LA INCERTIDUMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

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1 LA INCERTIDUMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA Estudio de Caso CARLOS ALBERTO CARDONA F., S.J. UNIVERSIDAD DE LOS ANDES Centro de Investigación y Formación en Educación CIFE Bogotá. D.C.- Colombia 2012

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LA INCERTIDUMBRE

COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

Estudio de Caso

CARLOS ALBERTO CARDONA F., S.J.

UNIVERSIDAD DE LOS ANDES

Centro de Investigación y Formación en Educación – CIFE

Bogotá. D.C.- Colombia

2012

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LA INCERTIDUMBRE

COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

Estudio de Caso

CARLOS ALBERTO CARDONA F., S.J.

Trabajo de grado para obtener el título de Magíster en Educación

Directora

MARCELA OSSA PARRA

Doctora en Educación

UNIVERSIDAD DE LOS ANDES

Centro de Investigación y Formación en Educación – CIFE

Bogotá. D.C.- Colombia

2012

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Nota de Aceptación

_____________________________

_____________________________

_____________________________

________________________________

Presidente del Jurado

________________________________

Jurado

________________________________

Jurado

Bogotá, D.C., Mayo de 2012

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TABLA DE FIGURAS

Pág

Figura No.1: Concepto en construcción 27

Figura No. 2: Propuesta de conceptualización 31

Figura No. 3: Asociaciones al concepto de incertidumbre 33

Figura No. 4: Dinámica de las asociaciones a la incertidumbre 39

Figura No. 5: Dimensiones de la incertidumbre en la vida escolar 44

Figura No. 6: Dinámicas de relación de las incertidumbres 50

Figura No. 7: Enfoque fragmentado 53

Figura No. 8: Enfoque integrado 60

Figura No. 9: Conflictos y alternativas de los enfoques 67

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CONTENIDOS

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RESUMEN 6

1. INTRODUCCIÓN 7

1.1. ¿Por qué investigar la incertidumbre? 7

1.2. Antecedentes de investigación en el tema 9

1.3. Contextos de la investigación 12

1.4. Preguntas de la investigación 13

2. DISEÑO Y LOGICA DEL ESTUDIO 15

2.1. Metodología de la investigación 15

2.2. Recolección de datos 16

2.2.1. Participantes 16

2.2.2. Instrumentos de recolección de datos 18

2.2.3. Método de recolección de datos 19

2.2.4. Consideraciones éticas 22

3. METODOS DE CLASIFICACIÓN DE LA INFORMACIÓN 23

3.1. Codificación 24

3.2. Categorización 25

3.3. Conceptualización 28

4. ANALISIS E INTERPRETACIÓN 30

4.1 La Incertidumbre como concepto en construcción 32

4.1.1. Asociaciones a la incertidumbre en el ambiente escolar 32

4.1.2. Dinámica de las asociaciones al concepto de incertidumbre 38

4.2. Vida escolar e incertidumbre 43

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4.3. Enfoque fragmentario de acogida de la incertidumbre 50

4.4. Enfoque integral de acogida de la incertidumbre 58

5. VALORACIÓN DE LOS ENFOQUES Y POTENCIALES

EFECTOS 66

6. DISCUSION E IMPLICACIONES 72

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS 78

ANEXOS 83

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RESUMEN

La pregunta por el tipo de educación que necesita la sociedad contemporánea para enfrentar

adecuadamente una época caracterizada por la complejidad y el permanente cambio se ha

insertado cada vez con más frecuencia en las corrientes de investigación en educación.

Parte de esta respuesta, advierten algunos de estos investigadores, se encuentra en la

manera como enfrentamos las incertidumbres que esta realidad compleja hoy día nos

impone. El desarrollo del presente trabajo retoma esta advertencia a partir de un estudio de

caso, con el fin de explorar la posibilidad que tienen las instituciones educativas, no sólo de

enfrentar la incertidumbre, sino de convertirla en una herramienta pedagógica para así

ofrecer una respuesta adecuada y pertinente a dichas exigencias del entorno social. A este

propósito, a continuación se evidencia la manera como la Institución bajo estudio entiende

o asume conceptualmente las experiencias de incertidumbre de sus estudiantes, así como

los medios que dicha Institución utiliza para acoger o integrar tales experiencias en el

desarrollo de los procesos académicos regulares. Con base en esta caracterización se

postulan los enfoques fragmentado e integrado como dos perspectivas de manejo que la

Institución adopta frente a las situaciones de incertidumbre, se señala un desequilibrio a

favor del enfoque fragmentado, se indaga sobre el potencial del enfoque integrado para

acoger mejor las incertidumbres y se propone un movimiento de transición hacia el enfoque

integrado, que mejore y facilite las condiciones para convertir las incertidumbres de los

estudiantes en herramientas pedagógicas al servicio de los procesos de formación.

PALABRAS CLAVES: Incertidumbre, Complejidad, Cambio, Pedagogía, Dificultad,

Conflicto, Duda, Imprevisibilidad, Acompañamiento, Discernimiento, Cognitivo,

Concepto, Saber, Enfoque fragmentario, Enfoque Integrado.

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1. INTRODUCCIÓN

En la historia reciente del quehacer educativo, tanto en sus planteamientos teóricos como en

sus desarrollos prácticos, ha persistido a través del tiempo una creciente preocupación por

adecuar los modelos pedagógicos vigentes al mundo real del estudiante: (Dewey, 1948;

Ausubel, 1963; Freire, 1970; Vygotsky, 1978; Rogoff, 1990, Gardner, 1997; Torp & Sage,

1998; Roberson, 2011; etc.); dicho mundo se nos presenta hoy día más complejo y más

diverso de lo que solía aparecer, generando así la necesidad de adaptar cualquier propuesta

educativa a sus constantes e intempestivos cambios (Morin, 2000, Kenway & Bullen, 2000;

Brewer, 2003; Shulman, 2005; Helsing, 2007; Madsen & Carney, 2011; etc).

En su escrito acerca de los Siete Saberes Necesarios para la Educación del Futuro,

publicado en el año 2000, Edgar Morin, asiduo investigador sobre el tema de la Teoría de la

Complejidad en el contexto educativo, presenta siete aspectos que determinan el camino a

seguir en términos de una educación pertinente para el mundo que los estudiantes deberán

afrontar. Entre los mencionados aspectos, Morin introduce el de la incertidumbre, de la

cual argumenta que es una parte constitutiva del conocimiento, y que por tanto no se puede

pretender eliminarla a través de la lógica, la racionalidad o el psicoanálisis; por el contrario,

según fundamenta este autor, es a través de la toma de conciencia del carácter incierto de

todo acto cognitivo, como se acoge la posibilidad de forjar un conocimiento adecuado a la

época.

1.1 ¿Por qué investigar la incertidumbre?

En el presente trabajo se retoma lo que consideramos una interesante intuición por parte de

A. Rosetto (2005), quien, a partir de su lectura sobre el trabajo de Morín, afirma que la

incertidumbre es un recurso fundamental para el conocimiento, y que resulta necesario

acudir a ella si se pretende alcanzar certezas un poco más elaboradas, aún cuando estas

terminen siendo siempre temporales. Sobre esta misma línea de ideas, queremos explorar el

potencial pedagógico de la incertidumbre como herramienta para el mejoramiento de los

procesos de enseñanza y aprendizaje de cara a un mundo caracterizado, entre otras cosas,

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por la incertidumbre, la ambigüedad, la incongruencia y el exceso de información (Pillay &

Elliot, 2001)

Análisis realizados en el contexto nacional, muestran que los jóvenes estudiantes están

teniendo gran dificultad para integrarse a esta complejidad del mundo antes descrita, ya sea

por causa de un proyecto académico fallido (Ossa, 2009), ya sea por la pérdida de liderazgo

de las instituciones educativas (Arellano, 2005), ya por la ausencia de figuras de referencia

que solían facilitar esta transición desde la familia (Gutiérrez, 2005).

Sin embargo, la causa fundamental de este desencajamiento entre la vida escolar y la

experiencia del mundo, radica en que, según Campos (2008) “vivimos en una crisis

profunda de las certezas y requerimos de nuevos métodos e instrumentos de

pensamiento y de acción.” (p.2). En otras palabras, la incertidumbre constituye un elemento

clave de la nueva realidad epistemológica y es por esto que nuestras instituciones

educativas están llamadas a hacer una reforma curricular y pedagógica que no es

simplemente programática, sino claramente paradigmática (Scott, 2002; Kenway & Bullen,

2000; etc.). Desde la perspectiva de esta investigación, creemos que explorar el potencial

pedagógico de la incertidumbre, a la luz de las prácticas educativas de una Institución

específica, puede convertirse en un ejercicio clarificador para visualizar la pertinencia de

este cambio de paradigma, el cual, de todas maneras, no podrá hacerse sino de forma

paulatina y, muy seguramente, a partir de experiencias particulares.

Debido a que el tema de la incertidumbre y su relación con la pedagogía ha sido una

preocupación relativamente reciente de los investigadores de la educación, mucha de la

bibliografía explorada corresponde a artículos de revistas especializadas que recogen

iniciativas aisladas de profesores y otros profesionales preguntándose sobre este tema

(Madsen & Carney, 2011; Trevor-Roberts, 2006; Kaufmann & Sasso, 2006; etc.), de

profesores preguntando a otros profesores (Cremin,2006; Loads, 2010; Shulman, 2005;

Helsing, 2007; etc.), y de profesores desarrollando propuestas innovadoras con sus

estudiantes, a fin de acoger la experiencia de la incertidumbre en los procesos de

enseñanza-aprendizaje que adelantan (Mallin,2009; Zaslavsky, 2005; Bond, 2009; etc.).

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De manera especial, nos apoyamos conceptualmente en aquellos autores que iluminan la

reflexión sobre el impacto pedagógico de la incertidumbre en el ambiente escolar (Morín,

2000; Pillay & Elliot, 2011; Barnett, 2004; Campos, 2007; Vignale, 2009; etc.), a fin de

contrastar sus requerimientos y propuestas con las prácticas reales en una institución

particular de enseñanza secundaria. Consideramos que aterrizar estos planteamientos en el

aula y sus procesos de aprendizaje, consiste ante todo en una provocación académica ante

la persistencia tradicionalista de privilegiar el paradigma racional positivista, en un mundo

donde la educación sobreestimada de uno solo de los hemisferios cerebrales ha contribuido

en mucho a las frustraciones económicas, sociales y ecológicas del presente.

1.2 Antecedentes de investigación en el tema

Para comenzar, citamos una expresión de Cardús (2009), al criticar la manera como se

asume habitualmente la incertidumbre en el medio educativo: “no hay que educar contra la

incertidumbre, sino convertirla en algo que hay que aprender a incorporar a nuestros

proyectos individuales y colectivos” (p. 15); el complemento taxativo de esta afirmación lo

presenta Farley (2009), cuando escribe que la incertidumbre es básicamente “la desilusión

de la promesa sobre la certeza del conocimiento”(p.550). En esta investigación partimos de

esta última hipótesis, y esperamos llegar a convertir la primera en una propuesta

pedagógica que más allá de los proyectos, se inserte progresivamente en el quehacer

educativo hasta llegar al aula.

El carácter pedagógico de la incertidumbre hunde sus raíces en los terrenos de la economía;

fue allí tal vez donde comenzó a ponerse en duda la bondad del cimiento de la certidumbre;

su inspiración proviene de teorías de la física, como los “sistemas complejos”, las cuales

acogen como principio de formación en sus escuelas los límites de la ceteza: “siendo „la

frontera del caos‟, es decir, la frontera de lo indeterminado e incierto, donde precisamente

se produce la mayor creatividad y en donde „los valores‟ emergen como estabilizadores y

realzan la innovación y la creatividad” (Soto, Dolan & Johansen, 2005, p.26). En otras

palabras, los economistas descubren el camino de la supervivencia financiera, estudiando

los misterios de la incertidumbre.

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Haciendo un salto al campo educativo, citamos a Roux (1988), quien señala que una

sociedad de constantes cambios “obliga a promover un tipo de educación que fomente una

actitud de continua búsqueda en un mundo que se renueva a cada instante” (p. 162). A esta

voz podríamos sumar la de Banett (2004), quien apuntando quizás más lejos propone como

tarea del educador la transformación de los estudiantes, a partir de escenarios

ontológicamente inciertos, en „seres pedagógicos‟ (p.253), cuya estima, confianza y

motivación emerge del propio interior y los hace capaces de avanzar por sí mismos.

Ninguno de los autores propone un modelo pedagógico específico, aunque sí se proponen

ciertos fundamentos entre los cuales está el aprendizaje de determinadas disposiciones

personales como el cuidado, la reflexión, la humildad, la apertura, el sentido crítico, el

coraje, etc., muchas de las cuales son susceptibles de identificar en un contexto escolar

como el que aquí se examina.

El salto a las aulas del tema de la incertidumbre podría ser ilustrado con algunos trabajos

de investigación recientemente desarrollados: el trabajo de Cremin (2006), cuya propuesta

es sensibilizar a los maestros con experiencias de incertidumbre, a fin de que ellos puedan

adoptar una aproximación pedagógica de la misma manera con sus estudiantes; el trabajo

de Helsing (2007) cuyo ejercicio es también experimental con docentes, y que a través de

la meta-cognición revela que el estilo proactivo y el controlador son los dos modos básicos

de reacción del profesorado a la incertidumbre; el trabajo de auto-estudio de Attard (2008),

quien a través del análisis narrativo descubre la importancia de entender la tolerancia a la

incertidumbre como un medio excepcional para mejorar la práctica docente y el hábito de la

indagación; etc. Un punto visiblemente común en estos trabajos es la necesidad de

sensibilizar al maestro acerca de la realidad de lo incierto, como condición previa a

cualquier intento de explorar las potencialidades pedagógicas de dicha realidad en el aula.

Ahora bien, descender el tema de la incertidumbre hasta los procesos de enseñanza no

parece una tarea fácil, como tampoco es fácil el rastrear este aspecto en las dinámicas

cotidianas del aula. Tal vez por este motivo, algunas investigaciones se acercan a las

incertidumbres de los estudiantes, desde terrenos aledaños, pero muy cercanos, como en el

caso de Lousihna & Guarino (2010), quienes abordan la dimensión psicológica, hasta

identificar la existencia de tres tipos de incertidumbre: emocional, de aspiración y

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cognitiva; o como el caso de Shelley et al. (2005), quienes asumen una perspectiva

sociológica con algunos estudiantes pre-universitarios de Taiwan, en quienes buscan

identificar las principales fuentes de incertidumbre, así como las estrategias adoptadas por

estos estudiantes para enfrentar dichas experiencias. Citamos finalmente a Scott (2002),

quien desde la óptica de la espiritualidad plantea la “búsqueda de sentido” como la mejor

manera de incorporar en la persona “bien educada” la condición de incertidumbre a la que

todo ser humano está sujeto.

Buscando pasar de la periferia al corazón mismo del aprendizaje, esta investigación busca

aportar una perspectiva distinta del problema. Se trata de explorar la manera como las

experiencias de incertidumbre de los estudiantes pueden ser acogidas, y/o efectivamente lo

son, en ambientes de aprendizaje proporcionados por el contexto escolar. Otros trabajos

como los de Mallin (2009), Zaslavsky (2005), Voskoglou (2010), o presentaciones como

“La Escuela del Riesgo” de Bond (2009), introducen la incertidumbre en las prácticas

pedagógicas, a partir de estrategias todavía un poco ajenas a la vida del estudiante, como

por ejemplo: manipulando hechos históricos, confeccionando modelos matemáticos,

indagando soluciones ambiguas a problemas geométricos, insertando componentes

estadísticos en el currículo, etc.; el propósito en esta investigación, además de darle relieve

a todas estas iniciativas, consiste en plantear la propuesta de partir de las mismas

incertidumbres de la población estudiantil como materia prima para desarrollar procesos de

aprendizaje; para ello, habrá que partir necesariamente de lo que sucede actualmente en la

Institución elegida para el este estudio de caso, e identificar las maneras como en ella se da

o se pueda dar vida a esta propuesta.

Parece bastante probable que el camino para convertir las incertidumbres de los estudiantes

en herramientas para el aprendizaje deba pasar por diversos estadios como: el mayor

conocimiento posible del estudiante y del entorno que le afecta; la identificación de lo que

para él o ella significa experimentar la incertidumbre; la toma de conciencia de que el

contacto con la incertidumbre deja ver a un mismo tiempo tanto la cara del sujeto que no

siempre puede saber, como la del sujeto embargado por la exigencia de saber; la necesidad

de abrirse al cambio, al riesgo, y a una serie de disposiciones personales e institucionales

que en el escenario moderno de la racionalidad no parecían tener cabida; el deseo de

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aprender y de comunicarse de una manera más pertinente con la complejidad del mundo

actual; y por último, quizás, la convicción de que se puede crecer humanamente aún en

medio de la adversidad, la contradicción y el aparente sin sentido.

1.3 Contexto de la investigación

A fin de llevar a cabo esta investigación, se ha elegido la institución de educación básica

primaria y secundaria, de carácter privado y confesión católica, denominada Fundación

Colegio Mayor de San Bartolomé (CMSB), la cual es reconocida en el ámbito nacional por

una extensa trayectoria de más de 400 años de experiencia en el campo educativo, así como

por un permanente nivel de excelencia académica calificado como Muy Superior en las

Pruebas de Estado. A lo largo de su vasta labor en el campo educativo, las diversas

generaciones de directivos y profesores han logrado cristalizar un sistema pedagógico

particular conocido con el nombre del “Paradigma Pedagógico Ignaciano” (Acodesi, 2003),

cuyos elementos constitutivos incluyen: contexto, experiencia, reflexión, acción y

evaluación, y cuya dinámica interrelación avalan el propósito de una formación integral.

Además de estos notables logros, la Institución seleccionada presenta tres variables

particularmente interesantes para el propósito de esta investigación: En primer lugar,

representa un tipo de formación orientada hacia el bachillerato académico, también llamado

tradicional, cuyo soporte logístico reposa en la planeación, ejecución y evaluación

certificada de su plan de formación, ofreciendo así la imagen de una institución bastante

sólida, con preferente recurso a la programación y reglamentación de cada etapa del

proceso educativo. En segundo lugar, buena parte de su población estudiantil corresponde a

familias pertenecientes a estratos base de la estructura socio-económica, donde el elemento

de la incertidumbre juega un papel determinante sobre los proyectos de vida y académicos

en curso. Por último, es un propósito actual de la Institución permanecer atenta a cualquier

iniciativa pedagógica que le permita mantener sus altos y satisfactorios niveles de respuesta

a las necesidades educativas de los estudiantes y sus familias, así como a las expectativas y

requerimientos de la orden religiosa que la regenta, especialmente en medio de un momento

crítico de incertidumbre como el que afronta actualmente, en razón a un cambio drástico,

desfavorable y unilateral de las políticas del Gobierno Distrital, en relación con el apoyo

financiero que el Colegio venía recibiendo hasta hace poco.

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Ubicados en este contexto, el propósito de esta investigación consiste entonces en explorar

la manera como la incertidumbre es acogida en el seno de esta comunidad educativa

específica, con el fin de visualizar qué tanto y en qué dirección responde su propuesta

educativa a las exigencias de la realidad incierta y cambiante en la que viven los

estudiantes, por lo menos desde uno de los aspectos que menciona Morin en su

planteamiento pedagógico de futuro: “enfrentar las incertidumbres” (2000, p.76) Por esta

vía es muy probable que, como resultado de la investigación, se propicie un ejercicio

reflexivo al interior de la Institución, el cual le permita reconocer en toda experiencia de

incertidumbre una herramienta pedagógica capaz de garantizar una mayor adecuación y un

claro mejoramiento de las prácticas de enseñanza-aprendizaje que allí tienen lugar;

prácticas cuya validez se verifica precisamente en la cotidianidad de un mundo en donde,

en palabras de Morín, “el futuro se llama incertidumbre” (2000, p.74)

1.4 Preguntas de la investigación

En la etapa inicial de este diseño, las preguntas de investigación así como los instrumentos

y procedimientos de recolección de información estaban orientados a evidenciar la

“percepción de los profesores” acerca del tema de la incertidumbre en el ambiente escolar,

así como el manejo que consecuentemente daban ellos a estas experiencias; todo esto bajo

el argumento de que son los profesores quienes manejan más directamente los procesos de

formación y articulan las prácticas pedagógicas. Sin embargo, al entrar en interacción con

el contexto, se comenzó a evidenciar un vínculo estrecho entre las prácticas de los

profesores y las perspectivas institucionales, al igual que entre los lineamientos de la

Institución y las experiencias de formación humana que ofrecen otros educadores en

diversas instancias. Por tal razón ser prefirió dar una orientación tanto a las preguntas como

al diseño, que pudiera dar cuenta de la acogida de la incertidumbre desde la realidad más

orgánica de la Institución, donde la comunidad educativa funciona de manera bastante

dinámica; por tanto se establecieron los diversos puntos de vista de quienes participan en

este escenario educativo y, en lugar de plantear varias preguntas sobre un solo actor, se

optó por ahondar sobre la misma pregunta a partir de los diversos actores.

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De igual manera, se había propuesto hacer el énfasis del estudio sobre las “circunstancias o

escenarios de toma de decisión”, con el fin de evidenciar la relación que existe entre los

procesos elección y las incertidumbres. Sin embargo, este énfasis causaba tensión con la

perspectiva general, debido a que centraba la mirada en los procesos vocacionales y restaba

mucha importancia a otras experiencias de incertidumbre provenientes del entorno familiar,

afectivo, espiritual y/o existencial de los estudiantes. No obstante, la importancia de esta

temática se vio reflejada en la manera como el tema de las decisiones fue surgiendo

espontáneamente de la información recolectada, tomando un lugar destacado en el conjunto

de datos, pero sin detrimento de la intención de orientar el estudio a su aspecto central de la

acogida de la incertidumbre en el ambiente escolar. En todo caso, y teniendo en cuenta este

punto específico, se optó por mantener focalizada la indagación en los estudiantes de último

año, por ser ellos el sector de la población estudiantil más expuesto a situaciones de

incertidumbre en el contexto escolar, de acuerdo con la percepción de los propios docentes

(Entr.7 Educador; Entr.9 Educador), y por contar además con el mayor acumulado en años

de un estilo de formación particular como el que ofrece la Institución elegida para esta

investigación.

De acuerdo con esta descripción el criterio orientador de la investigación para efectos de la

delimitación del estudio consistió en concentrarse en dar relieve a las relaciones que es

posible detectar entre los procesos de enseñanza-aprendizaje y las experiencias de

incertidumbre presentes en distintos espacios el entorno escolar, explorando en ellas su

carácter o intencionalidad pedagógica. En consonancia con lo anterior, las preguntas de

investigación fueron configuradas de la siguiente manera:

1.- ¿De qué manera asume e integra la Institución el tema de la incertidumbre en los

documentos de su propuesta pedagógica?

2.- ¿De qué manera asumen e integran los profesores y acompañantes las experiencias de

incertidumbre de los estudiantes en los procesos de enseñanza y aprendizaje que

desarrollan?

3- ¿De qué manera asumen e integran la incertidumbre del entorno escolar los educadores

que orientan las diversas experiencias de crecimiento humano en la Institución?

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4.- ¿De qué manera perciben los estudiantes el tratamiento que la Institución ofrece a sus

experiencias de incertidumbre en relación con los procesos de formación que desarrolla?

