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LA OCUPACIÓN DE VIVIENDAS Un estudio de caso en el Distrito de Villaverde, Madrid. Lara Alba Hernaiz [email protected] Resumen: Recientemente tanto en los medios de comunicación como en la agenda institucional local se ha comenzado a prestar atención sobre la práctica ilegal de la ocupación para no quedarse en la calle. El presente trabajo pretende aportar una primera aproximación sociológica al fenómeno de la ocupación de viviendas a través del estudio de caso en el distrito madrileño de Villaverde. Esclareciendo las causas que lo producen dentro del marco de la exclusión residencial, diferenciando los tipos de ocupación y aportando una tentativa del perfil del “nuevo” ocupa. Por último se hace una propuesta para la futura clasificación del fenómeno a través de la tipología ETHOS permitiendo así la medición de su incidencia. Palabras clave: Ocupación, Vivienda, Exclusión residencial, Desahucios. 1. Introducción El problema de la vivienda en España es un tema de relevante actualidad, la crisis inmobiliaria dejó a miles de familias sin vivienda mediante ejecuciones hipotecarias y los desahucios ocuparon las portadas de los periódicos y las cabeceras de los informativos generando una gran alarma social. A su vez se generó un movimiento social para dar respuesta a la situación dramática que atravesaban las familias las diversas asambleas de Stop Desahucios y la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH). Mientras el tema hipotecario era un tema concurrido que se fue introduciendo en el imaginario colectivo, paralelamente se producía otro fenómeno social más “discreto” (El País, 2012), que cada vez iba más en aumento y era abordado de manera puntual por los diversos medios de comunicación con connotaciones negativas . 1 Entretanto en la literatura académica se recogen diferentes problemas en torno a la vivienda y la exclusión residencial, pero observamos que este fenómeno no se veía casi reflejado. Por lo tanto, esa ausencia y su crecimiento en los últimos años es la principal motivación que nos ha llevado a que el objeto de estudio de este trabajo sea la ocupación (con “C”) de viviendas que diferenciaremos de la ampliamente conocida y estudiada okupación con “K”. 1 Para ejemplificar es fácil encontrar titulares como “Unidades Especiales de la Guardia Civil actuarán en el ‘barrio de los okupas’” (El País, 2012), “Vecinos tapian puertas de sus pisos para evitar que los ocupen.” (Veinte Minutos, 2013), “Los okupas dicen no a un piso de la Junta” (ABC, 2014) “Embestida vecinal en Parla contra decenas de okupas” (ABC, 2013).

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LA OCUPACIÓN DE VIVIENDAS Un estudio de caso en el Distrito de Villaverde, Madrid.

Lara Alba Hernaiz [email protected]

Resumen: Recientemente tanto en los medios de comunicación como en la agenda

institucional local se ha comenzado a prestar atención sobre la práctica ilegal de la

ocupación para no quedarse en la calle. El presente trabajo pretende aportar una primera

aproximación sociológica al fenómeno de la ocupación de viviendas a través del estudio de

caso en el distrito madrileño de Villaverde. Esclareciendo las causas que lo producen dentro

del marco de la exclusión residencial, diferenciando los tipos de ocupación y aportando una

tentativa del perfil del “nuevo” ocupa. Por último se hace una propuesta para la futura

clasificación del fenómeno a través de la tipología ETHOS permitiendo así la medición de su

incidencia.

Palabras clave: Ocupación, Vivienda, Exclusión residencial, Desahucios.

1. Introducción El problema de la vivienda en España es un tema de relevante actualidad, la crisis

inmobiliaria dejó a miles de familias sin vivienda mediante ejecuciones hipotecarias y los desahucios ocuparon las portadas de los periódicos y las cabeceras de los informativos generando una gran alarma social. A su vez se generó un movimiento social para dar respuesta a la situación dramática que atravesaban las familias las diversas asambleas de Stop Desahucios y la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH). Mientras el tema hipotecario era un tema concurrido que se fue introduciendo en el imaginario colectivo, paralelamente se producía otro fenómeno social más “discreto” (El País, 2012), que cada vez iba más en aumento y era abordado de manera puntual por los diversos medios de comunicación con connotaciones negativas . 1

Entretanto en la literatura académica se recogen diferentes problemas en torno a la

vivienda y la exclusión residencial, pero observamos que este fenómeno no se veía casi reflejado. Por lo tanto, esa ausencia y su crecimiento en los últimos años es la principal motivación que nos ha llevado a que el objeto de estudio de este trabajo sea la ocupación (con “C”) de viviendas que diferenciaremos de la ampliamente conocida y estudiada okupación con “K”.

