La nueva teoría social y la investigación cualitativa Ramírez.pdf

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# VOL. 14 No. 3 SEPTIEMBRE-DICIEMBRE 2004 Guanajuato, Gto., México RESUMEN / ABSTRACT La moderna teoría social ha introduci- do la noción de “sociedad compleja”. Esto quiere decir que la sociedad no es un objeto, más bien es comunicación absoluta y sólo es posible acercarse a ella mediante una serie de distinciones. Se ha generado un fuerte impacto en los paradigmas tradicionales acerca de concebir y hacer investigación social. Las observaciones no pueden susten- tarse en observadores neutros, sino que dependen de su punto de vista y de su contexto. El concebir a la investigación social como una observación de segun- do orden, supone que los observadores distinguen y captan las diferencias, los “puntos ciegos”, los cuales mientras observen no son observables. La obser- vación de segundo orden constituye el esfuerzo por observar aquello que el observador no puede ver, consiste en observar la observación del otro. Se acompaña de la probabilidad de obser- var lo que el observador no puede ob- servar. El objetivo de las nuevas cien- cias sociales es pasar de una investigación tradicional orientada a “sujetos” a otra que pone el acento en observar a observadores que en su ope- rar construyen los mundos en que se desenvuelven. La pregunta que debe- mos hacernos es ¿cómo observar las observaciones mediante las cuales otros distinguen, organizan, valoran y dan sentido al ambiente cotidiano. La res- puesta nos acerca a técnicas, enfoques teóricos y métodos que enfatizan las dimensiones cognitivas y semióticas de la cultura, que se engarza con la inves- tigación cualitativa. En resumen, las técnicas de investigación social deben concebirse como abiertas a todos los sentidos. Lo que implica la urgencia y la posibilidad de revalorar algunos mé- todos de investigación tradicional para orientarlos hacia nuevas vías, aunque queda mucho camino por recorrer para que esto ocurra. La Nueva Teoría Social y la Investigación Cualitativa: Un Paradigma Renovado. Juan Durán Ramírez*. PALABRAS CLAVE: Investigación cualitativa; Cambio social; Sociedad compleja; Proceso dialógico. KEYWORDS: Cualitative research; Social change; Complex society; Dialogic process. * Dirección de Investigación y Pos- grado. Universidad de Guanajuato. Lascuráin de Retana No. 5. C.P. 36000, Guanajuato, Gto. Tel: (473) 73- 2-00-06 Ext. 5002. L as obvias limitaciones que presentan las ciencias sociales, en particular los enfoques analítico-normativos clásicos, para describir las consecuencias de la globalización y sus efectos colaterales, se asocia a la renuncia que ha hecho la misma sociolo- gía respecto a configurar una teoría compleja de la sociedad, ago- tando, con ello, sus posibilidades teóricas para abordar, en forma satisfactoria, la comprensión de la sociedad actual que se presenta con un alto grado de globalización, complejidad y diferenciación funcional. Por lo tanto, no es posible captar adecuadamente los problemas desde la sociología si falta un concepto de complejidad. La elaboración de una teoría de la sociedad compleja ha sido el eje que articula el programa académico del sociólogo alemán Niklas Luhmann (1999) quien, con ello, ha venido a desafiar los signifi- cativos obstáculos epistemológicos derivados de una tradición, en la sociología, que evitaban describir a la sociedad como un todo. Para Luhmann (1999), una teoría de la sociedad debe ser el resultado del intento de poner en sintonía recíproca una multipli- cidad de decisiones teóricas, las cuales permitirán observar y descri- bir a la sociedad moderna como un gran sistema estructurado, primordialmente, sobre la base de una diferenciación por funcio- nes. Vale mencionar, la política, la economía, la religión, la educa- ción, son sistemas de funciones que tienen la particularidad de seleccionar un entorno social en la medida de sus propias posibili- dades estructurales. De aquí que todo sistema se diferencie, preci- samente, por la función que desempeña en la sociedad. Desde esta perspectiva se asume que la descripción dominante de las sociedades modernas se realiza con base en la diferenciación sistema-entorno como principio de estructuración y cambio social. Una sociedad moderna, funcionalmente diferenciada, se muestra como constelación policontextual, que comporta una ilimitada va- riedad de contextos, clasificaciones, capas, ámbitos. Ya no existe

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  • VOL. 14 No. 3 SEPTIEMBRE-DICIEMBRE 2004

