La ilustración española y americana 15 5 1920

35
^^0 LXIV. NUIWS. XVllI Y XIX )Kic.NAs: SAGASTA. 17.—MAUKID AÑOf KKVISTA UNIVKKSAI. 1X( 1 Mrh.[>l< A W:- UI-IXAS AKfK--. LIKXCIAS. LITERATURA, ACTUALIDADES Y TURISMO SEGÓ VI A ^ llTT SP^. A I- C A Z A R (Torres del homeínaje). (Fortísimo castillo de origen romano, con adiciones árabes y con transíormacione» gotico-mu- déjares del XV y herrerianas del XVI. Elévase majestuoso 3- altivo, asentando los cimientos de su gallarda mole en alta y caliza roca, y presentando una fantástica perspectiva de ¡encantador efecto. El Gobierno de la Regencia le declaró monumento nacional en el año de 1773.) 'dinero extraordinario. Precio: 2,50 pesetas.

description

 

Transcript of La ilustración española y americana 15 5 1920

Page 1: La ilustración española y americana 15 5 1920

^^0 LXIV. NUIWS. XVllI Y XIX )Kic.NAs: SAGASTA. 17.—MAUKID AÑOf

KKVISTA UNIVKKSAI. 1X( lí 1 Mrh.[>l< A W:- UI-IXAS AKfK--. LIKXCIAS. LITERATURA, ACTUALIDADES Y TURISMO

SEGÓ VI A

^

l l T T

SP .

A I- C A Z A R (Torres del homeínaje).

(Fortísimo castillo de origen romano, con adiciones árabes y con transíormacione» gotico-mu-déjares del XV y herrerianas del XVI. Elévase majestuoso 3- altivo, asentando los cimientos de su gallarda mole en alta y caliza roca, y presentando una fantástica perspectiva de ¡encantador

efecto. El Gobierno de la Regencia le declaró monumento nacional en el año de 1773.)

Nú 'dinero extraordinario. Precio: 2,50 pesetas.

Page 2: La ilustración española y americana 15 5 1920

o c

GRAN FÁBRICA DE CURTIDOS Y LAVADERO DE LANAS D E ;

HIJOS DE ENRIQUE REDONDO. - SEGOVIA C>tVS A . F ' U f S l D A D A EPM l e S O

Los ;ittualcs dueños de esta importante fáltrica, coiincidisima en el mercado catftlán, especialmente , y en el extranjero, han procurado, sin escatimar gasto alguno, que sus ta l leres sean lioy unos de los mejores en su clase.

A es te efecto, poseen lavadcrob mecánicos modernísimos que les permiten-expor t a r , por término medio, la cantidad de 60.000 arrobas de lana.

. Como las compnis, por lo ¡rcDcral, las efectúan en píeles, la fabricación de éstas e s t ambién de mucha importancia, y lo revela el hecho de sus grandes almacenes y existencias.

)<

•> — ¡ » t, '::^í^^^^^^BIM ^ ^ ^ ^ d e . c l a s l f i c a c i ó n y d i s t r i b u c i ó n d e l a lana . tt

Es, realmente, la fábrica que hace honor a la histórica industria ^^^"^^g-aús |( seguramente, den t ro de muy poco t iempo será una de las principales de ^ ^ ^ ^ toda vez que sus diferentes dependencias han de ser ampliadas, en bre-v , con arreglo a las mayores exigencias (|ue fábricas de esta índole requieren^ ^ ^ n

para la mayor facilidad en la distribución de los pedidos, además de ° ^3^3, Q

^^^„ •..:,^^.^^ammmmm^^^^^mmm de sa lmacenes que poseen en Segovia. tienen r-stablecidos depósi tos en . ^^ J Poseen igualmente en Segovia un almacén de paños: elaborados con ^

Lavaderos mecánicos. lanas de su fabricación. Jj

ier iÉiio de UÉIÉ I \¡I0^ \ F» R o F=l E X A R I O : j

i mili iiKiiiKiiiK iiiiiiniiKf i.uiiv j Almacenesy despacho: P l a z a M a y o r , H - )¡

Talleres: Jardines de San Roque.-Sego^'^'jj

Uno de los talleres.

WF'-'

• ^ Ifc-í ' , ^^^

' ' ^ í ^ j r v »

p ^ • - • • -

s IE construyen toda clase de muebles de I lujo y económicos y se hacen obras de i carpintería en general. i Se sirven en condiciones ventajosas I toda clase de pedidos para fuera de la ' capital.

Dirección técnica a cargo del aparejador

DON ECEQUIEL RAMOS VILLARREAL ^ a

Detalle del despacho de muebles.

Page 3: La ilustración española y americana 15 5 1920

~- MAvq I9¿t) LA I L U S T R A C I Ó N H S i ' A í J U i . A \ A-Mh-KlL-A-^A MiMS. iM V M ; . — 2 7 j

LJ rwl A R I O la quincena. Crt'mic;!.-vi: I)i; I;, qn¡„L-cna. Crt'mic;!.—De España para

rtmérica. Sesovia, por Antonio Valdés. — A r t e c '*'toria, por Carlos de I.ecea y García (cronista de

^ g o v i a ) . _ p o e m a s de piedra. La .Casa de la Tie-noi* '' S'^R'^via, por Pedro de Répide.—Algunas 2QV^^ '^'^'^''íi''"'te segoviano, por el marqués de Lo-g í'^'~"''^í*gov!anerías. por José Rodao.—Lo que p 'fiamos qiif: Sea la urbe segoviana, por Pascual -; 'ijardo (alcalde de Segovia).—Rttrizontes seijo-laiios, p,,,- Emulo Masera (gobernador civil de Se-

HaV " los Si-ñores siiScriptores. —Esta ciu-^""- •P í>rM. AlvarezCerrtn.—Kl alma de Segovia, por \\..,icc-sla() Delgado.—La industria de a y e r y l.l • I ^^y ^» -Segovia. por Aíari.ino f 1, B.irtolonié (prc-Kiente de la Dijjutüción Provincia!).- -Actividades

> ' ptitudes, por Luis Carre tero . —Etnografía e liis-^^','a segovianris, por Gabriel María Vergara.—Se-» ^'<' y LA IUISTRACI(5W 'EÜPAÍSOLA V AMKKICANA, por

' niarqu¿.s de Santa Cruz.—Monumentos, a r tes y 1 "nramas de Segovia y su provincia. Fotografías ^ Z"' '''*'-'* anotaciones, por Benito de í'^utos Gó-

• - Industria pinariega de la provincia de .Segó-^•a, pn,. Octavio EIorrieta.—Gratitud. por A. V . -

cnllc de Segovia en Madrid. Levenda de !a dama uiO y"*^^'^^^ por Luis de Aibar. -É l ceramista Da-. -íuloaga, por J. Oyarzun.—Arte v artistas con-

^'-niporán.eos, por V. Fernándes Berzal.—La vida sid .'^""'*-''*^'" " ^ Segovia, por Claudio Moreno (pre-

ente de la ('.-ímara de Comercio).—Lo quo nos T)(^^!¡'' ^^ América y lo que a ella nos debería unir, Lj 'j EUStín Moreno.—Hermoseaniiento de ciuda-

•"• Lnsayo de |j5Ícolügía nmnicipíd, por Ignacio arral.~--ijj^.p^(.jjp., y literatos del día, por Mariano

«••iiitanilla,—Crónica. Las afueras de Segovia. por __ pnzaio España .—Juan 11, el emplazado. Tradición so^^V^'-"' ^ ' ' ^'^''•'"'•*'" Navarro Cámara.—Labor

eiaj. Una interviú, po r Hispano.—.'X.gricuitura y s j ^^^de r í a , por José Ramírez Ramos.

C>E: LA QUINCENA .,,„„„„ C R ó ÍVJ I C A

i l fAs pasados se inauguró solemnemen­

te la Exposición del Abanico en el ^ local de la Biblioteca Nacional, asis-

S " ? " " tiendo al acto la real familia, auto-/•aesygran nimiero de aristócratas,

al ^ "^^'Posición del Abanico en España es un i at; de riqueza, de arte y de buen gusto. -1 la sala quinta, Isabelina v Alftnsina, se

«arri]-tün

° N e de la comedia italiana. Xlv" '^ - ' primera, decorada al estilo Luis Cti r^^ ^'"íponen veintiún cuadros de la Reina (i , '"^con abanicos que se suponen fueron

'^s esposas de Felipe iV y Carlos 11, ssta' P P''*^ciosidades que se han reunido en noc '^P^^'ción, y el valor histórico de algu-^ abanit

"•a el abanico pintado en París por For-y~~-únicü del inmortal artista—, represcn-

na dama con traje Luis XV y un per­

ista ejihibi ICOS, hacen sumamente interesaníes

Clones.

'iialestai * *

cunde de manera formidable El

Dre "^'Jndo entero. Aqui en España hemos ci^j^^^Jíido estos días los mítines y constitu-Por f^ ^^ í-^gas para cambiar el calzado usual

^ •democrática alpargata. (JQ g. ." ' °^ Estados Unidos, a fines del pasa-

" ' . en varias de sus principales ciuda­

des—Nueva York a la cabeza—iniciaron esta protesta contra ia ca­restía del calzado, del vestido, subsistencias, etcétera.

En Inj^iaterra fan:-bién nos dicen los tele-grainas de la Prensa diaria que se extiende el movimientode protesta.

Y es que la vida la están poniendo impo­sible los acaparadores, logreros y demás gente del vivir de ocasión y de ganga.

No vamos a discutir si está bien o mal pen­sado la tácita constitu­ción de la ya célebre Liga de la Alpargata. jPara qué? Nos basta con saber que ello pro­viene de una angustiosa lucha por el vivir; que es no un desahogó de buen humor como alguien lo ha calificado, sino una protesta contra lo inaguantable de la carestía absurda, y hasta temeraria, que el calzado ba tenido en España.

Ojalá se proponga el pueblo español sacu­dir el yugo de los explotadores y arrecie en sus protestas hasta conseguir quii.el ccmercio sea un negocio licito y lucrativo—como debe ser—pero no una especie de bandidaje sordo y a mansalva como lo estarnos padeciendo.

¡Un puco de decoro, señores comerciantes, altos y bajos, que e! sufrido, apacible, bona­chón y un poco candido pueblo español pue­de cansarse!

Y cuando los pueblos se cansan de sufrir, sobrevienen las catástrofes...

1^ más palpitante actualidad en estos días que corren del florido mes de mayo la compo­nen dos sucedidos, tristísimo el uno, no me­nos triste el otro.

Un hombre pleno de vida, a los veinticinco años, ha muerto en el circo taurino.

El pueblo de Madrid está sin pan. Hay que ir, una vez más, dándole golpes a

nuestra excelsa fiesta nacional{\\). Es vergonzoso, enormemente vergonzoso,

el auge que todo lo toreril ha tomado: parece como que se vive por y para los toros. En el extranjero nos miran a través de una lente que da visiones falsas y nos creen señores ex­clusivamente de pandereta, Claro, que son los señores extranjeros que solamente por ser europeos o norteamericanos se creen super-civilizados. Los verdaderos hombres civiliza dos y cultos son aquellos que constan te i nen­

ie estudian e investi­gan, y éstos saben có-moesEspaña aforíuna-damente.

Peí o nosotros—¡bue­no! diremos nosotros para no lastimar—nos enipeñamos en que se nos conceptúe mal.

Una Prensa diaiia y giáfica, que dedica casi todas sus planas a lese-ñar la muerte y actos en vida de Joselito, nos parece lamentabilísima, y ella culpable de que el pueblo entero se ape­ne por la mueite de un torero. ¡Por Dios, seño­res, que pretender ha­cer duelo nacional la

DE LA i-lliSXA UE ACRlCULTUItA: Lüi ASiSTENTK.S AL iXSTlVAL VlENtJ£> FUNCIONAR UN TRACTOR (j^of. Enn'í/ue.)

qué bienes ha reportado a la Humanidad Jose-lito el torero?

La muerte de un hombre a ios veinticinco años es espantoso, y apena a todo corazón no­ble y bueno. La muerte de un torero nos debe tener completamente sin cuidado.

Nosotros desligamos por completo a José Gómez Ortega, que üios le dé gloria, con Jo-selito el toreío.

Recordamos que cuando se recibió en Ma­drid el cablegrama del desastre de Cavite era domingo y había tiesta de toros: jla plaza de Madiid, se llenó por completo! Al día siguien­te de la muerte de Joselito se suspendió la co­rrida que habla anunciada: ¡bien hecho! y aunque se suspendieran todas nada perde­ríamos.

Una pregunta: ¿Qué fué más pérdida y más dolor nacional, la derrota y muerte de nues­tros hombres allá y la separación, por ende, de nuestras tierras coloniales o la muerte, siempre lamentabilísima, de un torero?

Pero Madrid está sin pan, y esto también es una tragedla, aunque nuestr-as autoridades y el supremo Gobierno no lo crean.

En la Plaza de Talavera corrió Ui sangre de un hombre que no debió morir, que no hubie­ra muerto si no hubiese sido torero: y el pue­blo se consternó. El pueblo español padece necesidad, hambre en una palabra, y nuestros Gobiernos no se consternan.

¡Ah! Pero se preocupa—éste como todos—. de que no se altere el orden público. ¡Como que gobernar es eso: que no haya alteración de orden público, aunque todos nos muramos de asco...!

Nuestro ministro de Estado, y con él el res­to del Gobierno, y con el Gobierno todos los políticos, deben fijar su atención muy deteni­damente en io que está pasando en Méjico.

Habla la Prensa de preparativos de inter­vención yanqui en la nación mejicana. Nos-otios creemos que la guerra pasada, con to­dos sus fracasos, terminada oficialmente por el Tratado de Versalles había hecho la afirma­ción de las nacionalidades, y había proclama­do la plena libertad de los pueblos. La Liga de las Naciones parecía ser una salvaguardia del Derecho, de la Justicia y dé la Libertad: en ella, la nación española tiene un puesto, y nuestro representante debe reclamar con clari­dad meridiana y con energía el respeto debi­do a cada país.

Y en este caso especial de Méjico, como cuando se trate de cualquier otra nación his­panoamericana, tenemos el deber de interve­nir a tiempo para que no surja el atropello.

Son aquellos hombres de nuestra misma

*"AMiLi REAL EN LA INAUGUttAClÓN DE LA K X P O S I C I Ó N DE ADANICOS

(fol. hnrique-}

pérdida de Joselito, de un tíirero,es el acabóse!

¿Quéera Josenio,qué hombros en estos críticos momentos^ por que representaba Joselito y atraviesa la nación centroamericana.

raza, nos unen aún vínculos de sangre, y es responsabilidad histórica el encogerse d e

Page 4: La ilustración española y americana 15 5 1920

NÚMS. t S V 19.—274 LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA 35 y 22 MAYO 19-*

De España tara América S^oLfia. ON la satisfacción de ver por los ca­

niles de la realidad un pensamiento noble, patriótico y práctico nos po­nemos a escribir este articulo.

La veneiable Revista que cuenta sus anos por más de sesenta; la que ha sido madre de todas las revistas actuales; la que en sus pá­ginas acogió a la flor y nata de los escritos de los grandes literatos de varias generaciones; !a que st; fundó con el ánimo de estrechar amo­rosa, íntimamente, las relaciones üntie las na­ciones del Muevo Continente con la quijotesca y desinteresada madre la vieja España, surge otra vez potente y altruista dispuesta a una labor de amor y desinterés para echar sobre sus canas más laureles, para hacer el bien que pueda por los españoles y los hispanoameri­canos.

España, con el descubrimiento de América por Colón, engendró a veinte naciones.

Ha cien años empezó la emancipación de las hijas, ha más de veinte terminó definiti­vamente. Kubo luchas y dolores para esas se­paraciones, que son ley de vida. Después, frialdad en el hogar materno, en los nuevos hogares.

Corrieron los años. La madre ha visto que sus hijos emancipados son fuertes, robustos y dignos de ella. Los hijos poco á poco han vis­to también, desoyendo las malas consejas de los intrusos y perturbadores de otras razas, que es un orgullo ser descendientes de Hís­panla.

Desaparecidos de la tierra descubridores y colonizadores; acabada definitivamente ia do­minación, nos encontramos los españoles de ahora y los americanos actuales, que somos hijos legítimbs de aquellos que—llenos de de­fectos y llenos de virtudes—fueron nuestros padres. Los corazones en ia hora presente la­ten con fuerza, por las venas rápidamente cir­cula la sangre hispana aquí y allá, y cayendo de los ojos de la razón la venda que los cega­ra, fijamos un instante nuestro pensai, nos reconocemos y nos damos pecho con pecho el abrazo fraterno más cordial y más apretado que nunca... jSomos hermanos!

Acabó la ceguera; terminaron las pasiones; la ecuanimidad y la razón nos guia; el cariño nos atrae. Demos un viva a España y a la Amé­rica española!

Desde que se íirmaron el armisticio y la paz entre los beligerantes de la gran guerra pasa­da empezamos a observar que las naciones como Inglaterra. Erancia. Italia, etc., y sobre todas ios Estados Unidos fijaron ansiosamen­te su mirada en la América española del Cen­tro V Sur. Pueblos vírgenes, pletóricos de riqueza y vida, son estos de América el por­venir del mundo. No les conviene a las nacio­nes europeas ni a la norteamericana que Es­paña se acerque aún más de lo que está con aquellas sus hermanas.

Pretenden, como siempre, que para nos­otros llegar hasta los americanos y los ameri­canos hasta nosotro.s pasemos por el tamiz de sus conveniencias o egoísmos. No debe ser y no será.

L A ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICA-NA e s t á

di!ipuesta a trabajar sin reposo para dar a co­nocer la España actual, con sus riquezas aríis-ticas y monumentales de antiguo, con su co­mercio e industria actuales.

Es preciso, y lucharemos hasta conseguir­lo, que en las repúblicas hispanoamericanas sepan cómo es la España de ahora, y procu­

raremos que los españoles sepan también cómo es la América actual.

Una nueva era va a empezar en el conoci­miento y en el intercambio general entre las naciones hispanoamericanas y España. Nues­tro augusto Soberano va allá. Cuando don Alfonso KIU pise tierra americana será el principio de esta era. ¡Momento solemne, grandioso, que tendrá por si solo la vii tud de la'aproximación más pura y real!

El descendiente en el trono de Isabel la Ca­tólica irá como nuevo Colón a hacer un des­cubrimiento definitivo; el descubrimiento del amor, de la fusión, de la indisolubilidad de la raza. [Acto romántico, acto espiritual! El otro, el material, obra tiene que ser de los Gobier­nos de aqui y de allá, de los americanos y de los españoles que con la luz de la razón vean cuan grandes y poderosos podemos ser los cien millones de hombres de raza hispana con sólo unirnos y mutuamente protegernos.

¡Acaben de una vez y para siempre, la fal­sía y el egoísmo extranjero, que siempre fué en perjuicio y desdoro de nuestros intereses y reputaciónl ¡Huya la leyenda y deje paso franco a la historia real!

El león de la raza, bramando e impotente a las injusticias del Destino, reculó hacia la Cueva inmortal, y sufrió un letargo de años de rabia y de dolor. La sangre de este rey corre pura por nuestras venas: alienta en nuestrospe-chos bizarra y pujante la nobleza y la hidalguía; pueblií de conquistadores y de héroes, de sa­bios y de santos, de mártires y de románticos, tiene vida imperecedera.

Las generaciones del día no tienen prejui­cios; extintos los dolores no quedan sedimen­tos de odio. Todo es amor y todo es alegría. Con infantil ingenuidad, con retozona alegría vienen los americanos a España y... cómo van a ser extranjeros si están en la casa de su madre!!!

Acuden los españoles a América y ven el hogar filial lleno de luz y de pujanza, grandes y nobles, aptos para todas las empresas; y también la alegría rebosa en nuestros pechos ^Podremos ser los españoles extranjeros en América, estando en la casa del hermano...?

Hemos tenido un pensamiento, y la idea cuajada hoy en realidad la damos a los cuatro vientos con la fe del convencido.

Para que en América sepan la verdad de cómo es la España de ahora. LA iLusrnAcióN Esi'AiíOLA Y .'VMEKÍC. NA, va a dar periódicamen­te en números extraordinarios, las provincias españolas. (Cómo? Como da hoy a Segovia. Hecho el número intei^ramente por los sego-vianos.

En él. los escritores y poetas, los hombres de ciencia, los de las prolesiones liberales, las autoiidades y los que ejercen cargos represen­tativos, los" industriales y comerciantes, etcé­tera, compenetrados perfectamente de nuestro pensamiento han hecho la exposición de la vida actual sejíoviana.

Estos castellanos—naciones amer i canas^ os dicen cómo es la Segovia del año 1920; y os lo dicen sin lalsía y sin engaño, os lo dicen noblemente.

Y en esta forma daremos a conocer las cua­renta y nueve provincias de la nación.

Labor ardua, cansina, abrumadora, hemos tenido todos los colaboradores de esta magna empresa. El pago lo recibimos con creces, en la intima satistacción de ver hecho realidad nuestro pensamiento.

Seguiremos este trabajo patriótico que nos hemos impuesto, sin desmayo en' la lucha, ofrendándolo todo a la Patria y a la Raza.

Antonio V A L D E S

ñne e Historia. ¡fíj de tan alta estima la labor que, des-M de mediados del .pasado siglo. '•e .' _ jl zan sabios arqueólogos y . ^P ' ^ L,!

.,oo=>,oj| nístas eruditos, con el notii''^.''"*' ^ de dar a conocer al mundo culto las ril^^^'. inapreciables que constituyen el patrinion artístico de España, que no hay Palabras su^^ cientemente expresivas en el hermoso i"'"' castellano para ensalzarla cual es debido-

Revistas ilustradas, guias de viajeros, bums fotográficos, cartillas de eíí'^"''^'?"!f[¡¿ manuales, libros valiosos y obras espléi"J'° . de científica enseñanza, difunden por ^°^^ ¿. lo que son y lo que valen las bellezas sm n ^ mero que atesora nuestra patria, lo cnisnio monumentos arquitectónicos civiles <l^^ templos, alcázares, mansiones señoriales, af plásticas y toda clase de objetos ornsni tale.s. . 5

Fielmente reflejadas en semejantes estu las impresiones que esas y otras varias o ^ artísticas inspiran a los que las *^^ ' '' ' . \;o afición que despiertan sus escritos y el m j^ que producen en la cultura general aunifí ^ de tal suerte, que vienen a constituir un dadero timbre de honor para la genera presente. . ¡^,

La parte destinada en lan notables P^^.^^Q, clones a delinear el rico tesoro de maraví grandeza que aún conservan cuidadosain^^^^ algunas regiones españolas suele ser i'"' ' e S p a i i u m a .71UWIV .-'—• nrfi-

chable. no sólo por la exactitud con q.ue P cía la importancia cierta de algunas cons ^ ^ clones geniales, el gusto estético, el s^" ' y-detalles y los primores de los grandes "} ,^ mentos. sino también por lo que recor»' . ^ la consideración y el aprecio a los de " j. relativo.-salvo opiniones discutibles, en ^^, y otros, sobre la integridad actual de ^^* ¡g, junto, sobre los nombres de los autoies a 4 ^ _ nes se atribuyan, o por su mayor o ' """'jy tos ligLieddd, ante la carencia absoluta de positivos. ^igu-

No suele brillar tanta certidumbre e" ,5 no o algunos de los relatos históricos'^O'^ ^g los escritores adornan a veces tales °^^^^^\» por falta de conipettincia literaria, sino P^^^, premura con que realizan sus visitad '^'^•eiri-siohes, o, más bien, porque en ahorro'de ^ ^ po parrt comprobar sucesos poco esolaie'' „ se valen de los primero.s textos que a su , llegan y los siguen, de buena fe a no .jjio lo. aunque no sean fuentes seguras de^

fidedigno. nlu^^'* Aqui, en Segovia, se ofrece un ejenip -.

confirma este juicio. Un escritor t "'"^ ,511 uio (omite.se su nombre en Justo rtspe •]o' bueíia y honrada memoria), literato, ' ' ' .jgraf" go, poeta, historiador de alto vuelo. P" pii-insígne, de celebridad por nadie '^*^^''-'',pre' blicó, hace más de cincuenta años, sus siones de viaje a esta tierra, pt>'' ' ""

ta'* s^oIle^ uc Viaje a esla tierra, poi "-^ .¡uilü^ ameno e instructivo que ninguno de '^ _ | ¡i se han ocupado después en parecida ^^ logrado igualarle. u-.ne'^^^^

Admirable su libro bajo todos los " íJ^^^U' del arte, cayó inadvertidamente su ^''"1;. ^p \r tor (aiiquando houns dormitat Hotnerns) ^^^^^Q mentables errores por haber acogido ^ jg buenas dos equivocadas afirmacione-- ^^e tanto bulto fueron aquellos errores, coni ^ ^ , llegaron a calificar áe fantástica ^^"^"^^K^ piáS yenda siti apoyo uno de los sucesos ^^VÍ»' gloria para este antiquísimo pueblo ^.^^¿rico no., a pesar de ser verdadero hecho i ^ p-plenamente comprobado, a la vez * gj^, a'' sidera con tal carácter una vulgar con .J -pof tamente ofensiva para ese mismo pue

Page 5: La ilustración española y americana 15 5 1920

' 5 V 2 2 MAVO J,Q30 LA ILUSTRACIÓN' E.-PAÁOLA V AMER!CA'..\A NL'.MS. :H V 1 9 . — 2 7 :

iberia leído en rancios anales, inexactos en "luchas de sus anónimas referencias.

'^|ás aún. A los dos grandes hombres que jsaliZaron aquel hecho de gloria inmarcesible ^s retrata el ilustre sabio como caudillos ri-'ale^, y los supone empeñados en fuertes con-lendas y tumultos populares, a! frente de gestes enemigas, con fines de ambición pu-

Jiible, siendo así que las contiendas y revuel-asi en que los incluye ocurrieron un par de ^iglos después de la muerte de ambos caba-_ """ s. Lastimosa en demasía la tremenda equi-• ocación aquella, resulta más grave aún si se lene en cuenta que los dos valerosos guerre-

• os vivieron siempre unidos en la más íntima ^^oniunidad de afectos e intereses, hasta el punto de que, por falta de sucesores directos,

S'ii'on (JQ mutuo acuerdo su inmenso patri-"ifniü al pueblo de Segovía y a sus nobles 'majes.

. ^^ la inadvertencia casual del gran publi-^•sta referido, cobijada a la sombra de la au-ondad de su nombre celebérrimo, ha prove­

cido alguna otra sensible caída en igual trtf-P ^'¿0. Por eso apuntamos la necesidad de ^C'inprobar discretamente los sucesos antes de

Y'os el calificativo de realidades históricas, y 'a conveniencia de leer con previsora caute-

[ í Hileras reseñas de que suelen ir acom-P^nadas algunas de las publicaciones escritas, P'mcipaimente para uso de touristas y aficio­nados.

";-& iiistoria no se escribe por impresiones " .leiivas, cual la descripción de las obras mo-|^"¡neníales, sino con el prudente y sano cri-^ '0 que aconseja la critica racional, cuando

^° hay a la vista documentos o testimonios ^ autenticidad positiva que sirvan de base y ^Poyo a los hechos historiablss.

Carlos de LECEA Y GARCÍA (Cronista de Segovia.)

Poemas de fiiedm. £(1 * Casa de ía Tiefra > de Segouia.

NTRE el Azoguejo y San Millán, al co­mienzo dtíl picaresco y misterioso barrio de las Brujas, álzase un case-

y _= ion de piedra con ancho balconaje y ^" blasón singularísimo sobre la puerta de su

''«da. Llámase, ¡oh prestigio de un bello ""I ^ 'I Ma Casa de la Tierra.

ecir la Casa de la Tierra es un enorme tarft-^.'^'^ todos los tiempos, y en ese lugar Se P'* * ^*^^ viejo arrabal segoviano, donde

extiende un barrio medroso y de misterio, 1 T^onibre suena a mayor maravilla aún que lad^ ^^ raigambre terrena y ciudadana. A un ^^0, la muralla, y al otro, efcerro del Calvario, ce^ ^ ^^^ montaña de oro. que aiza sus cru-bra' *^ ^ el campo de un viejo cementerio he-da * * ' ''"litan ese caserío, donde la vulgari-

«diticj, 'as casas plebeyas está rota poi' dos

t j -'*^s típicos y admirables. La ^iglesia ve-^ • a sorprende por su arte remoto, cuya'rraza órri ^^^ se nos representan, propicios al des-yenrT ^^ ' ií t»- Y ese ininenso palacio con le-cuv ^'nifistra que nos recuerda ei crimen

yo relato nos asustaba cuando niños, y ' «es l ía (tif^U.-^^v..^A,. \.. ^..^^...:.A^A ^„,-t^Ll^

'}^ de las ^•enecií construcciones, esa galería de traza g,.g . ^^i^> con el prim'or de .sus arcos j la baj-.^ " ^ ^^ balaustrada elegante, como el

Y^" de los Dux sobre el Adriático. ber. ^^S* '' coino una afirmación de la sola so-de a 1 ^*^nfi'sible y de un envidiable régimen la T" ^ " ^ democracia, aparece esta Casa de rned'^''^^' '^^^ " ° ^ recuerda una institución flue ^^^'- ^^^^'^^ y ejemplar. Este era el palacio la o^^''^''a de aposento a los procuradores de si(Jaj'^^""dad y Tierra de Segoviao IJniver-blas¿ '^ Tierra. Y es curioso, en verdad, el cJiJQ j " . ^"^ ostenta sobre su entrada. Un amor-Un '^"diendo el arco y teniendo al otro lado de] ig '^5°- ^^ interesante la interpretación

''ogiífico, que establece una armonía en­

tre el amoroso emblema y el símbolo hermé­tico, que igual puede estar relacionado con los comerciantes, con los médicos o con los la­drones.

Eran frecuentes en el viejo régimen caste­llano estas Comunidades de la Tierra que se anticipaban a las teorías georgístas, como los sistemas políticos de Castilla y de Aragón die­ron a sus Estados lo que después, y conside­rándolo como un progreso, habían de instau­rar para su gobierno los países de Europa, te­nidos por modelos de democracia. Estas Co­munidades, cuyo principal objeto era el dis­frute y aprovechamiento en común de los te­rritorios que pertenecían a los pueblos que la formaban, llegaban a la defensa pública de sus deiecliüs, y harto memorable es en la historia el momento en que sus voceros lucharon en nom'bre de las libertades, cruelmente abatidas en la jornada de \'illalar.

