La Maquina de Dios

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La maquina de Dios Kevin Jos Leonel Castro Luego de la explosin de la que nadie sobrevivi y mucho despus de que todo lo creado sobre la faz de la tierra fuese reducido a un diminuto punto negro, alguien del planeta jutaio escribi unas lineas del que todava no puedo entender los orgenes de los datos tan ciertos que en ella figuran. Yo! Creador de todos los universos, de toda la materia y energa, de los cielos del aire, del plasmoide y el necrofet y todo lo que existe y que es bueno Como puede ser que halla creado seres tan inteligentes que saben cosas que yo no s!Como puede ser que 2.500 aos despus de la destruccin de la tierra; el ms hermoso de los planetas el jutaiano Greenwich halla plasmado en material kunic con los ms mnimos detalles lo ocurrido antes y despus de la creacin de la maquina de Dios, capaz de desarmar partculas atmicas. La narracin la termin de leer hace un momento me llev tan solo un segundo leerla debido a mi gran sabidura pero me llevar muchsimo tiempo entender como pudieron saber los hechos pasados aos despus de haber concluido. La Historia que le es la siguiente que contar brevemente: En la tierra ocurrieron diversoshechos: (la creacin del universo, Adn y Eva, Los dinosaurios el diluvio, la muerte y resurreccin de Jesucristo, la primera y segunda guerra mundial etc. etc) pero pondr nfasis en la maquina de Dios. En 1890 en Suiza se comenz a fabricar un mecanismo sencillo que analizaba partculas atmicas este fue avanzando y mejorando tanto que en el ao 2008 concluy. La maquina llamada Maquina de Dios analizaba la materia hasta en las mas mnimas partes que jams alguien podr ver ni tocar ni siquiera imaginarse con el objetivo de entender el pasado del universo y descubrir secretos sobre el mismo. Pero en el mismo ao en agosto comenz a desestabilizarse al punto de crear inmensos agujeros negros que atrajeron y comprimieron el universo al punto que todo fue destruido extinguiendo as el planeta (Muchsimo tiempo despus) texto aadido Luego de buscar incansablemente en mis archivos lo que haba escrito 2000 aos antes, es decir lo que est anteriormente con el objetivo de eliminarlo, decid que antes de destrozar lo que haba hecho mejor continuare lo que dej inconcluso para que alguno de ustedes pueda leerlo e intentar entender lo que nunca pudo haber pasado pero que tristemente pas. Finalmente ocurri lo que yo deca (tiempo atrs) pude entender porque los jutaianos saban perfectamente lo ocurrido con el planeta tierra aos despus de que ocurriese. Miren hasta donde pudieron llegar los seres que yo mismo cre. Hasta el punto de construir una maquina tan sabia y poderosa dotada de una perfecta estructura proporcionadora de energas extraas e ininteligibles que transporta la materia hacia el cielo mismo hacia en edn hacia lo que no existe fsicamente, hacia lo que no es materia ni energa, hacia a mi, hacia el creador del pasado, presente y futuro que en mi es un solo tiempo. Es as como pude entender lo ininteligible, los jutaianos me lo dijeron cuando llegaron a mi aposento. Ellos pudieron saber lo ocurrido con la tierra y con otros planetas debido a su alta tecnologa que me supera que los hizo viajar en el tiempo, en el espacio, en el alma, en el pensamiento y hacia el tiempo mismo en que estaban ocurriendo esos hechos. Desde ese momento absolutamente todo se convirti en omnipotencia perfeccin seguridad y ambicin.el misterio de Dios dej de ser misterio y Dios dej de ser Dios. El despertar

Diego Hidalgo Vergara Despertar, observar, sentir. Qu es eso que veo? Hace un momento me encontraba Dnde? Me habr desmayado? No lo s, pero ahora me encuentro solo en este pequeo cuarto con paredes claras con extraos diseos que mi dbil vista no me permite distinguir. Mis manos estn fras, me cuesta moverlas para ponerlas en mis mejillas. Luego de un ardo labor de subidas y bajadas, consigo tocar mi rostro desconocido. El silencio abunda a m alrededor, como si me encontrara en el abismo, acompaado slo por el lgubre silencio. Todo a m alrededor en esttico. Todo. Disfruto por algunos momentos como mi cabeza oscila de lado a lado, mientras yo con mis dbiles manos trato de mantenerlas en una sola posicin, es difcil. Me rindo. Estoy cansado; creo que prefiero recostarme de vuelta a mi clida almohada que por cierto, se me hace muy familiar; como si hubiera pasado mis siete vidas de gato apoyado en ella. Aunque si estoy vivo, es porque no me muerto. Segn recuerdo los humanos vivimos solo una vez. Luego todo se acaba. No hay ms, por lo tanto comprobando mi hiptesis antes planteada no he muerto, al parecer. A mi derecha hay un mueble metlico, que sobre este, en su espalda lleva unos cuantos frascos, un termmetro, pastillas, entre otros objetos extraos que desconozco. En la pared sobre la mesa hay un cardumen de botones de distintos colores, que le dan un pequeo toque de alegra a este frio cuarto 4x4 con aspecto de mausoleo. Tambin hay un telfono, me gusta verlo, es perfecto. Tiene sus curvas, un cable blanco que da vueltas y vueltas. Es chistoso. Y tiene sobre sus botones, estos extraos smbolos que no recuerdo como se llaman, ah s, Nmeros. Uno, dos Qu viene ahora? Lo he olvidado. Quizs lo recuerde luego, creo que tengo una serie de vacos mentales. No recuerdo porqu, pero me cansara mucho pensando en el hecho que me produjo eso y me trajo hasta aqu. Tres! Ya lo recuerdo. Era el tres, el nmero que vena despus del dos. A mi izquierda hay una cortina azul, que deja pasar un poco de luz y que me revela su color oscuro. Al costado se logra ver la punta de una tmida ventana, por la cual unos dbiles rayos pasan triunfantes, acabando tristemente su rumbo desde el sol, a los pies de mi cama. Luego me acord de varias cosas que antes no tena en mi mente y me volvieron a la memoria: la gente, mi familia. Dnde estaban? Qu ha pasado con ellos? Cada vez que senta que recobraba ms la energa y con ello, las ganas de volar para irme a la vida. Luego de estar mucho rato recostado, me sent en la cama, y por algunos segundos me entretuve mirando mis pies descalzos y peludos. Disfrut examinando mis dedos, y como los mova. Cuando los tocaba con mi otro pie, me daban cosquillas es algo que sent muy extrao, pero placentero; como si fuera una sensacin que tena olvidada. Algo que hace tiempo que no exista. Apret mis puos y me decid a poner los pies sobre el piso, que estaba aproximadamente 30 cm bajo mis pies. En un momento me sent listo, y salt. Cul fue mi sorpresa cuando sent como mis pies tocaban el piso y fuertemente yo caa sobre mis rodillas como peso muerto. Me desplom y vi en cmara lenta como mis brazos dbilmente se extendan para evitar que mi cabeza se estrellara contra la baldosa gris. Mis brazos tambin estaban dbiles y ahora era todo mi pecho, mi cabeza y mi cuello cayendo con todo su peso sobre mis abatidos codos. Me estrell contra el suelo, como si yo fuera un grano de arena, que cae al suelo desde una roca alta. Me sent abatido y fue ms cmodo descansar yaciendo en el piso que intentar hacer un intil esfuerzo por subir a la cama. Sent como en dolor trepaba por mis rodillas hasta llegar a mi boca. Grit. Fue un desahogo pero igualmente el dolor morda todo mi cuerpo. Ahora me doy cuenta el disfraz que estoy usando. Un ridculo traje de fina tela celeste, que revela la extraa forma de mis piernas y mis delgados brazos. El piso esta fro, lo senta con mi mejilla izquierda. Observaba las cosas y aparatos

extraos que haban del lado derecho de mi cama, objetos que antes no pude ver porque se encontraban en el piso. Mientras alucinaba cosas, y se me empezaban a cerrar los ojos, escuch un ruido. Me estaba quedando dormido, cuando una sombra se acerc a m. Los robots del seor Skimt Marisol El seor Skimt era un cientfico, considerado totalmente loco. La mayor parte del da se encerraba en su laboratorio, haciendo grandes experimentos, que usualmente, eran totalmente copiados de otros cientficos. Pero Skimt, como estaba loco, deca que l mismo los cre, pero que los otros cientficos le copiaron. Un da, Skimt se encerr en su laboratorio, y no sali de ah por el resto del da. Ni siquiera sali para ir al bao, o para comer o tomar su caf. Sus amigos, los otros cientficos, temieron que se tragara un veneno y hubiese muerto de ataque cardiaco. Realmente, pasaron como treinta y cuatro horas de que estaba encerrado ah. Intentaron abrir la puerta, pero no podan. No haba ninguna ventana donde asomarse, por lo que pensaron que, de seguro, se habr asfixiado. Justo cuando estaban por llamar a la polica y los bomberos, la puerta del laboratorio se abri. Apareci el seor Skimt, cansado, pero feliz. Detrs de l iban tres robots. No tenan la clsica forma de un robot. Ms bien, parecan tres nios, porque tenan hasta la piel de un humano. Skimt explic a sus colegas que esos robots eran androides. Parecan humanos, porque hasta tenan inteligencia propia. Pero fueron diseados exclusivamente para recibir rdenes. - De dnde sacaste los instrumentos para crearlos?- dijo uno de sus colegas. - Es un secreto. No quiero que nadie ms copie mis ideas, al menos, no por esta vez- dijo Skimt, mientras sala de ah, muy orgulloso por sus robots. Los cientficos se enojaron. Saban que no merecan ser tratados as. En primer lugar, estaban bastante preocupados por lo que podra pasarle a Skimt. En segundo lugar, ya haba gente que cre robots casi humanos, como los androides. En tercer lugar, los androides no son de fiar. Saban que, al adoptar una inteligencia propia, podan razonar y armar una rebelin en contra de los humanos. Deban hacer algo para asegurarse de que eso mismo no pasara con los robores del seor Skimt. Skimt no pareca preocuparle nada de eso. Ms bien, se senta orgulloso por ocurrirle una idea tan original, como hacer androides para que le hagan sus quehaceres domsticos. Ellos eran los que le barran los pisos del laboratorio, limpiaban sus ropas, sus utensilios, sacudan el polvo... en fin, le facilitaban al cientfico todo eso que l ya no poda hacer, a causa de la avanzada edad que tena. Los robots, en ningn momento, dijeron ninguna palabra. Skimt se dio cuenta de que se olvid de ese detalle. As que, un da, volvi a encerrarse en el laboratorio. Tuvo que desactivar a los robores, para poder abrirles las gargantas, y as, implantarles un dispositivo que les permitiera hablar. Cuando termin, los robots aprendieron a hablar. Imitaban todas las palabras que los dems decan, para luego, formar ellos mismos sus propias oraciones. Skimt les puso nombre a cada uno, para que se los aprendieran. As que uno se llam Juan, el otro Jos y el otro Julio. Eran nombres fciles, por lo que los robots se los aprendieron rpido, y sin complicaciones. Pas el tiempo, y nadie ms oy hablar del seor Skimt. Los cientficos se volvieron a preocupar. Ya se sabe que era un hombre insoportable y que estaba loco de remate, pero era un gran amigo, y solo l les incentivaba a que nunca se cansaran de descubrir algo nuevo, para hacer avanzar la ciencia. Uno de los cientficos, el ms joven del grupo, encontr el laboratorio de Skimt abierto. Se atrevi a entrar, y vio la escena ms horrible de toda su vida: el seor Skimt estaba tendido en

