LA MEDICINA INDÍGENA DE CHIAPAS FRENTE A LA BIOPROSPECCIÓN
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La medicina indígena de Chiapas frente a la bioprospección:
Un conflicto discursivo de poder e identidad con relación a la
biopiratería y la ética en la investigación social
T E S I S QUE PARA OBTENER EL GRADO DE:
MAESTRO EN ANTROPOLOGÍA SOCIAL P R E S E N T A:
ESTEBAN ORDIANO HERNÁNDEZ
TUTOR: DR. JOSÉ ANDRÉS GARCÍA MÉNDEZ
MÉXICO, D. F. 2007
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES ANTROPOLÓGICAS FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS
2
A mi hijo Ndika’a de’e, por todo el tiempo prestado.
A mis padres Cecilia y Esteban,
que siempre están cerca de mi.
A mis abuelos y hermanos, por todo el amor y confianza.
A los dos pequeños retoños de los Ordiano,
Itandehui y Santiago.
3
Agradecimientos
La presente tesis tiene el origen de ser gracias a la participación directa e indirecta de
profesores y amigos, así como a comunidades y organizaciones indígenas que me
brindaron su confianza y amistad durante los períodos de investigación en campo y en
las aulas, y de las entrevistas realizadas con algunos de ellos, especialmente a la
OMIECH y al COMPITCH. Sin embargo, un proyecto como éste no pudo haberse
realizado sin el apoyo económico de CONACYT y de la DGEP-UNAM. Así como
también del Posgrado en Antropología del Instituto de Investigaciones Antropológicas y
de la Biblioteca que está institución alberga.
Quiero agradecer a mi tutor José Andrés García el tiempo prestado y su voluntad
para atender este trabajo de tesis que se presenta. También, quiero emitir un amplio
agradecimiento a todos aquellos que contribuyeron y esperaron la finalidad de este
trabajo: Hernán Salas, Miguel Lisbona Guillen, Carlos Viesca Treviño, Julieta Haidar,
Mario Humberto Ruz, Natividad Gutiérrez Chong, Elena Lazos y Alfredo Paulo Maya.
De igual manera, reconozco la motivación de amigos y profesores: Rafael
Alarcón Lavín, Witold Jacorzynski, Sebastián Luna†, Edgar Neve†, Pia Moya, Armando
Sanchez, Victor Manuel García, Lilia López, Elias López, Eric Flores y Silvina Csaky.
Por otro lado, agradezco a las comunidades y amigos indígenas que abrieron su
mundo y su corazón a este proyecto. A todos, ¡gracias!
† Miembro fundador de la Organización de Médicos Indígenas del Estado de Chiapas, entrañable amigo y compañero, finado en 2002. † Compañero de la maestría y de los momentos bohemios, finado el 22 de enero de 2006.
4
Índice
Prólogo
7
Introducción
10
Antecedentes
12
Planteamiento del problema
15
Objetivos
18
Hipótesis
20
Plan de exposición
21
Capítulo I. Construcción teórico-metodológica
24
Identidad y cultura
24
Ética, cultura e identidad
28
Discurso, acción comunicativa y poder
32
Estrategia metodológica
35
Métodos, técnicas e instrumentos de análisis
42
Capítulo II. Una aproximación al contexto de estudio
45
Introducción
45
La fragua histórica
46
5
Entre la geografía, la diversidad cultural y la riqueza biológica, los graves problemas de salud
50
Salud, enfermedad y muerte
62
Capítulo III. De las primeras exploraciones botánicas al desarrollo de la bioprospección en México
69
Introducción
69
El paso del tiempo en el uso de la flora mexicana
70
Biodiversidad: un espacio para la bioprospección y la biopiratería
85
Bioprospección
87
Biopiratería
96
Biocolonialismo
100
El colonialismo biopirata 102
Argumentos a favor de las empresas biotecnológicas sobre las patentes
105
La respuesta indígena
108
México y la industria biotecnológica
114
Capítulo IV. La medicina indígena en los procesos sociales y de salud en Chiapas
127
Introducción
127
Organización de salud indígena de los Altos de Chiapas
141
La importancia de la herbolaria en la medicina indígena
145
6
Capítulo V. El discurso de la controversia y debate entre el ICBG-Maya y el COMPITCH
149
Introducción
149
Antecedentes: La creación del ICBG-Maya
151
La propuesta del ICGB-Maya
158
Otros aspectos adicionales del proyecto
161
Presentación o discurso del ICBG-Maya
162
Aspectos éticos del ICBG
170
La invitación a la OMIECH
172
La construcción del discurso OMIECH/COMPITCH
173
Correspondencia
181
Concordia sin confianza
192
Situación dada en el 2000
195
Análisis del conflicto
201
Capítulo VI. Conclusiones generales Ética, antropología y biodiversidad
209
Puntualizando
211
a) La subversión antropológica para el nuevo siglo
214
b) Antropología y ética
216
Referencias bibliográficas y documentos citados
218
7
Prólogo
El trabajo de tesis que aquí se presenta versa sobre la bioprospección1 y la biopiratería,2
dos temas íntimamente relacionados con la biodiversidad3 del planeta y el conocimiento
que de ésta han desarrollado las distintas sociedades que la han habitado a través de
generaciones. Observamos, que para las últimas décadas existe un interés crucial por la
conservación y gestión de los recursos vivos del planeta con relación al progreso de la
biotecnología.4 Lo anterior, se entiende al considerar que la diversidad biológica
representa para muchos países desarrollados una gigantesca reserva de “oro verde” que
en su mayor parte está inexplorada. Además, es la materia prima de los programas de
investigación y desarrollo de gran parte de los proyectos biotecnológicos.
Sin embargo, esa materia prima se localiza principalmente en los países menos
desarrollados, por lo mismo, sus áreas de biodiversidad se vuelven zonas vulnerables
ante la avalancha bioprospectora de los intereses de la biotecnología. Ello ha obligado, a
los habitantes de esos lugares a demandar a la comunidad internacional el respeto por
1 Bioprospección, actividad de un sujeto o sujetos que realizan una exploración, extracción e investigación de la diversidad biológica y el conocimiento local de un grupo cultural en busca de recursos genéticos y bioquímicos valiosos para la ciencia y la tecnología. 2 Biopiratería, término que se refiere al saqueo y apropiación de los recursos bióticos y el conocimiento tradicional sobre éstos por parte de particulares o empresas. 3 Se entiende la diversidad biológica, artículo 2 de la Convención sobre Diversidad Biológica de Río, como la variabilidad de organismos vivos de cualquier fuente, incluidos, Inter alia, los ecosistemas terrestres y marinos y otros ecosistemas acuáticos y los complejos ecológicos de que forman parte; comprende la diversidad dentro de cada especie, entre las especies y de los ecosistemas (Escobar, 1997:12). 4 Por Biotecnología se entiende: toda aplicación tecnológica que utilice sistemas biológicos y organismos vivos o sus derivados para la creación o modificación de productos o procesos para usos específicos (Convenio de la Diversidad Biológica, 1992).
8
sus recursos bióticos y del conocimiento que han desarrollado de éstos. Esto se debe, a
que no pueden ser tratados sólo como meros productores e informadores sobre el uso
que le dan a la biodiversidad, mientras que por la otra parte un particular o consorcio se
beneficia del material y la información obtenida a través de la patente del producto. Por
lo mismo, es importante hablar de la ética como justicia social al considerar que las
sociedades afectadas por la biopiratería deben ser recompensadas y respetadas de un
modo más justo ante los intereses globales por la conservación y disponibilidad de la
biota para la humanidad.
Si bien, los estudios en biodiversidad han tomado importancia y fuerza en estas
últimas décadas, fue el naturalista Edward O. Wilson (1975) quien acuño el neologismo
a partir del término diversidad biológica.
En México, las ideas y concepciones más antiguas sobre la biota se encuentran
en diferentes mitos, leyendas, códices y restos paleobotánicos que datan desde la
antigüedad prehispánica hasta nuestros días. Esto también lo señalan los primeros
cronistas, soldados y religiosos que llegaron a las Indias Occidentales, tales como
Hernández de Oviedo, d’Anghiera, Sahagún, Francisco Hernández y muchos otros más,
al considerar en sus escritos descripciones sobre la biota que encontraron, muy distinta a
la del mundo conocido. En sus crónicas destacan la importancia prestada a las especies
botánicas del nuevo continente, la cual estuvo centrada en el uso de plantas medicinales.
Pero es más tarde, en el siglo XIX, cuando surge la farmacología, ciencia
dedicada al estudio de los medicamentos y, con ella, la producción industrial de
extractos, píldoras, pomadas y pastillas para el consumo de los habitantes de las
9
ciudades. Por lo que la botánica, señala Lozoya, se convirtió en un establecimiento
obligado de modernidad citadina y la ocupación de farmacéutico en una profesión
importante y lucrativa (Lozoya, 1999:37). Consiguiendo con ello, incrementar más el
interés por la biota medicinal ya conocida y por conocer en el planeta.
Mientras eso pasaba en otras partes del mundo, en México, por el contrario para
la primera mitad del siglo XX la investigación de plantas medicinales decayó
notablemente (Lozoya, 1991:44).5 Pero para la mayor parte de las industrias en
occidente, el desarrollo de nuevos medicamentos significó emplear los procedimientos
de la síntesis química, con los cuales nació la industria químico-farmacéutica. Con todo
esto, señala Evans, todavía no se han valorado plenamente los beneficios que podrían
obtenerse del uso correcto de los principios activos de la flora medicinal para aliviar los
padecimientos humanos (Evans, 2000:9).
No obstante, los esfuerzos actuales en el desarrollo tecnológico han dado paso a
nuevas metodologías y procedimientos, modificando sustancialmente el estudio de la
herbolaria. Así como también, han permitido visualizar el papel de los nuevos
medicamentos preparados a base de plantas, con lo que también, podemos hacer una
lectura poscapitalista de la flora medicinal mexicana.
5 Señala Xavier Lozoya que durante este proceso influyeron, por una parte, el desmantelamiento del Instituto Médico Nacional, consumado después de concluida la fase armada de la Revolución y, por la otra, el desinterés de los gobiernos revolucionarios en el desarrollo de los recursos medicinales nacionales, que las industrias extranjeras de fármacos aprovecharon en su beneficio (Lozoya, 1991:44).
10
Introducción
El tema de tesis que nos incumbe analizar, se relaciona con el acceso que tiene la
industria farmacéutica al uso, investigación y explotación de la biodiversidad de áreas
biogeográficas específicas de México. Para ello, consideramos importante puntualizar
que dicha industria se ha valido de los conocimientos locales sobre el uso y manejo de la
biodiversidad que han desarrollado los distintos pueblos indígenas. Precisamente, porque
a través del cúmulo de información que poseen los grupos indígenas sobre los recursos
bióticos la industria farmacéutica logra ahorrar tiempo, dinero y esfuerzos muy
considerables durante el proceso de investigación de un área biogeográfica en
particular.6
Por otra parte, destacamos que la industria farmacéutica tiene una influencia
directa en la persistencia del modelo médico dominante, que induce a la utilización
progresiva y con cada vez mayor dependencia de los fármacos, sin desarrollar todos
aquellos aspectos de la vida cotidiana que impiden llegar a estadios tan avanzados de las
diferentes enfermedades. Al respecto dice Crevenna:
Nadie niega con esto, la importancia que los medicamentos han tenido para mitigar, paliar y
a veces curar, muchísimas enfermedades, pero de lo que se trata es de convertirlos en una
ayuda eficaz y constante en la lucha contra las enfermedades [...]. Lo que es necesario [...] es
6 Al respecto consultar Khor, Martin. El saqueo del conocimiento. Ed. Icaria/Intermón Oxfam, Barcelona, 2003., y Shiva, Vandana. Biopiratería. El saqueo de la naturaleza y del conocimiento, Icaria/Antrazyt, Barcelona, 2001.
11
buscar las formas efectivas para elevar las condiciones generales de vida de la población,
entre las cuales se debe incluir el acceso y obtención del servicio médico y medicamentos
gratuitos como un derecho efectivo de toda población (Crevenna, 1983:8).
De ahí, consideramos que no se trata de ponerle precio a la salud como una
dinámica mercantilista de la biodiversidad en beneficio de unos cuantos, de lo que se
trata es de generar un proyecto ético de justicia social comprometido con la población,
no sólo en lo económico sino que también en lo socio-cultural, apoyado en la libre
autodeterminación informada de los pueblos.
A este respecto, el caso de estudio que presentamos, surgió en 1998, en San
Cristóbal de Las Casas, Chiapas. Y el tema general de la tesis está en el título, La
medicina indígena de Chiapas frente a la bioprospección: Un conflicto discursivo de
poder e identidad con relación a la biopiratería y la ética en la investigación social.
La investigación tiene como principal intención; describir, seleccionar,
interpretar y analizar un caso relacionado con la investigación y el acceso a la
biodiversidad en el estado de Chiapas. En dicho caso, se vieron confrontados centros
nacionales y extranjeros de investigación contra un fuerte grupo de médicos indígenas
tradicionales y otros organismos no gubernamentales.
Durante el proceso del conflicto, cada una de las parte actuó conforme a sus
intereses. Por lo mismo, los aportes que un estudio tan singular como éste hacen al
campo de la antropología, son principalmente de carácter orientativo en justicia social
como modelo de acción ética para la investigación que relaciona sociedad, saber local e
institución profesional en el contexto de la dinámica global.
12
Antecedentes
El caso de estudio, es la controversia que sostuvieron el Consejo de Organizaciones de
Médicos y Parteras Indígenas Tradicionales de Chiapas (conocida pos sus siglas,
COMPITCH)7 y el proyecto del International Cooperative Biodiversity Group-Maya (en
adelante, ICBG-Maya)8 denominado “Investigación farmacéutica y uso sustentable del
conocimiento etnobotánico y biodiversidad en la región Maya de los Altos de Chiapas”.
La controversia entre estos dos grupos se desarrolla de la siguiente forma: En enero de
1998, una sección encargada de promover el proyecto del ICBG-Maya acudió a las
instalaciones de la Organización de Médicos Indígenas del Estado de Chiapas
(OMIECH),9 una organización integrante del COMPITCH, para presentar el proyecto e
invitarlos a formar parte del mismo. En un primer momento, las partes concordaron en
que la legislación existente en el país es limitada para impulsar este tipo de proyectos,
por lo que acordaron trabajar en el tema para superar el obstáculo.
7 En ese momento el COMPITCH estaba constituido por 11 organizaciones:
1. Organización de Médicos Indígenas del Estado de Chiapas, A. C. 2. Organización de Terapeutas Indígenas Tzeltales, A. C. 3. Organización de Médicos Tradicionales de la Sierra 4. Organización de Parteras Tradicionales del Norte de Chiapas, A. C. 5. Organización de Parteras Tradicionales Mayas de Chiapas, A. C. 6. Organización de Médicos Tradicionales de Ocotepec, A. C. 7. Organización de Médicos Indígenas de Simojovel, A. C. 8. Organización de Médicos Tradicionales Tojolabales, A. C. 9. Organización de Médicos Tradicionales de Ocozocoautla 10. Organización de Médicos Tradicionales de Tila 11. Organización de Médicos Tradicionales de San Juan Cancuc
8 Grupo de Cooperación Internacional para la Biodiversidad de la región Maya. 9 La OMIECH es la precursora de las organizaciones de médicos indígenas de su tipo y es considerada la más grande a nivel nacional, también ha servido como modelo para otros países de Centro América. Más adelante se hablará de ella.
13
Este primer acuerdo verbal, tomado entre la OMIECH y los promotores del ICBG-
Maya, inesperadamente cambió de dirección debido a que los responsables del proyecto
no respetaron el acuerdo que sus compañeros hicieron a la OMIECH. Esto mismo, produjo
la reacción de la organización que fue respaldada por el COMPITCH, dando lugar con ello
a una segunda fase de la controversia donde se generó una discusión por
correspondencia entre las partes. Y posteriormente, se llega a la fractura de la relación
de confianza que en un principio habían mantenido.
Al no haber un entendimiento verbal, se generó una tercera fase, la discusión a
nivel público, donde cada parte argumentó la visión sobre el proyecto (a favor y en
contra). La incidencia del caso, obligo a las autoridades federales competentes a
intervenir para mediar el problema entre las partes involucradas. Al no haber un clima de
conformidad entre las partes disidentes, se inició una cuarta etapa, la presión legal y
política a nivel local, estatal y nacional a través de distintos medios y espacios de
comunicación. En esta fase, se observa la participación más abierta de actores políticos,
organismos no gubernamentales (ONGs), instituciones académicas y medios de
comunicación interesados en la controversia.
Ahora bien, la invitación hecha a la OMIECH para participar en el proyecto del
ICBG-Maya se convirtió en un amplio debate sobre la legalidad y la ética del mismo.
Principalmente, porque se sospechó sobre una posible acción desleal que explotaría el
conocimiento local y las plantas medicinales de Chiapas, por lo mismo, el proyecto fue
14
considerado, por la parte del COMPITCH, como un proyecto biopirata.10 Mientras tanto, la
parte del ICBG-Maya aseguraba todo lo contrario, es decir, hablaban de las intenciones
benéficas del proyecto para el desarrollo de las comunidades indígenas.
De ahí, el interés por desarrollar un estudio de caso, el lugar geográfico es la
ciudad de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas. La relevancia de este estudio es
destacable debido a que la controversia propició y fortaleció el movimiento de los
médicos indígenas del estado de Chiapas, reorientando muchos de sus objetivos frente a
las políticas globales de acceso y uso de la biodiversidad. Por lo mismo, el estudio de
este caso nos permite observar y comprender los procesos de reorganización
socioculturales en el ámbito de lo local con proyección a los intereses de lo global.
Pero también, un estudio con estas características nos permite proponer o
considerar nuevas rutas de reflexión en ética profesional y aplicada, para la relación
entre bioprospección y la sociedad que contribuye con sus recursos y los conocimientos
sobre estos. La ética, como disciplina filosófica nos permite acercarnos a la praxis de la
acción social para guiar un proyecto de justicia, reconocimiento y respeto a la
autodeterminación cultural en antropología social y ecológica, etnobotánica y
bioprospección. Es decir, buscamos un acercamiento al análisis de casos concretos para
su posible solución mediada a través del entendimiento ético, partiendo del principio de
beneficencia y no maleficencia, justicia y autonomía.
10 Biopiratería, término que se refiere al saqueo y apropiación de los recursos bióticos y el conocimiento tradicional sobre éstos por parte de particulares o empresas que pretenden una utilidad medicinal o biotecnológica.
15
Planteamiento del problema
La medicina indígena tradicional de Chiapas es un sistema integral y holístico de
conocimientos médicos y terapéuticos, como más adelante se verá. Su práctica se
desenvuelve en distintos y complejos contextos biogeográficos y socioculturales, esto
logra enriquecer más el cúmulo de conocimientos que los terapeutas tradicionales
poseen con el paso del tiempo entre la interacción e intercambio con sus vecinos.
Además, la amplia extensión de tierra con la que cuenta el estado de Chiapas es
rica en biodiversidad, por lo mismo, los conocimientos que los indígenas poseen sobre
ésta son de amplio interés para la investigación etnobotánica y biotecnológica.
Principalmente, porque contribuyen de manera importante al ahorro de tiempo y dinero
en el desarrollo de algún producto útil para la humanidad.11 No obstante, los aportes y
materia prima obtenidos de esas sociedades no son del todo reconocidos y
recompensados de manera justa y responsable. Por lo que las acciones de
bioprospección, en términos generales, se vuelven acciones biopiratas, es decir, actos
desleales de saqueo y apropiación de conocimientos y recursos bióticos.
Lo anterior, se resiente más al observar la falta de responsabilidad ética12 de estos
proyectos ante el rezago y carencias que tienen las sociedades indígenas del estado.
Principalmente porque estos proyectos no se involucran directamente en las carencias 11 Como iremos detallando, el conocimiento adquirido por las sociedades indígenas a lo largo de generaciones y en muchos casos concentrada en especialistas tradicionales de la salud, son una biblioteca viviente y muy útil para la investigación etnobotánica y la industria biotecnológica. 12 En este sentido, hablar de responsabilidad ética es hacer referencia al compromiso deontológico social de quienes impulsan y financian el proyecto. La praxis moral de estos sujetos se vuelve acción valorativa para el dialogo intercultural.
16
sanitarias y productivas de los grupos sociales, debido a que no es el interés que les
mueve como proyecto tecnocientífico.13 De ahí, que la controversia sostenida entre el
COMPITCH y el ICBG-Maya, desde nuestra perspectiva, sea un reflejo del ejercicio de
poder de la biopiratería global, que afecta y erosiona la diversidad biológica y cultural de
los pueblos.14
Por otro lado, el contexto de resistencia indígena que vive el estado a partir del
surgimiento del conflicto armado de 1994, y de dialogo político entre el gobierno federal
y el ejercito zapatista, ha generado y fortalecido los distintos lazos de identidad y
organización de gran parte de los indígenas de Chiapas. Por lo mismo, el impulso del
proyecto de bioprospección del ICBG-Maya se vio confrontado desde distintos ángulos
sociales, políticos y académicos. “Nunca más un México sin nosotros” versa el discurso
que asume la pluralidad indígena en la actual estructura del Estado Nación Mexicano.15
Además, este clima de inconformidad y desconfianza de la sociedad indígena de
Chiapas tiene una profunda raíz histórica que puede ser consultada desde distintos
ángulos historiográficos, sin embargo, nuestra visión esta guiada por la ruta de la
etnohistoria, es decir, un puente entre la etnografía y la profundidad histórica con el
análisis antropológico o, en otras palabras, observamos el cambio en proceso no sólo de
13 Se observa que los distintos proyectos aplicados en otros países no han dejado mucho o casi es nulo el beneficio directo a las sociedades que contribuyen con su conocimiento, Capítulo III. 14 No es casual que se desconfié de un proyecto con características similares a otros impulsados en Centro América y Sudamérica, donde se observan daños irreversibles a las áreas ecológicas. 15 El movimiento indígena zapatista del sureste mexicano, entre sus logros está el hecho de que el mundo volteara a ver qué es lo qué pasaba en esa zona olvidada por la historia, por lo mismo llegan organismos internacionales a observar y denunciar el clima de violencia y maltrato de los indígenas, así como también ser promotores y canales de comunicación entre el mundo indígena y la sociedad global.
17
lo que ha sucedido, sino de como esos acontecimientos se han reformulado para
entender el fenómeno actual que se está estudiando.16
Ahora bien, el análisis que hacemos del fenómeno bajo estudio se centra en la
discusión dada, principalmente en los discursos de cada una de las partes en conflicto.
De igual manera, nos centramos en la lucha de intereses y la reflexión ética.17
Principalmente, porque consideramos preciso configurar el cómo y cuándo se desarrolla
la controversia para ubicar los momentos claves del fenómeno, así como también
establecemos cuáles son los momentos más intensos de la controversia y, por último,
observamos la forma de cómo se dio el desenlace de la misma.
De lo planteado anteriormente, consideramos las siguientes interrogantes que
funcionarán como nuestra guías del trabajo a desarrollar, no obstante, todo
cuestionamiento es sutil de ser reconsiderado, esto observando la complejidad de las
circunstancias donde se generó el caso de estudio: ¿Cuáles fueron las condiciones de
producción, circulación y recepción de los discursos que se emplearon en el conflicto; es
decir, los argumentos a favor y en contra del proyecto por cada una de las partes? ¿Qué
papel jugaron los medios de comunicación durante el desarrollo de la controversia? y
¿Cómo quedo estructurado el discurso local sobre el acceso a la biodiversidad y la lucha
contra la biopiratería?
16 Cabe señalar, que al hablar de etnohistoria hacemos referencia a nuestra formación profesional en dicha disciplina antropológica. 17 Plantear una reflexión ética es hacer uso de un cúmulo de conocimientos especializados en filosofía moral, por lo mismo, nuestra contribución se verá limitada a la aproximación de esta disciplina filosófica.
18
Objetivos
El objetivo general de esta tesis es hacer un análisis de la información generada durante
la controversia entre el COMPITCH y el ICBG-Maya. Principalmente de los discursos
generados por ambas partes donde observamos, por un lado, la posición del ICBG-Maya,
quien considera que la conservación de la biodiversidad puede mantenerse de manera
científica y en cooperación con las comunidades indígenas, haciendo uso de alternativas
económicas en forma sostenible. Esto anterior, lo lograrían a través de posibles
proyectos integrados de producción y conservación, así como de un pretendido
desarrollo administrado por un grupo imparcial y representativo. No obstante, la
producción estaría administrada por las partes con interés biotecnológico y su
rentabilidad resguardada por estrictos derechos de propiedad intelectual, tales como las
patentes, sin garantizar beneficios económicos directos para las comunidades indígenas
participantes.
Por lo mismo, en la contraparte, se argumenta que este tipo de propuestas forman
parte de un proceso “bioimperialista” dirigido por los países del Norte o del Primer
Mundo, con el fin de lograr la privatización de la naturaleza para beneficio de los
habitantes del Norte y el despojo a las comunidades locales de sus recursos ancestrales.
Además, también están en juego los conocimientos sobre la biodiversidad que las
sociedades han generado a lo largo de los tiempos, ya que, con las patentes, se logra
despojar un saber local tradicional para formar parte de un particular o consorcio.
19
De tal forma que la biodiversidad es vista, por un lado, desde el capital y la
ciencia; y por el otro, desde la autonomía cultural y la justicia social. Además, ambos
discursos involucran el papel de los derechos de autor y de propiedad intelectual sobre
los recursos bióticos y el conocimiento local de éstos. Por consiguiente, el carácter final
pretendido de nuestro objetivo es encontrar, desde la reflexión ética, un dialogo y
acuerdo entre los discursos de las partes en controversia y de la responsabilidad humana
que tenemos hacia la biodiversidad.
De ahí, consideremos los siguientes objetivos particulares a fin de contextualizar
el caso de estudio:
a. Documentar los orígenes del interés por la biota mexicana;
b. Conocer las condiciones biogeográficas, socioculturales, políticas, económicas y
de salud del estado de Chiapas;
c. Exponer la importancia de la medicina indígena tradicional en el estado y cómo
se encuentra organizada;
d. Referir el papel de la industria farmacéutica nacional y trasnacional;
e. Describir y analizar los discursos de la controversia entre COMPITCH y el
proyecto del ICBG-Maya;
f. Argumentar desde la reflexión ética un proceso de dialogo en busca del bien
social entre las partes involucradas y el papel de la biodiversidad en el contexto
global.
20
Hipótesis
En este trabajo de tesis sobre discurso, poder e identidad con relación a la biopiratería y
la ética como justicia social en el contexto de la globalización y lo local, queremos
considerar lo siguiente:
a. Los procesos actuales de apropiación y reelaboración, en los discursos indígenas
frente a los contextos políticos, económicos y sociales en México, se deben
primordialmente a una estrategia de resistencia. Siendo ésta, síntesis de la
profundidad histórica y del largo devenir de sojuzgamiento, hambre, miseria,
explotación y muerte, que en el estado de Chiapas han vivido o viven la mayor
parte de los grupos indígenas.
b. Los movimientos sociales indígenas que se han manifestado contra las políticas
globales que les afectan formulan y adaptan discursos que demandan el creciente
papel de explotación irracional que las trasnacionales están jugando en nuestro
país. Esos discursos, sin embargo, también están sustentados en una política
global de oposición que reflexiona entorno a los esfuerzos de los hombres por
ejercer influencia sobre los otros hombres.
c. Los discursos de propiedad intelectual que han generado las políticas
internacionales han contribuido a que la sociedad indígena se movilice y adopte
discursos que le permitan proteger el conocimiento local que han desarrollado al
interior de sus pueblos. Además, estas dinámicas están produciendo lentos pero
significantes cambios dentro de las instituciones de investigación al considerar
21
que las comunidades estudiadas deben estar consideradas en un marco legal y
con el compromiso ético del investigador, debido, a que por derecho, la sociedad
de estudio debe participar en el trabajo de investigación para evitar la
apropiación intelectual, biológica o material particular de dicha fuente.
d. Las nuevas formas de organización y resistencia discursiva que desarrollan
algunos grupos indígenas, se enmarcan: por un lado, en la creciente importancia
por la acción comunicativa para un mayor entendimiento social; y por otro, la
moderación ética para un desarrollo más responsable de la investigación social
frente a la sociedad estudiada.
Plan de exposición
El plan de exposición del estudio realizado es de la siguiente manera. En la parte
introductoria se expone el origen del tema, así como su justificación y el planteamiento
del problema. Posteriormente se habla del objetivo general y sus particulares estos
últimos nos conducen a considerar cuatro hipótesis en la investigación. De igual manera,
se hace una primera descripción general del caso de estudio.
En el Capítulo I, titulado Construcción teórico-metodológica, se esclarecen los
principales conceptos de la investigación, así como el marco teórico, la metodología y
las técnicas de análisis utilizadas durante el desarrollo de esta tesis.
22
El Capítulo II, Una aproximación al contexto de estudio, describe de forma
general el área biogeográfica de estudio, sus principales condiciones socio-económicas,
de salud y demografía, así como infraestructura, condición política y religiosa. Además,
en esta descripción intentamos proporcionar mayor peso a las deficiencias en el área de
la salud y la condición marginal de gran parte de la población indígena en particular, así
como de los principales recursos bióticos que son usados por ellos para subsistir frente a
los graves problemas que el Estado ha impuesto a su realidad social como indígenas.
El Capítulo III, es titulado De las primeras exploraciones botánicas al desarrollo
de la bioprospección en México, y tiene como objetivo mostrar cómo se ha ido
transformando el interés por la biota mexicana y sus aportes a la industria
biotecnológica. Igualmente se exponen de forma general las consecuencias que se
presentan con la bioprospección en el campo político, económico, científico y social.
Posteriormente tenemos el Capítulo IV, La medicina indígena en los procesos
sociales y de salud en Chiapas, en él se exponen los rasgos y características de la
medicina denominada tradicional de los pueblos indígenas de Chiapas. También,
hablamos de la importancia de la herbolaria en el ámbito local y de su papel como
recurso industrial para las farmacéuticas trasnacionales.
A continuación, el Capítulo V, El discurso de la controversia y debate entre el
ICBG-Maya y el COMPITCH, donde se describe cómo se desarrolló el caso de estudio, las
características argumentativas de cada grupo, la intervención de organismos sociales y
medios de comunicación. Todo lo anterior para desarrollar el análisis de la controversia
desde la perspectiva expuesta en la construcción teórica-metodológica.
23
Por último, el Capítulo VI, Conclusiones generales: Ética, antropología y
biodiversidad, en el cual se dan las reflexiones finales sobre el tema y puntualizando
algunos aspectos, acentuando la orientación ética en la investigación social para un trato
más humano y de justicia social con la sociedad de estudio.
24
Capítulo I
Construcción teórico-metodológica
Identidad y cultura
Hablar de la identidad es referirse al yo y al otro, a nosotros y a los otros. Para
Giménez, la identidad es un concepto y manifestación cultural que puede ser analizada y
definida desde diversos puntos de vista teóricos. Por lo tanto, “la identidad y sus
diferentes dimensiones presuponen una continuidad de las relaciones sociales en la vida
del individuo; es decir, un mundo común que el individuo comparte, no solo con sus
interlocutores próximos en las redes de sociabilidad cotidiana, sino también con otros
individuos más lejanos, desconocidos y anónimos que forman la estructura
condicionante del mundo social” (Giménez, 1996:18).
En este sentido, podemos considerar que la identidad es multifacética y se debe a
los distintos roles que un sujeto social asume. Depende también la conveniencia y de las
circunstancias lo que conlleva a que un individuo se asuma con una identidad
determinada, es decir, se puede negociar con la identidad bajo el discurso y la aceptación
de asumirse así mismo en el rol que se predispone a adoptar.
A este respecto, nos dice el modelo de Goffman que “la identidad no es única,
sino múltiple, además se trata de una identidad “negociada” de contornos cambiantes,
que resulta de una especie de transacción por la que el individuo siempre está dispuesto
a reajustar su identidad a cambio de la credibilidad y de la aceptación social, así la
25
identidad es producto o efecto de la dramaturgia social y no su causa” (Goffman en
Giménez, 1996:18).
Con lo dicho anteriormente por Goffman, podemos decir, que la identidad social
es una forma de mascara social que cambia dependiendo las condiciones e intereses de
los sujetos. Aún más, Bartolomé dice que la identidad es un concepto polisémico que
alude a fenómenos múltiples, ya que no hay un ser sino formas del ser. Con esta
afirmación, éste descarta que la identidad sea una esencia, pues ésta es más un
“fenómeno procesual y cambiante, históricamente ligado a contextos específicos”
(Bartolomé, 1997:43).
Por lo mismo, dice Giménez, las identidades sociales siempre se pueden
caracterizar a través de rasgos externos, más concretos y específicos: los diversos tipos
de etnias. Además, la identidad es el conjunto de repertorios culturales interiorizados,
representaciones, valores o símbolos, a través de los cuales los individuos o grupos
demarcan sus fronteras (Giménez, 2001:53). Porque es en la comunidad étnica donde se
determinada la tradición, la moralidad, los usos y las costumbres, así como la sangre, el
dialecto o la lengua, la experiencia histórica y el contorno natural.
Con relación al término de cultura, Giménez habla acerca de la polivalencia
semántica del mismo en tanto que existe una diversidad de significados. Y retoma las
definiciones que han hecho Geertz y Bourdieu para proponer su propio concepto de
cultura:
26
La cultura es un proceso de interrelación dinámica de códigos o sistemas de reglas, ideología
y concepción del mundo, sistema cognitivo y evaluativo, modelo de percepción, de
valoración y de acción (Bourdieu) y de un sistema modelante secundario susceptible de
tipologización. Todos estos aspectos corresponden a distintos momentos analíticamente
separables del proceso de significación (Giménez, 1996).
Partiendo de su definición de cultura, Giménez explica cómo es que se forman
las identidades y alteridades:
La cultura es un proceso incesante de actualización de significados sociales incorporados en
los individuos en forma de habitus que, a su vez, resultan de la internalización de un capital
simbólico materializado en las instituciones o conservado como “tradición” dentro de las
redes de sociabilidad a nivel de vida cotidiana (Giménez, 1996:40).
El autor también señala que la cultura se basa en el valor diferencial de los
signos. Es decir, “es la cultura la responsable de clasificar, catalogar, categorizar,
denominar, nombrar, distribuir y ordenar la realidad desde el punto de vista de un
“nosotros” relativamente homogéneo que se contrapone a los “otros””(Giménez,
1996:41). En este sentido, la identidad social se define y se afirma en la diferencia. Pero
entre identidad y alteridad existe una relación de presuposición recíproca:
Ego sólo es definible por oposición a alter y las fronteras de un nosotros se delimitan siempre
por referencia a ellos, a los demás, a los extraños, a los extranjeros (Giménez, 1996:41).
Con esto anterior, Giménez deriva su concepto de identidad:
La identidad es la percepción colectiva de un “nosotros” relativamente homogéneo por
oposición a los “otros”, en función del reconocimiento de características, marcas y rasgos
compartidos (que funcionan como signos o emblemas que permiten afirmar la diferencia y
acentuar los contrastes), así como de una memoria colectiva común (Giménez, 1996:41).
27
Con lo dicho arriba, Giménez quiere decir que la identidad constituye un hecho
simbólico construido en y por el discurso común, porque sólo puede ser efecto de
representaciones y creencias (social e históricamente condicionadas), y supone un
percibirse y ser percibido que existen fundamentalmente en virtud del reconocimiento de
los otros, de una mirada exterior. Poseer una determinada identidad implica conocerse y
reconocerse como tal y simultáneamente darse a conocer y hacerse conocer como un tal
(Giménez, 1996:41). Es decir:
Las identidades sociales sólo cobran sentido dentro de un contexto de luchas pasadas y
presentes (en la vida cotidiana, en el discurso social común y a nivel colectivo, en forma
organizada, como ocurre en los movimientos de reivindicación regional, étnica, de clase o
grupo) (Giménez, 1996:42).
En resumen, —y siguiendo a Giménez— la cultura considerada como hecho
simbólico se define como una configuración específica de reglas, normas y significados
sociales constitutivos de identidades y alteridades, objetivados en forma de habitus,
conservados y reconstituidos a través del tiempo en forma de memoria colectiva,
actualizados en forma de prácticas simbólicas, y dinamizados por la estructura de clases
y las relaciones de poder (Giménez, 1997:51). En otras palabras, cultura puede
entenderse desde el desarrollo de la personalidad de los miembros de un pueblo, es
decir, mediante la participación en el desarrollo del mismo según los diversos sectores
particulares de la vida.
28
Ética, cultura e identidad
El concepto de ética18 en la humanidad ha oscilado en el transcurso de la historia al
compás de las concepciones generales de la vida y que han prevalecido en cada época,
en cada localidad y en cada cultura. De ahí que la moral no haya sido uniforme y única
a través del tiempo y del espacio, y que a un mismo tiempo hayan regido morales
distintas en diversos lugares del planeta, y que en un mismo lugar haya variado la moral
de acuerdo con la concepción de las distintas épocas.
Entendemos por Ética, siguiendo la caracterización presentada por Aristóteles en
el Libro VI de la Ética a Nicómaco, un «saber de lo práctico» (Aristóteles, 2000). De
18 “Ética no es lo mismo que moralidad, sino la reflexión sobre la moralidad, reflexión que busca normas, las cuales están ya siempre vividas antes de que se reflexione sobre ellas. Ética es una teoría de la praxis.” (Hengstenberg, H. E., Grundlegung der Ethik, Stuttgart, Kohlhammer, 1969, p. 17, nota). “Toda filosofía autentica debe deducir de sus conocimientos teoréticos los principios de la conducta vital del individuo y de la orientación de la sociedad. La ciencia en que ello ocurre es denominada por nosotros ‘ética filosófica’” (Dilthey, W., Sistema de la Ética, Buenos Aires, Nova, 1973, p.9). “La filosofía moral es una investigación filosófica acerca de normas o valores, acerca de ideas de justo e injusto, de bien y de mal, de lo que se debe hacer y lo que no se debe hacer” (Raphael, D. D., Filosofía moral, México, FCE, 1986, p. 25). “La ética es una rama de la Filosofía; es la filosofía moral o la manera filosófica de pensar en materia de moralidad, de los problemas morales y de los juicios morales” (Frankena, Ética, México, UTEHA, 1965, p.5). “Por ‘ética’ se entiende hoy, por lo general en todas partes, la ciencia de la moralidad” (Reiner, H. Die philosophische Ethik, Heidelberg, Quelle & Meyer, 1964, p. 15). “Si el ethos se encuentra del lado de la observancia de valores e ideales vigentes, con lo cual permanece necesariamente siempre dentro de la dimensión histórica de lo individual-concreto, la ética tiene en cambio que alegar, mediante reflexión fundamentadora, la prueba de la validez objetiva, suprahistórica, de esos valores y normas.” (Kron, H., Ethos und Ethik, Frankfurt-Bonn, Athenäum, 1960, p.11). “Definiremos ‘teoría ética’ aproximadamente como un conjunto de reflexiones contestando, o intentando contestar, ciertas cuestiones acerca de enunciados éticos.” (Brandt, R. B., Teoría ética, Madrid, Alianza, 1982, p. 17.) Por “enunciado ético” entiende Brandt un enunciado que contiene frases como “es deseable que”, “es moralmente obligatorio”, “es decir moral de uno”, “es moralmente admirable”, etc., o bien “si implica, entraña o contradice” (enunciados como los anteriores: cf. ibid., pp.17-18). “Es la teoría (Lehere) filosófica normativa de la acción humana, en tanto ésta se halla bajo la diferencia del bien y mal.” (Kluxen, W. Ethik des Ethos, Freiburg/München, K. Alber, 1974, p.8). “La teoría que en la historia de la conciencia práctica y de la filosofía moral se presentara como ‘ética’ se adjudica a sí misma, ante todo, la tarea de caracterizar los patrones de medida o ‘principios’ que rigen la acción y de acuerdo con los cuales son Juzgados y evaluadas las acciones, personas, etc.” (Kaulbach, Ethik und Metaethik, Darmstadt, Wissenschaftliche Buchgesellschaft, 1974, p. 10) (Maliandi, R., 1994:18-19, nota)
29
igual manera coincidimos con Annemarie Pieper que, Aristóteles es el primero que
considera la ética como una disciplina filosófica independiente distinguiéndola de las
otras disciplinas de la filosofía teórica (lógica, física, matemática, metafísica). La
filosofía práctica la divide en ética, economía y política. Mientras la filosofía teórica se
ocupa del ser cambiante y del ser inmutable, el objeto de la filosofía práctica son las
acciones humanas y sus productos (Pieper, 1990:21). Pero como más adelante veremos,
la ética práctica es una manera de valorar acciones humanas concretas.
De ahí que entendemos por ética, en tanto que disciplina filosófica, la reflexión
de la acción moral. Mas no es una teoría de la acción, investiga la praxis humana desde
el punto de vista de las condiciones de su moralidad y trata de fundamentar el concepto
de moralidad. Por ésta entendemos, ante todo, aquella cualidad que permite calificar a
una acción de moral, de moralmente buena (Ídem., p.14).
La ética examina todos los problemas relacionados con lo moral en un plano más
general, más bien de principios y más abstracto, en la medida en que reconstruye de
manera puramente formal las condiciones que deben reunirse para que una acción, con
total independencia del contenido que revista, pueda ser definida justificadamente como
moral. Así pues, la ética no establece que finalidades concretas son moralmente buenas
o qué objetivos son deseables para alguien; lo que hace es determinar los criterios de
acuerdo con los cuales puede reconocerse de manera unívoca la finalidad que cabe
caracterizar como una buena finalidad. La ética no dice lo que es bueno, sino como se
llega a considerar a algo como bueno. Por lo tanto, la ética no genera como tal la moral,
sino que habla acerca de la moral (Ídem., p.20).
30
A este respecto, nos dice Adela Cortina, «moral» y «ética» son dos expresiones
que no se distinguen ni por su significado etimológico ni por el uso que se hace de ellas
en la vida cotidiana. Sin embargo, desde un punto de vista filosófico conviene
distinguirlas porque se refiere a dos niveles de reflexión y lenguaje: el nivel de la vida
cotidiana, en que los seres humanos viven desde antiguo con referentes morales, y el
nivel de la ética o filosofía moral, que reflexiona sobre la moral vivida en la vida
cotidiana. Entre las taras de la ética cuentan las de intentar dilucidar en qué consiste lo
moral, tratar de fundamentarlo, es decir, inquirir las razones para que haya moral o bien
reconocer que no las hay, e intentar aplicar los principios éticos descubiertos a la vida
cotidiana (Cortina, 2003:21).
La distinción entre moral y filosofía moral o ética se hace necesaria, a pesar de
todo, porque la moral forma parte del vivir de los seres humanos, sean o no expertos en
ética, mientras que ésta última requiere un aprendizaje y un lenguaje especializados.
Sólo desde este tipo específico de reflexión puede la ética aventurar orientaciones para la
vida cotidiana, y por eso su parte aplicada no puede prescribir de forma inmediata las
actuaciones en los casos concretos, sino únicamente orientar de forma mediata,
ofreciendo un marco reflexivo de principios, valores y procedimientos para la toma
concreta de decisiones (Cortina, 2003:21).