    Guanajuato, Gto., Mxico

    RESUMEN / ABSTRACT

    La moderna teora social ha introduci-do la nocin de sociedad compleja.Esto quiere decir que la sociedad no esun objeto, ms bien es comunicacinabsoluta y slo es posible acercarse aella mediante una serie de distinciones.Se ha generado un fuerte impacto enlos paradigmas tradicionales acerca deconcebir y hacer investigacin social.Las observaciones no pueden susten-tarse en observadores neutros, sino quedependen de su punto de vista y de sucontexto. El concebir a la investigacinsocial como una observacin de segun-do orden, supone que los observadoresdistinguen y captan las diferencias, lospuntos ciegos, los cuales mientrasobserven no son observables. La obser-vacin de segundo orden constituye elesfuerzo por observar aquello que elobservador no puede ver, consiste enobservar la observacin del otro. Seacompaa de la probabilidad de obser-var lo que el observador no puede ob-servar. El objetivo de las nuevas cien-cias sociales es pasar de unainvestigacin tradicional orientada asujetos a otra que pone el acento enobservar a observadores que en su ope-rar construyen los mundos en que sedesenvuelven. La pregunta que debe-mos hacernos es cmo observar lasobservaciones mediante las cuales otrosdistinguen, organizan, valoran y dansentido al ambiente cotidiano. La res-puesta nos acerca a tcnicas, enfoquestericos y mtodos que enfatizan lasdimensiones cognitivas y semiticas dela cultura, que se engarza con la inves-tigacin cualitativa. En resumen, lastcnicas de investigacin social debenconcebirse como abiertas a todos lossentidos. Lo que implica la urgencia yla posibilidad de revalorar algunos m-todos de investigacin tradicional paraorientarlos hacia nuevas vas, aunquequeda mucho camino por recorrer paraque esto ocurra.

    La Nueva Teora Social y laInvestigacin Cualitativa: Un

    Paradigma Renovado.Juan Durn Ramrez*.

    PALABRAS CLAVE: Investigacin cualitativa; Cambio social; Sociedad compleja;Proceso dialgico.

    KEYWORDS: Cualitative research; Social change; Complex society; Dialogic process.

    * Direccin de Investigacin y Pos-grado. Universidad de Guanajuato.Lascurin de Retana No. 5. C.P.36000, Guanajuato, Gto. Tel:(473) 73- 2-00-06 Ext. 5002.

    Las obvias limitaciones que presentan las ciencias sociales, enparticular los enfoques analtico-normativos clsicos, paradescribir las consecuencias de la globalizacin y sus efectoscolaterales, se asocia a la renuncia que ha hecho la misma sociolo-ga respecto a configurar una teora compleja de la sociedad, ago-tando, con ello, sus posibilidades tericas para abordar, en formasatisfactoria, la comprensin de la sociedad actual que se presentacon un alto grado de globalizacin, complejidad y diferenciacinfuncional. Por lo tanto, no es posible captar adecuadamente losproblemas desde la sociologa si falta un concepto de complejidad.

    La elaboracin de una teora de la sociedad compleja ha sido eleje que articula el programa acadmico del socilogo alemn NiklasLuhmann (1999) quien, con ello, ha venido a desafiar los signifi-cativos obstculos epistemolgicos derivados de una tradicin, enla sociologa, que evitaban describir a la sociedad como un todo.

    Para Luhmann (1999), una teora de la sociedad debe ser elresultado del intento de poner en sintona recproca una multipli-cidad de decisiones tericas, las cuales permitirn observar y descri-bir a la sociedad moderna como un gran sistema estructurado,primordialmente, sobre la base de una diferenciacin por funcio-nes. Vale mencionar, la poltica, la economa, la religin, la educa-cin, son sistemas de funciones que tienen la particularidad deseleccionar un entorno social en la medida de sus propias posibili-dades estructurales. De aqu que todo sistema se diferencie, preci-samente, por la funcin que desempea en la sociedad.

