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    28 marzo 2016 |www.lamarea.com

    Democratizacin

    Tras ms de medio sig lo de primaveras secuestradaspor la dictadura militar que sumi al pas en la mise-ria, Birmania cuenta los das que an restan de invier-no. Nadie sabe todava cuntos sern. Los parlamen-tarios de la Liga Nacional para la Democracia (NLD)

    han tomado ya sus escaos tras su histrica victoria electoraldel pasado noviembre y su lder, la premio Nobel de la Paz, AungSan Suu Kyi, habla de democracia, paz y progreso. Mas sus pala-bras rehyen el genocidio de la minora musulmana rohingya,el conflicto armado con las guerrillas tnicas y la corrupcin oli-grquica de un rgimen militar que an controla el destino deun pueblo que hace dcadas que dej de esperar la primavera.

    Desde hace unos meses, en Yangon, la ciudad de los edif icios

    de acuarela, la lluvia es naranja. De un naranja suave, casi pli-do, que inunda las cal les de la ciudad en cada arrebato del mon-zn. Como los que sobrevinieron la noche electoral. O casi todaslas noches de aquella semana de noviembre en la que a cuenta-gotas los escaos iban cayendo del lado de la NLD. Hasta un 80%al final del recuento. Pero la lluvia naranja no moja. Las callesamanecen secas y la mayora bamar disfruta de las promesas decambio que llenan los peridicos y los informativos. Tras mediosiglo de dictadura militar, Birmania por fin habla de democracia.De desarrollo. De futuro. Aung San Suu Kyi, Mama Suu, comose la conoce popularmente en la ciudad, por fin parece haber do-mado a los uniformados.

    El pasado 1 de febrero, ataviados con las tnicas de la lluvianaranja, los 390 diputados de la NLD en el Parlamento tomaronposesin de sus asientos. Por primera vez desde que el pas re-

    gres a un gobierno pseudocivil en 2010, eran mayora. Como loson tambin en la Cmara Alta. Suu Kyi, con el pelo recogido enflores de jazmn y el emblema del partido, el pavo real, en los mo-tivos que decoraban su longyi el atuendo tradicional del pas,

    entr tambin al Parlamento, ubicado en la megalmana capitaldel pas, Nay Pyi Taw, para ver cmo su histrico aliado Win Myi-nt era nombrado presidente. Ti Kuhn Myat, del hasta ahora go-bernante Partido para el Desarrollo y la Solidaridad de la Unin(USDP), el partido de los uniformados, fue elegido vicepresiden-te en uno de esos gestos pragmticos que La Dama, otro de sussobrenombres, ha adoptado en los ltimos meses para que, a di-ferencia de lo que ocurri en 1990, los militares no vuelvan a se-cuestrar la primavera.

    Porque Birmania sigue siendo todava una democracia dis-ciplinada. La Constitucin de 2008 otorga a las Fuerzas Arma-das el 25% de los diputados. Tambin los ministerios de Interior,Defensa y Fronteras recaern por mandato constitucional en

    miembros del Tatmadaw, el temido Ejrcito birmano, que po-dra tomar el poder en caso de peligro grave para el pas. De estamanera, los militares mantendrn el control sobre el aparato deseguridad del Estado, incluyendo las fuerzas de seguridad y laPolica poltica. Adems, tras ms de medio siglo de dictadura

    castrense, el Ejrcito ha copado todos losestratos de poder: la administracin p-blica est formada por antiguos oficialesy los grandes empresarios, con interesesen las minas de jade y rubes, el tabacoy los sectores agrcola, texti l y bancario,mantienen una estrecha relacin con losaltos mandos militares.

    Suu Kyi es consciente de que necesitaal Tatmadaw para poder gobernar el pas,

    por lo que sus concesiones a los militareshan sido constantes en los ltimos meses:ya no habla de fraude electoral ni de la co-rrupcin militar ni de la violencia secta-

    El Ejrcito tiene copadotodos los estratos de poder:

    desde la administracinpblica a los sectores

    agrcola, textil y bancario

    Tras su histrica victoriaelectoral, la Nobel de laPaz Aung San Suu Kyi

    parece haber domado a losuniformados

    Birmaniaesperasu propiaprimaveraTras medio siglo de dictaduramilitar, el pas asitico por finhabla de democracia y paz.POR PABLO L. OROSA | YANGON BIRMANIA

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    Democratizacin

    1.Acto de campaade la NLD enlas pasadaselecciones.

