Novela injustamente relegada dentro de la obra de Joseph ...
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171 ARJÉ Revista de Postgrado FACE-UC. Vol. 4 Nº 7. Julio-Diciembre 2010 / 171-203 LA INVESTIGACIÓN COMO CULTURA RELEGADA EN LA FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN, UNIVERSIDAD DE CARABOBO Recibido: 18/10/2010 Aceptado: 08/12/2010 Gerardo Ruiz Campos RESUMEN Se construyó una descripción sociológica, partiendo de la cualificación: atribuyendo a los elementos simbólicos encontrados en la interacción con los sujetos de la comunidad académica de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Carabobo, la cualidad cultural como valor esencial y particular del contexto- mundo de la ciencia académica. El resultado del estudio es la escritura de la cultura, mediante: a) la recontextualización de la historia, b) la descripción de rasgos, y c) la configuración de vías. Esta panorámica abre un universo de representaciones que dan sentido, esencia y contenido a la acción de la ciencia: la investigación. Palabras Clave: Cultura de la Investigación, Investigación Académica, Facultad de Ciencias de la Educación. THE RESEARCH AS A RELEGATED CULTURE IN THE FACULTY OF EDUCATION SCIENCE, UNIVERSITY OF CARABOBO. Abstract It was built a sociological description, starting from the qualifications: attributed to the symbolic elements found in the interaction with the community subjects of the Faculty of Education Science in the University of Carabobo, the cultural quality as an
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La investigación como cultura relegada en la Facultad de Ciencias de la Educación, Universidad de Carabobo
ARJÉ Revista de Postgrado FACE-UC. Vol. 4 Nº 7. Julio-Diciembre 2010 / 171-203
LA INVESTIGACIÓN COMO CULTURA RELEGADA EN LA FACULTAD DE CIENCIAS
DE LA EDUCACIÓN, UNIVERSIDAD DE CARABOBO
Recibido: 18/10/2010 Aceptado: 08/12/2010
Gerardo Ruiz Campos
RESuMEN
Se construyó una descripción sociológica, partiendo de la cualifi cación: atribuyendo a los elementos simbólicos encontrados en la interacción con los sujetos de la comunidad académica de la Facultad de Ciencias de la Educación de la universidad de Carabobo, la cualidad cultural como valor esencial y particular del contexto-mundo de la ciencia académica. El resultado del estudio es la escritura de la cultura, mediante: a) la recontextualización de la historia, b) la descripción de rasgos, y c) la confi guración de vías. Esta panorámica abre un universo de representaciones que dan sentido, esencia y contenido a la acción de la ciencia: la investigación.
Palabras Clave: Cultura de la Investigación, Investigación Académica, Facultad de Ciencias de la Educación.
THE RESEARCH AS A RElEGATED CulTuRE IN THE FACulTY OF EDuCATION SCIENCE, uNIVERSITY OF
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Abstract
It was built a sociological description, starting from the qualifi cations: attributed to the symbolic elements found in the interaction with the community subjects of the Faculty of Education Science in the university of Carabobo, the cultural quality as an
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essential and particular value in the context-world of the academic science. The result of the study is the writing of the culture through: a) recontextualization of history, b) description of features, and c) configuration of roads. This framework opens a universe of representations that give meaning, essence and content to the action of science: research.
Key Words: Culture of research, Scholar research, Faculty of Education Science.
LA INVESTIGACIÓN COMO CULTURA RELEGADA EN LA FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN, UNIVERSIDAD DE CARABOBO
La investigación es una de las funciones específicas y maduras de la vida universitaria.
Sin investigación sólo hay una universidad adolescente o un liceo gigante.
ángel orcajo (1999, p. 83)
LA PUERTA DE ACCESO AL TERRITORIO DE LA CULTURA
La academia por sí misma representa un cuerpo simbólico de creencias, valores, normas, códigos y costumbres que dan forma a un espacio cultural común. La academia es una sociedad científica constituida por sujetos que apuntan hacia un mismo fin: La producción de saberes. Es en este contexto, donde se labran las ideas, donde se genera un pensamiento refinado, donde hombres y mujeres de ciencia edifican los conocimientos y abren un universo de representaciones culturales que dan sentido a las formas de mirar y construir el mundo, que dan esencia y contenido a la acción de la ciencia: la investigación.
Es así como se trazó un rumbo hacia un territorio simbólico-cultural, supuesto en la idea-fuerza de la ciencia académica como fundamento de la cultura investigativa. El territorio, como escenario de interacciones, se convirtió en el yacimiento que nutrió el espíritu científico de quien llevó a cabo la indagación y, a su vez, se
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constituyó en un gran laboratorio que proporcionó las herramientas para comprender la complejidad implícita en la cultura investigativa de esta Facultad.
De este modo, la inmersión persistente del investigador dentro del territorio académico, le llevó a conocer las particularidades y condiciones del proceso de desarrollo histórico y social de la actividad investigativa propia de esta casa de estudios, durante el tránsito, fue preciso acudir a las fuentes documentales que remitieron a las comunidades académicas fundacionales que dieron forma a la institucionalidad de la función investigativa.
El aporte de los informantes clave a quienes se consultó mediante la técnica de la entrevista en profundidad, y de los sujetos de la comunidad con los cuales se mantuvieron largas conversaciones informales, fue imprescindible para efectuar la reconstrucción de la historia; se intentó de cierta manera reflejar los hitos que han significado un avance para la cultura de la investigación.
Por otra parte, se elaboró una descripción partiendo de la cualificación, esto significó, atribuirle a los elementos simbólicos encontrados en la interacción con los sujetos de la comunidad, la cualidad cultural como valor esencial y particular del contexto–mundo de la investigación académica, lo cual se evidencia en los desarrollos de las categorías emergentes que dan forma a la comprensión de la cultura.
Es importante acotar al respecto que, el método asumido permitió la recursividad y simultaneidad en los procesos de análisis, lo que representa un punto esencial para estudios culturales que se tracen con metodología cualitativa, dado que la profusidad de datos, tiende a desbordar las categorías iníciales concebidas (deductivas), y por tanto, los procedimientos categoriales y estructurales posteriores tienden a generar categorías emergentes, que pudieran solaparse, pero que de igual manera deben ser tratadas apelando a la recursividad, con el propósito de ubicar posibles conexiones encubiertas en los documentos primarios. Ciertamente eso sucedió durante el estudio.
naturalmente los procesos de categorización y estructuración marchan de forma simultánea a la teorización, esto consistió en lo que
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desde esta perspectiva se denomina «interacción intercategorial», lo cual derivó en un corpus estructurado de relaciones complejas, que conllevó al desarrollo de una teoría de la cultura investigativa de este contexto particular.
La teorización fecundó el elemento argumentativo basado en el descubrimiento de las tradiciones ontológicas, epistemológicas y metodológicas que configuran los paradigmas que impregnan las lógicas de los grupos y sujetos que producen ciencia académica, y también de los que no producen nada; esto no solo se evidencia en los conocimientos, sino que subyace en los discursos y prácticas de transmisión, como por ejemplo: la acción docente.
La cultura investigativa se entiende desde esta perspectiva como la herencia material, espiritual e intelectual acumulada y en constante re-transmisión que tiene que ver con los valores de la ciencia académica, y que es construida, asimilada, reproducida y transferida mediante el ejercicio intelectual fundado en las formas de ser, situarse, conocer y hacer la investigación, que los actores académicos de una comunidad universitaria asumen. La cultura investigativa requiere de la interacción social de los distintos estamentos de la comunidad académica, de la búsqueda de estrategias para la promoción y desarrollo, así como también, del trabajo interdisciplinario y transdisciplinario de los miembros de la comunidad.