De igual manera, Stella Villarmea y Óscar G. Castán, definen la filosofía moral
como, una reflexión teórica sobre nuestra precomprensión de la vida buena, que trata de
clarificar y expresar cuál es esta precomprensión. Pero, además, la filosofía moral,
especialmente la clásica, ha buscado siempre como uno de sus objetivos prioritarios
31
perfilar una noción normativa, ideal, de la vida buena sobre cuyo trasfondo podamos
valorar nuestra vida tal y como ella ha ido haciéndose hasta hora. Esta actividad teórico
normativa es posible por la capacidad e interés que tiene el ser humano para volver sobre
sí e intentar autocomprenderse. En este sentido, la filosofía moral es una reflexión
práctica, esto es, se dirige al comportamiento correcto e un ámbito concreto o en el seno
de una vida particular (Villarmea y Oscar, 2003:40).
De ahí que consideremos que la justicia social es moralmente buena, ya que trata
de la acción justa, es decir, el igual respeto y responsabilidad solidaria frente a una
realidad sociocultural. Además, involucra el entendimiento de sí para con los otros, o sea
la intención misma de socializar comunicativamente los valores culturales internos con
los externos de un grupo.
En ese caso, hablar de la acción ética es referirse a la concepción misma del
individuo en una justa relación de respeto con los otros, de esta manera la ética se vuelve
comunicación social en el orden cultural y humano de un individuo; es decir, la
recepción que el humano hace para sí de un mundo de vida y la trasmite en su relación
con la sociedad.19 De esa manera, el ser ético se refiere más a la autorreflexión del
sujeto-acción con la responsabilidad sin daño y perjuicio para una sociedad. Es decir, la
moral de un pueblo no debe sujetarse a la moral imperante de los intereses globales,
19 Las diversas argumentaciones que existen sobre la ética y la moral datan de la edad antigua y moderna del Viejo Mundo, durante el siglo XX, esas corrientes antiguas toman vanguardia en estudiosos como G. E. Moore (1873-1958), L. Wittgenstein (1889-1951), M. Scheler (1874-1928), J. P. Sartre (1905-1980), E. Bloch (1885-1977), J. Habermas (n.1929), J. Rawls (n. 1921), Ch. Taylor (n. 1931), P. Ricoeur (n. 1913), M. Foucault (1926-1984), (J. L. L. Aranguren (1909-1996) y J. Munguerza (n. 1939), por señalar algunos muy renombrados en el tema.
32
sino, más bien, entrar en punto de razón dónde el dialogo y los mínimos morales formen
parte del cuatro de entendimiento mutuo.
Discurso, acción comunicativa y poder
Ahora bien, en este trabajo utilizaré el término discurso como sinónimo de
comunicación, pues siguiendo aportaciones lingüísticas de Hjemselv a la semiótica
contemporánea hacen del discurso un concepto más amplio, que no se remiten
únicamente al acto mismo de la expresión, sino al sistema de contratos sociales
previamente establecidos que permiten vincular la expresión (las unidades sensibles que
el lenguaje utiliza para manifestarse) con los contenidos (ideas y relatos que cada cultura
ordena para pensar el mundo) en correlación con dos planos inseparables: sustancia (el
componente sígnico) y forma (el componente material) (Floch 1989:45, en De la Torre,
2000:45). De esta manera, la separación entre sistema ideológico y sistema lingüístico
queda integrada en uno más amplio: el sistema discursivo. El discurso, según los aportes
de Greimas y Eco, ya no se entiende como un sistema de signos, sino como sistema de
significación, que supera los análisis frásicos (Greimas y Courtés 1979:126-130; Eco
1980:27, en De la Torre, 2000:45).
Por consiguiente, entenderé al discurso como un sistema de significación que es
objetivado por significados socialmente construidos en contextos específicos. Es decir,
el discurso es un sistema de acción comunicativa en la cual la intención social es
trasmitir y decodificar su visión del mundo. En este caso, se está hablando de la
33
construcción discursiva de la realidad social. Sin embargo, dicha construcción esta
condicionada a un proceso histórico-social o al fenómeno mismo de lo inesperado en el
acontecer discursivo. Por lo mismo, el discurso puede ser entendido como práctica
comunicativa o el acto mediante el cual se materializa el significado social, es decir, las
formas de pensar, nombrar y relacionar el mundo en que vivimos. De esta manera, la
comunicación no se refiere únicamente a la interacción interpersonal, si no a “un
fenómeno social anclado en un marco espacio-temporal de naturaleza social marcado
por códigos y rituales sociales” (Marc y Picard 1992:17, en De la Torre, 2000:46).
Entender así esta dinámica del discurso, es apuntar hacia lo que Bourdieu denominó
mercado lingüístico:
Lo que circula en el mercado lingüístico no es «la lengua», sino discursos estilísticamente
caracterizados, discursos que se colocan a la vez del lado de la producción, en la medida en
que cada locutor se hace un idiolecto con la lengua común, del lado de la recepción, en la
medida en que cada receptor contribuye a producir el mensaje que percibe introduciendo en
él todo lo que constituye su experiencia singular y colectiva (Bourdieu, 1985:13).
Además, el origen del sentido objetivo que se engendra en la circulación
lingüística hay que buscarlo, en primer lugar, en el valor distintivo resultante de la
relación actuada por los locutores, conciente o inconscientemente, entre el producto
lingüístico ofrecido por un locutor social caracterizado y los productos simultáneamente
propuestos en un determinado espacio social. Sucede también que el producto
lingüístico sólo se realiza completamente como mensaje cuando es tratado como tal, es
decir, cuando es descifrado. Asimismo, los esquemas de interpretación que los
34
receptores ponen en práctica en su apropiación creadora del producto propuesto pueden
estar más o menos alejados de los que han orientado la producción. A través de esos
efectos, inevitables, el mercado contribuye a crear no sólo el valor simbólico sino
también el sentido del discurso (Bourdieu, 1985:12).
En relación con lo anterior, involucramos a Habermas quién desarrolla una teoría
del lenguaje que abre un camino hacia la aspiración de universalidad. Allí, el lenguaje
está al servicio de la coordinación social, salvando las barreras culturales y las creencias
individuales o de grupo. Al conectar el concepto de lenguaje con el de sociedad, y este
con el mundo de la vida como horizonte contextualizador, se abre la posibilidad de una
teoría del lenguaje que concilie la acción con la interpretación (Habermas, 1997:21).
Ahora bien, por discurso entendemos una práctica socialmente regulada y al
mismo tiempo reguladora de otras prácticas sociales. En ese sentido, se puede decir que
el discurso está situado en un campo de la acción comunicativa en la búsqueda de la
legitimidad y son los distintos actores sociales los que legitiman sus discursos.
Para que dicha legitimación sea posible es necesaria la idea de acción
comunicativa. En ese sentido, se esta hablando de la racionalidad que está dada por la
capacidad de entendimiento entre sujetos capaces de lenguaje y acción mediante actos
de habla cuyo trasfondo es un mundo de vida de creencias e intereses no explícitos y
acríticamente aceptados por las comunidades de comunicación. Esta teoría es para
Habermas el principio explicativo de una teoría de la sociedad fundada en una teoría del
lenguaje y en el análisis de las estructuras generales de la acción. El rasgo característico
35
de los seres humanos será la racionalidad manifestada objetivamente en el lenguaje
(Habermas, 2002).
Pese a lo anterior, puede percibirse en Habermas una postura muy idealista del
sujeto que difiere a la realidad de los contextos sociales, situación teórica que en grado
comparto debido la necesidad reflexiva que me impulsa a construir un proyecto ético
para la conducción en programas de investigación social.
Intentar dar razón de los fundamentos normativos de una teoría crítica de la
sociedad es, además, un marco para un proyecto de estudios interdisciplinarios sobre la
racionalización capitalista moderna desde una perspectiva socio-filosófica.
Estrategia metodológica
El punto de partida de esta investigación es describir e interpretar el papel que juegan las
prácticas comunicativas en la construcción de los discursos de identidad y poder en un
grupo social. Así como también, reflexionar la posible viabilidad de acción de un
proyecto ético de justicia social en la investigación tecnocientífica con la participación
de la sociedad estudiada.
Ahora, para desarrollar la interpretación partiré de la “descripción densa”,20 que
se basa —según Clifford Geertz—, en una doble hermenéutica; es decir, interpretar las
20 Cuando Geertz habla de la “descripción densa” está retomando un concepto de Gilbert Ryle que comprende el: pensando y reflexionando” y “pensando pensamientos”. Para dilucidar lo anterior Ryle da
36
prácticas sociales con base en las interpretaciones propias de los actores sociales; o sea
que, la etnografía es descripción densa. Hacer etnografía es como tratar de leer (en el
sentido de “interpretar un texto”) un manuscrito extranjero, borroso, plagado de elipsis,
de incoherencias, de sospechosas enmiendas y de comentarios tendenciosos y además
escrito, no en las grafías convencionales de representación sonora, sino en ejemplos
volátiles de conducta modelada (Geertz, 1991:24).
En este caso la descripción de la controversia sostenida entre el COMPITCH y el
ICBG-Maya se centrara principalmente en la obtención de los discursos generados por
ambas partes para que esta descripción etnográfica pueda interpretar el flujo del discurso
social y la interpretación consistirá en tratar de rescatar “lo dicho” en ese discurso de sus
ocasiones perecederas y fijarlo en términos susceptibles de consulta.
Por lo anterior, al hablar del discurso éste no puede ser estudiado únicamente
como un producto construido socio-culturalmente, sino que es preciso observarlo desde
perspectivas analíticas de otras disciplinas científicas integrales y con relación a tres
fases del proceso comunicativo como lo demarca la escuela francesa (Pêcheux, 1973): a)
un ejemplo de dos muchachos que contraen rápidamente el párpado del ojo derecho. En uno de ellos el movimiento es un tic involuntario; en el otro, una guiñada de conspiración dirigida a un amigo. Los dos movimientos, como movimientos, son idénticos; vistos desde una cámara fotográfica, observados “fenoménicamente” no se podría decir cuál es el tic y cuál es la señal ni si ambos son una cosa o la otra. Sin embargo, a pesar de que la diferencia no puede ser fotografiada, la diferencia entre un tic y un guiño es enorme, como sabe quien ha ya tenido la desgracia de haber tomado el primero por el segundo. El que guiña el ojo está comunicando algo y comunicándolo de una manera bien precisa y especial: 1) deliberadamente, 2) a alguien en particular, 3) para trasmitir un mensaje particular, 4) de conformidad con un código socialmente establecido y 5) sin conocimiento del resto de los circunstantes. O sea que, el guiñador hizo dos cosas (contraer su ojo y hacer una señal) mientras que el que exhibió el tic hizo sólo una, contrajo el párpado. Contraer el ojo con una finalidad cuando existe un código público según el cual hacer esto equivale a una señal de conspiración es hacer una guiñada. Consiste, ni más ni menos, en esto: una pizca de conducta, una pizca de cultura y —voila!— un gesto (Geertz, 1996:21).
37
las condiciones de producción; b) las condiciones de circulación; y c) las condiciones
de apropiación o recepción.
Por consiguiente, el tema de estudio pretende un principio explicativo de una
teoría de la sociedad, siguiendo a Jürgen Habermas (1984), fundado en una teoría del
lenguaje y el análisis de las estructuras generales de la acción. Principalmente, porque
Habermas ha “traducido” el proyecto de la Teoría Crítica de la sociedad desde el marco
conceptual de una filosofía de la conciencia, adaptada a un modelo de sujeto-objeto de
cognición y acción, al marco conceptual de una teoría del lenguaje y de la acción
comunicativa. El giro lingüístico o tránsito desde la filosofía de la conciencia al análisis
del lenguaje (positivismo lógico y otras versiones de la filosofía analítica) solamente
mantiene el tradicional empleo diádico de los signos, es decir, la relación entre oraciones
y estados de cosas. Para Habermas, en cambio, será necesario introducir un modelo
triádico donde el análisis del significado lingüístico queda referido, desde un principio, a
la idea de un entendimiento entre los participantes de la interacción lingüística sobre
algo en el mundo.
En ese sentido, los discursos formulados por el COMPITCH y el ICBG-Maya pueden
ser caracterizados como discursos en dificultades culturales de entendimiento,
principalmente porque cada parte pretende argumentar su legalidad en cuanto a su
proyecto y a sus necesidades. Es importante resaltar que los representantes del
COMPITCH en su mayoría son monolingües, así que el discurso tenía que ser modificado
o traducido para la otra parte. Por lo mismo existen ciertas condiciones de producción de
38
los discursos, así como de cómo éstos circularon socialmente y de cómo cada grupo se
fue apropiando de cada discurso.
Sin embargo, esa argumentación discursiva entre las partes cae en una lucha de
poder ejercida mediante la comunicación; es decir, “el sometimiento a través de un
conjunto de signos y símbolos (el lenguaje)” (Foucault, 1993). Por lo mismo, el análisis
del discurso crea la posibilidad de “mantenerse desligado de él, suspendiendo su
cercanía, para analizar el contexto teórico y práctico con que ha estado asociado”
(Foucault, 1986:3; en Escobar, 1996). Pero para analizar los discursos desde una
perspectiva de poder se debe tener en cuenta lo siguiente:
1. El sistema de diferenciaciones: económicas, jurídicas, de status, culturales, etc., ya que toda
relación de poder implica diferenciaciones que surgen como condiciones y efectos al mismo
tiempo;
2. El tipo de objetivos: ¿qué se busca?
3. Las modalidades instrumentales: desde el uso de la palabra hasta la amenaza y uso de la
violencia.
4. Las formas de institucionalización: los diferentes tipos de dispositivos.
5. Los grados de racionalización: ya que las relaciones de poder conllevan un amplio campo de
posibilidades, en el cual se tiene en cuenta “la eficacia de los instrumentos” con miras al
objetivo (Foucault, 1993).
Ahora bien, ¿cuáles serían entonces las dificultades comunicativas de la
controversia entre el COMPITCH y el ICBG-Maya en un sentido de la producción de un
consenso? Para ello Habermas indica que la noción de la racionalidad comunicativa está
contenida implícitamente en la estructura del habla humana como tal y que significa el
39
estándar básico de la racionalidad que comparten los hablantes competentes al menos en
las sociedades modernas. Esto significa que aquél que comprende la relación interna
entre los requisitos de validez y el compromiso respecto a dar y recibir argumentos se
está comportando racionalmente. Y no solamente en una dimensión de relaciones
lógicas entre proposiciones y acciones (coherencia) sino en una dimensión de relaciones
dialógicas entre diferentes hablantes. Esto también implica que la racionalidad
comunicativa es “una actitud racional específica que los individuos adoptan hacia otros
y hacia sí mismos como una actitud de reconocimiento mutuo” (Habermas, 2002:28).
Este concepto de racionalidad comunicativa encierra connotaciones que, en su esencia se
fundan en la experiencia central del discurso argumentativo que produce la unión sin
coacción y que crea el consenso, proceso en el cual los diversos participantes logran dejar
atrás sus creencias, primeramente solo subjetivas y, gracias a la experiencia común del
convencimiento motivado racionalmente adquieren la certeza, simultáneamente, de la unidad
del mundo objetivo y de la intersubjetividad del contexto en que desarrollan sus vidas
(Habermas, 2002:28).
Sólo hay acción cuando seguimos una regla donde el sujeto sabe que sigue una
regla y que en las circunstancias apropiadas está en condiciones de decir qué regla está
siguiendo. En sentido estricto, ‘actuar’ significaría ‘cambiar algo en el mundo’: las
acciones intervienen en el mundo (Habermas, 2001).
Habermas especifica cuatro tipos de acción que suelen intervenir en la teoría
social: a) la acción teleológica (que ocupa desde Aristóteles el centro de la filosofía de la
acción) b) la acción regulada por normas c) la acción dramatúrgica y d) la acción
comunicativa (Habermas, 2002). Habermas dirige su análisis crítico a las acciones
40
teleológicas. A ellas las llama ‘acciones orientadas al éxito’ y las subdivide en acciones
‘instrumentales’ (si no son sociales) y ‘estratégicas’ (si son sociales). En contraste, las
acciones comunicativas son aquellas ‘orientadas al consenso’, donde dos sujetos
‘capaces de lenguaje y acción’ entablan una relación interpersonal.
En otras palabras, al comunicar debemos ejecutar otras acciones como emitir
determinados sonidos (locuciones) que tienen un significado (tienen sentido), que
pertenecen a un lenguaje que la otra persona entiende y que, en definitiva, me sirven
para entenderme con otro.
Al respecto, Habermas distingue los actos de habla de otros tipos de actos no
lingüísticos. Dice que al enfrentarnos a una acción cualesquiera que esta sea podemos
preguntarnos qué razones tiene el actor para llevarla a cabo. Las acciones no verbales
pueden ser descritas desde la perspectiva de un observador como acciones, pero su
interpretación, es decir, saber qué intención tiene el actor para ejecutarlas, no podemos
obtenerla por observación; “antes suponemos un contexto general que nos autoriza a
sospechar tal intención. Pero aún entonces permanece la acción necesitada de
interpretación” (Habermas, 2002).
Por lo mismo, Habermas sostiene que la acción no nos dice cuales son los planes
de acción del agente. En cambio, los actos de habla cumplen la condición de darnos a
conocer la intención del agente. De ahí que, los actos de habla se distinguen de las
acciones no verbales no sólo por este rasgo reflexivo consistente en explicarse a sí
mismos, sino también por el tipo de metas que se pretenden y por el tipo de éxitos que
pueden alcanzarse hablando. En un plano general, todas las acciones sean o no
41
lingüísticas, pueden entenderse como un hacer enderezado a la consecución de fines,
pero como lo que buscamos es la distinción entre actividad teleológica y acción
orientada a entenderse, los conceptos básicos de perseguir un fin, lograr éxitos y
conseguir resultados de una acción tienen para Habermas un sentido distinto en teoría
del lenguaje y teoría de la acción: “los mismos conceptos básicos son interpretados de
otra manera” (Habermas, 2002).
En resumen, los actos de habla se distinguen de las acciones por dos
características: 1) las acciones comunicativas se interpretan a sí mismas y tienen una
estructura reflexiva; 2) se enderezan a fines ilocucionarios que no son propósitos a
realizar en el mundo objetivo, sino que se realizan por la cooperación y el asentimiento
del oyente y que sólo pueden explicarse recurriendo al concepto de entendimiento
inmanente al propio medio lingüístico.
En ese sentido, la controversia entre el COMPITCH y el ICBG-Maya será
caracterizado desde las intenciones comunicativas de cada parte para formular sus
argumentos y de los medios propios que se valieron para garantizar el reconocimiento
social. Pero además, éstas también enmarcaran las dinámicas de poder que cada grupo
desarrolla a lo largo del conflicto. Si bien, hay muchas formas de analizar éste conflicto,
en lo que ha nosotros respecta, lo delimitaremos para no perder nuestra intención
argumentativa que nos conduce a hablar del creciente interés biotecnológico y genético
42
de los recursos naturales del planeta. De dicho interés se puede hacer una lectura
insospechada sobre la estrategia biogeográfica y geopolítica de la biota mexicana.21
Métodos, técnicas e instrumentos de análisis
El desarrollo de esta investigación obedece al resultado del trabajo de campo realizado
de enero de 1997 a mayo de 2003. Para la construcción histórica de los antecedentes
relacionados con las exploraciones botánicas y la medicina tradicional, de los elementos
que la componen, materiales y simbólicos, así como de procesos terapéuticos muy
elaborados retomé las siguientes fuentes: 1) Textos producidos durante la Colonia, los
cuales fueron un punto de referencia para observar la continuidad y cambio de los
conocimientos y prácticas médicas indígenas; 2) Material bibliográfico producido en las
últimas décadas que profundizas sobre los diferentes campos que hoy día involucran a
las medicinas indígenas; 3) La etnografía producida durante el periodo de mi
investigación entre 1997-2002.
La reconstrucción del caso de estudio se realiza desde tres perspectivas:
1. Transmisión oral: Las sociedades tradicionales22 comúnmente carecen de
documentos escritos por ellos mismos donde se objetive su historia, sin embargo,
21 Con relación a este tema es interesante consultar la Tesis Doctoral de Andrés Barreda para comprender más sobre la expansión de la industria biotecnológica y genómica en áreas biogeográficas específicas del planeta, Barreda, Andrés. Atlas geoeconómico y geopolítico del estado de Chiapas, UNAM, 1999. 22 La expresión «sociedad tradicional» se ha hecho usual a la hora de referirse a los sistemas sociales que responden a los criterios de las culturas superiores (civilizations). Estas representan una determinada etapa en la evolución histórica de la especie humana. Se distinguen de formas sociales más primitivas: 1) por la existencia de un poder central (organización estatal del dominio frente a la organización por parentesco);
43
mantienen su identidad mediante la cultura oral. Así los discursos generados por
los miembros indígenas, relacionados directa e indirectamente con la
controversia, argumentaban su legalidad, y de la misma manera interpretaron la
información proporcionada por la contra parte.
2. Elementos fácticos: Los documentos generados por ambas partes en los que
exponían los hechos y sucesos que se acontecían. Estos elementos informáticos
son importantes porque reflejan hasta cierto grado la ideologización del
conflicto. Así como también la identidad de las contrapartes.
3. Una interpretación propia: Con la que pretendemos argumentar el análisis del
fenómeno de estudio. Esto valiéndonos de la participación directa y del
conocimiento sobre el tema que se generó a lo largo del estudio sobre fenómenos
similares. Es decir, se estudia al discurso enmarcado en situaciones de
comunicación e interacción cotidiana de la sociedad siguiendo; 1) el análisis del
discurso; 2) la observación y análisis etnográfico.
Ahora bien, en un primer momento en la investigación hemos decidido
concentrar la atención en la descripción, la interpretación y el análisis de la controversia
entre los denominados COMPITCH e ICBG-Maya. Nos interesa principalmente los
2) por la división de la sociedad en clases socioeconómicas (distribución de las cargas y compensaciones sociales entre los individuos según su pertenencia a las distintas clases y no según las relaciones de parentesco); 3) por el hecho de que está en vigor algún tipo de cosmovisión central (mito, religión superior) que cumple la función de una legitimación eficaz del dominio. Las culturas superiores están asentadas sobre la base de una técnica relativamente desarrollada y de una organización del proceso de producción social, basada en la división del trabajo, que hace posible la obtención de un excedente por encima de la satisfacción de las necesidades inmediatas y elementales. Y deben precisamente su existencia a la solución del problema que sólo se plantea con la producción de un excedente; es decir, el de la distribución de forma desigual, y sin embargo legitima, de la riqueza y del trabajo según criterios distintos que los que ofrece el sistema de parentesco (Lenski, 1996; en Habermas, 2001: 72).
44
argumentos discursivos de cada parte concerniente al proyecto, así como también, de los
discursos sociales que ambos grupos generaron para confrontarse radicalmente.
Posteriormente pretendemos acercarnos más a profundidad con la sociedad indígena
para conocer sus diferentes percepciones del problema, de igual forma con los grupos de
investigación social en el área para tener ambas visiones y reflexionar en torno a ellas.
45
Capítulo II
Una aproximación al contexto de estudio
Introducción
La intención de este capítulo es contextualizar el lugar de estudio, se hace énfasis en su
importancia como zona de alta biodiversidad, de sus condiciones sociales y económicas.
El objetivo, es tener una referencia del contexto donde se desarrolla el conflicto entre los
médicos indígenas del COMPITCH y las instituciones de investigación que componen el
ICBG-MAYA.
Primero, consideramos de suma relevancia enmarcar el espacio y tiempo del
fenómeno social que estudiamos, dos factores importantes que no deben de excluir la
profundidad histórica del mismo. Además, aquí se intenta proporcionar mayor peso a las
deficiencias en el sector salud y particularmente en la condición de marginalidad de la
población indígena de Chiapas.
México es considerado como uno de los países con mayor biodiversidad en el
mundo: después de Brasil y Colombia, y antes que Zaire, Madagascar e Indonesia. Es el
primero en Centro y Norteamérica por su riqueza de especies; y sexto en el mundo por
sus especies endémicas: más del 52% de sus 22 mil especies vasculares23 son endémicas,
23 Se entiende por especies vasculares, las plantas, en cuanto seres vivos que tienen vasos o conductos por donde circula savia o agua, —mientras en los animales circula sangre, linfa, quilo etc.—. Y endémico quiere decir que únicamente se encuentra en una región, o que es propio del lugar).
46
sin tomar en cuenta otro análisis que sitúa a México en lo más alto entre 25 países.
Lamentablemente, así como configura entre los más altos en biodiversidad, los riesgos
de extinción van a la par (Castro, 2000).
Al respecto dice Andrés Barreda, las principales regiones del mundo donde se
localizan las grandes selvas tropicales se ubican en el planeta a una misma latitud, en un
cinturón tropical que abarca el segmento correspondiente de América Latina, el centro
de África y el archipiélago de islas donde colindan el Sudeste Asiático con Oceanía.
Mientras, otro gigantesco cinturón de árboles coníferos esta situado entre la tundra
antártica y los bosques del norte y de las zonas templadas un poco más al sur, cubriendo
la mayor parte de Alaska, Canadá, Rusia y la península escandinava. El enorme grado de
devastación ambiental impuesto por el actual desarrollo capitalista plantea condiciones
muy heterogéneas entre las diversas naciones del mundo. Según el informe más reciente
del World Resources Institute (WRI) las “ultimas fronteras” de bosques naturales
tropicales intactos se ubican en Brasil, Venezuela, Colombia y las Guayanas (Suriana,
Francesa y Guayana), mientras que las últimas fronteras de los bosques de coníferas
intactos están en Rusia y Canadá (Barreda, A., 1999;69).
La fragua histórica
El interés de este apartado, no es profundizar en la compleja historia del estado de
Chiapas. Pero, si decir que hablar de Chiapas, hoy día, es hacer referencia al clima y
discurso social y político que vive el estado. No sólo porque en la madrugada del 1º de
47
enero de 1994 el estado dejo de ser una mera referencia geográfica nacional para
convertirse en la síntesis de la historia indígena y llegar a ser la vanguardia en las
demandas y discursos populares de dignidad, voz y autonomía en México. Sino,
también, es hacer acción frente a todas esas adversidades que han mantenido a los
indígenas en el más alejado de los olvidos, principalmente en lo que concierne a su
subsistencia en el país y a las distintas formas de su explotación.
Cuando se produjo la insurrección, nos dice Harvey,24 “los movimientos
populares, incluidos los movimientos campesinos de Chiapas, habían creado ya un
discurso democrático a través de su insistencia en el respeto por los derechos, la
asociación autónoma y las promesas incumplidas de la revolución mexicana. Los
zapatistas fueron capaces de inspirarse en los elementos diversos y muchas veces
contradictorios de ese discurso político, pero también fueron capaces de darles un nuevo
significado” (Harvey, 2000: 209).
Si bien la historia como discurso oficial tergiversa la realidad cuando atribuye el
supuesto “atraso” de los indígenas a su “cultura pre-moderna”, a su aislamiento
geográfico, a su falta de educación y de esto a aquello que solamente la “modernidad”
24 Harvey empieza por ubicar al movimiento, primero dentro de la prolongada historia de rebeliones campesinas e indígenas mexicanas desde la Colonia; y después dentro de un proceso de organización multiforme en Chiapas desde la mitad de los años 70 en adelante. En este proceso tuvieron un papel preponderante las organizaciones campesinas que luchaban por la tierra, por los créditos, por los precios de las cosechas. En ellas se formó una cultura de la organización y se fueron educando docenas de dirigentes sociales reconocidos por los campesinos: "Las luchas económicas por tierras, crédito y precios justos, si bien necesarias para construir organizaciones regionales, se integraban cada vez más al discurso político-cultural de la autonomía indígena" (Harvey N. La rebelión de Chiapas-La lucha por la tierra y la democracia, Ediciones Era, México, 2000).
48
sería capaz de proveer, (si esta es la lectura discursiva de la historia —nos dice
Stavenhagen), entonces el “progreso” debe entenderse como la “integración” de los
indios a la nación, su “asimilación” a los modelos dominantes, su “aculturación” a la
visión hegemónica del país “imaginario”. En otras palabras, la culpa de sus males la
tienen las víctimas (Stavenhagen, 1999:11).
Pero es que desde el siglo pasado los gobernantes de Chiapas, las clases
dominantes, los cronistas locales o visitantes, así como diversos críticos de la entidad no
dudan en señalar que el gran problema de este lugar está en la pobreza de sus habitantes
o su economía, que contrasta notablemente con la abundante y exótica riqueza de
muchas de sus tierras. El reconocimiento público de esta paradoja no ha implicado,
entonces, dificultad alguna para tales grupos; los cuales parten de esta constatación
cuando argumentan con insistencia la necesidad de modernizar y emprender el
aprovechamiento de las exuberancias del lugar. El discurso de los indígenas
desposeídos, en contraste, ha girado en torno de la permanente pelea militar, religiosa,
política en contra de las infames reglas del juego que los discriminan y excluyen; reglas
que les impiden por todos los caminos imaginables participar de los excedentes e incluso
de los bienes necesarios, precedentes de su propio trabajo. No obstante, a las clases
dominantes una mejora de la pobreza indígena, por medio de una redistribución de la
riqueza, sólo les resultaría alcanzable si se dispusiera de ella con gran abundancia, lo que
para este grupo implicaría que los indígenas estuvieran en realidad dispuestos a trabajar
mucho más y con mayor tesón, olvidándose, por lo pronto de sus eternos reclamos.
Frente a ello, las comunidades indias, a pesar de la desposesión extrema en la que han
49
vivido por más de quinientos años, mantienen viva la memoria que recuerda no sólo las
sublevaciones, sino también todo lo ya entregado a quienes han sido sus amos, así como
el alto costo que dicha riqueza ya ha tenido para su vida e historia (Barreda, A., 1999;
48).
Sin embargo, hablar de la historia del indígena de Chiapas es remitirnos a la
exacerbada vida campesina y rural del estado, es hablar de aquella historia relegada o
callada por las clases dominantes. Y es que la historia del indio ha sido de esa manera la
misma a lo largo de todo el territorio nacional. En la actualidad, el estado de Chiapas es
considerado como uno de los más pobres de la república mexicana al lado de Guerrero,
Oaxaca, Hidalgo, Morelos, Yucatán, Puebla y el estado de México, así también, es uno
de los más ricos en diversidad étnica y biológica del país. En esa abundancia la mayoría
de la población indígena subsiste en la miseria.
Además, los estados de Chiapas y Oaxaca, juntos conforman la tercera región
con más biodiversidad en el planeta. En un estudio reciente de Barthlott y Plake sobre la
clasificación de la diversidad y el endemismo de plantas vasculares en el mundo,
Chiapas ocupa el noveno lugar con más de cinco mil especies vegetales cada 10 000 km2
(Berlin, 1998:165). Esto hace de Chiapas un sitio de gran importancia para el
descubrimiento de fármacos y la conservación biológica. Además, esta región de México
está pasando por una crisis económica y social relacionada con los recursos naturales,
uso de la tierra y crecimiento poblacional.
Ahora bien, información importante sobre la biodiversidad como la
anteriormente señalada, es la justificante de los discursos conservacionistas y las
50
políticas económicas de aprovechamiento de dichos recursos biológicos. En este sentido,
insistimos que la biodiversidad es el principal recurso estratégico de Chiapas. Lo
anterior sucede, siguiendo a Andrés Barreda, probablemente por el carácter inédito de
las nuevas tecnologías de punta que les dan uso —como la biotecnología y muy
especialmente la ingeniería genética— pero también en virtud de una gran
desinformación deliberadamente creada por los más altos grupos de poder que les
permite tomar posiciones dentro del proceso global de producción y reproducción, sin
que la sociedad les acote mucho sus ganancias extraordinarias (Barreda, A. 1999; 62).
Entre la geografía, la diversidad cultural y la riqueza biológica, los graves problemas
de salud
Chiapas en la actualidad casi no necesita presentación, sin embargo es pertinente hacer
algunas puntualidades sobre sus características necesarias para este trabajo. Primero, se
debe señalar que esta ubicado en el extremo del sureste de la República Mexicana, y que
“irónicamente” es considerado como el segundo en importancia nacional por su alta
población indígena. A pesar de esta importancia, esa población es la muestra viviente de
la gran desigualdad social (extrema pobreza) que hay en México.
Pero, sin embargo, el estado es económica y estratégicamente uno de los más
importantes del país, colinda con el Pacífico y con la República de Guatemala, por lo
mismo es uno de los cuatro estados que componen la frontera sur. Esa condición de
51
frontera es importante de considerar ya que le ha permitido participar del complejo
proceso político, económico, social y cultural de la realidad centroamericana.
Las coordenadas geográfica de ubicación del estado son: al norte17° 58’, al sur
14° 32’ de latitud norte; al este 90° 22’, al oeste 94° 07’ de longitud oeste. Por
consiguiente, Chiapas representa el 3.8% de la superficie total del país. Además posee
una extensión territorial de 75, 634 kilómetros cuadrados lo que le hace ocupar el octavo
lugar a nivel nacional.
Otro aspecto importante de Chiapas es su variado relieve que da lugar a una
diversidad de climas, auque en general todo su territorio es húmedo en mayor o menor
grado. En las zonas más bajas las temperaturas son superiores a los 23° C, mientras que
en la alta montaña la temperatura es oscilante con una medida de 12 a 15° C. Es, junto
con Tabasco, uno de los estados más lluviosos del país, recibe el 9.7% de toda el agua de
lluvia que cae en México, por lo que cuenta con importantes recursos hidráulicos, como
son numerosos ríos (entre los más caudalosos del país, destacan el Grijalva y el
Usumasinta), esteros, aguas subterráneas, lagos y litorales
Entre las variadas características orográficas del estado se encuentran las
siguientes: en el extremo del mar Pacífico se localiza la llanura costera, separada del
interior por la Sierra Madre de Chiapas; la parte norte es accidentada por la presencia de
cadenas montañosas (altiplano, montañas del norte y oriente); entre la Sierra Norte y la
Depresión Central se localiza la Meseta Central también conocida como Altos; al
noroeste de los cuales se ubican las montañas de oriente o localizan, este último nombre
derivado del de los moradores de la zona: “La Selva Lacandona”, parte nororiental del
52
Estado de Chiapas, deriva su nombre de un grupo indígena que vivía en ella desde la
época prehispánica. Los actuales lacandones, que conocemos, son grupos indios que
migraron a la zona y retomaron el nombre (De Vos; en Viqueira, 1998:335).
Entre las montañas septentrionales y la Sierra madre de Chiapas se localiza la
depresión central. Por último, en el extremo norte, cierta porción de territorio chiapaneco
abarca parte de la llanura del Golfo. Estas características topográficas constituyen las
condiciones para la presencia de casi todos los tipos de ecosistemas existentes en
México, a excepción únicamente de las cumbres nevadas y los desiertos con dunas.
En la ecología, de acuerdo con la clasificación de Víctor Toledo, el territorio
estatal se distribuye en cuatro zonas tropicales cálido-húmedas, tropical cálido-
subhúmeda, templada húmeda y templada subhúmeda, es común encontrar entre los
municipios del estado más de una sola de estas características por lo que pueden
denominarse micro regiones las cuales se identifican popularmente como tierra caliente
y tierra fría.
La vegetación que predomina en el norte y en la Sierra Madre de Chiapas (las
zonas de mayor humedad) es la selva alta perennifolia (con más de 30 metros, en
algunos casos hasta 80), con algunas especies como caoba, cedro, ramón y chicozapote,
entre otras; existen palmares en las riberas del Lacantun (en la selva lacandona), en el
norte y la costa; la vegetación de sábana, en la depresión central, extremo norte, y
declive de la sierra Madre hacia el pacífico; en la depresión central también es común la
selva baja caducifolia; en los Altos las especies más comunes son: pino, encino,
liquidámbar, roble, oyamel, aya y abeto; a lo largo del litoral del Pacífico se encuentra la
53
vegetación de manglar. En general la flora del estado se compone de una gran cantidad
de especies, entre estas, poco más de 8,000 de plantas vasculares, que constituyen más
del 40% de las conocidas en México.
Su fauna también es diversa, comprendiendo grandes felinos, reptiles, gran
cantidad de especies de aves y de insectos; entre esos últimos más de mil especies de
mariposas, que constituyen el 80% de todas las mariposas mexicanas, en este sentido
también cuenta con el 40% de las especies de mamíferos, anfibios y reptiles, el 66% de
las aves. Sin embargo, muchas de estas se encuentran en peligro de extinción debido a la
constante reducción de su hábitat.
En la actualidad se tienen áreas de reserva y de amortiguamiento, siendo las
principales: Montes Azules, Chimalapas, El Ocote, El triunfo y una zona de manglares
en la costa del Pacífico. La de mayor extensión es Montes Azules con 331, 200
hectáreas, ubicada en la selva lacandona.
El estado de Chiapas, esta dividido en nueve regiones socioeconómicas: Centro,
Altos, Costa, Soconusco, Fronteriza, Frailesca, Sierra, Selva y Norte (ver mapa 1 y
cuadro). Pese a la abundancia de sus recursos agrícolas, ganaderos, petroleros y su
capacidad para generar energía eléctrica, Chiapas es caracterizado por la extrema
pobreza de sus habitantes, principalmente la población indígena.
54
Mapa 1: De las regiones económicas de Chiapas
Fuente: 2005. Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal, Gobierno del Estado de Chiapas. www.e-local.gob.mx/.../mapas/map07000.jpg
55
Cuadro de las regiones económicas de Chiapas25
Región Nombre Características Generales I Centro Economía: se basa fundamentalmente en las áreas de comercio,
servicios y administración, algunas de las industrias que prevalecen en la zona son los ingenios azucareros, las harineras de maíz, metalúrgicas, procesadoras de productos lácteos, etc. Ocupa en población el primer lugar en el estado. La ciudad más importante es Tuxtla Gutiérrez.
II Altos La economía de esta región se apoya en la agricultura, ganadería, turismo, artesanías y el comercio, caracterizándose por su alto índice de población indígena. La ciudad más importante es San Cristóbal de las Casas.
III Fronteriza La principal actividad económica de esta región es el turismo, dada su cercanía con la República de Guatemala, ya que cuenta con inigualables bellezas naturales y zonas arqueológicas de gran renombre. La ciudad más importante es Comitán de Domínguez.
IV Frailesca La economía de esta región se sustenta principalmente en la agricultura y la ganadería, así como el comercio y los servicios. Por su riqueza se le conoce como “el granero de Chiapas”, ya que en esta región se produce más de la mitad del maíz de todo el estado. La ciudad más importante es Villaflores.
V Norte La actividad económica de esta región es la agricultura, también destacan las artesanías producto de los telares y la extracción del ámbar de Simojovel; también destaca por su importante producción petrolera. Su ciudad representativa es Pichucalco.
VI Selva La economía de la Selva se apuntala en la agricultura y la ganadería, así como en el turismo, dado que en ésta región se localizan zonas arqueológicas mayas importantes como lo son Palenque, Bonampak, Yaxchilán y Toniná, además de las bellezas naturales con que cuenta entre las que destacan las cascadas de Agua Azul, Misol Ha, y las lagunas de Catazajá. La sede de esta región es la ciudad de Palenque.
VII Sierra La economía de esta región se basa en la producción de café, papa, así como la crianza de ganado ovino y caprino. Su ciudad principal es Motozintla.
VIII Soconusco Esta región tiene como base económica la producción de café, cacao, plátano, sorgo, soya, etc.; también es una zona ganadera, la industria que destaca es la de procesamiento de productos pesqueros y agropecuarios, dado a su gran litoral se obtienen diversos productos pesqueros. Por su parte, el turismo es otra actividad creciente, gracias a sus bellas playas y zonas arqueológicas. La sede de esta región es la ciudad de Tapachula.
IX Itsmo-Costa La economía de esta región se caracteriza por la ganadería, la pesca, la agricultura, el turismo, el comercio y los servicios, existen pocas industrias, dentro de esta región se localizan playas como Puerto Arista y Boca del Cielo, siendo las principales. Tonalá es la principal ciudad de esta región.
25 Cuadro: Esteban Ordiano, 2003.
56
Con el más alto índice de analfabetismo en el país (30.1%), Chiapas genera
alrededor del 60% de la energía eléctrica que se produce en la República Mexicana, ya
que cuenta con tres de las presas más grandes del país: La Angostura, Nezahualcoyotl y
Chicoasén.
Según el II conteo de Población y Vivienda 2005, del Instituto Nacional de
Estadística Geográfica e Informática (INEGI), había un total de 4 millones 293 mil 459
personas en Chiapas. Del las cuales 50.9% (INEGI, 2005). Entre el II Censo General de
Población y Vivienda 2000 y el II Conteo de Población y Vivienda 2005, la población
de la entidad se incrementó en 372 mil 567 personas, lo que significa una tasa media
anual de crecimiento del 1.6% cuando en el quinquenio anterior fue de 2.1% (INEGI,
2005).
Pero aún más, la población chiapaneca desde la últimas estadísticas de 1990 a la
fecha sigue careciendo de viviendas dignas, centros de salud acordes a su situación
socio-cultural, caminos, agua y demás servicios básicos. Al respecto, conversaciones con
funcionarios clave de Chiapas y con otras personas informadas apuntan a la presencia de
importantes problemas de eficiencia que parecen ser comunes a lo largo y ancho de México.
En el estado se quejan de la falta de medicamentos y de no poder reasignar los
recursos debido a las restricciones impuestas por el Gobierno federal. Por ley y bajo las
normas que rigen al Ramo 33, “los estados no están autorizados para reasignar esas
aportaciones entre inversiones y gastos salariales y de operación no salariales.” Esa
restricción reviste una gran importancia, porque el porcentaje de las partidas no salariales y
de inversiones en gastos de salud es relativamente pequeño. En este aspecto, es preocupante
57
que gran parte del aumento en el gasto de salud haya sido destinado a incrementos en los
salarios y que muy poco fuera asignado a la compra de medicamentos y gastos de operación
no salariales.26
Población total por sexo, 1930-200527
Año
Población total
Hombres (%) Mujeres (%) Total
Participación en el total nacional
(%) Lugar nacional
1930 529,983 3.2 12º 49.9 50.1
1940 679,885 3.5 11º 50.2 49.8
1950 907,026 3.5 10º 50.5 49.5
1960 1,210,870 3.5 10º 50.7 49.3
1970 1,569,053 3.3 12º 50.6 49.4
1980 2,084,717 3.1 11º 50.5 49.5
1990 3,210,496 4.0 8º 50.0 50.0
1995 3,584,786 3.9 8º 49.9 50.1
2000 3,920,892 4.0 8º 49.5 50.5
2005 4,293,459 4.2 8º 49.1 50.9
Otra de las características sociales del estado de Chiapas con sus constantes
cambios económicos, políticos y sociales, son sus crecientes cambios religiosos. La
presencia de grupos protestantes en la región ha producido una recomposición de la
26 Fuente: Personal del Instituto de Salud de Chiapas, 2003. 27 FUENTE: SIC e INEGI. Censo General de Población y Vivienda. México. Varios Años; INEGI. Estados Unidos Mexicanos. Conteo de Población y Vivienda, 1995. Resultados Definitivos. México, 1996; INEGI. Tabulados Básicos. Estados Unidos Mexicanos. XII Censo General de Población y Vivienda, 2000. México, 2001. INEGI, II Conteo Anual de Población y Vivienda 2005.
58
estructura religiosa imperante. La fuerte presencia y el alto índice de adscripción
protestante colocan a Chiapas en primer lugar desde 1990 al 2000 en el país. De los
habitantes que profesan una religión en Chiapas, el 67.6% es católico y el 16.3%
protestante. A nivel nacional, el 89.7% es católico y el 4.9% protestante (García, 1993).