el suelo, con el estmago y las tripas fuera de sus vientres. Al lado de l, estaban los tres robots, con un cuchillo cada uno. El joven cientfico, que se llamaba Arthur, corri con la velocidad del viento. Tuvo suerte de que esos robots no lo viesen, porque o si no, el que tendra las tripas afuera sera l. Le cont lo que pas a sus colegas, y ellos, al principio, no le creyeron. Pero entonces, se fueron al laboratorio de Skimt, para ver lo que suceda. Tambin lo encontraron, pero esta vez, ya no tena ni las tripas ni el estmago. Solo un gran agujero en el vientre. Los tres robots tampoco se encontraban. Pero vieron unas huellas de sangre, que se dirigan a la puerta. Las huellas eran pequeas, como las de un nio. Entonces, supusieron que realmente fueron los robots los que hicieron eso. Siguieron las huellas, pero apenas salieron de la puerta, vieron un balde de sangre y agua. De seguro, los robots se limpiaron los pies, antes de salir completamente del lugar. Das despus, Arthur lea el diario, y luego, solt un grito de horror. Los otros cientficos le preguntaron qu le pasaba, y l les ley la noticia que temieron durante todo el tiempo: La ciudad teme nuevos incidentes Dos nios, cuatro hombres y tres mujeres fueron asesinados en la plaza pblica. Se teme que esto sea obra de un grupo de asesinos, que por un extrao motivo, mat a estas personas. Nadie sabe cmo ocurri. Unos jvenes que jugaban hasta tarde en la plaza encontraron los tres cuerpos en un arenero, boca arriba y con las tripas fuera de sus vientres. Los nios tenan las cabezas destapadas, por lo que se poda ver que sus cerebros fueron arrancados del mismo, al igual que sus ojos y algunos nervios de la cabeza. Uno de los jvenes dijo: me parecieron ver tres criaturas al lado de los cuerpos, pero no puedo estar seguro. Creo que uno de ellos llevaba una bolsa llena de sangre, pero la verdad, como era de noche y no haba ningn faro en el lugar, no pude ver nada as mismo, afirm que nunca antes vio algo como eso. La ciudadana est aterrorizada. Temen que ocurran nuevos incidentes como esos. La polica pide calma a los ciudadanos, y tambin dicen que encontrarn a los culpables del incidente. Los familiares de las vctimas afirman que ellos salieron a la maana, ya sea para ir al colegio o para ir al trabajo, pero dicen que estaban bastante preocupados porque no regresaban a sus casas. Pidieron a la polica para que los buscara, y cuando encontraron estos cuerpos, las vctimas los reconocieron. Solo a los nios tuvieron que hacerle un anlisis de ADN, por estar irreconocibles. As mismo, los familiares piden a las autoridades ms seguridad en el pueblo, y tambin que castiguen a los culpables. - Esto es ms grave de lo que creamos- dijo uno de los cientficos. - Debemos hablar con la polica- dijo Arthur- esto ya ha ido demasiado lejos. Se fueron a la polica, que en ese momento, ya saba sobre la muerte de Skimt. Le dijeron que sospechaban que los asesinos fueran esos nios, que en realidad eran tres robots llamados Juan, Jos y Julio. La polica les prometi que los arrestara y que tambin los destruira, porque solo eran robots. Pasaron las semanas, y cada vez aumentaban los asesinatos. No solo aparecan con las tripas afuera, sino tambin si cerebros, o sin corazn. En algunos casos, hasta les sacaban los aparatos reproductores y les arrancaban la columna vertebral. Arthur, harto de ver tantos asesinatos, pidi a los cientficos que, con sus grandes inteligencias, hicieran algo para poder detenerlos. - Qu sugieres que hagamos?- le dijo uno de los cientficos- solo Skimt saba cmo fueron creados, y cmo destruirlos. - Skimt est muerto- dijo Arthur, cansado de or lo mismo cada vez que propona esa idea- y si no destruimos a esos monstruos, podra cumplirse lo que ocurre en la pelcula Matriz o en

cualquier pelcula que habla de robots. Qu pasara si los futuros dueos del planeta fueran robots? Y nosotros seremos.... sus bateras- al decir todo eso, trag saliva. - Vamos, no creo que lleguen a tanto- le dijeron los cientficos- antes de que ocurra eso, esos robots sern destruidos. Pero antes, tenemos que volver al antiguo laboratorio de Skimt. Ah fue donde comenz todo. Se fueron a ese laboratorio. Lo encontraron tal y como la ltima vez que entraron ah. Empezaron a abrir cajones, cajas, bales.... hasta revisaron todas las notas de Skimt y su diario personal. Pero ninguno de ellos encontr alguna respuesta. Arthur, que en ese momento miraba los cidos del escritorio, vio por debajo del mismo unas baldosas que sobresalan del suelo. Mir a los cientficos, que estaban totalmente ocupados buscando respuestas, y se meti debajo del escritorio. Se dio cuenta de que era una puerta. La abri y vio una escalera de hierro. Baj por ella con una linterna para iluminar el camino. Luego de bajar todas las escaleras, camin por un largo pasillo bastante estrecho. Calcul que solo poda entrar una persona como l ah. Durante el trayecto, se preguntaba qu haca ese pasillo debajo del laboratorio de Skimt. Al final del pasillo, encontr una puerta de madera. Vio que el candado estaba roto, por lo que pens que alguien lo rompi para poder entrar. Tambin pens que debera haber necesitado varias herramientas, porque el candado era bastante grande. As que lo sac de donde estaba y empuj la puerta. Lo nico que vio fue una pequea pieza, iluminada por una lmpara de poca intensidad. Haba un escritorio y un mueble en donde haba muchos libros. En el escritorio haba un montn de papeles desordenados. Arthur se acerc y vio esos papeles. Eran de varios inventos que l hizo. Ah estaba la explicacin de cmo lo hizo, qu materiales utiliz y en qu libros ley. Pero haba un papel en donde hablaba de cmo hizo los tres androides. As se enter de que los androides estaban hechos de circuitos, metal, batera recargable, con algunos rganos como huesos, msculos, ojos, parte del cerebro, piel humana y aparato reproductor masculino, de manera que parecieran ms bien humanos que mquinas. Tambin vio que los androides, al aprender todo sobre los humanos, podran tomar sus propias decisiones. Tambin ley que tenan un dispositivo en la nuca, que al ser golpeado duramente, podra eliminar a los robots. Para desactivarlos, haba que apretarles el abdomen suavemente. Mientras Arthur lea todas las indicaciones, sinti un golpe en la cabeza, que lo dej inconsciente. Al despertar, se encontr atado en una silla, desde los pies hasta los hombros. Solo la cabeza poda mover. Vio a los tres androides, que llevaban varias bolsas llenas de rganos humanos. Al ver que Arthur despert, dejaron las bolsas en el suelo. - El organismo despert- dijo Jos. - No entiendo- dijo Arthur- Por qu mataron a las personas? Por qu mataron a Skimt? l los cre, y gracias a l viven. - Es que omos decir a Skimt hablar de un tal Dios. l dijo que los humanos, al descubrir la ciencia, eliminaron poco a poco a Dios, que supuestamente cre a todos los seres vivos del planeta- explic Juan- tambin le omos hablar que ahora, son los humanos los que crean y no ese tal Dios. - Entonces pensamos que si matamos a nuestro creador, y recogiramos algunos restos de varios organismos, crearamos nuestros propios seres vivientes- dijo Julio. - Por eso mataron a varias personas? Por una idea errada que oyeron de su creador?- dijo Arthur, sin dar crdito a lo que decan los robots. - l nos dijo que si se hace avanzar la ciencia, se podra revivir a personas que ya murierondijo Jos- por eso, con todos los rganos que tenemos, crearemos nuevos seres, que sern