La transmisión de la cultura investigativa es una responsabilidad inmanente a la Ciencia de la Educación, su éxito y proyección en el entorno mediato e inmediato dependerá de la identidad hacia los valores de la investigación y de la ciencia que manifiesten los sujetos académicos. La cultura investigativa es un reflejo particular de como la universidad, y en este caso la Facultad asume su misión ideal: Formar hombres y mujeres de ciencia con conciencia.
EL ESCENARIO DE LA CULTURA
La comprensión del proceso de constitución del escenario cultural donde se sitúa el estudio, implica señalar en particular que la investigación en la Facultad de Ciencias de la Educación de la universidad de Carabobo (FaCE-uC), como producto del establecimiento de normativas institucionales específicas, es una
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práctica “relativamente reciente (...) que ha venido confrontando (...) innumerables tropiezos para su institucionalización y consolidación efectiva” (guevara y Divo, 2006, p.285).
Para entender el porqué de este incipiente desarrollo, es preciso destacar que esta comunidad académica, históricamente ha centrado sus esfuerzos en la función docente, relegando las actividades de investigación y extensión a un segundo plano; esto ha originado un distanciamiento entre la actividad investigativa generadora de conocimientos científicos, y la función docente transmisora de saberes y prácticas.
De acuerdo con orcajo (1999), en la universidad “ha dominado la imagen docentista, la del hombre que se desempeña simplemente en el ámbito de un aula y que repite sus apuntes hasta el cansancio año tras año” (p. 84). Lo anterior aparece como una de las tantas consecuencia del modelo que ha caracterizado la formación de talento humano en el sistema de enseñanza de las universidades venezolanas, cuyas secuelas pueden percibirse en la marcada “orientación profesionalista” y docentista que ha distinguido la cultura académica que se ha configurado en la universidad de Carabobo, y que a juicio de guevara y Divo (op. cit., p. 286) “ha terminado por definirla como una estructura cuestionablemente especializada en la docencia de pregrado, con relativamente bajas exigencias académicas y escasa productividad científica”.
La producción de conocimientos en la Facultad de Ciencias de la Educación (FaCE), parece estar orientada tradicionalmente por quienes mantienen y legitiman la tesis del interés individual (tal como lo estableció Robert Merton en el año 1942, en aquel clásico de la sociología de la ciencia: La Estructura Normativa de la Ciencia) de desarrollar investigaciones con plena autonomía y escogencia de temáticas totalmente desvinculadas de las Líneas de Investigación institucionales; así lo sostiene el documento: Política de Investigación en la universidad de Carabobo (2002, pp. 40 - 41), cuando señala que al crearse la Escuela de Educación en el año 1963 “adscrita a la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, se inició con un personal de profesionales de diferentes ramas del saber distintas a la Educación siendo, entonces, heterogéneo y con intereses distintos a los de la educación propiamente dicha”; el texto agrega además que, “quienes han tenido inclinación por
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la investigación en esta Facultad (…) han realizado investigación en áreas muy variadas y sin tener una orientación básica que les indique los aspectos prioritarios dentro de los cuales es más conveniente el trabajo investigativo”.
Este acercamiento a la realidad del escenario cultural donde se sitúa el estudio, deriva en tres presupuestos a considerar: a) que los docentes que investigan en la citada casa de estudios, conforman una población reducida, con algunos grupos de investigación constituidos en parcelas que operan muy pocas veces articulados a las unidades académicas, b) un extremo docentismo; y, c) una indiferente participación de los sujetos académicos que constituyen la comunidad, en las actividades de promoción y socialización de la ciencia que se realizan a nivel intra y extrainstitucional.
LA RUTA DE ACCESO A LA CONSTRUCCIÓN DE LA CULTURA
Los presupuestos epistemológicos y ontológicos que guían el estudio están determinados por la orientación naturalista e interpretativa propia de las investigaciones cualitativas; de esta manera el interés se centró en la descripción de las prácticas investigativas tradicionales de una comunidad académica específica, por lo tanto se asumió la etnografía como estrategia para acceder al fenómeno de estudio. El acceso quedó trazado a partir de la inmersión contextual e interacción con los sujetos que constituyen la comunidad académica que hace investigación en FaCE - uC.
Se muestra a continuación el cuadro que recoge el diseño del tránsito metodológico, en el que se concibe la lógica integral de la investigación, desde la intencionalidad, así como otros elementos que otorgan el carácter de rigurosidad científica al estudio.
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Comprender desde la inmersión en la comunidad académica de la Facultad de Ciencias de la Educación, universidad de Carabobo, el entramado contextual cultural subyacente en las formas que asume la producción investigativa.
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CONSTRUCCIÓN CATEGORIAL Y ESTRUCTURAL DE LA CULTURA
Este procedimiento fue concebido sobre la base racional de la estrategia metodológica asumida para llevar a cabo el estudio, con lo cual, se establecieron un conjunto de niveles de despliegue en su adecuación, tal como se muestra en el siguiente recuadro:
Cuadro 2: Proceso de análisis en la investigación etnográfica
Nivel de análisis Momento Particularidad Proceso científico Derivación Forma de
representación
Inicial Durante la recolección
- Simultaneidad- Recursividad- Asistematicidad
- División y simplificación del contenido
- unidades temáticas
- Categorías- Códigos
- Matrices de categorización
Intermedio Posterior a la recolección
- Recursividad- Sistematicidad
- Estructuración individual
- Estructuración grupal
- Categorías descriptivas
- Matrices de estructuración
Profundo Posterior a la recolección - Integración - teorización
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- Categorías teóricas sustantivas
- Ideogramas- Redes- Matrices de
teorización
DESCRIPCIÓN DEL PROCESO DE ANÁLISIS (CATEGORIZACIÓN - ESTRUCTURACIÓN)
Desde el momento en que la información obtenida -a través de los protocolos de observación y las notas de campo, las entrevistas y conversaciones con los actores de la cultura- fue transcribiéndose, comenzaron a surgir las categorías iníciales, estas emergieron de la unidad de análisis seleccionada por el investigador, en este caso se estableció como unidad de análisis, el grupo de los párrafos construidos sobre la base de las entrevistas y anotaciones efectuadas, técnica que permitió la fragmentación inmediata en frases y categorías.
La categorización fue simultánea a la fragmentación de la unidad de análisis, para este procedimiento el investigador consideró conveniente manejar la integración de categorías generadas de la teoría y las categorías provenientes del marco cultural, con lo cual
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se logró pasar de un proceso de categorización deductiva a otro de categorización inductiva.
La sistematización del procedimiento de categorización deductiva-inductiva en el estudio, se muestra a partir de los temas que fueron considerados, éstos, se concibieron producto de los presupuestos, la inmersión inicial del investigador al terreno, y la adquisición de las herramientas conceptuales (proceso de triangulación).
En este sentido, los temas que en primera instancia guiaron el estudio se resumieron con el criterio de los aspectos que de acuerdo con el investigador daban contexto a la cultura, y que además eran fundamentales para la comprensión de la misma. De acuerdo con lo explicado, los temas establecidos para tal fin quedaron definidos de la manera siguiente:
- Desarrollo histórico y social de la investigación académica en FaCE-uC
- Constitución e Institucionalización de la comunidad académica
- Formas de producción de la investigación académica
- Particularidades y condiciones de la cultura investigativa
Estos temas guiaron el curso de las entrevistas en profundidad con los informantes clave, las conversaciones con otros sujetos de la comunidad, y también las primeras observaciones e interacciones participativas del investigador. Cada uno de estos temas derivó de las preguntas científicas, que a su vez derivaban de los objetivos de la investigación (esta relación puede verse en el cuadro siguiente de desarrollo del proceso de análisis).
