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LA INGENIERIA SANITARIA FRENTE AL PROCESO DE INDUSTRIALIZACION Ing. John J. Bloomfield ’ Se analizan algunos problemas ecológicos de carácter qui- mico, biológico y fisico, que afectan la salud de los trabaja- dores y de la comunidad y que pudieran frenar eE desarrollo econdmico e industrial en Latinoamérica; se exhorta a los ingenieros sanitarios a explorar medios para resolverlos, mediante medidas de control industrial y la preparación de técnicos en este campo. Introducción Una de las características fundamentales que distingue al hombre de las demás espe- cies vivas, animales 0 vegetales, es su capaci- dad para alterar el ambiente en que se de- senvuelve, haciéndolo aparentemente más adecuado para su propia subsistencia. Du- rante el millón de años largo en que existe como grupo diferenciado de los demás pri- mates esteproceso de adaptación se ha desa- rrollado en forma ininterrumpida, trayendo como consecuencia una alteración del equi- librio ecológico en que se desenvuelven los demás seres vivos, la erradicación y desapari- ción de otros animales y vegetales y el creci- miento desproporcionado de la especie hu- mana. Mientras este proceso fue relativamente lento el hombre pudo adaptarse en forma más o menos adecuada a los trastornos que él mismo provocaba. Frente a la escasez de la caza y la pesca o una recolección pobre de vegetalese insectos, primero sehizo nómada, buscando así tierras más fértiles o climas más acogedores. Setransformó en agricultor, ganadero y constructor, lo que permitió la formación de las primeras agrupaciones esta- bles de cierto tamaño. Más tarde aprendió a crear herramientas cada vez más complejas, a extraer los metales y a transformar los pro- ductos naturaIes, proceso que culminó cuan- ‘Trabajo presentado al II Congreso Venezolano de Ingeniería Sanitaria, celebrado en Caracas, Venezuela, del 10 al 16 de marzo de 1968. *Consultor Regional en Higiene Industrial de la Organización Panamericana de la Salud. do, hace cerca de dos siglos, fue capaz de descubrir medios de liberación y control de fuentes de energía distintas de la energía química de los animales o la cinética del agua y el viento. Las modificaciones ambientales adquirieron entonces un ritmo constante- mente acelerado que, según todo parece indi- carlo, Uegará a una crisis, más 0 menos violenta, antes del término del presente siglo. Durante la última década, la humanidad comienza a adquirir conciencia cada vez más clara de que el rápido incremento de la población, industrialización, urbanización y tecnología científica que experimenta el mundo constituyen fuerzas poderosas que amenazan nuestros recursos naturales, inclu- yendo los bosques, la fauna, el agua, el suelo y hasta el aire que respiramos. Las grandes aglomeraciones urbanas, a su vez, al negarle al hombre incluso la mínima vida privada y el espacio vital que probablemente le es in- dispensable, están amenazandoseriamente su salud mental. Este conjunto de fuerzas y tensiones, libe- radas o provocadas por el hombre, llegará en breve plazo, si no se controla, a destruir nuestro ambiente natural y a amenazar nues- tra propia subsistencia. Constituye, por ello, el mayor desafío que enfrenta actual- mente la humanidad y al que deben ser capacesde responder sus grupos dirigentes y profesionales. Entre estos, a los ingenieros de salud pública les cabe un papel muy importante, si han de contribuir en forma 549

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LA INGENIERIA SANITARIA FRENTE AL PROCESO DE INDUSTRIALIZACION ’

Ing. John J. Bloomfield ’

Se analizan algunos problemas ecológicos de carácter qui- mico, biológico y fisico, que afectan la salud de los trabaja- dores y de la comunidad y que pudieran frenar eE desarrollo econdmico e industrial en Latinoamérica; se exhorta a los ingenieros sanitarios a explorar medios para resolverlos, mediante medidas de control industrial y la preparación de técnicos en este campo.

Introducción

Una de las características fundamentales que distingue al hombre de las demás espe- cies vivas, animales 0 vegetales, es su capaci- dad para alterar el ambiente en que se de- senvuelve, haciéndolo aparentemente más adecuado para su propia subsistencia. Du- rante el millón de años largo en que existe como grupo diferenciado de los demás pri- mates este proceso de adaptación se ha desa- rrollado en forma ininterrumpida, trayendo como consecuencia una alteración del equi- librio ecológico en que se desenvuelven los demás seres vivos, la erradicación y desapari- ción de otros animales y vegetales y el creci- miento desproporcionado de la especie hu- mana.

Mientras este proceso fue relativamente lento el hombre pudo adaptarse en forma más o menos adecuada a los trastornos que él mismo provocaba. Frente a la escasez de la caza y la pesca o una recolección pobre de vegetales e insectos, primero se hizo nómada, buscando así tierras más fértiles o climas más acogedores. Se transformó en agricultor, ganadero y constructor, lo que permitió la formación de las primeras agrupaciones esta- bles de cierto tamaño. Más tarde aprendió a crear herramientas cada vez más complejas, a extraer los metales y a transformar los pro- ductos naturaIes, proceso que culminó cuan-

‘Trabajo presentado al II Congreso Venezolano de Ingeniería Sanitaria, celebrado en Caracas, Venezuela, del 10 al 16 de marzo de 1968.

*Consultor Regional en Higiene Industrial de la Organización Panamericana de la Salud.

do, hace cerca de dos siglos, fue capaz de descubrir medios de liberación y control de fuentes de energía distintas de la energía química de los animales o la cinética del agua y el viento. Las modificaciones ambientales adquirieron entonces un ritmo constante- mente acelerado que, según todo parece indi- carlo, Uegará a una crisis, más 0 menos violenta, antes del término del presente siglo.

Durante la última década, la humanidad comienza a adquirir conciencia cada vez más clara de que el rápido incremento de la población, industrialización, urbanización y tecnología científica que experimenta el mundo constituyen fuerzas poderosas que amenazan nuestros recursos naturales, inclu- yendo los bosques, la fauna, el agua, el suelo y hasta el aire que respiramos. Las grandes aglomeraciones urbanas, a su vez, al negarle al hombre incluso la mínima vida privada y el espacio vital que probablemente le es in- dispensable, están amenazando seriamente su salud mental.

