LA HISTORIA MARINERA DEL REMOLCADOR ANGLIA

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EL DÍA Martes, 16 de febrero de 1971 LA ISLA y | los barcos ¡ •.lllllimilllllllllllllIlllllllllllllllllllllllllllWlllllllli del remo Considerado el mayor del mundo, en ocasiones recaló en nuestro puerto : - La sección proel, transformada en gabarra, aún presta servicios en aguas de Hull El 20 de julio de 1875 arribó a nuestro puerto una de las más notables embarcaciones que en- tonces crubazan la mar y cu- | yo nombre —resuenan aún i ecos de su fama— ha merecido el honor de figurar, con toda justicia, en los anales de la his toria de la navegación. Con las pirmeras luces repi- el bronce sonoro de la ata- laya de San Cristóbal señalan- do la arribada del carguero "Conde d'Eu" y la goleta "Vo luntad"; mientras, rumbo al Sur, se alejaba el "Biafra" -—"paquete" de la Elders— abriéndose de la costa para dar paso franco a una extraña pro- cesión que, paralelamente a ella, navegaba en demanda del puerto. Abría marcha un remolca- dor de ruedas, con proa de vio- lín, que remataba su estampa marinera con tres altas chime- neas de sombrerete y dispues- tas de manera harto extraña; la proel, a crujía, era de nor- mal emplazamiento, «pero no así las otras que se alzaban a popa de los tambores y a las bandas. Se adornaban todas con leve penacho mientras cha poteaban las ruedas de paletas en cuyos tambores lucía, en do- radas letras, el nombre —'"An- glia"-— de la un tanto descon- certante embarcación. En su estela, y al extremo de una estacha, el "Syria" de ¡la Unión Line, iba sumando I singladuras y completando —ve | nían desde Santa Elena— el ! más largo remolque que hasta entonces se había efectuado y que asombraba al mundillo na- val que lo creyó irrealizable. Cerca ya de la bocana paró el "Anglia" para abarloarse al "Syria" y conducirle al fondea- dero al tiempo que hacía oír el bramido de su sirena indican- ¡ do la maniobra al "Río Formo- j so " -—q U e salía para Liver- pool— y a la fragata "Carinen" que, con todo el trapo largo, po nía proa a La Habana. Pronto comenzó la necesaria faena de rellenar las exhaustas carboneras del "Anglia" al mis mo tiempo que de proveer de víveres y agua a ambas embar- caciones. Por Juan Antonio Padrón Albornoz El a Anglia" el más potente remolcador del siglo pasado, en la época de su escala en Santa Cruz Venía el "Syria" al mando del capitán Vyrian y el remol cador al de Mr. Webb, experto marino al que se encomendó lo que entonces teníase por poco menos que imposible. Al atardecer levan y comien- za de nuevo el duro remol- que —hasta Southampton aho- ra-^— que pudo finalmente lle- varse a feliz término a pesar de muchas dificultades encon- tradas en la travesía. El "Syria" era por entonces el "crak ship" da la Unión Li- ne y en su haber tenía el más rápido viaje —26 días y 18 ho- ras— efectuado entre Inglate- rra y Ciudad del Cabo. No era barco reciente pues se le había construido en 1863 para la P. and O. la cual, en 1871 lo ven- dió a la Unión que ya comenza- ba a competir seriamente con la Castle; en viaje de ida en- tró de arribada forzosa en Sania Elena con averías en la máqui- na y tales eran éstas que tuvo que transbordar pasaj-e, corres- pondencia y carga a otro tras- atlántico y quedar luego allí amarrado. La firma William Watkins Ltd., de Londres, solucionó a la Unión el grave problema que planteaba el remolque a Ingla- terra del averiado "liner". Esta empresa, dedicada a re- molques en el Támesis, estaba dispuesta a hacerse cargo de tan difícil cometido y para ello acondicionó a su remolcador "Anglia", dotándole incluso de foques y cangrejas que le auxi- liasen, ahorrando carbón, en el viaje de ida. Nace