La Permanencia de La Acumulación Primitiva

23/07/2015 La permanencia de la acumulacin primitiva: fetichismo de la mercanca y constitucin social | Marx desde Cero

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La permanencia de la acumulacin primitiva: fetichismo de la mercanca y constitucin socialPublicado el 17 enero 2015 de Antonio Oliv

Vamos con nuestra propuesta para el fin de semana, con

la Ursprngliche Akkumulation. Qu es eso? Pues uno de esos

conceptos importantes en el marxismo. Desarrollado por

Marx en los captulos XXIV y XXV del primer volumen de El

Capital, es lo que conocemos por acumulacin originaria,

acumulacin previa o acumulacin primitiva y que viene a

ser en la Economa poltica el pecado original en la teologa. Un

acto extremo de pura violencia (ver El gran olvido del

sr. Peel).

En este trabajo, Werner Bonefeld sostiene que la

acumulacin primitiva no se restringe al perodo de transicin entre modos de produccin que culmin con la

emergencia del capitalismo, sino que tambin debe entendrsela como el fundamento de las relaciones sociales

capitalistas y, por ende, de la constitucin de la sociedad a travs de la cual subsiste la explotacin del trabajo.

Esperamos que os resulte interesante

Un saludo. A, Oliv

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La permanencia de la acumulacin primitiva: fetichismo de la mercanca y constitucin social 1

Werner Bonefeld 2

Introduccin

En el transcurso de la dcada pasada, se han incrementado la trata de mujeres y nios, la prostitucin y la

esclavitud. Los dueos de la fuerza de trabajo no slo se enfrentan con nuevas formas de explotacin (cf.

Caffentzis, 1999). Tambin se los transforma en un recurso vendible con el que se opera y se comercia incluso

se producen bebs para exportacin (Federici, 1997). Algunos comentaristas han sugerido que asistimos a una

nueva emergencia de condiciones de acumulacin primitiva (cf. entre otros: Dalla Costa, 1995a, 1995b). Estos

trabajos muestran con claridad que la explicacin de Marx, segn la cual, No pocos capitales que ingresan

actualmente a Estados Unidos sin partida de nacimiento, son sangre de nios recin ayer capitalizada en

Inglaterra (2008: 945) se mantiene vigente como una poderosa crtica de la situacin actual.

Este ensayo sostiene que la acumulacin primitiva no slo describe el perodo de transicin que llev a la

emergencia del capitalismo. La acumulacin primitiva es, de hecho, la base de las relaciones sociales

capitalistas y por ende de la constitucin de la sociedad a travs de la cual subsiste la explotacin del trabajo.

En otras palabras, los desarrollos contemporneos de la acumulacin primitiva no son casuales. El argumento,

entonces, es que la acumulacin primitiva se reproduce constantemente, ya sea en trminos de la renovada

separacin de nuevas poblaciones de los medios de produccin y subsistencia, o en trminos de la

reproduccin de la relacin salarial dentro de las relaciones establecidas del capital. La primera busca poner

nuevos trabajadores bajo las rdenes del capital, mientras que la ltima intenta contenerlos como recursos

humanos a ser explotados: el denominado factor humano de la produccin. Las relaciones sociales capitalistas



descansan en el divorcio de las masas de poblacin de los medios de produccin. Este divorcio fue resultado de

la acumulacin primitiva y es el supuesto sobre el cual descansa la explotacin capitalista. La acumulacin

primitiva es, entonces, un elemento necesario del capitalismo. O mejor: es el supuesto del capital y el resultado

de su reproduccin. En pocas palabras, la acumulacin primitiva es la constitucin de la sociedad y de las

relaciones capitalistas.

Acumulacin primitiva y capital

Dentro de la tradicin marxista, la acumulacin primitiva se ve habitualmente como la prehistoria del

capitalismo, que se desarroll a partir de ella. Una vez que aquel se hubo establecido, la acumulacin primitiva

una historia de sangre y fuego en que las ovejas desplazaron a los humanos cuando los campos fueron

despejados simplemente se reduce a historia. Aquella, entonces, se ve como un perodo histrico de

transicin desde relaciones sociales pre-capitalistas hacia otras de tipo capitalista. El carcter temporal,

especfico y sistemtico de la acumulacin primitiva se refiere al despejamiento de las fincas*, que es la

separacin del trabajo de sus condiciones naturales y de los medios de produccin. Los escritos marxistas

sobre el imperialismo, especialmente Luxemburgo (1968), reconocen de modo implcito que el capitalismo

propiamente dicho en los centros imperialistas, depende para su reproduccin ampliada de la subyugacin de

nuevas poblaciones a las relaciones de intercambio capitalista. Luxemburgo, aunque sin negar la visin

convencional de la acumulacin primitiva como un perodo distintivo en el despuntar del capitalismo, acept

sin embargo la coincidencia entre las relaciones capitalistas constituidas y la acumulacin primitiva. No