Este conjunto de fuerzas y tensiones, libe- radas o provocadas por el hombre, llegará en breve plazo, si no se controla, a destruir nuestro ambiente natural y a amenazar nues- tra propia subsistencia. Constituye, por ello, el mayor desafío que enfrenta actual- mente la humanidad y al que deben ser capaces de responder sus grupos dirigentes y profesionales. Entre estos, a los ingenieros de salud pública les cabe un papel muy importante, si han de contribuir en forma

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efectiva a forjar un mundo mejor para hoy y para el futuro.

Aunque sólo en forma somera, con el objeto de destacar algunos de sus aspectos más importantes, deben mencionarse el creci- miento demográfico y la urbanización, espe- cialmente en Latinoamérica que constituye la vanguardia, con una tasa anual de creci- miento demográfico del 3.4% y un aumento de población urbana que alcanza el 5% anual o más. Esto ha significado que numero- sas ciudades han llegado a contar con uno o varios millones de habitantes sin haber po- dido disponer del tiempo ni de los recursos económicos para resolver los numerosos problemas ocasionados por estas grandes aglomeraciones de seres humanos. En Amé- rica Latina este proceso se ha visto acelerado y agravado por los esfuerzos realizados para obtener una industrialización a corto plazo, como único recurso para alcanzar un incre- mento de los niveles de vida de la población. La creciente intervención gubernamental en la vida económica de cada país, por otra parte, contribuye también a acelerar el creci- miento de sus capitales por la tendencia de las empresas a instalar sus fábricas en estas mismas ciudades, donde la proximidad a las esferas gubernativas les permite realizar con ventaja las numerosas gestiones ante las dife- rentes oficinas estatales, cada vez más decisi- vas en la marcha de sus negocios. Las capi- tales de cada país suelen constituir, por ello, un importante mercado consumidor y de trabajo, lo que produce un círculo vicioso que ha dado su carácter explosivo al proceso de urbanización. Para probar este aserto bastaría mencionar sólo los ejemplos de la ciudad de México, São Paulo, Lima y, desde luego, Caracas. Baste recordar que la parte urbana de la población total de Latinoamé- rica, que en 1950 era sólo de 61,000,OOO de personas (39% >, alcanzaba en 1960 el 46% (95,000,OOO de personas, con un au- mento del 56% en sólo 10 años) y en 1967, de una población total de unos 254,000,OOO de habitantes, llegaba ya a 136,000,OOO de personas (53 % > .

Los grandes conglomerados urbanos repre- sentan el desafío más importante que deben afrontar los servicios de saneamiento am- biental. Son bien conocidos algunos de los problemas que significan, como los de abas- tos de agua, disposición de excretas y de residuos industriales, vivienda, tránsito, etc., a los que se vino a agregar, en forma cada vez más notoria a partir de la década de 1940, apenas 25 años atrás, el de la contaminación del aire, considerado al comienzo sólo como una molestia más, 0 como un fenómeno curioso que afectaba a unas pocas ciudades en el mundo, y que vino a revelarse en toda su magnitud a partir de las catástrofes de 1948 en Donora (E.U.A.) y de 1952, en Londres, y del empeoramiento de las condi- ciones de Los Angeles. Sabemos actualmente que ninguna ciudad que sobrepase del millón de habitantes, o que esté medianamente in- dustrializada, puede considerarse libre del problema, el que a lo largo de América Latina ha ido adquiriendo una importancia cada vez mayor en los últimos 10 ó 20 años (1).

Repercusiones de la industrialización acele-

rada

Los problemas de salud que resultan de la industrialización rápida pueden considerarse desde dos puntos de vista:

a) los que afectan a la comunidad y I b) los que afectan al propio ambiente de 1

trabajo. I Mientras la comunidad debe soportar los

efectos de las descargas de desechos, que contaminan el aire, la tierra y las masas y !i corrientes de agua, y la producción de ruidos excesivos, malos olores, etc., los trabajadores se ven expuestos, dentro del ámbito de tra- bajo, a una variedad de riesgos químicos, biológicos y físicos.

Repercusiones en la comunidad

Suministro de agua potable

Las cantidades mínimas de agua potable para las necesidades de las poblaciones urba-

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nas se estiman variadamente, según las normas culturales y socioeconómicas de cada una. En un estudio preparado por dos con- sultores de la OMS (2) se dan para 75 países en vías de desarrollo, cantidades de 5 a 20 litros por persona y por día para los grupos que sólo disponen de abastos públicos, de 40 a 60 Litros por persona y por día para las viviendas que disponen de un solo grifo, y de más de 120 litros por persona y por día para viviendas provistas de servicios más comple- tos, como cuartos de baños, cocinas, etc. El mismo estudio establece que en 1962 sólo el 87% de los 102,740,OOO habitantes en que se estimaba la población urbana de los países latinoamericanos incluidos disponía de algún tipo de abasto de agua potable, mientras que el 13% restante (13,860,OOO personas) care- cía de ella. El 87% abastecido se dividía en 60% (61,400,OOO personas) con servicio domiciliario y 27 % (27,480,OOO personas) con fuentes públicas comunes.

Aunque esta situación se compara muy favorablemente con las de las otras zonas en vías de desarrollo-Africa y Asia-la tarea por cumplir para dotar a toda la población de este servicio esencial para el bienestar y la salud es en verdad impresionante. Baste citar que el referido estudio estima que entre 1962 y 1977 se necesitada el equivalente de unos EUA$6,600 millones para dotar a toda la población urbana de un abasto mínimo pero suficiente, mientras que otro documento indica la cantidad de $3,000 millones sólo para América Latina y para el período 1966- 1971 (3). La magnitud de estas cifras com- prueba una vez más que la tarea que deben enfrentar los ingenieros sanitarios en nuestro continente es enorme. El hecho, por otra parte, de que varios de nuestros países, entre ellos Venezuela, han sido capaces de cumplir y aun superar ligeramente las metas de abas- tecimiento de agua establecidas en la Carta de Punta del Este demuestra que la profesión está sabiendo cumplir su cometido.

Suministro de aguas industriales

No se dispone de cifras en relación con las necesidades de abasto de aguas industriales, por razones obvias. La industria se instala en los lugares donde existen facilidades y re- cursos indispensables para su existencia, entre los que se cuentan vías de comunicación, fuentes de energía y, muy en especial, dis- ponibilidad de agua en cantidades sufi- cientes. De acuerdo con la índole misma de las industrias, la calidad y cantidad del agua que utiliian puede ser muy variable. Mien- tras las industrias de alimentos necesitan a menudo aguas especialmente purificadas, generalmente en grandes cantidades, la in- dustria metalúrgica o de fundición, los pro- cesos químicos, etc., suelen requerir cantida- des mucho- mayores, aunque a menudo de calidad inferior.