el "Angüa* Había sido construido el "Anglia" por los célebres as- tilleros de la Thames Ironworks en Blackwall, verificándose su entonces un necesario repaso de casco y máquinas el cual tuvo que acelerarse cuando, días después se contrató con la San Petersburgo con una dra- ga y, para resumir, basta de- cir que las 5.000 libras anuales de promedio que sus remolques producían, pasan a 12.700 en 1876 solamente. Una larga lista de nombres —"Princesa Amalie", "India", Neckar", "Porteña", etc— van incrementando la fama del "An glia al mismo tiempo que los continuos servicios van desgas- tando máquinas y calderas que reciben completa renovación poco tiempo después de haber llevado de El Ferrol a Londres la embarcación especial que contenía la célebre "Aguja de Cleopatra". Desde Egipto el mercante un gánguil y el remolcador "Co lonel", al tiempo que escoltaba a otro gánguil, que, por sus pro-pios medios, seguía la mis- ma ruta. Fue éste y no el ver- dadero remolque, el que creó problemas durante la travesía ya que la escasa potencia de máquina le impedía maniobrar convenientemente en mar abier ta. Los últimos anos del "Angüa" Con los años, el "Anglia" fue poco a poco quedando relegado a un muy segundo término y, en esta situación, más precaria fue su posición ante la constan te entrada en servicio de unida- des de hélice que —más poten- tes y de rentable explotación comercial— acaparaban el trá- fico. Fue entonces cuando la po- derosa Siemens alemana lo fle- para, con bastante frecuen- cia, auxiliase en el tendido de cables submarinos, misión simi- lar a la que —años más tar- de— se dedicó por cuenta de la Agencia Reuter que mante- nía cables privados en el Ca- nal de la Mancha y Mar del Norte. Convertido parcialmente en cablero, el "Anglia" no -por ello perdió aquella su estampa ma- rinera de potente —aunque al- go antiguo— "tug" y, con los años volvió a los remolques, so bre todo a los que se Ikvaban a cabo con los veleros desde los puntos de recalada hasta los grandes puertos finales de lí- nea. o Para ello, para el "seeking", era necesaria una gran capaci- dad de carboneras y, durante días y días, los remolcadores ? dedicados a esta clase de ope- raciones navegaban hacia el Sur, siempre al encuentro con los grandes "sailing ships" qu-e desde Australia o los puertos del nitrato chileno, se dirigía a Liverpool, Rotterdam, Ambe- res o Hamburgo. sobre sus cuadernas, el *An» glia" fue amarrado y poco tiem po después, vendido a la fir- ma Constans para desguace. Llegaba el fin, —siempre triste fin— para el barco car- gado de historias y recuerdos. Se le desmontaron entonces las máquinas y calderas y, cuando se iba a iniciar la demolición del casco, éste fue adquirido por una empresa de Hull que, a la vista de su magnífica con- dición y conservación, decidió su posterior utilización. Entonces el "Anglia", —me- jor, su casco— pasó de remolca dor a remolcado y, una vez en , su nuevo puerto base, se le par | tió en dos y cada parte resul- ' tanta se transformó en una ga- barra carbonera. En aquellas negras "E~5 y ík E-6" nadie reconocería lo que un día, fue remolcador de fa- ma y prestigio mundial. Llegó la segunda guerra mun dial y, cuando Inglaterra s@ pre paraba para resistir a la anun- ciada invasión alemana, la vie ja "E-5" fue sacrificada y, car- gada de piedras y cemento, fue hundida por medio de cargas explosivas y, como "block ship" aun fue útil impidiendo la en- trada al puerto de Bridlingtqn. Seis años más tarde, cuando la paz de nuevo resplandecía e-n el mundo, la Royal Navy tomó sobre sí la tarea de limpiar las entradas a todos los, puertos i-n gleses que, en los días tristes de la guerra, habían sido par- cial o totalmente bloqueados.'

