La minería fue una de las principales actividades económicas de la época colonial...
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Escuela Secundaria Técnica No. 14 “Gral. Domingo Arenas”
29DST0012S Tetla de la Solidaridad, Tlax.
Asignatura: __HISTORIA__ Grado: ___2°______ Grupo (s):__A,B,C,D__ Turno:_VESPERTINO_ Nombre del Docente: ___LILIANA SERRANO LICONA___ Alumno: ______________________ Tema: __LAS ACTIVIDADES ECONÓMICAS EN EL VIRREINATO.__ Bloque: __V_____
Aprendizaje esperado: Reconoce el impacto de la minerí a en el desarrollo de la Nueva Espan a.
Fecha de entrega: ___22 mayo________ Correo electrónico para enviar la actividad: [email protected]__
Instrucciones:
Lee con atención y realiza las actividades que se te solicitan. Las actividades puedes entregarlas en libreta, tomarle una foto y enviármelas ó trabajar
en office.
Las presentes actividades son la continuidad del mismo tema para concluir.
Actividades Generales:
La minería fue una de las principales actividades económicas de la época colonial en América y la explotación de las minas estuvo regulada por las autoridades reales de España. Descubre más detalles del funcionamiento de esta actividad económica leyendo el artículo “El real de minas”.
1. Ubica en un mapa las principales minas de la Nueva España.
2. Elabora una historieta sobre la forma de vida de los mineros.
3. En un organizador identificar las consecuencias de la minería.
REAL DE MINAS
Junto con la villa, la provincia, la misión y el presidio, instituciones españolas, existió en el
noroeste colonial otro importante establecimiento llamado real de minas. Se trataba
esencialmente de un distrito minero en donde las autoridades, además de ejercer las funciones
de gobierno, judiciales, fiscales y militares, debían aplicar las medidas conducentes al
incremento de la producción de metales. Las autoridades superiores habían elaborado unas
ordenanzas que los administradores del real de minas debían aplicar con firmeza y sagacidad.
Con frecuencia, el administrador era el mismo alcalde mayor de la provincia, ya que aquí se
podían obtener las mayores ventajas económicas.
El alcalde o el administrador del real de minas podía adjudicar a cualquier vecino la
propiedad de un terreno en el que hubiera descubierto una veta de metal, pero no debía
permitir el acaparamiento de minas. El denunciante conservaba la propiedad sólo si la
trabajaba, porque de interrumpir el laboreo por más de cuatro meses la mina quedaba vacante
y podía ser denunciada por otra persona. En la legislación española se establecía que el
subsuelo y sus riquezas eran propiedad del rey, quien cedía el usufructo de las minas a cambio
de la quinta parte del metal producido. Era, pues, obligación del alcalde vigilar que estuvieran
activas y que se llevaran la plata a quintar, es decir, a pagar el impuesto del real quinto a
alguna población donde hubiera una Real Caja, ya que en el noroeste no hubo una durante el
siglo XVII.
El alcalde debía facilitar la importación de los alimentos necesarios para los peones y los
animales de trabajo, asegurar el abasto de agua y de los instrumentos y materiales usados
para extraer la plata, así como posibilitar a los mineros la contratación de peones para el
pesado y peligroso trabajo en las minas. Sobre este punto, tan significativo para el
funcionamiento del real de minas, hablaremos en detalle más adelante.
Los comerciantes tenían gran importancia en el real de minas porque desempeñaban la
función de abastecer a la comunidad con todos los productos de consumo necesario. Entre
ellos hubo algunos que destacaban por el monto del capital que manejaban; eran quienes
importaban las mercancías desde la ciudad de México y de otros remotos puntos de la
Colonia. Estos comerciantes mayoristas, entre los que casi siempre se contaba el alcalde
mayor, por lo general dependían de algún almacenero de México y actuaban también como
"aviadores" o prestamistas de muchos mineros. En el siglo XVII hubo pocos mineros del noroeste con capital suficiente para trabajar por su cuenta; lo ordinario era que recurrieran al
comerciante para que les adelantara las mercancías con las que pagaban el jornal de los
trabajadores, pues en el noroeste no circulaba la moneda. Al adelantar las mercancías el
comerciante comprometía al minero para que le entregara la plata producida, misma que
remitía a México para pagar las importaciones. Así, la plata del noroeste salía rápidamente
de la región sin dejar mayores beneficios.
El real de minas apareció en el noroeste desde el siglo XVI, cuando se descubrió la mina de Las Vírgenes en la provincia de Culiacán. Posteriormente, Francisco de Ibarra fundó reales
de minas en la provincia de San Sebastián, como Pánuco, Copala, Maloya y San Marcial,
pero su bonanza fue efímera, hasta el siglo XVII cuando se descubrieron las minas importantes que ya citamos: El Rosario en 1655, Álamos en 1683, y Cosalá que fue
posiblemente el Real de las Vírgenes fundado el siglo anterior. Hubo también otros reales de
minas que no alcanzaron la celebridad de los anteriores, como Nuestra Señora de Guadalupe,
Charcas y San Bartolomé en la provincia de Copala (Guerrero), y Santa Rita y Plomosas en
la provincia de Maloya. Los reales de minas dieron a las provincias del noroeste el carácter
de región minera, y la actividad llegó a tener amplia influencia en la estructuración de la
economía regional.
Las principales minas de Nueva España fueron la de Zacatecas (1547), Pachuca (1553),
Fresnillo, Guanajuato (1558) y finalmente San Luis Potosí (1592). Estas ciudades también
recibieron gran cantidad de pobladores debido a la esperanza de muchos benjamines por
conseguir un mejor nivel de vida.
Los mineros eran explotados y cuando necesitaban comprar productos (Agua, cuerdas,
bombas, entre otros) acudían a la tienda del patrón, el salario de los mineros era deplorable
y el precio de los productos era exageradamente alto, por lo cual era muy raro que un minero
no se endeudara. Cuando alguien que tenía una deuda con el patrón moría, su deuda era
heredada a sus descendientes.