El hecho de que no se disponga de estas cifras no significa que un suministro escaso de aguas industriales no tenga una importan- cia decisiva para el desarrollo de una ciudad. La gran industria, importante fuente de tra- bajo y ocupación de mano de obra, busca los lugares más adecuados para instalarse y tiende a resolver por sí misma los problemas de abastecimiento de los recursos necesarios. Cuando no puede obtener un suministro sufi- ciente de aguas industriales se instala en otra ciudad más propicia, y a veces en otro país, con las consecuencias socioeconómicas que podemos fácilmente comprender. A menudo, por otra parte, el crecimiento inesperado de una industria, ocasionado por el mismo éxito que ella pueda haber alcanzado, rebasa todas las previsiones y la empresa se encuentra de pronto frente al hecho de que no puede abastecer la demanda debido a la escasez de algún suministro vital, como la disponibilidad de agua. Una vez más las consecuencias so- cioeconómicas de esta situación afectan al adecuado desarrollo de nuestras ciudades y de su población.

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Disposicióíz de excretas

El problema concomitante de la disposi- ción de excretas en nuestros países está mucho más lejos de una solución. En 1967, sólo el 36% de la población urbana vivía en casas conectadas a servicios de alcantari- llado. Tampoco se confiaba en poder dis- poner de fondos adicionales que permitiesen solucionar esta situación, lo que no parece haber cambiado fundamentalmente desde la preparación del informe referido.

Disposición de residuos industriales

Este es un problema al que apenas se ha comenzado a hacer frente en América Latina. En la mayor parte de los casos, y especial- mente en las zonas urbanas, los desechos industriales de toda índole se vacían simple- mente en los sistemas de alcantarillado, cuando existen, o en cursos de agua o pozos absorbentes. Sólo la industria minera, por la peligrosidad y cantidad de sus desechos, las industrias alimenticias y rara vez las de otro tipo, cuentan ocasionalmente con instalacio- nes adecuadas que permitan eliminar sus desechos, sin ocasionar perjuicios a terceros o a toda la comunidad. Se puede mencionar aquí el problema de los residuos de la indus- tria cafetalera, no resuelto todavía en nin- guno de los países productores, y que consti- tuye un interesante tema de investigación para cualquier ingeniero sanitario; el de los residuos de la industria del azúcar y del papel, y la contaminación general por resi- duos industriales de los cursos de agua que atraviesan ciudades como Sao Paulo-tal vez el caso más notorio-Buenos Aires, Santia- go, Caracas, etc.

Contaminación del aire

Tanto los trabajadores como el resto de la comunidad se ven sometidos, como conse- cuencia del desarrollo industrial, a la con- taminación de la atmósfera en grado crecien- te. El desarrollo de la industria de harina de pescado, por ejemplo, significci immmera-

bles molestias, por los insoportables olores que ocasiona cuando no se toman las debidas precauciones, a ciudades como Lima y Callao en el Perú, y Arica e Iquique en Chile. En 1966 la ciudad de Mar del Plata, en la Argentina, solicitó la ayuda de la OPS para evaluar y proponer soluciones a este pro- blema que está amenazando el turismo, su principal fuente de ingresos. Por otra parte, el interés en la industria pesquera como fuente de divisas es manifiesto.

Numerosas otras ciudades latinoamerica- nas están pagando alto precio por el pro- greso. Sáo Paulo, en el Brasil, se ha con- vertido en una de las ciudades más contami- nadas del mundo y varias industrias han sido afectadas porque los altos índices de corro- sión hacían imposible la producción de mate- riales delicados y de instrumentos de preci- sión, aparatos electrónicos, etc.

Buenos Aires, Caracas, la ciudad de México, Lima, Santiago y otras ciudades están sufriendo también estas consecuencias sanitarias y económicas. No se han calculado las pérdidas por corrosión, disminución de visibilidad etc., pero en los Estados Unidos se estiman en unos $12,000 millones por año y en Inglaterra alcanzan casi los mil millones, por lo que puede suponerse que en América Latina lleguen a valores también importantes.

Repercusiones en la salud de los trabaiadores

La industrialización en América Latina la está realizando una clase laboral con un desa- rrollo cultural y socioeconómico incipiente, que trata de aplicar técnicas modernas a un medio que no está preparado para recibirlas. El Estado interviene para impedir la explota- ción de los trabajadores, pero la ausencia de especialistas en número suficiente esteriliza parcialmente su acción o la conduce por senderos equivocados. El uso de maquinarias complejas y de productos y materias primas - tóxicas por personal sin conocimientos ade- cuados produce una enorme cantidad de acci- dentes del trabajo y enfermedades profesio- nales que está frenando el propio progreso

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económico que los genera. Esto representa una pérdida considerable, tanto en términos de vidas como de riqueza, que ninguna eco- nomía, ni mucho menos las de países en etapas primitivas del desarrollo, puede so- portar impune.

De acuerdo con informaciones de la Comi- sión Económica para América Latina los sectores en más rápido desarrollo son la construcción, los servicios públicos y la in- dustria. La minería, sin presentar un creci- miento rápido, contribuye en forma impor- tante al producto bruto de la región. La agricultura, por su parte, ha quedado retra- sada y los economistas reconocen la necesi- dad urgente de expandirla (4).

Durante el quinquenio 1960-1964 la mine- ría latinoamericana creció al ritmo de 4.5% anual. Si bien esta actividad constituye uno de los más lirmes puntales económicos de nuestros países, representa también, lamenta- blemente, una importante fuente de enferme- dades profesionales, irreversibles e incapaci- tantes. No existe centro minero donde la palabra silicosis no se escuche sin temor y los gobiernos han tenido que dictar leyes para compensar a los obreros que se ven obligados a abandonar prematuramente su trabajo, jus- tamente en las edades de más rendimiento por la madurez y grado de especialización que han alcanzado.