1 Para ejemplificar es fácil encontrar titulares como “Unidades Especiales de la Guardia Civil actuarán en el ‘barrio de los okupas’” (El País, 2012), “Vecinos tapian puertas de sus pisos para evitar que los ocupen.” (Veinte Minutos, 2013), “Los okupas dicen no a un piso de la Junta” (ABC, 2014) “Embestida vecinal en Parla contra decenas de okupas” (ABC, 2013).

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Por todo ello la finalidad de este artículo es arrojar un poco de luz sobre este tema.

Como lo que estudiamos es un fenómeno social cabe preguntarse por qué se está produciendo y porqué se encuentra en crecimiento. Se trata de explicar cuáles son sus causas y sus consecuencias. En el estudio que aquí se presenta se plantean cuestiones como: ¿A quién afecta y por qué?, ¿Cómo podríamos definir este fenómeno?, ¿Qué situaciones son las que llevan a que se produzca la ocupación de viviendas?, ¿Qué percepción hay sobre la ocupación?, ¿Qué procedimientos se llevan a cabo en la estrategia de ocupación: identificación de viviendas, tipo de propietario, de edificio?, ¿Se realiza con apoyo o sin apoyo?, ¿De naturaleza colectiva o individual? y ¿Qué apoyos reciben y qué posibilidades tienen las personas que ocupan una vivienda? El objetivo principal sería poder contestar a todas estas preguntas tras la investigación, pero al ser la primera aproximación al tema las hipótesis planteadas a continuación se centran principalmente en la fase explicativa del fenómeno y en una tentativa de tipología de situaciones.

Las hipótesis de las que partiremos para explicar el fenómeno de la ocupación son:

“Es en el modelo residencial español donde hay que buscar el origen de la exclusión residencial en sus distintas vertientes, y el desamparo y la desesperación que ésta conlleva, explican la ocupación de viviendas”; y “En el período de crisis, las condiciones del mercado residencial español empeoran las situaciones de exclusión residencial y provocan un incremento de los desahucios y las ocupaciones, al mismo tiempo que el colectivo de ocupas se muestra más heterogéneo y complejo”. Poniendo de relieve a través de éstas como“Hay una relación directa entre el aumento de desahucios y el aumento de las ocupaciones.”

Es importante destacar que partimos de la concepción del derecho a la vivienda como

un derecho humano:

“El acceso a una vivienda digna y adecuada es una condición imprescindible para el ejercicio de muchos derechos humanos (como el derecho a la vida, a la intimidad, el derecho a la salud o el derecho a un estándar de vida adecuado) y, precisamente por ello, entender el derecho a la vivienda como un derecho humano, implica superar la división artificial entre derecho económicos, sociales y culturales y los derechos civiles y políticos.”

(Alguacil et al 2013: 354)

Este derecho está ampliamente recogido de forma jurídica a nivel estatal (Artículo 47 de la Constitución Española, 1978) e internacional (Artículo 25 de la Declaración de 2

2 “Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación. La

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Derechos humanos universales, 1948) pero también destacamos que existe una falta de 3

políticas gubernamentales que garanticen la plena realización de este derecho. Justamente en base a esa dualidad se articulan los movimientos sociales de lucha por la vivienda.

Entender la vivienda como una necesidad humana, que desde una perspectiva

sociológica debe cumplir una funciones sociales nos permite introducir la exclusión residencial como marco conceptual desde el que entender la ocupación. Los estudios sobre exclusión residencial no se basan sólo en una perspectiva reduccionista de los casos más extremos de falta de vivienda sino que valoran todos los problemas que pueden surgir en el proceso de habitar una vivienda (Cortés, 1997; Kemeny, 1991). Ésta se estudia como una parte más de la exclusión social. Por lo tanto las circunstancias externas como la situación del mercado laboral y las políticas sociales influyen en la evolución de la exclusión (Pedreño, 2013:119).