obstante, es importante destacar que la acumulacin primitiva no era vista por Luxemburgo como

acumulacin originaria sino, ms bien, como una consecuencia de la lgica contradictoria del capitalismo

en lo concerniente a la realizacin del valor, extrado al trabajador, en la forma de ganancia: la acumulacin

del capital necesitaba de la apertura de nuevos mercados donde poder realizar la plusvala extrada mediante

el intercambio. Desde este punto de vista, entonces, la acumulacin primitiva deriva de la lgica contradictoria

de la acumulacin y su crisis. As fue posible para Luxemburgo aceptar la perspectiva de la acumulacin

primitiva como marca del perodo de transicin hacia el capitalismo y proponer, al menos como implicancia,

que la misma es un aspecto del carcter plagado de crisis de la acumulacin capitalista. Amin, quien escribe

en los 70, enfoca bien esta cuestin:

Estos mecanismos [de acumulacin primitiva] no se ubican, entonces, slo en la prehistoria del

capitalismo; son tambin contemporneos. Son estas formas renovadas pero persistentes de la

acumulacin primitiva en beneficio del centro, las que constituyen el objeto de la teora de la acumulacin

en escala mundial (Amin: 1975, 11-12) 3.

Entender la acumulacin primitiva como un mero perodo de transicin no permite ver que el divorcio entre

los medios de produccin y el trabajo no es slo la premisa histrica de las relaciones capitalistas sino, de un

modo importante, la condicin y el supuesto de la explotacin capitalista del trabajo. Como dice Marx el

intercambio de trabajo por trabajo aparentemente la condicin de la propiedad del trabajo descansa

sobre la carencia de propiedad por parte del trabajador en cuanto base del trabajo [destacados en el

original] (2009: 479). Las relaciones sociales capitalistas se fundan en la separacin del trabajo de los medios

de produccin, y esto entraa que la acumulacin capitalista en s descanse en el divorcio continuamente

reproducido entre el trabajo y sus medios. En suma, la separacin del poder deliberadamente productivo del

ser humano de sus medios es constitutivo del fetichismo de la forma mercantil. La seccin que sigue se centra

en esta cuestin.

Acumulacin primitiva y constitucin de la sociedad

La crtica de Marx a la economa poltica dej en claro que el capital no es una cosa y que el punto de vista

del capital y del trabajo asalariado es el mismo (cf. Marx, 2006c, captulo 48). El capital no es una cosa porque



es una relacin social definida y el punto de vista del capital y del trabajo asalariado es el mismo porque ambos

son formas pervertidas de la reproduccin social (cf. Marx, 1972: 491; 2006c). Para Marx, cada una de estas

formas, incluso la forma ms simple como, por ejemplo, la mercanca, es ya una inversin y hace que las

relaciones entre los sujetos aparezcan como atributos de las cosas (Marx, 1972: 508) o, ms enfticamente,

cada una de estas formas es una forma pervertida (Marx, 1962: 90). 4 La perversin ms desarrollada, el

fetiche constituido de la sociedad capitalista, es la relacin del capital consigo mismo, de una cosa consigo

misma (cf. Marx, 1972: 515). La expresin extrema de esta perversin es el capital que devenga inters: la

forma ms enajenada y fetichista del capital (Marx, 2006b: 499). Y el salario, la caracterstica definitiva

del trabajo asalariado? Para Marx, la expresin salario del trabajo o precio del trabajo es una expresin

que resulta tan irracional como plantear un logaritmo amarillo (2006c: 1042). Lo que necesita ser

explicado, entonces, no es la relacin entre el capital y el trabajo asalariado en su sentido ms directo e

inmediato sino, ms bien, la constitucin de la sociedad en la que se funda esta relacin y a travs de la cual

subsiste. En otras palabras, lo que necesita ser explicado es por qu la prctica productiva humana toma la

forma del capital. As, la pregunta de Marx por qu ese contenido [la prctica social productiva humana]

adopta dicha forma [la forma del capital] (2002: 98) plantea el tema de la constitucin social del valor. La

trascendencia crtica de esta conclusin es la siguiente:

Lo que necesita explicacin, o es resultado de un proceso histrico, no es la unidad del hombre viviente y

actuante, con las condiciones inorgnicas, naturales, de su metabolismo con la naturaleza y, por lo tanto, su

apropiacin de la naturaleza, sino la separacin entre estas condiciones inorgnicas de la existencia

humana y esta existencia activa, una separacin que por primera vez es puesta plenamente en la relacin

entre trabajo asalariado y capital [destacados en el original] (Marx, 2009: 449).

El antagonismo de clase entre el capital y el trabajo se apoya y subsiste en la separacin de la prctica social

humana de sus medios. No puede existir la acumulacin capitalista sin la reproduccin continua del divorcio

entre el trabajo y sus condiciones.