Justifican la elaboración de este estudio sus mismos beneficiarios. De un lado está el aporte

que en desarrollo de este tema se puede generar para la teoría de la educación, debido a su

reciente elaboración académica y a la gran variedad de aplicaciones que puede desarrollar

como práctica pedagógica. Cabe anotar que dentro de la literatura pertinente al tema no

encontramos un estudio de caso como el que buscamos desarrollar aquí, lo cual puede

ofrecer un valor agregado a esta iniciativa. Del otro lado está la posibilidad de plantear a

los docentes, a través del diálogo, una perspectiva distinta sobre la incertidumbre, a partir

de una toma de conciencia sobre el influjo positivo que ella puede tener en las prácticas

educativas; esto, a su vez, conduciría a una toma de posición personal sobre la manera de

abordar esta experiencia a favor de los intereses de los educandos.

La Institución educativa es también beneficiaria de este estudio, en cuanto puede ganar

nuevos insumos que actualicen sus métodos de enseñanza-aprendizaje en uso,

adecuándolos a los requerimientos de las realidades culturales nuevas. Por último, y quizás

más importante, está la contribución al objetivo, a largo plazo, de apropiar a los estudiantes

sus propios procesos educativos, en la medida en que ellos perciban la clara conexión que

debe llegar a establecerse entre la transformación permanente de sus proyectos de vida y

los desarrollos pedagógicos institucionales (Ossa, 2009), en particular cuando se trata de

saber construir conocimiento en contextos de duda, dificultad o cambios culturales.

2. DISEÑO Y LOGICA DEL ESTUDIO

2.1 Metodología de la investigación

Esta investigación tiene un enfoque metodológico interpretativo, en la medida en que

intenta explorar en profundidad y a partir de la interacción con el contexto particular en

donde se desarrolla, las dinámicas educativas que se generan o que no se generan en esa

Institución, en relación con el tema de la incertidumbre. Si bien es cierto que ninguna

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estrategia de valoración supone una realidad fija, como suele criticarse erróneamente al uso

de métodos cuantitativos (Cook & Reichardt, 1997, p.36), creemos que tratándose de las

dinámicas de un mundo cambiante que se caracteriza por la incertidumbre y lo

imprevisible, un enfoque cualitativo de investigación resulta mucho más conveniente.

Comprender estas dinámicas ofrecerá la base conceptual para identificar, por ejemplo, la

manera como se establecen esas relaciones entre la enseñanza y las incertidumbres

presentes en el ámbito escolar, en qué consisten sus cualidades pedagógicas, qué elementos

han facilitado su desarrollo y cuáles lo han limitado, cuáles han sido o podrían ser los

efectos de dichas relaciones para el estudiante, cuáles para la Institución, etc.

El hecho de circunscribir la investigación a una Institución particular cataloga este como un

estudio de caso, entre cuyas características está el ser particularista, descriptivo, heurístico

y deductivo (Merriam, 1988). Sin embargo, esto no implica una renuncia a la posibilidad de

generalizar sus hallazgos, en primer lugar, por ser esta una intención latente en cualquier

intento de investigación (Flick, 2007, p.41), y segundo, porque no se trata de una

generalización de tipo estadístico, sino del tipo que tendría cualquier experiencia humana,

capaz de iluminar interrogantes o preocupaciones comunes, a partir de la comprensión que

de ella obtengan sus potenciales lectores.

2.2 Recolección de datos

2.2.1 Participantes

Durante el desarrollo de la investigación contamos tres tipos participantes directos. En

primer lugar, los profesores de la Institución que estuvieron representados por los cuatro

“Acompañantes de Grado” de los grupos de último año; se les llama acompañantes porque

su labor consiste en coordinar los espacios de “tomas de contacto” y “acompañamiento de

grupo”, las cuales suceden todos los días al comenzar la jornada escolar, durante media

hora, en el caso de las tomas de contacto, y los días viernes, por espacio de 45 minutos, en

el caso de las sesiones de acompañamiento. Durante estos espacios se fomentan las sanas

relaciones del grupo y se hace seguimiento del rendimiento escolar del grado, de las

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responsabilidades que el grupo tenga a cargo, y de las dificultades en el trato interpersonal.

Adicionalmente, estos mismos profesores tenían a cargo las asignaturas de Química,

Cálculo, Ética y Educación Física para los estudiantes de los grados superiores.

En segundo lugar, participaron los directores de los programas y servicios de formación de

los estudiantes con que cuenta el Colegio, como apoyo al componente académico, entre

ellos: El Director de Pastoral, El Asesor Espiritual de undécimo grado, El coordinador del

programa FAS (Formación y Acción Social), La Coordinadora de Encuentros con Cristo, y

la Directora de Bienestar Estudiantil. Para efectos de redacción, hemos denominado a estos

formadores como “Educadores” o “Educadores sin aula”, a fin de distinguirlos de los

maestros encargados de los procesos académicos. También participaron, de manera

informal, la Directora del SAE (Servicio de Apoyo Educativo), y la coordinadora del

Servicio de Orientación Profesional, quienes atienden las necesidades de orientación

psicológica y vocacional de los estudiantes, especialmente en los grados superiores.

Para el caso de tanto de los Acompañantes como de los Educadores, los entrevistados

estaban caracterizados, salvo dos excepciones, por una trayectoria promedio de 6 años en la

institución, por su gran cercanía con los estudiantes y por su apreciable experiencia en el

campo de la educación, razones por las cuales les fueron asignadas estas responsabilidades

específicas por parte de la Institución.

Finalmente, participaron los estudiantes del Colegio, representados por cuatro grupos de

estudiantes, todos ellos pertenecientes a las secciones de undécimo grado; en cada grupo

participaron cuatro estudiantes de ambos sexos, para un total de 16 estudiantes, la mayoría

de ellos con un promedio de permanencia en el Colegio superior a los 9 años. Para la

conformación de cada uno de estos cuatro grupos se consideraron criterios de participación

de género, equidad de representación de todas las secciones de grado once y variedad en el

perfil de desempeño de los estudiantes entrevistados.

Dadas las características de la investigación, definida como un estudio cualitativo, todos los

participantes directos de la misma fueron elegidos mediante la técnica del “criterio base de

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selección” o “selección con propósito” (Johnson & Christensen, 2008, p.243), según la cual

prima la conveniencia del tema y la variedad de perspectivas sobre el mismo.

2.2.2 Instrumentos de recolección de datos

Con respecto a las herramientas de recolección de la información se optó por el empleo de

entrevistas, observaciones en el aula y fuera del aula, grupos focales y revisión de

documentos; con la variedad de estos medios se buscó fundamentar una interpretación

adecuada de lo que está sucediendo en el ambiente escolar con relación al manejo de la

incertidumbre. Por tratarse de un fenómeno social, donde las condiciones están ya

determinadas por la realidad misma de los individuos, la investigación está organizada

básicamente a través de procedimientos inductivos para la recolección de datos en su

ambiente natural

Bajo estos parámetros se establecieron los siguientes instrumentos de recolección de datos:

1.- Revisión de documentos institucionales, como el PEI y los Programas Integrados de las

Áreas de Ética y Sociales, a fin de identificar posibles referencias al tema de la

incertidumbre, desde donde se pueda conocer o vislumbrar la posición institucional al

respecto, así como las disposiciones o normas que alrededor del tema se hayan establecido.

2.- Entrevistas en profundidad con profesores acompañantes de grado, especialmente los de

últimos años de la formación secundaria, con el fin de esclarecer sus percepciones

personales acerca del tema de la incertidumbre en la vida escolar, la manera como la

integran o no en sus métodos de enseñanza y las experiencias concretas que hayan tenido a

este respecto en el aula.

3.- Observaciones de campo a los espacios de formación específicos que orientan los

acompañantes de grupo de manera regular, denominados “tomas de contacto” y “secciones

de acompañamiento”, donde se conversa y se reflexiona con los estudiantes sobre aquellas

situaciones, eventos o responsabilidades que afectan la vida del grupo y las relaciones

interpersonales, a fin de reconocer por este medio el manejo que se otorga a las

experiencias de incertidumbre que puedan surgir en este escenario.

Page 20: LA INCERTIDUMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

20

4.- Observaciones de campo en algunos espacios para el crecimiento humano de los

estudiantes que brinda esta Institución de modo paralelo a la formación académica, tales

como “orientación profesional”, “campamento misión” y “formación-acción social”, y que,

por ser de carácter social, espiritual o vocacional, pueden entrar en conexión con las

experiencias de incertidumbre de los estudiantes de forma más directa, para así reconocer

otras maneras institucionales de abordar la incertidumbre desde la particularidad de estos

espacios.

5.- Grupo focal con estudiantes de últimos grados del bachillerato, quienes pasan por un

momento existencial bastante propenso a cierta variedad de experiencias de incertidumbre,

de cara a las exigencias de una nueva vida como universitarios, con el objeto de visualizar,

desde una perspectiva estudiantil que recoge toda su experiencia del paso por la Institución,

los diversos tratamientos que el tema de la incertidumbre tiene en los procesos de

formación del Colegio.

Es importante anotar que no se hicieron observaciones de las clases propiamente dichas en

las distintas asignaturas; esto se decidió bajo el supuesto de que la probabilidad de

atestiguar experiencias de incertidumbre en estos contextos es escasa, lo cual obligaría a

recopilar demasiado material y por ende a extender significativamente el tiempo del

estudio. De un lado, las experiencias relacionadas con la incertidumbre se evidencian en

ambientes menos estructurados y espontáneos, que por lo general no es lo que ofrece el

escenario de una sesión académica; por otro lado, la dinámica que esta investigación

propone consiste en partir de las experiencias de incertidumbre reales, explorarlas y llevar

su potencial pedagógico a la aulas, es decir, se trata de una transición cognitiva que

comienza en la vida del estudiante y que termina inserta en los contenidos de aprendizaje.

2.2.3 Método de recolección de datos

Durante el segundo semestre del año 2011, y bajo la guía de los parámetros antes descritos,

se dio comienzo al proceso de investigación con la revisión del PEI del Colegio para el año

2011 y, más adelante, por sugerencia de algunos de los profesores participantes en la

Page 21: LA INCERTIDUMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

21

indagación, se revisaron también los Planes Integrados de las áreas de Ética y Sociales, las

que ellos identificaron como más afines al tema de investigación. Este proceso se realizó a

través de medios electrónicos con ayuda de programas de texto y a partir de los archivos

digitales que proporcionó la Institución para estos efectos.

Posteriormente a la revisión de documentos se realizaron las observaciones de algunas de

las sesiones de acompañamiento a los estudiantes, y con la ayuda de un formato guía como

protocolo de observación (Anexo 1) se obtuvieron registros de cuatro Tomas de Contacto,

una por cada curso de undécimo grado, con una duración de 20 minutos, así como de dos

sesiones de Acompañamiento Grupal igualmente de los cursos de último año, con una

duración de 50 minutos cada una. A partir de los apuntes recolectados en estas

observaciones se realizó posteriormente al análisis de los datos.

No se registraron más sesiones de Acompañamiento Grupal al constatar que se trataba de

espacios dedicados, o bien a la preparación de actividades varias de tipo práctico como

Izadas de bandera, eventos culturales, celebraciones, eucaristías, etc., o bien a adelantar los

deberes académicos de los estudiantes, sin mayor interlocución de tipo reflexivo entre

estudiantes y profesores; esto debido, probablemente, a que coincidió con la congestionada

época de final de año. Tampoco se realizó observación a las sesiones de clase debido a que

la oportunidad de evidenciar el tratamiento de la incertidumbre en un contexto de trabajo

académico es escasa, no sólo por el carácter precisamente inesperado de las incertidumbres,

sino porque los profesores se ciñen, por lo general, a un plan de clase definido en formatos

de programación corta, y bajo estas circunstancias el tipo de situaciones que se espera

evidenciar es muy probable que no emerja. Por estas razones, acudimos a las entrevistas en

profundidad como fuente de información acerca del tratamiento de las incertidumbres en

espacios netamente académicos.

De forma paralela a las observaciones se realizaron nueve entrevistas semi-estructuradas

(Anexos 2 y 3) y en profundidad, una por cada uno de los cuatro acompañantes de grupo de

último año, y cinco más a los responsables de los programas especiales de formación con

que cuenta la Institución, así: al director del Área de Pastoral, al coordinador del FAS

(formación-acción social), a la coordinadora de Bienestar Estudiantil, a la coordinadora de

Page 22: LA INCERTIDUMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

22

Encuentros con Cristo, y por último al asesor espiritual de los estudiantes de undécimo

grado. Las entrevistas tuvieron una duración de 50 minutos en promedio,

Adicionalmente se realizaron las entrevistas semi-estructuradas a los estudiantes, a través

del formato de grupos focales (Anexo 4) y con duración media de 50 minutos. A diferencia

de los profesores, cuyo formato en profundidad busca explorar la experiencia personal en el

ambiente escolar con relación al manejo de las incertidumbres, el formato utilizado con los

estudiantes pretendió recoger una visión de conjunto sobre el tema, con el fin de lograr otra

perspectiva de la situación real del ambiente escolar; adicionalmente, los estudiantes

requieren un poco más de estructura en la conversación debido a sus limitaciones en la

conceptualización de sus experiencias, así como por su tendencia a dispersión en las

temáticas que tratan, lo cual dificulta la entrada en profundidad sobre la materia de

investigación.

Todas estas entrevistas fueron grabadas en las instalaciones del Colegio, tuvieron una

duración total de 9 h 49 min, y fueron trasladadas a medios electrónicos mediante el

programa Sound Organizer versión 1.1, para ser transcritas posteriormente, transformadas

en archivos digitales de texto; cada profesor participante recibió por correo el texto

transcrito de las entrevistas para su correspondiente revisión y corrección.

Por último se realizaron observaciones de campo sobre algunas de las Actividades

especiales de formación, siguiendo el protocolo de observación (Anexo 5), y según lo

permitió la programación interna del Colegio. En este caso se trató de recoger apuntes

sobre las experiencias de: FAS (formación-acción social) para uno de los grupos de noveno

grado, la cual se realiza a lo largo de una jornada escolar completa; Orientación

Profesional, también de una jornada, para uno de los grupos de décimo grado; y

Campamento Misión, durante la Semana Santa, para estudiantes voluntarios de los grados

noveno y décimo, la cual se extiende por 8 días, en ambiente rural y una metodología de

completa inmersión. La primera se eligió por ser una de las experiencias más significativas

durante su paso por el Colegio, según afirman los mismos estudiantes y algunos de sus

profesores; la segunda por su estrecha relación con la temática investigada; y, la última por

desarrollarse en un ambiente natural y cargado de experiencias de gran variedad para la

Page 23: LA INCERTIDUMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

23

formación y crecimiento de los estudiantes, desde donde se puede también establecer varias

conexiones con el tema de esta investigación.

En todos los casos, la presencia del investigador fue entendida como la de un observador

externo, es decir, un asistente autorizado para acompañar al profesor, pero sin

responsabilidad asignada en relación con las actividades y procesos, y sin ninguna

vinculación explícita con la Institución o con las directivas del Colegio, aparte del interés

por enriquecer las instancias de formación que ofrece la misma Institución. El hecho de que

el investigador pertenezca a la Orden religiosa que dirige el Colegio, tiene la implicación de

que facilita el acceso a los espacios y documentos requeridos para la investigación, pero

también podría tener efecto en la postura que asumen los entrevistados o los responsables

de los espacios observados durante la investigación; este último aspecto queda

contrarrestado en la práctica por varias razones: primero, porque no había contacto

presencial, ni existía vínculo de trabajo entre la Institución y el investigador antes de

comenzar la investigación; segundo, porque los profesores y educadores vinculados al

proceso, en general, tienen una larga trayectoria en la Institución, mientras los religiosos

encargados de la dirección son cambiados con cierta regularidad; tercero, porque existe una

política de equidad entre laicos y religiosos en relación con su participación en la labor

educativa, según directrices de la misma Orden religiosa. (Acodesí, 2003 p.19)

Consecuentemente, el ejercicio de indagación dio lugar a una relación de confianza y

cercanía tanto con directivas y maestros, como con estudiantes, especialmente como

producto de las entrevistas a profundidad, donde el compartir espontaneo de experiencias y

sentimientos se convirtió en el insumo clave para acceder a información relevante sobre un

tema que, por lo demás, despierta una curiosidad genuina entre los diversos miembros de la

comunidad educativa.

Se integraron también al proceso de investigación algunos instrumentos de verificación y

validez de los datos recolectados, tales como: triangulación de instrumentos, tanto por

fuente como por tipo de instrumento; revisión y corrección de las entrevistas a profundidad

realizadas a acompañantes mediante el envío del archivo digital a los mismos entrevistados;

confirmación de las notas de observación de actividades de formación y crecimiento, por

parte de los responsables de las mismas; y por último, grupo focal con el conjunto de

Page 24: LA INCERTIDUMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

24

profesores de las distintas asignaturas del grado undécimo, a partir de un formato de

preguntas pre-diseñado (Anexo 6), con el propósito de contrastar los análisis preliminares

de la entrevistas en profundidad realizadas en la anterior etapa de la investigación. En la

etapa final del proceso, las interpretaciones de la investigación fueron presentadas y

comentadas con un directivo medio y un alto directivo de la Institución.

2.2.4 Consideraciones éticas

Al comenzar el proceso de investigación se presentó carta de la propuesta a la oficina de

Rectoría y Dirección Académica del Colegio (Anexo 7), junto con la cual se obtuvo

permiso para adelantar la recolección de datos con los miembros de la comunidad

educativa, acceder a los documentos oficiales, presenciar las sesiones de acompañamiento y

actividades de formación, contar con los espacios físicos necesarios para el desarrollo de la

propuesta y utilizar el nombre del Colegio para los reportes escritos de la misma.

Con el fin de presentar este de ejercicio de investigación con la mayor transparencia para la

comunidad educativa, se expuso inicialmente la idea en reunión general de profesores, con

indicación de los criterios y procedimientos para elegir los participantes, tanto profesores,

como educadores sin aula, como estudiantes, al tiempo que se enfatizó en el propósito

netamente académico de la indagación. En reunión particular con los acompañantes del

grado once, se expuso más detalladamente la propuesta, se invitó a la participación

voluntaria y se acordaron fechas de entrevistas y observaciones de las sesiones de

acompañamiento.

Igualmente, los estudiantes que accedieron voluntariamente a participar en la investigación

recibieron una carta (Anexo 8), de la cual devolvieron un desprendible con la debida

autorización de sus acudientes. De este grupo de estudiantes autorizados se conformaron

los grupos ya mencionados. Al comenzar la entrevista con cada grupo se aclaró el carácter

investigativo de este ejercicio, así como la confidencialidad debida a sus apreciaciones y la

ausencia de cualquier implicación académica o disciplinaria por causa de sus opiniones.

Como política general de confidencialidad se utilizaron letras iniciales en lugar de nombres

para todos los documentos escritos de las entrevistas y los documentos digitalizados se

protegieron con clave de acceso.

Page 25: LA INCERTIDUMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

25

3. METODOS DE CLASIFICACIÓN DE LA INFORMACIÓN

La subsecuente etapa de clasificación de datos se desarrolló siguiendo muy de cerca el

modelo de las tres c‟s presentado por Lichtman (2006): codificación, categorización y

conceptualización o identificación de conceptos. Lo primero que se hizo fue la revisión

bibliográfica inicial, sobre la cual se elaboró la “identificación de temas”, siguiendo la

estrategia de análisis que sugieren (Gay, Mills & Airasian, 2006, p.471), la cual consiste en

un listado de asuntos recurrentes que van apareciendo según se avanza en la revisión; estos

asuntos se convierten posteriormente en códigos a-priori para el trabajo de campo. La

inquietud que orientó la revisión bibliográfica consistió básicamente en conocer la manera

como los educadores e investigadores en educación están tratando el tema de la

incertidumbre, dado que este tema constituye para Morin (2000) uno de los aspectos

centrales para el tipo de educación que necesita sociedad del futuro (p.17)

3.1 Codificación

Durante esta fase de clasificación de la información se hizo la re-lectura y codificación de

los instrumentos de recolección utilizando la técnica de codificación línea por línea

(Charmaz, 2006, p.50) y con ayuda del programa de análisis de datos cualitativos Atlas.ti.,

versión 6.2, así como de la plataforma experimental de organización y análisis de datos

cualitativos Eón-2011. El primer ejercicio de codificación se elaboró sobre el PEI (Proyecto

Educativo Institucional), con la cual se buscó explorar el concepto de incertidumbre en el

ámbito escolar, y tuvo como plataforma un elenco de códigos a priori obtenidos de la

revisión bibliográfica. Hacían parte de dicho elenco un total de 26 temas entre los cuales se

destacaban: actitud crítica, adaptación, aprendizaje, complejidad, dificultades, mundo real,

proyecto de vida, resolución de problemas, etc., todos ellos relacionados directa o

indirectamente con la incertidumbre en el ambiente escolar. Este ejercicio puso en relieve

las conexiones presentes y ausentes entre las directrices del Colegio y las investigaciones

actuales sobre el tema de la incertidumbre.

Page 26: LA INCERTIDUMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

26

Una segunda codificación se realizó sobre las transcripciones de las entrevistas a los

acompañantes de grupo. A partir del sistema de codificación línea por línea antes

mencionado, se obtuvo un nuevo grupo de códigos, esta vez emergentes, acerca de las

diversas concepciones del término “incertidumbre” entre los entrevistados y acerca de las

maneras como la Institución acoge las experiencias de los estudiantes, asociadas con la

incertidumbre. Este segundo grupo de códigos fue el que se mantuvo posteriormente para

la clasificación de los demás documentos de recolección de datos, bajo la premisa de que es

la Institución misma la que está dando significado al concepto de incertidumbre desde sus

dinámicas internas, y que es desde allí donde se puede estimar cómo y hasta qué punto se

reconocen dichas experiencias y se les brinda acogida. Por otra parte, creemos que el

método inductivo de codificación exige una sensibilidad mayor ante el contexto bajo

observación, y por tanto resulta más apropiado para un estudio de caso como este.

3.2 Categorización.

Para la etapa de categorización se partió de un total de 777 registros (Anexo 9),

provenientes de los 21 instrumentos de recolección de datos, utilizados en la investigación

hasta este momento, cuando ya se contaba aproximadamente con un 90% de la información

codificada. Se comenzó realizando una fusión de todos los códigos del mismo nombre, que

aparecían a lo largo de todos los documentos codificados, con la ayuda de las herramientas

disponibles en el Atlas.ti; este ejercicio permitió reconocer los contrastes y relevancias

entre los distintos códigos en el conjunto global de datos. A partir de esta consolidación

inicial de datos, se procedió a clasificar por categorías definidas, según se describe a

continuación.

Se establecieron dos grandes grupos de datos. El primer grupo tuvo como base 21 códigos

relacionados con las asociaciones al concepto de incertidumbre establecidas por los

entrevistados; entre dichos códigos se identificaron los 7 más relevantes según su

frecuencia de aparición, los cuales se utilizaron como cabezas de lista para distribuir y re-

nombrar los códigos restantes, teniendo en cuenta sus afinidades temáticas. De esta manera

se pasó de 21 a 7 referencias (Fig.1), las cuales representan la manera como los miembros

de la comunidad educativa perciben la incertidumbre en la cotidianidad del contexto

Page 27: LA INCERTIDUMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

27

escolar; a este grupo lo hemos denominado “concepto en construcción” según las

características que más adelante se explicitan.