Cuando existe un vacío en cuanto a la cobertura de esta necesidad básica para el ser

humano estamos hablando de que las personas que carecen de vivienda adecuada “quedarían en una situación de inferioridad estructural y por tanto de un deterioro e incumplimiento de sus derechos residenciales” (Cortés, 2004:42). Estos derechos que menciona Cortés en su estudio se articulan en base a cuatro tipos de requisitos para el uso de una vivienda:

Accesibilidad: hace referencia a la posibilidad de uso de una vivienda en condiciones

de seguridad y estabilidad sin que esto suponga un gasto excesivo en función de los ingresos del hogar.

Adecuación: relación entre las condiciones de la vivienda y las necesidades de los que la habiten en ese momento.

Habitabilidad: necesidad de unos niveles mínimos de calidad en la construcción y en los servicios, la habitabilidad se medirá de forma interna en la vivienda y externa por el entorno en el que se ubica.

Estabilidad: sobre el uso de la vivienda que mantenga beneficios integradores y no desaparezca en pos del derecho de propiedad.

Gracias a estos cuatro requisitos podemos clasificar las diferentes situaciones de exclusión residencial que puede padecer cualquier colectivo o individuo. Para medir esta exclusión residencial hay un consenso en la comunidad investigadora sobre la tipología ETHOS (European Typology on Homelessness and Housing Exclusion) elaborada por

comunidad participará en las plusvalías que genere la acción urbanística de los entes públicos.” 3 “Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuadoque le asegure, así comoa su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad.”

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FEANTSA. Esta tipología categoriza la exclusión residencial en tres áreas: la física, la legal y la social. El área física se define en cuanto a sus condiciones de habitabilidad anteriormente explicadas y también recoge que la familia o la persona que habite la vivienda sea el único habitante, lo que quiere decir que no se vea obligado a compartir la vivienda con otras personas de manera involuntaria. Desde el área legal quedaría recogida la posesión de la vivienda tanto en régimen de alquiler como de propiedad lo que aporta una seguridad en el uso y la tenencia de la vivienda. El área social se refiere al derecho a tener una intimidad y privacidad permitiendo el disfrute de las relaciones sociales dentro y fuera de la vivienda (Doherty, 2005).

Concluyendo que si una vivienda cumple con las características recogidas en estas

tres dimensiones estaríamos hablando de una vivienda adecuada y apropiada, sin descartar que sea posible o necesaria una mejora, y la falta de éstas nos llevaría a las situaciones de vulnerabilidad que abocan a la exclusión residencial, como sucede en el caso de la ocupación.

Para aproximarnos a nuestro objeto de estudio debemos hacer referencia a las escasas

menciones que existen respecto al tema en la literatura, pero en primer lugar pasaremos a enfatizar las diferencias que existen entre la ocupación que es a la que se refiere nuestro objeto de estudio y la okupación.

Las okupaciones de espacios y viviendas, en este caso con “k”, surgen en España en

los años 80 con la okupación de la calle Amparo en 1985 (Adell, 2007). A partir de ese momento se empieza a escuchar el término “movimiento okupa” con un marcado carácter político. Éste puede relacionarse con los movimientos “squatter” o “krakers” que se iniciaron años atrás en otros países europeos aunque cada uno con sus propias características y contextos (Martínez, 2008).

Este tipo de ocupaciones quedan fuera de nuestro objeto de estudio, pero no podemos

dejar de tener en cuenta que al tener el mismo nombre en el imaginario colectivo se genera una determinada imagen (en muchos casos negativa por su ilegalidad) respecto a los “okupas” u “ocupas” que dificulta la diferenciación entre “okupar por una reivindicación política y para socializar y autogestionar un espacio” y “ocupar por una necesidad habitacional y para subsistir”.

La conocida como ocupación (sin “k”) es un fenómeno que está presente en nuestro país y que lleva existiendo un largo tiempo, lo que sí que tiene un carácter más reciente es el gran incremento de este tipo de ocupaciones y que este tipo de ocupación se produzca también de forma grupal por parte de familias que carecen de acceso a ellas (Gutiérrez, 2004).