    Desde esta perspectiva se asume que la descripcin dominantede las sociedades modernas se realiza con base en la diferenciacinsistema-entorno como principio de estructuracin y cambio social.Una sociedad moderna, funcionalmente diferenciada, se muestracomo constelacin policontextual, que comporta una ilimitada va-riedad de contextos, clasificaciones, capas, mbitos. Ya no existe

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    The concept of social research hasgenerated a great impact on traditionalparadigms. Observations cannot besustained on neutral observers; on thecontrary they depend on his point ofview and background. To conceive so-cial research as an observation ofsecond order assumes that the observersdistinguish and capture the differences,the blind spots which while they obser-ve are not observable. Observation ofthe second order constitutes the effortto observe that which the observercannot see, consists in observing theothers observation, it is accompaniedby the probability of observing thatwhich the observer could not observe.The objective of the new social sciencesis the passage from the traditionalresearch aimed at the subjects to theone that places importance in observingthe observers who in their performingconstruct the worlds in which theyoperate. We should question ourselves,how to observe the observationsthrough which others distinguish,organize, value and give sense to theirdaily environment?. The answer gets uscloser to the techniques, theoreticalfundamentals and methods thatemphasize the cognitive and semioticdimensions of the culture that connectwith qualitative research.

    Recibido: 30 de Abril de 2004

    Aceptado: 5 de Octubre de 2004

    un observador oficialmente reconocido por la sociedad: Dios, elRey, el Partido o una Secta, sino una multitud de observadoresigualmente legtimos.

    La diferenciacin, por funciones, incrementa el horizonte de lasposibilidades de cada sistema parcial; enriquece su relacin deindependencia e interdependencia; estimula variaciones en lasociedad y establece requisitos para las selecciones con respecto alas formas de diferenciacin desarrolladas con anterioridad. Estoconlleva, tanto ventajas como problemas, debido a la enormecomplejidad que llega a caracterizar a los sistemas sociales. En lacomplejidad social moderna se enfrenta la posibilidad de elegir.Pero, la eleccin va acompaada de contingencias y riesgos. Con-tingencia y riesgo constituyen dos elementos centrales para lacomprensin sociolgica de las sociedades modernas.

    De igual manera, la diferenciacin funcional, al fragmentar a lasociedad en una variedad significativa de subsistemas especializa-dos, (parcialmente autnomos y de tendencia centrfuga), originael problema de la unidad y de la integracin en las actualessociedades.

    Desde modernos dispositivos tericos, Luhmann(1999) asla losocial, de manera que, la sociedad aparece como sistema y el serhumano como su entorno. La sociedad es la instancia ltima quese revela como mundo; como horizonte de todos los procesos decomunicacin posibles. En la sociedad se fundan las estructuras dela dimensin del sentido. Por lo tanto, la accin humana slopuede llevarse a cabo dentro de los lmites de ese horizonte decomunicacin. Los lmites de la sociedad son los lmites de laautoconstruccin, de lo posible en ella. Es decir, la sociedad es unsistema auto constituido capaz de contenerse a s mismo y a todoslos dems sistemas.

    A diferencia de los postulados sociolgicos clsicos, Luhmann(1999) enfatiza que la sociedad, en cuanto sistema, comprendeinternamente todo tipo de comunicaciones: no existe comunica-cin alguna fuera de la sociedad. sta no tiene como elementospropicios a los individuos las regulaciones entre ellos o sus papeles,sino a las comunicaciones que, a su vez, son sus lmites y nolmites territoriales. Por tales caractersticas, y como resultado deldesarrollo, slo existe una sociedad: la sociedad mundial que inclu-ye toda la comunicacin y slo sta, as, adquiere lmites claros.

    En consecuencia, la moderna teora social ha introducido lanocin de sociedad compleja. Esta no es otra cosa que el operarde una distincin de la sociedad sobre s misma. La posibilidad dedibujar esta distincin surge de las descripciones que auto elaborala sociedad en su propio proceso de produccin. Esto quiere decir

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    que la sociedad no es un objeto; no opera comouna gigante estructura objetiva que nadie havisto. Ms bien es comunicacin absoluta y,por lo tanto, slo es posible acercarse a ellamediante distinciones. Las relaciones que seaprecian, entre los seres humanos, dependen deuna orientacin que se refiere a las formas decomunicacin. Por ello, los sistemas sociales noson propiamente objetos que ocupen un lugar enel espacio y en el tiempo. As pues, la sociedad esun sistema compuesto por comunicaciones.

    Las distinciones, que la ciencia social logratrazar, se encuentran enclavadas en la dinmicade los procesos sociales. stos se elaboran den-tro de los lmites de aqullos en tanto sistemasautnomos que procesa su entorno. Por tanto,afirma Luhmann, si la sociologa quiere tomarconciencia de su tarea de reflexin cientficasobre la sociedad, debe encaminar sus esfuerzosen comprender que sta es un sistema que seauto describe.