Días tíñ que los Quiñones, que eran la mi­licia de la Comunidad recién constituida en medio de las contiendas de la reconquista, vi­gilaban los desfiladeros de la sierra para im­pedir las rachas de los moros que,desp(iseído5 de sus dominios en tierra segovíana, y arro­jados hacia Madrid, hacían, volviendo en rá­pida incursión a los dominios que fueron su­yos. La Comunidad, fortalecida con sus dere­chos y sus armaSi no supo, sin embargo, al correr de los tiempos, resistir a las peticiones de Jos Príncipes, que desde plena Edad Media hasta ya comenzada la Moderna, arrancaron a ios fieros comunales para su satisfacción es­piritual o corporal.

Paraje propio de esta Comunidad era ese valle de Lozoya, de tan magnífica belleza. De allí separóse el Real de Manzanares, que de sitio de placer de los Monarcas de Castilla pasó a ser propiedad de la casa del Infantazgo, y de allí también el incomparable del Paular, para cuya fundación inovió quizá al fraticida Tr-íistaniara, el recuerdo de su crimen, ya que en aquellos días legendarios bastaba, por lo visto, para espiar e! más h-jrrible delito, el le­vantar una espléndida residencia destinada a una Orden religiosa que allí entretuviera su buen vivir impetrando la misericordia divina para el delincuente arrepentido.

Y esa cartuja gloriosa en nuestro arte, en nuestra historia y en nuestras tierras, no es la única residencia maravillosa alzada en tierra de esta Comunidad. Balsain y El Pardo, pri­mitivamente modestos cobijos para el descan­so en cacerías reales, fueron transformándose, hasta adquirir, sobre todo el segundo, la gran­deza de una suntuosa mansión, entre palacio y fortaleza, de esta tierra, y con análogo ori­gen convirtióse la Granja de los Jerónimos, aposento dé descanso regio, en posesión fas­tuosa, hasta llegar a ser el Real Sitio de San Ildefonso. Así también el de Riofrío, aunqué-la dehesa y soto en que fué construido perte­necían al marqués de Paredes, en 1751, cuan­do lo adquirió dona Isabel de FfiT-nesin, pro­cedían del mismo terreno comunero. Y el de Aranjuez, cuyo primitivo palacio, edificado por la Orden militar de Santiago para recreo de su GranMaestre, Suárez de l^gueroa, estaba en­clavado en lo mejor del sesmo de Valdemoro, que pertenecía a la Comunidad de ja Tierra de Segovia, hasta que Isabel !a Católica, tan poco agradecida a los segiwianos, le segregó de la Corporación para cttncedérselo como regalo a los marqueses de Moya.

Y c u a p ' " '•'• '•ne el Prudente quiere imitar los días -1 ' su padre, y dar en otro Yuste un _ lU y postrero refugio a su espí­ritu, elige también asiento para ello en la mis­ma Comunidad y Tierra, porque primero in­tenta levñiitar el monasterio y panteón en San Cristóbal, a media legua de Segovia, y des­pués, porque exisHendo ya el Parral, conven­to de .Ierónim^. stinado a esta Orden el nuevo edifici'",. lía que hubiese tan pró­ximas dos casas u- la misma religión, decidió­se, después de recorrer por sí mi.'smo la cordi­llera carpetana, erigirle en la dehesa de las Herrerías, donde ha perpetuado su fama en

ese monumento, que es el relrato de su alma *y la más firme y fiel representación de la Es­paña de su tiempo.

Por cierto que cuando determinóse el sitio más a propósito, y en la reunión celebrada el 30 de noviembre en Guadarrama, para recibir-el juez de bosques informaciones a los veci­nos de las aldeas de las cercanías sobre la fundación del gran edificio, levantóse el alcal­de de Galapagar, protestando contra la conti­nua expoliación que de las tierras comunales se venía haciendo, y acabó diciendo así: «Asentad que tengo noventa años; que he sido veinte veces alcalde, y otras tantas regidor, y que el Rey ha.'ú ahí un nido de orugas que se com'a toda esta tierra». Que así en aquella épo-cadel deZalamea hablaban los alcaldes frente a toda otra potestad cuando se intentaba algo que fuese en contra del bien y de la soberanía del pueblo.

Y de este modo, sufriendo tales mermas en su territorio y derechos, y después de haber padecido en sus fueros y en sus armas la de­rrota de Villalar, ha seguido, sin embargo, su existencia la Comunidad de la Tierra de Se­govia, como sus otras Corporaciones herma­nas, hasta 1837, en que las alcanzaron las le­yes desamortizadoras, n • en todos los casos loables, y motivaron su transforniación en la Junta que actualmente existe, porque no es posible la radical desaparición de organizacio­nes de tan recia y tan honda raigambre.

Pero ya no son los procuradores de la Tie­rra, nombrados en la víspera de la Santísima Trinidad, y uno por cada sesmo, reunidos una vez ai año en el convento de San Francisco, hasta que, más modernamenle, edificaron esta ca- a en el barrio de San Millán, donde sus Jun­tas, más frecuentes, seguían lleva.ndo a la ciu­dad las necesidades comuneras y alzando sus peticiones aseguradas con la más noble y fuerte protección y defensa.

Pero esta Casa de la Tierra, cenotafio de tan insigne Cuerpo perdido, ostenta todavia su traza de palacio de recia deinociacia, v el niís-teiioso emblema del ainoi' que hiande su iirco y tiene a su otro lado el hermético caduceo.

Pedro de R E P Í D E

ñigunas notas sobre arte segouíano-

ii LGUiEN ha dado la característica de la ar-

i queologia e.spañola medioeval afírman-• do que toda la arquitectura de España

\> en la Eílad i^ledia es mudejar, esto es, que nn hay en ella sino monumentos en que el arte cristiano y el arte musulmán se influyen mu­tuamente en mayor o menor grado, según la po-sicióii que cada ejemplar ocupa en tiempo y lu­gar; resultado de las continuas relaciones de di­versa especie que durante muchos siglos hubie­ron r'c mantener las dos ci^ilizacitmes que en nuestra tierra |uijaron en constante alarde de energía. •

I s esta frase demasiado amplia para coiíicidir en absoluto con la verdad, pero circunscribiéndo­la a Segovia resulta sumamente exacta y precisa; OÍOS sabe cuáles, serán las causas históricas de ese mudejarismo que aparece en nuestra ciudad con más intensidad que en ninguna otra de Cas­tilla; quizá moros y judíos figuraron en la pobla­ción de Segovia en mayor proporción que en otras ciudades (la judería y la aljama de moros eran en ella populosas y ricas, y muchos de lo.s habitantes de esta última dedicábanse a las artes de construir); tal vez la gran riqueza existente en la ciudad permitía traer las cuadrillas de los más hábiles alarifes de otros aljamas. Esta influencia musulmana p-, rmanece casi oculta en ciertos mo­numentos, pero aun en aquellos []ue parecen •guardar mejor renta en ciertOí muchos de los constr- i e basílicas y tem­

plos no llevaban en j ; ; '••••¿i„on a Cristo. El arte románico tieu- ;n Segovia una impor-

tanr- --^'«pcional por el número, calidad y va-riedáu de SI "cios; la Catedral antigua, más de treinta ig!i .las y un numeroso caserío forma­ban un maravilloso conjunto, del cual aún no..

la unidad de su estilo se transpa-)s''vLslumb- lue nos indican que

Page 6: La ilustración española y americana 15 5 1920

NÚMS. iS Y ig.—276 LA ILU5TRACÍ0N' ESPAÑOLA Y AMERICANA 15 y 22 MAVO 1920

quedan una veintena de templos conservados gracias a la añeja institución de la Catorcena y algunas casas, especialmente tas que fiierun mu­radas de canónicos en el barrio de las Canongías.

Las iglesias románicas seguvianas son, en ge­neral, más suntuosas que en el interii.r en el t-x-ter¡r}r, donde el cincel de los imagineros ntedioe-vales se complacían en iidornar las cornisas, los ábsides y los pói ticos; t i atrio, cuyas arqneri.is, que se apoyan en columnas pareadíts de his'.oria-dos capiteles, rodean a la iglesia por el lado del mediodía, y a veces por el poniente, y aun por el norte, es el detalle más característico del romá­nico segovianís debemos buscar su origen en la recia vida corpurativa de la ciudad medioeval, que precisaba en cada parroquia un. lugar en dun-de se reuniesen las Juntas de feligreses que enten­dían en ciertos asuntos parroquiales, las cofradías de operarios y aun el Cabildo del Concejo, que celebraba sus sesiones en el atrio de una de ellas. Son estos pórticos muy apropiados para conver­sar al sol de esas claras mañanas que son tan fre­cuentes en el invierno segoviano.

El mudejarismo aparece en las iglesias románi­cas de Segovia en numerosos detalles de cons­trucción y de ornameiitación; la cubierta de las naves suele ser armadura de madera en vez de la bóveda de niedi ' cañón tan [lecuUar del estilo; los arcos de puertas y ventanas snn a veces reen­trantes y frecuentemente c ibi jadis por un alfiz. En la iglesia de lus Templaiius fLa Vera Criu), es más marcada ¡a inñupncia oriental, sin duda por el PS|iíritu de la orden que la hizo cirristrviir; en ella se ven arcos decnraiivos completamente en herrduura.

El románico segdviano no es de aparición tan tardía como se lia pretendido demostrar, pues muchos de sus edificios pueden fecharse sin difi­cultad en el promeJíu del siglo xii y alguno pu­diera ser aún mas antiguo, pero su viíalídud es tanta que sigue prodominando durante iodo el siglo Xiit y probablemente en el xiv.

No hay en Segovia ningiin templo en estilo gó­tico con las características del siglo xiv, quizá fué construida en él alguna de las parroquias de los arrabales (El Salvador, Santa Eulalia), pero con­forme al estilo románico, que triunfaba todaví? eti aquella centuria. En la provincia quedan igle­sias que claramente se pueden atribuir a ella.

Üurante todo el siglo xv, y particularmente en el reinado de Enrique IV,se elevan muchos edifi­cios; su construcción es notoriamente morisca y en su decorado, áe una suntuosidad incompara­ble» entran motivos del gótico flamígero, con dis­tribución y ritmi:i mahometanos; los muros son de mamposteiia con cadenas y arcos de descarga de ladrillo y cornisas de ladrillo y teja hábilmente dispuestas; las arquerías, puertas y ventanas sue­len ser de ladrillo labrado con maravillosa habili­dad y llevan generalmente baquetones en los per-filejí; frisos y sobrepuertas se adornan frecuente­mente con afi igranadas yeserías y los techos son de alfargería vistosísima pintada de lojo, de azul, de blanco y de oro; ejemplares de ese estilo son li'S monasterios de! Parral y de San Antonio el Rea!, el Palacio de San Martín y las salas de la crujía norte del Alcázar, de las cuales, la del Pa­bellón está firmada por el tiiaestro Xadel, alcalde (probablemente mahometano) en 1456.

El caserío segoviano, que conserva maravillo­samente su carácter, rodea todos estos monu-mentus y hace que se presenten a los ojos en un ambiente apropiado, que le.s da todo su valor; se ven en la ciudad casas fuertes defendidas por re­cios torreon*^s, casas hidalgas con palio portica-do, casitas de canónigos de portadita ntmánica y, en los arrabales, las muradas que fueron de aque­llos tejedores, tundidores y pelaires que hicieron fuerte y rica a la ciudad con el (jbraje de los pa-ñ..'S; suelen ser estas casas populares, de ladrillo con entramado de madera, visible al exterior y su crujía alta «vanza sobre la calle, bien sobre ca­nes de madera, bien sobre columnas de piedra que forman ".órtico; por remate, llevan una gale­na de madi^cA. 'ííspuesta para secadero de lana, •>i-ialle qni n^ducido en piedra o ladrillo se ve ' imhién Ín '«i'; de noble aspecto. A parti-- del i,;;'; XV r.:- ; ¡i.caba para cubrir ja mampostería >e las fac.had ^ un típico revoque con motivos

i r t idos i< -I amenté por medio de plantillas, !'• conirii uv ,M0 poco a acentuar el mudeja-

. - ' 1 1 i\f '• i d .

i.n lie '•)& r'í.?ycs Católicos se recons­truye el »• - n de Santa Cruz y se edifican muchas casas, ci^n ios caracteres propius de la época; en ellas la maznneria, generalmente de granito, sustituyo en parte n la castiza mampos­tería; años más tarde la opulencia de los sego-vianos, enriquecidos por su industria, hace surgir

la nueva Catedral, inmensa mole de sillería que es una tardía manifestación de un estilo que has­ta entonces nunca se había ostentado en Sego­via en toda su pureza; más adelante se constru­yen conventos y palacios en las diversas modali­dades del RenacimiL-ntc; pero toda esta invasión exótica no consigue borrar el verdadero carácter de la ciudad, producto maravillu.S'i de la recia y Compleja vida meilioeval.

El marqués de LOZOYA

£0 que anhetamos Que sea ía urbe segauiami

Segouíaneñas. • [Mientes túU—gritó altanero

el valiente comunero Juan Bravo, cuando marchaba al cadalso y le culpaba de traidor el pregonero.

Y ese «¡Mientes tú!» ¿quién duda que era allí la expresión cruda, pero altiva y elocuente, de la hermosa, noble y ruda bravura de aquella gente?

Hoy, ante el mismo pregón, cualquier sufrido varón diría con humildad: — «Falta usted a la verdad». Y eso.., ¡no es inciignaciónl .

En la Casa de los Picos, recordé el pico que tienes, los picos de tus enaguas ¡y el pico aquel que me debes!

Censuran de Segovia la apatía, y eso es lina solemne tontería. Aquí de actividad se hace derroche. El Acueducto se hizo en una noche ¡y estamos descansando t'jdavia!

Como en otras poblaciones que en días de fiesta vi, también tenemos aquí los famosos gigantones.

Su cabeza coronada entre las gentes descuella, pero no tienen en ella absolutamente nada;

pues aunque grande la vemos no piensa, ni por asomo. ¡Es una cabeza como otras mil que conocemos!

Por su colosal figura chocan a los que los ven, sin recordar que fambién es un mito su estatura;

pues es su facha mezquina y su as[iecto ruin y pobre cuando no se elevan sobre el mozo que los empina.

En Segovia, sólo son por los chicos admirados, ¡y es que estamos ya cansados de ver tanto gigantón!

Las hijas de las madres que adoré... lya empiezan a llamarme don Josél

A Perogordo te fuste una tarde con tu novio. [Ojalá que no te traiga un disgusto, J>cro gordo!

I-Vente a nuestra Catedral —que la opinión general llama,'en crónicas y anales dama de las catedrales por su esbeltez sin igual—

cuando yo era pollo, había • un taller de costureras,

frente al que estarme solía, a pie firme horas enteras por la noche y por í:l día.

Y enamorado y contento contemplaba, entre otras cosas, al mirar al firmamento, las agujas primorosas del gótico monumento.

¡Dama de las catedrales que en el fondo azul dibujas tus agujas colosales, ¡ayl, mirando tus agujas' conquisté muchos dedales!

José RODAO

• ^ A ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA V AM^KICAN*

1 ( 1 ; 'lí'i pi *= tiutí en [¡d calidad de H M I -m¿X\ ^^ " ^ Segovia le remita unas cuarti-^ ^ j | lias referentes a lo que fué Segovia y

a io que puede ser en el porvenir. Dil'icil es hablar de esta capital en los tiem­

pos pretéritos, pues pai-a ello habría necesidad de dedicar mucho espacio; pero condensándo­lo en unas cuantas lineas, me limitaré a ex­presar que Segovia alcanzó en un tiempo gran importancia, merced al ñorecimiento de sus industr ias, ya que sus paños y otros pio-ductos eran universalmente conocidos y m' - apreciados.

Desgr^^ciadainente, y debido a varias causas que no es del caso señalar, sobrevino la decB-dencia de esas industr ias y con ella 'a de la c iudad segoviana. .

En cuanto a lo que Segovia puede ser en et porvenir, es tema que se presia a la fantasía. Pero desechando ésta y a teniéndonos a la rea­lidad, puede asegurarse que si se llevan a le-liz término mis propósitos, que ya tiene hecho suyos el Ayuntamiento, de realizar una opera­ción de crédito, a fin de poner en perfectas condiciones servicios urbanos tan importante como los de abastecimiento y distribución de aguas , mercados de abastos , pavimentos y f ' gulaiización de a lgunas vías públicas, la *-' dad del Acueducto, cuyas condiciones topo­gráficas y climalológicas son excelentes, se conveitirá en LÍ la concurridísima estación ve­raniega.

Además , la gran riqueza monumenta l que posee la dan derecho a figurar entre las pobla­ciones más visitadas por los turistas.

.El veraneo y el turismo, cuyo fomento hay que procurar insisientemente, unido al resur­gimiento industrial, que ya felizmente se ob­serva, pueden ser, y de hecho lo serán, lo^ principales factores que harán de Segovia una población digna de figurar a la cabeza Je la? de su clase.

Ese es mi vehemente deseo, y para logf^'^r lo pondré a contribución todas mis energía y todos mis entus iasmos.

P a s c u a l

GUAJARDO (Alcalde de Segovia-)

Horizontes segomano^-E toda la región castellana, es tal ve^

Segovia !a provincia que ofrece un m»^ intenso y vario contenido histórico. ^^

»<,===oo==»¿ tenso, porque en los anales píií"*^^ j ' " ^ guna efeméride puede parangonarse cotí el de cubrimiento del Nuevo Mundo, v de ese '"^^'^ episodio bien puede afirmarse que es en Seg^í'' donde su gestación tuvo lugar, pues si An)er"j^ nació a la civilización al sentir en sus arenas planta hispana y despertó a la Religión al ^^'~-el saludo generoso de la Cruz, fué p"fn"*^.^j'^j tiempo antes había ceñido en esta invicta ciu"í* la Corona de Castilla una Reina aninH'sa Qi' ' puesta su fe en Dios y su amor en su puebl»*- P germinar la semilla que en su frente de ilunn" do encerraba el inmortal Colón, glorioso pereg no de los mares.

Varia, además de intensa, es la historia de es provincia, y huella? bien características de las vilizaciones que la fueron nutriendo ostenta el.relicario artístico de sus ciudades, en eí l panorama de sus tierras, en la potencialida'^^ su ganadería, en los vestigios seculares de sa= dusrrias.

No es, sin embargo, sólo de su historia g' ' ^i^ sa y pródiga de lo que Segovia ha de vivir- ^^ los tiempos actuales un pasado brillante eS sie ^ pre galardón preciado; pero debe ser algo n'^^ que eso; debe ostentarse como prenda que ^^ la conducta presente y futura. 1 Nobleza obhg ' reza un adagio castellano. «Historia exig^*' . ' ig dría glosarse a ese adagio, y así, pues, ' ^ '^ j¡a ctmsecuencia de que Segovia, en la lucha del ' tiene que excederse a si misma para llenar c pii lamente su cometido.

Page 7: La ilustración española y americana 15 5 1920

S V 22 M^YO 1 9 2 0 LA ILUSTRACIÓN LSPAIÍJOLA V AMERICANA .IOMS. 18 V ig.^277

dez T ' ° ^ para lugrarlof Los posee con esplendi-• J ierra de gran riqueza agrícola, de fortísi-

to*^/'^'""^^"'^ ganadero, de piódiyo rendímien-ind ^^^i^^^'' f^^*^ necesitabü que estas ramas de la p¡ ^'^'•'i* primitiva y funüamentai alcanzasen en f ' .' "' ' ^ste económico situación aventajada; y

J'zaesreconocer quese balogrado con largueza. der'^V^'^^^'^^ han duplicado su valor; la gana-en 1' , , í^ beneficios en las carnes, en los cueros, ras ^^ "^^' superiores a todo cálculo; las made-cin ^^ ^^"(íen con formidable aumento de pre-3 .^'" "liedu a la competencia de los hierros, hoy san' *^^ '"abordables; las resinas que los pinos Doc^n^" ^^uecan en plata el cobre que antes cada did h ''^P^'^sentaba. Labrador hay que ha ven-las "l '^^ ^' ^"g'^ <íe 'res cosechas, y ganadero arr ^í^^^ ^^ cuatro esquileos. Municipios que de ^?, "V ^"^ pinares en cincuenta,obtienen hoy brar '"'*' ^' " ^ ^ riqueza, que sólo podría que­de r^^ ^"^^ ^' ^'^^ '^^ '** precios de los artículos «mb'^"^'^"''^'' sufre aquí en grado muy pequeño los j_^ ates de esa carestía, por(|ue la sobriedad de oi-j.'^^^ L-astellana da margen a un ahorro que

•js pueblos, pletóricos también de ingresos, nn . P'"'^eí(ífs de la fiebre de ostentación y lujo. "" sabrán formar. / ^ ficie^^'^^'^' "^ ^'bstante, no ha encauzado aún su-sg "^^"'^""te sus energías para que el mañana p^^ tan próspero cual corresponde a su vitalidad just^^"*^ ' " ' ^^ adoptado de una manera eficaz pre^-^ y/eparadoras medidas que a l a vez sean POr *' * '' " para que en los hogares, en los que de n?^ '^^t)er antes nada hoy no pueda pasarse Pnviír^ I*"c*J' na se sienta la mordedura de una sab ^"^ pueda ser el germen de futuros sin-

cuei ^.^^-^^ *"*y ^" ^^^^^ ^ realizar, para lo cual sin;"^'^ ^^g'-^^ia no sólo con medios materiales, lett' ''"^ ^-t'nibres de Inteligencia y voluntad per-plan^H*^"^^ "P^c i tados para desarrollar un vasto biig^, /'^'-'^"stitiición provincial; plan en el que, ción^" ^ Pn un movimiento de sana emancipa-pj., ^^ií"Jnal una mayor actividad y eficacia,

Csta ciudad... Esta ciiid.id .'ircíiica df f.\-tsiillíi !a Vicj;i,

medula de granito y ánima di; conseja, es oración monumental,

E] Ensueño la mece, la Leyendü la ¡imparn. Por aiisttrra y por mística la vida \n depara

unaS sandalias y un H;tyal.

Sabe el hondo secreto de las piedras antiguas, las tristezas que lloran las gárg(Oas ambiguas,

el buen cantar del esquilón... Sabe las letanías solemnes de los siglos, conoce los sepulcros, conoce los vestiglos

de la divina Evocación,..

¡Oh formidables ruinas! ¡Oh dor;idos sillares, crónicas indelebles de dniínas seculnres...!

¡Sordo zumbido de oijuedad—I Calle silente, calle sonora... Canipíinarin ingrávido en la noche de jjaz y de; rosario,

y, en el üar, fuego de bondad...

Una luz inquietante, lontano; un can medroso; la sombra encapuchada de un sereno premioso;

trémula voz, de vez en vez, Extrañks perspectivas de casonas; el viento que ulula en los desvanes lo mismo que un lamento.

La catedril suena las diez...

En los templos se enmusgan \-A^ estatuas j'acentés. Hay cerúleos ex votos de ingenuos penitentes.

Hay ecos de la tradición. ¡Y el espíritu esclavo de las cosas senectas

triunfador de ios años, triuniador de las sectas, que late igual que un corazór..,.!

jCiudad de jos crepúsculos....' Es la Bella Dur-(miente,

es la amiga entrañable del áureo sol poniente, es un pelásgico menhir...

¡Alma aligera y noble, de vieja aristocracia, asida a la roi|ueda con densa contumacia,

y no se sabe desasir...!

M. ALVAREZ CERÓN

Prt, que

^«rase desenvolverse con el concurso de los ^ f /~tPtri/~l W / ? C / ? / ^ / ^ / li/~S P'''S medios económicos de la provincia. ¡Es ^^VLIUIILI LVC Q)K^\^\^Í/lLt»

rro [' " ésta emplear en nada mejor su aho-•^iem ^ ^" Cubrir un empréstito para su mejora-(;¡¿ ' ' ^T^préstito qué permitiera a su Diputa-cojj f""'^vincial, que tan rectamente regida está y tijdap^i" ^^''osos elementos cuenta, auxiliada de •'me'"''^^ personalidades, organismos y entidades {.( „ '."Í^^Sran la vida segovíana, dar a sus tierras Igj. I '^" máximo que consientan, mejorar y se-lag i '^j ' '"" -''US ganados, montar en su propio solar que 1 " " ' ' que se nutren de primeras materias Via i ^^'^'^^''^cla da, rehacer, en fin, aquella Sego-cog "^-''trial que sirvió de orgullo a los históri-

todosf"^'*^^' ^ ^"^ ^^^ ^^ ofrecería servida por it](.p ^^ recursos científicos que cinco siglos de ni^„. " '^ estudio han ido acumulandoi' Ciertu-Y^\\^ 'íue para que esas industrias puedan com-ante /^"' 'J '^^aniente en los tnercados es preciso 'Cac ' "-"jue se intensifiquen las vías de comu-

Caso h"' ^^ulro de la provincia, que n.> se dé el Se eñf"^ frecuente, de que productos segovianos crjuj ' ' ' can Con un transporte inicial, hasta eti-tros n' '^'"'•ocarril, de setenta u ochenta kilóme-de i , """ ^'STetera o mal camino; pero he ahí uno findria^^^^ ' *^^^ en donde ese esfuerzo provincial enir,r¿ f'^P'^rtar mayor beneficio, donde aquel

Y ^ " " podría encentrar preferente colocación, ' ''sidarf '' f*^rma, multiplicando por la maynr in- ' ía dg y niás lucrativo.« rendimientos ia rique-1 tra-k ^^ "hermosa tierra, abiertos nuevos cauces

des co^'''^' 'SUalándose en lo posible las facilida-do los p^'^'^'^'^s ^^ t^odos su.s p- V derivan-ecrierQ ^''^'"idos arrendamientt colonia ^•'ítimuf lut- infiltre en el es -c, ...Jariado 'íiaftyj,.*^^ ^e propietario, poi..^ la Segovia del

gali-' ?' .' ^^u nuevos y prestigiosos cuarteles * Iravée 1 ^' '"eta de su .Acueducto, que campea

de los siglus en su legendario Escudo.

E m i l i o L L A S E R A iGobernador civil de Segovia.)

^^ los señores suscriptores Papeí ^ * ' día s del ac tua l e s t amos .^iii eJ

ñamáis -•"• '•" '^""iciii .c t;sLc ULTO papi j i q u i ; Uo PÜ ^' ' í " ^ hasta hace dos d ías n o h e m o s n l'J " " e s t r o poder .

i-"" -yo '^^""ílíííí* las dos fechas de 15 y 22 ^ '^eUic- H "" hace r cua l se merec ía el n ú m e -clk^ las cn - S^^eo^'i^illeva e l d o b í e d e p l a n a s d " ' _ ^'•"ínles V nues t ro s susc r ip to res r c -ü • a ñ o e J ^^"s igu ien te , los números 18 v 19 • a Sola \wÍ^ *°^** v o l u m e n sin m e r m a r l e s ni

fisiTAK una población artií-tica, pero |; siiigLilannente a lgunas de tan mar­

cado sabor históiico Cüinu Segovia, pioduce ¡inptesiÓJi gratísima y da al

aítna exquisita.s sensaciones. La contempla­ción de un monumento arlistico, el examen de un resto glorioso de algo que l'ué grande, la vista de una 1 tiina que fué teatro de algún hecho memorable, recogen nuast io espíritu, si se halla con la preparación cultural necesa­ria para saborear la emoción, y parece como que nos invitan a penetrar en la añeja vida que recuerdan los restos que contemplamos. Ello no es sino un fervoroso deseo de todo es­píritu culto de adentrarse en lo espiritual de las cosas, de percibir e! aliento que dio vida a escenas de emoción, de conocer, en suma, el alma que inspiró en remotas edades la vida de que son famoso recuerdo los lestos que a nuestra admiración se ofrecen.

En pocas partes pueden, como en Segovia, experimentarse sensaciones de esta naturaleza. Sus grandiosos monumentos , sus exquis i tas bellezas artísticas, sus jo^^as admirables de poesía y de arte hablan elocuentemente al ob­servador y le muestran a las claras lo esclare­cido y grande de su vida pretérita.

Pero aun siendo muy viva y muy intensa la impresión que ofrece Segovia y aun s iendo finas y delicadas ias dotes de percepción del que contempla, todavía, para conocer y apre-preciar" el alma de Segovia, hay que penetrar en la entraña de su pasado .

Sobre las enseñanzas que ofrece su maies-tuoso Acueducto, la esbeltez de líneas de su hermosa Catedral, las a lmenadas y gal lardas turres de su soberbio Alcázar, el arte purísi­mo de ia Vera Cruz, del Parral y de sus igle­sias roniánicas, el alma de Segovia, la Guar-díscí, guardesa del honor y del poder, como la llamó Quintanüla y recordó no ha m u c h o el maestro de cronistas, Oitega Munilla, en uno de sus vigorosos Rasgo.^ de España^ hay que buscarla en las heroicas acciones que es ­maltan su historia benemérita y en el positivo v'aler de los segovianos que escribier^vu pági­nas de honor inmarcesible en todas las mani­festaciones de la actividad h u m a n a .

Kay que buscar el a lma de Segovia en e' patriótico ardor de los que en Villalar ofren­daron su vida gloriosa a ia dignidad y a las liheitadtís de Castilla; eíi el valor de ios q u e en Sierra Elvira integraron Jos tercios sego­vianos , apoyo y descanso de Juan JI, y de los que al mando de Pedro Arias tomaron parte en la conquista de Oran; en el a rd imien to y acometividíid de los conquis tadores de Ma­drid y en otros mil cu lminantes hechos cuyo brillo centellea en numerosa s pág inas de la historia de España.

Kn otros aspectos , hay que buscar el espíri­tu segoviano en el afán indus t r ioso de los que en t iempos prósperos acertaron a p rodu­cir los afamados paños que sur t ían los mer­cados de Europa y América, utilizando en la fabricación el esfuerzo de 34.000 obreros , y en el esnie io con que se cuidaban las gana­derías segíívianas, que fueron admirac ión del m u n d o por la finura de las lanas .