A nivel metodológico existe una dificultad para clasificar y categorizar este tipo de

situación residencial, se recoge de manera puntual la “okupación” de viviendas vacías dentro

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de la vivienda insegura (Alguacil et al, 2013:257). La clasificación ETHOS dentro de su clasificación específica de “vivienda insegura” que se subdivide en “Personas viviendo en alojamiento inseguro sin título legal”, “Personas viviendo bajo amenaza de desahucio” y “Personas viviendo bajo amenaza de violencia”, podría recoger la ocupación en las dos primeras categorías, pero al volver a especificar dentro de esas categorías en más subcategorías: dentro de personas viviendo en alojamiento inseguro sin título legal (Temporalmente con familia o amigos, Sub­alquiler ilegal, Ocupación ilegal de tierras) y dentro de personas viviendo bajo amenaza de desahucio (En régimen de alquiler o con la vivienda en propiedad) deja fuera de la clasificación la ocupación.

2. Metodología Adoptamos para esta investigación la estrategia metodológica del estudio de un caso,

entendiendo que el fenómeno a investigar y los objetivos que nos planteamos se adecúan a este método ya que como recoge Chetty (1996) “Es adecuada para investigar fenómenos en los que se busca dar respuesta a cómo y por qué ocurren” y “Juega un papel importante en la investigación, por lo que no debería ser utilizado meramente como la exploración inicial de un fenómeno determinado.” (Citado en Carazo, 2006:175). Seleccionamos como caso el distrito de Villaverde por las facilidades y cercanía a la hora de acceder a los datos y realizar el trabajo de campo.

Una vez acotado el objeto de investigación, la ocupación de viviendas, debido a la

carencia de literatura que versa sobre el tema en concreto, nos decantamos por una estrategia metodológica cualitativa que “...se asocia a la epistemología interpretativa (dimensión intersubjetiva), centrada en el sujeto individual y en el descubrimiento del significado, los motivos y las intenciones de su acción” (Cea D'Ancona, 1999:46). Definitivamente una metodología cualitativa es la que en este caso nos posibilita una mayor aproximación al sujeto investigado, y nos permite un aprendizaje mayor sobre los discursos colectivos, las experiencias, la vivencias y la percepción que tienen sujetos involucrados en este fenómeno.

Para abarcar un fenómeno creciente y con escasa conceptualización, y con un

marcado carácter coyuntural como es la ocupación de viviendas, la propuesta que se realiza es: una propuesta de articulación de tres métodos a través de la triangulación. En cuanto a la elección de las técnicas de recogida y análisis de datos, se ha optado por el uso de la observación participante en las asambleas de Stop Desahucios de Villaverde, en movilizaciones vecinales para parar los desahucios, en negociaciones bancarias y en la ocupación de una vivienda; la realización de un grupo de discusión con nueve ocupas y entrevistas semiestructuradas focalizadas a dos activistas, dos líderes vecinales y una entrevista colectiva a las trabajadoras sociales del distrito.

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3. Síntesis de resultados Tras la investigación tratamos de ofrecer una primera aproximación al fenómeno de la

ocupación de viviendas que se está produciendo en diversas ciudades Españolas. Partiendo de una serie de preguntas que nos surgían sobre el objeto de estudio que nos han permitido identificar y analizar las diferentes fases del proceso de ocupación.

Nos planteamos ¿Cómo podríamos definir este fenómeno? tras contrastarlo podemos definir la ocupación con “C” como un fenómeno que se produce para la subsistencia de las familias ante la ausencia de una alternativa habitacional en un modelo residencial que provoca exclusión residencial vulnerando sistemáticamente el derecho a la vivienda. Este fenómeno se produce motivado por efectos estructurales y coyunturales. El efecto estructural principal que se identifica es la ausencia de políticas de vivienda pública que responda a las necesidades habitacionales y es acrecentado por los desahucios que se producen en el contexto actual. Entre los efectos coyunturales surgen diversos factores, los que observamos que se repetían como motivación fundamental para dar el paso de la ocupación eran la existencia de menores en la familia y el miedo a la separación de los niños de sus progenitores al no poder darles a sus hijos una alternativa habitacional tras el desahucio o 4

desalojo. Otro factor observado que motiva la ocupación es la ausencia de redes familiares próximas. Este factor predomina en las personas migrantes que se encuentran solas en el país y carecen de la posibilidad de ser acogidos en las viviendas de familiares pero también se producen en familias autóctonas que por diversos motivos carecen de estas redes. Lo que observamos que tiende a ser más común como motivación de la ocupación entre las personas autóctonas y casi nada en migrantes es lanecesidad de emancipación por parte de parejas jóvenes o por el hacinamiento en las viviendas familiares.

