CHUCK E.CHEESE

La historia de

Había una vez, un pequeño ratón que se mudó al orfanato de St. Marinara.

Le encantaba jugar juegos con todos los demás huérfanos. Pero sobre todo, a Chuck E. le encantaba aprender música. A él le gustaba especialmente la canción, “Feliz cumpleaños”.

Pero a diferencia de los otros niños en el orfanato, Chuck E. no sabía cuándo era su cumpleaños. Así que nunca tuvo su propia fiesta de cumpleaños. Esto ponía triste a Chuck E.

Pero no por mucho tiempo, porque con tantos niños en el orfanato, había una fiesta de cumpleaños casi todas las semanas.

A Chuck E. le encantaban las fiestas de cumpleaños, ¡especialmente porque había pizza!

Cuando Chuck E. no estaba aprendiendo música, cantando o disfrutando de una pizza, le encantaba jugar videojuegos.

Su juego favorito se llamaba Pong. Chuck E. casi nunca pierde. De hecho, un día Chuck E. ganó un torneo de Pong.

Ganó un trofeo y $50. Aquellos $50 le bastaron para comprar un boleto de autobús a la ciudad de Nueva York. Era su boleto mágico.

Cuando Chuck E. se mudó a Nueva York, se sorprendió de lo grande que era la ciudad. A pesar de estar rodeado de gente, Chuck E. se sentía solo. Echaba de menos a los niños del orfanato.

No tenía dónde quedarse, así que Chuck E. dormía sobre la cocina en una pizzería dirigida por un amable chef italiano llamado Pasqually. Chuck E. amaba el olor de la pizza. Además, había mucha música: Pasqually escuchaba música y cantaba junto a la radio. Era un excelente lugar para vivir.

Un día, Chuck E. pensó que Pasqually se había ido a casa por la noche. Exploró el restaurante de Pasqually, y fue descubierto.

“¡Ratón!”, Gritó Pasqually, mientras perseguía a Chuck E. con un rodillo. Pasqually había arrinconado a Chuck E. y Chuck E. Cheese estaba tan nervioso que sus rodillas estaban golpeando. Chuck E. no podía pensar qué hacer, así que hizo lo único que siempre lo hacía feliz, cantó.

Pasqually estaba tan sorprendido que dejó caer el rodillo. “¿Un ratón que puede cantar? ¡Mi restaurante está salvado! ¡Voy a hacerte una estrella!

Pasqually inmediatamente cambió el nombre de su restaurante a “Chuck E. Cheese’s, ¡el hogar del famoso ratón cantante!”

En la gran noche de reapertura, hombres y mujeres se sentaban alrededor de cada mesa. Pasqually presentó orgullosamente a Chuck E. “Damas y caballeros, den la bienvenida a Chuck E. Cheese, ¡el ratón cantante!”

Cuando se levantó el telón, Chuck E. estaba aterrorizado. Chuck E. nunca había cantado para tantos adultos antes, así que se paralizó de miedo. Él no pudo hacerlo.

La multitud abucheaba y abucheaba. Finalmente, se fueron. Pasqually estaba desconsolado, al igual que Chuck E. Él no quería decepcionar a Pasqually.

Cuando Chuck E. miró por la ventana, vio a un niño caminando. Sostenía las manos de sus padres y sonreía. Pero lo más importante, llevaba una corona de cumpleaños. ¡Era su cumpleaños! Sin pensarlo, Chuck E. comenzó a cantar su canción favorita para el niño. “¡Feliz cumpleaños a ti! ¡Feliz cumpleaños a ti! ¡Feliz cumpleaños, pequeño niño en la calle! ¡Feliz cumpleaños a ti!”

Nadie podía creerlo. ¡Chuck E. podría cantar! La familia entró. Pasqually les hizo pizza. Y Chuck E. cantó toda la noche. Otras familias paseando se unirían a ellos. Fue la mejor noche.

A partir de ese día, Chuck E. Cheese’s nunca sería un lugar para adultos. Sería un lugar donde las familias podrían traer a sus hijos, y podrían ser…¡niños! Chuck E. Cheese’s siempre sería un gran lugar para los cumpleaños, pero más que eso, sería un lugar donde cada momento podría ser tan especial como un cumpleaños.

El tiempo pasó. Chuck E. y Pasqually se unieron en el escenario con otros amigos. Y Chuck E. incluso convenció a Pasqually de traer su otra cosa favorita: ¡videojuegos! Y Chuck E. no ha dejado de cantar (o sonreír) desde entonces.