Hay que buscar el altna de Segovia en la sabiduría del exquisi to Colmenares , de León Corone!, del erudito jestiíta l ' ranciscü de Ri­bera, de Núñez Coronel y de Eray Andrés de Vega; en la inspiración y la elegancia de Alon­so de Ledesma, el poeta d iv ino; en el arte de Alonso de Barros y de Anton io Balbás, elo­giados por Lope de Vega; en la ciencia de La­guna ; en el cultivado espíritu de mil y mil es ­clarecidos segovianos que en todas las épocas aumentaron el caudal de la patria cul tura .

No importa que los dolores y las amargu­ras tengan como abat ido y postrado, al decir de los pesimistas, el espíritu segov iano . En él campean y laten ias recias virtudes de la raza castellana inteligente y valerosa, noble y su­frida, laboiiosa y perseverante , y no lardará en mostrar en toda su pujanza el esp lendor de sus excelsas condiciones. . .

El alma de Segovia es puta y fina como las brisas dei Guadarraiira que ia orean y la vivi­fican; e.s limpia y t ransparente , como las cía-ias linfas de la sieria que bajan Oiiiitando para bañarla }'' murmuran amoiosiis !a tierna can­ción del í ndusu ioso EresTna; es sencilla y fuerte, como el Acuedt 'cto; es lecia y v igoro­sa, porque Segovia, al recoger el suspiro final de «La mujer muerta», recogió t n n b i é n pa ra su espíritu toda la fortaleza de «quella ma t ro ­na de piedra inconniovible y e te ina ; es sufri­da y honrada, con lodas bis vi r tudes y todo el temple de la mujer castel lana, laboriosa y ' humilde; es noble y es aitiva, con todas las gallardías, que resplandecen en la br iosa ré­plica con que Juan Bravo respondió en Villa-lar al pregón con que se anunc iaba la e jecu­ción de los intrépidos comuneros ; e s , en fin, el alma de España, valerosa hasta.el sacrificio y resignada con los .sufrimientos nacior.ales, sin que j amás ponga én sus labios otras pala­bras que ias que reflejan el más acendrado patr iot isrno.

Así es el alma de Segovia.

W e n c e s l a o D E L G A D O

£a tndustña de aye/< U la de hoy en S^gouia. r?JEcoiiDAKií que en t iempos relativamente F M antiguos, durante los siglos xv, xvi y

g i S l parte dei xvii, Segovia fué una pobla­ción indu.strial de primer orden , pues la in­dustria segovíana alcanzó gran desarrollo e importancia merced a la apropiada organiza­ción de los gremios, a la protección del poder público y al espíritu e m p r e n d e d o r , que por aquella época predominaba tanto en la ciudad como en los pueblos comarcanos .

Sucedió luego, por espacio de dos siglos una tan acentuada decadencia , que aun la in­dustria de ios paños segovianos , ia m á s re­nombrada en t iempos a n t e r o r e s , llegó al extremo de la mayor insignificancia y aban-dono .

Ahora , resurge el espí-itu industria! de la región buscando en la hulia blanca y en las

Page 8: La ilustración española y americana 15 5 1920

NL'MS. I 8 Y IQ. -2yH LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA V AMLKICANA 1-5 iz «Avo 19'*'

entidades bancarías, que representan la ener­gía y el capital en nuestros dias, los elemen­tos indispensables para la producción manu­facturera en cúndioiones que hagan posible sostener las luchas a que la competencia ha de llevarnos en este período de transición, casi do revolución, que atravesamos.

Contando ya Segovia con fuerza motriz eléctrica, proporcionada por una cooperativa que debía servir de modelo para acometer otras análogas empresas, cuando entre nos­otros arraiguen instituciones de crédito que auxilien y fomenten las iniciativas de quienes demuestren poseer condiciones de hoinadez y aptitudes industriales, no sólo volverán a flo­recer en nuestro territorio el lavado de lanas, la fabricación de tejidos y sombreros, tos cur­tidos, la cerámica, las manufacturas de la resi­na, del vidrio y cristal, de losalñieres, de las harinas, del papel, ett;., algunas en apogeo y tan afamadas en toda Europa durante: varios siglos, sino que veremos surgir y progresar la fabricación de paños, la de gomas y la de productos refractarios, ya iniciadas; debiendo encaminar.se los esfuerzos de la generación actual a perfeccionar las fábricas existent^is, y de manera muy especial a crear las industrias derivadas de la iigricultura y de la ganadería, asi como de los productos forestales, riquezas éstas que nos corresponden por ley de natu­raleza y que son susceptibles de producir, en unión de ia cultura, el general bienestar y la base y fundamentó de la prosperidad pública.

La industria no es atributo de ninguna re­gión, ni está limitada por ley natural a pue-l)!us o localidades determinadas.

Segovia fué industrial y volverá a serlo ya que a ello la invitan las actuales circunstan­cias. Para conseguirlo necesita instrucción téc­nica, que a todo trance debemos instaurar; rá­pidos y económicos medios de comunicación, entre ellos el ferrocarril de Segovia a Burgos y el secundario por Sepúlveda y Riaza a San Esteban de Gormáz; espíritu emprendedor, que surge y se multiplica a compás de los éxitos que se van alcanzando; energía motriz y capi­tal, que ya existen y se aumentarán organizán­dose en forma cooperativa o al menos medían­te Sociedades de todas clases; sin olvidar que pueden y deben crearse en nuestra Segovia pequeñas industrias que multipliquen la rique­za particular, y a la vez. por natural conse­cuencia, aseguren y afirmen el orden social.

Que existen grandes riquezas en nuestro suelo, es indudable; que para explotarlas no ha de faltar el genio industrial, Jamás extin­guido en la provincia, también—en mi crite­rio—lo es: sólo falta desenvolver el espíritu de asociación y establecer la industria en bene­ficio de todos cuanto? en ella intervengan, sin explotaciones, sin violencias, pensando siempre en armonizar los intereses, al parecer contrapuestos, y en realizar la más perfecta convivencia de las diversas clases sociales.

Mariano G. B A R T O L O M É (Presidente de ia Diputación Provincial.)

ñcüüidades y aptitudes, Eooviíi, arrinconando durante varios

lustros su tradición, ha descuidado sus actividades industria.es, se ha dejado dominar por un pesimismo

suicida y se ha resignado pacientemente, so pretexto de que el florecimiento de la produc­ción fabril es don reservado, por inapelables decisiones de los altos poderes, a más favore­cidas regiones, llegando los segovianos a con­vencerse firmemente de que su riqueza no podía tener otro manantial mas que el de la agricultura, a todas horas mencionada, pero, desgraciadamente, incapa¿ de emular a la de otras regiones españolas más venturosas por las dulzuras de su clima o por el esfuerzo de sus hombres. Durante muchísimos años, esta creencia, esta fe ciega en la eficacia y feraci­dad de nuestro suelo, ha sido dogma sacratí­

simo sustentado por nuestro pueblo, en el que todavía tiene irreductibles adictos.

Al analizar la actividad industrial del país arévaco, nos encontramos, lector, con un he­cho positivo: el desaliento de nuestra gente, y cúmplenos determinar qué causas produjeron esta situación depresiva de su ánimo. l3esde luego, que ha habido una serie compleja de motivos que acarrearon el presente estado de cosas y, sin entrar a desenmarañar todos ellos, podemos, sin embargo, señalar tres ca­minos por donde llegar a las causas sobresa­lientes; la evolución progresiva mundial, que no fué debidamente asimilada y comprendida, la psicología actual de los segovianos y la ac­ción de influjos forasteros que han perturba­do, sobre todo en recientes épocas, la vida de ésta y de otras comarcas de Castilla la Vieja.. No vaya a creerse que entramos en esta cues­tión con ánimo pesimista, pues, aun cuando reconozcamos las tristes leali-iades del piesen-te, damos mucho más valor al porvenir,, a lo que puede ser, a lo que seguramente seiá esta tierra, a lo que serán sus homologas de Soria y de Burgos, de esa ciudad de Burgos que al fin parece decidirse a desempeñar su. misión iniransferible de cabeza de Castilla la Vieja. Triunfarán estas comarcas del alto Due­lo como va triunfando Logroño, más metida en faena.

El desalojamiento de la industria manual por la maquinal, la intensificación de los me­dios de exportación y la aplicación de las fuerzas naturales en sustitución de las corpo­rales del obrero, desconcertaron las industrias clásicas segovianas en un terremoto qué mis paisanos no pudieron evitar. Aun cuando los industriales segovianos se hubiesen decidido resueltamente a acomodarse a las nuevas ñor* mas, sus esfuerzos hubieran sido demasiado débiles para vencer el obstáculo de una situa­ción geográfica contraria, complicada con la ausencia absoluta de combustible mineral y de fuerza barata y constante. Antes de rene­gar de arbitrarias protecciones a otras regio­nes de Jispaña, que son el señuelo de ciertas banderías más afanadas en imponer su in­transigencia que en procurar una saludable cordialidad entre todos los españoles, proce­dería averiguar si la industria segoviana an­tes de caer procuró adaptar recursos propios y los del país a las nuevas normas y métodos de la producción y a las nuevas condiciones económicas. Como entendemos que no hubo el debido acomodamiento de las oportunida­des naturales ^el territorio y de la raza a las modernas circunstancias, creemos sincera­mente que, tan pronto como este acomodo se haya establecido, Segovia podía nuevamente ocupar un lugar digno en la producción na­cional.

Hay una serie de oportunidades naturales en el territorio de Segovia que están dem: n-dando útil aplicación. Hay entre los segovia­nos la necesidad sentida de que su país deje de abandonarse al azar. Falta tan sólo la coor­dinación de esas oportunidades y de esa ne­cesidad para que, agrupándose, la prosperi­dad brinde sus fi utos.

El modo actual de sentir de nuestra gente y sus opiniones más generales han producido una manera de ser, han originado un carácter, una psicología y unos ideales que son los me­nos favorables a una amplia renovación de la vida económica. Confiesan que el estado ac­tual en que nos hallamos no tiene nada de en­vidiable y reconocen que otras regiones orien­tadas en distinto sentido son más felices, pero nada hacen por indicar nuevos derroteros. Su actitud no es más que la de una dulce resig­nación y sus aspiraciones no serían otras sino las de invertir la marcha de los tiempos y lograr que el mundo se rigiese por normas y por ideales que no volverán jamás.Apenashay en nuestra tierra quienes interroguen al por­venir y acierten a trazar un camino de recons­titución de nuestra vida en una interpretación materialista y económica que permita, después de resolver el problema déla twanutención de!

pueblo en todas su& necesidades, abordar idfiales abstiactos de alucinadora belleza, que seducen al espíritu pero que carecen de base, de materia tangible, compacta y tcu-at. N " faltan quienes hayan señalado a Segovia la necesidad de estudiar la Naturaleza de su pue­blo y de su territorio, el medio material en q^^ su vida se desarrolla-y las condiciones positi­vas e innegables, buenas o malas, de sus honi' bres, nu hay quien se haya lanzado resuelta­mente a este empeño en labor colectiva, n^^" distinta de unos cuantos esfuerzos individua­les. En cambio hay quienes a todas horas sue -tan el torrente de calenturientas inspiración^ poéticas, de fantásticas quimeras incubadas en la leyenda, de construcciones arbitrarias impropias de tiempos en, que el mayor ^'^'° es el de la cosa más verdadera. Si apenas na. quienes investiguen el modo cómo Segovia > Castilla la Vieja podrían tomar un puesto en las avanzadas del trabajo productivo, en caiHj bio no faltan los que se desvelan buscando^ modo cómo Castilla habría de regir a España, cual si la dirección nacional pudiese dejar ser patrimonio y obligación común de ^^°^ los españoles, en la que nad-e, absolutamen nadie, pueda atribuirse lugar distinguido-

El influjo extraño ha contribuido mucho esa tiranía de la leyenda sobre las gentes s govianas desviándolas de la corriente 'l^^ f hieran seguir. El prurito de algunas comaic vecinas a la nuestra, empeñadas en interve constantemente nuestra vida y endiosad _ por creerse Üivestidas de misiones disting dísimas dentro de España, sostiene este mü^^ do de ficciones ayudando a los que ^P^''*'^", g mirada de nuestro pueblo del mundo ^'^..^ realidadespara alucinarleconla contempla'^' . de oti'o imag-nario en un misticismo inagn co para recreo de poetas y soñadores. P morboso y desolador para la salud de nueS pueblo. . .g

Ahora, q u e esto cambiará; forzosame cambiará, y Segovia será lo que sea otra ^ quier tierra, porque hay cantera de donde ^^ materiales.

Luis C A R R E T E I ^ ^

Etnogmlia e histoñú segouianas-

i ÍAS investigaciones que hizo a tneu I del siglo pasado en el territorio s g ^ i viano el ilustre geólogo Casian "^

UocoóñíSíi Prado le permitieron ''ecogt'r en ^ ^ verna que visitó al pie de los muros de t'^ g l\ueso5 humanos y de animales y fragn'en' '' ^j¡, vasijas de barro negro de fabricación niuy ^ mentaría; en otras cavernas de la P' ' *y'"'"je la han hallado, entre otros objetos, propios . edad protohistórica, cuchillos y hachas * ^ Lg-dra pulimentada y esqueletos humanos, ^ cialmente en la de la Solana de la Angostu '^^ Vilanova, y Rada y Delgado, que examina^ ^ ^jj^ enterramientos de esta cueva^ afirman qu^ ^ ¡^(y, se habían colocado los cadáveres en forma . jj g ga a la que empleaban loi guanches en -'^^ ,g-Canarias para conservar los restos de sus ^^^, pasados, pudiendo asegurarse que la raza o ^^^^¡, fooz, que se había extendido, por la P ' *g ,i¡ti' dental de Europa ai finalizar la edad ^"¡' "penín' ca, llegó a establecerse en el centro de '^ j y sula Ibérica, entre otras comarcas, en la 1* ocupa la provincia de Segovia. ^¿ e^

De la fusión de lus iberus y los celtas, ' g^pg-sucesivas emigraciones habían arribado a ^^¡ ña, se formó el pueblo celtíbero, que ^^^?L¿os^ tiei ras del centro del solar patrio,'dividí ^ ^ ^ en varias tribus, una de las cuales, lus ^^^ .^ gj-habitaban parte de las actuales provincias ^ g lamanca y Avila, el sur de 'la de Burgos y i' ^^^^ hoy es provincia de Segovia, teniendo^.^^^^^o los vacceos y al sur los pelendones, nin ^^ j. ^ también los arevacos con los cerindones - ,j.¡¡je' tribus, que entraron en la confederación , peii-ra animados del deseo de defender su "i

dencía. • reva* ' ' yno de los centros principales de l-' s ^ g¿¡fi'

fué Segoubia, hoy Segovia, cuya P'''' '"^fr^g aH' cación remontan algunos hacia el año ^ J "

Page 9: La ilustración española y americana 15 5 1920

AÑO LXIV. NUMS. XVUI Y XIX :OF[CINAS: S A G A S T A . 17.—MADKID AÑO64.—NUMS. i S y 10

REVJSTA UNIVERSAL ENCICLOPÉDICA DE] BELLAS AKTES. CIENCIAS, LITERATURA, ACTUALIDADES Y TURISMO

Di "T/osc la correspondencia ai D l r « C t o r .

t^'REOoiÓN

S s e a A t A ,

ADMINISTRACIÓN

I ?

D o c t o r O . F - i - » n c l » o o C o t a o w , c o n t l n u « c Í o r .

rrtadPíd l^ M 22 de ma^o de 1920

Se publica los días S, 15, 22 y 30 de cada mts.

Paca anuncios y suecvipcíoñes:

Arona!. 6. Apartado 322. Madrid-

LA COIHOeSA De SeQODIA

S. A R. LA SERMA. SEÑORA INFANTA DOÑA ISABEL DE BORBON.

que veranea en La Granja y tiene una especial predilección por la provincia

de Seífovia.

Page 10: La ilustración española y americana 15 5 1920

NÚMS. | 8 Y iO . — 2 8 0 i.A ILUSTRACIÓN ESl'AÑOCÍ ^ ASfÉfaCAPTA I ; Y 22 MAVa l o i *

D 0 N [ E S [ I L I O LLASERA, GOBERNADOR CIVIL DE S"EGOVrA

UOM MARIANO O. HARTOLOMIÍ, pRESIDEN'J^-

n E LA DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE SEGO^

n o N : ' A 5 C L ; A L I U A J A H D O , A L C A Í D E D E S E G O V I A

•J^U ' t

iíXCMO, s u . IJ. l'fO LÓPEZ POXAS, GOBlíRNAíKlEÍ • MILITAR DESWiOVIA lixc.MO. a i i . M.\.nj;ncs UK S W I A (.'.•I :/,

|iM\- ii.\li'!0[.OMl-' SOBRTXl ARGULLOS, D E I - E

DK HACIENDA l>K SEGOVIA

pO-

Segouia ¡j "ta Itastración €5i2añaía g ñmericancí

i !L proponerse tan admirable piiblica-1 ción dedicar uno de sus niínieíos a • la provincia de Segovia. se hace j acreedora a la gratitud de aquella

castellana comarca y a la de cuantos por ella sentimos antiguos amores.

Pocas veces tan bien empleada'? las iniciati­vas de los que dirigen esa culta Revista.

Rn Segovia tienen brillantes destellos la Historia y el Arte, y en tan grande número se

presentan ¡iquéiliKs qut; poi doquiera que se extienda la conteinplacíón, se encuentran á-

• quisiinas páginas escritas en piedra, que nos hablan de grandezas de nuestra Historia y de exuberancias del arte arquitectónico, que es el arte suhUnie de los pueblos.

¿Para qué señajai testimonios.- Desde la simpática capital de la provincia, hasta aque­lla píiia mi inoK'idable comarca de Cuéllar, pasando por In nohie Seoülvcd^ y Ui'í villa^í y

campos de Santa María de"N"ieva y líiHza^ piertan al recorrerlos el sentimiento de 'O Hoy las esperanzas de cercanas prosperid;*

L A iLUsrKACiÓN- K S I - A X O L A Y A M E B I C A > ' - ^ ' ' ^

jará en sus planas !a demostración "*=

real es el sentimiento que dejo expue^*^^* Mil y mil plácemes por ello.

El marqués de S A N T A CR^^

Page 11: La ilustración española y americana 15 5 1920

l i V J ^ 22 MAYO I02O LA ILUSTRACiON ESPAÑOLA Y AMERICANA NÚMS. I 8 Y IC) .—28r

«NINFA», ESCULTURA DEL GRAN A R n S T A SEGOVIANO ANICETO MARINAS, COLOCA­DA EN EL PARANINFO DEL INSTITUTO GF.NERAL Y TiiCNICO DE SEGOVIA

^CMO. SH. D. CARLOS DE LECEA,.CRONISTA DE S E G O V I A Y 5U PROVINCIA PLAZA SEGOVIANA (SAN LORENZO)- DIBUJO A I'LUMA, POR JESÚS UfíTORBE

RETRATO, POl! EL ESCULTOR EMIUANÜ

ÜAKRAL

H0K2A ESMALTADA, CON TIPOS SALAMANQUINOS. «LA VUELTA DKL MERCAUO», POR EL EMINENTE

CERAMISTA DANIEL ZULOAGA

Page 12: La ilustración española y americana 15 5 1920

NÚMS. l 8 Y 1 9 . — 2 8 2 LA ILü5TRAaON ESPAÑOLA Y AMERICANA 15 Y 2 2 M A V O I 9 2 0

Monumentos, artes g fianoramas de ^Segai^í^ y su i^rouinda,

Toitogmlias y bf^eues anotaciones, fion Benito de Tmtos Gómez-I Número f. Ábsides de

la catedral.—Se colocó la primera piedra pa ra la edificación de la catedral en 8 de junio de 1525. según los planos del ar­quitecto D. Juan Gil de Honiañón. En 5 de agosto de 1563 empezó la cons­t r u c c i ó n del grandioso ábside que ideara el maes­tro Rodrigo Gil de Honta-ñón, con tres órdenes de altura, sembrado de ma­chones, arbotantes, bota-r e l e s , lumbreras, creste­rías de festoneadas agujas y calados antepechos, ha­biéndose concluido tuda la obra en 1591.

Número 2. Claustro de la catedral.—Es un cua­drado de 43 varas y un cuarto de largo por seis y medio de ancho. Le for­man cuatro galerías, y en cada galería hay cinco ar­cos ojivales, divididos por delgados pilares, de don­de arrancan arabescos trebolados y cruzados, perteneció a la antigua catedral y fué tras-

teriordeltemplo,quecons-ttt de cinco naves, y q ® ha recibido de los trata­distas el título de *Joya de Castilla» V también ei de «Dama de las catedra­les», es majestuoso y e*;-gante, peifectamenle w-miiiado y alegre, con pa-vimentodemánnol blanco, íizul-negro y rosado, ae 105'SS metros de longi­tud, 50'14 en su mayor anchura, 3S de altura para

la nave principal, 23 pa ' las laterales y ói'S? P^^^ la cúpula o media na­ranja.

Número 5. Sillería coro de la catedral-compuesta por 117

K C M . r.—ÁBSIDES DE LA CATEDRAL

ladado, piedra por piedra, a la nueva por el maestro Juan Campero. Tiene la entrada por una portada de arco peraltado con ojiva cono-pial, guarnecida de íiguras de santos, dosele-tes, elegantes cardinas y ñanqueada por agu­jas afiligranadas, rematando con un bajorre­lieve de la Piedad.

del Está

sillas de'no¿¡l"'m'acizo y todas con labores distintas, pre' sentando una magninc^ arquería conopiai que 10 ma las sillas altas. arcO^ r e b a j a d o s , complic^t'^'í' arabescos al interior v es beltas columnillas en e

cuerpo superior, destacándose por la nn del tallado y por su hermosura la silla centr >

NÚM. 2.—CLAUSTRO DE I.A CATEDRAL

NÚH. 3 . — CRISTO YACIiNTE UE LA CARTEDAL

Número 3. Cristo yacente da la catedral.— Obra notable del famoso escultor gallego Gre­gorio Hernández o Fernández, realista en la expresión de la forma y muy bella en la sen­cillez de la actitud y en la perfección de los detalles y perfiles.

Número 4. Interior de la catedral.—El in-

m •

v *

r lii ' El, i-

' i . i '

Í 3 •

|l;

I

•iiiy

'^}

1

i i •

1.

1 i ;

i ?.

NÚM. 4.—INTERIOR DE LA CATlínR^I-

NÚM. 5.—SILLERÍA DEL CORO DE LA CATEDR.-^L NÚM. 6.—RETABLO DEL DESCENDIMIENTO EN LA CAPIELA DE LA PlE ' ' AD

Page 13: La ilustración española y americana 15 5 1920

^5 Y 22 MAYO I 920 LA ILUSTRAaON ESPAÑOLA Y AMERICANA N O M S . 18 Y 1 9 . — 2 8 3

que lleva las armas de! obispo donante de la F-Sillería, D. Juan Aris Dávila, y las más inme- !' blatas a la verja de los dos lados del coro, que \

NÚM. 7.—RETABLO PLATERESCO DE LA IGLB-

SIA DE SAN ANDR^lS

"•an ocupadas en la antigua catedral por los ^^yes Don Enrique IV y Doña Juana cuando ^^v*)^" a los oficios divinos.

Número 6. Retablo del descendimiento en ^ capilla de la Piedad de la catedral.—Fué

Onación del canónigo fabriquero de la iglesia, • -Juan Rodríguez. Es la mejor obra que salió

^ Jas manos del inmortal escultor Juan de V"'' tanto si se considera la maestría de la Jecuciün como si se atiende a la admirable

P* ¡]Cromia de los tonos metálicos. /Simboliza el momento preciso en que la

^'•gen contempla, tendido sobre una sábana, j cadáver de su divino Hijo, y dos de las san-^ s mujeres, acompañadas de San Juan y de

'codemus, se disponen a ungir el cuerpo del ^a Vado,-. Todas las figuras son del tamaño ^ t ^ ' a l , con grande expresión de dolor en los ostros y en las actitudes. Dos centinelas, co­scados, acaso anacrónicamente, a los lados

^^' retablo, completan el cuadro, verdadera-

Nú siad go lie

•^ grandio.so. . mero 7. Retablo plateresco de la igle-

^^ de San Andrés.—Notables pinturas del se-jí'^viíino Alonso Herrera, y finas esculturas po-/^•"Omadas a los lado.s del sagrario, sobre el ^üe descansa una Piedad de buena ejecución, stilo de Miguel Ángel.

^ 'húmero 8. Atrio de la iglesia de San Mar-••~-espléndido conjunto de arcos de niedío

^..^ y de variados capiteles románicos de la P'imera mitad del siglo xn, a excepción de la Puerta exterior de entrada, que pertenece al 5-^" ^'^'"aza por el Sur y Poniente a la igle-p ^^ ^^ nombre, digna de especial mención ^ "" su planta prenomática, por sus dos monu-

•^tales portadas, por la disposición de su

fj(5j(_ a .—ATRIO DB LA IGLESJA DE SAN MARTÍN

esbelta torre, apoyada sobre la novena de sus bóvedas, por la colección de sepulcros seño­riales que encierra y por la cripta, que aún no

NÚM. 10.—SANTO CRISTO DE LA CASA LOZOYA

ha sido explorada. Tiene también arqueria al lado del Norte, pero en la actualidad se halla tapiada.

Número 9. Portada exterior de la iglesia de San Juan de los Caballeros.—Es ojival, del tipo clunicense y única en su género en Sego-v « Se compone de arcos concéntricos, cua-dijaos de hermosos adornos y se corona por

fp

NÚM. g.—PORTADA EXI'ERIOR DE LA IGLESIA DE SAN JUAN DE LOS CABALLEROS

una cornisa de gran riqueza decorativa, igual a la que corre todo a lo largo del tejaroz de la iglesia, que fué pritnitivamente visigoda. Pro­bablemente seria labrada en el siglo xm y añadida ai que ha sido poi espacio de mucho tiempo grandioso templo románico, de la pri­mera época, y panteón de los nobles Linajes de la ciudad. En el interior del edificio hay enormes arcos que dividen las tres naves y se apoyan en columnas monocilíndricas sin ca­pitel.

Número 10. Santo Cristo de la casa Lozo-ya.—Perteneció al marquesado de Lozoya y le donó a la catedral la que fué piadosísima viu­da de este titulo, doña Asunción Mascaró y del Hierro. Es una obra admirable del si­glo XVII, en la que su autor, el escultor Perye-ra, quiso representar a Jesús en el instante en que el Crucificado levantó sus ojos al cielo para decir al Eterno Padre: «En tus manos en­comiendo mi espíritu; perdónalos: no saben lo que se hacen.»

Número 11. Pórtico de la iglesia de San Lorenzo.—De riquísima decoración arquitec­tónica en canecillos, sofitos y dovelas, ador­nados con representaciones, muy curiosas y exirañas; rodea por el Sur y Poniente a la igle­sia de tres ábsides, con arco de herradura en la portad > principal, acusando su origen visi­godo, y con torre románica de ladrillo, dis­puesta en cuatro cuerpos y con cuatro órde­nes de ventanas de medio punto.

Número 12. Interior de la iglesia de San Millán.—Beilísitna perspectiva del gran tem­plo románico, siglo xi, de tres bóvedas, sepa­radas por pilaies compuestos y por columnas monocilíndricas; cuatro á b s i d e s ; cornisas.

NÚM. 11.—PÓRTICO DE LA IGLESIA DE SAN LORENZO NÚM. 12.—INTERIOR DE LA líJLESlA DE SAN MILLÓN

Page 14: La ilustración española y americana 15 5 1920

NÚMS. l8 Y 19.—2ÍS4 LA I L U S T R A a Ó N ESPAÑOLA Y AMERICANA 15.Y 22 MAYO 19 *

S!£í":Sterc^

NÜM- 13.—PÓRTICO DE'LA IGLESIA DE'SAN ESIERAN NÚM. 14.—IGLKSIA UE LA VEHACRUZ

a b u n d a n t e s en decoración del xiii; tres porta­das de revelante inéiito y caprichosos capi les de admirable ejecución.

Número 13. Pórtico de la iglesia de San Esteban .—Ocupa , juntamente con la torre, el flanco del Sur y, mediante un primoroso án­gulo, se cont inúa hasta los pies de la iglesia, que tiene la portada principal del Re­nacimiento. Sus capiteles, dobles y va­riados, están llenos de representacio­nes simbólicas de fina y delicada es ­cultura.

N ú m e r o 14. Iglesia de la Vera-cruz.—Erigida por los caballeros del Temple y dedicada en 13 de abril de 120S. Ofrece la originalidad de ser en Europa el ejemplar máis perfecto y el mejor conservado de las iglesias que los Templar ios construyeron, a imita­ción del primitivo templo de Jerusalén. Tiene platita dodecagonal , cuatro áb­sides, cúpula mahometana y dos por­tadas de arco abocinado con ornamen­tación, propia de la segunda época, en sus l indos canecillos. Efi la portada del Sur parece haber existido la repre­sentación de los pecadas Capitales,' en un relieve que está sobré la clave del arco y cuyas figuras se hallan y'¿. dete­r ioradas por los agentes atmosféricos. Monu­mento nacional por Real orden de 4 de julio de 1919.

Número 15. Vista panorámica del monas­terio e iglesia del Parra l .—Fundación del se­ñor de Segovia, que luego reinó en España con el nombre de Enrique IV, es un conjunto de los órdenes ojival y plateresco con portada gótica, sin concluir, numerosos ar tesonados del m i s m o estilo, multitud de mudejares deta­lles y una interesantísima colección de sepul­cros , pertenecientes a las familias nobies de

la ciudad. Tuvo el patronato de la capilla ma- cis. Es una cruz patriarcal o de doble traver-

llena, al que también se atr ibuye la fábrica de la iglesia.

Número 16. Interior de la Veracruz.—Le const i tuyen dos recintos concéntricos, a lum­brados por pequeñas ventanas con caracteres

de

yor ei poderoso y turbulento marqués de Vi- sa, de estilo gótico, en la que han sido co cadas dos ciucecitas, formadas con el pedaz del Lignum Crucis que el pontífice " ° " ^ ¡ rio 111 tomó del bra7j> derecho de la Cruz de Saiv.idor y donó a los Templar ios en ^5 •: mayo de 1224. Ante ella prestaban juramen

y hacían sus votos los profesos de Orden, Hoy se conserva en la ig'^^' u'e Zamarramala.

