La horca de Charlie

Hablar sobre el nuevo interés por el juego “Charlie Charlie” es remembrar como el ser humano ha sido proclive a lo oculto y “eso”, lo misterioso, siempre es motivo para auscultar lo más oscuro y profundo del universo del alma.

Pedro Mariano coge dos lápices, uno encima de otro y espera que se muevan, haciéndoles unas sencillas preguntas, esperará quizás todo el día, sin resultado alguno, o en el peor de lo casos formará parte de esa legión endemoniados y poseídos que han sido publicitados en los noticieros.

Todo esto tiene una explicación científica como uno puede corroborar en las redes. Al sostener los lápices que contienen tintas de grafito, estos reaccionan debido a la fuerza magnética, la gravedad y la inestabilidad de la posición de los lápices.

Los noticieros siempre explotan casos de posibles suicidios, debido a que el morbo vende, cuando más si tiene que ver con el infierno, demonios y espíritus malignos. Un caso de posesión demoniaca y la entrevista al parasicólogo de turno como el más indicado, bastan para encender la mecha incendiaria, a pesar de que el hombre ha llegado a la luna y se puede mostrar la muñeca con un microchip dentro en la Unión Europea como si fuera una tarjeta de crédito, aún conservamos esa curiosidad natural por lo prohibido, incluso rayando lo profano.

Prueba de eso es que muchos disfrutamos de una buena película de terror y seguimos con cierto embelesamiento las historias con un final macabro, grotesco o todavía sin solución.

Charlie, Charlie, es una versión moderna de la Ouija, no obstante más peligrosa pues es contacto directo con un demonio. Debemos recordar que todo este furor en las redes parte de una campaña muy astuta por parte de la Warner para promocionar su película “La horca”, tenemos que reconocer que ha sido demasiado efectiva puesto que, ahora está en boca de todos”

Cierto sector religioso se ha pronunciado sobre el tema llamando a la reflexión y a los creyentes para que sean cuidadosos. Tildando a Charlie Charlie como una práctica satánica y excesivamente peligrosa a causa de que abre las puertas a los demonios y espíritus malvados.

Incluso podemos leer frases curiosas en redes cristianas, por ejemplo: “Que Charlie mueve lápices, mi Dios mueve montañas”

Aún queda mucho pan por rebanar sobre el asunto, dado que dentro de poco se estrenará la película en el cine y dará más perspectivas acerca de este tema que cobra mucha importancia para nuestra juventud.

Autor: Juan Carlos Santa Cruz Dávila