A la fecha se observa un crecimiento de 78.98% de la población profesa la religión
católica, 7.38% protestante, 5.95% bíblica no evangélica y 6.61% no profesa credo. En
el ámbito regional el comportamiento es: católica 75.54%, protestante 6.89%, bíblica no
evangélica 8.82% y el 7.81% no profesa credo. Mientras que en el estatal es 63.83%,
13.92%, 7.96% y 13.07% respectivamente (INEGI, 2005).
Pero además, estos cambios religiosos que vive el estado vienen acompañados
por discursos que en cierto grado modifican el significado social de la concepción
tradicional del mundo. Es decir, que los discursos son adoptados y adaptados por las
diferentes sociedades, generando con ello cambios significativos en su uso, organización
y aprovechamiento de los recursos naturales. Pero además estos discursos dejan ver que
la identidad es más fenómeno procesual y cambiante, históricamente ligado a contextos
específicos.28 Ahora bien, para los objetivos planteados en este estudio se señalarán
algunas generalidades de las regiones Altos y Selva de Chiapas.
La región Altos se encuentra localizada en el centro del estado, cubre el 5% del
territorio estatal; geográficamente se caracteriza por su sistema montañoso con alturas
que oscilan entre los 1200 y 2400 msnm con amplios valles, de complicado acceso, el
clima es frío y cuenta con una red hidrológica subterránea. Cuenta con una población de 28 Bartolomé, Pág. 13
59
132, 421 habitantes y una alta densidad, para el promedio del estado, de 274 habitantes
por km2 cuadrados (INEGI, 2000). Además, en la región se presenta una mayor
atomización de la tierra, misma que ha provocado gran cantidad de conflictos.
Del mismo modo, la región la componen municipios que cuentan con tierras
poco fértiles, esto unido a la alta demografía, provoca la migración constante de
individuos a otras partes del estado o del país.
En su mayor parte la población es rural, la poca población urbana se localiza en
San Cristóbal de Las Casas. Al igual que presenta una gran cantidad de población
indígena, aquí el alto tradicionalismo y sus manifestaciones político-religiosas, hace de
esta región la zona indígena por excelencia del estado. En términos numéricos, esta
región ocupa un segundo lugar, atrás de la región VI Selva (donde se encuentran Choles
y tzeltales mayoritariamente). La riqueza cultural del estado se refleja en el número de
lenguas indígenas que habla la población, entre las más importantes por su volumen de
población se encuentran los que hablan Tzeltal con 363 mil personas (37.9%), Tzotzil
321 mil (33.5%), Chol con 162 mil (16.9), Zoque con 44 mil (4.6%) y Tojolabal con 43
mil personas (4.5%). Estas cinco lenguas concentran al 97.4% de población hablante de
la entidad (INEGI, 2005).
La principal actividad económica se desarrolla principalmente en los municipios
de Pantelhó, Chenalhó. Tenejapa, Cancuc y Oxchuc, lugares con menor grado de
minifundismo que se presenta en la región. Por otro lado, los municipios de Mitontic,
Chamula, Chalchihuitan, y Larrainzar, son los más pobres y con mayor presión sobre la
tierra, ya que se presentan altos niveles de minifundismo, al grado que muchos
60
comuneros no poseen ni siquiera una hectárea de tierra para sembrar. Con esto ocasiona
los altos índices migratorios a otras regiones estatales.
Los municipios de Zinacantan, Chanal, Huixtan, San Cristóbal de Las Casas,
Amatenango del Valle, Teopisca y Altamirano. Con una situación menos difícil, hay
menor presión sobre la tierra y han encontrado actividades comerciales que no giran en
torno al café. Se dedican en mayor medida a actividades agropecuarias y forestales, al
transporte, al comercio, etc. El turismo también es una actividad, desde los setentas
sobre todo en San Cristóbal de Las Casas, Chamula y Zinacantan.
Esta región tiene las vías de comunicación más deficientes y con graves
carencias de servicios públicos básicos. Con lo poco que cuenta se encuentra en San
Cristóbal de Las Casas donde hay un alto índice de población protestante, de 46,504
personas adscritas, el 10.55% de todo el estado, que representa el 12.0% del total
regional; mismo que a ocasionado graves conflictos sociales, sobre todo en San Juan
Chamula donde han expulsado a la población protestante de su municipio.
Por otra parte, se encuentra la región Selva y está ubicada al oriente del estado,
en los límites con Guatemala. Cubre el 24% del territorio estatal, cuenta con 19 629 km2
más de la mitad de este territorio corresponde a Ocosingo. Su población es de 170 280
habitantes de 17 habitantes por km2. Y es la región más rica en recursos naturales, sobre
todo para la actividad forestal. Sus Selvas y bosques constituyen la última reserva
importante de bosque tropical en México (INEGI, 2005).
Las actividades económicas más importantes son la agricultura, la ganadería, la
explotación forestal y la explotación petrolera. Su población, es eminentemente rural,
61
mantiene una gran presencia indígena. Es la región que cuenta con más indígenas en
todo el estado: 268 215 personas, el 37.45% estatal (62.51% regional). Población
concentrada en los municipios de Ocosingo, Chilón, Tila y Salto de Agua. De hecho
Ocosingo es uno de los municipios que cuenta con mayor población indígena del país,
cuenta con 101 617 indígenas (INEGI, 2005).
En resumen, la descripción de las condiciones sociales, políticas, económicas y
de los recursos naturales del estado, nos permiten tener una idea más clara de cómo
están constituidas las culturas indígenas chiapanecas. La bioprospección de la región
Altos de Chiapas, incluye muchas especies de los bosques tropicales en Mesoamérica:
bosques de niebla, pino, roble o ámbar, cubriendo un área de 22,500 km2. Esta área es
zona de indígenas tzeltales y tzotziles, quienes poseen un amplio conocimiento acerca de
la ecología (la naturaleza) y el uso de la flora; aunque esta gran biodiversidad se
desconoce mucho, haciéndose difícil los programas de conservación a largo plazo.
Además, basados en datos de muchas entrevistas con indígenas, y en
recolecciones de plantas medicinales, podemos decir que esta región de los Altos tiene
gran complejidad etnomédica (medicina indígena) relativa a la anatomía (partes del
cuerpo), fisiología (funcionamiento del cuerpo), y sintomatología (señales de
enfermedad) de 250 aspectos relativos a la salud del individuo. Los indígenas han
identificado casi mil 800 especies de plantas medicinales que tratan estos 250 aspectos,
de las cuales, entre 600 y 700 son conocidas ampliamente. Los datos revelan que la
medicina de la herbolaria maya es un sistema científico basado en observaciones
precisas que sólo pudieron hacerse a lo largo de muchos años, con la experimentación de
62
los efectos herbarios para remediar enfermedades y funciones corporales. Un estudio
preliminar ha detectado 150 de estas especies, una gran proporción que muestra
inicialmente mucha bioactividad (ICBG-Maya, 1998).
Por otra parte, se afirma que existen 300 mil especies vegetales en el mundo, 30
mil de ellas en México, y 15 mil en Chiapas, de las cuales mil 600 plantas medicinales
se encuentran en diez municipios de la meseta central. Otros estudios señalan que en
México existe entre 10 y 12 % de toda la biota (ecología) del mundo, así como un 14%
de los dos mil géneros de plantas endémicas. En fin, las cifras abundan sobre este tema,
y aunque no siempre coinciden, la constante señala a México como un tesoro en el
campo de la biodiversidad y potencialmente en el de la biotecnología que sustentan el
40% del mercado mundial. Además, se ha demostrado que el 74% de los conocimientos
curativos de la medicina, principalmente plantas, provienen del conocimiento popular y
tradicional que sólo se ha recogido y patentado, no de los laboratorios (Castro, 2000).
Salud, enfermedad y muerte
Por otro lado, exponer las condiciones de salud en el estado, orientadas a cubrir las
necesidades de la población indígena, nos permiten conocer cómo está estructurado el
sistema de salud nacional, así como también poder reconocer las graves carencias de
servicios sanitarios del Estado para la población indígena.
63
Ahora, en México existen varios tipos de institución de salud que responden en
lo fundamental al estrato o grupo social al que van dirigidos. Los rasgos generales del
sistema de atención médica son:
a. Acciones eminentemente curativas
b. Concentración de los recursos fundamentalmente a áreas urbanas, que refuerza y
concuerda con el modelo de desarrollo seguido en nuestro país.
c. Modelos de atención médica “importados” y de alta especialización, lo que es
muestra más de la dependencia tecnocientífica, a la vez que la fuerza.
d. Modelos de atención individual, desligando la responsabilidad de grupo, o social
de los “casos” de enfermedad, por lo tanto no haciendo a la sociedad responsable
de la enfermedad de ese paciente.
e. Cobertura parcial de la población y por varias instituciones, según a la capa
social a la que pertenezcan y representando diferente “calidad” de la atención
médica —desde consulta externa hasta el acceso a la hospitalización en
especialidad.
f. Orientación del gasto al cumplimiento de funciones económicas de ampliación
del mercado (compra de medicamentos y tecnología extranjera). Curiosamente
no sólo los medicamentos están en manos de las grandes trasnacionales, sino casi
toda la tecnología médica.
g. A nivel rural, instalación de servicios que tratan de ser una simplificación de
modelos de alta especialización urbana, con el mismo enfoque básico (curativo).
64
h. Marcado carácter antidemocrático de las decisiones referentes a salud de la
población, tanto interna —jerarquía hospitalaria— como externa, en la medida
que los directamente afectados no tienen posibilidad de influir en ellas
(Crevenna, 1979:153; en Crevenna, et al 1983:41).
Como resultado se puede observar que en el país existen muchas instituciones de
atención a la salud, donde además, se da una tremenda duplicación de gastos, esfuerzos
humanos, etc., para atender sectores diferenciales de la población y una escasa o nula
coordinación, salvo programas o acciones específicas. La calidad de la atención médica,
depende así del sector de la población por atender y su grado de inserción dentro del
sistema productivo.
Dentro de las instituciones públicas, tenemos aquellas que dependen
directamente del Gobierno, y otras que son descentralizadas: La secretaria de Salubridad
y Asistencia (SSA) cumple con los prerrequisitos para poder estructurar un sistema de
atención a la salud que corresponda a las necesidades de la población; plantea algunas
alternativas, aunque usualmente no puedan aplicarse por entrar en contradicción con la
misma estructura económico-social y no contar con suficientes recursos.
La SSA, a pesar de sus grandes deficiencias, es la única institución que ha
estructurado un sistema más o menos efectivo, para implementación de acciones
sanitarias —las que se propone—, y una participación de la población en algunos
programas preventivos —como en su momento el programa de obras rurales por
cooperación, programas de nutrición, vacunaciones masivas, etc., — y en el combate
eficaz de brotes epidémicos de enfermedades trasmisibles.
65
El entonces Instituto Nacional Indigenista (INI)29 como parte muy secundaria de
sus programas, y más como una herramienta de introducción a las comunidades y de
mediatización de las mismas, mantuvo un sistema primario de atención a la salud —de
consulta externa bastante deficiente—, que no lograba cubrir ni siquiera la población
supuestamente a su cargo. La orientación y las acciones del servicio médico prestadas
eran fundamentalmente curativas.
A partir de 1978, se dio un gran impulso a los programas de extensión de
cobertura tanto por la SSA (“PEC”, Programa de Extensión de Cobertura primero, y
Programa de Salud Rural “PSR”, después), y todo el programa COPLAMAR∗ que para los
fines de salud lo tomó el IMSS,∗∗ que consiste en la instalación de centros de atención
primaria a la salud en áreas marginadas rurales y después pretendió incluir las áreas
marginadas urbanas. La cobertura poblacional que intentaba cubrir el programa
IMSS/COPLAMAR, era de aproximadamente 10 millones de personas. Sin embargo, en la
realidad, la cobertura fue mucho menor dado que muchos de los centros del
IMSS/COPLAMAR se instalaron en poblaciones que ya tenían centros de salud (Crevenna,
1983:46).
Sin embargo y por otro lado, aunado con lo anterior, para el sector salud, las
prácticas curativas populares de Chiapas y sobre todo en las regiones Altos y Selva, cuya
29 El Instituto Nacional Indigenista (INI) después de 54 años de trabajo con los pueblos indígenas, se transforma a partir del 5 de julio de 2003 en la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI). ∗ COPLAMAR. Coordinación de Planeación para las Áreas Marginadas Rurales. ∗∗ Instituto Mexicano del Seguro Social
66
población es mayoritariamente indígena, constituyen la opción de atención a la salud
más inmediata y económica.
En un estudio sobre morbimortalidad realizado por Graciela Freyermuth (1988),
analiza las diez primeras causas de muerte a nivel estatal y regional, que para estas
últimas décadas siguen vigentes.30 En primer y segundo lugar se encuentran como
causa de defunción, las enfermedades gastrointestinales y las neumonías, presentando la
región de los Altos las tasas más elevadas. La cirrosis hepática y otras enfermedades
crónicas del hígado adquieren una mayor relevancia. Por otro lado, las enfermedades
crónico-degenerativas, como la diabetes y el infarto al miocardio ya se encuentran
presentes y van desplazando a las enfermedades infecciosas como causa de muerte. Los
homicidios y lesiones inflingidas intencionalmente son la segunda causa de muerte en el
estado, con una tasa superior a la nacional. Esta elevada incidencia puede deberse, entre
otras cosas, a la violencia y represión originados en los conflictos por la tierra, al alto
índice de alcoholismo estatal y a la forma en que se dirimen los conflictos en algunos
municipios (Freyermuth, 1993:25).
También son causa de muerte en el estado, la tuberculosis, que se sitúa como
cuarta y quinta causa de muerte a nivel estatal y regional. Y la desnutrición, esta
presente como causa de defunción a nivel regional; ambas atribuibles a las condiciones
de muy alta marginación en que vive la población de la región. Por otro lado, se
encontró entre las principales causas de muerte, a las enfermedades gastrointestinales,
respiratorias y a las prevenibles por vacunación, todas adjudicables a las precarias 30 La constatación de la información estuvo basada en la etnografía realizada entre 1997-2002.
67
condiciones de vida y a los deficientes programas de inmunización (Freyermuth,
1993:26).
Otras de las principales causas de defunción en el estado son las relacionadas con
el embarazo, parto y puerperio esta situación muestra el poco acceso a los servicios de
salud en el caso de parto complicado y la mala atención del parto intradomiciliario que
prevalece en la región (IMSS-Solidaridad, 1990; en Freyermuth, 1993). Esta información,
hasta el momento nos permite observar el grave problema en la distribución de los
medicamentos para salvaguardar las condiciones de salud de las poblaciones rurales
marginadas de nuestro país.
Ahora bien, es importante observar las carencias en materia de salud en el estado
y de los altos índices de morbimortalidad indígena por problemas mayoritariamente
posibles de solucionar promoviendo una mejora en el nivel y condiciones salubres de
vida de las sociedades marginadas. Sin embargo, la presencia de proyectos de
bioprospección con fines biotecnológicos poca preocupación muestran ante estos hechos
socio-culturales y económicos, ya que su pleno interés está enfocado al desarrollo de
medicamentos caros para las enfermedades más comunes en las sociedades del primer
mundo, dejando con ello un rezago en contribución a la mejora de las condiciones de
salud de la población marginada de donde obtienen la mayor información sobre la flora
y fauna medicinal. En este sentido, se puede observar la debilidad de la ética
68
profesional31 frente a la necesidad económica; es decir, que cada vez más crece la
perdida por la justicia social.
Lo anterior no puede observarse de manera aislada, principalmente porque el
principal factor que explicaría el rezago de la salud en el estado de Chiapas es la falta de
recursos en el contexto de un perfil socioeconómico muy desfavorecido, la dispersión y el
aislamiento geográfico y una infraestructura deficiente (transporte, comunicaciones y
servicios de agua/saneamiento). Podemos decir que de no haber modificaciones
sustanciales en las condiciones de vida y salud de la población, y en la organización y
funcionamiento de los servicios de salud, el estado de Chiapas continuará teniendo
graves problemas de salud pública, principalmente por el gran número de enfermos y
muertes que se registran, sobre todo en la población con mayores desventajas
económico-sociales, así como por los altos costos para su atención, tanto para los
servicios de salud como para la población (incapacidad laboral, gastos de transporte a
los servicios de salud, etcétera).
31 La ética se ocupa ante todo del tema del bien: qué es bueno hacer, quién es un buen profesional, al servicio de qué bienes está una profesión... Pero si ha esta visión de la ética incluimos la deontología que se ocupa ante todo de deberes y obligaciones, podría construirse un conjunto de normas exigibles a todos los que ejercen una misma profesión, como en la medicina, la bioprospección, la biotecnología y la antropología por mencionar algunos.
69
Capítulo III
De las primeras exploraciones botánicas al desarrollo de la bioprospección en México
Introducción
Hablar de las primeras exploraciones y el desarrollo de la bioprospección en México nos
permite enmarcar la profundidad histórica del interés extranjero por la flora mexicana.
Igualmente, se observa cómo otros particulares obtienen beneficios económicos con
estos recursos bióticos. Así también, vemos cómo los ámbitos locales adquieren un
nuevo protagonismo y una gran vitalidad, generando múltiples formas de identidad en el
discurso de salvaguardar la biodiversidad.
Esto anterior, se encuentra justificado en el discurso político internacional
preocupado por la degradación ambiental, la creciente deforestación, la contaminación y
el agotamiento de los recursos naturales. Por lo mismo, las diversas justificaciones que
se han generado a lo largo de la historia, referentes a la investigación, los usos y la
explotación de la biodiversidad, han sido por lo general de corte científico, ecológico,
económico, político o hegemónico. Y, es que, al paso del tiempo, las sociedades
autoritarias han generado discursos que les permiten justificar el aprovechamiento de los
recursos bióticos.
Además, en este apartado se pretende romper por un lado con la historia
institucional para tener una visión más abarcadora del fenómeno: no sólo desde la
70
interpretación institucional de la academia, sino sobre todo desde el punto de vista de la
misma sociedad. Por lo que, a lo largo de este capítulo trataré de guiar al lector para que
distinga en que momento predomina la voz de la historia institucional, la fáctica y la
propia.
El paso del tiempo en el uso de la flora mexicana32
En México, el uso de plantas medicinales ha sido y sigue siendo uno de los recursos más
importantes para la atención de las enfermedades más comunes. Por sus condiciones
biogeográficas el país se encuentra privilegiado porque posee una de las floras y faunas
más ricas del planeta. Se estima que en el mundo existen 300,000 especies vegetales.
México cuenta con 30,000 y de estas 15,000 se encuentran en el estado de Chiapas
(OMIECH, 1997).
Por lo mismo, hablar del interés extranjero por la diversidad de flora que posee
México es remitirse, por un lado, a los antecedentes históricos que nos ofrecen algunas
fuentes documentales de la Colonia (crónicas y códices); y por otro, a los estudios
específicamente botánicos que datan desde el siglo XVI al XX.
Una primera referencia es la impresión que tiene Cristóbal Colón cuando observa
un contexto florístico muy diferente al del Viejo Mundo, en este sentido se expresó:
32 La mayor parte de esta información está basada en De la Peña, Ignacio, “Reseña de las exploraciones botánicas en México, siglos XVI al XX” en; Estudios de Antropología Médica No. 4 (editores, Vargas Luis y Carlos Viesca) UNAM, México 1986. Además, nos interesa resaltar la importancia de la flora endémica mexicana y no el mestizaje ocurrido durante la Colonia española.
71
“Nunca había visto puerto tan bello, árboles tiernos y verdes, llenos de flores de colores
vivos y cargados de frutos”. En ese primer momento Cristóbal Colón recolecto plantas
para llevar como muestra a los Reyes de España.
Más tarde, en 1517 Francisco Hernández de Córdova llega a tierras de Tabasco y
Yucatán, un año más tarde 1518, Juan de Grijalva siguió esa ruta, y finalmente en 1519
Hernán Cortés inició la firme empresa de conquistar estas nuevas tierras; durante esta
etapa realizan continuos comentarios y descripciones que se hacían sobre ciertas plantas
y flores utilizadas por la gente de los lugares descubiertos.
A esto, Bernal Díaz del Castillo nos dice su impresión: “Y después que entramos
en aquella ciudad de ‘Estapalapa’ visité los palacios, fuimos a la huerta y jardín, que fue
cosa muy admirable verlo y pasearlo que no me hartaba de mirar la diversidad de árboles
y los olores que cada uno tenía, y andenes llenos de rosas y flores y muchos frutales y un
estanque de agua dulce” (Díaz del Castillo, 1994).
El mismo don Hernando Cortés nos habla de “una fruta como almendra (cacao)
que de ella venden molida y teniéndola en tanto, que se trata por moneda en toda la
tierra, y con ella se compran todas las cosas necesarias en los mercados y otras partes”
(Cortes, 1993:57).
En esas primeras descripciones no había un carácter científico. Si embargo, llegó
fray Bernardino de Sahagún, quien supo describir las “propiedades de los animales,
aves, peces, árboles, hierbas, flores, metales y piedras de colores de la Nueva España”.
Su obra Historia General de las Cosas de la Nueva España, contiene la versión más
fidedigna sobre las complejas manifestaciones culturales de los indios. En especial en su
72
libro undécimo, capítulo séptimo, nos habla de: “ciertas yerbas que emborrachan; de las
setas; de las yerbas que se comen crudas; de las yerbas medicinales; de las yerbas
olorosas; de las yerbas que no son comestibles ni medicinales ni ponzoñosas
(venenosas); de las flores y árboles que en ellas se crían, de las flores y yerbas silvestres;
de los arbustos, que ni bien son árboles, ni bien yerbas y de sus flores” (Sahagún, 1999).
Sahagún pasó 61 de sus 90 años en la Nueva España; llegó en 1529 y falleció en
1590. Realizó una investigación de la cultura náhuatl, utilizando un método
revolucionario para su época. Uso cuestionarios que le facilitaron la obtención y
conservación de información referente a los sujetos que interrogaba sobre los más
diversos aspectos de la vida de los antiguos mexicanos; estos cuestionarios fueron
contestados por las personas más ancianas de la comunidad. Las contestaciones fueron
en náhuatl, traducción al latín y al castellano (de la época) por indígenas. Las zonas
estudiadas fueron: Tepepulco, Tlatelolco, Tlalmanalco y Xochimilco (Sahagún, 1999).
Más tarde, enviado por el rey Felipe II de España, llega su médico Francisco
Hernández en calidad de “protomédico general de todas las Indias, islas y tierra firme
del mar océano”. En el mes de marzo de 1571, Francisco Hernández viaja a Veracruz
iniciando así la primera investigación científica en América; Hernández recorrió
ampliamente en la Nueva España, zonas que hoy corresponden a Michoacán, Colima,
Querétaro, Tehuantepec, Oaxaca, Morelos, Puebla y Guerrero, fue acompañado de su
hijo Juan Fernández Caro y un numeroso grupo de ayudantes, la mayoría indígenas, que
incluía a tlacuilos para que dibujaran las plantas colectadas; venía también un geógrafo,
Francisco Domínguez así, como Antón Baltasar Elías y Pedro Vázquez (Lozoya, 1999).
73
Francisco Hernández no sólo fue un gran colector de plantas sino que realizó
experimentos con ellas, para ello acudió al Hospital Real de Naturales y con otros
médicos de este hospital aplicó y dio plantas medicinales a los indígenas que se atendían
en él. Uno de los médicos que colaboró con Hernández fue Alfonso López de Hinojosa,
autor de una de las primeras obras médicas escritas en castellano en América.
Francisco Hernández permaneció en México siete años, su obra quedó en
dieciséis libros que entregó a Felipe II. Falleció Francisco Hernández en 1587,
incomprendido por su rey y sin que se hubiese conocido su obra. Ésta fue el primer
intento científico de una clasificación de las plantas americanas, y ha servido como
punto de comparación para todos los estudios posteriores sobre aspectos botánicos de
nuestro país.
Felipe II interesado de la ciencia de su época, en especial de la geografía, realizó
de su puño y letra unos cuestionarios, Relaciones de los pueblos españoles y de indios de
la Nueva España, conocidos también como Relaciones Filipinas. Estos cuestionarios
han sido considerados también como una forma de “expedición científica” debido a que
se distribuyeron a través del país. Entre otras cosas se preguntaba sobre “yerbas
aromáticas y sus virtudes medicinales o venenosas conocidas por los indígenas”.
Después de estos inicios de investigación científica de la flora mexicana no encontramos
noticias hasta el siglo XVIII; William Houston en 1729 exploró el país realizando
estudios botánicos (De la Peña, 1986: 56).
Este personaje exploró las “Indias Orientales” y parte de la República Mexicana.
Envió semillas americanas a Philip Miller; superintendente de los farmacéuticos de
74
Chelsea, en Inglaterra. En este país se publica una de sus obras Historia
PlantarumRariorum (1728-1732), que contiene grabados iluminados de los géneros
gronovia, milleria, martynia y turnera; así como varias especies de pasiflora (Ídem.)
Sobre plantas mexicanas escribió un tratado, mencionado “la contrahierba” y “la
jalapa”. Hizo algunos grabados de flores y frutos, cuyas copias llegaron hasta Linneo,
quien les dio nombre. Joseph Banks, publico en 1781 los trabajos de Houston, con
ejemplares disecados por el propio Houston, que se encuentran en el Museo de Londres
(Ídem.) Entre 1789-1794, Malaespina, por indicaciones de Carlos III de España, realiza
un viaje de circunnavegación terrestre. Como parte de la tripulación estuvieron dos
botánicos, un francés naturalizado español llamado Luis Neé, un infatigable científico
que al término del viaje había colectado diez mil especies de plantas secas, incluyendo
cuatro mil nuevas. Todo este material se encuentra en los museos madrileños. Luis Neé
en compañía de otro botánico, Thaddaeus Hoenke, concretaron el recorrido del camino
Acapulco-México. Los trabajos de Hoenke se han localizado en Praga y en Viena, dos
volúmenes ilustrados titulados: Reliquiae Hoenkeanae, que se encuentran en museos de
Londres (De la Peña, 1986:56).
Posteriormente, a fines de 1787 la expedición de “Historia natural para la Nueva
España” desarrolla otra etapa de la investigación botánica. Esta expedición llegó a
territorio mexicano a finales de 1787, permaneciendo hasta mediados de 1803. La idea
de la expedición nació del rey Carlos III de España, inteligente monarca español, un
estudioso de las ciencias naturales y por lo mismo mandó expediciones a los diferentes
territorios conquistados por la corona española; así los botánicos Ruiz, Pavó y Dombey
75
estuvieron en Chile y Perú; Cuellar recolectó plantas en las Filipinas; nuestros conocidos
Neé y Hoenke acompañaron a Malaespina alrededor del mundo, finalmente una
expedición con un grupo de botánicos enviada a la Nueva España, encabezada por Sessé
y Locasta, seguido de Juan Siego del Castillo, Jacobo Senseve, José Longuines
Martínez, Vicente Cervantes y Juan Cerda, este último como dibujante. Estando ya en
México se les incorporó José Mariano Mociño, botánico mexicano, que con el tiempo
sería uno de los más grandes botánicos del siglo XVIII; el puesto que desempeñó
Mociño fue de “Disecador de animales”. Parte del programa por realizar que tenía esta
expedición era el de fundar un jardín botánico en México, esto fue posible el 1° de mayo
de 1788 (Ídem.)
Vicente Cervantes fue su primer director. En este jardín botánico se llegaron a
tener más de 300 plantas medicinales clasificadas. Más tarde, Martín Sessé y José Ma.
Mociño consagraron buena parte de su vida para lograr la primera colección científica de
plantas mexicanas. Mociño recorrió el país por el sur hasta Guatemala; por el occidente
llegó a la Sierra Tarahumara y parte de Sonora; por encargo del virrey (1793) exploró el
volcán de San Andrés Tuxtla, que meses antes había hecho erupción. En 1795 junto con
Martín Sessé y Maldonado exploraron más de 3,000 leguas, recorrieron desde las
Californias hasta Nutka, incluyendo Punta Arenas en Costa Rica. Como resultado de
este recorrido aparecerán las obras Flora Mexicana y Plantae Novae Hispaniae en los
cuales se estableció la nomenclatura científica de unos 4,000 especimenes, incluyendo
cerca de 1,500 dibujos, que fueron tomados al natural (Ídem.)
76
Con el material obtenido, Mociño se enmarca como un precursor dedicado al
estudio de las propiedades medicinales de las plantas recogidas, según sus propias
palabras: “para que pueda México gloriarse de tener su materia médica propia,
compuesta sólo de los remedios de virtud indisputable” (De la Peña, 1986:57).
Para principios del siglo XIX, llega un nuevo grupo de botánicos encabezados
por Alejandro de Humboldt, estos son: Aime Bonpland y Carlos Montofar. El grupo
trabajó por espacio de 10 meses (abril de 1803 al mes de enero de 1804) (Humboldt,
1991). Exploraron distintos lugares, como las vertientes occidentales de los Andes
mexicanos (Playas del Océano Pacífico hasta Texcoco) las regiones frías y templadas de
la Mesa Central del Valle de México. Las regiones mineras de Guadalajara, el Bajío y
Michoacán; las vertientes orientales de los andes mexicanos, desde Perote hasta el
Océano Atlántico. Como producto de esta exploración reportaron 956 especies,
pertenecientes a 380 géneros, dejando constancia del viaje en un libro titulado: Viaje a
las regiones equinocciales de Nuevo Mundo, entre 1824 y 1825, aparecieron
públicamente en las cuales se describían un nuevo género de plantas mexicanas,
principalmente orquídeas del estado de Michoacán, los autores eran un joven mexicano
llamado Juan Larxarza y un sacerdote español, radicado en Michoacán, Pablo La Llave
utilizaron una nueva clasificación ideada por Laxarza, basada en la semillas y el polen
(Humbolt, en De la Peña, 1986:58).
En 1826, es enviado a México, el naturalista alemán Wilheim Friedrich Von
Karwinski, la sociedad Minera Germano-Alemán de Dusseldorf y el gobierno alemán lo
patrocinaban. Este naturalista permaneció en Oaxaca por cinco años, durante los mismos
77
estuvo enviando plantas a su país, principalmente “cactáceas y agaves”. Además,
recorrió también la zona hidalguense (Ixmiquilpan, Zimapán). En 1840, lo encontramos
nuevamente en nuestro país, en esta ocasión enviado por el gobierno ruso, por lo que sus
colecciones fueron enviadas a San Petersburgo (De la Peña, 1986:59).
Por otro lado y cercano a la zona montañosa de Orizaba, Veracruz, en una
hacienda llamada “El Mirador”, otro alemán, Carlos Sartorius formará un herbario con
plantas de la región, la colección fue el producto de 42 años de recolección, al morir
(1872), donó su colección de plantas al Smithsoniano, institución de Washington
(Ídem.).
Entre 1827 a 1830 los estados de Tamaulipas, San Luis Potosí, Nuevo León, y
Coahuila, son recorridos por Juan Luis Berlandier, naturalista belga, sus colecciones se
encuentran en Inglaterra (Ilew). Berlandier murió en Matamoros en 1851. En 1828,
aparecen nuevamente exploradores alemanes en México, Christian Julius Wilhelm
Schiede, doctor en medicina y Fernando Deppe, parten de Veracruz, recorren Jalapa,
Orizaba, Papantla y Misantla. El grueso de su colección se encuentra en museos de
Berlín. Schiede se estableció en México y ejerció como médico, hasta que murió de tifo
en 1836.
En el siglo XIX nuestro país se vio visitado frecuentemente por expediciones
botánicas. En 1827, un navío inglés “Blossom” ancla en costas nayaritas, permaneciendo
tres meses (Dic. 1827 a Feb. 1828), en él se encontraba un naturalista, Mr. Lay, que
recorrió y coleccionó plantas en la zona de Tepic. Fue ayudado por un oficial del barco
llamado Collie. Sus colecciones se encuentran en Kiw, Inglaterra (De la Peña, 1986:60).
78
Entre 1831 y 1833 un médico irlandés, Thomas Couter, colecta plantas en el
estado de Hidalgo (Real del Monte y Zimapán) posteriormente herboriza la zona de
California. Sus trabajos se encuentran en el Trinity College de Dublín. De igual forma,
en 1835, un francés, G. Andrieux, colecta plantas en Oaxaca, Puebla y México.
También, de 1835 a 1840, un grupo de botánicos y horticultores belgas auspiciados por
el gobierno belga, exploraron nuestro país. Este grupo lo formaban: Henry Galeotti,
August Ghiescregh, Turgensen, Jean Jules Linden, Nicolás Funck (Ídem.).
Fue el francés Galeotti, quien colectó principalmente en los estados de Veracruz,
Puebla, Oaxaca, Jalisco, Nayarit, México, y su colección se estima en 7 u 8 mil especies
de plantas secas. Este francés, al recorrer Jalapa colectó orquídeas, recorrió Perote y
Puebla y la base volcánica del Iztaccihuatl. Llegó a Guadalajara y al lago de Chapala. En
1837 fue a Guanajuato; y ascendió al Popocatepetl —colectando de las zonas altas del
volcán— estuvo en el Nevado de Toluca, recorrió Michoacán (Santa María, Pátzcuaro,
Jorullo, Uruapan). En diciembre de 1837, junto con Funck, Ghiesbreght y Linden,
ascendió al Pico de Orizaba; vivieron en una caverna a 11,000 pies, colectaron entre 300
a 400 especies de plantas, en alturas entre 900 a 1,200 pies. En 1839 el grupo de Galeotti
se dirigen a Tehuacan, Oaxaca, Chinantla, para explorar la Mixteca alta, Peñoles y
Jaltepec. A su regreso a Bruselas, Galeotti recibió el nombramiento de miembro activo
de la Real Academia de Bruselas (De la Peña, 1986:62).
Mientras que Ghiesbreght en 1840, cruzó por tres veces las cordilleras de océano
a océano, ascendió a los volcanes de colima, Jarullo y Cempoaltépec. Más tarde explora
en Chiapas. Por su parte, Juan Jules Linden, estuvo en Yucatán, después siguió a
79
Tabasco y Chiapas, en esta región colectó en Ciudad Real (hoy San Cristóbal de Las
Casas). Se considera que Linden tuvo la colección más completa de plantas del sureste
de México (Ídem.).
En 1836 llega a Veracruz Theodor Hartweg, G. J. Graham, enviado por la
sociedad de Horticultura de Londres. Permanecerá en el país hasta 1840. Graham se
estableció inicialmente en Guanajuato, posteriormente visitó León, Lagos de Moreno;
consecutivamente Aguascalientes, Zacatecas, San Luis Potosí; pasando más tarde a
Morelia y Angangueo. Terminado en el estado de Hidalgo (Zimapán). En 1839, Graham
fue enviado a Guatemala aprovechando para explorar Oaxaca, llegando hasta Chinantla.
Los trabajos de Graham fueron publicados por George Bentham, en Londres, bajo el
título de Plantae Hartwegianae. Se le atribuye un estudio de 4 mil especies de plantas
mexicanas. Por otro lado, Karl Ehrenberg, botánico alemán, estuvo en nuestro país por
10 años (1835-1845). Durante ese tiempo estudió las plantas mexicanas, en especial las
cactáceas que introdujo en jardines europeos. Este botánico, exploró las regiones de
Oaxaca, Hidalgo, San Luis Potosí y Estado de México (Ídem.).
Entre ese mismo tiempo (1836-1842), se presentó una expedición realizada por
ingleses con el propósito de explorar la Costa Oeste de América, los ingleses enviaron
una expedición en el barco H. M. S. “Sulphur”, que recorrió de Alaska al Perú. En
México recorrieron San Blas y Tepic, se concretaron a colectar a nivel de las costas,
nunca se adentraron en las tierras visitadas. El capitan del navío fue sir Edward Belcher;
la descripción botánica estuvo a cargo de G. Bentham. Los trabajos publicados fueron
realizados por el cirujano Richard Brinsley Hiñas. Se colectaron plantas secas. Los
80
doctores Hinds y Sinclair que eran oficiales del barco, y George Barclay (jardinero del
herbario de Kew, Inglaterra) hicieron las colecciones (Ídem.).
Posteriormente, enviando por el rey de Dinamarca, llega a México Frederick
Michael Liebman, botánico danés, junto con Rathsak (un jardinero de Dinamarca), que
ayudó en la colección de plantas. Desembarcaron en Veracruz (1840) visitó Colipa,
Misantla y Tuzantla, ascendió al Pico de Orizaba. En 1841 recorren Huatusco,
Coscomatepec, Tomatlán, Acultzingo, conoce la zona montañosa de Chinautla y las
minas de plata en Yavexia. Recorre la costa de Tehuantepec, y finalmente regresa a
Copenhague en junio de 1843, llevó consigo un herbario de 40,000 plantas, además de
colecciones zoológicas. Fue nombrando profesor de botánica en 1845 y director del
Jardín Botánico de Copenhague en 1849. Además, otros dos ingleses, John Potts y su
hermano Federico, sin ser botánicos, John era director de la casa de moneda de
Chihuahua y Federico que vivía cerca de la frontera de Sonora, estuvieron enviando
plantas de esas regiones al Jardín Botánico de Kew en Inglaterra. Durante los años de
1842 a 1850 (De la Peña, 1986:62).
Así mismo, en 1845 un alemán Carl Séller, patrocinado por la sociedad de
Horticultura de Viena, colectó por tres años en Yucatán, Chiapas y Tabasco. Y durante
la guerra entre México y los Estados Unidos, (1846-1848), oficiales norteamericanos
colectaron plantas en nuestro país, el mayor Eaton y los doctores Edward y Josiah Gregg
81
exploraron y colectaron en Nuevo León, Coahuila y el sur de la ciudad de México. La
mayor parte de su trabajo se refiere a las especies Coniferae y Cactaceae (ïdem.).33
Por otra parte, entre 1865 y 1866 se presentó una comisión científica francesa en
México. En esta comisión se encontraba E. Bourgeau, un botánico que colectó
abundantemente plantas mexicanas en zonas de Veracruz, Puebla, Oaxaca. Las plantas
colectadas se encuentran en el museo de Historia Natural en París, Francia. Entre los
colectores de esa comisión estaban el doctor Gouin, jefe del Hospital Militar de
Veracruz; el capitán Emy, el doctor Weber, el doctor Reboud, entre otros. Es interesante
mencionar a D. G. Bilimeck, jardinero de Maximiliano que también colectó plantas
mexicanas, y junto con Manuel Villada fundaron el Museo Nacional de México (De la
Peña, 1986:63).
En 1868 se estableció en nuestro país la Sociedad Mexicana de Historia Natural.
Esta sociedad fue el núcleo más importante de los investigadores de la flora y fauna. Los
trabajos de esta sociedad se publicaron en su revista La Naturaleza, la cual apareció en
1869 hasta 1914, en que se interrumpieron las actividades de la sociedad. En esa época
Eleuterio González investigó la flora de Monterrey; Agustín Barrios, la de Tehuantepec,
Joaquín y Juan Dondé, publicaron sus observaciones sobre plantas de Yucatán (Ídem.).
El 13 de diciembre de 1877, el VII Congreso Constitucional de México, por
33 Posteriormente a esta guerra, se nombró una comisión para determinar los límites de la frontera entre México y los Estados Unidos; en esta “Comisión exploradora” había una sección botánica al frente de la cual estuvo el doctor C. C. Parry (inglés), los trabajos se iniciaron en 1849, la parte principal de las colecciones botánicas se realizaron en el norte del país.
82
votación unánime creó dos comisiones exploradoras destinadas a la colección de datos
geográficos y estadísticos en el territorio de la República:
El propósito de estas comisiones eran el de levantar una carta general del país a
escala 1:100,000, con un fin básicamente militar, pero debido a problemas con el
presupuesto, sólo quedó una comisión, misma que recibió el nombre de Comisión
Geográfica Exploradora. Además, por idea expresa del general Porfirio Díaz, la
comisión únicamente “debería preocuparse particularmente por el conocimiento de los
recursos naturales del país”, de esta manera dejaron olvidado el aspecto militar (Ídem.).
La comisión creó un museo, al frente del cual quedó el investigador Fernando
Ferri, ingeniero militar. Hubo exploraciones científicas a Baja California, Campeche,
Puebla, Jalapa. El museo quedó establecido en Tacubaya en el edificio del
exarzobispado, en donde había estado el colegio Militar. Entre otras salas, había una
destinada a la colección botánica. Para la clasificación botánica se seguía a Bentham y
Hooker en su “Genera Plantarum”. El museo tenía relaciones constantes con el Instituto
Smithsoniano de Washington y realizaba intercambios con centros científicos de París.
Con motivo de la exposición internacional de París en 1889, se enviaron entre
otras cosas 5,500 especies distintas de plantas. En 1884 un general porfiriano, Carlos
Pacheco, estando a cargo de la Secretaría de Fomento, Colonización, Industria y
Comercio, inició por medio de cuestionarios un estudio nacional de las condiciones
climatológicas del país, de las diversas enfermedades propias de cada zona de la fauna y
en especial de las plantas medicinales de cada región. Las ideas del general Pacheco
culminaron con la creación (7 de diciembre 1888) del Instituto Médico Nacional, un
83
organismo que intentó llevar un estudio científico de las plantas medicinales de nuestro
país. En este centro de investigación destacaron el doctor Fernando Altamirano su
primer director, además del gran colector de plantas: incursionó por Michoacán, Oaxaca,
Querétaro, Guadalajara, Tampico, Tula, Toluca y algunos lugares más de nuestra
Republica. El encargado del herbario fue Gabriel Alcocer, en donde tenían prioridad las
plantas medicinales (ïdem.).
Al quedar suprimido el Instituto Médico Nacional el 6 de septiembre de 1915,
contaban con catorce mil ejemplares de plantas montadas y clasificadas, más de 3,500
montadas y sin clasificar, y como dos mil sin clasificar. Al finalizar el siglo XIX,
nuestro país había sido explorado ampliamente, investigando sus plantas, se habían
creado centros específicos para su estudio, quedando en esa forma el inicio de una
subestructura para una exploración comercial de las mismas, lo que no fue posible en el
siguiente siglo (De la Peña, 1986:64).
Ahora bien, lo expuesto en este apartado nos presenta una imagen general de
cómo se ha venido desarrollando el interés por la flora mexicana. En un principio, para
el occidental, fue la rareza lo que llevó su interés por las nuevas especies.
Posteriormente, un interés más científico y político. Más tarde, observamos una
intención más crematística de la flora. Al respecto no habla Paul Hersch:
Podemos distinguir de manera global como elementos que intervienen en la comercialización
de plantas medicinales en nuestro país: sus características fisiográficas y climáticas; su
modelo económico inserto en un complejo sistema capitalista dependiente, del que es
expresión un creciente deterioro en los niveles de vida de la mayor parte de los trabajadores
84
y sus familias; las diferentes interpretaciones del proceso salud-enfermedad, que se
manifiesta en medidas terapéuticas heterogéneas expresando a su vez la pluralidad cultural
de México (Hersch, P. 1999;23).
Si bien, se puede observar el interés comercial además de científico de la flora
mexicana podemos observar una creciente demanda mundial al decir de los
medicamentos obtenidos a partir del procedimiento industrial de las plantas medicinales,
dice Hersch que se ha calculado en 1500 millones la cantidad de seres humanos que
recurren a medicinas y terapias tradicionales en la actualidad, de las cuales el 95% son
terapias de origen vegetal (Hersch, P., 1999;24).