Número iS . Sepulcro de la condesa Medellin.—En su factura imita ei

estilo de Juan Güas, el arquitecto d^ San Juan de los Reyes de Toledo. J ^ doctores de la Iglesia, sentados en no" ] Hacinas de trepada arquería, apa '^" tan velar la estatua yacente, hermosa­mente tallada en alabastro, de la con desa doña Beatriz, que se cobija baj un arco apuntado con decoracione del periodo gótico florido. j .

Número 19. El Acueducto de se­govia. —Llámasele encaje depu'draj toncado; es una fábrica de tal •^"" '"CMS

dad que no tiene cotejo en el mufiao. ciento sesenta y dos arcos, ^'^'^'''^^^ jg , en cinco segmentos , revelan marca mente e lor igen romano de su ^^^ Q,$ ción, que abarca una longitud de o

tros y 'se compone de grandes ^ ' ' ffj.f, ^__nito, cuadrados para los pilares y cunei mes para las dovelas de los arcos, los ^^^ t ienen su mayor elevación, de 28,50 '^^ . J en la plazuela del Azoguejo. El coleccion'^^ segoviano don Eugenio Nonine posee moneda inédita y conmemorat iva, tal ^'^^'.^ la fecha en que se cons t ruyó el monume ' pues to que lleva en el reverso el Acueduc en e! anverso tiene el bus to , al pareceri , Ausus to . Fué declarado monumento nacio

SUM. I 5.-^VISrA PANORÁMICA DEL MONASTERIO t)E LA IGLESIA nict, PARH Al-

de aspillertis. En el central , que es de dos pi­sos, se figura el edículo del santo sepulcro, al que se puede entrar por cuatro puertas, de arco apuntado y de poca elevación, que sos­tienen un segundo cuerpo o compart imiento con un ara de forma cuadri longa, en la que depositai ían los caballeros sus a rmas duran­te el acto de la vela. A los lados del Evangtí-lio y de la Epistola existen dos pequeñas ca­pillas, s ímbolo, quizá, de los sepulcros de Ni-

metros gra

codétnus y de José de Amaríiea. Número 17. La Veracruz o Lignum Cru- por Real orden de \\ de octubre de i884-

NÚM. 16.—INTERIOR DE l.A VI¡KACttUZ•

' • • r . i

NÚM. 17.- LA VERACaUZ O l.IGMCM CRUCIS NÚM, rlí. 8.-^ST;rui.CRO DE LA CONDESA DE MED

,sx-i-í>''

Page 15: La ilustración española y americana 15 5 1920

'5 V 22 MAYO i q 2 n LÁ ILUSTEÁGION ESPACIÓLA Y AMERICANA íJÚHs. i S Y i g . — 2 ^ 5

Número 20. Sepulcro del "¡arques de Villeiiíi.—Ocupa 1 lado del evangelio en elpres-

biteiio y está iVontero con el J s igual clase, perteneciente a ¡a condesa de ViUena, düñ¡-•alaria Portocairero, ronnando ' ' do?, con el altar niayur a "li'nera de un inmenso trípti­co- Ha sido construido por Jasco de la Zarza y por su ^'scípulo Juan Rodríguez; tie-^ ties cuerpos y pertenece al ^stilü plateresco. Son de jaspe 1 ' na^amento, adornado con 3s imágenes que representan ^ las virtudes teologales y car-'^'na'-es; lu estatua orante del ¡Jj^'qués, armado de punta en ^'^n :o; la del paje, arrodillado, llevando el morrión y el escu­pí y el hermoso bajorrelieve

qtie representa la escena de la P'tiparación para la sepultura • e Jesucristo. Las pilastras laterales, las,cabe ^^^ de ángeles, el arco-solio y las demás es

^a4;1^-Í

L^J*f-

m

• ^^i- 20.—SKfULCiiO DKL MAHyníS DE V I L L E N A

j^l^^^s, llorones, escudos, etc.. son de piedra '""lea, muy dura, abundando en todo una

^•"ouisa decoración del Keníiciniienlo. ^^^úiiiero 21. Cueva de Santo Domingo de

•J^mán.—A la parte dei Norte, y junto al áh-

N I J M . 1 9 . — E L ACrKDUCrO DE SECOVIA

side del templo, existe la famosa y veneranda C/ievti donde es tradición que, esbindo en ora­ción, a los pies de unCrucifijo, el santoFunda-dor, derramó paite de su sangre, la cual se vio fresca v coagulada después de trescientos diez y ocho años. Da ycceso a la cueva una por­tada gótica, construida en la misma época que laiglesia de Sania Cruz. ^

Número 22. Sarcófagos de los Espinar y de los de la Hoz.—Labrados en pizarra negra, superpuestos unos a otros y ornamentados con blasones, frondas y epitafios del gusto ojival.

^ ^ « - . . -PORTADA SEXRtIGtESlA- DE Si'NTA CRUZ

NÚM. 21.—CUEVA DE SANTO DOMINGO DÉGUZMAN

Número 23. Portada de la iglesif^ de San­ta Cruz, pertenece al primer convento que fundó en España Santo Domingo de Guzmán, cuyos descendientes tuvieron el patronato del mismo hasta que restauraron y agrandaron su fábrica los Reyes Católicos. Está formado por un arco trebolado que sostiene un hermoso re­lieve de la Piedad, en el que aparecen Isabel y Fernando, acompañados de santos de laOrden Dominicana. ííepisas, doseletes, guirnaldas y cardinas, escudos reales, sostenidos por águi­las, y los de la Orden por ángeles, el Crucifi­cado y dos religiosos en ademán de adoración completan la interesante y hermosa composi­ción.

Número 24. Puerta de San Andrés.—Una de las cuatro del circuitD cenado o muralla que se desarrolla en una extensión de 2.250 metros, con 9 de altura y 2,50 de espesor. Tie­ne arco peraltado, morisco, galería de ventanas irregulares, cornisas de bolas, saeteras en cruz, almenas piramidales y un escudo heráldico. A uno y otro lado está flanqueda por dos to­rres; una poligonal y la otra cuadrada, de la­drillo, con sabor mudejar. Pertenece al siglo XV y resulta muy beHa en su conjunto.

Número 25. Torreón de Arias Dáviia.—De estilo góti­co, siglo XV. Consta de dos cuerpos de mampostería, re­forzada con sillería en sus cua­tro ángulos y ornamentada con alicatados arabescos. Los matacanes son de mucho vue­lo, y las almenas rematadas en pirámide, ostentando algu­nas de ellas los escudos seño-liales.

Número 2Ó. El Alcázar.— Crujía del Norte.—Compren­de el espacio donde se halla­ban instaladas las suntuosas cuadras o estancias, adorna-

Ídñs, en otro tiempo, con mag­nificas estatuas de todos ios reyes de España y con admi-

^ rabies artesonados g ó t i c o -mudejares, en púipura y oro.

Número 27. Casa de Al-puente.—La más bella de las

casas fuertes torieadas de Segovia. En ella se pueden admirar ios hermosos ventanales mu-

%

••^k

NLM. 22.—SASCÓFAGOS DB LOS ESPINAR • Y DE LOS IJIÍ LA HOZ

dejares que hay en la fachada principal, y los aitesonados que existen en algunas habi­taciones del interior.

Número 28. Casa denominada de Juan Bravo. — Tiene galería de arcos alcobados, guarnecidos de gruesos boceles, sartas de bo-

r

NÜM. 24 ,—PUERTA "DE -SAN ANI'RÉS

Page 16: La ilustración española y americana 15 5 1920

NÚüis. i 8 Y i g . — 2 8 6 LA ; L U ' 5 T R ^ C I G N E S P A Ñ O L A \ AMERICANA 15 Y 2 2 MAYO 1920

NÚM. 25,—TORREÓN DE ARIAS DÁVII;A

las y escudo señorial, que no es el del insigne comunero. Es del estilo gótico.

Número 29. Casa de los Picos.—Torreada, gótica, del xv, y notable por las piedras de la fachada, labradas en formal de punta de diamante. Ames de su restauración tenía

Número 32. La antigua sinagoga o iglesia del Corpus.

Números 33 y 34. San Antonio el Real.— Artesonados mudejares. Sala del Capítulo y Claustro.

Número 35. Sobrepuerta del antiguo pala­cio de Enrique IV.—Es de yesería mudejar con detalles góticos, casi idénticos a los de las salas del Alcázar.

Número 36, Fachada principal del real pa­lacio de San Ildefonso.—Consta de grandes pilastras y columnas, estriadas, algunas pa­readas, con capiteles ricamente esculpidos en riiárinol. Sobre las cuatro columnas centrales se apoya un ático rectangular, formado por cariátides que representan las estaciones del año, y coronado por una balaustrada de igual carácter que la que corre a lo largo del enta­blamento principal. Es de estilo compuesto, siglo xvín, y su traza y ejecución son debidas a los arquitectos Jubara y Saqueti.

Números 37, 38 y 39. Monumentales fuen­tes de la Granja.—La carrera de caballos. Se compone de 114 surtidores y de diversas fuentes, entre ellas la de Andrómeda y la de Las Tres Gracias. Situada enfrente de la facha­da principal del palacio, lorma, ai correr el agua, un bellísimo panorama. Las estatuas son del siglo xvm y de tradición berniniana, deca­dente, obra del escultor Dumandre.

Número 40. Cruz procesional. Siglo xvi.— Pertenece a la iglesia de San Miguel. Es góti-

NÚM. 28.—CASA DKNOMINADA U K J U A N B R A V O

Es del siglo XV, y fué fabricado por el 0^ ^ brs Juan Pérez. p

NTúmero 43. Custodia de la Granja.--obra primorosa del siglo xvii, con una altu • de un metro próximamente; pesa 27 li''^^ f está adornada con esmeraldas de gran ^^'

N O M , 2 6 . — E L ALCÁZAR. C U U J I A DEL NORTE

artesonados mudejares y era la que delendia la puerta de la muralla llamada de San Martin.

Número 30. Casa del marqués del Arco.— Patio estilo plateresco. Consta de tres lados en pórtico y de otro cerrado. Los bustos de empe­radores romanos y de reyes españoles, reparti-

ca, de mucho peso y está llena de figuras y capiteles.

Número 41. Retablo gótico, bruselés, en la iglesia de San Antonio el Real.—Se compo­ne de más de sesenta figuras, talladas por completo. Representa la crucifixión en el Cal-

^NÜM. 27.—CAKA UE ALPUÉNTB

La Virgen y el templete del cuerpo centra' de oro macizo con esmaltes. t^.

Números 44, 54 y 55. Casulla, ^apa P , vial y paño de pulpito, góticos, de la Ca's de San Andrés y San Miguel. . _^

Número 45. Cruz gótica de la * ''' "ig(,ta Perteneció a la antigua parroquia de Columba, de Segovia. Es del siglo xvi.

NÚM. 29 .—CASA DE LOS FlCOS

dos por el arquitrabe, son de buena factura, y muy gentil la galería con una balaustrada pre­ciosa.

Número 31. Casa deGarci-Sánchez.—Es­tilo barroco. Tiene portada con columnas ter­minadas en candelabros, y una bonita galería de arcos rebajados. Toda ella es de granito.

vario,yencierra tanta importancia que no exis­te otro que se le iguale en España.

Número 42. Cáliz gótico de la Catedral.— Regalado por D. Beltrán de la Cueva, marqués de Cuéllar, en memoria de la toma de pose­sión del maestrazgo de Santiago en la Cate­dral antigua. NÚM. 30.—CASA DEL MARQUÉS DE * "

Page 17: La ilustración española y americana 15 5 1920

15 1: 22 MAYO I 9 2 0 LA ILUSTRACIÓN E ¿ r , , . LLA Y AMERICANA NÚMS. T 8 Y 1 9 . — 2 8 7

N I ' M . 31 .—CASA DE GARCI-SÁIÍCHEZ

Número 46. Escultura románica en piedra, ^focede de la antigua iglesia de San Miguel, ^igloxii. _ Número 47. Imagen bizantina de la igle- sa del xvi; e! lienzo oriental está defendido por

pado de Segovia, habiéndole transformado después el prelado D. Juan Arrias Dáviia, quien puso a la enü^da de la iglesia dos to­rres, poligonales en el piimer cuerpo y ciicu-lares en el segundo.

Número 5S. Vista general de la villa de Cuéllar.—Se halla edificada la antigua Colen-da de los romanos tn una prominencia o co­llado, adoptando su caserío la forma de anfi­teatro. Tiene soberbio castillo, que fué pose­sión real y después pasó a ser del señorío de D. Beltrán de la Cueva; doble cerca: una para la ciudadela, que forma el barrio de San Mar­tín, y otra para la ciudad, que integran ios ba­rrios que no rebosan fuera del recinto exte­rior; espléndidas edificaciones eclesiásticas del estilo románico,de ladrillo,y muchas casas bla­sonadas que revelan, en conjunto, la antigua piedad y la fortaleza de la villa.

Números 59 y 60. Palacio-castillo de Cué­llar.—Fábrica levantada a poco de la restau­ración de la villa por Alfonso VI y reconstruida en el xv por el duque de Alhurquerque, don Beltrán de la Cueva. Adopta en planta la for­ma cuadrilonga con gruesos cubos en los án­gulos. Posee alta y robusta torre del homena­je; su puerta principal tiene los escudos de los reyes de Castilla y de León, el de D. Beltrán y el de su primera esposa, doria Mencía de Men­doza; hay patio central con galería majestuo-

^ de San Millán, siglo xu¡. una gran barbacanajy todo el edificio se ador-

NLM. 3 2 . — L A ANTIGUA SINAGOGA O IGLESIA DEL CORPUS

corte árabe y está flanqueada por un robusto cubo y por una tone cuadrada. Encima de la clave del arco exterior, que tiene hiladas de ladrillo, campea el escudo del Concejo y en el lienzo central los de los Cuevas,

Número 62. Puerta de San Martín (Cué­llar).—Una de las cuatro de la ciudadela.

NÚM. 3 3 . — S A N ANTONIO EL REAL NUM. 34 .—SAN ANTONIO EL HKAL

_, l^íúmero 48. Capiteles de la iglesia de la . ' ^ ' n i i i ad . — •Rnn•l^ln;/'í^c H^l cio-lri XII P v i f i t e n -te *^^-~í^oi"án¡cos, del siglo -xii, existen-^ en la portada interior del templo, que tie-

^ también el monograma de Cristo. ^ ^limeros 49, 50 y 51. Tapices de la Cate-^ral.-~-pug,.(jj^ regalados a la Catedral por el gC^diano de la misma, D. Antonio de Ayala ^^fganza, en el año de 1697. Todos ellos han

'lo fabricados en Bruselas. ^Número 52. Cristo de los Gascones, en la

^'esia de San Justo.—Procede de Alemania. travT^^ 'a tradición que llegó a esta ciudad

"do por unos gascones y por unos alemanes, ^^'^"es, habida disputa entre sí acerca de su

flenencia, le cargaron sobre una muía, a la g^e Sacaron los ojos, llegando a ia iglesia de gl " Justo, en cuya puerta de entrada .-evento g] g"['»ial, teniendo esto como prueba de que (jg ^"* '' quería quedarse en Segovia, en don-j ^ 5e establecieron los que tanto se disputaron K-P^-' e^iün de la veneranda etigie. Es bizan-''"'^' del siglo xi. ^^iNumeros 53, 56 y 57. Castillo de Turéga-que ' ' y gentil mole, de estilo gótico, la Q ^^ ^^'^"ta en una pequeña cuesta, desde denL^ domina a loda la población. Encierra bac '^ ' ^ ^^^ muros, a los que ciñe una bar-si„¡^^^ ^hnenada, una iglesia románica del rgg J^"> ^^ tres naves y ábsides semicírcula-e(¿¡k ,"tre las numerosas torres que tiene el cojí ?'^ descuella la torre central de piedra cn^- ' ^ torreones en cada uno de sus lados y •"^in^n^ ?^ saeteras, almenas y matacanes. La

^ iJoña Urraca hizo donación de él al Obis-

na con saeteras, matacanes y almenas. Su construcción es del estilo gótico.

Número 61. Puerta de San Basilio (Cué­llar).—Se halla situada junto al Castillo, y es la única puei ta que tienen común la ciudade­la y la villa. La forman cuatro arcos unidos de

%-r~.^>-

..«^y NI ' :M. 33.—SOBREPUERTA DEL ANTIGUO PALACIO

DE ENRIQUE IV

Está constituida por fortísimo arco de piedra con grandes dovelas y defendida por dos ro­bustas torres cuadradas que flanquean su en­trada. Sobre la clave del arco, lo mismo que en las otras puertas, se halla el escudo de la villa, y en lo alto de las torres, así como en los remates de los lienzos de la muralla, los de los poderosos magnates del castillo.

Número 63. Sepulcros de la iglesia de San Esteban (Cué l lar ) . - Lado del Evangelio. Gó-tico-mudéiares con admirables calados, ence­rrados dentro de un recuadro con inscripcio­nes de los Salmos. Sobre las urnas funerarias descansan dos estatuas yacentes de alabastro primorosamente ejecutadas: una de mujer y la otra del caballero, cuyos son los sepulcros, Doña Isabel de Zuazo y su esposo D. Martín López de Córdoba e Inestrosa.

Número 64. Puerta de San Andrés (Cué­llar).—Solamente se conserva ella de las cua­tro del 1 ecinto de la villa. Tiene arco de hei ra-dura con ojiva apuntada, sobre la que está es­culpido el blasón del pueblo; indicio, tal vez, de que los señores del castillo y de la ciuda­dela nunca dominaron en la villa.

Número 65. Ábside de la iglesia de San Esteban (Cuéllar).—Elegantísimo tipo del estilo románico,de ladrillo, situado en el ángu­lo que forma el recinto murado de la ciudade­la y formado por arquerías ciegas superpues­tas, dobles recuadros y fajas en espina de pez, admirabiementecombinados. En esta iglesia se conservaba el archivo de los nobles linajes, pertenecientes a la cofradía de la Visandína.

Page 18: La ilustración española y americana 15 5 1920

N C M S . I 8 Y 1 9 , — 2 Í j 8 LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA V AMERICANA 15 Y 22-MAVG J 9 ^ ^ ^5 V 22 MAVO 1 9 2 0 LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA NÜMS. : 8 y 1 9 . — 2 8 9

PANORAMA GENERAL DE SEGÓF/A.—Comprende aproximadamente una longitud de 2.500 metros. Su pol bIac¡ó^j5l^dV¿^|;f^ i tantes; su a l t i tud s o b r e el nivel del m a r es d e 1.005 m e t r o s . Se halla s i t uada e n c i m a d e u n a l o m a q u e ab razan

p o r u n o y o t r o lado el r ío E r e s m a y el a r royo C l a m o r e s , a los 4 0 ^ 5 7 ' , 3 - l a t i tud n o r t e , y a los o", 26 ' , 2 4 " ' ¡ongitud-oeste i ^^^ U i ] ^ perspect iva q u e d a m o s , p r e s e n t a la c i u d a d la esbe l ta forma d e u n navio q u e va d e O r i e n t e a O c c i d e n t e y c u y a p r o a la ^ ^ / 1 ^ - ^ ^^^ _^^ . ^ ejemplar del .n^^ ,niud4^^^^^^^^ tipos d e a r t e r o m á n i c o , ojival y p la te resco; n u m e r o s a s casas t o r r e a d a s con m u y bel las p o r t a d a s b l a s o n a d a s y u n a m t e -

r e s a n t e y va r iada mu l t i t ud de bizan detalles hasta hoy p o c o e s t u d i a d o s . cons t i t uye el i n c o m p a r a b l e Alcázar segoviano . T i e n e r e c i n t o m u r a d o , s o b e r b i o A c u e d u c t o r o m a n o (ei mejor c i cmp ' " ' - . pg v ••"'^^3- --i^^a ui

va r iada mu l t i t ud de b.zantm" • e. detalles h,

Número 66. Sepulcros de San Esteban (Cuéllar),—Lado de la Epís­tola, be ía misma factura que los que les son íVonteíos, aunque las urnas son distintas, a causa de estar dis­puestas en forma de arqueta. Perte-nectíif a laS familiíis nobles de'los Ve-lázqufez e Inestrosas. Unos y otros sotí de principios del xvi.

Número 67. Imafronte de la igle­sia de San Andrés. (Cuéllar).—Mez­cla del románico primitivo de piedra con el románico de ladrillo, constitu­ye un ejemplar poco visto en este gé­nero de construcciones, queriendo imitar con el ladrillo las portadas de piedra y señalando por medio de cin­co grandes anillos e! arco formero, así como por las arquerías ciegas, análogas a las de los ábsides, las otras dos níi ves laterales.

Número 68. Iglesia de San Pedro (Cué

NL.M. 36 .—líE^iL PALACIO UE SAN ILDtl'ON'SO

Número 69. En Cuéllar.

Número 70. Cuéllar.

Calvario bizantino, siglo xm.

Imagen bizantina, siglo x. En

llar).—Románica, de ittdrilio, con "'^ solo ábside y grandes arbotantes qu^ se apoyan en el suelo para contra­rrestar el empuje de la fábrica. La to­rre es parecida a la de las otras igle­sias de Cuéllar, alta, prismática, le-matando en almenas y con tejadillo de saboí' áiabe.

iNúmero 73. Cabeza dé San JÚBO Bautista. Se halla en la Iglesia d^ A'' deonte. Tiene indecible expresión y parece obra de Alonso Cano.

Número 74. liomeria del Henar-Esencialmente típica, se celebra e los alrededores del sanluario, situfldo a una legua de Cuéllar, en dii't i ciún al Norte, con un concursd de catoic mil personas, aproximadamente, p" *" cedentes, algunas de eilii.s, de aparta'

das regiones. Número 75. Imagen bizantina, siglo xi"

(Cuéllar).

-2>

Número 71. Ábside de la iglesia de San Francisco (Cuéllar).—Eué fundada la iglesia en el si<;lo xiu y agrandada y ornamentada a mediados del xv por D. Beltrán de la Cueva. Su traza pertenece al gótico, floridez, con pro­fusión de escudos dei maiqués y de sus tres esposas, de los apellidos Mendoza, Toledo y Téllez Girón.

Número 72. Iglesia del Salvador (Cué-

Kl*fe*> f> -^::m

,: ' u! r i : . NUM, 37.—MONUMENTAL FUENTE DE LA GRANJA

llar).—Roniánica de piedra, servía de defensa a la puerta de la muralla que lleva su nombre.-Con sus robustos arcos peraltados, con sus ventanas de jambas lisas y sus aspilleras, se­meja un, verdadero baluarte, mezcla de religio­so y niiliíar. Esta iglesia existía ya en el si-gl.o XI, puesto que la mencionan en su testa­mento el conde D. Pedro Ansúrez y su mujer la.poadesa doña Eilo. NC'M. 38.—MONUMENTAL FUENTE DE LA GRANJA

Nl'M. ;0.—MONUMEN*TÁt FCTENtE.dE LA G R A W '

Número 76. Vista de Sepúlveda.—^'"^^_ ilustre nombre, edificada sobre empinadacU ta; tenía robusta muralla con siete puertas, e ^ pléndidos edificios románicos y muchas cas señoriales blasonadas. ^

Número. 77. Pórtico del Salvador, de í ' púlveda.—Ruda construcción del año 1093 que señala el paso de transición del estilo tino bizantino al románico francés. \-^^ ^'^'^

NÚM. 4 1 . — RETABLO GÓTICO, BRUSELÉS, EN LA IGLESIA DIÍ SAN ANTONIO

KL HEAL

NÜM. 40.;—CKUZ l'ROChüIONAl-

SIGLO XVI

chü

son semicir­c u l a r e s , de bastante an-

. '"2) y la decoración muy originaria e inci-Piente, cual .si fuera precursora de las historias °^''oinánico puro.

Número 78. Portada interior del Santuario ^ Nuestra Señora de la Peña (Sepúlveda). '^Ofnánica, de la escuela francesa de la Santoi-

se • tiene jambas ornamentadas con lazos tren­

zados y terminadas por dos figuras de canes. En el arquitrabe está esculpido el cnsmon o lábaro V en el tímpano la fjgüra de Jesucristo, sentado en majestad. Triple archivolto, deco­rado con ángeles, con ios veinticuatro ancm-

NÚM. 42.—CÁLIZ GÓTICO DE LA CATEDRAL N i e \' a. —'

Consia de cinco .arcos apuntados, de pequeño dovala-je. por cada uno de sus lados y apoyados so­bre delgadas columnas pareadas. Ofrece , la particularidad de que, siendo su fábrica del estilo gótico, los bellísimos capiteles están pr^

NÜM. 43.—CUSTODIA DE LA GRANJA-

S t 'M. 4 4 . -CASI-LLA GÓTICA DE LA CAl'EÜRAÍí.

n o s y con rosáceas, el arcángel San Miguel, pesando el mérito de las almas, y San .lorge a caballo e hiriendo al dragón con una lanza; presidido todo por la misteriosa mano de la Providencia, integran la escena delJuicio, que representa la interesante y original portada.

Número 79. Imagen de Nuestra Señora de la Peña. Siglo xin (Sepúlveda).

Número 80. Claustro de Santa María de NÚM. 4 5 . —CHUZ GÓTICA DÉLA GRANJA

Page 19: La ilustración española y americana 15 5 1920

NÚMS. l 8 Y 1 9 . — 2 9 0 LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA 15 V 2 2 MAYO 1 9 2 0

namentados al modo románico, con escenas de la caza, de las labores del campo, asuntos religiosos, civiles y representaciones simbó­licas.

Número 81. Portada de Santa María de Nieva.—La iglesia-convento debe su funda­ción a la reina doña Catalina de Lancaster. El estilo es del gótico-francés. Componen la por­tada cinco archivoltos, llenos de doseletes y estatuas que representan ángeles, vírgenes, mártires, los ancianos del Apocalipsis, la resu­rrección de la carne, con la nota singular de que las losas de los sepulcros de los elegidos las sostienen los ángeles y las de los sepul­cros de los condenados las abren los demo­nios. En el tímpano aparece Jesucristo senta­do en majestad, y a su derecha e izquierda cuatro figuras arrodilladas que simbolizarán quizá a la fundadora y a algunos miembros de su familia. También están representados el Cielo y el Infierno. Suplen a los capiteles lin­dísimos grupos escultóricos con escenas de la pasión del Salvador, representando las catorce estaciones del Via-Crucis.

Número S2. Palacio-castillo de Coca.—Le construyó el obispo D. Alfonso de Fonseca en el siglo XVI. El estilo de la fábrica es completa­mente mudejar, de ladrillo y de esbeltas pro-

NÚM. 4Ó. — ESCUL­TURA KOM-Á-NICAEN

PIEDRA

porciones, tanto, que en su género no hay otro que le iguale en gentileza.

Consta de barbacana, cuyos áiigulos flan­quean torres ochavadas, re.saltando en cada una de sus caras garitas poligonales, ceñidas por arquería corrida de matacanes. Una mul­titud de cubos, saeteras y almenas con ornato de estalactitas llenan los lienzos, coronan la torre del homenaje y las partes principales del castillo, dándole una visualidad de incompa­rable riqueza.

Número 83. Castillo de Pedraza.—Situado en la altura de un montículo que sirve de asiento a la antigua Petraza, población amu­rallada, a la que solamente se puede entrar por la única puerta de la villa. Debe su edificación al poderoso condestable de Castilla. D. Pedro Fernández de Velasco, quien le mandó levan­tar con traza del estilo gótico, en el ano de 1567. Hoy sólo se conservan las paredes,

NÚM.-49.—^TAPE POMPEYO

NUM. 4 7 . —IMAGEN BI­ZANTINA

la torre del homenaje, colocada a la izquierda de la puerta de entrada, y la barbacana, que tiene interrumpidos sus lienzos poi- salientes y robustos cubos.

Números 84 y 85. Casfillo del condado de Castilnovo.—Edificado con arreglo al estilo mudejar en el siglo xiv, perteneció a un indi­viduo de la familia imperial de Alemania. Os­tenta tres grandes torres, ya rebajadas, con es­beltos ajimeces. Por su situación en despobla­do semeja haber sido una de aquellas mansio­nes señoriales que no tuvieron otro objeto que albergar en sus estancias a aquellos mügnates que hacían vida feudal, mantenían idilios con nobles damas o celebraban fastuosas asam­bleas.

Número 86. Iglesia de San Boa!.—Romá­nica, de ladrillo, con un solo ábside y con tri­ple orden de arcos de medio punto, super­puestos, sin recuadros ni espina de pez, cual sucede en los ábsides de las iglesias de Cué-llar. La torre, muy esbelta, es igualmente de ladrillo, dividida en. cuatro cuerpos con tres órdenes de ventanas abiertas.

Número 87. Portada de Santa María de la Sierra.—Está formada por triple arco apunta­do, que se apoya sobre jambas de gian dove-laje, rematadas en impostas, a manera de capi­tel. Pertenece al que fué convento del Cister, dependiente del priorato de Sacramenia. Su fundación data del siglo xin, y su estilo es el de transición del románico al ojival. No obs­tante la pobreza de la decoración en la portada, que se adorna con baquetones y dientes de sierra, la iglesia de tres naves conserva en sus pilares capiteles de la mejor ejecución del 10-mánico.

Número 88. Imagen de Santa María de la Sierra.—Bizantina, del siglo xni, se conserva en la iglesia de Sotalvos.

Número 89. Priorato de San Frutos.^—En un alto promontorio de piedra, que semeja un istmo, se levanta, circuido por elevadísimas vertientes, el templo dedicado al Santo Patrón de la diócesis. Adopta el carácter románico del siglo xn y domina una vasta soledad de roca pelada, en gran manera extraña, en el cora­zón de Castilla. Alli habitó San Frutos, junta­mente con sus santos hermanos Valentín y En­gracia. Por los alrededores de aquel solitario paraje existen magníficas estaciones prehistó­ricas.

Número 90. Iglesia de Sotosalvos.—Perte­neció la pequeña aldea al cabildo catedral de Segovia, el cual la pobló y edificó su iglesia, de últimos del siglo xn o principios del Xm, con traza del románico primitivo en la portada y con decoración espléndida y casi igual a la del tejaroz de San Juan de los Caballeros, de Segovia.

