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    LA NUEVA COMUNICACION

    UNA VISIN RELACIONAL DE LOS TRASTORNOS DEPERSONALIDAD (*)

    Juan Luis LinaresProfesor Titular de Psiquiatra de la Universidad Autnoma de Barcelona.

    Teniendo en cuenta la histrica aversin de la terapia familiar sistmica a focalizar al individuo,tanto como objeto de reflexin terica como de intervencin teraputica, no puede extraar que noexista un discurso propio sobre los trastornos de personalidad. En efecto, no slo se suprimi la

    raz "psico" de la denominacin del modelo, sino que se abomin enrgicamente del diagnsticoindividual, siguiendo los pasos de Bateson, que lo descalificaba como concepto dormitivo (Bateson,1972). Ello es comprensible, porque la terapia familiar naci con una definida vocacin alternativa,de revolucin epistemolgica, y durante muchos aos estuvo legtimamente empeada en crearinstrumentos para intervenir sobre las relaciones. Slo en fechas recientes se inici un movimientocoherente de rectificacin, en base a la evidencia de que las intervenciones no se producen sobrelas relaciones en abstracto, sino sobre individuos en relacin.Ese movimiento, sin embargo, no ha alcanzado an el necesario proceso de elaboracin de unapsicopatologa relacional, y, menos an, a generar un discurso sistmico sobre los trastornos depersonalidad, terreno en el cual se hace particularmente obvio lo imprescindible de disponer deuna teora relacional de la personalidad. Y, aunque no es ste el lugar para improvisar una tareaque ha de ser necesariamente rigurosa y prolija, se impone la necesidad de empezar a abordarla.

    Una definicin de personalidadGold y Bacigalupe realizaron una minuciosa revisin de las teoras de la personalidad denaturaleza interpersonal y sistmica (Gold y Bacigalupe, 1998) y apenas pudieron encontrar otracosa que la teora interpersonalde Harry Stack Sullivan (Sullivan, 1953) como propuestaespecfica, inspiradora de muchos autores sistmicos. Entre sus muchos mritos tericos figura elhaber acuado el trmino de "sistema del self", para denominar a una personalidad acuada en lamirada de los otros. Pero Sullivan continu ejerciendo su prctica teraputica en una relacindidica con los pacientes, y los terapeutas familiares que le sucedieron se desinteresaron de lapersonalidad en tanto que concepto intrapsquico.

    Qu es la personalidad desde el punto de vista relacional? He aqu una posible definicin: "ladimensin individual de la experiencia relacional acumulada, en dilogo entre pasado y presente, yencuadrada por un substrato biolgico y por un contexto cultural." Vale la pena examinar uno a unosus ingredientes.- Dimensin individual. Es necesario asumir que se trata de un concepto individual. En casocontrario, se seguira pensando en pautas o patrones relacionales, pero no en personalidad.

    http://www.redsistemica.com.ar/sumarios.htm
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    - Experiencia relacional acumulada. Se trata de una reedicin del viejo concepto batesoniano decismognesis, que, como es sabido, subray la idea, revolucionaria en su momento, de que laspersonas son moldeadas y definidas por la relacin, ms que lo contrario.- Dilogo entre pasado y presente. Somos producto de una historia y, desde este punto de vista, elpasado en el que transcurri la experiencia relacional, define la personalidad. Pero la historia es

    continuamente reescrita en el presente, desde el cual es posible redefinir el pasado.

    Un modelo dependiente mecnicamente del pasado es, por ejemplo, una presa hidrulica: tantoshectolitros perdi, tantos debe ganar para recuperar un determinado nivel. Pero la personalidad esun concepto comunicacional, ms parecido a un modelo informtico, en el que un simple clic en unicono llena inmediata y espectacularmente toda la pantalla con una nueva imagen. Por eso estambin posible, desde el presente, inducir cambios espectaculares en el pasado, y por eso latensin dialctica entre pasado y presente es un elemento tan importante en la definicin de lapersonalidad.- Substrato biolgico. El organismo humano, y muy especialmente el sistema nervioso central, sonel hardware de la personalidad. La gentica seguramente juega un papel importante en latransmisin de ciertas predisposiciones a desarrollar determinados rasgos de personalidad. - Contexto cultural. La cultura enmarca y sobredetermina la personalidad, influyendo decisivamenteen su definicin (Falicov, 1998). No significa lo mismo ser extrovertido en un pas nrdico que en elCaribe, o, incluso dentro del mismo pas, serlo en la sierra o en la costa peruana. Las culturasdesarrollan mitologas que priorizan unos rasgos de personalidad sobre otros, condicionando suadscripcin al patrimonio psicolgico de sus miembros.

    La nutricin relacionalEl ms importante elemento de la experiencia relacional que se acumula para servir de base a la

    construccin de la personalidad individual es la vivencia subjetiva de ser amado. Desde que nace,el nio va procesando su relacin con sus padres en trminos de amor, pero se trata de un amorcomplejo, que no se parece mucho al amor romntico (esa sublime simplificacin). El amorcomplejo con que se construye la personalidad es un proceso relacionalmente nutricio, que, lejosde consistir en un fenmeno puramente afectivo, posee ingredientes cognitivos, emocionales ypragmticos. Hay, pues, un pensar, un sentir y un hacer amorosos.Para construir una personalidad madura, el nio necesita percibirse reconocido como individuoindependiente, dotado de necesidades propias que son distintas de las de sus padres. La falta dereconocimiento, o desconfirmacin, es un fracaso de la nutricin relacional en el terreno cognitivoque puede comportar serios handicaps para la construccin de la personalidad. Igual ocurre, sinsalir del componente cognitivo de la nutricin relacional, con la descalificacin, que es un fracasode la valoracin de las cualidades personales por parte de figuras relevantes del entorno relacional.

    Los padres pueden ser tiernos y cariosos con sus hijos y manifestarse incapaces de reconocerloso valorarlos adecuadamente. Pero tambin puede ocurrir lo contrario, siendo entonces el planoemocional el que registre el fracaso de las funciones parentales. Es el caso de los padres que sondistantes, rechazantes u hostiles con sus hijos porque los perciben como obstculos para su propiarealizacin individual o como aliados del otro en una situacin de disarmona conyugal. Lascarencias nutricias en la relacin con un progenitor pueden ser compensadas por el otro, pero nosiempre se producen o son suficientes tales compensaciones. Y, en cualquier caso, unapersonalidad madura no puede construirse sin los aportes emocionales de la nutricin relacional,que son el cario y la ternura.

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    En cuanto a los componentes pragmticos del amor complejo o nutricin relacional, se resumenprincipalmente, en lo referente al vnculo parento-filial, en la sociabilizacin, con su doble vertiente,protectora y normativa. Una buena acomodacin del individuo con la sociedad es fundamental parala supervivencia y, en gran medida, es responsabilidad de los padres, exigiendo, para serplenamente exitosa, un acoplamiento adecuado de proteccin y normatividad. Pero,eventualmente, una y otra pueden fracasar, tanto por defecto como por exceso. La personalidaddel nio podr, entonces, acusar las consecuencias negativas.En base a este bagaje fundamental, el nio organiza su experiencia relacional en trminosnarrativos, es decir, construyendo historias que dotan de sentido a cuanto le acaece. Y algunas deestas historias son seleccionadas para constituir la identidad, en la cual el individuo se reconoce as mismo y sobre la que no acepta fcilmente transacciones. El contenido de la narrativa individual,tanto de la que es identitaria como de la que no lo es, as como la relacin entre ambas, constituyela trama de la personalidad. Es importante que la identidad sea slida, ni esculida ni hipertrfica,para que sirva de anclaje adecuado a una narrativa no identitaria que debe ser lo ms rica yvariada posible. Y ni que decir tiene que la nutricin relacional, en tanto que amor complejo,constituye el material con que se construye toda la estructura.

    Parentalidad y conyugalidadDesde esta perspectiva, resulta obvia la importancia de la familia como crisol de la personalidad.Ms all de unos factores genticos difciles de evaluar e imposibles de modificar, la familia es elprincipal vehculo de los condicionantes culturales y, adems, el espacio donde se generan ydesarrollan los estmulos relacionales ms influyentes sobre la maduracin individual (la nutricinrelacional). No debera, pues, sorprender que se focalice a la familia a la hora de comprenderalgunos de los ms importantes enigmas concernientes a la personalidad normal y patolgica. Y,ms an, ha de tratarse de una focalizacin exigente en rigor conceptual y rica en matices, que nose limite a contemplar a la familia como un lugar donde se socializa a los nios ensendolos aimitar conductas adaptadas. La ecuacin compleja que es la nutricin relacional se compone, comohemos visto, de elementos mltiples y sutilsimos que dependen de la idiosincrasia de cada familia.

    Con todo, es posible extraer algunas leyes generales.El entorno inmediato del nio, es decir, su familia de origen, est organizado por dos dimensionesrelacionales de gran importancia, encarnadas generalmente por los padres. Se trata de laconyugalidad y la parentalidad (Linares, 1996), que representan sendas versiones de la nutricinrelacional, entendida respectivamente como amor conyugal y amor parental.La conyugalidad, en una pareja con vocacin de familia, se fundamenta en una reciprocidadcognitiva, emocional y pragmtica, mediante la cual ambos miembros negocian un acuerdo queimplica un pensar amoroso (reconocimiento y valoracin), un sentir amoroso (ternura y cario) y unhacer amoroso (deseo y sexo, principalmente). Todo ello exige el intercambio, es decir, un ejerciciode dar y recibir de forma equilibrada, con un importante componente igualitario.En contraste, la parentalidad se apoya en una relacin complementaria, es decir, desigual, en laque el dar y el recibir no pueden estar equilibrados. No hay duda de que los padres reciben unafuerte gratificacin por la cra de sus hijos, pero la cadena es bsicamente lineal, y, en beneficio dela especie, cada generacin paga con la que le sigue la deuda que contrajo con la precedente. Elamor parental comporta, al igual que el conyugal, elementos cognitivos que implicanreconocimiento y valoracin, y emocionales, que pasan por el cario y la ternura. En cuanto a loscomponentes pragmticos, las diferencias son radicales, puesto que el hacer amoroso parentalconsiste, fundamentalmente, en el ejercicio de la sociabilizacin. sta no es otra cosa que unapreparacin adecuada para integrarse en la sociedad, y se compone de dos integrantes de igual

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    importancia: la normatividad, que debe garantizar el respeto de la sociedad por el indivduo, y laproteccin, encargada de que ese respeto sea recproco.Dependiendo de que cumpla o no las condiciones del amor conyugal, la conyugalidad serarmoniosa o disarmnica. Con todo, la armona implica la capacidad de resolver razonablementelos conflictos conyugales, incluso mediante la separacin y el divorcio, por lo que, a los efectos de

    su influencia sobre los hijos, se pueden considerar parejas conyugalmente armoniosas aqullasque negocian adecuadamente, con independencia de su estado civil. Por otra parte, conyugalidady parentalidad son variables relacionales independientes, aunque con un cierto grado de influenciarecproca. Por eso vale la pena considerar las posibilidades de una conservacin o de un deterioroprimarios de la parentalidad, previos a cualquier influencia que sobre ella pueda ejercer laconyugalidad.