La investigación nos permitió dilucidar los diferentes procedimientos llevados a cabo

durante la ocupación y destacamos que al prestar atención a la naturaleza de la ocupación nos permitió diferenciar situaciones a través del lenguaje discursivo. Las ocupaciones de naturaleza colectiva, que se realizan a través de la Plataforma, intentan en cierta medida desligarse del término “okupación” cargado de estereotipos asociados a determinadas tribus urbanas y reivindicando denominar a las ocupaciones como “recuperaciones de viviendas”, otorgando así al hecho de la ocupación un cierto contenido político en el discurso colectivo, ya que se recuperan las viviendas que los bancos les han sustraído mediante la “estafa hipotecaria”. Y en el caso de las ocupaciones de naturaleza individual y de carácter 5

4 Percibimos a lo largo de la investigación que se generaban ciertas tensiones por parte de los ocupantes cuando se hacía referencia a las trabajadoras sociales por dos motivos en concreto. El primer motivo es que los ocupas tienen una visión distorsionada del papel que juega la trabajadora social, la perciben como un enemigo que “les quieren quitar a sus hijos”. 5 Dentro de este fenómeno cuando se habla de ocupación individual no se hace referencia a que la acción se realice por un solo individuo, de hecho durante todo el proceso de recogida de datos no observamos ningún caso de una persona que individualmente ocupase la vivienda para ella misma. Se entiende por ocupación individual aquella que se realiza por y para una unidad familiar. Recogiendo dentro de unidades familiares desde

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silencioso no se reivindica en ningún caso ser un “ocupa” sino más bien el discurso colectivo 6

va orientado a explicar al resto de la población que no quieren ser ocupas y que no les gusta la situación en la que tienen que vivir, y que aspiran a regularizar su situación mediante el pago de un alquiler social.

Este fenómeno tiene una gran repercusión social y también nos preguntamos¿a quién

y cómo afecta?, en primer lugar las personas que se ven obligadas a ocupar una vivienda serían las primeras perjudicadas, pero esto también influye al entorno, ya que genera conflictos vecinales y negocios delictivos alrededor de la ocupación conocidos como mafias . 7

Para especificar a quién afecta la ocupación nos aproximamos al perfil actual a través

de tres características. La ocupación de viviendas no es un fenómeno del todo novedoso, pero lo que sí percibimos es un gran aumento en la frecuencia con la que se produce el fenómeno. Este aumento en el número de ocupaciones amplía la heterogeneidad de estos ocupas. Si bien es cierto que no partimos de la existencia de estudios previos que recojan el perfil sociológico de los ocupas en décadas anteriores, a través de la investigación observamos que estas ocupaciones están relacionadas con la marginalidad.

1. Características socioeconómicas: La mayoría de los “nuevos” ocupas, proceden de tener un status económico medio y medio­bajo, pero en la actualidad viven situaciones de pobreza y exclusión social. Muchos se encuentran desempleados, con grandes deudas hipotecarias, cobrando la prestación de desempleo, la renta mínima de inserción laboral y en los casos más extremos con cero ingresos (declarados o sin declarar), lo que dificulta en gran medida conseguir un alquiler social. En los más jóvenes es más usual que tengan trabajos precarios, temporales y sin contrato que no permiten acceder a un alquiler en el mercado libre.