Según los datos presentados al Primer Seminario Latinoamericano de Salud Ocupa- cional (5), realizado en São Paulo, Brasil, en marzo de 1964, entre los obreros bolivianos expuestos al riesgo de silicosis se encuentran tasas de prevalencia del 18%) cifra que ha aumentado en los últimos años; en Chile del 10 al 12% ; en Colombia había aumentado del ll al 29%, con un grupo que llegaba hasta el 53% ; en el Perú era de menos de 5 % , etc. Lamentablemente, aunque las téc- nicas de prevención son bien conocidas, es poco lo que se hace para evitar esta enferme- dad.

La industria constituye el sector de más desarrollo en América Latina, con un creci- miento promedio de 8% durante 1964. Los

trabajadores industriales, a menudo sin ex- periencia, manipulan productos peligrosos sin conocimiento cabal de los riesgos que encierran. La aplicación de técnicas mo- dernas, al tratar de salvar algunas de las etapas por las que han debido pasar los países que actualmente se consideran desarrollados, representa factores adicionales de riesgo como lo demuestran las altas tasas de acci- dentes del trabajo y enfermedades profesio- nales, que superan en 6,10 y hasta más veces las de naciones más industrializadas. En el Seminario al que se hiio referencia se expuso que en dos estudios efectuados en el Perú entre los obreros de fábricas de acumuladores y los que se dedican a la metalurgia del plomo, se encontró el 57% y el 60% de intoxicados con este metal. En Venezuela se encontraron cifras de 23 por ciento. Las intoxicaciones por arsénico alcanzaron en el Brasil el 87% y en el Perú el 89 por ciento. En México, el 50% de los obreros del cromo presenta dermatosis ocupacional y el 10% úlceras graves del tabique nasal, que han llegado a perforarlo. En Chile, el 11% de los obreros expuestos a solventes han experi- mentado incapacidad laboral. Y se podría seguir citando ejemplos pese a que no se dispone de estadísticas completas.

El bajo índice de crecimiento de la produc ción agrícola, sólo 2% en 1964, inferior al incremento demográfico, contribuye en forma importante a mantener el subdesarrollo de América Latina. Para alcanzar producciones que permitan el autoabastecimiento será in- dispensable obtener rendimientos muy supe- riores a los actuales, lo que hace imprescindi- ble el uso en gran escala de fertilizantes y pesticidas. Esto, lamentablemente, implica riesgos graves a la salud de los usuarios, acentuados por los elevados índices de anal- fabetismo. En los periódicos latinoameri- canos se puede encontrar, casi día a día, in- formaciones sobre intoxicaciones y muertes producidas por insecticidas. En sólo un país centroamericano se denuncian más de 1,000 casos cada año, con numerosas muertes (6). Los casos trágicos de intoxicación por pesti-

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cidas, sean intencionales, de tipo suicida o accidentales, son cada vez más comunes. El más reciente se produjo en la pequeña pobla- ción colombiana de Chiquinquirá el 25 de noviembre pasado, cuando un transporte ina- decuado produjo la contaminación de una partida de harina, ocasionando la muerte de cerca de 80 personas. Sucesos similares, aunque afortunadamente de consecuencias algo menos serias porque han afectado a un número menor de personas, se han repetido en casi todos nuestros países.

Las sustancias tóxicas de uso industrial son de acción muy enérgica, pueden ingresar al organismo por la vía digestiva o respiratoria o a través de la piel y, en general, bastan pequeñas cantidades para producir daños serios. Se puede señalar que los máximos admisibles internacionales se expresan en partes de tóxico por millón de partes de aire o en miligramos por metro cúbico de aire. Estas pequeñas cantidades carecen de valor económico al considerarlas como pérdidas en el proceso industrial, lo que anula todo interés por parte del empresario por recu- perarlas.

La determinación de la toxicidad de los nuevos productos industriales es más lenta que su introducción en el mercado, en parte por falta de un número suficiente de investi- gadores. Mientras las empresas industriales lanzan algunos cientos de nuevas sustancias cada año, los higienistas industriales sólo alcanzan a estudiar algunas decenas de ellas. Es indispensable facilitar esta labor ayudando a las universidades e institutos dedicados a la formación de nuevos profesionales y a la investigación de estas materias.

Las técnicas de protección son conocidas desde hace ya algunas décadas, pero existen en el mundo pocos profesionales que sepan aplicarlas y pocos médicos especialistas en el reconocimiento oportuno de estas enferme- dades. En la mayor parte de los países en vfas de desarrollo se carece de ellos o sólo existen en número reducido e insuficiente.

Los empresarios y economistas en general ignoran sus repercusiones económicas y son

muy pocas las industrias que cuentan con ingenieros y médicos dedicados a su preven- ción. A menudo los establecimientos que disponen de departamentos de higiene y segu- ridad industrial son filiales de empresas de los países más desarrollados, que han tenido la oportunidad de aprender que proteger la salud de sus trabajadores es un excelente negocio. Una sola de estas filiales está eco- nomizando por ano, gracias a un programa activo de prevención que ha disminuido los pagos de compensaciones, el equivalente de EUA$3,000,000. En realidad, el alto costo de los accidentes y enfermedades profesio- nales impediría a la mayor parte de las empresas latinoamericanas competir en un mercado abierto y sólo la amplia protección que habitualmente les asegura el Estado les permite despreocuparse de este importante factor.

No son sólo las sustancias tóxicas las que amenazan la salud y eficiencia de los obreros, sino también las condiciones físicas en que desarrollan sus labores, como son los excesos o deficiencias de calor, humedad, presión, ruido, iluminación, etc., que afectan seria- mente su organismo. Las nuevas técnicas que utilizan aparatos o elementos radiactivos en el examen de soldaduras y estados de corro- sión, o en el control de producción, repre- sentan también riesgos que no siempre son reconocidos oportunamente o que, al revés, provocan estados de psicosis entre los traba- jadores, que se resisten a emplearlos.

En igual forma, el uso de maquinarias complejas provoca numerosos accidentes. Sus fabricantes suelen dotarlas de elementos de protección que a menudo son eliminados por los obreros con la complicidad tácita o explícita de sus jefes, por considerar que estorban la producción. La ignorancia de patrones y obreros aumenta considerable- mente el número de accidentes industriales ocasionados por disposición ineficiente de las maquinarias, procesos mal planificados, mé- todos deficientes y otros riesgos de todo tipo en el ambiente de trabajo. El costo de estos accidentes en los países latinoamericanos es

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enormemente alto y llega a superar a las inversiones de capital. En Chile se estimó en 196 1 que alcanzaba al 7% del presupuesto nacional.