    Al igual que la personalidad individual se construye con identidad y narrativa, el sistema familiar searticula en trminos de mitologa y organizacin. La mitologa familiar es el espacio dondeconvergen y del que brotan las narraciones individuales de los miembros del sistema. Constituye,por tanto un territorio de negociacin narrativa, cuyo resultado son los mitos, en los que coexistenun clima emocional determinado, elementos cognitivos, que son los valores y las creencias, yelementos pragmticos, que son los rituales. A su vez, la organizacin es el resultado del

    desarrollo evolutivo de las estructuras familiares a lo largo del ciclo vital, y en ella se distinguenaspectos tan importantes como la jerarqua, la cohesin y la adaptabilidad. Mitologa yorganizacin familiares se condicionan mutuamente, a la vez que brindan un marco relacionalriqusimo para la construccin y el desarrollo de la personalidad de los miembros del sistema.

    Disfunciones relacionales familiaresLa combinacin de las dos dimensiones relacionales descritas, conyugalidad y parentalidad, crea,segn su predominio relativo, cuatro grandes modalidades posibles de familia de origen, comomuestra la Figura n 1. De ellas, la definida por la conyugalidad armoniosa y la parentalidadprimariamente conservada es la que ms posibilidades ofrece de aportar una nutricin relacional

    plenamente satisfactoria. En ella, los padres tienen una buena capacidad de resolveradecuadamente los conflictos que viven como pareja, a la vez que cran a sus hijos con una buenaoferta amorosa a niveles cognitivo, emocional y pragmtico.Las familias con tendencias disfuncionales ocupan los restantes tres cuadrantes de la Figura n 1,siempre en funcin de la presencia en ellas de las citadas dimensiones relacionales.Las familias trianguladoras son aqullas en las que se combina una conyugalidad disarmnica conuna parentalidad primariamente conservada. Los padres, razonablemente implicados de entradaen cubrir las necesidades nutricias de los hijos, pierden el rumbo ante la irrupcin de seriasdificultades para resolver sus propios conflictos conyugales. Y, eventualmente, recurren a los hijoscon diversas propuestas de alianza, crendoles unos problemas que denotan el deteriorosecundario de la parentalidad. Desde este punto de vista, definimos la triangulacin como la

    implicacin disfuncional de los hijos en la resolucin de los problemas relacionales de los padres.

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    Figura n 1

    Cuando los padres no presentan dificultades relevantes en el plano conyugal, pero se muestranincompetentes primariamente en el ejercicio de la parentalidad, hablamos de deprivacin, situacingeneradora de importantes carencias en la nutricin relacional de los hijos. Esta modalidad defamilia suele atender las necesidades materiales de stos, e incluso ofrecerles modelos positivosde sociabilizacin desde una adecuada o, incluso, eventualmente excesiva normatividad. Sonpadres formalmente bien adaptados, que no llaman la atencin de los servicios sociales y que sonbien valorados por los de salud mental, si bien fracasan a los niveles ms profundos en los que suspropias necesidades nutricias priman sobre las de los hijos.Si la conyugalidad disarmnica coexiste con la parentalidad primariamente deteriorada, la situacinrelacional en que se produce la crianza de los hijos puede ser calificada de catica. Se trata defamilias con gravsimas carencias nutricias, que exponen a sus hijos a toda clase de riesgos, entrelos cuales no son el menor los severos defectos en la sociabilizacin. Sin embargo, por ser tanevidentes sus carencias, estas familias pueden generar fcilmente recursos compensatorios, tantoexternos como internos. Los externos vienen de la mano de intervenciones correctoras,teraputicas o solidarias, ya sean espontneas o profesionales, mientras que los internos son unefecto colateral de la conyugalidad disarmnica, que puede provocar reacciones parentalesparadjicas en uno de los progenitores.

    Los trastornos de la personalidad en la nosologa psiquitricaDesde los primeros intentos de clasificar los trastornos mentales, se describieron cuadroscaracterizados por conducta inadaptada, escasa productividad social y falta de conciencia moral.Emil Kraepelin, en la edicin de 1915 de su famoso manual de psiquiatra, introdujo el trminoPersonalidad Psicoptica, que, acorde con las directrices imperantes en la Alemania de aqueltiempo, adquiri las connotaciones de ser una patologa heredo-degenerativa de raices biolgicas.Esa fue la concepcin dominante mientras dur el liderazgo alemn de la psiquiatra, y el

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    personaje que mejor la ilustraba era el delincuente inmoral o amoral, que acababa su vida en lacrcel o en el manicomio.

    Pero la derrota del nazismo hizo imposible mantener unas propuestas que estaban demasiadocontaminadas de complicidad con los horrores de los campos de concentracin. Adems, Partridgehaba introducido en Estados Unidos el trmino Sociopata, mucho ms acorde con la ideologa

    americana del New Deal, saturada de optimismo sociolgico (Partridge, 1930). Por supuesto que elsueo americano tambin poda fracasar, pero cuando esto ocurra, en los barrios marginales delas grandes ciudades, el personaje emblemtico era un gangster violento pero razonablementesociabilizado.En los aos 50, el movimiento americano de trabajo social desembarc en el campo de la saludmental, encontrando que el trmino de sociopata era an demasiado mdico para su gusto. Elobjeto caracterstico de la intervencin de los trabajadores sociales segua siendo el mismo, esdecir, la violencia, el abuso, la drogodependencia y, en definitiva, la marginacin y la pobreza,pero, desde su epistemologa, se propuso, como alternativa, el nuevo concepto de FamiliaMultiproblemtica, que supuso un paso ms en la sociologizacin del campo. Siempre se hadebatido, y se sigue haciendo en nuestros das, si la pobreza es un factor relevante en el deteriorode la salud mental (Costello, 2003).Simultneamente, el sndrome o trastorno borderline, que pronto se convertira en Trastorno Lmitede Personalidad, surga con la intencin de llenar el espacio existente entre psicosis y neurosis,que era, en cierto modo, el que ya ocupaba la antigua psicopata. Slo que, ahora, sta renacadesprovista de contenidos geneticistas y con una clara voluntad de comprensin psicoanaltica.Con el paso de los aos, el T.L.P. no ha cesado de distanciarse de su primer significadopsicopatolgico de trastorno limtrofe psico-neurtico, para asumir contenidos propios de lapersonalidad psicoptica. Y, an en la actualidad, amplios sectores de opinin lo siguenconsiderando incurable y se sorprenden cuando mejoran en el curso de un tratamiento(Gunderson, 2003).

    Los trastornos de la personalidad en la psiquiatra actualY llegamos as al ltimo paso significativo de la nosologa psiquitrica para clasificar los trastornosde personalidad. La American Psychiatric Association, en su serie de manuales diagnsticos yestadsticos de los trastornos mentales (los sucesivos DSM), acaba distinguiendo un Eje II, propiode los trastornos de la personalidad, distinto del Eje I, que corresponde a los trastornos clnicos. Seintroduce, de esta forma, una dicotoma profunda entre sntomas clnicos y personalidad, que notienen que guardar relacin mutua. Como veremos ms adelante, esta separacin no tiene ninguna

    justificacin desde el punto de vista psico-relacional, que, de forma natural, impone unacontinuidad entre las distintas manifestaciones psicolgicas, normales y patolgicas. El Eje II del DSM-IV-TR (American Psychiatric Association, 2000) distingue tres grupos deTrastornos de la Personalidad:

    - Grupo A: Trastorno Paranoide, Trastorno Esquizoide y Trastorno Esquizotpico de Personalidad.- Grupo B: Trastorno Antisocial, Trastorno Lmite, Trastono Histrinico y Trastorno Narcisista dePersonalidad.- Grupo C: Trastorno por Evitacin, Trastorno por Dependencia y Trastorno Obsesivo-Compulsivode la Personalidad.

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    Resulta evidente que, con alguna pequea modificacin (paso del Trastorno Histrinico del GrupoB al Grupo C), los tres grupos resultan superponibles a las tres grandes reas de la psiquiatraclsica: Psicosis (Grupo A), Psicopatas (Grupo B) y Neurosis (Grupo C). Pero, para lo que aquinteresa, vale tambin reparar en las caractersticas especficas del grupo B.Por una parte, el panorama se enriquece notablemente con la inclusin de tres modalidades

    distintas y complementarias: un patrn de desprecio y violacin de los derechos de los dems (elTrastorno Antisocial), un patrn de inestabilidad impulsiva en las relaciones interpersonales (elTrastorno Lmite) y un patrn de grandiosidad, necesidad de admiracin y falta de empata (elTrastorno Narcisista).Por otra parte, desaparece casi totalmente la dimensin social de los trastornos de la personalidad,antao representada por las sociopatas y, de forma extrema, por las familias multiproblemticas.Para encontrar sus restos en el DSM-IV, hay que excavar en la letra pequea del Eje I, donde, bajoel epgrafe Otros problemas que pueden ser objeto de atencin clnica, aparecen fenmenos como:

    problemas de relacin (paterno-filiales, conyugales, entre hermanos), problemas relacionados conel abuso o la negligencia (abuso fsico, abuso sexual, negligencia de la infancia), comportamientoantisocial en la niez o la adolescencia, as como en la edad adulta, etc. En definitiva, unaverdadera desintegracin y dispersin de los aspectos ms sociales de los trastornos de la

    personalidad, que, en la prctica, impiden su manejo diagnstico por parte de los clnicos.