Como ya hemos dicho cerca del 60 ó 70 por ciento de las prescripciones
farmacéuticas de los países industrializados contienen productos naturales, más de 500
plantas son utilizadas por la medicina dominante, y en Alemania, el 40% de los
medicamentos registrados se elaboran a partir de ellas. En el caso particular de los
Estados Unidos, a pesar del modelo altamente tecnificado de atención médica
dominante, casi el 40% de los medicamentos que se prescriben en la actualidad tienen
este tipo de compuestos. Por lo que el uso tradicional de las plantas en las culturas
medicas populares resulta altamente coincidente o sustentado mediante la valoración
científica de sus contenidos químicos (Ídem., pp. 24).
Señalar estos y otros aspectos de la importancia de la flora medicinal mexicana
para el mundo, nos introduce al campo de la bioprospección como principal método para
demarcar un mercado local, nacional y global de estos recursos genéticos,
principalmente como materia prima para la industria biotecnológica.
85
Biodiversidad: un espacio para la bioprospección y la biopiratería
En el apartado anterior se resumieron las exploraciones botánicas en México, desde
principios de la Colonia, lo cual nos ilustra el creciente interés intelectual, médico y
científico por la biota del Nuevo Mundo. En la actualidad, ese interés se ha transformado
en un amplio campo de exploración y explotación económica para la biotecnología. Sin
duda, son innegables los aportes que esta industria ha generado para salvaguardar la
salud de diversas poblaciones o contribuir a la mejora de ciertos alimentos y su
producción más acelerada. Pero, ¿a qué precio social y humano?
Esta cuestión, surge de la reflexión que hacemos de las últimas décadas del siglo
XX, donde los cambios en las fuerzas políticas y el advenimiento de nuevas tecnologías,
especialmente la biotecnología y la informática, han contribuido al desarrollo de un
mercado global. De tal manera, que la capacidad de identificar e incorporar material
genético exótico a los productos comerciales han acelerado los cambios en la industria y
en los sistemas de propiedad intelectual.34 Principalmente, porque los investigadores han
descubierto nuevas formas de usar los recursos bióticos: en la salud, la alimentación y en
otros propósitos biotecnológicos con una amplia visión de expansión.
34 Los derechos de propiedad intelectual (DPI) son los derechos legales a monopolios temporales cuya finalidad es asegurar que los inventores de tecnología cosechen los frutos de su inversión. Los utilizan los gobiernos para recompensar y, por ende, promover el avance tecnológico. Las formas básicas que toman los derechos de propiedad intelectual son las patentes, los derechos de autor o copia (copyrights) y las marcas registradas. Las patentes interesan a los pueblos indígenas porque la industria biotecnológica las utiliza para obtener derechos exclusivos de comercio sobre productos creados a partir del conocimiento indígena y los recursos genéticos aborígenes (Rothschild, 1996:31).
86
Estas nuevas oportunidades de mercado, han promovido nuevos sectores de
investigación e inversión. Sin embargo, el uso de las nuevas tecnologías y la esperanza
de sustentabilidad que se deposita en ellas, dependen definitivamente de las
posibilidades de acceso por parte de la sociedad a una amplia gama de recursos
genéticos.
En este marco, se han generado amplias discusiones frente a la importancia
crucial por la conservación y gestión de los recursos vivos del planeta o biodiversidad.
Sin embargo, la biodiversidad en el contexto político del desarrollo global y la ciencia,
es muy reciente. Se presenta a fines de la década de los ochenta, entre los círculos
especializados de la conservación biológica y alcanza su concreción más alta en dos
documentos clave: Por un lado, está la Estrategia global para la diversidad, publicado
por el World Resources Institute (WRI, Instituto Mundial para los Recursos Naturales)
localizado en Washington, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente
(PNUMA), y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN,
recientemente convertida en World Conservation Union); y por otro, la Convención
sobre la Diversidad Biológica,35 firmada por 154 países en la “Cumbre de la Tierra” de
Río de Janeiro en junio de 1992, ya ratificada por muchos (Escobar, 1997:10).
Sin embargo, gran parte de las discusiones y decisiones que se han tomado sobre
la biodiversidad tienen lugar lejos de las tierras indígenas, los acuerdos multilaterales
35 El Convenio sobre Diversidad Biológica (CDB) es el primer acuerdo obligatorio a nivel mundial que exige a las 165 naciones signatarias, la conservación y uso sostenido de los recursos biológicos del planeta. Establece un nuevo marco legal internacional con respecto a la diversidad y sienta las bases para un desplazamiento de los recursos monetarios y tecnología de los países desarrollados a las naciones en desarrollo para la conservación de los recursos biológicos (Rothschild, 1996:75).
87
pertinentes a menudo pierden de vista a los pueblos indígenas que son afectados por
ellos. Casi nunca se invita a los pueblos indígenas a participar en dichas discusiones, por
lo que en alto grado son acuerdos unilaterales.
Unido a esto anterior está el papel de las nuevas tecnologías. Este hecho ha
llevado a una revolución en los sistemas de propiedad intelectual. Debido a que, tanto la
innovación como la investigación han adquirido una fuerte presencia en los asuntos
mundiales.
Ahora, todos los países se verán afectados por el nuevo rol que jugará la
propiedad intelectual en muchos aspectos del desarrollo sociocultural y el medio
ambiente. Para el Tercer Mundo, en particular, será amplio el impacto de la propiedad
intelectual sobre los agricultores, las sociedades rurales y la diversidad biológica —
inclusive genética—. Porque ahora, la propiedad intelectual y la biodiversidad son
asuntos de gran importancia para la humanidad y sólo algunos cuantos son lo que
deciden cómo es bueno preservarla.
Bioprospección
Uno de los fenómenos más persistentes y de mayor expansión en el escenario político
del último cuarto de siglo es la conciencia pública de la degradación ambiental, por lo
que interesa conservarla. Aunado al interés por la conservación de la biodiversidad se
encuentra la bioprospección. Ésta, define a la actividad de un sujeto o sujetos que
realizan una exploración, extracción e investigación de la diversidad biológica y el
88
conocimiento local de un grupo cultural en busca de recursos genéticos y bioquímicos
valiosos para la ciencia y la tecnología. Por consiguiente, el bioprospector o “cazador
de genes” es un especialista en la obtención de información referente a la utilidad local
de los recursos naturales de un grupo étnico para después tomar muestras y analizarlas.
Para un “cazador de genes” al servicio de una multinacional farmacéutica, la
biodiversidad es algo muy distinto; su percepción de las especies estará filtrada por la
posible utilidad médica o bioquímica de ellas. Su relación con las comunidades locales
se reducirá a obtener información sobre los usos actuales de las plantas (Escobar,
1997:13). Cuando se han descubierto las utilidades comerciales de esos recursos, en lo
común, suele ocurrir que alguna compañía obtiene la patente;36 como consecuencia se
establece un mercado para desarrollar el producto y comercializarlo, por ese motivo la
compañía retorna al lugar de la materia prima para explotarla y su explotación puede ser
de diversas formas y en ocasiones con consecuencias graves para la ecología y la
sociedad del lugar (Rothschild, 1996). 37
36 Antes de seguir adelante conviene poner en claro el significado de patente dentro del ámbito de la jurisprudencia y de la administración, disciplinas qué entiende como tal el derecho de propiedad que se concede a una persona para explotación exclusiva de un invento, y es propia de cada país. Vinculado con la patente, se encuentran los derechos de propiedad intelectual, como da cuenta la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas de 1948; los derechos culturales y los derechos de propiedad intelectual se encuentran estrechamente relacionados. En el Artículo 27 se afirma que “toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso científico y en los beneficios que de él resulten”, y que “toda persona tiene derecho a la protección de los intereses morales y materiales que le correspondan por razón de las producciones científicas, literarias o artísticas de que sea autora” (Bayardo, 2002:2). 37 Para que se concedan, las patentes han de ser ideas o resultados, novedosos, prácticos, que se traduzcan en una realidad industrializable, con una duración de 10 a 20 años, no prorrogables, y el pago de una cuota anual por patente.
89
Las corporaciones farmacéuticas, que buscan recursos bióticos para desarrollar
nuevos productos a partir de plantas con cualidades medicinales, son los bioprospectores
más activos y quienes más dependen de los pueblos indígenas y de su conocimiento
local (Ídem.). La industria que se dedica a explotar la diversidad biológica o
biodiversidad se conoce como Industria Biotecnológica, la cual incluye corporaciones
que producen semillas, fertilizantes, vegetales, textiles y drogas farmacéuticas. Pero, no
se limita sólo a estos campos de acción ya que en los últimos años hemos escuchado
hablar de los avances en la industria genética, la cual ha causado amplias discusiones en
el mundo sobre su utilidad y consecuencias.
El interés por recoger recursos genéticos involucra directamente a los pueblos
indígenas porque éstos viven en las más diversas regiones del mundo. Mas, no es simple
coincidencia, algunos pueblos indígenas han aprovechado desde siempre sus recursos de
forma tal que el impacto en el medio ambiente es mínimo. Su relación con el medio
también incluye un profundo conocimiento de los recursos naturales y su uso
sustentable. Ese conocimiento puede ahorrar mucho tiempo y dinero a los
bioprospectores a la hora de investigar los recursos de un área particular.
La mayor parte de la biodiversidad reside en los bosques tropicales. Se calcula
que las selvas contienen la mitad o incluso las dos terceras partes de las plantas con
flores de la Tierra. El valor de esta variedad para el futuro de la humanidad es
incalculable. Sólo hace falta pensar en que los centros de biodiversidad han sido el
origen de muchas plantas cultivadas y son una reserva genética de rasgos útiles que
podrían ser incorporados en los futuros programas de mejora y en la búsqueda de nuevos
90
fármacos y otros bienes. Muchos de los medicamentos que usamos proceden directa o
indirectamente de fuentes biológicas. Se calcula que sólo se ha explorado el 1% de las
plantas silvícolas como fuente potencial de fármacos.38
En el campo de la salud, el 80% de la población mundial es al menos
parcialmente dependiente de la medicina tradicional y de las plantas medicinales para
tratar sus dolencias (Shelton, 1993). La conservación de la biodiversidad farmacéutica
corre serios riesgos. Más de 2/3 de las especies vegetales del mundo – de las cuales al
menos 35.000 tienen valor medicinal potencial – se originan en los países en vías de
desarrollo (Quiambao, 1992).
De acuerdo a lo expuesto en un encuentro internacional de expertos del Sur,
realizado en Tanzania en 1990, al menos 7,000 componentes de la farmacopea
occidental – desde la aspirina a las píldoras anticonceptivas – son obtenidas de las
plantas (Mshigenio 1990). El valor estimado (precio de fábrica) de los materiales
farmacéuticos del Sur puede oscilar entre los 35,000 a los 47,000 millones de dólares
para el año 2000 (PNUMA 1992). Debido a que el desarrollo de las plantas medicinales
descansa en la sabiduría de los pueblos indígenas y de las sociedades rurales, surge
inevitablemente la preocupación acerca de la propiedad intelectual y cómo compartir
beneficios en forma equitativa.
Aunque no hay duda de que la conservación de la diversidad biológica que
hagamos ahora, producirá beneficios económicos y sociales considerables en los años
38 En el ámbito de la industria farmacéutica se especula que más del 40% de todos los medicamentos del mundo contiene ingredientes activos derivados de plantas tropicales, y el valor natural de éstas asciende a 40 billones de dólares (Escobar, 1997:8)
91
venideros, debemos reconocer que las ganancias se obtendrán lentamente, que habrá
pocos éxitos espectaculares en lo financiero y que sólo aquellos países que desarrollen
simultáneamente estrategias de conservación y desarrollo de la biodiversidad podrán
obtener una recompensa significativa.
El cuidado de la biodiversidad y las actividades relacionadas a ello, abrirán
nuevas oportunidades de mercado, tanto nacionales como internacionales.
Probablemente, el potencial de mercado para los países menos desarrollados, será mayor
en la venta de plantas medicinales y en el desarrollo de características genéticas
específicas para cosechas de exportación de alto precio, por ejemplo, especias, materia
prima de bebidas, golosinas y pastelería. Esto puede llevar a algunos países a olvidar la
aplicación más inmediata de los biomateriales para propósitos nacionales, olvidando
quizás que la biodiversidad existe localmente porque está adecuada ecológicamente, y
que está respaldada por el conocimiento y la experiencia local.
Algo simple, pero importante de recordar, es que ningún país o región puede
acaparar el mercado de la biodiversidad. Ningún país o región es autosuficiente en
biomateriales. Los últimos siglos han sido testigos de una especie de juego de ajedrez
botánico, donde los alimentos básicos y las cosechas de exportación de alto precio se
han ubicado y reubicado en diferentes partes del mundo cada vez que el mercado y las
oportunidades cambiaban.
Nuestra interdependencia genética es aún más evidente cuando tomamos en
cuenta las mercancías de exportación. Ejemplo, aunque la fuente principal de caucho
natural en el mundo se originó en Brasil, el centro de la producción y de muchas de las
92
innovaciones actuales sobre el caucho, es el Sudeste asiático. Las empresas que trabajan
en biotecnología están permanentemente evaluando la posibilidad de explotación de
otras plantas portadoras de látex de orígenes tan lejanos como México y la India
(Industrial Bioprocessing, 1993).
Por otro lado, siguiendo con más ejemplos, el Sudeste asiático es también el
centro de producción de aceite de palma, aunque el origen genético está en el África
tropical. El lugar de origen de la planta que da base a la industria cafetera
latinoamericana es Etiopía y la producción de sisal en África oriental se basa en
germoplasma proveniente de América Central. La famosa vincapervinca rosada, una
planta fundamental para el tratamiento de la leucemia infantil, es originaria de
Madagascar, donde ha sido usada por curanderos desde tiempos antiguos. Actualmente
es comercializada por Eli Lilly a partir de germoplasma obtenido en Filipinas y Jamaica
(Cunningham, 1993).
Por consiguiente, los avances en las investigaciones biotecnológicas han traído
consigo grandes problemas en el ámbito natural, social, económico y jurídico. La
biotecnología, entendida como toda aplicación tecnológica que utilice sistemas
biológicos y organismos vivos o sus derivados para la creación o modificación de
productos o procesos para usos específicos,39 permite en la actualidad que se pueda
comercializar con los recursos naturales por medio de instrumentos jurídicos nacionales
39 Convenio de la Diversidad Biológica, 1992.
93
e internacionales, que autorizan a las grandes empresas a extraer los recursos biológicos
de los territorios, en su mayoría habitados por pueblos indígenas.40
Algunos pueblos indígenas, aún tienen un conocimiento amplísimo de cuáles
plantas pueden usarse con propósitos medicinales o de otro tipo. Preguntando a los
indígenas de una localidad qué tipo de hongos mejoran los cultivos, la corporación
aumenta aún más sus probabilidades de desarrollar un producto comercial. Las
corporaciones farmacéuticas en particular dependen de los conocimientos medicinales
indígenas para ahorrar tiempo y dinero en la localización e identificación de recursos
genéticos con cualidades medicinales.
La bioprospección puede tener muchos efectos negativos en la mayoría de los
pueblos indígenas. Sin embargo no debe dejarse de mencionar la contribución que las
investigaciones han generado al campo de la medicina. Uno de los problemas más obvio
es que, si los bioprospectores necesitan grandes cantidades de una planta, es probable
que erradiquen dicha especie de un área o incluso que desmonten el bosque para levantar
huertos a modo de plantaciones, ambas, formas de explotación del suelo que van
totalmente en contra de la biodiversidad. La bioprospección también puede conducir al
comercio y apropiación, por patente, de plantas indígenas medicinales (Rosthschild,
1996).
40 La bioprospección a menudo se concentra en las tierras indígenas, pues las áreas tropicales donde no ha tenido lugar el desarrollo industrial alberga las más diversas colecciones de recursos genéticos a nivel mundial. No obstante, estas áreas también son el hogar de numerosas comunidades indígenas. Los recursos de los pueblos indígenas están siendo explotados sin su consentimiento o participación en los beneficios. La explotación de los recursos genéticos indígenas es la continuación de experiencias pasadas con el caucho, el petróleo y cientos de otros recursos naturales (Rosthschild, 1996).
94
Muchos bioprospectores aseguran que su actividad no representa ningún
problema siempre y cuando lleguen a un acuerdo para compartir los beneficios con los
indígenas. Aseguran que a través de dichos acuerdos, los pueblos autóctonos se
convierten en socios en la bioprospección. Sin embargo, los acuerdos de bioprospección
a los que llegan casi nunca incluyen a los pueblos indígenas como socios en el estricto
sentido de la palabra.
Los bioprospectores tienen acceso a inmensos capitales e información, lo cual les
da una ventaja en cualquier tipo de negociación. Aunque los acuerdos sobre la
bioprospección al parecer respetan las demandas indígenas, pueden tener efectos
desastrosos para los pueblos vernáculos. A menudo, los bioprospectores ofrecen grandes
sumas de dinero a los líderes indígenas para que firmen acuerdos de este tipo, con
promesas de mejores recompensas en el futuro. El ingreso de grandes cantidades de
dinero a las comunidades indígenas puede conducir a su rápida inserción en las
economías nacionales, pasando a ocupar casi siempre el peldaño más bajo de la escalera
económica. También, puede conducir al resentimiento, la sospecha, la división y la lucha
social dentro de la misma comunidad.
Aquellos con quienes los bioprospectores decidan negociar pueden debilitar o
incluso destruir las estructuras políticas indígenas. Es muy probable que dividan a las
comunidades porque algunas organizaciones se opondrán totalmente a la decisión de
vender el conocimiento medicinal de las comunidades a una corporación. Muchos
pueblos indígenas piensan que toda actividad de bioprospección es sus territorios es una
violación a sus derechos. Sin embargo, para la mayoría, el estudio de las plantas
95
medicinales y su uso por parte de los pueblos indígenas no es mala en sí misma. El
mundo necesita a cada momento nuevas medicinas. Lo incorrecto, es apoderarse sin su
respectivo consentimiento, aprobación y genuina participación en los beneficios. Los
pueblos indígenas deben conocer las implicaciones de la bioprospección y tener el
derecho a prohibir toda investigación en sus territorios, a que se apoderen de sus
recursos genéticos y a que se patenticen y comercialicen sus plantas medicinales y su
conocimiento.
En los casos menos ofensivos, los bioprospectores legitiman a las organizaciones
indígenas involucradas y toman en cuenta a representantes nacionales, regionales y
comunales dentro del proceso de negociación. Desafortunadamente, los bioprospectores
a menudo recurren a otros métodos menos inocuos. Cuando los pueblos indígenas
ofrecen información biológica o muestras a los forasteros, nunca pueden estar
completamente seguros del destino que tendrán. Información valiosa puede terminar
fácilmente en las manos de individuos inescrupulosos y tarde o temprano rendírseles
pingües beneficios. De hecho muchas corporaciones farmacéuticas recurren a una
organización intermediaria para contactar con las comunidades indígenas durante la
bioprospección, con el propósito de ocultar el verdadero destino de los recursos
genéticos y el conocimiento arrebatado a los indígenas.
La bioprospección, también puede aparecer como parte de un proyecto de mayor
envergadura. La construcción del camino amenaza la misma supervivencia de este
pueblo, pues abre su territorio a las incursiones de los colonos. Muchas universidades
tienen equipos de etnobotánica que literalmente “barren” las áreas tropicales del planeta
96
en busca de plantas medicinales autóctonas. La mayoría tiene un interés académico, pero
en otros casos las razones son de orden estrictamente económico. Los bioprospectores
incluso pueden aparecer como turistas (para tomar muestras de suelo).
En resumen, la bioprospección bien llevada a cabo puede contribuir a cumplir
tanto los propósitos de la conservación ambiental así como los de la economía local, y al
mismo tiempo incentivar los avances médicos y agrícolas necesarios para combatir las
enfermedades y sostener los crecientes números de humanos. Pero, para lograrlo se
requiere de un amplio compromiso jurídico, político y ético de las instituciones
académicas y de investigación biotecnológica, con las comunidades indígenas.
Biopiratería
La biopiratería, término que se refiere al saqueo y apropiación de los recursos bióticos y
el conocimiento tradicional sobre éstos por parte de particulares o empresas, no es un
problema nuevo, empezó hace tiempo, aunque el concepto lo inventó Pat Mooney
(1993) (Martínez Alier, 2001:22). Pero además, dice Vanda Shiva, que la biopiratería es
una vieja práctica colonialista de occidente con matices jurídico-económicos modernos y
globalizados (Shiva, 2001).
Si bien, las prácticas de biopiratería se habían centrado en el robo de recursos
genéticos, de plantas cultivadas o silvestres que sirven para la medicina, y el
conocimiento sobre este material biológico. Ahora, en un sentido más amplio hablar de
biopiratería es referirse al uso del conocimiento local de las poblaciones indígenas para
97
legitimar la propiedad y el control exclusivo de los recursos biológicos y del
conocimiento local, sin reconocer, recompensar o proteger a los innovadores informales.
Por conocimiento local, fundamentalmente se está hablando de un proceso de
acción comunicativa del conocimiento cultural adquirido y transmitido de una
generación a otra entre los individuos de una sociedad. Sin embargo, el término de
“conocimiento local” aún es muy discutido. Principalmente, con lo que se intenta decir
con los vocablos “local” o “tradicional”, dice Lori Ann Thrupp, que ambas palabras
expresan puntos de vista peyorativos o derogatorios (por parte de muchos científicos
occidentales convencionales), que describen las tradiciones campesinas como
“retrógradas”, conservadoras, ineficientes, inferiores y basadas en la “ignorancia” o en
los mitos sobre el origen del mundo y todo lo que lo habita (Thrupp, 1993:91).
Pero, el mismo autor, destacó que ha habido constantes esfuerzos por legitimar el
conocimiento local por parte de diversos investigadores señalando algunas
características relevantes: sabiduría, ideas, percepciones y capacidad innovadora, todas
estas referentes a fenómenos ecológicos, biológicos, geográficos y físicos. De ahí, que
diga que estos conocimientos y capacidades de adaptación de los campesinos surgen a
menudo de muchos años de experiencia y pueden considerarse tradiciones culturales,
que han evolucionado junto con los ambientes locales (idem, 1993:94).
Con lo anterior, se puede destacar que los términos conocimiento tradicional o
local han sido empleados para referirse al sistema de conocimientos de un grupo étnico
rural que se ha desarrollado localmente. Por lo mismo, hablar de biopiratería es referirse
directamente al valor comercial del conocimiento local de la biodiversidad.
98
Ahora, en el contexto de lo global, la biopiratería y el conocimiento local son dos
ejemplos que muestran la polaridad dimensional de las políticas homogenizadoras y de
las realidades heterogéneas de nuestro mundo. Esto se observa, dice Long:
[…] principalmente en la ciencia y la tecnología, la cultura y la comunicación, la
reestructuración del trabajo, la industria y la vida económica, y la fragmentación y
reorganización de dominios de poder dando lugar al surgimiento de nuevas identidades
sociales y políticas (Long, 1996: 35).
Porque un mundo globalizado, dice Bonnet:
[…] designa una determinada combinación de procesos económicos, sociales, políticos,
ideológicos y culturales que pueden ser entendidos como una nueva etapa de acelerada
extensión e intensificación de la relación social capitalista (Bonnet, 2002:1).
Con esto, observamos que la globalización es una red en expansión. Es el control
del hombre por el hombre mismo a través de la apropiación de sus recursos materiales,
en este caso, la biodiversidad y el conocimiento que se tiene de ella. Por lo que también
significa, que la globalización es el proceso de la modernidad-mundo que esta llegando a
los contextos de las comunidades. Allí, el ejercicio del poder mostrará la realidad del
mundo moderno, lo global frente a lo local.
La modernidad es esencialmente globalizante [por consiguiente]... La globalización puede
así ser definida como la intensificación de las relaciones sociales en dimensión mundial, al
ligar localidades distantes de tal manera que los acontecimientos locales son modelados por
eventos que ocurren a muchas millas de distancia y viceversa. Se trata de un proceso
dialéctico, porque esos acontecimientos locales pueden desplazarse en una dirección inversa
a las relaciones muy distanciadas que los modelan. Las transformación local es tanto una
99
parte de la globalización, cuanto la extensión lateral de las conexiones sociales a través del
tiempo y del espacio (Chesneaux, 1989:196; en Ianni, 1996:147).
Ahora bien, ¿cuál es ahora el significado de la biodiversidad y el conocimiento
local de ésta para el mundo global? Este cuestionamiento, tiene como base la reflexión
acerca de si el conocimiento local de la biodiversidad debe ser sólo un recurso de
explotación académico y capitalista. Esto en lo referente a propiedad intelectual o, si
bien, debe promoverse que los sustentadores del conocimiento local sean incluidos como
parte integral de las investigaciones científicas en un marco de principios éticos, como el
consentimiento previo-expreso-informado.41 De igual modo, que éstos formen parte del
reparto equitativo de recursos obtenidos con las investigaciones y las patentes.
Esta reflexión cabe en lo señalado por Martínez Alier al decir:
Estamos acostumbrados a vivir en un sistema de mercado generalizado. Incluso la tierra es
propiedad privada y objeto de compra-venta, aunque a veces sea de propiedad pública. La
Iglesia no vende indulgencias, pero sí solares de los que aún posee; y los profesores
universitarios no vendemos normalmente las calificaciones del curso pero sí (cuando podemos)
nuestro saber en forma de patentes o, en todo caso, de lecciones y conferencias (Martínez Alier,
1997:11).
De esta manera, podemos considerar que el conocimiento local tiene un alto
valor académico y científico, así como económico y político. Debido a que, no es un
conocimiento aislado, sino que es un conocimiento que ha mostrado su eficacia para el
desarrollo de la biotecnología global. Por lo mismo, la globalización no es mala, lo malo
41 Art. 87bis de la LEGEEPA (SEMARNAP, 1997).
100
de la globalización son los intereses deslindados de las precariedades reales de las
comunidades que ofrecen la biodiversidad y el conocimiento local.
De ahí que, un proyecto ético de justicia social para el desarrollo de los pueblos
indígenas, debe ser un proyecto de intereses globales, es decir, de lo local a lo global y
no como se ha venido haciendo, de lo global a lo local.
Biocolonialismo
Con el término biocolonialismo, hacemos referencia de forma singular al proceso
histórico colonizador de los recursos bióticos, iniciada por los países occidentales al
explotar los conocimientos agrícolas y trabajos nativos, como batatas, maíz, cacahuetes,
etc. Primero por los llamados exploradores, después por misioneros, embajadores y
demás personajes, en nombre de la patria, de Dios, y todo lo que su mentalidad de la
época les propiciaba de discursos justificantes. Entonces no resulta nada nuevo ni induce
a la sorpresa que en nuestros tiempos ocurra algo parecido.42
Actualmente, y con la llegada de la ingeniería genética, gigantes empresariales
financian expediciones a países de la Periferia43 buscando caracteres génicos44
interesantes que les puedan suponer una ganancia económica. No es casualidad esta
42 La historia moderna y contemporánea puede ser vista como una historia de sistemas coloniales, sistemas imperialistas, geoeconómicas y geopolíticas; es decir, una economía-mundo o la economía de una porción de nuestro planeta, desde que forma un todo económico (Wallernstein en Ianni, 1996:14). 43 Una economía-mundo se somete a un polo, aun centro, representado por una ciudad dominante o una gran capital económica que ejerce poder sobre las provincias o periferias económicas. 44 Caracteres génicos: Se trata de cualquier característica de un ser vivo que se halla en su material genético.
101
nueva etapa de bioexploración, estando como están la mayor parte de los recursos
génico en países de la Periferia. Un bonito ejemplo de esto, es que el 75% de los
fármacos utilizados actualmente derivan de la medicina indígena.
Las campesinas y los campesinos llevan miles de años seleccionando, cruzando, y criando
múltiples variedades de plantas de cultivo y razas de ganado para alimento […] Y mucho
antes de que las multinacionales farmacéuticas comercializaran la aspirina se concia el efecto
calmante de la corteza del sauce, y otros muchos principios curativos presentes en la
naturaleza (Shiva, 2001:10).
Sin embargo, las nuevas tecnologías de «ingeniería» o manipulación genética
desarrolladas en las últimas décadas, son radicalmente diferentes de esa «biotecnología»
tradicional. Por lo que ahora, no se trata ya de cosechar los bienes que nos regala la
naturaleza, ni de servirnos de procesos y funciones naturales de los seres vivos, sino de
«diseñar» en el laboratorio organismos con características nuevas (Ídem.).
Al patentar un organismo, se otorgan privilegios exclusivos —y excluyentes—
de explotación, y suponen en la práctica la creación de monopolios absolutos, que la
industria trasnacional utiliza para frenar el desarrollo de posibles competidores. Además,
en el caso de los seres vivos las patentes conceden a su titular derechos que se extienden
también a la descendencia del organismo patentado, permitiendo con ello la apropiación
no sólo del material biológico, sino de las funciones reproductivas de la vida (Shiva,
2001:11)
Por lo mismo, la disputa entre los países del Centro y Periferia sobre este
biocolonialismo se expresa generalmente en los siguientes términos:
102
• Los países del centro arguyen que lo que da valor al producto que ellos patentan
es precisamente la modificación que hacen, y, por tanto, no tienen que compartir
sus ganancias.
• Para los países de la Periferia, dicha modificación es insignificante en cuanto a lo
que es la planta en si como ser vivo, por no hablar de los siglos de selección,
preservación y reproducción de los organismos con estas características
interesantes. Además, esos genes están en su territorio nacional (García-Romeu,
et al, 1998).
El colonialismo biopirata
La primera empresa biocolonialista en “entrar al trapo” fue W.R.Grace, al tratar de
patentar procesos que sacan partido del árbol hindú “neem”, el cual fue cultivado desde
siempre como “árbol” sagrado, dadas sus propiedades curativas, combustibles, como uso
de cepillo de dientes, contra la diabetes, acné, y pesticida natural para las cosechas
(Shiva, 2001). Las empresas e investigadores hindúes trataban al árbol con estos mismos
procesos para sacar el extracto de neem, pero nunca solicitaron la patente, al entender
que era un bien de todos. Pues bien, lo que hizo Grace fue aprovecharse de estos
métodos obteniendo la patente, y vendiendo el producto mas barato que las empresas
nativas.
103
En general, las multinacionales tratan de poner un régimen de propiedad
intelectual uniforme a todos los países para poder ir allí donde los caracteres génicos
“afloran”, a la vez que protegen los productos obtenidos mediante patentes, para lo que
ayudaría mucho que los países de la Periferia desarrollaran un sistema de patentes
propio. Esto es lo que lleva intentando EE.UU., con los países empobrecidos desde hace
años a través del GATT.45
En 1999 se dio inicio a la revisión del capítulo sobre Derechos de Propiedad
Intelectual del GATT, ratificándo por 113 países de todo el mundo. Este capítulo obliga a
todos los países a establecer derechos de patentes para las «invenciones»
biotecnológicas, permitiendo sin embargo la aplicación de sistemas alternativos («su
generis») eficaces para la protección de obtenciones vegetales. Bajo el sempiterno le del
«libre» comercio, y argumentando que es preciso evitar la competencia desleal derivada
del pirateo de tecnología y productos, el capítulo de patentes del GATT legitima una
nueva forma de dominio universal de las personas y la naturaleza, a través del control de
las bases mismas de la vida (Shiva, 2001:13). Lo que significa que se está jugando a ser
dioses, porque ya no sólo la invención o la innovación justifican los DPI sino que ahora
quién posea la base misma de la vida podrá tener los derechos sobre ésta.
45 GATT: Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio, creada en Ginebra en 1947 con el objetivo inicial de los aranceles de los países miembros, ya desde un principio subjetiva, al excluir las fibras textiles y productos agrícolas.
104
Es preciso señalar además, que en el contexto de la OMC, es necesario entrar en
los Derechos de Propiedad Intelectual Relativos al Comercio (TRIPs), con los que se trata
indirectamente de reforzar los monopolios tecnológicos a expensas de las periferias.
Así, los esfuerzos colectivos transmitidos de una generación a otra no son
reconocidos por las patentes, solo los individuales o descubridores en grupo, el resto son
“técnicas anteriores”, con lo que las nuevas patentes se aprovechan de estas anteriores
técnicas, salvo en honrosas situaciones cuando en noviembre de 1999, EE.UU. canceló la
patente de la Banisteria caapi, planta utilizada en la medicina quechua, (y que Loren
Miller tenía patentada desde 1986) gracias a la actuación de las Coordinadora de
Organizaciones Indígenas de la Amazonia (COICA), la Alianza Amazónica para los
Pueblos Indígenas, y a los abogados del Centro Internacional de Derecho Ambiental
(CIDA).
Para aliviar tensiones, se hicieron “muchos esfuerzos” y propuestas, como la del
Instituto Internacional de Recursos Génicos Vegetales, que anunciaba que la compañía
que quiera vender productos derivados de germoplasma tendrán que negociar con los
países de los que este es fuente, lo que desde nuestro punto de vista es una medida de
protección para los países de la Periferia pero no la solución al problema, sobre todo
teniendo en cuenta que resultan medidas engañosas, como por ejemplo; solo hay que
recompensar al país origen si este conocía la existencia del organismo, o pagar a estos
países cantidades insignificantes como Merck & Co en Costa Rica, al pagarles 1 millón
de dólares por su patrimonio génico, teniendo ella un presupuesto de 4000 millones de
105
dólares, lo que desde nuestro punto de vista, supone guardar las apariencias (GREÍN,
1999).
Argumentos a favor de las empresas biotecnológicas sobre las patentes
El establecimiento del Acuerdo sobre TRIPS dentro de la OMC, en 1994, significó la
extensión a todo el mundo de rigurosos criterios de protección de la propiedad
intelectual que, hasta ese momento, sólo se aplicaban en los países industrializados. Es
correcto decir que el Acuerdo sobre TRIPS tiene fuerza legal, ya que cuenta con medidas
fuertemente coercitivas: los países miembros que no cumplen con sus obligaciones son
examinados por un panel de la OMC y, si se los declara culpables, pueden sufrir
sanciones comerciales (Khor, 2003:9).
Los defensores del Acuerdo sobre TRIPS sostienen que es necesario contar con
criterios exigentes de derechos de propiedad intelectual como incentivos para que las
empresas privadas y los investigadores produzcan innovaciones, ya que las mismas
oficinas como disparadores para la economía. También se dice que los derechos de
propiedad intelectual contribuyen con la transferencia de tecnología, ya que estimulan la
inversión extranjera directa. Y que, además, constituyen un sistema justo de recompensa
para los innovadores, así como para las compañías que invierten en investigación y
desarrollo, que necesitan una compensación para sus gastos (Ídem, pp.10).
En general, los países industrializados han sido los principales autores y
defensores del Acuerdo sobre TRIPS. Esto se debe a que la mayoría de los proveedores de
106
tecnología son empresas procedentes de dichos países y detentan la mayor parte de las
patentes del mundo. Por lo tanto, extender el sistema de protección de los derechos de
propiedad intelectual al mundo entero redundaría en su favor. Por otro lado, los países
en desarrollo suelen mostrarse escépticos en cuanto a los supuestos beneficios que
obtendrían del Acuerdo sobre TRIPS (Ídem, pp.10).
Es cierto que el Acuerdo sobre TRIPS ha contribuido significativamente con la
expansión mundial, la aceleración y el alcance de criterios muy exigentes de protección
de los derechos de propiedad intelectual, sobre todo en el mundo en desarrollo (Ídem,
pp.11).
Sin embargo, las principales inquietudes son, primero, que el fuerte régimen de
protección de los derechos de propiedad intelectual que se establezca en cada país por
medio del Acuerdo sobre TRIPS generará derechos monopólicos para las organizaciones
privadas de investigación y las empresas más poderosas. Dado que la gran mayoría de
las patentes pertenecen a empresas del mundo industrializado, la preocupación es que la
protección de los derechos de propiedad intelectual obstruya la transferencia de
tecnología hacia el mundo en desarrollo (Ídem, pp.11).
En segundo lugar, aunque el establecimiento del Acuerdo sobre TRIPS muchos
países habían prohibido el patentamiento de formas de vida, las cláusulas del Acuerdo
obligan a los países miembros de la OMC a patentar ciertas formas de vida y procesos
vivos. Esto ha despertado inquietudes éticas, religiosas, ambientales y de desarrollo
(Ídem, pp.11).
107
En tercer lugar, existe la preocupación de que al Acuerdo sobre TRIPS y los
derechos de propiedad intelectual, debido en parte a las definiciones y los criterios
utilizados, favorezcan a ciertas personas o empresas privadas, además de a la tecnología
moderna. Al mismo tiempo, el Acuerdo no reconoce el papel clave del conocimiento
tradicional ni los derechos legítimos de los agricultores, los pueblos indígenas y las
comunidades locales, que hasta ahora han sido los principales productores de
conocimiento e innovación en cuanto al uso sostenible de los recursos biológicos (Ídem,
pp.11).
En cuarto lugar, existen cada vez más pruebas de que las empresas e instituciones
privadas de investigación que han patentado material genético y biológico, así como el
conocimiento relativo a su uso, se han apropiado indebidamente del conocimiento
tradicional y los derechos de los agricultores y las comunidades locales. Mientras
aumenta el apuro por patentar genes, variedades vegetales y medicamentos, se
multiplican las evidencias de biopiratería, es decir, se sabe que los recursos y el
conocimiento de los países del mundo en desarrollo son patentados por instituciones del
mundo industrializado (Ídem, pp.12).
En quinto lugar, las ONG, los productores rurales y las organizaciones indígenas
temen que, al permitir que materiales genéticos queden sujetos al régimen de protección
de derechos de propiedad intelectual, un puñado de empresas asuma el control sobre las
semillas y las plantas, con lo cual los productores rurales dependerán de ellas para
obtener insumos agrícolas y, además, se reducirá la biodiversidad, ya que unas pocas
108
variedades —algunas de las cuales también podrían ser modificadas genéticamente—
sustituirán a las diversas variedades tradicionales (Ídem, pp.12).
La respuesta indígena
Fuera de la OMC, existen otras organizaciones o tratados acerca del conocimiento
tradicional y la biodiversidad desde una perspectiva diferente. El Convenio sobre
Diversidad Biológica firmado en Rio en 1992, fue creado en respuesta a la crisis de
rápida pérdida de biodiversidad (Khor, 2003:13). La conversación de la biodiversidad,
en su nivel más fundamental, consiste en el reconocimiento ético de que otras especies y
otras culturas también tienen derechos, y que su valor no se deriva únicamente de la
explotación económica que unos pocos seres humanos privilegiados hacen de ellas. La
concesión de patentes y de derechos de propiedad sobre formas de vida, en términos
éticos, es una afirmación de la creencia opuesta (Shiva, 2001:147).
Porque actualmente, se sabe que el conocimiento tradicional ha tenido y sigue
teniendo un papel crucial en la vida y el desarrollo económico, cultural y social, no solo
de las sociedades tradicionales sino también de las modernas. También se sabe que el
conocimiento de las comunidades locales, los agricultores y los pueblos indígenas acerca
del uso de varias formas y tipos de recursos biológicos, así como sobre el modo de
conservarlos, es esencial para el desarrollo futuro, e incluso la supervivencia, de la
humanidad (Khor, 2003:15).
109
Esta síntesis sobre la posición del conocimiento tradicional y los derechos de las
comunidades locales tiene hoy una amplia aceptación. Se reconoce: (1) el papel y la
importancia del conocimiento tradicional; (2) que para conservar el conocimiento
tradicional, es necesario mantener el contexto económico y social en el cual éste se
desarrolla; (3) que para mantener dicho contexto, es necesario reconocer y respetar los
derechos de las comunidades locales a contar con sus recursos y su conocimiento; y (4)
que la apropiación indebida de tales derechos puede desgastar la base misma del
conocimiento tradicional y, así, afectar de modo adverso las perspectivas de desarrollo
sostenible (Khor, 2003:16).
Según la Fundación Internacional para el Progreso Rural (RAFI, 1997, p. 4), 80%
de la población mundial depende del conocimiento indígena para sus necesidades de
salud y la mitad, o incluso dos tercios de la población del planeta se alimenta gracias al
conocimiento indígena sobre plantas, animales, insectos, microbios y sistemas de
cultivo. Los investigadores que analizan plantas en busca de sustancias útiles pueden
acortar el camino obteniendo información directamente de los sanadores tradicionales.
Las empresas juntan muestras de suelos donde las comunidades indígenas reconocen
propiedades curativas, de modo que les resulta más fácil identificar las características
anticancerígenas, antibióticas o esteroideas de las bacterias y hongos que se encuentran
en el suelo (RAFI, 1997).
Las estimaciones cuantitativas del valor económico son escasas, pero unas pocas
cifras alcanzan para ilustrar la enormidad de la contribución. Más de dos tercios de las
especies de plantas del planeta —de entre las cuales se estima que 35.000 tienen valor
110
medicinal— proceden de los países en desarrollo. Al menos 7.000 compuestos médicos
utilizados en la medicina occidental derivan de plantas y el valor del germoplasma de los
países en desarrollo para la industria farmacéutica, a principios de los años noventa,
estaba calculando en al menos 32.000 millones de dólares anuales. Sin embargo el
mundo en desarrollo recibió apenas una fracción de esa suma por la materia prima y el
conocimiento aportados (RAFI, 1997, p. vii en Khor, 2003:17-18).
El conocimiento tradicional afronta diversas amenazas. Una parte importante de
las tierras, los bosques y el hábitat de los pueblos indígenas y las comunidades locales de
los países está sufriendo una combinación de amenazas como deforestación, tala de
árboles, construcción de rutas y represas, minería, urbanización y conservación de
bosques en plantaciones de árboles y de productos agrícolas. La pérdida de recursos y
hábitat ha trastornado el contexto social y ecológico en el cual dichas comunidades
solían hacer uso de su conocimiento tradicional. Por lo tanto, se ha estropeado la
capacidad de mantener el conocimiento o de hacer uso de él (Ídem, pp.18).
El problema más complejo para el futuro del conocimiento tradicional es la
apropiación indebida —tanto en los derechos como en potencia— por parte de
particulares, que lo toman de las comunidades locales y los pueblos indígenas que
deberían ser sus legítimos propietarios. En el sentido tradicional de la mayoría de los
países, no ha habido un régimen de propiedad privada del conocimiento en relación con
el uso de la biodiversidad —por ejemplo, granja, pesca, pastoreo de animales, curación y
uso de plantas medicinales. Incluso en los casos en que existe la propiedad privada de
tierras o la demarcación de derechos de diversas comunidades sobre áreas boscosas, los
111
pueblos indígenas y las comunidades locales suelen compartir su conocimiento sobre el
uso de semillas, plantas medicinales y técnicas de producción, cosecha y
almacenamiento, además de las semillas y los materiales genéticos. La mejora de
variedades de semillas y otras innovaciones también se han trasmitido entre los
agricultores, e incluso entre comunidades. Por lo tanto, había un acceso libre a los
materiales genéticos, el conocimiento y las innovaciones, aunque por supuesto, las
semillas o las plantas se podían comercializar (Ídem, pp.19).