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Cuadro 3: Desarrollo del proceso de análisis (Categorización-Estructuración)
Intencionalidad del estudio Preguntas científicas Temas Categorías deductivas
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Conocer las particularidades y condiciones culturales del proceso de desarrollo histórico y social de la actividad investigativa en la comunidad académica.
En el contexto de la comunidad académica de la Facultad de Ciencias de la Educación, universidad de Carabobo ¿Qué particularidades y condiciones culturales surgen del conocimiento sobre el desarrollo histórico social de la actividad investigativa en esta casa de estudios?
Desarrollo histórico y social de la investigación académica en la Facultad de Ciencias de la Educación (FaCE)
Proceso histórico de académica en FaCE – uC Institucionalidad de la actividad investigativa Desarrollo histórico social del proceso de constitución de la identidad investigativa
Constitución e Institucionalización de la comunidad académica
Comunidad académica de investigación
Cualificar descriptivamente los valores esenciales y particulares del contexto-mundo de la investigación académica, mediante los elementos culturales encontrados en la interacción con los sujetos de la comunidad.
De acuerdo a las formas de producción científica de la comunidad académica de FaCE – uC, ¿cuáles particularidades y condiciones que subyacen en la cultura investigativa de esta casa de estudios?
Particularidades y condiciones de la cultura investigativa
Cultura de la investigación
Formas de producción de la investigación académica
Producción de la investigación académica
El proceso de separación de las categorías inductivas, se efectúo inmediatamente se obtenían los primeros datos de la comunidad, este paso se inició con la ayuda del software científico Atlas.ti®, mediante la ordenación en matrices y la derivación de nuevas categorías que emergieron de los análisis correspondientes. De esta manera, se generaron las categorías inductivas derivadas (ver cuadro siguiente).
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Cuadro 4: Análisis Categorial
Categorías deductivas Categorías inductivas derivadas
Desarrollo histórico y social del proceso de constitución de la identidad investigativa
- Marco histórico de desarrollo de la institucionalización de la investigación académica en FaCE - uC
- Formación del docente como científico académico- Percepción hacía el investigador
Institucionalidad de la actividad investigativa
- normativa de la investigación académica- Estructuras de Investigación- Postgrado /tradición del Postgrado
Comunidad Académica
- Formas de organización de la Comunidad Académica- Identidad de la Comunidad Académica- Primeras generaciones académicas- Situación ante la investigación
La construcción de la Investigación Académica
- Interacción: Currículo-Investigación-Ciencia de la Educación- Divulgación investigativa y comunicación científica- Apoyo al Investigador- Motivación investigativa
Cultura de la Investigación Académica
- Axiología del ser investigativo- El hacer investigativo- Ethos académico- Identidad científica
Al tener reducida la información, se procedió con la estructuración. En primera instancia, mediante análisis descriptivo a partir de las categorías derivadas y la selección de información (contenida en cada categoría) extraída de los documentos primarios (extensos de entrevistas), posteriormente se establecieron las relaciones entre categorías previas, derivadas y generadas de las descripciones. De esta manera se dio despliegue al desarrollo categorial que sigue.
MARCO HISTÓRICO Y SOCIAL DEL PROCESO DE CONSTITUCIÓN DE LA IDENTIDAD INVESTIGATIVA
Contexto histórico y social dentro del cual se gestó la constitución de la identidad investigativa como signo de la cultura académica. Este marco histórico y social está impregnado de una compleja trama de concepciones y tradiciones ontológicas, epistemológicas y metodológicas que han dado forma a los rasgos no evidentes dentro del mundo de la vida del hacer científico universitario.
La prevalencia de la relación núcleo-periferia, la entronización de lógicas reduccionistas manifiestas en la disciplinariedad, el
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individualismo, el neutralismo “mertoniano”, la fractalización de los territorios científicos, la acentuación de la separación entre la ciencia y la cultura, y la figuración de una imagen mítica del científico, aunada a cierto elitismo intelectual que se alimenta de la percepción social que se tiene del hombre de ciencia; han sido elementos, que asimiló la comunidad científica que se constituyó bajo la tutela de la American Association for the Advancement of Science (AAAS), instrumentada en venezuela para el año de 1950, por la Asociación venezolana para el Avance de la Ciencia (AsovAC), y las comunidades académicas, grupos e individuos que se adosaron a ella.
De esta manera, el marco histórico y social donde se fraguó la Facultad de Ciencias de la Educación, falsificó la imagen del científico, y la sociedad reprodujo esa tradición, se configuró entonces un perfil “mítico” del hombre de ciencia (anclado a corrientes internacionales), asociándose este, a aquella imagen ficticia del individuo con bata blanca, larga barba y cabello desordenado que hace experimentos dentro de un laboratorio; banalizándose y trastocándose de esta forma, la esencia del hacer-ciencia.
Esto conllevó a que la percepción social hacia el científico perdiera todo vínculo con la imagen del hombre real de carne y hueso con pasiones y emociones, fue tanto así que, los propios actores académicos dentro de las universidades vinieron a radicalizar esa separación, y por lo tanto, se creó simbólicamente una especie de pedestal, donde el discurso de la ciencia, continua siendo un territorio exclusivo de una élite académica.
Con esto se quiere dar a entender que, la asimilación de identidades académicas supone primordialmente, la ruptura de las lógicas históricas-ideológicas-tradicionales que se ciernen sobre los imaginarios de grupos e individuos académicos que aún no consiguen forjar su identidad natural: la investigativa.
Puede evidenciarse entonces que la ciencia como esencia de la cultura investigativa, no ha tenido cabida ni en los discursos, ni en las construcciones simbólicas de los sujetos de la comunidad académica, sin embargo, esto no quiere decir que no se reconozca la existencia de tradiciones investigativas fuertemente arraigadas que han aportado saberes y experiencias, no obstante, lo que se denota en las formas subyacentes de la cultura, es una versión “tropical” de
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la ciencia, caracterizada por la fuerte influencia del núcleo sobre la periferia.
Es así como las corrientes normativistas (mertonismo), positivistas (reduccionismo) e instrumentalistas (docentismo), se encriptan en las lógicas del pensamiento académico, y a su vez propician la constitución de burocracias cientificistas como mampara del régimen de verdad, esto es la conservación del estatus quo institucional en el manejo de una “ciencia académica” sin ningún tipo de relevancia académica.
NORMATIVA DE LA INVESTIGACIÓN ACADÉMICA
Para efectos de este análisis, la institucionalidad es la situación normativa de las estructuras y de los mecanismos administrativos que las regulan. Esta viene dada por las condiciones jurídicas que dan forma y legalidad a una entidad. La actividad investigativa tiene forma institucional, al constituirse como fundamento esencial de la entidad académica que la genera.
De este modo, las categorías que han derivado de los documentos primarios dan cuenta que la institucionalidad de la actividad investigativa es una condición que tiene su plataforma en los marcos regulatorios que norman esa función, en las estructuras de investigación sobre las cuales se organizan las unidades académicas de administración, gestión, producción y promoción investigativa; y a su vez, en los estudios de postgrado como fuente primigenia de la formación científica.
Son los marcos regulatorios que instituyen las condiciones normativas sobre la cual se monta toda la estructura de la investigación académica, y en este caso particular, la que se produce en la Facultad de Ciencias de la Educación (FaCE). Estos marcos regulatorios se amparan en la Ley de universidades, de la cual derivan los demás reglamentos (del CDCH, de Postgrado) y estatutos (del Personal Docente y de Investigación) que dan marco legal a la política investigativa de la uC.