Los gobiernos suelen limitarse a dictar leyes que otorgan a los trabajadores compen- saciones monetarias por labores tóxicas o

insalubres, o les conceden jornadas reducidas de trabajo, aumentos en los períodos de vaca- ciones o disminución de los años necesarios para obtener su jubilación. Esto no contri- buye a la solución de los problemas y, en cambio, afecta los costos y la productividad al restar una cantidad enorme de jornadas de trabajo de personal experimentado.

Otros problemas de salud de los trabajadores

Además de las enfermedades y accidentes ocupacionales afectan a la salud de los traba- jadores las condiciones a menudo misérrimas de habitación, los déficits alimentarios, la carencia parcial o total de agua potable, la disposición inadecuada de excretas, etc. To- dos estos son factores que contribuyen a afectar la salud de la población laboral, a lo que se suele agregar una atención médica insuficiente que no permite una recuperación oportuna Aunque los ingenieros sanitarios no son directamente responsables por los servicios de atención médica, nutrición ade- cuada y salud mental, creo que se justifica completar esta presentación haciendo refe- rencia breve a ellos.

Muchos países en desarrollo se enfrentan actualmente con considerables problemas de salud general y, a menudo, se resisten a distraer sus recursos humanos y materiales para impedir los probIemas de salud ocasio- nados por la industrialización. Es obvio que cualquier nación que desee alcanzar una industrializacián rápida y conservar aI mismo tiempo sus recursos humanos debe dar una alta prioridad a la protección y promoción de la salud de los trabajadores y que el no hacerlo se traducirá tarde o temprano en una pesada carga económica. Por estos motivos, las autoridades de salud deben participar en

todos los programas de desarrollo e insistir en las altas prioridades de los servicios esen- ciales de salud pública, tales como sanea- miento general, planificación de la comuui- dad, nutrición, salud mental y atención médica.

Los programas de nutrición son especial- mente necesarios para los individuos que han emigrado de las áreas rurales a las urbanas. Las poblaciones rurales, acostumbradas a las dietas habituales en las regiones de donde provienen, suelen encontrar diicultades para ajustarse a las dietas urbanas y especialmente al aumento en el costo de los artículos ah- menticios, lo que puede afectar la capacidad nutritiva de sus comidas.

En igual forma, la urbanización e indus- trialización pueden tener un efecto adverso sobre la salud de las personas que acaban de emigrar de las áreas rurales a las urbanas. La industrialización rápida puede romper los lazos y la vida familiar tradicional y la seguri- dad que se encuentra en las comunidades rurales. Las violencias y tensiones creadas por el nuevo ambiente pueden ocasionar serios desórdenes mentales. De ahí que sea esencial el empleo de medidas preventivas que tengan por objeto hacer que el cambio del modo de vida rural a urbana sea lo más suave posible.

Otra consideración importante al confron- tar los problemas creados por la iudustrializa- ción es la provisión de atención médica ade- cuada. Una vez más, las autoridades de salud deben tomar la iniciativa para proporcionar la necesaria atención médica, lo mismo que recursos tales como hospitales, clínicas, cen- tros de salud y servicios similares. Estas requerirán a su vez nuevo personal médico entrenado, del que había escasez aun antes del incremento acelerado de la industrializa- ción.

Posibles vías de solución

La OMS ha postulado que es antieconómico buscar el desarrollo industrial sin resolver las consecuencias sanitarias y sociales que este

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acarrea. Recientemente los organismos inter- nacionales han aceptado que importantes partidas de los fondos para el desarrollo eco- nómico se inviertan en educación, por con- siderar que un pueblo de analfabetos no está capacitado para utilizar las complejidades de la técnica moderna. Existe el convencimiento de que es igualmente indispensable que se controlen las consecuencias sanitarias para los trabajadores y la comunidad que el desa- rrollo económico acarrea. No se gana mucho con apoyar las minas de estaño de Bolivia, o la industria del cemento en Centroamérica, si las enfermedades y accidentes que acarrean tienen un costo superior a las nuevas riquezas producidas, por lo que el saldo resulta nega- tivo. Sin embargo, no existen dificultades de orden técnico que impidan que estas in- dustrias se instalen en condiciones tales que no produzcan estos daños. Sólo la carencia de conocimientos adecuados de parte de los industriales y las autoridades, y de los orga- nismos de desarrollo, permiten que esto ocurra.

Por lo tanto, todo proyecto debería incluir los elementos necesarios para suprimir, a juicio de un organismo técnico adecuado, los riesgos para los trabajadores y las molestias a la comunidad. Estos organismos técnicos de control deberían pertenecer a los pro- pios países interesados. Tanto los servicios de salud pública como las instituciones nacio- nales de desarrollo deberían contar con per- sonal técnico especializado en estas mate- rias, y sería igualmente importante que las organizaciones internacionales de desarrollo dispusiesen de ingenieros capacitados que exigiesen desde la partida de los sistemas de prevención correspondientes. Estos profesio- nales deberían estar en situación de discutir con los interesados los posibles métodos de control y prevención y evaluar su funciona- miento.

Entrenamiento de profesionales especializa- dos

La carencia mundial de profesionales espe- cializados en ingeniería de salud pública es

bien conocida y constituye un problema muy serio. Sin embargo, como lo reveló el Semi- nario celebrado en Lima, Perú, en julio de 1961 (7), existían en esa época en el Conti- nente por lo menos 57 instituciones que enseñaban ingeniería civil o cursos de pos- grado en ingeniería sanitaria. Dado que han transcurrido seis años y considerando que estas 57 instituciones incluían solamente las que contestaron un cuestionario despachado con anterioridad, se puede suponer que el número total es actualmente superior. A las escuelas de ingeniería civil debería agregarse, además, las escuelas de ingeniería química, que aumentan constantemente en número para poder atender a las necesidades de la industrialización y que incluyen, cada vez más a menudo, materias de ingeniería de salud pública.

Vale la pena destacar en forma especial el programa que se está desarrollando actual- mente en Venezuela, con la colaboración de las cuatro principales universidades del país, el aporte económico del Programa de las Naciones Unidad para el Desarrollo (PNUD)

y con la OPS como agencia ejecutiva. El éxito que está teniendo en la formación de ingenieros sanitarios contribuirá sin duda alguna a elevar el nivel de esta disciplina no sólo en Venezuela, sino que en todo el Con- tinente. Siguiendo este buen ejemplo, están en desarrollo, o al menos en proyecto, pro- gramas similares en países como Argentina, Chile, México y Perú.