    Un sistema se caracteriza, sobre todo, por suunidad de operacin y por producir una cons-tante diferencia respecto al entorno. Esto es,los sistemas se constituyen y se mantienen me-diante la creacin y la conservacin de la dife-rencia con el entorno, y utilizan sus lmites pararegular dicha diferencia. Sin diferencia, respectoal entorno, no habra autorreferencia, pues ladiferencia es la premisa para desempear todaslas operaciones.

    Desde el enfoque mencionado, se quiere plan-tear que la ciencia social debe ser entendidacomo la emergencia de una diferencia especiali-zada en observar y tematizar la sociedad. Valedecir, la sociologa es la sociedad observndose as misma en donde la investigacin social cons-tituye uno de los espacios auto reproducidospara que la sociedad realice tal acto.

    Gran parte de las nuevas posturas, que nosllevan a una moderna y profunda reflexin so-bre las ciencias sociales, se sustentan en lanovedosa imagen que supone que los seres hu-manos nos relacionamos con el entorno a travsde experiencias activas que involucran, coparti-

    cipativamente, observadores con observaciones.En este sentido la investigacin deja de concebir-se como una reproduccin en el vaco de larealidad (entendida como el entorno en s), ypasa a ser el resultado de una actividad objetivadependiente de las perspectivas de un observador.

    Tales reflexiones han generado un fuerte im-pacto en los paradigmas tradicionales acerca deconcebir y hacer investigacin cientfica. En estemarco, las informaciones cientficas no puedensustentarse en observadores neutros de ontologastrascendentales, sino que dependen del puntode vista y posibilidades del observador, es decir,de un contexto y de un trasfondo.

    En trminos simples, los enfoques ms radi-cales de la teora social sealan que no hayobservaciones sin sus respectivos observadores y,que los conocimientos que nos parecen relevan-tes, en cuanto a investigadores y/o gestores deprocesos de intervencin social, seran resulta-do de procesos de estrecha dependencia con laslimitaciones, perspectivas y medios de que dis-ponen sus observadores. Aqu, las explicacionese interpretaciones cientficas, son asimismo ope-raciones dentro de una sucesin recursivamenteauto sostenida de experiencias de observacin.

    El sostener que nuestros conocimientos nose basan en una correspondencia con algo exter-no, sino que son producto de las construccionesde un observador que se encuentra imposibi-litado de contactar de manera directa con suentorno, y que, por lo tanto, nuestra compren-sin del mundo no proviene de su descubri-miento sino de los principios que utilizamospara producirlos, ha generado una verdadera re-volucin paradigmtica en el sentido Kuhniano(1990). Esta revolucin se expresa en el radicalargumento, respecto a que la objetividad depen-de del contexto que la determina, es decir, de laperspectiva que la hace visible.

    Desde hace algunas dcadas, la epistemologaha debatido, con amplitud, los principios clsi-cos sobre los que se encuentra la ciencia. Granparte de estas reflexiones ha cuestionado, enforma severa, las nociones de objetividad y

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    causalidad y por ende al moderno positivista ensu conjunto. En el sistema de la ciencia, porejemplo, los fsicos han aportado lo suyo desdehace un buen tiempo. Es el caso de Heisenberg(1998) y su concepto de indeterminacin en lanaturaleza. Con l se ha querido sealar el findel realismo ingenuo imperante en la cienciapor aos. Heisenberg (1998) sostiene que laincertidumbre de la labor del cientfico no resi-de tanto en la imperfeccin de sus instrumentosde medida; en sus limitaciones humanas paraconocer o en el hecho de que, con su interven-cin, el observador perturbe los valores propiosde la realidad, sino en forzar, a una de lasmuchas potencialidades existentes, a convertirseen realidad.

    En trminos Heisenbergnianos (1998), la tra-dicin de lo posible se efecta durante el actode observar. En gran medida, este fsico nosacerca al concepto de que la existencia de unaciencia independiente del hombre (es decir, porcompleto objetiva), es una ilusin. La realidadobjetiva se ha evaporado. Lo que nosotros ob-servamos no es la naturaleza en s, sino lanaturaleza expuesta a nuestros mtodos de in-terpretacin.

    El desarrollo de tan radicales posturas hanido dejando indefenso el principio de causalidadlineal tan socorrido en la investigacin. El surgi-miento de un discurso que encuentra, en lomultiverso, un propio sustantivo de compleji-dad hace aparecer las causas como supersticio-nes. Esto lo hizo notar, en su momento, L.Wittgenstein (1999). El que se cuestione lacausalidad genera, como efectos colaterales, queel supuesto determinista sea indefendible. Porconsiguiente, la emergencia del principio de laindeterminacin impondr nuevos desafos aldiseo de una epistemologa pospositivista.