El intercambio mercantil y el dinero anteceden la produccin capitalista. Sin embargo, segn Marx, para

que el dinero se transforme en capital, deben existir los requisitos previos para la produccin capitalista

(Marx, 1972: 272). El primer supuesto histrico es la separacin del trabajo de sus condiciones y por lo tanto

la existencia de los medios de trabajo como capital (Ibd.). Para Marx, esta separacin comprende una

historia mundial.

Mercanca y dinero son transformados en capital debido a que el trabajador [] es obligado a vender su

propio trabajo (vender directamente su fuerza de trabajo) como una mercanca al dueo de las condiciones

objetivas de trabajo. Esta separacin es el prerrequisito para la relacin del capital y el trabajo asalariado,

de la misma forma en la que es el prerrequisito para la transformacin del dinero (o de la mercanca por la

que se encuentra representado) en capital (1972: 89).

La constitucin de la actividad humana plena de sentido como relaciones entre cosas se basa en esta

separacin y, una vez establecida, acontece como el supuesto constitutivo de las relaciones sociales capitalistas

(cf. Krahl, 1971: 223). En suma, la separacin del trabajo de sus condiciones es la pre-condicin de su

existencia como capital, y es el fundamento de la produccin capitalista [] y est dada en la misma

(Marx, 1972: 272).

Separacin significa que las condiciones del trabajo se le enfrentan como capital ajeno (Marx, 1972: 422),

porque estn perdidas para el trabajador y han asumido la forma de propiedad ajena. El divorcio,

entonces, de la prctica humana plena de sentido de sus condiciones, y su transformacin en una fuerza

independiente, esto es, el capital, convierte el producto del trabajo en una mercanca y hace que sta aparezca

como un producto del capital (Marx, 2006c: 1116). Esto entraa la cosificacin de las determinaciones



sociales de la produccin y la subjetivacin de las bases materiales de la produccin (2006c: 1117). As, segn

Marx, el capitalista y el trabajador asalariado slo son, en cuanto tales, encarnaciones, personificaciones de

capital y trabajo asalariado, determinados caracteres sociales que el proceso social de produccin estampa

en los individuos (2006c: 1116). De este modo, la acumulacin primitiva aparece asumida (aufgehoben) en la

forma mercanca. No obstante, aunque asumida, es la condicin constitutiva de las relaciones sociales

capitalistas como relaciones entre cosas. Los supuestos del capital que originariamente aparecan como

condiciones de su devenir y que por tanto an no podan surgir de su accin como capital, se presentan

ahora como resultados de su propia realizacin, como realidad puesta por l: no como condiciones de

su gnesis, sino como resultados de su existencia [destacados en el original] (Marx, 2009: 421). En

resumen, la acumulacin primitiva no es slo una poca histrica que precediera las relaciones sociales

capitalistas, y a partir de la cual emergiera el capital. Entraa, fundamentalmente, el supuesto constitutivo a

travs del cual subsiste el antagonismo entre el capital y el trabajo: la acumulacin primitiva es el

fundamento general del sistema capitalista (Marx, 2002: 618) y por lo tanto, del trabajo asalariado.

La acumulacin primitiva es el punto centrfugo, alrededor del cual se resuelve el modo especficamente

capitalista de existencia del trabajo asalariado, la determinacin de la actividad humana plena de sentido en la

forma de una mercanca que trabaja. 5 Mientras la produccin capitalista y las relaciones de intercambio

subsisten a travs de la forma mercantil, la acumulacin primitiva constituye la historia secreta de la

determinacin de la prctica humana plena de sentido en la forma de una mercanca: el trabajo asalariado. La

forma mercantilizada subsiste a travs de esta determinacin, la presupone y, a travs de dicha forma, la niega

en nombre de una igualdad y libertad abstractas. Esta conclusin est enfocada en la crtica de Marx del

fetichismo

El complejo de estos trabajos privados es lo que constituye el trabajo social global. Como los productores no

entran en contacto social hasta que intercambian los productos de su trabajo, los atributos especficamente

sociales de esos trabajos privados no se manifiestan sino en el marco de dicho intercambio. O en otras

palabras: de hecho, los trabajos privados no alcanzan realidad como partes del trabajo social en su

conjunto, sino por medio de las relaciones que el intercambio establece entre los productos del trabajo y, a

travs de los mismos, entre los productores. A stos, por ende, las relaciones sociales entre sus trabajos

privados se les ponen de manifiesto como lo que son, vale decir, no como relaciones directamente sociales

trabadas entre las personas mismas, en sus trabajos, sino por el contrario como relaciones propias de

cosas entre las personas y relaciones sociales entre las cosas [destacados en el original] (Marx, 2002: 89).