Por su estrecha relación con los problemas que la industrialización acelerada impone a los centros urbanos, se justifica destacar también las actividades de formación de per- sonal especializado del Instituto de Higiene del Trabajo y Contaminación Atmosférica de Santiago, Chile, organizado igualmente con el aporte económico del PNUD y con la OPS

como agencia ejecutiva. Pese a que sus cursos de posgrado sólo se iniciaron en 1965, ya ha sido capaz de formar más de 50 pro- fesionales altamente especializados, inclu- yendo ingenieros, médicos, químicos, etc., que están atendiendo las necesidades no sólo

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de Chile sino también de numerosos otros países de Am&+ca Latina, entre los que podemos mencionar Argentina, Bolivia, Bra- sil, Colombia, El Salvador, Nicaragua, Perú, Uruguay y Venezuela.

Aun con esta importante labor que llena de esperanzas para el futuro, la escasez de ingenieros sanitarios y de salud pública bien preparados es notoria en toda América La- tina. El Seminario sobre Enseñanza de In- geniería Sanitaria al que se ha hecho referen- cia no se pronunció sobre las necesidades de estos profesionales en nuestros países, pero en él planteó el profesor Fair, en su presenta- ción, que “en teoría, el total de graduados debiera ser hoy mayor en Latinoamérica que en los Estados Unidos porque, entre otras razones, es mayor la urgencia en zonas que han de ser objeto de un rápido desarrollo”.

Por otra parte, aunque no se dispone de cifras, todos los que conocen la realidad latinoamericana están muy conscientes de la aguda escasez de personal capacitado, que es probablemente el factor que más frena el desarrollo de los programas destinados a mejorar el nivel de saneamiento ambiental de nuestras ciudades.

Centro Panamericano de Ingenieria Sanitaria

La OPS tiene en proyecto desde hace algún tiempo la organización de un Centro Pana- mericano de Ingeniería Sanitaria, el que se espera que esté en funcionamiento por lo menos a partir de 1969. Se cree que un organismo semejante puede representar un factor importante en el mejoramiento de las condiciones de saneamiento ambiental en nuestros países. El objetivo que persigue este Centro queda expuesto con claridad en los fundamentos con que se solicitó el otorga- miento de fondos para ponerlo en funciones: “La creciente dificultad de proporcionar un ambiente saludable en las ciudades está ad- quiriendo una atención mundial. La migra- ción de masas de población de las áreas rurales a las urbanas se ha producido a una tasa mayor de la que pueden absorber nuestra

tecnología y nuestras instituciones, aun en los países más altamente desarrollados. Estas migraciones, unidas al crecimiento demo- gráfico y a la industrialización acelerada, están produciendo problemas especialmente serios de suministro de agua, disposición de excretas, contaminación del agua, contamina- ción del aire, recolección y disposición de residuos sólidos, y de vivienda. Los riesgos ocupacionales, la radiación, el ruido y la contaminación por alimentos son otros pro- blemas ambientales que requieren una aten- ción urgente. La mayor parte de nuestros problemas ambientales urbanos están tan estrechamente relacionados que pueden ser atacados más eficientemente en forma un& cada”,

“Programas importantes han sido desarro- llados en varias de las áreas más económica- mente avanzadas en un esfuerzo para con- trolar sus problemas urbanos masivos. Se han creado nuevos departamentos guberna- mentales, establecido nuevos centros de en- trenamiento e investigación en las universi- dades, y otorgado nuevos incentivos a empre- sas tanto públicas como privadas en un esfuerzo por detener la degradación del am- biente urbano. Con todas estas medidas se espera que su calidad pueda ser elevada a un nivel razonablemente saludable”.

“En áreas donde el desarrollo económico es más reciente, como en la mayor parte de América Latina, no se han movilizado re- cursos que permitan mejorar en forma signifi- cativa los problemas ambientales existentes o que prevengan la aparición de otros nuevos. Esta situación se hace más crítica porque la urbanización tiene un paso mucho más rápi- damente acelerado en estas áreas que el que tuvo en las que se desarrollaron con ante- rioridad en el mundo. Así, es más urgente proporcionar a muy breve plazo los recursos para guiar la planiftcación y desarrollo del ambiente urbano”.

“La OPS debería actuar como líder en esta importante área. Esto requerirá nuevos re- cursos. Algunos pueden ser provistos con nuevos fondos y otros por la redistribución de

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los recursos existentes. Específicamente, un nuevo Centro de Ingeniería Sanitaria propor- cionará servicios de expertos en los nuevos problemas de saneamiento ambiental de las áreas urbanas”.

“Este Centro proporcionará el ambiente necesario para desarrollar y mantener una competencia técnica experta. Debería consti- tuir un punto focal para la recolección y análisis de datos ambientales básicos; la reco- lección, evaluación, y diseminación de la información relativa a nuevos descubri- mientos y nuevos métodos para resolver los problemas; planeamiento y desarrollo de seminarios científicos y administrativos sobre problemas ambientales urbanos, y estimulo al funcionamiento de centros de competencia técnica en los países miembros. En fases posteriores el Centro debería emprender, es- timular y apoyar la investigación. Si fuese necesario podría realizar también cursos de entrenamiento altamente especializados que estuviesen más allá de la capacidad de otros recursos de la región. La característica espe- cial de este Centro deberá ser su estrecha unión con las fuentes de nuevos conocimien- tos para que pueda atraer y retener personal de la más alta calidad”.

Conclusiones

Al esbozar en forma somera, como se ha hecho, la relación entre la salud, tanto de los trabajadores como de la comunidad, y el desarrollo económico del Continente, se confía haber presentado en forma clara la urgencia y absoluta necesidad de adoptar medidas más enérgicas y eficaces que las utili- zadas hasta ahora. En especial, se estima que todos los que han decidido dedicar su vida profesional a la ingeniería de salud pública deben estar alerta para tratar de conseguir que las agencias dedicadas al desarrollo eco- nómico, tanto en escala nacional como inter- nacional, tomen conciencia de estos pro- blemas y tengan presente que los daños a la salud de los trabajadores y de la comunidad son capaces de frenar el propio desarrollo

económico y la industrialización en que ellas están empeñadas.