Al efectuar un arqueo documental referido al estado del arte de la normativa de la investigación en la Facultad, en cuanto a la orientación de la producción investigativa en función a la política
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institucional, se consigue que es el Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico (CDCH) el órgano encargado de “gerenciar la política de investigación de la universidad de Carabobo” (Política de Investigación universidad de Carabobo, 2002, p.140), por tanto, los demás entes adscritos como las Direcciones de Investigación y Producción Intelectual, quedan supeditados a las decisiones que allí se tomen.
La norma es el marco que organiza las estructuras y las formas de proceder de los sujetos, en este caso, el Estatuto del Personal Docente y de Investigación es la normativa que rige directamente a los sujetos académicos de FaCE, y que a su vez es la más difundida, y atendida por los miembros de la comunidad, puede ser porque les compete directamente, y a su vez porque toca los intereses profesionales, académicos y reivindicatorios en cuanto a los beneficios que les corresponden, pero también toca lo atinente a los deberes en el ejercicio de la docencia, investigación y extensión. De ahí el hecho de que la cultura investigativa se mueva a partir de los intereses del profesorado por realizar el trabajo de ascenso, o la culminación del doctorado, para cumplir de esa manera con lo establecido en las disposiciones de la norma.
ESTRUCTURAS DE INVESTIGACIÓN
Son los distintos niveles en los cuales se organizan las unidades académicas de administración, gestión, producción y promoción investigativa. Las normas del CDCH-uC para la clasificación de Estructuras y niveles de la Investigación de la universidad de Carabobo (en Política de Investigación de la universidad de Carabobo, 2002, Anexo 5, pp. 4-5), clasifica estas organizaciones atendiendo al rango académico que le corresponde dentro de la institución, en este sentido, “Los grupos de Investigación son unidades con rango académico equivalente al de las Cátedras, los Laboratorios o unidades y Centros de Investigación, al de los Departamentos; y los Institutos de Investigación al de las Escuelas o equivalentes”.
Estos espacios de generación de conocimientos, son tan importantes como los que se avocan únicamente hacía la administración curricular centrada en la docencia, relegando a un segundo plano lo atinente a la función natural de toda unidad Académica de una casa de estudios universitarios.
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En el contexto actual de la comunidad, la percepción de los sujetos consultados, en nada se contradice con la realidad observada, los centros, unidades y grupos, que son las instancias que constituyen los espacios naturales para la administración, gestión, producción y promoción investigativa permanecen ocultos, y desarticulados entre sí, además que, la producción que generan sus integrantes sigue dispersa, a pesar de las motivaciones aisladas de algunos docentes investigadores por sistematizar toda la actividad investigativa de la Facultad [Caso Proyecto Balance de la Investigación en la universidad de Carabobo (Proyecto estructurado por un grupo de investigación en el año 2005, y que quedó paralizado por diversos motivos)], esto no se ha podido lograr, con lo cual se continúa arrastrando con una deuda, la reconstrucción de la identidad histórica de la investigación en FaCE.
POSTGRADO / TRADICIÓN DEL POSTGRADO
El postgrado se concibe como el grado académico superior de formación científica en determinada área del conocimiento. El propósito de los estudios para graduandos se centra en la conformación de un sujeto investigador que propenda a la generación de conocimiento científico autónomo, para ello, es imprescindible el estímulo y fomento de la producción intelectual acreditada y validada por pares académicos, la formación de talento humano especializado, la promoción de un tipo de investigación que responda al avance de la ciencia, la tecnología y el humanismo, en correspondencia con el desarrollo social, económico, político y cultural del entorno.
Los estudios de cuarto y quinto nivel en la Facultad de Ciencias de la Educación, están normados por el Reglamento de los Estudios de Postgrado de la universidad de Carabobo, sancionado en el año 2006, por el Consejo universitario.
El postgrado es el vínculo esencial entre Academia, Investigación y Ciencia, “(…) es el lugar real de la especialización, de la diversificación fuerte de los saberes y, al mismo tiempo, es la expresión del carácter profundamente histórico de todo producto científico y social”, así lo define orcajo (1999, p. 68), cuando teoriza sobre la decidida intención de búsqueda reflexiva en los estudios de cuarto y quinto nivel.
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Cuando se indaga en torno a los estudios de postgrado en la Facultad de Ciencias de la Educación, los sujetos de la comunidad consultados confluyen en que la Facultad tiene una fuerte tradición en la generación de estudios de cuarto y quinto nivel, y también en que tienen una alta pertinencia de formación, consideraciones que coinciden con Páez (2001) en lo atinente a la calidad de la formación y la demanda exponencial que ha venido experimentando el postgrado en los últimos años.
La Facultad de Ciencias de la Educación posee una importante estructura institucional académica en cuarto y quinto nivel que tiene una historia importante, incluso, antes de la separación de la Escuela, de la Facultad de Economía y su subsecuente constitución como Facultad de Ciencias, ya existía un programa de estudios doctorales (para más detalles consultar a Páez, 2001); así mismo, la institución ha sido promotora de maestrías y especializaciones a lo largo de los años; en la actualidad todos sus programas están acreditados por el Consejo nacional de universidades (Cnu).
Por otra parte, es necesario subrayar que la atención hacía la formación científica es fundamental, entendiendo que la constitución del espíritu científico radica en el hacer y también en el ser, pero ello viene contenido como valor agregado en los conocimientos y prácticas que producen y re-producen los actores académicos, en este sentido, una mayor presencia de los estudiantes de postgrado en las actividades de divulgación científica que tengan lugar en la Facultad, la vinculación entre pregrado y postgrado, ya sea a partir de la fusión entre la Dirección de Postgrado y la Dirección de Investigación (para que se constituya la Dirección de Investigación y Postgrado -propuesta fundamental para transformar la gerencia tradicional del conocimiento-), la promoción de seminarios, conversatorios, foros temáticos sobre investigación, entre otros, y conjuntamente con la apropiación y proyección de un discurso trascendental sobre el quehacer científico, pudieran ser elementos que dieran lugar a una conciencia identitaria sobre la cultura de la investigación dentro del postgrado en esta Facultad.
FORMA DE LA COMUNIDAD ACADÉMICA
una comunidad adquiere su perfil a partir de la herencia acumulada y reproducida por los sujetos que la constituyen; éstos, orientados por
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sus marcos de representación construyen un paradigma. Los modos en que los sujetos se asumen como parte de la comunidad, consciente e inconscientemente dan lugar a formas de relacionamiento, asociacionismo, arraigamiento, en tanto que las prácticas científicas se van socializando, asimilando y reproduciendo entre ellos.
La forma de la comunidad académica de FaCE, tiene su génesis en las primeras generaciones académicas, tanto así que en la actualidad, la manera de organización de los grupos que constituyen la comunidad, aún sigue siendo heterogénea. Al respecto, los actores consultados sobre este particular, han calificado la comunidad como una suerte de comarca con algunas tribus que se conciben como una comuna selecta, donde prevalece la fragmentación, el parcelamiento y el individualismo por encima de todo.
Este escenario ha permeado los espacios de la vida comunitaria, con lo cual pareciera que el germen del ethos académico de los iniciadores mantiene su arraigo en las estructuras institucionales, y esto a su vez, se denota en la forma heterogénea que ha caracterizado a una comunidad académica que actualmente está constituida en su gran mayoría por profesionales de la docencia provenientes de distintas ramas del saber.