As, el individuo social subsiste como tal no en un sentido inmediato sino mediado: est mediado por la

forma mercantil. La forma mercantil moldea la totalidad de las relaciones sociales burguesas y como totalidad

dispone la base de la prctica productiva de todos los individuos alienados. La forma mercantil no slo incluye

la actividad de cada individuo, tambin es independiente de esta conexin con el individuo. El divorcio,

entonces, del trabajo y sus condiciones no slo entraa la independencia completa de los individuos entre s

sino tambin su dependencia completa de las relaciones aparentemente impersonales que establece la forma

mercantil. As, la independencia del individuo es una ilusin que podra designarse ms exactamente como

indiferencia (Marx, 2009: 91). Su independencia es la de individuos atomizados en el mercado que son

libres de enfrentarse unos a otros y de intercambiar en esta libertad (2009: 91). La separacin de la

actividad humana de sus condiciones es entonces no slo el proceso real de generacin de capital sino, adems,

una vez constituida, el proceso real de la forma mercantil. En otras palabras, la acumulacin primitiva est

implcita en la forma mercantil como su condicin subterrnea, su supuesto constitutivo y su base histrica.

La lgica de la separacin (cf. Negri, 1984) entraa que el capitalista individual deba expandir

continuamente su capital para conservarlo, y no es posible expandirlo sino por medio de la acumulacin

progresiva (2006a: 732). El riesgo es la quiebra. As, mediado por la competencia, el capital personificado es



empujado a la accin. Como fantico de la valorizacin del valor, el capitalista constrie implacablemente

la humanidad a producir por producir incrementando la masa del material humano explotado (2006a:

731-732). La disposicin de los resultados del trabajo humano como una fuerza por encima y por debajo del

individuo social incluidos tanto el capitalista como el obrero asalariado, y la inclinacin fantica por

hacer a los trabajadores trabajar por el trabajo mismo, se fundan en la separacin del trabajo de sus medios.

Los medios de produccin se convierten en capital slo en la medida en que son separados del trabajador y

enfrentan al trabajo como un poder independiente (Marx, 1963: 408). En resumen, la liberacin del trabajo

de sus condiciones y su transformacin en propiedad privada entraa que el derecho capitalista de propiedad

preserve la riqueza abstracta a travs de el sacrificio de mquinas humanas en las pirmides de la

acumulacin (Gambino, 1996: 55). La ley de la propiedad privada entraa que

La capacidad de trabajo nicamente se ha apropiado de las condiciones subjetivas del trabajo necesario

de los medios de subsistencia para la capacidad de trabajo productivo, es decir, para su reproduccin como

simple capacidad de trabajo separada de las condiciones de su realizacin y ha puesto estas condiciones

como cosas, valores, que se le contraponen en una personificacin dominante y ajena (Marx, 2009: 413).

La lgica de la separacin es el proceso real del capital (Marx, 1972: 422). De hecho, como argumenta

Marx, el capital es la separacin de las condiciones de produccin del trabajador (Ibd.).

En suma, Marx no concibe el capital como una cosa en s misma que, dotada de su propia lgica objetiva, se

intercambia a s misma consigo misma y que, al hacerlo, genera ganancia. Ms bien, se lo concibe como una

relacin social entre el trabajo y las condiciones del trabajo que son presentadas como independientes en

relacin al trabajo (Ibd.). Segn Marx, la prdida de las condiciones de trabajo por parte de los obreros se

expresa en el hecho de que estas condiciones de trabajo se vuelven independientes como capital o como cosas a

disposicin del capitalista (1972: 271). La acumulacin primitiva, entonces, no es slo el perodo a partir del

cual emergieron las relaciones sociales capitalistas. Ms bien, es el acto histrico que constituye las

relaciones sociales capitalistas como un todo. Como escribi Marx, esta separacin constituye [bildet] el

concepto [Begriff] del capital (Marx, 2007: 316). La separacin del trabajo de sus condiciones y la

concentracin de estas en manos de no trabajadores (Marx, 1978: 116) dispone el capital como una forma

pervertida de prctica social en la cual el proceso de produccin domina al hombre, en vez de dominar el

hombre a ese proceso (Marx, 2002: 99). La lucha de clases, entonces, que liber al amo del esclavo y al

esclavo del amo, es constitutiva de la relacin entre capital y trabajo (cf. Holloway, 1995). La acumulacin

primitiva, por lo tanto, persiste dentro de la relacin de capital como accin que, presupuesta, le es

constitutiva (cf. Psychopedis, 1992). Esta accin yace en el corazn de la reproduccin del capital: la accin

presupuesta de la separacin del trabajo de sus condiciones no es el resultado histrico del capital sino su

supuesto, un supuesto que provee al capital de una relacin social de produccin a travs del divorcio de la

fuerza social productiva del trabajo y sus condiciones. En breve, la lucha de clases es, en palabras de Simon

Clarke, el supuesto lgico e histrico de la existencia de capitalistas individuales y obreros, as como la base

sobre la cual descansa la explotacin (1982: 80).