    Los Trastornos de la Vinculacin SocialTodas las denominaciones utilizadas por la psiquiatra para hacer referencia a los trastornos de laconducta con dficit de adaptacin social y supuestamente centrados en estructuras patolgicas dela personalidad, han sido propuestas desde perspectivas parciales y sesgadas, carentes de unavisin integrada del ser humano. As ocurre con la psicopata biologicista, con la sociopata y lafamilia multiproblemtica sociologistas y, desde luego, con los trastornos de la personalidad delDSM-IV, artificialmente separados del resto de manifestaciones psquicas.En coherencia con la definicin de personalidad propuesta aqu desde una perspectiva relacional,el trastorno de personalidad subyace necesariamente a toda manifestacin psicopatolgica

    estructurada, puesto que no hay saltos de continuidad en el psiquismo. Distinguiremos, pues,cuatro grandes reas psicopatolgicas, dotadas todas ellas de un espacio de personalidadproblemtica especfica, y argumentaremos a favor de la existencia de unas ciertas peculiaridadesrelacionales subyacentes, tambin especficas. Se trata de las tres grandes categoras de lapsiquiatra clsica, a las que se vendra a aadir una cuarta correspondiente a las depresiones,desgajadas del campo psictico:

    1.- Trastornos Neurticos: recuperan la antigua denominacin, agrupando los diversos trastornoscon el denominador comn de la ansiedad, incluida la distimia.2.- Trastornos Psicticos: coinciden, a grandes rasgos, con el correspondiente captulo del DSM-IV,estructurados en torno a las esquizofrenias y las psicosis delirantes.3.- Trastornos Depresivos: corresponden al espacio de la antigua psicosis maniaco-depresiva,incorporando su separacin del tronco psictico propuesta por el DSM-IV, y reconociendo el muchomayor peso especfico de lo depresivo respecto de lo manaco.4.- Trastornos de la Vinculacin Social: herederos de la antigua psicopata, y definidos comotrastornos de la conducta con dficit de adaptacin social, impulsividad y destructividad.

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    Algunas hiptesis relacionales para los trastornos de la personalidadReflexionando sobre las disfunciones relacionales ms importantes que se puedan producir bajo elsigno de la triangulacin, la deprivacin y la caotizacin (Figura n 1), es posible describir algunascorrespondencias con las reas psicopatolgicas que se acaban de referir y, en consecuencia, conlas personalidades problemticas especficas subyacentes (los llamados trastornos de la

    personalidad). La Figura n 2muestra un posible esquema ubicatorio de tales correspondencias.

    Los Trastornos Neurticos se sitan plenamente dentro del espacio de las triangulaciones (Fig. n2, "1"). En efecto, desde la metfora edpica que inspir la teora psicoanaltica de las neurosis,stas estn asociadas a una situacin relacional definida por una alianza con un progenitor y unarelacin conflictiva con el otro. Es evidente que la disarmona conyugal subyacente en la parejaparental, junto con un inters primario por los hijos que hace de ellos aliados apetecibles,constituye el caldo de cultivo adecuado para el desarrollo de estas triangulaciones, que llamaremosmanipulatorias. Los sntomas neurticos pueden anidar en los entresijos de estas relacionestrianguladas, que admiten numerosas frmulas y combinaciones. Pero, adems, aqu se ubicarntrastornos de lapersonalidad del grupo C, definidos preferentemente por la ansiedad, como el deevitacin y el obsesivo-compulsivo, as como, eventualmente, el histrinico, correspondiente algrupo B.

    Los Trastornos Psicticos (Fig. n 2, "2") pueden ser entendidos, desde el punto de vista relacional,como un resultado de la desconfirmacin, fenmeno comunicacional consistente en la experienciasubjetiva de la negacin de la propia existencia por parte de figuras relevantes de las que sedepende. Aunque la desconfirmacin se produce con las mximas frecuencia e intensidad ensituaciones de triangulacin, tambin puede darse en las de deprivacin y caotizacin. Similardistribucin seguirn los trastornos de la personalidad del grupo A, a saber, el esquizoide, elesquizotmico y el esquizotpico.

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    Los Trastornos Depresivos responden a una pauta relacional presidida fundamentalmente por laexigencia y la falta de valoracin o descalificacin, que tiende a producirse con frecuencia en elespacio de las deprivaciones (Fig. n 2, "3"). Se trata, sobre todo, de la llamada depresin mayor,que se acompaa en su ubicacin relacional del trastorno depresivo de personalidady,eventualmente, del trastorno de la personalidad por dependencia, correspondiente al grupo C. Laprolongacin del rea depresiva hacia el espacio de las caotizaciones (Fig. n 2, "4") correspondeal trastorno bipolar, que, an teniendo en comn con la depresin mayor el substrato dedescalificacin, suele mostrar, a diferencia de aqulla, una parentalidad primariamente deteriorada.En cuanto a los Trastornos de la Vinculacin Social, que constituyen el tema central de estecaptulo, aparecen distribudos entre los tres espacios relacionales disfuncionales (Fig. n 2, "5").

    Aplicando la lgica del DSM-IV, se tratara de trastornos de la personalidad en estado casi puro,sin otra mezcla de manifestaciones clnicas inscribibles en el Eje I que aquellos otros problemasque pueden ser objeto de atencin clnica a que se hizo referencia ms arriba. Sin embargo, seincluirn en este apartado las principales variantes de inadaptacin social que, a lo largo de lahistoria de la psiquiatra, han sido tipificadas y descritas como trastornos psicopatolgicos. Sedistinguirn as tres grandes grupos:1.- Sociopatas . Trastornos de la vinculacin social caracterizados fundamentalmente por su

    relacin con la pobreza y otros factores sociales desestabilizantes, como la inmigracin de riesgo.Existe una amplia coincidencia con las familias multiproblemticas, tratndose de personas quedesarrollan una cierta parasociabilidad no exenta de habilidades relacionales. Tienden a dependerde los servicios sociales y a conectarse con iguales, con el peligro de caer en redes marginales ymafiosas.2.- Trastornos Lmite . Trastornos de la vinculacin social caracterizados fundamentalmente por latendencia a la impulsividad y al aislamiento, como resultado del fracaso en el establecimiento derelaciones sociales estables. Son personas inadaptadas laboralmente, con una gran inestabilidadrelacional, que pueden desarrollar mltiples y cambiantes sntomas de las constelacionesneurtica, psictica y depresiva.

    A falta de ulteriores investigaciones que permitan su eventual desgajamiento, se incluirn en este

    grupo los trastornos narcisistas, caracterizados por una conducta grandiosa y arrogante y unatendencia a envidiar y explotar a los dems. Por el momento carecemos de datos para describirsus bases relacionales, y tenemos la impresin de que no son muy distintas de las que asignamosa los trastornos lmite.3.- Trastornos Antisociales . Trastornos de la vinculacin social caracterizados fundamentalmentepor la tendencia a la agresividad y la destructividad, con marcados rasgos impulsivos y carencia denormatividad y sentido moral. Es en este grupo donde pueden manifestarse ms fcilmenteconductas delictivas graves, aunque existen importantes vas de paso con sociopatas y trastornoslmites.

    Hiptesis relacionales especficas para los Trastornos de la Vinculacin Social : 1.- LasSociopatas.En la Fig. n 2, "5", se observan distintas reas que se distribuyen por los tres espacios dedisfuncionalidad relacional, correspondientes a las triangulaciones, las deprivaciones y lascaotizaciones.Las sociopatas se sitan de pleno en el espacio de las caotizaciones (Fig. n 2, "6"), definido poruna conyugalidad disarmnica y una parentalidad primariamente deteriorada. Se trata, en efecto,

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    de familias que, desde muy pronto, a menudo desde la constitucin de la pareja fundacional,fracasan tanto en el plano conyugal, sumindose en un mar de desavenencias y desencuentros,como en el parental, incurriendo en negligencias masivas para con los nios. Ambos rasgospueden aparecer de la mano de circunstancias vitales crticas y novedosas, pero es ms frecuenteque se transmitan intergeneracionalmente, promovidos por la cultura de la pobreza y deldesarraigo social en que estas familias se suelen hallar hundidas.Los padres, a menudo desde muy jvenes, se pelean continuamente, protagonizando episodios denotable violencia que les conduce a abandonarse y separarse, tantas veces como a reconciliarse yvolverse a juntar. La fidelidad no es una cualidad muy relevante en ese contexto, por lo que noresulta extrao que se establezcan relaciones espordicas con terceras personas, a veces en unclima de franca promiscuidad, ni que, en los abandonos resultantes, proliferen las familiasmonoparentales. Si la violencia puede ser expresin de la frustracin conyugal, vehiculizada por laimpulsividad y las tendencias actuadoras, el sexo se convierte en una seudo-solucin, encargadade crear la ficcin de un vnculo slido, en realidad inexistente. Por eso estas parejas comunicanuna impresin de apasionamiento tormentoso, contradictorio y desconcertante, capaz de confundira observadores ingenuos.En semejante atmsfera, tan explosiva como catica, los nios vienen al mundo con el sello de

    estar abandonados a su destino. La condicin prolfica de estas familias desorienta a los serviciossociales, que tienden a atribuirla a la pura irresponsabilidad, siendo as que su sentido es mscomplejo. Irresponsables, s, si por tal se entiende carentes de la capacidad reflexiva que permitaanticipar las necesidades de los nios y garantizar su satisfaccin, pero tambin aferradosdesesperadamente a una parentalidad prolfica, fsicamente pujante, en contraste con su deteriororelacional. De nuevo aqu se asiste a una atribucin de significado simblico, que quiere ver en losvnculos parentales el arraigo transgeneracional de que tan dramticamente se carece. Por eso,paradjicamente, y no slo por ganas de fastidiar, estas familias reaccionan con fiereza cuando seven amenazadas con la prdida de los hijos.Pero, mientras tanto, no hay duda de que stos pueden correr una suerte incierta, al albur de unacaoticidad que, a veces, manifiesta poseer leyes crueles. Mal vestidos, mal alimentados y conescasa higiene personal, llaman la atencin en el colegio por su impuntualidad y absentismo, o porser portadores de estigmas de violencia fsica. Los vecinos denuncian el abandono, cuando no sonmotivo de una trgica noticia de accidente domstico, con el trasfondo relacional de las peleas delos padres, las visitas intempestivas de amantes no menos violentos y el continuo abuso de alcoholy otras drogas. Y no puede extraar que todo ello tenga efectos sobre la personalidad de los nios,que, cuando menos, se desarrollar con una sociabilizacin defectuosa, tanto en la vertientenormativa como en la protectora.Pero las familias caticas tienen una cualidad muy importante: su capacidad, tambin paradjica,de generar recursos relacionales en lo que, de entrada, parece un terreno nutricionalmente yermo.Estos recursos proceden, indistintamente, del interior o del exterior del sistema, y pueden serentendidos como reacciones ecolgicas ante la profunda carencia estructural, exhibidaprovocadoramente a los cuatro vientos. Cuando ms honda es la sima que separa a losprogenitores y ms sumidos estn stos en dinmicas destructivas, uno de ellos puede reaccionartomando el timn familiar y salvando a los nios del naufragio. Adems, en cualquier momento, lafamilia extensa puede intervenir sacando fuerzas de flaqueza para suministrar una ayuda modestapero oportuna. Por no hablar de otros agentes externos, tanto espontneos como profesionales,que son incitados a intervenir para hacer frente a las carencias de todo tipo que la situacinevidencia. Estas intervenciones pueden resultar contraproducentes si se realizan exclusivamentedesde perspectivas controladoras, represoras o s ustitutorias, pero, muy a menudo, suponenaportes de nutricin relacional que resultan preciosos para la maduracin de la personalidad de losnios.