2. Características familiares: Recogemos las características familiares y no individuales porque este tipo de ocupación por parte de personas a título individual es anecdótica. Lo que observamos como composición común son familias monoparentales, principalmente compuestas por mujeres extranjeras con niños, de las cuáles muchos de los padres han retornado a sus países de origen, han vuelto a emigrar a otros países para buscar trabajo o están en paradero desconocido. Pero también ocupan viviendas familias más tradicionales (dos progenitores y sus

familias monoparentales a parejas jóvenes sin hijos. Entraría dentro de este tipo de ocupación la que se realiza mediante el pago dinero a la “mafia” ya que serían las familias las que de manera individual, por las diversas causas anteriormente mencionadas, tomarían la decisión de ocupar la vivienda o de pagar por la ocupación. 6 Las personas que se encuentran ocupando una vivienda y lo han hecho de forma individual, sin contacto con la plataforma se refieren a ésta como “estar de ocupa” o “estar de patá”. El término “de patá” [de patada] está principalmente vinculado a las personas de etnia gitana o que tienen alguna vinculación con esta comunidad. 7 Se dedican al “tráfico” de viviendas vacías, intervienen en la primera parte de la ocupación, una vez localizado y abierto el piso entregan las llaves a los ocupas a cambio de una cuantiosa suma de dinero.Tienen un papel fundamental ya que la mayoría de ocupaciones en el distrito de Villaverde se realizan bajo estas condiciones.

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descendientes) que varían en edades, pero suelen ser bastante jóvenes en las familias de etnia gitana. Y a la vez hay un porcentaje de parejas sin hijos, tanto jóvenes como de mediana edad. Por último y en menor medida empiezan a ocupar viviendas personas de la tercera edad, principalmente por la pérdida de la vivienda a través de los avales bancarios para las hipotecas de sus descendientes.

3. Características socioculturales: Una amplia mayoría de los ocupas son personas migrantes y de etnia gitana, lo que no resta para que también se den casos de ocupaciones por parte de personas autóctonas. Gracias a la investigación podemos identificar dentro del colectivo migrante ciertas apreciaciones. Las personas migrantes aseguran que en diversas ocasiones aunque dispongan de los medios económicos para alquilar viviendas en el mercado libre, se encuentran con muchas trabas para acceder a una vivienda digna. Las personas con origen en los países del este suelen ser en mayor medida víctimas de los contratos fraudulentos, en gran parte por las diferencias idiomáticas, éstos representan una parte importante del colectivo que está ocupando una vivienda y lo desconoce. Los sudamericanos y principalmente los dominicanos suelen subarrendar las viviendas en las que viven principalmente por los fuertes lazos entre sus comunidades. Y por último los marroquíes y africanos son los colectivos que ocupan viviendas en menor medida motivado fundamentalmente por miedo a las represalias policiales, y a las consecuencias jurídicas como la deportación. Resaltar que son apreciaciones muy generales derivadas de la observación en un distrito en concreto, en el que la presencia de personas migrantes es más acusada, y que requeriría de un estudio más focalizado en la migración y la ocupación y que por su puesto existen diversas casuísticas que no se corresponden y otras que no se recogen. Añadimos por último que en nuestro estudio predomina un bajo nivel socioeducativo de la mayoría de ocupas, pero se evidencian casos de personas con un nivel socioeducativo más elevado. Pero no debemos obviar que en el distrito analizado predomina un bajo nivel sociocultural. Las situaciones por las que se llega a la ocupación han variado, y las características en

el perfil pueden ser similares a las que se daban anteriormente, pero al producirse un aumento del número de personas que cumplen con estas características deja de ser un fenómeno residual porque es una estrategia de subsistencia que es adoptada por sectores de familias “normalizadas” que han caído en la exclusión social y residencial.

Retomamos una vez presentado el perfil, la pregunta ¿De qué manera afecta la

ocupación a los ocupas y al entorno? En primer lugar las personas que ocupan una vivienda se ven afectadas a nivel jurídico ya que se enfrentan a un juicio por delito de usurpación lo que puede provocarles acarrear antecedentes penales y multas, que en caso de no pagarlas podría derivar en penas de cárcel. Además si se ocupa una vivienda automáticamente quedan

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excluidos de poder acceder a una vivienda en régimen de alquiler social en el IVIMA o en la 8

EMVS, lo que les lleva directamente a entrar en una dinámica de ocupación, un círculo vicioso de exclusión residencial. Padecen también las consecuencias psicológicas y físicas que se deben a vivir en una situación de estrés constante, por la inseguridad de estar viviendo de forma ilegal.