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Artículo de Juan Antonio Padrón Albornoz, periódico El Día, sección "La isla y los barcos", 1971/02/16

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E L D Í A Martes, 16 de febrero de 1971

LA ISLA y |los barcos ¡

•.lllllimilllllllllllllIlllllllllllllllllllllllllllWlllllllli

del remoConsiderado el mayor del mundo, en

ocasiones recaló en nuestro puerto :-La sección proel, transformada en gabarra, aún presta servicios en aguas de Hull

El 20 de julio de 1875 arribóa nuestro puerto una de las másnotables embarcaciones que en-tonces crubazan la mar y cu-

| yo nombre —resuenan aúni ecos de su fama— ha merecidoel honor de figurar, con todajusticia, en los anales de la historia de la navegación.

Con las pirmeras luces repi-có el bronce sonoro de la ata-laya de San Cristóbal señalan-do la arribada del carguero"Conde d'Eu" y la goleta "Voluntad"; mientras, rumbo alSur, se alejaba el "Biafra"-—"paquete" de la Elders—abriéndose de la costa para darpaso franco a una extraña pro-cesión que, paralelamente aella, navegaba en demanda delpuerto.

Abría marcha un remolca-dor de ruedas, con proa de vio-lín, que remataba su estampamarinera con tres altas chime-neas de sombrerete y dispues-tas de manera harto extraña;la proel, a crujía, era de nor-mal emplazamiento, «pero noasí las otras que se alzaban apopa de los tambores y a lasbandas. Se adornaban todascon leve penacho mientras chapoteaban las ruedas de paletasen cuyos tambores lucía, en do-radas letras, el nombre —'"An-glia"-— de la un tanto descon-certante embarcación.

En su estela, y al extremode una estacha, el "Syria" de

¡la Unión Line, iba sumandoI singladuras y completando —ve| nían desde Santa Elena— el! más largo remolque que hastaentonces se había efectuado yque asombraba al mundillo na-val que lo creyó irrealizable.

Cerca ya de la bocana paróel "Anglia" para abarloarse al"Syria" y conducirle al fondea-dero al tiempo que hacía oír elbramido de su sirena indican-

¡ do la maniobra al "Río Formo-j so" -—qUe salía para Liver-pool— y a la fragata "Carinen"que, con todo el trapo largo, ponía proa a La Habana.

Pronto comenzó la necesariafaena de rellenar las exhaustascarboneras del "Anglia" al mismo tiempo que de proveer devíveres y agua a ambas embar-caciones.

Por Juan Antonio Padrón Albornoz

El aAnglia" el más potente remolcador del siglo pasado, en la época de su escala en Santa Cruz

Venía el "Syria" al mandodel capitán Vyrian y el remolcador al de Mr. Webb, expertomarino al que se encomendó loque entonces teníase por pocomenos que imposible.

Al atardecer levan y comien-za de nuevo el duro remol-que —hasta Southampton aho-ra-^— que pudo finalmente lle-varse a feliz término a pesarde muchas dificultades encon-tradas en la travesía.

El "Syria" era por entoncesel "crak ship" da la Unión Li-ne y en su haber tenía el másrápido viaje —26 días y 18 ho-ras— efectuado entre Inglate-rra y Ciudad del Cabo. No erabarco reciente pues se le habíaconstruido en 1863 para la P.and O. la cual, en 1871 lo ven-dió a la Unión que ya comenza-

ba a competir seriamente conla Castle; en viaje de ida en-tró de arribada forzosa en SaniaElena con averías en la máqui-na y tales eran éstas que tuvoque transbordar pasaj-e, corres-pondencia y carga a otro tras-atlántico y quedar luego allíamarrado.

La firma William WatkinsLtd., de Londres, solucionó a laUnión el grave problema queplanteaba el remolque a Ingla-terra del averiado "liner".

Esta empresa, dedicada a re-molques en el Támesis, estabadispuesta a hacerse cargo detan difícil cometido y para elloacondicionó a su remolcador"Anglia", dotándole incluso defoques y cangrejas que le auxi-liasen, ahorrando carbón, en elviaje de ida.

Nace el "Angüa*Había sido construido el

"Anglia" por los célebres as-tilleros de la Thames Ironworksen Blackwall, verificándose su

entonces un necesario repasode casco y máquinas el cualtuvo que acelerarse cuando,días después se contrató con la

San Petersburgo con una dra-ga y, para resumir, basta de-cir que las 5.000 libras anualesde promedio que sus remolquesproducían, pasan a 12.700 en1876 solamente.

Una larga lista de nombres—"Princesa Amalie", "India",Neckar", "Porteña", etc— vanincrementando la fama del "Anglia al mismo tiempo que loscontinuos servicios van desgas-tando máquinas y calderas quereciben completa renovaciónpoco tiempo después de haberllevado de El Ferrol a Londresla embarcación especial quecontenía la célebre "Aguja deCleopatra".