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    He ah una de las razones de que, an siendo estas familias relacionalmente caticas un vivero desociopata, no todos sus miembros sigan ese sendero. Las restantes razones son atribuibles a lacomplejidad y a la incertidumbre.Ernesta naci en un pueblecito de la costa colombiana del Pacfico, en el seno de una familia

    pobre y desestructurada. Sus padres, separados desde su nacimiento, se desentendieron de ella,

    confiando su crianza a la abuela paterna, quien hizo lo que pudo, que fue mucho, por sustituirlos. Ysi no hizo ms fue porque aqullos no la dejaron, empeados en explotar a Ernesta dedicndola atrabajar desde muy nia. Ya con seis aos, la chica recorra las calles donde transcurra su vida,vendiendo comida y chucheras bajo la amenaza alternativa de su padre y de su madre si nollevaba suficiente dinero a casa. Y, como no poda dejar de ocurrir, fue en esas mismas callesdonde Ernesta conoci el abuso extrafamiliar y donde, apenas adolescente, tuvo sus primerasexperiencias sexuales con precarias parejas, fruto de las cuales se encontr con tres nios encinco aos.

    Alcanzada la edad adulta entre golpes, abusos y explotaciones de todo tipo, Ernesta emigr aEspaa con sus hijos dispuesta a labrarse una nueva vida. Traa un frgil bagaje de resiliente quele permiti establecerse con la ayuda de algunos familiares, pero pronto recomenzaron los

    problemas. Instalada en un barrio problemtico, comenzaron a rondarla personajes dudosos,

    alguno de ellos claramente depredador. Ella, mujer atractiva, no andaba escasa de propuestas dealterne, sin que lograra resistirse siempre, mientras que los hijos, semi-abandonados, se dejabanproteger por un seor de turbias intenciones ante la mirada indiferente de la madre. Cuando, alcabo de unos aos, los servicios sociales supieron de la situacin, Ernesta estaba sumida en una

    profunda depresin mientras que los hijos se relacionaban con bandas violentas participando enactuaciones delictivas.

    2 .- Los Trastornos Lmite.La ubicacin de los Trastornos Lmite en el esquema de las disfuncionalidades relacionalesbsicas en la familia de origen (Fig. n 2, "7") muestra dos variantes posibles, una en el espacio de

    las triangulaciones y otra en el de las deprivaciones. Tal es tambin, por el momento, la hiptesisconcerniente al Trastorno Narcisista, incluyendo el Narcisismo Maligno (Kernberg, 1984 ).

    Las triangulaciones surgen cuando una parentalidad primariamente conservada se ve deterioradasecundariamente por el impacto de una conyugalidad disarmnica, lo cual facilita que los hijos sevean invitados a participar, con escasas posibilidades de resistirse, en los juegos relacionalesdisfuncionales de los padres. Como ya hemos visto, existen diversas modalidades de triangulacin,entre las cuales las manipulatorias se relacionan con los fenmenos neurticos y lasdesconfirmadoras con los psicticos. En este contexto, podemos llamartriangulacin equvoca auna situacin relacional en la que los padres, muy separados entre s, descuidan la crianza del hijoen la interesada creencia de que es el otro el que se encarga de ella. Cada uno cumple con susfunciones a regaadientes, sin disimular demasiado su cansancio y su contrariedad, sintiendo quelo que hace es el injusto resultado de la inhibicin del otro. En una variante, el nio dispone de un

    progenitor muy cercano, casi fusional, que no admite la menor vacilacin en la incondicionalidad dela relacin, mientras que el otro aprovecha la ocasin para alejarse inflexiblemente. A la larga,cuando el ciclo vital impone dinmicas autonomizadoras, el primero acaba distancindose a suvez. Tambin puede ocurrir que el progenitor aliado sea fro y poco nutricio, mientras que elantagnico sea ms clido e intenso, pero rgido y autoritario. Ninguno de los dos ofrece, encualquier caso, un agarradero slido para vincularse.En el espacio de las deprivaciones se desarrollan dinmicas relacionales definidas por unaparentalidad primariamente deteriorada y una conyugalidad armoniosa, generalmente bajo el signo

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    de la complementariedad. Los padres, bien avenidos entre s, se muestran incapaces de atender alas necesidades nutricias del hijo, al que perciben como molesto y lleno de defectos. Si predominala exigencia y la escasa valoracin de sus esfuerzos, es probable que el resultado se encamine porla va de la depresin mayor, pero si lo que destaca es una actitud de rechazo, mezclada con unapseudo-hiperproteccin que apunta ms a sacudirse la fastidiosa presencia demandante del hijoque a satisfacer sus necesidades, se estarn sentando las bases para el desarrollo de un trastornolmite. En ambos casos se ve profundamente afectada la nutricin relacional del nio, bajo unasuperficie de exquisito respeto por las apariencias de adecuacin social. Pero, si en el primero seproduce una hipersociabilidad normativa, que convierte al depresivo en esclavo de la honorabilidadde la fachada, en el segundo la normatividad social fracasa, y con ella la capacidad de construirvnculos estables.Enrique y Rosa decidieron adoptar una nia peruana despus de que perdieran a su hijoadolescente en un accidente de trfico. Pero, en contra de sus ilusiones y expectativas, las cosasno fueron bien desde el principio. Silvia, segn ellos, no se pareca a Carlos, el hijo muerto, sinoque, por su turbulencia y su precoz sensualidad, les recordaba continuamente fantasmasrelacionados con sus oscuros orgenes tropicales y tercermundistas.Rosa haba vivido una infancia deprivada, abandonada por su padre y criada por una madre

    arbitraria y frvola que la explotaba descaradamente en beneficio de sus propios caprichos. Nisiquiera haba aprendido a escribir bien, porque la madre la sacaba del colegio para que hiciera lastareas domsticas en su lugar. Cuando conoci a Enrique, un hombre autoritario y controlador perobien organizado y muy enamorado de ella, Rosa se arroj en sus brazos creyendo haberencontrado la seguridad y proteccin anheladas. Y, de hecho, en gran medida as fue. La parejasiempre funcion con gran solidez, aunque las prdidas sucesivas terminaron haciendo mella enRosa: primero la muerte de Carlos, luego la decepcin con la adopcin de Silvia y, finalmente, un

    problema de impotencia de Enrique, llegado a la vez que las primeras manifestaciones de sumenopausia.Con Rosa deprimida, las caractersticas bsicas de la pareja parental se acusaron an ms.Enrique se dedic en cuerpo y alma a cuidar a su mujer, a la que consideraba una linda muequitairresponsable, mientras que a Silvia, ya adolescente, la trat con creciente despecho, acusndolade ser la culpable de los problemas de su madre. En ese contexto, Silvia se convirti en una chicarebelde, abandon el colegio y frecuent compaas poco recomendables en una atmsfera deinestabilidad emocional y promiscuidad sexual. El diagnstico de trastorno lmite no se hizoesperar, confirmando la antigua aprensin de los padres de haber adquirido material defectuoso.Nosotros podemos hipotetizar, en cambio, que el deterioro primario de la parentalidad penaliz aSilvia enfrentndola con una comparacin imposible de satisfacer con el idealizado hermanomuerto. Es cierto que, como decan los padres, la nia tuvo todo lo que quiso, pero ello ocurri enun contexto de creciente rechazo, definido por una necesidad de aqullos de desculpabilizarseexpiando la muerte de Carlos. La pseudo-hiperproteccin as desarrollada, lejos de beneficiar aSilvia, la convirti cada vez ms en una nia consentida, con dificultades para respetar lmites ynormas, y con una gran desconfianza en la autenticidad nutricia de las relaciones interpersonales.Por otra parte, la conyugalidad armoniosa de los padres, basada en una complementariedad

    progresivamente rigidificada, lejos de constituir un marco funcional para el ejercicio de laparentalidad, se convirti en un estrecho cors que la ahogaba an ms. En efecto, la buenaarmona de los padres no permita que se filtraran disidencias compensatorias, sino que

    presentaba un impenetrable frente de rechazo a Silvia.

    3.- El Trastorno Antisocial.

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    La Fig. n 2, "8"muestra a los Trastornos Antisociales situados a caballo entre el espacio de lasdeprivaciones y el de las caotizaciones. Y es que, en efecto, en ambos espacios pueden darse lascircunstancias para unas pautas de conducta antisocial que suponen una profunda desnutricinrelacional teida por el fracaso ms rotundo de la normatividad.La raiz deprivada del trastorno antisocial puede activarse cuando, en el contexto relacional del

    trastorno lmite deprivado, el rechazo del hijo se hace tan evidente que domina sobre cualquierconato sociabilizador. En cuanto a la raiz catica, puede ser operativa cuando las durascondiciones de la sociopata no se ven atemperadas por recursos compensatorios internos oexternos. En ambas circunstancias, se sientan las bases para el desarrollo de conductas queimplican el desprecio y la violacin de los derechos de los dems, que se convierten en objetos desatisfaccin inmediata de los deseos y caprichos propios. Verdaderos depredadores humanos, lossujetos as criados ilustran mejor que otros la mxima de que el mal existe, y no es otra cosa que laausencia de amor.El padre de Kevin era un alcohlico violento, acostumbrado a vivir a expensas de los serviciossociales, que, cuando se separ de su esposa, obtuvo la custodia del nio porque la madre,minusvlida y psictica, era an menos capaz de garantizar su seguridad.Crecido en un ambiente carente de cualquier ternura y en una contnua amenaza para susupervivencia, Kevin aprendi a abrirse paso en la vida cogiendo lo que necesitaba mediante elamedrentamiento y la agresin. Desde pequeo se haba creado una leyenda de peligro pblico,quemando y rajando animales vivos en la calle y asaltando a sus compaeros de colegio conabsolutas frialdad y eficiencia. Ya de mayor, Kevin se convirti en cliente habitual de comisaras ycrceles, cultivando gneros de riesgo y beneficio crecientes. Tratndose de un hombre deindudable atractivo fsico, no tena dificultades para conseguir compaeras, que usaba y tiraba sindesarrollar nunca vnculos estables. Cuando, a raiz de su ltima detencin, fue entrevistado por

    psiclogos, manifest una total indiferencia por cualquier lazo emocional, que tachaba desentimentalismos intiles, expresando una arrogancia inquebrantable en su decisin de continuarsu peculiar carrera profesional.