El carcter sistemtico de la acumulacin primitiva subsiste, as, en forma implcita a travs de las relaciones

constituidas del capital. La separacin no es el resultado del capital sino su gnesis, y ahora se presenta como

su supuesto. Ya no aparece como la condicin histrica de su emergencia sino, ms bien, como el supuesto

constitutivo de su inclinacin fantica por reproducir las relaciones humanas como relaciones entre

poseedores de mercancas, esto es, como categoras sociales de la reproduccin capitalista. En breve, la

separacin

se inaugura con la acumulacin originaria, aparece luego como proceso constante en la acumulacin y

concentracin del capital y se manifiesta aqu finalmente como centralizacin de capitales ya existentes en

pocas manos y descapitalizacin de muchos (que bajo esta forma modificada se presenta ahora la



expropiacin) (Marx, 2007: 316).

El terror de la separacin, del comienzo primigenio del capitalismo, pesa como un mal sueo sobre la prctica

social de la actividad humana plena de sentido. La mercantilizacin de la capacidad productiva humana como

trabajo asalariado implica que la prctica social, humana, confronte sus condiciones como ajenas, como

condiciones de explotacin, condiciones que aparecen y as existen, contradictoriamente, como relaciones

entre cosas. Marx lo describe del siguiente modo:

el hombre se enfrenta a las cosas, el trabajo es confrontado por sus propias condiciones materializadas

como si fueran sujetos extraos, independientes, autosuficientes; personificaciones, en breve, como la

propiedad de alguien ms y, en esta forma, como empleadores y directores del trabajo mismo, del cual

se apropian en vez de adecursele. El hecho de que el valor, tanto si existe como dinero o como mercanca,

y, en el desarrollo posterior, las condiciones del trabajo se enfrenten al obrero como la propiedad de otros,

significa simplemente que se enfrentan como la propiedad de quien no trabaja, o, en todo caso, como

capitalista, l se enfrenta a las condiciones de trabajo no como trabajador sino como dueo del valor, etc.;

como el sustrato en el cual estas cosas tienen su propia voluntad, se pertenecen a s mismas y son

personificadas como fuerzas independientes (Marx, 1972: 475-76).

El capital supone el trabajo como trabajo asalariado y el trabajo asalariado supone el capital como capital.

Cada uno es la condicin previa del otro. En palabras de Marx

cualquier condicin previa del proceso de reproduccin social es al mismo tiempo su resultado y cada uno

de sus resultados aparece, en forma simultnea, como su condicin previa. Todas las relaciones de

produccin dentro de las cuales se mueve el proceso son, as, sus productos en la misma medida en que son

sus condiciones. Mientras ms examina uno su naturaleza tal como es, ms advierte que en la forma ltima

se vuelve cada vez ms consolidada, de modo que estas condiciones parecen determinar el proceso en forma

independiente de l, y sus propias condiciones aparecen ante quienes toman parte en el proceso como

condiciones objetivas, como fuerzas objetivas, como aspectos de las cosas, incluso ms cuando, en el

proceso capitalista, todo elemento, hasta el ms simple, la mercanca por ejemplo, es ya una inversin y

ocasiona que las relaciones entre las personas aparezcan como atributos de cosas y como relaciones de las

personas con los atributos sociales de las cosas (Marx, 1972: 507-508).

En otras palabras, la forma pervertida del valor presenta el modo de existencia de la actividad humana plena

de sentido en forma de relaciones impersonales, y le confiere al ser humano la indignidad de una existencia

[Dasein] como la personificacin de cosas. As, en lo concerniente a la relacin capital-trabajo, el obrero se

produce a s mismo como capacidad de trabajo. Al mismo tiempo, el capitalista se produce a s mismo

como capital y a la capacidad viva de trabajo que se le contrapone. Al reproducir su otro, su negacin, cada

uno se reproduce a s mismo. El capitalista produce el trabajo como ajeno; el trabajo produce el producto

como ajeno (Marx, 2009: 419-420).

Una vez que se da por sentada la lgica de separacin, esto es, una vez que su supuesto constitutivo se asume

meramente como un pasado histrico, la lgica de separacin puede entenderse meramente en trminos de

fetiche constituido del capital como el sujeto que estructura las acciones de los agentes humanos. Las

elaboraciones ortodoxas se nutren de esta separacin entre estructura (capitalista) y agencia (humana) (cf.