los mismos que matamos estos das. - Skimt estaba loco- dijo Arthur- y tambin lo estn ustedes. Ya vern cuando vengan los otros cientficos... - Los hemos matado- dijo Juan- antes de llegar hasta aqu. La razn por la cual no te matamos fue que ya no necesitamos rganos. Lo nico que necesitamos es... una lengua. - Una qu?- dijo Arthur, pero los robots no le respondieron. Ya se acercaron a l. Juan y Julio le sujetaron la cabeza y trataron de abrirle la boca. Jos sac de uno de los cajones del escritorio un cuchillo, y empez a afilarlo. - cuando tengamos tu lengua, ya tendremos todos los rganos que necesitbamos. No te preocupes, que no perders la vida- explic Jos, mientras que afilaba el cuchillo con mucha intensidad- al cortrtela, cerraremos la hemorragia de manera que no pierdas sangre. As vers cmo crearemos algo que no te podrs imaginar. Arthur se negaba a abrir la boca. Los robots, entonces, utilizaron sus fuerzas para abrirlo a la fuerza. Cuando lo lograron, ataron su cabeza con nuevas sogas, de manera que no cierre la boca. Cuando pas eso, aparecieron unos policas, que empezaron a disparar a los robots. Pero como estaban hechos de metal, las balas rebotaron. - Aparecieron nuevos organismos- dijo Jos- no los necesitamos, as que matmoslos y tiremos sus cuerpos lejos de aqu. Pero en ese momento, uno de los policas dispar y la bala le lleg en la nuca de Julio. Un chorro de sangre salpic a todos, y cay al suelo sin vida. Juan y Jos, entonces, comprendieron lo que era el dolor. No saban cmo era eso, pero sintieron que queran vengarse a toda costa de la muerte de uno de ellos. Entonces, comprendieron que al matar a las personas, despertaron ese sentimiento de sus parientes y amigos, ese sentimiento de querer encontrar al culpable para castigarlo. Al final, obtuvieron algo que los humanos tienen y que ni Skimt se los dio: los sentimientos. Mataron a todos los policas, sacndoles el corazn y los riones. El ltimo que qued empez a correr, diciendo que renunciara a su cargo y que conseguira un empleo menos riesgoso. Luego de eso, los dos robots se acercaron a Arthur, y le sacaron las sogas. - Lo sentimos mucho- dijo Juan- acabamos de activar las emociones. Sentimos tanto matar a Skimt, nuestro creador. De seguro, ustedes dos eran amigos. - No se puede revivir personas?- pregunt Jos. - No, no se puede- dijo Arthur, totalmente sorprendido por la nueva actitud de los robots- la ciencia an no la ha descubierto. Lo nico que podemos hacer es revivir a una persona que est medio muerta, pero nada ms. Yo creo que algn da, lograremos crear seres humanos con vida. - Skimt nos dijo que ustedes pueden llegar a ser Dios, si es que siguen avanzando con la ciencia- dijo Jos. - No estoy seguro- dijo Arthur- yo creo que nunca llegaremos a ser como Dios, porque todos los que lo intentaron, terminaron muy mal. Yo les voy a ensear a no matar porque s, y tambin a hacer sus experimentos sin necesidad de matar. Creo que tendr que ensearles lo que los humanos suelen hacer, ahora que descubrieron lo que es la emocin y el sentimiento. Los robots sonrieron. Por alguna razn, saban que a partir de ese momento, tendran una nueva vida. La Pesadilla CoToTo No era una maana mas, algo me deca que iba a pasar algo pero no sabia que. Me levanto como todos los das a la misma hora y con el singular ruido de mi despertador. Me siento en mi cama grande, confortable, situada en una amplia habitacin calida e iluminada. Un ventanal que muestra el exterior en forma de cuadro. Observo con detenimiento esa mancha negra que

contrasta la almohada blanca, curvas que se asoman en sabanas suaves, congeladas en el tiempo, como estatua viviente sin moneda, tierna, frgil, a la espera de nada ni nadie. Ella siempre en la misma pose, inmersa en un sueo profundo y sin perturbacin alguna. Todas las maanas se despierta una hora mas tarde que yo. Cuando me despierto la observo unos minutos para llevarme una foto de ella y luego me alejo de la habitacin, recorro el pasillo y bajo las escaleras con la tranquilidad de que todo esta en orden. Voy en busca del desayuno, ese ritual previo al resto del da. Hoy algo sucedera, tenia ese presentimiento desde el momento en que mi cuerpo y mi cama dejaron de se ser un solo objeto. En la planta baja diviso su cartera arriba de la mesada. Estaba abierta como invitndome a ella. No soy de hacer esto pero hoy todo es distinto. Me acerco y con culpa la reviso. Cartas de alguien, un tal Ignacio. No era amigo de la familia ni conocido nuestro. Leo con detenimiento mientras me preparaba para lo peor. Palabras y frases como puales. No poda creer que estaba en presencia de mi engao, del fin de una relacin y del principio de otra. Se hacia cada ves mas difcil sostener ese papel entre mis manos, era filoso y quemaba. Qu debo hacer?, era el nico interrogante que se me manifestaba, cuya respuesta no estaba o no quera que este. Me conozco, ese era mi terror ms grande, mi reaccin poda no ser la adecuada pero ya no me importaba nada. Era tanto el dolor que el corazn no piensa, y eso me asustaba. Me acerco al bar en busca de un trago que me tranquilice pero nada era suficiente. En ese mismo instante oigo un grito. Era ella, peda ayuda. Me nombraba entre llantos y suspiros. Corr con fuerza hasta esa escalera sin fin, hasta ese pasillo interminable, hasta esa puerta que en ese momento separaba lo que nadie nunca soportara ver. Su cuerpo blanco, sin vida, sus ojos perdidos en un mundo de arrepentimientos, su boca gesticulando perdn, las manos cerradas e impotentes; todo era un idioma propio que supe descifrar. Segua ah, como la ltima ves que me fui, quieta y callada. Quin fue? Que hizo ella para merecerse esto?, esta ves eran otras las preguntas, cuyas respuesta yo sabia. Me siento en mi cama, la miro y no poda entenderlo. Me recuesto sin saber que hacer y me duermo profundamente buscando la cura de todo el dolor. Al despertarme todo haba cambiado: mi habitacin ya no era amplia ni calida e iluminada, la cama haba dejado de ser grande y confortable; todo pareca un sueo. Y cuando de repente miro que mi ventanal ya no es un cuadro y que fue remplazado por barras verticales de piso a techo, como jaula sin salida. Me di cuenta que no era un sueo si no ms bien el principio de mi pesadilla. Cuestin de lgica lex Soler Jover El doctor Bruce Svenson se diriga a lo que se podra haber considerado una entrevista rutinaria con un paciente de Psiquiatra, de no ser porque el hacer entrevistas de ese tipo no entraba en ninguna de sus funciones como Director Adjunto de Psiquiatra del Hospital General de Boston. Lo cierto era que el caso le haba llamado la atencin al consultar la ficha en su despacho, y por ello decidi hacerse cargo de l personalmente. Se trataba de John Marcus, un hombre blanco, de 48 aos, doctor en Fsicas por la Universidad de Berkeley, donde haba estado dando clases hasta haca cosa de seis meses, cuando fue expulsado despus de un periodo de faltas continuadas de asistencia y desatencin para con los alumnos. Lo realmente interesante del Dr. Marcus era que afirmaba haber visto extraterrestres. Pobre hombre, pens mientras abra la puerta de la habitacin 357, que en realidad era un pequeo despacho adecuado para aquel tipo de entrevistas. - Buenos das, doctor Marcus - dijo mientras tomaba asiento al otro lado de la pequea mesa sobre la que reposaban las manos de Marcus-. Soy el doctor Svenson. La imagen que daba el paciente no era la que Bruce se esperaba. En lugar de un hombre desaliado y paranoico que no dejaba de moverse y mirar por encima del hombro esperando

ver un aliengena que lo observaba, se encontr con un hombre distinguido y que irradiaba seguridad en s mismo. La misma impresin le dio el sonido de su voz: - Buenos das, doctor. Tras una pequea pausa para darse respetuosamente la mano, Bruce comenz la entrevista. - Bien, doctor, aqu veo que fue usted detenido por la polica cuando presa del pnico intent estrangular al sargento McElroy en plena comisara. Dgame, es eso cierto? - S, lo es - su voz segua siendo tranquila y segura. - Le gustara explicrmelo? - Ver, doctor - comenz a decir John Marcus, despus de lanzar un suspiro de resignacin, como si fuera la ensima vez que lo narrara, que de hecho lo era -. Yo entr en la comisara para denunciar la existencia de extraterrestres, cuando me di cuenta de que el sargento que me atenda era uno de ellos, pero... qu le parece si empiezo por el principio?. - Como usted quiera, tenemos tiempo. - Muy bien - dijo Marcus, y tras hacer una pausa para tomar aire inici su relato -. Todo comenz en mis clases de Astronoma. Yo sola bromear con mis alumnos sobre la posibilidad de que los aliens, como suelo llamarlos, estuvieran entre nosotros y no lo supiramos. Como es lgico, por los pasillos de la facultad me cruzo a menudo con mis pupilos, y yo sola preguntarles Buenos das, Smith o Buenas tardes, Johnson; no ser usted un alien, no?; y ellos me contestaban No, seor. Y eso era todo. Eso era todo hasta un da, en que me encontr a solas en un ascensor con Albin Simphony, uno de mis estudiantes de quinto curso. - Y usted le hizo la pregunta, no es as? - interrumpi Bruce. - Por supuesto. Le dije Buenos das, Albin. No ser usted un alien, no? y l me contest No, seor Marcus. Pero estbamos en un ascensor y el pobre no poda escapar de m, as que decid continuar la broma, y le dije No me estar engaando?. Y entonces fue cuando me mir fijamente y dijo Sera imposible distinguir al loco del aliengena. - No lo entiendo - Ni yo tampoco lo entend en ese momento, pero cuando estaba a punto de preguntarle qu diablos quera decir, las puertas del ascensor se abrieron e Albin se fue rpidamente. - Y ms tarde lo comprendi? - pregunt Bruce realmente intrigado. - S, doctor, al cabo de unas semanas lo vi claro. Albin Simphony es un extraterrestre. - Le importara explicrmelo? El rostro de Marcus se ensombreci por un momento. - Dgame, doctor Svenson, es usted un alien? - No, no lo soy - ri Bruce. - No me estar engaando, no? - Por supuesto que no. - Ya, pero cmo puedo estar seguro de ello? - Es que tengo pinta de extraterrestre? - dijo Bruce con una carcajada. - Si tuviera pinta de extraterrestre - dijo Marcus permitindose una leve sonrisa - la pregunta sera innecesaria, no cree? - S, claro. Lo que usted quiere decir es que esos aliengenas tienen aspecto humano, no es eso? - S. - Pues bien, doctor Marcus, si me lo permite le voy a demostrar que eso es cientficamente imposible. S que es usted fsico, pero supongo que est al corriente de las leyes de la evolucin. - As es. - Y realmente cree que dos especies pueden tener una convergencia evolutiva total, estando nada ms y nada menos que en planetas diferentes? - Evidentemente no es posible, pero yo no he afirmado lo contrario. Simplemente he dicho que se presentan ante nosotros con nuestra misma apariencia. - Ya entiendo. Lo que hacen es disfrazarse de hombres, no? - dijo Bruce con sorna. - S, eso es exactamente lo que hacen.