    Consideraciones finales.Todo cuanto queda expuesto concerniente a los trastornos de la personalidad se apoya en unainvestigacin clnica sobre las bases relacionales de la psicopatologa, que se viene desarrollandodesde hace aos y que ha dado ya algunos frutos relevantes en los campos de los trastornosdepresivos (depresiones mayores y distimias) (Linares y Campo, 2000) y de las psicosis (Linares,Castell y Colilles, 2001). En la actualidad est en marcha el programa correspondiente a lostrastornos de la personalidad, del cual las ideas aqu vertidas constituyen un primer avance.Los trastornos de la personalidad no constituyen un territorio independiente en el campo de lapsicopatologa ni son superponibles de forma arbitraria o aleatoria a las restantes manifestacionessintomticas. Por el contrario, existe un continuum coherente en la mente humana, que hace que

    una personalidad especfica est necesariamente presente en cualquier fenmeno psquico,normal o patolgico.Los cuatro grandes espacios de la psicopatologa, neurosis, psicosis, depresiones y trastornos dela vinculacin social, poseen, en consecuencia, sus respectivas dimensiones de personalidadproblemtica, que, a su vez, se corresponden con otras tantas reas de disfuncionalidad relacional.De entre los cuatro, los trastornos de la vinculacin social, herederos de las antiguaspersonalidades psicopticas, son los que conforman el objeto preferente de reflexin de estaspginas, dividindose a su vez en tres grupos dotados de sustratos relacionales diferentes en las

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    familias de origen: las sociopatas (caotizaciones), los trastornos lmite (triangulaciones ydeprivaciones) y los trastornos antisociales (deprivaciones y caotizaciones).La delincuencia y el crimen, mximas y extremas expresiones de los trastornos de la vinculacinsocial, pueden ser alcanzados desde cualquiera de sus variantes, pero tambin desde lanormalidad relacional y desde la ausencia de psicopatologa, dependiendo de las circunstancias

    individuales, familiares y sociales concurrentes (Lykken, 1995).

    Como, igualmente, la infinita capacidad del ecosistema de generar recursos relacionalmentenutricios, puede convertir en resilientes a los sujetos marcados por las circunstancias msadversas, salvndolos de incurrir en stas y en otras patologas.

    (*) Captulo del libro compilado por Arturo Roizblatt "Terapia Famil iar y de Pareja". (2006).Editorial Mediterrneo, Santiago de Chile.Bibliografa*American Psychiatric Association (2000) - Diagnostic and Statistic Manual of Mental Disorders:DSM IV-TR. Washington DC.* Bateson, G. (1972) - Steps to an ecology of mind. Ballantine Books, New York.* Costello, E.J. (2003) - Can money buy mental health? Journal of the American Medical

    Association, 290, n. 15, pg. 2.023-29.* Falicov, C.J. (1998) - Latino families in therapy. The Guilford Press, New York.* Gold, S. y Bacigalupe, G. (1998) - Interpersonal and systemic theories of personality (En: D.Barone, M. Hersen y V.V. Hasselt, "Advanced Personality"). Pg. 57-79. Plenum, New York.* Gunderson, J. y cols. (2003) - Vanishing Borderline Personality Disorder. Psychiatry Interpersonaland Biological Processes. 66, n2, pg. 111-19.* Kernberg, O. (1984) - Severe Personality Disorders. Yale University Press, New Haven, Ct.* Linares, J.L. (1996) - Identidad y narrativa. La terapia familiar en la prctica clnica. Paids,Barcelona.* Linares, J.L. y Campo, C. (2000) - Tras la honorable fachada. Los trastornos depresivos desdeuna perspectiva relacional. Paids, Barcelona.* Linares, J.L., Castell, N. y Colilles, M. (2001) - La therapie familiale des psychoses commeprocessus de reconfirmation. Cahiers Critiques de Therapie Familiale et de Pratiques de Reseaux,vol. 26, pg. 61-82.* Lykken, D.T. (1995) - The antisocial personalities. L. Erlbaum Ass., Hillsdale, N.J.* Partridge, G.E. (1930) - Current conceptions of psychopathic personality. American Journal ofPsychiatry, 10, pg. 53-99.

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    * Sullivan, H. S. (1953) - The interpersonal theory of psychiatry. Norton, New York.

    LA NUEVA COMUNICACIONLA PAREJA, EN LA ENCRUCIJADA DE LA CONYUGALIDAD Y LA

    PARENTALIDAD

    Juan Lu is Linares(*)IntroduccinLos mitos de un sistema relacional son los espacios de consenso de las narrativas individuales desus miembros. Y en ellos se distinguen elementos cognitivos, emocionales ypragmticos, quetienen que ver, respectivamente, con los procesos consensuados a niveles ideativos, afectivos ycomportamentales. Los consensos ideativos estn representados principalmente por los valores ycreencias, mientras que los consensos pragmticos consisten en los rituales que a ellos seasocian. A su vez, las resonancias afectivas evocadas (y tambin consensuadas) constituyen elclima emocional.

    Los terapeutas sistmicos estn acostumbrados a trabajar con las mitologas familiares,apoyndose en ellas cuando les son tiles y esforzndose en modificarlas cuando resultandisfuncionales. En ello consiste gran parte del trabajo teraputico a realizar con las familias conmiembros sintomticos. Mientras ms graves sean los sntomas y ms disfuncional se muestre lafamilia, ms problemticos sern los procesos de consenso y ms disociadas o rigidificadas se

    presentarn las mitologas. Adems, el ciclo vital tiene una gran importancia en la definicin de lavalidez de los mitos. El mito "somos una gran familia unida" puede resultar til en la etapa de lacrianza de los nios y convertirse en un obstculo cuando stos alcanzan la adolescencia.Por su parte, la cultura puede ser definida como la mitologa del mayor sistema relacional existente:la sociedad. Y, desde este punto de vista, los mitos culturales constituyen la mxima expresin dela capacidad consensuadora de una sociedad. Todas las culturas son ricas en mitos, pero, al igualque ocurre en las familias, las sociedades ms maduras e integradas poseen mitologas msflexibles y mejor consensuadas. Las religiones, en tanto que producciones culturales, constituyenmitologas extraordinariamente complejas, que pueden ser funcionales en algunos momentoshistricos y disfuncionales en otros. As, por ejemplo, los dogmas de una religin de libro "revelado"pueden ser integradores para una sociedad colonizada o amenazada desde el exterior y, encambio, pueden resultar desintegradores para una sociedad multitnica empeada en incorporar

    armoniosamente a sus minoras.Por eso puede ser interesante recalar en la versin occidental de la pareja humana a travs dealgunos abordajes mitolgicos que le conciernen, como, por ejemplo, los correspondientes a la

    pareja fundacional, Adn y Eva.

    La conyugalidad

    http://www.redsistemica.com.ar/agenda.htm#LAhttp://www.redsistemica.com.ar/agenda.htm#LAhttp://www.redsistemica.com.ar/sumarios.htmhttp://www.redsistemica.com.ar/agenda.htm#LA
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    Es cierto que la ciencia moderna ha establecido que los primates pre-homnidos fueron losinventores de las relaciones de pareja ( ). Gracias a la bipedestracin, se desbroz el camino paraque los humanos se aproximaran al amor conyugal desde unas relaciones sexualesmorfolgicamente aptas para adoptar la revolucionaria posicin ventro-ventral. Una postura, dichosea de paso, injustamente desacreditada como laposicin del misionero, que permite, sin embargouna comunicacin mucho ms rica y, sobre todo, el inequvoco reconocimiento individualizado delpartener sexual.

    Sin embargo, son nuestrosprimeros padres, Adn y Eva, quienes mejor encarnan el rol de parejamitolgica. Ya se conoce la historia: Jehov, despus de crear a Adn, intuy que no iba a serbueno que el hombre estuviera solo, por lo que inmisit Dominus soporem in Adam et tulit una decostis eius... Es decir, que el Seor puso a dormir a Adn y le quit una costilla, con la que, acontinuacin, cre a Eva ( ).

    Helos ya en el Paraso Terrenal, pero, como es bien sabido, tampoco estn solos, sino, ms bien,en mala compaa. La relacin privilegiada de Eva con la serpiente va a crearles serios problemasa los dos miembros de la joven pareja, hasta el punto de arruinar la no menos privilegiada relacinde Adn con Jehov. Las nefastas consecuencias sern plenamente compartidas: expulsinsumaria, obligacin de trabajar e implantacin de la mortalidad.Podemos imaginar la primera conversacin de Adn y Eva fuera del Paraso. Seguramente habramuchos problemas prcticos de qu ocuparse, cantidad de cuestiones por resolver relacionadascon la supervivencia, pero, conociendo la condicin humana, esa primera conversacin debi deversar sobre la naturaleza de su relacin de pareja, es decir, la conyugalidad.

    La conyugalidad puede ser definida de diversas formas. Una remitira al amor complejo o nutricinrelacional, aplicado a la relacin entre los dos miembros de la pareja parental. Constara decomponentes cognitivos (como, por ejemplo, reconocimiento y valoracin), componentesemocionales (cario, ternura) y componentes pragmticos (deseo, sexo y gestin de la vidacotidiana, entre otros). De manera ms simple y operativa, la conyugalidad equivaldra a lacapacidad de resolver los conflictos surgidos en el mbito de la pareja.

    As que, si asumimos los fundamentos bsicos del mito, Adn y Eva debieron de redefinir suconyugalidad en las nuevas circunstancias surgidas a raz de su expulsin del paraso. Y cabeestablecer dos hiptesis sobre cmo lo hicieron: negociando armoniosamente la resolucin de losconflictos, o bien sucumbiendo al rencor y a la disarmona.

    1 Hiptesis de Conyugalidad: ArmoniosaEva.-Adn, mi amor, he metido la pata(Silencio)Eva.- Perdname, amor mo, s que lo he echado todo a perder. Esa maldita serpiente me enred,pero yo nunca deb (Llora).Adn (conmovido).- Bueno, ya est, no te agobies, tambin el viejo se ha pasado un montnTotal, una manzana

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    2 Hiptesis de Conyugalidad: DisarmnicaEva.- Bueno, y ahora qu?

    Adn.- Ahora? Eso digo yo. Ahora supongo que tu amiga la serpiente nos va a alimentar,verdad?Eva.- No, pues a lo mejor tu amiguito el viejo nos dice qu significa eso de ganarse el pan con elsudor de la frente, como l lo sabe todo

    Adn.- Sabes qu te digo? Que te vayas con la serpiente!Eva.- Y t con el viejo!(Pero, obviamente, no se van)

    Como casi no tenemos informacin fehaciente de lo que pas a continuacin, las dos hiptesis sondefendibles, porque desde las dos se puede llegar a la terrible tragedia de Can y Abel. De la cual

    sabemos algunas cosas, no muchas.