IDENTIDAD DE LA COMUNIDAD ACADÉMICA
El carácter de la comunidad es básicamente el signo que la define como tal, en este sentido, la caracterización de la comunidad académica de la Facultad de Ciencias de la Educación, está delineada a partir del contexto histórico cultural donde los sujetos académicos construyen sus marcos de acción y representación, de manera que, éstos actores la perciben como una consecuencia de las primeras generaciones de académicos que conformaron su planta docente, quienes fundaron una comunidad heterogénea de agrupamientos e individualidades formados en “diferentes ramas del saber distintas a la Educación, siendo entonces heterogéneo y con intereses distintos a los de la Educación propiamente dicha” (Política de Investigación de la universidad de Carabobo, 2002, p. 41).
Esta particularidad adosada a la atención exclusiva hacia la docencia, ha dibujado el perfil de la Facultad, sobre este aspecto, orcajo en Reconstruyendo la universidad (1999, p. 84) es categórico
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al afirmar que “Hasta ahora ha dominado la imagen docentista, la del hombre que se desempeña simplemente en el ámbito de un aula y que repite sus apuntes hasta el cansancio año tras año”, del mismo modo, guevara y Divo, como autores del libro La Investigación en la universidad de Carabobo en el contexto histórico del desarrollo de la ciencia y la tecnología (2006, p. 286) vienen a reafirmar esa condición cuando aseveran que las secuelas del modelo que ha caracterizado la formación de talento humano en el sistema superior de enseñanza de las universidades venezolanas también ha hecho metástasis en la cultura académica que se ha configurado en la universidad de Carabobo, de modo que “ha terminado por definirla como una estructura cuestionablemente especializada en la docencia de pregrado, con relativamente bajas exigencias académicas y escasa productividad científica”.
La comprensión del proceso de constitución del carácter de ésta comunidad viene dada por la organización de los esquemas académicos basados en la docencia y la consiguiente profesionalización en sus distintas disciplinas que fungen como menciones, lo cual ha supuesto un atentado hacia las manifestaciones retóricas y pragmáticas de fondo de la investigación y la ciencia, pareciera ser que los actores académicos aún no han asumido el espíritu implícito en la ciencia de la educación, como escenario posible del carácter de una comunidad que fue concebida por sus iniciadores, en teoría con la mirada puesta en un perfil científico del educador, pues, esta visión se desdibujó en el mero instruccionalismo formativo, y fue quedando relegada a tan solo algunos grupos que son los que han mantenido en sus distintas generaciones, la función natural de una Facultad que nació para dimensionar el carácter científico de la Educación.
PRIMERAS GENERACIONES ACADÉMICAS
Se entiende como la confluencia generacional primigenia de actores que han impulsado la fundación de la Escuela, la creación de la Facultad, la institucionalización de sus estructuras, la configuración del carácter académico de la comunidad, los planificadores del currículo, la docencia, la investigación y la extensión, es decir, los individuos y grupos que han construido una cultura de la academia fundamentada en los valores de la ciencia, la ética, el compromiso docente y la identidad simbólica hacía todo lo que representa el “ser universitario”.
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En este punto, es fundamental apelar a la reconstrucción de la historia que hace toro (2004), donde da cuenta de los sujetos académicos que asumieron las riendas de la Escuela de Educación y que a su vez fueron los artífices en la configuración de la primera comunidad académica, en este sentido, toro identifica a Juan Correa (para el momento egresado como Licenciado en Educación de la Facultad de Humanidades y Educación de la universidad Central de venezuela) “como protagonista de excepción y promotor de la misma”, también a los profesores egresados del Instituto Pedagógico de Caracas Pedro José Mújica, José Antonio Morales Roa y al profesor Jesús Berbín López (estos tres últimos estuvieron encargados del primer proyecto de creación de la Escuela, el cual no se cristalizó). Sin embargo, fueron el referido profesor Juan Correa, conjuntamente con los doctores Francisco ávila y Rafael gonzález Baquero los precursores de la Escuela de Educación y de su comunidad constitutiva.
otro documento que aporta datos fundamentales sobre las subsecuentes generaciones académicas, posterior a la fundación de la Facultad, es el elaborado por Páez (2001), la autora hace una indagación detallada sobre los aspectos históricos que han representado la evolución de una cultura de la investigación asociada a los estudios de cuarto y quinto nivel en FaCE, al respecto, puede decirse que la tercera generación académica, surgió durante el proceso de institucionalización de la actividad de investigación, en el año 1981 cuando se crea la primera unidad de Investigación de la Facultad (Política de Investigación de la universidad de Carabobo, 2002, p.44), y además, cuando comienzan a funcionar las Maestrías en Educación Mención: Investigación Educativa y también en Educación Mención: Planificación Curricular.
Muchos o pocos son los nombres que pueden surgir de una revisión profunda o superficial sobre el tema, pero lo que sí se puede percibir al respecto es que, la Facultad de Ciencias de la Educación ha sido el espacio fundamental de una comunidad académica que ha transitado por distintos períodos históricos, y quienes han resaltado de alguna u otra forma ha sido por el hecho de que en algún momento de sus vidas como sujetos académicos han unido esfuerzos en pro de la concreción de ideas y proyectos, y que han aportado conocimientos, experiencias y vivencias significativas a la comunidad.
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SITUACIÓN DE LA COMUNIDAD ACADÉMICA ANTE LA INVESTIGACIÓN
Se entiende como las posturas que asumen los actores que coexisten en un espacio común definido como “académico”, en torno a la actividad investigativa, de producción intelectual y de trabajo científico. Pareciera tácito que el objeto de cualquier comunidad académica gira alrededor de una serie de intereses espirituales e intelectuales, y de la producción investigativa como función natural de la «holopraxis académica», sin embargo, la comprensión de los intereses de la comunidad pasa por definir cuáles discursos prevalecen sobre la ciencia académica, en función de la actitud de sus actores ante la investigación.
La actitud ante la investigación debe ser una condición inmanente al docente universitario, la manera en la cual el docente se involucra en la dinámica científica dice mucho de su talante, en este caso, parece persistir la dispersión y la presencia de un paradigma normativo, de desinterés pero no por la ciencia, sino por la investigación, dado que para poder convertir un conocimiento en científico antes debe existir la investigación, en consecuencia, la comunidad aún no ha asumido su condición académica natural como investigadora.
LA CONSTRUCCIÓN DE LA CIENCIA ACADÉMICA
Según el modelo tradicional, dice Ziman (2003, p.185), los científicos académicos son formalmente empleados como profesores y no como investigadores. Pero realmente ganan puestos permanentes en las universidades gracias a sus contribuciones personales y, al ranking que adquieren de acuerdo con la evaluación de sus pares. Lo mismo vale para los científicos en gran parte de las instituciones que no se dedican a la enseñanza, sino que laboran en los institutos, centros, laboratorios, que asisten a los “consejos de investigación”, en el sentido de que son específicamente empleados para llevar adelante proyectos de investigación particulares o dirigidos para obtener resultados de investigación con aplicaciones prácticas particulares.
Las vías para el desarrollo de una cultura de la ciencia académica en la Facultad de Ciencias de la Educación supone no únicamente la con-centración de las prácticas investigativas en aspectos naturales de la academia como la libertad para publicar, la promoción basada
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en el mérito, la autonomía investigativa, la revisión de los proyectos por los “pares académicos”, las recompensas, la fluidez del débate epistemológico y metodológico, el financiamiento, entre otros; sino que además, y en este contexto particular, la cultura da cuenta de la subyacencia de otros fenómenos estructurales que participan «de hecho», en la construcción simbólica de la ciencia académica, estas categorías son: interacción: currículo-investigación-ciencia, divulgación investigativa y comunicación científica, condiciones para la investigación, apoyo al investigador y, motivación investigativa, aunado a la con-ciencia del ser y hacer científico como naturaleza esencial del sujeto académico.