Bonefeld, 1993). Como escribe Horkheimer (1985: 246), la separacin de la gnesis y la existencia

constituye el punto ciego del pensamiento dogmtico. Sin embargo, esto no significa que los enfoques

dogmticos no puedan proveer anlisis valiosos. Pero slo pueden hacerlo en trminos del trabajo como una

capacidad humana de actuar y del valor como trabajo encarnado. Esta teora del valor slo muestra que, como

dice Negri (1992: 70), el desarrollo del trabajo social produce, o bien un proceso de acumulacin de valor o

una pauta compleja de distribucin. Desde este punto de vista, la existencia pervertida de las relaciones



humanas como relaciones entre cosas se asume verdadera en la prctica, y el impulso principal del desarrollo

del capitalismo comienza a verse como el capital en s mismo. 6 Estas propuestas analticas meramente

confirman que el mito no es simplemente una condicin del pasado sino que, ms bien, contina ejerciendo

su domino sobre el pensamiento mismo. De aqu la insistencia de Marx en la desmitificacin: ni las

naciones ni la historia ni el capital han hecho la guerra:

La historia no hace nada, no posee una riqueza inmensa, no libra combates! Ante todo es el hombre, el

hombre real y vivo quien hace todo eso y realiza combates; estemos seguros que no es la historia la que se

sirve del hombre como de un medio para realizar como si ella fuera un personaje particular sus propios

fines; no es ms que la actividad del hombre que persigue sus objetivos (Marx y Engels, 1971: 111-112).

La crtica que hace Marx del fetichismo es fundamentalmente una crtica a los supuestos no reflexionados:

muestra la necesidad de las formas capitalistas a la luz de su constitucin social. En breve, como denuncia

Marcuse, la constitucin del mundo ocurre a espaldas de los individuos y es, sin embargo, su obra (1988: 151).

Sin una comprensin de la constitucin social del mundo pervertido del capital, no puede haber crtica del

capital sin, al mismo tiempo, conceder que desempea una funcin econmica til. Esto entonces conducira a

una visin del capital como el sujeto que encarna la lgica de una estructura de mercado abstracta cuya

realidad emprica estara mediada por la lucha de clases y otras fuerzas sociales (Jessop, 1991). Contra esta

racionalizacin terica del capital como una fuerza extra humana, slo se puede proveer una crtica del capital

con la base de una comprensin de la separacin: esta crtica rompe con la comprensin de la explotacin

capitalista y la acumulacin como formas constituidas y, como dice Negri (1992: 70), trastorna esta

constitucin, marca la singularidad y la dinmica del antagonismo que la ley del trabajo implica. La relacin

capitalista es producto histrico de la alienacin del trabajo: el capital es, en palabras de Marx, la forma

asumida por las condiciones de trabajo (Marx, 1972: 492) y la existencia del capital descansa no slo en la

explotacin del trabajo sino, ms bien, en la acumulacin de capital continua a travs de la explotacin

progresiva del trabajo (cf. Marx, 2006a: 732). El poder natural que tiene el trabajo de mantener el valor y

crear valor nuevo (cf. Ibd.: 745) est bajo el mando del capital en el proceso productivo que es, al mismo

tiempo, el proceso de consumo de trabajo vivo. Es el trabajador quien

produce constantemente la riqueza objetiva como capital, como poder que le es ajeno, que lo domina y lo

explota, y el capitalista, asimismo, constantemente produce la fuerza de trabajo como fuente subjetiva y

abstracta de riqueza, separada de sus propios medios de objetivacin y efectivizacin, existente en la mera

corporeidad del obrero; en una palabra, produce al trabajador como asalariado. Esta constante

reproduccin o perpetuacin del obrero es la [conditio] sine qua non de la produccin capitalista

[destacados en el original] (Marx, 2006a: 701-702).

Por lo tanto, sostenemos que la acumulacin capitalista no se basa slo en los resultados de la acumulacin

primitiva sino que, por el contrario, la acumulacin primitiva es el supuesto constitutivo del antagonismo de

clase entre el capital y el trabajo. Como escribi Marx, la acumulacin capitalista simplemente presenta como

un proceso continuo lo que en la acumulacin primitiva aparece como un proceso histrico distintivo, como el

proceso de emergencia del capital (Marx, 1972: 272; cf. Marx, 2006a: 759-ss.). No habra acumulacin

capitalista sin la reproduccin del trabajo como trabajador libre, como capacidad de trabajo puramente

subjetiva, desprovista de objetividad (Marx 2009: 459). La constitucin social de los derechos de propiedad

capitalista es el divorcio del trabajo y sus medios, el trabajo libre sin objetividad bajo el mando del capital

(Ibd.).

El supuesto de la reproduccin social del capitalismo es la libertad del trabajo respecto de sus condiciones; este

supuesto influye y da forma al movimiento real de las relaciones sociales capitalistas. El capital[ista] como

fantico de la valorizacin del valor (Marx, 2006a: 731), no puede hacer otra cosa ms que intensificar la



divisin del trabajo para incrementar su capacidad productiva. No hay duda de que, como sostiene Urquhart

y cita Marx (2006a: 442) la subdivisin del trabajo es el asesinato de un pueblo; aunque sta slo consolida

la separacin original del trabajo de sus condiciones a travs de ms y ms fragmentaciones del proceso

social del trabajo, lo cual desmiembra al Hombre [Mensch] (cf. Marx, 1977: 155). Aunque mucho del trabajo de

la sociedad sea fragmentado, dividido y subdividido, la cooperacin humana sigue siendo la forma bsica del

modo de produccin capitalista (Marx, 2006a: 408). Esta cooperacin existe contra s misma en la

formamercanca que integra el asesinato de un pueblo junto a las formas respetuosas de las relaciones de

intercambio libres e iguales.

