La Guerra en El Cautiverio Feliz

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Manuel Cortés Valderrama Chile Colonial 25 de noviembre de 2015 Cautiverio feliz y razón individual de las guerras dilatadas del Reino de Chile Capítulo III – IV: “Que trata de la pérdida y muerte del corregidor de la ciudad de Chillán; cuyo desastre resultó la batalla en que quedaron muertos y cautivos más de cien hombres y el autor preso” En este capítulo el autor comienza señalando la entrada de los mapuches a la ciudad de Chillán, especificando la fecha (10 de abril de 1629), y denomina a estas entradas y salidas con el nombre de malocas. Hace una comparación de los mapuches con aves de rapiña. Además de indicar los daños que se causan a la ciudad. Núñez de Pineda y Bascuñán señala que es parte del tercio español San Felipe de Austria, y al tener aviso del ataque mapuche, fue necesario que ellos les hicieran frente. Pero a pesar de haber llegado a tiempo, esperándolos en un sitio por el cual resultaba difícil su retirada. Pero que aun habiendo llegado a tiempo no pudieron aplicar castigo alguno a los mapuches. En el capítulo V, con fecha 15 de mayo de 1629, señala como fueron atacados por más de 800 indígenas, sufriendo el saqueo y la destrucción de las estancias de su tercio. Capítulo V: “En que se refiere a la batalla que el Tercio de San Felipe de Austria tuvo en el sitio de las Cangrejeras, adonde murieron 100 hombres y el autor quedó preso”

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Se analiza el concepto de la guerra en el libro El Cautiverio Feliz de Francisco Nuñez de Pineda y Bascuñan

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Manuel Cortés ValderramaChile Colonial

25 de noviembre de 2015

Cautiverio feliz y razón individual de las guerras dilatadas del Reino de Chile

Capítulo III – IV: “Que trata de la pérdida y muerte del corregidor de la ciudad

de Chillán; cuyo desastre resultó la batalla en que quedaron muertos y cautivos

más de cien hombres y el autor preso”

En este capítulo el autor comienza señalando la entrada de los mapuches a la

ciudad de Chillán, especificando la fecha (10 de abril de 1629), y denomina a

estas entradas y salidas con el nombre de malocas. Hace una comparación de

los mapuches con aves de rapiña. Además de indicar los daños que se causan

a la ciudad.

Núñez de Pineda y Bascuñán señala que es parte del tercio español San Felipe

de Austria, y al tener aviso del ataque mapuche, fue necesario que ellos les

hicieran frente. Pero a pesar de haber llegado a tiempo, esperándolos en un

sitio por el cual resultaba difícil su retirada. Pero que aun habiendo llegado a

tiempo no pudieron aplicar castigo alguno a los mapuches.

En el capítulo V, con fecha 15 de mayo de 1629, señala como fueron atacados

por más de 800 indígenas, sufriendo el saqueo y la destrucción de las

estancias de su tercio.

Capítulo V: “En que se refiere a la batalla que el Tercio de San Felipe de

Austria tuvo en el sitio de las Cangrejeras, adonde murieron 100 hombres y el

autor quedó preso”

Aquí el autor inicia el relato señalando que su tercio se encontraba a una legua

(entre cuatro y siete km.) de su cuartel, en un paso estrecho del estero llamado

Las Cangrejeras. Y que fue ahí cuando fueron atacados por más de 800

indígenas, los cuales los aguardaban.

Posteriormente su tercio recibió la alarma de que sus estancias comarcadas

habían sido saqueadas, destrozadas y quemadas, muchos de sus habitantes

capturados y muertos.

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Relata como la caballería embistió con la primera cuadrilla de 200 indígenas al

paso ya mencionado. Detalla como 15 españoles fueron degollados y otros tres

o cuatro fueron capturados, teniendo que retirarse a una loma cercana y

aguardar la llegada de la infantería que iba dirigida por el propio Francisco.

Menciona que a pesar de ser tres las compañías que llegaron a socorrer a la

caballería abatida, no alcanzaban los 80 soldados y sumados a lo que quedaba

de la caballería no eran más de 160. Siendo superados por los indígenas que

eran más de mil.

El autor describe como los indígenas los atacaron cuando apenas los soldados

organizaban lo que iba quedando de infantería. También señala que el clima no

era favorable para sus armas de fuego, debido a que estaba lloviendo y había

viento del norte, pudiendo dar una sola carga de disparos; siendo esta inútil.

Seguido de eso los indígenas fueron embestidos por su caballería e infantería

con tan fuerza y bravura que fueron cercados por los mapuches, muriendo así

muchos soldados españoles. El autor explica que queda imposibilitado de usar

armas debido a una herida de lanza en su muñeca derecha; y es alcanzado por

el golpe de una porra que lo deja inconsciente en el suelo. Al recobrar el

sentido se encontraba cautivo por los mapuches.

Capítulo XXIII: “En que se trata si la guerra que está perpetrada en este reino

de Chile, es justa o injusta”

El autor indica que son tres elementos los primordiales para que la guerra sea

justa y bien encaminada, siguiendo la autoridad de Santo Tomás.

La primera indica que solamente la autoridad del príncipe y su mandato es la

que puede ordenar un comienzo o cese de la contienda. Y que cualquiera

persona privada de este permiso no puede decidir sobre la guerra.

La segunda señala que se requiere que la causa sea justa, que exista alguna

culpa, por parte de quienes son considerados enemigos, que merezca castigo.

Afirma que los mapuches habitaban pacíficamente sus tierras sin hacerle daño

a los españoles, sin siquiera conocerlos aún. Se pregunta por qué se inició el

combate contra ellos, el si existe alguna causa que legitime la guerra. También

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si existieron desacuerdos que pudieron afectar las relaciones entre mapuches y

españoles.

Que las primeras noticias que los mapuches tuvieron de los españoles fueron

los avisos de las batallas y encuentros de los españoles con los indígenas de

las regiones de Coquimbo y Santiago. Dichas noticias eran sobre los estragos

que producían los españoles, lo que provocó que los mapuches tuvieran temor

y se prepararan para defenderse con sus armas simples y rudimentarias.

La tercera señala que se necesita que la intención de los que participan en la

guerra sea recta y bien encaminada, o evitar lo perjudicial. Que la razón y la

cristiandad guíen la lucha; no la brutalidad y la codicia.

San Agustín dice que las guerras que no son movidas por codicia ni crueldad

inhumana realizadas por los hombres ajustados a la ley divina, no es pecado ni

delito llevarlas a cabo y más cuando se encamina con la finalidad de propagar

la religión cristiana.

Si los primeros conquistadores se hubieran guiado por estos lineamientos, no

se hubiera sido ilícito lo justo. No existió una relevancia de los puntos antes

descritos. Que aunque se llevaron de manera correcta los dos primeros, el

incumplimiento del tercero derrumbó la justificación de la guerra. Aunque sea

justa la causa y legítima autoridad, si la causa es depravada y maliciosa la

guerra pierde su legitimidad, volviéndose injusta y mal encaminada, y esto se

manifestó en los primeros conquistadores, con sus actos inhumanos: como por

ejemplo la venta de indígenas como esclavos para una diversidad de tareas,

Incluso cuando estos recibieron la fe cristiana.