El segundo grupo reunió todos los demás códigos, y con él se buscó identificar las diversas

formas o procedimientos que la Institución utiliza para ofrecer acogida a las experiencias de

los estudiantes que se asocian con la incertidumbre. Para la categorización de estos códigos

se adaptó de la técnica del “desarrollo de proposiciones”, presentada por Miles &

Huberman (1984, p.70) como uno de los pasos del análisis preliminar, según la cual se

parte de aquellas afirmaciones que parecería razonable deben aparecer en las conclusiones

o reporte final de la investigación; sobre esta base se identificaron varias proposiciones, de

las cuales resultó posteriormente un elenco final de cinco categorías. A continuación

presentamos una breve descripción de cada categoría, a fin de establecer el sentido con el

que se tratará cada una en la sección del análisis.

Figura No.1: Concepto en construcción

Dificultades

Miedo

Desvinculación

Conflicto

Complejidad

INCERTIDUMBRE

Imprevisibilidad

Duda

Page 28: LA INCERTIDUMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

28

LIPEI: Logística Institucional para Experiencias de Incertidumbre

Se entiende por LIPEI en esta clasificación, el conjunto de todas las instancias, servicios,

actividades y personas, que la Institución ha creado para el apoyo de la labor educativa, y

que con frecuencia han servido de canales institucionales para atender aquellas experiencias

de los estudiantes que los entrevistados asocian con el concepto de incertidumbre. Hacer

referencias a esta estructura resulta imprescindible a la hora de describir el tipo de acogida

que las experiencias de incertidumbre reciben al interior de la Institución. Las palabras de

uno de los profesores entrevistados evidencian dicha estructura: “…los Ejercicios

Espirituales, los retiros, los FAS,… ese tipo de cosas permiten conocer a los chicos…,

mucho más en formación de vida que lo que uno ve en un logro (académico).” (Entr.1

Acompañante)

TIARDI: Tendencia Institucional al Rechazo de Incertidumbres

La categoría TIARDI reúne los códigos que ofrecen alguna relación con la tendencia al

rechazo que parece predominar en el ambiente de la Institución frente a las situaciones

asociadas con la incertidumbre y ante las cuales las diversas personas y estamentos

institucionales reaccionan con intención de “eliminar”, “quitar”, “superar”, “derrumbar”,

“resolver”, etc., las diversas manifestaciones que ellas producen en los escolares: La

expresión de uno de los entrevistados da cuenta de ello: “yo creo que (lo) fundamental,

para ayudarles a tumbar las incertidumbres, que no es solamente: ¿qué va a pasar con mi

vida?, sino frente a la toma de decisiones, (…) es el discernimiento.” (Entr.4 Educador)

DIPAI: Disposición Institucional Para Asumir las Incertidumbres

El nombre DIPAI corresponde a la categoría que congrega las diferentes tendencias,

actitudes, hábitos, modos de ser, etc., al interior de la Institución, los cuales facilitan la

acogida de las experiencias relacionadas con la incertidumbre que surgen en el ambiente

escolar. El siguiente comentario ejemplo nos ilustra al respecto: “…Inculcarles a ellos que

es importante también interrogar lo que se está aprendiendo. Porque nosotros no tenemos la

verdad absoluta.” (Entr.2 Acompañante)

Page 29: LA INCERTIDUMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

29

RILAI: Respuesta Institucional Localizada de las Incertidumbres

Bajo la categoría RILAI se congregan aquellos códigos que revelan un tipo de respuesta

organizacional a las incertidumbres, el cual tiende a localizar personas u oficinas como

responsables de atender las experiencias relacionadas con la incertidumbre. Tiene estrecha

relación con LIPEI, en cuanto RILAI representa un modo de uso de esa estructura logística;

así, las personas tiendan a utilizar la logística disponible para asignar encargados de

manejar dichas experiencias y trasladar a ellos la responsabilidad de asumir la situación, tal

como se deduce del siguiente comentario: “…son manifestaciones que te dicen: ahh, aquí

está pasando algo..! (...) yo simplemente, paso el reporte, primero que todo, siguiendo el

conducto regular, a su acompañante.” (Entr.9 Educador)

EFICEI: Espacios de Formación Integral en Conexión con Experiencias de Incertidumbre

Por último, la categoría EFICEI reúne aquellos códigos que se relacionan con algunas

iniciativas personales y algunas prácticas institucionales, a partir de las cuales se fomenta la

formación integral de los estudiantes en conexión con la acogida de las experiencias de

incertidumbre que ellos viven. Uno de los estudiantes atestigua: “los Ejercicios

(Espirituales) son muy, muy importantes porque… te llevan a tu pasado y también te llevan

a tu presente, pero también te hacen ver como… lo que puede ser ese futuro.” (Entr.13

Estudiante)

Para cada una de estas categorías, se extendió una matriz de doble entrada, a fin de

establecer las conexiones entre los instrumentos de recolección de datos y los códigos que

tuviesen alguna relación con cada categoría (Anexo 10). Este trabajo permitió visualizar los

códigos más sólidos de cada categoría, así como eliminar, fusionar o sustituir códigos cuya

capacidad de asociación con la categoría respectiva era baja o irrelevante. Algunos casos

especiales incluyen códigos que por sus características sirven a dos categorías

simultáneamente, y códigos solitarios que no desaparecieron porque podrían representar

evidencia de características ausentes o casos negativos en la categoría.

Page 30: LA INCERTIDUMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

30

3.3 Conceptualización

De acuerdo con la descripción anterior, este proceso nos ha conducido hacia la

configuración de tres grandes conceptos. En primer lugar está el “Concepto en

Construcción”, que hace referencia a la manera como se asume o entiende la incertidumbre

en el contexto de la Institución y contribuye a responder el primer componente de nuestras

preguntas de investigación; este Concepto congrega básicamente las 7 categorías ya

mencionadas, cuyas características individuales y dinámicas de relación, permiten

visualizar un concepto que no es estático, ni resiste los límites de una definición acabada.

Esta misma condición, nos exige ahondar en la comprensión de dicho Concepto, lo cual

pretendemos desarrollar a través, primero, de una descripción detallada de sus siete

componentes, y segundo, a partir de un esquema de tres dimensiones, inspirado en el

trabajo de Shelley et al.(2005, p.170), que nos ayude a develar las dinámicas internas de

esa construcción.

Con respecto a los otros dos conceptos, relacionados con el segundo componente de

nuestras preguntas de investigación acerca de la integración o acogida de la incertidumbre

en los procesos de aprendizaje, se desarrolló, el siguiente proceso: una vez establecidas

estas categorías, con sus respectivas matrices de evidencia, saltaron a la vista nuevas

conexiones y relaciones entre ellas, que nos revelaron cómo unas se complementaban con

otras, haciéndose más complejas; ejemplo de ello son las categorías TIARDI y RILAI,

donde la tendencia a evacuar las incertidumbres de la primera categoría, encuentra eco en

las pretensiones de la segunda de trasladar a otros la responsabilidad de asumir estas

experiencias.

Igualmente, las categorías DIPAI y EFICEI parecen complementarse en el sentido en que

las características especiales con que cuenta la Institución para acoger la incertidumbre,

según DIPAI, facilitan también el camino hacia la integración de los procesos de formación

que se suscita desde EFICEI. La categoría LIPEI, por su parte, constituye una categoría

puente, en el sentido que identifica solamente los medios disponibles para acoger la

incertidumbre, mientras que la intencionalidad en la acogida proviene de las categorías

restantes.

Page 31: LA INCERTIDUMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

31

Lo anterior nos lleva al planteamiento de dos grandes conceptos más o dos nuevas

perspectivas desde donde vincular toda la información colectada: El “Enfoque

Fragmentario” y el “Enfoque Integrador” sobre el manejo de experiencias relativas a la

incertidumbre en el contexto escolar (Figura No.2).

El primer enfoque se caracteriza entonces por acoger las experiencias relativas a la

incertidumbre de manera localizada, con responsables asignados y su propósito tiende

básicamente a liberar el ambiente escolar de toda experiencia de incertidumbre. El segundo

enfoque representa una manera de acoger estas mismas experiencias desde una visión

institucional de conjunto, y con la pretensión de incluirlas de alguna forma en los procesos

de formación.

Figura No.2: Propuesta de conceptualización

ENFOQUE

FRAGMENTARIO

ENFOQUE

INTEGRADOR

CONCEPTO EN

CONSTRUCCIÓN

LIPEI

TIARDI RILAI DIPAI EFICEI

Page 32: LA INCERTIDUMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

32

4. ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN

El proceso de clasificación antes descrito, conduce por tanto a tres grandes categorías cuyo

análisis presentamos a continuación. La primera, denominada “concepto en construcción”

responde de modo específico a la pregunta sobre cómo se asume o se entiende la

incertidumbre en la comunidad educativa, en tanto que ofrece una visión general del

significado que se atribuye a la incertidumbre en las diversas instancias de la Institución,

con lo cual se establece una manera de asumir conceptualmente la experiencia de lo

incierto. Para el presente análisis la base conceptual sobre la que la comunidad educativa

interpreta los fenómenos o experiencias asociadas con la incertidumbre, se convierte en una

clave de lectura indispensable para entender cómo y por qué se asumen dichas experiencias

desde el punto de vista práctico.

Las dos categorías restantes, denominadas “Enfoque Fragmentario” y “Enfoque

Integrador”, hacen referencia al modo concreto como la comunidad educativa del CMSB

acoge o integra las experiencias asociadas con la incertidumbre en la labor cotidiana; por

tanto, estas categorías responden, de forma simultánea, a las preguntas propuestas en esta

investigación sobre la manera como asumen e integran las experiencias de incertidumbre en

el ambiente escolar: los profesores acompañantes, los educadores (formadores sin aula), los

estudiantes, y la propia Institución, desde sus políticas y su proyecto de formación.

Igualmente, a partir de estas dos grandes categorías, que hemos calificado como

“enfoques”, creemos que es posible también identificar tanto unas situaciones de conflicto

institucional, así como unas alternativas pedagógicas de manejo de incertidumbres, las

cuales presentamos al final de esta sección.

4.1 La Incertidumbre como concepto en construcción

4.1.1 Asociaciones a la incertidumbre en el ambiente escolar

La información recogida permitió agrupar las diversas concepciones del término

“incertidumbre” en un listado de 7 distintos significados (Figura No.3), algunos de los

cuales son usados, ocasionalmente, de manera indistinta por parte de los diferentes

Page 33: LA INCERTIDUMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

33

miembros de la comunidad educativa. No se trata de conceptos absolutos, sino más bien de

asociaciones de pensamiento que los entrevistados visualizan en el contexto escolar cuando

se les pregunta por “la incertidumbre”; por esta razón no partimos de una definición

“oficial” del término, ni tampoco acudimos a las concepciones de los investigadores del

tema, dado que es en lo específico del ambiente escolar donde se concibe y se da un manejo

particular a ese conjunto de realidades que allí mismo emergen como incertidumbres.

Tal como lo indica la figura anterior, dentro del conjunto de significaciones que recibe el

término incertidumbre en el ambiente escolar, la mayor cantidad de asociaciones se dan con

relación a los términos de “dificultad” con 23 apariciones, “imprevisibilidad” con 20 y

“duda” con 18, hasta llegar a “complejidad” con 11 referencias, siendo así la menor entre

Figura No.3: Asociaciones al concepto de incertidumbre

las más frecuentes asociaciones a la incertidumbre que se presentan en el contexto de

estudio. En términos generales, cabe destacar el sentido un tanto negativo que acompaña,

más frecuentemente, lo que los entrevistados relacionan con una incertidumbre. Por

ejemplo, uno de los educadores comenta con respecto al término: “La gente habla como de

una carga pesada, de malestar… de qué irá a pasar? (Entr.6 Educador); al tiempo que la

interpretación de uno de los estudiantes parece encaminarse en la misma dirección: “A mí

CONFLICTO (13)

IMPREVISIBLIDAD (20)

DUDA (18)

MIEDO (17)

DESVINCULACION (15)

COMPLEJIDAD (11)

DIFICULTAD (23)

Page 34: LA INCERTIDUMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

34

se me viene a la cabeza como perder materias… No saber si pase el año y esas cosas…”

(Entr.11 Estudiante). En la primera cita convergen significados de “dificultad” y

“imprevisibilidad” según lo describe el educador, mientras que para el estudiante se registra

una expresión que mezcla “dificultad”, “duda” y una connotación de un “conflicto” hacia el

futuro.

Considerando ahora en detalle estas diversas percepciones, presentamos a continuación

ejemplos de la manera como se van caracterizando las distintas significaciones que recibe

el término desde cada uno de las instancias escolares; presentamos igualmente algunas

implicaciones o consecuencias que surgen a partir del carácter mismo de dichas

percepciones, sólo con el ánimo de ratificar el sentido y la fuerza con que se presentan cada

una de estas siete asociaciones a la incertidumbre en el cotidiano de la vida escolar.

Como primera medida, se observa que la asociación entre incertidumbre y “Dificultad” se

ubica con ventaja por encima de las demás percepciones; este término tiene una

connotación académica en el medio educativo: “Yo la entiendo como algo que es un

problema, que es una dificultad, o sobre lo cual tengo duda o no tengo pues una respuesta

muy concreta” (Entr.1 Acompañante); pero se aplica con flexibilidad a otros contextos en

los que se las condiciones pueden producir efectos asociados con la incertidumbre: “hay

muchos chicos, un buen número de ellos, bueno, particularmente en mi curso, que sí tienen

dificultades de pronto emocionales, de familia, económicas, no sé, separaciones,.. y eso los

pone muy inestables.” (Entr.1 Acompañante). Ahora bien, la principal consecuencia de

asociar las incertidumbres con una dificultad o problema es pensar que las incertidumbres

tienen respuesta, si el punto de vista es académico, o tienen solución si se trata de una

situación personal.

En el primer caso, el de buscar respuestas, la maestra a quien se le pregunta por

“experiencias de incertidumbre” que haya afrontado con sus estudiantes, señala que su

estrategia es conocer bien la “dificultad” y luego motivar insistentemente: “usted puede…

usted es muy capaz, usted hace las cosas porque va a ponerle el análisis, va a comprender lo

que se le está preguntado…” (Entr.5 Acompañante). El principal reto aquí es que el

estudiante sepa responder y así le pueda poner fin a su “Dificultad”. En el segundo caso, el

de buscar soluciones, el educador, cuya percepción de la incertidumbre está ligada a

Page 35: LA INCERTIDUMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

35

situaciones que no tienen solución aparente o fácil, encuentra que en estos casos hay

siempre una manera consecuente de actuar: “Yo le insisto mucho a los pelaos: los

problemas son para solucionarlos. Uno soluciona un problema… del tipo que sea.” (Entr.6

Educador). Al parecer, en ambos casos el reto consiste en saber tomar la actitud “correcta”

ante lo que se percibe como Dificultad: “uno nunca queda igual: o se supera, superando las

dificultades, o se aculilla y decrece por no afrontar las situaciones.” (Entr.6 Educador)

La “Imprevisibilidad”, por su parte, aparece como la segunda asociación más fuerte con la

incertidumbre en el ambiente escolar. Quienes hablan desde este ángulo, siempre miran

hacia el futuro y establecen conexiones con un “no saber qué pasará”, especialmente en el

contexto de lo personal: “yo lo podría asociar, por ejemplo, con lo que uno no sabe… por

ejemplo, a lo que se va a enfrentar cuando supere la etapa en la que se encuentra.” (Entr.12

Estudiantes). Gran parte de las citas en este caso, se refieren al cambio de vida que les

espera a los estudiantes de último año, para quienes lo imprevisible del futuro surge como

asociación espontánea con la incertidumbre, aunque también lo señalan los educadores:

“Los muchachos, cuando se habla de incertidumbre, es no saber cuál va a ser su papel en el

escenario próximo que tengan” (Entr.4 Educador). Otros entrevistados añaden el matiz de

no saber qué va a pasar en términos de relaciones interpersonales, especialmente cuando se

exploran ambientes nuevos, fuera de la Institución: “los muchachos, cuando van al

encuentro de otras personas, también sufren ansiedad asociada al grado de incertidumbre

que les da el hecho de no saber exactamente qué va a pasar…“ (Entr.7 Educador).

Curiosamente, esta asociación no implica una consecuencia directa con respecto a lo que se

debe hacer, lo cual podría ser el indicativo de que se trata de una auténtica experiencia de

incertidumbre. Sin embargo, algunos sugieren como reacción adecuada el recurrir a la

planeación, a veces exhaustiva, de los escenarios futuros: “Yo si les digo: hombre, tú tienes

un plan A y un plan B? (…)Desde el punto de vista económico: hombre, me gustaría hacer

tal cosa, pero económicamente yo no puedo… entonces, un plan A y un plan B.” (Entr.6

Educador). De todas maneras, resulta claro que asociar incertidumbre con

“Imprevisibilidad” supone estar en una situación en la que determinado “no saber” resulta

difícil de sortear.

Page 36: LA INCERTIDUMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

36

La asociación de la incertidumbre con la “Duda” tiene también un notable carácter

académico, especialmente relacionado con falta de un conocimiento claro, según lo expone

uno de los entrevistados: “sentir de pronto que, a veces, no dan el nivel para ciertas cosas o

que no entienden, debe también generar una presión interna (…) pues, no debe ser pues

cómodo sentirse en duda o con desconocimiento de ciertas cosas.” (Entr.2 Acompañante).

Sin embargo, otros describen esa “Duda” en sentido práctico, o de no saber cómo hacer

algo adecuadamente: “Para mí esa incertidumbre, es como una duda, como una incógnita

que tengo yo…, que sí es así? o, no es así? Debo de hacerlo aquí así? y si lo voy a hacer

aquí así, será bueno? (Entr.3 Acompañante); otros le dan el sentido de una pregunta que

apunta a comprender una situación: “la palabra incertidumbre… es como un interrogante…

de qué sucede alrededor de ellos…, de qué se vive.) (Entr.5 Acompañante); y finalmente,

están los que enmarcan la duda en un sentido más existencial: “…todo hombre tiende a

dudar y eso lo lleva a la certidumbre de las cosas en sí” (Entr.10 Estudiantes).

El carácter de esta asociación lleva a pensar en la “respuesta” como una tendencia natural

frente a la incertidumbre, a fin de completar el conocimiento faltante. No obstante, dicha

respuesta puede requerir diversos grados de dificultad, según el sentido que le se otorgue,

tal como se señaló en el párrafo anterior. El desafío aquí, parece ser precisamente el

encontrar una respuesta que nutra el saber o elimine ese vacío de conocimiento: “Porque

muchas veces, la incertidumbre, cuando no se encuentra la respuesta o el discernimiento

adecuado y apropiado, se puede convertir en un problema.” (Entr.2 Acompañante).

El “Miedo” es una asociación especial con la incertidumbre que hacen varios de los

estudiantes entrevistados. Según comentan algunos de ellos, consiste en un miedo a lo

desconocido que está por venir, y puede tomar diversas formas según la persona: miedo a

exponerse a un contexto nuevo, a sentirse desprotegido, a perder el apoyo de los amigos, a

afrontar cierta soledad en la transición, a no encajar en otro ambiente, etc. En palabras de

uno de los estudiantes: “…acá uno se cree que, sí, que: es que yo voy a ser excelente y en la

vida me va a ir supremamente bien. Entonces (…) muy chévere, ¿sí?, pero también le

genera a uno como… ¿y si no? ¡Entonces, le genera ahí como el miedo! ¡La

incertidumbre!” (Entr.13 Estudiantes). Por lo general los entrevistados no dan el paso hacia

el tema de cómo tratar ese miedo o qué hacer con él, excepto un caso en el que se propone:

Page 37: LA INCERTIDUMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

37

“esas actividades culturales son necesarias para el ser… para desarrollarlo a uno como

persona,… para que uno se pueda relacionar con más personas y no tener miedo al salir.”

(Entr.12 Estudiantes). Obviamente, ningún estudiante desea sentir miedo de acuerdo con la

manera como describen sus experiencias, de modo que, muy probablemente se sumarían a

esta idea de acabar con ese miedo mediante la incursión anticipada en esos contextos que

los atemorizan y de los cuales quisieran saber muchos más detalles.

El tema de la “desvinculación” es más bien una traducción para lo que algunos

entrevistados, describen como la incertidumbre de: no saber qué va a pasar con sus

relaciones afectivas; tanto las que sostienen ahora, como las que esperan encontrar. Uno de

los educadores describe la situación estos términos: “Incertidumbres de otro tipo, ehh: ¿qué

va a pasar con mis amigos? Con mis relaciones que he cultivado durante cinco, seis años,

(…) las relaciones afectivas cambian, las amistades cambian,… y eso también genera como

incertidumbre.” (Entr.7 Educador). Acompañando estas asociaciones con lo afectivo

surgen preocupaciones por el distanciamiento, la soledad, la incomunicación, le

reconocimiento, la aceptación, etc., dependiendo del tipo de relación al que se esté

haciendo referencia. La respuesta que se esperaría asociada a estos casos, la ofrece una de

las acompañantes casi de modo categórico: “y entonces, ¿qué va a pasar de esa relación?

Unos lo tienen claro: cada quien elige su realidad, su destino.., pero otras personas se

aferran mucho” (Entr.2 Acompañante); en otras palabras, aceptación de la situación y

desprendimiento afectivo, parecen ser la mejor opción; lo demás resulta imposible de

prever.

Las asociaciones entre incertidumbre y “Conflicto” también parecen surgir de ambientes

académicos: uno que otro, estará hablando sobre la materia que… que no…, que no soy

capaz con esto, ¿qué hago? Entonces, ¿sí? Ahí están entrando a esa incertidumbre, aunque

eso es ya un conflicto interno que dicen: ¡no entiendo! (Entr.3 Acompañante); tanto como

de contextos personales: “…a veces, los problemas y los conflictos que tenemos, y las

situaciones que diariamente (manejamos),… entonces, la incertidumbre puede ayudarnos a

re-significar aquellas cosas” (Entr.2 Acompañante). Sin embargo, la mayoría de las citas

relacionadas con el “conflicto” hacen referencia a decisiones difíciles de tomar, porque

ponen en juego maneras de ser o intereses particulares. Desde esta óptica, la asociación de

Page 38: LA INCERTIDUMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

38

la incertidumbre con el conflicto, implica también la “solución” o “resolución” del asunto

como el destino natural de la incertidumbre, tal como lo afirma una de las entrevistadas:

“…en vez de ir a criticar, e ir a regañar, e ir a juzgar… es buscar como la solución y el por

qué se dio ese problema. Porque todo problema tiene un por qué.” (Entr.13 Estudiantes).

Claramente, lo indicado aquí es conocer el problema a fondo para encontrar la solución

adecuada y con ello “solucionar” también la incertidumbre.

La última asociación con la incertidumbre que destacamos tiene que ver con la

“Complejidad”, que en la perspectiva de los entrevistados puede asumir la forma de:

convergencia de asuntos por atender, situación personal turbulenta, múltiples niveles de

relación, contextos en constante cambio, etc. Uno de los estudiantes describe la situación

así: “todos los días van tan rápido que uno a veces no encuentra ese momento de hacer una

pausa y mirar otras cosas; sino que siempre está ahí… y sus problemas, y sus tareas, y su

universidad” (Entr.2 Estudiantes). Ante este escenario, regularmente abrumador de la

complejidad, surge la impresión de no saber qué hacer, de no encontrar manera de afrontar

la situación; se plantean entonces dos actitudes distintas pero contrarias, según manifiestan

los entrevistados; la primera es una tendencia a la huida: “yo a veces siento que…

realmente, no quisiera volver más al Colegio, porque uno llega a sentir un punto que… o

sea, tienen tantas cosas, tantas preocupaciones… “ (Entr.12 Estudiantes); la segunda, una

invitación a la madurez y la acogida: “El reto aquí (…) consiste en reconocer que hay un

proceso no lineal, el cual hay que seguir con tranquilidad y objetividad (…) por un camino

de constante lucha” (Observ.TC 4). En estos términos queda claro que la primera no es una

opción real, pero también es claro que la segunda es una conquista personal.