INTERACCIÓN: CURRÍCULO-INVESTIGACIÓN-CIENCIA DE LA EDUCACIÓN
La planificación curricular tiene una importante tradición en FaCE, en este terreno se han generado aportes fundamentales para el desarrollo del currículo, desde la vertiente teórica-filosófica, hasta la técnica-operativa. Dentro de este orden, las distintas reformas curriculares ocurridas en esta institución, han otorgado a su comunidad y en especial a los grupos que han planificado y dirigido estas reformas, una amplia experiencia cuya reflexión gira en torno a una cultura fundamentada en la planificación curricular.
La presencia de lo curricular como aparato estructurante y organizante de la compleja “torre de babel” disciplinar, y la subyacencia de un espíritu docentista, ha relegado a la investigación y, a la ciencia de la educación, a compartimentos aislados y sin conexión alguna. La reducción del componente investigativo escinde el vínculo entre la docencia y la ciencia; y a su vez, aleja la esencia de los valores de la academia en el estudiantado.
En correspondencia con lo planteado, la investigación como holopraxis y la ciencia como conocimiento, son ejes transversales de un currículo que en su filosofía concibe la conformación científica del docente como valor fundamental de la cultura académica, por lo tanto, la planificación y desarrollo del currículo debe procurar que estas tres dimensiones tiendan a unificarse en una suerte de «interactividad» donde lo curricular tenga que convertirse en la infraestructura de la investigación en la construcción de la ciencia académica.
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DIVULGACIÓN INVESTIGATIVA Y COMUNICACIÓN CIENTÍFICA
La divulgación investigativa es una actividad fundamental de la ciencia, la comunicación científica es la transmisión del saber y los productos del conocimiento científico a través de distintos medios. Ambas dimensiones de la “información y difusión” son particularmente importantes dentro de una colectividad de académicos que aún no han asimilado su condición natural.
En la Facultad de Ciencias de la Educación, la difusión de la actividad investigativa tiene una plataforma comunicacional que ha venido consolidándose, con tres revistas que han conquistado la indexación científica (Revista Ciencias de la Educación, Revista “Mañongo”, Revista Educación en Valores) y Revista Arjé, (fundada en el año 2007, por un equipo de investigación del Centro de Investigaciones Educativas).
En el año 2004, con el impulso otorgado por la Dirección de Investigación de entonces, se instala la Jornada Divulgativa de los estudiantes de la FaCE, evento que se ha sostenido y convertido en una importante tradición. Al respecto, es importante señalar que estas iniciativas promovidas desde la Dirección de Investigación -que para ese momento estaba a cargo de la profesora Luisa Soto quien logró gerenciar con mucha identidad universitaria y poder de convocatoria, a pesar de las limitaciones, una instancia que permaneció aletargada comunicacionalmente desde sus inicios- fueron abonando un escenario promisorio para la visibilidad de la producción investigativa dentro de la Facultad.
En la actualidad se da cuenta de los esfuerzos que realizó la Doctora Arelis Marcano (quien ocupara la Dirección de Investigación entre los años 2007-09) en cuanto a la búsqueda de financiamiento en las ruedas de negocios que convocó con empresarios en el marco de la Ley orgánica de Ciencia, tecnología e Innovación (Eso fue una novedad dentro de una Facultad donde la producción de ciencia aplicada es escasa); y en los actuales momentos cuando la Dirección de Investigación ha pasado a denominarse “de Investigación y Producción Intelectual” (con la profesora Bernardette Agrela como Directora), se han continuado sosteniendo las jornadas de divulgación de la producción académica referida anteriormente, y se
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han abierto otros espacios importantes de disertación como son los denominados Café Cogitate.
Se entiende desde esta perspectiva que es fundamental un redimensionamiento al formato de la difusión, y para ello, el apoyo de otras instancias es fundamental. Puntualmente, la Dirección de Postgrado tiene una responsabilidad enorme en trabajar conjuntamente con la referida Dirección de Investigación en todo lo que respecta a la divulgación y comunicación científica, ya que si la Dirección de Postgrado no logra sintonía con los procesos de gestión de la difusión científica, entonces no se podrá avanzar hacia el logro de una cultura investigativa cimentada, es decir, la Dirección de Postgrado no puede concebirse como una instancia únicamente administrativa, debe ir más allá, ya que es una instancia académica con un peso enorme en la configuración de la cultura investigativa institucional.
APOYO AL INVESTIGADOR
Las condiciones, facilidades y posibilidades que se le brindan al investigador -sin distinción de categoría o grado académico-, para el desarrollo del hacer investigativo. Este apoyo le permitirá ejecutar con efectividad y calidad las tareas científicas que emprende.
El apoyo al investigador es la plataforma que una institución o entidad del conocimiento genera para facilitar las condiciones físicas, tecnológicas, metodológicas, financieras, y de cualquier otra índole que permitan al investigador llevar a cabo de manera asertiva la actividad científica.
Las apreciaciones de los sujetos académicos giraron en torno a las ayudas financieras que pueden recibir de las instancias correspondientes, que evidentemente son fundamentales para el desarrollo de las investigaciones, pero es necesario decir que existen otros elementos referidos al apoyo, que fueron omitidos por lo informantes, y que también juegan un papel esencial en la configuración de la cultura.
De acuerdo con lo anterior, son las instancias quienes tienen la responsabilidad de gestionar las condiciones para que los investigadores se articulen en red y, a su vez, se produzca el
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avance en el conocimiento. Dentro de la Facultad de Ciencias de la Educación, en la actualidad el apoyo al investigador sigue siendo muy modesto.
Desde la Dirección de Investigación anteriormente, y ahora de Investigación y Producción Intelectual, se puede dar cuenta que se ha hecho un esfuerzo significativo para desarrollar el concepto y, a su vez la constitución de la unidad de Apoyo al Investigador (actualmente operativa), espacio este, destinado en un primer momento para brindar asesoría metodológica a los grupos de investigación, también a los estudiantes y profesores que lo soliciten, pero el alcance de esta unidad no queda allí, su proyección deberá tener como objeto, orientar a los investigadores en la búsqueda de financiamiento para sus proyectos, promover convocatorias a eventos científicos nacionales e internacionales, motivar la producción investigativa y la comunicación científica, entre otros.
MOTIVACIÓN INVESTIGATIVA
Se concibe como el interés manifiesto del ser, en el hacer investigativo. Este rasgo viene a configurar un perfil observable de las acciones, actitudes, niveles de compromiso y participación que el sujeto investigador demuestra en términos de adhesión, arraigo e identidad.
Este tipo de motivación propicia la entrega al proceso investigativo y brinda la posibilidad de solventar eventuales renuncias, tensiones y otras consecuencias propias de la incubación intelectual para que sean soportables y hasta placenteras; todo lo cual redunda en beneficio personal, hábito de trabajo y desempeño profesional. De esta manera, la investigación llega a convertirse en una poderosa herramienta de transformación intelectual y emocional si se le otorga la verdadera dimensión que debe tener.
Las apreciaciones formuladas por los informantes consultados dan cuenta de la existencia de procesos motivaciones aislados que dificultan la configuración de un factor generacional de actitudes y adhesiones a la cultura investigativa de la FaCE, por lo tanto, es necesario que las estructuras se avoquen hacía la consecución de programas de investigación encaminados a establecer mecanismos de avance en la tarea de la divulgación y comunicación del
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conocimiento, además es imprescindible procurar la incorporación de nuevos valores en el escenario científico local (investigadores noveles), lo cual es una garantía para consolidar a futuro un escenario científico fundamental para la ciencia de la educación.