Como medidas concretas, se debería re- calcar constantemente la necesidad de que adopten las siguientes:

1) Incorporar en cada nuevo proyecto las medidas de control que impidan, a juicio de un organismo técnico capacitado, los daños a la salud de los trabajadores y las molestias a la comunidad.

2) Considerar como proyectos de desa- rrollo económico las inversiones destinadas a prevenir y controlar estos daños y molestias.

3) Que todos los organismos internacio- nales de desarrollo económico cuenten entre su personal estable con profesionales ex- pertos en las medidas de control y prevención de los daños y molestias que pueden acarrear los proyectos que auspicien y que, mientras no cuenten con este personal, soliciten la asesoría técnica de la OMS para suplirlos.

4) Solicitar la ayuda de la OMS para el desarrollo de organismos estatales y privados de control de estos daños y molestias en todos los países latinoamericanos y para que actúe como organismo técnico en la recomen- dación de las medidas de prevención y con- trol en los paises e instituciones que todavía no cuenten con estos servicios y donde estos no hayan alcanzado el nivel técnico ade- cuado.

5) Aceptar la posibilidad de utilizar una parte, muy pequeña, de los fondos destinados al desarrollo económico para ayudar a los organismos que estén preparando técnicos capacitados en el reconocimiento, la preven- ción y el control de estos daños y molestias.

Resumen

Por mucha capacidad que el hombre tenga para alterar el ambiente en que vive y adap- tarlo a sus necesidades, todo parece indicar que llegará a una crisis más 0 menos violenta en un futuro cercano. Por una parte, las grandes aglomeraciones parecen afectar la salud mental de los habitantes. Además, los adelantos tecnológicos, la urbanización e

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Bloomfield * INGENIERfA SANITARIA E INDUSTRIALIZACIÓN 559

industrialización, acompañados del rápido crecimiento de la población parecen amena- zar los recursos naturales y hasta la propia subsistencia humana. Este conjunto de fuerzas y tensiones puede Llevar al hombre a la autodestrucción, y constituye el mayor desafío a la humanidad, cuyos grupos diri- gentes y profesionales deben reaccionar para salvar este peligro. Entre estos grupos, los ingenieros de salud pública deben contribuir de manera efectiva a forjar un mundo mejor para hoy y para el futuro.

Se ha postulado que es antieconómico buscar el desarrollo industrial sin resolver las consecuencias sanitarias y sociales consi- guientes. La industrialización acelerada tiene sus repercusiones en la comunidad tanto en lo que significa la disposición de residuos indus- triales como en el consumo, y más tarde la contaminación, de las masas de agua. Re- percute, asimismo, en la salud de los trabaja- dores que tienen que aplicar técnicas mo- dernas a un medio que no está preparado para recibirlas; por ejemplo, el uso de maqui- narias complejas y de productos y materias

primas tóxicas por personal no capacitado, ocasiona accidentes de trabajo. Estos pro- blemas de salud se complican debido también a otros factores contribuyentes como: habita- ciones miserables, déficit alimentario, caren- cia de agua potable, inadecuada disposición de excretas y además, la insuficiente atención médica.

Como posibles soluciones se recomiendan: 1) incorporar medidas de control en cada proyecto industrial para resguardar la salud del trabajador y de la comunidad; 2) con- siderar como partidas del desarrollo econó- mico las que se dedican a ese fìn; 3) emplear en los organismos internacionales a profesio- nales expertos en el control y prevención de daños y molestias que pueden originar los programas de desarrollo industrial; 4) crear, con la asistencia de la OMS, organismos esta- tales y privados para ejercer este control, y 5) destinar cierta parte de los fondos del desarrollo económico a preparar técnicos en prevención y control de daños y molestias de- rivados de la industrialización. Cl

REFERENCIAS

(1) Haddad, Ricardo. “La contaminaci6n del . aire en América Latina”. En: Actas del

Primer Congreso Peruano de SaZud Ocupa- cional, Lima, Perú, 1967.

(2) Dieterich, Bemd H. y Henderson, John M. “Situación y necesidades de los servicios urbanos de abastecimiento de agua en se- tenta y cinco países en desarrollo”. Ginebra: Organización Mundial de la Salud. Cua- derno de salud pública 23, 1965.

(3) Organización Panamericana de la Salud. Metas de salud en la Carta de Punta del Este. Hechos que revelan progreso, Publicaciones varias 81, marzo de 1966.

(4) Comisión Económica para América Latina. La Economía en América Latina en 1964. Santiago de Chile: CEPAL, 1965.

(5) Organización Panamericana de la Salud. Primer Seminario Latinoamericano de Salud Ocupacional, Süo Paulo, 1964. Publi- cación científica 124, 1965.

(6) Bloomfield, J. J. “Salud de los trabajadores y desarrollo económico en América Latina”. En: Actas del Primer Congreso Peruano de Salud Ocupacional. Lima, Perú, 1967.

(7) Organización Panamericana de la Salud. Seminario sobre Enseñanza de Ingeniería Sanitaria en América Latina. Publicación científica 76, mayo de 1963.

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Sanitary Engineering and Industrialization (Summcrry)

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Regardless of the enormous capacity of man their inhabitants. In addition technological ad- to change the environment in which he lives vances, urbanization, and industrialization, ac- and to adapt it to his needs, everything seems companied by rapid population growth, threaten to point to a rather violent crisis in the near natural resources and even human subsistence. future. On the one hand, the great urban This aggregate of forces and pressures may areas appear to affect the mental health of lead man to self-destruction and is a major

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challenge to humanity, whose leaders must take action to avert this peril. Among the profes- sions involved, sanitary engineers must help shape a better world for today and tomorrow.

lt has been postulated that it is uneconomical to promote industrial development unless the health and social problems it entails are solved. Accelerated industrialization affects the com- munity both with respect to the disposal of industrial wastes and the consumption and, subsequently, the pollution of water. It also affects the health of workers who are required to apply modern techniques to an environment which is not prepared to receive them; for example, the use of complex machinery and toxic products and raw materials by untrained personnel results in industrial accidents. These health problems are aggravated by such factors as insanitary housing, poor diet, inadequate

drinking water supply, deficient sewerage, and also lack of medical care.

As possible soiutions the author recom- mends: 1) to incorporate control measures into each industrial project in order to safeguard the health of the worker and of the community; 2) to regard expenditures for this purpose as expenditures on economic development; 3) to recruit for international agencies experts in the control and prevention of environmental insults and nuisances which may be caused by industrial programs; 4) to establish, with the assistance of WHO, state and private control agencies; and 5) to earmark some of the funds for economic development for the training of technical staff in the prevention and control of environmental insults and nuisances caused by industrialization.