Desde Egipto el mercante

un gánguil y el remolcador "Colonel", al tiempo que escoltabaa otro gánguil, que, por suspro-pios medios, seguía la mis-ma ruta. Fue éste y no el ver-dadero remolque, el que creó

problemas durante la travesíaya que la escasa potencia demáquina le impedía maniobrarconvenientemente en mar abierta.

Los últimos anos del "Angüa"Con los años, el "Anglia" fue

poco a poco quedando relegadoa un muy segundo término y,en esta situación, más precariafue su posición ante la constante entrada en servicio de unida-des de hélice que —más poten-tes y de rentable explotacióncomercial— acaparaban el trá-fico.

Fue entonces cuando la po-derosa Siemens alemana lo fle-tó para, con bastante frecuen-cia, auxiliase en el tendido decables submarinos, misión simi-lar a la que —años más tar-de— se dedicó por cuenta dela Agencia Reuter que mante-nía cables privados en el Ca-nal de la Mancha y Mar delNorte.

Convertido parcialmente encablero, el "Anglia" no -por elloperdió aquella su estampa ma-rinera de po tente —aunque al-go antiguo— "tug" y, con losaños volvió a los remolques, sobre todo a los que se Ikvabana cabo con los veleros desdelos puntos de recalada hasta losgrandes puertos finales de lí-nea.

o Para ello, para el "seeking",era necesaria una gran capaci-dad de carboneras y, durantedías y días, los remolcadores

? dedicados a esta clase de ope-raciones navegaban hacia elSur, siempre al encuentro conlos grandes "sailing ships" qu-edesde Australia o los puertosdel nitrato chileno, se dirigíaa Liverpool, Rotterdam, Ambe-res o Hamburgo.

sobre sus cuadernas, el *An»glia" fue amarrado y poco tiempo después, vendido a la fir-ma Constans para desguace.

Llegaba el fin, —siempretriste fin— para el barco car-gado de historias y recuerdos.Se le desmontaron entonces lasmáquinas y calderas y, cuandose iba a iniciar la demolicióndel casco, éste fue adquiridopor una empresa de Hull que,a la vista de su magnífica con-dición y conservación, decidiósu posterior utilización.

Entonces el "Anglia", —me-jor, su casco— pasó de remolcador a remolcado y, una vez en

, su nuevo puerto base, se le par| tió en dos y cada parte resul-' tanta se transformó en una ga-barra carbonera.

En aquellas negras "E~5 yíkE-6" nadie reconocería lo queun día, fue remolcador de fa-ma y prestigio mundial.

Llegó la segunda guerra mundial y, cuando Inglaterra s@ preparaba para resistir a la anun-ciada invasión alemana, la vieja "E-5" fue sacrificada y, car-gada de piedras y cemento, fuehundida por medio de cargasexplosivas y, como "block ship"aun fue útil impidiendo la en-trada al puerto de Bridlingtqn.

Seis años más tarde, cuandola paz de nuevo resplandecía e-nel mundo, la Royal Navy tomósobre sí la tarea de limpiar lasentradas a todos los, puertos i-ngleses que, en los días tristesde la guerra, habían sido par-cial o totalmente bloqueados.'

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bramido de su sirena indican-do la maniobra al "Río Formo-so" —que salía para íáver-pool— y a la fragata "Carreen"que, con todo el trapo largo, ponía proa a La Habana.

Pronto comenzó la necesariafaena de rellenar las exhaustascarboneras del "Anglia" al mismo tiempo que de proveer devíveres y agua a ambas embar-caciones.

rra y uiuaaa del €abo. No erabarco reciente pues s€ ie habíaconstruido en 1863 para la P.and O. la cual, en 1871 lo ven-dió a la Unión que ya comenza-

acondicionó a su remolcador"Anglia", dotándole incluso defoques y cangrejas que le auxi-liasen, ahorrando carbón, eíi elviaje de ida/

Nace el "Anglia"Había sido construido el

"Anglia" por los célebres as-tilleros de la Thames Ironworksen Blackwall, verificándose subotadura y entrada en servicioen 1866; de 274 toneladas y 700H. P., se le destinó primera-mente —era entonces el máspotente remolcador a flote— aremolcar grandes veleros has-ta dejarlos en franquía y fueraya de las peligrosas, confina-das aguas del Canal. Sus am-plias carboneras permitíanleluego cruzar los puntos de re-calada al Sur de Inglaterra enbusca de los numerosos vele-ros que preferían pagar rápido

I y seguro remolque que no na-vegar durante días y dando bordadas en demanda del puerto,de destino.