Todas las anteriores descripciones nos permiten concluir hasta aquí, que las asociaciones

establecidas espontáneamente por la comunidad educativa, a la hora de pensar en la

incertidumbre presentan dos rasgos característicos que determinan la manera como se

asume el concepto: Primero, que directa o indirectamente se conectan con un no saber, una

ausencia de saber o un des-conocimiento que persiste, ya sea de tipo teórico, práctico, o la

hora de relacionarse socialmente, el cual no les permite a las personas actuar con seguridad,

como de costumbre, o como otros lo harían, porque ese no saber oscurece el camino a

seguir. Segundo, y como consecuencia de lo anterior, que no se trata de una experiencia en

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39

general cómoda ni fácil de aceptar, sino que más bien se desea quitarla del camino para

poder continuar con tranquilidad; solamente que esta operación de limpieza requiere de

unos instrumentos poco asequibles o de unos hábitos difíciles de conquistar.

4.1.2 Dinámica de las asociaciones al concepto de incertidumbre

Desviando un poco la mirada del global de los datos, según la anterior descripción, es

pertinente ahora señalar algunas particularidades de interés con relación a las conexiones

que surgen entre las distintas asociaciones que nacen de la perspectiva individual de los

participantes. Se trata aquí ya no de destacar lo común de las asociaciones referidas a la

incertidumbre, sino de ahondar en lo personal de los puntos de vista que subyace a tales

asociaciones.

Aunque el número de conceptos relacionados con el tema de la incertidumbre que

emergieron de la investigación fueron en total 17 ítems, el siguiente gráfico recoge

nuevamente los 7 más relevantes entre ellos (Figura No.4), con el propósito de visualizar

desde otro ángulo, las dinámicas de significación individual que surgen, a partir de la

relación entre las informaciones de los instrumentos de recolección de datos y los

mencionados ítems.

Instrmts R.Inf Concept Inc.

Entrevistas Acompañants

Entrevistas Educadores

Entrevistas Estudiantes

Observación S.Acp/S.Edc

Afectividad 15 (Desvinculación)

5 3 5 2

Complejidad 11

2 2 5 2

Conflicto 13

3 5 2 3

Dificultades 23

6 8 6 3

Duda 18

6 1 8 3

Imprevisibilidad 20

2 2 12 4

Miedo 17

1 0 14 2

Figura No.4: Dinámica de las Asociaciones a la Incertidumbre

Page 40: LA INCERTIDUMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

40

Son varias las relaciones que se pueden establecer a partir de este esquema, desde una

lectura analítica de los datos. Por ejemplo, que mientras la franja fuerte de asociaciones con

la incertidumbre corresponde a “Dificultades”, los estudiantes muestran una variedad

mucho más amplia de asociaciones, algunas de las cuales encuentran poca o ninguna

resonancia en las demás instancias de la malla. En el mismo sentido, llama también la

atención la descripción de la incertidumbre en términos de “Miedo”, no sólo por el peso

que muestra tener en las percepciones de los estudiantes, sino porque a pesar de ello, parece

encontrar muy poco eco en las demás instancias investigadas.

Otras posiciones destacables a partir del anterior esquema incluyen:

1) La cercana relación que presenta la asociación de la incertidumbre con el concepto

“Duda” entre el grupo de profesores y el de los estudiantes; esto es explicable quizás el

carácter más académico de esta asociación así como por nivel de conocimiento que

desarrollan los maestros acompañantes acerca del proceso de formación de cada uno de sus

acompañados. A este propósito uno de los profesores señala: “Hay más confianza cuando

están los dos (cargos), acompañante y (profesor) de materia. Se le acerca más al alumno,

como que uno está más pendiente de ellos…” (Entr.5 Acompañante).

2) El papel preponderante que juega el concepto asociado de la “imprevisibilidad” en la

percepción de la incertidumbre por parte de los estudiantes y que, sin embargo, aparece sin

registro significativos en las demás instancias; este fenómeno es explicable muy

probablemente por la frecuente mención de los entrevistados a la proximidad que

experimentan ellos a un gran cambio de vida, tras la graduación, y que los pone en

perspectiva de un futuro desconocido: “ya nos vamos a enfrentar a algo que no conocemos;

entonces es esa incertidumbre de quién vamos a hacer.., a dónde vamos a ir…” (Entr.12

Estudiantes)

3) El hecho de que los Educadores registren 0 referencias en relación con el “Miedo” como

asociado a la incertidumbre; esto se debe, probablemente, a los ambientes de trabajo que los

Educadores crean, donde el lenguaje se expresa en sentido positivo, utilizando expresiones

como confianza, seguridad, tranquilidad, apertura, etc. Sólo unas pocas alusiones al

“miedo” o “temor” se refieren a lo que sienten los estudiantes, y de cómo la labor del

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41

Educador es justamente desestimular esas actitudes: “La confianza…, es como de los

elementos fundamentales; o sea, entablar con ellos una confianza, sin cambiar de roll…”

(Entr.9 Educador).

4) En general, la gran variedad de asociaciones que revela este esquema gráfico sobre

término “incertidumbre”, de modo que, de acuerdo con las proporciones representadas en

él, se establece que mientras para los profesores el término evoca por igual “Dificultad” o

“Duda”, para los educadores se relaciona más con “Dificultades”, y finalmente, para los

estudiantes se asocia con el “Miedo”. Dicha variedad se plasma de alguna manera en el

siguiente comentario: “…ese tipo de experiencias que ellos van teniendo ya sea a nivel

familiar, personal, académico,... se van discerniendo, se van aclarando… y van apareciendo

nuevas.” (Entr.2 Acompañante). De lo anterior se desprende que los márgenes de

significación de las experiencias de incertidumbre permanecen amplios debido a que cada

quien establece asociaciones desde su propia posición en el contexto, y que habrá que

considerar dicha amplitud a la hora de responder las preguntas de investigación.

En esta misma línea, el hecho de que entre los Acompañantes, es decir los profesores

responsables de una sección de estudiantes, se observe una mayor frecuencia al momento

de referirse a la incertidumbre en el sentido de “dificultad”, no impide que esta

significación contenga también connotaciones diversas, de acuerdo con la experiencia

personal que cada profesor haya tenido de dicha “dificultad”; por ejemplo: una situación

difícil de resolver o sin repuesta identificable (Entr.1 Acompañante), o como aquello que

no se puede comprender fácilmente en el campo intelectual (Entr.5 Acompañante), también

como oscuridad del entendimiento en alguna área específica del aprendizaje (Entr.3

Acompañante), o simplemente el hecho de no encontrarle utilidad a lo que aprenden,

atribuyendo así un sinsentido al ejercicio educativo (Entr.1 Acompañante).

Los Educadores por su parte, quienes realizan su labor formativa a través de experiencias

fuera del aula, perciben en los estudiantes, además de los anteriores, unos sentidos más

profundos y personales de la incertidumbre, debido a que su trabajo exige un tipo de

interacción más refinada sobre la vida de los estudiantes, pero sobre todo, una perspectiva

personal y profesional de lo que estudiante experimenta; en este caso, se asocia la

incertidumbre con la sensación de “conflicto interno” que surge después de incurrir en

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42

errores o fallas de comportamiento (Entr.8 Educador), o también se vincula la

incertidumbre con el sentimiento de “inestabilidad” o “zozobra” motivado por una escasez

económica sentida en el contexto familiar (Entr.4 Educador), o finalmente, se relaciona con

significativos “interrogantes personales” frente al propio proyecto de vida (Entr.7

Educador).

En cuanto a las percepciones que manifiestan los estudiantes con respecto a la

incertidumbre no sólo confirman el panorama sombrío de las incertidumbres que se

mantiene en el ámbito escolar, refiriéndolas a “Conflictos”, “Tensiones” y “Dificultades”,

sino que lo amplifican al agregar matices como el estrés (Entr.12 Estudiantes), la

sobrecarga emocional (Entr.13 Estudiantes), la expectativa de fracaso (Entr.10 Estudiantes) y

los traumas infantiles (Entr.13 Estudiantes). Por otra parte, los estudiantes agregan y

enfatizan un significado más a las incertidumbres, originado en sus experiencias afectivas;

en esta línea se asocian las incertidumbres con “Inseguridad” sobre el futuro de las

relaciones de amistad y noviazgo (Entr.10 Estudiantes), poca “Confiabilidad” en las

relaciones con sus maestros (Entr.11 Estudiantes), debilidad en la “Autoestima” (Entr.12

Estudiantes), entre otras.

Desde la perspectiva de las observaciones de campo realizadas, es decir, desde la

perspectiva del observador, aunque se siguen registrando referencias a las asociaciones

“Conflicto”, “Dificultad”, “Duda” antes señalados como los imaginarios predilectos para

describir la incertidumbre, también aparece como novedad cierta primacía del concepto

“Imprevisibilidad”. Este significado asociado a la incertidumbre tiene que ver con

escenarios presentes y futuros, en los cuales resulta difícil o imposible anticipar datos:

“También se indica que hay que tener en cuenta la pertinencia del programa (universitario)

para el contexto nacional, es decir, que sea una inversión recuperable” (Observ. Or.Prof).

Es interesante anotar que los espacios de formación que fueron observados, difirieron

notablemente en el tipo de asociaciones a la incertidumbre que se percibieron en cada uno

de ellos. Es decir, los espacios al interior del Colegio, como “Tomas de Contacto” (media

hora al comenzar la jornada escolar, utilizada por el Acompañante para asuntos varios), y

las secciones de “Acompañamiento Grupal”, (utilizadas para revisar las relaciones

interpersonales y compromisos escolares del grupo), se caracterizan por mostrar

Page 43: LA INCERTIDUMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

43

percepciones sobre la incertidumbre poco optimistas, muy similares a las registradas para

algunos acompañantes. Por el contrario, los espacios observados en actividades fuera del

Colegio, entre ellos, la visita a una casa de acogida de adolescentes con problemas de

fármaco-dependencia, la jornada de orientación profesional, y el campamento misión de

Semana Santa, reflejaban básicamente situaciones de apertura hacia el futuro y hacia el

mundo real, donde las incertidumbres reducen al mínimo su carácter conflictivo y se

perciben en términos de “Motivación” (Observ. FAS 9A), “Adaptación” (Observ. Camp.

Misión), “Aprendizaje” (Observ. FAS 9A), “Proyecto de Vida” (Observ. Or.Prof), etc.

Esta mirada particular sobre la dinámica de relación que surge entre las distintas

asociaciones al concepto de la incertidumbre en el ambiente escolar, nos remite a una

segunda conclusión sobre este proceso que hemos denominado como de construcción. Lo

que se observa hasta aquí es que la incertidumbre es una noción que se acostumbra a

asociar con una amplia gama de significados, actitudes, sensaciones y situaciones, todas

relacionadas en mayor o menor grado con un “no saber” genérico, pero ante el cual prima

la experiencia personal. En otras palabras, la incertidumbre recibe significado, es decir, se

asume, desde una experiencia personal concreta, que involucra las características de un

contexto complejo, el tipo de relaciones interpersonales que se maneje, las actitudes,

tendencias y convicciones personales, e incluso, las habilidades cognitivas de la persona.

En palabras de Attard (2008) se trata de una realidad manifiesta, omnipresente y

envolvente en la práctica profesional, la cual involucra valores, creencias, metas y

propósitos personales (p.311). Por todo esto, parece procedente caracterizar la

Incertidumbre en esta Institución como un concepto que se construye tanto personal como

colectivamente, en una dinámica de permanente intercambio.

4.2 Vida escolar e incertidumbre

Hasta el momento hemos presentado todas las posibles percepciones sobre el concepto de

Incertidumbre, que creemos surgen de la investigación realizada. Nos proponemos ahora,

describir un poco más el contexto desde donde ellas surgen, basándonos para ello en una

estructura explicativa que nos ayude a encontrarle un sentido general a esa multiplicidad de

significados de la incertidumbre, a fin de que, sin entrar en homogenizaciones poco

Page 44: LA INCERTIDUMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

44

respetuosas, podamos llegar a comprender hacia dónde se dirige esta construcción del

concepto que hemos identificado como categoría fundamental de este estudio.

De cara a la realidad de la Institución, consideramos imprescindible en este punto la

advertencia e Morin (2000) en el sentido en que “…la vida, a diferencia de los

crucigramas, comprende casos sin definición, casos con falsas definiciones, y

especialmente la ausencia de un marco general cerrado” (p.77). Por esta razón nos

preguntamos no sólo por la manera de asumir la incertidumbre como concepto abstracto y

pre-definido, sino de acogerla desde las experiencias de incertidumbre de los estudiantes;

aquellas que los acompañan mientras atraviesan el mapa de la vida escolar. En nuestro

caso, apoyados en el sistema de 3 dimensiones utilizado por Shelley et al(2005), el cual

incluye las dimensiones física, psicológica y de soporte externo, proponemos desarrollar

este análisis a partir de una estructura de tres dimensiones (Figura No.5), a fin de apoyar la

reconstrucción de lo que esta realidad manifiesta y omnipresente, que es la incertidumbre,

significa en definitiva para la situación que viven los estudiantes en el Colegio.

Figura No.5: Dimensiones de la incertidumbre en la vida escolar

Es posible entonces, establecer tres diferentes espacios de relación entre la vida escolar y la

incertidumbre: la “dimensión cognitiva”, identificada con los espacios puramente

académicos o aquellos espacios donde el aprendizaje se da de modo intencional y

VIDA

ESCOLAR

Dimensión Existencial

Dimensión Cognitiva

Dimensión Relacional

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45

consciente; la “dimensión existencial”, que se refiere a esos espacios en donde se busca

transcender la experiencia del presente a fin de captar un sentido más profundo de la vida o

de las acciones; y por último, la “dimensión relacional”, constituida por aquellos momentos

en la vida del Colegio cuando los miembros de la comunidad educativa se comunican y se

conocen mutuamente según diversos motivos. No se trata de dimensiones excluyentes unas

de otras, sino más bien diferentes zonas de contacto entre las experiencias escolares y las

incertidumbres, donde unas y otras se afectan y se transforman. Dimensiones adicionales,

menores o poco perceptibles, habrán de considerarse como integradas a esta tres que

representan nuestros vehículos de interpretación.

A la dimensión cognitiva se refieren especialmente los profesores y en ocasiones, algunos

estudiantes; en ambos casos, se establece la relación con la incertidumbre a través de una

experiencia de “no saber algo”, que en ocasiones los investigadores equiparan a una

“deficiencia de información” Voskoglou (2010, p.1052). Muchos profesores entrevistados,

por su parte, identifican las incertidumbres como “preguntas” sin una respuesta evidente

para los estudiantes, o como aquellas cuestiones para las cuales ciertamente no existe una

sola respuesta, o la respuesta dada es ambigua, o, en fin, como preguntas y situaciones de

las que no se puede extraer un saber claro, firme o preciso: “Yo la entiendo como algo que

es un problema, que es una dificultad, o sobre lo cual tengo duda o no tengo pues una

respuesta muy concreta.” (Entr.1 Acompañante). Esto es lo que Morin (2000) describe

como “incertidumbre del conocimiento”, pero que, más allá de preguntas sin solución, se

entiende como el carácter incierto propio de todo acto cognitivo, y del cual el saber no

puede simplemente sacudirse.

Esta dimensión cognitiva, entendida como el ejercicio de “dar sentido a la realidad”, podría

extender sus dominios al campo psicológico (Shelley et all, 2005) y al campo espiritual

(Webster, 2003), entre otros. Sin embargo, en esta investigación hemos limitado el alcance

de lo cognitivo al campo del conocimiento intelectual basado en la acumulación de

información mediante el aprendizaje; de esta manera, podemos hacer el contraste del

concepto de incertidumbre con un “no saber”, a la manera de un faltante de información

que en el fondo se convierte en un no poder dar razón sobre algo o, en el lenguaje de los

entrevistados, no tener respuestas. Con todo, no desconocemos el componente racional que

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46

subyace a las otras dimensiones, el cual retomaremos más adelante en relación con el tema

de la formación integral, donde las actitudes, valores, sentimientos, convicciones, etc.,

entran también a formar parte de los procesos de aprendizaje.

Un segundo espacio en el que se concentran las interpretaciones de las experiencias de

incertidumbre es la dimensión existencial. Se trata de lecturas personales de la realidad, en

las que la incertidumbre adquiere visos trascendentes como el “no saber comprenderse”, o

como el “no saber hacia el futuro”. En el primer caso se podrían ubicar acontecimientos que

conducen a cuestionamientos sobre el sentido de la vida, del quehacer humano, del

proyecto social, del encuentro con la verdad, etc.: “Entonces, Dios sí, pero religión no;

institución no. Entonces, esa incertidumbre de dónde hacer el click Dios, en medio de mi

vida, (…) los lleva muchas veces a divagar, a buscar,…” (Entr.4 Educador). En este primer

caso se congregan comúnmente las percepciones de los educadores, los cuales hemos

identificado como “formadores sin aula” porque hacen su trabajo en espacios distintos a

ella, quienes buscan complementar el aspecto cognitivo-intelectual de la educación, con

espacios de crecimiento interior y desarrollo humano. Mientras tanto, en el segundo caso se

ubicarían esencialmente las percepciones de muchos de los estudiantes, quienes están

representados en esta investigación básicamente por un grupo de muchachos y niñas de los

cursos de último año. En este caso, los acontecimientos que se relacionan con la

incertidumbre corresponden al proyecto de vida, a la configuración del carácter, a las

convicciones personales, etc.: “…pues, ¡lo que nos va a pasar el otro semestre! O sea, si

tiene uno universidad o no…, si la carrera que uno escogió es en verdad lo que uno

quiere...” (Entr.10 Estudiantes).

A este nivel existencial, la experiencia de incertidumbre tiende a entenderse, por parte de

algunos de los educadores, como un insumo, como un componente trabajable y necesario,

que permitirá ahondar o expandir la conciencia de los estudiantes sobre determinado hecho

o pensamiento; probablemente, es por esta razón que los educadores son los más proclives

a considerar las experiencias de incertidumbre, como un ingrediente importante para la

fórmula del crecimiento personal, y a provocar estos efectos en la vida del estudiante, a

través de la llamada práctica del “discernimiento” que los muchachos aprenden a

desarrollar: “nosotros lo que tenemos que dar es… algunas pautas para que el estudiante

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47

pueda vivir en la incertidumbre, porque es que el mundo es incertidumbre. ¿Sí?” (Entr.7

Educador). Adicionalmente, un aporte particular de parte de estos educadores en la

interpretación de experiencias asociadas con la incertidumbre, consiste en su percepción de

esta como un “no saber las consecuencias” de un acto, una situación o una decisión que

implica contravenir normas, según comenta uno de los Educadores: “…cuando sienten ellos

(los estudiantes) que la embarraron, y que la embarraron feo, (…) ahí, por ejemplo, el no

saber qué va a suceder con ellos mismos…” (Entr.8 Educador). Desde esta perspectiva de

causalidad se desarrollan también algunos de los procesos de formación que la Institución

administra.

El enfoque de los estudiantes sobre la dimensión existencial hace énfasis, en cambio, en la

necesidad de prepararse para enfrentar un futuro que los inquieta; lo que buscan es tener un

mayor control sobre esos claroscuros de la vida, a fin de alcanzar el éxito de sus proyectos,

asegurar cierta sostenibilidad de los mismos, o cuando menos, evitar un estruendoso

fracaso: “…nuestra mayor incertidumbre es: ¿qué va a pasar? Y entonces, ese qué va a

pasar se remite a: ¿a qué universidad vamos entrar? ¿Qué vamos a estudiar? ¿Vamos a

poderla pagar?... y bueno, y cuando terminemos, después de cinco o seis años de carrera…”

(Entr.11 Estudiantes) La inmensa mayoría de los estudiantes que enfrentan estas preguntas

adoptan una actitud responsable y un deseo de formarse para encontrar alternativas de

salida a sus inquietudes, y muchos también reconocen la inconveniencia de una actitud

pasiva o resignada.

El tercer y último nivel lo constituye la dimensión relacional, cuyas percepciones son

compartidas por estudiantes y profesores. A este nivel la incertidumbre se traduce como la

experiencia del no saber “a quién” o “con quién” extender vínculos hacia el futuro,

considerando particularmente el plano afectivo de las relaciones; esto conlleva un “no saber

qué hacer” cuando ciertas complicaciones en las relaciones interpersonales oscurecen el

panorama: “...hay gente con la que uno lleva once años y tal vez despegarse de esas

personas va a ser difícil; pero no se sabrá hasta que de pronto uno se estrelle muy feo, o le

vaya muy bien en la universidad” (Entr.10 Estudiantes). En este intento por precisar con

quién relacionarse, a quién abrir la confianza, etc., los estudiantes se sienten movidos a

explorar nuevas relaciones que les permite valorar, fortalecer o transformar sus hábitos de

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48

interacción social, a partir del éxito alcanzado en dichas exploraciones; el contacto con

comunidades reales, fuera del Colegio parece llenar estas expectativas frecuentemente: “La

(…) incertidumbre está en saber cómo los recibirán los campesinos; pero una vez

encuentran acogida y aprecio, empiezan a mostrarse espontáneos, colaboradores,

interesados, amables y capaces de asumir retos.” (Observ. Camp.Misión)

Algunos de los profesores, especialmente aquellos en calidad de acompañantes de grupo,

participan de esta dimensión relacional más activamente: “Hay más confianza cuando están

los dos (cargos), acompañante y (profesor) de materia. Se le acerca más al alumno, como

que uno está más pendiente de ellos… está como atento a dar la mano. Porque sabe lo que

se está viviendo, y hay más confianza; ellos confían en uno más.” (Entr.5 Acompañante) En

estos casos las experiencias de incertidumbre, identificadas como ese “no saber qué hacer”,

“a quién acudir”, etc., se convierten en motivos para el acercamiento entre el acompañante

y el estudiante implicado, donde el profesor se convierte en testigo de los procesos de

crecimiento personal y de la madurez alcanzada por los muchachos, a medida que se

afrontan las circunstancias particulares.

Hasta aquí las dimensiones como marco explicativo de los diversos significados que la

incertidumbre recoge en el ambiente escolar. No obstante, tal como lo ilustra el gráfico

precedente (Figura No.5), las dimensiones presentadas no operan de manera aislada, sino

que se relacionan y retro-alimentan mutuamente, creando así una circulación de

experiencias que fortalecen y direccionan los diversos significados atribuidos a la

incertidumbre. Más aún, creemos que para que esta circulación se ponga en evidencia

requiere a veces de experiencias fuertes, de situaciones límite como el riesgo, la crisis, las

decisiones vitales, etc., las cuales desbordan en cierto sentido los terrenos de la dimensión

en que se originan y comprometen en ocasiones a todo el sujeto.

Tal podría ser el caso en el que la incertidumbre se asocia con una experiencia de “riesgo”,

dadas las características de la experiencia que vive el estudiante, y que logra proyectarse

más allá de una sola dimensión; por ejemplo, el estudiante que ha sido sorprendido

cometiendo fraude y es reportado ante autoridad escolar. En este caso, una incertidumbre

que comenzó siendo “cognitiva” (según la percepción de los profesores), termina

convirtiéndose en un asunto “existencial” (según la percepción del estudiante), ante la

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49

inminencia de una sanción que podría ser definitiva, e incluso puede trasladarse la

dimensión “relacional”, si alguno de sus amigos resulta involucrado y a él se le pide

delatarlo o, simplemente, si el estudiante teme malograr las relaciones con sus profesores o

acudientes por causa de la falta cometida.