- Y supongo que me va a explicar usted cmo lo hacen. - Bien, se me ocurren varias posibilidades. Qu le parece si se las presento una a una y usted intenta rebatrmelas desde su perspectiva de... - las manos de Marcus acompaaron las ltimas palabras dibujando dos comillas en el aire no creyente? - Me parece bien. De hecho a Bruce le encantaba la idea. Siempre le haban gustado las discusiones inteligentes sobre cualquier tema. Le gustaba analizar el objeto de disputa punto por punto y demostrarle a su contrincante que su postura era errnea desde la base, para acabar la discusin con una sola frase que no dejara lugar a dudas sobre quin tena razn. Y an le gustaba ms en esta ocasin, pues el rival era a todas luces una persona inteligente (y por tanto la discusin tambin lo sera) que defenda una cosa tan absurda como la existencia de estudiantes y policas que no eran otra cosa que seres procedentes de lejanas galaxias. S, aquella iba a ser una gran discusin. - De acuerdo, pues ah va la primera. Ah, perdn! - rectific Marcus -. En primer lugar me gustara que me aceptara una premisa. - Cul es? - pregunt Bruce. - La llegada de los aliens a la Tierra. Digamos que hay muchas formas en que esto pudo ocurrir sin que el hombre se diese cuenta, ya sea porque llegaron mucho antes de que los radares y los satlites fueran inventados o porque conocieran la manera de burlarlos. - De acuerdo, doctor Marcus, le acepto que ya estn en el planeta. Demustreme que se pueden disfrazar de hombre. - Primera posibilidad: su aspecto es totalmente diferente al nuestro pero han creado copias humanas. Por tanto, lo que vemos no son sino verdaderos hombres controlados por los extraterrestres. - Copias humanas? Cmo las han hecho? - A partir de un modelo humano, evidentemente. A partir de una simple muestra de DNA podran... - Oh, vamos! Usted ha visto muchas pelculas de Spielberg. Es imposible reproducir un ser vivo a partir de su DNA. - Es imposible de momento, doctor. Pero, no cree usted que en el futuro ser posible? - En un futuro muy muy lejano - empez a decir Bruce acompaando la voz con movimientos hacia adelante y hacia atrs del brazo y de la mano - quiz sea posible, pero de momento no. - Y si los aliens nos llevan millones de aos de ventaja? - el rostro de Marcus reflejaba una pequea sonrisa de triunfo -. No cree que en ese caso sera posible que hubieran alcanzado esa tecnologa? - Bien, en mi opinin eso es mucho suponer - dijo Bruce, vacilante. - Pero no est seguro, eh? - dijo Marcus, burln -. Qu le parece si le doy una alternativa ms creble? - Usted dir. - Suponga que los aliens toman un vulo humano y lo fecundan in vitro con esperma tambin humano, qu opinara? - Evidentemente eso s es ms creble, pero dnde los consiguen? Y no me diga que se los roban a seres humanos, porque ello supondra que deberan dejarse ver. - Ha odo hablar de las abducciones? - S - dijo Bruce -. Gente que dice haber sido secuestrada por seres de otros mundos, los cules les han hecho todo tipo de pruebas mdicas, para despus devolverlos intactos a sus hogares. No me diga que se lo cree! - Simplemente le expongo una teora que explicara lo de los vulos. No lo cree as? - Bien, s, supongo que sera una posibilidad remota, pero factible. La mente de Bruce estaba trabajando al 200% para salir de la encerrona en que l mismo se haba metido. No poda permitir que el doctor Marcus le ganara ni una pequea batalla intelectual, aunque estuviera seguro de que al final sera l quin ganara la guerra. Pero cuando ya estaba a punto de claudicar se le ocurri la solucin. Los msculos de su cara se

relajaron instantneamente para volverse a contraer y producir una sonrisa de satisfaccin, a la vez que abra la boca para comenzar el ataque definitivo: - Muy bien, doctor Marcus. Le voy a aceptar que los extraterrestres podran crear copias humanas perfectas. Pero hay una cosa en la que no ha cado usted. - Me gustara mucho que me abriera los ojos, doctor. Marcus pareca cada vez ms divertido. - Albin Simphony. Ese es el nombre del estudiante aliengena, no? - S. Qu pasa con l? - Pues que estoy seguro de que si investigamos en su vida descubriremos que tiene una madre y un padre, lo que le excluye de ser un producto de laboratorio aliengena. Y no me diga que su padre y su madre lo son tambin porque le demostrar que tiene abuelos, bisabuelos, y soy capaz de remontarme hasta Adn y Eva, si es necesario. - Y qu? Como le he comentado al principio, puede que haga mucho tiempo que estn de visita en nuestro planeta. As, podran haber creado familias humanas hace cientos de aos. Estas familias viviran entre nosotros, pero seguiran las instrucciones que les hubieran dado los aliens. Bruce ya se esperaba que Marcus le llevara por ese sendero, y se lanz a rematar la jugada. - S, pero eso nos conduce de nuevo a Simphony. Tal vez su origen ancestral sea el que usted dice, pero l naci y se cri como cualquiera de nosotros. Su entorno era humano. Lo ms probable es que su familia ni siquiera supiera la verdad, o como mucho que lo atribuyera a una antigua supersticin familiar. Por lo tanto, dejara automticamente de estar controlado por los aliens, y se podra considerar humano, con lo que sera imposible que usted le hubiera descubierto. Ah estaba. Acababa de ganar la batalla y se dedic a contemplar el rostro de Marcus para ver cmo se borraba su risa burlona. Pero no fue eso lo que sucedi, sino que la sonrisa se acentu an ms, y dijo: - Muy bien, doctor Svenson. Un argumento algo tosco pero bastante concluyente. Si quiere que le diga la verdad hace tiempo que llegu a l. Lo cierto es que Albin Simphony tiene unos padres encantadores. Los conoc hace algn tiempo, pero eso no viene al caso. - Quiere decir que est de acuerdo conmigo? - pregunt Bruce, confundido. - Por supuesto. Si recuerda, estaba usted rebatindome la primera forma que tendran los aliens de, como usted lo ha llamado bastante grficamente, disfrazarse de hombres. Le parece que vayamos con la segunda? Bruce estaba realmente aturdido por la forma en que Marcus le haba arrebatado su brillante victoria, pero eso le envalenton a continuar la discusin haciendo trabajar al mximo a todos sus sentidos. - Adelante - dijo enrgicamente. - Imagnese que los aliens tuvieran la capacidad de modificar su aspecto a voluntad. Que pudieran adoptar la forma que quisieran. - Eso es an ms fantstico que lo anterior! No puede intentar convencerme de ello, doctor se mof Bruce. - Yo creo que s. Dgame, no es cierto que el cuerpo humano se desarrolla a partir de una nica clula inicial, el cigoto? - S. - Y no es cierto que ese proceso se realiza mediante mltiples divisiones de ese cigoto, originando las clulas que posteriormente se dividirn para dar lugar a los diferentes rganos y tejidos, en el proceso que se llama diferenciacin celular? - Bien, muy a grandes rasgos, s, es correcto. - O sea, que de una nica clula provienen clulas tan diferentes como las del hgado y las neuronas del cerebro, no? - As es - dijo Bruce. - Y no es verdad que todas las clulas del cuerpo tienen la misma informacin gentica, es decir, el DNA de todas ellas es idntico?

- S. Pero no veo a dnde quiere usted llegar. - Lo que quiero decir es que una neurona y una clula heptica contienen la misma informacin gentica pero tienen una estructura externa totalmente diferente. Esto es debido a que una clula tiene la capacidad de adoptar muchas formas diferentes. Es as? - S, as es. Pero una vez una clula adopta una determinada forma, como por ejemplo la neurona, ya no puede cambiar, y ser neurona hasta que muera. - No puede, o no sabemos cmo hacerlo? Tal vez una especie diferente haya evolucionado hacia esta plasticidad morfolgica. - Me cuesta creerlo. - No pretendo que se lo crea, slo que acepte que es posible. - De acuerdo, es posible, pero volvemos a estar como en el caso anterior. Albin Simphony tiene padres. - S, pero ahora el entorno humano no podra afectar a Albin, porque l y su familia seran realmente extraterrestres. - Bien, tal vez estara a salvo de creerse humano, pero no de ser considerado como tal. Estoy seguro de que tendr un expediente mdico en algn hospital, una revisin dental, cualquier cosa que demostrara que no es humano. Y que me dice del nacimiento? Tambin saben dar a luz como una mujer? Bruce saba que haba vuelto a ganar pero estaba seguro de que Marcus lo habra previsto y contraatacara con una nueva teora. Y efectivamente as fue. Pero en esta ocasin el doctor Marcus no sonri, sino que dijo con seriedad: - Brillante, doctor Svenson. Es usted un gran debatista. - Le aseguro que usted tambin. - Gracias. - Pero no hemos acabado, verdad? - pregunt Bruce, aunque conoca perfectamente la respuesta. - No. Falta la ltima posibilidad. La que en mi opinin, y espero que muy pronto tambin en la suya, es cierta. - Yo tambin espero hacerle cambiar de parecer. Vamos, cul es? - Bien, usted me ha demostrado que es muy difcil (pero no imposible) que estn viviendo entre nosotros. Pero, y si estn viviendo en nosotros? - Se refiere a dentro de nuestros cuerpos? - Me refiero a dentro del cuerpo de Albin Simphony, del polica y de quin sabe cuntos cientos o miles o millones de personas ms! - grit Marcus. - Como parsitos? - Peor, como propietarios absolutos de nuestros cuerpos. La voz de Marcus ya no era ni tan calmada ni mucho menos tan sarcstica como antes. Haba adquirido un cariz de gravedad que por un momento lleg a asustar a Bruce. - Mire, doctor, eso me suena a cuentos de fantasmas que poseen a las personas. Supongo que me va a decir que no son entes fsicos, sino energa en estado puro o algo semejante. - No es esa mi intencin. Creo que son seres vivos tan tangibles como usted o como yo. - Contine. - Evidentemente son organismos de pequeo tamao, ya que deben habitar en otro ser sin causarle grandes daos fisiolgicos. - Y como se introducen en l? - Francamente, no lo s. Probablemente por algn orificio del cuerpo, o puede que sea el propio husped quin lo ingiera al comer. Hay muchas posibilidades. - Pero si son as de pequeos, cmo pretende que hayan llegado a la Tierra desde su planeta? - En platillos volantes, naves espaciales, llmelo como quiera. - Me est tomando el pelo. Le repito que son seres minsculos. - Dgame, conoce el incidente de Roswell? - No.