Quienes critican el patentamiento de formas de vivas han argumentado que es
inapropiado usar el sistema de patentes para recompensar el trabajo científico en el
campo de los recursos y procesos biológicos, ya que los organismos vivos son
cualitativamente diferentes de los no vivos, y el conocimiento sobre procesos y
materiales biológicos no es una «invención»: La apropiación del conocimiento sobre la
biodiversidad, por parte de compañías o instituciones que lo toman de las comunidades
locales, trasforma los derechos de dichas comunidades... en derechos privados y
monopólicos para tales instituciones, en su mayoría procedentes de países
industrializados. Las comunidades locales [...] que desarrollan o utilizan el conocimiento
[...] no reciben ningún dividendo o beneficio procedente de la patente.
1. Una situación aún más paradójica se da cuando el procedimiento o producto
patentado permite la venta de productos a precios relativamente altos [...] para
los países en desarrollo, incluso aquél en el cual se originó el producto
patentado.
112
2. Las instituciones que ya han obtenido patentes en su país de origen pueden pedir
patentes similares en otros países, incluso en los del mundo en desarrollo donde
se originó el conocimiento.
3. Si el producto patentado o protegido de otra forma es una semilla, podrían
producirse situaciones en las cuales los agricultores de los países en desarrollo
[...] tendrían la posibilidad de comprarla y usarla, pero no guardarla o volver a
utilizarla.
4. Este fenómeno conduce a una irónica situación de «contratransferencia de
tecnología» en la cual los países pobres en desarrollo son los que transfieren
conocimiento, y por lo tanto, tecnología, hacia los países ricos industrializados.
El conocimiento contribuye enormemente al desarrollo económico y social de
los países industrializados, mientras los del mundo en desarrollo apenas reciben
algo a cambio de su contribución, y bien podrían terminar teniendo que pagar a
las instituciones del mundo industrializado un alto precio... por el uso de un
producto o procedimiento.
5. El patentamiento y la protección de la propiedad intelectual de los recursos
biológicos por parte de interese privados puede limitar a los productores, cuyo
uso de procedimientos y productos surgidos del conocimiento tradicional se
vería restringido. Por ejemplo, una empresa que haya obtenido una patente
sobre el uso de una planta para determinada función [...] podría intentar impedir
que otras utilicen dicha planta para lo mismo.
113
6. La entrega a gran escala de patentes sobre genes y otros materiales y
organismos biológicos hace que el control sobre las plantas alimenticias del
planeta [...] se concentre cada vez más en manos de unas pocas empresas
multinacionales. Las cinco principales en biotecnología agrícola (AstraZeneca,
DuPont, Monsanto, Novartis y Aventis) atienden a 60% del mercado mundial de
plaguicidas, 23% del mercado de semillas y casi 100% del de semillas
transgénicas (ActionAid, 1999, p.8) (Khor, 2003:20-22).46
Desde nuestro punto de vista, el acervo génico no debe estar en venta, es un
patrimonio común de la humanidad. ¿Qué precio tiene el conocimiento desarrollado
generacionalmente por los indígenas? ¿Quién tiene el derecho sobre esos conocimientos
y los recursos de la biodiversidad?
Más que ser una fuerza progresista como algunos apuntan, es todo lo contrario,
tiende a parcelar, a acorralar el acervo génico, a disminuirlo, a hacer del trabajo humano
algo simplemente comercial. Así, un conocimiento, un trabajo de una persona puede ser
violado por otra que, además, se adueña de ello, y se beneficia en el ámbito individual.
Es más, al mantener las investigaciones en secreto largos periodos de tiempo, hasta que
es concedida la patente, y sin decir sobre que sé esta investigando, patentiza dicha
46 La información sobre esta «carrera de patentes genéticas» fue brindada por el diario londinense The Guardian —a paertir de una investigación a cargo de GeneWatch KU— que publicó un informe especial sobre «La ética de la genética» (15 de noviembre de 2000). El estudio se apoya en una amplia base comercial de datos y cubre las patentes de secuencias de ADN (completas y parciales) de 40 autoridades de patentes del mundo, lo cual incluye oficinas patentadoras de Estados Unidos, Europa, Japón y Alemania (Khor, 2003:23).
114
investigación y, además, inhibe al investigador a trabajar por miedo a que sus
investigaciones queden invalidadas por una patente.
Nuestra posición es no a las patentes, sobre todo aquellas que fomenten la
desigualdad, el individualismo y que reporten un beneficio económico al margen de las
necesidades sociales y que, además, al ser durante 20 años, exprimirán al máximo el
rendimiento de la patente, para sacarle el máximo rendimiento en el menor tiempo
posible, sin tener en cuenta para ello consideraciones en materia medioambiental,
sanitaria, en la educación, el derecho a un trabajo digno, ni por supuesto un reparto
equitativo del supuesto beneficio que dicha patente le pueda reportar a la sociedad, sobre
todo si está sujeto al capital privado y al monopolio, que tiene ya una influencia enorme
en la Universidad pública (sobre todo en EE.UU.), al estar muchos científicos financiados
por capital privado, lo que les obliga en ocasiones a tener que guardar sus trabajos como
información confidencial.
México y la industria biotecnológica47
México, para los últimos tiempos, se reconoce como un país pluricultural sustentado en
sus pueblos indígenas, esta diversidad, a su vez, se encuentra estrechamente ligada a la
diversidad biológica existente en el país, con la cual estos pueblos se han adaptado y
adoptado en la práctica y el error generando así conocimientos del uso, manejo y
47 Ordiano Hernández, E., extracto de ponencia presentada en el 51º Congreso Internacional de Americanistas, Santiago de Chile, 2003 (Memoria del congreso).
115
explotación de los recursos naturales contribuyendo, en muchos casos, a la conservación
de dicha riqueza biológica. En la actualidad existe un creciente consenso mundial al
considerar que los pueblos indígenas participarán en el futuro de la humanidad con el
conocimiento, uso y conservación de la diversidad biológica para la agricultura, la salud
y el desarrollo. No obstante, los derechos de los pueblos indígenas a la biodiversidad son
amenazados por la actual orientación de las leyes de propiedad intelectual que permiten
el control monopólico y exclusivo sobre los genes, las plantas, los animales y otros
organismos vivientes, y que vienen realizando las grandes empresas trasnacionales
vinculadas a la industria biotecnológica.
En México, el sistema jurídico considera a la propiedad intelectual dividida en
derechos de autor, que protegen principalmente a los autores de obras literarias y
artísticas, y en derechos de propiedad industrial, este último es al que centraré mi
atención, puesto que en la actualidad, la investigación biotecnológica localiza su
cimiento y protección en los instrumentos jurídicos de propiedad industrial.48
A respecto cabe señalar que la patente es el criterio jurídico por el cual se protege
una invención. Para obtener una patente se deben cubrir ciertos requisitos ante las
autoridades competentes; en México, es a través del Instituto Mexicano de la Propiedad
48 La propiedad industrial da protección a las invenciones y las innovaciones que directa o indirectamente realiza una persona o un grupo de personas y cuyos resultados interesan a la industria y al comercio. Es decir, que la protección jurídica de la propiedad industrial estimula a las empresas a emprender mejoras en sus procesos de producción y formas de comercialización, para reforzar su competitividad y obtener un mayor beneficio económico, sin verse afectadas negativamente por la copia o imitación no autorizada de las mismas.
116
Industrial. Esos requisitos en la mayoría de los casos son inaccesibles para la
composición pluricultural de la nación.
Eso debido a que, la práctica de compartir el conocimiento y transmitirlo de
generación en generación. El ambiente colectiva del conocimiento local indígena y la
manera en que el mismo ha evolucionado durante miles de años, los requisitos de
novedad, actividad inventiva y aplicación industrial son difíciles de aplicar para los
pueblos indígenas.
Pero hasta hace poco los avances tecno-científicos referidos a la materia viva no
eran protegidos por las leyes de propiedad industrial, en gran medida porque se les
consideraba en algunos casos, descubrimientos o productos de la naturaleza, y en otros,
resultado de la utilización de las leyes biológicas. Estos procesos de mejora y
perfeccionamiento no otorgaban a sus autores más beneficios que los que derivaban de
su utilización. Es importante aclarar que la gran mayoría de la flora o variedades
vegetales que hoy son susceptibles de apreciación económica, son producto de procesos
milenarios de mejoras y perfeccionamiento natural.
La propiedad industrial protege en la actualidad, a través de una regulación
especial, las investigaciones que se realizan con materia viva y que son destinados a la
producción, principalmente en la industria alimenticia y farmacéutica. Sin embargo, la
selección y mejoramiento de las especies útiles para la alimentación han derivado en la
actualidad, sobre todo en los países desarrollados, en la extinción de múltiples
variedades y en la reducción extrema de la riqueza genética.
117
Asimismo, la importancia de la flora en la producción de fármacos puede ser
igual y, muy probablemente, mayor que la producción de alimentos e insumos agrícolas
para la industria; según se ha afirmado, hoy en día al menos la cuarta parte de los
medicamentos utilizados en los países industrializados proceden o se han elaborado a
partir de vegetales.
En este contexto para 1961, México se adhirió al Convenio Internacional para la
Protección de los Obtentores Vegetales,49 a partir del cual se instituye la Ley Federal de
Variedades Vegetales de 1996.50 El argumento de una reglamentación especifica
diferente a la protección de la propiedad industrial, se debe a que quien obtiene una
nueva variedad vegetal, no la inventa ni la descubre si no que la obtiene utilizando sus
conocimientos científicos y técnicos. 51
En esta ley se protege no al inventor, sino al obtentor, que es quien ha obtenido
una variedad vegetal mediante un proceso de mejoramiento de otra variedad.52 Por lo
49 El Convenio para la Protección de las Obtenciones Vegetales de la Unión para la Protección de las obtenciones Vegetales (UPOV) firmado el 2 de diciembre de 1961. Dicho convenio define estandartes mínimos para la protección de variedades vegetales y consiste actualmente de 46 miembros (hasta 24 de septiembre 2000). El acta fue revisada y modificada en los años 1972, 1978 y 1991, siendo ampliamente conocidas las últimas dos versiones, ambas vigentes. Los 10 países miembros de América Latina, sin excepción, firmaron la acta de 1978 que es menos rígida que la del año 1991. 50 El 3 de octubre de 1996 México aprobó la Ley Federal de Variedades Vegetales que esta conforme con el Acta UPOV’78 firmado por México el 9 de agosto de 1997. Como problemas más importantes respecto a la protección de DPI de variedades vegetales se mencionaron la falta de conocimientos sobre la legislación vigente y la venta ilegal de semilla. 51 La protección de las variedades vegetales, también denominada “el derecho de obtentor” es el derecho que se le concede al obtentor de una nueva variedad a explotarla en exclusividad, al igual que una patente crea un monopolio sobre un invento, el DERECHO DE OBTENTOR otorga la protección de una variedad vegetal, concede un derecho exclusivo de explotación como contrapartida para incentivar la innovación y al igual que los derechos de autor permite que el obtentor controle la reproducción (copia) por terceros de su variedad (UPOV., 2003). 52 El obtentor es la persona física o moral que mediante un proceso de mejoramiento ha obtenido o desarrollado una variedad vegetal de cualquier género o especie.
118
tanto, la nueva variedad debe ser obtenida o desarrollada, y debe ser el producto de un
proceso de mejoramiento.53 La nueva variedad vegetal debe ser producto de un
desarrollo, para el cual se ha utilizado la técnica o un conjunto de técnicas y
procedimientos, lo cual excluye de manera específica el mero descubrimiento de una
variedad o la utilización de métodos esencialmente biológicos. Exclusivamente el
obtentor puede exigir que se le otorguen derechos de exclusividad, en tanto reúna las
particulares exigidas por la ley.
Semejante a la patente, para que una variedad de flora se proteja bajo el derecho
de uso exclusivo debe cubrir también ciertos requisitos; entre ellos, debe distinguirse
técnica y claramente, por una o varias características especificas, de cualquier otra
variedad conocida. De la misma forma, la variedad debe ser uniforme y mantener esas
características en sus reproducciones o propagaciones sucesivas. Se otorgará el derecho
de uso exclusivo, a quien presente primero una solicitud sobre una variedad determinada
cumpliendo con todos los requisitos legales y de forma.
Con relación a los conocimientos locales de los pueblos indígenas, en la mayoría
de los casos las comunidades que conocen las utilidades de estos vegetales y se han
concretado utilizarlas, principalmente en el caso de múltiples vegetales con propiedades
curativas, no podrán demandar su reconocimiento como obtentores, principalmente
porque este conocimiento es colectivo y no pertenece a una sola persona sino a la
comunidad; el uso que hacen de las plantas puede tener un significado altamente
53 La técnica o conjunto de técnicas y procedimientos, que permiten desarrollar una variedad vegetal y que hacen posible su protección; se reitera en consecuencia el elemento creativo, innovador.
119
espiritual; por lo que no podrían cubrir los requisitos de ser un producto del proceso de
mejoramiento.
Por lo señalado anteriormente, la opción de protección a través de los derechos
de propiedad industrial y de obtentores que se basan a su vez en los derechos de uso
exclusivo, se vuelve inapropiada para los conocimientos locales indígenas y se convierte
en una grave amenaza, sobre todo porque este sistema va tomando fuerza en el ámbito
internacional.
El procedimiento jurídico de la propiedad industrial se ha visto cada vez más en
la necesidad de internacionalizarse debido a varias causas: principalmente, porque las
distancias, la diversidad de requisitos previos y de trámites en cada país facilita la
posibilidad de que una persona patente en uno de estos países un invento que ha sido
presentado ya en otro. Aun sin patentarlo, puede crear conflictos la utilización de una
invención que se está patentando en otro país.
Esta situación ha preocupado fundamentalmente a los países desarrollados,
puesto que son los que tienen una mayor capacidad de inversión para realizar las
investigaciones necesarias, y se han apresurado a establecer mecanismos que protejan
sus intereses.
Las nuevas tecnologías y el proceso de globalización económica mundial han
impulsado nuevos instrumentos internacionales, algunos para materias específicas
(semiconductores, obtenciones vegetales), otros con carácter regional (Pacto Andino,
Tratado de Libre Comercio para América del Norte -TLC-, Mercosur) o universal
120
(Acuerdo sobre Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual Relacionados con el
Comercio -ADPIC-, administrado por la Organización Mundial del Comercio -OMC).
El tratado más importante que ha celebrado México en el que se incluyen
disposiciones sobre propiedad industrial e intelectual, es el Tratado de Libre Comercio
de América del Norte. En él se vincula el derecho de propiedad industrial con la
inversión extranjera. Contempla como bienes objeto de inversión a los bienes raíces u
otra propiedad, bienes tangibles o intangibles, adquiridos o utilizados con el propósito de
obtener un beneficio económico o para otros fines empresariales; establece además que
los estados permitirán que todas las transferencias relacionadas con la inversión, en el
territorio de otro de los estados, se haga libremente y sin demora.
El TLC incluye, entre otros temas, el de la harmonización de la legislación sobre
propiedad intelectual y la creación de leyes nacionales que protejan la propiedad
intelectual, en los términos señalados en dicho tratado; pero además implica que los
conflictos que se generen en su aplicación se resolverán de acuerdo al derecho
internacional.
A nivel mundial, en enero de 1996 entró en vigor el Acuerdo sobre Derechos de
Propiedad Intelectual Relacionados con el Comercio,54 en el que se determina que los
estados no podrán excluir de la esfera de la propiedad intelectual, áreas específicas de la
54 El Acuerdo sobre Aspectos de Derechos de Propiedad Intelectual Relacionados con el Comercio (ADPIC), ratificado por 138 países (hasta el 8 de septiembre de 2000; no firmado, entre otros, por China y Rusia que tienen un estatus de observador). Este acuerdo fue ratificado el 15 de abril 1994 en la acta final de la Rueda Uruguay y obliga a todos los miembros de la Organización Mundial de implementar estandartes mínimos para la protección de los DPI. Respecto a los RRGG es importante mencionar que según dicho acuerdo los microorganismos se deberán proteger por patentes. Para las Obtenciones vegetales el Acuerdo deja la opción de protegerlas o por patentes o por sistemas efectivas sui generis.
121
economía, como la agricultura o la medicina. Asimismo, establece un estándar básico
para los derechos de propiedad intelectual sobre formas de vida, al cual todos los estados
que lo firmaron deberán adecuarse y, en consecuencia, permitir que los recursos
naturales, sean patentados.
Para los pueblos indígenas, el acceso a los mecanismos establecidos tanto en el
TLC como en el ADPIC para la protección de sus derechos intelectuales colectivos es
totalmente inaccesible, entre otras razones porque establece un criterio individual y
mercantilista frente al sistema colectivo y espiritual de los pueblos indios.
De la misma forma, los instrumentos de derechos humanos sobre el medio
ambiente que otorgan algún reconocimiento del derecho de los pueblos indios a la
protección y goce de sus recursos naturales, así como a sus conocimientos locales, como
el Convenio sobre la Diversidad Biológica, se aplican a los estados nacionales. Los
derechos de los pueblos no están, por lo tanto, directamente garantizados a través de
estos instrumentos legales. Por el contrario, al ratificar un tratado o un convenio
internacional los gobiernos asumen la implementación y la vigencia de sus
disposiciones, y pueden ser moral o legalmente obligados a hacerlo por sus ciudadanos u
otros estados nacionales. La responsabilidad cae, entonces, sobre los gobiernos
nacionales para traducir sus obligaciones y responsabilidades según el derecho
internacional en legislación y política.
122
El Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB)55 es el primer instrumento legal
internacional que busca proteger todos los ecosistemas y todas las especies. Es también
el primer tratado internacional sobre el medio ambiente que encara el problema de la
propiedad intelectual y la necesidad de asegurar el uso y el reparto equitativo de los
beneficios de la biodiversidad.
El CDB es limitado para garantizar la protección de la propiedad intelectual de los
pueblos indios en la medida en que éstos se relacionan con la diversidad biológica,
especialmente porque está basado en el principio de soberanía nacional, es decir, que
cada estado en particular tiene derecho soberano de explotar los recursos naturales
dentro de su jurisdicción, mientras que la explotación no dañe el medio ambiente. Sin
embargo reconoce la importancia de las comunidades indias para la conservación y el
uso sustentable de la biodiversidad, ésta se ve ampliamente restringida en lo que se
refiere al papel vital que juegan las sociedades en la conservación de la biodiversidad, en
cuanto establece que las acciones para respetar, preservar y mantener el conocimiento,
innovaciones y prácticas de estas comunidades quedan completamente a discreción del
estado. Es decir, que los derechos indios serán los que los gobiernos e incluso los
gobiernos sólo están obligados a promover y alentar tales derechos.
55 El Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) del 22 de mayo 1992 esta ratificado por 178 países (hasta el 14 de agosto 2000) teniendo como no firmante importante los Estados Unidos. Los objetivos del convenio son: “la conservación de la diversidad biológica, la utilización sostenible de sus componentes y la participación justa y equitativa en los beneficios que se deriven de la utilización de los recursos genéticos, mediante, entre otras cosas, un acceso adecuado a esos recursos y una transferencia apropiada de las tecnologías pertinentes, teniendo en cuenta todos los derechos sobre esos recursos y a esas tecnologías, así como mediante una financiación apropiada.”
123
También en el ámbito internacional, en materia de derechos humanos existen dos
instrumentos jurídicos que protegen los derechos humanos de los pueblos indios, uno es
el Proyecto de Declaración Universal de los Derechos de los Pueblos Indígenas de la
Organización de las Naciones Unidas, y el otro es el proyecto de Declaración Americana
de los Derechos de las Poblaciones Indígenas de la Organización de Estados
Americanos.
La importancia de dichos proyectos radica en que han sido elaborados con la
participación directa de representantes de organizaciones indias de todo el mundo y en
ellos se reconoce a los pueblos indios como sujetos de derecho colectivo y su derecho a
la libre determinación, así como sus territorios y sus recursos naturales.
Si bien estos proyectos son un logro muy importante para los pueblos, no tienen
ninguna aplicación en el derecho nacional porque son precisamente proyectos, y no
tienen aplicación alguna, pero aun cuando sean adoptados por el Estado, estas
declaraciones no tienen carácter obligatorio. La situación se complica aun más cuando el
Estado mexicano da muestras de estar más comprometido con el cumplimiento de los
compromisos adquiridos a nivel internacional, tanto con los estados como con las
grandes empresas, que con las demandas sociales.
Los derechos intelectuales colectivos o conocimientos locales de los pueblos
indios no pueden ser considerados como algo separado de otros derechos, como la
autonomía o el territorio. En este sentido, los pueblos indios han exigido al gobierno
mexicano el reconocimiento de sus derechos, en diversa etapas de la historia mexicana y
de muchas formas. En los últimos tiempos, el movimiento indígena nacional se unificó e
124
hizo suya la propuesta de iniciativa de reformas constitucionales en materia de derechos
y cultura indígenas que elaboró la Comisión de Concordia y Pacificación.56 Este
documento representa para los pueblos indígenas un gran logro principalmente por las
circunstancias en que surgió y porque en él se recogen de manera relevante los derechos
que demandan como pueblos indígenas.
Sin embargo, esta situación no pareció ser tan relevante para los legisladores del
Congreso de la Unión, quienes en abril del 2001 aprobaron un dictamen de reformas
constitucionales que si bien pretende en algunos casos reconocer derechos a los pueblos
indígenas, no garantiza su pleno ejercicio; en otros casos establece medidas que van en
contra de los derechos ya reconocidos a los pueblos indígenas, como en el Convenio 169
de la Organización Internacional del Trabajo.57
En lo que se refiere a los conocimientos locales de los pueblos indios, este
proyecto de reforma establece que en el ejercicio de su autonomía podrán “Decidir sus
formas internas de convivencia y organización social, económica política y cultural”, así
como “preservar y enriquecer sus lenguas, conocimientos y todos los elementos que
constituyan su cultura e identidad”, para lo cual las entidades federativas tendrán que
“establecer las características de libre determinación y autonomía que mejor expresen las
situaciones y aspiraciones de los pueblos indígenas en cada entidad”.
Lo anterior significa que estos derechos no podrán ser ejercidos por los pueblos
indígenas hasta que cada uno de los estados los establezca en su legislación
56 Acuerdos de San Andrés Larrainzar, 1995. 57 Convenio sobre pueblos indígenas y tribales, 1989, Organización Internacional del Trabajo.
125
correspondiente, y además habría que atenerse al carácter que cada una de ellas le dé a la
autonomía de los pueblos indígenas que habitan en sus estados.
La importancia de que los derechos indígenas sean reconocidos en la
Constitución Federal radica principalmente en que ésta es la Ley Suprema de toda la
nación y por tanto la base del sistema jurídico mexicano, y no existe ninguna ley ni
tratado que pueda estar por encima ni ir en contra de ella. Lo que implicaría que los
derechos indígenas tuvieran rango constitucional es que se podría imputar de
anticonstitucionales todos aquellos instrumentos legales, como el TLC o el ADPIC, o
incluso las leyes nacionales, que de alguna forma violenten los derechos de los pueblos
indígenas.
Por otro lado, también en el ejercicio de su autonomía, los pueblos indígenas
podrán “acceder, con respeto a las formas y modalidades de propiedad y tenencia de la
tierra establecidas en esta Constitución y a las leyes de la materia, así como a los
derechos adquiridos por terceros o por integrantes de la comunidad, al uso y disfrute
preferente de los recursos naturales de los lugares que habitan y ocupan las
comunidades, salvo aquellos que corresponden a las áreas estratégicas, en términos de
esta Constitución. Para estos efectos las comunidades podrán asociarse en términos de
ley”.
Esta disposición, además de no reconocer derecho alguno a los pueblos
indígenas, tiene graves implicaciones, principalmente porque al proteger derechos de
terceros en realidad está protegiendo los intereses de las empresas trasnacionales que
han adquirido algún derecho sobre un recurso natural, amparados a través de alguno de
126
los instrumentos jurídicos anteriormente analizados, lo mismo sucede cuando señala que
el uso y disfrute de los recursos naturales será preferente, lo cual significa que se les dará
preferencia para acceder a dicho uso, pero que no serán los únicos que podrán acceder a
dichos recursos, con lo cual queda claro que los grandes empresarios que han puesto sus
ojos en la explotación de los recursos naturales existentes en los territorios indígenas
podrán también acceder al uso y disfrute de su riqueza biológica. Por lo tanto, queda
claro que el marco jurídico existente es deficiente en materia de protección de la
biodiversidad y el conocimiento, uso y aplicación de ésta en las formas de vida indígena.
127
Capítulo IV
La medicina indígena en los procesos sociales
y de salud en Chiapas
Introducción
La medicina indígena del estado de Chiapas forma parte del sistema estatal de salud,
como la más marginada de sus áreas. Sin embargo, la práctica de esta medicina es muy
importante en el sector rural, por lo mismo, ha ido ganando espacios y reconocimientos
que la han definido dentro del sector salud nacional. Consolidándose en asociaciones
civiles desde finales de los años setenta, adoptando y adaptando el discurso institucional
del sector salud.
Hablar del discurso institucional de los médicos indígenas, es observar aquí la
entidad social acerca de partes relevantes de su identidad, porque el discurso permite
trascender la pura subjetividad para entender cómo un grupo social legitima y sustenta
sus prácticas: cómo una identidad colectiva se va construyendo al delimitarse frente a
otros grupos y frente a las circunstancias que la rodean.
Pero como el discurso no ocurre en el vacío ni es vigente por sí mismo, estudiar
su desarrollo exige tener en cuenta las condiciones materiales, sociales y culturales en
que surge. Por lo miso, entendemos por discurso a la práctica comunicativa producida
128
socialmente y productora de otras prácticas sociales, como objeto constituido y como
instrumento de constitución social.
Ahora bien, hablar de la medicina indígena tradicional es hacer referencia a la
síntesis histórica de los pueblos amerindios y de una de las manifestaciones culturales
más importantes para su sobrevivencia durante más de 500 años. Por medicina indígena
tradicional, se comprende el conjunto de los procesos y desarrollo locales de atención,
diagnóstico, medicación y conceptualización de las patologías que han tenido origen
dentro de la actividad social de los grupos indígenas antes de la Colonia. Pero además,
esta medicina ha recibido aportes de las diversas sociedades con las que los indígenas
han tenido contacto o han sido dominados a lo largo de su historia. De esta manera, las
sociedades indias han venido adaptando y adoptando en su cultura diversos usos y
significados de nuevas especies animales, vegetales y materiales para su uso medicinal.
Al mismo tiempo, la medicina indígena ha logrado conservar muchas
características de origen prehispánico; es decir, sostiene una particular concepción del
mundo con relación a la naturaleza, al cuerpo humano, a la persona, la salud, la
enfermedad, la curación y la muerte. De la misma manera, se encuentran unidos a dicha
concepciones nuevos elementos de la ciencia y la técnica que gradualmente son
incorporados, reinterpretados y ajustados a dicha visión del mundo.
En ese sentido, ¿cuáles son el origen, conceptos y características de la medicina
indígena? En un primer momento, podemos observar en las crónicas e investigaciones
coloniales una descripción que muestra como en la fase de la Conquista y de la Colonia
existía una medicina indígena, pero debido a la mentalidad del Viejo Mundo, los
129
conocimientos y práctica médicas indígenas fueron satanizadas y perseguidas a tal grado
de que los médicos indígenas en muchos lugares de México curaran en la clandestinidad.
Es precisamente durante la época colonial que se muestra el interés por estudiar
las prácticas tradicionales en forma descriptiva. Los primeros y principales estudios de
este tipo fueron realizados por los frailes Bernardino de Sahagún y Diego Durán.
Posteriormente, se escribieron obras con un carácter más académico, como la de
Francisco Xavier Clavijero58 (Campos, 1992:81).
En lo que hace a la medicina de occidente, desde la época griega, ésta
consideraba el problema de la enfermedad a partir de un marco conceptual en el que el
intelecto tenía siempre la razón. La Edad Media, centrada en la religión, pareció, por un
momento abandonar el enfoque racionalista para abismarse, apasionadamente, en el
misticismo; pero, el Renacimiento, al volver los ojos a la antigüedad clásica, volvió a
situar la razón en el lugar prominente. La medicina que los conquistadores introdujeron
en México venía sobrecargada por la profunda religiosidad del medioevo; pero su
orientación básica era racionalista, limitaba su campo de acción a la llamada esfera de lo
natural, al mundo de la realidad objetiva y dejaba, a la clerecía, el trato con lo prenatural,
el mundo de la realidad subjetiva (Aguirre, 1992:239).
En tiempos de la Colonia, el poco desarrollo de la medicina racional en México,
determinó su corta eficacia, tanto en el tratamiento de las dolencias como en la
prevención de endemias y epidemias, ante las cuales se vio impotente. Pasada la
dominación extranjera la medicina científica alcanzó sus más importantes logros, 58 Clavijero, Francisco Javier, Historia antigua de México, editorial Porrua, México, 1991.
130
especialmente a partir de la elaboración de la teoría de los gérmenes que estableció la
causalidad biológica en la etiología de la enfermedad. El rumbo de esa teoría permitió el
control, cada vez más efectivo, de los males que afligen a la humanidad, llegando a
producir a partir de este siglo, un conjunto impresionante de drogas de virtud innegable.
El logro obtenido dio tal corroboración a la causalidad biológica que, durante el siglo
pasado y parte del presente, se le tuvo como factor único en la motivación u origen de la
enfermedad y, en consecuencia, se negó la intervención de la causalidad emotiva que
propugnaba la medicina-folk (Aguirre, 1992:239).
Durante la Colonia, en el proceso de mestizaje surge como consecuencia lo que
se denominaría “medicina tradicional” y, es el resultado de una combinación dinámica
de la medicina indígena y la occidental introducida por los españoles. En la época
independentista, con la influencia de la Ilustración Francesa y el desarrollo del
positivismo, se dio inicio a las primeras indagaciones de tipo oficial sobre las
propiedades curativas de las plantas medicinales, asumiendo una visión
descontextualizada de su ámbito cultural al identificarse el saber popular con la
ignorancia y la superstición.
En los años posteriores a la Revolución Mexicana, las prácticas curativas
tradicionales continuaron sin ser reconocidas. Sin embargo, éstas siguieron
desarrollándose en un plano de subordinación al modelo médico dominante, el cuál se
vio influenciado por el Cientificismo Tecnológico de la medicina estadounidense, con
una fundamentación teórica basada en la naturaleza biologicista de la enfermedad, una
práctica médica de tipo curativo y un sistema asistencialista (Herrero, 1989:36).
131
De ahí, que los primeros intentos de acercamiento a la medicina tradicional,
tendían a establecer una asociación entre la medicina popular y la medicina indígena,
pero desde una perspectiva un tanto prejuiciada en el sentido de que se le consideraba
como una práctica médica de carácter no científico. Desde la visión de los médicos
alópatas la medicina científica era considerada como la eficaz y la correcta, mientras que
otras prácticas curativas se asociaban a supersticiones o falsas creencias. En el siglo XX,
gran parte de lo que se escribía respecto al tema seguía este modelo de marginación
hacia la medicina tradicional (Audirac, 1998:21).
En medio de ese terreno de hostilidad hacia el conocimiento médico de los
pueblos indígenas surge la antropología médica en México, en 1938, entre las
discusiones y resoluciones del congreso de medicina rural celebrado en San Luis Potosí.
Anteriormente, Gamio y Sáenz habían hecho esfuerzos por comprender las
implicaciones sociales del estado de salud de la población india con un enfoque
positivista que les impidió percibir la realidad de la situación étnica. Por su lado, Miguel
Othón de Mendizábal, también reputaba ineficaz la medicina india practicada por los
“yerberos, curanderos”, y proponía innovar la medicina científica en las comunidades
rezagadas, pero con una diferencia sustantiva. Los médicos encargados de implementar
las innovaciones de la medicina científica deberían ser adiestrados con especificidad en
el conocimiento de la vida campesina y, para ello, el plan de estudios de la Escuela de
Medicina Rural, recién inaugurada, figuraba como materia básica la Antropología. Es
decir, el concepto de médico ideado por Miguel Othón, tenía que preocuparse por
entender la cultura india y los presupuestos en que se basan sus creencias y prácticas
132
médicas. En este proyecto, Aguirre Beltrán, Alfredo Barrera, y Julio de la Fuente eran
los encargados, en los años cuarenta, de impartir la asignatura Problemas Rurales e
Indígenas de México, desde la perspectiva de la Antropología Médica. Sin plena
conciencia, llegarían a ser los pioneros de este enfoque antropológico en las discusiones
de los programas de salud. Es para los años cincuenta, que el Instituto Nacional
Indigenista (INI) establece en Los Altos de Chiapas un proyecto piloto de desarrollo
integral de una región intercultural de refugio con la denominación de Centro
Coordinador Indigenista (CCI) de la Región Tzotzil-Tzeltal, estructurado para
implementar programas de educación, salud, agricultura, comunicación, economía y
otros. La Antropología Médica, cobijada en las aulas, sale al campo a legitimarse en la
práctica. Julio de la Fuente, Alfonso Villa Rojas, Agustín Romano, entre otros, asesoran
y producen valiosos relatos. Cecilia Bonilla (Bonilla, 1953) elige una comunidad tzotzil
de frontera, Moshbikil, para estudiar El Proceso de Cambio Cultural en Medicina;
Lorenzo Morales Landyn (Landyn, 1955) se decide por promover La salud en el
municipio de Oxchuc, de lengua tzeltal (Aguirre, 1994:7-9).
De los aportes que la antropología médica mexicana recibe del exterior, no se
puede dejar de mencionar, en primer lugar a John L. Hydrick (Hydrick, 1944). Experto
en salud pública, Hydrick se desempeñó en los años treinta como médico colonial en las
Indias Orientales Holandesas y en los cuarenta y cincuenta como asesor en el Ministerio
de Salud Pública y Asistencia Social del Perú. En este último lugar se traduce y publica
en castellano su obra, La Higiene Rural en las Indias Holandesas, fuente de estímulo,
133
aguijón e iniciación constante que motiva la tarea cotidiana en Chiapas (Aguirre,
1994:9).
Otros investigadores norteamericanos, como George M. Foster contribuyeron al
desarrollo de la historia médica desde una perspectiva antropológica (Audirac, 1998:21).
En los siguientes trabajos, los antropólogos demostraron que los conceptos científicos
conductivistas relativos a la estructura, el papel, las funciones y los valores sociales, son
muy útiles para comprender las enfermedades y su tratamiento dentro del sistema social.
Algunos estudiosos se han interesado en las relaciones entre el curandero y su paciente,
(Brown, 1968); mientras que otros se interesaron en la clasificación de enfermedades y
curanderos, (Frake, 1961); (Metzeger y Williams, 1963), y en la historia de las creencias
médicas de una región específica, (Aguirre, 1963), (Harman, 1990:47, 48). Otra
tendencia en la investigación está representada por los historiadores de la medicina, que
en sus estudios han abordado aspectos relativos a la práctica médica, incluyendo la
prehispánica y la tradicional. Dentro de esta perspectiva encontramos los trabajos
llevados a cabo por investigadores como Fernando Martínez Cortés, Alfredo López
Austin y Carlos Viesca (Aguirre, 1992).
En un estudio temprano sobre la conjunción de los sistemas médicos y sociales,
Talcott Pearsons (1951) identificó la estructura y función del papel social implícito en
sistemas de salud-enfermedad en los estados Unidos. Athur Rubel (1966), demostró
convincentemente que los conceptos de salud enfermedad forman parte integral de la
vida social de una comunidad mexicana –Americana en Texas. El trabajo de Isabel
Kelly (1965), en el norte de México amplía considerablemente la literatura sobre teorías
134
populares de enfermedad y tratamiento (Harman, 1990:48). Por su parte el trabajo de
Holland es una aportación importante a la literatura sobre antropología médica en
Mesoamérica, su monografía se divide en dos partes: una primera es la descripción
minuciosa de las creencias y prácticas médicas tradicionales en Larrainzar, comunidad
del altiplano maya. La otra es la interpretación de los cambios de esas prácticas y
creencias que se han dado a lo largo de la región. Su contribución más importante fue
haber descubierto que en las prácticas médicas entre los mayas del altiplano, el más
importante proceso de cambio es la fusión y no la sustitución (Holland, 1987:246).
La integración de elementos médicos científicos a la cambiante cultura indígena
se caracteriza por la aceptación de formas occidentales reinterpretadas de acuerdo a los
principios existentes basados en causas mágico-religiosas de la enfermedad. Este análisis
se basa en gran parte en el trabajo realizado por Homer Bernett (1953) quien se interesó
principalmente en los procesos mentales (Holland, 1987:48). No obstante, la
antropología médica ha ampliado el campo de análisis de estas prácticas, no solamente
dedicándose al estudio de la medicina, sino abordando ciertas problemáticas dentro del
sistema oficial de salud. En años recientes se ha dado interés al conocimiento y
aprovechamiento de los recursos de la medicina tradicional.
En la década de los setenta, ante tal situación, y como una medida salvavidas, se
retomaron los planteamientos que la Organización Mundial de la Salud propuso para los
“países críticos” del tercer mundo: “Implementar la Atención Primaria como política
prioritaria de salud en el ámbito nacional”. Dicha política comprende, entre otros
elementos, la práctica de la medicina indígena. Empero, esta práctica médica no es
135
impulsada en todos los elementos que la constituyen (médicos, indígenas, causalidad,
diagnóstico y tratamiento), sino que extrae únicamente lo que cree útil e importante
desde el punto de vista del sistema médico institucional (producto de origen vegetal).
Como lo podemos apreciar en las palabras de H. Bannerman, alto funcionario de la
OMS:
[...]debemos estimular los trabajos de los laboratorios y los ensayos clínicos orientados a la
producción de remedios eficaces de origen vegetal, mineral o animal, para la producción de
agentes terapéuticos, con objeto de reducir el costo de las importaciones de medicamentos
de muchos países en desarrollo (Alarcón, 1988).
A raíz de esto, en 1975 se creó el Instituto Mexicano para el Estudio de las
Plantas Medicinales (IMEPLAN), que años más tarde se integró al Instituto Mexicano del
Seguro Social, como una Unidad de Investigación en medicina tradicional y Herbolaria.
Con el programa IMSS-Coplamar se manifiesta un afán oficial por conocer y emplear los
recursos de la medicina tradicional.
Dentro de este programa se elaboró un censo de los curanderos tradicionales en
México y la clasificación de los tipos de padecimientos tratados por cada uno de ellos y
las plantas medicinales que empleaban para ello, así como en el promover encuentros
con los representantes de la medicina académica. Para el año de 1987 se logró obtener
un número de trece mil treinta y cuatro terapeutas tradicionales y se integró un catálogo
de las principales plantas medicinales empleadas por estos especialistas.
En los constantes esfuerzos por incorporar la medicina tradicional al sector
salud, el Instituto Nacional Indigenista ha promovido la creación de hospitales mixtos
136
atendidos por médicos alópatas y médicos tradicionales. Un hospital de este tipo está
ubicado en Cuetzalan, en la sierra norte del estado de Puebla, otros están funcionando en
Oaxaca, Nayarit y Yucatán. Además, existen pequeñas clínicas atendidas por médicos
tradicionales y farmacias comunitarias en algunos estados de la República Mexicana
(Audirac, 1998:26-27). Estos adelantos en reconocer la importancia de la medicina
indígenas tradicionales tenían poco alcance y aún en la actualidad existen grandes topes
de discriminación e ignorancia por parte de algunas instituciones y personal del sector
salud.
Ante esta situación el término medicina “tradicional” ha generado diversas
controversias, en el sentido, de considerar lo tradicional como lo antagónico a lo
moderno, como lo opuesto a lo científico. Otra manera de cómo es empleado el término
“tradicional” tiene que ver con los “sujetos tradicionales” practicantes, siendo éstos los
grupos étnicos amerindios, el campesino indígena, criollo o mestizo, los denominados
grupos folk, etc. tal y como lo señala E. Menéndez:
La medicina tradicional como parte de la cultura, es entendida como un proceso dinámico
conformado de conocimientos y prácticas, de recursos que le son propios, además se
mantienen o se modifican en el ámbito de una relación de interdependencia con la práctica
dominante (Menéndez, 1990).
Por su parte otros autores definen la medicina tradicional como:
El conjunto de prácticas y saberes que tienen a la preservación de la salud, incluyendo ideas,
conceptos y recursos para la prevención y curación de las enfermedades, mediante el uso de
sustancias naturales seleccionadas y dosificadas a través de un conocimiento heredado
culturalmente y que constituyen un amplio conjunto de acciones religiosas, mágicas,
137
herbolarias; Con una jerarquización de terapeutas, permanencia de cosmovisión
prehispánica, y que está presente fundamentalmente en comunidades campesinas, indígenas
y mestizas en donde su supervivencia responde a necesidades de formas culturales
específicas de amplios sectores sociales (Audirac, 1998:33).
Ahora bien, se tiende a pensar de una manera ahistórica a la medicina tradicional,
en la que los conjuntos sociales permanecen inmóviles, esto es que los sujetos se
desenvuelven dentro de una serie de estructuras que están en cambio, pero que sus
prácticas ideológicas no cambian. E. Menéndez plantea que de hecho las condiciones
económico-políticas e ideológicas son dinámicas y en consecuencia los sistemas
curativos y preventivos también lo son, se modifican, se sintetizan, o desaparecen. Tal
sería por ejemplo el empleo cada vez mayor de fármacos por parte de los terapeutas
tradicionales incluyendo las parteras (Menéndez 1990 en Audirac, 1998:46).
La variedad de nombres con los que ha sido designada la medicina tradicional:
popular, empírica, indígena, tradicional, no formal, paralela, mágico-religiosa,
folklórica, informal, etcétera, nos invita a reflexionar sobre los motivos que han
existido para ello, entre los cuales destacamos los siguientes: diversidad y complejidad
de los elementos que la integran, desconocimiento y las cargas valorativas, peyorativas
las más de las veces, que esta práctica médica causa desde la conquista española hasta
nuestros días, en los estratos cultos y económicamente fuertes de la población mexicana;
no así entre los niveles populares que han sobrevivido gracias a esta medicina durante
más de 500 años, como único recurso médico a su alcance. Sólo hasta hace pocos años
138
cuentan con cierta atención del sistema médico oficial, como ya lo hemos visto, pero aun
continúan recurriendo a sus antiguas tradiciones médicas (Lara y Mateos, 1994:226).
Por otro lado, la definición que se indica enseguida fue acuñada por especialistas
en el estudio de la medicina en conjunto con médicos tradicionales que han aportado sus
conceptos al respecto, y es la que aquí adoptamos:
La medicina tradicional es un conjunto de conocimientos y prácticas generados en el seno de
la comunidad, transmitidos generacionalmente y que, basada en un saber fundamental
empírico, ofrece e intenta ofrecer soluciones a las diversas manifestaciones de la
enfermedad, buscando propiciar la salud de la comunidad (Lara y Mateos, 1994:226).
Ahora bien, los estudios antropológicos se encuentran frente a una práctica
médica producto del mestizaje cultural iniciado durante la época colonial y que desde
entonces ha sido considerada como una alternativa, en cuanto hace a la herbolaria, para
resolución de los problemas de enfermedad en diversos grupos sociales, de esto señala
Aguirre Beltrán:
Los estudios que en nuestro país se han ocupado de reseñar [...] de la medicina indígena [...]
Una larga lista de sustancias medicamentosas, la mayoría de ellas extraídas de la tienda
primitiva del herbolario, constituye, por regla general, la masa de esos estudios, cuya
finalidad evidente es hacer resaltar la importante contribución que la experiencia indígena
aportó a la medicina occidental (Aguirre, 1980:36).
Por nuestra parte, consideramos que para ampliar el estudio de la medicina
indígena tradicional, no debe ir separado de todos sus componentes contextuales como el
de la brujería y la cosmovisión.
