho se enmarca en el renacimiento del
nacionalismo y la búsqueda de lo autóctono propios del siglo XIX. La fama de
José Hernández (1834-1886) queda ampliamente justificada con el poema
narrativo Martín fierro la obra más significativa del periodo. Su éxito provoca
la prolongación de la poesía de materia gauchesca en el siglo XX.
Pero, además de estos primeros poetas, destaca un grupo de autores
más jóvenes que siguen también la estela de la estética romántica. Con ellos
se desarrolla la última etapa del movimiento. Cabe destacar entre ellos al
chileno Guillermo blest gana y el colombiano Rafael Pombo (1833-1912). Así
también merece una atención especial la figura del uruguayo Juan zorrilla de
san Martín (1855-1931), autor de Tabaré, un poema que convierte en mito la
figura del indio uruguayo.
El modernismo
Entre fines del siglo XIX y comienzos de la segunda década del siglo
XX se desarrolla dentro de la literatura latinoamericana el movimiento
modernista. Este surge de una doble reacción: en primer lugar, como una
respuesta a los cambios socioeconómicos operados en Latinoamérica a
finales del siglo XIX y principios del siglo XX, y en un segundo lugar, como
liberación de elementos románticos y técnicas naturalistas.
Esta doble reacción llevó consigo la necesidad de crear un nuevo
lenguaje y unas nuevas formas, lo que se tradujo en una reelaboración de la
lengua poética que alcanza sus momentos cumbres en la figura y
personalidad de uno de los autores más singulares de la literatura
latinoamericana: Rubén Darío.
Junto a esta innovación del lenguaje literario resaltan en el modernismo
otros rasgos distintivos:
Individualismo o subjetivismo
Búsqueda de la originalidad
Universalismo
Sensualidad
Evasión del materialismo existente
Esta nueva forma de sentir y de enfrentarse a la literatura tiene validos
antecedentes en Francia, de donde los modernistas americanos reciben
influencias, básicamente a través del parnasianismo y del simbolismo. Los
mayores logros del modernismo se dan en el ámbito poético. De aquí nacen
muchos precursores del modernismo.
Manuel González Prada (1848-1918) fue el precursor en Perú
de la transición del periodo colonial al universalista. Además hay en él una
preocupación constante por los problemas sociales y políticos,
primordialmente en lo que se refiere a la reivindicación del indio. Sus
innovaciones poéticas, tanto en el ritmo como en la introducción de nuevas
formas estróficas, alcanzan su mayor altura en su obra “Exóticas”.
El cubano José Martí (1853-1895) fue también un escritor
político y comprometido con su tiempo. Para Martí la poesía es un
desahogo para expresar sus sentimientos y en sus versos se aprecia
especialmente la influencia del simbolismo. Cuatro títulos sintetizan su
filiación modernista: Ismaelillo (1882), Versos libres (1882), versos sencillos
(1891), y Flores del Desierto.
Salvador Díaz Mirón (1853-1928), mexicano, es uno de los
maestros del modernismo. En su primera etapa poética son claras de
resonancia románticas. Posteriormente, con la publicación en 1901 de
Lascas, se muestra inserto en búsquedas formales y en aventuras verbales,
típicas del movimiento.
La obra poética del mexicano Manuel Gutiérrez Nájera (1859-
1895) queda reducida a un solo título, Poesías, publicado el año siguiente
de su muerte. En ella se descubre una honda de preocupación filosófica.
Sus poemas resaltan por la riqueza melódica y plástica, por la sensibilidad y
elegancia, por sus imágenes y colorido.
Rubén Darío,
El poeta nicaragüense Félix Rubén García sarmiento, Rubén Darío,
(1867-1916), es el gran renovador de la poesía latinoamericana, en la que
desempeño un papel histórico. Las obras de Darío sirvieron para difundir y
consolidar el modernismo. En su producción se destacan tres libros:
Azul… (1888) consta de composiciones escritas en verso y en prosa,
donde se ponen de manifiesto las directrices de la nueva estética.
Prosas profana (1896) significa la consolidación de la línea elegante
y refinada que se había iniciado en su obra anterior. En este libro, la
importancia del ritmo y la musicalidad, el gusto por los ambientes refinados
y exóticos y por los referentes sensoriales alcanzan su más alta cima.
Además, Prosas Profanas supone una revolución métrica. En esta obra,
junto con los poemas de temas amorosos, aparecen composiciones
reflexivas y meta poéticas.
Cantos de vida y esperanza (1905) significa un cambio de la
trayectoria de Darío. Renuncia al virtuosismo anterior y sus composiciones
se orientan hacia la revisión del pasado. En los versos de esta obra se
acentúa el tono de melancolía y resignación.
Ricardo Jaimes Freyre (1868-1933) fue cofundador con Darío de la
Revista de América. este poeta boliviano escribió dos colecciones de
versos: Castalia Bárbara (1899) y Los Sueños son Vida (1917).
INTRODUCCION
La poesía es una de las grandes expresiones humanas y se ha
desarrollado en muchas partes del mundo, unos de los últimos lugares en
desarrollarse fue en Latinoamérica a comparación de Europa pero la belleza
de los poemas compenso el tiempo esperado. Por este informe esta centrado
en la poesía que se desarrollo en Latinoamérica.
CONCLUSION
La poesía en Latinoamérica se guiaba un poco de la europea pero su
estilo era distinto y nació tarde pero sus resultados fueron provechosos y con
mucho sentimiento, que es lo que caracteriza a los latinos.
OBJETIVOS
Nuestro objetivo como grupo es de poder inculcar conocimiento a
nuestros compañeros sobre las etapas y periodos por los que paso la poesía
en Latinoamérica.