CULTURA DE LA INVESTIGACIÓN ACADÉMICA
La cultura de la investigación académica se entiende desde esta perspectiva como la herencia material, espiritual e intelectual acumulada y en constante re-transmisión que tiene que ver con los valores de la ciencia académica, y que es construida, asimilada, reproducida y transmitida mediante el ejercicio intelectual fundado en las formas de ser, situarse, conocer y hacer la investigación, que los actores académicos de una comunidad universitaria asumen.
La cultura de la investigación a su vez es una categoría amplia y compleja, donde confluyen las normas, los valores, las creencias, el lenguaje, y otros elementos que vienen a dar forma identitaria a una comunidad de investigadores. En este punto, La cultura como macro construcción constituye el aspecto simbólico que identifica a las instituciones y sus distintos grupos, son las culturas y subculturas, paradigmas, ideologías, perspectivas ideales y símbolos que genera el sistema académico y que se encuentran profundamente arraigadas en su seno.
AXIOLOGÍA DEL “SER INVESTIGATIVO”
La categoría axiología del «ser investigativo» se comprende como la valoración autorreferencial que asumen los investigadores. Esta viene dada por la matriz simbólica que el sujeto construye en torno a su mundo de vida como investigador, su espíritu científico, y los valores que en este se constituyen. La axiología del «ser investigativo» centra su atención en la forma en la que el sujeto piensa, actúa, reflexiona, se concibe ante una determinada comunidad de investigadores.
El «ser investigativo» es una actitud o disposición subjetiva del investigador que busca soluciones serias con métodos adecuados al problema que pretende resolver; esa actitud, desde luego que no es innata a la persona, se le conquista a lo largo de la vida a costa de trabajo e incluso de sacrificios. Puede y debe ser aprendida, pero no heredada.
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Esta manifestación subyace en los referentes valorativos que como condición natural y particular asume cada investigador sobre los modos en que concibe la realidad, en los que se aproxima a esa realidad, y en las vías que traza para sumergirse en esta. De este modo, los supuestos referentes a esta categoría parten de la inducción, es decir, de los datos que los informantes generaron sobre lo que significa la Axiología del «ser investigativo».
Los valores del «ser investigativo» se asimilan en la proximidad académica, en la praxis científica, en el arraigo identitario con la herencia cultural generada a través del conocimiento, en el caso específico de la Facultad de Ciencias de la Educación, cada sujeto académico asume una condición particular anclada en un ethos personalista, que pareciera ser una generalidad de la condición intelectual del investigador, por otra parte, la conciencia investigativa fundada en la valoración por la condición científica pasa a tener una preponderancia importante en cuanto y en tanto se forja una cultura de adherencia hacía estos valores, es la forma en que se va constituyendo el espíritu científico.
EL HACER INVESTIGATIVO
Desde este contexto, el hacer investigativo está asociado con lo que Mogollón (2009, p.195) denomina “el arte de investigar”, esta cualidad que se adquiere con la calidad de la experiencia, se centra en un proceso de entronización que inicia con la inmersión, pasa por la resolución y culmina en la comunicación del tránsito investigativo que se gestó para hacer de un conocimiento un hecho científico.
Este hacer no se circunscribe exclusivamente al manejo de herramientas y conceptos investigacionales propiamente dichos, como pudiera entenderse desde las lógicas occidentales de las escuelas sociológicas francesas o norteamericanas; sino que, encuentra su fundamento en la práctica holística de la experiencia investigativa particular, es decir, que la realidad de la ciencia contextualizada en estos espacios, tiene unas características que han hecho del investigador una especie de Investigador – gestor (categoría que define el trabajo generador y sistémico que realiza un investigador asociado a un centro de investigación productivo), en este contexto, el hacer investigativo significa tener la capacidad para dirigenciar (dirigir y gerenciar) la producción de conocimientos
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y prácticas, a su vez significa, tener la flexibilidad para migrar de un pensamiento complejo (ideográfico) a uno lógico-reductivo (nomótetico) y viceversa, esta es la holopraxis creadora y generadora del espíritu científico.
Las consideraciones de los informantes dan cuenta que el hacer investigativo de los sujetos de la comunidad no es proporcional al espíritu científico que forja los valores de la cultura investigativa, de este modo, pareciera ser que quienes investigan no asumen la condición axiológica del ser científico, ni se conciben como tales, dado que a juicio de los actores consultados prevalece el interés capital materializado más en el prestigio que otorga el papel (credenciales, titulaciones, certificados, reconocimientos) que el espíritu científico inmanente en el arraigo por los valores de la cultura de la ciencia.
ETHOS INVESTIGATIVO
El ethos investigativo es el elemento básico de la cultura investigativa, el trasluz de donde proceden las normas, los valores, las creencias, el lenguaje, la identidad y el conjunto de modos de ser, conocer y hacer que se transmiten inconscientemente y se expresan en la tradición de los códigos, los símbolos, los discursos, en fin, de los saberes acumulados.
no siempre estas expresiones se conceptualizan o racionalizan aunque si conforman una especie de organización inconsciente de un grupo o comunidad. En este sentido el ethos como lo evidente en la conducta social es lo que da forma a la comunidad ya que integra todos sus miembros en un conjunto y conforma una identidad. El ethos investigativo además de tradiciones, formas y modos de investigar de los grupos locales que podrían llamarse etnoinvestigativos y etnocientíficos, equivale a territorio, hábitat, conlleva la idea de marca indeleble que significa carácter, modo de ser. Los sujetos académicos de FaCE, han aportado información que da cuenta del ethos investigativo de la comunidad, de esta forma, han podido percibirse algunos elementos que subyacen en los modos de hacer investigación de los sujetos de la referida colectividad.
Estas apreciaciones dan cuenta de la existencia de un ethos académico centrado en valores que podrían definirse como «anti investigativos», dado que, tal como se viene tejiendo la cultura de
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la investigación en este contexto particular, pareciese ser que toda producción intelectual generada por los sujetos académicos tiene como fin el elemento, llamémosle tecnicista (para ser más preciso), que de contenido que es el que otorga sentido y valor cultural como conocimiento científico generado.
IDENTIDAD CIENTÍFICA
La identidad científica es la expresión del sentido de pertenencia manifiesta en un conjunto de personas, individuos y colectividades hacía un espacio científico simbólico y cultural, constituido por un complejo de normas, valores, tradiciones, códigos, creencias, estilos, lenguajes, modos, entre otros, que giran en torno a un ethos investigativo que funciona como elemento cohesionador de una comunidad académica. Los sujetos que constituyen la comunidad científica fundamentan consciente o inconscientemente su arraigo en el re-conocimiento y sentido de pertenencia hacía una representación simbólica que no es estable, sino que se re-construye. Puede decirse además que este tipo de identidad se funda a partir de una adhesión a lo que representa la investigación y la ciencia, es decir, no a la comunidad general, sino al subgrupo o, a los subgrupos particulares (llámense tribus científicas, o grupos etnoinvestigativos o etnocientíficos – grupos locales de investigadores y de científicos –) que subyacen como parte de esa macro comunidad.