    Las sostenidas impugnaciones hechas a loscimientos tradicionales de la validacin del co-nocimiento cientfico, desde Popper (1997) a lafecha, indican que el tipo de ciencia, que dioforma y contenido a nuestras disciplinas, esteclipsndose. Como destaca A. Giddens (1997)en su libro; Las nuevas reglas del mtodo sociol-

    gico, la conviccin de que todo lo que se deno-mine conocimiento debe referirse a la realidadque puede aprehenderse con los sentidos, y deque la metodologa y estructura de la metodo-loga clsica pueden aplicarse a las ciencias socia-les, han entrado en franca crisis. Ms bien, hoy,las ciencias sociales se articulan en torno a unadoble hermenutica. Esto implica que lo que seintenta hacer es interpretar un mundo socialpreinterpretado.

    El objeto de la investigacin social se despla-za, de la bsqueda de verdades objetivas, a labsqueda de explicaciones, (que son dinmicasy variadas), y son las posibilidades de observa-cin que las sustentan.

    A partir de lo anterior, sostenemos que losinvestigadores sociales estn determinadosestructuralmente. Su propia estructura, no algoexterno, es lo que especifica su experimentar.

    La investigacin social se puede concebircomo un sistema social emergente, de segundoorden, diferenciado, que se constituye como unmomento de la auto-observacin y reproduc-cin de lo social. En este sentido, es un disposi-tivo que hace surgir sistemas. Quienes partici-pan en sus procesos, investigadores einvestigados son copartcipes y responsables desus alcances. Es decir, el conocimiento que pro-ducen es una co-construccin que adquiere unarealidad propia de la dinmica de la reproduc-cin social.

    El concebir a la investigacin social comouna observacin de segundo orden supone exa-minar, no slo lo que los observadores distin-guen y describen, sino tambin captar los esque-mas de diferencias; los puntos ciegos con querealizan tales observaciones, (los cuales, mien-tras operan, no son observables). Como afirmaLuhmann (1997), ninguna auto-observacin esten condiciones de comprender la plena realidaddel sistema que en ella realiza.

    Desde esta perspectiva, la auto-observacines un paso en el proceso de constitucin desistemas que, mientras opera, no es capaz dedistinguir un punto ciego, su distincin, ni ob-

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    servarse en el operar. No obstante, un sistema,lo suficientemente complejo, puede pasar de laobservacin de sus operaciones a la observacinde su observar y, por ltimo, a la observacindel sistema mismo.

    Por lo tanto, observar es una operacin; entanto que el observador es un sistema que utili-za las operaciones de observacin de manerarecursiva como consecuencia para lograr una di-ferencia con el entorno. Esto quiere decir que elobservador no se coloca por encima de la reali-dad. Como dira Luhmann (1997), el observa-dor no flota por encima de las cosas y las obser-va desde arriba; no es un sujeto colocado fueradel mundo de los objetos: es uno de ellos.

    La observacin de segundo orden, constituyeel esfuerzo por observar aquello que el observa-dor no puede ver por razones de posicin. Tra-ta de fijar, con exactitud, el punto desde el cualse observa cmo el otro observa al mundo, esdecir, qu esquemas de diferencia utiliza aquela quien se observa. La observacin de segundoorden es la especializacin que consiste en ob-servar la observacin del otro. Constituye unareduccin de lo complejo, en donde el mundose puede reconstruir bajo la modalidad de lascontingencias y las posibilidades de ser observa-do. Asimismo, este tipo de observacin se acom-paa de la probabilidad de observar lo que elobservador no puede observar( el punto ciegodel observador).

    El tema del punto ciego lo aborda HeinzVon Foerster (1998) en su libro ObservingSystem y la conclusin a la que llega es que noslo no se ve lo que no se ve, sino que el no veres condicin de la posibilidad del ver. El inves-tigador y, por cierto el trabajador social, en susprocesos de intervencin, tienen una posicinprivilegiada en la medida en que pueden tantoobservar lo que sus observados indican y descri-ben, el qu observan, como captar sus esquemasde diferencias. Esto es, el cmo observan. Alcaptar un conjunto de descripciones, el obser-vador de segundo orden puede identificar es-tructuras latentes.

    En sntesis, la investigacin social puede en-tenderse como el conjunto de sistemas de ob-servacin de sistemas observadores. Esto equiva-le a afirmar que el objetivo de las nuevas cienciassociales es pasar de una investigacin tradicionalorientada a objetos, a una que pone su acentoen observar a observadores que, en su operar,construyen los mundos en los cuales se desen-vuelven.