- Le har un resumen: en los aos 50 o 60, no recuerdo bien, un ovni se estrell en el desierto de Nuevo Mxico. El gobierno americano se hizo cargo de l y de sus ocupantes. - S, ahora lo recuerdo - interrumpi Bruce -. Hace poco sali a la luz una pelcula de la que supuestamente era la autopsia de uno de esos seres. - Exacto. - Pero era prcticamente del mismo tamao que nosotros. - Y no considera extrao que una civilizacin tan avanzada como para viajar hasta aqu desde galaxias de distancia tenga un accidente y se estrelle en el desierto? - Qu quiere decir? - Pues que ese aliengena al que examinaban no era ms que el vehculo de transporte de la especie de cuya existencia pretendo convencerle. - Oh, vamos, doctor - dijo Bruce, que empezaba a pensar de nuevo en el doctor como un paciente al que haba que curar de su paranoia -. Puede usted decirme cmo ha llegado a tener esta fantasa?, por favor. - En primer lugar, no es una fantasa - dijo enojado -. Pero se lo voy a explicar. Me di cuenta de que Albin era aliengena unas semanas despus de hablar con l en aquel ascensor. Fue mientras mantena esta misma discusin con otro de mis alumnos. Aunque en aquella ocasin s eran puras fantasas de dos mentes inquietas que no deseaban otra cosa que disfrutar dejando volar su imaginacin. - Y qu pas? - grit Bruce, que comenzaba a irritarse. - Qu pasa doctor, ya no quiere seguir discutiendo? Si lo hacemos, estoy seguro de que llegaremos a la misma conclusin a la que llegu aquel da. - De veras? Me gustar verlo. Bruce recuper de nuevo la fe en s mismo, y se propuso ganar definitivamente la guerra dialctica en la que se hallaba inmerso. Le demostrara a Marcus que los malditos marcianos no existan ms all de su imaginacin. - Muy bien. Le voy a explicar mi teora, y despus esperar a que me la rebata - dijo Marcus. - Espero ansioso - contest Bruce. - En mi opinin, los aliens se introducen en los cuerpos y consiguen controlar su sistema nervioso. As, el individuo deja de ser l mismo. Es como una marioneta en manos del aliengena que lo gua. Por lo tanto, a ojos de los que le rodean sigue siendo la misma persona, y realmente tiene un pasado y unos padres como todo el mundo. Qu le parece? - Me parece absurdo - comenz Bruce -, pero aunque no lo fuera, segn su teora sera imposible desenmascararlos. Y usted pretende haberlo conseguido. Cmo explica eso? - Pues es muy fcil. No es imposible descubrirlos. - Y cmo se puede lograr? - Usted es psiquiatra, corrjame si me equivoco: no es cierto que el cerebro es la parte del organismo que peor conocemos? - S. - Y no es cierto que actualmente se cree que no usamos ms que un triste diez por ciento de la capacidad cerebral? - S, aproximadamente. - Pues dgame, qu pasara si los aliengenas, una vez en su interior, explotaran el cien por cien de la capacidad? Bruce lo consider durante unos segundos y finalmente dijo: - Supongo que la persona parecera infinitamente inteligente. - Bien, pero cmo se manifestara esa inteligencia? - De mltiples formas. Podra hacer clculos matemticos complejos sin ayuda de calculadora alguna, aumentara su memoria, sus razonamientos lgicos seran realmente brillantes... - Exacto! - le interrumpi Marcus -. Sus razonamientos. Alguna vez ha estado usted discutiendo con alguien y de alguna forma ha intuido de antemano lo que esa persona iba a decir, con lo cul ha podido usted rebatirle algo que an no ha dicho? - S, supongo que a todo el mundo le habr pasado alguna vez - concedi Bruce.

- Y no cree que si hubiera podido pensar ms rpido habra podido saber lo que le contestara a eso y por tanto adelantarse no en una sino en dos frases al otro? - pregunt Marcus. - Usted quiere decir que los extraterrestres podran hacer eso, no? - S. Creo que podran adelantarse a una persona normal no en una, ni en dos, sino en cientos de frases. Y qu pasara? Que cuando intentramos discutir con uno de ellos no le entenderamos, o pensaramos que habla sin sentido. - Pero se supone que no quieren ser descubiertos, y por tanto iran a nuestro ritmo mental, por decirlo de alguna manera - dijo Bruce. - Y si no pudieran? Y si su mente fuera tan superior que les fuera prcticamente imposible rebajarse a nuestra altura? - A que se refiere? - No le ha sucedido nunca estar explicndole a un nio una cosa y que no entienda su razonamiento? Entonces intenta argumentrselo de otra forma y ve que se haba saltado algunos pasos necesarios que usted crea evidentes. Me refiero a que es difcil adaptarse a una mente inferior. - Muy bien, usted no entendera lo que el alien le est diciendo. Pero entonces el simple hecho de no entender lo que una persona nos dice la convertira en extraterrestre - razon Bruce. - No, slo a aquellas cuya respuesta a una pregunta fuera extremadamente lgica. Es decir, que entre la pregunta y la respuesta hubiera infinidad de pasos totalmente lgicos. As se descarta a todos los locos que no dicen ms que tonteras sin sentido. - Pero para ello debera usted desarrollar esos pasos lgicos, y eso es imposible para su pobre mente inferior. Eso mismo hace que no se pueda desenmascarar a los aliengenas. - Por qu? - pregunt Marcus. S, pens Bruce. Ya le tena. Haba sido una dura batalla, pero al final la partida era suya. Una frase ms y dejara sin habla al doctor Marcus. En su cara se reflej el triunfo, pero no dur ms que un segundo, ya que la alegra dej paso a la sorpresa primero, y al terror despus, cuando su cerebro analiz lo que estaba a punto de decir y se dio cuenta de lo que realmente significaba: - Porque sera imposible distinguir al loco del aliengena. El reencuentro Luis Bermer La luz de los dos soles baaba las llanuras y colinas, los valles quebrados que se extendan tras las cordilleras de roca milenaria. El silencio reinaba, absoluto, entre el cielo y la desolada superficie planetaria. Quietud inmutable. El hombre surgi de la cueva que le serva de refugio, protegindose los ojos de la luminosidad con su mano a la altura de unas cejas inexistentes. La laguna se hallaba a escasa distancia, circundada por una masa de vegetacin petrificada. Perezosamente, se despoj de los harapos que cubran su cuerpo enjuto, dejndolos amontonados junto a la orilla; los restos de lo que antao fuera su traje espacial. Y se sumergi en las tranquilas aguas. El calor de los soles no tard en secar su piel. Estaba volvindose a vestir cuando un grave rumor lleg hasta sus odos desde una indeterminable lejana. Qu extrao sonido era ste, que osaba quebrantar el lmpido silencio? El hombre se tap los odos, temiendo que slo estuviese en el interior de su cabeza. Pero no, no era una alucinacin. Pareca provenir de las capas altas de la atmsfera; y su volumen estaba aumentando progresivamente hasta convertirse en estruendo. Entonces alz la vista y contempl el origen de aquel ruido extraordinario: una diminuta esfera de luz titilante descenda lentamente desde los cielos como una estrella perdida. Boquiabierto, sin dar crdito a sus sentidos atrofiados por la monotona, el hombre observ como la luz que se aproximaba en medio de un maremagnun snico no era sino la energa expulsada por el poderoso motor de un vehculo espacial. Cielo santo, un