En otras palabras, ésta experiencia de incertidumbre afecta al conjunto de la persona desde

sus varias dimensiones y genera en ella la sensación más plena de “no saber qué será de sí

mismo”, debido a la pérdida de todo control sobre la situación, así como de la pérdida

momentánea de un horizonte sobre el cual prever. En una situación de este tipo, creemos, se

agudizan en el estudiante todas sus capacidades receptivas y de aprendizaje: “cometieron

una embarradota y no saben qué va a pasar… (…) están todo el tiempo pensando es: ¿qué

me va a suceder?, ¿No? Y están más pendiente de: sí me llaman de tal parte, Dios mío,

algo pasó…” (Entr.8 Educador); y, si bien para el educador puede parecer que la

motivación del estudiante para el estudio disminuye, creemos que, en lo que respecta a la

experiencia misma y lo que de ella se desprende, el estudiante está más alerta que nunca

para aprender, tomar conciencia de sí y de la realidad escolar en la que se encuentra:

“Entonces, están más pendientes, un poco, de todo lo que va a suceder alrededor, que en sí

de lo que están viviendo en el momento, que es a lo que tienen que responder…” (Entr.8

Educador).

Esta y otras experiencias similares apuntan desde ya hacia el carácter pedagógico de la

incertidumbre que queremos plantear en esta investigación. Existe aún la oportunidad de

desarrollar un poco más estas ideas, con ayuda de voces autorizadas como la de Cremin

(2006) con su perspectiva del “asumiendo-riesgos” y Bond (2009) con su propuesta de la

“escuela del riesgo”. Por ahora, baste enfatizar que los significados que los miembros de la

comunidad educativa asocian a las experiencias de incertidumbre pueden corresponder a

dos esquemas distintos (Figura No.6): o provienen de una dimensión específica desde la

cual se manifiesta como un “no saber algo”, un “no saber entenderse”, o “un no saber

interactuar”, o bien, provienen de percepciones más envolventes, la cuales tienen relación

con más de una dimensión, y adquieren por ello el carácter de un “no saber estar en el

Page 50: LA INCERTIDUMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

50

Figura No.6: Dinámicas de relación de las dimensiones

mundo”, es decir, un des-conocimiento momentáneo y simultáneo de sí, de su interioridad

y de cómo se manifiesta esa interioridad al relacionarse con otros.

Así las cosas, la incertidumbre aparece como una realidad que se asume en la medida en

que se va construyendo de manera permanente, en medio de las experiencias de la

comunidad educativa y que está básicamente relacionado con la sensación de un “no saber”

persistente; se trata de un “no saber” específico cuando surge de alguna de la dimensiones

de vida de la comunidad, o de un “no saber” más envolvente cuanto surge de experiencias

límite que despiertan una conciencia de no saber “hallarse” en el mundo; se trata de un “no

saber” que, aunque persiste, apunta simultáneamente hacia un deseo o necesidad de lo

contrario: saber de sí y del entorno. Nótese cómo la imagen ilustra las dos caras de la

incertidumbre, ambas relacionadas con el problema del conocimiento: por un lado, porque

la incertidumbre evidencia lo que no se sabe; por el otro, porque la incertidumbre mueve

constantemente a la persona hacia aquello que debería o necesitaría saber. Es precisamente

sobre los terrenos del conocimiento donde se arraiga el papel pedagógico de la

incertidumbre que pretendemos desarrollar en lo que sigue. Quien asume la incertidumbre

como un “no saber” profundo, se experimenta a sí mismo como un ser que es,

simultáneamente, tan “capaz de no saber”, como “urgido de conocimiento”.

Dimensión Cognitiva

No saber algo

No saber de sí No saber futuro

Dimensión Existencial

No saber a quién No saber q’ hacer

hacer

Dimensión Relacional

Saber de Sí y

del entorno

No saber estar

en el mundo

Riesgo, etc.

Page 51: LA INCERTIDUMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

51

4.3 Enfoque fragmentario de acogida de la incertidumbre

A lo largo del proceso de entrevistas para la recolección de datos, se fue haciendo evidente

en las respuestas recibidas, que cuando había referencias a experiencias de incertidumbre,

muchas veces aparecían conexiones espontáneas con servicios educativos del Colegio, los

cuales sirven de apoyo y complemento a las labores propiamente académicas. Más aún,

servicios como el de Asesoría Espiritual, el de Apoyo Educativo, atendido por

profesionales psicólogas, y el de Pastoral, eran en ocasiones identificados como lugares

naturales para el tratamiento o acogida de las experiencias que los entrevistados asociaban

con la incertidumbre: “Yo siento que esto (investigar sobre la incertidumbre) tiene mucha

validez, y tiene realmente una implicación directa desde pastoral.” (Entr.1 Acompañante).

A partir de entonces, el tema en estudio encontró una doble vertiente de información con

relación a las experiencias de incertidumbre: aquellas que la gente ubica en las áreas de

conocimiento, y que corresponde a la dimensión cognitiva ya referida en el apartado

anterior, y aquellas que pertenecen “al resto” del ambiente escolar, es decir, lo que no

sucede en clase. La manera como uno de los entrevistados analiza las experiencias de los

estudiantes habla de ello: “la vida personal de ellos, que sería una categoría (de fuentes de

Incertidumbre), por decirlo de alguna manera; dos, con respecto a su vida escolar, no

académica, sino a sus relaciones afectivas de noviazgo y de amistad; y la categoría tres,

respecto a su quehacer académico” ( Entr.2 Acompañante). Aquí encontramos la primera

gran fragmentación hacia la cual pueden tender los profesores, especialmente cuando su

labor se encuentra demasiado concentrada en los procesos de enseñanza en el aula; nos

referimos a la percepción de que la vida escolar se divide en académica y extra-académica.

Este tipo de percepción del ambiente escolar parece ser más característico de instituciones

“centradas en el aula” como explica Roberson (2011), cuyas estructuras resultan resistentes

al cambio porque han adoptado la cultura escolar de lo “predeterminado” (p.886). En el

contexto bajo estudio, esta tendencia suele manifestarse a través de casos aislados, según

comentan los entrevistados, y en especial con los docentes que recién se han vinculado a la

institución; sin embargo, la fuerte estructura de la Institución parece contribuir a que dicha

tendencia se refuerce: “…aquí hay maestros inquietos que de pronto tratan de hacer cosas

Page 52: LA INCERTIDUMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

52

desde su propio interés, ¿sí? Pero, pues esa no es la regla general, y en esa medida,

digamos, que el Colegio si no fortalece esto; pues aquí somos muy académicos.”(Entr.1

Acompañante). También las apreciaciones de los estudiantes parecen coincidir en este

punto de la fragmentación y sus efectos, cuando comentan: “…uno va a hacer una

manifestación de inconformidad con algo, y entonces… no te dejan porque… porque no.

Primero lo académico y después sí puedes hacer lo que se te dé la gana“(Entr.13

Estudiantes).

Propiamente desde los datos, encontramos dos caminos para obtener evidencia de que este

estilo fragmentado de acogida a la incertidumbre ocurre en la Institución. Se trata de las dos

categorías menores anteriormente referidas como: RILAI (Respuesta Institucional

Localizada de las Incertidumbre) y TIARDI (Tendencia Institucional al Rechazo de la

Incertidumbre). El término Institucional tiene aquí el sentido de “organizacional” antes que

el de “oficial”, pues lo que pretende es incluir a toda la comunidad educativa, cada

miembro con su particular perspectiva. Por su parte, la categoría LIPEI (Logística

Institucional para experiencias de Incertidumbre) representa, como antes mencionamos, un

puente operativo, que puede ser usado en diversos sentidos y con distintas intenciones; el

punto clave entonces no está en la estructura, sino en la intención pedagógica que las utiliza

y a partir de la cual tales estructuras adquieren continuidad o sufren transformaciones.

A continuación, se elabora una breve interpretación sobre el papel de cada categoría en el

enfoque fragmentado de acogida a la incertidumbre, cuyas características se podrían ilustrar

(Figura 7), de la siguiente manera:

En la primera columna del gráfico, que representa la categoría denominada LIPEI,

aparecen algunos de los servicios que el Colegio ofrece para la formación humana y

espiritual de los estudiantes. En la medida en que las incertidumbres afectan el rendimiento

académico o el comportamiento regular del estudiante, los conductos institucionales

direccionan el caso hacia los acompañantes de curso, los profesionales en psicología del

SAE, o directamente al profesor encargado de la asignatura, si el episodio es claramente

académico, quienes se encargan de atender el caso, o re-direccionarlo si así lo considera

conveniente.

Page 53: LA INCERTIDUMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

53

Figura No.7: Enfoque fragmentado

De esta manera, dichos servicios entran a formar parte de los mecanismos que la Institución

utiliza, de modo no intencional, para prestar acogida a las experiencias de los muchachos

asociadas con la incertidumbre; esto sucede, básicamente, porque tales experiencias son

frecuentemente relacionadas con problemáticas o disfuncionalidades que los profesores de

aula o los educadores no atienden ya sea por que el manual lo establece, por lo que alguien

con mayor autoridad lo recomienda o simplemente porque no lo consideran de su

competencia disciplinar:“yo sé que el padre rector te va a entender lo que está pasando en

tu vida… ta,ta,ta. Se pasan a otras personas porque, muchas veces, nosotros no tenemos las

herramientas y se pasan a otras personas” (Entr.9 Educador). De esta forma, cuando la

incertidumbre se asocia con un “no saber” distinto al académico, se tiende a pensar

espontáneamente en utilizar esta estructura. Incluimos en el grupo los documentos oficiales

porque de ellos se desprenden las políticas y decisiones para crear estos servicios y

Acompañamiento

Atención SAE

Experiencias de Aula

Documentos Instituc

ENFOQUE

FRAGMENTADO

MODO TERAPEUTC

MODO CIENTIFICO

MODO COGNITIVO

MODO PARADIGMT

ELIMINAR

REDUCIR

CONTROLAR

SUPERAR

RESPONDER

Page 54: LA INCERTIDUMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

54

cualquier logística adicional que parezca necesaria para mejorar la formación de los

estudiantes.

Cabe anotar que ninguno de los autores revisados en la bibliografía presenta ni propone un

esquema de este estilo para el manejo de las incertidumbres que podamos contrastar con el

caso del CMSB. Si bien Bond (2009) promueve la creación de “escuelas del riesgo”, donde

todo el entramado escolar resulta comprometido en el trabajo de acoger el riesgo y la

incertidumbre en los procesos de aprendizaje, los demás investigadores proponen el tema

desde áreas específicas del conocimiento, y ninguno desde un servicio ni sector o sectores

especializados de la Institución. Por ahora podríamos entender este esquema como una

alternativa que el CMSB ha aprovechado, y podría adoptar de manera oficial para el

manejo de estas experiencias si así lo viera conveniente; sin embargo, algunos pensarían

que esta es en el fondo una manera de adecuar las incertidumbres a la Institución y no la

Institución a las incertidumbres que es lo que en realidad proponen, en mayor o menor

grado, algunos de los investigadores (Kenway & Bullen, 2000; Madsen & Carney, 2011;

ect.), y que, obviamente, supondría un cambio paradigmático de mucha más envergadura.

El segundo grupo de ítems, segunda columna de la Fig.7, denominada RILAI, hace

referencia a ese tipo de respuesta que ofrece la Institución desde sus miembros particulares

a las experiencias relacionadas con la incertidumbre. Se trata entonces de instancias donde

la incertidumbre se trata terapéuticamente, a través de varias sesiones de acompañamiento,

o bien se examina y se diagnostica a partir de dictámenes profesionales sobre la conducta, o

también se descubre y se precisa, desde la óptica de una disciplina del conocimiento, o

finalmente, se reconoce y se direcciona desde los parámetros Institucionales de la

funcionalidad y la división del trabajo.

En este caso, sin embargo, los estudiantes no son necesariamente remitidos a un servicio o

a un encargado oficial, sino incluso a una persona dentro de la comunidad educativa que

espontáneamente cumpla un papel similar. No únicamente desde las estructuras ofrecidas

por la institución, sino también desde las actitudes o habilidades de las personas, se logran

percibir ciertos estilos de manejo de las experiencias asociadas a la incertidumbre que,

quien remite, elije con una intención específica; en este caso: localizar la atención que se da

al estudiante en un servicio, oficina y miembro de la comunidad, a quienes se les traslada la

Page 55: LA INCERTIDUMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

55

responsabilidad de manejar la situación. “Pastoral, en casos de incertidumbre, es la número

uno!” (Entr.9 Educador) comenta uno de los entrevistados. En otras palabras esta categoría

refleja la actitud del profesor, educador o miembro de la comunidad educativa, quien elige

un casillero para depositar el paquete de la incertidumbre y luego se dedica a sus propios

asuntos, como parece indicar la siguiente acotación: “Porque un maestro puede ser muy

cercano; otro más lejano a ellos, y solo le interesará ir a dictar la clase y nada más y chao.

De eso también se consigue.” (Entr.5 Acompañante).

En otras ocasiones la remisión y delegación de la responsabilidad no se da dentro de las

opciones logísticas disponibles, por petición de los mismos estudiantes; de este modo, se

acude por costumbre a una persona u oficina a donde suelen llegar cierto tipo de situaciones

de los estudiantes. En todo caso, el enfoque aquí sigue siendo fragmentado, en el sentido en

que son finalmente un servicio, o una persona los que, según su estilo de respuesta, resultan

señalados gratuitamente como los más indicados para ayudar a los estudiantes en

situaciones relacionadas con la incertidumbre. El punto clave aquí es que estas situaciones

de incertidumbre despiertan procesos de aprendizaje que sufren discontinuidad o terminan

frustrándose por el hecho de trasladar, en vez de compartir, la responsabilidad que suponen

estas experiencias para una “comunidad educativa”; tampoco es admisible pensar que una

situación por la que está pasando un estudiante, o un grupo de estudiantes, no tienen

relación alguna con lo que se está enseñando en cualquier asignatura específica o espacio

de formación escolar; a menos, que el profesor esté interesado sólo en desarrollar unas

actividades o transmitir unos contenidos, desligados de todo contexto real y, por tanto, nada

significativos para el estudiante, en contraposición a lo que demanda el PEI de la

Institución.

Se podría contra-argumentar en este punto, señalando que las conductas de profesores o

estudiantes ante las experiencias de lo incierto, producen este tipo de respuestas,

precisamente debido al proceso de inculturación dentro de la Institución, y al manejo que la

misma Institución exige de casos similares, ajustándose a la logística disponible. Sin

embargo, la utilización de la estructura no implica desentenderse del proceso de formación

que la incertidumbre puede desencadenar; además porque más que ser remitido, al

estudiante lo que le interesa es encontrar disponibilidad y cercanía, según evidencian

Page 56: LA INCERTIDUMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

56

algunos comentarios a este respecto: “yo siempre trato de remitirlos a ellos, bien sea al

SAE, o remitirlos (al Padre Rector)… porque me dicen, no, nosotros no tenemos confianza

con ningún psicólogo…” (Entr.9 Educador); “yo creo que eso viene siendo algo más de una

conexión entre profesor - alumno, ¿sí? Entre… la confianza que se tengan, ¿sí? Entonces,

con ciertos profesores tendrá más confianza y se le podrá decir más las cosas que con otros”

(Entr.10 Estudiantes); etc. A partir de estos ejemplos, es claro que en cuestión de

experiencias asociadas con la incertidumbre, las estructuras son cada vez menos relevantes,

mientras que la intención o actitud de los formadores lo es cada vez más, especialmente

cuando se encuentra de por medio el proceso de aprendizaje de jóvenes que viven el mundo

del cambio y la inmediatez: “...el joven cuando no ve… no ve la oportunidad o el espacio

de hacer el click, desecha y busca las otras alternativas.” (Entr.4 Educador).

El trabajo de Shelley et al.(2005) acerca de las incertidumbre de los estudiantes Taiwaneses

ante la experiencia de elegir carrera, da cuenta de la gran importancia que tienen las

relaciones de los estudiantes con consejeros, amigos y familia, a la hora de afrontar estas

situaciones de incertidumbre. Estos investigadores alientan el cultivo de tales relaciones y

sugieren extenderlas hasta la universidad, especialmente a través de figuras como mentores

y consejeros. En lo que respecta a este estudio, es evidente también que la calidad de las

relaciones se impone sobre la logística establecida, a la hora acoger las situaciones de

incertidumbre de los estudiantes; sin embargo, es crucial mantener una mirada más

pedagógica que funcional sobre tales experiencias, a fin de que no sólo se aconseje, se

acompañe, o se apoye, que también es importante hacerlo, sino que fundamentalmente los

estudiantes aprendan a partir de ellas, que es lo propio de la labor docente. Siguiendo esta

lógica, es importante que en el CMSB, surja la pregunta sobre el tipo de mirada que se está

adoptando frente a estas experiencias, con base en los procesos de aprendizaje que de ellas

se desprenden.

La tercera columna de la Figura 7, y último grupo, llamado TIARDI (Tendencia

Institucional al Rechazo de Incertidumbres), hace referencia a ciertas reacciones y/o

pretensiones que se perciben en el ambiente escolar a propósito de las experiencias de

incertidumbre; se trata de actitudes tendientes a eliminar, reducir, controlar, superar y/o

responder las incertidumbre, cuya intencionalidad manifiesta acompaña no sólo el punto de

Page 57: LA INCERTIDUMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

57

vista desde el cual se entiende o “asume” la incertidumbre, sino también el tipo de

“acogida” que se busca en cada caso. En otras palabras, los que asocian la incertidumbre

con aspectos cognitivos, por ejemplo, al momento de enfrentar la experiencia, buscan algo

en particular: darle una “respuesta”, según lo expresa uno de los profesores: “…el reto que

tenemos, permanente, es discernir respecto a esa incertidumbre para encontrarle una

respuesta.” (Entr.2 Acompañante); o bien, en algunos casos, “acabar” con la incertidumbre:

“un estudiante sale con una mentalidad de acá, de que… ese caso de incertidumbre que yo

estoy viviendo o que viví… ya tiene que estar superado, tiene que superarse; tengo que

lucharla (…), para erradicar esa incertidumbre…” (Entr.9 Educador).

En otras ocasiones, mediante el modo denominado “terapéutico”, lo que se busca es

“controlar” la incertidumbre, de manera que se haga más manejable: “A mí me parece que

esos espacios y esos momentos son como para clarificar un poco tanta incertidumbre que se

le genera a uno en la vida; por ejemplo, en los encuentros con Cristo“ (Entr.11 Estudiantes).

También a veces, lo que hace la persona es unirse a la intención oficial de “superar” estas

experiencias de la mejor manera, dejándose guiar por las pautas establecidas: “La reunión

(de citación a los Padres de Familia) debe concluir con el planteamiento de estrategias que

ayuden a superar las dificultades del estudiante.” (PEI - CMSB). En fin, siendo muy

variadas las reacciones que se presentan ante situaciones de incertidumbre, aparentemente

contadas excepciones, la característica común que suelen presentar casi todas ellas es que,

cuando menos, se produce una sensación de incomodidad con dicha incertidumbre, dado

que ella representa una situación específica de “no saber” que no se está dispuesto a

aceptar.

En suma, lo que se vislumbra de este panorama del enfoque fragmentado, es que de una

manera indirecta, en cuanto que no ha sido intencional, la Institución podría favorecer por

este medio un traslado de responsabilidades acerca de la acogida de experiencias relativas a

la incertidumbre; por otra parte, aquellos sobre quienes recae la tarea asignada, entienden

por lo general como deber suyo el tener que deshacer al estudiante y a la Institución de una

carga, que como ya vimos en el apartado anterior se percibe como perjudicial e indeseable.

En este sentido quizás el término de “acogida” no resulte ser el más adecuado, cuando lo

que se busca es suprimir dicha incertidumbre.

Page 58: LA INCERTIDUMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

58

Antes de dar el paso al siguiente enfoque de acogida de la incertidumbre que creemos ha

asumido la Institución, consideramos necesario señalar que no es el propósito de esta

argumentación cuestionar la existencia de los diferentes servicios y programas que ofrece el

Colegio, ni mucho menos fiscalizar su manejo o efectividad, todo lo cual debe

desconocerse como posible resultado de esta investigación. Sobre lo que este estudio quiere

concentrar la atención es sobre la necesidad de una apertura decidida hacia las experiencias

de incertidumbre, a través de otros modelos pedagógicos de manejo más integral, como los

que a continuación nos referimos; citaremos justamente varias de las prácticas existentes ya

en la Institución, las cuales facilitan el camino para una transición paradigmática en

educación, que de todas maneras se convierte en una exigencia perentoria en opinión de

muchos de los investigadores mencionados.

4.4 Enfoque integral de acogida de la incertidumbre

Este ha sido denominado un Enfoque Integral porque independientemente de la persona o

servicio institucional que facilite al estudiante la acogida de sus experiencias de

incertidumbre, la manera como es abordada la situación, tiende a generar procesos de

formación que contribuyen al crecimiento del estudiante en varias dimensiones de su

personalidad. El sentimiento que manifiestan los estudiantes una vez han vivido estas

experiencias integrales de formación, como por ejemplo un retiro espiritual, dista mucho de

haber despejado una duda, de haber superado una dificultad, o haber resuelto un conflicto,

sino que evidencian experiencias de aprendizaje más complejas, a partir de las cuales el

estudiante ilumina esa realidad envolvente y omnipresente de la que habla Attard (2008) :

“yo… aproveché mucho esos retiros; o sea, yo hice esos retiros a conciencia y me conecté

conmigo, o sea, con lo que siempre quise de pequeña , con lo que estaba haciendo y lo que

quería para un futuro” (Entr.11 Estudiantes)

Al parecer una de las características de este enfoque consiste en la valoración en términos

positivos de las experiencias de incertidumbre, pues a partir de esta valoración se perfila un

estilo de acogida igualmente optimista; tal parece ser la actitud de uno de los educadores al

comentar: “la incertidumbre también se ve como la novedad de las cosas que se les plantea

en la formación” (Entr.7 Educador). Otra característica que puede distinguir este enfoque

consiste en enfatizar el potencial que tienen estas experiencias con relación a las

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59

habilidades para el aprendizaje, con lo cual se crea la disposición para integrarlas a los

procesos de formación: “uno ve que hay incertidumbres, incertidumbres, y… uno trata de

manifestarles que, en últimas, eso es bueno. Eso es bueno porque es un reto, de

autodominio, de auto-control; en donde le ponen a uno a prueba sus propias

posibilidades…” (Entr.2 Acompañante). Y una característica adicional del enfoque, aunque

no necesaria, parece ser el papel bastante discreto pero efectivo que juegan las experiencias

de incertidumbre en la consolidación de los logros de una formación integral: “entonces

dijeron: no profe, nosotros nos vamos de aquí fuertes; sabemos que no la vamos a embarrar,

que… Entonces, me di cuenta que eso les sirvió como un ejemplo de vida.., para que sepan

tomar el camino indicado” (Entr.2 Acompañante).

De una manera más concreta, al igual que con el enfoque anterior, identificamos unas

categorías menores que alimentan este concepto, a partir de la clasificación de los datos, y a

través de ellas buscamos caracterizar las dinámicas internas que nos permitían señalar la

experiencia que se ha vivido de modo “integral” respecto a los procesos de formación

(Figura No.8). En este caso se trata de las categorías DIPAI (Disposición Institucional Para

Asumir las Incertidumbres) y EFICEI (Espacios de Formación Integral en Conexión con

Experiencias de Incertidumbre)

La primera, como ya se indicó, destaca algunas características del ambiente escolar que

facilitan la acogida de las experiencias de incertidumbre también desde una perspectiva

integral y que se traducen en “modos” en el sentido en que canalizan las experiencias de los

estudiantes de una forma determinada, basados en una manera de pensar y actuar particular.