    No debemos sorprendernos, por tanto, queen el centro del debate la epistemologa ocupehoy un primer plano, acompaada, en el casode las ciencias sociales, por la revaloracin de lahermenutica, la fenomenologa, la etnometo-dologa y el renovado inters por las metodo-logas cualitativas, las cuales no siempre gozarondel apoyo que en la actualidad tienen, dadoque, su nfasis por la interpretacin y observa-cin, era considerado subjetivista y, por ende,carente de cientificidad.

    A estas alturas, la pregunta que debe hacersees: cmo podemos aprehender las representa-ciones que remiten a los modos de entendi-miento y comunicacin mediante los cuales seconstruye la realidad del mundo vivido coti-dianamente? O sea: cmo observar las observa-ciones mediante las cuales otros distinguen, or-ganizan, valoran y dan sentido al ambientecotidiano?

    La respuesta nos presiona para acercarnos amtodos, enfoques tericos y tcnicas orienta-das a la indagacin de categoras, significados yrdenes simblicos de lo que se ha denominadorealidad sociocultural. Por cierto, en el mende opciones existentes respecto a explicacionesde dicha realidad, las que mejor se acoplan auna teora de segundo orden son aqullas queenfatizan las dimensiones cognitivas y semiticasde la cultura que, a su vez, se engarzan con lastecnologas de investigacin cualitativa.

    Desde hace tiempo, en la investigacin socialque busca reconstruir la vida cotidiana a travs deciertas vetas tericas simblico-cognitivos se haincorporado la nocin de que el ser humano se

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    sita en redes de significados coparticipativamenteproducidos. Estos dan sentido a sus observacio-nes para explicar su cotidianidad.

    La pregunta por el sentido y el significado enla investigacin sociocultural, es de gran rele-vancia para la configuracin del nuevo marcocomprensivo de la ciencia social. As, por ejem-plo, la antropologa social se pregunta por elsignificado en cuanto a tal, a partir de CliffordGeertz (1989), sobre todo, cuando seala quela cultura es un patrn histricamente transmi-tido de sentidos incorporados en smbolos, yagrega: el concepto de cultura que se propugnes esencialmente semitico, creyendo, con MaxWeber (1997), que el hombre es un animal entramas de significacin que l mismo ha tejido;considero que la cultura es esa urdidumbre queen el anlisis de la cultura ha de ser, por lotanto, no una ciencia experimental en busca deleyes, sino una ciencia interpretativa en buscade sentidos.

    La antropologa del significado tambin pue-de fundamentarse en Marc Aug(1998) a travsde su escrito: Smbolo, funcin e historia. En suspalabras: que cada cultura particular posea suspropias configuraciones simblicas es lo que, encierto sentido, todos los antroplogos estn obli-gados a admitir. Pero, en qu medida estas con-figuraciones particulares no son sino variacionesalrededor de un mismo tema simblico central?En qu grado, la antropologa, ha tratado depensar simultneamente la universalidad de lossmbolos y la especificidad de la cultura?

    La respuesta de Aug (1998) a estas pregun-tas se relaciona con la tesis que seala que lahistoria de la antropologa se ha debatido endos ejes bsicos. El primero de los cuales tienecomo polos la evolucin y la cultura; el segun-do, el smbolo y la funcin. Seala: tal vez laconstruccin simblica propia de cada sociedadno sea como la obra musical de la que hablabaSartre, una 'expresin' propia de esta sociedad(desde dentro) y una mirada a esa sociedad (des-de fuera), lo que no conducira a una interpreta-cin espectacular del simbolismo, sino a undoble sentido de esta sociedad: el sentido nti-

    mo y especfico que ella construye, susceptiblede diversificarse en mltiples relaciones de sig-nificacin y restriccin; lo edifica segn esque-mas homlogos a los de otras sociedades, loque explica que ninguna sociedad, por diferenteque pueda parecer, y no se diga para el observa-dor extranjero, est desprovista de sentido.

    Los planteamientos de Geertz (1989) aboganpor una antropologa en tanto ciencia interpre-tativa del significado de la accin humana y nocomo ciencia experimental de un comporta-miento desprovisto de intencionalidad del actory del condicionamiento sociocultural. La inter-pretacin fenomenolgica de Verstehen (1989),que hiciera Schutz(1996), resuena aqu cuandoGeertz (1998) sostiene que los escritos de losantroplogos vienen a ser segundas o tercerasinterpretaciones ofrecidas por los actores socia-les. Por tanto, la investigacin e intervencinsocial tienen como objeto captar y reconstruirlos significados de los procesos, comportamien-tos y actos del hombre, ms que describir he-chos en el marco de la tradicin heredada porDurckheim (1995).