vehculo espacial! Por fin le haban encontrado! Ante semejante visin, confusas imgenes resucitadas del oscuro barro de la memoria invadieron su mente estupefacta: se record a s mismo vociferando rdenes a su tripulacin mientras la nave se estremeca violentamente en su fatdico descenso. El piloto luchaba por recuperar el control perdido al entrar en contacto con la atmsfera. Las espasmdicas pantallas slo mostraban gas ardiendo en el exterior. Sobrecalentamiento del ncleo! sobre calentamiento del ncleo! gritaba uno de los oficiales desde su puesto. La energa no alimentaba los instrumentos con la fluidez necesaria para mantener su operatividad. Explosiones internas convulsionaron la estructura del puente de mando. Es el fin, comandante Gessner! Lo haba olvidado por completo hasta ahora. Tanto era el tiempo que haba transcurrido desde aquel lejano entonces. Despert entre hierros humeantes y los restos de una rota promesa de colonia que yacan esparcidos hasta donde alcanzaba la vista. Comprob sorprendido el estado ileso de su cuerpo. Los dioses y los nanocirujanos que circulaban por sus venas le haban elegido para contemplar la catstrofe. Todos los dems haban muerto. Todos menos l. La sucesin de recuerdos qued interrumpida por el bramido que llegaba desde el vehculo espacial mientras descenda sobre una llanura cercana. Parece uno de nuestros viejos mdulos de exploracin, aunque su diseo sea infinitamente ms fascinante! Se admir Gessner en tanto corra a su encuentro. Por la rampa descendieron cautelosamente tres figuras protegidas por pesados trajes, acarreando cada una extraos artefactos a cul ms aparatoso. Medidores de toda clase, probablemente. Gessner se acerc saltando, corriendo y trastabillando entre aspavientos y gritos de jbilo. Los tres hombres alzaron sus brazos en seal de reconocimiento y saludo. Gessner cay de rodillas, exnime, ante el hombre que encabezaba el grupo de salvamento. Las lgrimas resbalaban por su rostro. Apenas poda articular palabra en su estado de shock emocional. Lo haba conseguido. Haba vencido a este infernal planeta muerto, a la desesperacin ms absoluta, a la locura que hubiese aliviado la infinita soledad pareja a tantos y tantos das, aos acaso siglos de tormento y, por encima de todo, haba vencido a la propia muerte. La batalla haba concluido. Volva a reencontrarse con sus semejantes, sus hermanos de especie. Y jams sinti hombre alguno tan profunda felicidad. Vamos, vamos... todo ha terminado, incorprese... es hora de volver a casa escuch la clida voz amortiguada por el casco de uno de sus rescatadores, mientras ste le ayudaba a ponerse en pie. Algo ms calmado, Gessner intent palabras de agradecimiento que se quedaron en incoherentes susurros. Su propia voz le resultaba ajena; y el lenguaje, uno ms de sus distantes recuerdos. No se preocupe, es lgico que apenas pueda hablar. Dnde se encuentran los dems supervivientes? Yo soy el nico. Todos murieron en el choque, contest Gessner, cabizbajo. Es... es asombroso! exclamaron dos de los hombres, casi al unsono. Cmo puede alguien sobrevivir durante tanto tiempo en un medio como ste y en la ms completa soledad sin volverse loco? Tratamiento Gen-ox. Antes de la guerra era obligatorio para todos los integrantes de las expediciones coloniales. Cuando nosotros partimos, slo el comandante poda recibirlo. Los recursos escaseaban. Espero que sepa usted disculpar la ignorancia de mis hombres respecto a ese tema solicit en tono afable el interlocutor ms cercano a Gessner refirindose a sus compaeros, que permanecan tras l a respetuosa distancia. Ellos son autnticos virtuosos en el desarrollo de sus respectivas funciones; pero an son jvenes y no han sentido la necesidad de conocer en profundidad los acontecimientos de la Historia Arcaica. Por lo tanto, ignoran la trascendental importancia que supuso para la humanidad el descubrimiento del tratamiento Gen-ox. Desgraciadamente, tanto la informacin como los procedimientos necesarios para su realizacin se perdieron durante el transcurso de la Cuarta Guerra mecnica, hace miles de

aos. En cuanto le vi asomar por encima de aquella loma supuse, por su evidente carencia de cabello y la enrgica velocidad de su carrera a pesar de la elevada temperatura ambiental, que usted haba sido sometido al tratamiento Gen-ox. Puede considerarse hombre afortunado, despus de todo. Es usted una de las pocas personas, tal vez incluso la nica, con una vida orgnica potencialmente ilimitada. Si se cuida usted de exponerse a circunstancias que entraen peligros letales, su vida puede ser prcticamente eterna. Miles de aos. Cuarta Guerra Mecnica. Miles de aos murmuraba Gessner, ausente, mientras contemplaba sin reconocer su rostro reflejado en el casco de cristal opaco del hombre que lideraba la patrulla de rescate. Ni siquiera haba escuchado la mitad de las palabras, abrumado como se hallaba bajo el peso de las terribles consideraciones desatadas. nimo comandante, ha llegado el momento de regresar anunci el lder en tanto que sus acompaantes ayudaban a Gessner, completamente abatido, a caminar de nuevo. Debemos someterle a un anlisis psicofsico completo antes de iniciar el viaje de vuelta. Es tambin muy probable que necesite pasar por un proceso de readaptacin a las condiciones del viaje interestelar para evitar trastorno y alteraciones graves a nivel cerebral. Todo depender de los resultados que obtengamos tras el primer anlisis. Pero Gessner ya no prestaba atencin a nada que no fuese su propio sufrimiento. Heridas ocultas volvan a sangrar. Qu ha ocurrido en todo este tiempo? Por qu han tardado tanto en acudir con su salvacin...? Ahora ya es tarde, demasiado tarde! gritaba Gessner, liberando sus emociones de una larga y silenciosa condena devastadora. No puedo engaarle, comandante dijo conciliadoramente el lder, tratando de calmar a Gessner. La Tierra ha sufrido grandes cambios desde que usted y su tripulacin partieron con rumbo a las estrellas. La Era de la Colonizacin pertenece ya a un pasado milenario, casi a la leyenda. Crame cuando le digo que todas las partidas de rescate se pusieron en marcha tan pronto como lo permitieron las circunstancias. Es una larga historia; pero no se preocupe, tendr usted tiempo de sobra para estudiarla en profundidad y formular cualquier clase de pregunta durante nuestro viaje de regreso. Gessner respiraba pesadamente. Comprenda la honestidad e impotencia asumida que aquellas palabras intentaban expresar. Volva a recuperar poco a poco su autocontrol, sintindose estpido por haber proyectado su frustracin con tanta ligereza contra las personas que, precisamente, haban salvado abrumadoras distancias con el nico fin de terminar con su eterno destierro en el olvido. Les ruego disculpas por mi intolerable actitud. No pueden imaginar lo mucho que he susurr dbilmente con el rostro hundido entre sus manos mientras se tambaleaba bajo la presin de un inminente desfallecimiento. No diga una palabra ms, comandante; ya es suficiente los tres hombres se apresuraron en evitar que Gessner se desplomara sin sentido, ayudndole a caminar de vuelta al vehculo espacial que les haba conducido hasta tan inhspito lugar. Pero, de sbito, Gessner se zaf violentamente de los brazos de sus rescatadores, sacando fuerzas de flaqueza para alejarse de ellos a tanta distancia como le permitieron sus piernas antes de caer postrado, al lmite del agotamiento de sus ltimas energas. Su mirada se haba tornado en la de un animal acosado, iluminada por el brillo de una conviccin irrefutable: Malditos seis! No os acerquis a m! No deis ni un paso ms! escupa Gessner, arrastrndose sobre su espalda ante las sorprendidas e inmviles figuras de los tres hombres. Necesita tratamiento inmediato, antes de que su condicin empeore. Esta clase de reaccin es lgica si consideramos que. Cllense de una vez, condenados bastardos! cort Gessner, exhausto. Su odiosa pantomima ya no es necesaria. Cmo he podido ser tan estpido, tan ciego? Ahora descubro que jams muri en m la esperanza, aunque as lo haya credo durante todo este tiempo sin fin! El rostro en tensin de Gessner era una amalgama de rabia, desesperacin y miedo. Sus atenazadas palabras brotaron como un estertor de su garganta. Es imposible que ustedes sean quienes dicen ser con todos mis respetos, comandante, est desvariando. No es dueo de su

raciocinio ni de sus palabras. Porque hablan perfectamente mi lengua; cada frase, cada expresin, cada significado sin el menor error, sin la menor variacin en miles de aos Es que no lo comprenden? Es del todo imposible!! el cuerpo de Gessner temblaba de pies a cabeza, sin control.Dganme qu ha pasado QU HA OCURRIDO EN LA TIERRA? Los tres hombres, enfundados en sus trajes, intercambiaron breves e invisibles miradas. Uno de ellos alz lentamente su brazo, sealando a Gessner con su ndice enguantado. ste retrocedi instintivamente sin apenas poder respirar, con la vista clavada en las silenciosas figuras, dejando un surco sobre la arena. Un intenso haz de luz roja seccion limpiamente el cuello de Gessner. Los tres hombres se encaminaron de vuelta a su vehculo espacial, refulgente entre las dunas. Ojos vidriosos, an atnitos, contemplaron sin ver la ruidosa ascensin del vehculo que se alejaba para no volver jams. Un dbil destello al abandonar la atmsfera fue su despedida del planeta desrtico. El diminuto vehculo no tard en ser engullido por el crucero de batalla que orbitaba alrededor del planeta. Cuando las compuertas volvieron a sellarse, los sistemas de propulsin cobraron vida y el navo continu su silencioso trayecto por la oscuridad donde flotaban incontables miradas de estrellas. Habis rebasado el tiempo prefijado para exterminarlo reproch una voz resonante de procedencia indeterminable a los tres hombres que, todava en sus respectivos trajes espaciales, se hallaban en el centro de la gigantesca sala. De las paredes metlicas, constituidas por intrincados relieves y formas geomtricas de diferentes volmenes, emanaba un tenue fulgor azulado que apenas serva para iluminar tenebrosamente los espacios de la estancia. Slo han sido empleadas 37 unidades ms respecto a lo establecido, Control Central repuso el lder de la expedicin mientras desajustaba los cierres hermticos del casco de su traje espacial. No haba cabeza bajo el casco. En su lugar, tres cilindros idnticos interconectados por complejas placas de circuitos impresos y elementos miniaturizados. El sintetizador de voz iba integrado en el cilindro central. Los otros dos componentes de la expedicin tambin se despojaron de sus cascos. Si no fuese una imposibilidad tcnica, jurara que estis empezando a adquirir las patticas peculiaridades adaptativas de la condicin humana dijo la montona voz de la sala. Resulta interesante juguetear con estas criaturas lamentables y la variedad de formas que adoptan sus movimientos. En especial, el efecto psicolgico que, indefectiblemente, provoca la visin de los trajes espaciales no deja de divertirnos por ms que lo repitamos. O, al menos, nos ayuda a entender con mayor exactitud lo que ellos experimentan cuando se divierten dijo el lder, ahora indistinguible entre sus compaeros. Compensaremos nuestros retrasos con eficacia absoluta en la accin. El tiempo que resta para su definitiva eliminacin es un factor secundario. Estn donde estn y hagan lo que hagan, ya no pueden llegar muy lejos. As es confirm Control Central. Acabamos de recibir un mensaje de la nave nodriza RV-AK: ha sido localizada una colonia de primates en Prxima. No se ha solicitado apoyo, por lo que podemos proseguir con nuestros objetivos en este sector. Tal vez esos sean las ltimas huellas del vergonzoso pasado que nos queda por borrar dijo uno de los tres. Y la estancia se inund de artificiales sonidos sincopados que asemejaban carcajadas. Hijo de las estrellas Orestal El momento estaba llegando, el momento sera una respuesta, un porqu, el porqu de obsesivas visiones repitindose en sus sueos, reales y ntidas ms que su vida misma.