La segunda, recoge la relación entre las incertidumbres y algunos espacios de formación

integral propios de la Institución, y se concreta en unas reacciones específicas que

contribuyen a los propósitos de la formación integral.

Al igual que en el enfoque anterior, en la primera columna del gráfico partimos de la

logística que tiene dispuesta la Institución, esta vez a través del acompañamiento de los

profesores, las actividades de pastoral y las experiencias de aula; recordamos que, primero,

no es una estructura específicamente diseñada para atender situaciones de los estudiantes

relacionadas con la incertidumbre, y segundo, que las relaciones interpersonales activan,

transforman y finalmente superan dichas estructuras, a favor de unas dinámicas

Page 60: LA INCERTIDUMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

60

comunitarias más espontáneas y productivas. Así lo manifiesta una de las maestras: “si

trabajáramos más en conjunto, las incertidumbres que ustedes desde ética pueden ver, desde

la educación religiosa,… a veces no son tan perceptibles desde otras materias, porque

nosotros somos más académicos.” (Entr.2 Acompañante)

Figura No.8: Enfoque integrado

Se observan en este caso un nuevo grupo de actitudes y reacciones (columnas 2 y 3, Figura

No.8) que corresponden a la perspectiva de posibilidad que se crea con las experiencias de

incertidumbre. Las actitudes relacionadas con un enfoque integrado de acogida de la

incertidumbre, tienen que ver aquí con maneras de acoger la incertidumbre que apuntan: al

“cuidado” de persona como un todo (modo curativo), a la inmersión en experiencias de

trasformación (modo experimental), al conocimiento significativo (modo cognitivo), y en

el caso de los documentos, a un modo paradigmático que trasciende el esquema racional

moderno al abrir opciones para acoger lo incierto. Por su parte, las reacciones que

acompañan estas maneras de acoger la incertidumbre se concentran en cómo transformar,

ENFOQUE

INTEGRADO

Acompañamiento

Actividades Pastoral

Experiencias de Aula

Documentos

MODO CURATIVO

MODO EXPERIMTL

MODO COGNITIVO

MODO PARADIGMT

TRANSFORMAR

CONECTAR

CENTRAR

CONSTRUIR

Page 61: LA INCERTIDUMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

61

construir, conectar y centrar procesos de formación a partir de las experiencias que viven

los estudiantes asociadas con ese “no poder saber” que los impacta.

En ocasiones el punto de partida es el mismo, como por ejemplo sucede con el “modo

cognitivo”, y sin embargo la reacción que de allí se desprende difiere mucho de “quitar de

en medio” la incertidumbre, y se orienta más bien a aprovechar la experiencia para

“centrar” los diversos saberes del estudiante y crear desde allí nuevo conocimiento, incluso

a partir del conflicto: “O sea, es una dialéctica ante la incertidumbre, en donde una que se

va aclarando, va apareciendo otra. Y quizás ese sea un devenir que hace que fortalezcan a la

persona.” (Entr.2 Acompañante). Este es justamente el paso de la “cultura de lo

predeterminado” a la “cultura de la posibilidad” que reclama Roberson (2011); es también

el enfrentar la incertidumbres de que habla Morin (2000), abordando con ellas la

contradicción y la complejidad; es la puerta de entrada a las “pedagogías conectadas” que

Sellar (2009) califica como responsabilidad ética de la incertidumbre; etc., es en fin, una

nueva disposición que apunta en la misma dirección que demandan la mayoría de los

recientes escritos e investigaciones sobre incertidumbre en el campo educativo y es la

disposición que en lo que sigue buscamos evidenciar.

Retomando nuevamente el orden propuesto en la Figura No.8, comentaremos por partes los

dispositivos de lo que hemos llamado el enfoque integrado. Con relación al

acompañamiento, como parte de la logística institucional o categoría LIPEI, encontramos

que los datos muestran otra alternativa a la actitud de terapéutica que podrían asumir

algunos profesores; en este caso, por ejemplo, la preocupación del que acompaña está en el

sentido curativo o transformador de la experiencia; esto tiene que ver con la práctica

institucional llamada “cura personalis” que en los documentos oficiales se define como:

“Por acompañamiento personal, en sentido ignaciano, se puede entender hoy toda acción

educativa que tienda a acercar a la persona al fin para el que fue criado, o sea, a su

formación integral (PEI CMSB). La intención de fondo no es acompañar a la persona en

momentos difíciles de su experiencia escolar, sino mostrar interés y cuidado de la persona

como individuo, en todos los aspectos y etapas de su formación.

Dos situaciones registradas en el trabajo de campo pueden ilustrar, por contraste entre las

dos, los alcances de un acompañamiento en perspectiva integral que, cuando se da, busca el

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62

cuidado de la persona en incertidumbre: El primero representa la situación de estudiantes

que enfrentan la dificultad de buscar cupo en la universidad para el año siguiente: “O sea,

uno piensa: que el Icfes, que la Nacional, que tengo prueba en tal universidad, que la

entrevista… O sea, son más cosas. Los profesores como que no entienden eso y le meten a

uno más trabajo, más temas, más cosas…“ (Entr.13 Estudiantes); el segundo caso es de un

estudiante que teme que los compañeros se enteren de su enfermedad: “Hace poco me

enteré que él tiene un tumor en la cabeza y que realmente nadie lo sabe… Y eso

definitivamente le da muy poco rendimiento académico… claro (…) Entonces, sí, si uno lo

coge con tiempo, si digamos que después de mucho trabajo lo logra sentar, él responde.

Pero sí requiere como que uno lo siente y como que trabaje al ritmo de él muchas veces.

(Entr.2 Acompañante).

Una segunda instancia de este enfoque está representada por las Actividades de Pastoral,

correspondientes a la categoría LIPEI (Figura No.8), las cuales son de diversos tipos, se

programan a lo largo del año y ocupan en promedio una jornada escolar; a este nivel, el

aspecto de la integralidad está facilitado por el hecho de que se involucra a toda la persona

en las experiencias, y porque muchas de ellas se desarrollan en contextos de vida real.

Cuando los estudiantes salen de la “burbuja” como algunos llaman el ambiente del Colegio,

algunas de sus preguntas se convierten en incertidumbres, por el sólo hecho de que se

enfrentan a situaciones concretas con personas reales; se pasa de leer sobre la pobreza a

trabajar un día con los campesinos de una vereda y compartir con ellos las incomodidades y

la escasez, y es precisamente allí donde se abren las posibilidades para el aprendizaje:

“también se ve (la incertidumbre) como relacionado no a ese miedo personal de “no

puedo”, sino a ese miedo como de la sociedad, a la sociedad misma…, al poder progresar,

porque ahora la pobreza nos está hundiendo a todos” (Entr.13 Estudiantes).

Una breve referencia a dos textos bastante pertinentes para este tema, podría servir de

marco a las reflexiones sobre la incertidumbre desde estas experiencias: El primero, de

Delamont & Atkinson (2001) quienes reflexionan sobre la dificultad de los estudiantes

científicos para adaptarse a trabajar en condiciones que ya no pueden controlar como lo

hacían en sus laboratorios, donde los fenómenos eran predecibles y reproducibles, y la

crisis emocional que esta transición les produce. El segundo, de Farley (2009) sobre el

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63

problema de la incertidumbre en la enseñanza de la historia, cuando los temas que se

enfrentan son “historias difíciles” que revelan el aspecto de un mundo que falla y

desilusiona.

En opinión de uno de los educadores entrevistados, los niños no se ven desafiados por

experiencias de incertidumbre sino hasta séptimo grado porque usualmente viven en unas

condiciones donde todo está dado y reina un ambiente de seguridad: “ellos viven más su

presente, y teniendo un presente con todas las condiciones a su favor, el pensar a futuro no

es su interés.” (Entr.4 Educador). Dicha situación puede hacer comparable el ambiente

educativo con las experiencias de laboratorio de la que hablan Delamont & Atkinson

(2001); por eso las actividades de Pastoral que ofrecen condiciones distintas, favorecen el

encuentro con las incertidumbres propias y ajenas y revela unas condiciones del mundo

menos manejables. Como consecuencia, los aprendizajes se van desarrollando en varias

direcciones que finalmente el educador ayuda a conectar y que facilitan el camino para que

el estudiante asuma la realidad cambiante de ese mundo que ahora experimenta: “ellos

estaban viendo el trabajo de la panela y, precisamente, estábamos saliendo de la noticia de

la aprobación del TLC… Entonces, eso hace… como… un click interno. Si? Y ellos

empiezan como…, por lo menos, a asumir intelectualmente una postura crítica.” (Entr.7

Educador).

El concepto de las “historias difíciles”, es decir, del conocimiento que resulta complicado

enseñar a los estudiantes, tal como señala Farley (2009), resulta aplicable no sólo a la

historia, sino que se extiende por diversas áreas de la enseñanza. Algunas de las actividades

de Pastoral observadas parecen centrarse precisamente en esas experiencias humanas de

difícil comprensión: el poder de una adicción, la pérdida de la fe, la viabilidad de elegir una

carrera, etc., son temas que posiblemente hagan parte del currículo desde una visión formal,

pero que los programas de Pastoral tienen la capacidad de trasladar a la esfera de lo real a

través de actividades como: una visita a un centro de atención de adolescentes drogadictos,

un campamento misión en una vereda campesina durante la Semana Santa, una jornada de

retiros espirituales a estudiantes de último año, etc. La salida que propone Farley mediante

el uso de “símbolos de esperanza” (p.549) que contrarresten la fuerza de las tragedias

humanas que no tienen verdadera explicación, seguramente hace parte de los frutos que

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64

recogen los estudiantes al término de dichas actividades; pero trátese de símbolos, de

metáforas o simplemente de testimonios de vida concretos, es evidente que el encuentro de

las incertidumbres propias y ajenas tiene en estas experiencias un escenario único que

aclara sin responder, enseña sin precisar, transforma sin razonar: “Tengo una visión más

positiva (de los consumidores de drogas). Ellos también tienen sus metas y dificultades,…

también sufren discriminación; (pero) ellos han sobresalido más” (Observ. FAS 9A).

En lo que respecta a las “Experiencias de Aula”, como otro de los componentes de la

categoría LIPEI (Figura No.8), el tema de las incertidumbres representa una moneda de

varias caras: por un lado los maestros que entienden la incertidumbre como un “no saber”

intelectual reducen la experiencia a nivel de una duda, interrogante o dificultad en el

proceso de aprendizaje y se dedican, como antes se señaló, a superar esos impases, con la

idea de que así desaparece la incertidumbre y regresa la calma de las ideas claras y

distintas: “en ese momento en que ellos estaban reunidos, ellos estaban interrogándose, eso

fue una incertidumbre para ellos. Pero vea que, mediante la práctica, ellos lo mejoraron”

(Entr.3 Acompañante); por otra parte, están quienes intentan enfrentar las incertidumbres

como problemáticas reservadas a las esferas de la vida personal o social, ante las cuales es

necesario proceder de tal manera que no afecten el rendimiento escolar: “ver cómo está el

grupo, cómo se siente, y disponerlos a… no tanto como a olvidar lo que está pasando, pero

bueno…: vamos a centrar la atención en otra parte…” (Entr.8 Educador); por último

estarían los que tratan de juntar todas las caras y manejan el tema de modo más integral

para el estudiante, es decir, vinculan la vida concreta del estudiante… “Yo dije, bueno, a

los chicos lo que más les cuesta ahorita, y lo que más les preocupa es su vida laboral; o sea,

once (grado) es un paso para, pero no es su mayor preocupación”… con la asignatura que

deben enseñar… “Entonces les dije listo, bueno, van a buscar una aplicación de la química

concretamente a su campo laboral. ¿Ah, profe, yo como historiador, a mí qué me importa la

química? Busque, algo encontrará”… y hacen de la incertidumbre una verdadera

herramienta para el aprendizaje: “hubo unos que me encantaron. Ellos quieren ser

ingenieros mecánicos (…) yo les dije, perfecto, ¿qué van a hacer? ¡Profe, vamos a hacer un

motor que funcione a base de orina!” (Entr.1 Acompañante).

Page 65: LA INCERTIDUMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

65

En realidad son muy escasas las evidencias que sobre este punto se pueden citar dentro de

los datos recogidos en la investigación, y sin embargo, es el aspecto en el que más insisten

quienes abordan el tema de la incertidumbre en educación. Autores como de Mallin (2009),

Zaslavsky (2005), Voskoglou (2010), etc., ya referenciados en la revisión bibliográfica,

tratan de introducir la incertidumbre en las clases se historia, matemáticas, geometría,

mientras otros intentan hacerlo desde los pregrados universitarios: Brevwer & Gross (2002)

en ecología, Clark & Flynn (2011) en medicina clínica, Delamont & Atkinson (2001) en

geología, Britzman (2007) en educación, etc.

Con todo, es necesario aclarar que la incertidumbre que muchos de estos autores plantean

como herramienta, parte de la concepción de que estos estados de indecisión, oscuridad,

ambigüedad, sinsentido, etc., se pueden producir en el aula, de acuerdo con los propósitos

de la asignatura; sin embargo, lo que aquí se propone, en especial para este nivel de la

formación secundaria, es justamente indagar las incertidumbres, o las experiencias que las

evoquen, o los no saberes que las evidencien, etc., desde la vida corriente de los

estudiantes, y ponerlas al servicio de los procesos de aprendizaje.

En otras palabras no se trata sólo de crear certidumbre, que también es un esquema válido,

sino de apuntar hacia las que ya subyacen en el ambiente escolar y que sólo se hacen

manifiestas bajo determinadas condiciones de confianza y espontaneidad; tampoco se trata

de exponer la vida de nadie, ventilar situaciones personales o incurrir en infidencias, pero sí

de aprovechar el rasgo común que pueda haber en ellas, movilizar los contenidos de la

enseñanza hacia las verdaderas preocupaciones de los estudiantes, y transformar

experiencias de vida en ejercicios de formación en varias dimensiones. Cómo descender

estas propuestas a la práctica es la tarea que queda pendiente de esta investigación, pero que

ya puede comenzar a responderse a partir de la experiencia profesional de cada maestro.

Una mirada final dentro del enfoque integrado a los “Documentos Institucionales”, último

componente de la categoría LIPEI (Figura No.8), muestra que la amplitud con que se ha

construido la propuesta educativa del Colegio, permite reconocer algunas vetas o rasgos de

carácter abierto que facilitan el diálogo con la dimensión contingente del conocimiento y

dejan al estudiante la posibilidad de integrar sus propias incertidumbres a la actividad

escolar: “Analiza situaciones en las que considera diversos criterios para identificar un

Page 66: LA INCERTIDUMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

66

comportamiento ajustado a la situación. Establece conexiones entre los comportamientos y

los usos racionales” (PIA ETICA).

En la medida en que los documentos del Proyecto Educativo del Colegio se expresan en

términos de: “conocimiento realista del mundo”, “capacidad para interrogar y dejarse

interrogar”, “el ser humano en continua construcción”, “verdades que no son absolutas ni

inmutables”, “valor constructivo del error”, “aprendizaje alrededor de problemas

significativos”; etc., la acogida de la incertidumbre en los procesos de aprendizaje siempre

será posible, especialmente si admitimos con Barnett (2004) que educar un ser-para-la-

incertidumbre implica una serie de disposiciones para relacionarse con el mundo, entre las

cuales incluye: capacidad crítica, humildad, discernimiento, apertura, resiliencia, coraje y

firmeza (p.258)

Así descrito del panorama del Enfoque Integral, se observa que tanto la Institución, desde

los documentos, como los profesores, desde sus experiencias de aula, como los educadores,

desde las actividades de formación, y también los estudiantes, desde la manera como

responden al acompañamiento, cuentan todos con la posibilidad de acoger

pedagógicamente las experiencias que avivan la incertidumbre, desde escenarios

enriquecidos por una perspectiva integral de formación; en la opción por transformar,

centrar, conectar, construir, etc., tiene la comunidad educativa del CMSB una oportunidad

más para potenciar procesos de aprendizaje donde lo que prima es la persona misma con

sus necesidades de saber, de dar sentido a su experiencia del otro y del mundo, y de ofrecer

una respuesta pertinente y creativa, para una sociedad de complejidad y constante cambio.

5. VALORACIÓN DE LOS ENFOQUES Y POTENCIALES EFECTOS

De acuerdo con lo expuesto hasta el momento, parece evidente que ambos enfoques

utilizados, intencionalmente o no, por parte de la Institución para la acogida de las

experiencias asociadas con la incertidumbre resultan viables y cada uno eficaz a su modo.

Se trata, sin embargo, de un tema que puede adquirir un grado de relevancia y visibilidad

mucho mayor entre los miembros de la comunidad educativa, en la medida en que se

amplíe la conciencia colectiva acerca de la incertidumbre como una fuerza presente y activa

Page 67: LA INCERTIDUMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

67

en la realidad del contexto estudiantil; con respecto al paradigma moderno de la certeza y la

verdad que ha primado en la Institución hasta ahora, la incertidumbre representa una

especie de “otra cara de la moneda” que permanece aún muy silenciosa y casi inexplorada.

Es posible que esta especie de enfoque compartido se ajuste por ahora, como alternativa

funcional, al proyecto educativo que adelanta el Colegio. Sin embargo, dadas las tendencias

que a este respecto avanzan en investigación educativa, se observa un desbalance a favor

del enfoque fragmentario, que puede causar debilidades y rezagos para la Institución en el

marco del largo plazo. Sin autoridad de expertos, consideramos que las herramientas tanto

políticas como operativas están dadas en lo fundamental para atender este desbalance, pero

encontramos necesario plantear brevemente los posibles conflictos y alternativas que

surgen de uno y otro enfoque, con el fin de contribuir a visualizar mejor el panorama

presente, tal como intenta ilustrar la Figura No.9 a continuación.

Figura No.9: Conflictos y alternativas de los enfoques

ENFOQUE

FRAGMENTADO

ENFOQUE

INTEGRADO

CONFLICTOS

INSTITUCIONALES

ALTERNATIVAS

DE MANEJO

Educación

Persona-

lizada

Perfil

Autonomía

Proceso

Certifica-

ción

Exigencia

Académica

Formación

docente Lente de

Proyección

Lente

Transforma

dor

Lente

Espiritual

Lente

Curricular

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68

Dentro de los aspectos que podrían causar conflictos en la Institución, a partir del Enfoque

Frangmentado (Figura No.9), y al intentar transitar hacia el enfoque Integrado, uno de los

más representativos será el énfasis en la propuesta de la “Educación Personalizada”, dado

que cada vez más se requerirá mayor conocimiento del estudiante y cercanía con él, de

modo que el número de “remisiones” sea cada vez menor. Este prospecto exigiría una

revitalización de los espacios de acompañamiento, junto con un número mayor de

acompañantes o un número menor de estudiantes por acompañante, según lo sugiere la

experiencia de la propia Institución: “uno como formador no capta la incertidumbre en un

grupo masificado. La incertidumbre se capta es en el diálogo personal, con el estudiante”

(Entr.7 Educador).

El tema de la “Autonomía” resulta también crucial en el marco de los posibles conflictos,

en el sentido en que a los estudiantes se les promete una autonomía cuyo ejercicio

empiezan a reclamar los grados más avanzados y también en el sentido en que sobre las

bases de esta autonomía, las incertidumbres personales tendrán mayor posibilidad de

posicionarse en la agenda curricular. Tal como lo plantea Webster (2003), desde el marco

de la espiritualidad, dicha autonomía tiene que ver cada vez más con la “autenticidad del

estudiante” que con el tradicional sentido de la autodeterminación (p.312); que los

estudiantes se sientan libres para expresar e integrar sus incertidumbres al quehacer escolar

resulta entonces clave.

Uno de los mayores conflictos en la perspectiva de transición de enfoques será el “Proceso

de Certificación”, sólo si no se le incluye en la dinámica del balance de enfoques. El

sistema actual se basa en la predeterminación, fijación y comprobación de los procesos

tanto académicos como administrativos, y sin embargo, deja abierta la gran puerta de lo

posible: el “mejoramiento continuo”; es únicamente la Institución misma la que define

hacia dónde quiere mejorar e impone la ruta que el sistema sólo verifica posteriormente.

Una situación desbalanceada atraerá la certificación por el mismo camino; los estudiantes

ven este desajuste en el excesivo énfasis académico, ante el cual los documentos

institucionales ya prevén el camino a seguir: “tenemos que convencernos que la educación

jesuítica tiene que ir más allá de un desarrollo cognitivo a un desarrollo humano…” (PEI

CMSB). En consecuencia el punto de quiebre estaría en poder certificar cada vez más ese

Page 69: LA INCERTIDUMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

69

desarrollo humano, que como afirma Britzman (2007) es ante todo un “desarrollo

misterioso”.

Unido al punto anterior, esta por supuesto, el aspecto de la “excelente formación

académica” que la Institución promete a sus estudiantes. El modelo fragmentado de

formación parece dar sustento a esta promesa, en la medida en que permite, con mayor

facilidad, concentrarse en una parte, con independencia del todo. Redefinir la excelencia

académica incorporando el ingrediente de la incertidumbre, estimularía a trasladar el punto

de enfoque desde los contenidos a las actitudes, o como afirma Vignale (2009) del “saber

como verdad”, al “saber como experiencia”. Pero como este empeño implica en el fondo un

cambio paradigmático, según lo expone Morin (2000), el primer paso puede estar

representado por la integración contenidos con actitudes, tal como lo manifiesta una de las

estudiantes: “yo creería que (uno está preparado para la vida) como por la actitud que toma

cuando le va mal; pues, a uno le va mal, y no puede ni darle igual ni echarse a la pena…”

(Entr.10 Estudiantes)

Un conflicto adicional que probablemente surja de este proceso de balancear enfoques,

proviene de la “Formación de los Docentes”. El enfoque fragmentado es altamente

especializado y casi que sólo requiere de la experticia que cada colaborador trae para

empezar a operar. El reajuste de enfoques sugiere que todos necesitan formación en aquello

que no saben del proceso como realidad integrada; todo profesor necesitaría saber lo

suficiente para asumir la conducción del proceso de formación en cuanto “la persona” del

estudiante llega a su encuentro. Morin (2000) ataca decididamente el conocimiento

especializado señalándolo de impertinente para una época marcada por lo complejo, lo

global y lo multidimensional; lo pertinente es precisamente una inteligencia general de la

situación, porque entre mayor sea la comprensión del todo, “más grande es su facultad para

tratar problemas especiales” (p.39). Si el propósito es centrarse en la persona, atendiendo a

toda su complejidad, esta parecería entonces la ruta a seguir.

Describimos ahora brevemente, algunas alternativas del enfoque integrado que, de acuerdo

con la observación del contexto escolar, ya existen y funcionan como parte de la dinámica

institucional, pero que podrían adquirir más relevancia y asumir un papel más decisivo en

el proyecto educativo del Colegio, en el evento en que acoger las incertidumbres de los

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70

estudiantes y apoyar en ellas los procesos de aprendizaje se pensara como una opción

institucional. No se tratan de alternativas excluyentes entre sí, sino más bien

complementarias en el sentido en que sólo podremos completar la idea del todo mirándolo

desde sus diversas perspectivas, pero también, en términos de Morin (2000), porque

debemos orientar la mirada hacia meta-puntos de vista desde los cuales vislumbrar el

conocimiento complejo, propio de las sociedades actuales, del cual, afirma el profesor

Morin, la incertidumbre es el oxígeno (p.32)

El primer lente integrador que denominamos de “Proyección”, lo percibimos en la

experiencia de la clase de química ya referenciada en la sección de análisis e interpretación.