En segundo lugar la existencia de una red delictiva en torno a las ocupaciones de

vivienda genera un ambiente hostil y una aversión respecto al tema de la ocupación, se generaliza la idea de que la mayoría de las personas que ocupan viviendas lo hacen para lucrarse. Estas mafias aumentan la percepción de inseguridad en el barrio y la criminalización de la ocupación. Además no solamente se financian mediante la apertura de viviendas, sino que en diversas ocasiones generan ocupas que no son conscientes de su propia condición de “ocupa” mediante contratos de alquiler de carácter fraudulento y la extorsión para cobrar estos alquileres.

En tercer lugar, en la relación con los vecinos, la ocupación de viviendas en la

mayoría de casos en los que genera conflicto con la comunidad de vecinos es debido a la red de suministros y a los gastos de comunidad. Cabe destacar, por la conflictividad que produce lo relativo al pago de la comunidad, que en los pisos ocupados que pertenecen a bancos son éstos los que deben efectuar el pago de esta comunidad por ser los propietarios del inmueble, al igual que tras la subasta hipotecaria, la responsabilidad legal recae sobre el propietario, lo que no exime a los ocupas de que puedan colaborar con la comunidad, pero parte del conflicto proviene de que en la mayoría de las comunidades de vecinos se desconoce que pueden reclamar a la entidad propietaria de las viviendas el pago de las cuotas correspondientes.

Para responder de una forma más concreta a ¿qué situaciones son las que llevan a que se produzca la ocupación de viviendas? se ha considerado pertinente aportar una propuesta de tipología de situaciones de las que deriva la ocupación.

a. Necesidad habitacional: Este tipo de ocupación es la más común, la necesidad

extrema de una vivienda puede provocarse por tres circunstancias que se exponen a continuación en orden de mayor a menor frecuencia: i. Tras un desahucio de hipoteca o desalojo forzoso sin alternativa

habitacional. ii. Por el abandono voluntario de la vivienda sin alternativa habitacional, ya

sea porque se ha concedido la dación en pago o porque no se pueden afrontar los gastos del alquiler.

8 Artículo 7 f) “No encontrarse ocupando una vivienda o inmueble, sin título suficiente para ello. Dicha ocupación conllevará la inadmisión de toda solicitud en un plazo de dos años a contar desde la fecha de desalojo, salvo abandono voluntario de la misma debidamente acreditado.”

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iii. Por la necesidad de emancipación sin recursos económicos suficientes o el hacinamiento en viviendas familiares, más común entre los jóvenes.

Dentro de la categoría de ocupación por necesidad se pueden diferenciar dos

tipos en base a su reivindicación pública: la ocupación “silenciosa” o “discreta” que como su nombre indica no se difunde o divulga, y la ocupación que responde al nombre de “recuperación” de viviendas, que se realiza de forma colectiva, para dar soluciones habitacionales a una o varias familias y consta de un marcado carácter mediático, es decir que una vez realizada se difunde a través de las redes sociales y medios de comunicación.

b. Necesidad habitacional cuestionada: Este tipo de ocupación en primer lugar hace referencia a los procesos en los que se normaliza la ocupación como alternativa habitacional adecuada. En origen suele existir una necesidad de vivienda, pero con el transcurso del tiempo y pese a mejorar las condiciones económicas se entra en un círculo vicioso de ocupación que carece de objetivos, como la búsqueda de un alquiler social. Esta práctica está principalmente extendida en la comunidad gitana. En segundo lugar entrarían dentro de esta categoría las ocupaciones en las que se subarriendan habitaciones, ya que de nuevo en origen existe la necesidad habitacional, pero se cuestiona que ésta se mantenga a través del lucro.

c. Sin necesidad habitacional: Este tipo de ocupación se enmarca dentro de las redes delictivas que se aprovechan de la emergencia habitacional mediante los arrendamientos fraudulentos en viviendas que no son de su propiedad, generando una situación en la que las personas que están habitando en la vivienda desconocen su situación de “ocupa” y en la mayoría de los casos carecen de necesidad habitacional ya que podrían optar a un alquiler en el mercado libre. Esta situación es más común en personas migrantes por las facilidades de arrendamiento que estas mafias ofrecen (sin exigencia de fianza, sin necesidad de contrato laboral…) y por las dificultades idiomáticas.