    SHAWN LANDERSZ

    2.Partidarios deAung esperanlos resultados

    oficiales.

    ria. No hay rastro en sus discursos de loscrmenes cometidos durante los 50 aosde dictadura ni del genocidio de la minorarohingya. Con esta estrategia, ha logrado

    ganarse el apoyo de la rama ms modera-da del PUSD, la liderada por Shwe Mann,quien pese a ser degradado en una purgainterna ordenada por el todava presiden-te Thein Sein mantiene una gran ascen-dencia sobre los uniformados. E l nom-bramiento a finales de marzo del nuevopresidente, cargo al que Suu Kyi no pue-de optar por veto constitucional, definirlos colores de la primavera en Birmania. UTin Myo Win, su mdico privado y una de las pocas personas quela visit durante sus 15 aos de arresto domiciliario; los activis-tas Daw Su Su Lwin y U Htin Kyaw; y el exgeneral U Tin Oo, uno delos pocos militares que apoy el levantamiento democrtico de1988, se perfilan como candidatos. En los ltimos das se especu-

    la incluso con una reforma constitucional que permita a La Damaacceder al cargo. An es demasiado pronto para saber hasta qupunto Suu Kyi est dispuesta a ceder frente a los militares, peroes indudable que el sistema est formado para que ellos sigan te-niendo un papel importante. Las posibilidades del nuevo gobier-no de cambiar las cosas en Myanmar son enormes, pero no seralgo rpido. Es iluso pensar que Myanmar se puede librar del con-trol militar de un da para otro, afirma el politlogo Hugo Cuello,quien ha trabajado como consultor de riesgos polticos en el pas.

    En el distrito portuario de Yangon, la mayora bamar est es-peranzada con el cambio. Hoy es un buen da. Estamos conten-tos, aseguraba un joven recepcionista de hotel horas despusde que se conociese la victoria de Suu Kyi. Nadie aqu cree quelos militares vuelvan a secuestrar la democracia como hicie-ron en 1990. Si el antiguo Gobierno no transf iere el poder al

    NLD continuaremos protestando pacficamente por la libertadque todos queremos y merecemos, advirti a este periodista UGambira, el que fuera lder de la Revolucin Azafrn de 2007, se-manas antes de volver a ser detenido por las autoridades.

    Las guerras de la Nobel de la PazEn la avenida Munkhrain, la principal arteria de Myitky ina, alnorte de Birmania, las palabras de Suu Kyi suenan a un eco leja-no y ladino. Aqu la lluvia sigue siendo negra. De ese negro ajadoque colorea los ojos tristes, cansados de 60 aos de guerra civil.Aunque el Gobierno liderado por el exgeneral Thein Sein firm elpasado mes de octubre un acuerdo de alto el fuego con ocho gue-rrillas tnicas, ni el Kachin Independence Army (KIA) ni el ejr-cito Wa, los ms poderosos grupos armados de las minoras t-nicas, se avinieron al pacto, respaldados por la influencia china.

    Sobre la mesa el Gobierno est poniendo buenas palabras,pero al mismo tiempo nos continan atacando, explica HtangKai Naung, responsable de la Kachin Legal Aid Network, en su

    pequeo despacho de la capital del Estado Kachin. Seguimos enguerra. Nos siguen atacando, reitera la activista kachin Khon Ja.Los enfrentamientos entre la guerrilla y el Tatmadaw son cons-tantes y centenares de famil ias se ven obligadas a dejar sus tie-

    rras, una escena que se repite en los dominios de la etnia Shan,unos 800 kilmetros al sur de Myitky ina. All, segn los datosde la Shan Community Based Organisations, el Ejrcito birmanolleva meses bombardeando y hostigando a las poblaciones querodean Mong Nawng. El mismo da de las elecciones dos gran-jeros de la etnia shan fueron tiroteados por el Ejrcito. Ms de10.000 personas se han convertido ya en refugiadas. El Tatma-daw es un obstculo para la creacin de un Estado Federal () yno hay una salida para acabar con la guerra civil que no pase poraceptar un Estado federal y democrtico. Si realmente quierenla paz y la estabilidad en el pas, deben cambiar su actitud. Sinembargo, los polticos birmanos no estn dispuestos a hablarabiertamente acerca del tema federal, asevera Sai Hor Hseng,portavoz de la Shan Human Rights Foundation.

    En este sentido, los silencios de Suu Kyi sobre el conflicto t-

    nico y el genocidio de los rohingya han lacerado la imagen icni-ca que La Dama se haba labrado en Occidente. Esta minora viveconfinada en los campos de refugiados de la baha de Bengalaen condiciones que recuerdan a las del apartheid sudafricano,sin libertad de movimientos ni acceso a los servicios pblicos, ycon sus derechos como ciudadanos incluido el de votar o el deser elegidos como representantes polticos suspendidos. Hadecepcionado a mucha gente al evitar posicionarse claramenteen algunos temas de derechos humanos, no slo en el caso de losrohingya, reconoce Chris Lewa, responsable de la organizacinArakan Project.

    Sus palabras deben transformarse en accin, resume SaiHor Hseng. Es hora de que la lluvia coloree toda Birmania. De locontrario, la primavera seguir secuestrada.

    El da de las elecciones,dos granjeros de la etniashan fueron tiroteados porel Ejrcito. Ms de 10.000personas tan huido

    Las posibilidades del nuevogobierno de cambiar lascosas en Myanmar son muy

    grandes, pero desde luegono ser algo rpido

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