La identidad cultural centrada en los valores de la ciencia parece no estar latente en el paradigma que mueve el hecho educativo, y mucho menos en el imaginario social-colectivo de la comunidad, con lo cual se percibe un desarraigo generalizado hacia la investigación y todo lo que esta contiene. Salvo por algunos sujetos y grupos que conservan y transmiten un cierto ritualismo investigativo manifiesto en la tradición simbólica identitaria como hombres y mujeres de ciencia, se estaría hablando entonces de una comunidad académica sin investigadores, cuestión que pareciera una contradicción semántica, sin embargo no lo es, ya que en la realidad los sujetos se conciben como académicos en el sentido del trabajo docente que desarrollan, pero no logran establecer el vínculo existente entre la identidad académica y la identidad investigativa y menos aún entre la primera, y todo lo que representa el ethos de la ciencia.
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LAS VÍAS HACÍA LA CONSOLIDACIÓN DE UNA CULTURA DE LA CIENCIA EN EDUCACIÓN
El engranaje de los procesos de la educación dentro del contexto de lo que se entiende universalmente como ciencia, es un valor fundamental a través del cual debe regirse todo lo que contemple un carácter educacional. Desde las estructuras, hasta los aspectos microsocioeducativos, deben orientarse por los modelos más efectivos que permitan la constitución de una plataforma científica - humanística no solamente en lo teórico, sino que se inserte en la praxis del hecho pedagógico e incluso vaya más allá.
La ciencia desde la educación continua siendo difusa, densa y reductiva; mientras que la educación desde la ciencia aún sigue siendo un campo relativamente poco explorado. La detección de los obstáculos que frenan la constitución de una cultura científica en la comunidad académica de FaCE es un factor determinante para la comprensión científica del sujeto académico; lo cual debe conllevar al establecimiento de proposiciones que permitan la reflexión sobre las dinámicas del conjunto de elementos, sean éstos de índole institucional-normativo, individual o grupal, sobre los cuales se mueve la producción científica.
Por otro lado, debe planificarse toda una estrategia en la gestión del conocimiento para que tanto profesores como estudiantes comprendan y se vinculen con la investigación científica, pero este proceso debe acelerarse a fin de que las próximas generaciones cuenten con el dominio de los instrumentos y conocimientos que les posibiliten desenvolverse en la práctica educativa y resolver de manera adecuada los problemas que ésta les plantee.
La enseñanza de las Ciencias de la Educación debe incorporar el arsenal metodológico de la investigación, o al menos abonar el camino para la solución de los problemas educacionales a partir de la racionalidad científica.
Las modernas concepciones que se han generado para activar el proceso de enseñanza-aprendizaje, donde al estudiante le corresponde asumir un rol cada vez más protagónico implica que su preparación deberá estar centrada en función de los valores
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Gerardo Ruiz Campos
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de la ciencia, lo cual le permitirá apropiarse de una praxiología implícita en el hacer investigativo. De este modo, la transferencia se convierte en el medio para fundar un espíritu científico, y con él, configurar una cultura de la investigación en esta casa de estudios.
CONSIDERACIONES FINALES
Dentro de la cultura investigativa de FaCE, la forma de producción científica ha experimentado variaciones, los estilos y tradiciones en los modos de hacer investigación se interpretan de manera diferente entre los distintos actores académicos, en esto, las individualidades, los grupos, y los propios centros de investigación, tienen condiciones y particularidades distintivas en las maneras de acercarse y entender la realidad, en las concepciones que se construyen en torno a ella y en el proceder sobre esta.
Desde sus inicios, los sujetos académicos disgregados en una suerte de antinomia que, se fue asimilando con el tiempo, la ambivalencia entre lo que se consideró como no-ciencia, y como ciencia, se arraigó en los valores del “ser investigativo”, y con ello, los valores del positivismo manifestado en cierto reduccionismo disciplinar y a su vez fáctico.
Para unos, lo anterior puede juzgarse entre posibilidades de lo heterogéneo, mientras que para otros, lo heterogéneo ha sido beneficioso porque una Facultad de Ciencias de la Educación no debe poseer un carácter homogéneo ni meramente instruccionalista, tal como eran concebidos para el momento de su surgimiento los institutos pedagógicos. Se debía apuntar a la investigación, al Desarrollo de la Ciencia de la Educación (D+C+E).
Sin embargo, pareciera ser que la ambigüedad normativa de investigación en la Facultad, influyera decisivamente en su desarrollo como espacio fundamental para la configuración de una comunidad del conocimiento, a esto se le suma, el distanciamiento epistemológico entre los pedagogos y los sociólogos, historiadores y economistas que fundaron la primera comunidad académica docente.
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La investigación como cultura relegada en la Facultad de Ciencias de la Educación, Universidad de Carabobo
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La exigencia de la casa matriz universitaria, obligó a las Facultades a fundar unidades de investigación, es en este contexto cuando en el año 1981, la FaCE, crea la primera unidad de Investigación; puede subrayarse acá que no surge por iniciativa individual o grupal, sino por exigencia institucional.
Entonces se inicia el momento de la institucionalización de la investigación, la cual ocurrió un poco tardía, ya que habían pasado cinco años de su estructuración como Facultad, y ya habían comenzado a emerger las primeras promociones de licenciados con el currículo del año 75 ,́ en ese momento la Facultad empieza a asimilar a sus propios egresados, estos nuevos licenciados fueron quienes vinieron a suplir a la primera camada de profesores.
Esta segunda comunidad académica asimiló los valores de su predecesora, y el estímulo hacia la producción de saberes fue creciendo con la creación de nuevos postgrados (Doctorado en Educación, 1987). Se incrementó de esta manera la percepción sobre la investigación, y con ello, el docente -investigador- asumió un estatus académico de trascendencia, dado que el reconocimiento a esta actividad comenzó a ser fundamental en la comunidad académica que se fraguaba, sin embargo, el parcelamiento ganaba territorio y con ello los grupos de poder fácticos de la investigación comenzaban a marcar la pauta en torno al proceder científico y los modos de entender la realidad. En este punto, cada grupo asumió su estilo investigativo y también sus modos de aproximación ontológica, epistemológica y metodológica, formas estas transmitidas y reproducidas desde los cubículos de cada Departamento y Cátedra, hacia las aulas de clase.
Desde las racionalidades diversas, paradigmas y discursos, se ha gestado la producción de conocimientos en la Facultad. De este modo, la derivación de las corrientes del pensamiento como componentes esenciales del currículo: filosofía, sociología, psicología educativa, historia, administración, entre otras, son los pivotes sobre los cuales quienes ejercen la docencia y la investigación (no todos los docentes de esta Facultad la ejercen) montan la carga paradigmática que subyace en las formas de entender la realidad, de construirla y de proceder sobre ella.
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Al respecto, las tradiciones ontológicas, epistemológicas y metodológicas que han sido consideradas, permanecen en una suerte de dialéctica cognoscitiva y gnoseológica que solo puede comprenderse desde la lógica de la razón neutral. Con esto se aduce que, en la realidad del mundo de la vida académica de la comunidad investigativa, las tradiciones históricas se yuxtaponen y permean las estructuras, a pesar que los discursos asumen otro rumbo, los hechos permanecen. La cultura investigativa de FaCE, se enriquece de la heterogeneidad disciplinar, y de las distintas manifestaciones ontológicas, epistemológicas y metodológicas que subyacen en su comunidad, no obstante, desde las estructuras de poder, aún persiste la inercia ante el aluvión del proceder científico, cuestión que también desborda el postgrado y los demás espacios académicos de esta casa de formación de formadores.
REFERENCIAS
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GERARDO RUIZ: Estudiante regular a dedicación exclusiva del Doctorado en Estudios de la Ciencia,
Instituto venezolano de Investigaciones Científicas (IvIC). Investigador adscrito al Centro de Investigaciones
Educativas de la Facultad de Ciencias de la Educación, universidad de Carabobo. PEII “A”. [email protected],