De acuerdo con la entrevista, esta actividad correspondió a los llamados “proyectos de

grado” que, según los documentos oficiales, están orientados a “mejorar las debilidades del

grupo” (PEI CMSB). El eje motriz en este caso, sin embargo, consistió en las aspiraciones

laborales de los estudiantes del grado once, que representa el corazón vivo de las

incertidumbres que se viven en el último año, cuando la vida de ellos está a punto de

cambiar. Si esto es así, también es muy probable que buscar una mayor conexión entre las

incertidumbres de los estudiantes y los proyectos que se proponen puedan desarrollar a

fondo el potencial de este instrumento pedagógico integrador.

El segundo lente integrador tendría carácter “Curricular” y aparece en algunas de las

entrevistas como la aspiración de integrar la formación que se recibe en el aula, con la que

se recibe fuera de la misma: “Entonces, el aspecto humano, en ocasiones veo que lo

dejamos a un lado. A veces pensamos que es más importante la parte teórica que la parte

humana” (Entr.2 Acompañante). Existe la percepción de que el trabajo de los Educadores

sin aula, puede ser más aprovechado: “Pero sí siento que a veces (los de Pastoral) están muy

alejados de los otras áreas…” (Entr.1 Acompañante); pero también existe la conciencia de

que esto implica una apuesta exigente: “Sí existen algunas instituciones que han optado por

romper el paradigma y de empezar a abrir caminos nuevos de aprendizaje,…” (Entr.4

Educador) y de que en tal apuesta las incertidumbres pueden jugar un papel central:

“…partiendo desde los intereses de los muchachos, del no afán de cumplir unos currículos,

sino poder gestar bases, criterios y convicciones que a la larga eso es lo que le ayuda al

muchacho en la sociedad.” (Entr.4 Educador). Sin embargo, visto desde otro ángulo, es

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71

posible que el problema sea precisamente “no cumplir el currículo”, pues se trata de un

currículo integrado, donde lo que se hace fuera de la clase cuenta tanto como lo que se hace

en ella. La Institución cuenta entre sus procedimientos con un Comité de Evaluación,

desde cuyas dinámicas se podría reforzar esta perspectiva integradora, mediante informes

que incluyan la evaluación de aprendizajes tanto en el aula como fuera de ella.

Un tercer lente integrador apunta hacia el aprendizaje “Transformador” que promueva

maneras de estar en el mundo a partir de la toma de conciencia de los aprendizajes

obtenidos. El carácter transformador de la incertidumbre se pudo evidenciar

particularmente durante las experiencias de formación social (FAS) y campamento misión;

el cambio de conducta en el estudiante puede convertirse en el indicador clave para valorar

los alcances de la experiencia, tal como sucedió tanto en la interacción con el grupo de

adolescentes consumidores de droga: “Lo difícil fue entablar la conversación, pero después

va fluyendo. La confianza fue creciendo después.” (Observ. FAS 9A), como en el trato con

las comunidades campesinas: “…una vez encuentran acogida y aprecio, empiezan a

mostrarse espontáneos, colaboradores, interesados, amables y capaces de asumir retos.”

(Observ. Camp. Misión). Sin embargo, un proyecto educativo que transforme seres

humanos, afirma Barnett (2004), implica no sólo una pedagogía menos tecnológica y más

abierta a la incertidumbre, sino también un alto riesgo, gracias al cual el ser del estudiante

se engancha al tiempo que se perturba (p.257). Al mirar a través de este lente transformador

la Institución podría evaluar que tan cerca están sus experiencias pedagógicas de estos

parámetros que describe el autor.

El último lente integrador de las experiencias de incertidumbre al ambiente escolar es de

naturaleza “Espiritual” y tiene su centro de gravedad en el “Discernimiento”. A través de

los testimonios tanto de profesores, como de estudiantes, resulta obvio que el componente

espiritual de la propuesta educativa, no sólo da coherencia al conjunto, sino que potencia

todo sus alcances. Sin embargo, junto con la percepción común de que dicho componente

se ha ido debilitando: “yo diría que tendrían que darle mayor énfasis a la parte espiritual,

que veo que eso se está perdiendo” (Entr.5 Acompañante); también se reconoce su

imprescindible papel en casos de la incertidumbre: “esa parte espiritual es la fortaleza para

creer en uno mismo, en sus posibilidades.., para enfrentar esas incertidumbres…” (Entr.2

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72

Acompañante). En su estudio sobre el discernimiento, Luévano (2009) nos recuerda que el

discernimiento Ignaciano, - que es al que esta Institución adhiere-, supera los terrenos

morales y se eleva en dirección a elegir siempre el mayor entre los bienes, de lo cual resulta

un permanente progreso en la vida espiritual y la auto-realización de la persona. (p.41). Sin

duda, un estudiante que logre integrar su vida mediante un consecutivo de buenas

elecciones, gracias a la práctica habitual del discernimiento, supone también en él, haber

alcanzado ya la capacidad más preciada en la sociedad del presente, para muchos de los

investigadores aquí citados: florecer humanamente en medio de la incertidumbre.

6. DISCUSION E IMPLICACIONES

Al iniciar esta investigación nos preguntamos por la manera como la incertidumbre era

asumida e integrada a los procesos de formación de la institución en estudio. De acuerdo

con el análisis y la interpretación de los datos antes expuestas, encontramos que la

comunidad educativa del Colegio la incertidumbre se asume conceptualmente desde las

experiencias particulares de cada persona y las percepciones de estas experiencias están

conectadas por la sensación de un no saber persistente que se puede dar tanto a nivel de las

ideas, como de la vida práctica. En la gran mayoría de los casos se asume como una

sensación incómoda o inaceptable que las personas tienden espontáneamente a rechazar.

El lector podría objetar el no haber partido de una definición oficial o una posición

autorizada sobre el concepto de la incertidumbre. Desde la experiencia de investigación

pudimos constatar que este no es un término que haga parte de la cultura comunicativa de la

institución, que no a pocos se les dificulta describir su significado y que en los documentos

oficiales como el PEI de la Institución no hay referencia alguna a dicho concepto. Partir de

un lugar teórico, creemos, habría ceñido los términos de la investigación a un punto de vista

externo, cuando lo que se busca con este estudio de caso es precisamente revelar la

particularidad de esta experiencia. Paradójicamente, plantear la metodología de

investigación en estos términos, incrementa la posibilidad a una mayor generalización de

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73

los resultados, en el sentido en que quien quisiera replicar este estudio, buscaría también

dicha particularidad en su propio caso.

Respecto al sentimiento de rechazo frente a la experiencia de incertidumbre y dado que la

perspectiva de esta investigación apunta más bien hacia la acogida de la misma, podrían

presentarse aún más discrepancias. Muchos lectores podrían pensar que esta tendencia a

combatir la incertidumbre es apenas natural y que acogerla, por el contrario, significa ceder

a un relativismo inoficioso. Ya desde el inicio de la investigación advertimos también de

posiciones como las de Kauffman & Sasso (2006), Draper (1995), Brawn (2004), etc.,

quienes en mayor o menor medida defienden el control y la reducción de la incertidumbre,

a favor de la verdad objetiva; no parece fortuito que en estos tres casos se trate de

investigadores que hablan desde la ciencia moderna. Por otra parte, el interesante estudio de

Helsing (2007) hace referencia a situaciones en las que los profesores recurren a estrategias

psicológicas y pedagógicas para negar o evadir la incertidumbre en sus prácticas; de

acuerdo con la abundante referencia bibliográfica de esta investigadora, algunos educadores

desarrollan sentimientos de inseguridad y culpa ante la incertidumbre propia de su labor y

cuando sienten amenazados sus logros docentes con los estudiantes prefieren negar la

evidencia de esas fallas y culpar a otros. La pregunta clave aquí es entonces ¿por qué nos

molesta tanto la incertidumbre?

Esta resistencia a la incertidumbre es parte del legado de un sistema educativo fundado en

la certeza, pensado para un mundo que pretende no tener fallas, según argumenta Farley

(2009); no se trata de deleitarse en la incertidumbre, pero sí de reconocer con serenidad que

la ilusión de un mundo estable, predecible, cognoscible, es sólo una promesa de la

modernidad. Para esta historiadora, el fracaso constituye una condición para el crecimiento,

porque sólo así escapamos de la burbuja del ego omnipotente, y ganamos la tolerancia que

requiere enfrentarse a la perdida de la certeza, de la estabilidad, del ser mismo (p.542). La

tolerancia a la incertidumbre es un tema muy recurrente en la literatura revisada (Loads,

2010; Helsing, 2007; Britzman, 2007; Attard, 2008; etc), e incluso existe gran variedad de

pruebas que miden la capacidad de tolerar la incertidumbre y la ambigüedad, como lo

evidencia el trabajo de Lousihna & Guarino (2000), quienes anotan que la intolerancia a la

incertidumbre es reconocida como una vulnerabilidad cognitiva (p.97). En medio de este

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74

panorama, una actitud de intolerancia frente a la incertidumbre en esta u otra institución

educativa significaría, sencillamente, un caminar en contra-corriente de las perspectivas

pedagógicas más recientes.

Un segundo grupo de conclusiones respecto a la manera como la comunidad educativa del

Colegio entiende el concepto de incertidumbre, nos llevó a afirmar que se trata de un

concepto abierto o en continua construcción, a partir de del contacto con las dimensiones

cognitiva, existencial y relacional que atraviesan las experiencias de los estudiantes; así

mismo, inferimos que la manera de entender la incertidumbre conduce a una manera de

percibirse a sí mismo como un ser tanto capaz de no saber, como ávido de saber, lo cual

permite precisamente adjudicar un sentido pedagógico a las experiencias relacionadas con

la incertidumbre.

Una de nuestras preocupaciones a este respecto fue la posibilidad de hacer inferencias sobre

un concepto en movimiento, por la posibilidad de caer en un ejercicio análogo al de

construir sobre arena movediza. Sin embargo, el recurrir a la definición de diccionario de la

palabra incertidumbre como “falta de certidumbre” (Real Academia Española, 1992) no fue

considerada sinceramente como alternativa viable. El curso de la investigación, nos llevó a

reconocer, en cambio, que el carácter de la incertidumbre como concepto bisagra entre lo

desconocido y la necesidad de conocer, era lo que atesoraba el potencial pedagógico que

hemos querido subrayar desde el comienzo de esta propuesta. El legado cultural al que

pertenecemos nos ha llevado a reconocernos como seres racionales, es decir, capaces de

conocimiento, con lo cual asociamos la falta de conocimiento a una falta de ser; en otras

palabras, no nos reconocemos como “capaces de no saber” y por eso, en lugar de

movilizarnos hacia el saber, la extrañeza de la incertidumbre termina aterrándonos y

paralizándonos. Desde este ángulo es que comprendemos las propuestas del “giro

ontológico” de Barnet (2004, p.247) según la cual una la incertidumbre en el mundo actual

no puede ser sólo conceptual sino ontológica por consecuencia.

Con respecto a las conclusiones sobre la acogida de la incertidumbre, la investigación nos

mostró que existen dos maneras que la Institución adapta para acoger las experiencias que

la comunidad educativa asocia con la incertidumbre. La primera a través de un estilo

fragmentado que no favorece la continuidad de los procesos de aprendizaje que surgen con

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75

la incertidumbre, sino que los distribuye logísticamente entre personas y programas, donde

además no se acoge, sino que se contiende contra ella. La segunda a través de un enfoque

integrado de formación que brinda al estudiante la oportunidad de vivir las incertidumbres

en contextos reales de aprendizaje, y por este medio fortalecer su capacidad de tolerar la

ambigüedad, contradicción e imprevisibilidad de las situaciones a las que se enfrenta.

Un reproche que podrían recibir estas afirmaciones tiene que ver con la percepción de la

misma Institución, como una propuesta pedagógica que se denomina integral y que busca

esta integralidad desde la configuración misma de cada uno de sus proyectos y programas

de formación. Una de las maestras entrevistadas hacía referencia a esta percepción

institucional al comentar que incluso desde la manera misma de escribir ordenadamente en

el tablero era una acción pedagógica tendiente a la formación integral, por vía del ejemplo.

En lo que respecta a este punto, nos parece necesario insistir en que el hilo conductor de

nuestras apreciaciones sobre la dinámicas institucionales ha sido la formación como

“proceso”; en este sentido, reconocemos una limitación de este estudio el hecho de no

haber abordado a fondo el componente de evaluación de los procesos de aprendizaje, sin lo

cual carecemos de evidencias para concluir la falta de dicha integralidad. Sin embargo, con

base en la misma información recolectada entendemos que las actividades de formación

que se realizan fuera del aula no cuentan con un sistema de evaluación basado en el proceso

de aprendizaje, que existe un escaso intercambio entre los dinámicas internas de las

asignaturas y estas actividades externas, y que espacios como las tomas de contacto y las

secciones de acompañamiento de grupo están en necesidad de revitalizarse, según opinión

de los mismos entrevistados. Consideramos como un necesario complemento a esta

investigación e interesante contribución futura para el Colegio, la identificación y

valoración de esas actividades, momentos, espacios o procedimientos en el desarrollo de la

vida escolar, donde se verifica realmente la consolidación de la formación integral que

diariamente se persigue.

Un aspecto clave en el aprovechamiento de las experiencias de incertidumbre para

propósitos académicos consiste en la capacidad de concentrar la atención de los estudiantes

que parece inherente a estas experiencias. En su documento sobre la importancia de

considerar las necesidades e intereses de los estudiantes en la construcción del currículo,

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76

Hoyt-Oukada (2003) argumenta que entre mayor sea la relación existente entre estas

necesidades o expectativas y aquello que se busca enseñar, mejores son los niveles de

aprendizaje. Por nuestra parte, una de las realidades que logramos evidenciar en el

ambiente escolar es que las experiencias de incertidumbre y las que se relacionan con ellas,

logran concentrar todo el interés y expectativa de los estudiantes: “en el último periodo

académico todos estamos pensando más en la universidad, no tanto en lo que pasa en el

Colegio” (Entr.11 Estudiantes); por tanto ellas son el punto a donde tendrían que converger

los esfuerzos pedagógicos, en el caso en que se aceptan los argumentos precedentes. En tal

sentido, la incertidumbre no es sólo un problema personal, o familiar, o cognitivo, sino una

puerta de entrada a ese mundo complejo de intereses y necesidades que componen la vida

un estudiante y que indican el camino por el que se debe conducir el conocimiento.

Respecto del “estilo fragmentado” como descripción de la manera como la Institución ha

adaptado sus dinámicas internas para el manejo de experiencias relacionadas con la

incertidumbre, queremos insistir en que la intención que subyace a las conclusiones

presentadas no pretende descalificar un modelo de operación organizacional; incluso, es

necesario reconocer las ventajas a nivel de funcionalidad, control y eficacia en el logro de

objetivos que este modelo reporta. Sin embargo, esta indagación sobre el manejo de las

incertidumbres puede servir de pretexto a la Institución para extender la mirada sobre el

conjunto de la estructura curricular y evaluar que tan ajustada se encuentra a las exigencias

de un mundo sumido en la complejidad y la incertidumbre, donde, de acuerdo con las

afirmaciones de Pillay & Elliot (2001), las fronteras entre el conocimiento formal (llámese

asignaturas) e informal (llámese actividades y programas de formación fuera del aula) están

tornándose cada vez más borrosas y donde la centralidad de los contenidos esta cada vez

cediendo más espacio a experiencias de aprendizaje basadas en el pensamiento crítico,

meta-cognición y el aprendizaje en la marcha.

Finalmente, algunos aspectos surgieron en el curso de la investigación y que consideramos

material valioso para futuras investigaciones, incluye: la percepción del “miedo” en el

ambiente escolar y sus efectos en los procesos de aprendizaje; la formación docente en el

manejo de sus propias experiencias de incertidumbre; la aplicación de una prueba de

medición de tolerancia a la incertidumbre en las diversas instancias de la comunidad

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77

educativa; el estudio de las fuentes de incertidumbre entre los estudiantes de los niveles

infantil y primaria de educación; y por supuesto, la implementación y desarrollo de

herramientas pedagógicas prácticas para la integración de las incertidumbres a los procesos

de aprendizaje en los diferentes grados y diversas áreas de la formación escolar.

Brevemente, presentamos ahora algunas de las implicaciones pedagógicas que se podrían

inferir de lo expuesto anteriormente. En primer lugar, destacamos la necesidad de

considerar las experiencias de incertidumbre desde una óptica más alentadora, que permita

descubrir la capacidad poiética o creativa (Hardy, 2006) y el potencial heurístico o

interpretativo (Helsing, 2007) que se originarían con la aceptación y acogida de estas

experiencias al interior de cualquier proceso de aprendizaje. Esta nueva visual reviste, por

tanto, implicaciones para los maestros, quienes deberán superar la desconfianza que supone

este cambio tanto para sus desempeños y responsabilidades, como para sus relaciones

interpersonales; al mismo tiempo, como educadores, se verán llamados a asumir una actitud

de observación y reflexión permanentes (Attard, 2008), las cuales se concretan en acciones

que incluyen, por ejemplo, acudir confiadamente a la intuición, ensayar opciones poco

convencionales, aventurarse por rutas y direcciones inesperadas, etc. (Cremin, 2006). Pero

quizás los mayores retos surgen para la Institución, cuya transición hacia un modelo más

abierto hacia lo indeterminado del conocimiento, como antes se mencionó, podría ser sólo

el comienzo de un cambio de perspectiva más amplio, el cual trascienda el ideal moderno

de las categorías nítidas y del progreso asegurado (Madsen & Carney, 2011), y se oriente

hacia nuevas opciones paradigmáticas de la educación centradas más bien en un método

que detecte las articulaciones y entramados del conocimiento (Campos, 2008), que camine

hacia una nueva manera de conocer y enseñar, basada en el saber “como experiencia”

(Vignale, 2009), y que, en general, luzca más acorde con las incertidumbres conceptuales y

ontológicas (Barnet, 2004) del mundo actual. Concluimos, junto con Pillay y Elliot (2001),

que no se trata de menospreciar el pensamiento racional, sino que, por el contrario, el reto

está en sofisticar el razonamiento de nuestros estudiantes, lo cual implica equiparlos con la

habilidad de decidir y operar con eficacia en medio de la incertidumbre, la inestabilidad y la

incongruencia que evidencia nuestra compleja e impredecible sociedad.

Page 78: LA INCERTIDUMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

78

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Page 82: LA INCERTIDUMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

82

UNIVERSIDAD DE LOS ANDES MAYO 20 DE 2011

CIF - MAESTRIA EN EDUCACIÓN

Carlos Alberto Cardona s.j. (Anexo 1)

FORMATO DE OBSERVACIÓN -Acompañamiento

TRABAJO DE INVESTIGACIÓN: LA INCERTIUDMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

LUGAR:________________________________ FECHA:________________ ACTIVIDAD: ____________________________ TIEMPO CURSO: _______________________________ De:________________ PROFESOR:_____________________________ Hasta:________________

Objetivo de Observación:

Código Situación Reflexión

Otros datos de Contexto:

Observó:

Page 83: LA INCERTIDUMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

83

UNIVERSIDAD DE LOS ANDES SEPT 30 DE 2011

CIF - MAESTRIA EN EDUCACIÓN

Carlos Alberto Cardona s.j. (Anexo 2)

FORMATO DE ENTREVISTA PROFESORES

TRABAJO DE INVESTIGACIÓN: LA INCERTIUDMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

NOMBRE: ________________________________ FECHA:________________ CARGO: _____ ____________________________ VINCULACIÓN:_______________ AREA DE ENSEÑANZA: ______________________ GRADOS:_______________

Objetivo de la Entrevista: Profundizar en la percepción del docente sobre el fenómeno de la incertidumbre en el ambiente escolar, y verificar información de las observaciones de campo.

Código Preguntas/Respuesta

1-¿Con qué asocia el concepto de incertidumbre cuando piensa en sus labores como docente? 2-¿Ha percibido de algún modo situaciones de incertidumbre por las que estén pasando sus estudiantes? 3-¿Para usted tendría algún valor para las prácticas de enseñanza el reconocer la presencia de la incertidumbre en el ambiente escolar? 4-¿Considera que ha utilizado alguna vez de manera pedagógica la experiencia de la incertidumbre con sus estudiantes? 5.¿De qué manera podría usted como profesor educar a sus estudiantes para la toma de decisiones, en situaciones de incertidumbre?

Datos del contexto laboral del docente:

Entrevistó:

Consentimiento grabación entrevista:

Page 84: LA INCERTIDUMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

84

UNIVERSIDAD DE LOS ANDES MAYO 20 DE 2011

CIF - MAESTRIA EN EDUCACIÓN

Carlos Alberto Cardona s.j. (Anexo 3)

FORMATO DE ENTREVISTA EDUCADORES

TRABAJO DE INVESTIGACIÓN: LA INCERTIUDMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

NOMBRE: ________________________________ FECHA:________________ CARGO: _____ ____________________________ VINCULACIÓN:_______________ AREA DE FORMACIÓN: ______________________ GRADOS:_______________

Objetivo de la Entrevista: Profundizar en la percepción del educador sobre el fenómeno de la incertidumbre en el ambiente escolar, y verificar información de las observaciones de campo.

Código Preguntas/Respuesta

1-¿Con qué asocia el concepto de incertidumbre cuando piensa en sus labores como educador? 2-¿Ha percibido de algún modo situaciones de incertidumbre por las que estén pasando los estudiantes de último grado? 3-¿Para usted tendría algún valor para las actividades de formación el reconocer la presencia de la incertidumbre en el ambiente escolar? 4-¿Considera que ha utilizado alguna vez de manera pedagógica la experiencia de la incertidumbre en las actividades con los estudiantes? 5-¿De qué manera podría usted como educador ayudar a los estudiantes en la toma de decisiones, en situaciones de incertidumbre?

Datos del contexto laboral del educador:

Entrevistó:

Consentimiento grabación entrevista:

Page 85: LA INCERTIDUMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

85

UNIVERSIDAD DE LOS ANDES MAYO 20 DE 2011

CIF - MAESTRIA EN EDUCACIÓN

Carlos Alberto Cardona s.j. (Anexo 4)

FORMATO GRUPO FOCAL CON ESTUDIANTES

TRABAJO DE INVESTIGACIÓN: LA INCERTIUDMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

CURSO:_________________________________ FECHA :________________ ACOMPAÑANTE: ____________________________ HOMBRES: _______________ PROMEDIO VINCULACIÓN:_____________________ MUJERES:________________

Objetivo del instrumento: Explorar la percepción que tienen los estudiantes sobre la manera como sus profesores asumen en las prácticas educativas las experiencias de incertidumbre que afectan el ambiente escolar.