El trabajo es y sigue siendo el supuesto del capital (Marx, 2009: 350). El capital no puede liberarse del

trabajo, depende de la imposicin del trabajo necesario, como aspecto constitutivo del plusvalor, sobre las

clases obreras del mundo. Tiene que imponer trabajo necesario al mismo tiempo en que tiene que reducir el

trabajo necesario hasta el punto mximo para aumentar el plusvalor. Esta reduccin desarrolla la capacidad

productiva del trabajo y, al mismo tiempo, la posibilidad real del reino de la libertad 7. La circunstancia de

que se requiera cada vez menos tiempo de trabajo socialmente necesario para producir a falta de una

expresin mejor las necesidades de la vida, limita el reino de la necesidad y permite el florecimiento de lo que

Marx caracteriz como el reino de la libertad. Dentro de la sociedad capitalista, esta contradiccin slo puede

contenerse a travs de la fuerza (Gewalt), lo cual incluye no slo la destruccin de las capacidades productivas,

desempleo, empeoramiento de las condiciones laborales y pobreza generalizada, sino tambin la destruccin de

la vida humana a travs de la guerra, el desastre ecolgico, las hambrunas, la quema de campos, la

contaminacin del agua, la devastacin de comunidades, la produccin de bebs para la venta, el uso del

cuerpo humano como mercanca a intercambiar o con la cual operar, la industrializacin de la produccin de

humanos a travs de la clonacin, etc. La existencia del Hombre como un ser degradado, explotado, devaluado,

desamparado y esclavizado indica que el capitalismo no es produccin para los humanos sino a travs de los

humanos. En otras palabras, la forma del valor no slo representa una abstraccin del individuo social real. Es

una abstraccin que es prcticamente cierta (cf. Marx, 2009: 25). La reduccin universal de toda prctica

especficamente humana a la nica y muy abstracta forma del trabajo, desde el campo de batalla hasta el

laboratorio de clonacin, indica que la separacin que comenz con la acumulacin primitiva aparece ahora

en la determinacin biotcnica para expropiar seres humanos. El capitalismo ha recorrido un largo camino

desde que, indiferente a la vida, se conformaba con nada ms apropiar una cantidad excedente de horas de

trabajo. Ahora est comprometido con la produccin de humanos trabajadores (Dalla Costa, 1995a: 21).

Conclusin

En este texto se ha argumentado que la acumulacin primitiva es una acumulacin reproducida en forma

constante, ya sea en trminos de renovada separacin de nuevas poblaciones de sus medios de produccin y

subsistencia, o en trminos de la reproduccin de la relacin salarial en las relaciones establecidas del

capital. La primera busca llevar nuevos trabajadores bajo control del capital (Dalla Costa, 1995a, 1995b;

Caffentzis, 1995) y la segunda, contenerlos all como categoras sociales liberadas de sus condiciones. La

sociedad de libres e iguales (cf. Agnoli, 2000) o el modo de produccin de los productores asociados

(Godelier, 2000) no puede lograrse a travs de una accin poltica en favor de la clase obrera. Como escribi

Marx, ser un trabajador productivo no [constituye] ninguna dicha, sino una maldicin (2006a: 616). La

teora en nombre de la clase trabajadora lleva a la aceptacin de programas y tickets cuya base comn es la

religin cotidiana de la sociedad burguesa: el fetichismo de la mercanca. La emancipacin de la clase

trabajadora slo puede conseguirse a travs de la clase trabajadora misma; y esto significa la trascendencia de

la clase trabajadora como clase social y con ella, de todas las clases. Marx puso nombre a esta trascendencia

de la clase trabajadora como clase social: comunismo. La Emancipacin incluye a toda la humanidad. El

Comunismo entraa el fin de las clases, la emergencia de una sociedad sin clases. La emancipacin de la clase

trabajadora significa que el Hombre ha sabido reconocer y organizar sus forces propes [propias fuerzas]



como fuerzas sociales y cuando, por tanto, no desgaja ya de s mismo la fuerza social bajo la forma de fuerza

poltica [destacados en el original] y fuerzas materiales (Marx, 1987: 484).

Marx vio esta nueva forma de sociedad anticipada en

la comunidad de los proletarios revolucionarios, que toman bajo su control sus condiciones de existencia y

las de todos los miembros de la sociedad [] en ella toman parte los individuos en cuanto tales individuos.