    La parentalidadSabemos que Can, el hijo mayor de Adn y Eva, se hizo agricultor y Abel, el menor, ganadero. Yque los sacrificios de Abel eran gratos a Dios, mientras que los de Can no lo eran. La intervencin,pues, de Jehov triangulando a los hermanos resulta decisiva en la desgracia de stos, como loresult en la de sus padres. Pero stos son acontecimientos influyentes en el desencadenamientode la desgracia, no en su origen y gestacin, que con seguridad remontan a muchos aos atrs,hundiendo sus races en la familia de origen, en los tiempos que siguieron a la expulsin delparaso de Adn y Eva.

    Cmo eran las personalidades de Can y de Abel? Sabemos que ambos encarnan los personajesmticos del malo y del bueno, pero qu maneras de ser se ocultaban detrs de esos estereotipos?El Gnesis nos dice que la muerte de Abel fue un crimen deliberado, el asesinato de un inocentepor un culpable, pero tenemos motivos sobrados para dudar de la ecuanimidad de una Bibliaescrita a la mayor gloria de Jehov. As pues, est justificado que especulemos sobre el perfilpsicolgico de nuestrosprimeros hermanos, para intentar comprender un acto tan terrible y que,inevitablemente, nos involucra en su condicin de inquietante antecedente.Y, a tal efecto, vale la pena reflexionar sobre cmo pudo haber sido la relacin de los chicos consus padres, porque el sentido comn dice que algo habr tenido que ver en el desarrollo de suspersonalidades. Claro que tambin se podra objetar que el verdadero progenitor fue Jehov, perono parece sa una hiptesis muy consistente. Jehov no renunciaba, desde luego, a ejercer unainfluencia determinante sobre sus criaturas, pero slo en momentos decisivos, cuando hacaalguna de sus apariciones espectaculares sin llamar a la puerta, como un abuelo todopoderosoque sabe que la casa le pertenece. El resto del tiempo prefera permanecer distante, ejerciendouna autoridad poco involucrada en la toma de decisiones cotidiana. No cabe, pues, imaginar quefuera l quien estableciera los criterios educativos de Can y Abel, ni que recomendara a quguardera llevarlos.La parentalidad define la manera como se desempean las funciones parentales, es decir, el amorcomplejo o nutricin relacional en su vertiente parento-filial. Al igual que la conyugalidad, la

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    parentalidad posee componentes cognitivos, emocionales y pragmticos, y, si los primeros y lossegundos no se diferencian mucho de los de aqulla (reconocimiento y valoracin, as como carioy ternura, respectivamente), los terceros son radicalmente distintos. En efecto, los componentespragmticos de la parentalidad consisten principalmente en la sociabilizacin, con sus dosvertientes, protectora y normativa: proteger al nio de los peligros presentes en el entorno yensearlo a respetarlo para, a su vez, ser respetado.

    Al verse obligados a abandonar el paraso, Adn y Eva se encontraron, tambin, con hijos, lo cualles exigi con toda seguridad definir su parentalidad. Dieron prioridad a la pareja? Atendieronadecuadamente a los hijos en sus necesidades relacionales? Respecto a la parentalidad denuestros "primeros padres" cabe establecer tres hiptesis.

    1 Hiptesis de Parentalidad: buena con Can y con Abel.Eva.- As que era esto lo que quera decir el viejo con aquello de creced y multiplicaos! Mira, Adn,mira que cosa tan linda, se parece a los monitos esos tan juguetones que viven ah abajo, en lacaada.

    Adn.- Anda, es verdad! Fjate cmo se agarra a tu pecho. Oye, tendremos ms, eh?

    Eva.- Bueno, duele un poco, pero vale la pena.

    2 Hiptesis de Parentalidad: mala con Can y con Abel.

    Eva.- Maldita sea, slo faltaba esto! Cuando vino el primer mocoso ya te dije que a m este rollo nome iba. Y ahora, cuando todava tengo al muy baboso colgado de los pechos, pues otra vez.

    Adn.- Pssss, calla! Si conseguimos que no se entere el viejo, apenas nazca lo podemos tirar porel barranco de las cabras(Pero el viejo, obviamente, se enter)

    3 Hiptesis de Parentalidad: mala con Can y buena con Abel.Eva.- Oh, mira, Adn, ste s que sonre, no como aquella bestia, que no ha hecho ms que gruirdesde que naci! No quiero ni acordarme. Nosotros recin expulsados, apenas con lo puesto, y lslo pensando en tragar y llorar

    Adn.- Qu guapo es! Podemos ponerle Adn.Eva.- Ay no, que con dos Adanes me armar un lo! En todo caso, un nombre que empiece por A.

    La atmsfera relacionalConyugalidad y parentalidad son las dos dimensiones relacionales ms importantes presentes entoda familia de origen. Aunque son independientes entre s, tambin es cierto que se influyen

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    mutuamente, dando, como consecuencia de sus diversas combinaciones, las atmsferasrelacionales que pueden encontrar los nios. El resultado ser de importancia decisiva para laconstruccin de la personalidad de stos.

    El Cuadro n 1 muestra las cuatro grandes modalidades combinatorias, de las cuales tresrepresentan situaciones disfuncionales: las triangulaciones, las deprivaciones y las caotizaciones.

    De entre las mltiples acepciones que posee el trmino triangulacin en la literatura sistmica ( ),proponemos aqu la que la define como la inclusin de los hijos, mediante diversas modalidades decoalicin, en los juegos relacionales disfuncionales de los padres. La parentalidad primariamenteconservada, se deteriora secundariamente ante el impacto de una conyugalidad disarmnica, queimpulsa a los padres a buscar aliados para resolver sus conflictos. Distintos tipos de triangulacinsubyacen a patologas como los trastornos neurticos o laspsicosis.Las deprivaciones han sido descritas por el autor a propsito de los trastornos de depresin mayor( ), pero tambin subyacen a las patologas borderline. Padres razonablemente bien avenidos en elplano conyugal, que fracasan en el ejercicio de las funciones parentales y acaban envueltos en uncrculo vicioso de descalificacin y rechazo de sus hijos. La pauta depresgena se compone dehiperexigencia y falta de valoracin, mientras que la pauta facilitadora de desarrollos borderline

    consiste fundamentalmente en rechazo e hiperproteccin.

    Cuadro n 1

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    Las caotizaciones son el resultado del fracaso simultneo de la conyugalidad y la parentalidad enla familia de origen, que genera condiciones basales de gran pobreza en lo que a nutricinrelacional se refiere, pero que tambin estimula al ecosistema a intervenir aportando recursoscompensadores. El caos relacional es caracterstico de las familias multiproblemticas, as comode patologas como el trastorno disocial o el trastorno antisocial de personalidad.

    Buena Parentalidad MalaParentalidad Parentalidad Malacon Cany Buena con Abel

    ConyugalidadArmoniosa

    Buena atmsferarelacional. Lasresponsabilidades dela tragedia hay quebuscarlas fuera de lafamilia nuclear.

    Hijos deprivados:Can, borderline,mata a Abel,depresivo.

    Abel es un buentipo, pero Can,deprivado yborderline, lo mataen un ataque decelos.

    Conyugalidad

    Disarmnica

    Hijos triangulados:Can, aliado de Eva,mata a Abel, aliado de

    Adn, en un episodiode descontrol.

    Hijos caotizados:los dosantisociales sepelean y Can

    mata a Abelporque es msfuerte.

    El trianguladoAbel,aliado de Eva, es elhermanoprestigioso, un poco

    neurtico. Can,caotizado yantisocial, lo mata.

    Cuadro n 2El Cuadro n 2muestra algunas correlaciones entre las hiptesis de conyugalidad y las deparentalidad, con la intencin de entender la atmsfera relacional que se vivi en el hogar de Adny Eva. Examinaremos cada combinacin, especulando sobre las repercusiones que pudieron haberejercido sobre la personalidad de Can y Abel. Y aadiremos vietas extradas de la prcticateraputica para dar corporalidad clnica al conjunto.

    1 Combinacin: Conyugalidad Armoniosa y Buena Parentalidad.Los pobres Adn y Eva consiguen capear el temporal de su expulsin del Paraso conservandouna buena relacin de pareja y un buen ejercicio de las funciones parentales. Bajo estascircunstancias, relacionalmente privilegiadas, los hermanos deberan crecer en buena armona, singraves contenciosos que amenazaran su entendimiento mutuo. Sin embargo, el ecosistema, en suinfinita complejidad, puede ejercer influencias negativas a travs de otros factores extra-familiares.Por ejemplo, Jehov podra cortocircuitar a los padres y valerse de sus recursos para triangular alos chicos, convirtiendo a uno en malo y a otro en bueno y propiciando el sacrificio de ste a manosde aqul.Luisa tiene 21 aos y vive con sus padres, Enrique y Margarita, y con su hermano Eduardo, de 23.Los padres consultan angustiados porque la relacin entre sus dos hijos es muy mala y hasta

    confiesan que, a veces, han temido que Eduardo pueda hacer verdaderamente dao a Luisa.

    Enrique y Margarita son profesionales muy ocupados, que, sobre todo ahora que sus hijos son yamayores, pasan poco tiempo en casa y viajan constantemente. Pero tienen la suerte de que Elosa,la hermana soltera de Margarita, vive en el apartamento de encima, tiene mucho tiempo libre y hamanifestado siempre una gran voluntad de ayudar.

    - "Mi hermana es una person a extraordin aria", dice Margarita, "d e una gran g enerosidad. Nos qu habra sido de nosotros sin ella y eso que bueno la pobre"Margarita duda y

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    enrojece. " Bu eno, es qu e ella tambin es tuv o en amo rada d e Enr iqu e cu ando ramo sjo ven c i ll as , y lu eg o no se le ha vuel to a conocer ni nguna par ej a ser ia. Po r es o t iene dob lemrito q ue no nos guarde rencor y n os ayude tanto ."Cuando se convoca a todos los miembros de la familia, incluida la ta Elosa, empiezan a sabersems cosas. Ella tiene una especial predileccin por su sobrina.- "Yo los qu iero a los dos igual ,pero es que Luisa es tan cariosa"- "Ser co nt igo ",la interrumpe Eduardo, " porq ue co nm igo es una arpa, y siemp re lo hasido Y eso de que quieras a los dos igual no hay quin se lo crea."Elosa est siempre atenta a los menores deseos de Luisa. (Qu coincidencia el parecido de losnombres! Verdad?) La distribucin de la casa facilita que, a travs del patio interior, se escuchetodo lo que se dice en el otro apartamento.- "So bre t od o c uand o s e alza la voz. Y sta(dice Eduardo sealando a su hermana) chi l lacomo una fur ia .Si la ta detecta que a la sobrina no le gusta la cena, al instante baja con un plato de espaguetis, sucomida favorita. Si Margarita la regaa porque tiene la habitacin desordenada, Elosa se la ordenasin llamar la atencin.