Benito de FRUTOS

^0M m HÚM. 48.—CAPITULES DE LA TRINIDAD

Industria pinariega de ia firouincia de

Scgoma. «Hay en toda la regi»5n de

Castilla la Vieja pueblos y co­marcas enteras en las que sus habitantes se dedican exclu­sivamente al aprovechamien­to de los bosques, siendo su única riqueza las maderas, las resinas y los demás produc­tos forestales.»

LUIS CARR^K"*-

oL estudio de las industrias que pueden I derivarse de la producción de los mon-l tes, sobre todo en la provincia de Se-

SS™ooocg govia, es tan interesante, que por sí solo podría suponer mucho tiempo y una grs" cantidad de trabajo que seguramente no sería in­fructuoso y habría de servir de lección y ejemplo demostrativo de lo mucho que hay por hacer y de lo abandonado que en España se tiene este problema forestal qye tanto interesa, muy espe­cialmente a la provincia de Segovia.

En la estadística de la producción forestal qu^ se publica por el Cuerpo de Ingenieros de Mon­tes puede verse que esta provincia de Segovia es, en punto a rendimiento foresta!, la que fig'í''^ a la cabeza de todas las provincias de Espaií^- 3 ' esto era antes de la guerra, porque la última es­tadística publicada es anterior a ella, pueden im*" ginarse los lectores lo que significa la riqueza fo­restal de Segovia empujada por el alza de precios, verdaderamente insospechada, acaecida en estos

anos. La superficie total de la provincia de Sego^'

viene a ser aproximadamente de 700.000 hectá-

NÚM. 50 .—TAPIZ DE JARDl.\ERfA

Page 20: La ilustración española y americana 15 5 1920

^5 Y 22 MAYO 1920 LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA NÜMS. 18 Y 19.—291

XCM. 51.—TAPIZ]|REINA CENOVIA NOM. 52.—CRÍSTO DE LOS GASCONES

^^as; de ellas, cerca de 200.000 son de índole fo- pequeñas dimensiones, e h.erro y el cemento han testal: pero es preciso considerar en estas úlü- venido g sustituirla en las aphcac.ones que re-"-«s ^os partes esencialmente distintas. la región quieren gran resistenaa y d.umetros de conside-•nontañosa y la rerñón llana •"ación; en cambio, las traviesas del ferrocarril, los

^ona monia,lol-S. halia poblada principal- postes para entibación de minas la destilación de '"^"te de pinos silvestres, encinas y robles en los la madera para la obtenc.ón de vinagre y del al-¡«« s en que h^ podido conservarse el arbolado, cohol y el aprovechamiento de la celulosa para la

^^^^ndo el resto constituido por terrenos incultos. pasta de papel, hacen que pueda emplearse aqué-^•^e en su mayor parte sustenta un pasto pobre y Ha en sus más ínfimas dimensiones.

Squ-iniado por el ganado trashumante. ^stos montes son muy valiosos desde

«1 punto de vista maderable. ^ s especies más preciadas, como

^^^ el pino de Balsain o silvestre, los obíedales, aunque hoy están muy ma^ •"a ados; los encinares, montes de Ene-•"fj casi hoy en desaparición, y otras

cuchas atestiguan lo valioso de los Provechamientos que de ellas pudie­

ran obtenerse.

La evolución sufrida en el empleo de iiadera hace que haya cambiado por "^Pleto la forma y dimensiones en que

Su en aprovecharse los productos, de os montes. Antes se requería gran-

,.f ^'"^ensiones, escuadrías de g r a n ^^uietro; la construcción así lo reque-

' y esos árboles centenarios que aún P'íeden admirarse en los pinares de Bal-

" y de Navafría eran los más cotiza­dos, sino

„[-,„_ 53.—CASTILLO DETUKKGANO

Norte Este

• "o sólo en el mercado interior de España, que fueron arrastrados hasta las costas del

para utilizarlos en la marina.

He ahí el destino futuro de los extensísimos pinares de los baldíos de la zona norte del Gua­darrama, que se hallan en la provincia de Sego-vla, así como del terreno inculto de esa misma zona que a consecuencia de la desamortización naso a manos de la propiedad privada, que no -•"•veniente, y era la eran cantidad de años que paso a manus uc P K r \ „ , -

erannr»^- - J ' - ' - ^ ^ ^ S • • \ nudo en los t e m p e s de la generación anterior *" precisos para conseeuir os, y consiguiente- P " " " cu i ^ . ^ , , . ^ .

m*.„^-, ^ * cuiiscg 1 , j 6 »^„„^ «1 ni-Knfldn V lo talo de una manera tan

' aprovechamiento de la madera en gran-inp '"'^"s^oues tenía, sin embargo, un grave

veniente, y era la gran cantidad de años que

H Vi afortunadamente, la madera se emplea en

"•ente „ ' " " ' ' co„segu,rlos, y cons.gu.en e- p - ^^ ^^,, ^^ ^^^ ^^^^^ ^^^

' C i ^ H " " " " ' " P ^ ^ " ™ ' r ' ^ ' " r - de onsiderada que hoy venimos a tocar los de-

^^" gl problema industrial del aprovechamiento de la madera esiú suficientemente resuelto para que nos detengamos efi él y sobradamente conocido en Segovia el despiezo de la madera, bien en for­ma de madera de hilo o en la de madera de sie­rra y hasta que consignemos las diferencias de precio tan enormes alcanzadas en estos últimos tiempos por las nuevas aplicaciones de la madera Es claro que poner como ejemplo un pinar cual­quiera de la sierra segoviana es referirse a las me­jores calidades de madera que puedan desearse en España; por lo mismo mantener incultos los terre­nos de la sierra de esta provincia es falta y descui­do a todas luces imperdonable. ¿Quién no conoce el pinar de Balsaín? Se citan los pinares alemanes como modelo de producción, como n ó m a d e for­mas en los pinos de espesares altamente produc­tivos y artísticos a la vez...; pues el pinar de Bal-saín nada tiene que envidiar a un pinar alemán. Tiene, aproximadamente, 7.000 hectáreas de pi­nar; no es descabellado el pensar que cada hec­tárea puede producir en este pinar de tres a cua­tro metros cúbicos, por año; tampoco es sospe-

* ' ' choso el suponer un precio a esta madera de 50

pesetas el metro cúbico en el monte; es decir,

NÚM. 54._PAÑO DE PULPITO una producción anual de 150 a 200 pesetas por

hectárea en el monte, o sea de 1.050.000 pesetas a 1.400.000 pesetas.

Con estos datos se puede fácilmente calcular la enorme riqueza que representa la zona montaño­sa de la provincia de Segovia, que aunque sóW ascendiera a 50.000 hectáreas, podría darnos una producción anual de seis a siete millones de pe­setas.

Esta producción la calculamos exclusivamente como valor de las rentas que pudieran obtenerse con el aprovechamiento en bruto en los montes; pero al referirnos al aprovechamiento industrial con su beneficio correspondiente que habría de obtenerse con la transformación de es­tas primeras materias, el cálculo nos lleva a números tan exagerados que más bien parece fantasía de la imagi­nación que realidad de lo que podía ser la riquísima producción de esta zona montañosa de la provincia d e Se­govia.

Afortunadamente también toda la es­casez de aguas, que es característica de la vertiente meridional de nuestras sie­rras, se encuentra más que compensada en la vertiente septentrional de la mis­ma; ri(|ueza de un valor industrial que puede siempre aprovecharse en el ;jmis_ rao sitio en que se produce y que coin­

cide precisamente con la producción forestal.

Las fábricas de papel, que al igual que la de Pdlazuelos, hoy existente en esta provincia, nos muestran una aplicación ya concreta e inmediata que pudiera obtenerse del pino silvestre, nos lle­van a la vez a periSár por extensión en el valor industrial de esta zona montañosa a que nos ve­nimos refiriendo. El hecho de que las últimas ra­mas, las que hoy se encuentran abandonadas, puedan utilizarse en la fabricación de la pasta mecánica del papel y en la destilación de la ma-

v;'.

Page 21: La ilustración española y americana 15 5 1920

NÚMS. l 8 Y 1 9 . — 2 9 2 LA ILU5TR ^CIÓN ESPAÑOLA 1 AMERICANA 15 Y 2 2 MA-vo J 9 2 °

SÚM. 56.—CASTILLO DE TURÉGANO.

LADO DE PONIENTE

dera, de la que se obtienen productos tan valiu-sos como el alcohol, el vinagre, la acetona y otros que no es preciso referir, podrá orientar al lector en este punto tan importante y de valor econó­mico tan grande, que cuando realmente se refle­xiona con calma sobre él, se resiste uno a creer que haya podido haber obstáculos, por grandes que fuesen, que impidieran u desorientaran a

conservación más regular de la humedad, a la vez que dan abrigo y sombra, según la .estación, al ganado que ha de pastar en las sierras. Esta ri­queza cuyo valor no hemos de ponderar y de la que se hace estudio tan acabado en los resúmenes hechos pur la Junta Consultiva Agronómica en el libro de «La Cuestión Regional de Castilla la Vie­ja», de D. Luis Carretero, en los resúmenes del Instituto Geográfico, etc., viene a significar hoy un valor que asciende a cerca de siete millones de pesetas, por pastos de los montes y dehesas, por yerbas y henos de los prados y las que se obtie­nen en las rastrujeras y barbechos de la provincia de Segovia.

Las clases de ganado que aprovechan hoy los pastos en esta [)rüvincia son, por orden de impor­tancia, el lanar, vacuno, asnal, cabrio, de cérd.i-mular y caballar y contribuyen en primer termino a dar carácter pecuario a esta provincia la raza merina, apreciada singularmente por sus excelen­tes Unas, muy notables por su finura, y el vacun('> que se emplea para las faenas agrícolas, en la ma­yor parte de los pueblos y en lus de ía sierra, para el arrastre de las maderas y del carbón, llegando a constituir en algunos de éstos una variedad no­table por su alzada y aptitudes especiales para es­tos servicios. El aprovechamiento de los pastos se hace colectivamente en muchos pueblos, en virtud de concordias yderechos consuetudinarios, reconocidos por la Administración, en los montes públicos, que pertenecen todos ellos ya a los pro­pios de los pueblos ya a comunidades de éstos, como las denominadas de Segovia y su tierra de

NÜM. 5 8 . — CUKLLAR (VISIA GKNKHAl.)

nuestra generación de tal manera que se haya abandonado y olvidado por completo esta rique­za, que la tenemos en nuestras manos y que es tan fácil de conseguir.

Perfectamente compatibie con el aprovecha­miento forestal cuando se hace una ordenación adecuada de los montes, es el aprovechamiento de los pastos, y hasta necesario casi siempre para la mejor calidad y más fácil producción de aqué­llos, ya que las masas arboladas permiten una

Sepúlveda y Riaza, de Cuellar, de Pedraza, etc. La excesiva crudeza del temporal en la zona

montañosa de esta provincia, que es muy poco a propósito para la producción de plantas forraje­ras, así como la mala calidad de su suelo por su escasa potencia vegetativa, de naturaleza silícea, las pocas extensiones de tierras que a este fin pu­dieran dedicarse, las obras que para su riego tendrían que hacerse y los abonos que en gran cantidad habría que emplear, hacen que la refor-

NÚM. 5 7 . — CASTILLO DE TUKKGANO. LAUO D'- '^^^

ma para mejorar las condiciones de su explo*^^ se juzguen hoy como antieconómicas. Asi es q podemos deducir que la mayor parte del pr ma pastoral de esta zona se ha de desenvolver completa armonía con el problema forestal, c dando muy especialmente en los planes de exp tación y aprovechamiento de los montes de ten en cuenta este destino, que tanta importancia ne para el desenvolvimiento y mejora de la g^ dería en Segovia.

Monles de la llanura. — I^a región forestal mayor producción y la que se presta a un desarr lio industrial más inmediato y de mayor impo tancia, es indudablemente la zona llana de la P vincia de Segovia.

Está compuesto la mayor parte de su suelí) p arenas diluviales procedentes de la desagregarlo ^ de las rocas graníticas que furman la sierra t-petana, arenas que en muchos sitios forman ñas e invaden los cultivos allí donde faltan masas del arbolado, que en su mayor parte esta constituidos por los pinos Pinaster (negral) y ^ nea (albar), con los montes bajos de roble y a'6' ñas otras especies forestales.

En algunos sitios, como en el monte denon nado «Común grande de las Pegueras», '^ ' llega a alcanzar proijorciunes ya de gran consí ración. Frente al pueblo de Hontalvilla se ¿^ caso curioso de que habiendo sido este \^^^ .' entre otrgs, causa de las talas espantosas P '»' cadas en aquellos montes, y por hallarse sitúa al nordeste del mismo, han visto asustados ^u vecinos que a medida que alejaban el arbola con sus desmedidas cortas de los cultivas 1 mediaban entre el pueblo y aquó!, el monte v micaba con los vientos del Sudoeste, que so" dominantes, las estériles arenas sobre sus vina sobre sus campos, y sólo así han podido conve cerse y mostrar a quien los visita aquel claHs' ejemplo de la influencia directa y de trascer.o cía incalculable que para esta región tiene a monte. El avance de ésta duna llega en álgí^"^ sitios a ser mayor de dos metros por año. Alg"' ^ con superstición druida cree en la venga"^^ monte contra el pueblo que atentó irrevereí' destruyendo los pinos sagrados que, P""* " parte, son los de mayor producción de la P vincia.

Esta región es muy poco accidentada y ^ j ^ , halla interrumpida su extensa llanura po" ^^

tículos de arena llamados linica' ticuios de arena llamados «cotarros», > , mente en el borde de los ríos, que van profui mente encajonados, forman las orillas talude

^ S ^ i ^

K I ' M . 5 9 . — S U R D E L P A L A C I O D E CUÉLLAl* NÚM 60 .—LADO ORIENTE DEL PALACIO DE CUELLAR

Page 22: La ilustración española y americana 15 5 1920

' 5 V 22 MAYO ( 9 2 0 LA I L U S T K A a O N ESPAÑOLA Y AMüIRICANA NÚMS. 18 Y 1 9 , — 2 9 3

NÚM. 6 1 . — PUERTA DE SAN BASILIO

Bfandes pendientes con altaras de 15 a 30 metros. ^ producción resinera de esta zona llana de Provincia de Segovia es quizá la mayor de las

^lucidas en Europa, y aunque faltan unas expe-encias con métodos y garantías científicas que ^^an darnos exactamente el número que la re-

P''^senta, sin embargo, podemos asegurar que y montes en los que la producción anual de ^ '• 1 por pino, no baja de cinco kilos, y aun en

os montes de inferior calidad en esta produc-"' dentro de la provincia, tratándose de diá-""Os superiores a 30 centímetros a la altura del

^'10. no se observan cantidades inferiores a ^'So kilos.

* n el año 1862 vinieron a !a provincia de Se-s' via dos franceses originarios de Mont de Mar-

' ios hermanos Falcon, que con ayuda de los • "•es Rui2 y Llórente, segovianos distinguidos

- '"prendedores, instalaron en Coca por prime-. ^ez una fábrica de destilación, ya de relativa . Portancia, e introdujeron en los montes la re-"Sción «ávida, por el método Hugues, que se ""Pleaba en las Landas francesas. No es decir

_ ^ ^n Segovia no existiera ya de antiguo el provee ha miento de los productos resinosos,

Ríe fuese reducido y muy escaso el número ^'"boles que se resinaban por el sistema Uama-

, *^ P''=* y a muerte», y cuyas mieras se elabo-^ 1 de un modo imperfecto en las antiguas ti-. Pegueras y también en las primitivas al-

^ras; aún pueden verse algunas de ellas en 5 j . — ^ _

, ^blos de la provincia de Segovia.

íiue ^^brica de Coca fué base de una Sociedad,

' °*^o a poco se amplió aprovechando casi entero la rica masa de pinares existente al

Vo • ' ^ '^^ '^ provincia, ampliación que fué fa-^^'da por la coincidencia de ];t guerra de se­

cesión de los Estados Unidos, que impidió la ex­portación a Europa de los productos americanos. Más tarde, y después de varias vicisitudes, la si­tuación de la industria resinera española llegó a ser tan precaria, sobre todo a consecuencia del Tratado de Comercio de iS/g entre España y Francia, que se vieron desaparecer las pequeñas destilerías que habían fundado en la provincia, y ante esta situación, que se hacía insostenible, agravada aún por la competencia que las indus-Irias españolas se hacían entre sí, para el escaso consumo de! interior se reunieron muchas de ellas y formaron un sindicato para la venta de los productos. A la vez, el año 1892, al renovarse el Tratado con Francia, se consiguió establecer un derecho de entrada al aguarrás y a los productos secos franceses, y el Sindicato empezó a progre­sar de modo ostensible, y sus directores decidie­ron extender su radio de acción, a fin de que toda la industria de productos resinosos en España se concentrara en sus manos. Con este objeto y con la ayuda de capitales bilbafiios se fundó la Socie­dad Anónima «Unión Resinera Española», que,

NÜM. 64.—PUERTA DE SAN A N D K É S

NÚM. 63.—SEPULCRO DE LA IGLESIA DE SAN ESTEBAN

hasta hace poco, pudiéramos decir que casi mo­nopolizaba esta industria en España.

I ^ industria resinera, de importancia fundamen­tal para la provincia de Segovia, ha tenido en es­tos últimos años un crecimiento y un desarrollo que dan idea de lo mucho que puede esperarse de la producción forestal de la región llana de la provincia de Segovia, En la Memoria titulada 'Noticias sobre los pinos negrales y la industria resinera española», del ingeniero de montes don Hermenegildo del Campo, que tantos años ejer­ció su profesión en la provincia de Segovia, se dice: <Que la producción resinera podría calcular­se en 8.000.000 de kilos allá en el año 1888, en que se escribió aquella Memoria. Diez años des­pués seguía, aproximadamente, produciéndosela misma cantidad; en el año 1911 puede calcular-.se la producción total española, que indudable­mente está formada en su mayor parte por pro­ducción segoviana, en 6.000.000 de kilos de agua­rás y 21.000.000 de kilos de colofonias, con un

valor medio anual de 10.000.000 de pesetas.* Hoy lio creemos exagerado afirmar que se ha quintu­plicado esta producción.

El valor de la producción resinera de estos montes es el que realmente, y sobre todo a con­secuencia de la guerra europea, lia sufrido un alza insospechada que llega a alcanzar propor­ciones como las que se derivan de las subastas verificadas en Io<! montes ordenados. En los mon­tes del primer grupo de la provincia de Segovia

NÚM. 62.—PUERTA DE SAN MARTÍN

se hallaban subastados, hdsta hace un mes, a ra­zón de 12 céntimos por pino y año. La última subasta verificada de estos montes ha hecho as­cender en algunos en ellos a más de tres pesetas el rendimiento anual de cada pino. Calcúlese lo que significa esta diferencia para un pueblo del tipo medio de la zona resinera segoviana y que tuviera un pinar de unos cien mil pinos resina-bles; sus ingresos pasan a ser de 12.000 pesetas, que significaban con el primer precio a 300.000 pesetas, que supone la última subasta. Hacemos gracia al lector de las consideraciones que pue­den derivarse con comparar estas dos últimas cantidades.

De aquí se deduce el enorme interés que debe haber en todo hombre amante del progreso de la [irovincia de Segovia, al estudiar el estado eco­nómico de los Municipios de la llanura. Este ma­nantial enorme de riqueza que coloca hoy segu­ramente a Segovia, en punto a producción fores­tal, muy a la cabeza del resto de España, no se encuentra, sin embargo, aún en la actualidad, lo suficientemente explotado.

Nos atrevemos a afirmar que ni es el mejor el -sistema que se sigue en los actuales proyectos de ordenación para la explotación de los montes pú­blicos de esta provincia en cuanto se refiere a la práctica de la resinación y al valor futuro de los árboles resinados, ni es tampoco el que propor­ciona el máximo rendimiento que pudiera obte­nerse de una explotación intensa pero cuidadosa­mente estudiada, y es claro que basada sobre la

NÚM. 6 5 -ÁBSIDE DE LA IGIESIA DE SAN ESTEBAN

Page 23: La ilustración española y americana 15 5 1920

NÚMS. ¡8 Y ig.—294 LA ILUSTRA^CÍGN ESPAÑOLA 1 AMERICANA 15 y 22 MAYO 192"

NÚM. 66.—SEPULCRO DE SAN BSIEBAN

producción constante y no interrumpida de estos pinares.

Más de la mitad de los pinares de la provincia de Segovia no se aprovechan hoy, por un error técnico cometido en las bases de la ordenación que en ellos se aplica, error basado en un cálcu­lo llamado de posibilidad que a todas luces es inexacto y demuestra un estudio poco profundo de la producción resinosa de nuestros montes.

Hemos copiado muy de prisa y sin estudiar las condiciones propias del país los métodos segui­dos en las Landas francesas, y esto nos ha lleva­do a tratar nuestros montes por un procedimien­to de ordenación que deja improductivos nueve «tranzones» de los 16 de que se compone cada cuartel. No es posible desarrollar en un artículo este aspecto técnico dé la cuestión; nos limita­mos por hoy exclusivamente a afirmarla, con ob­jeto de que se conozca y se solicite por todo se-goviano amante de su tierra la revisión inme­diata de este método de la ordenación de los montes.

El desarrollo de la industria resinera en Sego­via ha crecido también como consecuencia de la producción de los montes, y sería de una impor­tancia muy grande el que se introdujeran en ella cuantas modificaciones sean necesarias para la ob-tenoión de productos mejor elaborados y que pu­dieran competir en mejores condiciones que lo hacen hoy con el Extranjero.

En ese caso podríamos llegar a regular, a la vez

que se estudia la repoblación intensa de todas las comarcas españolas susceptibles de producir la resina, el problema importante de competir en el mercado europeo, no sólo en calidad sino tam­bién en cantidad, con los productos franceses por lo menos. Hoy representa la producción nortéame, ricana veinte veces más que la española y la pro­ducción francesa cuatro veces, aproximadamente, mayor que la nuestra y, sin embargo, en plazo muy breve pudiera ponerse en España en producción resinera seguramente una extensión que sería mucho mayor que la francesa. En ese caso no es­tarían sometidos nuestros productos a la oscila­ción del mercado extranjero, ya que la mayor parte de ellos hay que exportarlos, ni estaríamos expuestos a los desequilibrios que siempre ha producido en el mercado el predominio induda­ble de los Estados Unidos de América, tanto más cuanto que estos últimos empiezan también, a consecuencia de un tratamiento irregular de sus montes, a disminuir en parte su antigua produc­ción.

Aquí terminamos nuestras ligeras consideracio­nes sobre las producciones de los montes de la provincia de Segovia, cuyo estudio interesantísi­mo puede ocupar muchas páginas de un ibro y

liJl/^^^S^

NÚM. 67.—IMAFRON rE Dü LA IGLESIA Dli SA ANDRÉS

si sólo por el afán de que se reúnan y ^^

la publicidad los tesoros arli=tic05 y '"^ ^

mentales que España atesora y guarda c

reliquias sagradas , evocadoras de las '^^ ^

clones que a la actual precedieron en la

ínsula ibérica, son merecedores de q

haga pública justicia a su labor y a su

teres. . I g

Difundidas cual se merecen las formí"

riquezas artísticas y monumenta les J^

ción española, los bellos y sugest ivos P^'^,^j ,

de nuestro suelo, las condiciones cliiT^^*' °

cas de nuestro país, los medios de coifli^ _

ción con que contamos , etc., etc., para

guir atraer hacia España la con ien te

que se disemina por la vieja Europa, es

mérito y un patriotismo formidable. Cuando los extranjeros nos visitan, se Q

«„ . . ,..». «w- — ¡, trañan de cómo siendo éste un pueblo dable para ser visitado por el turista, no nocido en el mundo cual él se merece-

Tiene una explicación esto.

esco-

NUM. 70.—IMAGEN BIZANTINA

que sólo hemos esbozado hoy por rendir un tri­buto de afecto y de cariño a la provincia de Se­govia, en la que hemos dado los primeros pasos de nuestra carrera, y de cuyos habitantes guarda­mos tan grato recuerdo.

Octavio ELORRIETA

N. de la R. En |a imposibilidad, por falta de es­pacio, de dar el precedente artículo en líis páyinns de texto, !o hemosintcrcaJado entre I;is de gnibadoñ. por ser interesantísimo para la provincia de Segovia,

de la te-

Los españoles que nos preocupamí^^

casa ajena como si fuera !a propia hem

nido un error para nuestro cotidiano viv • ^

mos creído s iempre un alarde de sobe

pedantería pondeiar cual se merecen n " ^^^

cosas, y h e m o s ensalzado hasta lo ¡nni^

NÚM. 68.—IGLESIA DE SAN fEÜRO

Gratitud. |A Redacción de L A ILUSTRACIÓN ESPA­

ÑOLA Y AMERICANA tiene con el señor

11 Erutos una deuda de gratitud y va

b noblemente a pagarla haciendo pú­

blico en sus pág inas el agradecimienlo por la

labor meritoria de este presbítero, que ha tra­

bajado concienzuda y abrumadoramente por

conseguir, como lo ha hecho, da r un original

gráfico y una explicación de éste de la mane­

ra más bella y comprensible .

Estos hombres s impát icos y modes tos que

en su apar tado r incón provinc iano trabajan

día tras día en labor ingrata y pesadísima, po­

n iendo la vista en alto, s in interés de lucro y NÚM. 69.—CALVARIO BIZANTINO

Page 24: La ilustración española y americana 15 5 1920

I 5 V 2 2 M A Y O 1 9 2 0 LA ILUSTRACIÓN E S r ..Ll.A Y AMERICANA NÚMS. 18 Y 1 9 . — 2 9 5

este número, como verá el lector, una prueba del amor a la provincia que rigen.

El esfuerzo mínimo lo hemos hecho nos­otros, los modestos hombres que formamos la Redacción, y nuestro agradecimiento es tal y tan grande, que no hemos podido resistir a la tentación de hacerlo público en este mismo número.

El honor para ellos, los segovianos, y para la venerable revista; para la Redacción la sa­tisfacción de haber cumplido con su deber V haber puesto el primer peldaño de la esca­lera tan pina que hemos de subir.

A. V.

^- 71.—ÁBSIDIC DK LA IGLKSIA IJK SAN FRAN­

CISCO

3S de los demás: apenas nos hemos fijado 'as fuentes de riqueza que supone el iuris-

La catíe de Ságoma en Madf'id.

£euenda de la dama mat casada.

SAJA desde Puerta Cerrada a ia Puente i Segoviana. La calle de Segovia se I construyó en los tiempos del histo-

" ^ y hemos descuidado, por ende, la prepa- fiador Quintana, o poco antes. ' ' lón que toda nación debe hacer para expío- E " «Po'^^s anteriores pasaban por allí el

• - - • ' ' ' • . • • • • ' • - - < ' f ? B

N O M . "/Z.-^IGLUSIA UliL SALVADOR

Gandia, cuestas y desfiladeros peligrosos, el hospital de San Lázaro, y varias casitas poco decoradas.

Luego, poco a poco se formó la calle, y en

Nl'jM. 73.—CABEZA DK SAN JUAN BAUTISTA NÚM. 74.—ROMERÍA DEL HENAR

^ rho "rada y legítimamente esta fuente de ri-a. í»cen falta unos hombres ilustrados y de

^"a Voluntad que, Menos de altruismo, se-^ "acer esta iabor preparatoria tan descui-^ ^- Ello es fácil, con ser tan difícil, y la fa-, *"J consiste en el desinterés v en el pa-

Sr r- ^^'^'^ ^^^^ públicamente las gracias al

'os

niero

arroyo del Pazacho, las vertientes de las fuen­tes de Puerta Cerrada, las pozas del pequeño

"•^tos cómo vamos a omitirlas a todos ^laboradores, sin excepción, de este nú-especial dedicado a Segovia.

. "ando hace dos meses fuimos a la histó-y castellana ciudad para exponer nuestro

S'^^^^miento

en

a aquellos hidalgos y recios '•"^s, con el objeto de que nos ayudaran

. ^^stro pensamiento y en un amor nunca ^.^tTiüntido a la patria chica y a la gran Patria,

nos Su Ule

estro pensamiento y en un amor nunca

_ ""an un esfuerzo de trabajo y abnegación, 'Convencimos de que todos nos prestarían

ayud y veríamos hecho realidad este pri-ft , "^f^ero dedicado a las provincias espa-'loias.

Con

" 'as autoridades de Segovia han dado en tioc '^''^ces han sido dadivosos los segovia-

NIÍM. 75.—IMAGEN BIZANTINA

y de los nietos de doña Jimena: veíanse allí la alcantarilla y el lavadero. Había varias huer­tas y la espléndida posesión del duque de

ella ya se veían las tiendas y la parroquia de San Pedro, las casas de la moneda y la de Nuestra Señora del Sagrario, la de la marquesa de Camarasa y otras, tomando entonces el nombre de calle Nueva de Segovia, por su dirección al puente.

Hoy es una de las Calles más típicas y pin­torescas del Madrid antiguo.

Hubo, hace muchos años, cuando la calle era sólo una explanada, una leyenda respecto a la posesión del duque de Gandía que ya apenas hay algún vejete que por tradición la conozca.

Decíase que un clérigo gran amigo del du­que, vecino del barrio del Avapiés bajaba to­das las tardes en las estaciones de primavera y verano a conversar con la coorte de los duques. Había entre los asistentes a estas re­uniones vespertinas una doña Inés de Gandua-ga hija de vascongados y nacida en Santa Ma­ría de Nieva, pintoresco e histórico pueblo se-goviano.

Casó doña Inés de Ganduaga con un mayo­razgo madrileño, hombre enamoradizo y pen­denciero y más atento a las lides del amor que

J-

Page 25: La ilustración española y americana 15 5 1920

NÚMS, l 8 Y 1 9 . - 2 9 6 LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA I : Í Y 2 2 MATO 1920

^

NÚM. 7 6 . —SÉPÚLVEDA (viSTA GENERAL)

a aquellas otras que por la carrera de las ar­mas, que abrazó, le correspondían.

En la turbulencia de su vida de jarana y pendencias enterró el amor que doña Inés sin­tiera por él cuando le eligió por esposo, pues sabido es que en todos los tiempos el amor, por grande que sea^ se enfría y agota a fuerza de desengaños.