Esta comunidad no es otra cosa, precisamente, que la asociacin de los individuos (partiendo,

naturalmente, de la premisa de las fuerzas productivas tal y como ahora se han desarrollado), que entrega a

su control las condiciones del libre desarrollo y movimiento de los individuos, condiciones que hasta ahora

se hallaban a merced del azar y haban cobrado existencia propia e independiente frente a los diferentes

individuos precisamente por la separacin de stos como individuos (Marx y Engels, 2005: 87).

Si parafraseamos a Adorno (1975: 44), el pleno empleo tiene sentido en una sociedad en la que el trabajo ya

no es la medida de todas las cosas. En otras palabras, entonces, y como se argument en este texto, la teora del

valor-trabajo presupone la separacin de la prctica humana de sus condiciones. Es este presupuesto el que

constituye la explotacin capitalista del trabajo como tal; y, de este presupuesto, trata la lucha por la

emancipacin humana. La cooperacin humana debe ser liberada de sus relaciones antagnicas con el capital,

o mejor: debe emanciparse de su forma capitalista para afirmarse a s misma como cooperacin humana que,

ya no gobernada por las abstracciones propias de aquella, controle sus propias condiciones sociales y de

existencia. En breve, para que los humanos puedan entrar en relacin unos con otros, no como individuos

separados cuya existencia social se manifiesta a sus espaldas en la forma mercantil, sino como individuos

sociales, dignidades humanas que tienen sus propias condiciones sociales bajo control, el dominio econmico

del capital sobre el hombre debe ser abolido para que la reproduccin social del hombre est controlada por l

(cf. Marx, 2002: 99).

Dentro del capitalismo, la cooperacin es una fuerza productiva contradictoria. No se trata aqu nicamente

de un aumento de la fuerza productiva individual, debido a la cooperacin, sino de la creacin de una fuerza

productiva que en s y para s es forzoso que sea una fuerza de masas [destacados en el original] (Marx,

2006a: 396). Por supuesto que la crtica de la economa poltica slo podr manifestarse en la prctica cuando

haya alcanzado a las masas; cuando, en otras palabras, las masas comprendan a fondo que es su propio

trabajo, su prctica social, la que produce un mundo que las oprime (cf. Marx, 1987: 497). Este es un mundo

de separacin, de trabajo sin objeto. Lo que necesita ser superado, entonces, es la alienacin que sufre la

prctica social frente a sus propias condiciones de existencia. Es esta alienacin la que constituye la relacin

entre trabajo asalariado y capital. En suma, la lucha por la autonoma humana, esto es, por la

autodeterminacin, entraa la transformacin de los medios de produccin en medios de emancipacin.

*Publicado originalmente en Theomai 26 segundo semestre de 2012. Traduccin de Oriana Cosso

NOTAS

1 Quiero agradecer los provechosos comentarios de Massimo De Angelis sobre un borrador de este ensayo.

2 Department of Politics, University of York.

* Nota del traductor (N. del T.): clearing of the estates en el original.

3 Esta seccin se basa en De Angelis (1999). En este ensayo tomamos la profunda conceptualizacin de De

Angelis acerca de la acumulacin primitiva como una acumulacin constantemente renovada. Cf. Bonefeld

(1988; 2001).



4 En la versin inglesa la expresin alemana verrckt Form, es traducida como forma absurda. La traduccin

es absurda. En alemn, verrckt tiene dos significados: verrckt (demencial) y ver-rckt (desviada). Entones,

el concepto de formas pervertidas significa que estas formas son tanto demenciales como desviadas. En lo

que sigue, las expresiones perversin o pervertida sern utilizadas en este doble sentido. N. del T.: en la

edicin

en castellano, se traduce como forma insensata (2002: 93).

5 Sobre esto, ver Negt y Kluge (1981).

6 Cf. Brenner (1998), quien enfatiza la competencia capitalista como la fuerza constituyente del desarrollo

del capitalismo. Para una crtica, cf. Bonefeld (1999) y Lebowitz (1999).

7 De hecho, el reino de la libertad slo comienza all donde cesa el trabajo determinado por la necesidad y

la adecuacin a finalidades exteriores; con arreglo a la naturaleza de las cosas, por consiguiente, est ms all

de la esfera de la produccin material propiamente dicha [] La libertad en este terreno slo puede consistir

en que el hombre socializado, los productores asociados, regulen racionalmente ese metabolismo suyo con la

naturaleza, ponindolo bajo su control colectivo, en vez de ser dominados por l como por un poder ciego []

Pero ste sigue siendo un reino de la necesidad. Allende el mismo empieza el desarrollo de las fuerzas humanas,

considerado como un fin en s mismo, el verdadero reino de la libertad, que sin embargo slo puede florecer

sobre aquel reino

de la necesidad como su base (Marx, 2006c: 1044). Ver el til intercambio entre Wildcat y Holloway sobre

este asunto (Wildcat, 1999).

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