Sensaciones extraas, ideas obsesivas, sentimientos acerca de su feminidad, del sentido de su ser, Predeterminacin. Incertidumbre por ella, incertidumbre por Todos. Una vez ms despierta de su sueo, inocentemente se refugia de lo desconocido en el oleaje nervioso de sus sbanas. Mira, observa y espera. Ms all, a los pies de su cama, una brisa suave filtrndose por la ventana mal cerrada. El aire juega con ondulantes formas en la cortina iluminada por la Luna. Noche de verano, aire tibio que se hace denso, casi irrespirable el aire cobra forma, una parte de l se delimita en contorno plateado El momento haba llegado, pero ella esta en calma, tranquila. Hilos invisibles mueven su consciencia y mitigan sus miedos. Ondas de una mente extraa manipulan y excitan la materia gris de su deseo. Mira, observa y espera. El aire se irisa, espesa, casi es palpable plateado como la Luna. Danza, se retuerce y se hace formasolidifica. El aire ya no es aire es plata pura, es un torso perfecto, es una faz de fra belleza coronada con una cabellera del ms bello dorado. El tiempo parece detenerse, su mente est en calma y su alma tranquila por fin Iris esmeralda la hipnotizan con su mirada, atraviesan su consciente y juguetean con su alma. Hilos invisibles hacen un ttere su deseo. Mira, observa y siente. El ser plateado como la Luna juega con sus sbanas como Esta con las mareas, acaricia con sus fras manos, ella arde del deseo. El Seor de la Luna conoce los secretos de su alma, conoce la meloda de sus sentidos y hace de su piel, instrumento del placer. Ella abandona su cuerpo, lo entrega, lo entrega a la danza de los sentidos. Su cuerpo baila al ritmo del msico de largo cabello dorado y de dulce pecho plateado La meloda de placer hace bailar cada clula de su piel, mientras el ngel de la Luna contina su vaivn. Ama, gime y siente. Orgasmo plateado luego la calma. El ser yace a su costado, ella intenta ver dulzura en el fro verde de sus ojos, sonrisa en el glido rojo de los labios que la han saciado -Quin eres? Pero la respuesta ya la sabe. Las piezas del rompecabezas de sueos y visiones desfilan y se ordenan en el tablero de su mente. El Astro Rey ansa el trono de la Dama de la Noche, empieza a conquistar el horizonte reavivando la moribunda Tierra con su poderosa luz. Recorre bastos ocanos ,antao fuente de vida, ahora fuente de dolor para las escasas especies que mutan desesperadamente para sobrevivir en ese infierno lquido, basurero global en que la especie humana ha decidido convertir el medio que dio origen a la Vida. Recorre valles y montaas, estercoleros antes llamados ros, desiertos y mesetas pobladas ahora por los fantasmas de especies desaparecidas. Recorre orgullosos rascacielos despuntando sobre mares de hormign, edificaciones o quizs templos a la diosa Vanidad. Un rayo de sol se filtra como un tentculo por una ventana mal cerrada. La ventana est a los pies del lecho donde Ella hace horas que duerme. El extrao de torso plateado hace horas que march, se evapor delante de sus ojos artificialmente enamorados. Tras su marcha, ella contino relajada, su mente estaba todava siendo la marioneta del extrao, pero se durmi con una sensacin real y ntida, con una certeza: un nuevo Ser nacera de su vientre. Su vientre sera la primera cuna de un nuevo Enviado. Un nuevo embajador de una cultura aliengena, que da una segunda oportunidad a una especie errnea, una especie que ha hecho tanto mal que su mejor destino que su mejor castigo es ser aniquilada por ella misma. Un nuevo y ltimo Mensaje para la Humanidad se encuentra en ese vientre. General Hospital (Washington D.C) ao 2142 En la habitacin del hospital una anciana llora desconsoladamente sobre el pecho de su Hijo de 33 aos, fallecido en extraas circunstancias. -Necios!!! susurra con la cara desgarrada por el dolor. Que nos deparara el futuro Arturo Gonzalez

Todo comenz con algo tan simple como un proyecto alocado de fin de carrera. Stephe pens que la mejor manera de sobresalir en una carrera tan marcada como geologia era hacer algo que no hiciese mucha gente por lo que cuando planteo el proyecto para realizar un estudio en la antartida no esperaba que se lo aceptasen. Ya tena en mente otro tema ms mundano cuando le llego el sobre que confirmaba que no solo aceptaban su proyecto sino que se lo financiaran a travs de una beca especial. Como el proyecto aceptaba un acompaante decidi que fuese con el su mejor amigo Mark, a pesar de que este era lingista. Haba sopesado los principales inconvenientes del continente helado y el primero era la sensacin de soledad por lo que opt por la persona con la que se encontrara mas cmodo. En su proyecto lo que quera conseguir un estudio general de todos los minerales y estratos que se podan localizar en las nuevas playas que se estaban generando por el retroceso del hielo. Por lo que su campamento base se instalo en una de esas playas. Durante un par de das no se encontr con nada fuera de lo normal pero el tercero tropez con un mineral extremadamente duro pero eso no era lo mas sorprendente. Era completamente liso, por lo menos en la parte que se entrevea en el barro. Tardo un rato en dejar la pieza completamente limpia y definidos sus lmites. El tamao aproximado era de medio metro por medio metro y completamente liso y perfectamente cortado. Una vez analizado descubri que era titanio y con esas caractersticas sera tremendamente difcil que fuese obra de la naturaleza por si sola. No dudo en explicrselo a su amigo y pedirle que le ayudase a tratar de moverlo. Pudieron poner los dedos por debajo, ya que no era muy grueso, y as levantarlo. Esta chapa ocultaba un agujero que conduca hacia abajo. Lo primero que pens fue en entrar ya que era algo realmente misterioso pero justo cuando empezaba a bajar escucho a su amigo gritar y saltar. Que te pasa Mark?. No te has fijado en la parte de atrs de la chapa? No, Por qu? Mralo anda. Pudo ver que haba smbolo y dibujos pequeos enmarcados en un cuadrado en el centro. Su amigo le pidi que esperara a que se lo estudiase bien ya que poda entender alguno de los smbolos. Al final del da cuando se reunieron para cenar Mark le explic que ya casi lo tenia completo. Haba podido traducir la gran mayoria de los smbolos y haba llegado a la conclusin de que era una especie de abecedario grfico donde cada smbolo era una silaba por si mismo. Le dijo que para maana ya podran entrar y que se haba algo mas escrito seguramente lo podra entender. Ya no haba nada ms por lo que esperar maana sera el da. Se prepararon para bajar y llevaron reservas para varios das. La bajada era corta y daba directamente a un pasillo recto que pareca bajar de manera suave y progresiva. Despus de caminar un buen rato comenzaron a notar que la temperatura bajaba al ritmo que ellos lo hacan, hasta llegar a un punto del cual prefirieron no seguir y equiparse mejor. Cuando llegaron a la superficie comentaron lo extrao de la bajada de temperatura y Stephe dijo que justo antes de dar la vuelta le haba parecido escuchar como un pitido pero muy lejano. Como al salir ya era de noche lo dejaron para el da siguiente. Esta vez estaban mejor preparados y justo cuando llegaron al mismo punto en que haban dado la vuelta pudieron escuchar perfectamente un pitido. Este ruido vena de una caja que se encontraba al final del pasillo. Esta caja era perfectamente cuadrada y tena en la parte delantera algo escrito

con los smbolos que haba en la chapa. Mark se puso de inmediato a traducirlo y mientras tanto Stephe miro como se encontraban cortadas las paredes. Solo pudo confirmar que no daban la sensacin de haber sido cortadas de lo perfectamente lisa que eran. En un susurro Mark le pidi que se le acercara. Haba traducido gran parte del texto y el miedo se le vea en la cara a pesar de la oscuridad. Segn el texto aquella mquina tena una duracin aproximada de unos 50.000 aos y haba sido instalada all para general el suficiente fro como para bajar la temperatura de un planeta en el que no se poda asentar la vida ya que haca demasiado calor. Llegado a este punto se miraron sin saber que decir. Mark sigui comentando que adems el texto informaba que se generara una capa de hielo y nieve que protegera la maquina para que la vida nativa no la pudiese alterar y que solo quedara expuesta en el caso de que comenzara a funcionar de manera defectuosa. Si se estaba leyendo este texto es porque la proteccin se haba retirado y habra comenzado el deterioro de la maquina. Seguramente ya se estara escuchando un pitido y si a eso se le aade un luz roja en la parte de atrs era debido a que el deterioro era mas rpido de lo esperado por lo que seguramente la forma de vida mas evolucionada estara afectado el clima dificultando la funcin de la misma. En este ultimo caso solo quedara esperar que esa forma de vida evolucionada este lo suficientemente avanzada como para poder repararla. Llegado aqu Mark ya no quiso decir nada mas. Los dos se levantaron a la vez y fueron a la parte de atrs de la maquina donde pudieron ver una luz roja parpadeante.Deja Vu Richard Chacn Vaya que es extraa esta situacin, muy fantstica de verdad, jurara que ya he vivido esta experiencia. Pero no es lo ms; es la segunda vez en esta semana: Este pensamiento salt a mi mente tan pronto como el joven estudiante tropez con sus propios pies al tratar de adelantarme por la derecha en una parada de autobs. Debo llegar pronto a mi casa, ya son cerca de las diez de la noche y an debo escribir mi reportaje para la seccin de tecnologa en la revista de publicacin semanal e-tunes. Mis finanzas no son las mejores, es por eso que cada da debo conmutar de casa al trabajo en una larga caminata de ocho kilmetros cada da. Por su puesto, siempre hay un lado positivo en todo - soy un sujeto con piernas de acero y pulmones de alta presin - creo que podra soplar un neumtico de automvil hasta sus treinta libras. He escuchado y ledo sobre esas raras situaciones donde se experimentan sucesos que aparentemente hemos vivido y parecen estarse repitiendo exactas y en fracciones de segundo. No pens que fueran reales, pero no puedo creerlo; este joven ha tropezado por cuarta vez con sus propios pies al pasarme por la derecha y en la misma parada de autobs. Hoy simplemente tom la determinacin de llegar a la parada quince minutos antes y esperar a que ese jovencito aparezca sonriendo para burlarse de mi una quinta vez. Debo continuar mi camino al trabajo - el no vendr - o tal vez pas antes y logr burlase de otro incauto en la parada. La prxima vez lo detendr en su paso y conversar con l, no es de respeto hacer esas cosas. Como ya dije, todo tiene su lado positivo; creo que escribir un artculo en la revista relacionado al tema, de manera que hoy regresar mas temprano a casa. La razn por la cual la revista no quiso publicar mi artculo, fue simplemente porque no estaba relacionada al mundo tecnolgico, era razonable as que porque no publicarla en la seccin de curiosidades de cualquier diario local. El tema es interesante y estoy seguro que acaparar muchos lectores. Este diario es de buena circulacin y mi artculo est bien ubicado, me gusta bastante la punto que el diario le ha dado en su seccin de curiosidades, adems, mi nombre est impreso en letras negras y cursivas dndole un toque