139
En ese sentido, ¿a qué se le llama brujería? A éste respecto, el concepto
occidental de brujo, fue introducido en el siglo XVI, cuando Sahagún, denominó con
ello al nagual, asignándole características sobrenaturales como la de transformarse en
un animal, sangrar sobre sus victimas, predecir o conjurar alguna enfermedad o mal
tiempo (Sahagún, 1999:904). Ruiz de Alarcón, a su vez, al narrar casos que hemos
identificado como tonalismo, no sólo confunde los conceptos de tona y nagual sino que
aun llega a atribuir su origen a un pacto expreso o tácito con el demonio (Aguirre,
1980:108).
Esta confusión de nagualismo con brujería actualmente se puede observar en
diversos grupos sociales de México ya que son conceptos adquiridos, adoptados o
arraigados en una cultura. Además, comprender estos y otros conceptos relacionados con
la medicina indígena tradicional servirá para clarificar muchos prejuicios existentes
contra ésta, así como también para revalorar su conocimiento y práctica. En cuanto al
origen del término nagual éste deriva de “nahualli”, término de la lengua nahuatl se
relaciona con lo secreto, misterioso y oculto pero que también se traduce como brujo
(De Molina, 1992:63).
“[...] Vocablo mexicano Nahualli se forma, y tiene su significación del verbo Nahualtia, que
es esconderse encubriendose, ó disfraçandose, ó arreboçandose; y assi Nahualli será aquel,
que por la applicacion, que el Padre le hizo recien nacido de dedicarlo á aquel animal, cuyo
nombre le pusieron á el quarto dia; se sujeta á el tanto, que se encubre y disfraza debajo de
su figura” (Serna, J. de la, 1953, X: 90).
140
El nahualismo desde la Colonia es confundido con el tonalismo. Este último
consistía en un conjunto de prácticas producidas por la creencia de sus adeptos, de que
todos al nacer participaban de la condición o influencia de los animales, astros, plantas y
elementos, o tenían con ellos cierta especie de relación o dependencia. A cualquier
persona que desee saber qué animal es su tona y quiera quedar para siempre ligada a él,
es común que le ocurra, sin importar la edad, que sueñe con ella en repetidas ocasiones,
y a veces por años enteros, que se encuentra en determinado lugar y ve siempre al
mismo animal. Este animal, invariablemente repetido en sus sueños, es su propia tona.
Sin embargo, el curandero nativo, hace siempre ostensible un rasgo distintivo:
mientras el hechicero y la bruja occidentales adquieren sus poderes extraordinarios por
pacto con el Señor de los Infiernos, verificando en la edad adulta, los naguales
aborígenes nacen con disposiciones sobrenaturales por gracia que reciben de Dios. Son
individuos predestinados para este oficio. No puede una persona cualquiera, como en la
magia cristiana, convertirse de la noche a la mañana en nagual mediante la firma de un
contrato (Aguirre, 1992:109,110).
Lo anterior, nos permite valorar los conceptos de positivo y negativo, de sacar la
enfermedad y de introducirla, porque en cada grupo social amerindio desde la
antigüedad tienen términos específicos, según su cosmovisión, para designar al agente
productor de un mal o enfermedad. La brujería o hechicería, como conceptos
occidentales introducidos durante el siglo XVI, constituye uno de los aspectos más
importantes y discutidos dentro de la concepción del proceso salud-enfermedad en la
medicina tradicional de México.
141
Este hecho se ve reflejado en la clara tendencia a atribuirle la aparición de
desajustes en la salud entre miembros de un grupo o sociedad, principalmente cuando
los padecimientos se caracterizan por ser violentos, repentinos, crónicos o cuando
presentan resistencia a los tratamientos; además, se considera que el peligro de morir por
brujería es mucho mayor que por cualquier enfermedad (Zolla, 1994:219).
En mayor o en menor medida se encuentra presente la inclinación a señalar a un
hechizo como la causa directa de desgracias, sufrimientos y enfermedades que no tienen
una explicación lógica en la concepción popular. La práctica de la brujería nunca es
fortuita, pues los practicantes tienen motivos bien definidos en la elección de las
víctimas; la motivación principal es la envidia. El término de Brujo o Hechicero es una
denominación peyorativa que reciben algunos curanderos. Es el personaje temido y a la
vez respetado, pues se le reconocen poderes para dañar a sus semejantes, así como
conocimientos para solucionar ciertos problemas, y curar determinadas enfermedades.
Se identifica como terapeuta, al ser solicitado para atender padecimientos, generalmente
derivados de la brujería, bajo el supuesto de que quien sabe provocar enfermedades y
males, sabrá también curarlos (Zolla, 1994:219).
Organización de salud indígena de los Altos de Chiapas
Fue durante la década de 1970, que las prácticas curativas indígenas y populares dejaron
de ser consideradas sólo como un fenómeno antropológico, al llamar la atención de los
profesionales planificadores de la salud, quienes reconocieron en ella una serie de
142
recursos susceptibles de incorporarse a la estrategia de Atención Primaria de Salud (APS)
(OMS, 1973:76, en Freyermuth, 1993). El creciente interés por las medicinas indígenas y
de sus practicantes se debe principalmente a las recomendaciones de las agencias
internacionales de salud como la Organización Mundial de la Salud (OMS), la
Organización Panamericana de Salud (OPS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la
Infancia (UNICEF) que durante los setenta impulsaron, en el ámbito mundial, el modelo
económico-político conocido como neoliberal (entre ellos, el Banco Mundial),
argumentando la necesidad de dar: “[...] una importancia adecuada al empleo de sus
sistemas médicos tradicionales con una reglamentación apropiada y acorde con sus
sistemas nacionales de salud” (Akele 1983:3 en Campos 1996:67.)
En México, se le ha dado una creciente importancia a la medicina indígena
tradicional, especialmente en los estados de la república que se caracterizan por tener un
porcentaje alto de población indígena, como es el caso de Chiapas. Es a partir de 1989,
que el Estado Mexicano ha implementado diversas acciones tendientes a generar
instancias, tanto legislativas como de otro tipo, con el objeto de lograr el reconocimiento
y respeto, por parte de la sociedad global a los derechos de los pueblos indios (Page y
Lavin, 1995:272). Ahora bien, en este neoliberalismo económico, el Estado Mexicano ha
instrumentado una política sanitaria dirigida a los pueblos indios. La importancia que
han adquirido los grupos de médicos indígenas organizados y no organizados ha sido a
partir de estrategias de acción conjunta entre médicos tradicionales e instituciones
nacionales e internacionales. Estas prácticas, impulsadas por la Secretaría de Salud, el
Programa IMSS-Solidaridad, organismos no gubernamentales (ONGs), Universidades y
143
empresas privadas, sobre todo farmacéuticas transnacionales, interesadas en los recursos
que desde la antigüedad emplean los médicos tradicionales, están orientadas al cuidado
de la salud y al combate de las enfermedades. Aún así, en México el proceso de
incorporación de las medicinas indígenas a los sistemas de atención del Estado, se ha
visto en un proceso lento.
En el año de 1978, se formó un grupo de médicos indígenas del municipio de
Chenalhó, éste pudo conseguir apoyo del Instituto Nacional Indigenista (INI) de San
Cristóbal de Las Casas. Posteriormente iniciaron los trabajos y se reunieron 200 médicos
de 20 comunidades de Chenalhó, Tenejapa, Huixtán, Chanal y Larrainzar. Con el INI se
hicieron colectas de plantas medicinales y huertos, hubo reuniones donde se platicó de
los conocimientos de los médicos indígenas y sobre como hacer crecer su medicina. En
1981 se inician las primeras acciones del Programa de Interrelación de la Medicina
Indígena Tradicional y Herbolaria del IMSS y el Programa IMSS-COPLAMAR.59 Estas
acciones dieron lugar a la creación de la Organización de Médicos Indígenas del Estado
de Chiapas (OMIECH, 1984) y de la Organización de Terapeutas Indígenas Tzeltales
(ODETIT, 1986) (Zolla, 1999).
Además, la OMIECH es una agrupación de médicos indígenas que desde 1985 está
luchando por rescatar y desarrollar la medicina indígena tradicional de los indios mayas
tzotziles y tzeltales. Esta organización nació a iniciativa de los técnicos en salud, quienes
invitaron a terapeutas tradicionales de los Altos de Chiapas a conformar la agrupación.
Desde entonces, se constituyeron como asociación civil contando con fondos 59 En 1989 se establece como política institucional dentro del entonces existente INI.
144
provenientes de fundaciones extranjeras y al respaldo de la de la diócesis de San
Cristóbal de Las Casas. Además, esta organización es considerada como la precursora de
las organizaciones de médicos indígenas de su tipo. La cual también, ha servido de
proyecto piloto para otras entidades del país y Centro América.
Estos apoyos ha sido la base fundamental para avanzar en los objetivos que se
plantearon inicialmente, que son: rescatar, defender, fortalecer, desarrollar y difundir la
medicina indígena tradicional; y crear un espacio en donde los indígenas puedan discutir
otros problemas por los que atraviesan sus comunidades. Lo anterior se ve reflejado en
la consolidación de proyectos sustentables como el Museo de la Medicina Maya en 1997
y las instalaciones de del Centro de Desarrollo de la Medicina Maya (CEDEMM).
En el camino para alcanzar los objetivos, la OMIECH ha experimentado, adaptado
y adoptado caminos y alternativas de organización y métodos para: la promoción y
capacitación; para la recuperación y desarrollo de la medicina herbolaria; la
recuperación y socialización de practicas útiles que en muchas regiones se han perdido;
la investigación antropológica, etnobotánica y farmacológica incorporada al proceso de
organización; la interrelación con la medicina oficial; la participación de las mujeres y
parteras; la vinculación con organizaciones y grupos independientes de salud y
productivos; la difusión, por diferentes medios, de la medicina indígena tradicional; las
propuestas de adecuación de programas de salud oficiales para zonas indígenas, todo
esto tendiente a generar un modelo de atención a la salud, dentro del contexto de la
Atención Primaria de Salud (APS).
145
La importancia de la herbolaria en la medicina indígena
En cuanto a la relación de la medicina indígena con la biodiversidad, podemos decir, que
los médicos indígenas han vivido en estrecho contacto con la naturaleza y, a través de
cientos de años, han desarrollado un profundo conocimiento práctico en el uso de
plantas medicinales. Así mismo, han construido una clasificación de enfermedades,
explicando sus causas e instituido su tratamiento. El 80 % de las enfermedades que
padecen, cotidianamente, las comunidades socias de la organización, en las regiones
indígenas son tratadas y curadas por los médicos tradicionales (OMIECH, 1998).
Las plantas medicinales, han sido seleccionadas a través del método de ensayo y
error, por revelación onírica, así como por observación de conductas animales, los que
consumen vegetales específicos para aliviar sus dolencias. Es por esto, que la flora
medicinal tiene una importancia especial, en comparación con otros grupos sociales.
Este conocimiento de la herbolaria regional, forma parte de una estrategia de
sobrevivencia donde el saber es transmitido de generación en generación desde la época
prehispánica. De ahí, que las plantas medicinales juegan un papel muy importante
dentro de la práctica médica indígena.
Un médico indígena, sabe que parte de la planta se utiliza en cada enfermedad;
así, puede utilizar la raíz, el tallo, las hojas, la flor, el fruto o, incluso, todo el vegetal.
Reconoce cuáles plantas son venenosas o tóxicas; por ejemplo el Toloache o Matúl
(Datura stramonium), que a dosis elevadas puede producir estado de coma o aún la
muerte, es utilizada solo en forma de emplasto para curar los golpes. O la Higuerilla o
146
Chu’pak te’ (Ricinus communis), que siendo capaz de producir la muerte a los animales
que la consumen, es aprovechada por los médicos indígenas en forma tópica para
contusiones e inflamaciones. También, saben que las plantas cuyos frutos son de color
rojo o lechosas pueden ser venenosas. Han identificado antídotos para ciertas plantas
venenosas, así utilizan el Chijité (Sambucus mexicana) cuando un borrego ingiere
Secarote’ (Coraria thymifolia), esta última también es utilizada para la picadura de
víbora, hirviéndola y aplicándola en forma tópica, ya que por vía oral produce
envenenamiento.
Una misma planta es utilizada para curar distintas enfermedades, como el caso de
Tux nuc (Gnaphalium semiamplexicaule) que es prescrita para la tos y la diarrea. Los
médicos indígenas saben también que una planta puede “incidir” en diversas
enfermedades, dependiendo de la forma de utilización.
El uso de las plantas es muy variado. Podemos encontrar que, en una misma
comunidad, tres médicos indígenas utilizan cierta planta para diferentes padecimientos.
Por otro lado, médicos indígenas de diferentes municipios de Los Altos, utilizan plantas
diferentes para una misma enfermedad.
Los médicos indígenas establecen una relación armónica con las plantas: los
“secretos” en el uso de las plantas. Estos secretos están relacionados con su colección,
preparación y uso, así como con ciertas características de las enfermedades:
Una planta sólo puede ser colectada por una persona sana. No deben hacerlo las embarazadas
o mujeres en período de menstruación; en el caso de que la mujer sea curandera, esté
147
embarazada y sea necesario que ella colecte, debe rezarle antes de cortarla, pero esto podrá
hacerlo con determinadas plantas, ya que algunas pierden su efecto terapéutico.
Cuando se colecta una planta debe hacerse en absoluto silencio y frente al sol; el colector no
le hará sombra. Algunas se recogen únicamente cuando hay luna llena y otras no deben
cortarse si hay mucho sol, por lo que se aconseja hacerlo por la mañana o por la tarde
(OMIECH, 1998).
Así como en el estado de Chiapas, la utilización de la herbolaria medicinal
adquiere una relevancia dentro del arsenal terapéutico, en otros estados y regiones de
México, también es un recurso de primer consumo en los procesos de salud-enfermedad.
Gran parte de la sociedad mestiza nacional, a pesar de que está tamizada por un proceso
de medicalización constante, sigue utilizando este recurso terapéutico.
La mayoría de los países europeos, en su loca “carrera” hacia el industrialismo y
la modernidad, mal entendida y peor aplicada, se están dando cuenta que es necesario
“regresar a la naturaleza”; por tal motivo están revalorando el papel positivo que juegan
las plantas medicinales (recurso que mucho han olvidado y perdido) en el combate de
sus perfiles patológicos específicos.
La medicina occidental tienen una deuda para con las ciencias y prácticas
tradicionales de curación de las poblaciones indígenas. Por ejemplo, fue el pueblo Jíbaro
de la región amazónica el que enseño a todo el mundo la manera de combatir la malaria
con la quinina, un alcaloide extraído de la corteza del árbol de la Quina. En Quebec, el
explorador Francés Jacques Cartier recorrió a remedios indígenas basados en la corteza
y las hojas del cedro blanco para curar el escorbuto. La emetina, un alcaloide derivado
de las raíces de la epecacuana, que actualmente se utilizan para tratar la disentería
148
amébica, fue descubierta al ver como la empleaban las poblaciones indígenas del Mato
Grosso, Brasil. Se estima que una cuarta parte de todos los estupefacientes recetados
proviene de plantas y que tres cuartas partes de ellos se han obtenido a partir de la
información facilitada por poblaciones indígenas (OMIECh, 1998).
149
Capítulo V
Los discursos de la controversia entre el ICBG-Maya y el COMPITCH
Introducción
México es un país pluricultural y biodiverso, el cuál está sustentado por sus distintas
culturas que lo pueblan, la cuales se han ido transformando a lo largo de su historia.
Destacamos, desde la antigüedad prehispánica, la intima relación de los pueblos
indígenas con la naturaleza de donde ellos han generado conocimientos y discursos
ancestrales del uso y manejo de los recursos naturales. Logrando así contribuir en gran
manera a la conservación de la biota mexicana.
En las últimas décadas se viene observando la amplia demanda social, a nivel
mundial, sobre la importancia de los pueblos indígenas para el futuro de la humanidad.
Principalmente, se habla del conocimiento sobre el uso y conservación de la
biodiversidad necesaria para la agricultura, la salud y el desarrollo.60 Así mismo, esos
conocimientos nos permiten una categorización del plexo de la vida social, con las que
se puede dar razón de las paradojas de la modernidad. Porque, la acción de conservación
de la biodiversidad se trasmite a través de la práctica y el discurso local, de ahí, que la
60 Para la mayoría de los pueblos indígenas, los conocimientos locales colectivos responden a un proceso integral que involucra no sólo a los conocimientos, innovaciones y prácticas específicas, sino que éstos están íntimamente relacionados con el ámbito ecológico y cultural en que tales conocimientos se generan e implementan y de los cuales se sustentan.
150
comunicación lingüística sea una forma emancipada de las coacciones de la interacción
social.61
Ahora bien, en este capítulo se describen y analizan los discursos desarrollados
durante la controversia entre ICBG-Maya y el COMPITCH. Utilizamos las notas de nuestra
participación directa en el caso de estudio y de la documentación generada por las partes
disidentes. Por lo mismo, ubicaremos al lector en los contextos espacio/temporales
dónde surgieron los discursos del ICBG-Maya y del COMPITCH.
En un primer momento, observaremos cambios y reorientaciones del discurso del
ICBG-Maya para hacerse explícito y desarrollar plexos de validez entre la sociedad. En
este entendido, sugiero con Foucault una primera reflexión: la “verdad” esta ligada
circularmente a los sistemas de poder que la producen y la mantienen, y a los defectos de
poder que induce y que la acompañan. “Régimen de la Verdad” (Foucault, 1992:199).62
En este sentido, hay que considerar que cada sociedad tiene su régimen de verdad —
siguiendo con Foucault— su “política general de la verdad”, es decir, los tipos de
discurso que ella acoge y hace funcionar como verdaderos (Ídem. Pág., 198).
61 La doble estructura de la comunicación en el lenguaje ordinario posibilita la alternativa entre acción y discurso, por cuanto las pretensiones de validez implícitas en las acciones comunicativas remiten en principio a la posibilidad de un tránsito al discurso. La diferencia entre sentido e información no puede mantenerse si no suponemos también una forma de comunicación en que los participantes no intercambian información ni hacen o comunican experiencias, ni dirigen y ejecutan acciones, antes buscan argumentos para justificar y fundamentar lo que han hecho o dicho (Habermas, 2000:350). 62 Este régimen no es simplemente ideológico o superestructural; ha sido una condición de formación y de desarrollo del capitalismo (Foucault, 1992:199).
151
Antecedentes: La creación del ICBG-Maya
En 1992, cuatro dependencias federales de los Estados Unidos combinaron esfuerzos
para lanzar un programa denominado International Cooperative Biodiversity Group
(ICBG).63 Estas dependencias fueron el Instituto Nacional de Salud (NIH); el Instituto
Nacional del Cáncer (NCI); el Instituto Nacional de Enfermedades Alérgicas e
Infecciosas (NIAID) y; el Centro Internacional Fogarty (FIC). Posteriormente se
incorporaron la Fundación Nacional de la Ciencia (NSF); la Agencia Internacional de
Desarrollo (USAID) y el Ministerio de Agricultura de los Estados Unidos (USDA). Según
el propio programa ICBG, sus metas son la promoción del descubrimiento de
farmacéuticos (o fármacos) derivados de recursos naturales, la conservación de la
biodiversidad y el crecimiento económico sostenido de los países en vías de desarrollo
(ICBG, 1998).64 Por lo mismo, el consorcio ICBG otorga donaciones a instituciones de
investigación pública y comercial que realizan programas de bioprospección, en países
del Sur.
Es en este marco que en 1998, a través de la Universidad de Georgia (UGA), el
etnobiólogo Brent Berlin solicitó el apoyo a los organismos del gobierno federal de los
Estados Unidos de América que conforman el ICBG, para implementar un proyecto de
bioprospección de plantas medicinales mayas en coordinación con un centro de
63 Grupo Internacional de Cooperación para la Biodiversidad (ICBG por sus siglas en inglés). 64 Los recursos naturales genéticos adquieren valor económico y comercial estratégico y son el centro de una confluencia de intereses que confiere a la conservación de esos recursos una situación conflictiva entre los poseedores de esos recursos y los usuarios de los mismos (investigadores y empresas del primer mundo).
152
investigaciones del Gobierno Federal mexicano, El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR)
y el laboratorio Xenova65 de Inglaterra. De esta manera se constituye el Grupo de
Colaboración Internacional en Biodiversidad para el área Maya, denominado ICBG-Maya,
cuyo objetivo pretendía desarrollar el proyecto planteado. Como responsable aparece el
Dr. Brent Berlín de la Universidad de Georgia, en el Sub-Programa de Descubrimiento
de Fármacos se nombra a cargo al Dr. David Puet de la U. De Georgia; en el Sub-
Programa de Antropología Médica e Inventario de Biodiversidad estaba dirigido por el
mismo B. Berlín; y para el Sub-Programa de conservación, uso y producción sustentable
se le otorgó el cargo al Dr. Pablo Farías Campero de ECOSUR.
Este proyecto se diseñó bajo el modelo de los llamados ICBG; al aprobarse el
proyecto, los objetivos generales de éste fueron anunciados como una labor de:
“investigar las posibles propiedades medicinales de plantas de la zona de los Altos de
Chiapas, como parte de un proyecto de 2. 5 millones de dólares financiado por el
gobierno de los EE.UU. con el que se busca encontrar nuevos fármacos para el
tratamiento de diversas enfermedades”. Al mismo tiempo, se justificó que: “el programa
busca el desarrollo de nuevos productos para que proporcione beneficios económicos
para los habitantes de las zonas de donde se extraigan los fármacos, lo que se espera
aliente el uso sustentable de plantas nativas y otros recursos naturales” (Berlin, 1998).66
Pero además, utilizando el conocimiento indígena como guía de su investigación
el proyecto ICBG en Chiapas se propuso descubrir, aislar y evaluar farmacológicamente
65 Este laboratorio más tarde, en 1999, cambia de nombre por el de Molecular Nature Limited. 66 Es importante notar que uno de los intereses del proyecto ICBG-Maya es la creación de un mercado local de libre demanda para poder comercializar las plantas con las instituciones integradas al proyecto.
153
componentes importantes de especies vegetales y microorganismos usados en la
Medicina Maya Tradicional.
Los Altos y Selva de Chiapas son dos de las regiones más ricas en biodiversidad
animal y vegetal del planeta. Como hemos mencionado, a través de los siglos los mayas
han desarrollado un conocimiento médico amplio y complejo. Se estima que existen más
de 6.000 especies vegetales en las áreas y miles de ellas son usadas tradicionalmente por
los indígenas para tratar enfermedades. Por lo mismo, todas las muestras promisorias
obtenidas por ICBG-Maya serían analizadas para comprobar si pueden ser efectivas en
enfermedades como cáncer, dolencias asociadas al VIH/SIDA, desórdenes del sistema
nervioso central, enfermedades cardiovasculares, gastrointestinales,
respiratorias/pulmonares, cutáneas y como anticonceptivos (ICBG, 1998).
El proyecto también realizó un extenso relevamiento botánico de los Altos y
Selva de Chiapas —y según sus propias declaraciones— para promover la producción
y cosecha sustentable de especies seleccionadas que muestren potencial considerable
para el desarrollo económico. El proyecto estimó que podría identificar unos 2000
componentes únicos que serían perfilados químicamente por la Xenova Limited, el socio
comercial del proyecto, en el Reino Unido. Un duplicado de todas las muestras
colectadas serían depositadas en el herbario de la Universidad de Georgia-Athens (ICBG,
1998).
Ahora bien, en este fase podemos observar cómo desde el principio se anuncia
que el proyecto busca encontrar posibles sustancias medicinales. Por lo mismo, en el
capítulo dos apuntamos que gran parte de los medicamentos de patente tienen como base
154
una sustancia activa de plantas medicinales. A este respecto, es de ver que en México
como en la mayoría de los países del Tercer Mundo se enfrentan a su propio dilema, es
decir, cómo decidirse por una tecnociencia que puede dar soluciones a sus problemas de
crecimiento y que al mismo tiempo presenta riesgos potenciales no sólo para su
biodiversidad, sino que acarrea nuevos retos socio-culturales, económicos y políticos.
De igual forma, al implementarse el proyecto ICBG-Maya, éste pretendía apoyar,
durante sus labores de investigación, la búsqueda de nuevos fármacos en las áreas de
salud que sean prioritarias para los Estados Unidos y México. También, proyectaba
proporcionar asistencia paralela en labores de investigación sobre otros usos basados en
productos naturales: Medicinas herbales, agentes de protección de cultivos, medicina
veterinaria y otros productos útiles con potencial de proveer beneficios económicos a
corto plazo en las comunidades a través de la distribución directa de beneficios o del
impulso de industrias locales. Dichos esfuerzos estaban dirigidos a las necesidades de
salud y desarrollo de México y en particular de los Altos de Chiapas.
Sin embargo, la propuesta de desarrollo pretendida estaba acompañada de un
idealismo político que olvidaba la complejidad sociocultural que compone el estado de
Chiapas, principalmente de las regiones incluidas en el proyecto, los Altos y Selva.
Además, la latente situación de conflicto armado y político entre el gobierno federal y
los zapatistas, para ese momento, obligaban a que un proyecto de esa envergadura
resulta ser por demás sospechoso dentro de muchas comunidades indígenas.
Principalmente, porque se trataba de un financiamiento del gobierno de los EE.UU.
155
Por otro lado, el ICBG-Maya proyectó desarrollar inventarios de especies nativas y
conocimiento etnobotánico, asegurando también el libre acceso social a las bases de
datos que se crearía. El inventario estaría depositado en instituciones públicas tales como
museos o universidades, o incluso en Internet para fines de su acceso y difusión.
Esto anterior, dejó de lado la realidad de los pueblos indígenas, primero, porque
la mayoría de su población no sabe leer ni escribir el castellano, y segundo, porque
también ha sido difícil para las sociedades indígenas entablar una comunicación de
mutuo respeto con la sociedad mestiza. De igual manera, también hacen falta medios y
recursos, económicos y humanos para preparar y capacitar a la sociedad en el manejo de
nuevas tecnologías como la informática. En este sentido, se esta hablando de un contexto
donde se producen los discursos para su mediación y recepción social y que difícilmente
puede entenderse esto como una apertura de la comunicación.
Porque, la comunicación es la racionalidad que está dada por la capacidad de
entendimiento entre sujetos capaces de lenguaje y acción mediante los actos de habla
cuyo trasfondo es un mundo de vida de creencias e intereses no explícitos y
acríticamente aceptados por las comunidades de comunicación. Por lo mismo, hablar de
dos contextos de vida inmersos en campo de producción de información es también
hablar de dificultad de entendimiento debido a que no se manejan códigos culturales
semejantes, ni criterios valorativos iguales de la información producida. Esto anterior,
sugiere que el productor de la información genera cargas valorativas en los discursos y
éstos pueden influir en los contextos de vida de las culturas receptoras.
156
Ante este dilema, el proyecto planteó capacitar y difundir el cumplimiento de los
objetivos del programa y cubrir las necesidades de México. Principalmente en las
actividades de investigación conjunta y capacitación de investigadores internacionales,
nacionales y de médicos tradicionales, así como de comunidades que participen en el
proyecto. Ejemplos de áreas de capacitación son: la etnomedicina, la química, la
biología celular, la biotecnología y los métodos de producción local.67
También el ICBG-Maya pretendió mejorar la infraestructura científica e
institucional en México y en particular, de la región. En éste ámbito se incluye tanto
labores de fortalecimiento de la relación entre la academia y los médicos tradicionales
como el mejoramiento de la capacidad física de investigación. También se incluyen aquí
actividades a fortalecer la capacidad institucional y comunitaria para administrar los
recursos naturales.
Por otra parte, el propio ICBG señaló que todas las actividades del programa
reconocen el valor de la biodiversidad y del conocimiento etnobotánico, así como las
necesidades de desarrollo de las comunidades donde se localizan estos recursos. Por lo
mismo, este programa requiere que se creen mecanismos explícitos para distribuir
67 En la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro (1992), el Convenio sobre Diversidad Biológica (CBD) pretendió establecer las bases de un nuevo sistema más equitativo para el disfrute de dichos recursos. La idea consiste en conjugar el libre comercio de recursos genéticos, el intercambio de tecnologías y la justa compensación a los países donadores de germoplasma, lo que se espera redunde a su vez en desarrollo sostenible y preservación de los recursos vivos. El artículo 1 del CBD contiene los objetivos generales del Convenio: conservación de la diversidad biológica, uso sostenible de los recursos genéticos y reparto equitativo de los beneficios resultantes. Los redactores del Convenio pretenden la integración del libre comercio de los recursos genéticos con el intercambio de tecnologías y la compensación justa por el acceso a los recursos biológicos de otros. Se espera que en los próximos años, la Conferencia de las Partes llegue a un mecanismo consensuado que mejore el acceso a los recursos genéticos de los países tropicales, garantizándoles compensaciones justas.
157
equitativamente los beneficios económicos que puedan surgir del proyecto, así como el
apoyo a acciones de desarrollo relacionadas para maximizar el beneficio a las
comunidades y la conservación de los recursos. Todo ello con estricto apego a la
legislación nacional en materia de biotecnología y sobre la línea de política ambiental y
desarrollo.
—De esto anterior nos cuestionamos ¿cómo puede ser posible la equidad de un
reparto de beneficios entre los pueblos y las instituciones de investigación?
Naturalmente ambos sectores sociales proyectan una noción diferente de beneficio frente
a un potencial económico invertido; es decir, que el precio de la información a un no
está bien normado frente al aprovechamiento económico de dicha información.68 Por lo
mismo, hablar de reparto equitativo se esta hablando de un reparto que compense, por un
lado, la inversión económica, y por otro, el tiempo de investigación y finalmente la
información obtenida en la bioprospección.
Dado el tiempo involucrado en el desarrollo de fármacos, el programa pide que
las propuestas fijen metas adicionales que tengan una mayor probabilidad de dar
beneficios a corto y mediano plazo. En algunos ICGBs, esto ha sido complementado con
pagos adelantados por parte de la farmacéutica. Un mecanismo usado con anterioridad
para la distribución de beneficios ha sido la creación de un Fideicomiso para la
68 Según muchos expertos, las posibilidades de la bioprospección (y sus eventuales contrapartidas a países en vías de desarrollo) no tienen vistas de que vayan a ser muy espectaculares a corto o medio plazo, y esto por varias razones: las empresas farmacéuticas están apostando fuerte por técnicas de química combinatoria, rastreando de modo automatizado miles de compuestos y variantes generados aleatoriamente, mientras que con suerte, hoy por hoy sólo una de cada 250.000 moléculas naturales encuentran salida al mercado (Macilwain, 1998).
158
administración de los fondos, mismos que son dirigidos a proyectos locales de desarrollo
económico y conservación (RAFI, 1999).
La propuesta del ICGB-Maya
Al iniciarse el proyecto el ICBG-Maya, éste pretendió desarrollar una bioprospección con
el fin de identificar compuestos activos de un inventario de las 600 especies de plantas
medicinales más importantes en las poblaciones de habla tzotzil y tzeltal de la zona de
los Altos de Chiapas (esto estaría basado sobre la base de trabajo previo del ECOSUR) así
como de otras especies obtenidas de la flora vascular de la región.
También, impulsó experimentos agroecológicos innovadores con el fin de
desarrollar sistemas de producción con potencial para la generación de productos
naturales con viabilidad económica o para enriquecer los sistemas de producción
tradicionales existentes. Una de las áreas de investigación inicial, tenía como base las
plantas medicinales y otras que se consideren útiles para la investigación. Además,
estudios sobre el mercado actual de plantas medicinales a nivela local y regional, así
como estudios de viabilidad económica de métodos y productos que vayan siendo
generados o identificados como parte de las actividades de investigación.
Si bien, en un primer momento, esta iniciativa de desarrollo comercial parece
viable, la ponemos en duda al considerar que el proyecto pretende desarrollar fármacos
para determinados problemas de salud del primer mundo, y mientras tanto pretendía dar
seguimiento a la atención de salud a nivel local de la población indígena por la vía de la
159
capacitación en el uso de la herbolaria medicinal. De hecho, los pueblos indígenas se
han mantenido, como se ha visto en el capítulo cuatro, con este método de atender sus
problemas de salud desde hace más de cinco siglos. Por lo que se requiere de avances y
cambios en el sector salud y no de permanencias de lo ya establecido.
Continuando con el proyecto ICBG-Maya, éste realizó sondeos botánicos dirigidos
a proveer una cobertura florística de Los Altos de Chiapas. Estos trabajos sirvieron
además para la identificación de áreas críticas para la conservación y que son de
particular relevancia en el establecimiento de criterios operativos para el Fideicomiso
pretendido.
Además, se impulsó un análisis económico de la legislación existente en materia
ambiental y propiedad intelectual con el fin de apoyar las acciones de regulación y
definición normativa en el ámbito nacional. Estos trabajos se llevaron a cabo en estrecho
contacto con el Instituto Nacional de Ecología (INE) para que sus resultados puedan ser
aplicados de manera más directa en las acciones de la dependencia.69
69 Volviendo al núcleo del Convenio de Biodiversidad, su aplicación está encontrando problemas debido a su eventual colisión con el acuerdo TRIPs (aspectos comerciales de los derechos de propiedad intelectual) de la OMC (Organización Mundial de Comercio). Uno de los puntos de fricción emana de que el TRIPs no prevé que se requiera pedir consulta al país o comunidades locales de las que surgió la materia prima biológica de la que se deriva una patente, ni que se les compense por ello. Actualmente, los países desarrollados ya han incorporado dicho acuerdo, y algunos de los países en desarrollo (India, China, muchos de Latinoamérica) tienen el proceso muy adelantado. El resto tienen de margen hasta el año 2005, pero los países africanos son muy reticentes, y de hecho, en el seno de la Organización para la Unidad Africana (OUA) se está aludiendo al carácter "depredador" de este acuerdo, y están intentando que se les conceda otro régimen diferente (en el que la patente reconozca la "propiedad" y contribución de los pueblos indígenas). Esto nos remite a la idea de fondo de todo esto: ¿es ético que los países ricos disfruten de la protección a toda costa de las patentes, sin dar nada a cambio de que en algunas de ellas se haya partido de material del mundo en desarrollo, y apostando todo al juego del “libre” mercado, caiga quien caiga? ¿Es justo que se amenace con sanciones comerciales a países pobres que no quieran o puedan entrar en este juego, y que en cambio les estemos escatimando compensaciones por la salvaguardia en el pasado y el posible uso futuro de su biodiversidad, del que principalmente se beneficia el mundo rico?
160
Por último, al implementarse el proyecto se pretendía fortalecer las acciones de
grupos locales en materia de medicina tradicional mediante talleres, cursos y su
incorporación en las labores mismas de investigación con el fin de apoyar sus objetivos
y al mismo tiempo, poder identificar áreas específicas de investigación que el proyecto
pueda descubrir. En este proceso se trabajaría en estrecha colaboración con el Instituto
Nacional Indigenista (INI).70
Ahora bien, como hemos documentado en el capítulo cuatro, el interés por
desarrollar las prácticas medicas tradicionales como parte del sistema de atención a la
salud no es por hoy novedoso. Por lo mismo, la pretensión del ICBG-Maya no era
innovadora para muchas organizaciones de médicos indígenas, más bien, inquietante al
querer dar continuidad a un modelo impulsado por el INI en los años ochentas y de
pretender olvidar el rezagó y carencias del sistema de atención a la salud indígena en las
regiones Altos y Selva de Chiapas. Además, de que había pocas garantías en cuanto al
uso indiscriminado de plantas medicinales y de la posible patentación de éstas o de las
sustancias activas obtenidas.
Puede que la clave para salir del embrollo sea la flexibilidad en la aplicación de los acuerdos. No cabe duda que el TRIPs favorecerá más a los países dotados de una buena infraestructura comercial y de investigación, incluyendo a algunos grandes países del Sur capaces de jugar fuerte en los mercados globales, pero ahondará las diferencias con respecto a muchas naciones en desarrollo. El acuerdo TRIPs debería tener en cuenta las idiosincrasias de esos últimos países, reconociendo derechos a comunidades indígenas y evitando mayores disrupciones en sus sistemas socioeconómicos. Las empresas del Norte deberían llegar a acuerdos de explotación de biodiversidad con esos países que redundaran en un aumento de su sistema de I+D (Derechos Intelectuales) y en protección de biodiversidad, factores que contribuirían a su desarrollo y a una mayor participación en las transacciones globales. Puede que para países especialmente pobres se requiera igualmente una serie de exenciones en la aplicación de los derechos de patentes. 70 La duración del financiamiento era de cinco años.
161
Otros aspectos adicionales del proyecto
Puesto en marcha el proyecto, éste pretendió ser apoyado por un Consejo Asesor
externo, conformado por aquellas instancias involucradas con actividades del proyecto.
Algunos organismos que fueron invitados son: Instituto Nacional de Ecología (INE);
Secretaría de Medioambiente, Recursos Naturales y Pesca (SEMARNAP); Instituto
Nacional Indigenista (INI); SERN y P., Chiapas.
Para ganarse el apoyo de las instituciones arriba mencionadas, el grupo ICBG-
Maya puntualizó las diferencias de su proyecto a los otros proyectos tradicionales de
bioprospección:
1. Reconoce el valor de la biodiversidad y el conocimiento etnobotánico y la
necesidad de crear mecanismos que compensen a los legítimos propietarios o
poseedores;
2. Busca apoyar investigación en áreas relacionadas a la bioprospección
(productos o sistemas de producción alternativos) y de estudios necesarios
para su aplicación o uso para el beneficio de la región de estudio;
3. Explicita que quiere fortalecer la capacidad institucional para el manejo de
estos recursos, de ahí que pretenda incidir tanto a nivel gubernamental en
aspectos normativos, como a nivel local con organizaciones relacionadas con
el tema y con instancias de gobierno más local (ICBG-Maya, 1998).
162
Sin embargo, expertos en la materia (RAFI y COMPITCH) señalaron al ICBG-Maya
que al decir que era distinto a otros proyectos se olvidaba de algunos muy similares e
impulsados por compañías farmacéuticas (como Shaman Pharmaceutic) durante los
años setenta en Centro y Sudamérica (OMIECH, 1999).
Presentación y discurso del ICBG-Maya71
La presentación que hizo de sí mismo el ICBG-Maya con respecto a su proyecto fue que
éste está dedicado a la conservación de la biodiversidad, la medicina tradicional, y el
desarrollo sostenible en los Altos de Chiapas. Además, consideraba que las comunidades
Mayas de los Altos de Chiapas han conocido las plantas que existen en su región desde
hace muchos años. Saben en que épocas y lugares encontrarlas, cómo se llaman, y cómo
se pueden utilizar en su vida diaria.
Además, el ICBG-Maya reconoce que el conocimiento tradicional sobre las plantas
medicinales tiene un gran valor. Sin embargo, señalan que como ha pasado con muchas
tradiciones cada día hay menos gente que tiene conocimiento de la importancia de las
plantas en la medicina tradicional y que olvidan cómo curar con plantas. Por lo mismo,
insiste que el conocimiento sobre la herbolaria y la medicina tradicional se están
perdiendo.
Sin embargo, el grupo ICBG-Maya no es el primero en anunciar esta perdida del
conocimiento medicinal de las plantas. Han habido muchos antropólogos y botánicos 71 Documento, “Presentación del ICBG-Maya”; San Cristóbal de Las Casas, Chiapas (ICBG-Maya, 2001).
163
quienes se han preocupado por recuperarlo con ínfimos recursos económicos y humanos.
Además, no queda por demás mencionar que en el estado hay un alto índice de
mortandad indígena y se debe, en grandes casos, a las condiciones insalubres, de miseria
y represión donde éstos habitan. Además, la continua migración de los jóvenes a la
ciudad en búsqueda de fuentes de empleo es otro aspecto a tomar en cuenta. Pero
igualmente, la degradación del conocimiento medicinal de las plantas y su cosmovisión
indígena, en alto grado, se debe a que sólo sigue sustentándose en los más viejos, y no
en todos, sino en algunos conocidos como poxtaiwanej (“conocedores de medicina”)
quienes en muchos casos son marginados o considerados como dadores de enfermedad
o brujos (ak’chamel).
Por lo anterior, hay que diferenciar entre el conocimiento colectivo que se
produce con la intima relación con la naturaleza y los conocimientos secretos sobre el
uso y combinación de plantas hereda de los antepasados.
Ahora, siguiendo con el ICBG-Maya, éste señaló que tiene el interés de contribuir
a conservar éste conocimiento y participar con las comunidades en transmitirlo a sus
jóvenes. Por lo que se comprometería en la recopilación de este conocimiento y la
búsqueda de formas adecuadas de promoverlo en las comunidades. Así, el ICBG-Maya se
presentó como un grupo de científicos de diferentes instituciones de investigación
dedicados a estudiar las plantas de la región Altos de Chiapas, y el conocimiento sobre
su poder curativo. Con el interés de buscar mejores formas de conservar tanto las plantas
como el conocimiento tradicional que sobre ellas tienen las comunidades, y promover su
164
uso sustentable en forma que reconozcan y respeten los derechos de las comunidades y
que les produzcan beneficios.
Para esto anterior, el proyecto ICBG-Maya estaría formado por tres Programas
Asociados: Descubrimiento de fármacos y Desarrollo Farmacéutico (PA1), Etnobiología
Médica e Inventario de Biodiversidad (PA2), y Conservación, Cosecha Sostenida y
Crecimiento Económico (PA3). Esta investigación planeada sobre nuevos usos de plantas
medicinales, la medicina tradicional y la conservación de biodiversidad y el desarrollo
económico sustentable en la región maya del sur de México, estaba fundamentada en las
actividades de investigación y de desarrollo comunitario, de más de dos décadas, del
ECOSUR en los Altos de Chiapas.
De igual manera, el ICBG-Maya señaló que respetaría las leyes y convenios
relevantes para llevar a cabo proyectos en comunidades indígenas en los Altos de
Chiapas. Primero, porque deben de tener o conseguir los permisos de las comunidades
(parajes) en los varios municipios donde pretenden realizar su investigación. Estos
permisos, estarán basados en el conocimiento previo e informado de las comunidades
mismas. Los Acuerdos comunitarios para realizar el trabajo del proyecto serán firmados
y sellados por las autoridades y las comunidades respectivas de los municipios
involucrados.
En mayo 10 de 2000, el grupo ICBG-Maya comunicó que había logrado conseguir
permisos firmados de 41 comunidades en 13 municipios del área del estudio. No
obstante, debería obtener los permisos correspondientes para las colecciones biológicas
(tanto para fines científicos como para fines biotecnológicos) de las instituciones
165
gubernamentales pertinentes en México, como son las de SEMARNAP, INE y CONABIO. Lo
que muestra, a primera instancia lo adelantados que estaban en su proyecto sin los
permisos institucionales correspondientes.
Ahora bien, el área de estudio del ICBG-Maya incluía 28 municipios. Por lo
mismo, es un área extensa y que abarca la mayor parte de los Altos de Chiapas. En esta
área geográfica se encuentra una concentración de pueblos indios de tres idiomas de la
gran familia mayance: los tzeltales, los tzotziles y los tojolabales. Ahí, el ICBG-Maya
pretendía realizar tres de sus actividades principales:
1) rescate y promoción del conocimiento tradicional y áreas de la etnobiología
médica (formularia maya, jardines etnobotánicos)y en el conocimiento de la
biodiversidad de la flora de región (Etnoflora Maya de los Altos de Chiapas);
2) experimentación e implementación de estudios sobre el uso de plantas
medicinales en la agricultura maya como biocontrol de plagas (agroecología):
3) estudios del laboratorio (aún no realizados) sobre las actividades biológicas de
los remedios con fines de identificar las más activas y fuertes y evaluación del
potencial comercial de las especies que pueden tener valor como fitofármacos y
asesoría en el desarrollo de pequeñas cooperativas para producción sostenible de
las especies indicadas.