Huyó ei mal esposo con una chispera mo­rena y garrida que conociera en cierta verbe-

NOM. 78.—PORTAD\ DEL SANTUARIO DE NUESTRA SEíSORA DE LA PEÑA

nade un santo medianero de corazones y de­seos, dejando a la esposa abandonada y lo que fué peor, herida en su amor propio de hembra. Porque hade saberse que la doña Inés era guapa y garrida como la moza de más ja­que que hubiera en la villa, y su fama de hermosa llegaba a todas las tierras del reino. ' Cuando se vio sola, después de llorar su

abandono y con la rabia de los celos quiso pagar, por su mal, con igual moneda al mari­do traidor.

Las galanes atrevidos y desvergonzados que son de todas las edades, arreciaron en sus ataques por tomar la fortaleza de la esposa abandonada, y alguno por ver de suplantar en el castillo del corazón de la dama la reli­quia del amor del marido.

Las hablillas y murmuraciones corrieron por la Corte con miles fantaseos y alevosas noticias; y poco a poco, sin motivo cierto que lo justificara iba perdiendo en limpidez la honra de doña Inés. Bien es verdad que ella era culpable de tales hablillas y murmuracio­nes porque en su afán de hacer que a oídos

j del marido l l e g a s e el s i l b o del d e s h o n o r

para así vengarse de su perfidia, no compren­dió que su honra se a^ironaba y el daño para ella era muy superior que el que le podría causar al esposo.

Por eso es malo poner a las mujeres en el precipicio del despecho, que a todo pueden llegar y a nada bueno.

Era notorio que los duques le aconsejaban y la amonestaban a un tiempo para que hiciera con resignación su vida y se apartara del camino de los coqueteos que tan peligro­so y lleno de espinas es; y para mejor conse­guir sus nobles y piadosos deseos encargaron al clérigo amigo de la tutela moral de la dama mal casada, como la llamaban en la posesión ducal.

El clérigo era un picaro con apariencias de santo varón que se había propuesto vivir en el mundo en un pleno goce material, aunque para ello tuviera que hacer, como hacía, la fal­sía de aparecer santo siendo diablo. Para más perdición de su alma y de las de los demás que se tropezaran con la suya, era poeta. Com­ponía unas letrillas llenas de picardías y de de­seos que deslizaba junto a la mujer en quien sus torpes ojos se fíj/iba para ver el efecto que las hacía y así abreviar y retardar la acometi­da. Con las respetabilísimas personas de la Corte con quien se trataba el clérigo truhán apaiecia como el más justo varón y el padre de almas más ejemplar de toda la diócesis; que así era de malo y engañoso.

NÚM. 7 g . — LA VIRGEN DE LA PEÑA

Puesta bajo su tutela la aturdida doña Inés, fué adentrándose como zorro astuto muy des­pacito en el dolorido corazón de la bella, pero procurando avivar constantemente el aguijón

á 3

NÚM. 77.—PÓRTICO DEL SALVADOR

de ios celos y el despecho para llegar a ad ñarse de lo que no podía pertenecerle po"" de otro y porque sus hábitos se lo vedaban-

Para no alargar demasiado la narración jamos ds mentar las mil tretas y sucias co ^ ponendas de que echó mano el satánico c go hasta conseguir rendir a la atolondf dama que sufrió con el amor y con el ar" perdió.

Por aquel entonces regresó a la Corte '^ _ Españas un primo del duque que largos

NUM

de . 8 0 . —CLAUSTRO DE SANTA MARÍA DÉ

permaneció en el extranjero en embaí confianza de Su Majestad Católica, Y " honrarlo cual se merecían los servicio tados al Rey organizó el duque vana • grandes festejos en honor de su proX i

Es fama que en un gran baile que ^ bró en la posesión fué dona Inés la da ^ se presentó más elegante y bella: lenS .|, hicieron las gentes de la compostura leza de la dama, pues siendo de suyo o el extraordinario atavío con que se eno realzó su belleza de manera extraor ._ Fué la más solicitada por los galanes ^

nes y no dio reposo a sus pies en noche. ^ti-

[A la madrugada, cansada del danzar ^ ^ nuG y con sofoco salió a respirar el air del amanecer a un emparrado del J ' ' ^ g^ rodeaba el palacio ducal. Sola doña 1" ' ^^ descuido tendióse a lo largo en un " ^ , J^-piedra que tenía por respaldar una enr ra de heliotropo y adentrándose en sus ^^^ dos el exquisito olor de estas flores ce*;.,-^ párpados ¡y quedó dormida.

Page 26: La ilustración española y americana 15 5 1920

^ ' 22 MAYO igzo LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA V AMERICANA NLMS. I S ¥ 1 9 . — 2 5 7

^•?¿:--

\ l ' -M. S 2 . ^ C A S T I L L O DK COCA

' ' sátiro del clérigo que en castigo a su tre-, ^-^"^ culpa se forniú en su peclio la ponzo-

°s tos celos, se pasó la noche espiando • '^s bardas de .las tapias que rodeaban

JS'dín a la dama de sus deseos, y ciego de ' ^^beando coraje y lascivia, observó to-f 'os galanteos de que fué objeto doña

"es durante la fiesta. Cuando la vio salir al jardín se ocultó es-

'^"•¡éndose por la tapia para seguir su obser­vación

lanto sin perder detalle. Tranquilizóse un

Su celo y su coraje al verla sola y com-pender que sólo el reposo y el descanso era Jí^í^ buscaba aquella mujer que ya era su

lesión. Que así se purgan las malas accio-^ ^n justo castigo a no cumplir con los de­fieres.

'-onvencido de que nadie podría verlo sal-' ttcia adentro y como un felino fué arraí.-

.' ndose hasta llegar junto al banco donde J^^cidaniep^g descansaba en pleno abandono

pobre y aturdida doña Inés. Conteniendo su 'snto fué acercándose al rostro de la dama y

^^lienío cálido y fragante de ésta le estreme­ce lujuria. Asi estuvo en contemplación y

^.^eo largo rato hasta espei'ar que el cuerpo ^ 'gado estuviese bien dormido; y entonces,

"^fiíme pensamiento, llevó a cabo una po-•' esión grosera y maldita...

diablo que prepara todas las cosas malas del tiol

" ^undo para hacer acopio de almas robán-^^ íil Cielo, fué el que ideó lan gran pe-

*^sdoña Inés era buena, aunque aturdida, 'ístiana; V la pureza de su alma limpió su

""'•Po de pecado.

NÚM. 8 í . — CASTILLO l>E FEURAZA 1

Al despertar vio con horror hasta dónde la emoción mandó tapiar y cubrir con techo el habían llevado sus desatinados atolondra- perímetro que pillaba el banco de piedra que mientos, y vio claro también cómo era de in- sirvió de sepulcro a doña Inés, la dama mal fame y perverso el amor del clérigo que ella casada.

había tomado como cariño de padre. El heliotropo se extendió por la sepultura Hubo un arrepentimiento definitivo de su perfumando eternamente ellugarsagrado don­

de yacía la carne de un aima que supo arre­pentirse y triunfar de las malas pasiones; y cuenta la leyenda que a la madrugada se veía diariamente un Dullo negro que gemía con la­mentos horribles hasta que el día, aparecien­do, lo ahuyentaba.

Luis de A L B A R

W—CASTILLO DEL CONDADO DE CASTILN;

vo {LADO SUR)

liOyi. 81.—l-OtíTAD.-V DE SANTA MARÍA DE NIE-VA

vida sin sentido y atolondrada, y pidió a Dios perdón y piedad pata su alma en pe­cado.

Cuando la contrición es .sincera Dios perdo­na y ampara y socorrió a doña Inés otorgán­dole su perdón en vista del arrepentimiento.

Pero el demonio quiso sacar tajada, como el vulgo dice, y no dándole tiempo al clérigo para rellexiun hízole estallar el corazón, que tan malos deseos cobijo, matando su carne y huyendo con su alma a los profundos infier­nos.

Al aparecer la tierra dorada por tos layos del Sol vieron las gentes que una humareda con olor a azufre se extendía por el palacio de los duques de Gandía caminando hacia la sie­rra de (luadarrama. y entre ^1 humo veíase dotar, como un guiñapo, un manchurrón muy ne¿ro que era el alma del cura.

El cuerpo sin vida de doña Inés aparecía tendido a lo largo del banco de piedra salpi­cado de puntitos morados que el heliotropo, en ofrenda a un corazón amoroso, le hizo como postrer regalo de un mundo miserable y triste deshojándose sobre su cadáver.

Asi de trágica y misteriosa terminó la fiesta dada por el duque en honor de su pariente cercano el Embajador de Su Majestad Católica en países extran|eros, y afectado y lleno de

€£ ceramista Daniei ¿uioaga. jEDicAii un número extraordinario a

Segovía y no iiablar en él de Daniel Zuloaga es co^a que no puede ha­cerse.

En San Juan de !os Caballeros, ex parroquia de Sügüvia, una de las más notables de la ar­quitectura románica, está el actual taller del ceramista Zuloaga; en ella fabiica todas esas obras de decoiación cerámica que andan re­partidas por España entera. La úliima obra que ha heclio el ilustre artista ha sido la de la torre de la casa dé Allernle en la Plaza de Ca­nalejas, que llama la atención por su riqueza y buen gusto. Actualmente trabaja en un in­menso Frontispicio en ceráii--ica en relieve para el monumento que en la cumbre del Ti-bidabo se erige al Corazón de .le^ús.

N'l'M. .S5 . -CA.Vr iLU) UkLCONUADu I .!•. CASTlL-VO-.

VO (LADO NOROESTE)

Page 27: La ilustración española y americana 15 5 1920

S O M S , iS V 10. -29*5 LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA It; Y 22 MAVO 19-;^

i-íW?^íí¿í¿i'.-..'ft:.T;<!:-í^^^í '=

Sl/.M. 86.—IQLESIA DE SAN, BOAL

El crítico de arte José Francés dijo entre

otras cosas de este artista lo siguiente;

«Nuevamente en ios objetos de cerámica de

Daniel Zuloaga encuentra la mirada fiestas

maravillosas del color y de la linea, esplendo­

res fulgurantes al lado de notas delicadísimas

donde la sensibilidad multicolor del ilustre

artista se manifiesta con encantos inéditos o

impensados perfeccionamientos, después de

tanta experiencia técnica como ya le es reco­

nocida.

Alcanza el arte de Daniel Zuloaga y de sus

hijos—hábiles discípulos y colaboradores su ­

y o s de estas Exposiciones ú l t imas—una ver­

dadera exaltación entusiasta , -que las obras

expresan elocuentemente.

Intimo fervor hallamos en las escul turas es­

maltadas, en los azulejos de loza opaca o de

reflejo metálico, en los enriquecimientos de

detalles arquitectónicos con ruti lancias poli­

cromas, en las ánforas, jarras , t ibores o más

humildes cacharros aún , donde la inspiración

y la cul tura del gran ceramista evoca orienta­

les estilos remotos con todo su prestigio inge^

nuo y secular.

Imaginamos viendo estos capiteles roríiáni-

cos, esmal tados de vivos fulgores, estos mo­

saicos de tierra roja, donde la gótica traza halla

la caiicia apas ionada y cálida de metálicas

irisaciones, estas placas d e ' a s u n t o s castella­

nos—tan características de Daniel Zuloaga—,

esta fuente, que sugiere jardines de leyenda

persa o árabe , y sobre cuyo brocal se persi­

guen esbeltos y estilizados ciervos, imag ina ­

mos u n a extraña reencarnación de artífices de

otros siglos en este viejo de las luengas bar­

bas , de los ojos zahoríes , del habla temblona,

y los conceptos enérgicos, sazonados con ta­

cos del más rancio español ismo.

N I ' M . 8 8 —SANTA MARÍA DIC Lft SIEHllA

* Es el hombre , realmente de su obra, tal

como lo representa Ignacio Zuloaga en un re­

trato admirable y reciente.

Valias veces ha retratado Ignacio Zuloaga

a su lío Daniel. El maestro ceramista y, sobre

todo , sus hijas—¡oh, las «Cándidas*, inolvi­

dables y tan numerosas del gran pintor

eibarrés!—han servido de modelo para mu­

chos cuadros del autor de «El Cardenal».

En Nueva York ha quedado ese españolísi-

mo l i e n z o ^ a n t e ei cual se piensa en el

Greco, Velázquez y Coya sin que deje de

hallarse integro a Zuloaga—titulado «La fa­

milia de mi tro Daniel». En la Exposición

de Artes decorativas en 1911 pres id í a l a

NI^'M. (jli.—IGLESIA IIK SOTiiSALVo

instalación de objetos de Daniel Zuloaga,

dibujo cerámico de su figura que luego sen

trasladado al cuadro, con la blusa amplia, 1»

barbas fluviales y de pie ante el caballete.^

;Qué más vamos a decir nosotros despu

de lo expuesto para ensalzar cual se in^| .

la figura venerable de nuest ro g ran ceramis 0-

Nada podemos descubrir ; todo el mundo en

España conoce a Daniel Zuloaga p°^

obras , y el haber embor ronado estas cuar 1

h a sido porque sabiendo que este númeio q

la importante y prestigiosa revista L A I^^'^ .

citiN ESPAÑOLA Y AMEIÍICANA lo dedica a A

ca para que allí s t pan también quién es

artista que trabaja espléndidamente en su

con de Segovia. ^^.

j . OVARZÜN

Después de la p r o m e s a p o r p a r t e ^^}(n^rio pc le ra de env ia rnos e l ped ido e x t r a o r a ^^^^^ que de papel l e h ic imos pa ra l a gran .^^gs que hemos hecho del p r e sen t e nüniero, ¿o es tado con las fo rmas a jus tadas y cspe ^ ^ j ^ ^ el p rumel ido pape l pa ra los grabad^ ' ' d ías .

Kste ha s ido e l mot ivo de l r e t r a so cou que sa le l a Revis ta . rein^"**

P r i m e r o nos envió La P a p e l e r a una ¡^ ^^c de papel i n í e r í o r p a r a laa p lanas ^^,^'^*etra.so» ya de p o r sí v ino con do» fechas d® ^ uicS^' como ind icamos en o t ro entrefl let . y -^ pá-una semana pos te r io r , el o t r o pa ra iss ginas del cen t ro . teii'^''

Con la «ubida e n o r m e que el papel n" .¿e-en.el p r e s é n t e m e ? , el anunc io p a r a '^*,l^jo la» r o d é o t r a subida , no t ene r en el "^^^\„io Í^*^' clases especia les qu« es tas r ev i s t a s ' '^^-spOi' ' ces i tan y con el desbara jus te en los *'" j^ies» tes y r epa r to s , es tán dando golpes too los per iód icos i lus t rados . . ^^nde*^

Las revis tas que, como ésta, sólo v i v e ^ ^^f suscr ipc ión y pnbl ic idad es tán V^^^} ¿^feO' l«s ho rca s caud inas sin t ene r medios d der sus sagrados in te reses . -g qtt*

Veremos pa ra los n ú m e r o s venidC ^^gio clase de pape l nos m a n d a n y cuánM

de di»»

m a n d a n .

ílauas de Gcstonj ÚNICAS PARA eLHlQADO Y ESTREÑÍ iilMlENT**

Depósi to: PLAZA DEL ÁNGEL. 5.-J*'^ iíf-

NÚM. 87.—i'OKT.ADA DE SANTA MARÍA DE LA SIERllA NI':M. 89.—PRIORATO DE SAN iltUiOS

Page 28: La ilustración española y americana 15 5 1920

•= ^ 2 2 MAYO I 920 LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA^V. AMERíC-xV \ Nt;MS. 18 Y i q ; — 2 9 9

^s de Jesucristo, aunque sin fundamento para j ' 't)uírla antij^üedad tan lejana; pareceser que an-^"do el tiemjj.i, ésta y otras poblaciones queda-

j^ i casi abandonadas, y P^T I^-S años 752. atues ^ Jesucristo, empieza a figurar de nueiu con el Cimbre de Segóbriga, debiendo ser una de las

'^'uaades importantes de los celtíberos, puesto H e labraron en ella moneda, y cuandu los roma-os la ocuparon el año 9O, antes de Jesucristo, «spués de porfiada lucha, entre otros privilegios

- trechos, la conservaron el de fabricar müne-^> l-Tiieba de la importancia que para ellos tenia ^govia, cuyas fortificaciones y defensas aumen-

'"' n, aprovechando la estratégica posición de * Poblacicjn, que vio aumentar coiisiderable-

^nte sus habitantes, de orden deXlaudío Régu-^i setenta y tres anos más tarde, empezando para ^govia un período de engrandecimienio. que

titica que, reinando Vespasiano, se construye-fil colusal Acueducto, monumento que aun hoy

^usa la admi:ación de cuanius le contemplan. J-eovigiido se enseñoreó de Segovia, y cuando

>^ "í^isulmanes invadieron a España a principios ,' sigtü VIH, el año /14 ocuparon a Segovia, que e recuperada e! 754 por Alfonso I; pero al año giitnte, Almanzor I la reci.bró, poseyéndola ios uslines, hasta que el conde Fernán González lo-

sTo expulsarlos de ella el año 923. El temible "lanzor, en una de sus correrías por los años 904, asoló a Segovia, y cuando apenas había

"seguido reponerse de este desastre, Alma-^tn, rey moro de Toledo en 1072, la sitió y sa-

^ ^<>, destruyendo varios arcos del famoso Acuc-cto, quedando yerma la ciudad, que fué ocupa-

co H" '' ' ^- '•" ' Alfonso VI y repoblada por el ast" • •^^'^'^'^ * c Borgoña en loSS con gallegos,

Surianos y montañeses. ^ V°n las importantes conquistas de. Alfonso Vf

JO Segovia de ser plaza fronteriza, y empezó J^ esta ciudad una época de engrandecimiento

ciñ^ "^^y Pi"Jeas pudieron igualar por la predílec-^^ " que por ella sintieron casi todos los monar-^ s «stellanos. .\lfunso VI mandó recomponer el A|p' ' '"y 'as murallas que cercaban la población; j . , '^iso X reunió Cortes en Segovia el año i25Gy tM ^T''^^ I>[ÍvÍleg¡os a la ciudad en 127H; dnran-ios ^ "^^^ entre Pedro I y su hermano Enrique, (,- ^^S^^vianos se pusieron de parte de este prín-j ^ ^ ^ ' J " ^ " ! celebró el año 1383 en Segovia iasCor-

i ue acordaron ía adopción de la Era Cristia-y seis años más tarde convocó en esta ciudad

íj ^^°' ' tes que acordaron que se estableciera en

Por muerto Pul ^^govianos el año 1520, en un motín po-t p ^ f ' ^ " e fué el principio de la guerra de las Co-ap p f.d^s, que terminó con et desastre de Villa-nu'p, ^^ il embelleció el Alcázar, construyó la 3^^'*.^asa de Moneda, y en 1570 celebró en ^ govia su matrimonio con Ana de Austria. A [j .^'^dos del siglo XVI empie/.a el esplendor de fiíiu """^ segoviana, alcanzando gran fama la ^^hf^ ^^ '* ^ paños que salían de sus numerosas

'cas, que daban trabajo a 34.000 operarios. I-añ ^^f "^^ '3 guerra de sucesión al trono de Es-TQr.^' ^^ tropas del archiduque Carlos penetra-cl,^^" Segovia en junio de 1706; pero fueron re-' eli ^ V ^""^ ^' P"^*^'*^' ^^^ había proclamado a Cant ^ armando contra los invasores los fabri-tes- p ií *^ paños todos sus obreras y dependien-dg' *^''Pe V estuvo en Segovia varias veces; una en '^^ '^1 II de mayo de 1717, dio un decreto ra. e , ^'"<^^d, creando la Universidad de Cerve-tai jJJ 'a que refundió todas las que había en Ca-el A ,"• Carlos III, el año 1764, mandó instalar en este ^ ^' Colegio de Ariiüeria, y deseando Serj,-j"?' "^fca favorecer la industria de las lanas 'osh'^-^"^^' ^" ^-^'^ e.Kimió del servicio militara qug 'J* ^ <le los fabricantes de panos de Segovia traij^^^*^^ su primera edad se dedicasen a este cie i !?• E " I7fii se celebró la apertura de l a S o -^ais ^"^onómica Segoviana de Amigos del la rl ^^^ ejerció gran influencia en el adelanto de

Segovia tomó parte en la guerra de la Indepen­dencia, instalando el 3 de junio de 1808 la Junta de armamento y defensa contra los franceses; no obstante, éstos entraron en la ciudad, en la que se mantuvieron hasta poco después de la batalla de Bailen; también durante la guerra civil susci­tada a la muerte de Fernando Vil entraron los carlistas en Segovia, el 4 de agosto de 1837, al mando de Zariátegui. y aunque los segovianos se defendieron con gran valor, permanecieron en ella doce días las tropas del pretendiente. En 1840 hubo en Segovia un pronunciamientij a favor de la Constitución de 1S37; el 6 de marzo de 1862 se incendió el Alcázar, y el Colegio de Aitillería fué trasladado al ex convento de San Francisco; el 30 de septiembre de 1868 se constituyó en Se­govia la Junta revolucionaria, que adoptó desde su principio radicales medidas. Los acontecimien­tos ocurridos después son tan recientes, que es­tán en la memoria de todos: en 18S4 se inauguró el ferrocarril de Segovia a MeJina del Campo, y en 188S, el de Segovia a Villalba; en 1901 se ce­lebró una Exposición provincial, donde se mani­festaron ios adelantos de la comarca en estos úl­timos tiempos; los segovianos, agradecidos a los eruditos trabajos publicados acerca de su histo­ria por el incansable escritor D. Carios de Le-cea, organizaron en su honor un humenaje, en que tomaron parte todas las clases sociales, y encari­ñados con la Virgen de la Fuencisla, patrona de Segovia, hicieron grandes íiestas para solemnizar su coronación canónica, el 2^ de septiembre de jgr6, a cuyo esplendor contribuyeron con extra­ordinario entusiasmo todos los hijos de la pro-

G a b r i e l M A R Í A V E R G A R A

Tlne u artistas contemporáneos.

i _ que acordaron ía adopción de la Era Cristia

Se ^° ' ^^^ ol ^u'^^ '^ Ctiancillería Real; Juan II levantó en ^j '«^Icáíar la torre del homenaje, y para su hijo, j principe don Enrique, mandó construir un pa-q, ^,w" el mej'ir sitio de la población; Enri-rita ' ' ^ ^^''^ '^^ Segovia su residencia favo-^ 1 se reconcilió en ella con su hermana Isabel y j espo3Q^ y cuandu ¡os segovianos supieron, el ^J^de diciembre de 1474, et fallecimiento de este ' lielT'^^^' proclamaron reina de Castilla a Isa-la r '^ *I^e debe Segovia, entre otras mejoras, . econstrucción del Acueducto y la reparación • puentes y fuentes.

Seo ^^^'^ descubridor Cristóbal Colón estuvo en bre 7 ' ^ desde mayo de 1505 hasta el 6 de octu-do ri '"'^'^^'^ ^""J- "í^e salió para Valladolid, de r-^ '•esidió hasta que falleció, el 20 de mayo r>«-V"^* El procurador Tordesillas fué

|o se distingue ciertamente Segovia por la abundancia de sus manifestaciones

.. , art ísúcas. El ca iác te rde sus habi tantes , reconcentrado

y poco Üíxibie, más bien se inclina a l a s J n -vestiga::iones ciüntífioás y a los estudios p ro ­fundos que a las explosiones y torneos de la fantasía.

Así se e.Kplica que en la época actual sólo podamos recoger en estos breves apuntes ía labor intensa 3' prodigiosa del insigne escul­tor segoviano Aniceto Marinas, el cual, con eí esfuerzo de su- poderoso ingenio y los estímu­los de su férrea voluntad, s u p o luchar brava­mente y vencer en las nobles lides del arte, conquis tando jas palmas del triunfo, al que sólo llegan ios genios privilegiados.

Sus más celebradas creaciones, el monu­mento al Sagrado Corazón de Jesús , erigido en el Cerro de los Angeles; el de Daoiz y Ve-larde, vibrante himno a la patria, que se alza altivo en la plaza del Alcázar de Segovia, y el de las Cortes de Cádiz, al que está dando cima el insigne artista, aparte de otros muchos y valiosos trabajos, consocuyen el glorioso patrimonio de Marinas, COJÍ ef que ha sabido ocupar un lugar preeminente entre los más excelsos escultores españoles. . .

Como obras de arte segoviano debemos también registrar aquí las qua han producido dos artistas eminentes consagrados por la fama: el inimitable y vigoroso pintor vasco Ignacio Zuloaga, quien, en este viejo r incón castellano, de recio y áspero arabieriíe, encon­tró la inspiración necesaria para dar vida a esos lienzos portentosos que han recorrido triunfalmente el mundo entero, y el veterano y genial ceramista Daniel Zuloaga, que con­vive con nosotros, y en la hermosísima y atrayente iglesia de San Juan de los Caballe­ros tiene su taller brujo, en donde trabaja in­cansable, produciendo esas obras maravillosas de cerámica decorativa, que son un verdadero prodigio de entonación y dibujo.

]''uera de estas espléndidas manifestaciones de arte en Segovia, sólo cabe apuntar varios tímidos y estimables intentos realizados pur algunos entusiastMS jóvenes, a quienes hay que aplaudir el nobilísimo empeño , nlentándoles a persistir en la lucha, sin cobaides desmayos ni enervantes pesimismos, hasta que el t i iun-fo corofie su simpático esfuerzo,

V. FBRNANDEZ BERZAL

£a uída detcomercíQ en Segouia-

pide unas cuartilla-í la acredi tada revista LA ILUSTRACIÓN ESPA.Ñ'OLA Y

.AMERICANY sobre la vida del c o ­mercio y la indust i ia de esta c iu­

dad, y yo , que no sé ni he in ten tado jamás escribir para el público, accedo con gus to a sus deseos, esperando sea perdonado mi a t re­vimiento.

La vida mercantil e industria! de Segovia, sin poderla llamar floreciente, responde al es ­tado general de la provincia, en la que en la actualidad se nota un movimiento de progre­so económico, integrada por la acción a rmó­nica del capital y la actividad productora , que muestra un amanecer l isonjero.

El comercio de la producción indígena se ampliüca ostensiblemente , debido no sólo a la eventualidad de las c i rcunstancias propicias creadas por opor tunismo de la crisis mundial , s ino por una mayor aptitud y espíritu de em­presa que paulat inamente va reeliiplazando al quiet ismo enervante que duran te un gran e s ­pacio de tiempo ha dominado al espíritu mer­cantil segoviano.

La situación topográfica de la provincia, y especialmente de la capital, colocada entre dos zonas de gran importancia comercial: por una parte la capital de ía nación y por la otra Valladolid, hacen que el comercio sopoi te gran competencia y se le resten grandes i n g r e - , sos.

El principal comercio de la provincia es eí de cereales y ganado.-;, que se exportan en cantidad respetable, y sobresalen Jos trigos y las lanas, ya lo primero convert ido en har i ­na, y a en grano, como gran cantidad de lana lavada, por existir para ello- una fábrica con adelantos modernos .

Lástima grande , y que nunca será lamenta­do lo suficiente, que estas lanas, acred i tadas de abolengo inmemorial , tengan que ser ex­portadas, bien sucias, bien lavadas, a la región catalana para su elaboración y transfcírmacíón en tejidos, exis t iendo aguas tan r iquís imas , que en otro t iempo dieron a sus tintes y teji­dos gran esplendor y r enombre .

Si los capitalistas, que tienen el d inero eri cuentas corrientes o papel del Es tado , tuvie­ran un gesto, no ya de valentía y a r r iesga-raiento, s ino de simple conveniencia y anhe lo emprendedor , e hicieran lo que ya otras reg io­nes hermanas enseñan , harían resucitar t iem­pos que , no por ser pasados son mejores, s i no porque nos muest ran una página llena de g lo­ria y un acicate para ¡a lucha, mucho más noble y digno de respeto que el es tancamiento de títulos de la Deuda, q u e las más de las ve­ces, llenos de egoísmo y de cobardía, suelen ser las pesetas que producen.

No obstante , Segovia tiene un valor mate­rial e industrial de gran importancia, y empie­za la lucha por el resurgimiento, por tener vida propia, personal , por nues t ras produccio­nes agrícola, ganadera e industr ial .

En la actualidad se están cons t ruyendo edi­ficios para instalar la casa Klein y Compañía , una magnífica fábrica de correas y neumát i ­cos, otra fábrica de vidrio hueco y otras q u e se estudian y que en breve aparecerán , e spe­rando un próxhlio cambio radical en el c o ­mercio, que deseche esta apatía que quizá sea la base para nosotros cons iderarnos impoten­tes y que capitales extraños vengan a ense ­ña rnos el camino que ya t iempo deb íamos haber recorrido.

Bien venidas sean al pa lenque industrial se­goviano estas nuevas indus t r ias , y confiemos en que muy pronto otras las han de se­guir.

C l a u d i o M O R E N O

(PfesidcDte de la Cámara tje Co(ii«rcio.)

Page 29: La ilustración española y americana 15 5 1920

Vivas, í 8 V 19.—500 l:A ¡LUSTR ^Cíóí í E S P A S O Í - A \ AMERICANA 15 Y 22 MAYO 19-íO

£0 Que nos sef2am de ñméríca y lo que a etía

nos debería anlr.

i A vetusta ciudad arevaca de las torres

ocráceas, se adormece en la paz cre­puscular de la tarde tibia y serena. Una quietud solemne flota en el am­

biente; sólo el rumoroso Huir de las aguas en las claras fontanas turba el reposo milenario de la anciana y hebraica Secob. El peso de los siglos y de las antañonas fazañas gravita sobre el espíritu á^ la vieja ciudad y la nar­cotiza; pronto el disco sangriento del Sol se ocultará entre nubes púrpura y seguirá, en su rítmica e isócrona misión, iluminando las pla­yas de la juvenil república platense, mientras que las sombras nocturnas se adueñan de la vetusta Secob y difumínan los contornos de sus monumentos, perspectivas y paisajes.

Es en esta hora bruja, de encantamiento y misterio, en la que parece resucitar y revivir el espíritu de gesta y aventura que animó la existencia de la ciudad en los tiempos me­dioevales de la gran Isabel, la reina castella­na. El poder de la imaginación evoca los vie­jos sucesos; la voz de (o que fué habla al oído del caminante que a la luz de la luna mar­cha por las solitarias, estrechas y retorcidas rúas que en laberinto inextricable se cruzan y entrecruzan por la urbe, bordean los atrios de los ruinosos templos, o desembocando de im­proviso en plazas silentes en que sólo resue­na el rítmico batir de nuestros pasos.