Cuando la firma Watkins secomprometió a llevar a cabo elremolque del "Syria", ya el"Anglia" contaba con otro he-cho de igual naturaleza —quecompartía con el "Scotia"——cual fue el haber llevado am-bos de Vigo a Londres, a la desmantelada fragata "Duchess ofEdinburg" en noviembre de1874.

Una vez el "Syria" en Sout-hampton, la Unión pagó a Watkins 4.800 libras y con ello ter-minó para el capitán Webb suproeza ya que desembarcó en-tregando al mando del "An-glia" a Mr. Langlois. Comenzó

entonces un necesario repasode casco y máquinas el cualtuvo que acelerarse cuando,días después se contrató con laElders el remolque del "Bia-fra" -—el mismo que con el sehabía cruzado frente a la cos-ta tinerfeña— que en SierraLeona había quedado tambiénaveriado.

Allá marcha el "Anglia" y,con él a rastras, viene hastaCabo Verde para luego —trasonce singladuras— dar fondo,nuevamente, en aguas de San-ta Cruz el 18 de noviembre.

La fama obtenida con su an-terior remolque había dado al"Anglia" un alias —"Jaek TresDedos"— en consonancia consus tres altas chimeneas que,de seguro, partió de algún"cokney" londinense, émuloquizás del Sam Weller pickwickiano.

Lució, pues, de nuevo ennuestro puerto la estampa ga-llarda del barco del año que,consignado a Hamilton, carbo-neó y tomó provisiones para ellargo viaje que ante su proa seabría. El 19 leva y, con el "Bia-fra" en su estela, arrumba alNorte mientras maniobran de-jándole paso los que navega-ban en demanda del puerto.

A partir de entonces no ce-san los nuevos contratos parael "Anglia"; apenas entrega el"Biafra" parte desde Glasgow a

Desdei a .Liverpool, Kotterdam, Ambe- j de la guerra, habían sido par-

Egipto el mercante j res o Hamburgo. ; 1 cial o totalmente bloqueados.:

El "Crusler", otro famoso remolcador que —hace un siglo— llegó a nuestro puerto con el "Bie-la", al extremo de las estachas.—Reproducciones fotográficas J. HERNÁNDEZ

"Olga" se había hetho cargo dela tarea hasta que un temporalpartió las estachas y al garetequedó la embarcación que fuerecogida luego por pescadoresgallegos y llevada al citadopuerto.

La firma Watkins, cobrandosólo' los gastos, envió al "An-glia" que terminó la faena fe-lizmente, precediéndose luegoa instalar el histórico monolitoen su actual emplazamientolondinense.

Una vez remojado y con nuevas calderas, el primer contra-to que se presentó fue el de re-molcar a Málaga el necesariomaterial para efectuar el dra-gado y mejora del puerto; deHolanda parte con una draga,

El puerto de Santa Cruz en la época en que el "Anglia" recaló con el "Syria" a remolque.

A la vista de uno de estosveleros, el remolcador s-a acer-caba y su capitán trataba conel del lento y encalmado "sai-ling ship". Siempre se pedíauna cantidad elevada por el trabajo de remolcarlo a puertoparo, a la vista de un competi-dor, la cifra bajaba automática-mente y el acuerdo se concluíasi bien en ocasiones el capitándel velero esperaba a que elotro remolcador llegase y, en-tonces, —en una pugna por me-de obtener una cifra aún me-dio de los megáfonos— tratabanos elevada que la ofrecida enúltima instancia por el "mas-ter" d¿l remolcador.

En 1894, con 28 años de mar

Y da nuevo flotó la "E-5", sibien por poco tiempo puestoque, seguidamente fue remolcada a varias millas de la costay, enun punto donde no ofrecíapeligro a la navegación, se hundio definitivamente su ya inú-til y herrumbroso casco.

La "E-6", con 104 años demar y servicios sobre sus cua-dernas, continúa prestando sushumildes, necesarias tareas enel puerto de Hull.

En aquellas aguas tranquilasy, remansadas, añora los díasen que su proa, orgullosa, ven-ció a las empenachadas olas enproezas y salvamentos que aúnhoy encuentran cálido eco enlas páginas de la historia de lamar y los barcos.