En cuanto a los estudios de la etnobiología maya, éstos tendrían dos enfoques
principales:
166
• La herbolaria maya (estudios comparativos de la formularia maya y el
conocimiento de la preparación y administración de los remedios
hierbales).
• Los jardines botánicos (promoción de conocimientos de la formularia
maya en “farmacias vivas” en las comunidades, acompañado por talleres
de instrucción y difusión de información en los idiomas tzeltal, tzotzil y
tojolabal.
En los adelantos del proyecto, el ICBG-Maya había colectado información
comparativa sobre la preparación de los remedios (la formularia maya)72 más importante
en múltiples comunidades de los Altos. A base de esta información comparativa se
desarrollarían programas de difusión de los resultados sobre los remedios de más
frecuencia, incluyendo talleres de enseñanza sobre los remedios recopilados en las
comunidades. Considerando así, que un intercambio amplio de información sobre los
remedios entre diferentes comunidades y municipios sea un resultado de este trabajo
para fortalecer la medicina maya en todos los Altos de Chiapas.
Con las colectas botánicas de la biodiversidad de los Altos de Chiapas —
municipio por municipio— les permitiría promover el conocimiento tradicional sobre
recursos vegetales en las comunidades indígenas. Así como también, describir las
72 Es bien conocido por los etnobotánicos y más reconocido por los científicos de productos naturales que el modo de preparación y administración son variables importantes en determinar la bioactividad de una planta medicinal. El ICBG-Maya colectará este tipo de información cuidadosamente con fines de probar la eficacia de los remedios de la medicina maya y promover su uso en las comunidades (ICBG-Maya, 1998).
167
enfermedades, sus síntomas, y tratamientos para incluirlos en materiales de difusión
sobre la medicina maya en las comunidades, escritas en los idiomas nativos de la zona.
Al mismo tiempo, se ejecutaría experimentación agroecológica innovadora para
la producción sustentable de un número seleccionado de especies que muestran promesa
de ser fitomedicinas, agentes de protección de cultivos, o plantas ornamentales con un
alto valor en mercados acorde con la conservación de la biodiversidad y el bienestar de
los grupos Mayas o para las necesidades de consumo local. Las estrategias de
producción incluirán cosechas reguladas, cultivos intensivos, propagación por cultivo de
tejidos y manejo de jardines comunales.
El flujo de información sobre los resultados de los estudios de laboratorio sería
entre las cuatro partes del proyecto, ECOSUR, la Universidad de Georgia, Naturaleza
Molecular (MNL), y las comunidades mayas. Si hay cualquier descubrimiento novedoso
en el transcurso de los estudios de laboratorio, las comunidades mayas serían notificadas
e informadas de las posibles implicaciones de tal descubrimiento. Debido a que, no se
puede solicitar patentes o licencias sin el consentimiento previo e informado de las
comunidades donde estarían trabajando.
Una de las actividades más importantes de estudio de laboratorio, tanto en
ECOSUR como en los de la universidad de Georgia y Naturaleza Molecular, sería
averiguar la bioactividad de las especies más conocidas como remedios para las
enfermedades más frecuentes (como la diarrea, la tos, e infecciones). Una vez obtenido
los resultados de los ensayos del laboratorio, podrían promover el uso de las especies de
mayor eficacia (ICBG-Maya, 1998).
168
La gran mayoría de los beneficios resultarían ser “beneficios no monetarios”,
como la valoración del conocimiento tradicional de la herbolaria maya, la promoción de
plantas medicinales con mayor potencia, el desarrollo de contextos donde se puede
estudiar y aprender la formularia maya (como en los jardines etnobotánicos), el
intercambio de información entre comunidades de los distintos municipios, entre los más
importantes. Si se desarrollan productos biotecnológicos, las comunidades del área de
estudio recibirían beneficios monetarios que se distribuirían a través de un fideicomiso.
En caso de que se llegaran a generar beneficios monetarios por concepto de
regalías, la mayor parte de estas esperaran tener un efecto tangible (directo o indirecto)
en las propias comunidades: 25 % de las regalías irían a un fideicomiso. Las
comunidades de la región podrán someter ante éste diversos proyectos de desarrollo
comunitario (proyectos productivos cooperativos, proyectos de capacitación
comunitaria, becas para estudiantes indígenas destacados) preferentemente ligados al
aprovechamiento sustentable de su flora medicinal. Otro 25% de destinaría a proyectos
de investigación de ECOSUR, directamente orientados a apoyar los proyectos
comunitarios arriba mencionados. Otra 25 % se destinaría a la Fundación de
Investigación de la Universidad de Georgia. Los departamentos de la UGA involucrados
en el ICBG-Maya concursarían por una parte significativa de estos recursos para financiar
investigación orientada también a apoyar los proyectos comunitarios para el
aprovechamiento sustentable de su flora medicinal; otro 25% se destinaría a Molecular
Nature, el socio comercial (ICBG-Maya, 1999).
169
A este respecto, el COMPITCH observó que las regalías al derecho de propiedad
intelectual son una miseria frente a las ganancias de las industrias farmacéuticos, las
cuales usualmente desprenden sólo el 1% para tal efecto. De manera que a las
comunidades se les asignaría la cuarta parte de ese 1%, tal como dice el convenio, un
0.25%. Esto será destinado para el desarrollo regional; y lo que llama la atención ya no
es el monto que pueda significar, sino la gran desigualdad con respecto a las ganancias
de las industrias farmacéuticas o agroquímicas.73
Al haberse producido la compensación monetaria para ECOSUR o la Universidad
de Georgia, estos recursos serían reinvertidos en actividades relacionadas con el
desarrollo del proyecto, especialmente en proyectos comunitarios, implementación de
nuevos actividades, y en general, acciones que promueven las metas del proyecto ya
mencionado.74
73 PROMAYA, la asociación civil que el proyecto propone crear para que las comunidades "participen" y puedan dar su consentimiento para patentar y otras transacciones, no recibirá nada, solamente participaría del comité técnico del fideicomiso que sería creado por el ICBG-Maya para decidir que proyectos recibirán apoyo proveniente del 25% "de las comunidades". El propio ICBG-Maya aclara a las comunidades que estos "beneficios monetarios" podrían demorar muchos años, e incluso no llegar nunca. Sin embargo, esta compensación económica se nombra como perspectiva, mientras que sobre otros temas con implicaciones negativas no hay ninguna discusión. En realidad, también este 25% requiere cierto análisis.Según MNL, las regalías obtenidas por la venta de un compuesto purificado variarán dependiendo del uso y el grado de elaboración previa del compuesto, entre 0,5% y 2%, siendo el 1% la cifra más común.Si así fuera, debería informarse a las comunidades que lo que recibirá el fideicomiso, sería en realidad alrededor del 0,25% de las ventas del producto que la compañía farmacéutica comercializará. Es decir, la multinacional farmacéutica que lo utilice, se quedará con el 99% restante, ya descontado el otro 0,75% a repartirse entre las tres partes del ICBG-Maya (RAFI, 2000). 74 Al no estar formado todavía PROMAYA promovieron de todas formas sus metas las cuales serían: a) proteger y conservar el conocimiento tradicional de las comunidades indígenas de los altos de Chiapas; b) firmar los convenios, acuerdos o cualquier otro documento donde se mencionen las cantidades de dinero o cualquier otra forma comercial y científica; c) Ser miembro del comité técnico del Fideicomiso creado por ICBG-Maya para la distribución de los beneficios que se pudiera lograr, todo el dinero que resulte del conocimiento tradicional se incorporará al fideicomiso para la distribución de beneficios a las comunidades indígenas; d) Asesorar o capacitar a las comunidades en la elaboración de sus proyectos; e) capacitar y dar a conocer información a las comunidades indígenas para la defensa de sus derechos sobre
170
Aspectos éticos del ICBG
Según los responsables del proyecto, los principios éticos que guían las actividades del
ICBG son claros: el ICBG-Maya está comprometido a garantizar y defender que el uso de
recursos y conocimientos. Por parte del proyecto no limitará en forma alguna el uso que
de los mismos han venido haciendo las comunidades. El grupo no es ajeno a las
controversias que han surgido a nivel internacional en torno derechos de propiedad
intelectual, conocimiento tradicional, patentes y la generación de organismos
transgénicos. En este sentido, el ICBG-Maya deja claro sus principios rectores:
1. El ICBG-Maya no solicitará patentes sobre organismos vivos ni sobre sus genes.
2. El ICBG-Maya no trabajará ni desarrollará ni permitirá que sus materiales sean
usados para generar transgénicos.
3. El ICBG-Maya se defenderá el principio de no solicitar patentes sobre
conocimiento tradicional y se promoverá demostrar que este conocimiento es
preexistente a cualquier intento de patente y que por tanto no proceden dichas
solicitudes.
4. El ICBG-Maya se trabajará exclusivamente con plantas. Este planteamiento
representa un cambio de postura con relación al planeta de trabajo diseñado
originalmente. No se hará bioprospección sobre microorganismos. conocimiento tradicional.; f) Asesorar o capacitar legalmente a las comunidades para tramitar sus solicitudes para hacer valer sus derechos sobre el conocimiento tradicional; Asistir a los eventos nacional e internacionales que traten temas relacionados con la protección del conocimiento tradicional y los derechos de las comunidades indígenas; Realizar los actos y contratos relacionados con estas actividades; todas sus actividades deben tener una formación humanista, científica y educativa.
171
5. El ICBG-Maya se someterá a todas las leyes mexicanas y a la Convención sobre la
Diversidad Biológica de 1992.
6. El ICBG-Maya iniciará colectas de bioprospección farmacológica sólo cuando
cuenta con los permisos comunitarios y de la SEMARNAP.
7. El ICBG-Maya no realizará acciones que limiten a las comunidades en el uso de su
flora medicinal ni que ofenda sus valores culturales.
8. El ICBG-Maya reconoce el derecho de las comunidades a imprimir
consideraciones éticas sobre los fines y aplicaciones prácticas de los resultados
del proyecto.
Este principialismo ético del grupo ICBG-Maya resulta loable, sin embargo, deja
de lado muchos aspectos jurídicos relacionados con la propiedad intelectual, pero,
además, resulta ser una visión muy proteccionista frente al actual contexto de
autodeterminación que exigen los pueblos indígenas; es decir, que en estos principios
éticos sólo se ve reflejada la ideología del académico o del científico, no refleja el
preocupar real de una comunidad afectada o beneficiada por dicho proyecto. Por lo
mismo, esos principios éticos deberían ser replanteados a un espectro social más amplio
e intercultural. Es decir, la simple deontología propuesta no es acorde a las dinámicas
socioculturales y de interacción ecológica de las comunidades con el mundo científico.
Para ello es preferible es el dialogo intercultural ético que corresponde a una
hermenéutica crítica comunicativa para el desarrollo de lineamientos éticos acordes a la
situación del proyecto.
172
La invitación a la OMIECH
Como anteriormente se señaló, para que el proyecto ICBG-Maya pudiera implementarse
satisfactoriamente debía de configurar su área de trabajo en la región, y que mejor
lograrlo apoyándose de los avances ya realizados por otros organismos sociales que
trabajan en las comunidades del lugar y que podrían ser involucrados en el proyecto.
Este fue el caso de invitar a participar en el proyecto a organizaciones de
médicos indígenas consolidados. Es por lo mismo, que el 20 de enero de 1998, se
realizó un primer encuentro entre representantes del ICBG-Maya y la Organización de
Médicos Indígenas del Estado de Chiapas (OMIECH), para explorar la posibilidad de que
ésta organización participara en el proyecto. Además, explicaron, que este proyecto es
parte del programa denominado International Cooperative Biodiversity Group (ICBG).
En dicho encuentro, los directivos y asesores de la OMIECH señalaron que las
pretensiones de desarrollar un proyecto con las características que propone el ICBG-Maya
no se ajustan a la normatividad existente en México, porque en materia de acceso a
recursos naturales no se cuenta con una legislación sólida. Por lo mismo, su
participación estaría condicionada al establecimiento oficial de un marco legal y
normativo acerca del uso y aprovechamiento de los recursos genéticos y la
biodiversidad. La preocupación de la OMIECH por el proyecto impulsado por ICBG-Maya
la condujo a promover una discusión sobre éste con las organizaciones que integran el
173
Consejo de Organizaciones de Médicos y Parteras Indígenas Tradicionales de Chiapas
(COMPITCH)75 para analizar la propuesta.
La construcción del discurso OMIECH/COMPITCH
La OMIECH es considerada como la precursora de las organizaciones en su tipo a nivel
nacional, además de ser la más grande en número de miembros y comunidades indígenas
donde opera (12 municipios en las regiones Altos y Selva y más de 30 comunidades). Su
organigrama para 1998-2000 era la Mesa Directiva siguiente: Presidente, j’ilol
(pulsador) Victorio Vázquez; Vicepresidente, j’ilol Manuel Pérez; Secretaría, tam alat
(partera) Margarita Pérez Pérez; Vocal, ak’ wamal (yerbero) Antonio Pérez Méndez y
Andrea López tam alat (partera); en Relaciones Sociales, Sebastián Luna Gómez†
(técnico en salud); Administrador de recursos, José López; en el Área de Mujeres y
Parteras, Micaela Ico (técnica en salud); los técnicos Bilingües Diego Domínguez,
Agripino Ico y Miguel Pérez y; el Chofer Sebastián López —todos ellos indígenas
tzotziles y tzeltales. Consecutivamente estaban los asesores:76 e Médicos alópata, Rafael
Alarcón del INI-OMIECH; el Ecólogo, Héctor Mejía de OMIECH y; también, quien escribe
esta investigación. Esta primera estructura organizativa de la OMIECH, fue el centro de
75 En un inicio, de 1994 a 2000, este consejo tenía como nombre: Consejo Estatal de Organizaciones de Médicos y Parteras Indígenas Tradicionales (CEOMPIT) pero es durante su registro como Asociación Civil que Hacienda no acepta el nombre debido a que el concepto de Estatal sólo es aplicado para instituciones del Estado; Así que el nombre por el que optan los representantes del consejo de médicos y parteras es el de Consejo de Organizaciones de Médicos y Parteras Indígenas Tradicionales de Chiapas (COMPITCH) (Actas del COMPITCH, San Cristóbal de Las Casas, septiembre, 2000). † Fallecido en el año 2002. 76 Algunos otros asesores de la OMIECH prefirieron quedar en el anonimato o participar aisladamente.
174
operación y desarrollo de los discursos que contradijeron el proyecto ICBG-Maya. Es
decir, que desde la base organizativa de la OMIECH, nacieron las primeras ideas que
permitieron construir el discurso opositor de que este proyecto no se llevara acabo en la
región.
Desde el principio, hubo consultas internas entre la Mesa Directiva y los
Asesores, estos últimos propusieron valorar lo positivo y negativo de la propuesta de
ICBG y luego evaluar sus posibles beneficios y posibles consecuencias negativas para las
comunidades, así como también, el posible impacto en los recursos naturales de las
regiones vinculadas al proyecto. Igualmente, se hizo un análisis más detallado sobre la
complejidad sociocultural y los posibles conflictos sociales relacionados con lo político
y lo religioso de la región. Los médicos y personal técnico de OMIECH, propusieron ver
si era viable organizarse con ese proyecto a fin de contemplar y poder ajustarlo a un
proyecto de producción de fitofármacos orientado a dar solución a los principales
problemas de salud de sus comunidades.
Después de varias reuniones de búsqueda y capacitación sobre el tema, se logro
conocer que muchos proyectos similares al ICBG-maya ya se habían realizado en países
como Brasil, Colombia, Ecuador, Chile, Panamá, entre otros, y que a las comunidades
participantes no les había ido muy bien debido a que los pretendidos beneficios o no se
conseguían o no había nadie que estuviera cerca para percatarse si realmente se
encontraba alguna posible venta y desarrollo de algún medicamento. Así también, se
conocieron los impactos ambientales que estos proyectos traían consigo, además de
demostrar las carencias sociales que se generaron.
175
Otro de los aspectos que vino a colación, para que la OMIECH se pusiera en la
negativa de aceptar el proyecto fue la búsqueda del argumento legal sobre este tipo de
proyectos a nivel nacional. Se encontraron muy pocas leyes y normas al respecto pero de
esas, la LGEEPA ayudo mucho a entender porque el proyecto no cumplía con las normas
vigentes mexicanas.
Por lo mismo, la OMIECH acude con las organizaciones indígenas de las Regiones
Autónomas Plurietnicas (RAP) para pedir su apoyo contra la realización del proyecto
ICBG-Maya, por lo mismo, se integró a la mesa de asesores el tojolabal Margarito Ruiz,
miembro y dirigente de la RAP para ese momento. Más tarde, se consolida una segunda
estructura de la OMIECH. En ese momento se comenzaron a integrar asesores externos,
muchos íntimos amigos de la organización; antropólogos, ecólogos, médicos y abogados
conocedores del tema sobre el acceso, uso y conservación de la biodiversidad y políticas
ambientales. Éstos contribuyeron en el análisis y la capacitación en cuanto a la
problemática del mencionado proyecto. De esa manera se configuró el comité de
asesores del COMPITCH, el cual estaba basado en las organizaciones que componen el
consejo y su red de relaciones institucionales como el INI, CIESAS-SURESTE, ENAH,
COLMEX, CONABIO, ECOSUR, CHAPINGO, IPN Y UNAM, entre otros pertenecientes a ONGs
como Globalexchange, RAFI, ANEC y CECAM. Todos contribuyeron con información a
través de talleres y cursos sobre el tema, y a la elaboración de un discurso para la
OMIECH y que posteriormente sería la base discursiva del COMPITCH, así como la
conformación de un movimiento social y de organizaciones contra el proyecto ICBG-
Maya.
176
De esta manera, las condiciones de producción del discurso de oposición al ICBG-
Maya que se formuló por parte de OMIECH/COMPITCH, estuvo sustentado en base al
conocimiento y reflexión de los médicos indígenas y posteriormente articulado por los
asesores para poder argumentar los aspectos jurídicos, éticos, sociales y ecológicos que
les sugerían la cuestión de ¿por qué no estar de acuerdo con dicho proyecto? Ahora, el
discurso en esta etapa puede entenderse como una práctica social regulada y donde los
distintos actores sociales se consolidaron en la luchan por legitimar su visión del
problema.
Así, las relaciones entre OMIECH y el ICBG-Maya después del primer encuentro
estuvieron sustentadas en el interés por mantener una vía informática de los avances
sobre los acuerdos verbales sostenidos en su primera plática. Entre los días 15 al 17 de
marzo de 1999, ICBG-Maya realizó un taller-foro en ECOSUR denominado “Experiencia
mexicana en acceso a recursos biológicos y distribución de beneficios para la
conservación y el desarrollo”, organizado por El Colegio de la Frontera Sur, la Comisión
Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO) y el Senado de la
República. La OMIECH participó en este evento, los resultados obtenidos no se traducen
en leyes reglamentarias sobre la materia.
Esto se da a conocer en julio de 1999, a través de un Convenio tripartita firmado
entre la Fundación para la Investigación de la Universidad de Georgia en Atenas (en
adelante, UGAREF), ECOSUR y MNL. Durante ese período había una lejana comunicación
entre el OMIECH e ICBG-Maya, hasta que en agosto de 1999 realizaron una última reunión
formal entre los representantes de ambas partes.
177
Es a partir de ese momento que se observa cómo el ICBG-Maya, por medio de su
contraparte (ECOSUR), da iniciativa al desarrollo del proyecto. Pero fue casi nula la
participación social involucrada para el proyecto, por lo mismo, este proceder rompe con
la visión ética de la acción en investigación social; es decir, hacer participes a las
comunidades y sujetos, en las discusiones que los involucran.
En julio de 1999 es aprobado por instituciones de Estados Unidos el proyecto
“Investigación farmacéutica y usos sustentable del conocimiento etnobotánico y
biodiversidad de la región maya de los Altos de Chiapas”. En marzo 9 de 1999, por
insistencia del COMPITCH, a través de la OMIECH, y por la falta de comunicación por parte
de ECOSUR, se realiza una reunión con el personal del proyecto. Para que éstos
explicaran cuáles eran los avances obtenidos. Dijeron que estaban elaborando un plan
para la protección del conocimiento intelectual. Sin embargo, en materia de beneficios a
corto plazo no iba a ser viable, ya que lo más probable es que éstos se vayan a dar hasta
cuando se encuentre un principio activo de los extractos de plantas. Y que las licencias
aun no saben para quien van a ser, además, iban a formar un fideicomiso para que entre
el dinero de las regalías y en el cual habría un Consejo que dictaminaría los proyectos y
después salir a campo.
Además, mencionaron que el Dr. Berlín, de la Universidad de Georgia ya quería
iniciar la colecta. Sin embargo, ellos no porque necesitaban tener “amarrados” los
aspectos legales. Por este motivo, elaboraron un convenio para el beneficio de las
comunidades y para que a éstas se les informe bien todo el proyecto. Como obstáculo
178
vieron las dificultades legales, por lo mismo, la no autorización del proyecto por las
instancias oficiales mexicanas.
En mayo de 1999, ECOSUR firma el convenio con la Universidad de Georgia y la
compañía de investigación biotecnolóqica Molecular Nature Limited de Gales,
Inglaterra (OMIECH no había sido informado aún de esto). En julio de 1999, a petición
del COMPITCH77
a través de OMIECH, se invita a ECOSUR a platicar sobre los avances del
Convenio. En la reunión mencionan que los canadienses compraron el laboratorio
Genova y por eso ya no se va a realizar el convenio con esta farmacéutica. Pero se creó
un centro de investigación, a partir de lo que quedó de Genova, y que se llama
Molecular Nature Limited que depende del Instituto Galés y con ellos se va a firmar el
convenio, por lo tanto, el fideicomiso denominado PROMAYA es copropietario de las
patentes.78
77 Para este momento COMPITCH asume la responsabilidad de continuar con las actividades que inició OMIECH dando con ello mayor relevancia al fenómeno, sin dejar de lado la importancia del papel de los asesores que nutrían de información a sus miembros. 78 Los acuerdos con el socio comercial fueron:
1. Se reconoce la importancia de la biodiversidad y conocimiento intelectual; 2. Que debe existir una organización que represente a las comunidades para presentar proyectos y
ver lo de las patentes; 3. Los fiducomisiarios son las comunidades de la zona de estudio, como único receptor de las
regalías.
Acuerdos de propiedad conjunta
1. Las patentes primarias serán propiedad de PROMAYA; ECOSUR; Universidad de Georgia y el laboratorio Molecular Nature Limited (MNL).
2. Las regalías van a repartirse en un 25 % para cada uno de los participantes arriba mencionados. 3. Que falta el permiso de colecta de la SEMARNAP, pero se está gestionando con las siguientes
justificaciones: a. Existen mecanismos de distribución de beneficios. b. Se sabe donde va a ir el material. c. Que tenemos el lugar para colectar, el permiso comunitario y entrevistas.
Falta: a. Afinar el mecanismo de participación de PROMAYA.
179
Al considerar que sus avances eran loables, el ICBG-Maya dio inició sus
actividades en los municipios de Cancuc, Tenejapa y Oxchuc. En principio, el proyecto
ofreció a las comunidades jardines de traspatio y, posteriormente, se consideraría un
posible beneficio obtenido de las patentes resultantes, de esto se les iba a dar más apoyo
a las comunidades. Por lo mismo, era necesario contar con responsables para evaluar las
propuestas o proyectos que iban a llegar al Fideicomiso, es decir, un Comité Técnico.
Además, se pretendía negociar con el Instituto Nacional de Ecología en México para
que avalara el convenio y se lo presentaran al gobernador de Chiapas, Albores Guillen,
como un proyecto académico de investigación y no como un proyecto comercial, para
que no fuera usado políticamente.79
b. Constituir el Fideicomiso. c. No se ha salido a colectar. Falta capacitación a colectores por dos meses. d. Que los extractos de las plantas los va a efectuar ECOSUR y algunos ensayos básicos
(actividad antimicrobiana) y contra cáncer se realizarán en La Universidad de Georgia y en laboratorio de Gales, Inglaterra.
Los inventarios florísticos (estos se pueden apoyar con jardines y farmacias) 79 Mientras tanto ya habían capacitado a 13 técnicos y dos bioquímicos. Dentro de PROMAYA los socios heredan el derecho de cierta información sobre los datos de las colectas y de donde están saliendo estas plantas, para que PROMAYA sepa que están haciendo las otras partes. También plantearon realizar un foro con PROMAYA para platicar sobre la propiedad intelectual. En PROMAYA se piensa incluir a Sarukhán, Victor Toledo y otras personas más de las comunidades, que vayan saliendo. El Comité técnico de PROMAYA va a incluir al INI. Este Comité va a estar en el Fideicomiso para evaluar los proyectos de las comunidades. Ya tenían un borrador de los estatutos iniciales de PROMAYA. Cuando estuviera listo el borrador definitivo, ECOSUR organizaría una reunión con los interesados para analizarlos y que respondan a las expectativas iniciales. Esto estuvo planeado para fines de agosto de 1999. O sea que aún no concretaban la creación de PROMAYA y la obtención de permisos de colecta. Además, mencionaron que podían licenciar fitofármacos contando con la capacidad de crear una marca para una gama de productos medicinales. Los laboratorios le dan el control de calidad y lo pueden comercializar. La información de las investigaciones de los principios activos en Estados Unidos e Inglaterra se controlaría por medio de código de barras y acceso por computadora. A un año se estaban armando los convenios y no tenían los permisos de colecta ( el convenio ya se había firmado en mayo de 1999), según ECOSUR estos permisos los iban a meter para las tres comunidades aprobadas. Los estatutos de PROMAYA estarán listos para fines de agosto de 1999. En agosto de 1999 van a estar negociando con el INE los permisos de colecta. El acuerdo de propiedad conjunta está elaborándose.
180
Por su parte, el COMPITCH solicitó una copia del convenio ya firmado por ICGB-
Maya (ECOSUR, UGA y MNL de Gales). Con base en este documento el COMPITCH
presentó algunas observaciones e inconformidades:
a) No se respetó el acuerdo de la reunión inicial (enero de 1998) de no
iniciar actividades de este proyecto hasta que estuvieran bien aclaradas
las cuestiones legales;
b) El proyecto fue aprobado por las instancias financieras de Estados
Unidos, en julio de 1998. Nos fue comunicado, a solicitud nuestra, en
marzo de 1999, es decir, 5 meses después. El único documento que
recibimos de ECOSUR fue un esbozo del proyecto en enero de 1998. Y
siempre que se preguntaba sobre los convenios, ECOSUR mencionaba que
estaban en borrador o que aún no estaban terminados;
c) El convenio de colaboración con la Universidad de Georgia y el
laboratorio de Galés (en el cual se incluye a PROMAYA, pero no signa el
convenio) nos fue proporcionado cuando ya estaba firmado (se firmó en
mayo de 1999 y se nos entregó en julio de1999) y a petición nuestra. O
sea, avanzaron por la vía de los hechos, sin permitir el análisis del
convenio antes de signarlo entre ellos.80
A principios de septiembre de 99 se va a crear PROMAYA. Además, menciona ECOSUR que buscará al COMPITCH la segunda quincena de agosto para discutir los estatutos de PROMAYA. 80 Este convenio se debió haber discutido antes de firmarlo, como dicen que lo van a llevar a cabo con el convenio para conformar PROMAYA.
181
En este momento, se observa la amplia inconformidad del COMPITCH, no sólo
porque se rompe con un acuerdo verbal, sino porque también pasa por alto a las
comunidades involucradas en el proyecto. Pero, lo que incrementó esa inconformidad
fueron los comentarios hechos por representantes de ICBG-Maya en ECOSUR, los cuales se
referían a que “si OMIECH o COMPITCH no quieren participar habrá otras organizaciones
que sí quieran por lo que no tenemos que pedirles permiso a ellos para continuar con el
proyecto”. Sin haber documento sobre este comentario fueron muchas voces directas de
investigadores y personal de ECOSUR que hicieron saber a OMIECH y COMPICH que eso se
decía y rumoraba. En respuesta a esta falta de respeto, COMPICH convocó a sus bases
para preparar la ofensiva, y así hacerle saber a ICBG-Maya/ECOSUR que no sería fácil
pasar por encima de la ley.
Correspondencia
Una vez que la OMIECH conoce y analiza el convenio diseñado por ICBG-Maya
inmediatamente envía, el siete de septiembre de 1999, una carta dirigida a la Lic. Julia
Carabias Lillo, quién entonces estaba a cargo de la Secretaría del Medio Ambiente
Recursos Naturales y Pesca (SEMARNAP). Dicha correspondencia expresaba la
inconformidad sobre las actividades que venía realizando el proyecto “Investigación
farmacéutica y uso sustentable del conocimiento etnobotánico y biodiversidad en la
182
región Maya de Los Altos de Chiapas”. Esta primera carta, dirigida a la responsable de
la SEMARNAP no tuvo respuesta.
La OMIECH, al hacer lectura del convenio firmado por ICBG-Maya cuestionó lo
siguiente: ¿Qué concepto tienen los integrantes de este proyecto sobre la participación
real de los médicos indígenas en todo el proceso del proyecto? ¿Por qué se realizaron
actividades por la vía de los hechos y se nos comunicó cuando ya estaban acordadas las
situaciones que deberíamos haber discutido con base en los borradores? Si esto se hace
ahora, ¿cómo va a ser todo el desarrollo del proyecto? Si esto se le hace a organizaciones
que más o menos podemos tener las posibilidades de acceso a cierta información sobre
la operación de este tipo de proyectos en otros países, ¿cómo va a ser la información que
se le va a dar a las comunidades indígenas (que no tienen un proceso organizativo de sus
médicos tradicionales) para sacarles los permisos de colecta de plantas medicinales y su
participación en el proyecto? ¿No se está violando el Art. 87 bis de la Ley General de
Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente (LGEEPA) que dice que para autorización
del aprovechamiento de especies de flora sólo podrá otorgarse sí cuenta con el
consentimiento previo expreso informado, del propietario o legítimo poseedor del
predio? O el Art. 8j sobre el Convenio de la Diversidad Biológica que explícita que se
deberá promover “la participación de quienes poseen esos conocimientos, innovaciones
y prácticas (COMPITCH, septiembre de 1999).
Pasada una semana de haber hecho el primer contacto por escrito con la
SEMARNAP, nuevamente la OMIECH envía otra solicitud de información para señalar que
los pueblos indígenas continuaban preocupados por el proyecto que continuaba adelante,
183
aún sin el consentimiento previa información por parte de las comunidades y sin el
permiso de la SEMARNAP. Debido a esta situación, la OMIECH solicitó una reunión con la
SEMARNAP para poder intercambiar impresiones sobre el asunto y, al mismo tiempo,
presentar su propuesta alternativa al proyecto mencionado.
La SEMARNAP, a través de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de
la Biodiversidad (CONABIO) envió al COMPITCH una respuesta inmediata, fechada el día
14 de septiembre de 1999, en la que señaló que sí existen los elementos jurídicos
fundamentales en el Convenio de Biodiversidad (CDB) y en la Ley General de Equilibrio
Ecológico y Protección Ambiental (LGEEPA) para garantizar los derechos de propiedad
intelectual para proteger los recursos y el conocimiento tradicional de los pueblos
indígenas, aunque sin duda tales elementos son aún insuficientes y existen lagunas de
carácter reglamentario.
Debido a que no consideró satisfechas sus demandas, durante los meses de
septiembre y octubre de 1999, el COMPITCH continuó con el proceso de denuncia del
proyecto ICBG-Maya, a través de la prensa, local y nacional. También, se distribuyeron
volantes en muchas comunidades (en este proceso se destacan los puntos acerca de que
la información brindada a las comunidades indígenas sobre el proyecto es insuficiente y
carente de un marco legal y administrativo acorde sobre la utilización de los recursos
genéticos y de la biodiversidad).
A partir de entonces, el ICBG-Maya detuvo sus colectas de material biológico con
fines científicos e incluso las visitas a campo que habían iniciado en mayo de 1999. Pero
sin embargo, continuaba con sus cápsulas radiofónicas en lengua tzeltal y tzotzil para
184
promover el proyecto, así como también para desacreditar las intenciones de
desprestigio del COMPITCH a través de sus volantes y visitas a comunidades para
informar a las autoridades de que no confiaran en el proyecto.
El 18 de noviembre, los representantes de ICBG-Maya se entrevistaron con
funcionarios del Instituto Nacional de Ecología (INE) para presentar el proyecto y
solicitar los requisitos para obtener permisos para iniciar colectas con fines de tipo
biotecnológico. El INE planteó, en un primer momento, la elaboración de un convenio
entre el ICBG-Maya y el INE y posteriormente la necesidad de que el ICBG-Maya recurriera
a la solicitud del Consentimiento Previo Informado (CIP), comunidad por comunidad, de
acuerdo al artículo 87 bis de la LGEEPA.
Nuevamente, el 23 de noviembre de 1999, el COMPITCH envía una tercera
comunicación a Julia Carabias Lillo para informarle sobre su postura ante el proyecto y
proponer lo siguiente:
Que se suspenda este proyecto hasta que la SEMARNAP o el Senado de la República obtengan
los elementos necesarios para elaborar propuestas de ley y legislar en esta materia. Estos
elementos deben ser el resultado de la instrumentación de una serie de foros con
especialistas y consultas con la población. De esta forma se podrán realizar convenios que
tengan un marco legal consensuado por una parte importante de la sociedad, incluyendo a los
grupos indígenas y campesinos.
Al tener escasa respuesta a sus demandas el COMPITCH nuevamente envía otra
carta a Julia Carabias Lillo, por tercera ocasión para solicitar audiencia y seguir
manifestando la inconformidad del Consejo, de otras organizaciones indígenas y
185
comunidades del estado de Chiapas por la operación del proyecto impulsado por el
ICBG-Maya.
Además, le informan a Carabias que el propio ECOSUR comunicó que la solicitud
del permiso, por parte del proyecto ICBG-Maya para colecta de plantas medicinales en
Chiapas con fines de obtención de extractos para ser enviados a los laboratorios de
investigación bioquímica de fármacos en Estados Unidos y Reino Unido (Inglaterra),
está en manos del Instituto Nacional de Ecología (INE). Para sustentar este permiso, los
integrantes del ICBG-Maya debieron haber presentado:
a. El expediente técnico del proyecto;
b. En este expediente debieron haber incluido (como anexos): el Convenio Para la
Protección de Derechos de Propiedad Intelectual y Distribución de Beneficios
del ICBG-Maya; los programas asociados siguientes: a) Bioprospección y
desarrollo de fármacos; b) Etnobiología médica e inventario de biodiversidad y,
c) Conservación y uso sustentable y desarrollo económico;
c. Los mecanismos realmente seguros para controlar los resultados (por parte de
las instancias mexicanas) de los estudios farmacológicos de las plantas
medicinales en Estados Unidos e Inglaterra.
d. Las Actas Comunitarias para obtener los permisos de colecta, donde se explicite:
1) La información, sobre el proyecto, que se les proporcionó a los
participantes en la reunión. Esta información debió incluir: a) Todas y
cada una de las características comerciales del proyecto; b) Los
participantes y responsables directos (personas e instituciones) en él; c)
186
Sus ventajas y consecuencias sociales, ecológicas, económicas
inmediatas, mediatas y a largo plazo para las comunidades indígenas.
2) La discusión detallada que se efectúo en cada asamblea;
3) Las firmas de todos los participantes de la comunidad donde se llevó
acabo la reunión; así como de las autoridades comunitarias y municipales,
representante regional de SEMARNAP y de organizaciones que tengan
relación directa o interés en aspectos de bioprospección de los recursos
naturales en zonas indígenas.
Además, se señala enfáticamente que el Convenio para la Protección de
Derechos de Propiedad Intelectual y Distribución de Beneficios del ICBG-Maya no es un
convenio sólido y sustentable. Es confuso, debido a que se realizó sin la participación
indígena. Se elaboró en el escritorio con asesoría de personas que desconocen nuestros
mecanismos comunitarios para llegar a consensos.81
La respuesta a este comunicado no fue sino posterior a la publicación en el
periódico la Jornada con fecha 4 de febrero de 2000, el artículo fue redactado por
Matilde Pérez y titulado Saqueo de la herbolaria. Es así como comienza la irrupción de
81 En la opinión concreta del COMPITCH, este proyecto puede traer consecuencias no deseables en las comunidades y el estado. Además de que ha generado mucha desconfianza debido a que no cuenta con un permiso de colecta que otorga el INE y de que el nombre del proyecto ha sido cambiado en función del área de colecta. El título del proyecto original menciona (y se ubicaba en) “... la región Maya de Los Altos de Chiapas”. Actualmente le han denominado “Biodiversidad, Medicina Tradicional y Desarrollo Sustentable en la Región Tzeltal, Tzotzil y Tojolabal” (ver anexo). Por lo mismo de hace la observación de que la región Tojolabal corresponde a la Región VI Selva o Fronteriza y se sale completamente del área de colecta de Los Altos de Chiapas. También, se tienen noticias (por parte de la Organización de Médicos Tradicionales de la Sierra) que este proyecto ha extendido sus actividades en aquella región; no correspondiendo, tampoco, a la cobertura de Los Altos de Chiapas (COMPITCH, 23 de noviembre de 1999).
187
la prensa nacional, mismos que dan un empuje a la controversia así como una llamada
de atención a las autoridades sobre el tema. Asimismo, en un periódico local de San
Cristóbal de Las Casas, denominado foja coleta apareció la acusación de la OMIECH
dirigida a ECOSUR como contraparte mexicana del proyecto ICBG-Maya, donde señalaban
que ese proyecto estaba orientado al saqueo de los recursos naturales donde habitan los
pueblos indígenas.
El día 17 de febrero de 2000, funcionarios de la Secretaría se entrevistaron con
los representantes del COMPITCH para conversar sobre el tema y establecer la agenda de
una posible reunión con la Titular del Ramo; se propuso como fecha tentativa de la
reunión el 28 de febrero, (COMPITCH 20 de enero del 2000).
Para el día 7 de marzo de 2000, se llevó a cabo una reunión del COMPITCH con
funcionarios de la SEMARNAP, INE, PROFEPA Y CONABIO; en ella, representantes del
Consejo hicieron entrega del documento titulado “Propuesta de acción para crear un
marco legal y ético para el acceso a la biodiversidad en territorios de los pueblos
indígenas de México”. En ese documento se propone que las distintas partes se
comprometan a buscar, de manera conjunta y de buena fe, los principios y el marco legal
y ético que regulen el acceso, la investigación y el uso sustentable de la biodiversidad en
los territorios indígenas.
El 24 de marzo de 2000, se realizó una reunión entre la SEMARNAP y el ICBG-
Maya en la que se reconoció la necesidad de reestructurar el proyecto de forma que se
garantice un reparto justo de beneficios y la protección de los derechos del
conocimiento indígena tradicional. ICBG-Maya recibió la propuesta hecha por el
188
COMPITCH. El ICBG-Maya y ECOSUR subrayaron su interés en discutirla dentro del marco
de una mesa de diálogo en la que participarían las partes en controversia junto con las
autoridades ambientales, mismas que funcionarían como instancia de intermediación.
En el año 2000 y hasta el 30 de abril del mismo, el ICBG-Maya buscó obtener el
Consentimiento Previo Informado de las comunidades, a través de asambleas
comunitarias, presentaciones del proyecto, procesos de discusión con las autoridades
locales, elaboración de materiales de difusión en lenguas indígenas, entre otros medios.
Nosotros participamos en varias de estas presentaciones del ICBG-Maya en
comunidades indígenas, así cómo observar cuál era su procedimiento para obtener el
Consentimiento Previo Informado. En todos los casos, los representantes del ICBG-Maya
promovían el intercambio de información y participación a partir de dotar de
herramientas útiles, a los interesados en participar, para crear huertos botánicos
medicinales en el lugar. Además, anticipando que no era seguro garantizar una pronta
obtención de beneficios durante la investigación, sino hasta que exista una posible venta
de algún fármaco desarrollado por los laboratorios. Así también, señalaron que un
primer beneficio para los participantes sería la venta de platas medicinales al ICBG-Maya
una vez identificada una sustancia activa que les propiciara beneficios comerciales.
Una de las primeras interrogantes sobre cómo el ICBG-Maya decía obtener el
Consentimiento Previo Informado, fue discernir si realmente explicaban a las
comunidades la magnitud de este proyecto tanto en beneficios económicos como en sus
189
posibles consecuencias socioculturales y ecológicas.82 Por lo mismo, realizamos
entrevistas informales a miembros de las comunidades tzeltales donde el ICBG-Maya se
presentaba para invitarlos a participar:83
¿Por qué quiere participar en el proyecto ICBG-Maya? “Bien que inviten a participar al
campesino en este proyecto de... Dr. Berlin, pa’ que podamos conocer las plantas
medicinales y los laboratorios saquen pastillas pa’ curarse”¿Usted compra pastillas para
curarse de su enfermedad? “soy campesino, no tengo dinero” ¿Entiende todo lo que le dicen?
“no... vienen con las autoridades tradicionales a platicar y luego nos expliquen” ¿Usted
entiende que es una patente? “no”¿Quién puede entonces ser el dueño de alguna planta?
“nadie, solo Rios (Dios)” (Domingo Pérez, tzeltal de Oxchuc, 2000).
En esta entrevista, como en muchos otros casos reflejaron cierto grado de
entendimiento del proyecto, pero no los beneficios directos para los propios indígenas
participantes. En otros casos el entrevistado repetía la exposición del proyecto:
“Es para que nuestro conocimiento de plantas no se pierda y podamos ganar dinero cuado se
elaboren medicinas en los laboratorios, pero hay que esperar de 15 a 20 años para ver
resultados” ¿Cómo se pueden beneficiar los que no participan en el proyecto? “pueden
elaborar un proyecto y el fideicomiso los puede ayudar pero no es seguro ya que hay mucha
gente necesitada” (Manuel, tzeltal técnico de salud, Tenejapa, 2000).
Por otra parte, el COMPITCH durante la visita de una de sus representantes, Ana
Valades, hecha en abril de 2000 a Detroit, Michigan, con motivo de participar en el
Congreso Internacional de Etnobiología, recibió información sobre supuestas actividades
82 En este sentido me refiero a que el proyecto no prevé las posibles consecuencias en los cambios de cultivo de productos como el maíz y el fríjol por monocultivos de determinada especie de planta medicinal demandada por la industria farmacéutica una vez identificado su potencial comercial. 83 Con ayuda de nuestro amigo Sergio López (tzeltal bilingüe), pudimos desempeñar bien nuestras entrevistas.
190
del ICBG-Maya en la Universidad de Georgia. Esta información, establecía que el jardín
botánico de la UGA contaba con plantas que se encuentran en Chiapas y México que
fueron llevadas allí por el Dr. Brent Berlin. La fuente informativa de COMPITCH señaló
que el material botánico se estaría usando en experimentaciones biotecnológicas. Esta
información fue posteriormente difundida por el COMPITCH en la prensa mexicana. El 24
de abril de 2000, el COMPITCH presentó una nueva carta a la SEMARNAP solicitando
información sobre el caso de las plantas mexicanas trasladadas a Georgia.