• Y es siempre en estos solemnes momen­tos— en que todo, empezando por nuestra propia conciencia, vive una vida superior y trascendente—, cuando he pensado con más ahinco en qué es lo que nos une a América latina, qué es lo que nos separa de ella, qué es lo que nos podría unir más. Y en estos soliloquios, mejor dicho, en esta pura comu­nión del espíritu del Cosmos y de mi alma, he esperimentado la intuición de lo que nos

•distancia a veces de América, no obstante nuestra comunidad de raza, idioma, de creen­cias y de tradiciones; es precisamente esa paz adormecedora que aún se cieine sobre la masa global del pueblo de las niesetas'centro-ibéricas; es ese pervivir en los moldes socia­les, éticos y econóniicob de los tiempos pieté-ritos; es n u e s t r o pujo bélico-imperialista (aún no extinto del ludo), que recuerda que fueron nuestras hijas las jóvenes repúblicas americanas ya emancipadas, hoy nuestras heinianas de raza, de cu3'a vida, vigor y amor a la libertad debemos sentirnos orgullosos, porque cabalmente era la última la virtud más sacrosanta que hemos sabido transmitirles los españoles a fuer de pueblo rebelde pero noble y leal; es asimismo el aún no desapaiecido espíritu de intransigencia sentimental, que ex­pulsó ab irato a nuestros heimanos de estirpe y convivencia, los arábigoberberiscos y los sefardíes; es, por fin, nuestra inexlin'»uible tendencia aventurera, y nuestro ex-timentaiismo, que nos hace descu. menospreciar la labor de aproximaciun i.co-nomica con Ibero-América, desdeñándola por prosaica, siendo como es eminentemente pragmática y positiva.

Explotando, concienzuda y a veces artera­mente, otros pueblos más avisados y sobre aviso, que nosotios, esos hechos, procuran crearnos en Ibero-América un ambiente unas veces desfavorable y hostil, otras sencillamen­te indiferente, desplazándonos lenta pero con­tinuamente e invadiendo nuestra esfera de acción, primero en el terreno cultural, sem-"- iü prejuicios en las conciencias, para

• • 1' •: os o desanudados los lazos de cor». I '.inos e iberoamericanos, ver de

crear lelacoucíí económicas perdüiables a su favor, en las próspeías naciones trasatlánticas, nuestras hermanas de raza.

Y es menester deshacer continua y reitera­

damente ese equivoco, dando muestras cons­tantes de que en Iberia no s-^lo, como se cree, la orla marítima vive espiritualmente la vida nnoderna, sino que también en las ingentes mesetas castellanoleonesas alienta toda una raza altruista que desea seguir el idearium cultural contemporáneo, y que, sacudiendo el férreo yugo del pasado, quiere cordialmente, no vivir a la sombra de Ío que fué, sino crear con su esfuerzo la historia ibérica del porve­nir, en un consorcio panlatino y panamerica­no; con la más firme convicción de qne la an­torcha de la civilización que lució esplendoro­sa en las riberas dei mare nostruin aún irradia victoriosa y alégralos días del planeta; como que ella descansa en el culto al amor, al arte y la libertad, dones los más celestiales y crea­dores que.el hombre posee para forjar y per­feccionar la vida.

A^s t ín MORENO

Hermoseamíento de ciudades.

ensayo de Dslcotogia municipal.

i íAS gentes que han nacido en estas vie-g jas ciudades históricas—en que tanto I abunda España — suelen sentirse un g poco avergonzadas de su patria chica. o Han tendido la vista a todas partes y

han encontrado despreciable el espectáculo que se presentaba ante ellos: unos montones de casas viejas, hacinadas, medio caídas, que firmaban unas callps tortuosas y unas plazas de absurda irregu­laridad; y entre ellas, puestus aquí y acullá, algu­na iglesia o algún edificio de mayor tamaño que los otros, de los que alguien aseguraba que te­nían mucho mérito.

Al comparar esta visión con la de las modernas ciudades geométricas, sintieron en sus almas im­pulsos de rebeldía por haber nacido en un pueblo tan abominable que no tenía calles rectas, ni edi­ficios flamantes con que poder asombrar a los fo­rasteros.

Por eso, cuando fuera de su país natal les pre­guntan por éi, bajan la vista ruborosos y respon­den tristemente:

—Dicen que es una ciudad de mucho mérito; pero es muy fea.

Los Municipios de estas ciudades, inundado el espíritu por la misma patriótica aflicción que inundaba el de sus administrados, pr-curaron re­mediar el mal en lo posible.

Lo primero que se les ocurrió fué tirar toda la podlación y reconstituirla nuevamente. Después, considerando la flaqueza del erario público, deci­dieron ir haciéndolo poco a poco.

¡Pero cuántas amarguras hubieron de sufrir en su noble empeño!

Había en la cit^iad y fuera de ella algunos hombres extrai'.oa' .incomprensibles que afirma­ban que lo que'^se iPicia era un disparate, porque la ciudad que trataban de derruir era de las más bonitas del mundo, ,

Al principio d t "Scuchar este juicio, íos ediles se quedaron un poco perplejos ante tamaña afir­mación; pero pronto comprendieron que se trata­ba de gastarles una broma pesada, y prosiguieron con más ardor su obra, nO sin hacer constar su indignación porque .se echara a chacota una cosa

•lu.ü seria. . La obra estaba comenzada y seguía su curso.

A impulsos de la piqueta renovadora habían caí­do las murallas que impedían la expansión del poblado; habían desaparecido muchas calles es­trechas y torcidas que le afeaban; varias casas nuevas, de inefables tonos suaves (rosas, azules y hasta naranjados) se alzaban en el lugar que ocu­paran otras desvencijadas y sucias; muchas igle­sias fueron revestidas de yeso para tapar los des­gastes de ia piedra.

Estaban a punto de derribar la catedral, para edificar en su sido una iglesia con todos los ade­lantos modernos, cuando un hecho insólito, que hasta entonces no había atraído su atención, de­tuvo su braío.

Unos seres de tipo un tanto estrafalario reco­rrían calles y plazuelas con un libro debajo del brazo, que consultaban cada vez que se detenían —y eran muchas—para contemplar algo. Prime­ramente se alarmaron bastante pensando que se­rían espías de alguna nación que tratara de decla­

rar la guerra a España, dado que gran parte o ellos tenían un marcado aspecto extranjero.

Luego un recuerdo surgió en su memoria. K cordaion q u e d e chicos habían corrido tras esto seres estrafalarios, unidos en pandilla con otro chicos lo cal es} gritando a voz en cuello: '1^'*^^'"^^ musiúsl» De deducción en deducción, inquinen aquí y acullá, llegaron a saber que aquelltissere pertenecían a una r a r a especie llamada de íurístas, caracterizada por dedicarse a recorrer mundo visitando las ciudades artísticas.

Todavía hubo alguno que no se dio por ^'^^^K do y siguió afirmando que eran espías, y Q*^ . realmente eran turistas, como decían, sería ' ' f' Pilis de los Tnrisiiu trataba de declararnos guerra, por lo cual debía lusilársclus sin pieo^ •

Pero los más se dieron una fuerte palmada e la frente, como hombres que han resuelto un a dúo problema. La cosa estaba bien clara: los ristas visitaban la ciudad porque era artístic • Respiraron, libres de un gran peso, pues por " momento creyeron tener que modificar sus m arraigadas convicciones.

La ciudad — pensaron—será arlist'M, pu^ que estas gentes que tanto entienden de eso aseguran. Pero lo que no puede asegurarnos, esta gente, ni nadie que tenga sentido catmin, que la ciudad es bonita. j-fira

Y ya. cuando hablaban de su ciudad, ^^^^^ ^^ da su anterior opinión, por un grado supino'' cultura, decían: .

—Es una ciudad muy artística, pero muy * Lo que hace falta ahora es unir lo bonito a lo tísdco, para que sujiere a todas las ciudades mundo. . i -

Pero aún quedaba por res-.)lver una cues importante:

^Por qué era artística la ciudad? .g También la memoria vino en su auxilio ^" ,

caso. Recordaron unos cantos populares a ^ ^ arrullo se mecieron sus primeros sueños—en q se hablaba de una Catedral, o de un ' '' ^^ ' ü hía un palacio histórico, afirmando que no les na mejores en todo el orbe. ¡3,

Ai poco tiempo cayó en sus manos una P" . ¡, da joya que les dió la solución con perfecta c dad: una guia artística de su ciudad, que ^"",^ ^ escrita treinta años atrás, ellos hubieran ju^' que no existia hasta entonces. ¡El enigma es descifrado! La ciudad era artística a '^'''"^^''"^,.,/-de unas iglesias y otros edificios llamados ^«' mentos. Como quiera que estos monumenco^í han perfectamente especificados en ia gu'^' -g fotografías y todo, la cosa no podía ser ya sencilla. Se tiraría toda la pípbJación excep monumentos. _ je

Hubiera sido mejor poder trasplantar ^ " j ^ , su sitio a un Museo que se construyera exp mente; pero en atención a sus numerosos au servicio y a que eran algo pesados, se ^^'^^ z„y^o jarlos donde estaban, no sin dolerse del "^ g^-que representaban para el embellecimie"'^'^ prendido.

Y la obra comenzada siguió con más bri s. ^ Y el ardor edilicio es tan grande, que """^L^gs

ve satisfecho en su incansable labur. Cada ^ _ vieja, cada callejuela estrecha o torcida ' ' ^ j:[|a. cubren, perturba a los ediles como una pesa ^^^

Y cuando pol" la noche se retiran a la so ^ ^ de sus lechos, sueñan con una admirable ci '• una ciudad quimérica, donde todas las " ^ ^ ^ H-nen tres o más pisos, con las fachadas ^^^ j_|-e5 tes de color, con plazas perfectamente '^'f^'c^jto. y con calles rectas, prolongadas hasta el i"" g sin la menor desviación ni la menor esquina turbe la serenidad augusta de la Unea. .^i-

Y cada sobrante de dinero en las arcas mu ^ _ pales es una casa que cae, o por vieja, o p'^ , ber tenido la mala idea de colocarse en ''' ' ^yal zo, con grave peligro para el alineamiento u entre casas bien urbanizadas. ¡ao

Dentro de poco, si los .ayuntamientos no c ^.^ en su noble empeñó, nuestras viejas ciudade ^^^ tóricas y monumentales aparecerán notable^" embellecidas, gracias á la sutil distinción q i ^ _ regidores han encontrado entre lo bonito Y tistico. j^e-

Pero la obra no se quedará en el punto *!" g^-mos indicado. Cuando alrededor de los "^'^"/^^íto tos artísticos se muestra airosamente U' " , ^^^. construido por inspiración municipal, se ha ^^^^ cesaría otra cosa: poner bonitos los niouum con objeto de que su belleza resalte más.

^Cómn se hará estoi» , , gs Las formas de inspiración son tan ^'^'^'^'j-po­

tan múltiple la actividad municipal, quena .^p, ^•^mos adelantar sin un serio temor de eq carnos. El tiempo hablará por nosotros. ,.

Ignacio CABBAI^

Page 30: La ilustración española y americana 15 5 1920

'^ ^ 22 MAYO 1920 LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA NÜMS. 18 Y 19. — 301

Literatam tí literatos deí día. IJIJoaEMOs hablar de una literütura segovia-J*wl íi^'- ^^^ tradición literaria, ni una ^ igsJ Qf-rivación dialectal, ni siquiera una fi-torin ^ ' "lún encontraremos que nos lo au-íluirs^"' "' ^^ '* '* escritore?, aishidos, sin in­flo h '^"'^'^^'^lente, no se han propuesto o eriei^" '^^"seguido crear escuela. Hallamos Cara t ' ^"^ embargo, algunas coincidencias

"Cteristicas.

terrio^ ,^^'^'.'^°^ nuestros literatos por lo ex-Psicor P'^^oresco, que por lo interno, lo "lent '""P* "' "° '^^" tratado sino superficiaí-do^^ " ^ temas eternos. No han profundiza-Valoi- "i * ^ '" carácter para dar a su obra un tojQc ' '' • - Su amor a Segovia, en el que anecny"^'^"^*^"' manifestado fragmentaria y tro " | ¡ ^ "^^"^s^te, no ha producido aún cnues-ciu jg , ' ''- I-*is novelas segovianas, la de la

Esto' ^^ * ' '^^'^P'^ están por escribir, la fo ' ^^ cuanto al contenido. En cuanto a Cada s ^' ^"^^^'^^ y correcta, no ha sido ata-rosas ^ * '"'' ^oxia por ninguna de las nume-

escueias novecentistas.

El • * * laure^*^^ '•"locido *® nuestros escritores, el docenal .- ' • ^ ^odao^ ha reunido en una gadae á- ' '^ ' ' °^ ""^ P^''^^ ^^ su labor prodí-íaáo^" ^'Stintos periódicos, como El Adelan-^'^'i^sfxr, P"'''^^' en cuya página literaria/que la gg * ; "f'. publicado sus pruneros trabajos ^as-^;?)"^'"^" última. En SUÍ poesías festi-fil/iff^ J' -^ AÍ; '« (1902), Música de orga-niüy ' *^ ' ")~-'Jn fondo de málanolia aparece *Uado ' ^ '^'^'> por un fácil ingenio, desvir-^Oadoc ' ^• ' ^ '''' complacencia a un públi-diocre p?^^^' ^^^" avenido con todo lo me­ló en¿o f '^'•^^'^sro valor de ía obra de Rodao fersos " ^^""^"i^s en el aantímiento de sus

que catih"*'^^"^^''^^'^"^ y enMa ternura con 'as p¿ • ^" hogar recogido y tranquilo en gran a,'"''^ ^"^ '''^" chiquillos y yo (1914). Un ' asocia • - '^ '"ffincia, que le llevó a fundar %ÍiaH ' '>enéñca v:EI niño descalzo^, ha ^'Pios .'^ ^'^'ios de sus libros, uno de ellos

Se '^'"' ^""faleja (igoS), en el que su autor i'ínico fabulista españql de

''^'^^ tiempo. ^'icentf'í^'^'' publicó Noch- y día (1894) don ' cos y ' "''"^^••í Berzal^ que va en los ele-

•iiuestra ' í*^ de B}ÍSLU del Ere'sma (1883; se ^^spuéy " "*^° P°'" '^= poetas de la época; «ó'ni,, ^^ ' y dedicado únicamente al trabajo

caie ;«_ael penodis ino en lus diaiioa lo-'"'" ¿n^ ' ' ' '' ^^ y PO' ta fué también Ü, Vk-' íicio (/'^ '^•^ ^^ Bodega, que durante un si-"^^^trarV^^^^ ^^ treinta años no "ha querido ^fifiscrir^ *^^ '' ña cultura y las condiciones recüe,-¿ '• ^^^^ posee, al decir de los que le

{".fi sin" 1'^^''^'^'^^ poetas, sacerdotes ambos, itores de nuestras montañas. O, Lorenzo Garda Huerta

^^cialpc ^ ^ '"' • ' aficionado a consagraciones

O-í,

'tdis,j,^"' '9°9í, prontamente olvidado, le-

f?^Po J h ' "' '" '"^=^ que a las bellezas dei .iiblicü' ,^ P^'te ""ecdótica de sus leyendas.

' -í í¿ '/^^ libros—£ií «zíía muerta (1899), ^"iitiiL I ^'^^'^cisla (i902)~adjuJicándo-

Se ^/ry^río, ya que otros no lo hacían, el

«ti cantor de Guadarra ma». Más

modesto y más inspirado, D. Eulogio Moreno (muerto en igrg) supo interpretar la belle­za de la siena en estrofas vigorosas y senci­llas, expresión de su espíritu bondadoso e in­genuo.

Cantor de la montaña y la llanura se reve­ló en las poesías Del viejo tronco (igio_) don y osé Rincón Lazcano^ que en un lenguaje lim­pio, fielmente copi^ido de la realidad en el diá­logo, canta una Castilla demasiado arcádica en el cuento, en la poesía y úllimamenle en el teatro con La alcaldesa de Hontanares (1917) y Espigas de un haz (1920).

Tímidamente ha intentado también el teatro D. Segundo Gi/a, médico, orador, periodista de fecundas iniciativas, que pone su acti­vidad y su talento al servicio de toda em­presa de cultura. Con él sostuvo una famo­sa polémica D. Blas % Zamhrano^ escritor de una gran originalidad de ideas vestidas con el ropaje de una prosa cincelada.

La nueva generación, surgida en los últi­mos doce años—Contreras, Otero, Llovet, Ce­rón, CaiT.al—, aunque sin una orientación co­mún, trajo, más conocedora de la moderna li­teratura, una mayor inquietud estética y una mayor preocupación formal, D. Juan, de Con­treras^ marqués de Lozoya, poeta y erudito, ha llevado la poesía a la histoiia en sus ruorio-grafias de investigación, y la historia a la poe-' sía en sus Wh^o'á Poenuis arcaicos {\(^v^) y Poe­ma de añorafisas (1915)1 donde canta a las viejas ciudades y a los hechos gloriosos. En su última obra Sonetos espirituales {1918) ex­presa en versos de clásica corrección un mis-tico sentimiento ciistiano. D. Julián M. Otero ha descrito los encantos que la Naturaleza, él arte y la leyenda han acumulado en su pue­blo, en la prosa barroca del itinerario senti­mental de la ciudad de Segovia (191 5). Ü. Juan José' Lloveii en ios versos épicos—épicos aun los líricos—de El rosal de la leyenda (1913) y Pegaso encadenado (igi4)> es el último eco del romanticismo. Algo desorientado por las nue­vas tendencias poéticas se muestra en Alud-nacione:> (igi?) s' estro fecundo de D. Marce-liano Alvares Cerón. Con un sano humorismo, raro en estas tierras, ha descrito y comentado / ) . /guació Carral la vida de provincia.

Junto a estos jóvenes, aún escribe a los ochenta y cinco años el patriarca de las letras locales O. Carlas de Lecea, cronista de la ciu­dad, infatigable investigador de nuestra his­toria y buen conocedor de los clásicos. Ha publicado cerca de veinte libros, entre los que sobresalen El Licenciado Sehastiáu de Peralta (1S93J, modelo de biografías, y La Covmnidad y Tierra de Segovia (1894), obra fundamental, indispensable pai-a el estudio del derecho cas­tellano.

Han tratado de la historia local otros escri­tores, siendo el principal D. Gabriel M. Ver-gara., autor de notables investigaciones folk­lóricas y bibliográficas. Citaremos también á D. Ildefonso Rodrigues y Fernándes, que ha escrito sobre historia eclesiástica en. un senti­do más apologético que crítico; a D. Mariano 5i3V ~, vulgarizador de hechos y monumentos en ¿tí.v calles de Segovia (igiSj; a D. Eugenio Coloradoy ¿(7<:í2,que en su guía Segovia[n^o^)., ha renovado la critica artística de nuestra ri­queza arqueológica, y a D. Heraclio Serrano Viten, que también ha cultivado la poesía, el periodismo y el teatro, y que ha trazado en La cuadrilla de Nuestra Señora de Neguillán la historia de la Comunidad y tierra de Coca.

Y dejando a un lado notables escritores di-dáciicos, olvidamos la lista interminable de los innominados, desde el artesano del periodis­mo hasta e! buen señor que ha sentido algu­na vez la vanidad embriagadora de la letra impresa.

M a r i a n o Q U I N T A N I L L A

Crónica.

£as aluera^ de S^Q<^(^i^'

|o son precisamente las desoladas tie­rras que en Castilla han inspirado a tantos escritores jeremíacos lamen­tos hacia una raza agonizante que

vive entre surcos de maldición, que habita en casas de adobes y que se abrasa en el estío bajo la luz candente de un sol de ¡usticia, como un castigo del cíelo, o se estremece de frío, en las largas noches invernales, con las fuertes heladas de un clima infernal.

El viajero que desconozca Segovia se mos­trará, ni visitarla, con exceso turbado ante el sorprendente derroche de arbustos de todo géneio que forman toldos de inefable frescura en los dias caniculares, y blanquinosos ara­bescos de rutilante escarcha en las mañanas invernizas, entie las mondas ramas imploran­tes de lozana frondescencia.

La Alameda del Parral, solitaria y triste como un parque señoril abandonado. Una fuente silenciosa, condenada a enmudecer perpetuamente, porque siempre se la priva del tesoro cristalino de su liqui.io caudal. Cerca, el antiguo monasterio de Jerónimos, medio derruido, con sus huertas fecundas, bien so­leadas, con sus claustr(»s desiertos y evocado­res del sibaritismo de unos monjes que hacían de la vida contemplativa un regalo para el cuerpo y un solaz para el espíritu... La expla­nada de Baterías, limitada por la Sierra azul, como un blanco gigantesco ofrecido a la arti­llera pericia.

Los jardines de La Maestranza, añorando sus pasadas glorias industriales.

El Paseo Nuevo, muy frecuentado y reñido con el taciturno transeúnte, por ser bien dife­rente al que sirvió a Kant, en Koenígsberg, para sus fisolóHcas meditaciones bajo los altos tilos.

La Piedad. Una colína adusta. Un calvario que dicen es semejante al de Jerusalén, con cruces de piedra y una capilla diminuta, blan­ca como un morabito. Un cerro con trazas de Picota sombría, en la que, en los días brumo­sos notan espectrales unas nubes negras, re­torciéndose pavoridas, como los cuerpos de los ajusticiados, entre estremecimientos agó­nicos.

El Pinarilio, lugar de esparcimiento de la gente bullanguera, de meriendas al aire libre, de juergas campestres y de idilios amparados por la sombra odorífera e higiénica de las plantas resinosas.

La Cuesta de los Hoyos. Un caminilo agres­te que rodea al Alcázar. Unas cavernas, asilo de iñendigos errabundos, que alejan a las fa­milias acomodadas de aquellos lugares cuan­do tiemblan las primeras estrellas nocturnas y se encienden, inquietantes, las hogueras de los modernos trogloditas.

¡La floresta de la Fuencisla! ¡Descanso de­leitoso en las tardes primaverales!

^ anco Matritense SOCIEDAD C O O P E R A T I V A DE C R É D I T O

-1 ruNüAr.A EN r q i i

SD 31 u diimtiie de l i ; Péselas 1. Domicilio social: MADRID

.^iicui-alcs y -Ayencias en AauiUu-, Alcázar de San Juai., Cabra , Castro d^, Rio. Oirdoba, Granada, Guadix, I.ogrosán, Lucena. M{úu<¿¡i, MontUla Pozo I" blanco, Plasencia, Pri.'HO, SEGOVIA, T a h v c r a de la Rein. . TomL-liosü.Torri- A jos, Trujiilo }• Valdepeñas.

EMISIÓN DE ACCIONES V OBLIGACIONES de 50 p . s . u . „o,=, i„ .„- , devengando altos tipos de in te rés .

Cuentas corrientes a la vista con 3 por .00 de interés anual. I m p o s i d o o t s a plazo l,jo con m t e r e s e . a convenir. Descuentos, giros, p rés t amos crédi tos op . rac .ones d . Bol.a y toda^ la . d . lianca en tj .neral. Dividendo por el e i . , cicio de 1919,8 por 100. ' ••

Page 31: La ilustración española y americana 15 5 1920

AMERICANA *

15 V 22 MAVÜ I92O

Entre el abrazo de ciclope que unas rocas morenas d á ñ a l a corriente lírica del rio, el brochazo fuerte de las verdes persianas de los álamos pomposos vela el lienzo oro y azul del cielo, como una gasa extendida sobre la pin­tura valiosa de un cuadro, para evitarle posi­bles deterioros.

Tiéndese veloz por encima de las rocas pe­ladas el vuelo receloso de las aves de rapiña. Sin miedo a ser presa de las fieras garras y tajantes picos de esos facinerosos de'los bre­ñales—que el amor es rapaz excesivamente confiado—, entre el festón luctuoso de místi­cos cipreses, sombra apacible de místicas er­mitas, se arrulla una pareja de torcaces en celo...

Deslizase por los haces líquidos del rumo­roso cauce el grácil perfil de un martín pesca­dor con una alita desplegada, cual barqui-chuelo de juguete idealizado por el limpio blancor de su vela latina...

Todo es paz en este valle edén que forman los severos peñascos, donde mora e! monje del Carmelo, donde el penitente, anhelante del goce celestial reservado a los justos, inüa-ma su alma con el éxtasis divino que inmor­talizó a la gentil Teresa, y pone en las preces del austero Cenobio, en el cotidiano rogar por las ovejas descarriadas del santo redil el tierno verismo del pensamiento de Fray Luis de" León:

... (ie ti desposeídos ;;i do convertirán ya sus sentidos...?

Todo es aquí reposo, solamente alterable c?iando el dulce esquilón carmelitano llama a los monjes a orar, ¿níonces creemos percibir por las amplias galerías monacales el moscar-doneo de las litúrgicas plegarias, que poco a poco se esparcen por la ancha nave de la igle­sia, en religiosa catarata de fervor...

Y por último, detrás de este ingente cintu-róñ de peñas desnudas de musgosas galas, un pueblo mísero y atormentador—Zamarrama-la—, el de las bellas alcaldesas, ungidas con el típico aroma tradicional: la estepa castella­na, desprovista de alegre vegetación, las tie­rras paneras, que parecen contenidas por la fortaleza de una torre templaría—La Vera-cruz—, para que no invadan la ciudad, con­quistando sus plácidos alrededores, sus tupi­das arboledas de bosques espesos, por entre lasque en vano quiere filtrarse el sol ardiente de los días de julio, que las besa febril...

Gonzalo E S P A Ñ A

' •

o o Acaba de ponerse a la venta

de JOSÉ FRANCÉS

G R A N É X I T O

De venta eu la

DIIORIIIL MUnDO [Éám k M(\i iiúiD. 28,

y en los picIpÉs libreilas. <s?i,

o ci

Juan J], zt emfitazado. Tradición segoüiana.

Entre i:ubarrones negros corren brillantes centellas. Redondas gotas de lluvia dejan'su huella en la tierra.

' Así anochece aquel día que fué día de quimera, en que un .Mvaro de Luna dio al verdugo su cabeza...

En el segoviano Alcázar y en una cuadra severa, con rasgadas ventanales en recios muros de piedra,

que cubren ricos tapices, adornan armas de guerra y alumbra broncínea lámpara, que de bello techo cuelga, hállase el rey de Castilla don Juan Segundo. Refleja honda pena en su semblante y cabizbajo pasea. Se para, escucha, suspira y raiirmura en voz muy queda: ¡Perdón, Alvaro, piedad por tan injusta sentencial

No fui yo quien la dictó, fué mi esposa, fué !a Reina, los nobles tus enemigos y mi cobardía necia.

[Oh, don Alvaro de Luna, bien paga el Rey ÍUÍ finezas, tus desvelos, tu- servicios y fus hazañas de guerra...I La luz viva de un relámpago a( Rey anonada y ciega, obligár.dole a sentarse y a suspender su querella.

La lluvia que impulsa el viento choca en ventanas y piedras, despeiiándosc espumosa al Clamores y ai Eresma.

El huracán a &u paso por tejados y escaleras silba, aulla, brama u ruge con imponderable fuerza,.

simulando maldiciones, ayes de dolor, cadenas que se chocan o se arrastran^ abrir o cerrar de puertas.

La luz tristona de aceite raras figuras proyecta, que ocultas tras los tapices a la venganza se aprestan

De Ui veleta el chirrido. El graznar de las cornejas o lechuzas. El canturreo del.soldado que está en vela.

La luz plata del relámpago que fulgura viva, intensa. El horrísono sonido del trueno que tabletea.

Son emociones tan fuertes para un ánima con pena, que el Monarca de Castilla ¡o mismo llora que reza.

(Pero qué es lo que habrá visto que con palidez de cera, convulso, desencajado se arrodilla y balbucea?

[Piedad, Alvaro! ¿A qué vienes...? Dime pronto lo que intentas... ¡¡Que me emplazas ante Dios para darle cuenta estrecha

de mis actos 'li^ nisticia..,!! ¡Huye, fanta; ""•'¡f nta... ¡No me sigas.. me acuses...! ¡Es patente mi inocencia...!

Con imponente estampido, descarga una chisma jiéctrica sobre un cuerpo del Alcázar que tiembla, cruge y se agrieta.

Agotado el Sobcva.. , sin espíritu, sin fiif 'i, cae al suelo sin s ..ido con una crisis violenta.

A la mañana siguiente, mañana de junio espléndida, se divulga por Segovia que el Rey enfermo se encuentra,

que en la precedente noche se le apareció sangrienta ia cabeza de don Alvaro, que recusó su sentencia

y ai Rey emplazó ante ü ios , para que allí comparezca y declare la justicia con que a Castilla gobierna.

Esto, la Corte murmura. Así, el pueblo lo comenta. El Rey al año murió. El hecho quedó en leyenda.

Eduardo N A V A R R O C A M A B A

£abor social.

Una iníemiü. 'oN Evaristo Fernández Arnauz d'rjg^^ljj

Segovia el Colegio o Residencia oe-

]^^^- -asa _ No ha mucho, estando yo en su procurando recoger toda la enseñanza qu^ ^ h^ ¡abras proporcionan, deslicé nuestra converja -^con intención deliberada—por el sende ^ me llevase al conocimiento pleno del P" " ''.' , 3 había dedicado con tanto amor a la ^"!^" „/¿7. pública, y he aqui el resultado de mi ''f^fl'^''[fp¿ a

•—¿Cuándo \ por qué causa se decidió us ^ ^ establecer esta santa Residf-ncia que ^ 3 " ^ ^ , ' grande bien está reportando a la juventud. ^

—Si le he de hablar con franqueza, no " . j La Providencia, que vela de una manera esp ^ por el sacerdote, lo ha dispuesto. De '•'^.^| por dos, yo sentí siempre una vocación irresisti ^ la acción social y la enseñanza. Un ^acerco ^ la acción sociai y la enseñanza, un 3"^^-- .^ £i ñador, como yo, lleno de ilusiones y con ^ ^ ^g,

llun-' " -••^ j — V—' -^i— ^ , f.nceT^^^'

dain, hov Obispo de Orense), no podía en

ijduoi , 1.0111U yj, iicinj u c jiuBi'Jii';^ j -_-vigor de una juventud educada por un rec ' ^ ^ loso Y santo fmi queridísimo e inolvidable

se en las' faldas del Guadarrama o CeboHera^^l^^^j. hacer una vida de anacoreta, ni pude gu-que mis paisanos llorasen en las garras de ^^ ra, que les robaba por aquel entonces e' J__ g|o, sus sudores; y desde Villacastín hasta ' ^^^y^ad» recorrí roda la provincia predicando Ja ^. jgo contra la usura y el caciquismo y tr"^^ mal,.triunfó la acción social...