4. Conclusiones Esta investigación nos ha mostrado como la ocupación es una consecuencia clara que

deviene de no tener una alternativa habitacional, poniendo en evidencia cómo el Estado y sus instituciones hacen dejación de las funciones y obligaciones que le son propias tal y como se recoge en el artículo 47 de la C.E. , debiendo garantizar ese acceso a la vivienda a todas las personas. Al contrastar con la realidad, es evidente que este derecho no se garantiza y por lo tanto podemos afirmar que nuestras hipótesis iniciales se cumplen, ya que el modelo residencial español que provoca el fenómeno de la exclusión residencial y permite que se desahucie a personas sin alternativa habitacional explica como una gran parte la ocupación de

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viviendas se produce por necesidad. Se explica también como el aumento de la ocupación en este período de crisis que

atravesamos, caracterizado por un aumento vertiginoso del desempleo y un elevado nivel de endeudamiento de los hogares, bajo las condiciones del mercado residencial español, han aumentado las situaciones de inseguridad residencial, derivadas de una situación económica comprometida, provocando un mayor número de desahucios.

Aunque al realizar la investigación observamos que no todos los ocupas proceden de

situaciones de desahucio por impago de hipoteca, si se ha podido comprobar que una buena parte de los nuevos ocupas derivan de situaciones de desahucio, mostrando una clara incidencia directa de los desahucios en el incremento de las ocupaciones.

Por último, esperamos que el trabajo realizado contribuya al conocimiento sociológico respecto al fenómeno y con esto queremos añadir como propuesta clara y firme la necesidad de incorporar en el índice de medición de la exclusión residencial, a través de la tipología ETHOS (European Typology on Homelessness and Housing Exclusion) elaborado por FEANTSA dentro de la categoría de “Vivienda Insegura” y en la subcategoría “Personas viviendo en alojamiento inseguro sin título legal” una nueva situación residencial que se denominaría ocupación ilegal de vivienda y dentro de la subcategoría “Personas viviendo bajo amenaza de desahucio” añadir otra circunstancia residencial que sería en situación de ocupación. Lo que completaría la categoría de Vivienda Insegura de esta forma:

Categoría Subcategoría Situación Residencial

Vivienda Insegura

Personas viviendo en alojamiento inseguro sin título legal

Temporalmente con familia o amigos

Sub­alquiler ilegal

Ocupación ilegal de tierras

Ocupación ilegal de vivienda

Personas viviendo bajo amenaza de desahucio

En régimen de alquiler

Con la vivienda en propiedad

En situación de ocupación

Personas viviendo bajo amenaza de violencia

Con denuncias presentadas ante la policía

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Incorporamos ambas situaciones porque entendemos que son complementarias. Puede

parecer que al incorporar dentro de la subcategoría personas viviendo bajo amenaza de desahucio la posibilidad de “en situación de ocupación” ya quedaría recogido el fenómeno, pero teniendo en cuenta su carácter “silencioso” y que los procesos judiciales para el desalojo no comienzan hasta que el propietario tiene conocimiento de la ocupación, también se debería añadir en la primera categoría de personas viviendo en un alojamiento inseguro mientras no se hayan iniciado los procedimientos.

Entendemos que es importante que se sigan realizando investigaciones en este sentido

para llegar a una mayor comprensión del fenómeno de la ocupación, que a través de la investigación se incorpore al ámbito académico como una variable explicativa de las problemáticas de vivienda, al igual que en los últimos años se han incorporado los desahucios, y que la labor investigadora se encamine a dar respuestas para transformar el drama que es la ocupación.

Cabe resaltar, para concluir, que la situación residencial, como hemos podido

comprobar en este estudio de caso del distrito de Villaverde, es dramática y precisa de una actuación rápida y eficaz que solucione de inmediato esta problemática, ya que está derivando en otros problemas sociales: conflictos vecinales, subarrendamientos ilegales, mafias en torno a las viviendas vacías, pobreza energética, hacinamiento, insalubridad, inseguridad; o lo que es igual, es causa del agravamiento de la exclusión y de gran injusticia social, impropias de sociedades avanzadas y democráticas.

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