Código Preguntas/Respuesta

1-¿De qué manera asocian ustedes la experiencia de incertidumbre en relación con su vida de estudios? 2-¿Creen ustedes que sus formadores han podido percibir las experiencias de incertidumbre que pueden estar viviendo los estudiantes en el ambiente escolar? 3-¿Qué valor creen ustedes que tiene para sus formadores, con relación a sus labores docentes, el reconocer las situaciones de incertidumbre que están viviendo los estudiantes? 4-¿Han tenido ustedes alguna clase o actividad de formación en la que sus maestros hayan abordado esas situaciones de incertidumbre para relacionarlas con sus procesos de aprendizaje? 5-¿De qué manera o con cuáles medios creen ustedes que sus profesores podrían integrar las experiencias de incertidumbre de los estudiantes para enseñarles a tomar mejores decisiones

Datos relevantes del contexto del grupo:

Entrevistó:

Autorización para grabar la entrevista: SI ________ NO ________

Page 86: LA INCERTIDUMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

86

UNIVERSIDAD DE LOS ANDES FEBR. 03 DE 2012

CIF - MAESTRIA EN EDUCACIÓN

Carlos Alberto Cardona s.j. (Anexo 5)

FORMATO DE OBSERVACIÓN –Actividades Formación

TRABAJO DE INVESTIGACIÓN: LA INCERTIUDMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

LUGAR:________________________________ FECHA:________________ ACTIVIDAD: ____________________________ TIEMPO CURSO: _______________________________ De:________________ PROFESOR:_____________________________ Hasta:________________

Objetivo de Observación: Acompañar actividades de formación de los Programas y Servicios de la Institución, con el fin de detectar situaciones de incertidumbre en espacios distintos al aula, percibir el manejo de estas situaciones por parte de los encargados y apreciar las reacciones de los estudiantes frente a estas experiencias.

Código Situación Reflexión

Otros datos de Contexto:

Observó:

Page 87: LA INCERTIDUMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

87

UNIANDES – CIFE FEB. 16 DE 2012

MAESTRÍA EN EDUCACIÓN

Carlos Alberto Cardona sj (Anexo 6)

TALLER DE VALIDACIÓN - INVESTIGACIÓN EN “INCERTIDUMBRE”

PROFESORES DE GRADO ONCE – CMSB

Por favor conteste los siguientes interrogantes, a partir de su experiencia como docente en el

CMSB:

1.- Desde el contexto real que se vive en el CMSB, las experiencias de incertidumbre se asocian

más frecuentemente con:

a) Problema e) Riesgo

b) Tensión f) Inseguridad

c) Posibilidad g) Desconocimiento

d) Ambigüedad

2.- Las principales fuentes de incertidumbre en el ambiente escolar provienen de: (califique de 1 a

10)

a) Vacíos académicos ______ e) Proyección profesional _______

b) Conflictos familiares ______ f) Deseo de saber más _______

c) Situación económica ______ g) Presión institucional _______

d) Relaciones afectivas ______ h) Vacío espiritual _______

3.- Describa brevemente las dos opciones con mayor puntaje del punto anterior

a) __________________________________________________________________________

b) __________________________________________________________________________

4.- Señale la herramienta ideal para atender las experiencias de incertidumbre que surgen en el

ambiente escolar del CMSB (ordene las opciones numéricamente según su importancia, siendo la

última la menos importante)

a) Experiencias de Pastoral ( )

b) Servicios del SAE ( )

c) Trabajo de aula ( )

d) Asesoría Espiritual ( )

e) Oficina de Bienestar Estudiantil ( )

Page 88: LA INCERTIDUMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

88

5.- Indique, de acuerdo con su experiencia, lo que considera que corresponde más a la situación

real que se vive en el CMSB, marcando (F) ó (V).

a) El docente conoce el mundo del estudiante, incluyendo las formas en que la familia, los

amigos, los compañeros, la subcultura juvenil y sus costumbres, las presiones sociales….,

el arte, la música, la religión y otras realidades, impactan ese mundo y afectan al

estudiante para bien o para mal. ( )

b) Enseñamos a partir de los problemas que tienen importancia para los estudiantes, y en

conexión con situaciones que pueden ser extraídas de la realidad social o de la misma

vida de los estudiantes. ( )

c) Enseñamos contenidos con la conciencia de que no hay una sola respuesta para la

resolución de problemas y de que estos pueden ser resueltos de diversas maneras. ( )

d) Nuestro estilo de formación promueve líderes que se caracterizan por su participación en

la búsqueda de soluciones a los problemas que enfrenta el país. ( )

e) Entendemos el “error” como la manifestación de los esquema desde los cuales los

estudiantes enfrentan los problemas que les son planteados o de la manera como

comprenden las realidades que viven ( )

6.- Entre las siguientes afirmaciones, señale aquella con la cual está más de acuerdo

( ) Los profesores y educadores no pueden garantizar el resultado de sus métodos; por

tanto, ningún método de enseñanza debe ser rechazado o detenido con base en

resultados estadísticos u objetivos. (Kauffman & Sasso, 2006)

( ) La educación ha de seguir manteniendo un papel fundamental en la transmisión de la

tradición de conocimiento (…) la cual ha permitido un desarrollo científico y humanista de

un valor incalculable para nuestro proceso de civilización. (Cardús, 2007)

( ) En lugar de insistir con una teología de “continua evolución” inserta en el confortable

mundo de lo objetivo/determinado, sería más conveniente que abracemos la “divina

incoherencia del mundo”. (Madsen & Carney, 2009)

( ) En las condiciones actuales, una doble tarea emerge para la educación: primero,

despertar en los estudiantes la percepción de que todas las descripciones acerca del

mundo son debatibles; segundo, traerlos a la condición de ser capaces de prosperar en

este mundo en el cual incluso las categorías con las que nos entendemos a nosotros

mismos son debatibles. ( Barnet, 2004)

Page 89: LA INCERTIDUMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

89

(Anexo 7)

Page 90: LA INCERTIDUMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

90

(Anexo 8)

Bogotá, Septiembre 30 de 2011

Señores:

PADRES DE FAMILIA

De:

Ciudad

Apreciados Padres

Con la presente tenemos el gusto de saludarlos y poner bajo su consideración la autorización para

que su hijo/a pueda participar en una propuesta de investigación pedagógica que actualmente se

desarrolla en el Colegio, según se describe a continuación.

Dada la creciente preocupación por ofrecer a los estudiantes de últimos grados un apoyo

adecuado durante la etapa de transición entre el Colegio y la universidad, hemos visto

conveniente respaldar la investigación que el P. Carlos Cardona sj., está llevando adelante con el

título de “La incertidumbre como herramienta pedagógica”, como requisito para obtener el grado

de Maestría en Educación, con énfasis en pedagogía.

Al autorizar la participación de su hija/o en este proyecto, él/ella podrá ser elegido/a para

responder a entrevistas individuales o de grupo acerca del tema de la incertidumbre en el

ambiente escolar, y podría también colaborar en la aplicación de un taller práctico sobre el mismo

tema. Por tratarse de una actividad de carácter netamente investigativo, dicha participación no

tendrá ninguna implicación de tipo académico o evaluativo para el estudiante; asimismo, toda

opinión o contribución escrita tendrá uso único y estrictamente relacionado con el trabajo de

investigación mencionado y podrá ser recogida de manera anónima si así lo prefiere el

participante. Las actividades a desarrollar no toman mucho tiempo y se tendrá el debido cuidado

para que no interfieran con los tiempos de estudio de los alumnos.

Agradecemos de antemano su atención a la presente y esperamos contar con su apoyo en este

proyecto que, confiamos, puede reportar muchos beneficios para nuestra práctica educativa.

Cordialmente,

XXXXXX

______________________________________ ____________________________________

Nombre del Estudiante Firma de aprobación del Acudiente

Page 91: LA INCERTIDUMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

91

–––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––

DOCUMENTOS 1 2 3 4 5 6 8 9 10 11 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26

CODIGOS PIA ETICA

Entr 1 Acom

Observ TC 1

Entr 2 Acom

Entr 3 Acom

Entr 5 Acom

Entr 4 Dir Ps

Entr 6 Ase Ps

Entr 7 C FAS

Entr 8 Bn Est

Prog Fas

Entr 9 E Xto

Entr 10 Est

Entr 11 Est

Entr 12 Est

Entr 13 Est

PIA Socles

PEI CMSB

PEI b CMSB

Observ TC 2

Observ TC 3

Observ TC 4

Observ S-Ac 1

Observ S-Ac 2 Totales

–––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––

Proyecto de Vida 0 5 1 2 0 2 3 1 0 0 0 1 6 6 1 1 3 3 4 0 1 0 0 0 40

Institución 2 0 0 0 0 5 1 4 4 2 0 2 3 7 2 4 0 0 0 0 0 0 0 0 38

Toma de Decisiones 2 1 0 2 2 2 2 1 2 0 0 0 1 4 0 4 0 6 1 0 3 1 0 0 34

Resolución de Proble 1 10 1 0 0 0 0 2 1 1 0 0 1 0 0 1 1 0 14 0 0 0 0 0 33

Conflicto 0 3 2 0 1 0 0 5 2 1 0 0 0 0 0 2 6 0 8 0 0 0 1 0 31

Percepción profesor 0 2 1 1 5 10 0 0 4 1 0 0 1 0 3 2 0 0 0 0 0 0 0 0 30

Dificultades 0 3 0 2 0 1 0 0 1 2 0 2 1 2 2 2 0 0 10 0 0 0 0 0 28

Seguridad 0 0 0 0 0 0 4 3 0 0 0 0 8 2 5 1 0 0 0 2 0 0 0 0 25

Espiritualidad 0 3 2 3 3 4 3 0 1 0 0 1 1 2 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 24

Evasión Incertidumbr 0 2 2 2 2 1 1 0 1 1 0 2 3 0 3 3 0 0 0 0 0 0 0 0 23

Complejidad 1 2 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 5 0 4 1 6 0 0 2 0 0 22

Conocimiento del Est 0 7 0 1 1 3 1 1 2 3 0 1 1 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 22

Uso pedagógico 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 2 4 5 5 2 0 0 0 0 0 1 1 0 21

Adaptación 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 2 2 1 9 2 0 1 1 1 0 19

Motivación 0 0 0 2 0 3 1 1 0 2 0 1 0 4 2 1 0 0 0 0 0 0 0 2 19

Discernimiento 6 0 0 3 1 0 1 0 2 0 0 0 0 0 0 0 0 3 0 1 0 0 0 0 17

Situación familiar 0 3 0 3 2 1 0 0 0 0 0 2 4 0 0 2 0 0 0 0 0 0 0 0 17

Acompañamiento 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 6 1 3 2 4 0 0 0 0 0 0 0 0 16

Febrero 28 de 2012

(Anexo 9)

UNIANDES -CIFE MAESTRIA EN EDUCACION Carlos A. Cardona

Page 92: LA INCERTIDUMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

92

Afectividad 0 0 0 5 0 0 1 0 1 1 0 0 1 2 1 1 0 0 2 0 0 1 0 0 16

Aprendizaje 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 7 0 0 1 3 0 16

Bipolaridad 0 3 0 1 3 1 2 2 1 1 0 0 0 0 0 1 0 2 0 0 0 0 0 0 15

Actitud crítica 3 0 0 2 0 0 0 0 1 0 0 0 0 1 0 0 5 0 0 0 0 1 0 0 13

Formación docentes 0 6 0 3 0 0 2 0 0 0 0 1 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 13

Interpretación 0 4 0 0 2 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 2 0 0 2 0 0 0 0 0 13

Miedo 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 4 7 0 0 0 0 0 1 0 0 13

Relaciones Interprs 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 2 3 0 4 0 0 0 0 0 0 0 0 13

Búsqueda de sentido 0 3 0 4 0 0 3 0 1 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 12

Edad de Incertidbr 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 2 2 1 1 5 0 0 0 0 0 0 0 0 11

Flexibilidad 1 0 0 0 0 1 0 0 2 0 0 0 1 2 2 1 1 0 0 0 0 0 0 0 11

Duda 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 6 1 1 2 0 0 0 0 0 0 0 0 10

mundo real 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 4 6 0 0 0 0 0 10

Tensión 0 1 1 0 0 2 1 0 0 1 0 0 0 0 0 2 0 0 0 1 0 0 1 0 10

Predicción 1 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 3 1 2 0 0 0 0 0 0 1 0 0 9

Búsqueda de alternat 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 3 3 1 0 0 1 0 8

Cambio constante 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 3 0 0 2 0 1 1 1 8

Academicismo 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 2 5 0 0 0 0 0 0 0 0 7

Acititud crítica 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 5 2 0 0 0 0 0 7

Creatividad 3 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 2 0 0 0 0 0 7

Superar Incertds 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 3 2 0 0 2 0 0 0 0 0 0 0 0 7

Capacidad reflexiva 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 2 2 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 6

Desarrollo de la per 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 5 1 0 0 0 0 0 6

Ambigüedad 2 1 0 1 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 5

Capacidad inquisitiv 1 3 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 5

Cooperación 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 5 0 0 0 0 0 0 5

Ignorancia 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 4 1 0 0 0 0 0 0 0 0 5

Consenso 3 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 4

Preocupación 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 4 0 0 0 0 0 0 0 0 0 4

Page 93: LA INCERTIDUMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

93

Remsión Casos 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 4 0 0 4 0 0 0 0 0 0 0 0 0 4

Riesgo 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 1 0 1 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 4

Soledad 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 2 0 0 0 0 0 0 0 0 0 4

Aompañamiento 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 3 0 0 0 0 0 3

Autonomía 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 5 0 0 1 0 0 0 3

compromiso 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 2 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 3

Desequilibrio concep 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 3 0 0 0 0 0 3

Identidad 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 3 0 0 0 0 0 0 3

Transformación 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 2 0 1 0 0 0 0 0 3

Vocación 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 2 0 0 0 1 0 0 3

Crisis 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 2 0 0 0 0 0 2

Cura personalis 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 1 0 0 0 0 0 2

Estrategia 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 1 2

Indagación 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 2

Servicio 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 2 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 2

Equilibrio 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 1

globallización 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 1

Paradojas 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 1

Prevención 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 1

Sentidos de Vida 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 1

Voluntad 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 1

Uno se encuentra, po 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 –––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––

Totals 26 63 10 38 23 36 28 20 28 17 5 32 57 50 61 66 31 60 80 7 6 13 10 4 777

Page 94: LA INCERTIDUMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

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LA INCERTIDUMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

MATRIZ DE COMPARACIÓN

Asociaciones Concepto/Instrumentos Recolección (Anexo 10)

Asoc Concpt Instrumt R.Datos

Resolución de Problemas

Conflictos y Tensión Bipolaridad y Ambigüedad

Dificultades Riesgo Afectividad Complejidad

Entrevistas Acompañantes

P2:03 no rptas P2:47 util real P9:21 superac P4:06 posibild

P2:09 no respts P5:09 no entnd

P2:35 Ej Química P5:05 duda ¿ P6:05 intrrgtes

P2:11 dific varias P2:11 asingt/trabj P4:42 Inct=herrmt P5 :09 no entiend P6 :15 C.Bolivar

P2:57 proyct químc P4:10 noviazgos P4:14 mejor amig P4:22 dejar novzg P4:34 ser aceptda

P2:45 dif inct P2:71 vds cmpl

Entrevistas a Educadores

P9:53 plan AyB P10:41 bloqueo P8:29 tumbar

P11:05 impl error P10:25 burbja P8:13 pobrza

P10:31 vivir inct P8:05 futuro? P10:05 vocacnl

P9:09 malestr P11:29 situa ekn

P11: 09 sanción P8:13 pareja P10:25 amigs

P9:07 dobl flo

Entrevistas a Estudiantes

P15:36 planear y? P18:17 que hacer?

P21:2112 acompte P18:19 Col-vs-Univ P18:35 No imponer P17:16 Estrés/rutin P18:20 Icfes, U.Nal.. P18:55 Q’ termine!

P15 :31 Conoc&In P18 :38 Personldd

P15 :28 fracaso P16 :1 perder año P16 :26 retir espr P17 :7 inct diaria P18 :55 prob niñz P18 :39 paralelo

P16:39 bases juego P17:50 elegir x azar

P15:61 dejar amig P16:48 saludo prf P16:49relac pr/e P17:37 ser alguie P18:12 famil-colg

P15:82 conc&Inc P17:23 días rápid P17:27 no tiempo P17:45 camb/adp

Observaciones de Campo

P3:13 estd pasivo

P3:6 mediac acmpt P3:13 medios inadc P25:15 conflc posit

P21:2279 m-conv

P24:06 indiscipln P24:13 amor&exi P24:5 no-linealdd P24:12 querer/pd

Documentos Oficiales (P21: y PIAS)

P21:2678 ley educ P21:0767 obj educa P21:0769 liderazgo P21:0916 error P21:0927 signifctivs P21:0972 verdades P21:1034 ética P21:1918 creatividd P21:1971 gbno estd P21:2119 consjo cls P1:243 posmodr

P21: 0728 hum Ign P21: 1566 en/para P21: 1928 desequl P21: 2116 acompt P21: 2257 consjo cl P21:2271 manual P21:2275 labort pz P21:2279 dirim ley

P21:2279 m-conv P1:18 Dilems Etic P1:96 Expl Signifs

P21:0762 liderzg P21:0790 lidr pat P21:1600 evalua P21:1617 evalua P21:1646 supera P21:1657 nivelac P21:1685 acomp P21:2124 hja vda P21:2131 superc P21:2170 segmto

P21:0262 patrimn P21:2320 salud pa

P21:1551 prg sae P21:0989 df SAE P21:0995 condct P21:0991 realidd P1:104 analogías P19:73 equil soc P19:9 divers soc P19 :86 paradojas P19 :40 div sentid

Page 95: LA INCERTIDUMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

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UNIANDES- CIFE

MAESTRIA EN EDUCACIÓN

Carlos Alberto Cardona (Anexo 10)

MINI-MATRICES CATEGORÍAS

LIPEI

TIARDI

DIPAI

Instrumentos Rec.Inf Concept Inc.

Revisión Documentos Institucionales

Entrevistas Acompañantes

Entrevistas Educadores

Entrevistas Estudiantes

Observaciones Sesiones Acompañantes

LIPEI: Logística Institucional para experiencias de Incertidumbre

P21:2188 Según las situaciones de cada estudiante se hacen remisiones a los servicios del SAE, trabajo social y/o pastoral cuando son casos especiales. Cod: Remisión Casos

P2:63 “…los Ejercicios Espirituales, los retiros, los FAS,… ese tipo de cosas permiten conocer a los chicos…, mucho más en formación de vida que lo que uno ve en un logro.” Cod: Conoc.Estudiante

P14:26 “…ya después del caso que nos pasó con ese chico de décimo, yo lo remito directamente, pues, también al SAE, pues eso se maneja así.” Cod: Remisión Casos

P17:33 “…el SAE hace una actividad como..de… orientación profesional (…) y creo que están empezando a hacerla los de décimo, para (…) intentar saber qué es lo que nos depara.” Cod: Proyecto Vida

P22:09 “El hecho de que el espacio de la toma de contacto se perciba como responsabilidad del profesor y de uno de los estudiantes líder del curso, hace que los demás se conviertan en simples espectadores pasivos“ Cod: Acompañamto.

Instrmts R.Inf Concept Inc.

Revisión Documtos Institucionales

Entrevistas Acompañantes

Entrevistas Educadores

Entrevistas Estudiantes Observaciones Sesiones Acompañt

TIARDI: Tendencia Institucional al Rechazo de Incertidumbres (Evasión)

P19:084 “Es decir, tiene la tarea de construir la convivencia en medio de la diferencia, de participar en medio de la diversidad y de comprender que la existencia del conflicto requiere personas que puedan resolverlos.”

P4:81 “Yo pienso que hoy hemos visto mucho más la incertidumbre como una solución y mirarle la otra faceta, de incertidumbre sin solucionar, que puede acarrearle otros problemas más complicados.”

P8:29 “yo creo que (lo) fundamental, para ayudarles a tumbar las incertidumbres, que no es solamente: ¿qué va a pasar con mi vida?, sino frente a la toma de decisiones, (…) es el discernimiento.”

17:20 “Es que más que tratar (…) incertidumbres personales, es más como… eh, que los profesores y la Institución como tal, busque esa manera de desligarlo a usted de esos problemas que usted tiene.”

P3:04 “…el trabajo de la acompañante consistió, en última instancia, en devolver a los estudiantes la tranquilidad de un panorama claro, donde la expectativa de la graduación permaneciera intacta.”

Instrumts R.Inf Concept Inc.

Revisión Documentos Institucionales

Entrevistas Acompañantes

Entrevistas Educadores Entrevistas Estudiantes Observaciones Sesiones Acompañantes

DIPAI: Disposición Institucional para Asumir las Incertidumbres

P21:457 “…que cada uno aprenda a ser responsable, libre y autónomo (…) para promover un nuevo orden social.” Cod: Autonomía

P8:07 “…la incertidumbre es desconocida (…) hasta mediados de séptimo (grado) en adelante, donde la autonomía empieza ya a forjarse...” Cod: Autonomía

P10:17 “…esa libertad está fuertemente presionada (…) porque desde décimo los cogemos y les decimos: orientación vocacional!..” Cod: Autonomía

P16:39 “…no es que manejemos la autonomía. Simplemente es que empecemos a familiarizarnos con el concepto.” Cod: Autonomía

P23:5 “Diferenciar entre una vida orientada por (…)lo que nos gusta hacer y una vida orientada por imposición de lo que toca hacer”. Cod: Autonomía

Page 96: LA INCERTIDUMBRE COMO HERRAMIENTA PEDAGÓGICA

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RILAI

Instrmts R.Inf Concept Inc.

Revisión Documentos Institucionales

Entrevistas Acompañantes

Entrevistas Educadores

Entrevistas Estudiantes Observaciones Sesiones Acompañt

RILAI: Respuesta Institucional Localizada a las Incertidumbres

P21:0989 “… comprenderla (la persona )en su complejidad como un sistema que interactúa permanentemente con otros sistemas con los que intercambia energía e información afectándolos y por los cuales también es afectado “ Cod: Complejidad

P2:69 “...aunque se intenta, sí somos áreas fraccionadas. (…) yo jamás me entero de lo que hacen los de Inglés por ejemplo. (…) lo que uno conoce aquí de ellos (los estudiantes) es un pequeña parte de toda su complejidad…” Cod: limitaciones Inst

P14:26 “…yo simplemente, paso el reporte, primero que todo, siguiendo el conducto regular, a su acompañante; luego, si el caso es demasiado extremo…” Cod: Remisión casos

P15:57 “…es como una conexión que él debe tener con sus alumnos (…) que haga que el alumno se pueda desempeñar en otros aspectos, no sólo en el Colegio” Cod: Conocimto Estudte

P30:36 “Como muy pocas veces en el ambiente escolar, estos estudiantes expresan con libertad y tranquilidad su fe, al acompañar las expresiones populares de la gente (campesina)“ Cod: Espiritualidad

EFICEI

Instrmts R.Inf Concept Inc.

Revisión Documtos Institucionales

Entrevistas Acompañantes

Entrevistas Educadores

Entrevistas Estudiantes

Observaciones Sesiones Acompañte

EFICEI: Experiencias de Formación Integral en conexión con Experiencias de Incertidumbre (Vocación)

P21:1916 “La propuesta educativa de la Compañía de Jesús busca estimular y facilitar el desarrollo integral de la persona a través del descubrimiento de la vocación propia.”

P6:9 “Entonces, ahí comienzan como las grandes preguntas de: qué voy a hacer? El que ya está como ubicado, entonces, gracias Señor (…). Y el que no, ni pide por la universidad, ni por nada… Todavía no saben qué camino tomar.”

P10:5 “…que si soy para casarme…, que si tengo alguna inquietud de tipo vocacional…, todo eso está metido como dentro de lo que yo llamaría incertidumbre, incertidumbre del futuro.”

P15:15 “Yo lo veo también como lo que vamos a ver en la universidad, entonces, no sabemos si, realmente lo que elegimos es como nuestra vocación real….”

P24:05 “…se dice que quien no ama lo que hace es un desocupado; se trata de crear lazos, de entusiasmarse con temas, de valorar la opción como propia.”

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