    En consecuencia, las descripciones que in-tentan representar la realidad, (emanadas de lainvestigacin social), surgen de una relacin in-disoluble con las distinciones en el lenguaje queel observador hace sobre los esquemas de signi-ficacin de los otros culturales. La realidadque el investigador social pretende describir noes una entidad ya dada para captarla; es unaentidad que emerge con la observacin. El es-quema que fluye del proceso indagativo, no esla realidad, pues no hay representaciones de sta(ms o menos fieles a los textos de la descrip-cin), lo que hay son modos distintos de re-construir la experiencia, todos legtimos en sucontexto y relacionados con la infinita posibili-dad de vnculos que pueden establecerse, entreel observador y la experiencia y entre el autordel texto y el lector.

    Siguiendo a M. Arnold (1998), la investiga-cin sistmico-constructivista genera nuevasorientaciones para la reconstruccin del signifi-cado y del sentido sociocultural:

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    1. Las investigaciones deben orientarse a identi-ficar conjuntos relacionados de distinciones yno slo a la reduccin analtica y causal decomponentes y procesos aislados. Con unenfoque no aditivo, los registros deben ajus-tarse al ritmo de lo observado, respetandosus propias configuraciones. Subyace, en estaopcin, el principio de que el todo emergen-te difiere de sus partes.

    2. Los fenmenos complejos se pueden explicarmejor si examinamos, atentamente, los pro-cesos dinmicos de mutua afectacin, esdecir, las redes de retroalimentacin de ob-servaciones que se sostienen unas a otras. Elprincipio aqu es la flexibilidad y, a la vez, elsostenimiento del aspecto externo de la ob-servacin.

    3. La investigacin debe aplicarse a esquemascontingentes, complejos, mltiples, variadosy heterogneos que cubren gran parte de laemergencia de expresiones sociales, culturalesy personales.

    4. Si bien, algunas tcnicas estadsticas, como elcluster anlisis y las estimaciones no linealesapuntan a redes de relaciones, stas slo re-sultan adecuadas para procesos triviales. Poreso, los mtodos aplicados a sistemas com-plejos, y que se enfocan a determinar losrasgos distintivos y el relevamiento en lossistemas parciales, siguen siendo, bsicamen-te cualitativos.

    5. Interesa recolectar la vasta franja de distincio-nes hasta alcanzar sus mrgenes. Por lo tan-to, no puede ignorarse a ningn observadoraduciendo su baja presencia. El muestreo,con el que seleccionaremos a nuestros inter-locutores, debe ser estructural. Para ello setiene que identificar los distintos ngulos dela comunicacin y buscar su representacin.

    6. Al distinguir sus rasgos distintivos, la pesqui-sa se proyecta hacia las elaboraciones de sen-tido y sus interpretaciones. Estos problemas,difcilmente, pueden abordarse desde el mar-co, temporalmente, limitado en que opera lalgica cuantitativa de alternativas / respuestas.

    En definitiva, lo trascendente para una inves-tigacin e intervencin que privilegia una obser-vacin de segundo orden es: captar la realidadtal como la ven, la viven y la construyen lospropios individuos considerando, siempre, quees un observador quien determina qu distin-ciones hacen una diferencia para l.

    La investigacin social debe constituirse enprocesos dialgicos, esto es, en procesos ten-dientes a mostrar un dilogo que debe ser re-producido, respetado y analizado como colo-quio entre dos sistemas de observacin. Comoafirman Marcus y Fisher (1998) en el libroAntropology as Cultural Critique: el problema dela etnografa radica en el ejercicio de poder querepresenta objetivar a los otros, desde nuestropunto de vista, acto que se seala una caracters-tica esencial del conocimiento etnocntrico. Porello, en la medida en que reflexionemos a fondosobre nuestra conciencia etnocentrista, podremosromper con las barreras que nos impiden escu-char y dejar hablar al otro en nuestras indagacio-nes. Estas barreras no se encuentran en la preten-dida autoridad de realidad que le damos anuestros informes, estudios o descripciones.