    - "Pero tambin le tr ae esp agu etis a Edu ard o!"Exclama Luisa. Y Eduardo, con la miradaperdida en el vaco y un aire infinitamente triste, aade:-S, tambin

    Enrique y Margarita han hecho lo que han podido por cuidar a sus hijos, sin dejar de llevarserazonablemente bien. Su forzado absentismo, sin embargo, ha puesto en las manos de Elosa granparte de los recursos relacionales de la familia. Y no es que sta sea la bruja prfida del cuento,

    pero su frustracin histrica como mujer y como la madre que no pudo ser, la ha impelido aapropiarse de Luisa, creando entre los hermanos una dinmica de consecuencias imprevisibles.

    2 Combinacin: Conyugalidad Armoniosa y Mala Parentalidad.Aunque como pareja resisten la crisis, la parentalidad se les hunde, al menos durante los aos enque vienen al mundo sus dos primeros hijos. El vnculo con stos se ve irremisiblemente afectado,aunque de formas distintas. Can, al que perciben como inquieto y molesto, crece bajo un patrndefinido por el rechazo y la hiperproteccin. El nio los agota, provocndoles un intenso disgusto, yle dan todo lo que est en su mano ms que nada para que no fastidie. En este contexto relacional,Can desarrolla una personalidad socialmente inestable, impulsiva, con episodios depresivos yotros de agresividad descontrolada. Abel, en cambio, es percibido por sus padres comoresponsable y tranquilo, por lo que, desde muy pronto, delegan en l funciones de ayuda en las

    tareas domsticas. El mensaje es que se es su destino, por lo que no debe esperar valoracin niagradecimiento. Sometida a tales tensiones, la personalidad de Abel se tie de depresin, lo que loconvierte en receptor natural de los raptos de violencia de Can, borderline.

    Antonio y Rosario eran una pareja feliz, con un hijo al que adoraban, cuando inesperadamente elmundo se les derrumb. En el plazo de pocas semanas los dos perdieron sus trabajos y muri lamadre de Rosario, una figura de gran ayuda en la gestin de sus asuntos domsticos. Acuciados

    por unas dificultades econmicas insuperables, debieron cambiar de vivienda, con la consiguiente

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    prdida de una parte importante de su red social. Encima, Rosario result estar embarazada ynada menos que de mellizas.El nacimiento de las nias los encontr en las peores condiciones psicolgicas imaginables,aunque, en contraste y por razones misteriosas, su relacin de pareja no se resinti y, al contrario,result ms slida que nunca. Pero, en un verdadero hundimiento de la parentalidad, la presencia

    de las nias se les haca intolerable hasta el punto de atribuirles la responsabilidad de su fracasocomo familia.

    Slo una tenue luz les permiti orientarse hacia la salida del tnel: siendo mellizas, Gemma y Marase auto-regularan como subsistema. Esta solucin vino facilitada por el hecho de que las dosnias, aunque dentro de la normalidad, resultaron ser muy diferentes.Gemma era fuerte y sana, coma y dorma bien y casi nunca se enfermaba. Mara, en cambio,siendo tambin bsicamente sana, era ms delicada en cuanto a los problemas tpicos de losnios: agarraba todas las enfermedades, daba malas noches, lloraba a menudo y rechazabacaprichosamente la comida. La solucin que encontraron los padres consisti en propiciar que lafuerte Gemma cuidara de la ms dbil Mara.

    As pues, las pautas relacionales que habran de regir las vidas de las nias se formularon deforma coherente con ese principio. Gemma deba consagrar su vida al cuidado de su hermana,ardua tarea por la que, tratndose de su destino, no haba de esperar agradecimiento o valoracin

    proporcionales a sus esfuerzos, por otra parte condenados al fracaso. En cuanto a Mara, esarenacuaja molesta y desagradable, no haba ms remedio que soportarla, dndole todos loscaprichos que estuvieran al alcance de los padres con el obvio objetivo de que no fastidiarademasiado.Ni que decir tiene que la personalidad de las gemelas se forj en consonancia con pautasrelacionales tan divergentes. Mara supo muy pronto lo que eran el fracaso escolar, el consumo detoda clase de drogas y la promiscuidad sexual. Y, por supuesto, sus padres, ya repuestos de lacrisis que acompa el nacimiento de las nias, siguieron con asombro, horror y totalincomprensin el proceso autodestructivo de su hija. Proceso que culmin trgicamente cuando, a

    los quince aos, Mara muri atropellada por un coche delante del domicilio familiar. Carmen carg toda su vida con el peso de su misin imposible. Fue seria, estudiosa y trabajadora,sufrida y responsable. Y, a los treinta y cinco aos, a raz de una grave tentativa de suicidio, fuediagnosticada de una depresin mayor que se mostr resistente a los frmacos antidepresivos.

    La deprivacin puede seguir los dos senderos por los que transcurrieron las vidas de Carmen y deTeresa. Carmen estuvo sometida a una pauta relacional de hper-exigencia y falta de valoracin,que troquel su personalidad predisponindola a la depresin (Linares y Campo, 2.000). Lasnormas sociales se transmiten con pleno xito, dando lugar al desarrollo de dinmicas hper-normativas y, en definitiva, hper-sociales. La presin para dar de s lo mximo, por encima de susposibilidades reales, gener en Carmen un enorme sentimiento de responsabilidad, mezclado conuna gran culpabilidad por no estar a la altura de las circunstancias. Pero por debajo bulla una

    intensa hostilidad, producto de la conciencia de ser injustamente tratada. El suicidio, supremaexpresin depresiva, habra aliviado las dos tensiones: auto-castigo contra la culpa y hostil legadoculpgeno para los supervivientes.

    La pauta a la que estuvo sometida Teresa combin rechazo e hper-proteccin, un cctel nadapropicio a la transmisin de las normas sociales y s, en cambio, a su desafo (Linares, 2.006). Eltrastorno lmite de personalidad que se genera en tales circunstancias, ana transgresoras

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    dinmicas hipo-normativas y tendencias hipo-sociales, expresivas de una profunda desconfianzaen las relaciones interpersonales. No perdamos de vista que, a las obvias consecuenciasdesestabilizadoras del rechazo, se unen las de una hper-proteccin que apenas oculta sucondicin de engao: el exceso de proteccin es falsa proteccin, puesto que se ejerce ms enfuncin de las necesidades de los supuestos protectores que de las de los supuestos protegidos.

    3 Combinacin: Conyugalidad Armoniosa y Parentalidad Mala con Can y Buena con Abel.Can lleg en un mal momento, cuando el trauma de la expulsin tena a sus padres contra lascuerdas. Milagrosamente indemne la pareja, la parentalidad les vino grande y el vnculo se resinti.El nio creci sintindose rechazado y malcriado, sin la menor receptividad por las normas socialesy, por tanto, candidato a un diagnstico de personalidad borderline. Por contra, Abel, nacidocuando la recuperacin de sus padres, adaptados ya a la adversidad, estaba en marcha, encontrcircunstancias mucho ms favorables y creci sano y maduro. Desgraciadamente, sus intentos pormejorar la relacin con su hermano no hacan sino aumentar la rabia de ste, arrinconadoprogresivamente en el papel de malo. Hasta que, tras uno de tantos gestos apaciguadores (porejemplo, Abel pudo haberse ofrecido a Can para ofrendar l mismo sus sacrificios), sobrevino la

    tragedia.

    Jorge naci en un momento poco oportuno. Sus padres, Andrs y Asuncin, de familiascampesinas, se haban casado apenas nueve meses antes y estaban adaptndose a laconvivencia en la casa de los abuelos paternos. No es que stos fueran mala gente, pero ya sesabe que los viejos estn llenos de manas, y ms cuando se les acaba de meter por las puertasuna nuera que no conoce las costumbres de la familia.

    Asuncin se senta como gallina en corral ajeno, y ms aun desde el nacimiento de Jorge, que, conslo su presencia, alteraba el equilibrio de la tranquila vida de sus suegros. Por eso intentabareprimir al nio y se desesperaba con l, lo cual le impeda disfrutar su maternidad. Andrs,ausente casi siempre de casa, mantena buena relacin con su esposa pero se vea incapaz demodificar la relacin con el pequeo, que tambin le irritaba por representar a sus ojos el principio

    de disarmona familiar. Jorge, por su parte, confirm los prejuicios de todos desarrollando unapersonalidad turbulenta y una inadaptacin profunda, tanto a la familia como a otros entornossociales.Dos aos ms tarde naci Vicente, el segundo hijo de la joven pareja. Para entonces Asuncinhaba definido su rol de mujer imprescindible en la familia de su marido, ganando en seguridad yen auto-estima todo lo que le haba faltado antes. Su relacin con Vicente fue serena y feliz, y elnio creci maduro y sano.

    Pero eso no disminuy las dificultades de Jorge, sino que las aument. Y tampoco hizo mucho biena la relacin entre los dos hermanos, que fue siempre tensa y fra.No siempre una mala relacin entre hermanos acaba en tragedia bblica, pero muy a menudo segenera a partir de situaciones relativamente banales como la que refleja este ejemplo. El vnculodeteriorado con un hijo por circunstancias biogrficas de sus padres que forman parte de su vidacotidiana, se resiente an ms del agravio comparativo que representa la buena relacin con otrohijo, beneficiario de una coyuntura histrica ms favorable.

    4 Combinacin: Conyugalidad Disarmnica y Buena Parentalidad.

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    La mala relacin de pareja, junto con el sincero inters de Adn y Eva por sus hijos, hizo que lospadres quisieran tenerlos como aliados. Dado el aislamiento y la inexistencia de familia extensa,los chicos tuvieron difcil resistirse a las propuestas trianguladoras. La madre, con ms recursosrelacionales y ms motivada inicialmente, capt al primero, mientras que el padre tuvo opcin conel segundo. Los dos crecieron inseguros y ansiosos en medio de continuas batallas familiares yconflictos de lealtades, aunque la alianza con Eva dio ms fuerza a Can. Ante las frecuentesausencias de Adn, Abel busc en Jehov un refuerzo de su coalicin, pero ni as consiguicontrarrestar la potencia de la de su madre y su hermano. Descontrolado ste en una ensimadiscusin, le dio un golpe a Abel con lo primero que le vino a las manos algo tan absurdo comouna quijada de asno.

    Alfredo y Roberto, de 21 y 18 aos respectivamente, haban sido siempre hermanos muy peleones,pero, en opinin de Berta, su madre, en los ltimos dos aos la situacin era alarmante y nocesaba de empeorar. Roberto, especialmente, era capaz de desarrollar una violenciadesenfrenada, sacndole cuchillos a su hermano y amenazando con matarlo. Tambin era ciertoque Alfredo, con su sangre fra, lo provocaba de forma refinada hasta sacarlo de quicio.