Como parte de la información necesaria para integrar una respuesta a la denuncia
hecha por el COMPITCH respecto a las plantas en la UGA, la Dirección General de Vida
Silvestre del INE emitió dos oficios dirigidos a la Unidad Coordinadora de Análisis
Económicos y Sociales (UCAES) de la SEMARNAP. En el primero, con fecha 11 de mayo
de 2000, se asienta que no se tienen solicitudes de ECOSUR para realizar colectas de tipo
biotecnológico ni se han otorgado permisos al respecto.84 En el segundo, fechado 26 de
junio de 2000, se señala que en las listas que describen el material botánico de Chiapas
existente en la UGA no se encuentra ninguna especie que se halle bajo los estatutos de
protección del CITES y que sólo una especie de laurel tiene la categoría de protección
especial, según la NOM-059 ECOL.
Por otro lado, en una carta enviada a la titular de la SEMARNAP, el doctor David
Puett, líder de los programas asociados de ICBG en la Universidad de Georgia, manifestó
que: “We have never, nor would we ever use such plants for pharmaceutical or
biotechnological purposes until the Goverment of Mexico has given its full and explicit 84 Los subrayados son mío.
191
approval”. “Ni hemos usado nunca dichas plantas con fines farmacéuticos o
biotecnológicos, ni lo haremos hasta que el Gobierno mexicano dé su completo y
explícito consentimiento” (traducción certificada por SEMARNAP, 2000).
Asimismo, en otra carta (fechada 30 de mayo de 2000), también dirigida a la
Titular de la SEMARNAP, Brent Berlin, en su calidad de líder del proyecto ICBG-Maya,
afirmó que él llevó las plantas a Georgia como parte de un proyecto para instalar
jardines botánicos “gemelos” en ECOSUR y la UGA. Berlin argumentó que no tramitó los
permisos necesarios para legalizar su exportación por desconocimiento de la
normatividad respectiva y porque seguía una práctica que ya es considerada
“tradicional” entre los botánicos de todo el mundo. Afirmó que las plantas que se
encuentran en la UGA no son endémicas de Chiapas y que no se han utilizado para fines
de bioprospección, sino con fines estrictamente educativos y bajo el amparo del
convenio de intercambio académico firmado en 1996 por ECOSUR y la UGA.
Sin embargo, esta carta fue retomada por COMPITCH para divulgarla como un acto
de saqueo de los recursos naturales y de señalarlo además como una acción de
biopiratería ante distintos medios públicos de comunicación.
Para darle atención a la controversia suscitada por el proyecto de ICBG-Maya, la
SEMARNAP, el INE y la CONABIO llevaron a cabo las siguientes actividades: consulta
legal; atención a las partes mediante entrevistas directas; información y comunicaciones
oficiales; reuniones de trabajo; y la coadyuvancia en el establecimiento de una
perspectiva de diálogo y conciliación entre las partes.
192
Concordia sin confianza
Durante las reuniones mediadas por la SEMARNAP, INE y CONABIO entre ICBG-
Maya/COMPITCH, las partes concordaron en que existía un conjunto de elementos y
principios normativos, expresados en diversos instrumentos del marco jurídico legal,
nacional e internacional, que constituyen la base para el uso y aprovechamiento de los
recursos genéticos y la biodiversidad. Entre esos instrumentos se encuentran, por
ejemplo, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la LGEEPA, el
Convenio sobre la Diversidad Biológica y el Convenio 169 de la Organización
Internacional del Trabajo.
Sin embargo, las partes también reconocieron la insuficiencia del marco
regulatorio, en cuanto que, entre otras consideraciones, deja a la libre interpretación
asuntos relacionados con los derechos y deberes, los niveles de competencia y los
procedimientos administrativos que garanticen el uso socialmente sustentable de la
biodiversidad y los recursos genéticos. Esta insuficiencia es especialmente notoria en el
caso de los recursos existentes en los territorios de los pueblos indígenas de México.
El ICBG-Maya señaló que el Convenio 169 de la OIT, el artículo 87 bis de la
LGEEPA, y el artículo 8j de la CDB, expresan de manera general que los pueblos indígenas
deben ser partícipes y beneficiarios de cualquier proceso que implique el
aprovechamiento de los recursos bióticos que se encuentran en las tierras que poseen.
Sin embargo, a juicio del ICBG-Maya, estos documentos no hacen explícitos los
procedimientos para obtener el consentimiento previo expreso e informado de los
193
poseedores del recurso, ni el concepto de reparto equitativo, y por tanto, los
mecanismos para alcanzarlo.
El ICBG-Maya suscribió completamente el espíritu y la letra de estos acuerdos,
teniendo interés en que se desarrolle y precise este marco regulatorio. Con el fin de
operativizar estos acuerdos generales y contribuir a su desarrollo, el ICBG formuló su
propuesta e inició un proceso de consulta en comunidades de Los Altos de Chiapas,
guiado por:
1. La LGEEPA;
2. Los acuerdos de San Andrés en lo relacionado a actividades en comunidades
indígenas;
3. El código ético de la SIE;85
4. El 3er borrador del guión para la investigación, colecciones, bases de datos y
publicaciones de la misma SIE;
5. Los requisitos necesarios para CPI del Comité para la Protección de Sujetos
Humanos que rige en la Universidad de Georgia.
El ICBG-Maya, estableció y afinó continuamente una serie de pasos para poner el
proyecto a consideración de las comunidades mayas de Los Altos de Chiapas.
Principalmente donde pretendía desempeñarse, a fin de que éstas decidieran en asamblea
comunitaria dar o no su consentimiento previo expreso (por escrito) e informado.
De igual modo, el ICBG-Maya anunció que no iniciaría colectas de
bioprospección farmacológica hasta no tener los permisos comunitarios y de la 85 Sociedad Internacional de Etnobiología.
194
SEMARNAP. Esta declaración fue contradicha por el COMPITCH, al denunciar que durante
el año 2000 recibió información de las comunidades donde ICBG-Maya ya había
realizado colectas recientes.86
Si bien, el espíritu de la propuesta de ECOSUR contempla, a su juicio, la
realización, de un taller inicial con representantes de las organizaciones de COMPITCH,
miembros de ICBG y promotores comunitarios. Éste trataría sobre el aprovechamiento de
los recursos bióticos, los derechos indígenas, los derechos de propiedad a fin de
desarrollar, en mayor grado, los contenidos y métodos necesarios para que las
comunidades puedan decidir sobre el otorgamiento de CIP.
Además, propuso llevar a cabo una serie de acciones conducentes al análisis
amplio y colectivo de estos temas. Esta propuesta subraya que las acciones sugeridas
implican un esfuerzo conjunto entre ECOSUR, ICBG-Maya y COMPITCH y, en la mayoría
de los casos, la SEMARNAP.
Ante la insistente realización del proyecto ICBG-Maya, el COMPICH desplegó un
comunicado de su inconformidad con base a dos razones fundamentales:
1. Ausencia de un marco jurídico adecuado y específico establecido en una ley
reglamentaria que otorgue la calidad de recurso estratégico a los recursos
genéticos y regule el proceso para el otorgamiento de autorizaciones
administrativas con fines biotecnológicos;
2. No se ha buscado obtener el CPI de los Pueblos y Comunidades indígenas de
acuerdo a su cultura, usos , costumbres y formas de organización propias, ni se 86 Notas de campo, enero-mayo del 2000.
195
ha considerado incluir en este proceso al universo total de Pueblos, comunidades
y personas que compartan los conocimientos, las innovaciones, las prácticas o los
recursos objeto del proyecto, ni tampoco se ha proporcionado la información
suficiente y necesaria, conforme a lo establecido en el Convenio 169 de la OIT,
el CDB y los Acuerdos de San Andrés Larráinzar, en relación al art. 4º, 27° y 28°
de la Constitución General de la República. En consecuencia, pide la suspensión
total del proyecto ICBG-Maya.
Situación dada en el año 2000
Después de sostener un conjunto de reuniones bilaterales y de que las partes expresaran
su interés en sentarse a una mesa de diálogo y negociación, la SEMARNAP convocó a una
reunión en la que, por primera vez, las partes intercambiaron información directa,
expresaron abiertamente sus posiciones e iniciaron un proceso de diálogo y negociación.
En la reunión sostenida el 12 de mayo de 2000, la cual se denominó Mesa de
Negociación Tripartita (MNT), las tres partes llegaron a una serie de acuerdos:
a) Explorar conjuntamente la posibilidad de realizar modificaciones al proyecto
y, en su caso, definir los mecanismos que permitan realizarlas; b) Realizar un
intercambio permanente de información que las partes se soliciten entre sí, proveyendo
copias de manera escrita para que quede constancia de las peticiones y respuestas que se
hagan; c) Cesar ataques y desprestigios hacia cualquiera de las partes; d) Conformar una
196
Comisión Técnica de Trabajo (CTT) para avanzar y dar seguimiento a las actividades que
resulten de la Agenda de Trabajo.
En la reunión de la MNT, se informó que el 11 de mayo de 2000 se constituyó un
grupo de trabajo intrasecretarial (INE, SEMARNAP, CONABIO y la PROFEPA —Procuraduría
Federal de Protección al Ambiente). Para avanzar los trabajos respecto a la definición de
la posición institucional ante las resoluciones de la quinta Conferencia de las Partes de la
Convención de Diversidad Biológica (CDB) y para avanzar en la definición de la
normatividad para regular el acceso a los recursos genéticos. Como resultado de esa
reunión se integró un grupo de trabajo que se responsabilizará de definir un
procedimiento administrativo para atender estos asuntos.
El 23 de mayo de 2000, ICBG-Maya hizo llegar a las partes un documento en el
que se expresa su desacuerdo por lo que se considera fueron violaciones al acuerdo c) de
la reunión de la MNT del 12 de mayo.
En la reunión del CTT, de los días 29 y 30 de mayo de 2000 el COMPITCH presentó
el documento operativo No. 2, denominado “Propuesta de acción para crear un marco
legal y ético para el acceso a la biodiversidad en territorios de los pueblos indígenas de
México”. A juicio del COMPITCH, el espíritu del documento se refiere a la exigencia de
un marco legislativo y específico en la materia y al otorgamiento de información a las
comunidades que sea adecuada y suficiente.
En el mismo documento, el COMPITCH propone realizar talleres de información
comunitaria y consultas comunitarias. Por su parte ECOSUR presentó la iniciativa de
197
organizar y programar la realización de un taller para capacitar a informadores sobre el
proyecto y realizar una visita piloto a 10 comunidades de los Altos.
Con estos avances, la CTT acordó también llamar a una reunión de la MNT, para el
19 de junio de 2000 para que ésta se pronunciara sobre los temas y avances realizados.
El COMPITCH solicitó posponer la reunión para el día 19 del mismo mes.
Por lo mismo, el 19 de junio se llevó a cabo la segunda reunión de la MNT donde
el COMPITCH presentó el resolutivo del Consejo con fecha 15 de junio, donde señaló la
necesidad de llevar a discusión, en el seno de sus bases, las dos propuestas presentadas
por las partes durante los meses de junio, julio y agosto, por un período de 60 días.
Ante esta necesidad de tiempo, las partes acordaron, en base al documento
obtenido en la reunión, que elaborarían de manera conjunta un boletín de prensa y
cápsulas radiofónicas informativas en las lenguas tzeltal, tzotzil, tojolabal y español. Así
también, cada una de las partes buscaría realizar una difusión amplia de estos materiales
a través de diversos medios. Además, se acordó convocar a una siguiente reunión de la
MNT hacia finales de agosto del 2000 en las oficinas de la SEMARNAP en la Ciudad de
México.
Para el 17 de octubre del año 2000, ECOSUR a través del periódico La Jornada,
hizo pública su decisión de declararse en moratoria en torno a la continuidad del
proyecto ICBG-Maya. Sin embargo, dicha moratoria no estaba sujeta a ninguna ley.
Para noviembre de 2000, el proyecto ICBG-Maya se encontraba
momentáneamente detenido y pretendía “crear” otros interlocutores indígenas a modo
para poder negociar y confrontarlos al COMPITCH y a otras organizaciones que se le
198
adherían. Por su parte, la SEMARNAP estuvo trabajando en la elaboración de un
reglamento que diera una salida rápida y fácil a este tipo de “proyectos de investigación”
en México. Por su lado, el COMPITCH tejió sus redes sociales con base en la Declaración
del Consejo de Médicos Indígenas sobre la bioprospección en México. 87
87 I. Para el Consejo de Organizaciones de Médicos y Parteras Indígenas Tradicionales de Chiapas
(COMPITCH) la discusión político-jurídico sobre los recursos genéticos es un asunto que interesa a la humanidad completa por ser ella su codueña, junto con toda la tierra.
I. Jurídicamente, los recursos genéticos son, conforme a los artículos 27 y 28 constitucionales, del dominio directo de la nación, inalienables y de naturaleza estratégica.
II. El COMPITCH no participará en la elaboración de normatividad alguna que no sea producto de un proceso de consulta cabalmente informada donde, abiertamente y en condiciones de igualdad, participen todos los sectores involucrados, opinen y confronten sus puntos de vista con los demás, y se hagan constar en una Ley.
III. Para el COMPITCH todos los proyectos de bioprospección con fines comerciales o que tienen como propósito adquirir una protección bajo el sistema de patentes y propiedad intelectual son incompatibles con el marco jurídico nacional que regula las bases de la vida y la cultura asociada a ella, lo que es particularmente claro con respecto a la cultura, usos, costumbres y formas de organización colectiva de los pueblos y las comunidades indígenas.
IV. El COMPITCH resuelve en el marco de esta Tercera Reunión de la Mesa de Negociación Tripartita y como respuesta a la consulta realizada en el seno de sus bases declarar la moratoria activa a todos los proyectos de bioprospección con fines comerciales o con propósitos de obtención de patentes existentes, que actual o eventualmente se presenten en México y en el mundo.
V. El COMPITCH se mantendrá en un proceso constante de información y consulta interna, proporcionando toda la información necesaria sobre su experiencia a los grupos y organizaciones interesadas. En esa dirección es que los convoca a formar una red de monitoreo frente a cualquier proyecto de bioprospección que pretenda apropiarse de los recursos o del conocimiento tradicional asociado.
VI. El COMPITH acordó demandar ante diversas instancias al consorcio ICBG-Maya y a las personas que teniendo la información necesaria hayan colaborado en su elaboración y ejecución, para que se les impongan las sanciones que correspondan y se decrete la nulidad absoluta del proyecto. A ese propósito el COMPITCH invita a todas las organizaciones, especialistas interesados y comunidades afectadas a participar en su elaboración y seguimiento; así, de éste, como de cualesquiera otros procesos que ameriten iniciarse contra otros proyectos de naturaleza semejante. El COMPITH invita a los investigadores a mantener un diálogo permanente basado en la buena fe y en el reconocimiento del otro y, desde ahí, establecer los puentes para el avance de la investigación científica en beneficio de la humanidad. En ese marco, invitamos a los investigadores del ECOSUR a sumarse a este proceso de discusión y reflexión permanente, con base, también, a que éste es un asunto de todos.
199
A principios de 2001, el Dr. Brent Berlín, investigador de la UGA y líder del
proyecto, participó en una iniciativa de trabajo que fue presentada a la Secretaría de
Pueblos Indios (SEPI) de Chiapas, por ECOSUR y el ICBG-Maya, conformada por médicos
tradicionales de Oxchuc, Chisapas y por técnicos indígenas que habían participado en el
proyecto ICBG-Maya. Con ello pretendían dar continuidad al establecimiento de jardines
botánicos comunitarios con plantas medicinales y a la promoción del conocimiento y
uso de estas plantas por las comunidades. Entre estas actividades no se incluía el
componente de bioprospección ni la participación de los laboratorios de la UGA y MNL.
Esta nueva iniciativa del ECOSUR y el ICBG-Maya, fue interpretada por COMPITCH como
una forma velada de llevar acabo actividades de bioprospección y violar la moratoria
declarada por ECOSUR.
Por su lado, el COMPITCH insistía en promover la discusión ante otras instancias
de investigación y del gobierno estatal y federal, sobre la necesidad de analizar y definir
el marco legal para el aprovechamiento de la biodiversidad en México. Esto con el fin de
que la riqueza biológica y el conocimiento tradicional puedan ser conservados y
aprovechados de tal manera que estos recursos contribuyan al desarrollo local y
nacional.
En agosto de 2001 el Dr. Brent Berlin presentó al programa ICBG y a la dirección
de ECOSUR, una propuesta para reorientar el proyecto ICBG-Maya y destinar sus recursos
a realizar las siguientes actividades: a) clarificar qué se entiende por prospección de la
biodiversidad, b) recabar información detallada sobre esta actividad y sobre los posibles
200
riesgos y beneficios que implica la exploración e investigación de productos naturales
con fines biotecnológicos, c) entrenar a especialistas indígenas sobre las normas éticas
para informar y obtener el consentimiento previo informado y, d) desarrollar una
campaña de información en las comunidades indígenas sobre la bioprospección, sus
riesgos y sus potencialidades. Esta reestructuración del proyecto fue aprobada por el
programa ICBG. Sin embargo, el consejo técnico consultivo de ECOSUR ha recomendado
no continuar con el proyecto, a pesar de sus aparentes bondades, con el fin de evitar el
conflicto de intereses, aislar a las posiciones intolerantes que se nutren de la
desinformación y calumnias y, sobretodo, contribuir a crear un clima de confianza que
permita que los planteamientos plurales sobre la bioprospección, sean escuchados por la
comunidad académica, las organizaciones sociales e indígenas y las autoridades
correspondientes.
Con el ánimo de construir conjuntamente las condiciones que favorezcan la
conservación y aprovechamiento de los recursos bióticos por parte de las comunidades,
como un recurso que contribuya a su desarrollo y bienestar, y buscar los mecanismos
que permitan una amplia colaboración entre organizaciones sociales, instituciones de
investigación y entidades de gobierno, la dirección general de ECOSUR notificó al Dr.
Brent Berlin, y al programa ICBG, la cancelación definitiva del proyecto ICBG-Maya.
Como centro público de investigación, ECOSUR hizo un nuevo llamado a las
organizaciones sociales e indígenas, a las instancias de gobierno que corresponda, y a la
comunidad académica nacional, a promover una discusión racional y asumir la
responsabilidad de definir el marco legal necesario para el mejor aprovechamiento y
201
manejo de los recursos naturales en nuestro país. El conocimiento, el uso y el manejo de
la biodiversidad, está actualmente en la mesa de discusión a nivel internacional como un
elemento que puede generar desarrollo. En ECOSUR consideran que no es con la parálisis
ni con la intolerancia y el aislamiento como se puede encontrar alternativas de desarrollo
para los pueblos de los Altos de Chiapas (ECOSUR, 2001).
Análisis del conflicto
En este apartado se analizan la construcción de los discursos que fundamentaban las
posturas del ICBG-Maya y del COMPITCH, al mismo tiempo observamos un ejercicio de
poder e identidad. Los textos producidos por ambos grupos los consideramos como la
materialización del discurso, éste lo entendemos como sinónimo de comunicación. Pero
también, como un sistema de significación que es objetivado por significados
socialmente construidos en contextos específicos. De ahí que el discurso sea un sistema
de acción comunicativa en la cual la intención social es trasmitir y decodificar su mundo
de vida.
Ahora, en principio podemos observar las características discursivas de
producción, circulación y reproducción del discurso, así como la intencionalidad de cada
uno de ellos, es decir, la acción dirigida a un objetivo. En este sentido, el contexto de
producción del texto de ICBG-Maya nace desde la visión tecnocientífica de los países
desarrollados, en este caso EE.UU., en colaboración con el laboratorio MNL de Reino
202
Unido. Si bien, los objetivos pretendían la búsqueda de nuevos fármacos a partir de la
sustancia activa de plantas medicinales, que propicien la atención de enfermedades tales
como el cáncer y SIDA, no mencionaron claramente las políticas depredadoras que los
gobiernos de esos países ejercen contra los países subdesarrollados o del Tercer Mundo.
De esta manera, comprender y aprehender un proyecto producido con un fin
biotecnológico, es abrir el libre camino de las grandes trasnacionales a la apropiación de
la biodiversidad como hemos documentado en nuestro capítulo dos. Por otra parte,
buscar el desarrollo de los pueblos indígenas es muy loable, sin embargo, dentro del
mencionado proyecto ICBG-Maya no se garantiza un estándar mínimo de desarrollo
sociocultural con la pretendida dependencia que se posibilitaría con la posible salida de
productos farmacéuticos desarrollados al mercado. En este sentido, podría darse un
agotamiento social y económico al esperar y no conseguir el beneficio planeado en el
proyecto.
Igualmente, el pretender mejorar el nivel de adelanto tecnológico en instituciones
mexicanas es por igual bien visto, no obstante, ese pretendido aporte tecnológico no
deja de ser sólo herramienta para maquilar lo que las grandes trasnacionales van a
procrear y posteriormente patentar. En este mismo rubro, decir que ICBG-Maya pretendía
garantizar beneficios económicos a través de la propiedad intelectual, es por demás
inocente a la realidad mercantilista en que se encuentran sujetas las trasnacionales
biotecnológicas.
Entonces, no es de extrañar que la irrupción de una organización con años de
experiencia en el trabajo y desarrollo de la medicina indígena (a través de la producción
203
de fitofármacos) se oponga a un proyecto de gran magnitud que promovía la creación de
huertos productivos. Ya que dicho huertos tendrían que ser intensivos debido a la
posible demanda que se generaría, una vez descubierto un compuesto activo medicinal
para desarrollar un medicamento. De igual manera, no duraría mucho este sistema de
producción debido a que existe el riego de que las sustancias activas encontradas puedan
ser sintetizadas.
Pero además, los objetivos desarrollistas de ICBG-Maya presentaron por si
mismos poco conocimiento de la complejidad sociocultural y de conflicto armado en
Chiapas. Estas últimas condiciones deben ser consideradas como importantes ya que
desde 1994 en el estado se agruparon y conformaron movimientos sociales contra la
envestida de las políticas de Libre Comercio en México. Por lo mismo, el ICBG-Maya se
topo con un contexto de oposición que creció cada vez más con la irrupción de la red de
comunicación que ya se había establecido en Chiapas, por los diversos organismos
civiles y medios de comunicación. Es importante entender que después de la irrupción
zapatista, Chiapas ha dejado de ser un lugar aislado y descuidado por la sociedad
internacional comprometida con la justicia social.
Por lo mismo, es de entender que las pretensiones de un proyecto de
bioprospección en un contexto social de conflicto y sin un marco legal acorde para poder
llevarse acabo fueran la base discursiva de oposición del COMPITCH como una fuerza
civil y política alternativa. De igual manera, la consolidación de este consejo de médicos
y parteras indígenas reoriento los discursos asumidos por las organizaciones, generando
con ello una participación más abierta en el escenario nacional y de discusión sobre los
204
derechos y cultura indígenas, acentuando el papel de sus conocimientos sobre el uso y
manejo de la biodiversidad donde habitan.
Otro aspecto del discurso que cuestiona al ICBG-Maya es la poca participación de
las comunidades en la estructuración del proyecto. Por lo mismo, se decía que el
proyecto estaba pensado desde arriba y no desde las necesidades concretas de los de
abajo. A este respecto, se puede decir que no había una comunicación con las
comunidades sino que más bien había una serie de discursos informativos para ser
valorados por las comunidades.
En este sentido, podemos entender que el discurso de ICBG-Maya tiene las
características de que la conservación de la biodiversidad puede mantenerse de manera
científica en cooperación con las comunidades indígenas y la utilización de alternativas
económicas en forma sostenible. Sin embargo, dicha propuesta estaría sujeta a que los
proyectos integrados de producción y conservación estarían administrados por un grupo
imparcial y representativo denominado PROMAYA. Pero además, la producción estaría
administrada por las partes con intereses biotecnológicos y su rentabilidad resguardada
por supuestos repartos de los derechos de propiedad intelectual, tales como las patentes,
sin garantizar beneficios económicos inmediatos para las comunidades indígenas
participantes.
Por lo mismo, consideramos que el discurso del ICBG-Maya esta producido en un
contexto hegemónico difundido en un contexto del subdesarrollo donde la sociedad
indígena se encuentra en la necesidad de ver alternativas de mejorar sus condiciones de
vida. Por lo mismo, el interés comunitario es velar por la mejora de sus necesidades
205
como familias y grupo. El fenómeno de la identidad cambiante y adaptativa se hace
presente y genera nuevas formas de relación pero sin comprender los posibles riesgos
potenciales que estoas nuevas condiciones proyectan para la estructura de su sociedad.
En torno a las condiciones de marginalidad en la que se encuentran la mayoría de
los pueblos indígenas de Chiapas, y principalmente en el sector salud, nos permitimos
considerar que un proyecto como el ICBG-Maya podría ser modificado a tal manera que
aporte directamente un beneficio y desarrollo de las condiciones de salud indígena en el
estado. Así como también, promover el acceso a los recursos tecnocientíficos de salud
que en gran medida disminuiría la creciente mortandad de niños y mujeres que hay en el
estado.
Ahora bien, por el otro lado, en el constructo discursivo del COMPITCH se observa
la producción de un discurso desde un ambiente local donde se involucran diversos
actores: por un lado están los médicos indígenas y sus asesores; por otro, los organismos
sociales y asesores externos quienes se involucraron para apoyar al COMPITCH. De ahí
surge un contexto discursivo configurado desde un ambiente consultivo y sugerente pero
que sin embargo no es propiamente indígena, sino que son muchos los que intervienen
para apoyar un discurso indígena de oposición al proyecto ICBG-Maya, por lo mismo, el
movimiento en defensa de la biodiversidad y del conocimiento local que el COMPITCH
argumenta, están basados en la construcción de especialistas modificado y adaptado a la
visión indígena. En este sentido, también podemos decir que el discurso del COMPITCH
es un “colonialismo” pasivo de los asesores. Por lo mismo, aún falta mucho por trabajar
en cuanto a los espacios de y para los indígenas.
206
De igual manera, en cuanto al discurso del COMPITCH podemos decir que éste se
sustentaba en una fundamentación académica, legal y política que lo estructuraba y que
regulaba fuerzas frente al ICBG-Maya. De ahí que, los argumentos contra el proyecto de
bioprospección fueran considerados como parte de un proceso “bioimperialista” dirigido
por los países del Norte o Primer Mundistas, con el fin de lograr la privatización de la
naturaleza para beneficio de los habitantes del Norte y el despojo a las comunidades
locales de sus recursos ancestrales. Ya que estas declaraciones no son más que replicas
modificadas de los discursos internacionales de oposición a las políticas depredadoras
del Primer Mundo.
De tal forma que la biodiversidad es vista desde el capitalismo y la ciencia, por
un lado, y la biodiversidad desde la autonomía cultural y el derecho a la diferencia, por
el otro. Además, ambos discursos involucran el papel de los derechos de autoría y de
propiedad intelectual sobre los recursos bióticos y el conocimiento local de éstos. Sin
embargo, las organizaciones de médicos indígenas en Chiapas sólo ayudan a resolver
ciertos problemas de salud, por lo que tampoco han logrado contribuir a la disminución
de la creciente mortandad de niños y mujeres en el estado. Por lo que su discurso, en
gran medida, se avoca a una defensa política y no a una defensa de prioridad, la vida
humana.
Por lo anterior, observar el impacto de los procesos comunicativos en el ejercicio
del poder y la identificación social con los discursos, son por demás necesarios para
entablar canales argumentativos y no sólo expositivos de un fenómeno en cuestión.
207
Regular las relaciones humanas con miras a un objetivo conjunto, salvaguardar la
pluralidad cultural y diversidad biológica para provecho de la humanidad.
Otra de las inquietudes que surgieron a lo largo de la investigación realizada era
tratar de explicar cuáles fueron los elementos que permitieron que se desarrollara la
controversia entre el ICBG-Maya y el COMPITCH. Por lo mismo tratamos de identificar
hasta qué punto son los mismos líderes quienes generan los discursos y de qué manera
éstos son interferidos por la sociedad. Esto nos permitiré entender las diferenciaciones
de poder como condiciones culturales y de status en la producción y reproducción de los
discursos y los objetivos que se buscan con ellos; es decir, la búsqueda de la
fundamentación de la verdad desde sus diversos ángulos: intelectuales, económicos y
políticos. Logrando así entender que entre ICBG-Maya y COMPITCH existen características
discursivas comunes que pueden complementarse, mas no existen intencionalidades que
permitan crear una verdadera acción comunicativa, de manera que se observa un
constante juego discursivo de poder orientado a conseguir adeptos en apoyo u oposición
al proyecto en cuestión. Por lo que el dilema del dominio tecnocientífico sobre la
sociedad aún preexiste en los denominados proyectos orientados al “desarrollo”
comunitario. La palabra divina de la ciencia se vuelve el aparato ideológico moderno
capaz de restar a las otras formas de pensamiento.
Así también, a lo largo de este trabajo se describió el contexto global y el proceso
del conflicto, el cual produjo un fenómeno de identidad sectorial al momento de apoyar
a uno de los dos sectores. Por lo que en este sentido, se adopta una postura discursiva
que refleja una identidad con el grupo. La lucha de intereses y la responsabilidad social
208
se vuelven factor importante para la adopción y vínculo con las partes en discordia,
siendo así elemento vinculante con la discusión desarrollada y que afectaba intereses
locales de la sociedad indígena.
En suma, en este capítulo se analizo el conflicto y los discursos a través de los
cuales el ICBG-Maya y el COMPITCH fueron argumentando sus posturas sobre el proyecto
de bioprospección, generando con ello una creciente participación social que se
desbordo en dos direcciones discursivas pero complementarias. Así también,
comprendimos el discurso como el sistema de producción simbólica de una organización
social, desde el análisis de la redacción de los textos producidos por dicha organización
a la objetivación de la intencionalidad y contexto de los textos.88 No sólo son
complementarias por el hecho de que sin una parte no se puede comprender o analizar la
contraparte. Sino también, el conflicto acentúo y acento el funcionamiento de las redes
de comunicación social.
88 Haidar considera que lo que afirmamos puede corroborarse por las invariantes discursivas observadas durante el tiempo de la confrontación entre el ICBG-Maya y el COMPITCH, que se relacionan con la constancia de los líderes en las posiciones hegemónicas (Haidar, 1990:125).
209
Capítulo VI
Conclusiones generales ética, antropología y biodiversidad
El objetivo general de esta investigación ha sido analizar la controversia entre el
COMPITCH y el ICBG-Maya como un fenómeno social que desemboca en dos discursos
polarizados del problema. Por tal motivo, a lo largo de este trabajo nos dimos la tarea de
describir el contexto donde surgió el problema y de cómo se fueron generando los
discursos, así como también de la configuración de una identidad discursiva en
resistencia sustentada en los procesos de producción y reproducción de los significados
sociales.
Como anunciamos al inicio de esta tesis, es preciso observar los discursos desde
perspectivas analíticas interdisciplinarias, que implica recurrir a otras disciplinas de las
ciencias sociales y de las ciencias del lenguaje. Esto anterior, nos permite observar las
condiciones de producción, circulación y recepción de los discursos. En este sentido, se
puede observar cómo dio inició la controversia y cual fue su intercontexto cultural:
primero, existió un acercamiento de los dos sectores para ver la posibilidad de trabajar
juntos. Sin embargo, la experiencia y papel de los asesores del COMPITCH lograron
generar un estado de alerta entre las organizaciones de médicos indígenas.
Principalmente, por la confianza que las comunidades y organizaciones guardan con sus
asesores que durante años han sido quienes los apoyan para trabajar y resolver
210
problemas de salud y de desarrollo. Además, el conocimiento legislativo que las
organizaciones manejan en el uso, acceso y aprovechamiento de plantas medicinales
promovió mayor desconfianza para participar en un proyecto externo con miras
mercantiles en la producción de fármacos.
Asimismo, la compleja red social que las organizaciones indígenas y
comunidades han tejido desde mediados de los años setentas fortaleció más las
decisiones tomadas durante las confrontaciones discursivas. Esto se observa, por un
lado, durante el intercambio de correspondencia entre ICBG-Maya y COMPITCH y donde
cada uno solicitó, cuestionó o aclaró dudas de tú a tú. Otro aspecto fue que el ICBG-Maya
utilizó espacios radiofónicos para promover su proyecto, así como actividades de sondeo
en comunidades ya preseñaladas en sus objetivos. La circulación de esa información
incentivó acciones similares por la contraparte, principalmente con el uso de volantes
informativos y entrevistas en la radio.
Sin embargo, el clímax de la controversia se presentó cuándo ésta alcanzo la
atención social de que en Chiapas había un problema más que resolver. Además, la
solicitud del COMPITCH de involucrar a la Secretaria del Medio Ambiente Recursos
Naturales y Pesca, la cual se vio en la necesidad de promover una reunión entre las
partes para llegar a acuerdos. Esta situación produjo un mayor acercamiento y, por lo
mismo, mayor y mejor conocimiento del proyecto ICGB-Maya, de manera que por parte
del COMPITCH se incremento la desconfianza y el rechazo total al proyecto.
211
Puntualizando
Todo lo expuesto anteriormente, es el resultado de una amplia tarea de investigación. El
fenómeno analizado surgió en un contexto muy complejo, por lo tanto, las
consideraciones son limitadas. Por el lado de la producción de los discursos del
COMPITCH y el ICBG-Maya pueden ser caracterizados como discursos en dificultades
culturales de entendimiento, principalmente porque cada parte pretende argumentar su
legalidad en cuanto a su quehacer y a su necesidad, por ese lado se observa un claro
conflicto de intereses.
En cuanto a la necesidad de una orientación ética en términos de comunicación,
la investigación puede contribuir socialmente a mantener un lazo de respeto entre el
investigador y el sujeto o sociedad-objeto de estudio. De está manera, se puede
formalizar un compromiso de no apropiación del conocimiento local y recursos naturales
en el sentido del derecho internacional sobre la diversidad cultural y biológica de
México. Sin omitir los aspectos legales que esto involucra directamente. Sin embargo, el
ejercicio del poder proveniente de los países del Primer Mundo limitan una pretensión
ética como la que deseamos proponer. Principalmente porque estamos hablando de un
principio de justicia social en el marco del derecho internacional, es decir, el derecho a
la autodeterminación de los pueblos considerando su justo derecho a la diferencia y a las
alternativas de desarrollo que le convengan, salvaguardando sus recursos naturales y sus
relaciones con otros grupos. En este sentido, si la biodiversidad es un recurso
indispensable pera la humanidad por las vías de la sustentabilidad y la biotecnología,
212
debería ser indispensable también para la humanidad el derecho de justicia a las
poblaciones que carecen de los más básicos servicios.
Por el lado del aspecto de la propiedad histórico intelectual de las comunidades
estudiadas, en el avance de las políticas internacionales deben de considerarse
instrumentos legales, que garanticen una participación más directa de la sociedad
involucrada en la producción científica. Eso, con el fin de evitar los abusos de poder en
materia de los derechos de autor, y salvaguardar el conocimiento informal procesado por
los particulares a su beneficio privado.
Ahora bien, lo expuesto arriba nos invita a reflexionar en torno a las políticas
internacionales dirigidas al acceso de recursos naturales. Pero además, no sólo eso, sino
que del mismo modo, no debemos perder de vista el papel de las instituciones mexicanas
en materia de seguridad biológica. Si bien, la biodiversidad como materia prima es
importante ¿dónde queda la legislación referente a la propiedad o patrimonio histórico
intelectual de las comunidades indias y campesinas que integran el Estado-nación
mexicano? Esta interrogante, debe ser considerada dentro del marco legislativo y
normativo de las instituciones mexicanas competentes, principalmente porque se trata de
un patrimonio intangible que al ser bien aprovechado se materializa y comercia sin
escrúpulo alguno.
En conclusión, esta tesis ha manejado cuatro hipótesis las cuales se han
desarrollado a lo largo de la exposición. La primera hipótesis señala que los procesos
actuales de apropiación y cambio en los discursos indígenas frente a los contextos
políticos, económicos y sociales en México, se deben, primordialmente a una estrategia
213
de resistencia. Siendo ésta, síntesis de la larga y profunda historia de sojuzgamiento,
hambre, miseria, explotación y muerte provocada, que en el estado de Chiapas viven la
mayor parte de grupos indígenas. Por ese lado, podemos observar que la transición
histórica del indígena en el estado ha sido muy compleja. Podemos puntualizar, los
procesos de resistencia y cambio en las dinámicas sociales, sin embargo, nuestras
pretensiones eran construir un reflejo de las dificultades que tienen las comunidades
indígenas en un mundo globalizado.
La segunda hipótesis, muestra que los movimientos sociales indígenas que se han
manifestado contra las políticas globales que les afectan, formulan y adaptan discursos
que demandan el creciente papel de explotación irracional que las trasnacionales están o
intentan ejercer en nuestro país. Esos discursos, sin embargo, también están sustentados
en una política global de oposición que reflexiona entorno a los esfuerzos de los
hombres por ejercer influencia sobre los otros; es decir, en las dinámicas de poder. Por
lo mismo, no es de sorprender que las sociedades indígenas adapten y adopten los
distintos discursos que se les presentan para podes sobrevivir ante la envestida de los
procesos de modernización sociopolíticos y tecnológicos. Porque, aunque se observe una
leve y reciente interacción entre indígenas y sociedad mestiza en el estado de Chiapas,
no es fácil olvidar, para los pueblos vencidos, el resentimiento de maltrato y represión
con que los han mantenido durante siglos.
La tercera hipótesis, consideró que los discursos de propiedad intelectual que han
generado las políticas internacionales han contribuido a que la sociedad indígena se
movilice, y adopte los discursos que le permitan proteger el conocimiento local que han
214
desarrollado al interior de sus pueblos. En este sentido, podemos observar la creciente
preocupación de organismos sociales que colaboran con las comunidades indígenas al
desempeño de dicha postura política. Además, de que estas dinámicas están produciendo
lentos pero significantes cambios dentro de las instituciones de investigación al
considerar que las comunidades estudiadas deben estar incluidas en un marco legal y con
el compromiso ético del investigador, debido a que por derecho, la sociedad de estudio
debe participar en el trabajo de investigación para evitar una apropiación intelectual,
biológica o material particular de dicha fuente. Esto último, se puede observa como una
reciente preocupación para las instituciones federales de México, así como para
instituciones o centros de investigación nacionales como ECOSUR.
La cuarta y última hipótesis, las nuevas formas de organización y resistencia
discursiva que desarrollan algunos grupos indígenas, se enmarcan: por un lado, en la
creciente importancia por la acción comunicativa para un mayor entendimiento social. Y
por otro, la moderación ética para un desarrollo más responsable en los proyectos de
investigación social frente a la sociedad estudiada y que garanticen la libre
autodeterminación de los pueblos. A este respecto, consideramos los siguientes
apartados reflexivos:
a) La subversión antropológica para el nuevo siglo
Ahora, se dice que el nuevo orden económico y social exige un replanteamiento
estructural de los contenidos, métodos y técnicas de la educación, de la investigación, de
215
la producción y distribución del conocimiento, de las relaciones de la universalidad con
la sociedad y con el sistema productivo. Así mismo, el avance tecnocientífico, con el
consecuente cambio de discursos paradigmáticos, fuentes, herramientas y procesos,
obliga a que los currícula universitarios sean flexibles y dinámicos y que los métodos de
enseñanza-aprendizaje favorezcan la formación de universitarios versátiles, con
capacidad de adaptación a nuevas situaciones y con un compromiso axiológico hacia los
valores humanos universales.
Es allí donde el carácter multifacético de la antropología aparece como un
proyecto transformador, no sólo porque el antropólogo sea un prospector cultural al cual
se le facilita el acceso y registro del conocimiento colectiva y del uso de la biodiversidad
que determinadas culturas étnicas desarrollan. Sino que también, es el modelo
subversivo de las sociedades estudiadas contra dichas prácticas de obtención y
recopilación de información sin un carácter eminentemente benéfico para el desarrollo
de éstas.
Pero eso no es nuevo, debido a que:
El papel del intelectual no es el de situarse “un poco en avance o un poco al margen” para
decir la muda verdad de todos; es ante todo luchar contra las formas de poder allí donde éste
es a la vez el objeto y el instrumento: en el orden del “saber”, de la “verdad”, de la
“conciencia”, del “discurso” (Foucault, 1992:85).
Es consideración lo anterior que las sociedades piden una reconciliación entre lo
concreto y lo abstracto, inaugurando aspiraciones de autogobierno. Es decir entre la
búsqueda de un proyecto que les permita a las sociedades organizarse, de abajo arriba en
216
vez de arriba abajo, como hasta entonces, a pesar de que esa meta resulte saboteada sin
pausa (Escohotado, 2000:81). De ahí que, desde una postura crítica basada en el hecho
de poder caracterizar aquello que nos hace padecer, que necesita ser transformado y
debería unir a todos los que se empeñan por conseguirlo en un esfuerzo comunitario y de
solidaridad (Horkheimer, 1973:226).
A este respecto la ética discursiva de Jürgen Habermas justifica el contenido de
una moral del igual respeto y la responsabilidad solidaria para con todos (Habermas,
2002:174). Porque una cosa es el conjunto de normas que recibimos a partir de la
educación acerca de lo que debemos hacer u omitir, y muy diferente es la norma que una
persona se otorga a sí misma en función de su reflexión y análisis de los valores y las
opciones que se presentan a su consideración en un momento dado. Sin embargo, como
dijo Wittgenstein sólo hay una cosa que cabe hacer con la ética: mostrarla (Wittgenstein,
1997:20).
b) Antropología y ética
Ahora bien, en la academia antropológica desde hace décadas se ha planteado la
necesidad de discutir los problemas éticos en investigación. Porque los problemas éticos
que el antropólogo ha de encarar se derivan de sus relaciones con las personas que
estudia, con otros profesionales, con las instituciones y fundaciones que lo patrocinan,
con los gobiernos de las naciones en las cuales trabaja, y con su propio gobierno
217
(Jorgensen, 1974:214). En este sentido, se está hablando de una relación ética o una
lucha por el reconocimiento mediada por el diálogo.
Para lograr esto, no basta sólo la interpretación y el análisis del fenómeno o
problema de estudio, sino que también se requiere de una teoría crítica que nos permita
caracterizar aquello que nos hace padecer, que necesita ser transformado de manera
solidaria y comunitariamente. De forma que la estrategia que sigue la ética del discurso
para extraer los contenidos de una moral universalista de los presupuestos universales de
la argumentación nos ofrece perspectivas de éxito para este proyecto, precisamente
porque el discurso constituye una forma de comunicación más exigente,89 que va más
allá de formas de vida concretas y en la que las presuposiciones del actuar orientado por
el entendimiento mutuo se universalizan, se abstraen y liberan de barreras,
extendiéndose a una comunidad ideal de comunicación que incluye a todos los sujetos
capaces de hablar y de actuar (Habermas, 1997:21).
Si bien, esta postura teórica de Habermas esta condicionada por el mundo de lo
posible en contradicción con el mundo de lo real, nos permite construir un proyecto
socio-ético para la civilización poscapitalista contemporánea. No obstante, hablar de
universales en un contexto local es hacer referencia a los mínimos morales de una
sociedad plural y no a las máximas morales que un grupo determinado impone. Es decir,
hablamos de una ética de la dignidad, de la justicia, de la diferencia, o, en otras palabras,
hablamos de una ética humana en el contexto del ejercicio de la comunicación
intercultural. 89 Las cursivas son mías.
218
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