de importancia a mi persona. Fue buena la idea la de colocar al pi mi correo electrnico, pues ya me han enviado muchsimos comentarios positivos e ideas para seguir escribiendo en esta lnea. No parar hasta leerlos todos. Su artculo es muy interesante, pero no lo considero una curiosidad y mucho menos ficcin. Debo comentarle que he ledo muchos de sus artculos publicados en e-tunes y vaya que es usted bueno en el tema tecnolgico. Pero debo decirle que en esta faceta me ha logrado sorprender: Mi nombre es Gustavo y estoy muy cerca de graduarme en la escuela de Ingenieros en Sistemas de la Universidad Varintee Luddo. Paso diariamente por la parada de autobs que usted ha mencionado en el artculo y, crame que al leer sus lneas casi me desmayo. La primera vez que tropec jurara que haba vivido esa experiencia anteriormente; la segunda vez - y ahora puedo ver que era la segunda - la tom como una simple casualidad pero sucedi una tercera vez y me reproch a mi mismo por mi torpeza. Slo fue hasta la cuarta vez que pude notar que en todas y cada una de estas situaciones un sujeto de chaqueta marrn y un maletn, haba estado al frente y a mi izquierda cuando al tratar de pasar, tropezaba con mis propios pies; a la misma hora y en el mismo lugar. Esa quinta vez a la que usted se refiere, yo decid llegar quince minutos antes y esperar del otro lado de la calle para verlo all en la parada de autobs mientras haca tiempo a que alguien le pasara por un lado y hacerlo tropezar. Usted se march encogindose de hombros, pero yo tropec una vez ms con mis propios pies al tratar de pasar a otro sujeto mayor que usted. Yo simplemente prefer no contestar ese correo, todo me pareca un invento de aquel joven. Al llegar a mi oficina en la revista e-tunes, mi compaero de redaccin quien es algo mayor que yo, me dijo: Le tu artculo y no me vas a creer, pero creo haber tropezado con ese mismo torpe estudiante que describiste en la historia de la parada de autobs. Mariposas espaciales David Aguero Ya hace mucho tiempo que me encuentro viajando en esta capsula sin conocer mi direccin acompaado solo por unas larvas verdosas, sin ms distraccin que un cubo rubick (en el cual me he llegado a volver un experto tanto as que puedo resolverlo en menos de de cinco minutos) la comunicacin con los otros seres sea vuelto demasiado difcil en esta etapa de la misin; lo cual no me molesta tanto ya que me eh acostumbrado ah pasar largos periodos de tiempo sin compaa, me llegue ah convencer ah mi mismo que no necesito de nadie , pero en ocasiones la soledad se apoderaba de mi y trata de robarse mi cordura haciendo me imaginar cosas que no existen, un ruido llama mi atencin hacia la repisa de las larvas y una imagen casi mgica hace que se dibuje en mi rostro una sonrisa, una de las larvas se ah convertido en una mariposa negra que revolotea buscando la manera de ser libre de su prisin de plstico en muchas maneras me siento identificado con ella, una pequea criatura atrapada sin salida en un espacio cerrado sin poder hacer algo para escapar de el, la nica diferencia entre esta pequea mariposa y yo, es que yo puedo ayudarla ah salir de ah, floto por la nave buscando un desatornillador para liberar ah mi nueva amiga, hay tantas cosas flotando que es difcil diferenciar las unas de las otras EUREKA grito sonriente al encontrar el instrumento que liberara ah la pequea me apresuro de regreso hacia mi amiga la cual aun vuela alegre por el poco espacio en el que se encuentra ; el ultimo tornillo comienza ah flotar por la falta de gravedad y un instante despus mi querida mariposa negra es libre para flotar por toda la capsula al principio su movimiento es un poco torpe por no tener una fuerza de atraccin que le indique donde es arriba y donde es abajo- tranquila mi hermosa- le digo susurrando es normal que ests confundida en este momento pero ya te acostumbraras y podrs hacer lo que quieras - me encanta la forma en la que se mueve estoy enamorado de su color es perfecta en todo lo que hace mi mariposa negra es un oasis en el desierto que era mi vida puedo verla por horas y nunca perder inters en ella ; soy feliz en verla feliz me encanta ver su pequea silueta bailar ah mi alrededor quisiera tocarla pero tengo miedo de lastimarla porque aunque sus movimientos ahora son fuertes y llenos de seguridad yo se que ella es delicada y

no podra vivir conmigo mismo si ella resultara herida por mi culpa. Es difcil para m saber cunto tiempo ah pasado desde la primera vez que vi ah mi hermosa mariposa negra solo estoy seguro de que la amo con todo mi ser ella me hace feliz y me gusta pensar que yo la hago feliz ah ella; en este punto me he vuelto adicto ah su presencia mi mariposa negra me cambio la vida para mejor no puedo ni recordar cmo era mi vida antes de que ella mi hechizara con su encanto soy un idiota enamorado y nunca haba sido ms feliz. Acostado en mi habitacin veo como la mariposa juega en el aire un ruido llama mi atencinesprame aqu- le digo ah la hermosa mariposa negra, floto por la capsula de nuevo buscando la fuente del sonido que escuche, sorprendido abro mis ojos lo mas que pude miles de mariposas de todos colores me rodean volando son cientos y en todos los tonos del arcoris: rojas, azules, verdes, purpuras, amarrillas, naranjas, etc. me siento alegre por poder presenciar tal espectculo me distraigo por horas viendo ah todas estas mariposas bailar entre ellas, pero algo no se siente bien tengo un mal presentimiento siento un vacio en mi intento no prestarle atencin, pero la sensacin se vuelve ms fuerte no puedo respirar las mariposas de colores me rodean eh intentan llamar mi atencin pero es intil el vacio que siento en mi no puede ser llenado por simple belleza visual, es en este momento cuando entiendo lo que est pasando alzo mi cabeza para buscarla pero ella no est agito mis brazos con desesperacin para alejar ah las otras mariposas de mi pero ellas continan rodendome tomo un fuerte impulso para alejarme de ellas el vacio en mi pecho no me deja respirar, entro ah mi habitacin agitado por la falta de aire siempre con mi cabeza en alto buscando por ella- no est- digo en voz alta es cuando mis ojos se congelan en un punto flotando por la habitacin me acerco sin poder creer lo que veo alzo mis brazos y tomo el pequeo cuerpo inerte en mis manos y lo acerco ah mi para asegurarme de que no es lo que creo que es lo que no quiero que sea separo lentamente mis brazos liberando ante mis ojos la peor escena que jams haba podido imaginar mis ojos se llenan de lagrimas mi nariz comienza ah liberar fluido mi respiracin se acelera siento miedo, ira, CULPA. Grito sin control como loco mis palabras no tienen sentido estoy cegado por lo que hice, si lo que yo hice esto no es culpa de nadie ms que ma por un momento me distraje por la belleza exterior de las dems mariposas abandonando ah mi amada mariposa negra- perdn- le digo al cuerpo de mi amor aun cuando se que es intil el dao est hecho; jure amarla y nunca lastimarla, le promet que ella sera la nica que vera pero no pude cumplir soy peor que basura por decepcionarla mi vida por fin tena sentido y deje que una idiotez me lo quitara; volteo ah ver hacia el espejo que cuelga en la pared y lo que en l se refleja me da asco siento ASCO en lo que me eh convertido no valgo nada ahora que ella no est sin ella no quiero seguir viviendo y no voy ah seguir viviendo rompo el espejo con mi puo y los pedazos flotan ah mi alrededor, salgo de mi habitacin y las dems mariposas me miran juguetonas pero mi ira me muestra su verdadera forma ya no son las lindas mariposas que me distrajeron eh hicieran que mi amor muriera de tristeza son el arma homicida porque aunque ellas fueron la causa de mi distraccin soy yo el que decidi distraerse con ellas me odio tomo los controles de mi nave y la dirijo hacia un agujero negro no puedo seguir viviendo con migo mismo; la luz comienza ah desaparecer con forme me acerco al horizonte de eventos es en este momento que noto como las otras mariposas pierden su brillo su encanto por as llamarlo mientras que mi amor permanece con su encanto intacto desde mi mano es cuando entiendo que todo lo que me atraa de las otras mariposas era un espejismo no era real, real era lo que senta por mi mariposa negra, lo que ella me haca sentir la amo y la deje morir merezco el peor castigo posible. Acerco ah mi amada ah m y por ltima vez mis labios dicen TE AMO.