    En la investigacin pospositivista, el caminoa seguir es por completo distinto: los otrostienen su propia voz para hablar de s mismoslo que se representa. Al menos, se debera dedejar el espacio para que esas mltiples voces seexpresen e, incluso, discrepen con la nuestra.Como afirma Geertz: la entrada de los pueblosen otro tiempo colonizados o marginados en laescena global de la economa de la alta polticainternacional y de la cultura mundial ha hechoque la pretensin del antroplogo de convertir-se en tribuna de los marginados, representantede los invisibles, velador de los tergiversados,resulte cada vez ms difcil de sostener.

    La investigacin social moderna debe apun-tar a romper con los monlogos y orientarsehacia el dilogo y la polifona. Efectuar unainvestigacin polifnica supone que el texto debeser escrito por varios autores, uno de los cualespuede ser el investigador.

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    Slo mediante tales actos dialgicos es posi-ble acercarse a las distinciones que definen lacualidad y el ambiente del mundo social. Comodira Dabbs (1982): acercarse al sentido comnde la vida cotidiana.

    As planteado es fundamental determinar losmedios a travs de los cuales ser posible distin-guir cosas, eventos, situaciones, proble-mas, etc., tal como se discriminan desde lossistemas observados.

    Sin duda, parte de esta importante tareapuede realizarse desde los caractersticos proce-dimientos de la antropologa social, la sociolo-ga cualitativa y la intervencin comunitaria,cuyos conjuntos de validadas tcnicas se ins-criben en la estrategia de investigacin cualita-tiva. sta permite estudiar significados ntersubjetivos, situados y construidos en su marconatural. Para ello elige la descripcin densa ylos conceptos comprensivos del lenguaje sim-blico, pues los mtodos cualitativos, a partirdel supuesto de que el mundo social es unmundo construido con significados y smbo-los, requieren de la bsqueda de dicha cons-truccin y de sus significados.

    En s, las tcnicas cualitativas buscan:

    A. Entrar en el proceso de construccin social,reconstruyendo los conceptos y acciones dela situacin estudiada.

    B. Describir y comprender los medios detalla-dos a travs de los cuales los observadoresacometen acciones significativas y crean supropio mundo y el mundo de los dems

    C. Conocer cmo se crea la estructura bsica dela experiencia, su significado, su manteni-miento y participacin mediante el lenguajey otras construcciones simblicas.

    D. Como consecuencia de lo anterior explicar,con profundidad, reduciendo el anlisis a m-bitos limitados de experiencias una vezinmersos en los contextos en los que ocurren.

    Entre las tcnicas cualitativas, que por exce-lencia nos permiten un acercamiento a las dis-tinciones de los observadores, se encuentran: laobservacin participante, los documentos per-sonales, las historias orales, las entrevistas etno-grficas, los grupos focales, tanto el autodiagns-tico como la discusin y el mtodo Delphi.

    A travs de tales tcnicas y algunas otras,podremos visualizar las diversas comunicacionesy entrar en la densidad de los sistemas socio-culturales que queremos observar; compe-netrarnos de la cotidianidad compartida de losobservadores. No es posible separar lo cotidianoatendiendo a criterios delimitados por un obser-vador externo. Un exterior no puede, de ante-mano, caracterizar lo que para l o en una socie-dad determinada, significa lo cotidiano. Notiene otra alternativa, como observador interno,que preguntarle a los observadores con los cua-les interacta. El observador exterior slo puedesaber esto a condicin de reconocer lo que yaconoce el observador interno.

    Como afirma M. Canales (1996): lo cotidia-no es un campo de eventos que son conocidosy, ms precisamente convividos como talespor los sujetos. La separacin no resulta deninguna deduccin y slo puede alcanzarse (anen su carcter transitorio real), desde las propiasdistinciones del nter subjetivo que lo construyey lo reproduce o que lo soporta y cambia.

    En resumen, las tcnicas de investigacin so-cial deben concebirse como dispositivos paraproducir y regular el habla. Se trabaja con jue-gos de lenguaje abiertos a la entrada de informa-cin. Investigamos e intervenimos en lo que noconocemos e intentamos descubrir las estructu-ras de sentido: lo nuevo cobra realce al mostrarsus relaciones con el conjunto de lo hablado.De este modo, la investigacin queda abiertatambin al sentido. Esto implica la urgencia yla posibilidad de revalorar algunos de nuestrosmtodos de investigacin tradicionales paraorientarlos hacia nuevas vas, aunque queda mu-cho camino por recorrer para que ello ocurra.

  • VOL. 14 No. 3 SEPTIEMBRE-DICIEMBRE 2004

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