A Engenharia Sanit.&ia e o Processo de Industrializaqáo (Resumo)

Por mais capaz que seja o homem de alterar o ambiente em que vive e adaptá-lo as suas necessidades, tudo parece indicar que haverá em futuro próximo urna crise mais ou menos violenta. As grandes aglomeracóes parecem afetar a saúde mental dos habitantes e os pro- gressos tecnológicos, a urbanizacáo e a indus- trializacão, acompanhados do rápido cresci- mento da populacão, parecem ameacar os recursos naturais e até a própria subsistência humana. Ésse conjunto de fôrcas e tensóes pode levar o homem à autodestruicão e consti- tui o maior desafio à humanidade, cujas grupos dirigentes e profissionais devem reagir para evitar o perigo. Entre êsses grupos, os enge- nheiros de saúde pública devem contribuir de maneira efetiva para criar um mundo melhor hoje e no futuro.

É antieconômico procurar o desenvolvimento industrial sem resolver suas conseqüências sani- tárias e sociais. A industrializacão acelerada tem repercussóes na comunidade, tanto no que se refere à remocáo de resíduos industriais como no que diz respeito ao consumo e, mais tarde, à contaminacâo das massas de água. Repercute, outrossim, na saúde dos trabalha-

dores, que têm de empregar técnicas modernas sem estar preparados para isso; por exemplo, o uso de maquinarias complexas e de produtos e matérias-primas tóxicas por pessoal inexperi- ente causa acidentes de trabalho. Ésses pro- blemas de saúde complicarn-se sob a influência de outros fatôres, tais como habitacóes insalu- bres, deficiência de nutricão, escassez de água potável, servico de esgôto inadequado e assis- tência médica insuficiente.

0 autor recomenda como possíveis solucóes 1) incorporar medidas de controle em todos os projetos industriais, a fim de proteger a saúde do trabalhador e da comunidade; 2) con- siderar como inversóes destinadas ao desen- volvimento econômico os gastos feitos com essa finalidade; 3) empregar nos organismos inter- nacionais técnicos no controle e prevencáo de danos e inconvenientes causados pelos pro- gramas de desenvolvimento industrial; 4) criar, com a assistência da OMS, organismos estatais e privados para exercer êsse contrôle; e 5) reservar certa parte dos fundos do desenvolvi- mento econômico à formacáo de técnicos em prevencáo e controle de danos e inconvenientes derivados da industrializacáo.

Le génie sanitaire et I’industrialisation (Résumé)

Quelle que soit la capacité de I’homme de santé mentale des habitants. D’autre part, les modifier le milieu dans lequel il vit et de progrès technologiques, l’urbanisation et l’in- l’adapter à ses besoins, tout semble indiquer dustrialisation, parallèlement à une augmenta- qu’il arrivera à une crise plus ou moins violente tion rapide de la population, semblent mettre dans le proche avenir. D’une part, les grandes en danger les ressources naturelles et m&me agglomérations paraissent porter atteinte à la la subsistance humaine. Cet ensemble de forces

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Bloomfield - INGENIERÍA SANITARIA E INDUSTRIALIZACIÓN 561

et de tensions peut conduire l’homme à son auto-destruction, et constitue le problème le plus grave qui se pose à I’humanité que les groupes dirigeants et professionnels doivent résoudre pour écarter ce danger. Parmi ces groupes, les ingénieurs sanitaires doivent aider de manière efficace à forger un monde meilleur pour aujourd’hui et pour l’avenir.

On a atimé qu’il est anti-économique de rechercher le développement industriel sans s’occuper des conséquences sanitaires et sociales qui en résultent. L’industrialisation accélérée a des répercussions sur la communauté tant en ce qui concerne I’évacuation des déchets industriels que la consommation, et ultérieure- ment la pollution de l’eau. Elle se répercute également sur la santé des travailleurs qui sont chargés d’appliquer les techniques modernes à un milieu qui n’est pas préparé pour ces dernières; c’est ainsi que l’utilisation de ma- chines complexes et de produits et matières premières toxiques par du personnel non qua- lifié cause des accidents du travail. Ces pro-

blèmes sanitaires se compliquent également en raison d’autres facteurs tels que: logements misérables, carente alimentaire, manque d’eau potable, évacuation imparfaite des excreta et, en outre, soins médicaux insuffisants.

L’auteur recommande les solutions éventue- lles suivantes: 1) prévoir dans chaque projet industriel des mesures destinées à protéger la santé du travailleur et de la communauté; 2) considérer les mesures destinées à cette fin comme parties du développement économique; 3) employer dans les organismes interna- tionaux des experts en matière de contrôle et de prévention des dommages et inconvénients pouvant résulter des programmes de développe- ment industriel; 4) créer, avec l’assistance de I'OMS, des organismes officiels et privés chargés d’appliquer ces mesures; et 5) affecter une certaine partie des fonds du développement économique à la formation de techniciens en matière de prévention et de contr8le des dom- mages et inconvénients provenant de Sin- dustrialisation.

PRINCIPALESPROBLEMASDESALUDENLASAMÉRICAS

Al examinar los informes de 10s Estados Miembros de la OMS para el período 1961-1964, en los que se enumeran 46 problemas sanitarios principales, se observa la considerable diferencia entre los problemas de salud propios del Canadá y los Estados Unidos y los de otros países de la región de las Américas. Las enfermedades cardiovasculares de diversos tipos, el cáncer y los accidentes constituyen los principales problemas sanitarios de los Estados Unidos, donde también es motivo de preocupación el problema de las enfermedades venéreas y, en especial, la recrudescencia de la sífilis. En el Canadá los problemas son muy parecidos aunque difieran en detalle e importancia relativa. Por otro lado, el pera sanitario de los países de América Central, América del Sur y la región del Caribe señala que la malnutrición, las enfermedades transmisibles, los problemas de saneamiento y las dikultades administrativas y órganicas son, en el orden indicado, las principales causas de preocupación. Entre las enfer- medades transmisibles figuran en primer lugar las diarreicas, las venéreas y el paludismo. [“La situación sanitaria mundial: problemas importantes”. Crcínica de Za OMS 22( 1) : 12-17.1