La irrealidad 3 r eso

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LA IRREALIDAD Llegué a casa cansado después de un duro día de trabajo. Sólo pensaba en cenar i poder ver una película en mi cómodo sofá. Sin embargo no sabía que a partir de aquel momento mi vida cambiaría para siempre. Me quedé muy sorprendida al ver que todas mis pertenencias habían desaparecido. Mi casa estaba completamente vacía, sin nada que me permitiera vivir allí. Al fondo, sólo quedaba una mesita de café con una carta blanca anónima encima. Dentro, había escrita una dirección, la Calle Manda 25 y junto a ella una llave en forma de corazón. En ese momento mi cara pasó de sorprendida a confusa. Quería averiguar de una vez qué clase de broma era esa, así que salí de mi casa hacia la misteriosa calle. Mientras andaba, un enorme agujero negro, apareció delante de mí y sin saber por qué me fui cayendo y cayendo, hasta que vi mis platos de la cena vacíos por el suelo y las tres latas de Coca-Cola encima del sofá.

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LA IRREALIDAD

Llegué a casa cansado después de un duro día de trabajo. Sólo pensaba en cenar i poder ver una película en mi cómodo sofá. Sin embargo no sabía que a partir de aquel momento mi vida cambiaría para siempre.

Me quedé muy sorprendida al ver que todas mis pertenencias habían desaparecido. Mi casa estaba completamente vacía, sin nada que me permitiera vivir allí. Al fondo, sólo quedaba una mesita de café con una carta blanca anónima encima. Dentro, había escrita una dirección, la Calle Manda 25 y junto a ella una llave en forma de corazón.

En ese momento mi cara pasó de sorprendida a confusa. Quería averiguar de una vez qué clase de broma era esa, así que salí de mi casa hacia la misteriosa calle. Mientras andaba, un enorme agujero negro, apareció delante de mí y sin saber por qué me fui cayendo y cayendo, hasta que vi mis platos de la cena vacíos por el suelo y las tres latas de Coca-Cola encima del sofá.

Me había quedado dormida mirando una de mis películas favoritas de Sherlock Holmes y justo en aquel instante me acordé que mi sueño había acabado igual que la película. Seria de todas las veces que la había visto.

Anna Gil y Marina Altimira

3r ESO