—^Y usted, por qué no? ^0 se —¡Ah, querido amigol Usted sabe ^^.^^^cr^-

lucha en el mundo por una causa noble ^J, j^rji-ficar la vida o, al menos, la salud, y sin Jggde roñes del honor y del porvenir entre la^ la calumnia... niie' '^

—Refiérame el secreto de la amargura 4 velan sus palabras. g qu^

—Yo le ruego que no me pregunte t no debo decir.

Hubo una pausa; desjjués continuó. .^c\^^^ —Enfermo y despreciado, victima del '• ¡e

que yo, combatí y de mi temperamento- ^ ^ {e rebeló altivo contra la mentirp, me retir ^^^c^o amado rincón de Segovia. No me falto ^^j„can-de unos pocos amigos, cuyos hijos venia ,^^11^' do y que me siguieron hasta aqui a '•'' '"' ^ ^ hij''^ ma suerte, sin esperanza alguna, porque e ^^ y^^.

con matrícula de honor, y a los P°^^,\^QDe ^^' casa estaba llena de pequeñuelos; y ah^ gidenci*' plicado el principio de mí Colegio o .K^ como usted quiera llamarlo. rdad íP * '

—Los jóvenes que educa en la actual" tenecen a familias acomodadas? pob^^^'

—Mis alumnos, en su mayoría, ^^. JQÓ^' pero yoles profeso singular afecto;adeitia ^^^Q-me lo que- pueden, de ellos he recibido 'J^.j^j,ir a res satisfacciones. Yo creo an deber con ^^ ^¡QS que la Patria no se vea privada del " " (grfaf ^^ hijos que, por ser pobres, tienen ciue e_^^ jg la talento en un mal taller o entre los n" labranza. . JV ^ '^

—Exacto. ¡Qué hermosa obra sod-i'-educación de las niñas ha llegado? ot^<>^^'

—Le aseguro <• - -!n es m¡ cons ta^Yg dicO^ pación. Yo noso^ .iiosoí-, , ^^y>^°^ \ ^o^^^ I antes, un soñador; yo no quiero '"''^""^gcbo '^^ deben o no ir al Instituto; pero es un n

Page 32: La ilustración española y americana 15 5 1920

5 ' 22 MAYO rqzo LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA Hutas.-íS'Y ig.~-iOi

^^n. y nosotros no las debemos abandonar a los peligras a que se exponen. La educación de la ^^¡tz debiera preocuparnos más y tratar de en-cauzar en vez de criticar y oponerse sin fruto al curso de los hechos... Aquí tiene usted esta nina. 'Manolita Matesanz; su pequeño talle es tipico de ^ sierra. Sus padres, unos pobres, no soñaron tai vez en darle carrera...

V usted... les hizo soñar. Vo le di la primera comunión, y estaba en-

t^^ntado de su inocencia y de su talento. Conmi-^? estudiaba en el pueblo, y cuando vine a Sego-V'a me acompañó. Hoy los prolesores están entu-^'asmados, se le ayuda v ella llegará adonde tie-"e derecho ¡i llegar.

—No todos piensan asi, por su egoísmo, pues consideran que su pecuüo debe emplearse en sus necesidades personales.

¡Ah, querido amigo, cuánttt dinero se gas-'a en cosas de dudosa utilidad pública! ¡Qué her-"íDso sería emplear algo en ayudar al que verda-eramente valga, y mañana la Patiía. y esta patria 'ca Sobre todo, recibiría segura recompensa! ~~<^ para lo ftiturí», que piensa?

] ~~,Y^ tengo organizado lo de carreras especia-• Unos amigos, soñadores como yo, me impul-

]. " Soñar más. Muy pronto este centro, que sa-jjf: <1P1 polvo, podrá ofrecer modesto albergue al

i^ de nuestro labriego. ¿De quí^ sirve una casa cial, qu¿ valen para nuestros labradores unos

_ ^"tfis vagones de abonos químicos, cuya com-^sición desconocen, y unas cuantas máquinas ^ ^ no saben miinejar? Si la riqueza de nuestra .^Ta está en la agricultura y ésta es hoy una ^nciñ y una industria hav que enseñarla a nues-

'^os labradores. , --íPero usted solo cómo ha de poder con «nto?

1. "~*o no desconozco mi pequenez, pero me .estará haber despertado a los que duermen y aber señalado un campo para que después otros

•e más talento lo cultiven. i le separé eíusivamente de este gran sociólogo

^. "sandoque unos cuantos hombres como él, un '^'n"'^'-*^ P""" nuestra amada España, harían

* ' atria grande, capaz de competir con el ' "Undt í ,

H I S P A N O

^QHcuttuní y ganadena. '\ agricultura en sus dos ramas, cultivo

í y ganadería, n producción vegetal y , „^^=_,Í animal, es la principal Tuente de rique-(;n"^°'"'°° ^'^- i"dustna más importante, no solo

^•^gOvia, sino en toda España. PJ. P^^ar de MI importancia está atrasada y la , j ' . . acción es escasa y cara, con relación a lo que ¡. ..^i''"iOs producir y a hi que jiroducen la gene-

"uad de las naciones. -US defectos del clima, ctni escasas lluvias en

,. '^'^^ y primavera y falta absoluta de ellas en ve-•"" 'y ton cambios'de temperatura tan bruscos

vp* l'egan a veces a 30 grados dentro de las -inticuatro horas del dia, dañando muchos años

ci) '!^^* ' ^as las heladas de jprimavera, se agravan s\i^ \* Quebrado y pobre del terreno, a causa de

altitud, no permitiendo en muchos terrenos t¡J^ í^'^'tivos que ei lorestal-pastqral, y no admi-les I ' ^" '" ' demás otro cultivo que ei de cerea-si '^^ '^echo, con ;ilguna restricción en éste, por fpi"'"''3s de legumbres cultivadas por sus granos.

p^egadio es muy escaso.) (. ."'"^ y mal alimentada la ganadería, por ser Uv' . ^'^"'J'-ídos los prados artificiales y los cul-Hñ{ ^ ''^'"'•í'jeros anuales, se mantiene casi todo el '•as* ^" ' ' '-^'^P"J' entregada al pastoreo, con es-j^^^s pastos naturales, por haber sido roturado

s terreno del debido, .siendo muy escaso el ali­mento m,^ .„..:u„ _^ >,.„ __...i,i_.. V . . „ . . „,.«„^_

• Uen • que recibe en los establos. Como conse-

ella ^^^ de es(j son pobres los esquilmos que de '"du^^ l'^^tienen (trabajo, carne, leche, lana). Las ,.,j¡,.^'-'''as agrícolas, lo mismo las derivadas dei \ '^'^ q^e de la ganadería, apenas se conocen, Cfjrr ^^^'^^^ y nial explotada la cría de aves de V r-,1 ' "^'^"ejos. cerdos, v casi nula la de palomas - ^^í^nenares.

Las casas de los pueblos no reúnen condicio­nes para casas de labor; pequeñas, incómodas, sin luz ni ventilación, saturadas de gases malsa­nos, carecen de habitaciones para ¡as personas, ganados e industrias derivadas de la ganadería.

Alcfo se ha progresado en los veinte años últi­mos: en el cultivo hemos aumentado desde 7,33 quintales métricos por hectárea que producíamos {quinquenio de 18961900), a 9,50, que se calcula producimos ahora; el barbecho, aunque poco, ha disminuido; y en ganadería, del año 1913 al 191S. hemos aumentado, según las estadísticas, unos 7.000.000 de cabezas, correspondiendo a la pro­vincia de Segovia la parte proporcional en ese aumento.

Consolador es ese progreso, pero insuficiente. Aun descontando lo que limitan nuestra produc­ción el mal clima y terreno, tanto en Segovia nomo en casi toda España, hay que reconocer (|ue producimos poco y caro, y que podíamos producir más si otros obstácukis no lo impi­diesen.

Esos obstáculos son, el defectuoso empleo de los factores que intervienen en eí cultivo; lo mis­mo los locales: clima, terreno, constitución de la propiedad, montes, riegos, densidad de población, emigración, absentismo, precio de los jornales, mercados, vías de comunicación, transportes. Aranceles, Tratados de comercio, impuestos, ca­tastro y mapa general agronómico; que los per­sonales: instrucción agrícola, capitales, crédito, asociación, labores, motores y máquinas, arrien­dos, ganado de renta, etc.

Para cultivar bien no basta emplear con per­fección alguno de esos facttires, por muy impor­tantes que sean; hay que emplearlos bien todos; unos, por lo que aumentan la producción; otros, por lo que a la vez la aumentan y mejoran, y otros, pbr !o que la abaratan.

Eso exige remover los obstáculos que dificul­tan su empleo, y nc- se removerán mientras no se ponga al labrador en condiciones de poder em­plear bien los dos factores que yo considero como capitales: la instrucción agrícola y la concentra­ción de la propiedad en cotos redondos.

Por falta de instrurción se emplean mal los si­guientes factores:

A) Clima y terreno.—No se sabe subordinar el cultivo a esos dos factores.

/íj Sistemas de cultivo.—Son deleí^tucsos; no .se sabe reformarlos; se hace mal, o no se hace, la selección de semillas; las labores .se dan mal y fuera de tiempo, etc.

,C) Maquinaria agrícola perte.ccionada.— Está poco extendida; y a veces .se emplea mal.

D) .Abonos.—J.o mismo en los .irgánictJS q j e en los minerales, su empleo es e.^caso y 'defec-t i ioso-

/í) .Arriendos. —Se hacen a curtí* plazo, no se abonan las mejoras útiles y se esquilma el suelo.

í») Ganadería.—Está atrasada y es escasa con relación al territorio, a la población y al cultivo; carece de las principales aptitudes fisiológicas. y da pocos y medianos productos de todas clases.

G) Industrias derivadas del cultivo y la gana­dería.—Mf» se explotan o se explotan mal.

//} Capital.—Se cultiva con poco capital; el labrador carece de crédito y los Sindicatos y de­más formas de asociación agrícola se extienden lentamente.

/¡ Vías de comunicación.—Tenemos pocas y maías, y los transportes son lentos y caros.

7) Aranceles. — Perjudican a la agricultura ¡)(jr favorecer a industrias sin vida propia, e im­piden celebrar Tratados ne comercio en buenas condiciones.

/,) "IVibutos.—Nii hay justicia ni e([uidad en su re])arto y está sin hatxr el Mapa Agronómico.

Los delectos oMi que por fí^ta de instrucción agrícola se emplean muchos f;icf.ores del cultivu que dejo enumerados se agravan con los obstácu­los que la forma en que está constituida la pro­piedad rústica opone a cultivar hien. con oportu­nidad y económicamente.

La abundancia de latifundios en seis u och" provincias y el estar con.stituida la j^ropiedad en el resto de España por minimifundios, ])or fincas pequeñísimas, de figura irregular y discontinuas, desconociéndose casi por completo la propiedad

de extensión, medio impiden perfeccionar el.cul-tivo y producir económicamente.

Como el grave detecto de la propiedad en Se­govia y casi toda España es el estar constituida en minimifundios, enumeraré sus principales de­fectos;

1." Pérdida de una décima diaria de tiempo en idas, venidas, mudanzas, etc., que suponía hace unos años 337 millones de pesetas de pér­dida como aumento de jornales, y hoy unos 800 millones.

2° Pérdida de terreno: unos dos millones de hectáreas. (Memoria del Ministerio de Fomento.)

3." Exposición a hurtos de frutos, daños, cam­bios de hitos y usurpaciones de terrenos.

4." Falta de caminos de explotación para las fincas de cultivo.

5.* Dificultad unas veces e imposibilidad otras de emplear motores y máquinas modernas.

(3.° Dificultad de restringir el barbecho e im­posibilidad de variar la alternativa de cosechas.

7." Dificultad para riegos, encauzamiento de ríos, saneamiento de terrenos, etc.

S.° Imposibilidad de cenar las heredades y plantar árboles en los terrenos i 'obres.

9.^ No poder aprovechar bien ciertos produc­tos de cultivo (espigueo, estiércoles, etc.).

ío. Imposibilidad de aumentar y mejorar la ganadería y las industrias de ella derivadas.

11. No poder habitar dentro del campo de cultivo y contribuir al absentismo del propie­tario.

12. Exigir maynr capital de explotación las fincas pequeñas y dificultar el crédito.

13. Disminuir el valor de las fincas y dificul­tar la titulación de la propiedad y las transmisio­nes de dominio. Y aún quedan otros defectos sin enumerar.

Para corregir esos defectos hay que formar fin­cas apropiadas a las necesidades del cultivo, y la forma más perfecta es el coto redondo que don Fermín Caballero definió: la labor comprendida bajo una sola linde, formando una sola finca, sin que contenga ninguna propiedad de distinto due­ño. El coto, además, debe ser acasarado. Con él se obtendrán ventajas en el orden político, social y económico.

Pero, como ei medio propuesto por D. Fefiníñ Caballero para constituir los cotos ' las permutas voluntarias' ni ha dado ni pued& dar resultado, es de necesidad que el Estado se encargue de su formación, declarando obligatorias las permutas de terreni.', mediante la expropiacií'm forzosa por causa de utilidad piibhca, salvo ciertas excepcio­nes. (El procedimiento para formar los cotos, sus ventajas, excepciones, etc., etc., exige un estudio especial que hice en uh Proyecto de Bases, publi­cado el año lyoS.)

Con la instrucción agrícola y la constitución de la propiedad rústica en cotos redondos no queda­rá resuelto el problema agrícola; pero ai {>óder emplear bien el labrador esos dos tactores y sa­ber cómo se deben emplear los demás, el proble­ma se atenuará y perderá mucha importancia, porque será fácil corregir los defectos con que hoy se cultiva y remover los obstáculiis que impi­den T>roducir mucho y ecom'imicaniente.

José RAMÍREZ RAMOS

^^^P'c•. VINOS TINTOS da loa haradoroi dal

Dlarpés le Blseaf mim ilum]

'f\ict^ L V I H O

\^ h4uH en todoft k% batel r rentan ruU-

n U T I M P O S T A N T E i I/OH <JONH>THEnOILKM

Fflenaa m n y e s p e c i a l m e n t e en nnestra MARCA CONCEDIDA.

Imp. Attíit lea S^ee Hermán a ii, Norte, si.—Tel. 17-55 J.

^ F R E C E M O S G R A N D E S O C A S I O N E S t^t^^^a^z r,;r.?:s;j;:tii„"';s..r,„']:-7"—•— • • J • ^ ^ m ^ * » * ^ - ^ fc.^ - ^ i ^ » _ — p l a t a . G r a n exposición d e relojea d e o ro cié ley, r i cas r e p t ­i l! ' '" '^», y re lo jes d e pu l se ra , s i empre d e los Últimos mode los y b u e n a s m a r c a s ; p i a n o s , e scope ta* , a r m a s : máqu inas d e escr ibir , m á q u i n a s fo tográ f i cas , g r a m ó f o n o s , p a r a g u a s , ^P^ 'n -eab lea . a n t i g ü e d a d e s , aban icos , ob j e to s var ios e inf inidad d e . r t i c u t o s p rop ios pa ra r e g a l o s . - C o m p r a m o s , v e n d e m o s y C a m b i a m o s t o d o .

crasa Serna, Hortaleza, 3. Teléfono S3-S1 M. CASA EXCLUSIVAMENTE EN ARTÍCULOS DE OCASIuN

Page 33: La ilustración española y americana 15 5 1920

K

K K

K

X

X X X

Dirección posta l : M o r a t í n , SS. M A D R I D . Mol ino y depós i to : R o n d a de Segovia,

S E G O V I A . H i l a n d e r a s , 5.

29.

nacido cii el pueblo de Valscca, de Ja provincia" de Segoviii, saI|o a ^.^^ Este liombre. de modesto ongen liños, como tantos otros, con Í"I hatillo a cuestas, camino de Madrid, no con la ilusión de tantos ot ros a su i- ' • con c] fume propósi to de trabajar para redimirse del rudo trabajo que en el pueblo le esperaba, ya que sus pa propósit contaban con otros bienes de fortuna que el suyo mal re t r ibu ido .

Ya en la corte, y aunque sus aficiones e n tentó

•an las del estudio, incompatibles con la necesidad de imanarse el ^^^^^ diario tuvo que aceptar el inj;reso en una tienda de comestibles, en donde estuvo hasta q u e se vio oblig-'d"' para cumplir con sus deberes mil i tares en Puer to Rico. nnílicion*-'"'

Regr t sú a Madrid terminada la guerra de las Antillas, y aunque le ofrecieron en el comercio buenas cou" ^ ^ ^ . se rebeló contra la idea de la esclavitud del mostrador, y recordando sus ilusiones de niño y ios consejos V .jbros. tro, se entregó con fe al es tudio de la contabilidad, trabajando durante el día para vivir y pagar las a'^^^'^^i'If„^,.si> de

H o n i H á x l m o C u a d r a d o H e r n á n - G ó m c K . sus paisanos, procurAndoles algunos jornales, de que tan necesi tados es­

tán, sobre todo en el invierno. Míichas contrar iedades y muchas dificultades tuvo que vencer; pe ro al fin logró con

su tesón empezar la explotación de las minas de arcilla refractaria que se ven a la dere­cha d e la carretera de Valladolid, frente a la Venta de Sanmedel , en la q u e e rcuen t ran trabajo bien re t r ibuido los obreros que t iene empleados y segura ayuda los car re te ros de Valseca y Uernuy de Porreros ; pues hoy el Sr. Cuadrado expor t a sus arcillas a Ma­drid, Bilbao, Barcelona, Sevilla, Trubia, I.ugones, Mongat, Desier to , etc., etc., en cantida­des importantes y q u e no bajarán de 4.0D0 toneladas anuales .

Las minas es tán a nueve kilómetros de Segovia; desde bocamina a la carre tera de Valladolid hay 500 metros y son de car re tera propia.

£1 Sr. Cuadrado considera a sus obreros como una ampliación de la familia, y es de ver la satisfacción que sienten cuando reciben su visita, habiendo llegado hasta imponer­se el sacrificio de hacerles, de su peculio particular, un seguro a cada uno para la vejez en el Inst i tuto Nacional de Previsión. íEjemplo digno de imitar por todos loa |)atronos!, etpétera, etc.

Para dar mayor impulso a su industria, ha instalado hace t iempo un molino eléctrico en la R o n d a d e S e g o v í a , n ú m . 2 9 , en M a d r i d , donde se prepara el barro para mo­delar que consumen en su mayor par te los escultores y arqui tectos de toda España, y que no t iene rival po r su practicidad.

Siguiendo sus exploraciones llegó a los confines de la provincia, al part ido d e Riaza-tan rico en minería, en donde se encuentran el h ierro y el grafito en cantidades fabulo. sas, denunciando un s innúmero de minas que, no pudiendo explotar por sí mismo, dio a conocer por todo el mundo, sin encontrar ayuda, ¡[.ástima grande q u e el capital sea tan cómodo y tímido!, p o r q u e en esta región, si llegara a pasar el ferrocarril v el capital se decidiera, podría ser un empor io d e riqneza-fllfí^ií

aprovechando los días que todos dedicamos al descanso, se dedicó a hacer exploraciones por la sierra t ma, s i empre por el lado de la provincia de Segovia, para ver si enront raha algo explotable m u que pnd

|[Vlin.is d e S a n m e d e l d e a r c i l l a s r e f r a c i a r i a a . L a s m á s i m p í " ' ' ^ '

¡de In p r o v i n c i a d e S c g o v l ü .

SOLUCIÓN BENEDICTO de glicerofosfaLO de cal con C R E O S O T A L Farn evitar la luberculosij, brODquiíis, cat^in-oi crómeos, infecciones Gripales, enfermedades consunliva», inapetencia, d«b¡l¡ila<l general, neuratlenia <-arieE, raquílismo, iicroi'i'lismo, ele. F ' a r n n a C l a c d e l d o c t o r B v n e d l o t ^ , S a n B « m « r d c > , 4 1 , IVIadrlcJ. TelÉfonu nilme-

ro 0 3 4 , jr principaJes laniiaci^tii,

iilffliii^íiii^ESPIISili I r.A : OBRA : MEJOR : ILUSTRADA : DEL : MUNDO ® ® . ® ® P R I M E R P R E M I O ( G R A N D P H I X ) f 0 FN TODAS LAS EXPOSICIONES A-QUE HA .<ÍIIK) PRESEN l'A DA ®

1 DETALLE SIGNIFICATIVO f

gj Los grabados intercalados en el texto, los equivalentes a las numerosas ® g) láminas en negro y en colores, y los mapas y planos comprendidos en los ® ® tomos publicados constituyen una ilustración no igualada nnr ninguna de las ® © mSs afamadas Enciclopedias.^—Esia obra se adquiere a precios verdaderamente ®

módicos y con toda clase de facilidades.

I Editores: HIJOS DE J. ESPASA ® CALLE DE LAS CORTES. 579 y 5Sí =:^.=^ ® T e l é ^ f o n o A * l o - 0 3 . A p t a r t a d o H S S .

I B a rce lo n a © ® Se suscribe en las principales librerías y centros de suscripción d e España y tu ® América. ® ® ® ®®®®®*®®®®®®®®®®®®®®®®®®®® ®®®®®®®®®®®®®® ®

® ® ® ® ® ® ® ® ® ® ®

A los señores turistas en ge" "" , . ¡-e-visiten Madrid y San Sebastián. ¡ ^ j ^ comendamos eficazmente, porse""

absoluta confianza.

La Joyería d e Pérez MoUiJ^ Sun Ser>f[s Aiadr id

C a r r e r a San J e r ó n i m o . 29

EL ÁNGEL Mer«*' ESPARTEROS, 1 Y 3. " T l i ^ r ^ l V

s a m a n e i f a . Gran surtido en '»*',,pffl<»^ les y exlríinieras. B e ^ a B . P * ' aoú}^''

S Oficinas:

^ Claudio Coello, 20, S principal. C. Bloch TalJer y

INSTALACIONES DE

Ronda de AtocM^

ASCENSORES Y CALEFACCIÓN

líente I

lid" i

% Montacargas y grúaa eléctricas. S Bombas con scoj-lin^ienlo direclo f c ra elcTsci^ii ^^''^ ^ Calelacciones ccnirales per vapor de baja presión y ag^* ^ Calefacciones por pisos. ^p; ^ Calefacciones por agua caliente a termosifón y a circulad* | g Apara tos de desinfección para hospitales- |

9 Saneamiento de edificios. Instalaciones de limpieza por el vacio.

FACILITAN PROVECTOS T|S

COMPRO ALHAJAS PAGO ALTOS PRECIOS F'RINCIPB' EL ÚNICO APARATO PARA TOCAR

EL PIANO ARTÍSTICAMENTE

Vicroria , 4. J O S É OLIVHR. -MADRID Autopiarlo PIAJSOS BECHSTEIN, í ' " ^

GAVEAU, VcDtai a plazos. : — : " "

Page 34: La ilustración española y americana 15 5 1920

UNION ULTRAMARINA SEGOVIANA Consejo de Administración

j j operaciones mercanti-'^ nasta el 1 de enero del

Con el título que enca-J^^^stas líneas se consíi-i9ici ^" noviembre de ^ *y una Sociedad anóni-g^Muenodió principio a

les

ffiente año, formada por . / fsi totalidad de los in-"ustriales de este ramo. J^u objeto es el de ad-lao"" '^^ productos en ^mejores condiciones de

;¿fac,lmente se com-Pues importancia; fjüp f '" ^ géneros se adquieren a más bajo precio lefi - ' ^ ^ n' o las compras individualmente, este be-con ' ^s natural que recae también en el público, g] " ya se ha comprobado en diferentes artículos en

. tü espacio de tiempo que cuenta. jj íijg ^^ cuando su forma es anónima, hoy no efec-i tan ^M- ^ ^^^ * ^ ^ ^ ^^^ accionistas, los cuales es-

^W'gados a adquirir todos los géneros en el

Siíñorea qne ona t i tuyea el Consejo de marina 'Se*

almacén gremial, no pu-diendo hacerlo en ningiín otro, bajo las penalidades que determinan sus Esta­tutos.

Como garantía de ío que dicha Sociedad es, he aquí los nombres de los que constituyen el Conse­jo de Administración:

Presidente, D. Maximi­no Gómez.

Vicepresidente, D. más Cerezo.

Tesorero, D. Juan bero.

Contador, D. Samuel González. Secretario, D. Felipe Lázaro. Vocales, D. Fermín Gil y D. Miguel de Miguel. OTROS SEÑORES ACCIONISTAS.—D. Claudio

Moreno, D. Lope Esteban, D. Antonio Luengo, don Lorenzo Martín, D. Ecequiei Polo, D. Juan Herrero, D. María Sancho, viuda de Fernández, D. Eduardo Doldán y D. Mariano Alvaro.

Administración de la Unión Ultra-ó vi ana.

To-

Yu-

n

de 1 ^ fábricas de harina y cerámica que poseen es una 1 mayores pruebas de la vitalidad segoviana.

PeriTi ^ "láquinas cilindros, sistema Buhler, que utilizan, g'fen una molienda diaria de 17.000 kilos.

%e c" '"' cerámica, denominada "La Innovadora", •^•nparre el trabajo con "La Compañía Segoviana",

S.ila de máquinas de la fábrica de cerámica.

* de máquinas cilindras de la fábrica í ii..Liiia.s.

se producen toda clase de ladrillos, rasilla hueca, ado­quines, baldosas, tubos, caballetes y, especialmente, las tejas plana Marsella y Borgoña, así'como la de canal o árabe.

Emplean para ello tierra refractaria de primera cali­dad, procedente de minas propias.

Además de las mencionadas labores, fabrican figuras de adorno para tejados y fachadas, balaustres, punzones, jarrones artísticos y macetas, filtros, vasos sueltos para los mismos y cuantos encargos se hagan.

Oficinas y almacenes en MadriíS:

Calle de Silva, n.° 3'

Page 35: La ilustración española y americana 15 5 1920

Fabricante: FRANCISCO M. MARCOS R R E : ivi I o s

Exposición provincial de Segovia, Medalla de plata. Exposición Internacional de Higiene, Medalla de oro.

Exposición Hispano Francesa de Zaragoza 190S, Diploma de Honor y Medalla de oro.

Exposición de la República Argentina, Medalla de oro.

EXPORTACIÓN

Venta exclusiva en Segovia y correspondencia:

Plaza del Corpus, 7, almacén de droguería y perfumería.

lA seeowiTK PABRICA D e LOBA y O B U e t O S NAyOLlCOS

Sociedad Cooperativa Electra Segovigna La C O O P E R A T I V A E L E C T R A SEGÓ VÍAN A, a cargo

de la cual se halla la producción y el suministro del "^^^ eléctrico para alumbrado y fuerza motriz, es una boa eminentemenle ptipuhir que nació y se desenvuelve a t 1 sos del mayor entusiasmo y desinterés, y que aspira (a de los beneficios que mediante ella obtienen los ^o^P ,^, dores) a conseguir el resur^nmiento industrial de la cui con él la mayor prosperidad de la misma. ^ ^^p.

Venciendo las inmensas dificultades derivadas de -a _ ^ rra mundial, no sólo ha podido subsistir sin "''*^""' ^*^^,(-¡ju­que se dedica a amphar su maquinaria y redes de ^ J^-ción y a perfeccionar los servicios que la están ehcon dos, mereciendo plácemes y feticitaciones todos los ^ . de Administración que la han dirigido, hallándose con^

do el actual en esta forma: Claut''

Presidente, Mariano González Bartolomé; Vicepresidente, ^^^^^¡ Deza; Secretario, Bernardo San Frutos; Vicesecretario, Andrés ^ ^ ^ Callejo: Tesorero, Vicente Alcón; Contador, Pablo González; ^ ^^^, Emiliano Bravo, Luis Rincón, Pedro Torres: Director Gerente, zólez Reviricgo.

Casa f u n d a d a e n 1861.

Pvopietaviasz Hifa y nieta de IMaücos Dacga:.

•^.mpléanse en los diferentes talleres y dependencias más de cien obreros.

X X-X X X X X

Hijos de Valentín Rne^^ SEIGOVIA

de Compradores y, exportadores de pieles V cu f ^ todas clases. Lanas del país, por cuenta prop'^ > comisión. Fabricación de badanas en pasta alziin^

Almacén de co.npra y venta en Madriu-

G E N E R A L R I C A R D O S , 1 1 (Cammode Car.^^ nclt'='''

CANDIDO LÓPEZ X SANTA EULALIA» NUM. 9

SEGOVIA

L()NSTMi;ira;osEs M E T - Í L I C A S D E A R M A D O R A S ,

Pl'KRTAS, ESCALERAS. MIRADORü-S, ROM.ISAS,

II.ÍSCCI-AS," H A L A N Z A S . J ' : T C . — I X S T A L A C I O S I Í S

nK CAI-KVACCIÓN. SMRVKIO DE A(ifAS, TERMO-

S I F Í S N , N O R I A S , B O M B A S , DEr<JSITOS. KTC.

REI'ARACIÚX COMPLETA DIL TODA CLASE DK

MÁQUINAS, MOTORES Y ALTOHtSviLES

: 3 0 0 0 C a

se f" Para evitar <\^^ ,^,

Ilitan abusos "- ^^^^.

arrogándose la r^P ^ ,

tación de i--^ j A TK ACIÓN E5FA>^^^^,

Y A M E K I C A N ^ ' ^ ^^^^, |¡

mos a cuantos n . ...^ripc"^'

recen con suscnP'

a n u n c i o s la

efectivo ningún recibo que no sea extendido ,p'^^ ^ lectora'

ha-

nislración de esta Revista. Rogamos a nuestros

gan saber por escrito a la Dirección de esta Revis

ta, 17, las deficiencias que observen en el reparto-

S3S ./35'