    Berta se haba separado de Antonio, el padre de los muchachos, haca poco ms de un ao, y, loque ella haba credo que mejorara las cosas, no haba hecho sino agravarlas. Alfredo siempre

    haba sido "su nio", mientras que Roberto se haba mantenido equidistante entre padre y madre,pero en los ltimos tiempos, la fuerza de los conflictos lo haba aproximado ms a Antonio. stedesde la separacin no levantaba cabeza, su alcoholismo haba empeorado y ahora estabaingresado en una clnica para deshabituarse, sin embargo, al parecer tena el hgado muy tocadoLa tormentosa relacin de pareja de Berta y Antonio, prcticamente desde que se conocieron,propici la triangulacin de sus hijos. Alfredo, como primognito, tuvo la oportunidad de estableceruna relacin privilegiada con su madre, a la que consolaba de las penas que le causaba suconflictiva vida conyugal. Roberto tuvo una posicin menos definida, tentado tanto de aliarse consu padre como de aproximarse al valor ms positivo que representaba su madre. Al final se inclinpor el padre, impulsado sobre todo por la rabia ante la actitud prepotente de Alfredo. Pero su padreera el caballo perdedor, y l cada vez se senta ms frustrado y furioso.

    5 Combinacin: Conyugalidad Disarmnica y Mala Parentalidad.Nuestra primera familia no fue un modelo de nutricin relacional. Las continuas peleas entre lospadres, los abandonos del hogar por parte de ambos (y eso que no tenan muchas alternativas!), yla intensa negligencia en que estaban sumidos los hijos, cre una atmsfera catica. Los niosasistan a, y a veces participaban en, los juegos sexuales de sus padres, que, sin solucin decontinuidad, solan degenerar en enfrentamientos violentos. Sistemticamente abandonados eimprevisiblemente abusados y maltratados, Can y Abel crecieron sin respeto ni apenasconocimiento de norma alguna, considerando a los otros, cuales buenos depredadores, un simplealivio ocasional de sus infinitas necesidades y carencias. La muerte de Abel fue casi aleatoria,porque Can fue ms rpido. Y Abel fue santificado a posteriori, como consecuencia de un proceso

    de idealizacin del muerto.Rosario y Carlos convivan desde, prcticamente, la adolescencia de ambos, primero en casa de lamadre de l y luego en un precario domicilio propio. Eran dos criaturas desvalidas, ella procedentede centros de acogida donde haba sido abandonada por su familia, y l obeso mrbido, jugadorcompulsivo y poco sociable.Tenan cuatro hijos, que crecan espontneamente, sometidos a todo tipo de riesgos procedentestanto de fuera como de dentro de la familia. Pronto empez a haber episodios de violencia

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    conyugal, que fueron denunciados por Vernica sin por eso interrumpir su convivencia con Carlos.Por su parte, la madre de Carlos lo instig a denunciar tambin a Vernica, continuando siempre latormentosa convivencia familiar. Los nios, con una escolaridad muy irregular, llamaron la atencinde los servicios sociales.Pero lo que motiv finalmente la retirada de los menores por parte de la organizacin de atencin a

    la infancia fue un incidente dramtico: el mayor de los nios, de 10 aos, le destroz un ojo a suhermano de 9 agredindolo con una botella de vidrio rota mientras jugaban en un parque.En el caos generado por la combinacin de una conyugalidad disarmnica y una parentalidaddeteriorada, sin que intervengan mecanismos compensatorios que aporten recursos nutriciosprocedentes del ecosistema (puesto que los servicios sociales y las instituciones de atencin almenor slo controlan en este caso), los nios crecen en cada libre. Ni tienen una vivencia slidade lo que es el amor ni, por supuesto, interiorizan las normas sociales. El resultado es lo que msse acerca a la idea del mal: el trastorno antisocial de personalidad.

    6 Combinacin: Conyugalidad Disarmnica y Parentalidad Mala con Can y Buena con Abel.Adn y Eva siempre se llevaron mal, pero su relacin con los hijos, en cambio, se modific con eltiempo. Si, cuando lleg Can, el desbordamiento y el agobio causados por la expulsin les hizoperder los papeles con el nio, algn tiempo despus Abel se encontr circunstancias msfavorables. En consecuencia, Can no fue de nadie, y la ausencia de vnculos marc su existenciacon un sesgo antisocial. Abel, por su parte, fue objeto de disputa entre Adn y Eva y termindecantndose por esta ltima. El perfil ansioso de su personalidad se ti con toques distmicos, locual no empa su condicin de hermano prestigioso pero lo hizo ms vulnerable frente a Can. Yaconocemos las consecuencias.Cuando Vernica lleg a Espaa desde su Ecuador natal, traa consigo a Lucas, un nio de 10aos producto de una relacin rota en la que el padre ni conoci al pequeo ni, probablemente,supo siquiera de su existencia. Vernica estaba tan deprimida y su parentalidad tan maltrecha que,durante varios aos, no se sinti capaz de tocar a su hijo. Algn tiempo ms tarde su situacinmejor, pero a esas alturas Lucas era ya un pequeo delincuente, capaz de cualquier cosa. Porejemplo de transportar droga entre Ecuador y Espaa con documentacin falsa, al servicio de unabanda de traficantes. Fue detenido varias veces y paso algunos aos en centros de internamiento

    para menores.Vernica, mientras tanto, estaba conviviendo con Al, un joven marroqu con el que tuvo unsegundo hijo, Ahmed. La relacin entre la latinoamericana de costumbres desprejuiciadas y elmusulmn riguroso no poda ser un modelo de estabilidad. Las peleas eran constantes, y en ellasalcanzaban extremos de violencia verbal, e incluso a veces fsica.

    Al no quera saber nada de Lucas, al que daba por perdido, pero luchaba denodadamente porAhmed, de quien quera hacer un buen musulmn. Por supuesto que eso no entraba en los planesde Vernica, que a fin de cuentas era quien se ocupaba del nio durante las largas ausencias de

    Al, y quien a la larga gan la batalla, ya que ste acab abandonndola y dejndole su aliado.

    Lucas siempre haba mirado a su hermano como a un bicho raro, pero, cuando desapareci Al, sededic a torturarlo impunemente y, ante la impotencia de Vernica, el pequeo tuvo que serhospitalizado varias veces hasta que los servicios sociales intervinieron.

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    Tambin en este caso el caos relacional juega un papel importante, aunque es a Lucas a quienafecta de forma directa. Ahmed, triangulado por sus padres, resulta vctima indirecta del caos al sersalvajemente agredido por su hermano mayor.

    Estas son las combinaciones ms verosmiles, pero tambin podra especularse con otras, comopor ejemplo:

    Conyugalidad Armoniosa y Parentalidad Buena con Can y Mala con Abel. En talcaso, habra sido el sano (Can) el que matara al borderline (Abel).

    Conyugalidad Disarmnica y Parentalidad Buena con Can y Mala con Abel.Igualmente el ms sano (un Can triangulado y neurtico) habra acabado con elantisocial (Abel).

    Conyugalidad Armoniosa cuando nace Can y Disarmnica cuando nace Abel,combinada con diversas modalidades de Parentalidad.

    Conyugalidad Disarmnica cuando nace Can y Armoniosa cuando nace Abel,combinada con diversas modalidades de Parentalidad.

    Y as sucesivamente

    ConclusionesPero, desde luego, no se trata de agotar todas las posibilidades com binatorias. Con las quehemos revisado hay ms que suficiente para ilustrar lo que es el objetivo fundamental de estasreflexiones: que, en la encrucijada de la parentalidad y la conyugalidad, all donde se genera laatmsfera relacional de la familia de origen, existen elementos para definir la futura personalidadde los hijos. Y, eventualmente, para entender algunos de los acontecimientos que puedan ejerceruna influencia decisiva sobre sus vidas.

    Al mismo tiempo, estas ideas permiten revisar el viejo concepto sistmico de equifinalidad( ) desdela ptica de la complejidad. Desde luego que se puede llegar a una misma situacin desde puntos

    de partida muy diversos, pero ni el significado relacional del final ser el mismo, ni tampoco elproceso a l conducente. No es lo mismo que la muerte de Abel a manos de Can fuera elresultado de un enfrentamiento entre psicpatas, que la agresin impulsiva de un borderline fuerade control, o que un acto de legtima defensa Aunque, en cualquier caso, haya sido presentadopor la historia oficial como el asesinato de un inocente perpetrado por un malvado. Y ya hemosvisto que detrs de cada una de esas opciones, y aun de otras muchas posibles, existe unsubstrato relacional coherente y distinto.De todas formas, como los mitos son una fuente inagotable de material relacionalmente sensible,volvamos por un momento al Gnesis para verificar que Adn y Eva tuvieron un tercer hijo, al quellamaron Set. Y que la misin de ste era sustituir a Abel, puesto que la estirpe de Can estaba encierto modo maldita. Sustituir a un hermano muerto y a otro condenado! Qu pesado fardo debide cargar el pobre Set! Y qu legado le toc transmitir a sus descendientes! Pero, evidentemente, se es tema para otra historia.

    (*) El Dr. Linares es psiquiatra y terapeuta familiar, Profesor Titular de Psiquiatra, UniversitatAutnoma de Barcelona. Director de la Unidad de Psicoterapia y de la Escuela de Terapia Familiardel Hospital de la Sta. Creu i St. Pau.

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    sbado, 12 de enero de 2013

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    AO 2010

    Julio 2010. Segunda poca - VOLUMEN I - NMERO

    Paseo por el amor y el odio: la conyugalidad desde unaperspectiva evolutiva

    Linares, Juan Luis

    Paseo por el amor y el odio:la conyugalidad desde

    una perspectiva evolutivaJUAN LUIS LINARES1[1]

    RESUMENSe propone una visin evolutiva del amor complejo de

    pareja, con sus componentes cognitivos, emocionales ypragmticos, a travs de las cuatro etapas que son elenamoramiento, el amor, y, eventualmente, el desamor y loslitigios. Tambin se describe una tipologa de pa rejas, enfuncin del cruce de dos dimensiones relacionales: laorganizacin y la mitologa. Finalmente, se sugieren algunascorrespondencias entre la tipologa y la perspectiva evolutiva.Palabras clave: amor complejo de pareja, nutricin relacional,

    1[1] Psiquiatra y psiclogo. Profesor Titular de Psiquiatra de la Universitat Autnoma de Barcelona. Director de la

    Unidad de Psicoterapia y de la Escuela de Terapia Familiar del Hospital de la Sta. Cruz y San Pablo de Barcelona

    (Espaa).

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